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RESUMEN
Entre los años 1970 y 2010, la población urbana aumentó significativamente, lo cual se ve
reflejado en el número de ciudades en México, de 174 en 1970 a 399 en el año 2010, es decir
casi tres y medio veces. Para el 2010, las ciudades de mas de un millón de habitantes eran
once, mientras que 79 tenían entre cien mil y un millón de habitantes (ciudades intermedias)
y en 309 habitaban menos de cien mil personas (ciudades pequeñas) (Garza Villarreal, 2003;
Sobrino, 2011). Aun cuando en términos relativos el cambio más significativo fue en las
grandes ciudades, las ciudades intermedias han adquirido mayor presencia dentro del país
(Sobrino, 2011: 4), posiblemente porque se siguen concibiendo como “una posibilidad tanto
de reducir lo que parece ya una costosa concentración en el aspecto social –y ‘potenciar’ o
1
aprovechar los recursos físicos, humanos y en general económicos latentes en el resto del
país-, como de integrar –al menos funcionalmente- la población dispersa a los beneficios del
desarrollo” (Aguilar, Graizbord y Sánchez Crispín, 1996: 24) .
2. LA PLANEACIÓN INTEGRAL
Los rápidos cambios sociales, políticos, económicos y tecnológicos actuales y las fallas en la
implementación de los planes de desarrollo urbano, han hecho que en México, la planeación
sea mas decorativa que indicativa (Ward, 2004), permitiendo que la especulación
inmobiliaria sea la que determine la forma y organización espacial de las ciudades. Uno de
los problemas mas comunes de la planeación es su sectorización, es decir, cada sector que
involucra a una ciudad (desarrollo económico, medio ambiente, usos de suelo, vialidades,
etc.) planea su participación de una manera independiente, olvidando las relaciones
sistémicas e ignorando su impacto en los otros sectores. Por ejemplo, los planificadores
urbanos orientan sus esfuerzos principalmente en organizar los patrones de actividades, las
densidades, entre otras, olvidándose de que estas actividades están vinculadas temporal y
espacialmente a otras, localizadas en otra parte de la ciudad y que es el transporte la
herramienta para lograr la interacción. Mientras que los planificadores de transporte se
enfocan la predicción y provisión de infraestructura y modos que permitan la movilidad en la
ciudad, empleando herramientas que miden el desempeño de la infraestructura, pero
ignorando que ésta es solamente un soporte de la movilidad.
Vegara y de las Rivas (2004) sostienen que los planes urbanos convencionales son demasiado
rígidos por lo que resulta necesario contar con nuevos instrumentos de planificación que
respondan de forma ágil e imaginativa a las nuevas demandas y necesidades de
transformación, al encuentro de las escalas territoriales y locales, por lo que, apoyándose en
la lógica descriptiva, proponen que el proceso de planificación sea “más abierto, más
dinámico, fomentando relaciones de abajo arriba y arriba abajo, un proceso de feed-back
permanente, de reflexión sobre la visión global de la ciudad y al mismo tiempo de
identificación de los temas emergentes que permiten definir los proyectos críticos o
estratégicos de un modelo urbano concreto” (p. 37).
1
Los elementos físicos son la organización territorial, el tamaño, los recursos naturales, la dotación de servicios,
equipamiento y obras de infraestructura, la distribución territorial de los factores de producción. Los sociales
son la especialización económica, el empleo, la marginalidad, la distribución de ingreso, el nivel educativo y los
principales agentes políticos.
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Una visión complementaria a la anterior es la planificación integral, entendiendo ésta como
“el arreglo eficiente de las actividades en la ciudad empleando la proximidad entre éstas y
una mayor conectividad provista por los diferentes modos de transporte” (Garnica Monroy,
2012: 21). Una ciudad con una planeación integral enfocará sus esfuerzos en generar nuevo
crecimiento en áreas rehabilitadas o nuevas áreas que sirvan para cumplir metas
comunitarias, por lo que se proponen dos principios espaciales: 1) emplear la proximidad
entre las actividades, como el mejor sustituto de los largos desplazamientos y 2) facilitar la
conectividad deseada entre las diferentes áreas, con modos de transporte eficientes y
adecuados, todo con el fin de mejorar la calidad de vida de sus habitantes (Owen, 1972). Esta
integración conlleva beneficios económicos, sociales y ambientales a las ciudades, tales
como: la reducción de la necesidad de viajes, especialmente los hechos en automóvil; el
mejoramiento de la calidad ambiental; mayor seguridad; la creación de nuevos desarrollos
inmobiliarios evaluados previamente con respecto a su localización, escala, densidad y
diseño; promoción del transporte no motorizado; beneficios en la salud de los habitantes, etc.
