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LOS JUECES1
I. INTRODUCCIÓN.
El presente trabajo, muy a pesar de la titulación asumida, más que formular una
crítica a los operadores de derecho, pretende lograr un llamado a la reflexión
sobre los fines del derecho y más precisamente del proceso, las limitaciones del
principio de legalidad y las condiciones necesarias para la aplicación del principio
de razonabilidad al interior de un proceso judicial; sea en el supuesto que se
apliquen preceptos normativos de orden procesal o sustantivo, pues debe
entenderse que el derecho tiene como principal razón de ser a la persona
humana3, entendida como un ser libre, al cual no puede restringírsele derechos;
tales como el de tutela jurisdiccional mediante el cual se pretende el logro de un
ideal de justicia4 recurriendo a los órganos jurisdiccionales para tales efectos;
por la sencilla razón de que existe un principio denominado de legalidad que
obliga a los aplicadores de la ley a respetarla de modo casi irrestricto aun
cuando ésta pudiere ser defectuosa o deficiente.
1 La versión original de este texto ha sido previamente publicada en: Revista Jurídica EL DERECHO
(editada por el Ilustre Colegio de Abogados de Arequipa) Año XCIII, N° 308, Editorial ADRUS, Arequipa:
Diciembre 2007.
2Abogado por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de San Agustín, Maestría en
Derecho Procesal por la Universidad Nacional de Rosario – Argentina y Maestría en Derecho de
Empresa por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas – UPC, Egresado del Doctorado en
Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Miembro y Actual
Director Académico de la Sociedad Peruana de Ciencias Jurídicas, Miembro Titular del Instituto
Panamericano de Derecho Procesal, Ex Profesor de la Facultad de Negocios de la Universidad
Peruana de Ciencias Aplicadas - UPC y Árbitro. johan.camargo@hotmail.com Fan Page: Prof. Johan
Camargo
3 Así reza la Carta Constitucional del Estado Peruano cuando en su artículo 1º señala que “La defensa de la
persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”
4 “el ordenamiento jurídico ha previsto –sin decirlo expresamente- que hacer justicia, para ser más precisos, es darle a
cada uno lo que se merece” VID. CAMARGO ACOSTA, Johan S. El Concepto de Justicia a partir del Derecho a la
Tutela Jurisdiccional y el Derecho al Juez Natural, en Temas de Derecho Procesal Peruano, Director: Johan S.
Camargo Acosta. Editorial ADRUS, Arequipa: Julio 2007. p. 111.
párrafo precedente- e incluso se llegaría a afectar a la propia persona mediante
la causación de un daño moral y a su proyecto de vida como consecuencia de la
frustración del ideal de justicia y de los proyectos futuros razonablemente
alcanzables, ello, claro está, siempre que el resultado del proceso fuere según las
proyecciones de éste.
Sin lugar a dudas, nos encontramos ante un texto normativo deficiente pues si
bien prescribe que la omisión de un requisito formal implica la inadmisibilidad
del recurso, no regula un plazo para la subsanación de la omisión. En otros
términos, nos encontramos en presencia de un texto normativo incompleto,
cuya deficiencia debe ser superada con el rosario de posibilidades correctivas
que se fijan en líneas siguientes6.
7 ALSINA, Hugo. Las nulidades en el proceso civil, Editorial ARA, Lima: Julio 2006. p. 11.
contractual, o bien se trate de daños que sean el resultado de una conducta, sin que
exista entre los sujetos ningún vínculo de orden obligacional”.8
Puede concluirse del desarrollo de este ítem, que los entes administradores de
justicia, en el supuesto que como consecuencia de la aplicación de una norma
8 TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Elementos de la responsabilidad civil. Editorial GRIJLEY, Lima: Mayo 2003. p.
29.
9 TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Op. Cit. p. 32.
10 IDEM.
11 La expresión “bien” debe entenderse como derechos o intereses.
12 TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Op. Cit. p. 34.
defectuosa o deficiente en plena observancia del principio de legalidad, ocasionen
un daño al justiciable 13, se encuentran exentos de responsabilidad civil debido a
que sus conductas se encuentran acordes al Derecho, es decir, no son
antijurídicas.
Este principio enseña que las formas –principio de legalidad- si bien determinan
un orden estructural en una sociedad para una convivencia armónica, “tienen al
mismo tiempo el inconveniente de que imponen una demora en la sustanciación de los
procesos, elevando su costo, y cuando son excesivas, los términos se invierten, porque el
derecho material o de fondo, para cuya realización han sido establecidas, resulta
sacrificado a las exigencias de las formas”14. Queda claro entonces que si bien es
imprescindible el respeto a lo expresado por la ley, su cumplimiento obsesivo y
el apego a las regulaciones normativas, cuando estas son defectuosas o deficientes
puede acarrear consecuencias funestas como el descuido de los fines del Estado
Constitucional de Derecho, del Derecho mismo y del proceso, al sacrificar el
derecho material que debieran tutelar.
