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COLECCIÓN HISTORIA Y SOCIEDAD OSCM CORNBLIT


(Compilador)

, Dilemas del
..conocimierlto histórico:
argumentaciones
y controversias
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UN}VtHS~üAD S

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ESTA COLECCIÓN CORRESPONDE A OBRAS REALIZADAS


POR EL INSTITUTO TORCUATO DI TELLA Y PUBLICADAS 6970
SEGúN EL CONVENIO EDITORIAL SUSCRIPTO
CON LA EDITORIAL SUDAMERICANA

EDITORIAL SUDAMERICANA
INSTITUTO TORCUATO DI TELLA
BUENOS AIRES
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144 ROBERTO CORTÉS CONDE

29 Usando la teona del capital buscamos exp1i~arlas causas


de las migraciones como una inversión en capital humano. Véase
El progreso argentino, op. cit., y "Income difféential· and illÍ-
grations",op. cit. También usando la teoria del capitai tratamos
de explicar la relación del precio de la derra, un factor de
producción, con el de los pro.düctos, de aC\lerdo con el uso que
se le diera. Véase R. C. Conde, El progreso argentino, op. cit., y
R. C. Conde, "Tierras, agricultura y ganaderia", en E. Gallo'y G.
Ferrari, La.Argentina del ochenta al centeTJ-ario,Buenos Aires;
Ed. Sudamericana, 1980. IsaÍah Berlin, Four Essays on Liberty,
LO INEVITABLE
Oxford, Oxford University Press, 1977, ps. 41 y ss.
30 J. Swanson y J. Wil1iamson, "Explanations and Issues", ¡Y LO ACCIDENTAL
Journal of EconQmicHistory, 1970, p. 56. EN LA HISTORIA *
31 Joseph A. Schumpeter, History ofEconomicAnalysis, Nueva
York, Oxford University Press, 1954, p. 814.
32 J. N. Keynes, "Scope and Method of Polítical Economics", ~L
Londres, 1891, citado por HartwelJ, op. cit., p. 32. ,. Ezequiel Gallo**
33 Ronald Coase: que tiene su antecedente en la teona de la l·
firma.
M Douglass C. North, Structltre and Change in Economic
History, Nueva York, N. W. NOlton & Co., 1981. "History: the narration
dignity." of facts and events delivered' with
35 "Efficient economic organization ls the key to growth; the
development of an efficient economic organization in Western (s. Johnson,
1810J A nictionary of the English Languaje, London,.
Europe accounts forthe rise of the West. Efficient organization
''We must conc1ude, therefore, tp.at the fact that social
entails the establishment of institutional arrangements and
property rights that create an incentive to channelindividual material is less repeatable than that of natural science, creates
economic effortinto activities that bring the private rate of greater dificulty in verifYing social laws but it does not abrogate
return c10se to the social rate of return". Douglass C. North y
1 the common ideal of al1 science." (M. Cohen, Reason and Nature,
Robert Paul Thomas, The Rise of the Western World. A New ¡ An Essay
1978, on the Meaning of the Scientifie Method [l931j Toronto,
p. 345).
Economic History, Cambridge at the University Press, 1978,· ¡
p.l.
J6 Dennis C. Mueller, Public Choice, Nueva York, Camblidge
I El debate sobre lo inevitable y lo accidental en la
UniversityPress, 1979. I historia debe verse como una ejemplificación de proble-
James M. Buchanan, La hacienda pública en un proceso mas más vastos y complejos. Es difícil enfocarIo sin hacer
democrático, Madrid, Aguilar, 1978. Robert EkeJund y Robert referencia a las discusiones entre filósofosy epistemólogos
Tollison, Mercantilism as a Rent Seeking Society. Economic sobre las peculiaridades de la investigación histórica.
Regulation in Historical Perspectiue, Texas, ASM University
Press, 1981.

*Versión amplinda y corregida de un artículo aparecido con


3, Buenos título
el mismo la Revista Latinoamericana de Fil.osofía, VI,
Aireri,en1980.
, ~, **Instituto 'forcuato Di Tel1a.

