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49
«Yahveh derramará su espíritu, su hálito de vida, sobre la semilla de Israel y así
despertará a nueva vida al pueblo agonizante (Is 44,3ss; Cf. Ez 37,1-14)» J.B. BAUER,
Diccionario de Teología Bíblica, vol. 74, Herder, Barcelona 1967, 343.
50
«Normalmente, el Nuevo Testamento usa para designar el viento los términos ánemos
o pnoé. En el Antiguo Testamento no hay diferencia terminológica para indicar la
intervención de Dios tanto en el hombre como en los fenómenos cósmicos» (Cf. P.
ROSSANO – G. RAVASI – A. GIRLANDA, NDTB, Paulinas, Madrid 1990, 554).
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 64
51
Cf. J.L. BARRIOCANAL, Diccionario del Profetismo bíblico, Monte Carmelo, Burgos
2008, 281.
52
«El ַ רּוחcaracteriza también al hombre, ya sea con el significado fisiológico “aliento,
repiración, hálito”(Cf. Zac 12,1; Is 42,5)» ROSSANO – G. RAVASI – A. GIRLANDA, NDTB,
555.
53
«Entre las diversas acepciones de ַ רּוחpuede señalarse, en primer lugar, el campo
meteorológico. En el Antiguo Testamento se usa un mismo término para hablar de
“viento” y de “espíritu”. Yahvé se manifiesta en las alas del “viento” y se dice que los
“vientos” son los mensajeros de Yahvé» J.L. BARRIOCANAL, DPB, 281-282.
54
«Los grandes profetas prometen una efusión general del espíritu de Dios, una fuerza
divina que transformará y transfigurará naturaleza y pueblo» J.B. BAUER, DTB, 343.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 65
55
Cf. J. PAYNE, «ַ»רּוח, en DITAT, 1408.
56
Cf. R. ALBERTZ, «ַ»רּוח, en E. JENNI – C. WESTERMANN, DTMAT I, Cristiandad,
Madrid 1978, 916.
57
«Esta donación del espíritu se realiza fundamentalmente en dos ámbitos; no hace
referencia a los profetas en cuanto hombres de la palabra…» J.L. BARRIOCANAL, DPB,
283.
58
«El ַ רּוחcaracteriza también al ser humano, sea situándolo entre los seres vivos,
cualificándolo psicológicamente o definiendo sus capacidades intelectuales y volitivas.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 66
65
«The questions of the “Word of God” in ancient Mesopotamia cannot be separated
from men´s endeavors to come into contact with the gods who, they believe, determine
envents in individual and social life, and thereby to get information concerning these
events» (Cf. G.J. BOTTER – H. RINGGREN, Theological Dictionary of the Old Testament,
vol. III, Library of Congress Cataloging in Publication Data, Grand Rapids 19782, 91.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 69
a) דָ בר
66
Para una explicación exhaustiva del término ver: G.J. BOTTER – H. RINGGREN, TDOT
vol. III, 84-91.
67
«The Word is described as a subject who has been sent to our by his master to
accomplish a mision», Ibidem 124.
68
«Dabhar as a term meaning ‘Prophecy’ is to a special degree a typical and specific
term for prophecy […] imparting the Word of God is the essential task of the prophet»
Ibidem 109.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 70
b) אָ מר
El verbo אָ מרpuede traducirse como: decir, hablar, relatar, ordenar,
responder. Este verbo se encuentra en todas las lenguas semíticas. El
término se usa unas 5.280 veces en el Antiguo Testamento hebreo. ַאָ מרse
refiere sencillamente a la comunicación oral. Generalmente el vocablo
implica la comunicación directa (decir), aunque puede usarse también para
la comunicación indirecta (hablar)71.
69
«A menudo en Ezequiel las palabras de Dios mandan al profeta el cumplimiento de
una acción simbólica que precede la proclamación de una palabra de Dios» J.L.
BARRIOCANAL, DPB, 526-527.
