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PORQUE SOY TU DEFENSOR*

(por Daniel Kantor) El domingo bien temprano, El tiempo pasó y no vino,


tu queja me ha levantado, nadie al reconocimiento,
A las tres de la mañana, porque soy tu defensor, la causa quedó N.N.,
tu llamado de dolor, supe estabas encerrado. y vos con encubrimiento.
me llegó desde la cárcel,
porque soy tu defensor... Y yo curioso, me entero, Por eso esperé seis meses,
que en la fiscalía anda, que presionaste enojado,
Insistiendo en tu inocencia, el cuerpo de un expediente: y en las noches me acusabas,
y sin ninguna coartada, “N.N. robo en banda”. de que te dejé colgado.
te encontré por vez primera,
peor que en una estacada. A tus hechos reconozco, Para entonces me di cuenta,
las fojas tienen tu olor, donde estaba yo parado,
Comprendí que estabas preso, y enfrento a un fiscal más hosco, pues, barrotes de por medio,
y sin justicia o razón, porque soy tu defensor. me habías amenazado.
dicen portabas un arma,
y te gritaban: “Ladrón” Leí en septiembre tu causa, Yo redacté tu abreviado,
y en verano y con calor, te recuerdo aún hasta hoy,
Y en menos tiempo que un día, también en mis vacaciones, insistirme en tu inocencia,
fuiste llevado al juzgado, porque soy tu defensor. aunque tu defensor soy.
te atribuyeron el robo,
y quedaste procesado. Y con paciencia te explico, Cuando saliste memoro,
que esta es tu segunda vez, me abrazaste con ardor,
Vino a llorarme tu madre, que este delito es muy grave, y algo te habré aconsejado,
tu padre y hasta tu amor, y que cambiaron de juez. porque soy tu defensor.
vino a apretarme tu banda,
porque soy tu defensor. Te atraparon con los bienes, Incluso te perdoné,
cerca de un cierto lugar, por haberme reprochado,
Y un remedio procesal, al que varios masculinos, que hasta que el fiscal se fue,
ensayé en esa ocasión, fueron a desvalijar. yo te tuve encarcelado.
apelé el procesamiento,
pedí tu excarcelación. Te secuestraron un arma, De ese tiempo tras las rejas,
te arrestaron en flagrancia, algún progreso has sacado,
Preguntaban tus parientes, caíste con compañeros, pues con códigos del hampa,
todo el tiempo por la causa, en el casco de una estancia. recibí un día un llamado.
me llamaste cada noche,
como a tu novia, sin pausa. Y vos que estás instruido, “Me agarraron con María,
porque en la cárcel se lee, y Blanca estaba pesada”,
La Cámara tardó un poco, me explicas jurisprudencia, dijiste desde una celda,
tanto Auto acumulado, en la que ya nadie cree. una buena madrugada.
por dos meses te aguanté,
y al fin fuiste liberado. Me contás del homicida, Si pudiera bien quisiera,
en un año liberado, defenderte con valor,
Y apenas pusiste un pie, y en la puerta giratoria, todo lo que te pusieron,
ya bien lejos del Penal, que promete otro abogado. sin duda que es un error.
pude dormir no tan tarde,
porque ya no estabas mal. Te digo a todo que sí, Pero la ley me lo impide,
y no lo hago por temor, resulta inútil hablar,
Aunque al cabo de seis noches, me gustaría que salgas, ya no te podré atender,
me despertó aquel temblor, porque soy tu defensor. cuando vuelvas a llamar.
ví que el celular vibraba:
llamaste a tu defensor. Mas esperé a que el fiscal, Creeme que estoy muy mal,
se vaya en compensatoria, sin ser tu progenitor,
y llamaron a una audiencia, pues del fuero federal,
en la que cambié tu historia. ya no soy tu defensor.
* El presente poema no refiere ni a causa ni a
persona real alguna, y versa sobre situaciones Por estar de vacaciones, Daniel Kantor, 9 de octubre de 2017
completamente imaginarias. Fue realizado vino el fiscal sustituto, PUBLICADO el 14.12.2017 EN LA
“animus iocandi” y bajo ninguna circunstancia y ahí pedí tu libertad, REVISTA PENSAMIENTO PENAL
debe tomarse como referencia alguna a la www.pensamientopenal.com.ar
labor pasada o actual del autor. con un alegato astuto:

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