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Desarrolla Tu Ie
Desarrolla Tu Ie
Desde que Daniel Goleman publicase su libro Inteligencia Emocional ha habido un auténtico
despertar de nuestra sociedad a un nuevo concepto de inteligencia diferente a la inteligencia
tradicional, la que viene medida por el coeficiente de inteligencia o CI y que se refiere a la que
utilizamos para resolver los problemas de índole puramente lógica y racional (la que sirve para
sacar buenas notas en los exámenes). A esta nueva inteligencia que tiene que ver con nuestra
capacidad para identificar nuestras emociones y la de los demás, así como nuestra capacidad para
saber manejar nuestras emociones le llamamos inteligencia emocional (CE) y ésta a diferencia del
CI, si tiene mucho que ver con nuestra capacidad para alcanzar nuestras metas personales y triunfar
en la vida, tanto en nuestras consecuciones materiales como en nuestra realización personal.
En diferentes estudios se ha podido demostrar que no hay una correlación entre el coeficiente
de inteligencia (CI) y las consecuciones personales tanto en el campo profesional como el social o
sentimental, dándose la paradoja que personas con un muy elevando CI, tienen un vida
desafortunada tanto en lo profesional como en lo personal.
En las investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro se ha podido comprobar que las
personas que han tenido que ser intervenidas y se les ha extirpado zonas del cerebro que tienen
que ver con nuestra capacidad de sentir las emociones, han podido conservar intacto sus
capacidades cognitivas referidas al razonamiento, el habla, el análisis o la comprensión lógica, es
decir su nivel de inteligencia tradicional (CI) pero han sido incapaces de tomar decisiones,
relacionarse adecuadamente con los demás o trazar planes de futuro, en definitiva de tener
capacidad para triunfar en la vida (Damasio, 1994).
En términos de evolución de nuestro cerebro, las zonas que tienen que ver con las emociones
son mucho más antiguas que la parte pensadora del cerebro -el neocórtex- pero han evolucionado
a la par dándose el hecho que las emociones controlan más al pensamiento que éste a las emociones
como se creía hasta que a principio de los años 90 Josep Ledux de la universidad de Nueva York,
descubrió que los mensajes provenientes de los sentidos eran codificados por la memoria emocional
de la amígdala del cerebelo antes de pasar al neocórtex.
Por tanto, un CI que no vaya acompañado de un buen nivel de CE, nos puede permitir sacar un
sobresaliente en un examen, pero no nos permite triunfar en la vida. El CE tiene que ver con las
relaciones interpersonales, la autoestima, la consciencia de uno, y la sensibilidad y adaptabilidad
social. Nos permite elegir bien, con quién casarnos, que empleo aceptar y cómo mantener un
equilibrio entre nuestras necesidades y las de los demás.
Un CE bajo + CI alto = Capacidad para los estudios pero dificultad para todo tipo
de relaciones personales además de incapacidad para
disfrutar emocionalmente de la vida.
2. ¿Cuál es mi CE?
Para tener una primera idea de tu nivel de inteligencia emocional puedes realizar el test de
inteligencia emocional. Es un test elemental que te puede dar una primera orientación de tu
capacidad de manejo emocional.
3. Desarrollo de la CE
El origen de la falta de desarrollo de la CE está en el miedo a sentir y éste suele ser el resultado
de los múltiples condicionamientos educativos recibidos. Se nos condiciona para que nos
avergoncemos de nuestros sentimientos. Escondemos la ira, el miedo, el desánimo o la aflicción.
Se no enseña a "dominar" y "controlar" nuestras emociones, y se nos refuerza o castiga para modelar
los comportamientos y las emociones, resaltando los buenos y negando los malos.
La educación de los padres es decisiva y la sensibilidad que tengan éstos para captar y reconocer
las necesidades emocionales de su hijo y atender sus demandas hará que éste pueda por una parte
reconocer sus emociones y por otra aceptarlas, sin reprimirlas ni negarlas. Veamos un ejemplo.
Los prejuicios habituales sociales contra la expresión emocional suelen ser del tipo: "ser
emocional es igual a ser una persona débil, inmadura o enferma", "las emociones son peligrosas y
si te dejas llevar por ellas, puedes arruinar tu vida", "una persona responsable tiene que ser racional
y controlar sus sentimientos".
Las emociones evitadas por largo tiempo quedan "cronificadas" y dan lugar a una serie de
problemas:
Es muy probable que no hayas podido responder a estas preguntas ya que no conoces claramente
en qué puntos de tu cuerpo experimentas a cada emoción. Por eso vamos a realizar una serie de
prácticas y ejercicios para conocer e identificar como se manifiestan nuestras emociones en el
cuerpo.
1ª fase: Relájate. Empieza tensando, apretando, y luego aflojando cada parte del
cuerpo, desde la cabeza a los dedos de los pies y desde éstos a la
cabeza. Aprieta contando de 5 a 7 antes de aflojar. Puedes ver la
explicación más detallada del ejercicio de tensión-relajación en
los métodos y técnicas de relajación.