70
«Dabhar is used as the object of verbs of trusting or hoping which extol the reliability
of the Word» G.J. BOTTER – H. RINGGREN, TDOT, vol. III, 108.
71
AA.VV., DEPANT vol. I, Caribe, Nashville 1999, 107.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 71
Por regla general, el sujeto del verbo es alguna persona: un ser humano
(Gn 2,23) o Dios (Gn 1,3 primera mención del verbo). Contadas veces
animales (Gn 3,1) o, metafóricamente, objetos inanimados “dicen” alguna
cosa (Jue 9,8ss). El término tiene muchas connotaciones que requieren,
particularmente en algunos pasajes, una traducción adecuada (“responder”
como: “decir en respuesta a”).
El impacto de la comunicación divina es más que una simple declaración.
Tiene autoridad: “Dios habló a Noé” (Gn 9,8); Moisés pide permiso al
faraón para que Israel vaya a ofrecer sacrificios a Dios como Él “dice” (cf.
Éx 8,27). Además de estas connotaciones frecuentes, אָ מרse traduce con
vocablos que representan varios aspectos de la comunicación oral, como
“asignar” (1Re 11,18), “mencionar” (Gn 43,27), “llamar” (Is 5,20) y
“prometer” (2Re 8,19). Aunque no siempre se traduce de esta manera, el
término puede implicar el hecho de pensar dentro de sí mismo (Gn 44,28) y
la intención de actuar (Ex 2,14).
Cuando se trata del «hablar» divino 72 , el verbo puede referirse a una
simple comunicación (Gn 1,26). Sin embargo, encontramos a menudo un
sentido más pleno donde el «decir» de Dios efectúa lo que dice73 (cf. Gn 1).
La frase «así dice el Señor», tan frecuente en los profetas, se ha analizado
como una fórmula de uso frecuente en mensajes. Se han encontrado cartas
en el Medio Oriente, en Mari (1750–1697 a.C.) y Amarna (1400–1360
72
«In sketching the theological use of ‘amar it is necesary to include not only the idea of
God speaking to man, but also the idea of man speaking to God» BOTTER G.J. – H.
RINGGREN, TDOT, vol. I, 341.
73
«Amar is used to denote communication between two personal entities. The goal of
‘amar is that another person (or persons) might hear and understand, and might reply»,
BOTTER G.J. – H. RINGGREN, TDOT, vol. I, 331.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 72
a.C.), por ejemplo, que contienen una fórmula similar. Los mensajes
divinos solían incluir con frecuencia esta fórmula74.
La Biblia reconoce que detrás del hablar divino hay autoridad y poder:
יתי
ִ ָהַדב ְר ִתיַוְ ָע ִש
ִ ֲאנִ יַיְ הו. La Septuaginta traduce este verbo mediante más de
40 vocablos griegos diferentes, prefieriendo λέγω (decir) y εἶπεν (él dijo).
Destaca en la literatura profética el término ( נְ אֻם376x) que se traduce
como “oráculo” o “así dice” en tono afirmativo, categórico (Jer 23,31; Ez
37,14).
c) נָבָ א
El verbo ( נָבָ אprofetizar) se encuentra en todos los períodos de la lengua
hebrea. Parece estar relacionado con la antigua palabra acádica nabû, que
en su forma pasiva significa “ser llamado”75. El término se encuentra en el
texto hebreo de la Biblia unas 115 veces. El primer caso se halla en 1Sam
10,6.
Con mayor frecuencia, נָבָ אsirve para describir la función del verdadero
profeta76 cuando comunica el mensaje de Dios al pueblo, bajo la influencia
del Espíritu divino (1 Re 22,8; Jer 29,27; Ez 37,10). «Profetizar» era una
tarea que un profeta no podía evitar (Am 3,8; Jer 20,7). La fórmula: «la
palabra del Señor vino [al profeta]» se usa con mucha frecuencia en el
Antiguo Testamento, pero no hay indicación alguna de cómo esto acontecía,
si mediante el intelecto, una visión o alguna otra vía. Algunas veces, sobre
74
W.E. VINE, DEPANT, 108.
