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Como el propio papel del Estado y la función social del derecho, también las
cuestiones de la dirección estatal directamente derivadas de ellas son siempre
cuestiones de poder, cuestiones de clase. Cada clase que ha llegado al poder
sustentando un determinado modo de producción, un determinado orden social,
necesariamente tiene que dar origen al sistema estatal y a la dirección que a
ella corresponda, un sistema que corresponda a las exigencias de la nueva
sociedad y materialice formas más elevadas de la convivencia entre las gentes
en la dominación de la naturaleza y su propio desarrollo. Aquí están las
profundas raíces de la diferencia cualitativa, no sólo en el contenido sino
también en la forma del orden estatal socialista frente al aparato de dominio de
la burguesía y del capital monopolista en las postrimerías de la sociedad
capitalista. Al mismo tiempo se manifiesta la magnitud de las tareas que tiene
que cumplir la clase obrera y su partido marxista leninista en su avance hacia el
socialismo y comunismo. En el período de la sociedad socialista avanzada va
adquiriendo una importancia cada vez mayor la actividad de dirección y
conducción del Estado y la participación de los trabajadores en la dirección
como clave para el cumplimiento de las complejas tareas sociales. Es por ello
completamente natural que estos problemas ocupan un lugar cada vez mas
amplio en la actividad del partido y del Estado. La dirección estatal central —la
Cámara del Pueblo y otros órganos del Estado—, en colaboración con los
trabajadores, elabora la estrategia y táctica del conjunto del desarrollo social y
moviliza a los trabajadores para la consecuente acción conjunta.
Son dos las tareas principales que se plantean a la dirección estatal. Se trata,
por una parte, de mantener en constante desarrollo la democracia socialista y
de orientar las principales fuerzas sociales, la iniciativa de millones de
trabajadores, de millones de miembros conscientes de la sociedad y, por la otra,
de elevar considerablemente la calidad científica de la dirección estatal, de
elaborar el moderno sistema de esta dirección estatal socialista, de ensayarlo y
llevarlo a la práctica. Ello incluye el dominio de la ciencia marxista leninista de
la organización por los diputados elegidos y los colaboradores del aparato
estatal. Con ello se pasa de una actividad predominantemente operativa a un
más concentrado método de trabajo científicamente fundamentado que
garantizará el funcionamiento efectivo de nuestro sistema social en su conjunto
y de sus sistemas parciales.
Los objetivos y tareas principales de la dirección estatal consisten en asegurar
en su conjunto el desarrollo social en la República Democrática Alemana, sobre
la base del programa del socialismo, de la Constitución socialista, del
pronóstico y del plan de perspectiva. Para ello es menester garantizar la unidad
entre la dirección científica y el desarrollo de la democracia socialista y la
consolidación de la alianza de la clase obrera con la clase de los campesinos
cooperativistas, la intelectualidad socialista y todas las demás capas
trabajadoras.
El desarrollo de las potencias creadoras y cualidades morales de las gentes, el
máximo aprovechamiento de la iniciativa de los trabajadores, impulsan la
solución de las tareas estatales. Es necesario concentrar las fuerzas y los
medios en los principales objetivos politicoestructurales, para consolidar la
República Democrática Alemana como Estado industrial altamente desarrollado
con una moderna agricultura. Se trata de alcanzar y determinar el máximo nivel
mundial en importantes aspectos y cumplir así las exigencias que plantea la
revolución técnico-científica. La solución de esta tarea principal requiere ahora
que el Consejo de Ministros elabore el modelo funcional total de la dirección
científica del proceso de reproducción de la economía nacional. El siguiente
proceso decisivo consiste en el paso a la regulación de sistema en la esfera de
la dirección estatal conjunta.
Con el desarrollo de la actividad científica de dirección de las Uniones de
empresas propiedad del pueblo (WB) y de los combinados, con la coordinación
de la agricultura con la industria de productos alimenticios, con la estrecha
colaboración entre la industria y el comercio y el perfeccionamiento del sistema
del comercio socialista, surgen también nuevos problemas en la dirección de
las ciudades y municipios. Propongo que las experiencias del ejemplo de Berlín
en la organización de la dirección científica sean aprovechadas paulatinamente
en otras ciudades, teniendo en cuenta las condiciones específicas de desarrollo
y las posibilidades de la economía nacional en su conjunto. Dirijo además la
atención sobre el impulso que se debe dar a determinados nuevos puntos de
concentración urbanos, sobre todo en el norte del país, donde la producción
industrial crece rápidamente gracias al desarrollo de nuevas ramas.
