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Principio del formulario

TEMA 1

EL ACTUARIO COMO PARTE INTEGRANTE DEL PODER JUDICIAL DE LA


FEDERACIÓN.

Concepto de Actuario.
El actuario como categoría dentro de la carrera judicial del Poder Judicial de la
Federación y requisitos para ocupar el cargo.

Concepto de Actuario.

Juan Palomar de Miguel, en su Diccionario para Juristas, define al actuario como “el
funcionario auxiliar de los juzgados que notifica los acuerdos judiciales y ejecuta
diligencias tales como el embargo y el desahucio.”1[1]

Por su parte, Eduardo Pallares, en su Diccionario de Derecho Procesal Civil, lo define


como “el funcionario judicial que tiene a su cargo hacer notificaciones, practicar embargos,
efectuar lanzamientos y hacer requerimientos, entre otros actos”.2[2]

Dentro del Poder Judicial de la Federación, los actuarios son los funcionarios
judiciales investidos de fe pública, que se encargan de comunicar a las partes en un juicio,
las resoluciones que han tomado los jueces de Distrito o magistrados de Circuito en los
juicios o procedimientos legales que se tramitan ante ellos. Asimismo, se encargan de dar
cumplimiento a las órdenes de los jueces o magistrados que tienen que llevarse a cabo
fuera de las instalaciones de los juzgados o tribunales.

Se dice que los actuarios están investidos de fe pública, en virtud de que los hechos
y datos que asientan en las actas y razones que levantan con motivo de las diligencias
que practican, generan la presunción juris tantum de que son veraces. En efecto, tales
actas y razones constituyen documentos públicos y lo asentado en éstas debe estimarse
cierto, salvo prueba en contrario. Al respecto, se ha sustentado el criterio siguiente:

"NOTIFICACIONES. LEGALIDAD DE LAS. EL ACTUARIO TIENE FE PÚBLICA


POR ACTUAR COMO AUTORIDAD EN EJERCICIO DE SUS FUNCIONES.- Este
1[1]
PALOMAR DE MIGUEL, Juan. Diccionario para Juristas, Ed. Porrúa, México, 2000, vol. I, pág. 39.
2[2]
PALLARES, Eduardo. Diccionario de Derecho Procesal Civil, Ed. Porrúa, México, 1994, 21ª edición, pág. 70.
2

funcionario al llevar a cabo las diligencias de notificación, tiene, por disposición de ley, la
calidad de una autoridad en ejercicio de sus funciones, razón por la que está envestido de
fe pública; de manera que si asienta que entendió una diligencia de notificación con la
persona a quien va dirigida, debe estimarse cierto ese hecho, si no hay prueba que
acredite lo contrario."3[3]

Sobre el particular, conviene precisar que la fe pública de la que están investidos los
actuarios judiciales, sólo hace prueba respecto de los hechos o datos asentados por éstos
en un acta o razón, en virtud de haberlos percibido mediante sus sentidos en determinado
tiempo y lugar. Sin embargo, si en tales actas o razones se asientan declaraciones de
verdad o manifestaciones de hechos particulares por parte de las personas con quienes se
entiende la diligencia, dicha fe pública no acredita, ni siquiera a título de indicio, que lo
declarado o manifestado corresponda a la realidad. Así por ejemplo, si en una razón el
actuario judicial hace constar que el cuatro de enero de dos mil cuatro, a las trece horas,
fue atendido por una persona que dijo llamarse Pedro López Rodríguez, quien se identificó
con una credencial expedida por el Instituto Federal Electoral, en la que obra una
fotografía que concuerda con los rasgos fisonómicos del interesado, y quien manifestó ser
el propietario del inmueble en el que se practicó la diligencia, lo único que esa razón
demuestra, salvo prueba en contrario, es que el actuario judicial, en la fecha y hora
mencionadas, entendió la diligencia con una persona que dijo llamarse Pedro López
Rodríguez, quien exhibió una identificación oficial y manifestó que el inmueble donde se
llevó a cabo la diligencia era de su propiedad. Empero, dicha razón no acredita, ni siquiera
presuntivamente, que la manifestación de esa persona en el sentido de ser el propietario
del inmueble en el que se practicó la diligencia, sea verdadera.

En relación con las consideraciones expuestas en el párrafo anterior, resulta


ilustrativo el criterio siguiente:

“TESTIGOS, DECLARACIONES DE LOS, RENDIDAS ANTE NOTARIO. VALOR


PROBATORIO.- El documento en el que consten las declaraciones de testigos rendidas
ante un notario público, sólo hacen prueba plena en cuanto a la certeza de que
determinadas personas declararon ante ese funcionario, pero no en cuanto a la veracidad
e idoneidad de esos testimonios para justificar las pretensiones del oferente de esa
probanza, toda vez que la fe pública que tienen los notarios no es apta para demostrar lo
que está fuera de sus funciones ni menos para invadir las reservadas a la autoridad
judicial, como evidentemente es la recepción de declaraciones, ya que esta prueba debe
prepararse en tiempo y recibirse por el juzgador con citación de la contraria para que ésta
se halle en condiciones de repreguntar o tachar a los testigos.”4[4]
3[3]
Jurisprudencia IV.2º. J/4, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito, visible en el Tomo I, Mayo 1995, pág.
265, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 205152.
4[4]
Jurisprudencia número VI.2º.J/42, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, visible en el Tomo III, pág. 836,
Marzo 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 203157.
3

Por otro lado, no sobra apuntar que los actuarios judiciales, al levantar las actas y
razones correspondientes, deben limitarse a describir lo que perciben mediante sus
sentidos, absteniéndose de hacer inferencias a partir de sus percepciones, pues tal
proceder está fuera de sus atribuciones. Así, por ejemplo, un actuario judicial puede
asentar en un acta que en determinada fecha y hora tuvo a la vista un polvo color blanco
con características físicas similares a las de la cocaína (pues esto lo percibe mediante el
sentido de la vista), mas no debe afirmar que el referido polvo era cocaína (inferencia a
partir de lo que percibió), pues tal conclusión está fuera de sus facultades, en virtud de que
tal cuestión sólo podría determinarse mediante un dictamen químico emitido por un
especialista en estupefacientes.

En relación con lo anterior, resultan aplicables los criterios que se citan a


continuación:

“INSPECCIÓN JUDICIAL. NO ES PRUEBA IDÓNEA PARA DEMOSTRAR ACTOS


DE CONFISCACIÓN.- Si el promovente de amparo ofrece la prueba de inspección judicial
para que se dé fe de la confiscación de bienes que se encuentran en el establecimiento,
es obvio que ello no es susceptible de ser apreciado a través de los sentidos, porque la
confiscación entraña la privación de los bienes del gobernado por parte del Estado, por lo
que, la inspección no es prueba idónea para demostrar actos de privación; ya que la
inspección judicial tiene por objeto que el actuario judicial dé fe de lo que perciba con los
sentidos, y no para establecer mediante la inspección que se van a confiscar bienes.”5[5]

“ACTUACIONES JUDICIALES; CARECEN DE EFICACIA PROBATORIA, CUANDO


REBASAN LOS PRINCIPIOS DE LA LÓGICA.- De conformidad con lo dispuesto en el
artículo 1294 del Código de Comercio, las actuaciones judiciales harán prueba plena,
porque los actuarios y ejecutores, están investidos de fe pública y lo asentado por ellos, en
las diligencias que practican, tendrán similar eficacia, salvo prueba en contrario. Sin
embargo, cuando de la actuación judicial resalten situaciones que atentan contra la lógica,
no deben soslayarse, pues sería antijurídico permitir que una función judicial, regulada por
la ley, rebase ese principio y tenga alcances inverosímiles.”6[6]

1.2. El actuario como categoría dentro de la carrera judicial del Poder Judicial
de la Federación y requisitos para ocupar el cargo.

5[5]
Tesis II.2º.P.A.31 A, sostenida por el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Cuarto Circuito, visible en el
Tomo III, pág. 855, Junio 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 202113.
6[6]
Tesis núm. II.1º. C.T. 40 C, sostenida por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Segundo Circuito, visible en
el Tomo III, pág. 582, Mayo 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 202346.
4

La carrera judicial es la serie de grados, del menor al mayor, por los que van
ascendiendo los funcionarios judiciales.

