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Faros de la Antigüedad:
Los Siete Sabios de Grecia
Isidro Toro Pampols

.·.
En conmemoración del 50 aniversario
de la Resp.·. Logia Templo de Salomón No 172,
al Or.·. de Caracas, Venezuela
Los Siete Sabios de Grecia

© Isidro Toro Pampols, 2016


HECHO EL DEPÓSITO DE LEY
Depósito Legal: lf2522016900963

Editado por Isidro Toro Pampols,


Caracas, Venezuela. 2016
Afiliado a la Resp.·. Logia Templo de Salomón No 172,
al Or.·. de Caracas, Venezuela.

Etiquetas: Filosofía, Filosofía Griega,


Historia, Masonería, Francmasonería

Se autoriza la reproducción total o parcial


haciendo referencia a la fuente.

Isidro Toro Pampols.·. 2


Los Siete Sabios de Grecia

A mi madre Logia Gual y España No 243,


al Or.·. de Macuto, estado Vargas, Venezuela

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Los Siete Sabios de Grecia

Índice Pág.

Introducción 06
Aproximación 12
La cultura micénica 14
Las ciudades aqueas 19
Organización político administrativa del mundo aqueo 22
El Periodo Geométrico o la Edad Media Griega 26
Periodo Arcaico 37
Una pincelada sobre la Roma de la época 46
Los Siete Sabios de Grecia 52
Cleóbulo 56
Solón 59
Quilón 65
Tales de Miletos 68
Pítaco de Mitilene 72
Bías 76
Periandro de Corinto 79
Conclusiones 82
Bibliografía 86

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Los Siete Sabios de Grecia

Grecia Antigua

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Los Siete Sabios de Grecia

Introducción

El viaje del investigador de sí, quien busca trabajar su ser para hacerlo útil a la
Gran Obra, transformándose en piedra útil, en piedra viva que encaje en el
inmenso edificio social tanto en este plano como en el espiritual, en las esferas
de la existencia supra terrena; exige confrontar vivencias que purifican su
esencia como ser humano apto para ascender por la escalera del
conocimiento, única vía para alcanzar la sabiduría que te lleva aquilatar lo
inmanente del existir. Para ello la experiencia ajena no es material de desecho
ya que es de profano la aplicación radical de la conseja de que “nadie aprende
en cabeza ajena”. El que busca el conocimiento, el que encuentra el camino
que conduce a la Luz, cuan antorcha que irradia autenticidad que permite
observar el sendero que conduce fuera de la caverna, se le hace difícil hacerlo
sin la orientación testimonial de quienes, en su momento, les toco ser faro o
luminaria para que otros siguieran la vía y con su ejemplo, abanderar el
crecimiento de personas y de colectividades que, como sociedad, desde la
óptica de la conciencia colectiva, aceptan principios, los interiorizan, refinando
una humanidad que clarifica cada vez más el deber ser, aunque de tumbos y
se muestre en su conjunto extraviada en el acontecer histórico pasado y
reciente.

Investigar en la protohistoria de la civilización occidental es tratar de


aproximarnos a nuestros orígenes indagando en la vivencia del pueblo griego.
Es buscar entender las circunstancias de vida que cinceló a esa colectividad y
averiguar, en lo posible, sobre la base de testimonios que permitan inferencias
razonables, en qué medida esa realidad condicionó su manera de pensar. Si
queremos entender la aparición de ciertas creencias, mitos y luego sistemas de
pensamientos que se resumen en escuelas de filosofía, es necesario investigar
las condiciones prevalecientes en los tiempos previos que dieron origen a ellas.
Estudiar masonería es ir más allá de conocer algo de la historia de la Orden y
de las circunstancias de vida existentes durante su período de formación; se
debe escudriñar en los inicios del pensamiento humano si esperamos entender
la escuela de filosofar que es la masonería, basada en la razón; razón forjada
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Los Siete Sabios de Grecia

en aquellos tiempos originarios, la cual es cardinal para comprender


planteamientos esotéricos analizados desde la ciencia como fuente de Luz, que
permite aplicar las leyes del Universo y de la Naturaleza, a los misterios de la
vida. Aquí no hay ninguna contradicción.

Observamos como la diáspora griega fundando colonias alrededor del mundo


Mediterráneo dinamiza el intercambio comercial y conduce hacia nuevas
relaciones que resuelven tensiones sociales en las ciudades o polis
metropolitanas, pero que al mismo tiempo son causas del surgimiento de
nuevas situaciones que ponen de bulto renovadas intransigencias dentro y
entre las colonias, las metrópolis y las ciudades asientos de otras culturas.
Causas que generan efectos que a su vez se transforman en nuevas causas.
Los granos, el vino y el aceite fue el centro, no exclusivo, del gran comercio
que es común denominador en épocas de expansión griega por la vía de la
colonización de nuevas tierras, e igualmente, motor de muchos cambios
sociales los cuales fueron acicate en la evolución de la manera de pensar.
Trigo, vino y aceite tienen un significado profundo en la masonería. Mackey, en
su Enciclopedia de Francmasonería nos explica que “la adopción de éstos
símbolos se remonta a la más remota antigüedad. Grano, vino y aceite fueron
los productos más importantes de los países orientales; ellos constituyeron la
riqueza de los pueblos y fueron considerados como sostén de la vida y el
medio de solaz. David los enumera entre las grandes bendiciones de las que
gozamos y habla de ellos como: “vino que alegra el corazón del hombre, aceite
para dar brillo a su rostro y pan que fortalece el corazón humano” (Salmo 104,
14-15). En la Biblia no son pocas las alusiones al trigo, vino y al aceite e
incluso, añadiendo la sal; productos que en masonería tienen que ver con la
consagración del templo material que es taller de trabajo para la búsqueda y el
ejercicio de la verdad y la virtud, además del buen salario masónico.

El Salmo 133, el Salmo del Aprendiz, es un texto de invaluable monta en lo que


se infiere de su interpretación cabalística. El Salmo 133 en su enunciado: “el
buen perfume que corre por la cabeza de los sacerdotes y baja por su barba
hasta el cuello de su ropaje”, es hermosa alegoría que nos permite, entre otras,
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colegir una breve síntesis de la historia espiritual y social del pueblo hebreo. Al
referirse al sacerdocio levítico nos retrotrae a Aarón, el primer instituido como
Gran Sacerdote, cuyo nombre en hebreo significa Nabim, iluminado o instruido,
continuando de esta forma la cadena de iniciados que se origina con Moisés en
el evento de la zarza ardiente. Resulta alegórico, ya que podemos inferir la
emanación de la Fia Lux desde la cabeza, Kether; irradiando así hasta llegar a
Malkuth, la Realidad, el Reino, lo manifestado, la materia, en el árbol sefirótico,
tan hebreo, que en nuestro Salmo se identifica con lo material en “el cuello de
su ropaje”. Viene a ser, simbólicamente, el paso del orden viejo al orden nuevo,
con el trigo, el vino, el aceite y la sal como mercancía material sujeto de
comercio que aquilataba nuevas relaciones, emergiendo nuevos grupos
sociales y variando el estado de conciencia tanto de los individuos como de la
sociedad.
Estos símbolos tienen significados exotéricos: “abundancia”, “salud” y “paz”.
Pero en masonería las Grandes Verdades no son reveladas, se encuentran
veladas en emblemas y alegorías, por lo que el iniciado debe interiorizar el
conocimiento y buscarlas.
En la cultura egipcia el astro Sol era adorado como un dios y el faraón era el
dios mismo. El trigo, debido a su dorado color, fue una bendición de dios y un
premio por obedecer las leyes trasmitidas por el faraón y su casta sacerdotal.
El vino tiene mucho abolengo en las tradiciones del mundo antiguo, pero quizás
el más representativo tiene que ver con el dios griego Dionisos, origen de uno
de los mitos más complejos y profundos de la Grecia antigua. Dionisos fue un
dios hecho hombre que llega a Tebas con el fin de fundar una religión que
perseguiría abatir la soberbia de la mente humana mediante la exaltación de
los instintos, el éxtasis, la magia y el misterio. El objetivo es de gran interés
aunque los medios nos parezcan extraños, pero hay que ubicarse en el espacio
y el tiempo en que surge el mito. El vino tiene un significado simbólico tanto en
las creencias paganas, como en el cristianismo y en general, en las distintas
manifestaciones espirituales de la humanidad. El aceite tiene que ver con la
tradición de ungir a las personas. En el caso del rey, la cabeza le era ungida
con aceite por el sacerdote oficiante. En la tradición judía se consideraba al

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ungido como un ordenado por Jehovah; mientras que los sacerdotes paganos,
ungían en el nombre de sus respectivas deidades. La sal siempre fue una pieza
de intercambio esencial para la conservación de alimentos por lo que era de
vital importancia en las transacciones comerciales. De allí viene la palabra
salario.

A medida que en la pretérita Grecia, desde los tiempos de la protohistoria hasta


la Grecia clásica, se desarrollaba el comercio, buscaban salidas a las
crecientes tensiones sociales, enfrentaban enemigos dentro del mundo griego y
fuera de su ámbito cultural, los llamados barbaros por no compartir su cultura,
se iban aplicando leyes que modelaban el desarrollo en espiral de las polis y la
sociedad griega en general, reflejándose en importantes cambios en la manera
de pensar colectiva que indudablemente tienen una relación directa con la
manera de pensar de muchos individuos, especialmente de aquellos
reconocidos como legisladores, sabios y luego filósofos, quienes varios de ellos
(no todos porque hasta en esa capa de la sociedad existió degradación tal
como encontramos en algunos sofistas) presentaban un nivel de conciencia
superior a la media y que servían de faro que irradiaban el camino a seguir y
que poco a poco la sociedad lo fue transitando dejando atrás practicas
legalizadas en su tiempo y que hoy las consideramos salvajes o al menos
crueles y siempre ilegales. Aquí relacionamos la aplicación de la Ley de
Compensación, una ley esotérica que tiene que ver con el principio de la
inmortalidad del alma, ley que ejemplariza que cada persona
irremediablemente recibe su justo salario; que nadie nunca podrá obtener
tomando aquello que no ha ganado y que no puede esperar a ser
recompensado por trabajos que no los ha hecho con propiedad. Esto aplicado
a la sociedad, nos muestra cómo va creciendo, exhibiendo un desarrollo en
espiral y aún, en épocas en que se presenta la realidad confusa o turbulenta,
siempre están allí los mensajes de crecimiento espiritual que señalan camino e
irradian Luz frente a la amenazante oscuridad.

Visto así, el salario de un conglomerado social que en los tiempos referidos en


el trazado, entre el III y el I milenio a. de C. en la Grecia que salía de la
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Los Siete Sabios de Grecia

oscuridad, era el grano que alimentaba el cuerpo físico, que al ser cultivado en
muchas polis en la Grecia continental y en las colonias que se fundaron en
torno al mundo Mediterráneo, garantizaba en buena medida que el peligro del
hambre por una mala cosecha era remoto, ya que se acarreaba el grano de
otras urbes. Así este cambio sustancial, aún en medio de las tensiones internas
y externas, era visto como un regalo de la divinidad que sus dirigentes
supieron interpretar y llevar adelante. Las ciudades, en la medida que
ascendían por la perpendicular creciendo en ciencia aplicada a la agricultura,
alcanzando mejores rendimientos, aprovechando las tierras menos aptas para
la siembra de granos para adelantar cultivos de interés como la vid y el olivo;
productos de gran utilidad para la comunidad, tanto para su crecimiento
comercial e industrial, como para el desarrollo de ritos que buscan aquilatar el
avance espiritual, tal como lo señalamos en los salmos bíblicos, especialmente
el 133, el del Aprendiz Masón; los ciudadanos fueron evolucionando en su
conducta y ello se reflejó en sus relaciones grupales así como en la reforma y
creación de nuevas instituciones.

La historia se nos enseña como una narración continuada de hechos donde


personajes se destacan por su accionar. Algunos investigadores van más allá e
interpretan sociológicamente los acontecimientos analizando variadas causas
relacionándolas con los efectos registrados. Otros, más ambiciosos, buscan
derivar leyes que gobiernen el devenir de la humanidad y tratan de especular
hacia dónde va: son los filósofos de la historia. Para la masonería la historia es
todas esas “búsquedas” precitadas y algo más: el sentido intrínseco en el ser
humano como especie que tiene necesidad de explorar y avanzar en el
sendero de sabiduría para hacer buena su esencia inmanente como ser de Luz
que debe salir de la oscurana de lo múltiple y encontrarse con la fuente
primigenia en el Oriente. Para la masonería el conocimiento de sí en cada
personaje, en cada etapa de la historia tiene algo que ver con el acontecimiento
social registrado. Auscultar ese detalle es harto difícil por lo íntimo, por lo
personal, pero ello no es óbice para que lo tengamos presente y en el análisis
de los hechos, de la conducta de los individuos, intentemos observar cambios

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Los Siete Sabios de Grecia

que nos puedan facilitar data para progresar en las pesquisas que, como
escuela de filosofar, tenemos como meta adelantar.

Así que en la masonería se recibe el “salario” en grano, vino, sal y aceite.


Grano, vino, sal y aceite que significan conocimiento. Ejemplos presentes,
vivos, que podemos tocar con nuestras manos, muestras de la evolución del
hombre –la trascendente Ley de Evolución que tiene su fin preclaro en la
búsqueda del Logos preexistente como la semilla es a la planta- a lo largo de
tantos milenios, siendo maravillas de la permanencia que tenemos frente a
nosotros en forma material de grano, vino, sal y aceite, como parte de nuestra
existencia: que mejor ejemplo de inmanencia y trascendencia.

Vamos a acercarnos tangencialmente a ese mundo griego de la protohistoria, y


sin pretender ser originales ya que este trazado no busca presentar una nueva
tesis interpretativa de esa realidad, veremos algunos eventos, datos,
situaciones, personajes que nos motiven a indagar, explorar e investigar, para
llegar, finalmente, a los Siete Sabios de Grecia, con una reseña como
personajes históricos y buriladas sus sentencias que nos estimulen en nuestra
reflexión, pensada ésta, como el mecanismo por el que interiorizado el
conocimiento, observamos, en el reflejo del espejo, como hemos evolucionado
en el tiempo.

Si alcanzamos motivar la investigación sobre el amplio abanico de temas


referidos a la conducta personal que abordan los Siete Sabios de Grecia y
sobre el interesante contexto histórico que envuelve su creación, hemos
conseguido un buen salario.

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Los Siete Sabios de Grecia

Aproximación

El hombre descubre formas y medios para convivir con la naturaleza, con otros
seres humanos y, de máxima importancia, consigo mismo, con su yo interno. El
individuo tiene necesidad de adecuarse al ambiente externo y objetivo, pero
también debe comprender el mundo de sus temores, sueños y fantasías. En el
siglo XXI podemos analizar y describir, creemos que con algún grado de
exactitud, cómo vivía el prójimo prehistórico gracias a los avances de la ciencia
en general y en particular de la arqueología, antropología, entre otras
especialidades. Se habla del humano como miembro del reino animal en el
orden de los primates y pensamos en sus problemas de acomodo y
sobrevivencia. Los especialistas ponen de bulto la falta de dotes naturales que
le ayuden a subsistir, como la velocidad y el instinto de caza de los felinos o las
púas del puerco espín; pero a su favor tiene la inteligencia que le ayuda a
construir una vida social, la aptitud para organizarla y transformarla en efectivos
instrumentos de conservación biológica. De esta capacidad no escapa tener
conciencia de buscar comprender su vida interior.

Los científicos sociales definen al humano, usualmente, como “portador de


cultura”, así que cualquier estudio que tenga por finalidad el individuo como
“portador de cultura” en forma amplia, debe comprender todo pensamiento
relativo al hombre, incluyendo el pensamiento de sí, de su yo interior. No es
tarea fácil, pero es necesario intentarla.

Visto así, todo estudio histórico del hombre como ser social implica grandes
riesgos de caer en inexactitudes o en desviaciones ideológicas del
investigador; ya que no solamente se debe exponer cómo se relaciona, sino
también que simboliza, ya que el individuo se ve a sí mismo, él se hace una
imagen de ¿Cómo lo ven los demás?, y además está la realidad ¿Cómo
realmente los otros actores sociales lo perciben? y hasta qué punto puede ser
distinto a cómo el individuo cree que lo observan. Al demostrar lo que una
práctica significa, o lo que debería parecer, el teórico puede caer en el error de
comunicar esa realidad acaecida no tal como fue, sino con un aporte subjetivo

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Los Siete Sabios de Grecia

del investigador, algo común en ciencias sociales. Otro punto es que se


estudian grandes periodos históricos y se describen de manera más o menos
homogénea, ya que se hace difícil detallar lapsos que metodológicamente se
perciben como cortos, aunque pueda comprender la existencia de un individuo.

Son diferentes las ciencias objetivas, la astronomía, por ejemplo. El


investigador observa el espacio pero su indagación no afecta en nada la
realidad de los planetas u otros cuerpos celestes. Galileo se percató de la
esfera girando sobre el plano inclinado, pero su curiosidad no tuvo efecto
alguno sobre la esfera, el giro o el plano.

Así que los investigadores de la historia y especialmente los que buscan


describir el sentir de un pueblo en la antigüedad profunda, se basan en
testimonios como restos arqueológicos, algunas tablillas que contienen
inscripciones primitivas y deducciones sobre la base de hallazgos que le
inducen a inferir escenarios de posibles realidades.

Tras esta breve apreciación, vamos a intentar recoger lo que algunos autores
nos dicen sobre la Grecia de la época del Heládico, que incluye la aquea y su
tránsito hacia el Medioevo griego, tiempo de Homero, el cual alcanza a los
Siete Sabios de Grecia, reseñando en qué medida podemos aportar data que
nos permita relacionar la evolución de la forma de sentir y pensar que nos lleva
a nuestros personajes.

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Los Siete Sabios de Grecia

La cultura micénica

Grecia fue una cultura marginal en la época del esplendor de Egipto y


Mesopotamia. Su puente con ese mundo centro de la civilización fue la isla de
Creta: la cultura Minoica, pasarela entre Oriente y Occidente, entre Egipto y lo
que vendría a ser Grecia; estamos situados entre el tercer y el segundo milenio
a. de C.

En la Grecia continental se instaló una rama indoeuropea que estableció


relación con los habitantes de Creta, quienes tenían un desarrollo cultural
influenciado por los egipcios, generándose una rica interacción cultural entre
Creta y el Peloponeso. En lo que hoy se conoce como la región de la Argólida,
en torno al golfo de Nauplìa, hacia el segundo milenio antes de Cristo,
emergieron centros poblados que constituirían el epicentro de un rosario de
pueblos que finalmente devino en esa Grecia arcaica, la cual es fundamento de
la civilización occidental.

Los llamados aqueos construyeron sus ciudades montando inmensas moles de


piedras sobre piedras, edificando murallas, fortalezas y atalayas. Esa data nos
permite inferir cierta organización de especialistas en la técnica de
construcción. Las urbes aqueas de Micenas y Tarento, conjuntamente con
Creta y Troya, componen el centro político, cultural y comercial del
Mediterráneo oriental, punto de confluencia de dos mares: el Mar Egeo, que
por el norte accede al mar Negro y al mar de Mármara, conexión primero con
los Hititas y luego con los Persas; y el mar Interior, que separa tanto a Cirene
(Libia) como a Egipto de Creta. O sea, Micenas, Troya y Creta conforman un
triangulo que recibe el influjo cultural y comercial de Egipto y Mesopotamia, las
grandes civilizaciones de la época que le sirven de preámbulo a lo que sería
posteriormente la cultura griega.