2
En esta investigación se usará indistintamente los términos red vial y estructura vial. En ambos casos se
considera que en esta red es posible cualquier desplazamiento en cualquier modo de transporte.
3
Y tratando de que el menor número sean callejones sin salida (cul-de-sacs).
3
Estudios en ciudades donde se ha mejorado la conectividad de la red vial han demostrado que
una mayor conectividad reduce la distancia recorrida en automóvil entre un 1.2 y 1.6% (On
Line TDM Encyclopedia VTPI, 2012b) además de tener un alto impacto en la decisión de
selección de modo de transporte, incrementándose la peatonalidad y el uso del transporte
público (Ewing y Cervero, 2010; Handy, Tal y Boarnet en On Line TDM Encyclopedia
VTPI, 2012b) .
Existen distintas formas de medir la conectividad, sin embargo todas cuantifican el grado de
conectividad de una calle (origen) con respecto a los destinos deseados de acuerdo al modo
de transporte empleado. Algunos de los índices mas comúnmente empleados son: el número
de tramos de una calle dividido entre el número de nodos; el cociente obtenido de la división
de las intersecciones entre el número de intersecciones y número de callejones; el número de
intersecciones dentro de un área determinada; solamente el número de conexiones de una
línea.
La accesibilidad es “uno de esos términos que todo el mundo usa hasta que se encuentra con
el problema de su definición y medida” (Gould, 1969: 64), sin embargo la podemos entender
como la facilidad que otorga la configuración física de la ciudad a la población para alcanzar
los destinos deseados, distribuidas en el territorio desde cualquier punto, empleando la red
vial. De esta manera tenemos que entenderla como un atributo del espacio, propio de los
lugares, de las ciudades y los territorios (Santos y Ganges y de las Rivas, 2008: 20). Otra
característica es que para poder alcanzar los sitios deseados es necesario superar la distancia
entre ellas, empleando algún modo de transporte. Es entonces, la proximidad o distancia entre
un lugar y otro (o el resto de los lugares) el otro factor que definirá el grado de accesibilidad
de estos.
4
(tanto ex ante como ex post), porque con ellos se puede observar la relación entre los usos de
suelo y el transporte, y la disponibilidad y calidad de los servicios básicos.
Cuando la accesibilidad se relaciona con los grupos sociales es común confundirse con el
término de movilidad por ser complementarios, porque son los grupos sociales los que tienen
que desplazarse (movilidad) de un lugar a otro en la ciudad considerando sus posibilidades de
desplazamiento, los sistemas de circulación disponibles y la distribución espacial de las
actividades (accesibilidad). La accesibilidad y la movilidad se diferencian por ser atributos
de diferentes sujetos, mientras que el primero (como ya se mencionó) se relaciona con el
territorio, el segundo es una característica de los individuos.
La movilidad es “el conjunto de desplazamientos que tienen que realizar las personas de una
ámbito territorial determinado por motivos laborales, formativos, culturales, de ocio o por
cualquier otra causa” (RACC, 2004: 43). Con esta definición se aclara la correcta aplicación
en la planeación de las ciudades: el sujeto de la movilidad es el individuo y el objeto que la
permite es el transporte; por lo que, es un atributo del individuo, ya que es a partir de su
capacidad de desplazarse, que tiene acceso a los bienes y servicios necesarios para satisfacer
sus necesidades. La movilidad es clave en la ciudades y facilitarla debe ser prioridad para los
planificadores y los tomadores de decisiones. Proveer de alternativas es la forma que tenemos
de mejorar la accesibilidad de un lugar; pensando en diferentes modos de transporte, sin
olvidar que éstos están irremediablemente asociados a los usos de suelo y a las personas que
se desplazaran por las alternativas (Barra, 1989) .
