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Zavala, Iris M. - Bajtin y El Acto Ético. Una Lectura Al Reverso PDF
Zavala, Iris M. - Bajtin y El Acto Ético. Una Lectura Al Reverso PDF
Zavala
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Iris M. Zavala
abordar la literatura. Pero, antes conviene plantearnos lo novedoso del texto y en relación
a qué otra explicación se sitúa. Traducido al inglés (1993) y al italiano (1995), esta breve
reflexión que se conoce en ruso desde 1986, introduce dimensiones especulativas que
al pie de la letra, sino de tomar sus analogías y traducirlas en los términos precisos que
va elaborando. Cabe decir que desde su primer trabajo conocido procuró los conceptos
originales necesarios para ordenar el campo nuevo que descubría. Introduce cada uno
de sus conceptos con un mundo de preguntas, de tal forma que cada uno de ellos es un
texto problemático, lo que implica que leer a Bajtin es volver a abrir las preguntas. Es
necesario, en este punto, hacer vivir este texto con lo que le sigue y con lo que le precede;
como producción ética, sin las cuales estos permanecerían enigmáticos. Vuelve a formular
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
la pregunta de lo que voy a llamar la palabra y la alteridad, y las relaciones entre la palabra
estudio del lenguaje y la palabra, intentando trazar las distinciones. De tal forma que,
abstracto (Jan Baudoin de Courtenay, L.B. Scerba, Ferdinand de Saussure, Charles Bally).
En el mismo punto, no menos incisiva es la gran polémica contra el formalismo (la firma
estrecho. Esta polémica multidirigida es el sustrato de sus primeros artículos entre 1919-
1924, y de los libros y artículos firmados por Pavel Medvedev o Valentin Voloshinov entre
translingüística que diera cuenta de la estructura misma del lenguaje y de los géneros de
signo aparecen firmados por Voloshinov, al mismo tiempo que va elaborando problemas
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renovada; Bajtin intenta responder por qué vía la dimensión de la verdad entra en
la vida, en la economía del ser humano. Y aquí entra la dimensión del lenguaje: si
es justamente decir algo diciendo siempre otra cosa (el juego metafórico). Algunos textos
de las ciencias humanas: el lenguaje. Aborda el lenguaje en el nivel más concreto, más
la línea lacaniana, para quien toda “la referencia imaginaria del ser humano está centrada
en la imagen del semejante” (1983:183), podríamos decir que el acto ético --ligado a la
la introspección le permitirán a Bajtin afinar ese otro, el reconocimiento del otro --desde
1 Ni quiero repetirme, remito a Zavala 1994, 1996. Por otra parte, el lector interesado
debe consultar los trabajos de Bubnova 1979, 1993, 1995. Una lectura amplia de Bajtin puede
también encontrarse en Ponzio 1992.
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
el otro con minúscula (y aquí me parece decisiva la distinción que establece Lacan 1992
parece fundamental para distinguir las aportaciones bajtinianas del existencialismo y del
Cuando a los lectores actuales nos llega La filosofía del acto ético ya Bajtin se
identifica con un legado donde los diferentes campos se han ido articulando. Podríamos
discurso, las formas de palabra referida, además una serie de metáforas teóricas (dialogía,
a la naturaleza del sentido y los límites de la interpretación. Pero todos esos libros y
vuelve sin cesar sobre sus bases iniciales, traza de nuevo un círculo, y retoma su aventura.
El texto que comento nos conducirá a lo que buscamos: la originalidad de lo que aporta
ello es una cadena, y que la realidad del ser humano está en el ser del otro. Un texto
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textos literarios, y sabido es que una de sus formulaciones más elaboradas es la palabra
que reelabora Lacan toma relieve: no equivale solo al silencio, a la no necesidad de hablar,
sino que este discurso es encarnación del saber absoluto, el instrumento del poder, “el
Pues bien. El valor del carácter móvil del pensamiento bajtiniano se capta mejor
mo, que abordará de diversas formas, hasta rechazar finalmente el monologismo en “El
modifican y, finalmente, las distinciones binarias entre ambos términos desaparecen. Esto
para constituir el término donde se encuentra el eje verdadero de la realización del ser
El relieve esencial me parece ser las interrogaciones a las propiedades del significante, y
lo que esto supone, además el sistema de valores en que se inscribe el lenguaje humano,
esa amplia red de relaciones, arquitectura de formas cargada de sentido, que llevan en sí
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
duplicidad del otro no lo abandonará jamás (y hemos de recordar que para la semiótica
de la cual parte, el lenguaje ha “de definirse en términos dobles”, que hay una “dualidad
opositiva” Benveniste 1971a:115). Bajtin parte del signo como unidad bilateral (no
ser reconocido como necesario. Esta división del signo implica que “el tú está ya en
el seno del discurso”; si bien esta aseveración es lacaniana (1992:392), me parece que
de otra manera: hay una duplicidad en el otro (como en todo signo) y una mutua
correspondencia-- está el otro imaginario y el Otro con mayúscula. Insisto que parto
de una distinción fundamental establecida con gran precisión por Lacan (por cierto,
apoyado en Benveniste). En Bajtin hay un Otro más allá de todo diálogo concreto, de
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todo juego interpsicológico --y he ahí todo el desarrollo del concepto de dialogía y del
Tercero. Para Lacan, ese Otro es “el lugar donde se constituye el que habla con el que
escucha” (1992:389). Así pues, el tú, el que puede responder, no debe pensarse como
tercera persona no existe, nos ha mostrado Benveniste). Volveremos sobre este Otro,
lugar donde se constituye la palabra, y su relación con los valores. Retomemos antes el
hilo.
