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Sam ha muerto. El mar se llevó sus secretos y ahora solo quedan mentiras y esa
sensación de ahogo que todo lo envuelve. Samantha no es ella misma. Jay no sabe lo
que hizo. Todos tienen algo que ocultar y cada día que pasa es una cuenta atrás.
Mañana quizá sea tarde.
Una sinopsis tan terrible no parece predecir nada positivo sobre un libro y además,
¿por qué el mes de diciembre es tan importante para formar parte del libro?
Una historia escrita a cuatro manos por parte de dos jóvenes autoras que acostumbrar
a escribir libros muy profundos, con un lenguaje hermosísimo y tomando personajes
de cuentos clásicos (Peter Pan o Alicia) que sitúan en un presente donde no acaban de
encajar y sus encantos se toman más como patologías mentales que como encantos.
En esta ocasión nos encontramos con el suicidio de un joven llamado Sam en el mar
que supone un duro golpe para sus amigos, conocidos y familiares. Además, su muerte
hace que salgan a la luz una serie de secretos, mentiras e historias que no deberían
haber sucedido nunca.
En primer lugar, Samantha, la hermana del fallecido, decide tomar las riendas de su
vida y empezar a ser ella misma. Por otra parte, Jay fue el mejor amigo de Sam y por
algún motivo sospecha y teme tener algo que ver con la muerte de su amigo.
Te diré algo sobre la rabia. Cuando todo desaparece, cuando te lo han quitado todo y
no te queda nada a lo que agarrarte, cuando ni siquiera eres capaz de ver el suelo que
pisas, la rabia puede salvarte la vida. Tal vez acabe matándote, tal vez te destroce,
pero nadie dijo que vivir fuera sencillo; a fin de cuentas, no puedes razonar con la
rabia.
Un libro que presenta un viaje hacia el interior de cada uno de los personajes que son
los verdaderos cimientos de una historia que nadie desea protagonizar. Con la
clarividencia de que nunca llegamos a conocer del todo a los que nos rodean y que
incluso nosotros mismos actuamos condicionados la historia no es otra que la de
destacar los pequeños detalles que pueden crecer como una bola de nieve. Somos
prisioneros de nuestros actos, palabras y pensamientos, los hagamos o no públicos.