En este triangulo se forja la civilización europea y occidental. Las


investigaciones arqueológicas han expuesto a los ojos de nuestro tiempo
hermosos descubrimientos que hacen pensar que personajes parecidos a
Héctor, Aquiles, Ulises o Agamenón existieron. En el lugar donde se
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Los Siete Sabios de Grecia

encontraba Troya se ubicaron nueve ciudades, una encima de otra: la primera,


se remonta a la Edad de Piedra, la última, a los tiempos de Bizancio. Algunos
hallazgos permiten inferir que la Troya VII parece ser el escenario de la famosa
batalla inmortalizada por Homero en el poema la Ilíada; la Guerra de Troya es
de ésta época micénica según inferencia que se desprende por las
construcciones monumentales y la cantidad de pozos que hace suponer que
fueron excavados para abastecer de agua y soportar largos asedios.

Troya era la puerta de entrada al Helesponto, hoy los Dardanelos, o sea, a las
regiones ricas en trigo que rodean al mar Negro. El trigo era una mercancía de
primer orden tanto para el comercio como para la subsistencia. Troya era una
especie de alcabala que bien podría cobrar impuestos de paso. Posiblemente
esta circunstancia y no la fabulosa historia de amor entre Helena y Paris, fue el
verdadero origen de la afamada guerra. Vamos aplicando la ciencia
fundamentada en la razón en medio de tanta leyenda.

La arquitectura de las antiguas ciudades griegas, de lo que se conoce como la


época del Bronce Antiguo o Heládico Inicial, se desarrolla en torno a la
acrópolis, la cual está ubicada en la parte más alta de la ciudad. Con la
intención de disponer de una mejor defensa, los pobladores originarios
instalaban sus asentamientos en elevaciones naturales del terreno,
preferiblemente con bordes escarpados. Al paso del tiempo esta zona elevada
se convertía en el núcleo a partir del cual iba desarrollándose el crecimiento
urbano. Así nacieron ciudades como Micenas, Atenas y otras en el Ática y el
Peloponeso. En la acrópolis vivían los mandatarios y servidores. En caso de
guerra los habitantes se refugiaban en sus muros. En la acrópolis de Micenas
había grandes depósitos para guardar alimentos y un acueducto excavado con
medidas de seguridad que le proporcionase el vital liquido.

Fuera de los muros se elevaban enormes “tumbas de cúpula” o tholos. Estas


“tumbas de cúpula” es un tipo de sepultura muy extendida en el mundo
micénico. Estas cámaras o tumbas subterráneas, revestidas de piedras,
estaban cubiertas por una falsa cúpula de voladizo, de sección ojival, a la que

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Los Siete Sabios de Grecia

se accedía a través de un pasillo o corredor. Con estos testimonios


arquitectónicos nos podemos imaginar el grado de organización alcanzado por
los gremios de constructores. No podemos especular sobre su autonomía, pero
sí que existirían grupos que guardarían con celo las técnicas que les
proporcionaban el sustento, al igual que las autoridades los resguardarían para
que el enemigo no lo utilizasen bien en sus defensas o bien describiendo las
protecciones de las ciudades griegas.

Este trazado no tiene por objeto reseñar la protohistoria griega, pero si es de


interés una breve referencia a los tramos del periodo Heládicos, como se
designa al conjunto de etapas que caracterizan la civilización griega durante la
Edad del Cobre y la del Bronce. El período Heládico se subdivide en:
Período Fechas aproximadas
Heládico inicial I 2800-2500 a. C.
Heládico inicial II 2500-2300 a. C.
Heládico inicial III 2300-2100 a. C.
Heládico medio 2100-1550 a. C.
Heládico reciente I 1550-1500 a. C.
Heládico reciente II 1500-1400 a. C.
Heládico reciente III 1400-1060 a. C.
Los estudios permiten inferir, gracias a los abundantes vestigios culturales
encontrados, que en el Heládico antiguo o inicial, la población mantuvo
contacto con la ciudad de Troya. Los restos calcinados permiten pensar en
batallas que aniquilaron la antigua civilización. Estos nuevos pobladores
construyeron sobre las ruinas o cerca de ellas; este es el caso de Micenas. La
Micenas que combate a Troya se establece su fundación en el Heládico medio,
alrededor del 1800-1700 a. de C. Se cree que un pueblo belicoso invadió la
región por el norte del país e incluso se piensa que es el mismo grupo humano
que apareció en muchos puntos de Europa, incluso en Dinamarca. Los reyes
que combaten contra Troya ya son producto de la evolución cultural que genera
el asentamiento y el contacto que han tenido con el Oriente. Muestra de esa

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Los Siete Sabios de Grecia

evolución se percibe en el paso de las llamadas “tumbas pozos” a las “tumbas


cúpulas”. Esta práctica de excavar “tumbas pozos” o tumbas de fosa fue muy
generalizada en Micenas, entre los años 1650 y 1500 a. de C. Estas
variaciones en la arquitectura, así como el uso del megarón o gran salón donde
los soberanos recibían a sus huéspedes, llevaban a cabo los banquetes
rituales, escuchaban en privado las presentaciones de cantores épicos (aedos)
y rapsodas, además de celebrar consejos de guerra, entre otros usos; la
construcción de la acrópolis, la técnica de desecar pantanos, sus formas de
gobierno cada vez más descentralizada que tiene su mejor exponente en la
democracia ateniense mucho tiempo después, en el siglo V a. de C.; el idioma
griego, la mitología religiosa y, para no extendernos más, el pensamiento
griego y su expresión filosófica cuyo antecedentes se ubican, entre otros, en
los Siete Sabios de Grecia.

En el Heládico inicial al parecer había escasez de materias primas, poca


producción de cobre extraído con una minería rudimentaria y para elaborar el
bronce debían importar el estaño del norte de los Balcanes y, probablemente,
de la Península Ibérica. De allí los pocos hallazgos de objetos y utensilios de
bronce, por lo que se infiere que la pertenencia de los mismos quedó reducida
a muy pocas personas.

Esta sociedad aquea del II milenio a. de C. fue desarrollando nuevas formas


sociales desapareciendo paulatinamente el régimen de propiedad comunal
primitivo, pasando a un sistema de propiedad individual. Aplicamos la teoría
que establece que en el neolítico al desarrollarse la agricultura y la
domesticación de animales aparecieron excedentes de producción, lo que
fueron administrados por individuos lo que comenzó a marcar una
diferenciación social que fue dejando atrás la organización comunal primitiva
dando paso a la aparición de la propiedad privada y luego a las clases sociales.
Muchos investigadores discuten el tema y particularmente la ubicación en el
tiempo del desarrollo de las diferentes etapas en el proceso de diferenciación
social durante el período del bronce en Grecia, pero lo que se presenta con alto
grado de certeza es que existió una organización comunal primitiva e incluso la
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Los Siete Sabios de Grecia

institución del matriarcado, discutiendo el ritmo de cambio hacia la propiedad


individual y el patriarcado. Este proceso de cambio tampoco fue absolutamente
uniforme en toda Grecia: en cada una de las tres grandes áreas establecidas, a
saber: la continental, las islas Cícladas y la isla de Creta, el paso fue a
velocidades diferenciadas. Coinciden los autores que en Creta la evolución fue
más acelerada debido a su cercanía con Egipto y Mesopotamia, lo que se
evidencia con la presencia de un gran desarrollo urbanístico a finales del III
milenio, por lo que se desprende que aparecieron los primeros Estados de
Grecia en la precitada isla.

Al parecer Creta llegó a constituirse en una talasocracia, o sea, una potencia


que ejercía dominio sobre los mares griegos. Tucídides (I, 4-5), habla del tema,
aunque quizás no llegó su dominio a todo el mundo griego, pero si al menos
sobre algunas poblaciones asentadas en las islas Cícladas. Lo cierto es que la
cultura cretense se conecto con Egipto, Siria, Mesopotamia y por supuesto con
la geografía griega, muestra de ello es la innumerable cantidad de articulos
cretenses hallados en estas regiones. Es pertinente destacar el importante
número de objetos egipcios encontrados en Creta, lo que permite deducir una
mayor intensidad comercial con ese país, teniendo, indudablemente, especial
importancia en el aspecto cultural. Así que vía Creta, el mundo helénico tuvo
contacto con Egipto, Siria, Mesopotamia y con otros pueblos situados en el
Mediterráneo, lo que no excluye que en algún momento lo hayan hecho de
manera directa.

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Los Siete Sabios de Grecia

Las ciudades aqueas

Tratar de descifrar la organización estatal de los aqueos nos ayudará a


entender un poco más su forma de pensar, su organización social y los
antecedentes de cómo se llegó al tiempo de los Siete Sabios de Grecia.

La Ilíada de Homero refleja una época posterior, la llamada Edad Oscura o


Medioevo griego, que contribuyó a crear una idea simple considerando la
existencia de un poder único para la Grecia continental dirigido por los reyes de
Micenas. Muchos acogieron dicha idea al observar a Agamenón, rey de
Micenas, como gran jefe de los aqueos en la lucha contra Troya. La realidad
era más compleja. Cierto que las excavaciones han descubierto un conjunto
arquitectónico en Micenas de gran importancia compuesto de murallas,
fortificaciones, caminos, tumbas en forma de tholos, entre otras
manifestaciones culturales, pero no es menos cierto que en Tirinto, Orcómenos
(Beocia), en el Ática, Mégara, Laconia y en el suroestes del Peloponeso, en
Pilos, igualmente se encontraron importantes restos arqueológicos de la época
micénica. Todo apunta a pensar que en el Peloponeso gravitó el poder en torno
al menos de dos reinos aqueos: uno al centro dependiente de Micenas y otro al
suroeste orbitando en torno a Pilos. Eso no es óbice para que existiesen otros
importantes dominios en la geografía griega.

Estos Estados debieron surgir a finales del III milenio, cuando se desvanece la
propiedad comunal, se desarrolla la propiedad privada, se hace presente la
variedad de oficios artesanales, surge la diferenciación social y comienza a
separarse la actividad agrícola de la ganadera y, por supuesto, de la
manufactura. Este desarrollo se percibe intervenido tanto por la relación con
Creta, como por las continuas invasiones que se sucedieron bien por
movilizaciones dentro del Peloponeso o por la llegada de tribus indoeuropeas.
Esos contactos más la experiencia adquirida a través del tiempo al dedicarse a
buscar soluciones a problemas que van surgiendo en la medida que crece la
población y se hace más complejo el desarrollo urbano, van encaminando a las
poblaciones a alcanzar nuevos estadios de organización, que en el caso de

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Los Siete Sabios de Grecia

Micenas, se comienzan a ver rasgos claros de una organización estatal sólida


en la segunda mitad del siglo XVI a. de C., o sea, pocas centurias antes de la
Guerra de Troya.

En Micenas se pasa de la sepultura del clan, propia de la mitad del III milenio, a
la sepultura de familia, como buen reflejo de la desaparición de la sociedad
comunal. Los arqueólogos han encontrado este tipo de fosas que datan de los
siglos XVII y XVI, caracterizadas por una profunda cavidad rectangular, con
losas superiores las cuales debían ser levantadas cada vez que había que
enterrar un nuevo cadáver. En las tumbas se encuentran objetos que ponen de
bulto el contacto comercial con Creta, las islas Cícladas y con el propio
territorio continental griego. Esos objetos y las decoraciones de las tumbas
tienen que ver con actividades militares, cacería y los juegos; los cuales
muestran rasgos distintivos que permiten inferir como era la sociedad aquea.
Ya en el paso del siglo XVI al siglo XV, la arquitectura funeraria muestra
cambios significativos. Si bien siguen siendo sepulturas familiares, como las de
los siglos XVI y XVII, se observa cómo evoluciona la cámara rectangular,
siendo también redonda u ovalada y a la misma se accede a través de una
puerta que comunicaba con un corredor, lo que facilitaba penetrar en la cámara
sin necesidad de manipular la arquitectura de la tumba. Los objetos
encontrados en estas construcciones testimonian rasgos culturales propios de
la época, así como manifiestan las diferencias sociales.

Además de estos monumentos, se han hallado murallas, graneros, fortalezas,


palacios, almacenes, caminos, que en el caso de Micenas llegaban hasta la
ciudad, lo que permite inferir que los reyes de Micenas ejercían un poder
centralizador sobre una parte del territorio continental griego ya que estos
restos arqueológicos dan testimonio de un importante aparato militar que,
siglos después, se hizo presente en la Guerra de Troya y que Homero recogió
para deleite de las generaciones futuras.

Estos reyes de Micenas controlan la región de la Argólida y con el tiempo


invadirán Creta, destruirán el palacio de Gnosos y pasarán a tener la

Isidro Toro Pampols.·. 20


Los Siete Sabios de Grecia

hegemonía del comercio griego con las islas Cícladas, Asia Menor y Egipto.
Hay textos hititas que aluden al peligro de los aqueos asentados en Asia. Por
ello no es extraña la presencia de artesanos y constructores griegos en el Asía
Menor y en lo que luego sería Fenicia.

La urbe de Pilos fue igualmente otro centro importante en el mundo aqueo.


Tablillas encontradas en excavaciones en el sur de Italia, en Sicilia y en la
propia Pilos, muestran el control que tuvieron los reyes de Pilos sobre la costa
occidental del Peloponeso, controlando el comercio entre el mar Egeo y el mar
Jónico y hacia el oeste hasta Italia, Sicilia y la Península Ibérica.

Se cree que el reino de Pilos cede ante las invasiones dorias en el siglo XIII,
otros apuntan a enfrentamientos con Micenas y hay quienes escriben que la
caída en general de los reinos aqueos fue el resultado de grandes revueltas
sociales internas de las poblaciones sometidas. Bien pudo haber sido una
combinación de todas ellas, a lo largo del tiempo.

Isidro Toro Pampols.·. 21


Los Siete Sabios de Grecia

Organización político administrativa del mundo aqueo

La institución político administrativa de los Estados micénico fue la monarquía.


Existió un término para designar al soberano: wanax. Este wanax residía en el
palacio o wanaktora. En algunas tablillas de la época aparece la palabra
presbuwana que se traduce usualmente como “gran rey” lo que puede suponer
un rey que ejerce imperio sobre otros reyes de la región, en este caso el de
Micenas sobre su área de influencia. Hay mucho de suposición por la carencia
de data. Igual no hay evidencia que estas monarquías tuviesen carácter divino,
como las orientales o los faraones egipcios. Parecen ser monarquías
sustentadas en la fuerza militar, más parecidas a la de los hititas o a las
antiguas monarquías indoeuropeas. Esto tiene gran importancia en cuanto al
progreso del pensamiento filosófico posterior.

Lo anterior se sustenta en la existencia de un jefe militar supremos o


lawagetas, subordinado al wanax. En el I milenio a. de C. aparecen los
basilewes, que son delegados del poder real en las distintas regiones o distritos
en que está dividido el reino. Estos funcionarios eran reyes en su jurisdicción
teniendo su palacio, esclavos y hombres libres que trabajan para él en las
tareas administrativas.

Se sigue investigando el alcance de las funciones de estos personajes que bien


podrían ejercer responsabilidades civiles, militares, religiosas, una combinación
de algunas o todas a la vez, de acuerdo a periodos de tiempo en el amplio
marco temporal en que nos ubicamos. Todo parece indicar que en esta época
la centralización era el sistema y por lo tanto se requería de un verdadero
ejército de funcionarios intermedios y de diferentes jerarquías para llevar
adelante la administración. En las tablillas aparecen unos epetai, que se sitúan
con frecuencia al lado del rey. Poco se sabe de ellos, pero el solo hecho de
presentarse en los testimonios arqueológicos, hacen pensar que
desempeñaban alguna función.

Rasgo distintivo con otras culturas es que ese poder real tenía limitaciones.
Existían las gerusias, una especie de consejo que aunque fuera solamente un
Isidro Toro Pampols.·. 22
Los Siete Sabios de Grecia

órgano consultivo, alguna potestad tendría de encauzar el poder del rey. En


Esparta circa siglo VIII a. de C. adquirieron papel relevante. Igual existe el
damos, que era la organización del pueblo y que tendría, igualmente, fuerza
política para influir en las decisiones del rey o para tomar iniciativas con
respecto a las políticas adelantadas en materia civil, económica, militar o
religiosa. No olvidemos que estamos hablando de un pueblo ubicado en la
historia entre cinco y tres mil años en el pasado, con una manera de pensar
evidentemente muy diferente a la de los griegos de los tiempos de Pericles.
Tratar de entender la organización y características de la sociedad aquea,
tienen por finalidad facilitar la aplicación de la escuadra de la razón y el compás
de la comprensión a las sentencias de los Siete Sabios de Grecia, como fuente
arcaica de Luz.

Económicamente esta sociedad se sostenía esencialmente por la agricultura.


Era una organización en transición de una propiedad comunal a un régimen de
propiedad individual o privada, lo que nos permite inferir un sistema legal que
poco se parecería al de la Grecia del siglo V a. de C., del que tenemos
mayores fuentes documentales. En las tablillas hay data que permiten suponer
la existencia de tierras propiedad del rey o wanax, así como de los otros
funcionarios del complejo entramado de la administración centralizada al
menos en la sociedad de Micenas. Aparecen terrenos que parecieran haber
sido concedidos por el pueblo al wanax y parcelas pertenecientes a la divinidad
que eran administradas por el sacerdocio del dios. Pero también había lotes
pertenecientes al pueblo.

La tierra la trabajaban tanto esclavos como por hombres libres. El concepto de


esclavitud se define como “esclavitud patriarcal”, que se entiende como aquel
cautivo que trabaja al lado del hombre libre e incluso del dueño, que recibe
buen trato y hasta puede casarse con persona libre. Los estudiosos consideran
que este tipo de relación sólo es posible cuando el número de sometidos no es
muy alto y nunca superior al de la población libre. De allí que la población libre
o “pueblo” se considera que tenía un poder político propio importante,

Isidro Toro Pampols.·. 23


Los Siete Sabios de Grecia

decidiendo incluso en temas religiosos como los sacrificios y ofrendas que se


debían hacer a los dioses.

La retribución se hacía siempre en especies. Los cereales, trigo y cebada eran


los principales cultivos. Las higueras estaban generalizadas y los higos eran
usados incluso como monedas de pago por un trabajo realizado.

La cría de ovejas también era muy importante y su producto era de gran valor
en el intercambio en el mercado de exportación de lana e importación de
metales. El artesanado también cobro gran importancia, ello se desprende por
el hecho de haberse encontrado mucha cerámica micénica en todo el
Mediterráneo: Italia, Sicilia, España, Egipto, Oriente Próximo y por supuesto en
todas las costas bañadas por el mar Egeo. Este comercio debía ser controlado
por el rey y una clase comerciante ya que se requería de organización, flota de
embarcaciones, marineros y todo lo que implica la actividad comercial
internacional. Esta tradición comercial que heredaron los micénicos de Creta,
les dio a los reyes aqueos el complemento de poder económico que los
consolidó en el poder político.

