Está en la página 1de 340
el lenguaje y el inconsciente freudiano ans GNNW9IS frida saal hans saettele maria c. gear ernesto c. liendo néstor a. braunstein raymundo mier tomas segovia blas matamoro volumen a cargo de néstor a. braunstein INDICE INTRODUCCION, POR NESTOR A. BRAUNSTEIN EL LENGUAJE EN LA OBRA DE FREUD, POR FRIDA SAAL EL DISCURSO EN EL PROCESO PSICOANALITICO, POR HANS ROBERT SAETTELE UN MODELO SEMIOTICO DE LA METAPSICOLOGIA, DEL SADIS- MO Y DEL MASOQUISMO, POR MARIA CARMEN GEAR Y ER- NESTO CESAR LIENDO ANALISIS ESTRUCTURAL DEL MATERIAL PSICOANALITICO, MARIA CARMEN GEAR Y ERNESTO CESAR LIENDO LINGUISTERIA (LACAN, ENTRE EL LENGUAJE Y LA LINGUIs- TICA), POR NESTOR A. BRAUNSTEIN UN DIVAN PARA CHOMSKY, POR RAYMUNDO MIER GARZA PSICOANALISIS: ENTRE LA LITERALIDAD Y LA PARONOMASIA, POR TOMAS SEGOVIA UNA TEORIA DEL HEROE, POR BLAS MATAMORO 67 101 133 161 237 271 305 INTRODUCCION NESTOR A. BRAUNSTEIN El hombre se manifiesta como un ente que habla (Der Mensch zeigt sich als Seiendes, das redet) MARTIN HEIDEGGER: El ser y el tiempo, México, FCE, 1974, p. 184. Sein und Zeit, Tubingen, Max Niemeyer Verlag, 1972, p. 165. Pero el lenguaje del desgarramiento es el lenguaje com- pleto y el verdadero espiritu existente de este mundo total de la cultura. G.W.F, HEGEL: Fenomenologia del esptritu, México, FCE, 1966, p. 306. La cuestién del lenguaje se presenta en todas las ciencias, no sdlo en das humanas, sociales o conjeturales sino también en las naturales 0 exactas y, si se las admite, en las formales. Esto avalaria cualquier estudio sobre la manera en que la problematica del lenguaje se arti- cula con la de todo objeto del discurso y la de toda transmisién de ‘la experiencia y sus resultados. Pero esta afirmacion de indole general adquiere particular rele- vancia y hasta dramatismo cuando se trata de discutir los modos en que el lenguaje se presentifica en el psicoandlisis. Pues el ser mismo del psicoanalisis depende de la respuesta que se dé al problema. “Sede de los instintos” o ‘‘estructurado como un lenguaje” son dos respuestas alternativas que no excluyen a otras para dar cuenta de lo que Freud hizo aparecer ante el saber contemporaneo. Mal podria decirse que los sostenedores de una y otra tesis hablan de lo mismo cuando aluden a su objeto. Sea como fuere parece dificil discutir el punto de partida impues- te por la practica: el campo del psicoanilisis es coextensivo al cam- ‘po del lenguaje. Toda la experiencia analitica se despliega a partir de la voz proferida, voz que incluye y exige la escucha atenta y flo- tante. La esencia y la originalidad del descubrimiento freudiano re- siden en la renuncia al espectaculo visual de la enfermedad y en la deposicién de un saber profesional preconstituido en aras de la ma- ™ 8 INTRODUCCION nifestacion de un ser que, hablando, se incluye en el Ambito de la historia y del sentido. He dicho coextensivo y no consustancial. Pues la tesis de la con- sustancialidad de lenguaje e inconsciente no es universalmente aceptada y, aun cuando se la admita, puede dar lugar a plantea- mientos heteréclitos y plurivocos. “El lenguaje y el inconsciente freudiano’’: la relacién innegable de ambos términos es motivo de enfrentamientos tedricos y doctri- narios de importancia trascendental, La discusion exige claridad de los planteamientos. No caben las concesiones reciprocas en aras de la convivencia pacifica. El camino indicado por Freud —se sabe— es el de no ceder en cuanto a las palabras porque después se termina cediendo en cuanto a las cosas. El objetivo de este libro es la delimitacién de posiciones alrede- dor del punto crucial de la teoria y la practica psicoanaliticas. No es, sin embargo, un texto donde la polémica esté presente de