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Stephen King necesita de poca o ninguna presentación.

Es uno de los
escritores más vendidos del mundo y sigue muy activo a sus 67 años.
Una de las características de King es la de tratar los más variados temas
en sus novelas, desde el terror más psicológico a auténticas odiseas
de horror fantástico, aunque siempre con la idea de reflejar la vida
cotidiana de la sociedad americana.
En Mr. Mercedes, King se aleja del terror, aunque no de la tensión y la
intriga. De hecho, el libro se diferencia poco de su producción habitual
si no fuera por la naturaleza mundana, y por lo tanto, todavía más
horrible, de su malvado villano, el asesino del Mercedes. King se
adentra en la historia de un inspector de policía retirado el cual se ve
lanzado a una última investigación para cerrar el caso que nunca pudo
dar por terminado.
Según su sinopsis:
En las frías horas que preceden al amanecer, en una ciudad del Medio
Oeste que atraviesa dificultades económicas, cientos de personas sin
trabajo, desesperadas, hacen cola para conseguir sitio en una feria de
empleo. De improviso, un conductor solitario se abre paso entre la
multitud en un Mercedes robado, atropellando a los inocentes,
retrocediendo y arremetiendo de nuevo. Ocho personas mueren y
quince resultan heridas. El asesino escapa.
En otra parte de la ciudad, meses más tarde, un policía retirado llamado
Bill Hodges sigue obsesionado por ese crimen todavía sin resolver.
Cuando recibe una demencial carta de alguien que se identifica como
el “extra” y que amenaza con un ataque aún más diabólico, Hodges
abandona su deprimente y vacío retiro, empeñado en evitar otra
tragedia.
Brady Hartfield vive con su madre alcohólica en la casa donde nació.
Le gustó sentir la muerte bajo las ruedas del Mercedes y desea volver
a experimentar esa sensación. Solo Bill Hodges, con un par de aliados
poco usuales, puede apresar al asesino antes de que actúe de nuevo.
Y no hay tiempo que perder, porque la próxima misión de Brady, de
tener éxito, matará o mutilará a miles de personas.
King consigue transmitirnos la idea de los Estados Unidos de la crisis,
en la que hay una gran desigualdad social, campo abonado para el
nacimiento del conflicto racial y económico que durante muchos años
ha estado latente. El asesino del Mercedes es un tipo de personaje
nihilista y problemático hijo directo de la clase baja norteamericana, el
pluriempleo y la destrucción de los apoyos sociales clásicos.
La historia se desarrolla como es habitual en King, siguiendo unos
parámetros clásicos en su narración: que nadie espere más
experimento que el de la ausencia de elementos paranormales. En
realidad, como en muchas novelas de King, lo interesante es el villano,
en esta ocasión despojado de algo más que su propia locura y discurso
interior. Bill Hodges, el protagonista, ya jubilado, muestra la fragilidad
del pasado, del cómo se hacían las cosas y que ahora se ve lanzado a
una carrera que ya no esperaba.
Un libro que sigue el estilo y las formas de King y que cumple con lo
que promete, un thriller intenso con buenos personajes y la visión en
ocasiones costumbrista del autor norteamericano sobre sus
compatriotas. Recomendable.

Otra RESEÑA :

El último libro publicado en España del Rey del terror es una prueba
más de lo equivocados que están sus escasos detractores.

Stephen King lo tendría muy fácil y con escribir libros “de miedo” se
garantizaría estar en la lista de los más vendidos más allá de las modas.
Sin embargo, el autor de Maine siempre logra cerrar bocas dando saltos
entre géneros y demostrando que es uno de los mejores escritores del
siglo XX.

En esta ocasión el Maestro de Nueva Inglaterra se atreve con un thriller


policíaco perfectamente elaborado y adictivo, en la línea de sus casi 70
novelas anteriores, con ese estilo marca de la casa que te lleva a leer
cada página como si fuese la última y pensando en que pasará en la
siguiente.
Mr. mercedes De nuevo nos presenta una historia atractiva, la de un
brutal asesino que solo actuó en una ocasión y al que el mejor policía
de la zona nunca logró echar el guante. Justo ahí es donde empieza la
historia con nuestro policía jubilado atravesando una enorme
depresión recibiendo lo que parece una carta de aquel criminal que se
le escapó.