Ya para el final de esta época encontramos, según la epopeya homérica, que el


rey concentraba en sus manos la función de sumo sacerdote por lo que el
palacio y el templo se confundía: en la acrópolis de Atenas de tiempos pre
dóricos, se erguía el olivo sagrado de Palas Atenea. Ya para la Edad de Bronce
los griegos adoraban a numerosos dioses del Olimpo que superaron la barrera
del tiempo. Atenea era reconocida en Atenas y en muchas otras ciudades,
incluso en Creta; Poseidón, a Pean, uno de los nombres de Apolo, Eanialios,
antiguo nombre de Ares, el dios de la guerra; a Zeus, Hera, a Dionisos, entre
otros.

La Grecia clásica heredó de la micénica su religión y sistema político.


Evolucionado con el paso del tiempo y adaptándolos a las circunstancias, pero
sus raíces se encuentran allí. El comercio y las relaciones culturales existentes
entre las poblaciones de la cuenca mediterránea amalgamaron experiencias y
visiones que dieron lugar a ese portento de cultura que fue la griega. No es
Isidro Toro Pampols.·. 24
Los Siete Sabios de Grecia

aventurado pensar que la Grecia de la Edad del Bronce mantenía contacto


comercial con la Siria del Norte, donde el cobre y el estaño eran abundantes,
recibía el estaño y la plata de zonas que hoy son España y Cerdeña, el oro de
Egipto y Nubia, el ámbar de poblados del mar Báltico, región de origen de los
aqueos. Por eso sorprende el hallazgo de piezas con dibujos de laberintos
propios de la cultura de los pueblos cretomicénicos en ciertos puntos de
Inglaterra y Escandinavia. Estos griegos navegaron hasta España, pasando por
Cerdeña, Sicilia y la costa mediterránea francesa, dejando factorías que
pasaron a ser el entramado de una inmensa red comercial en las costas
europeas del mar Mediterráneo.

Hemos dicho que el idioma griego es uno de los aportes de la cultura micénica.
Pero debemos distinguir la presencia de dos grandes grupos de dialectos: los
del “griego oriental” formado principalmente tanto por el jonio, hablado en
Atenas y el aqueo, utilizado por los pueblos de las llanuras del Peloponeso; y el
“griego occidental”, hablado en Esparta y otros pueblo asimilados a los
dialectos dorios. El idioma, formas organizativas similares aunque no idénticas,
el comercio, la religión y, como síntesis, una expresión cultural en que todos
esos pueblos se sentían identificados, es el basamento de lo que sería en el
futuro la cultura griega, estandarte de una gran potencia imperial cuando se
incorporan los macedonios con Alejandro Magno y eclosiona ese portento de
sincretismo que es el helenismo.

Isidro Toro Pampols.·. 25


Los Siete Sabios de Grecia

El Periodo Geométrico o la Edad Media Griega

Tras la caída de Micenas, no su desaparición, se abre lo que se conoce bien


como “Periodo Geométrico”, por pertenecer a estos años la cerámica
geométrica; “Periodo Homérico”, por ser Homero la fuente literaria por
excelencia para su conocimiento; “Edad Media Griega” o “Edad Caballeresca”,
por algunos parecidos externos a esa época de la historia de Europa.

Se sitúa este periodo entre los años 1200 al 800 a. de C., tiempo previo a la
aparición de un grupo de pensadores reconocidos como los Sietes Sabios de
Grecia que tuvieron presencia en los años alrededor del 600 a. de C.

Este tiempo tampoco ofrece mucha documentación así que no es fácil elaborar
deducciones, pero los investigadores echan mano de lo que hay: la cultura
material encontrada, especialmente cerámica, demostrando que sigue el
predominio del arte micénico, el cual se va transformando con el paso del
tiempo y en lo económico parece producirse una fuerte disminución del
comercio exterior. Durante el siglo XI se presentan algunas innovaciones que
parecieran una síntesis cultural entre lo micénico y las ideas de los grupos
invasores: se encuentra la cerámica geométrica, así como nuevos útiles y
armas donde el bronce cede el paso, poco a poco, al hierro, así como
transformaciones en el culto funerario. Estos cambios, aunque no muy
pronunciados, dan pie para tomar didácticamente el siglo XII como inicio de
esta Edad Media Griega.

Alrededor del siglo IX se desarrolla un alfabeto griego derivado del fenicio y


para el siglo VIII se utiliza ya con fines literarios. Así que mucho de lo que
pueden deducir los historiadores es sobre la base de la escritura del periodo
preclásico, es Homero con la Ilíada y la Odisea, quien nos ilustra sobre el
“Periodo Geométrico”, por lo que nos limitaremos a destacar algunos aspectos
sobre la forma de ser del griego de ese momento y asumirlo como fuente
histórica sujeta a verificación quizás por nuevos hallazgos que se puedan dar
con el tiempo, ya que no es descartable que Homero y otros rapsodas hayan
incorporado formas institucionales y culturales de los siglos posteriores y no ser
Isidro Toro Pampols.·. 26
Los Siete Sabios de Grecia

del todo de la precitada Edad Media Griega. En resumen, en Homero podemos


encontrar yuxtapuestos elementos correspondientes al II milenio, al Periodo
Geométrico y hasta próximos a la existencia del bardo e incluso, alguno
posterior producto de alguna incorporación ya que recordemos que la fuente de
dichos poemas es la tradición oral. Los investigadores ponen de bulto el
argumento de que en tiempos de la Guerra de Troya los utensilios y armas
eran de bronce, mientras que en la épica Homero nos habla de la utilización
tanto del bronce como del hierro.

La llegada de los dorios al Peloponeso causó una gran conmoción. Penetraron


por el golfo de Corintio alrededor del 1100 a. de C. y su avance sobre las
ciudades micénicas fue una de las causas de lo que se conoce como “la
migración egea” la cual tuvo hondas repercusiones en el mundo Mediterráneo,
incluso en el delta del Nilo según fuentes egipcias, así como con los filisteos,
los eternos enemigos de Israel.

Los dorios se justificaron como el “retorno de los Heráclides”, o sea una


especie de descendientes de Hércules, hijo de Zeus, otorgándose una
genealogía artificial que argumentaba la invasión de las tierras griegas. Este
dato permite preguntarse ¿por qué tendrían que justificar el derecho a ocupar
esas tierras? No es el objeto de este trazado, pero si es una evidente
demostración del nivel de pensamiento alcanzado tanto por los aqueos como
por los inmigrantes dorios. Y se habla de migraciones porque la presencia doria
en el Peloponeso no fue una marea humana que asoló el mundo aqueo, sino
sucesivas oleadas que se piensa comenzó a finales del siglo XIII y se
manifestó de distintas maneras.

La primera invasión al Peloponeso fue por el sur y devastaron muchas


ciudades aqueas. Coinciden cronológicamente con las migraciones que
destruyeron el reino hitita y que transformaron el Oriente Próximo, llegando
incluso hasta Egipto. Estos invasores al parecer dejaron el suelo griego para
dedicarse a estas conquistas, pero los aqueos quedaron maltrechos y en vías
de una lenta decadencia, que si bien no liquida su cultura, si su poder

Isidro Toro Pampols.·. 27


Los Siete Sabios de Grecia

económico. Hay datos que revelan nuevamente la presencia de dorios en el


siglo XI, pero esta vez de manera pacifica, asentándose en tierras del
Peloponeso en muchas zonas abandonadas por los aqueos tras la primera
invasión violenta. Toda esta explicación está sujeta a ser revisada en la medida
en que aparezcan nuevos hallazgos, ya que estas deducciones se hacen sobre
fuentes limitadas. Lo que si parece cierto es que la presencia doria fue por
oleadas, algunas se asentaron pacíficamente, otras lucharon contra
poblaciones de la antigua cultura micénica.

Esta incursión doria trajo sus consecuencias, entre otras: la caída del poder
político aqueo lo que supone una transformación de las instituciones, usos y
costumbres que caracterizaban a la Grecia pre-doria. Se debilitó el comercio,
se introdujo el conocimiento de las técnicas de explotación y manejo del hierro,
el poblamiento de las islas del Egeo y la costa occidental del Asia Menor y
comienza a surgir una forma política que va a marcar la idiosincrasia del griego
hasta la época helenística y posterior dominio del imperio romano: la ciudad
estado o polis griega.

La invasión doria no fue la única y no llegó a ocupar todo lo que conocemos


como Grecia: los eolios se asentaron principalmente en Tesalia y en Beocia;
los jonios en el Ática; los dorios llegados en las ultimas migraciones se
instalaron en el norte y noroeste de Grecia, mientras que los primeros se
asentaron en el Peloponeso.

Este encuentro, a veces violento, de pueblos dorios con los pueblos aqueos,
fue igualmente el desafío de dos tecnologías: hierro contra bronce. Todo
comienza a cambiar a velocidades nunca pensadas hasta el momento. Cada
día la humanidad es más veloz en producir cambios y la historia está allí, para
registrarlos y conservar testimonios. Las migraciones se hacen presente fuera
del territorio continental de Grecia: los eolios se asentaron en la isla de Lesbos
y en las costas adyacente al parecer entre el 1.300 al 1.000 a. de C. Los jonios
colonizaron Ática, las islas de Samos y de Chios y la región central de la costa.
Los dorios emigrados del Peloponeso se establecieron en el suroeste de

Isidro Toro Pampols.·. 28


Los Siete Sabios de Grecia

Anatolia y las islas próximas: Nilos, Tera, Astipalea y las Espórades, además
de Creta.

En este tiempo comienza hacerse presente Fenicia que llegará ser una
potencia del comercio mundial y allí recalan constructores griegos, jónicos
particularmente, quienes desarrollan su arte y ciencia, siendo utilizados, según
se desprende de tradiciones, sus descendientes en la construcción del Templo
de Salomón en Jerusalén. Homero nos habla de los mercaderes fenicios que
visitaban Grecia. No es descabellado que artesanos familiares de griegos
hayan sido enviados por el rey Hiram a colaborar con la magna obra de
Salomón, testimonio de ello es la semejanza entre la leyenda del dios griego
Dionisos y la leyenda de Hiram Abiff, que se elabora tras su desaparición
repentina de los textos bíblicos, según argumenta Albert Mackey en su obra El
Simbolismo francmasónico.

Volvamos a Micenas y para ello nos apoyaremos en Homero, el poeta ciego,


según la tradición, quien escribió dos poemas de los más leídos por la
humanidad. Paradojas de la vida: La Ilíada y la Odisea, comunicadas por un
poeta ciego y la Biblia, susurrada por Dios, a quien no se puede ver; son los
textos más leídos a lo largo de la historia.

No vamos a entrar en el tema de Homero y la diatriba referida sobre si fue el


autor de la Iliada y la Odisea, si era uno solo o varios, si es una pieza
engrandecida por la tradición oral siglo tras siglo, circunstancia tras
circunstancia. Lo importante, para este trazado, es que la Ilíada y la Odisea son
las fuentes literarias disponibles que nos retratan la inquietud creadora de los
griegos de la época, elevando el espíritu por encima de cualquier manifestación
existente en los países del Oriente civilizado. Aún siguen conmoviendo los
cantos profundamente humanos. No solamente habla de combates, sino de la
naturaleza, de las pasiones desencadenadas propias de espíritus primitivos,
instintos básicos, niveles de conciencia que tienen mucho trecho por delante
para desarrollarse. Los héroes lloran y ríen, son crueles y humanos, astutos y

Isidro Toro Pampols.·. 29


Los Siete Sabios de Grecia

temerarios: buscan perpetuarse en la gloria del recuerdo ante el inevitable


olvido que trae la muerte.

La Ilíada y la Odisea son las lecturas preferidas de los griegos a lo largo de los
siglos. Fue el marco conceptual que coadyuvo a la formación del helenismo,
donde la libertad, la valentía, la nobleza, la belleza, entre otros, son los valores
celebrados y que la juventud griega hizo suyos, de allí las proezas que llevo a
Grecia no solamente a defenderse con éxito ante el inmensamente poderoso
imperio Persa, sino que ocuparon por las armas extensiones jamás imaginadas
y luego, en tiempos del imperio romano, con su cultura conquistaron a sus
conquistadores. Estos valores son parecidos a los masónicos, pero éstos
enriquecidos con un significado acorde al espíritu humanista de la
francmasonería.

Sobre este punto es importante destacar la gran diferencia entre lo que


podemos llamar el espíritu griego y el romano: la juventud griega se activaba
con Homero; la romana con la Ley de las Doce Tablas. De allí el gran contraste
entre ambos pueblos y entendemos por qué la cultura griega penetró en el
mundo romano generando grandes cambios. Homero no solamente se leía en
Grecia, en la época helenista se difundió por el Oriente conquistado por
Alejandro Magno, también por todo el Mediterráneo gracias al comercio con las
colonias griegas y otras poblaciones.

Homero supo retratar al griego común y corriente, presentandolo como se


sentía él: un sujeto expuesto a las fuerzas superiores de los dioses, de los hijos
espurios de éstos, quienes manejan la naturaleza en función de sus deseos. Su
única alternativa era confiar en la inteligencia y astucia de sus líderes, quienes
eran parte de una aristocracia gobernante y asumían con responsabilidad las
decisiones que tomaban, ya que la suerte de la polis dependía, en buena parte,
de las mismas. Recordemos que el griego era ciudadano de la polis a la que
pertenecía por linaje, independientemente donde estuviese. La ciudadanía no
se trasmitía por ius solis, como suele ocurrir en nuestros tiempos, sino por ius

Isidro Toro Pampols.·. 30


Los Siete Sabios de Grecia

sanguini, así que los hijos de un griego eran ciudadanos de la polis de sus
padres, sin importar donde hubiesen nacido.

Homero describe el amor del griego por su forma de ser, por su polis, por su
religión, su optimismo para afrontar los retos de la vida, por su moral, por su
enseñanza, por el rechazo a aquellos dioses arbitrarios, demostrando que la
vida del heleno era sobre la base de la ética y la virtud. No todos eran iguales.
La vida en Esparta era radicalmente distinta a la de Atenas y entre estos dos
polos, había un rosario de polis que se ubicaban en la extensa línea que
caracterizaban a ambas potencias griegas.

En los poemas homéricos encontramos igualmente el ambiente en que vivían


los helenos. Observamos como una reina está trabajando en su telar y una
princesa en persona lava la ropa en el rio. Muy lejos está lo fastuoso de las
cortes orientales. Las costumbres que externan muchos personajes pueden
equipararse a modos campesinos de ese tiempo. Las tumbas trabajadas por
arqueólogos muestran un arte funerario que evoluciona, pero sencillo, rustico,
en comparación con sus vecinos orientales o egipcios.

Hay un sentimiento de degradación del ser humano a medida que pasa el


tiempo. Eso se encuentra palmariamente en Hesíodo. Este bardo se ubica
alrededor del año 700 a. de C. y para él la historia del mundo es un devenir
partiendo de una Edad de Oro en que reinaba Cronos, siguiendo una Edad de
Plata y una de Bronce, que se refleja en los tiempos de la Guerra de Troya, que
son tiempos heroicos. Su lapso lo define como la Edad de Hierro, momentos en
que se vive en medio de lo chabacano, lo que hace todo trivial, triste, difícil.
Hesíodo vuelve su vista atrás y le canta a la belleza perdida, como añorando
volver a ella, señalando el camino a las nuevas generaciones de que se puede
lograr lo mejor, ascender tallando la piedra bruta, pero a pesar de ello sus
versos no reflejan esperanza y dibuja un porvenir cada día más disoluto.

Esa Grecia tiene un elemento diferenciador con respecto a Egipto y los reinos
orientales. Los sacerdotes ni dominaron el ambiente social ni fueron
dogmaticos. Los antiguos griegos, al parecer, fueron fetichistas, pero en la
Isidro Toro Pampols.·. 31
Los Siete Sabios de Grecia

época micénica se crearon dioses personificados que perduraron por largos


siglos: Zeus, equiparado al Júpiter romano, moraba en el Monte Olimpo, es la
montaña más alta de Grecia. Para la mitología griega, el Olimpo era el hogar
de los dioses olímpicos, los principales dioses del panteón griego, presididos
por Zeus. Ellos creían que en dicha altura se habían construido mansiones de
cristal en las que moraban las divinidades. Los dioses olímpicos ganaron su
supremacía en el mundo de los altísimos después que Zeus llevara a sus
hermanos a la victoria en la guerra contra los Titanes. Por lo que vemos, hay
mucho de antropocentrismo en la religión helénica.

El historiado griego Heródoto de Halicarnaso (484-425 a. de C.), afirma que


tanto Homero como Hesíodo, le dieron nombre a los dioses y sentaron las
bases de la mitología. Lo describieron, fijaron los límites de su poder, su forma
de ser, su morfología, su misión en la vida. Narraron sus peripecias, mostraron
sus pasiones y sentimientos, muy humanos por demás. Fueron verdadero
tratados de tipos ideales de gran utilidad para la sicología. No dejaron de
proyectar reminiscencia de antiguas religiones: los sátiros están presentes,
estos eran hombres con patas y cuernos de macho cabrío; los tritones,
hombres con cola de pez; los centauros, mitad hombre, mitad caballo. No
faltaban los demonios, dibujados como gigantes espantosos, ciclopes de un
solo ojo, y la diosa Hécate, con su sequito de espectros y perros aulladores.
Todos estos seres demoniacos representaban para el griego las fuerzas de la
naturaleza, incluso la humana, con la que a diario debía enfrentarse y
conquistar. Día a día debían cavar calabozos a esos vicios y pasiones
perniciosas y para ello solicitaban el apoyo de los dioses del Olimpo.

Zeus, según Hesíodo en su Teogonía, es el “padre de los dioses y los


hombres”, que gobernaba a los señores del Olimpo como un patriarca a la
familia, por lo cual los que no eran sus hijos naturales se dirigían a él como tal,
como lo señala Homero en la Ilíada. Era el rey de los dioses que supervisaba el
universo. Era el dios del cielo y el trueno. Sus atributos incluyen el rayo,
símbolo de la fuerza; el águila, que se ha constituido en el emblema de la
majestad y de la victoria a lo largo de la historia; el toro, sinónimo de
Isidro Toro Pampols.·. 32
Los Siete Sabios de Grecia

prosperidad y fortaleza; y el roble, equivalente a la belleza de sus bosques, el


lucimiento de su porte, su preciada madera y la abundancia; en latín roble y
fuerza se expresan con la misma palabra: robur y simboliza tanto la fortaleza
física como la moral.

Zeus simboliza las antiguas ideas que han sobrevivido hasta nuestros tiempos
de la eterna lucha entre las fuerzas benefactoras y perniciosas de la
naturaleza, incluso la humana. Esa antítesis se observa en muchas religiones
orientales como en la doctrina de Zoroastro y Zaratustra, trascendiendo incluso
hasta nuestros días.

Zeus, a pesar de su poder, comparte la soberanía con sus hermanos,


Poseidón, dios de los océanos y Hades, dios del inframundo, territorio de los
muertos. Zeus está casado con su hermana mayor: Hera, con quien tuvo un
hijo, Hares, cuyo placer era la guerra. Pero también tuvo hijos con Latona,
Artemisa e incluso tuvo una hija sin madre: Atenea. A su vez Hera parió un hijo
sin padre: Hefaisto, quien por su fealdad fue arrojado del Olimpo y en venganza
ofreció a su madre una silla de la cual no pudo levantarse, sino hasta que
Dionisos, dios del vino, intervino. Como vemos, mucho del drama humano, con
todas sus complicaciones, se encuentra burilado en estas historias que aunque
son parte de la mitología, bien pueden adaptarse a la vida cotidiana de
cualquier lugar y de cualquier tiempo.