De acuerdo a los datos oficiales, en el año 2005, la zona metropolitana de Tuxtla Gutiérrez4
estaba conformada por los municipios de Tuxtla Gutiérrez y Chiapa de Corzo y cubría una
extensión de 1,210 km2 que habitaban 576,872 habitantes, siendo su densidad media urbana
de 82.9 hab/ha; las localidades urbanas son cuatro: Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo,
Copoya y El Jobo (Ver Figura 1).
El Cuadro 1 muestra el crecimiento que ha tenido esta ciudad desde 1990 respecto a su
población, sin embargo es notorio ver que es el municipio de Chiapa de Corzo el que presenta
una mayor tasa de crecimiento medio anual pero alberga solamente 13% de la población
total. Como muchas ciudades intermedias de México, la ciudad de Tuxtla Gutiérrez sufrió un
crecimiento vertiginoso a partir de la década de los setentas, debido a la inmigración de la
población rural y a la construcción de la presa hidroeléctrica Manuel Moreno Torres. Entre
los años 1995 y 2005, la tasa de crecimiento medio anual fue del 1%. Además, concentra el
96% de la actividad industrial de todo el estado. Sin embargo el crecimiento que presenta
Tuxtla Gutiérrez se debe principalmente a un fenómeno interno de migración, donde la
población del campo se trasladó a la ciudad en busca de mejores oportunidades, ya que la
capital del estado de Chiapas presenta el índice más bajo de inmigración de personas
provenientes de otros estados (INEGI, 2012; SEDESOL, CONAPO y INEGI, 2007) .
4
La zona metropolitana esta conformada por áreas urbanas y rurales que están incluidas dentro de cada
municipio, mientras que el área urbana, a la que se denominará en este artículo como Tuxtla Gutiérrez, solo
considera la mancha urbana continua y contigua dentro de los límites político-administrativos
5
10. ZONA METROPOLITANA DE TUXTLA GUTIÉRREZ
Simbología
Límite internacional
Límite estatal
Límite municipal
Localidad urbana
Tipo de municipio
Municipio central
Municipio exterior definido
con base en criterios
estadísticos y geográficos
Municipio exterior definido
2 con base en criterios de
planeación y política urbana
1
Municipios
3 4
07101
07027 Chiapa de Corzo
07101 Tuxtla Gutiérrez
Localidades
1. Chiapa de Corzo
2. Tuxtla Gutiérrez
3. Copoya
4. El Jobo
Chiapas
07027
0 5 10 15
Km.
Figura 1. Mapa de la zona metropolitana de Tuxtla Gutiérrez (SEDESOL, CONAPO y INEGI, 2007).
Cuadro 1. Datos de población, tasa de crecimiento, superficie y densidad media urbana, de la zona
metropolitana de Tuxtla Gutiérrez, desde 1990 hasta 2005 (SEDESOL, CONAPO y INEGI, 2007).
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4.3. Análisis de Tuxtla Gutiérrez
Figura 3. En la parte superior se puede observar el mapa de conectividad de la zona metropolitana de Tuxtla
Gutiérrez, mientras que en la parte inferior se observa un histograma con la distribución sesgada a la izquierda.
Elaboración propia
El tamaño de frente de cuadra es una medida que revela el potencial que tiene una cuadra
para fomentar la peatonalidad, ya que las cuadras pequeñas de no más de 400 de perímetro,
hacen los recorridos peatonales más interesantes, proveyendo de una mayor cantidad de
conexiones en la red (Duany, Speck y Lydon, 2010; Krier, 1981; Moudon, 1997). El frente
de cuadra aproximado se obtiene del cociente de la longitud total de la línea divida entre el
número de conexiones menos uno5. La Figura 4 muestra que, en general, la ciudad de Tuxtla
Gutiérrez tiene un alto potencial de peatonalidad, ya que el 93% de sus frentes de cuadra se
encuentran dentro de los rangos más pequeños, que van desde los 3m hasta los 150m. La
5
En caso de que solamente haya una intersección se divide entre 1
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mediana de frentes de cuadra es de 73.66 metros para la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, lo que
revela el gran potencial de peatonalidad con el que cuenta.