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..¡ LO INEVITABLE Y LO ACCIDENTAL EN LA HISTÓRiA
146 EZEQUIEL GALLO

dores contemporáneos. Así, por ejemplo, Rowse explica un


Hacerla desde la perspectiva poco ilust:r:ada y algo . í
i
acontecimiento tan importante como la Revolución Glo-
provinciana del historiador puedeparécer arbitrario y riosa de 1688 por la "estupidez'! de los Estuardo.5En épocas
arriesgado. Cualquier otro camino, sin embargo, excede-" recientes esta manera de ver las cosas recibió un respaldo
ría nuestra competencia y arriesgaría ubicarlo en el reino analítico más sólido en los trabajos de Karl Popper y de
de la irrelevancia .. lsaiah Berlin. Este último, por ejemplo, definió la posición
La polémica que nos interesa ha sido reiteradamente ... de sus contenedores de la siguiente manera. Para ellos, .
ilustrada en el largo debate sobre el papel de los grandes. .,
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individuos en la historia. No se trata de dar certificado de "el mundo tiene una dirección 'y estágobérnado por leyes;
nacimiento a esta di~cusión, una tarea tan superflua como tanto la dirección como las leyes pueden ser descubiertas
mortificante. Un punto de partida útil, y no arbitrario, aplic:,ndo las técnicas de investigación adecuadas. Y esto s610
puede encontrarse en la conocida carta de Federico Engels -' puede ser hecho por quienes hayan comprendido que la vida, los
a Starkenberg: caracteres y los actos de los individuos, tanto' mentales como
,. ffsicos, están gobernados por las grandes totalidades a las que
"Si un hombre y no otro emerge en un momento específico y pertenecen".6
en un país determinado es, naturalmen~e, puro accidente; pero
aun si lo eliminamos h".brá siempre necesidad de un substituto. ¿Se puede a través de la investigación histórica
En el largo plazo ese substituto será, con seguriqad, encontrado. descubrir la dirección y las leyes que gobiernan el mundo?
Este Napoleón, ese corso fue una cosa accidental, pero a falta de Como se señaló al comienzo, la pregunta nos remite "a
Napoleón, otros hubieran llenado su lugar. Esto está d'emostrado discusiones más generales destinadas a dilucidar la
por el hecho de que siempre que un hombre fue necesario, naturaleza y las peculiaridades de la investigación his-
siempre fue encontrado: César, Augusto, Cromwell."l tórica. En ese caso, también, la confrontaCión de ideas es
más que centenaria y comenzó intentando dar respuesta
Esta cita resume aceptablemente las ideas centrales de a una pregunta de inocente apariencia: ¿es la historia una
un enfoque que luego tendría expositoresmás sofisticados ciencia,. un arte o una combinación no muy rigurosa de
en Plejanov y, recientemente, en E. H.Carr.2 La visión de ambas disciplinas? .
este último, especialmente, es mucho más matizada que
la de Engels, pero no es aventurado señalar que no difiere
sustancialmente en sus rasgos centrales.
Como sucede habitualmente,' ca$i simultáneamente 11
surgió una línea de interpretación 'opuesta a la des¡;:rita.
En su discurso inaugural a la Academia de la Historia de Un punto de partida tan arbitrario como el anterior
Inglaterra, Kingsley centró' su exposición en las dificul- puede encontrarse en el conocido artículo de J. B. Bury,
tades que surgen habitualmente en la tarea de recons- "La historia como ciencia", cuyo título es ya toda una
truir el pasado. Al mencionar "ese poder misterioso que definición.7 La posición de Bury fue compartida por
tiene el hombre para quebrar las leyes de su propio ser" plumas igualmente célebres como las de Taine y Buckle.
subrayó el papel de lo accidental en el proceso histórico.3 Este último dejó sentadas sus creencias en pasajes
Esta posición tenía un antecedente ilustre y algo sumamente perceptivos, y no demasiado benévolos para
espectacular, en la obra de Carlyle, demasiado conocida sus colegas:
como para requerir mayores comentarios.4 No es difícil
encontrarla, adem4.~, en el trabajo de conocidos historia-

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LO INEVITABLE Y LO ACCIDENTAL EN LA HIsTORIA 149
148
EZEQUIEL GALLO ,
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t Trevelyan concluía afinnando que el trabajo del histo-


