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Filial C.D.E.
LAVADO DE MANOS
Integrantes:
Carlos Franco
Liz Ojeda
Valeria Larroza
Curso: 1º Enfermería
AÑO: 2017
INTRODUCCIÓN
Este trabajo trata sobre Lavado de Manos con agua y jabón es el método más conocido
y sencillo para evitar la transmisión de microorganismos de una persona a otra .
El lavado de manos consiste en la frotación vigorosa de las mismas, previamente
enjabonadas seguida de un aclarado con agua abundante, con el fin de eliminar la
suciedad, materia orgánica, microbiota habitual y transitoria y así evitar la transmisión
de microorganismos de persona a persona .
LAVADO DE MANOS
El lavado de manos es la frotación vigorosa de las manos previamente enjabonadas,
seguida de un aclarado con agua abundante, con el fin de eliminar la suciedad, materia
orgánica, flora transitoria y residente, y así evitar la transmisión de estos
microorganismos de persona a persona.
El uso de soluciones alcohólicas para el lavado de manos constituye una alternativa a
tener seriamente en cuenta en la higiene de las manos en la actualidad (más desarrollo
en otro capítulo).
Flora residente: también llamada colonizante. Son microorganismos que se encuentran
habitualmente en la piel. No se eliminan fácilmente por fricción mecánica.
Flora transitoria: también llamada contaminante o "no colonizante". Son
microorganismos que contaminan la piel, no encontrándose habitualmente en ella. Su
importancia radica en la facilidad con la que se transmiten, siendo el origen de la
mayoría de las infecciones nosocomiales.
La acción y efecto de lavar recibe el nombre de lavado. El verbo lavar está vinculado a
la limpieza de algo, quitándole la suciedad o purificándolo. Las características del
lavado dependen del objeto a lavar: no se utilizan los mismos materiales y técnicas para
lavar un coche que para lavar una manzana.
La mano, por otra parte, es la parte del cuerpo de los seres humanos que está unida a la
extremidad del antebrazo y que comprende desde la muñeca hasta la punta de los dedos.
El lavado de manos, por lo tanto, consiste en higienizar esta parte del cuerpo. Se trata de
una actividad cotidiana muy importante que ayuda a evitar enfermedades, ya que las
manos entran en contacto con diversos tipos de superficies durante el día y pueden
portar gérmenes, bacterias y otros patógenos.
Cuando tiene lugar una epidemia de alguna otra infección de tipo viral, como puede ser
la gripe A, los gobiernos suelen llevar a cabo importantes campañas a través de los
medios de comunicación para concienciar a la población acerca de los métodos de
prevención y de los procedimientos a llevar a cabo en caso de contagio. Uno de los
puntos principales en dichos momentos de emergencia es el lavado de manos: esta
acción, aparentemente poco relevante y que nos exige un mínimo de energías al día,
puede disminuir notablemente el riesgo de transmisión de un virus.
Bastan tan sólo unos quince segundos para que el lavado de manos sea efectivo y esto
ayuda a reducir considerablemente el riesgo de adquisición y transmisión de ciertas
enfermedades, tales como las infecciones cutáneas y respiratorias, la parasitosis, la
conjuntivitis y la diarrea (especialmente en personas menores de cinco años).
Aún cuando creemos que nuestras manos se encuentran limpias, éstas pueden alojar un
gran número de virus y bacterias, y la lista incluye: Staphyloccocus, Streptoccocos,
Clostridium difficile, Klebsiella, Enteroccocus, Pseudomonas, Shigella, Influenza,
Bacteroide, Escherichia coli y Proteus mirabilis.
Lavado de manosLa forma más frecuente de efectuar este lavado consiste en aplicar
agua y jabón: primero se mojan las manos con el agua, después se enjabonan y se frotan
durante varios segundos, limpiando la palma, el dorso, los dedos, los espacios
interdigitales y las muñecas. Finalmente hay que enjuagar las manos y secarlas.
Las manos también pueden lavarse con alcohol u otros productos antisépticos. Los
expertos recomiendan lavarse las manos varias veces al día: antes de comer, antes y
después de ir al baño, al llegar de la calle, etc.
La idea de lavado de manos también puede usarse en sentido simbólico como una forma
de no asumir una responsabilidad o una culpa. Por lo general se asocia esta figura a
Poncio Pilato, quien se lavó las manos tras condenar a muerte a Jesús. Por ejemplo: “El
lavado de manos del intendente indignó a la gente: primero cedió las tierras al
empresario y después renunció”.