75
W.E. VINE, DEPANT, 307.
76
Cf. AA. VV., Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Herder, Barcelona 1993, 1252.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 73
todo en los primeros profetas, habría tal vez una experiencia extática de por
medio (1Sam 10,6-11; 19,20).
Los falsos profetas también profetizan77, aunque no por el espíritu divino:
«No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas
ellos profetizaban» (Jer 23,21). Se condena rotundamente a los falsos
profetas porque no hablan la palabra auténtica (Ez 13,2-3).
Profetizar implica mucho más que predecir hechos futuros. A decir
verdad, la primera preocupación del profeta es anunciar la Palabra de Dios a
la gente de su tiempo, llamándoles a ser fieles a la Alianza. El mensaje del
profeta estaba condicionado a la respuesta del pueblo, es decir, que por su
respuesta a esta palabra el pueblo determinaba en gran medida lo que sería
el futuro (como sucede en el libro de Jonás). No obstante, en varios
momentos hay un elemento de predicción (cf. Nah 2,13; Is 9,1-6; 11,1-9;
52,13–53,12)78.
77
Cf. AA. VV., DEB, 1253.
78
W.E. VINE, DEPANT, 308-309.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 74
ַהִ נֵהַ ֲאנִ יַמֵ בִ יאַבָ כֶּם Yo soy el que hago llegar a ustedes
5b
ַ רּוחel espíritu
5c וִ חְ יִ יתֶּ ם Para que vivan.
6a וְ נָת ִתיַ ֲעלֵיכֶּםַגִ ִדים Les daré tendones,
6b וְ ה ֲעל ִֵתיַ ֲעלֵיכֶּםַבָ שָ ר haré crecer carne en ustedes,
6c וְ קָ ר ְמ ִתיַ ֲעלֵיכֶּםַעֹור y los cubriré de piel.
6d ַוְ נָת ִתיַבָ כֶּםַרּוח Les infundiré mi espíritu
6e וִ חְ יִ יתֶּ ם y vivirán.
6f וִ ידעְ תֶּ ם Y sabrán
6g כִ י־ ֲאנִ יַיְ הוָה que yo soy YHWH”.
7a אתיִ ֵוְ נִ ב Profeticé
7b ֵיתי
ִ כאֲשֶּ רַ ֻצּו como había sido ordenado,
7c ויְ הִ י־קֹול y se escuchó un ruido
7d כְ הִ נָבְ ִאי mientras profetizaba.
7e וְ הִ נֵה־רעש Sobrevino un temblor
ַו ִתקְ ְרבּוַעֲצָ מֹותַ ֶּעצֶּ ם y se unió cada hueso con el hueso
7f
אֶּ ל־עצְ מֹוque le correspondía.
8a יתיִ וְ ָר ִא Entonces miré
8b וְ הִ נֵה־ ֲעלֵיהֶּ םַגִ ִדים y me di cuenta que crecían nervios
8c ּובָ שָ רַ ָעלָה y carne sobre ellos;
ַוּיִ קְ רםַ ֲעלֵיהֶּ םַעֹור
8d y que se recubrían de piel.
ִמלְ מָ עְ לָה
8e וְ רּוחַַאֵ יןַבָ הֶּ ם Pero no había espíritu en ellos.
9a וּי ֹּאמֶּ רַאֵ לי Él me dijo:
9b ַהִ נָבֵ אַאֶּ ל־הָ רּוח “Profetiza al espíritu,
9c הִ נָבֵ אַבֶּ ן־אָ דָ ם profetiza, hijo de hombre.
9d ַוְ אָ מ ְרתַַָאֶּ ל־הָ רּוח Dirás al espíritu:
9e כֹּ ה־אָ מר׀ַאֲדֹּ נָיַיְ הוִ ה ‘así dice el Señor YHWH:
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 78
13c בְ פִ ְתחִ יַאֶּ ת־קִ בְ רֹותֵ יכֶּם cuando abra sus sepulcros
ֲַלֹותיַאֶּ ְתכֶּם
ִ ּובְ הע
13d Y los haga salir de ellos, pueblo mío.