En 1924, año en que redacta La filosofía del acto ético, intentaba una filosofía
moral encaminada a dar pie a una ontología fundamental que permitiera desarrollar
las bases para las restantes disciplinas filosóficas. La otredad es el elemento constructivo
su relación con el otro y +++se resume en la máxima “en el ser no hay coartada”. Así
como centro arquitectónico, siempre orientado hacia el otro. En este texto fragmentado
el mundo de la acción humana; el mundo del acontecimiento, del acto se rige por
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
material y forma en la creación artística verbal” (1924 en 1989), nos permiten aplicar
a su obra los mismos principios que ella da a su contrucción, las reglas de comprensión
acto original de comunicación que es el hecho literario, y las significaciones que entran
en juego, estudiando sus pulsaciones paradójicas, donde siempre persisten las mismas
Metáforas teóricas
Bajtin lo que va a escalonarse son las relaciones con el lenguaje, abordándolo tanto en el
toda la referencia imaginaria del ser humano como centrada en la imagen del semejante.
La arquitectónica y el acto ético son así metafóras teóricas para el orden simbólico, en sus
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y lo que este vive. Estas metáforas nos conducen además a uno de los importantes
y la del otro, que es eminentemente público (la lucha por el signo, que ocupa buena
de las obras de Kant), le permiten cuestionar con audacia la relación entre el mundo
Mundial. La palabra que para Bajtin polariza, organiza toda su existencia, es la ética, y
en juego: es una parte de la actividad del sujeto, mientras que la preocupación ética se
despliega en varios terrenos. Este vasto discurso que aparece en saltos y fragmentos en
La filosofía del acto indica lo que la obra de Bajtin constituirá después. El surgimiento
histórico se muestra aquí en su plena dimensión, y consiste en que el alcance del sentido
desborda los signos. Propone que el ser humano es metaético, crea la moralidad, la
y la relación del ser humano con el lenguaje. No solo Cohen y Walter Benjamin --y
naturalmente Sigmund Freud --por mencionar algunos nombres evidentes, sino que
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
entabla lazos lingüísticos entre los topoi del judaísmo y figuras de lenguaje-- el relato, el
diálogo y el coro. De tal forma que el relato, que significa finitud y remisión al origen
se liga a la redeción (ser humano con el mundo); el diálogo, la subjetividad del uno y
la del otro, se liga a la revelación (Dios en el ser humano), y el coro, la realización del
hombre viene al proyectarse sobre los demás y el mundo (la creación). Estos lenguajes
exigen a su vez tiempos particulares: pasado (relato), presente (diálogo), futuro (coro).
1916. El núcleo central es la sociabilidad del lenguaje, que será punto de arranque desde
diversas ópticas. Esta revolución copernicana está en el centro de los avances bajtinianos
El hilo conductor que une las distintas miras es la relación entre discurso, poder
y verdad (lo que Lacan llama nudo borromeo, que da la idea de que las dimensiones
protagonista moral (y dejo de lado aspectos centrales del kantismo, tal el racionalismo
incesante hacia un ideal de perfección moral, que es infinito. Y sobre todo, a la dimensión
de futuro implícita en el kantismo, que retomaron los teóricos marxistas de la utopía tal
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sentido: es decir en su carácter de respuesta (Bajtin 1985:368). Esta totalidad tiene que
ver con valores y exige una comprensión como respuesta que incluya la valoración. Si
y ésta se entiende como una confrontación con otros textos y como una comprensión
signo a la que hemos aludido:y ese tú que está siempre en el seno del discurso.
del texto dado; el movimiento hacia atrás--los contextos pasados; el movimiento hacia
metodología de las ciencias humanas”, esbozado entre 1930 y 1940, y reescrito a principios
de 1974 --lo que aparece como importante son las preguntas claves con las que dirige su
historia, y que la historia hace la comprensión. No deja de lado los cambios históricos,
¿De qué tipo de ética nos habla Bajtin en el acto ético? Debemos dinstinguir entre
una ética deontológica (o del deber), o una teleológica (o de fines); el campo de Bajtin
parece identificarse con el desarrollo de una teleología, y las precisiones de una moral de
además, considero que la ética bajtiniana se puede identificar en su conjunto con una ética
comunicativa (o discursiva) que pone de relieve que no hay otra vía que la del diálogo
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
Dejandóme llevar por la lectura de Javier Muguerza (1994), la ética kantiana es formal,
lo cual quiere decir que sus contenidos materiales han de venirle sociohistóricamente
(149); de tal forma que el kantismo, lejos de un optimismo metafísico, parte más bien
Aún otros aspectos nos salen al paso para situar el texto bajtiniano. En particular,
la relación entre ética y estética que, naturalmente, no se limita a Kant (sin más,
estética. Esta nos hace conscientes de nuestra conexión con el mundo, y con la alteridad;
estas relaciones están presentes en Bajtin, es de observar que sus reflexiones sobre el arte
están ligadas al “creador” (autor, héroe), lo cual nos obliga a acercar a Bajtin desde fecha
temprana a una teoría semiótica del arte (tan contemporánea): al arte como sistema
una comprensión del arte como lenguaje y significación (remito a Goodman 1976; en
de Hume al arte. Cabe recordar que para Kant el arte no se puede entender al margen
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lógico-lingüísticas. No me parece necesario insistir en que lo que para Kant sean estas
categorías debe distinguirse de la filosofía del lenguaje que irá formulando Bajtin, donde
las relaciones con Lev Vigotski son evidentes (tampoco podemos dejar de lado a L.