Figura 4. Frente de cuadra. Histograma con la distribución sesgada a la izquierda, donde se puede observar que
la mayoría de los frentes de cuadra son menores a los 200 metros. Elaboración propia
Es interesante que tanto en los análisis de conectividad, longitud de líneas, frente de cuadra e
integración global, la Carretera Panamericana y los Libramientos Norte y Sur, desempeñen
un papel importante, podría hablarse de que esas vialidades funcionan bien dentro del sistema
en el que se encuentra, es decir, favorecen los desplazamientos este-oeste para los que fueron
creados. Por otra parte, observamos que las zonas donde la Carretera Panamericana encuentra
una morfología reticular densa, los valores de integración se incrementan, como en el caso de
la zona oeste de la ciudad donde se ubica el aeropuerto.
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El análisis de integración a nivel de barrio busca identificar las vialidades que poseen
relevancia a nivel local, se observa que las tramas reticulares resultan mejor evaluadas ya que
proveen más opciones en las rutas. Debido a que hay muy pocas líneas muy accesibles a esta
escala se decidió elaborar un nuevo mapa que combinara los rangos más altos de integración
local y global, para identificar los sub-centros de la zona metropolitana (ver Figura 6). De
esta manera fue posible identificar algunos núcleos repartidos por la zona metropolitana, sin
embargo Copoya una vez más llama la atención porque demuestra que tiene gran importancia
desde el punto de vista local. Apreciamos otras centralidades con más envergadura, hacia el
oeste de la ciudad, en Terán, que está muy cercano a la Carretera Panamericana, lo cual
resulta lógico debido a la gran retícula que caracteriza su morfología. El centro de la ciudad
conserva su jerarquía a nivel local, producto no solamente de su localización sino de la gran
densidad de líneas con las que cuenta.
Figura 6. Mapa de accesibilidad a nivel de barrio, donde solo se muestran en color las líneas más accesibles a
esta escala. Elaboración propia
9
Figura 7. Localización del área a intervenir. Elaboración propia
Los cambios en cuanto integración global son muy evidentes, como se aprecia en la Figura 8.
Ahora Copoya se ubica dentro de los rangos medios de integración global, al igual que la
zona aledaña al aeropuerto. Otra punto importante es que la mayoría de las vialidades con
bajos niveles de accesibilidad desaparecieron, inclusive las vialidades ubicadas en el extremo
norte, ahora lucen mejor integradas. La zona centro tiene un mayor número de líneas dentro
del rango más alto de la escala. Comenzamos a notar que los núcleos identificados
anteriormente, ahora son más claros.
5. CONCLUSIONES
El análisis que realizamos demuestra que nuestras intervenciones tienen un gran impacto en
la ciudad, que aunque modifiquemos una pequeña parte, la ciudad responde como un todo.
Los efectos de la red se trasladan hasta escenarios sociales, donde la poca accesibilidad de
una zona, aísla y enajena a sus habitantes. La red entonces es un concepto que construimos
para comprender como se relacionan las cosas, las ciudades son una aglomeración de
relaciones.
En términos generales podemos concluir que la propuesta es exitosa en todas las categorías
consideradas, en cuanto al tipo de corredor creemos que tiene que ser una vialidad primaria,
ya que existirá gran demanda de la misma al conectar las dos zonas. Es probable que a partir
de su construcción comenzarán a poblarse sus zonas aledañas, en principio por usos de
industria ligera y comerciales, que se servirán de su cercanía al aeropuerto, y finalmente por
barrios completos, hacia el norte, que se integrarán a la mancha urbana desapareciendo los
vacíos existentes.
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Figura 8. Mapa de accesibilidad metropolitana con la propuesta incorporada. Elaboración propia
Figura 9. Mapa de accesibilidad a nivel de barrio con la propuesta incorporada. Elaboración propia
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