j riador se parece más al del artista que al del científico. En
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"Dos causas han retrasado notoriament~ 'el' 'a:;'ance de los esta línea, sin embargo; Trevelyan fue' un expositor
estudios históricos. Los más celebr¡¡.doshistoriadores son .ma- prudente y cauto. Ridiculizando las pretensiones científi-
~ nifiestamente inferiores a los más exitosos cultivadores de las
l'
~ cas de algunos historiadores, Lytton Str~chey señalaba
i ciencias físicas. No hay nadie que se haya dedicado a la historia que la histClT1ade la época,victoriana nunca sería escrita
\ que pueda compararse intelectualmente con Newton, Kepler y. porque se sabía demasiado acerca de ella. Carecíamos,
¡, otros que se har dedicado a las ciencias físicas. Pero, además, señalaba, de ese amplio margen de ignorancia. que
el historiador deb~ enfrentarse con dificultades inás formidables
, que la que encuentra el físico, puesto que sus observaciones son "simplifica y clarifica, que selecciona y omite con una
más susceptibles de'caer en el error por la presencia de la pasión perfección inalcanzable en las demás artes y ciencias'l.lO
y el prejuicio. Por otra parte, no está a su alcance ese gran '~
No es difícil encontrar historiadores contemporáneos,
recurso de los físicos que es el experimento de laboratorio" que adhieren a las enseñanzas de las dos escuelas
mediante el cual pueden simplificarse hasta los más intrincados descriptas., ~ampoco,. a q~enes ?an optado "Por una
problemas del mundo externo".B prudente VIamtermedIa, facIhtada CIertamente por algunos
pasajes ec1écticosde Buckle y Trevelyan. L. Namier, por
Buckle era optimista, a pesar de los formidables ejemplo, anotaba que "la discu'sión (entre ciencia y arte) ...
obstáculos señalados. No lo era, ni mucho menos, George nos parece totalmente inútil; (la historia), .. es como el
.Trevelyan. En un artículo con título igualmente sugestivo, diagnóstico médico; una buenl;l. dosis de experiencia y
"Clío, ¿una musa?", arremetió contra la "pretensión conocimiento previos son necesario~, así comola existencia
científica" de algunos de sus co1E;gás~ de una mente científicamente entrenada; pero la conclusión
es instintiva, un arte".lI Algo parecido sostenía Lucien
"No solamente no se pueden encontrar leyes causalesde Febvre cuando definía a la historia como una disciplina
validez universal en tan compleja disciplina, sino que la "científicamente elaborada pero no una ciencia".12
interpretación de causa Yefecto en un evento histórico singular Esta polémica entre historiadores pronto tuvo su
no podría llamarse propiamente científica. La búsqueda y la
colección de datos, el sopesar la evidencia, son de cierta manera réplica en el campo de la filosofía. Pocos trabajos
procedimientos científicos, pero no 10 es el descubrimiento de las contribuyeron tanto al debate como un artículo publicado
.,' causas y efectos". por Carl Hempel en 1941. En ésta, y otras contribuciones,
el autor consideraba que el historiador, consciente o
Y, más adelante, inconscientemente, investiga y explica en fonna similar a
la que lo hacen los científicos de las disciplinas fuertes. Es
"La mejor interpretación será aquella que habiendo de,scu- decir, utilizando el método hipotético-deductivo, o dicho
bierto y sopesado la evidencia tiene la inteligencia más clara, la con otras palabras, mediante la aplicación de leyes
más cálida simpatía humana Y los más afilados poderes generales'de validez universal y susceptibles de verificación
imaginativos. Carlyle en algunos de sus mejores trabajos reunió empírica.13 .
ambas condiciones; por 10 tanto, su psicología de la plebe en la La posición avanzada por Hempel fue posteriormente
época que ésta gobernaba, su descripción de la conflagración, su matizada por otros especialistas que adhirieron a algunas
retrato de los actores individuales -Luis XVI, Robespierre,
etcétera- son en realidad más verídicos que los mos análisis de sus premisas centrales. La más conocida e interesante
de los historiadores científicos".9 de estas contribuciones fue la de E. Nagel, quien señaló
que las causas utilizadas en la explicación histórica eran
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150 EZEQUIEL GALLO
LO INEVITABLE Y LO ACCIDENTAL EN LA HISTORIA 151
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¡~ de carácter necesario pero no suficienit;.,14 Más sjgnifica-


1 tivas fueron, sin embargo, las restricciones introducidas impredecible; (2) a una diferencia crucial en el objeto'
debería corresponder, también, una diferencia cruciaLe±l
por el mismo Hempel. En primer lugar, sugirió que las los métodos de estudio; se rechaza, por lo tanto, toda ide:::L
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leyes utilizadas por los histori~dores eran de carácter
probabilístico y no universal. En segundo término, conce-
de unidad de método; (3) el método de las ciencias
humanas debe basarse en la única ventaja que posee el
dió que los historiadores usan bosquejos. explicativos estudioso social, verbigracia, la existencia de una cierta
I ("explanatory sketches") en los cuales imitan con alguna simetría entre el .investigador y el objeto de análisis.
imprecisión los procedimientos requeridos por el método (ambos son seres humanos). El método es, en consecuen-
experimental, reemplazando las leyes por generalizacio- cia, fJl de la comprel}-sión empática. Collingwood, por '
I nes más o menos aceptables. Como es obvio, esta última
fue una concesión muy grande.15
ejemplo, establecía los siguientes principios para guiar la
investigación histórica: lQ)"toda historia es historia del
En rigor, esta forma de enfocar el problema c;ontradecía pensamiento. Usted piensa históricamente cuando puede
las conclusiones de algunos autores que habían arribado decir acerca de cualquier cosa: 'yo puedo ver lo que la
a respuestas diametralmente opuestas. Dilthey, Rickert, persona que hizo esto (escribió esto, usó esto, diseñó esto,
Croce, Collingwood, Van Mises y para algunos Max etc.) estaba pensando' "; 2º) "el conocimiento histórico es
Weber, habían señalado enfáticamente la existencia de la re actualización en la mente del historiador del pensa-
una diferencia radical entre las ciencias físico-naturales
miento cuya historia está estudiando"; 3Q) esa
y las disciplinas sociales y humanas. Para ellos, las reactualización s.e hace "encapsulada en un contexto de
diferencias surgen fundamentalmente de la distinta pensamientos presentes" por lo cual nunca puede aspirar
entidad del objeto que estudian. Lo qt!-ese dio a llamar la a la perfección.17
operación Verstehen (comprensión) adquirió diferentes. La otra línea de razonamiento opuesta a la tesi~._de
matices en los distintos autores citados, pero una actitud Hempel surgió como una reacción crítica a la popularidad
común frente a los problemas referidos a nuestro caso. alcanzada por sU:artículo. El trabajo que logró mayor
.Col1ingwood,por ejemplo, sostenía que: notoriedad fue el de William Dray, quien señaló que los
, ~ historiadores no construyen el pasado mediante ]a ütili-
"...para la ciencia el evento se descubre percibiendo, y la
siguiente búsqueda de la causa se hace asignándola a su' clase
zación de modelos causales, sino a través de técnicas
y determinando la relación entre esa clase y otra. Para la historia clasificatorias y descriptivas. ¿Qué? y no ¿Por qué? es la
el objeto a descubrir no es el mero evento sino el pensamiento pregunta que caracteriza centralmente a la indagación
'00 que se expresa en ese evento. Descubrir. ese pensamiento es histórica. 18Esta línea de razonamiento está emparentada
automáticamente entenderlo". con otra que reivindica la narrativa como el estilo más
adecuado para reconstruir el pasado. Walsh entre los
A partir de premisas filosóficas algo disímiles la misma filósofos y Hexter entre los hIstoriadores son, quizás, los
posición ha sido reiterada recientemente por Isaiah miembros más s'alientes de este grupO.19F. Teggart sos-
Berlin.16 La misma podría ser sintetizada en tres puntos tenía hace tiempo que la narración histórica era totalmente
centrales: (1) existe una diferencia sustantiva entre el incompatible con el método científico; hoy, su colega
objeto de estudio de las ciencias físico-naturales y el de las Himmelfarb pr.oclama que es la más adecuada para lograr
humanas. Esta diferencia surge del hecho de que el los objetivos centrales de las disciplinas.20 Esta última
hombre es un ser libre y su conducta, por lo tanto, forma de encarar el problema ha sido, desde luego, la que
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LO INEVITABLE Y LO ACCIDENTAL EN LA HISTORIA 153
152 EZEQUlEL GALLO ','-1