Guillermo Cabanellas considera que por carrera judicial debe entenderse un régimen
en el que el ingreso y progresión a la judicatura (y a la magistratura, agregamos nosotros)
están sometidos a una disciplina de méritos y antigüedad, y a un conjunto de normas que
regulan la actuación personal del funcionario.7[1]

En el ordenamiento legal mexicano, el ingreso y la promoción de los servidores


públicos de carácter judicial federal, se rige por el sistema de carrera judicial. En efecto,
dicho sistema está previsto en el séptimo párrafo, del artículo 100 constitucional y en el
artículo 105 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. De ambos preceptos
se desprende que la carrera judicial se regirá por los principios de excelencia,
profesionalismo, objetividad, imparcialidad, independencia y antigüedad.

De acuerdo con el artículo 110 de la citada ley orgánica, la carrera judicial está
conformada por diversas categorías de funcionarios judiciales, siendo la del actuario la
que se cita en último lugar. Esto se debe a que se trata de la categoría con la que se inicia
la carrera judicial. El citado precepto establece:

“Artículo 110.- La carrera judicial está integrada por las siguientes categorías: I.
Magistrado de circuito; II. Juez de Distrito; III. Secretario General de Acuerdos de la
Suprema Corte de Justicia; IV. Subsecretario General de Acuerdos de la Suprema Corte
de Justicia; V. Secretario de Estudio y Cuenta de Ministro; VI. Secretario de Acuerdos de
Sala; VII. Subsecretario de Acuerdos de Sala; VIII. Secretario de Tribunal de Circuito; IX.
Secretario de Juzgado de Distrito; y X. Actuario del Poder Judicial de la Federación.”

Para ocupar el cargo de actuario judicial, lógicamente es necesario que el aspirante


reúna determinados requisitos, mismos que de conformidad con el segundo párrafo de los
artículos 107 y 109 de la mencionada ley orgánica son:

Ser ciudadano mexicano;


Estar en pleno ejercicio de sus derechos;
Tener título de licenciado en Derecho, expedido legalmente;
Gozar de buena reputación; y,
No haber sido condenado por la comisión de un delito intencional con sanción
privativa de la libertad mayor de un año.

7[1]
CABANELLAS DE LA TORRE, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Ed. Heliasta, Argentina, 1981, 27ª edición,
vol. II, pág. 67.
5

Además de los anteriores requisitos, para acceder al cargo de actuario judicial, debe
aprobarse un examen de aptitud que es elaborado y aplicado por el Instituto de la
Judicatura Federal, en los términos precisados en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación y en los Acuerdos Generales que el Consejo de la Judicatura Federal expide
con fundamento en el artículo 100, párrafo octavo de la Constitución General.
6

TEMA 2

MEDIOS DE COMUNICACIÓN PROCESAL Y OTROS CONCEPTOS JURÍDICOS


RELEVANTES PARA EL EJERCICIO DEL CARGO DE ACTUARIO.

2.1. Notificación.
2.2. Emplazamiento.
2.3. Citación.
2.4. Requerimiento.
2.5. Cédula e instructivo.
2.6. Citatorio.
2.7. Rotulón.
2.8. Lista.
2.9. Estrados.
2.10. Edictos.
2.11. Requisitoria.
2.11.1. Despacho.
2.11.2. Exhorto.
2.12. Acta.
2.13. Inspección Judicial.
2.14. Objeto, Instrumento o Producto del delito.
2.15. Embargo o Secuestro.
2.16. Depositario Judicial.
2.17. Intervención.
2.18. Aseguramiento.
2.19. Representación.
2.20. Litisconsorcio.
2.21. Fe Publica.

2.1. Notificación.
Es el acto mediante el cual, de acuerdo con las formalidades legales preestablecidas,
se hace saber una resolución judicial o administrativa a la persona a la que se reconoce
como interesado en su conocimiento o se le requiere para que cumpla un acto procesal.8[1]

2.2. Emplazamiento.

8[1]
FLORES GARCÍA, Fernando. Diccionario Jurídico Mexicano, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Ed. Porrúa, México, 1998, 11ª edición, vol. I-O, pág. 2103.
7

Es el llamado judicial que se hace para que dentro del plazo señalado, la parte
demandada comparezca a juicio para ejercitar en él sus defensas, excepciones o
reconvenciones.

2.3. Citación.
Es el acto de poner en conocimiento de alguna persona un mandato del juez o
tribunal, para que concurra a la práctica de una diligencia judicial, precisando día y hora
para su desahogo.

2.4. Requerimiento.
Actuación judicial por la que se intima a una persona para que haga o deje de hacer
algo.
En relación con los anteriores conceptos, resulta ilustrativa la tesis siguiente:
"EMPLAZAMIENTO, NOTIFICACIÓN, CITACIÓN Y REQUERIMIENTO.
CONSTITUYEN MEDIOS DE COMUNICACIÓN PROCESAL QUE TIENEN
SIGNIFICADO DISTINTO.- Entre los medios de comunicación que los jueces y los
tribunales utilizan en el proceso para hacer saber a las partes las resoluciones que dictan,
se encuentran el emplazamiento, la notificación, la citación y el requerimiento, los cuales
poseen significado diverso, a saber: el emplazamiento es el llamado judicial que se hace
para que dentro del plazo señalado la parte demandada comparezca a juicio; la
notificación es el acto por el cual se hace saber a alguna persona, con efectos jurídicos,
una resolución judicial o cualquier otra cuestión ordenada por el juzgador; la citación es el
acto de poner en conocimiento de alguna persona un mandato del juez o tribunal para que
concurra a la práctica de alguna diligencia procesal; y el requerimiento es el acto de
intimar a una persona en virtud de una resolución judicial, para que haga o se abstenga de
hacer la conducta ordenada por el juzgador."9[1]

2.5. Cédula e instructivo.


Documentos mediante los cuales el actuario judicial notifica a las partes interesadas,
en el domicilio de éstas, una resolución judicial. Tales documentos siempre son
entregados a personas distintas de las partes, pues el supuesto para que proceda una
notificación por estos medios, se actualiza cuando los interesados no son encontrados en
el referido domicilio. En la práctica, algunos códigos emplean el vocablo cédula y otros el
de instructivo. Así por ejemplo, el Código Federal de Procedimientos Penales emplea el
término cédula, en tanto que el Código Federal de Procedimientos Civiles utiliza la voz
instructivo.

9[1]
Tesis 1ª. LIII/2003, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el Tomo
XVIII, pág. 123, Noviembre 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm.
reg. 182843.
8

2.6. Citatorio.
Es el documento que el actuario entrega a los parientes, empleados o domésticos del
interesado, o a cualquier otra persona que viva o labore en el domicilio que aquél haya
señalado para oír notificaciones, en virtud de no haber encontrado al propio interesado en
el momento de constituirse en dicho domicilio y mediante el cual se cita a este último en
hora fija, dentro de las veinticuatro siguientes, para que espere en el mencionado
inmueble a fin de que le sea notificada una resolución judicial.

2.7. Rotulón.
Instrumento para notificar que consiste en un documento que debe contener el
número de expediente, nombre y apellidos de las partes, denominación y sello oficial del
órgano jurisdiccional que lo emite y síntesis de la resolución que se notifica. Dicho medio
de comunicación debe fijarse en el órgano jurisdiccional correspondiente, en un lugar
visible y de fácil acceso al público en general.

2.8. Lista.
Documento que se fija en los órganos jurisdiccionales, en un lugar visible y de fácil
acceso al público en general, en el que se hace una relación de diversos asuntos en los
que se dictó la resolución que se ordena notificar por este medio. Los datos que debe
contener son el número de juicio, incidente o recurso en el que se emitió la resolución
respectiva, fecha en que se publica, denominación del órgano jurisdiccional
correspondiente y nombre y firma del actuario responsable de su publicación.
La lista se diferencia del rotulón, en virtud de que este último se emplea para notificar
la resolución emitida en un solo asunto, en tanto que la lista es utilizada para notificar
diversas resoluciones dictadas en asuntos diferentes.