modo manifiesto. Cada autor ha tomado un tema y lo ha expuesto con ri- gor sin tener en cuenta lo que podrian decir 0 lo que habrian dicho los demas. E] libro cuyas paginas se ordenan debajo de la que se es- ta leyendo no es unidireccional y no se le dificultaré mucho al lector apreciar las lineas de fractura que resquebrajan su unidad en- cuadernada. La disparidad intransigente ahorrando los fuegos arti- ficiales de la discusién constituye su mayor riqueza y virtud. La heterogeneidad tedrica no se resuelve en los campos de ba- talla ni se salda en mesa alguna de negociaciones. Es menester ad- mitirla como constituyente del campo. Es indebido, aunque sea po- sible y también frecuente, atender a una sola palabra, la propia ola del maestro al que se adhiere, como criterio decisivo. Si la palabra propia ha de tener un peso, un valor (segiin la definicion lingilistica del término), sera porque ha tomado en cuenta a los demas térmi- nos en juego y se ha diferenciado de ellos, No puede decirse que en este volumen se manifieste la totalidad del problema de las relaciones entre lenguaje e inconsciente. Se tra- ta, si, de un intento insdlito de agrupar argumentos y cuestiones sobre un tema que concierne a todo hombre en tanto que habla y suefia. Un rapido vistazo al indice permite configurar un mapa de la co- marca: el lenguaje en Freud y en Lacan, la problematica del incons- ciente como prisma para una lectura de la lingitistica chomskyana, la especificidad del discurso en la situaci6n analitica, la posibilidad de importar métodos surgidos en otras disciplinas para analizar el NESTOR A. BRAUNSTEIN 9 material verbal de la sesin, lo que debe entenderse como simbolis- mo y como simbolica y la posibilidad de aplicar el saber del incons- ciente para detectar ciertas constantes de las narraciones literarias. Ninguno de los temas concluye en la lectura del trabajo correspon- diente. Antes bien, empieza y debe ser continuado por el lector. Este volumen incorpora todos los trabajos que fueron presenta- dos en el Segundo Coloquio de: la Fundacién, organizado por la Fundacién Mexicana de Asistencia Psicoterapéutica y copatrocina- do por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologia, por El Cole- gio de México y por Siglo Veintiuno Editores, en octubre de 1981. Su aparicion coincide con la realizacion del Tercer Coloquio: “El destino de los conceptos de Freud en la obra de Lacan” en oc- tubre de 1982 y con los mismos patrocinios. Poco, tal vez no mas que unos concisos epigrafes, es lo que el prologuista de una obra dispar y colectiva puede agregar sin extrali- mitarse en su funci6n de cerrar el espacio de la escritura y abrir el de la lectura para que en él se entrometan los destinatarios del tra- bajo. De aqui en mas sera de los lectores la tinica palabra audible que habra de sancionar aciertos y errores en las exposiciones, sefia- lar convergencias y contradicciones, clarificar posiciones, compli- car con argumentos inauditos lo que queda escrito. . . Julio de 1982 EL LENGUAJE EN LA OBRA DE FREUD FRIDA SAAL 1, INTRODUCCION Y ENCUADRE Desde el trabajo de 1917 que lleva por titulo ‘‘Una dificultad del psicoanalisis”, en el que Freud reflexiona acerca de las heridas narcisisticas que la humanidad ha debido sufrir como consecuencia de los progresos cientificos, suena a perogrullada cualquier men- cin al caracter “‘revolucionario’’ de la produccién freudiana: des- centramiento de los presupuestos conciencialistas y apertura del ca- mino de la elaboraci6n tedrica sobre el inconsciente, importancia nuclear atribuida a la sexualidad en la vida de los sujetos con reela- boracién de la nocién misma de sexualidad, etcétera. Hoy comienza a ser también un lugar comin el decir que