ִמקִ בְ רֹותֵ יכֶּםַע ִמי
14a רּוחיַבָ כֶּם
ִ ַוְ נָת ִתי Pondré mi espíritu en ustedes
14b וִ חְ יִ יתֶּ ם y vivirán.
וְ הִ נחְ ִתיַאֶּ ְתכֶּםַעל־
14c Los estableceré sobre su tierra
א ְדמ ְתכֶּם
14d וִ ידעְ תֶּ ם y sabrán
14e כִ י־ ֲאנִ יַיְ הוָה que yo, YHWH,
14f ִדב ְר ִתי lo digo
14g יתי
ִ וְ ָע ִש y lo hago,
14h נְ אֻם־יְ הוָה oráculo de YHWH’”.
79
C. MORA PAZ – M. GRILLI – R. DILLMANN, Lectura pragmalingüística, 53-54.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 80
80
Utilizaremos el término “lector” en sentido amplio, a sabiendas de que la cultura de la
palabra estaba sostenida principalmente en la tradición oral. Cada vez que se mencione
al lector hay que considerar también al que “lee con sus oídos y su corazón”.
81
«Todo el que toca un muerto, un cadáver humano, y no se purifica, mancha la Morada
de Yahvé; ese individuo será excluido de Israel, porque las aguas lustrales no han
corrido sobre él. Es impuro; su impureza sigue sobre él» Nm 19,3. En el judaísmo, el
entierro de los muertos era un importante acto de amor; no ser enterrado era demasiado
horrible como para que se lo permitiera, aun para los criminales (Cf. C. KEENER,
Comentario del contexto cultural de la Biblia, Nuevo testamento, Mundo Hispano, El
Paso 2003, 312.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 81
82
La visión de cientos de muertos en campos de batalla no era extraña para los pueblos
antiguos, en contextos de invasiones: «La “plaine” de 3,16 est identique à celle de 37,1.
Cette plaine au bord de laquelle Ezéchiel se tient debout était un paysage réel, En outre,
la mémoire du prophète pouvait lui rappeler de vrais charniers aux abords de Jérusalem
ou sur les sites des batailles palestiniennes après la guerre […] eu l’habitude
d’abandonner en pleins champs les restes des vaincus» J. STEINMANN, Le prophete
Ezéchiel, Ed. Du Cerf, París 1969, 183.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 82
83
En varias ocasiones se emplea el término “temblor” para describir la soberanía de
Dios sobre el mundo físico, sobre los seres vivos (Job 39,20; Ez 26,10;38,20; Jer 8,16);
poder sobre los enemigos (Is 14,16) Cf. W. WHITE, « »רעשen J. PAYNE, DITAT, 1445-
1446.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 84
84
Ezequiel es llamado «hijo de hombre» 93 veces. Esta forma de dirigirse a alguien se
aplica únicamente a él en el Antiguo Testamento. Esta frase puede enfatizar su
condición humana, su fragilidad (Ez 2,3; 3,1; 6,8). Se puede distinguir del título que se
da a Cristo porque referido a Jesús aparece con artículo. (Cf. S. VENTURA, «Hijo de
hombre», en S. VILA, Nuevo Diccionario bíblico ilustrado, Clie, Barcelona 1985, 286).
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 85
85
Con preposiciones locales עמדpodría expresar el detenerse o quedarse en un lugar
determinado. Sin embargo, tomando en cuenta el contexto posterior, donde se habla de
que éstos hombres re-creados por el espíritu formaban un gran ejército, podría significar
el poder subsistir ante YHWH en la lucha o en el juicio; el servicio de la alabanza a
Dios, e incluso, puede expresar la esperanza creyente. Cf. S. AMSLER, « »עמדen E. JENNI
– C. WESTERMANN, DTMAT vol. II, Cristiandad, Madrid 1978, 422-423.