2.9. Estrados.
Lugar de un juzgado o tribunal donde, para conocimiento general, se colocan los
avisos, edictos, listas o notificaciones.

2.10. Edictos.
“...son medios de comunicación procesal (citatio edictalis) ordenados por el juez o
tribunal, que deben realizarse mediante publicaciones, para hacer saber a las partes o a
terceros, resoluciones que afectan o pueden afectar a sus intereses en un proceso
determinado. Esta clase de actos de comunicación, que puede comprender
emplazamientos, notificaciones, citaciones, requerimientos, etc., se realiza en los casos
taxativamente señalados por la ley cuando no es posible llevarlos al cabo mediante
notificaciones personales a los destinatarios y sus efectos se equiparan a los de estas
últimas.”10[1]

10
vol..
9

A la citada definición debe agregarse que las publicaciones de dicho medio de


comunicación procesal, generalmente se hacen en el Diario Oficial de la Federación y en
uno de los periódicos de mayor circulación nacional.

2.11. Requisitoria.
“El oficio que un juez dirige a otro, mandándole (cuando es de inferior categoría el
requerido) o exhortándolo (si es de igual categoría), para que ejecute alguna resolución
del tribunal que requiere.”11[1] En el primer caso se habla de despacho y en el segundo de
exhorto.

2.12. Acta.
“Es un instrumento o pieza escrita, en la cual el redactor de la misma refiere
circunstanciadamente un hecho o acto jurídico, relatando la forma de su acontecimiento, el
estado de las cosas o las manifestaciones de voluntad de las personas que participaron en
él.”12[1]

2.13. Inspección Judicial.


Diligencia procesal practicada por un funcionario judicial, con la finalidad de obtener
el conocimiento directo y sensible de alguna cosa o persona, a través de su examen y
observación, esto es, a través de los sentidos. Tal cosa o persona debe tener relación con
el asunto de que se trate. En materia penal dicha diligencia procesal debe desahogarse en
presencia del titular del órgano jurisdiccional, pues de lo contrario carece de valor
probatorio.

2.14. Objeto, Instrumento o Producto del delito.


Por objeto del delito debe entenderse la cosa sobre la cual recae directamente la
acción criminal, es decir, es la materia misma de la conducta descrita en la norma penal.
Así, por ejemplo, son objetos del delito las armas de fuego, tratándose del ilícito de
portación de arma de fuego sin licencia, previsto y sancionado en la Ley Federal de Armas
de Fuego y Explosivos.

11[1]
PALLARES, Eduardo. Op. cit., pág. 712.
12[1]
J. COUTURE, Eduardo. Vocabulario Jurídico, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1997, Primera Edición, Quinta
Reimpresión, pág. 70.
10

Son instrumentos del delito los elementos materiales de los que el autor de un ilícito
se vale intencionalmente para prepararlo, completarlo, consumarlo y encubrirlo.
Verbigracia, el documento apócrifo que es utilizado para cometer el delito de fraude.
Producto del delito es aquel que se origina directamente por la comisión del delito, es
decir, es el efecto proveniente del ilícito. Ejemplo de lo anterior, es el dinero que se obtiene
en el caso de un delito contra la salud en la modalidad de comercialización.

2.15. Embargo o Secuestro


Institución procesal de naturaleza preventiva o ejecutiva, que consiste en la traba o
retención de bienes del demandado por mandamiento judicial o de autoridad competente,
para garantizar (preventivo) o llevar a término (ejecutivo) los efectos de la sentencia
definitiva.

2.16. Depositario Judicial.


“La persona que recibe por orden judicial y mediante procedimientos judiciales, una
cosa para su guarda y conservación, y también a una persona para su debida custodia.- El
depositario judicial desempeña una función pública que consiste en conservar y cuidar de
la cosa dada en depósito, a fin de proteger los derechos del propietario del bien
depositado, y del acreedor embargante. La aceptación del depósito da lugar a un contrato
de derecho público, porque las obligaciones y responsabilidades que contrae el
depositario no sólo afectan a intereses privados, sino a la función que a aquél
desempeña.”13[1]

2.17. Intervención.
“Medida cautelar consistente en la designación por el Juez, en los casos autorizados
por la ley, de una persona a quien se asigna el cometido de vigilar o administrar un
patrimonio, con el objeto de proteger el derecho eventual que en el mismo pueda tener un
litigante que justifica ser condómino, socio o acreedor.”14[1]

2.18. Aseguramiento.
Consiste en la orden de un juez o tribunal para que determinados bienes litigiosos u
objetos, instrumentos y productos del delito se resguarden, con la finalidad de impedir
algún daño o fraude sobre los mismos y preservar así la efectividad del fallo que
eventualmente se emita. Por ejemplo, en materia penal, tales medidas de aseguramiento

13[1]
PALLARES, Eduardo. Op. cit., pág. 235.
14[1]
J. COUTURE, Eduardo. Ob. Cit., pág. 346.
11

se adoptan para impedir el deterioro, alteración o desaparición de un vehículo considerado


instrumento del delito contra la salud en la modalidad de transportación.
Como se observa, la diferencia entre aseguramiento y embargo radica en la clase de
bienes sobre los que recaen y en su finalidad. En efecto, el embargo recae sobre bienes
propiedad de la demandada y no sobre bienes litigiosos u objetos del delito como
acontece en el aseguramiento. Asimismo, la finalidad del embargo es garantizar el pago
de la suma por la que eventualmente se llegue a condenar al demandado o para hacer
efectiva la condena. En cambio, lo que se persigue con el aseguramiento no es garantizar
la efectividad de un adeudo, sino evitar un daño o fraude en el objeto asegurado (materia
del litigio) para que en la sentencia definitiva se determine su destino final, el cual
dependerá del procedimiento de que se trate. Por ejemplo, podría determinarse su
decomiso o destrucción (tratándose de un juicio penal), o su partición (tratándose de
bienes de la sociedad conyugal en caso de divorcio), entre otros.

2.19. Representación.
Facultad que tiene una persona de actuar, obligar y decidir en nombre y por cuenta
de otra. La representación se clasifica en directa o indirecta. La primera de ellas consiste
en la actuación de una persona en nombre y por cuenta de otra, produciendo una relación
directa e inmediata entre representado y tercero. Un ejemplo de esta representación es el
poder que una persona le entrega a otra, facultándola para llevar a cabo determinados
actos.
Por otra parte, la representación es indirecta, cuando una persona actúa en nombre
propio pero por cuenta de un tercero, adquiriendo para sí los derechos y obligaciones del
representado frente al tercero. Un ejemplo de esta representación es el gestor de
negocios. 15[1]
2.20. Litisconsorcio.
Es una modalidad en el proceso que consiste en la pluralidad de actores o
demandados. Así, hay litisconsorcio cuando varias personas ejercitan una acción en
contra de un solo demandado (en este caso se habla de litisconsorcio activo); cuando una
persona demanda a varias (en este caso se habla de litisconsorcio pasivo), y cuando dos
o más personas demandan a dos o más sujetos.
El litisconsorcio puede ser voluntario o necesario. Es voluntario si se lleva a cabo en
uso de la facultad que otorga la ley para promoverlo. Es necesario, cuando el proceso no
puede iniciarse válidamente sino en la forma de litisconsorcio porque las cuestiones
jurídicas que en él se ventilan afectan a más de dos personas. Como ejemplo de este
último, puede citarse el caso en que se demanda la nulidad de un contrato de sociedad,
pues en tal supuesto la acción se debe ejercitar en contra de todos los socios que
suscribieron el correspondiente contrato.16[1]
15[1]
PÉREZ FERNÁNDEZ DEL CASTILLO, Bernardo. Representación, Poder y Mandato, Prestación, 2001, 11ª
edición, pág. 13 y sig.
16[1]
PALLARES, Eduardo. Op. cit., pág. 546.
12