la expe- riencia psicoanalitica inaugurada por Freud se da en su totalidad en el uso y el ejercicio de la palabra. Este enfoque no menos revolucionario, el que aqui hoy nos intere- sa, produce la aproximaci6n a lo que con justicia podemos decir que define mas especificamente al hombre: su ser como ser de lenguaje. Ahora bien, si, también este decir acerca de la experiencia psico- analitica se est transformando en un lugar comtn, 4como justifi- car una nueva propuesta de lectura de Freud? No pretendemos ninguna aproximacion ingenua; de esas ya todos estamos curados. Se trata aqui de practicar una lectura orientada y ordenada en la perspectiva abierta por J. Lacan, que subraya la particular relevancia del lenguaje en toda la obra de Freud. Desde esa perspectiva sera la nuestra una lectura que reorganiza a poste- tiori el texto de Freud arrimandole elaboraciones que, cuidando de ser fieles a las fuentes, han sabido afinar la riqueza del aporte freudiano. . Esta aproximaci6n del psicoanalisis y el lenguaje conlleva com- plejos problemas que merecen ser reflexionados.por las implicacio- a) 12 EL LENGUAJE EN LA OBRA DE FREUD nes practicas y tedricas que se derivan de ella. Estas implicaciones pasan en un primer momento por una cierta incomodidad episte- molégica detectable en la ciencias que se ocupan del inconsciente y de la lengua respectivamente, es decir: el psicoanalisis y la lingitis- tica, con numerosas confusiones acerca de sus deslindes respectivos y con los consiguientes litigios por las fronteras. Pues poco después del nacimiento del psicoandlisis, ya en la pri- mera mitad de este siglo, a partir de las profundas transformacio- nes introducidas por Saussure en el campo de Ia lingilistica prexis- tente, la ciencia de la lengua asciende, por asi decirlo, al estrellato entre las mal llamadas ‘‘ciencias sociales’. Corresponde a la antropologia estructural, tal como se constitu- ye a partir de las agudas observaciones de Lévi-Strauss, encontrar la pertinencia extensiva de los planteos saussureanos que, aplicados al ambito de la antropologia, se muestran capaces de dar cuenta de fenémenos culturales hasta entonces de dificil abordaje. Es también por esta via abierta por Saussure y transitada por Lévi-Strauss, por donde Lacan se acercaré a la lingtistica de la que luego se diferenciara explicitamente, para terminar ubicando, en la parte final de su vida y de su obra recién concluida, al psicoandlisis como practica del decir, del lenguaje, ajena al campo de pertinencia de la lingtistica, La ruta abierta por Lévi-Strauss es uno de los senderos inaugura- les de la aventura lacaniana. Pero, eso si, es necesario no confundir el escal6n con la escalera. La aproximacion fecunda de la lingiiistica y el psicoanlisis tuvo consecuencias y enredos dificiles de desenma- Tafiar tanto para los lingilistas como para los psicoanalistas. ‘Tenemos la impresion de que fue la lingilistica la que tuvo que soportar el mayor costo en este su laborioso escalamiento del estre- Ilato cientifico. Hacia ella se dirigian las miradas expectantes que exigian y demandaban respuestas a cuestiones externas a su proble- matica a las que, por supuesto, no podia satisfacer. Se le pedia lo imposible: la explicacion ultima de los hechos de la cultura, la ela- boracién congruente de una teoria de las ideologias, la explicacién de los modos de produccién de sujetos, etc. Como pasa con toda demanda, también ésta era imposible de colmar; la lingiistica defraudaba y se defraudaba. Respondia como podia: defendiéndo- se a veces, a veces acusando. La situaci6n desde el punto de vista de los psicoanalistas era por lo menos confusa: hubo modelos semioldgicos del proceso psico- analitico, circuitos comunicacionales