86
Respecto al número de los desterrados es interesante la investigación de A. IBÁÑEZ,
«El exilio como historia» en Reseña Bíblica 21, Verbo Divino, Estella 1999, 19-20.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 86
87
J. CAMPOS SANTIAGO, «Realidad, significado y lecturas del exilio» en Reseña Bíblica
21, Verbo Divino, Estella 1999, 10.
88
C. Vargas Llosa señala –en el tema de la narración, específicamente de la novela– que
existe un recurso denominado “muda” (cambio), que es toda alteración que experimenta
una historia en cuanto a espacio, tiempo o nivel de realidad. Afirma que las mudas en el
nivel de realidad son las que ofrecen mayores posibilidades a los escritores para
organizar sus materiales narrativos de manera compleja y original, captando con ello la
atención del lector. En este caso, el autor de la perícopa ha echado mano, consciente o
inconscientemente, de este recurso literario. Cf. C. VARGAS LLOSA, Cartas a un joven
novelista, Alfaguara, México 2011, 93-95.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 87
89
Existe entre Dios y el profeta una relación real de “nosotros”. El profeta siente como
suya la causa de Dios y viceversa, Dios se compromete con su profeta y comparte con él
su ser más íntimo. Comenta F. Marín Heredia: «La relación dialogante del tú y del yo,
que surge del encuentro y tiende a la comunión, no es algo meramente psicológico, es
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 89
algo real objetivo, esto es, que sucede fuera – no sólo dentro– y a partir de lo cual se
explica lo psicológico; es un supuesto que permite el salto al nosotros esencial» F.
MARIN, La Biblia, Palabra profética, Verbo Divino, Estella 1992, 179.
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90
«La noción bíblica de “espíritu de Dios” no evoca en primer término la realidad de
Dios como ser inmaterial, sino ante todo su presencia en lo creado y en la historia como
fuerza dinámica, alentadora y activa; una especie de panenteísmo, es decir, evocando la
presencia animadora de Dios en todo lo que él hace existir y orienta hacia su
cumplimiento» Cf. C. GRANADOS, «El Espíritu de Yahvé y el dinamismo de la creación
en el Antiguo Testamento», en Anthropotes 25,1 (2010), 47.
91
Está claro que para todos los profetas no es el espíritu, sino la palabra que los califica
para su ministerio, porque sólo la palabra crea entre el profeta y Dios una relación de
persona con persona. Pero la palabra presupone el espíritu, el aliento creativo de la vida,
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 91
y para los profetas había tal evidencia de esto que ellos creyeron innecesario expresarlo
explícitamente. Cf. W. ZIMMERLI, Old Testament Theology, 102.
92
J. M. ASURMENDI, «Espíritu y Ruah en el Antiguo Testamento» en Cuadernos Bíblicos
52, Estella 1998, 22.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 92
presencia de esa misma potencia creadora 93 . Así como este paso por en
medio de las aguas señala el inicio de una vida libre, en la que podrían
pactar con el Dios vivo y constituirse como pueblo de Alianza, del mismo
modo en el episodio de los huesos secos, después vivificados, parece
configurarse el nacimiento de un nuevo Pueblo:
Sólo muriendo puede otro pueblo, un pueblo escatológico, nacer a la vida […].
Ahora es tiempo de una nueva creación, una nueva alianza, un nuevo David,
una nueva Sión, un nuevo templo, una nueva liturgia. Hasta la Torá debe ser
reemplazada por una nueva Torá (por la ַ)רּוח. Ezequiel está definitivamente
más cerca de lo apocalíptico de lo que a menudo se ha pensado. Cuando la
esperanza de Ezequiel en un cambio de relación entre Dios e Israel y/o la
humanidad se vio ampliamente incumplida, la profecía se convirtió en
apocalipsis94.
93
C. GRANADOS, «El Espíritu de Yahvé y el dinamismo de la creación en el Antiguo
Testamento» en Anthropotes, 56.