Vacía tu mente de pensamientos y distracciones. Para ello práctica
respiraciones lentas y profundas. Puedes ayudarte de alguno de los
ejercicios de respiración descritos en métodos y técnicas de
relajación. A medida que la respiración se vaya haciendo más
profunda experimentarás un aumento en la intensidad de los
sentimientos que puedes frenar acortando la respiración, o
quedándote dormido o preocupándote con pensamientos críticos o
de otro tipo. Estate atento para que esto no ocurra.
Indicaciones:
Cuando hayas trabajado bien en esta concienciación de tus emociones podrás experimentar los
siguientes avances:
La aceptación de las emociones personales es algo tan importante como la aceptación de uno
mismo, ya que no se puede uno aceptar y a la vez rechazar las emociones que experimenta.
Aceptar las emociones no supone adoptar un estilo vital resignado, dispuesto a asumir lo
doloroso o desagradable de nuestros sentimientos, por el contrario, supone un acto de cierta
valentía para ponerse en contacto con todo aquello que está a la sombra de la consciencia y
recuperarlo. Por ello, el proceso de aceptación emocional supone de hecho una revitalización, un
aumento de la energía vital que se experimenta tanto en la personalidad como en el cuerpo. Como
el rechazo a las emociones negadas es inconsciente y construido en etapas tempranas de la vida,
la aceptación de esas emociones supone un reencuentro con el lado perdido de uno, una ampliación
del ser y una ampliación de la consciencia.
Pero el proceso es difícil ya que hay que vencer las muchas resistencias emocionales generadas
durante años bajo un sentimiento fortalecido por el tiempo de miedo a lo rechazado o negado, sea
el miedo, la rabia, la culpabilidad, la tristeza o la vergüenza.
o si te puedes sentir triste pero raramente te enfureces, o al revés, si te irritas con facilidad pero
nunca te entristeces.
o si te puedes mostrar con facilidad enérgico y agresivo, pero difícilmente sacas los sentimientos de
cariño o ternura (o viceversa).
o si te sobreviene con frecuencia la vergüenza o el pudor, es posible que otras emociones que te
resultan inaceptables se oculten tras ellas, normalmente la ansiedad o la tristeza.
Ahora puedes tener un buen material para comprobar el grado de aceptación o rechazo
de tus emociones.
Indicaciones:
La práctica asidua de este ejercicio te permite ir generando una actitud más abierta y tolerante
de tus vivencias emocionales rompiendo los mecanismos antiguos de evitación o huida consciente
o inconsciente de los eventos internos aversivos. Esto supone un nuevo "aire fresco" para tu vida
con todo un cambio de percepción de ti y de tu entorno.
Cuando te sobrevengan emociones muy intensas puedes "drenarlas" realizando las siguiente
práctica:
Para entrenarte puedes repetirlo todas las veces que puedas al día, aunque no tengas
afectación emocional, permitiendo con ello ponerte en contacto con tu cuerpo y tus
emociones aumentando tu nivel de tolerancia y aceptación.
Para completar tu trabajo de casa con el trabajo de calle ten en cuenta los siguientes
situaciones donde pueden ocurrir conflictos de falta de aceptación:
Cuando hayas trabajado bien en esta concienciación de tus emociones podrás experimentar los
siguientes avances:
1. Puedo darme cuenta que ya no me critico tanto como antes. Sé identificar mis actitudes
mentales negativas y en vez de quedarme en ellas voy a sentir las emociones y las
sensaciones físicas.
2. Experimento menos temor hacia mi, hacia los demás o hacia la vida.
3. Observo como mis emociones se expresan con más facilidad y a la vez no me arrastran
tanto como antes.
4. Tengo más sentido del humor.
Una vez que puedes identificar tus estados emocionales y sensoriales así como mantener una
conciencia de aceptación durante unos 20 minutos, hemos de ir trasladando esta atención al resto
del día.
Tu capacidad de percepción física y emocional se ha de afinar para poder captar cada vez con
más claridad, los diferentes estados y matices emocionales así como las muy variadas y sutiles
sensaciones corporales correspondientes.
Haz de practicar esta sensibilización de manera continua hasta que se convierta en una actitud
tan simple y cotidiana como el ver televisión.
Si repasas tu cuerpo con plena atención percibirás una gran cantidad de sensaciones que a pesar
de ser habituales pasan frecuentemente desapercibidas, fíjate detenidamente en cada una de ellas
y respira profundamente para centrar tu conciencia en la sensación.
Indicaciones:
Si al cabo de los 28 días no eres capaz de identificar alguna sensación en la mayoría de las
partes de tu cuerpo en las que te has concentrado deberás seguir practicando.
Programa la alarma de tu reloj, o tu teléfono móvil para que suene cada intervalo de
tiempo. Comienza por 1 hora, después 2, 4, 6 y 8 horas. Cada vez que suene la alarma
te preguntas ¿Cómo me siento?
Puedes hacerlo durante varios días hasta que se te instale el hábito de la auto-
observación de las sensaciones.