2.21. Fe Pública.
Autoridad legítima atribuida a notarios, escribanos, agentes de cambio y bolsa,
cónsules y secretarios de juzgados, tribunales y otros institutos oficiales para que los
documentos que autorizan en debida forma sean considerados como auténticos y lo
contenido en ellos sea tenido por verdadero mientras no se haga prueba en contrario. 17[1]

17[1]
PALOMAR DE MIGUEL, Juan. Op. cit., pág. 681.
13

TEMA 3
NOTIFICACIONES EN EL JUICIO DE AMPARO

3.1. Disposiciones comunes a los juicios de amparo indirecto y directo.


3.1.1. Plazo para notificar las resoluciones judiciales.
3.1.2. Personas a quienes deben notificarse las resoluciones.
3.1.2.1. Partes en el juicio.
3.1.2.2.Autorizados, apoderados y representantes de los quejosos y
terceros perjudicados que no tengan el carácter de autoridad.
3.1.2.2.1. Personas físicas.
3.1.2.2.2. Personas morales.
3.1.2.3. Representantes de las personas morales oficiales quejosas y
tercero perjudicadas.
3.1.2.4. De las autoridades responsables.
3.1.2.4.1. Del representante del titular del Poder Ejecutivo
Federal.
3.1.2.4.2. De las autoridades suplentes.
3.1.2.4.3. De los delegados.
3.1.2.5. Personas extrañas al juicio.
3.1.3. Tipos de notificación.
3.1.4. Cuándo surten sus efectos las notificaciones.
3.1.4.1 De las notificaciones por oficio dirigidas a las autoridades
responsables.
3.1.4.2. De las notificaciones por oficio dirigidas a las autoridades en su
carácter de tercero perjudicadas y a los agentes del Ministerio Público adscritos a
los tribunales colegiados de Circuito.
3.1.4.3. De las notificaciones por lista.
3.1.4.4. De las notificaciones personales.
3.1.4.5. Notificaciones por edictos.
3.1.5. Nulidad de notificación y sus consecuencias.
3.2. Reglas para notificar en el juicio de amparo indirecto.
3.2.1. Notificaciones por oficio.
3.2.1.1. De su procedencia. (ANEXOS1Y2)
3.2.1.2.Procedimiento para practicar las notificaciones por oficio.
3.2.1.2.1. De las notificaciones por oficio a las autoridades que
tienen su domicilio en el lugar de la residencia del órgano jurisdiccional que conoce
del juicio de amparo.
3.2.1.2.2. De las notificaciones por oficio a las autoridades que
tienen su domicilio fuera del lugar de la residencia del órgano jurisdiccional que
conoce del juicio de amparo.
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3.2.2. Notificaciones personales.


3.2.2.1. De su procedencia.
3.2.2.2.Procedimiento para practicar las notificaciones personales.
3.2.2.2.1. De las notificaciones personales cuando el interesado es
encontrado en su domicilio en la primera búsqueda.
3.2.2.2.2. De las notificaciones personales cuando el interesado no
es encontrado en su domicilio en la primera búsqueda, pero el actuario judicial es
atendido por un pariente, empleado o doméstico de aquél o por cualquier persona
que viva o labore en dicho domicilio.
3.2.2.2.3. De las notificaciones personales en las que el actuario
judicial se constituye en el domicilio del interesado en la fecha y hora precisadas en
el citatorio y nadie atiende su llamado o el pariente, doméstico o trabajador del
interesado que lo atiende se niega a firmar la documentación correspondiente y a
exhibir su identificación.
3.2.2.2.4. De las notificaciones personales en las que el actuario
judicial se constituye por primera vez en el domicilio del interesado y nadie atiende
su llamado.
3.2.2.2.5. De las notificaciones personales en las que habiendo encontrado al
interesado o a algún pariente, doméstico o empleado de aquél en la primera
búsqueda, se nieguen a recibir y a firmar cualquier documentación que le presente
el actuario judicial.
3.2.2.2.6. De las notificaciones personales por comparecencia.
3.2.3. Notificaciones por lista.
3.2.3.1. De su procedencia.
3.2.3.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por lista.
3.2.4. Notificaciones por edictos.
3.2.4.1. De su procedencia.
3.2.4.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por edictos.
3.2.5. Notificaciones por telégrafo.
3.2.5.1. De su procedencia.
3.2.5.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por telégrafo.
3.3. Reglas para notificar en el juicio de amparo directo.

Disposiciones comunes a los juicios de amparo indirecto y directo.

Las notificaciones en los juicios de amparo están reguladas en el Título Primero


(relativo a reglas generales), Capítulo IV de la Ley de Amparo, que comprende de los
artículos 27 al 34 de dicho ordenamiento legal. Del análisis de tales preceptos se advierte
que son disposiciones comunes a los juicios de amparo directo e indirecto, las relativas a
las siguientes materias: a) plazo para notificar las resoluciones judiciales; b) personas a
15

quienes deben notificarse las mismas; c) tipos de notificaciones; d) determinación de la


fecha en que surten sus efectos legales; y, e) nulidad de las notificaciones. Por tanto, a
continuación se procederá al estudio de las citadas materias comunes.

3.1.1. Plazo para notificar las resoluciones judiciales.

El artículo 27, párrafo primero, de la Ley de Amparo, estatuye: “Artículo 27. Las
resoluciones deben ser notificadas a más tardar dentro del día siguiente al en que se
hubiesen pronunciado, y se asentará la razón que corresponda inmediatamente después
de dicha resolución”.

De la disposición transcrita se desprende que las resoluciones que se dictan en los


juicios de amparo, deben notificarse a más tardar dentro del día siguiente al en que sean
pronunciadas. Asimismo, se advierte que inmediatamente después de la resolución se
anotará en autos la razón de notificación correspondiente.
Personas a quienes deben notificarse las resoluciones.
3.1.2.1. Partes en el juicio.
Las resoluciones que se dictan en los juicios de garantías deben notificarse al
agraviado o agraviados (quejosos); al tercero o tercero perjudicados; a la autoridad o
autoridades responsables y al Ministerio Público de la Federación. Todos ellos, conforme
al artículo 5 de la Ley de Amparo, tienen el carácter de parte en los juicios de amparo y, en
consecuencia, son los directamente afectados por las determinaciones judiciales que se
dicten en ellos. Los artículos 28 y 29 de la Ley de Amparo, entre otras cuestiones,
establecen en forma destacada a quiénes se deben notificar las resoluciones que se
dictan en los juicios de garantías. Dichos preceptos, en lo que interesa, disponen:

“Artículo 28. Las notificaciones en los juicios de amparo de la competencia de los


Juzgados de Distrito, se harán: I. A las autoridades responsables y a las autoridades que
tengan el carácter de terceros perjudicados, por medio de oficios que serán entregados en
el domicilio de su oficina principal, en el lugar del juicio por el empleado del juzgado, quien
recabará recibo en el libro talonario cuyo principal agregará a los autos, asentando en
ellos la razón correspondiente; y fuera del lugar del juicio, por correo, en pieza certificada
con acuse de recibo, el cual se agregará a los autos. Cuando no existiere el libro talonario,
se recabará el recibo correspondiente; II. Personalmente, a los quejosos privados de su
libertad, ya sea en el local del juzgado o en el establecimiento en que se hallen recluidos,
si radican en el lugar del juicio; o por medio de exhorto o despacho si se encontraren fuera
de él.- Lo anterior se observará, salvo el caso de que los quejosos hubiesen designado
persona para recibir notificaciones o tuviesen representante legal o apoderado; También
deberán notificarse personalmente a los interesados los requerimientos o prevenciones
que se les formulen.- III. A los agraviados no privados de la libertad personal, a los
16

terceros perjudicados, a los apoderados, procuradores, defensores, representantes,


personas autorizadas para oír notificaciones y al Ministerio Público, por medio de lista que
se fijará en lugar visible y de fácil acceso, del juzgado.- La lista se fijará a primera hora de
despacho del día siguiente al de la fecha de la resolución.- Si alguna de las partes
mencionadas no se presenta a oír notificación personal hasta las catorce horas del mismo
día, se tendrá por hecha, poniendo el actuario la razón correspondiente.- En la lista a que
se refiere el párrafo anterior, se expresará el número del juicio o del incidente de
suspensión de que se trate; el nombre del quejoso y de la autoridad o autoridades
responsables y síntesis de la resolución que se notifique.”