Hjelmslev, que tanta resonancia tuvo por estos años). No quiero extremar las analogías,
pues carecemos de un buen análisis sobre el ambiente intelectual ruso de aquellos años, y el
desarrollo que había tomado la filosofía del lenguaje (no obstante, véase Bubnova 1982).
que retomarán Schiller (con su noción central de que mediante la educación estética será
posible alcanzar una humanidad plena ya que permite armonizar las contradicciones
y Nietzsche desde distintas vías para afirmar el problema de valor que se realiza a través
que han merecido múltiples estudios a lo largo de la historia de la filosofía y resituar así
el neokantismo bajtiniano, que figura en primera línea en La filosofía del acto ético. No
de relieve García Baró (1996). Pero no es precisamente eso lo que quiero destacar, sino
una serie de aportaciones que ligan la interpretación coheniana del neokantismo con los
Cohen, por su parte, desarrolló la ética kantiana enlazándola a una ética democrática
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
socialista y al judaísmo (véase en particular Religion der Vernunft aus den Quellen de
Judentumus 1919). Es decir, enlaza el ideal ético y el ideal político, una especie de
socialismo cultural que supone hacer sociales los valores aristocráticos. Este socialismo
ético es aspiración (el mundo del “ought” o “deber ser”), y está fuera de los partidos
políticos pues ninguno puede alcanzar finalmente este ideal (¿utópico?). Finalmente, es
preciso señalar que la novela se convierte en el género vital para Cohen. De tal manera,
que llega a establecer estrechos lazos entre el género literario y las formas de organización
y comprensión cultural --es decir, el género es la forma mediante la cual una cultura se
dicho sea al pasar, y aludo a Meditaciones sobre El Quijote 1914). Lo que se va perfilando
en estos textos escritos entre 1919-1925 es su atención al texto mismo, por una parte, y
el desarrollo de su semiótica (Bubnova 1994 explica con claridad los rasgos principales
interés por la actitud valorativa del autor se perfilan con claridad en estas primeras obras.
ética, epistemología (que es todo ello a la vez), redefinida como acto ético responsable,
un “tercero” que remite a un sentido infinito --el que comprender en el futuro, la “fiesta
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de resurrección” a la que alude en sus Apuntes finales. Otro y tercero que son el lugar
distingue por la estrecha relación que establece desde el comienzo entre el lenguaje
distinguir en este punto entre ética y moral: la ética --del griego ethos--es concepto
más amplio e incluye la preocupación por las distintas formas de vida y actividades,
mientras la moral --del latín mores o costumbres-- concierne a las reglas y obligaciones.
Si bien Bajtin mismo alude en La filosofía del acto a una “filosofía moral”, ya sabemos
que las fronteras entre ambas son muy tenues, y lo eran mucho más en la década de
1920. En todo caso, esta ética no excluye los conflictos, las luchas y las polémicas en
torno a lo que hoy llamaríamos “el capital simbólico”. A Bajtin parece preocupado
comprensión, los valores. Y a lo largo de sus reflexiones irá desarrollando los niveles,
años y de los diversos nombres. Es decir, lo que distingue las reflexiones bajtinianas
sobre la estética, es la relación estrecha que establece con la ética, al mismo tiempo que
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
se vale de categorías estéticas para llevarnos hacia una duplicidad de relaciones. Por una
otra, que un texto es un mensaje, un mensaje cifrado, que obedece a relaciones discursi
El discurso referido
La impronta de la palabra ajena (el discurso ajeno), que transforma nuestra propia
ello se dibuja la imagen del discurso ajeno como una especie de caja china o muñeca
rusa: discurso en el discurso, enunciado dentro del enunciado, pero al mismo tiempo,
1929 en 1992:155).
que “la palabra roza la palabra” (159) y se introduce en ella, y se construye sobre ella el
manera que se puede pensar que la palabra (el lenguaje) es quien abre la puerta a todos
los parisitismos, todos los simulacros y es el elemento que permite trazar la responsabi
lidad. La palabra referida constituye un esfuerzo por llamar la atención hacia los efectos
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de refracción de la palabra ajena, cuando Mijail Bajtin emplea los nombres autoriales
del biólogo e historiador de la ciencia y autor de dos libros sobre Goethe en la década
Voloshinov (1894-1936), en una serie de 9 artículos y tres libros que se vienen llamando
los textos deuterocanónicos (ver ahora en Zavala, coord. 1996). Epoca esta, como hemos
hasta 1929 (segunda edición 1963, ampliada en 1979, y en español en 1986), dando
hacía años había finalizado (el Dostoievski, su Rabelais), así como una serie de artículos
que los nombres de los autores (reales, pero que actúan como ficción) hacen evidente
el nombre que falta en el campo de lo que se describe (Zavala coord. 1996). Se trata de
un interior excluido, que para retomar los términos mismos del discurso bajtiniano, este
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
textos, Bajtin aparece más como lector de su propia escritura, y en la misma posición
de autoridad que cualquier lector de estas obras, más que como su autor, privilegio
mutuamente, connotan esta perspectiva bajtiniana acéntrica, que determina el acto ético
desde 1920), es decir, la forma en que se construyen las cosas; las relaciones entre el yo
y el otro y, no menos importante, la forma en que los autores construyen esa unidad
solo la propia perfección, sino la felicidad ajena, y la historia se concibe como esfuerzo
incesante hacia ese ideal de ética discursiva, que es por definición una tarea infinita --el
Gran Tiempo.
