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Caso de Análisis:

Administradores y Administración

EL JOVEN INGENIERO

Para graduarme de Ingeniero de Minas la Universidad Nacional de Piura exigía


como requisito de graduación haber realizado tres meses de prácticas pre-
profesionales. En el verano del 2010 hice la primera en la Compañía Minera
Yanacocha ubicada en el departamento de Cajamarca por un periodo de 45
días, y el año 2011, un docente me consiguió la segunda práctica en la
Empresa Minera Santa Luisa , en la mina Huanzalá ubicada en el
Departamento de Ancash. Posteriormente, esta empresa me designó para
continuar mis actividades en una pequeña unidad minera de su propiedad
ubicada a 10 km del campamento y a 3800 msnm, a la que iría como asistente
del Jefe de Mina (Residente), bajo su supervisión semanal.

Es muy dura la vida de los mineros en el Perú: el trabajo es incómodo y


sacrificado, es tan sólo de “hombres”, como ellos mismo dicen. El clima es
extremadamente frío y las heladas eran fuertes, especialmente en las noches.

El campamento a mi cargo estaba constituido por la mina, un pequeño polvorín


en donde se almacenaban todos los explosivos propios del trabajo, y la oficina,
ésta era una habitación de 10 a 15 m dividida en dos, una en la que había un
escritorio y un estante con libros y planos y al otro lado, ”mi dormitorio”. A unos
30 m había un barracón de madera que servía de comedor y de cocina, en
donde una mujer y su hija preparaban diariamente los alimentos.

En la mina trabajaban unos 20 mineros, casi todos mayores de 35 años, con


mucha experiencia en su trabajo, rudos y fuertes, nacidos en la minería y con la
minería como su único medio de vida. Cuando llegué con el ingeniero que me
supervisaría se reunieron todos los mineros por indicación de este último y en
una corta conversación les dijo que me quedaría allí como su jefe.
Desde el primer momento sentí que me miraban con frialdad y podría asegurar
que en los rostros de muchos de ellos me parecía ver expresiones que decían
“,……… ¿qué puede saber este joven que yo no sepa?,……… ¿qué nos puede
enseñar él?, ó, ¿de qué sirve la universidad en estos trabajos? Me sentí
molesto por esa cantidad de suposiciones que me hacía en la cabeza, llegué a
pensar que sólo eran fruto de mi imaginación.

Pasaron varios días y esa frialdad del comienzo no terminaba, era siempre
igual; yo estaba seguro de que no era mi imaginación, porque poco a poco
fueron agregándose una serie de gestos y de sonidos despectivos a mi paso, y
cuando estaba en la mina, algunos dejaban de trabajar con cualquier pretexto;
otros ni siquiera me miraban o me ignoraban cuando les hablaba, excusándose
en el ruido. Una vez le dije a uno de ellos, asegurándome de que me oyera:
“Mira si le das un poco más de inclinación a la perforadora, conseguiremos el
ángulo deseado”. Estoy seguro de que él sabía de lo que le hablaba, pero su
respuesta fue seguir haciendo exactamente lo mismo.
Francamente, este estado de cosas, era para mí insostenible. No se podía
continuar así, pero lo peor de todo era que yo creía entender por qué lo hacían
y me decía una y otra vez que entre nosotros (ellos y yo) no había nada en
común. Lo que yo les podía enseñar no tenía el menor valor para ellos, puesto
que sentían que su práctica era lo único válido. En cambio, para mí el solo
hecho de estar encargado de la mina era importante, ya que así tendría la
oportunidad de comparar lo que me habían enseñado en la universidad con la
experiencia que era lo que más necesitaba a mis 23 años.
Durante bastante tiempo hice todos los esfuerzos posibles por mi parte para
“acercarme” a ellos, incluso hacía coincidir la hora de mi almuerzo con la de
ellos y me hacía preparar la misma comida, todo era igual, mis esfuerzos eran
en vano. Solo me ayudaba a seguir el convencimiento de que ellos se darían
cuenta de que yo no estaba allí para molestar a nadie, ni para hacerles ningún
mal; estaba allí porque debía estar. Si me iba, cosa que podía hacer, me haría
daño a mí mismo, y en la empresa y en la universidad, ¿qué dirían?

Dos veces al día a medio día y al final de la jornada para que coincidiera la
ventilación del frente con la hora del almuerzo y con la noche, períodos que no
trabajábamos, realizábamos las voladuras en los frentes para desprender el
mineral. Como es lógico, se tenía que esperar a que todos salieran de la mina
para efectuar la explosión. Siempre se había hecho así. Me acostumbré en el
tiempo que estuve allí a ser el último en salir; eso les demostraría que no tenía
miedo.

Una tarde que estaba en la mina y se había terminado de cargar los taladros,
con lo que todo estaba listo para el disparo, sentí la muerte, sentí el miedo más
grande de mi vida al sentir el ensordecedor ruido de la explosión estando
todavía dentro de la mina, Todo fue muy rápido, creí al comienzo que querían
matarme, luego reflexione. Por experiencia, ellos sabían, más que seguro que
no me harían daño, pero sí que me darían un tremendo susto. No sé cómo salí
de allí, debía estar más pálido que el papel. Caminé hacia la oficina, y mientras
caminaba pensaba: “este ha sido el punto final, lo que haga ahora será
definitivo”.