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¡~ exploraciones del tema. Másaún, puede resultar particularmen-
~ te útil en la tarea de construir hipótesis. Pero resulta,' sin
f1'
~ mayor aceptación' ha logrado en el reducido grupo' de
historiadores que se interesan por estos temas. embargo,totalmAnte inadecuada para verificar su falsedad o
~. veracidad".23
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., Una situación similar se nos presenta con propuestas
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~ 111 como las contenidas en los trabajos de Dray y algunosde


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los nariativistas. Estos autores han llamado laatenCÍón
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Más de cien años de intensa investigación histórica y sobre algunas dificultades reales que surgen en· lá
aplicació:q del modelo de Hempel, han apuntado a un
de experimentación con modelos y métodos importados de
1
las otras disciplinas sociales han arrojado resultados aspecto central del oficio del historiador y han reivindi-
cado con la narración una de las tradiciones más
desconsoladores. Por lo menos cuando son comparados con fructíferas de la disciplina. Pero no está de más señalar
las expectativas iniciales y con la duración e intensidad
del debateY Estos resultados no sólomuestran dificultades que las dificultades que acosan a esta propuesta no son
menos formidables que las que sus proponentes encon-
aparentemente insalvables en la aplicación de modelos traron al analizar la de Hempe!. Considérese para el caso
explicativos como el sugerido por Hempel, sino, también,
el ejemplo aportado por Dray cuando cita aprobatoriamente
problemas muy arduos en el campo estrictamente des- al historiador Ramsey Muir opinando sobre la Revoluciór].
criptivo. Así las cosas, es aconsejable 'optar por caminos Industrial en Inglaterra: "No era un mero cambio social
más modestos, y recorrerlos utilizando las sugerencias
más fértiles de las distintas posiciones esbozadas alrede- el que así se iniciaba; era 'una revolución social".24No parece
necesario abundar en razones para mostrar que esta
dor del problema. Los autores que han señalado' dife- conclusión ofrece el mismo tipo de problemas que las que
rencias radicales entre las disciplinas sociales y las físico-
naturales acertaron al llamar la atención sobre las señalan que la Revolu.ción se inició en Inglaterra, y no en
Francia u Holanda, porque aquélla tenía" mejor disposi-
peculiaridades Y dificultades inherentes al estudio de la ción geográfica y más recursos naturales que és.tas. Por
naturaleza humana. Al mismo tiempo, la operación
Verstehen está llena de sugerencias útiles y estimulantes otra parte, parece algo arbitrario tipificar la función del
historiador como dando respuesta a la pregunta ¿Qué
para una. de las tareas primordiales del historiador, cual
es la de la reconstrucción respetuosa del pasado. Es decir, pasó? privándolo', en consecuencia,' de inquietarse por
una reconstrucción no distorsionada por extrapolaciones interrogante s del tipo ¿Por qué pasó? De hecho,los histo-
inducidas por el contexto actual del historiador. Subsiste, riadores responden a ambos tipos de preguntas, juntamente
con las que conciernen a la artesanía de la profesión:
sin embargo, un problema importante, verbigracia, el de
los modos por los cuales se decide la veracidad ó falsedad ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién?, etcétera. En realidad, las
buenas narraciones históricas entrelazan sus descripcio-
de las conclusiones alcanzadas mediante la utilización del
método propuesto.22Esto fue vislumbrado por Max'Weber, nes con generalizaciones de distinto nivel sobre cuya
veracidad o falsedad debe· tomarse alguna decisión. El
uno de los autores que muchos consideran inscriptos en
esta tendencia. Sus observaciones no parecen contradecir problema, pues, sigue vigente.
No parece posible, en consecuencia, eludir totalmente
la siguiente afirmación de Theodore Abel:
algunas de las sugerencias contenidas en el ya casi viejo
"Existe una función positiva que la operación puede aportar artículo de Hempe!. Esto, desde luego, si se reemplaza su
a la investigación científica
.,... Yésta es la deayud.ar en
. las primeras

