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BIOGRAFÍA DE ROLLO MAY

Rollo May nació el 21 de abril en 1909 en Ada, Ohio y murió el 22 de octubre de


1994, en una bahía de San Francisco llamada “tiburón”.

May se inscribió en el Seminario Teológico Unión en Nueva York, no con la


intención de ser cura, sino con el propósito de esclarecer dudas. Ahí pudo realizar
investigaciones profundas sobre el significado de la desesperación, el suicidio y la
ansiedad, cuestiones en gran medida ignoradas por los psicólogos.

Tuvo que interrumpir sus estudios ya que May sufría de tuberculosis entonces
pasó tres años en el Sanatorio Saranac, sin saber si iba a vivir o morir. Durante su
enfermedad, leyó, entre otras obras, Freud y de Soren Kierkegaard, (el fundador
del movimiento existencialista en filosofía).

La enfermedad de May le ayudó a apreciar la importancia de un punto de vista


existencial. Pudo regresar a Nueva York y terminar su licenciatura en teología en
1938. Luego el decide estudiar psicoanálisis en el Instituto Blanca y recibió su
doctorado en psicología. Después de recibir su doctorado, pasó a enseñar en una
variedad de escuelas superior. En 1958, editó, con Ernest Angel y Henri
Ellenberger, el libro Existencia, que introdujo la psicología existencial de los
EE.UU.

La necesidad del mito

Un mito, es una forma de dar sentido, a un mundo que no lo tiene. Los mitos, son
patrones narrativos que dan significado a nuestra existencia.

Son como las vigas de una casa: no se exponen al exterior, son la estructura que
aguanta el edificio para que la gente pueda vivir en él.

Los mitos son la autointerpretación de nuestra identidad en relación con el mundo


exterior. Son el relato que unifica nuestra sociedad. Son esenciales para mantener
vivas nuestras almas con el fin de que nos aporten nuevos significados en un
mundo difícil y a veces sin sentido.

La creación de los mitos es esencial en psicoterapia. Es esencial que el terapeuta


permita al cliente tomarse en serio sus mitos, aparezcan estos en forma de
sueños, asociaciones libres, o fantasías. En la terapia, los mitos pueden ser una
extensión, una forma de poner en práctica nuevas estructuras vitales o un intento
de reconstruir el propio modo de vida.
La forma de tales mitos, pueden variar, pero su necesidad, en realidad, la
necesidad del mito, estará presente allí, donde haya personas que se llamen a sí
mismas humanas.

El mito se convirtió en una manera de explicar lo que nos rodea, ya que el ser
humano siempre ha tenido la necesidad de saber y entender lo que sucede a su
alrededor. Aquellas narraciones tenían como protagonistas a los dioses, los
auténticos referentes del bien y del mal. Había también otros personajes,
principalmente los héroes.

Por ejemplo, la historia de Edipo era una narración griega, en la que, en la versión
de Homero, adquirió proporciones míticas luego se convirtió en el mito del héroe
que busca su propia realidad, lo que hoy conocemos como la búsqueda de la
identidad.

Conclusión personal:

En lo personal, pienso que todos necesitamos alguna vez, o la mayoría del tiempo
creer en los mitos, creer en súper héroes. O bien, puede ser también la necesidad
de creer en algo malo, por ejemplo, cuando somos niños, no hacen creer que
existe un “coco”, para que vayamos a dormir temprano. Son maneras de ver la
vida, desde una perspectiva diferente, o con sentimiento. Los mitos, también
sirven de ejemplo, al creer en algo bueno, podemos moldearnos a nosotros
mismos a ser como esos seres en los que creemos.

De alguna manera, son muchas veces un refugio, como en el caso de Deborah,


era la manera en la que ella se sentía bien, explotaba su creatividad, creando esos
mundos fantasiosos, creo que hoy en día hemos perdido la creatividad, ya que,
nos enseñan más a pensar concretamente que a sentir. La ciencia, se ha
encargado de hacernos más pensantes, de no creer en mitos, o en seres que no
sean de este planeta. Por así decirlo.

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