Nota: Este caso ha sido preparado para servir de base de discusión y no como
ilustración de la gestión adecuada o inadecuada de una situación determinada.
ANALISIS DE CASO II:

“UN DIA TIPICO EN LA VIDA DE CARLOS SANTA CRUZ”

Carlos Santa Cruz es un ejecutivo de nivel medio en MYSA un importante


negocio minero cuyas oficinas centrales están en Lima, su Centro de
operaciones es Cajamarca. Cuando aborda su camioneta de regreso a casa ,
es el fiel reflejo de un día excitante, lo cual, para él se ha convertido en rutina
cotidiana.
Cuando llegó a su oficina, en la mina, a las 7:45 encontró sobre su escritorio un
informe del jefe de planeamiento. José Villanueva, había pasado gran parte de
la semana integrando el informe y Carlos debía revisarlo antes de presentarlo
al Vicepresidente de MYSA.
Mientras tomaban un café, José y Carlos platicaron durante 20 minutos e
hicieron la planeación logística para que procesamiento de datos y diseño
elaborara una copia final del informe.
Cuando Carlos regresó a su oficina había recibido tres mensajes telefónicos,
contestó dos de las llamadas, pero sólo encontró a una persona y programó
una cita posterior, ahora estaba retrasado para una reunión a las 8:30 que se
prolongo hasta las 10:30. Volvió a su oficina y encontró otros cinco nuevos
mensajes telefónicos, inclusive uno de la persona que había intentado localizar
antes de la reunión.
Las proyecciones del presupuesto para el año próximo debían estar listas para
el día siguiente, así como las reuniones sugeridas. Mientras tanto Carlos tenia
que reunirse con el Jefe, hoy a las 2:00, para explicar por que su Gerencia
había excedido su presupuesto para el presente año. Pensó trabajar durante la
hora del almuerzo y prepararse para la reunión, sin embargo, decidió que no
era muy razonable cancelar el almuerzo con el nuevo Jefe de Seguridad y
Medio Ambiente que con frecuencia competía con él, en cuanto al tiempo y la
atención que el Jefe les dispensaba. Carlos regresó del almuerzo a la 1:30
decidido a revisar su presupuesto para el próximo año y ofrecer una buena
explicación de por que se había excedido en éste.
La reunión de las dos transcurrió en forma normal, el Jefe de Carlos quedó
complacido con la forma en que él se anticipó al presupuesto del año siguiente
y apreció mejor sus planes respecto a su gerencia. Pasaron quince minutos
revisando la agenda prevista y otros cuarenta y cinco minutos discutiendo
acerca de la organización, el jefe de Carlos le decía que estaba considerando
reorganizar la división para eliminar cierta duplicidad de esfuerzos. Al final de la
reunión Carlos mencionó el informe que él y José habían preparado y comentó
la buena labor que había hecho José.
A las 3:00 Carlos fue por un café y se encontró con uno de los principales
proveedores de la división acompañado del Jefe de Mina, Carlos mencionó el
informe de planificación recién terminado, ya que hacía referencia al producto
que el proveedor ofrecía, los tres platicaron durante veinte minutos y Carlos
obtuvo información para el informe de costos.
A las 3:30, Carlos asistió a la reunión del equipo de trabajo interdivisional,
cuando regresó a su oficina a las 5:20, su escritorio estaba tapizado de recados
telefónicos, contó ocho y comenzó a contestar llamadas a las personas que
habían llamado y que pudieran estar todavía en el trabajo.
Carlos salió de su oficina a las 7:00, estaba cansado pero se sentía bien, había
logrado avances importantes en varios asuntos, por primera vez su jefe había
confiado en él y gozaba de placentera sensación de seguridad, aparentemente
el informe de José era un verdadero triunfo, y la información conseguida
aquella tarde por medio del proveedor contribuía a ello.
Ahora había que pensar en tomar una decisión sobre una contratación que
debía realizar. Tres candidatos bien calificados, de la UNI, UNP y de la PUCP,
habían resultado finalistas en el proceso, ¿Cuál de ellos, se preguntaba Carlos,
será el mejor para el departamento de Minas y para cumplir el compromiso de
MYSA de desarrollar un equipo diversificado de trabajo? Se dirigió a la caseta
de fumadores, tan solo para recordar que había dejado de fumar como
respuesta a una solicitud de que los administradores debían ser el ejemplo
entre sus empleados. Está bien, pensó, tal vez el gimnasio esté abierto cuando
llegue a casa.
Carlos es un administrador típico en una organización grande. Sus días son de
constante actividad, y pasa más tiempo en reuniones y manejando las
interrupciones del que emplea en trabajar tranquilo en su escritorio. ¿Qué es la
administración y que a hacen los administradores como Carlos cada día y
durante tantas largas horas?.

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