puestos en juego y hasta FRIDASAAL 13 cémputos estadisticos para correlacionar estructuras psicopatoldgi- cas con el uso preferencial de adjetivos, verbos o sustantivos. Lo que se perdia en estas fatigas lingiisticas era nada menos que el incons- ciente, es decir, lo especifico de su practica. Por legiones los psico- analistas empezamos a leer textos de lingiistica con mayor © menor éxito de comprensién pero siempre desde una situacién de extranje- tia infranqueable. Las lecturas se reiniciaban una y otra vez con un estado de 4nimo que oscilaba entre la esperanza y la decepcién. Cuestion de limites y de incidencias en el camino de dos discipli- nas que son diferentes. Ha llegado el momento de delimitar lo especifico de cada una. En un importante trabajo al que éste le debe inniimeras sugeren- cias, dice R. Chemama: ‘‘Esto [la aproximacién psicoanilisis- lingiistica] trae aparejada una doble consecuencia que atafie a psi- coanalistas y lingiistas, para los primeros en la medida en que no se puede siquiera entender qué es el Inconsciente si no se tiene una idea tan precisa como sea posible acerca de los mecanismos del len- guaje, para los segundos en la medida en que los estudios de los problemas del lenguaje deben tener en cuenta la dimensién del In- consciente’’.! Quizas se podria hacer pensar en una especie de engendro inter- disciplinario; .creemos que se trata mas bien de incidencias reciprocas de los desarrollos y de las reelaboraciones necesarias en cada disciplina sobre los de la otra. Puede que sea posible entender esto en una necesaria hora de los. balances: el psicoanalisis en la obra de Lacan se ve necesitado de producir nuevos conceptos (lingiisteria, significancia, lalengua) para dar cuenta de la practica psicoanalitica misma con materiales traidos de la lingiiistica pero reelaborados en el. campo abierto por Freud; la lingdistica, por su parte, se hace cargo, dentro de sus limites, de algunos problemas poco abordados y, usando los seflalamientos que el psicoanilisis le aporta, trata de correr esos limites (tomando en cuenta, por ejemplo, los problemas de la enunciacién). En la conceptualizacién de Saussure se diferencian claramente el lenguaje, la lengua y el habla. E! atribuia a la lingilistica la tarea de definir y delinear su objeto, /a lengua, sin pretender que el lenguaje fuera privativo de la lingUistica. Es en ese espacio ex-céntrico donde se despliega la practica analitica inspirada en Freud. Y si, como 1 R. Chemama, ‘‘Inconscient et langage’, en L‘inconscient, Paris, Ed. CEPL, 1976, pp. 352-382. 14 EL LENGUAJE EN LA OBRA DE FREUD dice Miller: ‘‘La tesis de Lacan se apoya evidentemente sobre las primeras obras de Freud analista, en donde los hechos Ilamados suefio, lapsus y chiste, se presentan bajo la forma de mensajes a des- cifrar. Esta tesis implica que los conceptos inventados por Freud, corregidos y multiplicados sin cesar por él, slo encuentran su nece- sidad y su razon al ser relacionados con la estructura del lenguaje, sea que se trate del inconsciente o de la pulsién, de Ja transferencia 0 de la repeticién, del fantasma, del narcisismo, de la angustia, de la sexualidad, pero también del concepto del psicoanalista y del psi- coandlisis mismo. Es en esto que la obra de Freud deviene ella mis- ma una formacidn del inconsciente a descifrar’’.? Se trata pues de un doble aprés-coup, lingilistico y psicoanaliti- co, donde queremos que se autorice y se reorganice nuestra lectura freudiana, y por eso titulamos a nuestro trabajo: ‘‘El lenguaje en la obra de Freud”’, eludiendo cualquier formulacion copulativa que su- giera la idea de una suma o agregado. No es la actualizacién de algiin mito de los origenes que pretenda detectar a Lacan