Justamente, el lavado de manos de Poncio Pilato es un símbolo de desentenderse de una
culpa, de lavar la propia conciencia de una forma superficial, sin reflexión ni
compasión, sino buscando el camino más corto y conveniente para quedar “limpio”, y
su importancia en la civilización occidental es considerable. Pero su actitud se completó
con las palabras que pronunció antes de que Jesucristo fuese crucificado: “inocente soy
de la sangre de este justo”.
El agua como elemento que purifica es un factor común a muchas religiones y culturas.
Para el cristianismo, por ejemplo, ya desde el bautismo se busca limpiar a los niños del
pecado original, tan sólo unos pocos días después de su nacimiento. Del mismo modo,
tanto los cristianos como los judíos practican las abluciones, el lavado con agua de todo
el cuerpo o de parte del mismo, como ser las manos, con el propósito de purificar el
alma.
TIPOS DE LAVADO DE MANOS
LAVADO DE RUTINA HIGIÉNICO
Eliminar la suciedad, materia orgánica y flora transitoria de las manos.
Material:
Jabón líquido ordinario, en dispensador desechable, con dosificador.
Toalla de papel desechable.
Técnica:
Humedecer las manos con agua corriente, preferiblemente templada.
Aplicar jabón líquido con dosificador.
Frotar las manos palma con palma, sobre dorsos, espacios interdigitales y muñecas
durante al menos 10 minutos.
Aclarar con abundante agua corriente.
Secar las manos con toallas de papel.
Cerrar el grifo con la toalla de papel utilizada para el secado (los lavabos con sistema de
cierre de codo o de pedal ahorran este paso; los de célula fotoeléctrica, además,
determinan un importante ahorro de agua).
Indicaciones:
Antes y después del contacto con cada paciente.
Entre dos procedimientos en el mismo paciente si hay sospecha de contaminación de las
manos.
Después del contacto con alguna fuente de microorganismos (sustancias y fluidos
corporales, mucosas piel no intacta...) y objetos contaminados con suciedad.
Después de quitarse los guantes.
Material:
Jabón líquido con antiséptico (solución jabonosa de clorhexidina al 4% o povidona
yodada al 7,5%), en dispensador desechable, con dosificador. Toalla de papel
desechable.
Técnica:
Igual que en el lavado higiénico. Sólo cambia el tipo de jabón.
Indicaciones:
Antes de realizar procedimientos invasivos como inserción de catéteres, sondas
vesicales.
Antes y después del contacto con pacientes que se sabe o sospecha están infectados o
colonizados por microorganismos epidemiológicamente importantes.
Antes del contacto con pacientes inmunocomprometidos en situaciones de fundado
riesgo de transmisión.
LAVADO QUIRÚRGICO
Eliminar la flora transitoria y al máximo la flora residente de las manos previo a un
procedimiento invasivo que por su especificidad o su duración requiere un alto grado de
asepsia y un efecto residual.
Material:
Jabón líquido con antiséptico (solución jabonosa de clorhexidina o povidona yodada),
en dispensador desechable, con dosificador.
Cepillo de uñas desechable (preferiblemente impregnado en solución antiséptica).
Toalla o compresa estéril.
Técnica:
Abrir el grifo (sólo lavabos con sistema de codo o pedal).
Aplicar jabón antiséptico.
Lavado mecánico de manos y antebrazos y limpiar debajo de las uñas con cepillo
desechable.
Aclarar con agua corriente abundante.
Aplicar de nuevo jabón antiséptico en manos y antebrazos friccionando al menos 2
MINUTOS.
Aclarar con agua abundante.
Secar por aplicación, sin frotar, con una compresa o toalla desechable estéril,
comenzando por los dedos y bajando hasta los codos.
Durante todo el proceso, mantener las manos por encima de los codos.
Indicaciones:
Antes de una intervención quirúrgica.
Antes de cualquier maniobra invasiva que requiera alto grado de asepsia.
RECOMENDACIONES
Mantener las uñas cortas y limpias. Las uñas largas son más difíciles de limpiar y
aumentan el riesgo de rotura de guantes. No llevar uñas artificiales.
No usar anillos, relojes, ni pulseras. Estos elementos pueden actuar como reservorio y
dificultan la limpieza de manos y antebrazos.
El uso de emolientes y lociones protectoras de la piel, después de la actividad laboral, se
considera deseable e incluso recomendable en la práctica diaria, porque pueden
aumentar la resistencia de la piel a los gérmenes y, por tanto, disminuir la infección
cruzada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunos antisépticos se inactivan en
presencia de algunos de estos productos.
Medida de higiene consistente en la eliminación mediante arrastre de la flora presente
de manera transitoria en la piel de las manos. Se considera una de las medidas más
eficaces en la prevención y control de la transmisión de enfermedades infecciosas
dentro del ámbito hospitalario.
