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CONTAMINANTES DEL AIRE

Los principales contaminantes del aire producidos por la actividad humana son:

Óxidos de azufre (SOx), especialmente el dióxido de azufre, que es un compuesto químico con
la fórmula SO2. El SO2 es producido por los volcanes y en diversos procesos industriales. Dado
que el carbón y el petróleo a menudo contienen compuestos de azufre, su combustión genera
dióxido de azufre. Además de oxidación de SO2, por lo general en presencia de un catalizador
como el NO2, las formas H2SO4, y, por tanto, la lluvia ácida. Esta es una de las causas de la
preocupación por el impacto ambiental de la utilización de estos combustibles como fuentes
de energía.

Los óxidos de nitrógeno (NOx), especialmente el dióxido de nitrógeno son emitidos por la
combustión a alta temperatura. El oxido de nitrógeno es el compuesto químico con la fórmula
NO2. De color rojizo-marrón , es uno de los gases tóxicos que tiene un carácter fuerte y un
desagradable olor. El NO2 es uno de los más importantes contaminantes del aire.

El monóxido de carbono, es incoloro, inodoro, no irritante, pero muy venenoso. Es un


producto de la combustión incompleta de combustibles como el gas natural, carbón o la
madera. Los vehículos son una de las principales fuentes de monóxido de carbono.

El dióxido de carbono (CO2), es un gas de efecto invernadero emitido por la combustión.

Compuestos orgánicos volátiles COV son un importante contaminante del aire en el exterior.

Metano, es un eficiente gas de efecto invernadero que contribuye a un mayor calentamiento


de la Tierra.

Hidrocarburos, otros compuestos orgánicos volátiles son también importantes gases de efecto
invernadero a través de su papel en la creación de ozono y en la prolongación de la vida del
metano en la atmósfera, aunque el efecto varía en función de la calidad del aire local.

Los compuestos aromáticos, benceno, tolueno y xileno son cancerígenos y pueden dar lugar a
la leucemia a través de una exposición prolongada. El 1, 3-butadieno es otro compuesto que se
asocia a menudo con los usos industriales.

Partículas en suspensión, son pequeñas partículas de sólidos o líquidos en suspensión de un


gas. Algunas partículas se dan de manera natural, procedentes de los volcanes, las tormentas de
polvo, los bosques y los incendios de pastizales. Las actividades humanas, tales como la quema
de combustibles fósiles en vehículos, centrales eléctricas y diversos procesos industriales
también generan importantes cantidades de aerosoles.
Un aumento de los niveles de partículas finas en el aire están vinculados a peligros para la salud
tales como enfermedades del corazón, alteración de la función pulmonar y el cáncer de pulmón.

Los metales tóxicos, como plomo, cadmio y cobre. Clorofluorocarbonos (CFC), nocivos para la
capa de ozono emitido a partir de los productos refrigerantes o neveras, actualmente de uso
prohibido.

Amoniaco (NH3) Es un compuesto con la fórmula NH3. Se encuentran como un gas con un olor
acre característico. El amoníaco contribuye de manera significativa a las necesidades
nutricionales de los organismos terrestres por los que actúa como un precursor a los productos
alimenticios y fertilizantes.
El amoníaco, ya sea directa o indirectamente, es también un elemento fundamental para la
síntesis de muchos productos farmacéuticos. Aunque en amplio uso, el amoníaco es a la vez
cáustico y peligroso.
Olores, como el de la basura, aguas residuales, y los procesos industriales.

Contaminantes radiactivos producidos por las explosiones nucleares, los explosivos, y los
procesos naturales, como la desintegración radiactiva del radón.

EL DIÓXIDO DE AZUFRE SO2 Y LA SALUD

¿Qué es el dióxido de azufre?:

El Dióxido de azufre, también llamado dióxido de sulfuro, es un


gas incoloro, irritante, con un olor penetrante que se comienza
a percibir con 0,3 a 1,4 ppm y es perfectamente distinguible a
partir de 3 ppm -partes por millón-. Su densidad es el doble que
la del aire. No es un gas inflamable, ni explosivo y tiene mucha
estabilidad, es muy soluble en agua y en contacto con ella se
convierte en ácido sulfúrico. Consiste en un átomo de azufre y
dos de oxígeno.

Durante su proceso de oxidación en la atmósfera, este gas forma sulfatos. Estos sulfatos forman
parte del material particulado PM10. En presencia de humedad el dióxido de azufre forma ácidos
en forma de aerosoles y se produce una parte importante del material particulado secundario
o fino (PM2.5). El SO2 es el responsable de la lluvia ácida.

¿Cómo se produce?:

La principal fuente de emisión de dióxido de azufre a la


atmósfera es la combustión de productos petrolíferos y la
quema de carbón en centrales eléctricas y calefacciones
centrales. Existen también algunas fuentes naturales, como es
el caso de los volcanes.

El SO2 también se emplea en la industria del papel como agente


blanqueador.

¿Qué efectos tiene en la salud?:

La contaminación del aire por SO2 causa los siguientes efectos:

Dificultad para respirar.


Inflamación de las vías respiratorias.
Irritación ocular por formación de ácido sulfuroso sobre las mucosas húmedas.
Alteraciones psíquicas.
Edema pulmonar.
Paro cardíaco.
Colapso circulatorio.
Queratitis.
El dióxido de azufre (SO2) también se ha asociado a problemas de asma y bronquitis crónica,
aumentando la morbilidad y mortalidad en personas mayores y niños. Los asmáticos y las
personas con enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC) y con problemas
cardíacos son los más sensibles a los efectos del SO2.

El azufre es un veneno altamente nocivo para la salud de las personas, si bien son las plantas las
que menos toleran sus efectos. Por ejemplo, un nivel de 300 µg/m 3 (micro gramo por metro
cúbico de aire) es un valor que implica potencial riesgo para la salud humana, pero para los
árboles, un valor de 200 µg/m3 ya es muy grave. En las plantas el SO2 se introduce en las mismas
produciendo una necrosis foliar. Por eso la contaminación por los óxidos de azufre (SOx) están
relacionados con el daño a la vegetación, deterioro de los suelos, materiales de construcción,
monumentos históricos en piedra -es lo que se conoce como el mal de la piedra- y cursos de
agua.

Curiosamente, a pesar de ser un contaminante muy perjudicial, es también un aditivo


alimenticio muy utilizado al tener características conservantes y antibacterianas. Se conoce
como E220 y se emplea en vinos- los famosos sulfitos- cervezas, zumos, caramelos, yemas de
huevo y otros productos con huevo.

En cuanto a los efectos de su consumo, en dosis bajas provoca irritaciones en el tubo digestivo
y hace inactiva la Vitamina B. En grandes dosis puede provocar dolores de cabeza, náuseas,
vómitos, alergia, irritación de los bronquios y asma.

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