“Artículo 29. Las notificaciones en los juicios de amparo del conocimiento de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación o de los Tribunales Colegiados de Circuito, y las
que resulten de los procedimientos seguidos ante la misma Corte o dichos tribunales, con
motivo de la interposición de cualquier recurso, o de la tramitación de cualquier asunto
relacionado con el juicio de amparo, se harán en la siguiente forma: I. A las autoridades
responsables y a las autoridades que tengan el carácter de terceros perjudicados, por
medio de oficio, por correo, en pieza certificada con acuse de recibo, cuando se trate de
notificar el auto que admita, deseche o tenga por no interpuesta la demanda; el que
admita, deseche o tenga por no interpuesto cualquier recurso; el que declare la
competencia o incompetencia de la Suprema Corte de Justicia o de un Tribunal Colegiado
de Circuito; los autos de sobreseimiento; y la resolución definitiva pronunciada por la
Suprema Corte de Justicia o por un Tribunal Colegiado de Circuito, en amparo del
conocimiento de ellos. En todo caso, al oficio por el que se haga la notificación se
acompañará el testimonio de la resolución. El acuse de recibo postal deberá agregarse a
los autos.- Los Jueces de Distrito al recibir el testimonio del auto que deseche o tenga por
no interpuesto cualquier recurso o de la sentencia de segunda instancia pronunciada por
la Suprema Corte de Justicia o por un Tribunal Colegiado de Circuito, en juicios de amparo
promovidos ante dichos Jueces, notificarán esas resoluciones a las autoridades
responsables por medio de oficio remitido por correo, en pieza certificada con acuse de
recibo, acompañándoles copia certificada de la resolución que tenga que cumplirse. El
acuse de recibo será agregado a los autos; II. Al procurador general de la República se le
notificará por medio de oficio el primer auto recaído en los expedientes de la competencia
de la Suprema Corte de Justicia.- Al agente del Ministerio Público Federal adscrito a los
Tribunales Colegiados de Circuito se le notificará por medio de oficio el primer auto
recaído en los expedientes de la competencia de dichos tribunales.- Las demás
notificaciones al Ministerio Público Federal, se le harán por medio de lista; y III. Fuera de
los casos a que se refieren las fracciones anteriores, las notificaciones, en materia de
amparo, en la Suprema Corte de Justicia o en los Tribunales Colegiados de Circuito, se
harán con arreglo a las fracciones II y III del artículo precedente.”
17

Ahora bien, la Ley de Amparo prevé otros supuestos en los que lo procedente es
notificar las resoluciones judiciales a personas y autoridades que designan las propias
partes, así como a personas ajenas al juicio. Tales personas o autoridades son las
siguientes: a) autorizados, apoderados y, en su caso, representantes y defensores de los
quejosos y terceros perjudicados que no tengan el carácter de autoridad; b)
representantes de las autoridades quejosas y tercero perjudicadas; c) representantes del
titular del Poder Ejecutivo Federal; y, d) personas extrañas al juicio.
A continuación se expondrán los casos en que procede notificar a dichas personas y
autoridades.

3.1.2.2. Autorizados, apoderados y representantes de los quejosos y terceros


perjudicados que no tengan el carácter de autoridad.

3.1.2.2.1. Personas físicas.

El segundo párrafo del artículo 27 de la Ley de Amparo, estatuye:

“El agraviado y el tercero perjudicado podrán autorizar para oír notificaciones


en su nombre, a cualquier persona con capacidad legal, quien quedará facultada para
interponer los recursos que procedan, ofrecer y rendir pruebas, alegar en las audiencias,
solicitar su suspensión o diferimiento, pedir se dicte sentencia para evitar la consumación
del término de caducidad o sobreseimiento por inactividad procesal y realizar cualquier
acto que resulte ser necesario para la defensa de los derechos del autorizante, pero
no podrá substituir o delegar dichas facultades en un tercero. En las materias civil,
mercantil o administrativa, la persona autorizada conforme a la primera parte deberá
acreditar encontrarse legalmente autorizada para ejercer la profesión de abogado, y
deberán proporcionarse los datos correspondientes en el escrito en que se otorgue dicha
autorización; pero las partes podrán designar personas solamente autorizadas para
oír notificaciones e imponerse de los autos, a cualquier persona con capacidad
legal, quien no gozará de las demás facultades a que se refiere este párrafo.”

De la disposición legal transcrita se desprende que tanto los quejosos como los
terceros perjudicados pueden designar autorizados. Éstos pueden gozar de facultades
procesales amplias o restringidas, según la forma en que se les autorice. En el primer
caso, los autorizados están facultados para oír notificaciones, imponerse de autos,
interponer los recursos que procedan y, en general, realizar cualquier acto que resulte
necesario para la defensa de los derechos del autorizante. En el segundo, solamente
podrán oír notificaciones e imponerse de autos.
18

Cabe precisar que en las materias civil, mercantil y administrativa, los citados
autorizados con facultades procesales amplias, deberán encontrarse legalmente
autorizados para ejercer la profesión de abogado (lo que deberá acreditarse ante la
autoridad que conozca del juicio, en el momento en que se otorgue dicha autorización). En
las demás materias y en los casos en los que el autorizado únicamente cuente con
facultades procesales restringidas, solamente deberá tener capacidad legal.

Sentado lo anterior, una vez que el titular del juzgado de Distrito o tribunal de Circuito
que conozca del juicio de amparo, dicte el acuerdo en el que tenga por autorizada (en
términos amplios o restringidos) a la persona designada por el quejoso o tercero
perjudicado, las resoluciones que deban hacerse del conocimiento de éstos, se notificarán
a la persona autorizada. En este supuesto, ya no es necesario entender la notificación de
que se trate con el quejoso o tercero perjudicado, pues basta que la diligencia se practique
directamente con el autorizado. No obstante lo anterior, aun en el caso de que ya se haya
dictado el proveído en el que se tenga por autorizada a la persona designada por el
quejoso o tercero perjudicado, si la autoridad que conoce del juicio de amparo estima
conveniente que la resolución correspondiente se notifique directamente a uno u otro o
ambos, el actuario deberá entender la notificación personalmente con el quejoso o tercero
perjudicado o con los dos, según sea el caso.

Es importante apuntar aquí, que los autorizados son personas a quienes los quejosos
y terceros perjudicados les delegan determinadas facultades procesales, mas no
constituyen apoderados ni representantes de éstos.18[1] Luego, dichos autorizados, en
ningún caso pueden suscribir la demanda de amparo ni el escrito por el que el tercero
perjudicado comparece al juicio, pues aquéllos siempre intervendrán en los juicios de
amparo, una vez que han sido designados por tales partes y la autoridad que conozca del
juicio acuerde de conformidad tal designación.

Ahora bien, el quejoso y el tercero perjudicado podrán comparecer al juicio de


amparo por su propio derecho, por medio de su defensor (únicamente si el acto reclamado
emana de una causa criminal), por conducto de un apoderado o por medio de su
representante. En los últimos tres supuestos, la demanda de garantías (o el escrito por el
que comparece al juicio el tercero perjudicado), sí puede ser suscrita por sus respectivos
apoderados, representantes o defensores. Este aserto se corrobora con el contenido de
los artículos 4 y 12 de la Ley de Amparo, que dicen:

“Artículo 4o. El juicio de amparo únicamente puede promoverse por la parte a quien
perjudique la ley, el tratado internacional, el reglamento o cualquier otro acto que se
18[1]
Sobre el particular, el Ministro Genáro David Góngora Pimentel estima que “la Ley de amparo no establece aquí (en el artículo 27)
un mandato, ni una representación legal, sino que concede al autorizado todas las facultades necesarias pensando que el autorizante
elige por circunstancias especiales a una persona.” GÓNGORA PIMENTEL, Genaro David. Introducción al estudio del juicio de amparo.
Editorial Porrúa, México 1992, 4ª edición, pág.162.
19

reclame, pudiendo hacerlo por sí, por su representante, por su defensor si se trata de un
acto que corresponda a una causa criminal, por medio de algún pariente o persona
extraña en los casos en que esta ley lo permita expresamente; y sólo podrá seguirse por el
agraviado, por su representante legal o por su defensor.”