en Freud; tampo- co se trata de encontrar en Freud una lingiiistica contemporanea de la que no disponia y a la que se adelanta en muchos aspectos. Explicitados la perspectiva y el encuadre, llega la hora de la con- fesién de nuestras limitaciones. Toda la obra de Freud, inaugural del campo del inconsciente, esta inscrita en la problematica del len-- guaje: ‘‘La obra completa de Freud nos presenta una pagina de cada tres de referencias filolégicas, una pagina de cada dos de inferen- cias légicas, y en todas partes una aprehensién dialéctica de la expe- riencia, ya que la analitica del lenguaje refuerza en ella mas ain sus Pproposiciones a medida que el inconsciente queda mAs directamen- te interesado’’.> Esto nos obliga a recortes necesarios e impuestos tanto por limites de espacio, y de tiempo como por los de nuestra propia capacidad. Otra limitacién que cabe explicitar es que también hay recortes impuestos por la obra misma de Freud. Hay momentos en que ésta presenta giros y oscilaciones que han servido de apoyo a otro tipo de lecturas, biologizantes o culturalistas, por ejemplo. En tales mo- mentos Freud se nos aparece como sobrepasado él mismo por la 2J.A. Miller, “‘Algorithmes de la psychanalyse’, en Ornicar?, nam. 16, 1978, p. 15. 3 Jacques Lacan, ‘‘La instancia de la letra en el inconsciente”’ (1957), en Escritos 1, México, Siglo XXI, 1971, p. 194 (Ecrits, Paris, Seuil, 1966, p. 509). FRIDASAAL 15 obra que produce y también a él cabria aplicarle la licida frase de Saussure: “‘. . .puede ser ms facil descubrir una verdad que asig- narle el puesto que le toca’’.4 La intencién que nos anima ahora es la de encarar una relectura coherente. El enfoque elegido, creemos, es aquel en que el pensa- miento psicoanalitico se ha mostrado mAs revolucionario en las ideas y mas fecundo en las consecuencias. Transitemos juntos ese camino. 2. DE LA PREHISTORIA DEL PSICOANALISIS La orden poshipnética aparece varias veces mencionada por Freud,’ como la situacién cuasi-experimental que pone en evidencia la existencia de ideas que, escapando al discurrir de la conciencia, se muestran eficaces por las acciones que desencadenan y de las que el sujeto nada sabe. El sujeto cumple con la orden sin saberlo, cre- yendo haberla olvidado y racionalizando su desconocimiento de la motivacién del acto. Hoy, cercanos ya al siglo de teorizacién sobre el inconsciente y de constatacién de sus efectos, podemos retomar esa experiencia para enfocarla desde otro Angulo. ; Qué es lo que se actualiza sin re- cordar? Se trata de una orden, de un hecho de discurso, de un im- perativo formulado por otra persona, por algin otro. Es el ascen- diente de la palabra del hipnotizador sobre el hipnotizado, fenémeno que debera esperar la conceptualizacion sobre la transferencia para ser coherentemente explicado en el interior de la teoria. Compro- bamos aqui la servidumbre y la alteridad radical del-yo.del hipnoti- zado que sdlo puede atinar a racionalizar su hacer para conservar su coherencia unitaria ante si y ante los demas, ignorando sus ‘‘pro- pias’’ determinaciones, esas que provienen del Otro. Sin pretender encontrar ya alli otra cosa que el germen de los de- sarrollos posteriores, el ejemplo nos sirve para poner en evidencia que la eficacia inconsciente a la que Freud se refiere es eficacia dis- cursiva, y nos muestra que el sujeto que se cree fuente y origen de su decir y hacer, es el ejecutor de una orden que se le escapa. 4 Ferdinand de Saussure, Curso de lingilistica general, Buenos Aires, Losada, 1971, p. 130. 5 Sigmund Freud, Nota sobre el concepto de lo inconsciente en psico- andlisis, en Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu, 1980, t. XI, pp. 265-277.

También podría gustarte