Dionisos no fue un dios más: es el dios del arte dramático donde el coro y los
personajes enmascarados le cantaban a su gloria. En esas mascaras está el
origen de la palabra personalidad y todo lo que significa. El teatro tiene sus
inicios en la antigua Grecia y, por supuesto, era muy distinto a lo que
conocemos hoy como teatro. Pero para nuestra aproximación a los Siete
Sabios de Grecia y su importancia para el pensamiento masónico es de interés
conocer brevemente el origen de esta maravillosa manifestación cultural griega
y el papel que desempeñó Esquilo en el cambio fundamental que lo colocó en
el camino que devino en el teatro de nuestros días.

Isidro Toro Pampols.·. 33


Los Siete Sabios de Grecia

En el ánimo de aquel teatro arcaico se encuentra el alma de ese pueblo que dio
a la posteridad a los Siete Sabios que nos ocupan. El teatro griego tuvo un
origen religioso al igual que otras tantas manifestaciones culturales: la danza y
el canto también fueron maneras de orar del hombre. Ante lo extraño de la
naturaleza, ante el temor de sus manifestaciones o la alegría por sus regalos,
individual o colectivamente expresaban sus emociones en voz alta, danzando y
acompañado de música. Fue una manera primaria de expresarse, de acercarse
a la divinidad, de presentarse diáfano, lo que finalmente se transformó en un
espectáculo que devino en el teatro.

Dionisos fue la divinidad por excelencia del teatro griego y siendo el dios de lo
instintivo, de lo natural, del sentimiento, de la sensibilidad, fue y es expresión
humana opuesta a lo racional, a lo pensado, a lo material. Dionisos es el dios
de lo impulsivo, de lo difícilmente explicado por la inteligencia, de lo que existe
por la fuerza inconsciente de la naturaleza humana.

El teatro antiguo griego le cantaba a Dionisos. La mecánica era simple y


compleja al mismo tiempo. Un grupo de personas reunidas hablaban de temas
relacionados con la vida, lo que había sucedido o pensaban iba a ocurrir, sobre
alegrías o temores, en fin sobre la existencia misma. Este grupo constituían el
coro, que no era más que un canto colectivo.

Frente a este coro había una persona que hablaba por sí solo, a lo que el coro
retomaba frases repitiéndolas a manera de refranes u otras veces simulaba
una especie de diálogo en el que nuestro individuo proponía asuntos y el coro
las respondía.

En aquellos teatros al aire libre, en donde las graderías de piedra escalaban


dejando abajo el escenario en que se movía el coro y, originalmente, el
interlocutor, se desarrollaba un drama que en nada tiene que ver con
situaciones normales de la vida cotidiana: era poner de bulto las grandes
fuerzas que combaten dentro y fuera del hombre, es el destino, es la doctrina
de la existencia que es el culto de la religión, la política, la vida en sociedad y la

Isidro Toro Pampols.·. 34


Los Siete Sabios de Grecia

vida dentro del yo, en sí mismo. Era algo muy elevado para ser considerado
superficial, cotidiano, simple, baladí.

Los actores no mostraban sus caras, sino una máscara. Pero estas no eran
variadas: tan sólo eran dos, la una representaba lo trágico y la otra lo cómico.
Tanta profundidad expresada de manera tan simple. A través de estas
mascaras hablaba el personaje. El público nunca veía la cara del actor, si veía
la máscara que en griego se llamaba “persona”, cuyo significado era
precisamente el artificio con el cual el intérprete revestía un carácter
determinado a su expresión, ya que la máscara era la persona.

Además de la máscara, el actor llevaba un largo vestido muy diferente del que
usaban la gente ordinaria, sobre la cabeza un gorro que elevaba su figura, al
igual que un calzado de varias suelas, para que los concurrentes
comprendieran que representaban gente fuera de lo común, bien sean dioses o
héroes, que finalmente expresaban lo que en su mismo ser era el pueblo griego
y es lo que se desprende de los poemas de Homero y Hesíodo.

Este teatro griego tuvo un cambio esencial en el siglo V a. de C. con Esquilo,


quien, según los testimonios que se conocen, fue el responsable de la
introducción de un segundo actor, generando un dialogo dramático a tres: dos
actores y el coro.

El teatro era para los griegos un centro de interacción fundamental para la vida
de la polis. Allí se ponían de bulto temas como hoy se colocan en los medios
de comunicación; en el teatro se enseñaba la historia, los modales, dicción,
eran escuelas y centro de difusión de ideas que luego eran discutidas en otros
lugares. Allí se rememora la vida de la ciudad, su drama, alegrías y la vida
misma del griego, como ser que vive por y para la polis.

Magistral es el tratamiento que le da Esquilo al triunfo griego sobre los persas


comandados por Jerjes. En su obra Los Persas no coloca en boca de los
griegos los argumentos del triunfo, sino pone al rey persa Darío a lamentarse,
humanamente, quitándole la oportunidad a los griegos de exhibir el desmedido
Isidro Toro Pampols.·. 35
Los Siete Sabios de Grecia

orgullo por la victoria y mostrando que toda historia de laureles ganados en


batalla, tiene una cara que se expresa en dolor ajeno, en sangre derramada y
en padecimiento. El piso de mosaico blanco y negro. Era una forma de educar
al griego por medio del teatro, para que no perdiera el sentido de humanidad al
mismo tiempo que buscaba que cada individuo interiorizara las grandes
virtudes atenienses que hicieron posible detener y hacer retroceder a un
inmenso imperio, diametralmente diferente al suyo en usos y costumbres,
particularmente en la conducción democrática de la polis, por lo que lo
calificaban de barbaros.

En la Orestìadas, Esquilo muestra las pasiones a manera de grandes fuerzas


naturales oscuras, que se oponen al hombre para derrotarlo y cómo una
pequeña luz dentro del mismo hombre, esa iluminación que a lo interno
podemos llamar sabiduría, que lucha inteligentemente, creciendo, muriendo en
pasiones y renaciendo en virtudes, hasta lograr vencer dignamente o morir
heroicamente. Es la exaltación de la existencia tal como la sentían los
pensadores griegos de avanzada, quienes, a pesar de su nivel de desarrollo
intelectual, siempre mostraban el orgullo por el triunfo de la polis. Este fue el
epitafio que el propio Esquilo compuso para ser colocado sobre su tumba:
“Aquí yace Esquilo, hijo de Euforión, ateniense. Si fue valiente, preguntadlo al
Bosque Sagrado de Maratón y al medo de larga cabellera”. Esta lápida resume
lo que los griegos esperaban: adquirir buena reputación, no quedar olvidado,
ser ejemplo para las generaciones futuras. Eso era la vida eterna, no
deambular errante en el Hades, por lo que era preferible una muerte heroica,
ya que la valentía era una virtud, antes que una vida larga y pesada. Con el
paso del tiempo ese concepto de virtud evolucionara hacia expresiones
reconciliadas con el desarrollo de una conducta signada por esa chispa divina,
inmanente en todo ser humano.

Isidro Toro Pampols.·. 36


Los Siete Sabios de Grecia

Periodo Arcaico

Llegamos al tiempo en que florecen los Siete Sabios de Grecia. Todo este
recorrido lo hemos hecho para situarnos en el contexto histórico en que
desarrollan su actividad y plasman su pensamiento.

La Época Arcaica abarca aproximadamente desde la primera olimpiada, año


776 a. de C., hasta finales del siglo VI. Fueron años de profundas
transformaciones que conducen a la Grecia clásica, cuyos principales
exponentes son la democrática Atenas y la oligárquica Esparta. Durante esos
siglos se fueron abandonando paulatinamente, a diferentes velocidades según
sea la ciudad, las instituciones que se habían mineralizado durante el I milenio
y luego, dando paso a nuevas más acorde con la realidad político social de lo
que será el siglo V a. de C.

La Época Arcaica es tiempo de cambios profundos en los cuales los grupos


aristocráticos que ostentaban privilegios batallaron por no perderlos. Luchas
que se dieron en distintos escenarios y en circunstancias diferentes.

A pesar que el tiempo Arcaico tampoco ofrece muchas fuentes documentales,


contamos con el texto Los trabajos y los días de Hesíodo, el cual se caracteriza
por lo siguiente: aunque la cronología de la obra de Hesíodo no se conoce con
exactitud, se sabe que es posterior a la de Homero y, segundo, Homero narra
el pasado mientras que Hesíodo el presente, su actualidad. Cierto es que Los
trabajos y los días refleja la situación de una aldea de Beocia, pero esos
mismos problemas afectan, en términos generales, a otras regiones de Grecia.

La producción agraria se hacía insuficiente para mantener el crecimiento


demográfico, problema agravado por la realidad del reparto de la propiedad
agraria. Mucha mano de obra que no podía ser asimilada en la agricultura se
dedicaba al comercio o a la artesanía. El comercio con el exterior debía
hacerse por mar preferentemente, ya que las rutas comerciales por tierras eran
difíciles y peligrosas. A medida que las técnicas de construcción naval
alcanzaban nuevos impulsos, las embarcaciones llegaban más lejos y
Isidro Toro Pampols.·. 37
Los Siete Sabios de Grecia

transportaban más carga, haciendo el comercio más rentable y seguro, al


tiempo de ir empoderando socialmente a un sector de la colectividad dedicado
a esa actividad económica, lo que conducía a producir desequilibrios en la
organización social. Aunque la tierra sigue siendo la principal fuente de riqueza,
muchos artesanos y comerciantes adquieren recursos y posición social
generando, con el paso del tiempo, tensión frente al dominio de los nobles
propietarios quienes además detentaban el monopolio político y judicial. No
olvidemos que estos nobles son el producto de un cambio estructural: este
régimen surgió con la caída de la realeza a la que esta aristocracia sustituyó y
al dominar el poder, implantó mecanismos que sostuvieran sus privilegios
frente al avance de otros grupos sociales. Al comenzar el siglo VII la realeza
era la excepción en el mundo griego. En las polis se habían creado
magistrados renovables anualmente quienes tenían diversos nombres según
sea la ciudad, pero parecidas funciones. Estos magistrados provenían de la
nobleza. Se mantenían el Consejo, institución ocupada esencialmente por
aristócratas y la Asamblea con un poder difuso.

Dos temas complicaban la situación: un nuevo sector también adquiría


importancia: los hoplitas, soldados griegos de infantería que utilizaban armas
pesadas; y la generalización del uso de la escritura. A medida que aumentaban
las discordias entre los propios pueblos dentro del mundo griego o la presencia
cada vez más amenazante de enemigos externos, como los persas, se hacia
más necesaria la participación del pueblo en la defensa de la comunidad. La
creciente importancia de los hoplitas iba en relación directa a la pérdida de
poder de la nobleza. A medida que la tecnología hacia más accesible y más
barato el hierro, esto permitía que ciudadanos medianamente acomodados
pudiesen adquirir un equipo hoplita, lo que va equilibrando el poder militar entre
los distintos grupos sociales.

La generalización del uso de la escritura también fue causa de cambios


profundos. La ley era consuetudinaria, no escrita e interpretada a su interés por
los magistrados provenientes de la nobleza. El desarrollo de la escritura

Isidro Toro Pampols.·. 38


Los Siete Sabios de Grecia

permitió grabar en tablillas los usos y costumbres, haciéndose del conocimiento


del pueblo sus alcances y dejando poca maniobra en la interpretación.

Recordemos que las fuentes documentales son escasas y mucho de lo que


historiadores expresan sobre la época se basan en inferencias que en
ocasiones tienden más a una forma de apreciar los temas con una óptica o
intereses modernos. Es difícil imaginarse que muchos dueños de tierras no
participaran en la actividad comercial, invirtieran en navíos e incluso armasen
ejércitos. Quizás no sea del todo acertado ver a los comerciantes como una
clase emergente frente a los dueños de tierra. Posiblemente sea más realista
ver grupos de interés asociados frente a otros grupos que, incluso, sean de su
misma clase social. La oposición surge, posiblemente, más por diferencia de
intereses que por clases sociales enfrentadas. Si colocamos en la mesa los
siguientes actores con diferentes grados de poder económico: terratenientes,
comerciantes, artesanos, dueños de bienes muebles: como barcos, carretas
entre otros; bien se pudieron formar grupos aliados para defender sus negocios
haciendo de la dinámica un conflicto social mucho más complejo. Estos trances
le permitieron al pueblo una mayor participación en la actividad política lo que
fue ponderando que se les reconocieran cada vez más sus derechos y lo que
permitió la aparición progresiva de la democracia en muchas polis griegas. No
fue un cambio brusco. Fue lento, de siglos. No olvidemos que Grecia era un
rosario de ciudades estados que evolucionaban a distintas velocidades, por lo
que en cada polis las fuerzas actuantes tenían diferentes niveles de
participación y poder. Además de las causas económicas de las tensiones
dentro de las polis y entre muchas de ellas, no podemos olvidar otros factores
que tienen incidencia en cualquier conflicto social, como el grado de desarrollo
cultural y científico, así como el religioso que a través de los oráculos tenían
una influencia de primera categoría.

Muchas polis disminuyeron sus tensiones mediante un mecanismo ya utilizado


en el pasado: la colonización. Ya hemos hablado que en el período aqueo el
comercio fue extenso en toda la cuenca mediterránea y aunque disminuyó
mucho tras las invasiones y migraciones dorias, estas rutas estaban allí y no
Isidro Toro Pampols.·. 39
Los Siete Sabios de Grecia

habían sido olvidadas. Además ya estaba presente Fenicia como potencia


comercial y no pocos griegos estuvieron al servicio de comerciantes fenicios lo
que contribuía a mantener el conocimiento del espacio bañado por el mar
Mediterráneo.

Así que la presión demográfica, los conflictos internos en las polis y las
perspectivas de nuevas oportunidades en otras tierras, obligaron a muchos
ciudadanos a emigrar en búsqueda de futuro.

Los primeros en desplazarse, según se desprenden de hallazgos


arqueológicos, fueron los calcídicos y los eretrios de la isla Eubea, quienes se
asentaron en el sur de Italia y en Sicilia en el occidente del Mediterráneo.
Luego fueron las demás polis quienes regaron de ciudades el sur de Italia, lo
que se conoció luego como la Magna Grecia, además de la costa norte del
Egeo y del mar Negro, incluso el norte de África. Esta inmensa expansión
llevaba consigo la cultura griega, sus conocimientos científicos, su forma de
gobierno, su religión con el fuego sagrado y los dioses de la ciudad de donde
partían.

Las colonias gozaban de gran independencia política y económica. Se hablaba


el idioma de la ciudad madre, pero con el tiempo se incorporaban elementos
del habla local o de las colonias próximas. A pesar de la diversidad, se
fortaleció el sentimiento de formar parte de un universo cultural que los
hermana como un mismo pueblo y los obliga a unirse ante amenazas de
potencias no griegas, que ellos llamaban barbaros por no hablar su idioma ni
compartir su cultura, lo que era una forma de etnocentrismo, todo lo contrario al
nivel. Las tensiones políticas disminuyeron en las ciudades de la Grecia madre
y se desarrollan la artesanía y otras actividades económicas que hacen
incrementar el intercambio con sus colonias y estas, a su vez, exportan a
Grecia sus productos. Se aquilatan nuevas capas sociales fortaleciéndose
económicamente causando un nuevo equilibrio entre los grupos de poder, al
tiempo que en las colonias se practican formas políticas más democráticas que
permean en las ciudades metropolitanas. El pueblo adquiere un mayor

Isidro Toro Pampols.·. 40


Los Siete Sabios de Grecia

reconocimiento. Se produce un verdadero cambio en el mundo griego. En


aquella sociedad dinámica se hacen presente dos tipos de personajes que
ayudan a moldear lo que será la Grecia clásica: legisladores y tiranos; pero
también surgen un tercero, a veces compartido con algunos de los anteriores:
los pensadores y entre ellos: los Siete Sabios de Grecia.

Hesíodo en su obra Los trabajos y los días diferencia la justicia administrada


por los nobles, quienes iban perdiendo el privilegio de interpretar
caprichosamente el derecho consuetudinario a medida que se producían los
cambios sociales, así como evolucionaba y se popularizaba la escritura, y la
mineralización de la otra justicia, la venida de Zeus. Esta última era una
especie de derecho natural o derecho de gentes. La justicia de Zeus era para
Hesíodo la verdadera justicia e incluso, vengadora, que pondría fin a los
excesos de la justicia de los nobles. Una especie de equidad de origen, cuya
fuente es el Gran Arquitecto del Universo que debemos ver, ojo, bajo el prisma
de la época. Pero esto ya era un gran avance en los niveles de conciencia de la
elite pensante, que permearía sobre la sociedad toda. Esto comienza a ocurrir
en las ciudades griegas entre los siglos VIII y VII gracias a los cambios
sociales, económicos y políticos que se producían, además de las
transformaciones que generaba la colonización, incluyendo las nuevas
relaciones dentro de las ciudades e inter ciudades; dinámica que emergía de la
nueva realidad. Este nuevo contexto necesitaba de una legislación que
abordase esa nueva situación y resolviera los conflictos inherentes a los
nuevos escenarios. De estas circunstancias aparecen los legisladores que en
cada ciudad tiene un origen propio y no todos son contemporáneos. Hubo
ciudades, como Atenas, que tuvieron varios legisladores, otras uno solo y en
otras se sospecha que existieron aunque no se tienen testimonios. Algunos
fueron electos por el pueblo o por los grupos políticos en contienda: un hombre
equilibrado que sirviera de mediador. También pudo ejercer esa función una
comisión. Algunos tenían unas prerrogativas que ponían bajo su dirección los
poderes ejecutivos y legislativos por un lapso de tiempo definido o indefinido;
otros actuaban como dictadores elegidos con los máximos poderes con
carácter temporal.
Isidro Toro Pampols.·. 41
Los Siete Sabios de Grecia

El hecho histórico de los legisladores parece ser una institución que surge en
las colonias de occidente donde la población emigrante, más homogénea y sin
la presión de la tensión política de la Grecia madre, eligieron personalidades
que le diesen cause institucional a la exigencia ciudadana expresada en las
nuevas fuerzas socio políticas. En las antiguas ciudades Griegas el proceso fue
mucho más lento y particular, avanzando según las peculiaridades de las crisis
que se iban produciendo.

Lo cierto es que la legislación escrita va sustituyendo la consuetudinaria y el


pueblo en general tenía más claridad de las reglas que ordenaba a la ciudad y
les daban a los magistrados menor poder de interpretación. La administración
de justicia pasaba a manos de tribunales que trabajaban con leyes cinceladas.
Eso no era óbice para que la nobleza ejerciera los papeles más importante en
la política y en la administración. Se va imponiendo las leyes de la ciudad a las
leyes de las aldeas o de grupos, se universaliza poco a poco la justicia y se
producen cambios positivos tales como la prohibición de la venganza privada y
ahora las multas que se imponen son en beneficio de la ciudad. También las
leyes trabajaron álgidos temas como la enajenación de lotes de tierras o el
manejo del crédito, lo que era un grave problema para quienes estaban
endeudados con la nobleza, ya que se veían en la imperiosa necesidad de
vender para resolver su situación, quedando en la indigencia o perdiendo la
libertad; Solón, uno de los Siete Sabios, legisló sobre la materia. Esta
legislación en temas económicos buscaba dar estabilidad a la actividad de los
comerciantes y artesanos; otro de los Siete Sabios, Pítaco de Mitilene dispuso
con detalles cómo debían elaborarse los contratos comerciales.