“Artículo 12. En los casos no previstos por esta ley, la personalidad se justificará en el
juicio de amparo en la misma forma que determine la ley que rija la materia de la que
emane el acto reclamado; y en caso de que ella no lo prevenga, se estará a lo dispuesto
por el Código Federal de Procedimientos Civiles.- Tanto el agraviado como el tercero
perjudicado podrán constituir apoderado para que los represente en el juicio de amparo,
por medio de escrito ratificado ante el Juez de Distrito o autoridad que conozca de dicho
juicio.”

En los casos en que el quejoso o tercero perjudicado tengan apoderado,


representante o defensor, las notificaciones de las resoluciones que deban hacerse de su
conocimiento se entenderán directamente con éstos. No sobra precisar que los quejosos y
terceros perjudicados pueden designar autorizados y apoderados durante el trámite del
juicio de garantías, pues la Ley de Amparo no los obliga a que hagan tal designación en
alguna etapa procesal determinada. Asimismo, pueden revocar la designación de
autorizados o mandatarios. Lo anterior obliga a los actuarios judiciales a hacer
revisiones periódicas de los autos, pues de lo contrario pueden incurrir en un error,
al entender una notificación personal con una persona que, por no tener ya el
carácter de autorizado, no puede válidamente oír las notificaciones personales que
deban hacerse al quejoso o tercero perjudicado.

3.1.2.2.2. Personas morales.

El artículo 8 de la Ley de Amparo estatuye:

“Artículo 8.- Las personas morales privadas podrán pedir amparo por medio de sus
legítimos representantes.”

Del artículo transcrito se advierte que cuando el quejoso o el tercero perjudicado


sean personas morales privadas, las resoluciones que se dicten en los juicios de garantías
se notificarán a sus legítimos representantes, salvo el caso de que éstos hubieren
autorizado a persona para oír notificaciones en los términos del segundo párrafo del citado
artículo 27 de la Ley de Amparo, supuesto en el que las notificaciones se entenderán con
estos últimos.
20

3.1.2.3. Representantes de las personas morales oficiales quejosas y tercero


perjudicadas.

El artículo 9 de la Ley de Amparo estatuye:

“Artículo 9.- Las personas morales oficiales podrán ocurrir en demanda de amparo,
por conducto de los funcionarios o representantes que designen las leyes, cuando el
acto o la ley que se reclamen afecten intereses patrimoniales de aquéllas.”
Como se ve, las personas morales oficiales pueden tener el carácter de quejosas,
únicamente cuando el acto o ley que reclamen afecte sus intereses patrimoniales. En este
caso, dichas personas morales se asimilan a los particulares, pues no actúan con ius
imperii dentro del juicio de garantías. Asimismo, por intereses patrimoniales debe
entenderse “aquellos bienes propios que les pertenecen en dominio, respecto de los
cuales tienen un derecho real semejante al que pueden tener los particulares sobre los
suyos. Por consiguiente, no serán intereses patrimoniales para los efectos del artículo 9 de
la Ley de Amparo, aquellos que las personas morales de derecho público (Nación, Estado,
Municipio, etc), puedan tener sobre bienes respecto de los cuales no se comporten como
un verdadero propietario. . .”19[1]

Ahora bien, dichos órganos de gobierno deberán acudir al juicio de amparo por
conducto de los funcionarios o representantes que designen las leyes, esto es, la
representación de las personas morales oficiales quejosas, debe derivar del ordenamiento
legal o del reglamento que las rija. En estos casos, las notificaciones se entenderán
con el representante de la persona moral oficial quejosa. Cabe precisar que a las
personas morales oficiales quejosas sí procede notificarles personalmente las
resoluciones que conforme a las disposiciones de la Ley de Amparo así deban
notificarse.

Un ejemplo de lo expuesto en el párrafo anterior, se da tratándose del delito de daño


en propiedad ajena cometido sobre un inmueble propiedad de la Secretaría de
Gobernación, si en primera y segunda instancias se condenara al activo del ilícito al pago
de la reparación del daño por una suma menor a la determinada en el dictamen de avalúo
presentado por la citada dependencia del Poder Ejecutivo, ésta podrá promover demanda
de amparo (pues tal resolución judicial afecta sus intereses patrimoniales), por conducto
del Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos, quien conforme al artículo 20, fracción XIV,
del Reglamento Interior de la Secretaría de Gobernación, es el facultado para representar
a la secretaría de referencia en los juicios de garantías. En efecto, este último precepto
dispone:

19[1]
BURGOA ORIHUELA, Ignacio. El Juicio de Amparo. Ed. Porrúa, México, 1998, 34ª edición, pág. 333.
21

“Artículo 20. La Unidad de Asuntos Jurídicos tendrá las siguientes atribuciones:. .


.XIV. Representar a la Secretaría ante los Tribunales Federales y del fuero común y ante
toda autoridad en los trámites jurisdiccionales y cualquier otro asunto de carácter legal en
que tenga interés e injerencia la Secretaría de Gobernación, sin perjuicio de las
atribuciones que correspondan a la Procuraduría General de la República, con todos los
derechos procesales que las leyes reconocen a las personas físicas y morales, tanto para
presentar demandas como para contestarlas y reconvenir a la contraparte, ejercitar
acciones y oponer excepciones, nombrar peritos, reconocer firmas y documentos,
redargüir de falsos a los que presente la contraparte, repregunten y tachen de falsos a
testigos o ratificantes, articulen y absuelvan posiciones, formular denuncias y querellas,
desistirse, otorgar perdón, ofrecer y rendir toda clase de pruebas; recusar jueces inferiores
y superiores, apelar, interponer juicio de amparo y los recursos previstos por la ley de la
materia y, en general, para que promueva o realice todos los actos permitidos por las
leyes, que favorezcan a los derechos de la Secretaría, así como para sustituir poder en
términos de ley a los representantes que para el efecto señale. Por virtud de esta
disposición, se entenderá ratificado por el titular de la misma todo lo que se haga, en los
términos de ley, por esta Unidad y los representantes que acredite, en cada uno de los
casos en que intervengan…”.

Por otro lado, del citado artículo 9, relacionado con el diverso 12, párrafo segundo, de
la Ley de Amparo, este último precepto transcrito en el tema 3.1.2.2.1., se desprende que
las autoridades en su carácter de tercero perjudicadas podrán ser representadas en el
juicio de garantías en los mismos términos en que son representadas las personas
morales oficiales que tienen el carácter de quejosas. Lo anterior se considera así, puesto
que el último de los citados preceptos legales establece que tanto los agraviados como los
terceros perjudicados pueden designar representantes en los juicios de amparo. Dicho
precepto, al referirse a los terceros perjudicados, no distingue entre personas físicas o
morales privadas u oficiales. Luego, si se parte del aforismo latino ubi lex non distínguit,
nec nos distínguere debemus (donde la ley no distingue, tampoco debemos distinguir
nosotros), se llega a la conclusión de que las autoridades tercero perjudicadas pueden ser
representadas en los juicios de amparo por los funcionarios a los que la ley o el
reglamento correspondiente les confiera la facultad de representación. En este sentido, las
resoluciones judiciales que deban hacerse del conocimiento de dicha autoridad se
notificarán a su representante. Desde luego que esto último acontecerá una vez que
aquélla lo haya designado, pues la primera notificación debe practicarse a la propia
autoridad tercero perjudicada.

3.1.2.4. De las autoridades responsables.

El primer párrafo del artículo 19 de la Ley de Amparo, estatuye:


22

“Artículo 19. Las autoridades responsables no pueden ser representadas en el juicio


de amparo, pero sí podrán, por medio de simple oficio, acreditar delegados que concurran
a las audiencias para el efecto de que en ellas rindan pruebas, aleguen y hagan
promociones.”