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que la palabra es un signo, en la medida en que nos avisa de la presencia del algo con el
mundo exterior y le señala a la conciencia que se enfrenta con ese mundo. Digamos que
(de raigambre kantiana, pues ya en La crítica de la razón pura (1781) aparece el carácter
cosmos aparece explicado como función de los demás, del mismo modo que estos se
diaria, a la realidad de lo cotidiano que nos obliga a escuchar bajo el silencio o el ruido
llama el différend, que modifica la lógica misma y hasta los géneros de discurso. Los
géneros discursivos desempeñarán un papel crucial como tentativa de asegurar las normas
enunciado.
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
(1985:180)
acto ético, pero también es central en el libro sobre Dostoievski, cuya primera redacción
es de 1929. Precisa, afina, distingue, separa y elabora la palabra inversa, la palabra con
(1988:327-328).
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representa la última palabra, pero “en realidad este discurso cuenta internamente con
una evaluación contraria de uno mismo por el otro” (328). El análisis corresponde a la
es un ser repugnante que exhibe con impudor sus flaquezas, cobardías, sus lacras. El
lector recibe la palabra de una naturaleza degradada, corrompida. Pero --y ahí la dialogía
Esta palabra (“deformada”) del hombre del subsuelo crea un tipo específico de la última
palabra ficticia acerca de uno mismo y en un torno abierto, con la intención de molestar al
otro y de exigirle una refutación sincera. Es también palabra “evasiva”, y caracteriza (con
excepciones, dice) todos los enunciados confesionales de los héroes. Podría continuar
por esta vía: la presencia de la escapatoria vuelve difusas todas las autodefiniciones de
los personajes; en todo momento el personaje está listo, cual camaleón, para cambiar su
tono y su sentido último. El héroe se vuelve así ambiguo e imperceptible también para
Ve su cara con ojos ajenos, con ojos del otro. Y esta mirada ajena se funde
su cara” (331).
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
Pero, “para el ser no hay coartada posible”, es su leit motif en La filosofía del acto ético.
excentricidad. Volveremos sobre ello, sin dejar de lado que justamente para Julia Kristeva
recordamos (aunque llueva sobre mojado) que Bajtin identifica la novela polifónica con
el capitalismo, no podemos dejar de lado (si bien ahora lo referimos) los lazos que tiene
esta palabra con escapatoria con el nudo borromeo a que aludí antes.
Pues bien. El acento sobre lo valorativo persistirá como centro de sus reflexiones
posteriores. Hemos de dar un paso y distinguir el rasgo que separa y distinge a Bajtin
no solo en el terreno de la ética, sino en aquello que Marx llamó la “práctica crítica” de
desafío del engaño. Esta polémica no se le pasó desapercibida a Gertrude Stein, que la
describe desde otros supuestos: “No one is ahead of his time, it is only that the particular
variety of creating his time is the one that his contemporaries who are also creating their
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entorno. El primero ha sido traducido por Todorov (1981) de manera poco afortuna
visión del otro y su entorno, son claves y nos invitan a escapar las fantasías de control
Todos estos conceptos que aparecen en este texto inicial, se elaboran desde diversos
haciendo surgir nuevas distinciones éticas. Como punto de apoyo de este peculiar modo
nos involucra en una aventura sobre el yo y el otro que debemos perseguir, si bien con
cierta reserva. Si redescubrimos su sentido, y recorremos con la mirada lo que nos aporta
valor que me abarque y concluya, porque se vive de este modo tan solo
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
última categoría para poder verse como uno de los momentos del mundo
La necesidad del otro es éstetica: la necesidad de una participación que ve, que recuerda,
que acumula y que une al otro, es continua. Estética, desde luego, si entendemos por el
en 1985:364).
Se podría decir que el objeto aquí --el otro--se introduce como forma de accesibili
dad a lo real, y que adquiere una función simbólica y cumple el papel de frontera y de
moral cristiana (aquello de “Llevad la carga del otro”). Pero, esta máxima (que también
necesidad del otro es estética y ética, y la estética solo está allí donde nos muestra una
de las fases de la función ética. Así, toda filosofía o moral que reduzca al yo cae en un
solipsismo ético. Lo que merece destacarse entonces es que este relevo de responsabilidad
por praxis aquella certera definición lacaniana: “acción concertada por el hombre, sea
1992a:14).
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miento del sujeto en yos autónomos, que recurren al discurso bivocal, que sirve
enunciado, y que todo texto nos atrapa en una red descentrada de procesos plurales, de
voces referidas. No podemos por menos que reconocer que en los textos disputados pone
en práctica esa ambivalencia fundamental del texto, inundado por relaciones dialógicas
entre los enunciados, relaciones éticas, relaciones entre conciencias, verdades, influencias
mutuas, aprendizaje, amor, odio, mentira, amistad, respeto, piedad, confianza (“De los
sino en su particular uso del apócrifo y de los heterónimos, que lo ligan al ímpetu
Fernando Pessoa, el mundo de pseudónimos de Azorín, entre los más conocidos, y antes
roles (como en el juego erótico), que cada cual sea el otro de sí mismo, el distinto de sí
mismo. El discurso ajeno y nos dice que toda situación concreta comporta una ética de
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
es fuente de valores, sino que provee la forma individual y colectiva de relacionerse con
Todo este entramado se arma desde la década de 1920 en sus trabajos sobre el arte
(1924, en 1989:13-76), y la filosofía del acto ético (1924). Aquí dibuja con precisión
mundo, a sí mismo y al otro. Lo que en ruso se llama postupok, o sea, el acto responsable.
Pensando en la relación oculta entre todos estos textos y los firmados por otros, en “Arte
vida, y propone que el divorcio entre ambas actividades puede superarse si las pensamos
la vida” (1985:11).