El lavado de manos con jabón es una de las maneras más efectivas y económicas de
prevenir enfermedades diarreicas y respiratorias, que son responsables de muchas
muertes infantiles en todo el mundo.
Las manos están en contacto con innumerable cantidad de objetos y personas, y también
con gérmenes que pueden ser perjudiciales para la salud. Cuando una persona no se lava
las manos con jabón pueden transmitir bacterias, virus y parásitos ya sea por contacto
directo (tocando a otra persona) o indirectamente (mediante superficies).
En la mayoría de las situaciones, lavarse las manos con agua y jabón es la mejor forma
de reducir la cantidad de microbios que tienen. Si no cuenta con agua ni con jabón, use
un desinfectante de manos a base de alcohol que contenga, al menos, un 60 % de
alcohol. En algunos casos, los desinfectantes de manos a base de alcohol pueden reducir
rápidamente la cantidad de microbios que se encuentran en las manos, pero no eliminan
todos los tipos de microbios.
Los desinfectantes de manos no son tan eficaces cuando las manos están
visiblemente sucias o grasosas.
¿Cómo usar los desinfectantes de manos?
Aplíquese el producto en la palma de una mano (lea la etiqueta para saber la cantidad
correcta).
Frótese las manos.
Frótese el producto sobre todas las superficies de las manos y los dedos hasta que las
manos estén secas.
RECURSOS MATERIALES
Lavabo con agua tibia .Si fuera posible la llave del lavabo accionable con el codo, el pie
o la rodilla
Jabonera: dosificadora, Pastilla de jabón o Antiséptico jabonoso (optativo + cepillo)
Toallas de papel
Loción hidratante
OBJETIVOS
¿QUIÉN?
Todo el personal.
¿CUÁNDO?
Antes y después del contacto con el paciente.
Después de quitarse los guantes.
PREVIO AL PROCEDIMIENTO
Es recomendable:
llevar las uñas cortas, retirar sortijas y joyas, revisar las manos buscando la existencia de
algún tipo de lesión, usar lociones hidratantes.
PROCEDIMIENTO
Accione el grifo (con el codo si es posible) y mójese manos y muñecas con agua
tibia*.
Sostenga las manos bajas en relación con los codos para evitar contaminar regiones
del lavabo limpias.
Evite salpicaduras.
Absténgase de tocar los grifos y el lavabo.
Si usa jabón en pastilla: enjuáguela antes de regresarla a la jabonera. Si es jabonera
dosificadora acciónela con el codo tomando de dos a cuatro mililitros.
Enjabónese enérgicamente frotando y entrelazando los dedos con fuerza y
movimientos circulares durante diez segundos. Preste especial atención a las zonas
subungueales, alrededor de la cutícula, pulgares, nudillos y lados de la mano.
Aclarar bien manos y muñecas SIN escurrir el agua hacia los codos.
Secar manos y muñecas aplicando leves toques con la toallita de papel.
Cerrar el grifo cogiéndolo con la toallita de papel si éste no se puede accionar con el
codo o el pie. Desecharla en el recipiente adecuado.
Limpiar y desinfectar periódicamente los dispensadores de jabón y su contenido**.
El uso de jabones antisépticos debe ser restringido a: Zonas con resistencias
bacterianas, Unidades de Cuidados Críticos; salas de Neonatos, y antes de la
realización de cualquier procedimiento invasivo***.
El agua tibia elimina la capa grasa de la piel en menor grado que el agua caliente.
Pueden ser fuente de pseudomonas.
Son recomendaciones del C.D.C.
La eliminación de toda la suciedad y los contaminantes de la piel es de suma
importancia. Las manos y otras partes del cuerpo sucias deberían limpiarse al menos al
final de la jornada laboral, antes de los descansos o cuando acudimos al servicio.
El método correcto de limpieza también es importante. Desarrollar una técnica adecuada
para el lavado de manos es imprescindible para asegurarse de que las manos están
completamente limpias. Se debe prestar especial atención al dorso de las manos y a las
yemas de los dedos, ya que se olvidan con frecuencia.
Es habitual mojarse las manos antes de aplicar una dosis de jabón en la cuenca de la
mano; sin embargo, si se tienen las manos muy sucias es recomendable aplicar el
limpiador de manos específico apropiado directamente sobre la piel antes de
mojarlas. En todo caso, es importante seguir las instrucciones recomendadas por el
fabricante.