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LO INEVITABLE Y LO ACCIDENTAL EN LA HISTORIA 155

versión más exigente. por su propuesta del bosquejo ex- Ninguna de ellas puede ser considerada una ley, porque para
plicativo. Aceptada esta última versión parece de todas cada una existe un contraejemplo, pero cada uÍlaes, 'en la'
maneras necesario descartar la utilización' de aquellas mayoría de los casos, verdadera ... Todolo que es necesario es que
leyes de evolución, o cambio social, que tan populares cada etapa de la explicación esté apoyada por una generalización
fueron con algun0s autores decimonómicos, y, en versio- que ayuda a que por io menos la explicación resulte plausible" .25
nes más modestas, con ciertos sociólogos contemporáneos.
Explicaciones de tan alto grado de generalidad se han Las generalizaciones que apoyan el ejemplo de Nowel1-
I demostrado inadecuadas para la comprensión de hechos Smith son, efectivamente, algo triViales: los rebeldes
l: singulares y han introducido una. serie de 'polémicas tiende\! a establecerse lejos del asiento del poder;' los
inútiles entre los historiadores. Pero aún después de estas grupos que ya están armados y organizados tienden a
¡ modificaciones, es necesario alertar sobre la subsistencia . liderar las revueltas; los ríos caudalosos son un obstáculo
de ciertos problemas, algunos de los cuales han sido para los ejércitos invasores, etc. Hubiera sido posible, sin
recientemente expuestos por Nowel1-Smith: embargo, ilustrar el tema con generalizaciones que
I
, procuran dar cuenta de fenómenos sociales más comple-
I . "El error básico del modelo (de Hempe})... es que supone jos. Un buen ejemplo se encuentra en el.relato ya clásico
que explicación y predicción son lógicamente equivalentes, y que de Alexis de Tocqueville sobre la Revolución Francesa.
la explicación causal como la predicción requieren. que la causa Todo el relato gira, en buena medida, alrededor de una
sea una condición suficiente del hecho a ser explicado ... Muchas
veces la cosa a ser explicada es un evento inusual o sorpresivo, muy conocida generalización.
e indagando por su causa el historiador busca algo que explique
la.diferencia, algún factor sin cuya presencia las cosas hubieran "No es siempre yendo de mal en peor que se cae en la
continuado dentro de la regularidad anterior". revolución. Ocurre con mucha frecuencia que un pueblo que ha
soportado sin quejarse ... las leyes más abrumadoras, las rechaza
Nowell-Smith comparte, aunque no enteramente, la violentamente cuando su peso se aligera. El régimen que una
revolución destruye es casi siempre mejor que el que ]0 ha
versión que da Nagel de} modelo hipotético-deductivo precedido inmediatamente, y la experiencia nos enseña que el
(condiciones necesarias pero no suficientes). Pero va momento más peligroso para un mal gobierno es generalmente
mucho más allá. Usando como ejemplo un texto de Gayl aquel en que empieza a reformarse. Solamente un gran talento
sobre las revueltas religiosas de 1676 en Holanda, Nowell- puede salvar a un principe que emprenda la tarea de aliviar a
Smith señala que: sus súbditos tras una larga opresión. El mal que se suflia
pacientemente comoinevitable resulta insoportable en cuanto se
"Un fenómeno confuso se explica sin subsumirlo bajo una ley concibe la fdea de sustraerse a él [...l el mal se ha reducido, es
general, sino a,través de una narrativa que, seleccionada de una cierto, pero la sensibilidad se ha avivado".26
vasta masa de evidencia, le parece relevante al historiador para
configurar una secuencia con poder explicativo, yno simplemen- La cita de Tocqueville invita a sugerir algunas conclu-
te una lista de eventos desplegada cronológicamente ... (pero siones: (1) las afinnaciones se hacen con extrema cautela:
además) existe una generalización diferente subyaciendo cada "en general", "casi siempre", "ocurre con mucha frecuen-
paso de la narrativa y cada uno de los hechos seleccionados por cia", "no siempre", etc.; (2) las generalizaciones quedan,
Gayl que sirven para configurar.un "pattern" explicativo ... Por por 10 tanto, expuestas a posibles' contraejemplos. Es
supuesto que las generalizaciones ofrecidas por Gayl son
bastante triviales, pero su trivialidad es parte del problema. interesante observar que Tocqueville anticipa algunos de
,'¡: ellos: el "talento" del gobernante, por ejemplo, podría'

