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EL PATO EN EL ESTANQUE
EL PERRO EN EL PAJAR
- ¡Que perro tan egoísta! - exclamó uno de los bueyes -. ¡Ni se come la paja, ni la
deja comer!.
Moraleja: Si quieres que sean justos contigo, primero debes serlo con los demás,
dejando de lado egoísmos infantiles.
Un calvo que caminaba por la calle se encontró un peine en el suelo. En estas que
pasaba por allí otro calvo, que sin apreciar muy bien el descubrimiento, dijo:
- Oye tú, reparte tu hallazgo.
EL SALMÓN Y EL OSO
Un salmón subía por el río cuando se topó con un oso que iba cazando a otros
salmones.
- Señor Oso - dijo el salmón -. Yo no soy como los otros salmones. Yo sólo subo el
río porque me he dejado las llaves de casa. En cuanto las coja volveré a bajar
hacia el mar. ¿Verdad que me dejará pasar sin problemas?
- Claro - dijo el oso -. Yo también me he dejado las llaves alguna vez y sé lo
molesto que es. Pasa, que no te haré nada.
Y el salmón pasó. Y el oso se lo comió.
Moraleja: No trates a los demás como si fueran tontos, o te encontrarás con más
de una sorpresa desagradable.
EL GATO Y EL PERRO
Un gato, que llevaba toda la vida viviendo en un piso junto a sus amos, descubrió
de repente que había otros animales. Fue porque el vecino se compró un perro,
que se coló por la terraza.
- Oye - dijo el intruso - ¿tú eres un gato?
- No sé - replicó el gato -, nunca he visto a uno.
Moraleja: Si no sabes quién eres difícilmente sabrás cómo reaccionar ante los
demás.
EL PERRO Y SU DUEÑO
Un perro, que esperaba pacientemente a que su dueño acabase de cenar, salió
disparado hacia la cocina en cuanto este se levantó.
- ¡Siempre estás igual! - dijo el dueño -. Ya sabes que no te voy a dar nada.
El perro, sin dejar de mover la cola, replicó:
- Eso dices siempre, sí, pero no siempre lo has cumplido.
EL LOBO Y EL PERRO
Una vez un lobo se topó con un enorme perro que se encontraba atado a un
poste.
Oye perro - le dijo -. ¿Quién es el que te tiene sujeto y a la vez tan bien
alimentado?
- Mi amo - respondió el can -.
- ¡Dios nos libre a los lobos de caer en esa trampa! Prefiero mil veces morir de
hambre a tener que cargar con un collar tan pesado.
EL PASTOR Y EL LOBO