La palabra tirano no tenía en la Grecia preclásica la misma connotación que ha


tenido en el mundo moderno y contemporáneo. Y aunque existen fuentes
antiguas que señalan a los tiranos como déspotas capaces de cualquier
atrocidad, la realidad parece ser, en la mayoría de los casos, distinta. La
primera apreciación es de fuentes defensoras del statu quo, provenientes de la
aristocracia reacia a los cambios exigidos por las circunstancias. Eso no
significa que existiesen algunos verdaderos autócratas.
Isidro Toro Pampols.·. 42
Los Siete Sabios de Grecia

Algunas fuentes señalan que los tiranos eran administradores empoderados


con el fin de reducir el poder de los nobles. Algunos tiranos sucedieron a los
legisladores o viceversa. En algunas ciudades, no en todas, la aristocracia dejó
paso a la tiranía y ésta a la democracia.

La tiranía surge como una respuesta a las nuevas tensiones producto del
incremento del comercio: la Grecia madre exportaba a sus colonias productos
artesanales, vino y aceite, mientras que importaban alimentos de sus colonias.
Esto trajo como consecuencia que desapareció el temor de una mala cosecha
en la ciudad, que en la antigüedad significaba hambruna, también un aumento
cuantitativo de artesanos, armadores, cargadores, marineros, cambistas y
comerciantes en general, lo que influyó en número y competitividad en los
sectores que detentaban riquezas. Si bien que los legisladores habían luchado
contra el endeudamiento de los pequeños agricultores, el incremento del
comercio cambió la dinámica pasando las tierras de peor calidad a los grandes
terratenientes que las plantaron de viñedos y olivos con vista a la exportación.
Estos pequeños agricultores que perdían sus tierras por un problema de
productividad, tenían que emigrar a la urbe, pero allí se encontraban que los
trabajos artesanales y comerciales lo realizaban los esclavos, sector social que
iba en aumento por ser mano de obra barata. Esta situación comenzaba a
tensionar nuevamente a las ciudades, en tiempo y velocidades distintas, lo que
fue preparando el camino para la llegada de los tiranos con el fin de enfrentar
los conflictos de carácter económico, social y político que se hacían presentes.

Los tiranos mayoritariamente venían de esa capa de la nobleza constituida por


comerciantes, cuyos intereses no se identificaban al ciento por ciento con la
aristocracia terrateniente, pero por su condición económica y su educación les
permitía tener acceso a las magistraturas de la polis. Muchas veces eran
personajes que habían ganado prestigio ante el pueblo, bien en el desempeño
de cargos o bien en hazañas militares. Muchas veces, especialmente en las
ciudades del Asia Menor, los tiranos se imponían con el apoyo de una fuerza
externa, como los reyes persas, quienes buscaban tener influencia en la región.

Isidro Toro Pampols.·. 43


Los Siete Sabios de Grecia

Lo que nos interesa particularmente en este trazado son los caracteres


comunes en la actuación de la mayoría de los tiranos, las que demuestran un
mínimo común denominador que los identifica en política.

Los tiranos promueven el fortalecimiento de la organización estatal, superando


en muchas ciudades o polis la fase de Estado primitivo. Se acuñan por primera
vez monedas y se define el sistema fiscal, símbolos de gran avance en el
fortalecimiento institucional y evidente modernidad para ese tiempo. Definir el
sistema de justicia, delimitar lo público de lo privado y reducir el papel
hegemónico de la aristocracia en el sostenimiento de la polis. La acuñación de
monedas tuvo un papel singular, ya que servía para vigorizar el intercambio
comercial, valorar la economía mueble y para la administración pública una
agilidad mayor en sus propias empresas económicas o de gasto publico. Fue
de tal magnitud el impacto de la acuñación de monedas, que los espartanos
conscientes de las consecuencias que podría tener para su organización la
introducción de la moneda, prohibieron su emisión.

Fue generalizado, aplicando en cada ciudad sus mecanismos, el apoyo de los


tiranos a los pequeños agricultores, así como a los artesanos libres y al
comercio, creciendo el número de carpinteros, ceramistas, herreros, armadores
de barcos y toda clase de trabajadores manuales y comerciantes, lo que tendía
a reducir las tensiones sociales en ciudades estados pequeñas, como eran la
inmensa mayoría de las polis griegas. También nos permite inferir la
organización de artesanos y constructores en gremios que trasmitían
celosamente sus conocimientos de padres a hijos o parientes y defendían sus
intereses. Los tiranos invierten en edificios públicos, caminos, acueductos, y
otras obras para la ciudad, dándoles trabajo a los jornaleros, embelleciendo las
ciudades y haciendo sentir orgulloso a los ciudadanos de su polis: la columna
de la belleza. Fue un tiempo en que ganaron nuevos impulsos los gremios de
constructores y de artes especializadas.

Los tiranos le dieron, en las ciudades, un sentido distinto a las relaciones


sociales, fortaleciendo elementos espirituales de cohesión y pervivencia.

Isidro Toro Pampols.·. 44


Los Siete Sabios de Grecia

Procuraron soporte a la religión y a la cultura. Elevaron el papel de los dioses


del pueblo apoyando fiestas de larga tradición y aquilatando una observancia
oficial basada en esas costumbres. Igualmente invitaron a poetas, artistas,
pensadores, siendo por lo general mecenas de la cultura, lo que contribuyó al
desarrollo del pensamiento griego que daría sus grandes frutos en la Grecia
clásica.

La tiranía terminó dándole paso a formas más democráticas. Esto por supuesto
no ocurrió en todas las ciudades ni al mismo tiempo, pero la institución, a
medida que se creaba una ciudadanía más igualitaria, como el caso de Atenas,
iba haciendo inoperante formas de administración del pasado. Al tiempo que
crecían tanto la clase comercial como los artesanos libres, se alcanzaban
nuevos niveles de educación, comenzaron también a acceder a los puestos de
gobierno de la polis y fue cambiando la dirección de la política y fortaleciéndose
formas más democráticas de gobierno en la mayoría de las ciudades estados
del mundo griego. Todo ello daría sus frutos en el surgimiento griego como
potencia militar y más que castrense, como icono cultural de Occidente.

Isidro Toro Pampols.·. 45


Los Siete Sabios de Grecia

Una pincelada sobre la Roma de la época

La mayoría de los investigadores de la historia de Roma concuerdan que los


romanos daban más importancia a la ética que a la estética. A su ética, por
supuesto. El deber, el cumplir con el deber es lo que le daba sentido a la vida
del romano de los primeros tiempos.

Se estima que los asentamientos originales ser remontan en torno al año 1.000
a. de C. La leyenda de Rómulo y Remo ofrece una versión de la fundación.
Ambos hijos de Numitor, rey de una ciudad cercana a Roma, quien fue
expulsado del trono por su hermano Amulio, que a su vez ordenó asesinar a
sus dos sobrinos, con la “suerte” de que el sicario opto por colocar a ambos
infantes en una cesta y confiarlos a las aguas del rio Tiber. Aquí entran los
dioses, siendo Marte, dios de la guerra, quien los protege mandando a una loba
sedienta que les prestara auxilio. El destino burila que se reencuentren, al paso
del tiempo, con Numitor y tras conocer sus circunstancias, vislumbrando su
destino, levantan un ejército de pastores, derrotan y matan a su tío,
devolviendo el trono a su padre.

Los hermanos se instalaron en una colina cercana al lugar donde fueron


alimentados por la loba y fundaron Roma, siendo Rómulo el primer rey, quien
tras asesinar a Remo, en un ataque de ira producto de una burla insultante
surgida de la envidia de su hermano carnal. Un ejemplo palmario de pasiones
desatadas, de calabozos vacios.

Luego de Rómulo fue rey Numa el Ceremonioso, electo por su sabiduría y


amor a la justicia. Observamos que fue electo y según la tradición confió la
dirección del culto a sacerdotes colegiados. Numa construyó un templo a Jano,
el bifaz dios del tiempo, santuario que sólo se abriría en caso de guerra, por lo
que durante el reinado de Numa nunca hubo necesidad, pero con el trascurrir
del tiempo, fue rara la época en que permaneció cerrado.

La guerra se fue revelando como un estado permanente en la medida que


crecía la ciudad, aumentando la ambición de sus vecinos por apoderarse de
Isidro Toro Pampols.·. 46
Los Siete Sabios de Grecia

Roma y, también, la avidez de los romanos para hacerse dueños de las tierras
de sus vecinos.

Se registra que la primera guerra fue contra la ciudad de Alba-Longa, que


había crecido junta a Roma y eran tales los lazos entre los vecinos que los
soldados se negaron a combatir, por lo que cada uno eligió a tres hermanos
quienes lucharían en un duelo. Los tres Horacios romanos vencieron a los tres
Curiacos de Alba-Longa y estos se sometieron a Roma. Allí vamos observando
el perfil de gente pragmática que serian en el futuro los romanos.

Convertida Roma en república, se devela una conspiración que pretendía


retornar a la monarquía, estando entre los complotados el hijo de Bruto, uno de
los primeros cónsules de la urbe. Una vez arrestados los conjurados, fueron
condenados, azotados y les cortaron la cabeza. El historiador Tito Livio reseña:
“durante todo este tiempo, las miradas se dirigían a Bruto, a su rostro y
ademanes; todos veían cuánto sufría el padre mientras el magistrado castigaba
a los culpables.”

Roma tenía dos clases de habitantes: ciudadanos libres y esclavos. Los


primeros a su vez se dividían en patricios y plebeyos. Los miembros de las
antiguas familias romanas eran los patricios y detentaban el poder político.

Patricio viene de pater, padre. Así que los patricios eran aquellos quienes
dependían de un pater familiae, o sea, la cabeza o jefe de la familia. La familia
agrupaba a todos los del mismo tronco, sean estos hijos, tíos, hermanos,
primos, en fin, los varones vivos descendientes por línea paterna de un
antepasado común y sus esposas; por lo que no eran numerosos los
paterfamilias. Esa familia, con sus antepasados difuntos formaba la gens, una
organización similar a las tribus indoeuropeas o la aquea en Grecia. De allí que
Paulo de Tarso o san Pablo, les aplicara el apelativo de gentiles. Muchos
plebeyos o libertos buscaban la protección de una familia y a estos le llamaban
clientes. El paterfamilias era todo poderoso dentro de la gens y solamente
respondía ante los dioses. El hijo aunque hubiese fundado otro hogar, seguía
bajo la jurisdicción del jefe familiar. Así se fue gestando una idiosincrasia en
Isidro Toro Pampols.·. 47
Los Siete Sabios de Grecia

Roma en que el hijo temía al padre; el ciudadano a la autoridad, y todos a los


dioses. La aplicación de este derecho familiar era diferente al aplicado por los
griegos; era más parecido al de las tribus germanas.

Cada familia tenía su tierra, allí vivían, cultivaban, además de enterrar a sus
ascendientes y estos cementerios eran lugares donde se reunían
periódicamente todos los descendientes con el fin de rendirles culto y consumir
un banquete sagrado.

Estos patricios, poseedores de grandes latifundios y fortunas en dinero


constante, controlaban a la sociedad tanto en tiempos de paz como de guerra.
Era condición sine qua non ser patricio para ser elegido cónsul y ellos decidían
todos los asuntos políticos importantes.

Ser plebeyo no era sinónimo de gente pobre, no, habían muchos plebeyos
adinerados o en situación económica holgada y estable. Plebeyos eran los
descendientes de extranjeros que no pertenecían a las familias fundadoras u
originarias y, por ende, no participaban en los asuntos públicos de la ciudad.
Los plebeyos vivían mayoritariamente en la urbe donde cada día se hacían
más numerosos en la medida que los suburbios crecían tanto por el aumento
de las familias como por la inmigración de nuevos forasteros.

En tiempos antiguos para que un plebeyo pudiese ser medianamente


respetado tenía que asimilarse como cliente a una familia patricia. Los
plebeyos, si bien no gozaban del derecho de participar en el gobierno,
tampoco estaban obligados a pagar impuestos o a servir en el ejército.

Pero a medida que Roma progresaba y ambicionaba tierras de vecinos y


viceversa, hubo necesidad de incorporar a los plebeyos a la milicia, siempre
bajo las órdenes de un patricio. La situación empeora ya que mientras los
patricios estaban en actividades militares, tenían esclavos para atender el
trabajo en sus tierras, mientras que los plebeyos se veían forzados a pedir
préstamos a los patricios para sostener a sus familias en tiempos de guerra. Si
esta se prolongaba o sucedía algo más trágico como la muerte del sostén
Isidro Toro Pampols.·. 48
Los Siete Sabios de Grecia

familiar, el deudor se la hacía imposible pagar, aplicándose una inclemente ley


que autorizaba al acreedor a encarcelar o reducir a esclavitud al deudor y a su
familia.

Esta situación empeoraba en la medida que Roma ampliaba sus territorios


mediante conquistas. Las tensiones comenzaron a manifestarse con la
negativa de muchos plebeyos de cumplir con el servicio militar. Ante la
amenaza externa proveniente de las tribus de los volscos, tranquilizaron a los
plebeyos prometiendo suavizar las leyes relativas a las deudas, pero una vez
pasado el peligro, se olvidaron de las reformas. Tito Livio reseña que “al fin la
paciencia de los plebeyos se acabó. Abandonaron Roma y levantaron un
campamento en el Monte Sagrado”. Anunciaron la fundación de una nueva
ciudad.

Ante tal hecho y frente a las constantes amenazas que exigían engrosar las
armas con esta población, se designo a Menemio Agripa para mediar en la
situación. Agripa fue una especie de Solón en Roma. Las reformas que
concertó con las partes dio como fruto que los plebeyos tuviesen su propia
asamblea donde podrían votar independientemente de la riqueza,
constituyéndose esta representación popular en un órgano nivelador que tendía
a dinamizar el movimiento democratizador de la administración pública y la
sociedad romana. Se aplica el nivel.

Los representantes plebeyos elegían a sus propios magistrados llamados


tribunos de la plebe, quienes tenían el derecho a vetar las decisiones del
Senado o de los cónsules cuando se consideraban desfavorables para sus
representados. Las casas de los tribunos de la plebe siempre estaban abiertas,
de día o de noche, porque a cualquier hora un ciudadano podía acudir en
búsqueda de amparo ante una injusticia. Vemos como se va nivelando la
sociedad y se van adquiriendo nuevos grados de conciencia. Los tribunos
gozaban de inmunidad y si el cónsul podía decretar, el tribuno tenía el derecho
negativo de vetar. Estas reformas ocurrieron hacia el 494 a. de C., tiempo en
que los persas destruían Mileto en el mundo griego.

Isidro Toro Pampols.·. 49


Los Siete Sabios de Grecia

Estos avances fueron significativos pero dejaban resquicios por donde violentar
el derecho ganado. Al igual que en Grecia, hasta no lograr burilar las leyes de
forma tal que todos pudiesen conocerla, la aplicación de estas se comprometía
con la interpretación que le daban los magistrados, todos miembros de la clase
de los patricios. Así la tensión fue renaciendo hasta que llegó a un punto en
que decidieron enviar tres hombres, según señala Tito Livio, a Atenas con el fin
de recopilar las famosas leyes de Solón así como conocer sobre las
instituciones, costumbres y usos de las polis griegas. Regresaron tras una
investigación que se prolongó por dos años y luego se nombraron a diez
hombres, uno por cada tribu, para redactar un cuerpo de leyes, resultando las
conocidas Ley de las Doce Tablas, que es la base del derecho romano y en
buena medida del mundo occidental. No es nuestra intención entrar a describir
el alcance de este cuerpo escrito, pero sí destacar el avance en materia de
derechos humanos, tan importante por el sentido de justicia humanitaria,
igualdad y tolerancia, como fue la prohibición de tortura al hombre libre. Lo que
en otras sociedades se logró mediante siglos de lucha en específico para
erradicar tan funesta practica, en Roma, bajo la lejana inspiración del ateniense
Solón, se alcanzó sin escalar hacia un conflicto violento.

Ahora las leyes estaban claras y el poder de interpretación altamente reducido.


Pero ello no significó el fin de los roces y tensiones. Los patricios no se
resignaban a perder sus derechos y utilizaban toda clase de artilugios, fraudes
electorales y corrupción. Importante es destacar que a medida que Roma
alcanzaba nuevas conquistas especialmente en la península italiana, las tierras
eran trabajadas por un creciente número de esclavos al servicio de
terratenientes, la mayoría patricios, lo que generó nuevos y crecientes
conflictos que son hitos en la historia de Roma, como fue el caso de los
hermanos Graco, la sublevación de Espartaco, las guerras civiles destacando
la de Mario y Silas y, en fin, toda una dinámica a medida que conquistaban el
Mediterráneo y buena parte de Europa, África del Norte y Asia.

Isidro Toro Pampols.·. 50


Los Siete Sabios de Grecia

El oráculo de Delfos fue el gran recinto sagrado de la Antigua Grecia


dedicado a Apolo

Isidro Toro Pampols.·. 51


Los Siete Sabios de Grecia

Los Siete Sabios de Grecia

La tradición griega menciona a los Siete Sabios quienes fueron hombres


sensatos, filósofos, estadistas y legisladores que vivieron entre los años 650 y
550 antes de Cristo: Quilón de Esparta, Bías de Priene, Cleóbulo de Lindos,
Periandro de Corinto, Pítaco de Mitilene, Solón de Atenas y Tales de Mileto.
Todos se distinguieron por su hacer, su pensar externado en sus aforismos
destinados a lograr un buen gobierno y una conducta integral de los
ciudadanos.

Ahora bien, quizás el rasgo fundamental de estos sabios fue que supieron
burilar en sentencias la enorme contribución que hasta ese momento había
hecho el pueblo griego disperso desde las costas de Asia Menor hasta la
Magna Grecia y más allá, hasta la propia Península Ibérica, incluso con
enclaves en el África del Norte; un aporte que podemos resumir en el acto de
inscribir para la posteridad la gran potencialidad de la mente humana. No hay
testimonios que permitan inferir que otras civilizaciones del momento hayan
realizado esfuerzos tan grandes, como los griegos, para tratar de comprender
problemas del ser humano tan dentro de sí, que atienden al pensamiento y a la
vida. Lo que aportan los Siete Sabios de Grecia catapulta una obra para la
posteridad que enriquecerá, desde el comienzo, la especulación helénica. Toda
la investigación filosófica, madre de todas las ciencias y áreas del pensamiento,
obtienen en estos milenios que brevemente hemos reseñado, la fuerza y la
orientación para construir el monumento, patrimonio de la humanidad, que es la
Filosofía Griega.

Según la leyenda en las edificaciones en Delfos, lugar del famoso Oráculo, se


encuentran dos sentencias de las más difundida de los Siete Sabios: “conócete
a ti mismo” y “nada en exceso”, las que se creen son acuñadas por Tales de
Miletos y Solón de Atenas a finales del siglo VII o a principios del VI a. de C. Es
posible que sean de ellos, lo que sí es comprensible que estas frases forman
parte de ese pensamiento griego temprano.

Isidro Toro Pampols.·. 52


Los Siete Sabios de Grecia

No siempre se estuvo de acuerdo en quienes fueron estos Siete Sabios ya que


en la Antigüedad se discutió durante siglos sobre que personas debían
considerarse como parte de esta selecta terna. Antes de que se impusiese la
lista habitual, formada por Bías, Quilón, Cleóbulo, Periandro, Pítaco, Solón y
Tales, los autores anteriores a Diógenes Laercio incluyeron entre los Siete
Sabios un total de 23 nombres, combinados de diferentes formas, pero en
todas siempre encontramos a Solón y a Tales.