Y es entonces donde King despliega todo su abanico narrativo y una


frescura de ideas de las que carecen el noventa por ciento de los
autores actuales.

Bill Hodges está harto de su jubilación, vive solo, con una hija que
apenas se acuerda de él y comiendo demasiado, ha comenzado a
abandonarse porque carece de un incentivo para levantarse de la cama
cada día. Bebe demasiado y últimamente le ha dado por jugar con su
arma.

Por su parte Brady Hartfield echa de menos la sensación de matar. Ha


pasado mucho tiempo desde que robo un Mercedes y atropelló a un
grupo de personas que esperaban la apertura de las oficinas de empleo.
Con un oscuro altercado en su pasado y viviendo solo con su madre
alcohólica, Brady tiene dos empleos, media jornada trabaja como
técnico en una tienda de informática y la otra media jornada como
repartidor de helados.

Los caminos de ambos confluyen cuando Brady tras un tiempo


observando la decadencia de Hodges decide que le encantaría
presionarle psicológicamente lo suficiente para arrastrarle al suicidio
poniendo el broche de oro a su crimen.

Mr. mercedes Decide escribirle una carta a ese policía que nunca logro
detenerle y hacerle ver lo incompetente que es y lo inane que es su
existencia. Lo que Brady no espera por nada del mundo es que su carta
logré despertar en Hodges un interés por aquel caso no resuelto
dándole un motivo para vivir.
Y con esto solo os he contado el principio de la historia. Porque ahí
mucho más que conocer en la vida de estos dos personajes, muchos
matices en su existencia sobre todo os quedan descubrir el devenir de
acontecimientos derivados de lo que os acabo de contar.

Personajes principales de una enorme fuerza y carisma son desde


siempre el punto fuerte de Stephen King. El maestro siempre logra que
adores a sus protagonistas y sientas cierta atracción por sus
“malvados”. En esta ocasión con Brady Hartfield logra en mi opinión
uno de sus mejores antagonistas, lo cual en una carrera de medio siglo
y casi setenta libros os da una idea del nivel que roza este personaje.

Pero no solo los personajes principales, una vez más King cuida con
mimo los personajes secundarios y nos regala dos en concreto que son
francamente magistrales, Jerome y Holly.

Jeromr-tasteyme es un joven estudiante negro que se encarga de


cuidar el jardín de Hodges y en lo que respecta a Holly poco os puedo
contar si no quiero caer en el spoiler. Solo os diré que ambos
personajes serán vitales a lo largo del relato y que os encariñaréis y
reiréis con ambos y con sus ocurrencias.

Pocas lecturas generan en el lector los sentimientos como los que os


va a despertar esta. Os vais a conmover, os vais a reír, os vais a asustar,
vais a sentir auténtico suspense y sobre todo vais a disfrutar como solo
se puede disfrutar con el autor de Maine.

En definitiva, una grandísima novela, de las mejores del SK en los


últimos 15 años junto con las magistrales “La Cúpula” y “22/11/63”,
imprescindible para los numerosos incondicionales del autor de Maine
y una buena primera lectura para quienes quieran leerle por primera
vez.

No lo dudéis, con esta novela queda confirmado que tenemos Stephen


King para rato. Pero no a un Stephen King acomodado, sino el mejor
Stephen King que conocemos.
CRITICA:

A su edad (ha cumplido ya 67 años) resulta cuanto menos elogioso que


Stephen King decida internarse por nuevos senderos, poco antes de
publicar “Revival”, un libro de pactos demoníacos más en su línea,
quizás para que sus lectores de siempre no piensen que los tiene
olvidados. En cualquier caso, este cambio temporal se agradece. Los
habituales notarán que le viene bien el cambio, pues aporta cierta
frescura. Parece buscar también algún respaldo de la crítica, y lo cierto
es que para conseguirlo aporta una mayor profundidad a sus
personajes de lo habitual.

Desde luego ha captado en cierta manera la esencia del género negro,


utilizando la trama policíaca como excusa para mostrar también la
realidad de la clase trabajadora y los desfavorecidos. No en vano, el
volumen está dedicado al maestro James M. Caín, uno de los maestros,
autor de “El cartero siempre llama dos veces” o “Pacto de sangre”, que
dio lugar a la obra maestra cinematográfica “Perdición”.

