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AUDITOR
INTRODUCCIÓN
El auditor es aquella persona que lleva a cabo una auditoria capacitado con conocimientos
necesarios para evaluar la eficacia de una empresa a la vez de poseer
Una ética profesional y una responsabilidad hacia los clientes y colegas con el fin de prestarle
un mejor servicio en el campo en que se desempeña e integridad de la información de los
métodos empleados para identificar, medir, clasificar y reportar dicha información.
El auditor debe revisar los sistemas establecidos para asegurarse del cumplimiento de las
políticas, planes y procedimientos, leyes y reglamentos que pueden tener de impacto
significativo en las operaciones e informes y deben determinar si la organización cumple con
ellos.
Así mismos son responsables de determinar si los sistemas son adecuados y efectivos y si las
actividades auditadas están cumpliendo con los requerimientos apropiados. También deben
revisar las operaciones o programas para cerciorarse si los resultados son consistentes con los
objetivos y metas establecidas y si las operaciones o programas se llevan a cabo como se
planearon
¿QUÉ ES UNA AUDITORÍA?
La auditoría es una verificación que realiza en una empresa u organización, que tiene la finalidad de
cotejar y comprobar la situación financiera de la empresa, así como también verificar el patrimonio
de la misma y evaluar si los números de la contabilidad reflejan los resultados que dicha empresa
ha obtenido en un determinado período de tiempo.
Toda auditoría debe ser analítica y objetiva. Además, debe tener un amplio sentido crítico por parte
de quien la realice. Es una comparación y, como tal, debe poder compararse con un patrón. Las
auditorías pueden ser voluntarias o de carácter obligatorio.
EL AUDITOR
La persona que desempeña el puesto de auditor o auditora no debe confundirse con la auditoría
contable o financiera internas llevadas a cabo por los tribunales de cuentas y Contralorías
generales o externas desempeñadas por las empresas auditoras privadas
ÉTICA PROFESIONAL
La ética profesional del auditor, se refiere a la responsabilidad del mismo para con el público, hacia
los clientes y colegas y los niveles de conducta máximos y mínimos que debe poseer.
A tal fin, existen cinco conceptos generales, llamados también "Principios de Ética" las cuales son:
Las normas generales y técnicas son reglas de conducta que exigen la observancia de las
normas relacionadas con la realización del trabajo. Así, las primeras indican que un miembro
a quien mediante otro contador solicite consejo profesional sobre una cuestión técnica
contable o de auditoria, debe consultar con el otro contador antes de proporcionar ese
consejo a fin de asegurarse de que el miembro conoce todos los datos y hechos disponibles.
El contador público debe ser imparcial y franco con sus clientes y servirles lo mejor que
pueda, con interés profesional por los intereses de ellos, consecuente con sus
responsabilidades para con el público y todo esto lo pondrá de manifiesto a través de
independencia, integridad y objetividad.
Necesidad de confidencialidad:
Tanto el sentido común como el concepto de independencia requieren que sea el auditor, no
el cliente, quien decida qué información necesita el auditor para practicar una auditoria
efectiva. En esa decisión no debe influir la creencia, de parte del cliente, de que cierta
información es confidencial. Una auditoria eficiente y efectiva requiere que el cliente ponga
en el auditor la confianza necesaria para ser sumamente franco al proporcionar información.
Confidencialidad y privilegio:
Con las excepciones indicadas, las comunicaciones entre el cliente y el auditor son
confidenciales; es decir, el auditor no debe revelar la información contenida en la
comunicación sin el permiso del cliente. Normalmente, sin embargo, esa información no es
"privilegiada". La información es privilegiada si el cliente puede impedir que un tribunal o
dependencia del gobierno tenga acceso a ella mediante un citatorio u orden de
comparecencia.
Información Confidencial:
Conflicto de intereses:
El temor de algunos clientes de que sus secretos les sean comunicados a los competidores
es tan grande que se niegan a contratar a auditores entre cuyos clientes figure un competidor.