Toda la cadena que hace conectar este brevísimo texto con “El discurso en la vida y
responsabilidad del acto ético y del sujeto sin coartada o escapatoria: la unidad se
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responsabilidad ante “la vasta morada de signos” (como define Martí al mundo social)
de Medvedev o de Voloshinov, Bajtin recurra a este concepto, como yo lo hago aquí. Sin
claro que el movimiento de la significación añade algo, para que siempre haya más, y se
descalifica al vienés por individualista, entre otros reparos graves contra el concepto
pre-psiconalítico). Estos últimos están firmados por Voloshinov (cuyo nombre rubrica
seis de los artículos en disputa). Los textos de Voloshinov, por otra parte, son los más
se muestra y se esconde, pero que decididamente queda como “fantasma” de los textos.
su vez está redactando el estudio sobre Dostoievski, y momento que marca a su vez el
interés creciente por la novela, los géneros de enunciado, la palabra en la novela (¿legado
de Cohen?). Su interés por este género rebasa los marcos de los estudios literarios
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
Al hacer dialogar los textos de la década de 1920 nos permite entrever lo que
de este reconocimiento es la dialogía, que denota una posición subjetiva que acepta la
toda identidad y toda ideología. Dialogía que en sus primeros textos relaciona con la
1985:181)
Si con esta frase termina el texto que conocemos en español, en inglés se incluye un
de origen kantiano). Lo que quiero subrayar es que desde sus criterios, el autor es co-
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sus propias palabras) que representa el autor, que debe ser comprendido a partir del
acontecimiento de la obra como su participante, como el director del lector. Creo que
estos objetivos están profundamente relacionados: cuanto no vive en las fronteras, muere,
pierde significación; pero, y es lo más grave, donde no hay responsabilidad no hay acto
ser afirma su carácter social y su sentido ético profesional, podríamos decir. El núcleo
que hemos de tomar en cuenta es que no existe coartada alguna en este acontecimien
ideológico y su entorno. Podemos resumir así su programa ético estético, elaborado bajo
meditaciones en torno al acto ético, podríamos concluir que Bajtin está lejos de la idea
partida del problema, pero no el sujeto de la certeza, sino el sujeto en relación con el
los otros. El otro así sorprende y cambia todas las perspectivas; la responsividad pone
al descubierto los efectos de la palabra sobre el sujeto. Tal vez tengamos que correr un
a formular si leemos a Bajtin con la mirada de Lacan, el sujeto es el sujeto de una falta, o
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
cuanto menos --y no es poco--el sujeto del deseo? Este plus que añade Lacan quizá esté
latente en al proyecto bajtiniano, donde al menos sí se articula que el sujeto es una falta
Ahora queda claro, confío, que la noción de palabra ajena, de discurso referido
que elaboró en distintas épocas y con diversos nombres. Lo social es siempre un terreno
que nos otorgue una identidad socio-simbólica fija está destinada al fracaso. Porque en
siempre irrumpe, esta es una de las reponsabilidades éticas que supone el carnaval.
y se reconoce en la palabra ajena: “El peso social del hablante es enorme”, y continúa:
“Se puede decir, abiertamente que, en la vida diaria, la gente habla más acerca de lo que
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interno lo induce al estudio del signo, de la ideología, de la ideología cotidiana, del signo
de significación. Pero además a las nociones de ideologema, el autor como ideólogo, las
históricas, opera a manera de enlace entre el texto literario y otras prácticas culturales
Pero los elementos más significativos de su filosofía del signo aparecen bajo la la
firma de Voloshinov en la serie de artículos disputados y los dos libros. Este heterónimo
marxismo y el lenguaje, tema que retomará el propio Bajtin con su propia firma en
integrado a la serie de trabajos sobre la teoría de la novela (en 1989). El mismo esfuerzo
por pensar el discurso con nudo de voces refractadas adquiere diversas soluciones o
planteamientos desde la década de 1920. Lo que queda claro --postulado desde diversos
puntos de vista y varios nombres-- es que su universo es la palabra, en tanto que portadora
el mundo moderno.
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
con los filosofemas de la palabra ajena (en 1992:106). La historia literaria se concibe
como las réplicas de un diálogo, en el que los enunciados (textos) se relacionan entre sí
silencia el discurso ajeno, mientras el segundo renueva y genera las obras del pasado
en cada presente; la escritura se concibe como una lectura de aceptación y rechazo del
del pasado. De tal forma que la lógica de la historia literaria no es la repetición de formas
(El cuento de Borges “Pierre Menard, autor del Quijote” es de por sí elocuente).
así en la doble historia individual y colectiva de algo inacabado. Este retomar el riesgo
la existencia de una naturaleza social, sin descanso, sin detenerse, sin final ni conclusión
aislada, en el orden del discurso pensado según una finalidad persuasiva, desde re-
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El análisis del discurso --la poética--le impone a Bajtin una reorganización del
sujeto humano, puesto que la palabra puede ser descentrada (con escapatoria), que lo
en relación con el mundo del lenguaje es algo tan importante de comprender en la obra
de Bajtin como lo que nos aportó acerca del enunciado y los géneros de discurso.
Comenzaré por sugerir que toda esta elaboración sobre el discurso nos conduce
--sin explicitarse--a la noción tan freudiana del sujeto excéntrico. La palabra referida, la
palabra con escapatoria y la palabra sin coartada nos permiten cerciorarnos de que el
sujeto habla desde otra parte, con intereses preconcebidos, ya que las acciones nunca son
desinteresadas. Para Lacan (1983:19) esta es una de las grandes innovaciones freudianas;
equivale a una metáfora tópica, que el sujeto está descentrado con respecto al individuo.