Del citado precepto se desprende que las autoridades responsables no pueden ser
representadas en los juicios de garantías. Según se verá enseguida, esta es la regla
general, pues la Ley de Amparo establece sólo una excepción, la cual consiste en que el
titular del Poder Ejecutivo Federal sí puede ser representado.

Luego, queda establecido que, salvo el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos,
ninguna autoridad que tenga el carácter de responsable podrá ser representada en el
juicio de amparo.

3.1.2.4.1. Del representante del titular del Poder Ejecutivo Federal.

Los párrafos segundo, tercero y cuarto del artículo 19 y el último párrafo del artículo
27 de la Ley de Amparo, dicen:

“Artículo 19.- No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, el presidente de la


República podrá ser representado en todos los trámites establecidos por esta ley, en los
términos que determine el propio Ejecutivo Federal por el conducto del Procurador
General de la República, por los Secretarios de Estado y Jefes de Departamento
Administrativo a quienes en cada caso corresponda el asunto, según la distribución de
competencias establecidas en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.- En
estos casos y en los juicios de amparo promovidos contra los titulares de las propias
dependencias del Ejecutivo de la Unión, éstos podrán ser suplidos por los funcionarios a
quienes otorguen esa atribución los reglamentos interiores que se expidan conforme a la
citada ley orgánica.- En los amparos relativos a los asuntos que correspondan a la
Procuraduría General de la República, su titular podrá también representar al presidente
de los Estados Unidos Mexicanos, y ser suplido por los funcionarios a quienes otorgue
esta atribución el reglamento de la ley orgánica de dicha procuraduría.”

“Artículo 27. Las notificaciones al titular del Poder Ejecutivo se entenderán con el
secretario de Estado o jefe de Departamento Administrativo que deba representarlo en el
juicio de amparo, o, en su caso, con el procurador general de la República, de acuerdo
con lo dispuesto en el artículo 19 de esta ley, de manera que una vez que se haya
cumplimentado tal disposición las subsecuentes notificaciones se harán directamente a los
funcionarios designados, quienes igualmente intervendrán en las actuaciones procesales
23

procedentes. Las notificaciones al procurador general de la República, le deberán ser


hechas por medio de oficio dirigido a su residencia oficial.”

Como se ve, sólo el titular del Poder Ejecutivo Federal puede ser representado en los
juicios de amparo. Tal representación, en los términos en que están redactados los citados
preceptos, puede otorgarla al Secretario de Estado, Jefe de Departamento Administrativo
o Procurador General de la República, según corresponda la materia del asunto. Siendo
así, resulta evidente que la representación del titular del Poder Ejecutivo Federal depende
de la distribución de competencias establecida en la Ley Orgánica de la Administración
Pública Federal. Cabe precisar que dicha representación debe ser otorgada por conducto
del Procurador General de la República, mediante oficio encausado al juicio de amparo de
que se trate. Al respecto, conviene invocar los siguientes criterios:

“REPRESENTACIÓN DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA EN EL JUICIO DE


AMPARO.- Conforme al contenido del artículo 19 de la Ley de Amparo, el Ejecutivo
Federal puede ser representado en el juicio de garantías por conducto del procurador
general de la República, por los secretarios de Estado y jefes de departamento
administrativo a quienes en cada caso corresponda el asunto, según la distribución de
competencias establecida en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal; luego
entonces, para que dicha representación opere, es necesario que el titular del Ejecutivo
Federal haga designación expresa de su representante por conducto del citado procurador
general de la República, de tal suerte que si no existe tal designación y el Juez de Distrito
elige a su arbitrio al funcionario que en su caso estime deba representar al presidente de
la República, debe considerarse que la autoridad llamada al juicio carece de la
representación correspondiente.”20[1]

“PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA. SU REPRESENTACIÓN EN JUICIOS DE


AMPARO POR PARTE DE LOS SECRETARIOS DE ESTADO O JEFES DE
DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO REQUIERE DE ACUERDO ESPECÍFICO POR EL
CUAL SE CONFIERE DICHA REPRESENTACIÓN.- De conformidad con lo dispuesto por
el segundo párrafo del artículo 19 de la Ley de Amparo, para que el Presidente de la
República pueda ser representado en juicio de amparo por los Secretarios de Estado o
Jefes de Departamento Administrativo a los que el asunto corresponda según la
distribución de competencias establecidas por la Ley Orgánica de la Administración
Pública Federal, requiere, en cada caso, del acuerdo específico por el cual el titular del
Ejecutivo Federal les confiere dicha representación por conducto del Procurador General
de la República.”21[2]
20[1]
Jurisprudencia VIII J/3, sustentada por el entonces Tribunal Colegiado del Octavo Circuito, visible en la pág. 135,
del Tomo VIII, Agosto de 1991, Octava Época del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm.
reg. 918109.
21[2]
Jurisprudencia número P./J. 32 6/1989, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible
en la pág. 231 del Tomo III, Primera Parte, Enero a Junio de 1989, Octava Época del Semanario Judicial de la
24

No deja de observarse que en los citados artículos 19 y 27 de la Ley de Amparo, se


prevé como representantes del Presidente de la República, a los Jefes de Departamento
Administrativo. Sobre el particular, cabe precisar que no obstante tales dependencias de la
administración pública centralizada aún están previstas en la Ley Orgánica de la
Administración Publica Federal, lo cierto es que dejaron de existir con motivo de la reforma
al artículo 122 de la Constitución General de la República, publicada en el Diario Oficial de
la Federación el veinticinco de octubre de mil novecientos noventa y tres. Mediante dicha
reforma el Departamento del Distrito Federal (que era el único Departamento
Administrativo que existía), cambió en su estructura política, pues de ser un órgano
superior de la Administración Pública Centralizada con funciones estrictamente
administrativas, se convirtió en un gobierno con su propia administración pública local. En
consecuencia, los únicos que actualmente pueden representar al Titular del Poder
Ejecutivo Federal son los Secretarios de Estado y el Procurador General de la República,
según corresponda, conforme a sus ámbitos de competencia. Al respecto, conviene citar
el siguiente criterio:

“JEFE DE GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL. CUANDO NO LE


CORRESPONDE REPRESENTAR AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA EN LOS
JUICIOS DE AMPARO EN QUE ÉSTE SEA PARTE.- No obstante que el ámbito de
competencias en materia legislativa del Distrito Federal le fue suprimida al Ejecutivo
Federal, de la que anteriormente gozaba y en esos supuestos el jefe del Departamento del
Distrito Federal era la autoridad idónea para representarlo en los juicios de amparo, en la
actualidad el jefe de Gobierno del Distrito Federal ya no forma parte de la administración
pública federal, sino que ahora conforma un gobierno propio de la entidad y en términos
generales no guarda relación de subordinación con el presidente de la República por
constituir órdenes o instancias de gobierno distintas. En esas condiciones, al haberse
desvinculado la relación jerárquica entre el titular del Ejecutivo Federal y el jefe de
Gobierno del Distrito Federal, es incorrecto que éste lo deba representar en los juicios de
amparo en que sea parte.”22[3]

Sentado lo anterior, conviene precisar que la primera notificación que deba hacerse
al titular del Poder Ejecutivo Federal, cuando éste sea señalado como autoridad
responsable en los juicios de amparo, se practicará en la residencia oficial del Procurador
General de la República, en términos de los citados artículos 19 y 27 de la Ley de Amparo.

Federación. IUS 2004, núm. reg. 205989.

22[3]
Tesis número 2a. XXXIX/98, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de la Nación, visible en la pág.
240, del Tomo VII, Abril de 1998, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm.
reg. 196546.
25

Si después de la primera notificación no existe designación expresa por parte del


Presidente de la República sobre qué autoridad lo representará en el juicio, las
notificaciones subsecuentes se entenderán con el titular de la Procuraduría General de la
República. En caso contrario, esto es, una vez que el titular del Poder Ejecutivo Federal
designa a su representante, las ulteriores notificaciones se practicarán con éste.