Diógenes de Laercio (siglo III d. de C.) reivindica para Grecia el origen de la


Filosofía y desecha algunas teorías en boga de que la misma se había
originado bien en Egipto, Persia, Mesopotamia, e incluso que era obra de los
Celtas, Druidas, Indios u otros pueblos no griegos: “quienes opinan esto –
explica Diógenes de Laercio-, atribuyen a los bárbaros, en forma ignorante, las
ilustres acciones de los griegos, entre los cuales no sólo comenzó la Filosofía,
sino también la humanidad”, de esta forma palmaria este historiador deja en
claro el origen de la Filosofía y con el helenismo, el de humanidad.

Con estos filósofos del periodo Antiguo comienza una forma de pensamiento
racional por excelencia, o sea, una forma de abstracción que no recurre a la
acción de elementos sobrenaturales, los dioses, para explicar la realidad y
utilizan una forma de deducir basada en experiencias de vida, en lo que
aprendieron de otras culturas y de las tradiciones del pueblo griego.

De cómo fue el transito del pensamiento mitológico y religioso al filosófico en


Grecia y las razones del por qué no ocurrió de igual forma en Egipto o en
Oriente no lo vamos a tratar en este trazado, pero si vamos a hacer algunas
referencias de interés.

En su obra De la religión a la filosofía, F. M. Cornford, señala la existencia de


“una continuidad real entre la primera especulación racional y las
representaciones religiosas que entrañaba” de tal modo que “las maneras de
pensar que, en filosofía, logran definiciones claras y afirmaciones explícitas ya
estaban implícitas en las irracionales intuiciones de lo mitológico”. Plantea que
la formulación mitológica de Hesíodo en sus Teogonía es mantenida por los
Isidro Toro Pampols.·. 53
Los Siete Sabios de Grecia

primeros filósofos, sin utilizar el recurso de lo sobrenatural y sí aceptar la


contradicción. Ya hemos tratado el punto de la influencia educativa tanto de
Homero como de Hesíodo en la antigua civilización griega y su posterior
desarrollo que, indiscutiblemente, permea en los primeros pensadores griegos,
especialmente en los Siete Sabios.

En su obra Mito y pensamiento en la Grecia antigua, J. P. Vernant pone de


bulto la inexistencia de una casta sacerdotal, la figura del sabio visibilizado en
la Edad Antigua en la figura de los legisladores y tiranos, el predominio de la
polis como espacio vital para el desarrollo integral del ciudadano, no como
sujeto pasivo sino como actor principal en su desarrollo, la transmisión pública
del saber, tema importante que es una de las garantía de la libertad individual y
el desarrollo de la escritura, esencial para trasparentar los deberes y derechos
y garantizar la vigencia del habitante como centro de la ciudadanía; todo ese
proceso que se fue dando lentamente, a velocidad variable entre una y otra
ciudad, hicieron posible, entre otras, el poder poner en entredicho las
explicaciones fabulosas y en su lugar proponer formas de pensamiento que no
contenga la creencia y la superstición propias de los pensamientos mítico y
religioso.

Se deja atrás lo animista, lo mágico del pensamiento mítico religioso. Ya no se


acude a lo invisible como fundamento de lo sensible, sin dejar de aceptar lo
sobrenatural y lo extraordinario por falta de avance en la investigación, pero sin
dejar de pensar que dichos avances nos ofrecerán en el futuro explicaciones
basadas en la razón. La cosmología se ocupa de definir los primeros principios
constitutivos del ser; la lucha entre dioses ya no es el tema del filósofo.

Vernant plantea la importancia de la inexistencia de una casta sacerdotal en


Grecia, lo que, entre otras causas, dificulta implantar un dogma religioso y por
la multiplicidad y variedad de ciudades estados, hace difícil desarrollarse un
discurso religioso mineralizado. El saber se busca difundir entre los ciudadanos
-no decimos entre todos los habitantes de las polis porque no todos tenían los
mismos derechos-, lo que hace al elector una persona que al escuchar al sabio,

Isidro Toro Pampols.·. 54


Los Siete Sabios de Grecia

al más educado, tiene elementos para discernir y la ciudad le da espacios para


enterarse de temas tratados desde diferentes puntos de vistas, como en el
teatro griego, que como hemos visto, era un lugar de encuentro donde se
ventilaban toda clase de temas.

Este tipo de conocimiento divulgado fortalece las columnas de la ciudad, de la


comunidad. El griego pasa a ser munícipe y un ser político tanto en cuanto,
puede participar en diferentes instituciones que se han creado para formalizar y
darle contenido a la democracia griega, cuyo ejemplo principal es la ateniense
y su contrapartida, también griega, es la espartana.

Esta circunstancia del avenimiento del ciudadano gracias, entre otras causas,
al hecho de dejar atrás las figuras fantasmagóricas mítico religiosas, así como
el auge económico fundamentalmente derivado del comercio, que supone el
desarrollo de una ciudadanía participativa, catapultan al principio y luego se da
de manera paralela, al nacimiento y desarrollo de la filosofía. La importancia del
linaje deja paso a la prioridad de la polis, de la comunidad, lo que suele ir
acompañado de una organización política que reclama la publicidad, que las
cosas se conozcan. El saber es trasladado a la plaza, en plena ágora, siendo
objeto del debate público donde la argumentación lógica, bien podemos decir la
razón, terminará por predominar sobre la iluminación sobrenatural.

Pero no debemos olvidar que la filosofía está enraizada en sus orígenes en el


mito y veremos como en la época helenística, se producirá una síntesis entre la
filosofía griega y formas de pensamiento oriental, donde lo esotérico alcanza un
valor singular y filósofos como Plotino y Proclo, solamente para mencionar un
par de ellos, vuelven a encontrar en esos orígenes de la filosofía griega, sin
caer en superstición ni fanatismo, un sistema filosófico donde lo iniciático y la
gnosis pasan a ser los instrumentos esenciales para lograr que el hombre logre
el conocimiento de sí.

La descripción de los Siete Sabios de Grecia la haremos en el orden en que los


presenta el filósofo venezolano Juan David García Bacca.

Isidro Toro Pampols.·. 55


Los Siete Sabios de Grecia

I
Cleóbulo
Cleóbulo nació en Lindis, isla de Rodas, y algunos contemporáneos lo colocan
como descendiente de Hércules, quizás por su fuerza física extraordinaria.

Contemporáneo de Solón, en su juventud viajo a Egipto y estudió filosofía. Su


hija Cleobulina proyectó la sabiduría de su padre especialmente con las
enigmáticas preguntas que solía hacerle a los hombres, quizás un preludio de
la mayéutica socrática. Mujer de temperamento afable, acostumbraba ella
misma lavar los píes a los sujetos que entraban en casa de su padre. Nos
recuerda al Maestro Jesús.

Cleóbulo gobernó el pequeño distrito de Lindos convocando la armonía y


evitando guerras y discordias, tanto internas como con los vecinos. Reconocido
por su sutileza para proponer y resolver entresijos, se ganó el merito de ser
llamado filósofo. Famosos son sus enigmas, práctica común en Egipto, que él
supo llevar a Rodas.

He aquí uno de los que compuso:

«Soy un padre, que tengo doce hijos, y cada uno de ellos tiene treinta hijas,
pero muy diferentes entre sí, en punto a belleza. Las unas tienen el rostro
blanco; las otras lo tienen negro. Son inmortales y mueren cada día.»

Este enigma significa el año. Cleóbulo compuso también el epitafio que está en
el sepulcro de Midas, en que tributa grandes elogios a este monarca. Algunos
lo han atribuido sin fundamento a Homero, que fue muy anterior a Midas.

Para Cleóbulo, la virtud consiste en huir de la injusticia y de los otros vicios,


doctrina identificada con el ideal masónico.

Tres cosas debe observar el individuo en su vida: orden, tiempo y moderación;


que los hombres debían vivir según la condición que tienen en la sociedad;
prevenía contra la ignorancia y la charlatanería señalando que ambas abundan
en el mundo; que el pensador debe tener sentimientos elevados, huir de la
Isidro Toro Pampols.·. 56
Los Siete Sabios de Grecia

ingratitud y de la infidelidad; hacer bien a los amigos y a los enemigos, para


conservar a los unos, y ver si se puede cautivar a los otros. Parece buena
doctrina masónica.

“Antes de salir de casa, decía, examinad lo que vais a hacer, y cuando volváis,
examinad lo que habéis hecho. Hablad poco y escuchad mucho. No habléis
mal de nadie. Aconsejad lo que creáis más conforme a la razón. No os
abandonéis a los placeres. Reconciliaos con vuestros enemigos, si los tenéis.
No hagáis uso jamás de la violencia; no reprendáis jamás a vuestra esposa, ni
la alabéis en presencia de extraños, pues lo uno es locura, y lo otro flaqueza.”

Cleóbulo intentó que Solón se instalase en Lindos, y con este objeto le escribió
la siguiente carta:

“Tienes muchos amigos, cuyas casas están a tu disposición; pero creo que en
ninguna parte puedes estar mejor que aquí. Lindos es una ciudad marítima
enteramente libre. Nada tienes que temer de Pisístrato, y todos tus amigos
podrán venir a verte con entera seguridad.”

Cleóbulo murió a la edad de 70 años, después de haber gozado de


extraordinarios honores. Los habitantes de Lindos sintieron amargamente su
pérdida, y le erigieron un magnífico sepulcro con un epitafio en que honraban
su memoria.

“A Cleóbulo sabio muerto


llora su patria Lindo, a quien el mar circuye.”

Cleóbulo, el Lindico, dijo:

1. Lo óptimo: la mesura.
2. Hay que reverenciar al padre.
3. Ten cuerpo y alma en bello y buen estado.
4. Sé buen oidor y no gran hablador.
5. O instruido en muchas cosas o en ninguna.
6. Hazte con lengua bien hablada.
Isidro Toro Pampols.·. 57
Los Siete Sabios de Grecia

7. Familiar a la virtud, extraño a la maldad.


8. Odia la injusticia, observa la piedad.
9. Aconseja a los ciudadanos lo mejor.
10. Sobreponte al placer.
11. No hagas nada por fuerza.
12. Educa a los hijos.
13. Da gracias a la suerte.
14. Deshaz enemistades.
15. Considérate en guerra con el enemigo de tu pueblo.
16. En presencia de extraños, ni pelees con tu mujer ni le hagas demasiado
caso: que esto segundo es de insensatos, mas lo primero puede parecer
manía.
17. No reprendas, estando borracho, a los domésticos; que, si los
reprendes, parecerá más bien que los insultas.
18. Cásate con los de tu linaje, que si lo haces con los de superior, tendrás
en ellos no allegados, sino señores.
19. No te rías con los burladores, que te harás odioso a los burlados.
20. No te ensoberbezcas con los éxitos, ni te deprimas con los fracasos.

II
Solón
Isidro Toro Pampols.·. 58
Los Siete Sabios de Grecia

Se ubica el paso de Solón por este plano terrenal entre los años 638 y 558 a.
de C., nacido en Atenas, le tocó gobernar en una época en que la aristocracia
de la región del Ática concentraba mucho poder, convirtiéndose en un gran
reformador cuyo objetivo, plasmado en la Constitución del año 594 a. de C., fue
la de aliviar las cargas del campesinado asediado por la pobreza, las deudas lo
que en muchas ocasiones terminaba en una pérdida de la libertad
transformándose en siervo y hasta en esclavo.

Sus reformas institucionales condujeron a eliminar los derechos políticos


basados en el linaje del individuo, fortaleciendo un sistema censitario en el cual
tenían acceso a fuentes de poder las nuevas clases emergentes de
comerciantes, artesanos prósperos y los agricultores fuera de la nobleza, pero
que obtenían ganancias que le permitían alcanzar un lugar en la sociedad que
se encontraba en plena transformación; Solón dirigió el tránsito de una
aristocracia a establecer una timocracia, sostenida por los estratos medios que
obtuvieron una mayor cuota de poder político, aunque las capas más bajas no
consiguieron las aspiraciones que anhelaban.

Solón siempre fue un personaje austero según se desprende de uno de sus


poemas:
“el que posee gran copa de oro y plata,
campos extensos de abundantes mieses,
y mulas y caballos, y el que sólo
tiene un pasar honesto que le baste
a comer y vestir cómodamente;
y si en mujer e hijos a esto acreces
belleza y juventud, la dicha es llena”.

A pesar de su fama de moderado, no dejó de participar en las guerras de su


época e incluso convocó al pueblo a no cesar el conflicto con Mesara por el
control de Salamina. También le conceden papel decisivo en las batallas por el
dominio del templo de Delfos.

Isidro Toro Pampols.·. 59


Los Siete Sabios de Grecia

Su fama de moderado se debía especialmente por su actitud en una época


signada por conflictos entre la antigua aristocracia y los sectores económicos
emergentes, actitud que lo llevó al arcontado, obteniendo poderes especiales
para legislar e introducir cambios en la forma de gobierno que lo hacen
trascender en el tiempo. Aunque Solón ha sido y es reconocido por sus
reformas basadas esencialmente en su sentencia “nada en demasía” que
implicaba, según Juan David García Bacca, la formula primitiva de la exigencia
posterior de la ética helénica de evitar el exceso y el defecto; esta postura de
equilibrio le trajo muchas críticas de los lados en pugnas quienes siempre
consideraban que habían sido perjudicados.

La Atenas que gobernó Solón la describe Aristóteles en su Constitución de los


atenienses, donde señala que “los pobres se hallaban esclavizados no sólo
ellos en persona, sino también sus hijos y sus mujeres, Recibían la
denominación de pelates y hectemorioi (“los de la sexta parte”), pues
precisamente bajo tales condiciones labraban las tierras de los ricos. Y, en
general, la tierra estaba en manos de unos pocos. Y si los indigentes no
abonaban el precio del arriendo, se los podía llevar esclavizados a ellos y a su
prole. También los préstamos se aseguraban mediante la personal reducción a
esclavitud…” Esta situación fue generando tensiones sociales particularmente
con el progresivo desarrollo del comercio marítimo ático y la exportación de
artesanías; por lo que sectores carentes de tierras productivas como lo eran los
pequeños productores rurales, artesanos, mercaderes y otros, se concentraron
en Atenas, en su puerto el Pireo y en la costa formando grupos urbanos o
suburbanos que paulatinamente iban teniendo mayor incidencia en la
conflictividad social que se incrementaba, tal como lo hemos reseñado en
capítulos anteriores.

Los siglos VII y VI a. de C. fueron tiempos de grandes conmociones en la que


los más pobres reclamaban, ante todo, un nuevo reparto de tierras y la
abolición del derecho vigente sobre el endeudamiento. De su lado quienes
comenzaban hacer fortuna con el desarrollo del comercio que venían a formar
parte de lo que podemos llamar estratos medios, ya con cierto poder
Isidro Toro Pampols.·. 60
Los Siete Sabios de Grecia

económico, aspiraban poder político por lo que exigían reformas legales que
incluyesen reglas claras y conocidas por todos. Ese fue el tiempo en que se
promulgaron las llamadas leyes de Dracón hacia el 621 a. de C. que, aunque
beneficiaban a la aristocracia, constituyeron un avance ya que se desterró el
derecho consuetudinario y ya no estaba el impartir justicia al libre criterio de un
magistrado. Aunque las leyes eran beneficiosas a la nobleza, en sí misma
delimitaban sus privilegios. El próximo paso era, por ende, hacerlas más justas.

Aristóteles nos refiere en la obra citada, el estado de guerra civil en que se


encontraba la polis a comienzos del siglo VI a. de C.: “La mayoría del pueblo se
hallaba subyugado por unos pocos, y el pueblo se había sublevado contra los
nobles. El alboroto era muy fuerte, y durante largo tiempo unos lucharon contra
otros.” Ante tal situación la cordura privo en los bandos en pugnas, decidiendo
en el año 594 a. de C., elegir a Solón como arconte y árbitro (diallaktés),
asumiendo poderes extraordinarios. Según Aristóteles, contó tanto con el
apoyo de los aristócratas (eupátridas) como con el de los no nobles, en tanto
ambas partes lo veían como defensor de sus respectivos intereses. Nos dice
Aristóteles: “Por su origen y por su notoriedad, Solón se contaba entre las
primeras personalidades en el país, y por sus condiciones económicas, en la
clase media.” De su lado, Plutarco en su obra Vidas paralelas (Solón, XVI)
corrobora lo dicho por el estagirita: “fue, pues, elegido Arconte, después de
Filómbroto, y juntamente medianero y legislador: a satisfacción de los ricos, por
ser hombre acomodado, y de los pobres, por la opinión de su probidad.”

Solón promovió un sistema censitario en el cual los derechos políticos de cada


persona dejaban de establecerse de acuerdo a su ascendencia y pasaban a
considerarse en arreglo a su patrimonio. Es lo que se conoce como timocracia,
o sea, el gobierno en que ejercen el poder los ciudadanos que tienen cierta
renta.

El Areópago o Consejo Aristocrático, institución poderosa en los gobiernos de


la polis fue transformado en un organismo prestigioso pero reducido en
mandato; era un gran foro que observaba al gobierno de la ciudad, al trabajo de

Isidro Toro Pampols.·. 61


Los Siete Sabios de Grecia

los magistrados, actuaba como tribunal para delitos graves y de sangre, entre
otras funciones. Pero ya no era parte ni tenía atribuciones en los asuntos
administrativos de la polis.

Solón creó un entramado de instituciones con el fin de darle participación a


todos los sectores. Se instituyó la ekklesía o “asamblea popular” que tomaba
todas las decisiones de política interior, exterior, legislativa, judicial y ejecutiva,
pero necesitaba la aquiescencia y consejo del areópago. La bulè consistía en
un Consejo de cuatrocientos ciudadanos (cien de cada tribu o filai del Ática),
según algunas fuentes parece que se ocupaba de proponer leyes, de preparar
las reuniones de la ekklesía y, en general, de realizar las funciones que
previamente tenía a su cargo el areópago.

Aunque las fuentes no coinciden en el alcance de la legislación denominada


seisachteia o “supresión de cargas”, lo cierto es que la misma intervenía en las
deudas contraídas por los campesinos regularizada por las leyes anteriores.
Según Aristóteles, Plutarco y otros autores, interpretaron que la medida
anulaba todas las deudas, para otros beneficiaba solamente a los deudores
más indigentes y para unos terceros, se refería solamente a la disminución de
los intereses de las deudas contraídas. Independientemente del alcance de la
reglamentación, significó un cambio que benefició a los sectores más débiles
de la economía agraria ateniense.

Solón acabó la esclavitud por deudas que en la legislación ateniense alcanzaba


a los familiares del deudor. Las deudas se pagaban en adelante con bienes,
significando de hecho una prohibición de esclavizar al ciudadano ateniense.
Con los que eran atenienses esclavos, Solón promovió su compra con el fin de
libertarlos. La esclavitud siguió existiendo, pero no para los atenienses.

Solón impulsó la educación artesanal obligando al artesano a enseñar el oficio


a sus hijos. El ocio que se pagaba hasta con pena capital, ahora se castigaría
con multas y privación de derechos civiles. Reguló el cultivo de cereales, de la
oliva, de las plantaciones en general, de la forma de cavar y hacer uso de los
pozos, entre otras materias.
Isidro Toro Pampols.·. 62
Los Siete Sabios de Grecia

En el derecho funerario se prohibió los funerales ostentosos y el sacrificar


animales en honor del fallecido, lo que implicaba un ejercicio de laicidad.