En breve: que la organización muestra que el yo es distinto del yo, que el sujeto no se
confunde con el individuo. Si todo lo que Freud escribió perseguía el fin de reinstaurar
torsiones barrocas, Lacan relaciona todo esto con las “ilusiones de la conciencia”--la
la técnica analítica, sino en tanto todo ello está relacionado con el universo simbólico,
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
que, como he sugerido, enmarca las reflexiones bajtinianas. Este universo está presente
Bajtin ronda, rodea, enmarca, alude, implica al inconsciente, pero nunca lo formula. Lo
por la cuestión de valor, por las trampas de la palabra. Lo que destaca de un extremo
a otro desde el principio es la función simbólica, entendida como totalidad del orden
humano, universo en el interior del cual todo lo humano debe ordenarse. Esta red
simbólico es precisamente un orden formal que complementa y/o altera la relación dual
36
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cito:
fundadora, de la palabra plena. Lo que Bajtin intenta rodear es, por una parte, la palabra
siempre a través del lenguaje; pero el factor de la palabra, tal como es asumida por el
En este punto, conviene retornar a Lacan y sus precisiones sobre la palabra: “Desde
el momento en que la palabra verdadera emerge, mediadora, genera dos sujetos muy
diferentes de lo que era antes de la palabra” (l983:243). Es decir, que nos consitutuimos
como sujeto a partir del momento en que tomamos la palabra. ¿No es esta la semiótica
intersubjetiva bajtiniana? Pero algo más (en Bajtin aparece siempre el suplemento, y la
marxismo), va elaborando su teoría del valor dialógico, de una exotopía orientada hacia
la alteridad, a una teoría del sujeto del discurso. Y entre los elementos estructurales --sin
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
mencionarse--están esos tres órdenes que después de la lectura de Lacan (1992a, 1992b)
Frutos Salvador 1994), al retomar a Freud y afirmar que el inconsciente está estructurado
todo el entramado del lenguaje a partir de estos tres órdenes --S.I.R.-- registro de sus
estructuraciones.
las direcciones de la teoría del arte. Lo que irá adquiriendo relieve es el sentido, la
valor lingüístico coincide con el valor dialógico, moverse en esta dirección supone una
orientación hacia la alteridad y la exotopía. El lenguaje, el sujeto, los valores, las ideologías
e internas. Todo ello está relacionado con el significante y significado, las propiedades del
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significante, su función. Para Bajtin todo análisis concreto del discurso debe ejercerse con
alrededor de cual todo se organiza, “cual si fuesen pequeñas líneas de fuerza formadas
Zizek (1992) sugiere que fuciona como un “designante rígido”, como el significante que
determina el significado.
Lo simbólico es así esa palabra que está en el sujeto sin ser la palabra del sujeto
(Lacan 1992b:259). Pero, además su organización va por oposiciones. Todo ello genera
esas formas de hablar a otros, la noción de mensaje, el hecho de que el sujeto reciba la
palabra del otro en forma invertida, la palabra engañosa. La palabra con escapatoria
bajtiniana sería justamente lo que para Lacan es la palabra engañosa; es decir, que lo
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
que el sujeto dice está siempre “en una relación fundamental de un engaño posible” (III
la palabra invertida. Para Lacan hay dos formas de estructura: la fides, la que se da, la
fides. Esta es, en Lacan, la noción de comunicación:hacer hablar al otro en cuanto tal.
Así pues, en la comunicación, el otro simpre trata de engañar. ¿No es esa la palabra con
Si el arte (y en este punto remito directamente a la La filosofía del acto ético y su red
orden de relación simbólica con el mundo, se hace necesario ligarlo a la repartición triple
y por tanto, evanescente, porque está ligada estrictamente a lo que interesa (Lacan
son las palabras que adquirieron peso particular para el sujeto (lo que Bajtin/Medvedev
que el sujeto no crea; solo con el Otro existe lo simbólico. Esta dirección nos conduce a
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cante y lo utiliza para hacer que las significaciones pasen a lo real. Podríamos concluir
que, en definitiva, para ambos (y, naturalmente no son los únicos), la ideología es una
práctica material. Sin embargo (y aquí entra el gran Pero), para Lacan la materialización
dado en llamar el “giro lingüístico” del pensamiento contemporáneo, este funciona como
campo del significado ideológico, el modo en que una red de significantes nos sostiene
vez su ser específico, su carácter sígnico” (1928 en 1994:14-15). En 1929, ahora bajo
la palabra referida de Voloshinov (en 1992) subraya en su crítica a Saussure que existe
una interdependencia entre las ideas, los signos y los objetos; el dominio de los signos
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
este punto le doy la razón a Hawkes 1996:152) Se debe concluir que el significado que
se le otorga a las palabras es ideológico, como respuesta a un signo, ya que todo es objeto
es ideológico, y la representación equivale a este tercer término, es cada vez más visible
en sus magistrales análisis literarios, que plantean en principio y en primer lugar, una
y de antagonismo, nos revela que la sociedad siempre está atravesada por una escisión
ción es un espíritu y un estilo, una cierta experiencia de la promesa que se puede intentar
de la sociedad como todo orgánico, como cuerpo social del cual las diferentes clases
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funcionan como miembros, cada uno de los cuales contribuye al todo de acuerdo con
que todo proceso de identificación que nos confiera una identidad socio-simbólica fija
efecto que existe una utopía en el pensamiento bajtiniano, pero se trata de volver a
democrático, y de la ética responsable que se perfila desde 1919, nos debiera implicar en
No es necesario forzar las relaciones para establecer lazos con “lo dado” y “lo creado”
analiza en la novela, ni establecer nexos entre la palabra plena lacaniana y la palabra sin
coartada ni escapatoria que persigue Bajtin desde 1919. Eso “indecible” --la ética-- que
convierte su proyecto en una modalidad futura del presente vivo. Dicho de otra manera,
confiere el lugar y significado simbólicos. La palabra plena es, en Lacan, la que “atañe en
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
Dentro de este registro, Lacan afirma que no hay propiedad simbólica, de tal
que nos conduce a los textos apócrifos que ya he mencionado. El problema se puede
formular de otra forma, en término de mensaje y del sujeto que habla. Cuando Lacaan
alude a ese Otro que habla desde el inconsciente (y evidentemente al mencionar aquí el