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l LO INEVITABLE Y LO ACCIDENTAL EN LA HISTORIA 157
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haber variado el curso de los acontecíníientos;27,(3) la I ha caracterizada. A. M. MacIver señala acertadamente
i:
ff generalización queda abierta a una posible "refutación"si ,'que las explicaciones históriGas se apoyan E)TI, geneializa-
! es que no resulta fértil para analizar y explicar algunas 1 ciones, pero que éstas pueden ser de,distinto nivel. En un
¡(
t características de episodios similarés (el México de Porlino extremo, MacIver ubica aquellas biografías puntuales que
~
Díaz, la Rusia de Nicolás n, Irán bajo el Sha, etc.) Si así !!
1

no son más que una colección:'de anécdotas ordenadas


sucediera se dudaría de su eficacia para dar cuenta ,del ! cronológicame:o.te. En este caso la tarea ,del historiador
fenómeno histórico específico que intenta explicar, en este consist~ solámente en ~eleccionar un material que, por
caso, la Revolución Francesa.28 1 razone3 prácticas~ no puede volcar enteramente en su
. ~.
Volviendo al punto de partida es posible concluir que ,1
obra. En el otro extremo ubica a esa suerte de historias
. ""f- . :.,-' .. " .• " •

el criterio propuesto por Nowell-Smith es demasiado ,universales que sólo registran las grandes revoluciones
blando para las exigencias de rigor científico, y lógico )tecnológicas que transformaron significativamente las
postuladas por los proponentes del modelo hipotético- I condiciones de vida de la humanidad. Entre ambos
deductivo. Pero desde la perspectiva del historiador, 1, extremos, se encuentra una diversidad de historias
parece el único capaz de mitigar con sentido realista las narradas a distintos niveles de generalidad. MacIver
tensiones que se generan entre las dificultades inherentes plantea el problema, ejemplificándolo con el caso de Julio
al objeto estudiado, las tradiciones de la disciplin.a y las I César:
exigencias de rigor científico. .\

i "Es posible que si Julio César hubiera muerto en su infancia


I otro hubiera unificado el mundo mediterráneo b~jo una sola
monarquía. Las condiciones parecían maduras para intentarlo.
IV Tanto Sulla como Pompeyo casi lo habían logrado. Visto,
entonces, desde la perspectiva de un historiador que piensa en
Nowell-Smith llama, también, la atención sobre otro unidades temporales 'no menores de un siglo, y en unidades
sociales no inferiores a una civilización, el panorama no hubiera
problema, verbigracia, el del papel de los accidentes, en sido significativamente diferente si Julio César no hubiera
el proceso histórico. "Un accidente, dice, no es un evento nacido. Para aquellos que optan por perspectivas menos gran-
sin causa; es la coincidencia de dos cadenas causales diosas, sin embargo, el cuadro hubiera sido muy distinto. Si
independientes que es significativo porque produce conse- César no hubiera nacido, Roma hubiera tenido que esperar
cuencias importantes". La palabra accidente podría ser quizás u~a generación, o aún más, por la aparición de un hombre
sustituida por contingencia, es decir algo que' puede que combinara la ambición necesaria con las condiciones
ocurrir pero que no era esperado en función de la evolución requeridas por ese tipo de liderazgo. En esas condicionés,la
de los hechos precedentes. Una narrativa histórica fide- prolongación de la anarquía senatorial pudo haber tenido efectos .
digna debería, por 10 tanto, ubicarse siempre en puntos que se hubieran sentido durante un período muy largo. Para sus
donde los hechos conocidos permitan diferentes alterna- contemporáneos, ciertamente, la diferencia resultante d~l hecho
tivas de evolución futura. de que César haya o no nacido, habría sido decisiva".29
A partir de aquí es posible retornar a la discusión sobre
el papel jugado por los grandes hombres. En este caso Parece sensato aceptar con MacIver que los dos tipos.
también resulta conveniente evitar polémicas inútiles. O, de historia pueden ser legitimos, y que la plausibilidad
por lo menos, despejarlas de la espectacularidad que las de cada una deba ser controlada en su correspondiente
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nivel de generalidad. En el casodel primer tipo, sin embargo,

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EZEQUIEL q.~r..0
:l las investigaciones históricas. Esto no autoriza, .sin,
no parece aventurado añrmar q1.ielasleyesogeneraliza~ '
ciones que se utilizan no han demostrado' ser adecuadas embargo, a postular ,una libertad inestricta para la
! imaginación histórica, 'ni exime al historiador de la tarea
en la explicación de fenómenos singulares~ Descansan, distintiva de la actividad científica, verbigracia, la de
además, en condiciones cántra,fácticas de muy difícil ¡i contrastar sus conclusiones con la realidad.
localización)' verificación. Es, quizás, por estas razones
que este tipo de historia es mirada con desconfianza por i
la mayoría de los historiadores profesionales ..En el caso
)1
del segundo tipo, resulta indudable que las' observaciones ..
.
[
de MacIver son compatibles con las líneas generales l
expuestas por Nowell-Smith. La, aparición de un Cés~r o \

