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ADIVINANZAS

Me gustaría ser tigre pero no tengo su


altura cuando escuches un miau los
adivinaras sin duda. ¿Qué es?
Respuesta: El Gato

Y lo es, y lo es y no lo adivinaras aunque te


dure un mes ¿Qué es?
Respuesta: El hilo
Es pequeña como una pera pero alumbra
la casa entera ¿Qué es?
Respuesta: El Foco

Soy ave y soy lana pero no tengo pico ni


alas ¿Qué es?
Respuesta: La Avellana
RIMAS
Amarillo es el patito
Amarillo es el limón
Amarillo es el pollito
Que sale del cascaron

Marcha el soldadito
Cabeza de papel
Si no marcha derecho
Vas preso al cuartel
Sana, sana colita
De rana, si no sanas
Hoy, sanaras mañana

A, e, i, o, u ¿cuantos
Años tienes tú?
CHISTES
Un señor en un restaurante le dice al
camarero: Disculpa camarero hay una
mosca en mi sopa no se preocupe… jajajaja

Papá que se siente tener un hijo tan


guapo? No se hijo, pregúntale a tu abuelo
jajajajaja
¿Pedrito que planeta va después de
martes? La respuesta es miércoles.

¿Cuál es el pez que huele tan feo? El


apestoso
TRABALENGUAS

Pablito clavo un clavito


Que clavito clavo a Pablito

Pepe pica papa con un pico


Con un pico pica papa pepe
Tres tristes tigres comían trigo en un trigal

Pancha plancha con cuatro planchas.


Con cuantas planchas plancha pancha?
CUENTOS
Los cuatro amigos
Había una vez cuatro animales que eran
muy amigos que no pertenecían a la misma
especie, desde que amanecía iban juntos a
todas partes y se lo pasaba genial jugando
y conversando sobre la vida en el bosque.
Uno era un simpático ratón que destacaban
por sus ingeniosas ocurrencias. El otro
cuervo era poco serio pero muy generoso y
de buen corazón. El más guapo elegante era
el ciervo de color tostado al que le gustaba
correr a toda velocidad para compensar. La
cuarta pandilla era una tortuguita muy
coqueta que se tomaba la vida muy
tranquila.
EL CABALLO AMAESTRADO

Un ladrón que rondaba en torno a un campamento militar,


robo un hermoso caballo aprovechando la oscuridad de la
noche. Por la mañana, cuando se dirigía a la ciudad, paso
por el camino un batallón de dragones que estaba de
maniobras. Al escuchar los tambores, el caballo escapo y,
junto a los de las tropas, fue realizando los fabulosos
ejercicios para los que había sido amaestrado.
¡Este caballo es nuestro! Exclamo el capitán de dragones. De
lo contrario no sabría realizar los ejercicios. ¿Lo has robado
tu? Le pregunto al ladrón.
¡Oh, yo...! Lo compre en la feria a un tratante...
Entonces, dime como se llama inmediatamente ese individuo
para ir en su busca, pues ya no hay duda que ha sido
robado.
El ladrón se puso nervioso y no acertaba a articular palabra.
Al fin, viéndose descubierto, confeso la verdad.
¡Ya me parecía a mí exclamo el capitán Que este noble
animal no podía pertenecer a un rufián como tu!
El ladrón fue detenido, con lo que se demuestra que el robo
y el engaño rara vez quedan sin castigo.

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