las formas de palabra verdadera, y la estructura del ser que habla en el sujeto, alude muy
directamente al sujeto que hace que su mensaje lo lleve otro (1992b:65). Este plano del
otro como minúscula (forma de alienación en que el ego habla por intermedio del alter
La estructura que aquí nos importa es que, por distintas vías y distintas
conceptualizaciones, tanto Lacan cuanto Bajtin están preocupados por el otro y el Otro-
-aquello ante lo cual el sujeto se hace reconocer, al que se apunta “más allá de lo conocido”,
lector de Bajtin dejará de reconocer a ese Otro irreductible en “el tercero” (y, por cierto,
discurso que va a seguir. Porque el discurso incluye actos, gestiones, contorsiones (de
las marionetas presas del juego, para Lacan). Toda palabra, incluso si es mentira, se
sostiene por un discurso, que lleva a negarla, refutarla, recusarla o confirmarla. Cuando
una marioneta habla, habla alguien que está detrás, y lo importante es saber cuál es
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la función de ese personaje. El Otro en juego, está más allá del sujeto mismo--es la
estructura de la alusión; el punto de acolchado representa, detenta el lugar del gran Otro
(Zizek 1992:145).
discurso en Lacan, me parece evidente que las formas de palabra en la novela o discurso
al discurso consciente; es decir, todo lo que hay de retórica en nuestra conducta, llevados
por tareas distintas. Lo indirecto (palabra indirecta) revela la verdad--no olvidemos que
Pero algo más. Comencé por decir que el trabajo teórico de Bajtin es el sistema
significado (centrales para definir lo simbólico). Pero conviene antes algunas precisiones.
del signo que propuso Saussure es fundamental. Al partir del signo como elemento
como necesidad dialéctica de los valores en constante oposición. Bajtin parte de esas
pautas, pero se centra en el lenguaje (lo que llamó en La palabra en la novela “lenguajes
sociales”, sobre este punto, Bubnova 1979); es decir, la existencia concreta, social y
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
todo lo que sucede en el discurso. Parece indiscutible que Lacan amplía estos conceptos
saussurianos: el significado es lo que el sujeto quiere decir, mientras lo que dice, tal vez
resultado hemos releído de otra manera, llegando ahora a establecer las relaciones entre
ética y estética que abordan ambos. Dicho de otra manera (y retomando el comienzo):
la formulación concreta que en La crítica del juicio kantiana (fijación de sus límites) se
traduce en una obligación ética determinada con la estructura de un juicio estético. Ese
“sublime” (para Kant) y “sublimación” para Lacan mediante el cual elevamos un objeto
de la coartada. La mediación entre ambos discursos viene a través del imperativo ético
kantiano, pues la ética del psicoanálisis--según Lacan--es “no ceder al propio deseo”;
es decir, al deseo del Otro más allá de la fantasía. Y dicho con otras palabras: “ceder
en su deseo” acompaña siempre el destino del sujeto, y franqueado este límite, no hay
retorno (Lacan 1991:382). Ética que se hace evidente mediante el rodeo singular de la
poesía cortesana medieval, y que conduce a Kant: “el límite topológico que distingue
el fenómeno moral”, “el juicio moral como tal” (375). Kant --añade--ha articulado este
de nuestro deseo. Etica y estética, naturalmente, ligadas a la ideología (el mundo de los
intereses).
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Recorriendo la diagonal del campo, la tarea ha sido perseguir las redes de la palabra,
recordemos sus palabras, “la conciencia es ideológica”. Finalmente, tanto Lacan cuanto
Bajtin re-acentúan a Kant en el punto de la ética; pero, si bien ambos se separan del
imperativo kantiano, lo hacen por motivos diferentes. Para Lacan una de las consecuen
atemporal del sujeto, de su actividad práctica --de la ética-- y se completa con Sade
(Lacan “Kant con Sade” 1966), pues el imperativo moral kantiano encubre el obsceno
mandato superyoico del goce. La ley moral es obscena porque nos impulsa a obedecer su
mandato;es un mandato imposible que no toma en cuenta los límites que nos impone
la realidad. Esta renuncia produce un cierto plus-de-goce (el “Goza” sadeano). Muy
nista de Benjamin). Si en La ética del psicoanálisis Lacan nos indica que la ideología del
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
evolucionismo implica la creencia en un bien supremo, en una meta final que guía su
curso desde el comienzo mismo --es decir, una teleología oculta--para Bajtin siempre hay
movimiento retroactivo, pues la meta final no está inscrita en el comienzo. Para Bajtin
las cosas (las palabras) reciben su significado después; la palabra, ese signo compartido,
no finaliza, pues no hay nada muerto de una manera absoluta: “cada sentido tendrá su
Final” como ajuste final de cuentas de la cual nos habla Lacan en su seminario La ética
del psicoanálisis (1960 en 1991:351). Según Lacan, no hay puro gasto o pura pérdida;
todo se registra en alguna parte, como una huella, que en el momente del ajuste final,
recibirá su propio lugar de sentido. No otra es la verdadera fibra del edificio bajtiniano
convicción de aque solo a través de lo social (la sociedad, la colectividad) puede llegar a
este acto ético y palabra sin coartada, no se da sin antagonismo, antagononismo que es
Cada palabra sin coartada es una torsión, en que cada pregunta comienza a funcionar
como su propia respuesta. ¿Será entonces que para Bajtin, el sujeto es el sujeto de una
pregunta? La posición más clara está en su concepción ética: el sujeto es una respuesta
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nos invita a “no ceder ante el deseo”, empleando discurso lacaniano. Es decir, no ceder
ese tesoro, objeto indefinible y precioso que desencadena el deseo. No ceder ante la
y hombre/hombre y mujer para escuchar ese canto de la literatura que puede emanar
tal encantamiento que rivalice con la palabra divina. Porque los textos tienen múltiples
lecturas--esta idea es característica de la Edad Media, Dante sin ir más lejos--que serán
enriquecidos por cada generación de lectores. Conviene recordar aquí a Duns Scoto
que escribió que la Escritura es un texto que encierra infinitos sentidos que puede ser
propio acto--se relaciona con la interrogación dirigida al texto sobre lo que puede darnos,
lo que tiene para respondernos. La lectura dialógica se sitúa en esta demanda, en tanto
relación que liga a ese objeto; relación privilegiada que nos conduce una vez más sobre
ese manejo de verdad (y de mentiras) en el que nosotros nos vemos y que se inscribe en
los textos. Pero sabemos que lo propio de las verdades es no mostrarse nunca completas-
-son unos sólidos de una opacidad pérfida. Hay que darles la vuelta, y aun la vuelta del
prestidigitador.