Quisiera señalar como cuestión de principio que el sistema social avanzado del
socialismo no puede llevarse a la realidad en virtud de una política pragmática
limitada a cuestiones parciales. Más aún: El sistema socialista no está por
encima de las gentes; son las gentes las que, dirigidas por el partido y el
Estado, tienen que captar los nuevos problemas, tienen que dedicarles su
trabajo creador y dominarlos. Eso exige en toda la actividad de dirección estatal
que se siga desarrollando fundamentalmente la colaboración con los
ciudadanos. Debe ampliarse sistemáticamente la información a la población
para impulsar su consciente participación en la solución de importantes pro-
blemas. Es indispensable lograr que los trabajadores conozcan oportunamente
las nuevas tareas y sea preparada su participación planificada en la solución de
las mismas.
De primordial importancia es el desarrollo del trabajo colectivo socialista,
particularmente en la solución de las cuestiones centrales politicoestructurales.
Este trabajo colectivo socialista abarca en medida creciente a todas las clases
y capas de la población y determina en alto grado el proceso de desarrollo de
las normas de conducta y el nivel de cultura de las gentes. Por ello el fomento
del trabajo colectivo socialista es parte integrante de la actividad de dirección
estatal.
También las representaciones populares locales deberán ocuparse más
concreta y detenidamente de los problemas fundamentales del desarrollo de su
territorio, partiendo del desarrollo de las ramas determinantes de la estructura,
con el fin de llegar a decisiones científicamente fundamentadas y controlar
estrictamente su ejecución. La meta es asegurar un incremento máximo de la
renta nacional y su utilización más efectiva, para seguir mejorando las
condiciones de trabajo y de vida de los ciudadanos y establecer una íntima
relación entre los órganos estatales y la población. En la preparación de las
decisiones y el control de su ejecución recae una gran responsabilidad sobre
las comisiones permanentes de las representaciones populares locales. Su
función consiste, ante todo, en dar su activo apoyo al estudio de nuevos
problemas y ayudar en el control de la ejecución, en estrecha cooperación
socialista, para asegurar el más efectivo cumplimiento de las decisiones.
Adquieren una creciente importancia los órganos de control y consultivos como
son los consejos sociales, los comités de producción, los consejos de
productores, los consejos adjuntos a las asociaciones económicas. Surge la
necesidad de que estos órganos de control y consultivos sean incorporados
más estrechamente a la actividad de las representaciones populares. Es in-
dispensable que los miembros de las representaciones populares y los traba-
jadores que colaboran en los órganos consultivos y de control dispongan de un
alto nivel de instrucción y cultura. Por ello su ulterior capacitación debe ser una
preocupación de primer orden de todos los órganos estatales y sociales. Surge
la necesidad de desarrollar un sistema especial de capacitación en esta esfera.
En ello recae una alta responsabilidad sobre la Academia alemana de derecho
y ciencias políticas.
Incumbe a las ciencias políticas socialistas organizar una exacta labor científica
orientada a los problemas principales que, partiendo de las necesidades de la
práctica social, investigue los nuevos problemas del desarrollo del Estado
socialista y del derecho socialista. Deberá investigar y señalar los caminos por
los que el Estado socialista pueda garantizar el desarrollo planificado de la
sociedad. Eso requiere al mismo tiempo un constante enfrentamiento con las
ideologías imperialistas y revisionistas del Estado.
La Academia alemana de derecho y ciencias políticas como centro de
investigación es plenamente responsable de realizar el trabajo de investigación
científica respecto a los problemas fundamentales del Estado y del derecho y
de formar y capacitar a los cuadros dirigentes del aparato estatal.
En el cumplimiento de esa función colabora estrechamente con las secciones
de derecho y ciencias políticas de las universidades. El rector de la Academia
alemana de derecho y ciencias políticas, profesor Dr. Arlt, en el discurso que
acaba de pronunciar ha expuesto interesantes ideas al respecto y ha explicado
cómo debe cumplirse esta tarea. Estoy de acuerdo con lo que ha dicho. Ahora
se trata de que esas ideas sean llevadas a la práctica, exacta y conse-
cuentemente, y de dedicar más enérgicamente todas las fuerzas al
cumplimiento de las tareas que plantea la estructuración del sistema social
avanzado del socialismo.