Otros quedan satisfechos con la seguridad de que el personal encargado de su trabajo no
tenga contacto con el personal del competidor. El precio de obtener tan alto grado de
confidencialidad es la pérdida de los beneficios de una experiencia en el ramo que pueden
aportar los auditores familiarizados con más de una empresa dentro del mismo giro. La
experiencia indica que el riesgo de que se filtre información que tenga valor competitivo es
sumamente bajo.
1. Integridad
Debe ser sincero, justo y honesto en todas sus relaciones profesionales.
Debe ser probo e intachable en todos sus actos.
No debe estar asociado a informes, rendiciones, comunicaciones u otra
información que contengan un material falso.
2. Objetividad
No debe permitir que los favoritismos, conflictos de interés o la influencia
indebida de otros afecten sus juicios profesionales.
Debe actuar siempre con independencia en su manera de pensar y sentir,
manteniendo sus posiciones sin admitir la intervención de terceros.
3. Competencia profesional y debido cuidado
El auditor tiene el deber de mantener sus habilidades y conocimientos
profesionales actualizados.
Su desarrollo profesional debe estar basado en las mejores prácticas,
legislación y técnicas existentes.
Debe actuar diligentemente.
Un servicio profesional competente requiere el ejercicio de un juicio sensato
en la aplicación de los conocimientos y habilidades profesionales.
4. Confidencialidad
El auditor debe respetar la confidencialidad de la información obtenida como
resultado de sus relaciones profesionales y de negocios.
No debe revelar esta información a terceros que no cuenten con la debida
autoridad a menos que exista un derecho o deber legal o profesional para
revelarla.
Debe mantener la confidencialidad incluso en el ambiente social o familiar.
5. Comportamiento profesional
El auditor debe cumplir con los reglamentos y leyes relevantes y debe
rechazar cualquier acción que desacredite a la profesión.
FUNCIONES GENERALES
Para ordenar e imprimir cohesión a su labor, el auditor cuenta con una serie de funciones
tendientes a estudiar, analizar y diagnosticar la estructura y funcionamiento general de una
organización.
Las funciones tipo del auditor son:
• Estudiar la normatividad, misión, objetivos, políticas, estrategias, planes y
programas de trabajo.
• Desarrollar el programa de trabajo de una auditoria.
• Definir los objetivos, alcance y metodología para instrumentar una auditoria.
• Captar la información necesaria para evaluar la funcionalidad y efectividad de los
procesos, funciones y sistemas utilizados.
• Recabar y revisar estadísticas sobre volúmenes y cargas de trabajo.
• Diagnosticar sobre los métodos de operación y los sistemas de información.
• Detectar los hallazgos y evidencias e incorporarlos a los papeles de trabajo.
• Respetar las normas de actuación dictadas por los grupos de filiación, corporativos,
sectoriales e instancias normativas y, en su caso, globalizadoras.
• Proponer los sistemas administrativos y/o las modificaciones que permitan elevar la
efectividad de la organización
• Analizar la estructura y funcionamiento de la organización en todos sus ámbitos y
niveles
• Revisar el flujo de datos y formas.
• Considerar las variables ambientales y económicas que inciden en el
funcionamiento de la organización.
• Analizar la distribución del espacio y el empleo de equipos de oficina.
• Evaluar los registros contables e información financiera.
• Diseñar y preparar los reportes de avance e informes de una auditoria.
HABILIDADES Y DESTREZAS
En forma complementaria a la formación profesional, teórica y/o práctica, el equipo auditor
demanda de otro tipo de cualidades que son determinantes en su trabajo, referidas a
recursos personales producto de su desenvolvimiento y dones intrínsecos a su carácter.
La expresión de estos atributos puede variar de acuerdo con el modo de ser y el deber ser
de cada caso en particular, sin embargo, es conveniente que, quien se dé a la tarea de
cumplir con el papel de auditor, sea poseedor de las siguientes características:
Actitud positiva.
Estabilidad emocional.
Objetividad.
Sentido institucional.
Saber escuchar.
Creatividad.
Respeto a las ideas de los demás.
Mente analítica.
Conciencia de los valores propios y de su entorno.
Capacidad de negociación.
Imaginación.
Claridad de expresión verbal y escrita.
Capacidad de observación.
CONCLUSION