94
A. LACOCQUE, «De muerte a vida», en A. LACOCQUE – P.RICOEUR, Pensar la Biblia,
Herder, Barcelona 2001, 162-163.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 93
95
J. MOLTMANN, Teología de la Esperanza, Sígueme, Salamanca 1969, 22-23.
96
J. A. GARCÍA, «La esperanza cristiana: por qué y cómo esperar», en Sal Terrae 101
(2013), 229.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 94
97
A. LACOCQUE, «De muerte a vida», en A. LACOCQUE – P. RICOEUR, Pensar la Biblia,
163.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 95
Un oyente es aquél que escucha, asimila, medita, y hace vida esa Palabra. Es
quien no se siente dueño de la Palabra divina, sino simple servidor de ella,
dispuesto a transformar su vida, la historia propia y la de su comunidad, en
razón de la voz de Dios98.
98
C. JUNCO GARZA, Escucha Israel, Librería Parroquial de Clavería, México 1995, 5.
99
Afirma Ireneo: «Es el mismo Dios Padre, como fuente y origen de todo, quien actúa
por sus manos, que son su Hijo y el Espíritu Santo, su Verbo y su Sabiduría. La figura de
las manos, aunque imperfecta, indica por una parte la completa unidad (cada una de las
manos no es otro ser distinto del que obra); y por otra la distinción, del Padre respecto a
ellos, y del Hijo y del Espíritu entre sí como una mano es semejante a la otra, y, sin
embargo, diversa. En efecto, las manos participan del mismo poder y realizan las
mismas acciones de aquel a quien pertenecen, aunque cada una con su carácter propio»
Cf. Adv. Haer. IV, 7,4; 20,1-4 en http://www.mercaba.org/TESORO/IRENEO/07-
3.htm#Heading315.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 96
100
L. BUTERA, No es Profetismo es matemática, PSR, México 2014, 22.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 97
una situación que no parece tener salida y produce agresividad, bien sea hacia
uno mismo –que en ocasiones llega incluso al suicidio–, bien hacia los demás.
A la desesperanza se llega, en cambio, por una acumulación de desilusiones y
se traduce en una aceptación resignada de la situación. Puede conducir a la
depresión; pero también puede mostrar el rostro de la renuncia sonriente:
Bonjour tristesse. Esa fue también la opción de Sartre: ni esperanza ni
desesperación, sino desesperanza101.
Ante esta situación que viven miles de personas el texto del profeta
Ezequiel tiene algo qué decir. El espíritu, que la palabra de YHWH
comunica, puede tornar el ambiente más hostil en un paraje lleno de
vitalidad102.
El Dios de la Alianza, fiel y verdadero, desea hacernos salir de nuestros
sepulcros, de nuestros ambientes de muerte y desolación. Para conducir a
cada hombre y mujer hacia la tierra de la promesa, es decir, a una soledad
habitada por su presencia; presencia que genera paz y comunión. Dios es
siempre “cómplice” de nuestra esperanza, pues ahí donde hay auténtica
esperanza, ahí está Dios.
101
L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, «Esperanza humana y esperanza cristiana», en
Ephemerides Mariologicae, 62 (2012), 205-206.
102 Los Servidores de la Palabra hemos experimentado esta verdad. Tener un contacto
Pero esta esperanza nada tiene que ver con una espera pasiva de lo
esperado. Incluso se puede afirmar que, quien no se esfuerza por cambiarse
a sí mismo y mejorar el mundo, está manifestando que no tiene esperanza
en las posibilidades de cambio; pues la auténtica esperanza crea solidaridad.
En el texto de Ezequiel, la renovación en el espíritu no se dio de modo
individual, antes bien, los huesos dispersos se unieron y formaron un
ejército enorme, una colectividad reunida con un propósito103.
