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Maquiavelismo y Tacitismo en La Vida Es Sueno
Maquiavelismo y Tacitismo en La Vida Es Sueno
LA VIDA ES SUENO
YSLA CAMPBELL
Universidad Autônoma de CiudadJuârez
1
José Luis Abellân, Historia critica del pensamiento espanol. Del Barroco a la
Ilustraciôn (siglos XVIIy XVIII). Espasa-Calpe, Madrid, 1988, t. III, p. 95.
[75]
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8
Maquiavelo, El principe (prôl. Sabino Fernândez Campo, éd. Mercedes Lôpez
Suârez). Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 1994, p. 102.
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Si alguno dixere que el libre albedrio del hombre esta perdido y extinguido después
del pecado de Adân, o que es cosa de solo nombre o mâs bien nombre sin objeto,
y enfinficciônintroducida por el demonio en la Iglesia: sea excomulgado. "
>°Ibid.
" Apud Michel Cavillac, Gueux et marchands dans le Gusmân de Alfarache (1599-
1604). Institut d'Études Ibériques et Ibéro-Américaines de l'Université de Bordeaux,
Bordeaux, 1983, p. 93.
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12
José Alcalâ-Zamora, La réflexion polîtica en el itinerario del teatro calderoniano.
Real Academia de la Historia, Madrid, 1989, p. 42.
13
"Introduction" a Pedro Calderôn de la Barca, La vida es sueno, éd. cit., p. 71.
14
Op. cit., p. 102.
15
Ibid, p. 103.
16
Modesto Santos, "Introduction" a su édition de Baltasar de Alamos y Barrientos,
Discurso politico al rey Felipe III al comienzo de su reinado. Anthropos, Barcelona,
1990, p. xix.
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realiza un uso injusto, antiético y anticristiano del poder, que tiene como
resultado la cafda del reino en una guerra civil, ocasionada porque el soberano,
que retôricamente se autodefïne como esclavo del reino, no accède al deseo
popular de tener un principe natural.
La propuesta de los antimaquiavelistas espanoles era la armonia entre
razôn y fe. Segismundo, quien a partir de su liberaciôn sufre un profundo
proceso de transformaciôn en el que domina sus pasiones mediante el uso de
la razôn (poder, ante la propuesta del soldado; ira, ante el rechazo de Clotaldo;
vanagloria, al conducir al ejército), llega a la cumbre de la racionalizaciôn aplicada
a la esfera politica, pues ya esta en su funciôn de rey al renunciar al amor de
Rosaura. El principe pone en prâctica el arte del estadista al subordinar sus
objetivos personales en beneficio de los fines politicos: imposibilita la union, y
con ello el fortalecimiento, de Astolfo y Estrella; castiga al soldado traidor al
rey, quien es el représentante de las inquiétudes populares; da su lugar al soberano.
Es decir, Segismundo emplea el arte de gobernar; sin embargo, también podemos
ver que hay una conciencia ética aplicada al ambito polftico, ya que la actitud
del principe implica la restauraciôn del honor perdido de la dama y la colocaciôn
en primer término de la relaciôn filial entre padre e hijo. Con lo que nos encon-
tramos ante el pensamiento tacitista en la teorfa de los escritores espafioles,
cuyo objetivo central contemplaba el "reconocimiento de la politica como una
esfera autônoma con sus propias normas y técnicas, pero intentando hacerles
compatibles con la moral cristiana". " En resumen, Segismundo, cuya utilizaciôn
de la razôn le permite llegar al vencimiento de las pasiones por el buen uso del
libre albedrio, représenta el idéal del principe cristiano basado en los postulados
del tacitismo. Esa transiciôn de la pasiôn a la razôn en el personaje, le permite
ser atalaya de los sûbditos. En este punto, es preciso considerar la diferente
concepciôn del pueblo que tienen ambos soberanos: Basilio lo denomina
"vulgo", "monstruo despenado y ciego", mientras que para Segismundo
son "vasallos" —cuando el rey usa el término "vasallos", es para hablar a la
corte. "Vulgo", para Covarrubias, es sinônimo de "gente ruin", bajo la acepciôn
de poblacho. Asi pues, el rey da un sentido peyorativo al estrato popular,
mientras que el principe se refiere a él desde una perspectiva politica.
Concuerdo con Alcalâ-Zamora en que, al igual que en El principe
constante, en esta obra la incapacidad de los medios de Basilio para vencer en
Segismundo "su libertad espiritual y sus convicciones éticas ilustra el grado
mâximo de conflicto que cabe en el enfrentamiento del individuo con el orden
polftico y, al mismo tiempo, brinda un ejemplo magnifico de crîtica y rechazo del