Legisló en materia de monedas acercando su sistema monetario a la de otras


polis, introduciendo facilidades al tiempo de promover el comercio. Un cambio
sustantivo el permitirle a un extranjero solicitar el derecho de ciudadanía si
establecía una industria o comercio al tiempo de asentarse con su familia.

Solón supo dar importantes leyes que significaban un gran avance social para
la época, pero como es frecuente, eran difíciles de implementar y se aburrió de
ver que no se seguían, por lo que determinó ausentarse y viajar.

Cuando volvió Solón a su patria rápidamente percibió que de nuevo estaba


dividida en bandos, al punto que Pisístrato aprovecho la situación para tomar
despóticamente el poder. Solón, con su prestigio y talante, criticó la situación e
incluso la conducta tanto del pueblo como la de Pisístrato, retirándose a la
corte del rey Filocipro, en la que murió a los 80 años.

El distintivo de Solón era una calavera: porque su máxima era que es necesario
que una persona haya fallecido para juzgar si ha sido feliz. Otro de sus
pensamientos que perfectamente se insertan en la masonería es: “Dejemos a
los demás las riquezas, pero apropiémonos la virtud”.

Solón, el ateniense, dijo:

1. Nada en demasía: Las cosas en exceso hacen daño.


2. No te metas a juez, que te harás enemigo del preso.
3. Huye de aquellos placeres que paren tristeza.
4. Guarda en tu conducta la bondad bella de ver, que es más segura que
los juramentos.
5. Pon a tus palabras el sello del silencio, y al silencio la oportunidad.
6. No seas mentiroso, sino veraz.
7. Preocúpate de lo virtuoso.
8. No digas que hay justicia mayor que la de ser justo para los que nos
engendraron.
Isidro Toro Pampols.·. 63
Los Siete Sabios de Grecia

9. No te hagas de prisa con amigos; mas no te deshaga tampoco de prisa


de los que tengas.
10. Si has aprendido ya a ser mandado, sabrás mandar.
11. Sométete tú mismo a dar cuenta, de lo que juzgas deben darla los otros.
12. Aconseja a los ciudadanos no lo más agradable, sino lo mejor.
13. No seas temerario.
14. No trates familiarmente con los malos.
15. Consulta a los dioses.
16. Cultiva el trato de los amigos.
17. No hables de lo que no veas con los ojos.
18. Cállate lo que sepas.
19. Sé apacible con los tuyos.
20. Sírvate lo aparente de indicio para lo inaparente.

III
Quilón
Quilón vive en el siglo VI a. de C. y elaboró gran parte de la constitución
atribuida a Licurgo. Era un hombre tranquilo e imperturbable, pero firme y
Isidro Toro Pampols.·. 64
Los Siete Sabios de Grecia

decidido. Su vida la pasó mayormente retirado en su casa y era considerado un


modelo de virtud. Practicaba admirablemente el silencio y la moderación. Una
máxima que lo distinguía era la de “correr lentamente” en los negocios de la
vida. Fue designado éforo de Esparta, una dignidad equivalente a la de rey.
Ante la crítica de su hermano quien aspiraba el cargo, le advirtió sin alterarse;
“Me han elegido, porque me han creído más capaz que tú de sufrir el daño que
me hacen, sacándome de mi reposo, y obligándome a ser esclavo de los
negocios ajenos.”

A Hipócrates aconsejó que no se casase y que si por desgracia estaba ya


casado, repudiase a su mujer y matase a todos los hijos que de ella tuviese.
Hipócrates se burló de este consejo. Se casó y tuvo un hijo que después
usurpó la soberanía de Atenas, su patria, y que se hizo famoso por su tiranía
despótica bajo el nombre de Pisístrato.

Para Quilón habían tres cosas difíciles: guardar un secreto, sufrir las injurias y
emplear bien el tiempo. Esta forma de ser breve y enérgico le distinguió, siendo
citado como un buen ejemplo de laconismo.

Advertía que era de débiles amenazar y que la mayor sabiduría consistía en


saber poner freno a lo que se dice, especialmente en un banquete; que no se
debe hablar mal de nadie, porque lo que ganas son enemigos y exponerse a
oír amargas criticas y regaños.

Entre sus muchos consejos que propagaba estaba que a los amigos se visitan
cuando están en desgracia más que cuando están en fortuna; que no se debe
triunfar por medios injustos; que el hombre valiente debe ganar el liderazgo por
el amor y no por el temor; que la mejor política que debe observar un Estado es
enseñar a los ciudadanos a conducirse bien en sus familias; que el oro y la
plata se prueban con la piedra de toque, y el corazón del hombre con el oro y la
plata; que todo se debe usar moderadamente, para que no te pegue duramente
su falta; en fin, que el amor y el odio no son eternos, que el hombre debe amar
como si debiera aborrecer con el tiempo, y aborrecer como si después tuviera
que amar.
Isidro Toro Pampols.·. 65
Los Siete Sabios de Grecia

En el templo de Apolo en Delfos, ordenó burilar una inscripción en letras de


oro, que decía: “No deseemos lo que está fuera de nuestro alcance. El que
responde por otro, pierde seguramente”.

Uno de los Siete Sabios de Grecia, Periandro de Corinto, trató de llevárselo a


su ciudad con el objeto de consultarle sobre los medios de que podría echar
mano para conservar la tiranía. Quilón le respondió: “Quieres que me
entrometa en guerras y discordias, y que me destierre de mi patria, como si
estos sacrificios pudieran contribuir a tu seguridad. Sábete que no hay nada
menos seguro que la grandeza de los reyes y que el más feliz de todos los
tiranos es aquel que tiene la dicha de morir en su cama.”

Quilón, ya en el otoño de su existencia, le dijo a sus cercanos: “Amigos, sabéis


que he hecho y dicho mucho durante el largo espacio de mi vida. He
examinado atentamente en lo interior de mi alma todo lo que he dicho y hecho
y de nada de ello me tengo que arrepentir, sino es del lance siguiente, que
someto a vuestra decisión, para saber si he obrado mal o bien. Nombrado con
otros dos para juzgar a uno de mis mejores amigos, que, según el texto de la
ley, debía ser condenado a muerte, para salir de tan amargo apuro, tomé el
partido de poner en la urna, sin que mis compañeros lo supieran, la bola que
manifiesta la sentencia fatal y antes que los otros votasen, les expuse tantas
razones de mi amigo, que no pudieron menos de absolverle. Creía cumplir de
este modo con las obligaciones de juez y de amigo, más ahora siento un no sé
que en la conciencia y no estoy muy seguro de haber obrado rectamente.”

Quilón murió, con una edad avanzada, según se cuenta a consecuencia de la


gran alegría que experimentó al abrazar a su hijo, que había salido vencedor
en los juegos olímpicos.

Quilón, el Lacedemonio, dijo:


1. Conócete a ti mismo.
2. Estando bebido no hables mucho, que faltarás.
3. No emplees amenazas con los libres, que no es justo.

Isidro Toro Pampols.·. 66


Los Siete Sabios de Grecia

4. No hables mal de tus prójimos, que, si lo haces, tendrás que oír a tu vez
lo que te pesará.
5. Acude sin prisas a los banquetes de los amigos, acude con prisas a sus
desgracias.
6. No gastes mucho en bodas.
7. Ten por dichoso al muerto.
8. Reverencia a los más ancianos.
9. Odia al que se mete en lo ajeno.
10. Prefiere las pérdidas a las ganancias torpes, que lo uno te dolerá una
vez, lo otro siempre.
11. No te burles del desgraciado.
12. Si eres fuerte, preséntate tranquilo, que así infundirás más bien respeto
que temor.
13. Gobierna bien tu propia casa.
14. No corra tu lengua más que tu entendimiento.
15. Manda sobre tu ánimo.
16. No desees lo imposible.
17. No andes precipitadamente.
18. Ni hagas aspavientos, que es de locos.
19. Obedece a las Leyes.
20. Perdona las injusticias, véngate de las injurias.

IV
Tales de Miletos

Isidro Toro Pampols.·. 67


Los Siete Sabios de Grecia

La tradición burila que Tales de Mileto (625/624 a. de C. 547/546 a. de C.) fue


el primero que mereció el titulo de sabio, igual se suele aceptar que Tales
comenzó a usar el pensamiento deductivo aplicado a la geometría, además se
le atribuye la enunciación de dos teoremas geométricos que llevan su nombre.

Natural de Mileto, actual Turquía en las costas de Asía Menor, se cree que era
descendiente de fenicios, quienes habían huido de su lar de origen para
establecerse en Mileto. Es probable que haya visitado Egipto, donde estudiaría
el conocimiento recabado por los sacerdotes y maestros de esa región. Se
especula que podrían haber sido condiscípulos suyos Solón y Ferécides de
Siros, también se le vincula con Pitágoras, quien le habría recomendado viajar
a Egipto y educarse con los sacerdotes de Menfis y Dióspolis, pero las fuentes
carecen de validación positiva ya que son de segunda mano, siendo que Tales
no dejó escritos. De los babilonios pudo también haber obtenido conocimientos
científicos. Sí es más seguro que el filósofo Anaximandro haya sido su
discípulo.

Con Tales de Mileto se inicia una etapa del pensamiento que podemos calificar
de filosofía, por adelantar la primera explicación racional a distintos fenómenos
del mundo que hasta el momento se le daban esclarecimientos míticos
religiosos. Tales buscaba una definición racional, lo que se conoce como “el
paso del mito al logos”, donde la palabra griega logos alude en este contexto a
“razón”, uno de sus significados en castellano.

El Milesio intuía una unidad en la multiplicidad, una permanencia bajo la


mutabilidad. Tales no se contenta con una explicación mítica del mundo y se
interroga, junto a otros pensadores jónicos, qué es en verdad la naturaleza;
pensando en una animación o vivificación de la materia a lo que se le ha dado
el nombre de hilozoísmo.

De Tales se cuentan historias que permiten delinear su naturaleza y talante. Se


registra que unos pescadores le llevaron la disputa sobre una transacción
acordada entre unos marineros de la isla de Co y unos habitantes de Mileto. El
negocio era que les compraron todo lo que la red contuviese antes de sacarla.
Isidro Toro Pampols.·. 68
Los Siete Sabios de Grecia

Convenido el arreglo, sacaron la red y en ella venía una trípode de oro macizo,
arrojada al mar, según la tradición, por Helena cuando volvía del sitio de Troya.
Por supuesto el descubrimiento fue causa de una disputa al punto que estuvo a
punto de estallar hostilidades entre los partidarios de los involucrados. Así que
acordaron someter la cuestión al oráculo de Delfos. Este respondió que se
diese la trípode al primero de los sabios. Tales fue el primero a quien se le
presentó la trípode; éste la remitió a Bías, quien por modestia la envió a otro;
de este pasó de mano en mano hasta que llegó a Solón, quien dijo que “nadie
era más sabio que un Dios”. La trípode fue llevada a Delfos y consagrada a
Apolo. Observamos la humildad en Tales y el reconocimiento del otro,
aplicando con sabiduría el nivel.

No eran pocos quienes increpaban a Tales por la inutilidad de su ciencia ya


que no les servía para obtener fortuna. Tales, con su ejemplo, les hizo entender
que si los sabios no acumulan riquezas es solo por el desprecio con que las
miran, y sí les es fácil adquirir bienes. Habiendo previsto, según narra la
leyenda, por sus observaciones astronómicas que aquel año sería abundantes
las cosechas, compró tempranamente todo el fruto de los olivos de los
alrededores de Mileto. Esta fue formidable y por consiguiente la ganancia del
filósofo fue copiosa, más éste convocó a todos los mercaderes y comerciantes
de Mileto y les distribuyó sus provechos.

Tales fue un gran astrónomo. El presocrático fue el primero que predijo los
eclipses del Sol y de la Luna, adelantando investigaciones sobre los diferentes
movimientos de estos dos astros. Opinaba que el Sol era por sí mismo
luminoso y que su volumen era ciento veinte veces mayor que el de la Luna;
que ésta era un cuerpo opaco capaz de reflejar la luz del Sol, en una sola mitad
de su superficie, y con esta doctrina explicaba varios de los aspectos que aquel
astro nos presenta.

Quizás fue el primero que trabajó el origen de los vientos, la materia de que se
compone el rayo, así como la causa de los relámpagos y truenos. Como

Isidro Toro Pampols.·. 69


Los Siete Sabios de Grecia

geómetra estableció la manera de medir la altura de las torres y pirámides por


su sombra meridional, cuando el Sol está en el equinoccio.

De los egipcios aprendió la técnica de medir el tiempo fijando el número de los


días del año en 365; arregló el orden de las estaciones y limitó cada mes a
treinta días; al fin de cada doce meses añadía cinco días para completar el
curso del año.

Se le atribuye el reconocimiento de la constelación de la osa pequeña de que


se servían los fenicios para arreglar su navegación.

Una anécdota describe a nuestro sabio: Un día, saliendo de su casa para ir a


estudiar los astros, cayó en una zanja; una criada vieja que tenía acudió
corriendo a socorrerlo y después de haberle ayudado a levantarse le dijo
burlándose de él: “¿Crees poder descubrir lo que pasa en el cielo y no sabes lo
que tienes a los pies?”

Tales, el Milesio, dijo:


1. Hazte el garante, que la pagarás.
2. Acuérdate de los amigos presentes y de los ausentes.
3. No trabajes por ser bello de rostro; sé más bien bello de obras.
4. No te enriquezcas con malas artes.
5. No te traicionen tus propias palabras ante los que en ellas confían.
6. No dudes en mimar a los padres.
7. De tu padre no tomes lo vil.
8. Cuanto des a tu padre, otro tanto en tu vejez recibirás de tus hijos.
9. Difícil es conocerse a sí mismo.
10. El placer supremo es obtener lo que se anhela.
11. Triste es la ociosidad.
12. Dañosa, la intemperancia.
13. Pesada, la ignorancia.
14. Enseña y aprende lo mejor.
15. Ni aun siendo rico te des al ocio.

Isidro Toro Pampols.·. 70


Los Siete Sabios de Grecia

16. Oculta los males de casa.


17. Emula más bien que lamentarte.
18. Sea tu oráculo la mesura.
19. No creas a todos.
20. Al gobernar, gobiérnate bellamente a ti mismo.

V
Pítaco de Mitilene

Isidro Toro Pampols.·. 71


Los Siete Sabios de Grecia

Narra Diógenes Laercio que Pítaco se distinguió por haber destronado a


Melancro, tirano de Lesbos y luego, como capitán de ejércitos, venció al héroe
olímpico, comandante de las fuerzas atenienses Frinón, por lo que los
ciudadanos de Mitilenes, en la isla de Lesbo, le tuvieron consideración y le
confirieron los máximos honores, otorgándole el poder supremo. En su tiempo,
Pítaco vivió entre el 640 y el 568 a. de C., la ciudad disfrutó de orden y de una
constitución duradera.

La edad fue aquilatando la sabiduría de Pítaco y bebió los tragos dulces y


amargos de la existencia amalgamando una larga y penosa experiencia que le
permitió mirar con serenidad las vicisitudes de la vida. Después de haber
establecido el orden en la república, dimitió del poder que había estado
ejerciendo por el espacio de doce años y se retiró enteramente al campo que
los mitilenos le dieron. Ese campo lo consagró y se llamó Pitiqueo. De esa
extensión de terreno separó una porción y sentenció: “que aquella parte era
mayor que el todo” lo que en apariencia era una contradicción, él explicaba que
bastándole esa porción, el resto sobraba y además era gravoso. Intentaron
darle dinero, pero lo rechazó diciendo que “tenía doblado de lo que quería” ya
que había heredado los bienes de su hermano muerto sin hijos.

El rey Creso pretendió ufanarse mostrándole sus riquezas, a lo que el sabio le


respondió: “Veo que deseas enseñarme tus tesoros. Sin haberlos visto estoy
convencido de que el hijo de Haliates es el más poderoso de los reyes: más yo
no sería más rico de lo que soy teniendo todo lo que posee. De nada necesito:
me contento con poco, es decir, con lo necesario para vivir yo y algunos
amigos. Sin embargo iré a verte para darte gusto.”

Su hijo Tirreo fue asesinado en la ciudad de Cumas, siendo el agresor


capturado y llevado ante Pítaco para el correspondiente castigo, pero éste le
absolvió, diciendo que “el perdón era mejor que el arrepentimiento” cuando ya
no tendría más remedio.

Isidro Toro Pampols.·. 72


Los Siete Sabios de Grecia

Siendo consultado sobre su casamiento, respondió lo que dice Calímaco en


unos epigramas: “Padre, dos novias me depara la fortuna; la una me es igual
en sangre y bienes; mas la otra me excede en ambas cosas. ¿Cuál deberé
elegir? ¿Cuál me conviene? ¿Cuál de las dos recibo por esposa?” Alzó Pítaco
el báculo diciendo: “Resolverán tu duda esos muchachos que ahí ves con el
látigo en la mano, en medio de la calle dando giros; sígueles, y contempla lo
que dicen.”

“Toma tu igual”, decían; y el mancebo, que comprendió el enigma rápidamente,


se casó con la pobre, como él era. Parece tenía razón para hablar así, porque
su mujer era más noble que él, siendo sumamente soberbia incluso con Pítaco.
Su esposa era tan orgullosa e insolente que un día el sabio había invitado a
comer a algunos filósofos amigos suyos, en un momento dado la señora, en un
acto de arrogancia, echó a rodar la mesa con todo lo que tenía encima. Pítaco,
sin alterarse, dijo a los convidados: “Está loca: es menester compadecerla.” Su
experiencia con su cónyuge le motivaba a dar el consejo de tomar a tu igual.

A pesar de los excelentes vinos de Lesbos, Pítaco era abstemio. Se dice que
aconsejó a Periandro que se abstuviese del uso del vino, si quería triunfar en
Corinto y conservar la autoridad suprema. Ordenaba castigar doblemente a
quien cometiese una falta en estado de embriaguez.

Sobre lo público exigía una obediencia absoluta a las leyes; que el hombre era
reconocido tal cual era en su conducta en el manejo de la cosa pública; que los
sabios debían prever las desgracias que podrían sobrevenirles a fin de poder
evitarlas, y que los hombres de ánimo debían sufrirlas con resignación cuando
venían. Aconsejaba que la victoria más apreciable sea la que se logra sin
derramar sangre; instruía que una polis bien gobernada era aquella en que
todos, incluso el rey, obedezcan las leyes, tanto los que mandan tan
resueltamente como el más humilde de los ciudadanos.

Sobre ser hombre de bien consideraba que era muy difícil serlo, por lo que
debía dedicarse es hacer bien lo que estuviese haciendo, pensando mucho

Isidro Toro Pampols.·. 73


Los Siete Sabios de Grecia

tiempo para lograr el éxito y dedicar menos tiempo en el obrar lo pensado y


resuelto.

Se distinguió por respuestas cortas ante quienes le consultaban. En una


oportunidad le preguntaron ¿cuál era la cosa más mudable? “El curso de las
aguas y el corazón de la mujer, respondió.” ¿Qué es lo que el hombre debía
hacer lo más tarde que le fuese posible? “Pedir dinero prestado a su amigo.”
¿Qué es lo que debía hacerse siempre y donde quiera? “Aprovecharse del bien
y del mal que sobrevengan.” ¿Qué cosa es la más agradable? “El tiempo.”
¿Qué la más oculta? “El porvenir.” ¿Qué la más fiel? “La tierra.” ¿Qué la más
infiel? “El mar.” Le inquirieron que necesitaban un hombre de bien para
confiarle un asunto de importancia, a lo que respondió: “Búscalo y no lo
encontrarás.”. Ya en esta respuesta se nota la tesis de Hesíodo sobre la
degeneración de la humanidad.