secreto del impacto estético no solo está en captar la perfección de la forma, ni tampoco
en la satisfacción que tal perfección proporciona, sino en el encuentro con una palabra
que nos permite captar la contingencia. Leemos entonces cosas muy singulares: que la
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Bajtin y el acto ético: una lectura al reverso
obra de arte pone en obra la verdad, que nos induce a tomar seriamente seriamente el
mal y afrontar su enigma. Para ello hemos de observar fascinación por la opacidad del
lenguaje poético, y esa noción fundamental --tal vez la mayor aportación de Bajtin a la
crítica y teoría literarias y a la filosofía del lenguaje-- de que el ser humano se constituye
induzcan al lector a percibir al mismo tiempo todos los elementos del plano general, de
forma que no nos quedemos encerrados y nos ahoguemos “en la prisión de comprensio
Creo que las siguientes palabras de Borges nos permite distinguir el acto de lectura
que en vano intento precisar, y ese automatismo de repetición que seguimos llamando
interpretación. Borges nos dice: “estamos hechos para el arte, estamos hechos para la
memoria, estamos hechos para la poesía o posiblemente estamos hechos para el olvido”.
asaz. Muy pronto es ligado con lo más esencial de la presencia del pasado, que el análisis
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¿por qué vías podrá escuchársela? La interpretación es algo en acto, hay algo creador.
la naturaleza de esa ficción, cuál es su materia, su objeto, qué se define y para quién?
mujer--nos hace percatarnos que los textos se desenvuelven para ser oídos por otros; es
decir, para ese otro que está ahí, aun si uno no sabe que está ahí. En otros términos, es
Este acercamiento que describo nos induce a rechazar la ética de sentido común y,
sobre todo, a las funciones proféticas, no por la pretensión de decir lo que va a suceder,
sino que nos impide la función de legisladores. Bajtin, y el acto ético, en conjunción
con los textos más conocidos, y leído a la luz de los Borradores, nos invita a destruir lo
que es evidente y lo que es universal, a ponernos en movimiento, sin saber bien dónde
estaremos, nos invita a que contribuyamos a plantear las preguntas sobre los puntos
débiles, las cuarteaduras que forman grietas, las líneas de fuerza. Nos induce a entender
que solo los que estén preparados para correr el riesgo, podrán responder.
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Referencias
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Bubnova, Tatiana. “El espacio de Mijail Bájtin: filosofía del lenguaje, filosofía de la
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-----. “Los géneros discursivos en Mijail Bajtín. Presupuestos teóricos para una posible
-----. “El lugar de la filosofía del acto ético en la filosofía de Bajtin”. En Adrián S.
-----. “El principio ético como fundamento del dialogismo de Mijail Bajtín”. La Palabra
Clark, Katerina y Michael Holquist. Mikhail Bakhtin. Harvard University Press, 1984.
Derrida, Jacques. “En este momento mismo en este trabajo heme aquí” (1980). Anthropos.
Frutos Salvador, Angel. Los Escritos de Jacques Lacan. Madrid:Siglo XXI, 1994.
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Rodríguez Monroy, Amalia. “An Other Word:Language and Ethics of Social Interaction
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Barcelona:Anthropos, 1993.
Stein, Gertrude. Selected Writings of Gertrude Stein. Nueva York: Vintage, 1972.
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Calpe, 1991.
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-----. “Escuchar a Bajtin”. En Bajtín y la literatura. José Romera Castillo, Mario García-
Zizek, Slavoj. El sublime objeto de la ideología (1989), México, Siglo XXI, 1991.
Aquí me guío por García Baró y Laureano Luna y sus aportaciones al Seminario
citado.
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(Bolero. Historia de un amor). Sus análisis de la obra del teórico ruso M. M. Bajtín
(por ejemplo, Escuchar a Bajtín) le han valido una posición única dentro de la teoría
mundo femenino (de cuyo interés da cuenta su libro reciente, 2004, La otra mirada del
en lengua castellana. Su último libro está dedicado al Quijote: Leer el Quijote. Siete tesis