La presencia de Dios hace acaecer el milagro, incluso en medio de un
valle lleno de huesos, en una familia tocada por el alcoholismo, en una
prisión, en un corazón abatido. El factor de transformación lo da el espíritu
de Dios, que sopla donde quiere. Y uno de los medios más eficaces para
esta comunicación del espíritu es la palabra de YHWH. Esta esperanza está
cargada de felicidad y de dolor; vive con la mirada puesta en la promesa de
Dios, en la que encuentra fuerza para sobrellevar la debilidad y la miseria
humana.
La palabra de Dios se expresa de muchas maneras, pero de forma
simbólico-sacramental, en la Biblia. El mensaje bíblico posee una
capacidad performativa que sorprende y anima; que impulsa a cambiar
actitudes y a buscar nuevos caminos.
Señala con precisión la Exhortación Apostólica Verbum Domini:
Quien conoce la Palabra divina conoce también plenamente el sentido de cada
criatura. En efecto, si todas las cosas «se mantienen» en aquel que es «anterior
a todo» (Col 1,17), quien construye la propia vida sobre su Palabra edifica
verdaderamente de manera sólida y duradera. La Palabra de Dios nos impulsa a
cambiar nuestro concepto de realismo: realista es quien reconoce en el Verbo
de Dios el fundamento de todo. De esto tenemos especial necesidad en
103
Cf. T. MURO UGALDE, «Esperanza para tiempos de cansera postmoderna», en Lumen
59, 3-4 (2010), 381-382.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 99
nuestros días, en los que muchas cosas en las que se confía para construir la
vida, en las que se siente la tentación de poner la propia esperanza, se
demuestran efímeras. Antes o después, el tener, el placer y el poder se
manifiestan incapaces de colmar las aspiraciones más profundas del corazón
humano. En efecto, necesita construir su propia vida sobre cimientos sólidos,
que permanezcan incluso cuando las certezas humanas se debilitan. En
realidad, puesto que «tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo» y
la fidelidad del Señor dura «de generación en generación» (Sal 119,89-90),
quien construye sobre esta palabra edifica la casa de la propia vida sobre roca
(cf. Mt 7,24)104.
104
BENEDICTO XVI, VD 10, http://w2.vatican.va/content/benedict-
xvi/es/apost_exhortations/documents/hf_ben-xvi_exh_20100930_verbum-domini.html
#_ftn20.
105
V. MANNUCCI, La Biblia como palabra de Dios, Desclée de Brouwer, Bilbao 1985,
335.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 100
106
Real Academia Española «Simbiosis» en Diccionario de la Lengua Española,
Espasa–Calpe, Madrid, 2014.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 101
107
BENEDICTO XVI, VD n.16.
108
En este orden de cosas la Biblia, en cuanto “sacramento” de la Palabra divina, se ha
verificado como medio eficaz para comunicar el poder de Dios: «La Biblia, como
biblioteca de la palabra salvadora de Dios, ha sido siempre para el cristiano una palabra
de valor incomparable […]. La finalidad primordial de la lectura de la palabra de Dios
es, al menos para los cristianos, dar con la voluntad de Dios sobre cada uno y sobre la
humanidad» Cf. A. MUÑOZ, «La Palabra escrita y la Palabra no escrita de Dios», en
Espíritu y Vida 19, Vol. 7 (2000), 42-43.
109
Cf. P. RICOEUR, «Centinela de la inminencia», Pensar la Biblia, Herder, Barcelona
2001, 180.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 102
110
Cf. P. SCHOONENBERG, El Espíritu, la Palabra y el Hijo, Sígueme, Salamanca 1998,
193.
111
P. RICOEUR, «Centinela de la inminencia» en Pensar la Biblia, 181.
CAPÍTULO III: ANÁLISIS SEMÁNTICO Y PRAGMÁTICO 103
112
Cf. F. LÓPEZ GARCÍA (ed), El Espiritu Santo en la Biblia, Comisión Episcopal de
Pastoral Bíblica, México
113
Cf. L. ALONSO SCHÖKEL, La palabra inspirada, Cristiandad, Madrid 2002, 344.