Pítaco componía versos y de esta manera escribió sus leyes y algunas otras
obras. Practicaba majar trigo con un molino de mano, lo que le era útil como
ejercicio y probablemente para pensar. Fue maestro del filosofo Ferécides.
Pítaco murió en la isla de Lesbos, de edad de más de setenta años, en la
olimpiada 52.

Pítaco, el Lesbio, dijo:

1. Date cuenta del momento oportuno.


2. No digas lo que vas a hacer, porque, si fracasas, se burlarán de ti.
3. Ayúdate de los allegados.
4. No hagas tú lo que te indigna en el prójimo.
5. No reprendas al ocioso, que sobre él pesa ya la venganza de los dioses.
6. Devuelve los depósitos.
7. Soporta con condescendencia las pequeñeces de tus prójimos.
8. No hables mal del amigo ni bien del enemigo, que ambas cosas van
fuera de razón.
9. Dificultoso es prever el porvenir; más seguro es dar una mirada al
pasado.
Isidro Toro Pampols.·. 74
Los Siete Sabios de Grecia

10. Segura es la tierra, inseguro el mar.


11. Insaciable, el ganar.
12. Posee lo propio.
13. Cultiva la piedad, la educación, la templanza, la sensatez, la veracidad,
la fidelidad, la experiencia, la destreza, la camaradería, la solicitud, la
economía, las artes.

Isidro Toro Pampols.·. 75


Los Siete Sabios de Grecia

VI
Bías
Una leyenda recuerda que los moradores se disponían abandonar la ciudad
ante el inminente ataque del persa Ciro. Todos cargaban con cuanto podían de
sus pertenencias y, observando un ciudadano que Bías no hacía sus
preparativos para la marcha, éste le pregunto el por qué, a lo que el sabio le
contestó: “Llevo conmigo todas mis cosas” (Omnia mea mecum porto), o sea,
el bien más preciado es el conocimiento que te conduce a la sabiduría, su
tesoro se encuentra en tus pensamientos y esos los lleva siempre consigo.

Bías era natural de Priene, ciudad situada en Caria, Asia Menor, vivió en el
siglo VI a. de C. Era considerado por sus conciudadanos el hombre más sabio
de su época, al punto que cuando unos pescadores encontraron el Trípode
Bronceado en el que estaba codificado la sentencia: “para el más sabio”, una
asamblea concluyó que Bías era el más sabio entre todos los hombres, así que
el Trípode le fue entregado como símbolo de gratitud por todo lo que él había
hecho por la ciudad. Bías rechazó ese honor, señalando: “Apolo es el más
sabio”.

Siendo primer magistrado de Priene y ante el largo asedio de Haliates, rey de


Lidia, la leyenda señala que mandó cebar dos mulos y los echó al campo
enemigo, como si se hubieran escapado de la ciudad. Haliates sorprendido de
ver aquellos animales en tal estado, envió dos emisarios para dialogar y poder
observar la ciudad por dentro. La argucia le llevó a formar montones de arena
cubiertos de granos de trigo; cuando los enviados del enemigo accedieron a la
plaza y observaron que se hallaba provista abundantemente para mucho
tiempo, estos decidieron levantar el sitio y marchar a otras latitudes.

Como hombre público aconsejaba: “Procurad ser agradable a todo el mundo. Si


lo conseguís hallaréis mil satisfacciones en el curso de la vida. La ostentación y
el desprecio con que miramos a los hombres no ha producido nunca más que
males y disputas”. Con respecto a la relación amistad enemistad, decía: “Amad
a vuestros amigos con cautela; pensad que pueden ser vuestros enemigos.

Isidro Toro Pampols.·. 76


Los Siete Sabios de Grecia

Aborreced a vuestros enemigos con moderación, porque no es imposible que


sean vuestros amigos.” Explicaba que prefería juzgar una disputa entre dos
enemigos suyos que entre dos de sus amigos, porque terminaría descontento
el amigo que sale condenado; mientras que sería factible entenderse con el
enemigo en cuyo favor se ha resuelto. Sobre el tenor de la justicia y la dura
prueba a que te somete cuando debes aplicarla se refiere la escena en que un
día se vio en la precisión de ser juez en la querella en la cual un amigo debía
ser condenado a muerte. Antes de pronunciar la sentencia se echó a llorar en
medio del Senado. “¿Qué lloras? Le dijeron; en tu mano tienes salvar al reo si
quieres.” “Lloro, respondió Bías, porque la naturaleza me manda tener
compasión del desgraciado, y la ley me prohíbe dar oídos a la voz de la
naturaleza”. Sólida columna.

Alguien le preguntó: ¿Qué es lo que lisonjea más a los hombres? Y respondió:


“La esperanza.” ¿Qué es lo que más gusta? “La ganancia.” ¿Qué es lo que con
más dificultad se sobrelleva? “La pérdida de la riqueza.”

Nos hace recordar los tragos amargos y dulce de la existencia, los viajes que
nos deparan vicisitudes cuando señala que no hay hombre más desgraciado
que el que no sabe sufrir la desgracia. En una oportunidad viajaba en barco
con algunos incrédulos. De repente se levantó una tormenta tan furiosa que el
barco estuvo próximo a zozobrar. Los irreligiosos asustados, invocaron
desesperados a los dioses, a lo que los reprendió Bías: “Callad, si los dioses
saben que estáis aquí, estamos perdidos.”

Un escéptico le preguntó que especie de culto debía tributarse a los dioses.


Bías no le respondió. El incrédulo insistió y le rogó le dijese la causa de su
silencio. “Callo, le respondió Bías, porque nada tienes tú que ver con lo que me
preguntas.” Así de atinado era este Sabio de Grecia.

Tras su tránsito a otro plano la ciudad le tributó unos magníficos funerales,


levantaron un gran sepulcro, en que se leía el siguiente epitafio:

Isidro Toro Pampols.·. 77


Los Siete Sabios de Grecia

“Priene ha sido la patria de Bías, que fue en otro tiempo la honra de toda la
Jonia y que ha tenido pensamientos más altos que todos los demás filósofos.”

Su memoria fue tan venerada en lo sucesivo que sus compatriotas le alzaron


un templo y le tributaban honores extraordinarios.

Bías, el Prieneo, dijo:


1. Los más de los hombres son malos.
2. Si, al mirarte al espejo, te apareces bello, debes procurar que tus
acciones sean bellas; si te apareces feo, con una bondad bella de ver
has de enderezar lo que de belleza natural te falte.
3. Pon manos a la obra con lentitud, pero, una vez comenzada, sé
constante.
4. Odia el hablar ligeramente, no sea que faltes y tengas por consecuencia
que arrepentirte.
5. No seas ni de natural bonachón ni de natural malicioso.
6. No soportes la insensatez.
7. Ama la sensatez.
8. Habla de los dioses como son.
9. Reflexiona sobre lo hecho.
10. Escucha mucho.
11. Habla a su tiempo.
12. Si eres pobre, no te metas a reprender a los ricos, a no ser que la
reprensión te resulte muy provechosa.
13. Al varón indigno no hay que alabarlo por sus riquezas.
14. Toma lo que te den a las buenas, no a las malas.
15. Si haces algo bueno, atribúyelo a los dioses, no a ti mismo.
16. El tesoro de la juventud es la actividad bella; el de la vejez, la sabiduría.
17. Obtendrás: con ejercicio, memoria; con oportunidad, prevención; con
modales, nobleza; con trabajos, continencia; con temor, piedad; con
riquezas, amistades; con palabras, persuasión; con silencio, decoro; con
sentencias, justicia; con audacia, valentía; con empresas, poder; con
fama, dominio.
Isidro Toro Pampols.·. 78
Los Siete Sabios de Grecia

VII
Periandro de Corinto

Se dice que existieron dos Periandro, uno déspota y otros sabio; lo cierto es
que se tienen testimonios del primero y muchos se preguntan por qué lo
incluyen entre los sabios de Grecia, quizás por sus sentencias las cuales,
omitiendo la fuente, son venero de sabiduría, o quizás la sabiduría del “otro” se
la adjudican al autócrata.

Periandro fue el segundo tirano de Corinto, en el siglo VII a. de C., hijo y


sucesor de Cípselo. Sucedió en el poder a su padre en el año 627 a. de C. Se
le recuerda, entre otras noticias, por la construcción del puerto de Corinto,
además, en el marco de fortalecer el comercio, algo que caracteriza la época y
que contribuye al debilitamiento de la nobleza, construyó una rampa a través
del istmo de Corinto, para que las naves pudieran ser arrastradas a través de
los diolkos, evitando así la ruta marítima alrededor del Peloponeso. El diolkos
permitía transportar a los barcos desde el mar Jónico hasta el mar Egeo,
evitando navegar alrededor de la península del Peloponeso, cuyo litoral rocoso
era sumamente peligroso, además el viaje por tierra a través del istmo ofrecía
una ruta mucho más corta hacia Atenas para los barcos que navegaban desde
y hacia la costa jónica de Grecia. Indiscutiblemente significó un avance tanto
desde el ángulo de la ingeniería, como de la actividad económica y de las
comunicaciones.

Otro aporte significativo fue la reducción de impuestos gracias al dinero que


proporcionaban los diolkos. Eso indiscutiblemente beneficiaba a varios sectores
de la sociedad, especialmente los que contaban con patrimonio.

De Periandro se tienen muchas historias, la mayoría lo muestran como un


tirano perverso, de una conducta personal ruinosa. Se dice que mantenía
extrañas relaciones con su madre y que asesinó a patadas a su esposa
incitado por sus concubinas. Desterró a su hijo Licofrón a Corcira porque se
condolía de su madre; pero después, viéndose cercano a la vejez, le mandó
llamar para darle el reino. Teniendo la noticia los corcireses, mataron a
Isidro Toro Pampols.·. 79
Los Siete Sabios de Grecia

Licofrón. Aristipo dice en el libro primero De las delicias antiguas, que


enamorada de Periandro su madre Cratea solían en oculto unirse
lascivamente, deleitándose con ella; pero habiéndose divulgado este comercio,
fue tanto su disgusto, que se hizo insoportable a todos.

Ofreció a Júpiter una estatua de oro si vencía con su tiro de caballos o cuadriga
en los Juegos Olímpicos, pero luego al caer en cuenta que no tenía suficiente
caudal para cumplir con su palabra, procedió a quitarle las joyas a las mujeres
en las festividades, cumpliendo su promesa a la divinidad.

Periandro escribió muchos versos y de allí se conservan sus sentencias que lo


colocan en el selecto grupo de los Siete Sabios de Grecia, aunque fuentes
antiguas citadas por Diógenes Laercio, entre otros a Pánfila quien en el libro V
de sus Comentarios dicen que hubo dos Periandro, uno el Tirano, otro el Sabio,
el cual fue natural de Ambracia.

Una leyenda recogida por Diógenes Laercio, que incluso se ha repetido en la


historia con otros personajes, señala que queriendo se ignorase su sepulcro,
maquinó lo siguiente: mandó a dos jóvenes, mostrándoles un camino, que
viniesen de noche, le quitaran la vida y enterrasen donde lo encontrasen;
detrás de éstos envió a otros cuatro que matasen a los dos y los enterrasen en
otro lugar y, finalmente, contra éstos envió muchos con ordenes parecidas. De
esta forma murió a manos de los primeros. No obstante, los corintios sobre un
cenotafio le pusieron el epitafio siguiente:

Conserva al rico y sabio Periandro


Corinto patria suya,
en este sitio y seno, al mar vecino.

Otro que le hizo Diógenes Laercio, dice:

No debes condolerte si no logras


aquello que deseas. Cada uno
con lo que dan los dioses se contente;

Isidro Toro Pampols.·. 80


Los Siete Sabios de Grecia

pues aquí yace el sabio Periandro,


que no pudo lograr lo que quería.

Periandro el Corintio, dijo:


1. Sé solicito en todo.
2. Bella cosa es la tranquilidad.
3. Muy peligrosa la precipitación.
4. Vergonzoso el lucro.
5. Acusación pública contra la naturaleza.
6. Democracia es mejor que tiranía.
7. Los placeres son cosa mortal; las virtudes, por el contrario, son
inmortales.
8. En la próspera fortuna sé comedido; en la adversa, sensato.
9. Mejor es morir como pobre que vivir como miserable.
10. Hazte digno de tus padres.
11. Que se te alabe en vida, que se te beatifique en muerte.
12. Sé siempre el mismo para con tos amigos, estén en próspera o en
adversa fortuna.
13. Cumple lo que voluntariamente prometiste, que es de perversos faltar a
la palabra.
14. No digas en público lo que se dijo en secreto.
15. Reprende como si hubieras de ser inmediatamente amigo.
16. En cuestión de leyes, prefiere las viejas; en la de manjares, los
recientes.
17. Reprende no sólo a los que están faltando, sino también a los que están
a punto de hacerlo.
18. Oculta tus desventuras, para que no se alegren tus enemigos.

Isidro Toro Pampols.·. 81


Los Siete Sabios de Grecia

Conclusiones

El pensamiento orientado hacia la sabiduría en la búsqueda de un ser humano


trabajando en su crecimiento interior y externando una conducta sinceramente
armónica entre su condición, la naturaleza y la sociedad, si bien ha sido
filosóficamente patrimonio de pocos, no ha sido exclusividad de afiliados a
sociedades secretas, con palabras de pase y toques que buscan mantener un
estatus de exclusividad, que lo distinga del hombre de la calle. A lo largo de la
historia han existido escuelas que practicando la filosofía esotérica, alejadas de
las desviaciones mágicas religiosas y otras supercherías; buscan preservar un
conocimiento, fundamentado en la ciencia y la virtud, de los embates de la
superstición y el fanatismo. Muchas de estas asociaciones son de difícil
acceso, otras más sencillas, pero la construcción del yo interior en función de la
Gran Obra no la tiene en exclusividad ninguna organización, pero si el
individuo, quien es finalmente maestro y obrero de su propia faena. El taller
coadyuva al iniciado en su labor, pero finalmente èl tendrá que ver su maestro
interior y seguir por la senda que le conduce hacia la Luz.

El pensamiento que emerge de la Grecia antigua es buen ejemplo de un


proceso de elevación en los niveles de conciencia individual y colectiva,
coexistiendo con manifestaciones religiosas y respetándose los espacios. Los
orígenes de esa realidad la revisamos resumidamente en las páginas de este
trazado, pero lo importante a destacar es que siendo esa Grecia una sociedad
marginal frente a inmensos imperios de ese tiempo, como lo eran Egipto y
Mesopotamia, supo generar una línea de conducta que permitió echar las
bases para lo que sería la más grande elaboración especulativa del tiempo pre
cristiano y quizás hasta hoy en día, ejemplarizado en la Filosofía Griega.
Partiendo de los presocráticos y llegando hasta Aristóteles, se elaboraron
extraordinarios sistemas de pensamiento que son la base obligante de la
inmensa mayoría de tendencias posteriores hasta nuestro tiempo. Luego de los
grandes clásicos: Sócrates, Platón y Aristóteles, nos presentan ese maravilloso
experimento de sincretismo llamado el helenismo, cuya expresión material fue
devastada por el fanatismo: la gran Biblioteca de Alejandría. Durante el
Isidro Toro Pampols.·. 82
Los Siete Sabios de Grecia

helenismo florecieron escuelas filosóficas que supieron sintetizar el


pensamiento oriental con la filosofía clásica griega, lo cual generó una colosal
cosecha especulativa que ha marcado el pensamiento de la civilización
occidental. Entre los ascendientes de esta gigantesca construcción intelectual
se encuentran los Siete Sabios de Grecia.

El iniciado asume que es piedra bruta y en el marco de su libertad individual, se


impone la misión de transformarse en piedra cubica para finalmente ser piedra
viva, piedra útil en la obra que ha sido diseñada en planos geométricamente
perfectos y que requiere de esa vida libre y comprometida con la ciencia y la
virtud, capaz de alcanzar altos grados de conocimiento, que en el atanor de su
ser interior transforma en armónica existencia, con sus probidad permanente,
cumpliendo con el prójimo y con el Gran Arquitecto del Universo.

Estos Siete Sabios de Grecia, hombres en fin de cuentas con sus pasiones y
debilidades, dieron un paso adelante en un mundo convulso, lleno de retos y
amenazas. Las colectividades de la época, o de las épocas, porque viajamos
velozmente por más de dos milenios de historia, crecieron en espiral en torno a
problemas sociales que se originan por una serie de causas que las podemos
resumir en económicas, geográficas, tecnológicas, culturales, de poder,
religiosas, en fin, propias de la complejidad de ese ser extraordinario llamado
humano. Pero cada giro que se daba en el devenir del tiempo, siempre en el
centro se vislumbraba la idea de un mundo mejor, con mayor respeto a la
dignidad del hombre. La sentencia de un Solón: “huye de aquellos placeres que
paren tristeza”, de un Cleóbulo: “familiar a la virtud, extraño a la maldad” son
sólo un par de ejemplos del variado menú de consejos que pretenden orientar a
la humanidad por senderos encaminados a tener una mejor sociedad, con
hombres más virtuosos. A pesar de que la historia pareciera estar cíclicamente
en un ir y venir de tiempos de barbarie separadas por lagunas de cortos
momentos de paz, siempre al observar el desarrollo del pensamiento humano,
nos admiramos como va creciendo en calidad y en niveles de conciencia,
aunque sea de unos pocos, en medio de las marchas y contramarchas de las
sociedades. En nuestro mundo contemporáneo tenemos un buen ejemplo de lo
Isidro Toro Pampols.·. 83
Los Siete Sabios de Grecia

precitado. Observamos los graves problemas de hambre, terrorismo,


desplazamientos de refugiados, peligrosas amenazas ambientales,
enfermedades y la latente coacción nuclear; frente a tal incertidumbre, tenemos
un faro que nos indica el camino, nos mantiene las esperanzas y ahondamos
en nuestra transformación para llegar a ser piedra viva, útil a la Gran Obra.

Lo anterior pone de bulto la existencia y lo importante de percibir, con la


escuadra de la razón y el compas de la comprensión, la Ley de Evolución que
nos lleva hacía una expresión siempre más plena, completa y perfecta de la
vida en sí misma, existencia que nos conduce a revelar la idea o Logos
preexistente y latente, como la semilla que tiene la imagen en sí de la planta
que germinará y se hará realidad material tras morir la simiente misma.

El Maestro Jesús enseño el saber ancestral sintetizado en la construcción del


templo de virtudes dentro de sí mismo. A pesar de las vicisitudes que padeció,
nos mostró el camino hacia la única verdad, verdad que podremos
paulatinamente asimilar solamente con un corazón y una conciencia libre de
fanatismos y supersticiones, que haya domeñado las pasiones y encuentre en
la virtud el faro de Luz que lo conduzca hacia la Gran Obra.

S.·. F.·. U.·.

Isidro Toro Pampols.·. 84


Los Siete Sabios de Grecia

Micenas. Puerta de los Leones

Isidro Toro Pampols.·. 85


Los Siete Sabios de Grecia

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