Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Mi Secreto Confesión
Mi Secreto Confesión
Lilian
Accesos: 11.660
Valoración media: - +
Tiempo estimado de lectura: [ 3 min. ]
¿Acaso no sabes cuanto te amo? ¿No lo sabes? ¿Me tropecé? ¿Perdí el equilibrio?
Raspe mi corazón cuando te vi pasar. Aun no te conocía y me reconocí en tus ojos.
Al sentir tu mirada me paralice y una suave lluvia de emociones invadió mis
sentidos. Cada detalle, gesto e incluso defecto me enamoro.
Hace semanas que no se nada de ti y, te extraño tanto que duele. Me duele pensar
que soy indiferente para ti. Ya no somas amigas, ya no me hablas y mucho menos
saludas. Te había perdido y, estoy desolada.
Tu carta de despedida fue lo único que me has dejado. Eso termino por
destrozarme el corazón. Si lo escucharas sentirías el vació. Estoy desapareciendo
si no estas aquí para verte (de lejos como solía hacer antes de que te fueras).
Mirarte era lo único que me ayudaba a sobrevivir los días sin ti. Observarte de
lejos mantenía mi agonía en su límite para no acabar peor de lo que estoy ahora.
Te he llorado por semanas y un sigo, en contra de mi razón anhelando estar
contigo. Te vi, te bese y te has ido. Me duele tanto el haberte perdido que ya se
nota físicamente mi depresión. Te amo, lo simple es verdadero, te amo a ti y a
nadie más.
Hace dos meses que te has ido. Dos meses sin verte y hace dos semanas que
parezco feliz para los demás. Trato de vivir y no es algo fácil de hacer en estos
días pero todo se desvaneció al verte… Se me ilumino el corazón cuando te parada
frente a mí, con una sonrisa tímida levantaste la cabeza para verme y te aferraste
a mí diciendo: ¡perdóname! No me soltabas y seguías diciendo que lo lamentabas…
de pronto casi me caigo al sentir tus labios posarse en los míos y es que las
rodillas me traicionaban y, sin darme cuenta te tome de la cintura acercándote
mas a mi de lo que ya estabas. Era maravillosa la sensación de tu cuerpo pegado
al mió. No dejamos de besarnos hasta que nos falto el aire. Te mire anhelosa de
sumergirme el esas dos manchas verdes que eran tus ojos. Te abrace con una
ternura que no conocía en mi y a los segundos las lagrimas que retuve por meses
salían de mi como un río desbordado. Llore con tigo ese día. Juntas. Después de
unos minutos de estar mirándonos sin decir nada me dijiste: yo también te amo.
Mi sonrisa fue tremenda al escuchar esas palabras y solo dije: como te has
tardado ¡eh! Sonreíste. Y es que de no ser por ti jamás me habría enamorado.