Por ello el artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Civil en su
segundo párrafo prevé que “Las formalidades previstas en este Código son
imperativas. Sin embargo, el Juez adecuará su exigencia al logro de los fines del
proceso”; en razón de que “El hombre es para la sociedad y el Estado, el centro y
sentido de su accionar”15, y consecuentemente el respeto de sus derechos humanos
(entendidos estos como “prerrogativas inalienables, perpetuas y oponibles erga
omnes, que corresponden a toda persona, por su sola condición de tal, de las que no
puede ser privado por la acción del Estado ni de otros particulares, porque ello
implicaría un desmedro o menoscabo a su dignidad”16) es eje fundamental de su
estructura
Víctor GARCÍA define a la dignidad como “la categoría objetiva de un ser humano
que reclama, ante si y ante otros, estima, custodia y realización; de allí que aspire a la
plasmación de sus propósitos y anhelos más íntimos”17; por otro lado Alex PLÁCIDO
Enseña Aníbal QUIROGA que “El ciudadano no solo debe tener las garantías
procesales de un juzgamiento adecuado, razonable, legitimo y legal, sino que el
juzgamiento en sí mismo debe ser producto, o mejor dicho, debe contener
intrínsecamente en todo momento, el denominado Principio de Razonabilidad, sin el
cual no podremos jamás enfrentarnos a un juicio ponderado, justo, equitativo, legitimo
18 PLÁCIDO V. Alex F. Prólogo a Violencia Familiar, Interés de todos de Carolina Ayvar Roldán. Editorial
ADRUS, Arequipa: 2007, p. 13.
19 GARCÍA TOMA, Víctor. Introducción a las Ciencias Jurídicas. Editorial JURISTA, Lima: Abril 2007. p. 29.
20 PLÁCIDO V. Alex F. Prólogo a Violencia Familiar, Interés de todos de Carolina Ayvar Roldán. Editorial
Sin duda alguna, él tiene razón puesto que el limite al principio de legalidad lo
constituye el principio de razonabilidad, el cual se ve materializado en la
valoración que hará el juzgador entre lo razonablemente justo y lo legalmente
injusto, prefiriendo lo primero de modo tal que todo aquello legalmente injusto
pueda ser constitucionalizado mediante la actividad interpretativa.
Pues si algo es cierto es que “Para resolver cualquier caso concreto es obligatorio
interpretar la normativa aplicable al mismo, pues resulta casi insoslayable que para
aplicar cualquier precepto legal a un caso práctico, se precisa una tarea encaminada a
indagar el sentido y alcance del mismo, porque incluso cuando se invoca el principio, in
claris non fit interpretatio es porque previamente la interpretación del caso ha
conducido al convencimiento de que es clara, sencilla y sin ambigüedades”.22
21 QUIROGA LEÓN, Aníbal. El debido proceso legal en el Perú y el sistema interamericano de protección de derechos
humanos. Editorial JURISTA, Lima: Julio 2003. p. 25.
22 DE ASÍS ROIG, Rafael. El razonamiento judicial. Editorial ARA, Lima: Enero 2007. p. 113.
23 En el mismo sentido, Roberto ALFARO señala que la literalidad no debe excluir el concepto de justicia
sosteniendo que “El Juez debe también identificar, la sería y mutua intención y finalidad de las partes en el acto
jurídico; y no guiarse únicamente de la literalidad (redacción) de las palabras en el documento. La literalidad no debe
excluir la justicia” en ALFARO PINILLOS, Roberto. Sepa: Como Negociar, Celebrar y Ejecutar un Contrato.
Editorial ADRUS, Arequipa: Noviembre 2006.
24 ROLLA, Giancarlo. . Juicio de Legitimidad Constitucional en Vía Incidental y Tutela de los Derechos
Fundamentales, en ID EST IUS Año II Nº 2. Editorial ADRUS, Arequipa: Junio 2006. p. 21.
25 DE ASÍS ROIG, Rafael. El razonamiento judicial. Editorial ARA, Lima: Enero 2007. p. 112.
Para facilitar la labor interpretativa de los entes encargados de administrar
justicia, existen algunos criterios de interpretación que podrían facilitar su
labor, tales como:
V. CONCLUSIONES.