En todo caso, están presentes los momentos duros e impactantes que


le caracterizan. Y resulta bastante reconocible la figura del asesino, una
de esas representaciones del mal indeterminado e indescriptible vista
en personajes como el payaso de "It" (aludido con sorna en un
momento del texto), y tantos otros villanos creados por él. Por otro
lado, recupera el lado terrorífico de los automóviles, que ha tratado
anteriormente en "Christine" y "Buick 8".

Desde luego, el de Maine sabe captar como nadie al lector desde la


primera página, y su trama está bien hilvanada. Aunque nació como un
relato corto, esta vez no sucumbe a la tentación de alargar
artificialmente la trama, como sucede en sus libros menos logrados, así
que “Mr. Mercedes” acaba siendo uno de los trabajos más redondos e
incluso sorprendentes de su última etapa.
Llaman un poco la atención las numerosas referencias a series, como
si King quisiera conectar con la buena racha de la ficción televisiva, y
atraer a los numerosos aficionados, lo que sin duda conseguirá. Los
personajes parecen por momentos ser expertos en el tema.

OTRA CRITICA: V

¿Es posible dar un giro en tu carrera y sorprender a tus seguidores


cuando eres un escritor conocidísimo, con más de cincuenta títulos a
tus espaldas? Probablemente Stephen King (Portland, Maine, 1947) se
repitiera esta cuestión una y otra vez antes de escribir Mr Mercedes, su
último libro publicado en nuestro país, mucho más que una novela, un
reto para él: aparca momentáneamente la temática que tan bien domina
(la del terror) para explorar un territorio nuevo, el de la novela policíaca,
y lo cierto es que debuta con muy buena nota con esta historia sobre la
sempiterna lucha entre el bien –representado por Billl Hodges, un
policía de la vieja escuela con algo de sobrepeso– y el mal –ese Mr
Mercedes del título, un joven que pasa totalmente desapercibido en su
día a día, aquel vecino en el que nadie se fijaría nunca–, un juego
perverso entre el ratón y el gato con giros argumentales sorprendentes
y que cuenta con un último tramo sensacional.

King no pretende desafiar las habilidades deductivas del lector, no le


plantea la duda sobre quién es el personaje que una madrugada de abril
de 2009 utilizó un Mercedes-Benz SL500 de doce cilindros para
embestir a un grupo de parados que esperaban lograr un empleo y
convertirlos en «mermelada de fresa». Esa no es su intención ya que la
identidad del asesino queda desvelada en las primeras cincuenta
páginas, por lo que el interés del relato recae en el enfrentamiento entre
ese desequilibrado escurridizo y el viejo inspector, ahora ya jubilado,
que fue incapaz de darle caza en su día. Apenas un año después del
suceso, los dos están retirados de sus “actividades”, así que, en cierto
modo, ambos se necesitan mutuamente: el primero porque pretende
sentir de nuevo la emoción de manipular a la gente a su antojo, siempre
con fines siniestros, por supuesto, mientras que el segundo busca huir
del tedio en el que se convirtió su vida desde que entregó su placa de
policía, además de tratar de solventar los errores que cometió en
aquella investigación.

Mr Mercedes cuenta con el sello propio de su autor, ese humor negro


tan habitual en su literatura, además de dar forma a otro personaje
demente y obsesivo que no desentona con sus anteriores criaturas
literarias. Asimismo, King dibuja diversas escenas que evidencian su
fascinación por el horror: desde la descripción minuciosa de la
masacre que origina la historia a un episodio concreto de la infancia
del criminal junto a su madre y su hermano pequeño (de una crueldad
terrible), sin olvidar ese clímax final convertido en una carrera
contrarreloj que dejará al lector sin aliento. Celebremos, pues, la
irrupción de este nuevo Stephen King, un escritor renovado que sin
duda se ha sentido muy cómodo en su nueva faceta, tanto que ya tiene
a punto la segunda parte de esta trilogía policíaca protagonizada por el
inspector Hodges bajo el título de Finders Keepers, a la venta a
mediados del 2015.

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