.,
un Napoleón es una contingencia no necesaria desde la
perspectiva de los hechos precedentes. No necesaria pero
i ¡i
plausible. A su vez, esos mismos hechos precedentes no
autorizan a descartar la alternativa de la "no aparicióIl",
j "
en cuyo caso los resultados pueden ser significativamemte
diferentes, cuanto menos para los contelllPoráneos del
personaje en cuestión. Es obvio, por ejemplo, que la "no
aparición" (o la ausencia de un "gran talento") es un factor
importante para Tocqueville en su explicación de las 1
¡
causas de la Revolución Francesa.

Apuntando a la conveniencia de que la narrativa no se
cierra a la ,posibilidad de otras secuencias,' o, en otras
palabras, a la emergencia de contingencias, señalaba ese r
gran historiador que;.fue J., Huizinga: el

"El historiador debe mantener frente a su tema un punto de


, vista indeterminista; Debe continuamente ubicarse en un punto
del pasado en el cual los factores ya establecidos permitan
, esperar un resultado diferente. Si habla de Salamis debe hacerlo
como si los persas aún pudieran ganar. Si escribe sobre el golpe
, de Estado en Brumario debe hacerlo corno si todavía fuera
posible que Bonaparte no estuviera por ser ignorniniosamente
rechazado por sus compatriotas."30

Posturas corno la de Huizinga nos inhiben, por cierto,


de hacer referencias a procesos o tendencias inevitables, I
y obstaculizan enonnement.e, por lo tanto, la tarea de
buscar predicciones significativas en las conclusiones de
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LO INEVITABLE Y LO ACCIDENTAL EN LA HISTORIA 161
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de las características y de las reglas que gobiernan a ese
"quantum" científico que es parte de cada,ramad~l saber.
13 C. Hempel, "The Function of General Laws in History" l'ln

~. P. Gardiner (comp.), Theories of History, New York, 1959.


,:
,. 14 E. Nagel, "'J'heLogicofHistorical Analysis" en H. Mayerhoff,
¡ ThéPhilosophy of History in OUT Time, New York, 1959.
,1 15 Nos parece que se hubieran evitado muchas polémicas
NOTAS estériles si Hempel hubiera dado centralidada su idea del
"bosquejo explicativo" y si sus seguidores se hubieran dedicado
r K. Marx, F. Engels, Correspondence, Londres, 1934, p.518.
a analizar con más profundidad sus consecuencias.
16 R. G. Collingwood;Ensayos sobre la filosofía de la historia,
1
1:
2 .J. Plejanov, El papel del individuo en la historia,Buenos Barcelona, 1970, p.63 Y ss., Cfr. 1. Berlin, "The .Concept of
I Aires, 1859; E. H. Carr, ¿Qué es la historia?,Barcelona, 1969, . Scientific History" en Concepts and Categones. Philosophical
" pág. 69 Y ss. Otra obra en esta posición es la de E. R. A. Seligman; Essays, London, 1978.
The Economic Interpretation of History, New York, 1907, p. 96 17 R. G. Collingwood,An Autobiography (1939), Oxford, 1978,
l'
ss. . ,. . ps. 110-14. .
3 C. Kingsley, The Limits of Exact Science as Applied to 18 W. Dray, "Explaining 'What' in History", en P: Gardiner
History, Lon~on, 1860, p. 22. (comp.), lococit.
4 Una muestra de Carlyle, comentando sobre los que creían
19 W. H. Walsh, "Meaningin History" en P. Gardiner, lococit.
que los grandes hombres eran nada más que los productos de la y J. H. Hexter,"The Retoric of History" en Doing History, In~
época: "Alas, hemos conocido tiempos que han dado alaridos diana, 1970. Una variante de esta posición puede consultarse en
llamando a su 'gran hombre' pero éste no apareció cuando fue W. B. Gallie, "Explanations in History and the Genetic Sciences"
llamado. No estaba allí; la Providencia no 10 había mandado. '¡'os en P. Gardiner (ed.), lococit.
tiempos ...' se sumieron en la confusión y la destrucción porque 20 F. Teggart, TheoryandProcessesofHistory, California, 1977,
¡Il 'el' no apareció cuando fue llamado". T. Carlyle, Heroes, Rero- p. 51 Y ss. G.Himmelfarb, TheNewHistoryand the Old. Critical
Workship and the Heroic in History, Londres, 1840, p. 16. Essays and Reappraisals, Cambridge, Mass., 1987, p. 1.
s A. L. Rowse, The England of Elizabeth, Londres, 1950, p. 21 La aplicación del métódo comparativo hizo pensar que se
382. "
estaba fu'1.teun substituto muy apto de los métodos experimentales
6 1. Berlin," "Historical Inevitability", en" Four Essays on utilizados en las ciencias naturales. Mayor entusiasmo despertó
Liberty, Oxford, 1969. - - la emergencia de la "New Economic History" con su utilización
7 J. E. Bury, "History as a Science" en F. Stern (comp.), The
deJas hipótesis contractuales (Cfr. R Fogel "The New Economic
Varietesof History. From Voltaire to the Present, Londres, 1970. History. Its Findings and Methods" en The Economic History
8 Introducción a History ofCivilization in England en F. Stern, Review, 2nd. Series, XIX, (1966) ). Como señala Davis ("Professor
lococit.
Fogel and the New Economic History", The Eco~omic History
9' G. Trevelyan, "Clío, a Muse" en F. Stern, lococit.
Reuiew, 2nd. Series, XXII (1969) ), este método es una variante
lO L. Strachey, Eminent-Victorians,' Londres, 1977, p. 9. del comparativo y se encuentra, por 10 tanto, sujeto a los mismos
11 L. Namier, "History", en F. Stern, lococit.
problemas de especificación e identificación de éste. (M. Desai,
12 L. Febvre, Combates por la historia, Barcelona, 1970, p. 40.
"Some Issues in EconQmetric History", en Economic History
La,discusión es ciertamente estéril, como señalaba Namier. En Reuiew, 2nd. Series XXI (1968). Para una discusión sobre las
toda rama del conocimiento existen ingredientes científicos y limitaciones, y la utilidad, del método comparativo cfr. mi "El
artísticos, por más que el peso de ellos pueda variar de disciplina método comparativo en historia: Argentina y Australia (1850-
a disciplina. La discusión interesante gira, nos parece, alrededor 1914)"en Fogarty et al. (comp.), en Argentina y Australia, Buenos
.."¡: . AiI'es, 1979 .