Siempre se debe secar bien la piel para evitar que se agriete, especialmente cuando hace
frío. Siempre debe tener a mano toallas limpias; las toallas sucias exponen la piel a más
suciedad y existe riesgo de infección. Lo ideal sería utilizar toallas de un solo uso, ya
que con el uso de toallas compartidas cabe la posibilidad de una contaminación.
Higiene de manos
La higiene de manos es el término general para los que se aplica a cualquier lavado de
manos, lavado antiséptico de manos, antisepsia de manos por frotación o antisepsia
quirúrgica de manos, que se realiza en los centros sanitarios para prevenir las
infecciones relacionadas con la atención sanitaria (IRAS).
Las IRAS se definen como aquellas infecciones que afectan a un paciente durante el
proceso de atención en el hospital u otra instalación de atención sanitaria que no estaban
presentes ni se estaban incubando en el momento del ingreso. En la aparición de las
IRAS influyen múltiples factores.
No obstante, la falta de higiene de manos siempre antes y después de estar en contacto
con un paciente es probablemente el único factor relacionado con la transmisión de
los microorganismos común a la mayor parte de las infecciones.
Por ello, se considera desde hace mucho tiempo, la medida de prevención más eficiente
para evitar las enfermedades infecciosas.
Técnica
1.-Mantener libre de lesiones la piel de manos y antebrazos; uñas cortas sin esmalte y
con espacios subungueales limpios. Retirar reloj y joyas de las manos.
2.-Realizar la higiene de manos, convencional.
3.-Tomar el cepillo estéril del depósito correspondiente y verter en el mismo jabón o
solución antiséptica.
4.-Realizar el lavado quirúrgico en tres tiempos quirúrgicos, según las indicaciones
específicas de los agentes destructores.
Primer tiempo.
Se comienza el proceso con movimiento rotatorios, empezando desde los espacios
ungueales, continuando con los dedos y los espacios interdigitales de la cara interna y
externa a partir del dedo pulgar, prosiguiendo con la palma el dorso, antebrazo y el
tercio inferior del antebrazo, al finalizar esta actividad se enjuaga el cepillo y se deja
actuar el jabón, de acuerdo a recomendaciones del fabricante, luego pasando a la otra
extremidad y repitiendo los pasos correspondientes. De igual manera las dos
extremidades se enjuagan.
Segundo tiempo.
El proceso debe de ser repetido pero esta vez hasta la parte superior del antebrazo en las
dos extremidades, de igual forma enjuagando las dos extremidades al final para dejar
actuar el jabón o la solución antiséptica.
Tercertiempo.
De nueva cuenta repetir los pasos pero esta vez hasta el tercio inferior del antebrazo y
procediendo con las dos extremidades, y enjuagando al final dejando actuar el jabón.
5.-Enjuagar y dejar caer el cepillo en el lavabo, conservando las extremidades hacia
arriba a la altura de los hombros y retirarlos del cuerpo hasta pasar a la sala de
operaciones.
6.-Tomar una toalla estéril del equipo de ropa quirúrgica y secar las extremidades de los
dedos dirigiéndose al tercio inferior del brazo. Esto para evitar que los microorganismos
removidos tras el arrastre mecánico del agua regresen.
La visión que orienta el Día Mundial del Lavado de Manos, que se recuerda el 15 de
octubre, es una cultura del lavado de manos con jabón. Si bien alrededor del mundo las
personas se lavan las manos con agua, muy pocas lo hacen con jabón en momentos
críticos (por ejemplo, después de usar el inodoro, de limpiar las heces de un niño y antes
de manipular alimentos).
El lavado de manos con jabón es una de las maneras más efectivas y económicas de
prevenir enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias agudas, parásitos intestinales
e infecciones a la piel y a los ojos, que juntas son responsables de la mayoría de muertes
infantiles.
A pesar del potencial para salvar vidas que tiene el lavado de manos con jabón, rara vez
se practica y no siempre resulta fácil promoverlo.
El desafío es que el lavado de manos con jabón pase de ser una buena idea abstracta a
un comportamiento automático en los hogares, escuelas y comunidades de todo el
mundo. Enraizar la práctica del lavado de manos con jabón antes de comer y después de
usar el inodoro podría salvar más vidas que cualquier vacuna o intervención médica,
reducir las muertes por diarrea casi a la mitad y evitar un cuarto de las muertes por
infecciones respiratorias agudas.
En más de60 paísesen desarrollo, por iniciativa de UNICEF, se recuerda cada 15 de
octubre el Día Mundial del Lavado de Manos como una forma de recordar que esta
práctica, tan sencilla como necesaria, es una de las conductas higiénicas más
importantespara prevenirel contagio de enfermedades producidas porvirus y bacterias.