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162 EZEQUIEL GALLO LO INEVITABLE Y LO ACCIDENTAL EN LA mSTORIA163
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Las mejores exposiciones (y utilizaCión) de la operación las
22

he encontrado en el capítulo XI ("Roman Britain") de la ya citada '1 .29A. M. MacIver, "Levels of Explanation in History", en M.
autobiografía de Collingwood y en mi artículo ("El Forastero") Brodbeck, Readings in the Philosophy of the' Social Sciences,
;1
de A. Schutz incluido en sus Estudios sobre teoría social, Buenos New York, 1968.
I 30 J. Huizinga, "The Idea of History", en F. Stern, lococit.
Aires, 1974. Cfr. también de R. G. Collingwood, Idea de la ··1
.,¡

historia, México, 1979, ps. 271-89. En ninguno de estos trábajós


¡ se, da respuesta al interrogante sugerido en el texto. Un autor,

r
¡-
muy afín a Collingwood, sostiene que ésta no es la función de. I
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la operación. Cfr. H. Saari, Re-Enactment: A Studyin R. G. -}

!
Collingwood: Philosophy of History, Abo, 1984, p. 10l. 1
23 T. Abel, "The Operation Called Verstehen," en H. Feigl and
j
M. Brodbeck, Readings in the Phílosophy of Science, New York,
1953, Cfr. M. Weber, The Methodology of the Social Sciences,
New York, 1949, ps. 164 y ss. Nos parece que Mel es un poco
"tacaño" con la contribución de estos autores. Pensamos, por el ,~
I
contrario que la operación "es un paso indispensable en la ~
investigación histórica". Un buen tratamiento del problema
puede verse en F. ,A.Hayek, "The Facts of the Social Sciences",
,
incluido en su Individualism andEconomic Ordér, Chicago,1980.
24 W. Dray, op. cit. Cfr. la interesante crítica sobre este
aspecto que hace G. Elton, Political History. Principlesand
:!
Practice, London, 1970, p. 117 Y ss.
25 P. H. Nowell-Smith, "Historical Explanation", en H. E.
i
Kieper y M. Munitz (comp,), Mind, Science and History, New
York, 1970: Nos parece que el problema del modelo de Hempel j
(en su versión dura) estriba en suponer, como sostiene Nowell~ ¡.

I
Smith, que "explicación y predicción son lógicamente equivalen- ,l
tes". Nos parece que el problema radica en el carácter de'las f
"predicciones" posibles en ciencias humanas. Éstas sólo pueden ~
achicar el campo de incertidumbre y dejan, por lo tanto, varias
alternativas posibles. Cfr. en este sentidoF. A. Hayek, "The
Theory of Complex Phenomena" en sus Studies ~n Philosophy,
Politics and Economics, Londres. 1967, ps. 22-43.
26 A. de Tocqueville, El antiguo régimen y la revolución (1856),
Madrid, 1967.
. 27 Para Tocqueville, como es sabido, el "talento" hubiera
consistido fundamentalmente en descentralizar el poder.
2IJ La otra manera obvia de refutar el aserto es señalar que
los datos escogidos son erróneos. No parece necesario señalar
que no interesa señalar en este ensayo si la tesis de Tocqueville
era correcta o no, sino simplemente indicar que su interpretación
de la' Revolución depende crucialmente de la: veracidad o
falsedad del pas~e citado en el texto.
ii

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