3.1.2.4.2. De las autoridades suplentes.

De los citados artículos 19 y 27 de la Ley de Amparo, también se desprende que los


Secretarios de Estado y el Procurador General de la República, tanto al actuar en
representación del Presidente de la República, como cuando sean señalados como
autoridades responsables, podrán ser suplidos por los funcionarios a quienes otorguen
esa atribución los reglamentos internos de cada dependencia. Tales reglamentos serán
expedidos por el Presidente de la República. Al respecto, resultan aplicables los artículos
14 y 18 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, que dicen:

“ARTÍCULO 14.- Al frente de cada Secretaría habrá un Secretario de Estado, quien


para el despacho de los asuntos de su competencia, se auxiliará por los Subsecretarios,
Oficial Mayor, Directores, Subdirectores, Jefes y Subjefes de Departamento, oficina,
sección y mesa, y por los demás funcionarios que establezca el reglamento interior
respectivo y otras disposiciones legales.- En los juicios de amparo, el Presidente de la
República podrá ser representado por el titular de la dependencia a que corresponde el
asunto, según la distribución de competencias. Los recursos administrativos promovidos
contra actos de los Secretarios de Estado serán resueltos dentro del ámbito de su
Secretaría en los términos de los ordenamientos legales aplicables.”

“ARTÍCULO 18.- En el reglamento interior de cada una de las Secretarías de Estado


y Departamentos Administrativos, que será expedido por el Presidente de la República, se
determinarán las atribuciones de sus unidades administrativas, así como la forma en que
los titulares podrán ser suplidos en sus ausencias.”

Como se ve, la suplencia a que alude el artículo 19 de la Ley de Amparo, se actualiza


en los casos de ausencia del titular de la Secretaría de Estado correspondiente o, en su
caso, del Procurador General de la República, pues en este supuesto tales titulares o el
procurador pueden ser suplidos por el funcionario al que el reglamento interior de la
dependencia le confiera la facultad de representación. Cabe precisar que la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, estableció lo que debe entenderse por
“ausencia”. En efecto, dicha sala sostuvo el siguiente criterio:
26

“AUSENCIA DE AUTORIDADES RESPONSABLES. NO SE DESVIRTÚA AUNQUE


SE ACREDITE QUE EL SECRETARIO DEL RAMO SUPLIDO HAYA FIRMADO UN
ACUERDO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL EL MISMO DÍA EN QUE SE DIO LA
SUPLENCIA.- En términos de los artículos 19 de la Ley de Amparo, 18 de la Ley Orgánica
de la Administración Pública Federal y 105 del Reglamento Interior de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, se observa que tratándose de juicios de amparo en los que el
titular de la secretaría antes mencionada deba intervenir en representación del presidente,
puede ser suplido en sus ausencias por los funcionarios y en el orden establecido en el
reglamento citado, en la inteligencia de que basta la afirmación del subordinado autorizado
para ejercer esa facultad, en el sentido de que el titular estaba ausente para tener por
cierta esa circunstancia, salvo prueba en contrario. Lo anterior obedece a que esta
Segunda Sala ha sustentado criterio jurisprudencial en el sentido de que el concepto de
"ausencia", para efectos de la sustitución, se aplica tanto en los casos en que el titular se
encuentra fuera de su sede jurídica, como en aquellos en que, por cualquier motivo, no
asista a su oficina, dado que el resultado práctico es el mismo, o sea, que de no poder ser
sustituido el ausente, no se podrían atender determinados asuntos cuya resolución resulta
indispensable para la buena marcha de la propia dependencia, por lo que no existe base
lógica ni jurídica para distinguir, en cuanto a sus resultados prácticos y tratamiento legal,
las situaciones de ausencia del titular de su despacho o de la sede jurídica. Así, no es
suficiente, para desvirtuar la legalidad de la suplencia del procurador Fiscal, el que se
demuestre que en el Diario Oficial aparezca publicado un acuerdo del secretario de Estado
suplido, pues solo acredita, en su caso, que en la fecha de la sustitución aquél se
encontraba en la ciudad sede de su despacho, mas no es suficiente para desvirtuar la
afirmación de que al momento en que se firmó el escrito de revisión, dicho secretario se
encontraba ausente de sus oficinas y que esa circunstancia motivara la intervención del
procurador Fiscal de la Federación. Por las razones apuntadas, esta Segunda Sala no
comparte el criterio sostenido por la entonces Sala Auxiliar de este Alto Tribunal en la tesis
de la Séptima Época, del Semanario Judicial de la Federación, Volúmenes 163-168,
Séptima Parte, página 26, de rubro: "AUTORIDADES RESPONSABLES, AUSENCIA DE
LAS."23[1]

De acuerdo a lo anterior, la autoridad suplente podrá actuar en los juicios de amparo,


únicamente en los supuestos en los que el titular de la Secretaría de Estado o el
Procurador General de la República, según sea el caso, no asistan a su oficina y, en
consecuencia, no puedan ponerle la debida atención al juicio de garantías.
3.1.2.4.3. De los delegados.

23[1]
Tesis número 2a. XXXIX/98, visible en la pág. 240, del Tomo VII, Abril de 1998, Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 196546.
27

Del citado artículo 19 de la Ley de Amparo, se desprende que si bien las autoridades
responsables no pueden ser representadas en los juicios de amparo; sin embargo, sí
pueden designar delegados. Se trata de personas que tienen la facultad de concurrir a las
audiencias, para el efecto de que en ellas rindan pruebas, aleguen lo que a los intereses
de la autoridad convenga y presenten promociones.

Al respecto, debe decirse que los delegados únicamente están facultados para actuar
dentro de la audiencia constitucional (pues así lo establece el artículo 19 de la Ley de
Amparo). Lo anterior implica que las promociones que la autoridad o autoridades
responsables presenten antes de la audiencia constitucional, deberán ser firmadas por
ellas mismas, en tanto que los delegados solamente pueden actuar en la referida
audiencia.24[1]

3.1.2.5. Personas extrañas al juicio.

Hay juicios de amparo en los que intervienen las denominadas personas extrañas al
juicio. Se trata de personas que, sin ser parte, comparecen al juicio o son llamadas a él, en
virtud de que se considera que pueden afectarse sus intereses jurídicos con motivo de las
resoluciones que se llegaren a dictar en el propio juicio. A dichas personas se les deben
notificar los proveídos o resoluciones que la autoridad que conozca del juicio de amparo
estime necesario hacer de su conocimiento. Al respecto, el artículo 30 de la Ley de
Amparo, en lo conducente, establece:

“Artículo 30. No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores, la autoridad que


conozca del juicio de amparo, del incidente de suspensión o de los recursos
correspondientes, podrá ordenar que se haga personalmente determinada notificación a
cualquiera de las partes, cuando lo estime conveniente; y, en todo caso, el emplazamiento
al tercero perjudicado y la primera notificación que deba hacerse a persona distinta de las
partes en el juicio, se harán personalmente.- Las notificaciones personales se harán
conforme a las reglas siguientes: I. Cuando deba hacerse al quejoso, tercero perjudicado o
persona extraña al juicio. . .”

Como se ve, el artículo que antecede hace referencia a las notificaciones a las
personas extrañas al juicio. Así, por ejemplo, en un incidente de daños y perjuicios

24[1]
Sobre el particular, el Ministro Genaro David Góngora Pimentel, opina: “Así, en el supuesto del primer párrafo (del
artículo 19 de la Ley de Amparo), tenemos, por ejemplo, el caso de un delegado en los términos mencionados, que llega
a la conclusión, comparando firmas, de que la quejosa no firmó su demanda de amparo, por lo que pide se coteje la
firma de la demanda con la firma de un contrato de arrendamiento que acompaña, para que se vea su notoria diferencia y
ofrece además, la prueba pericial, pero esto lo hace ocho días antes del día de la celebración de la audiencia
constitucional y como este señor sólo es delegado. . .no puede actuar más que EN LA AUDIENCIA, el juez federal no le
debe recibir esos documentos, sino hasta que los argumentos y pruebas se hagan valer en la audiencia. Curiosa
reglamentación, antigua y totalmente lejana de la realidad actual.” GÓNGORA PIMENTEL, Genaro David. Ob. Cit.
pág. 306.
28

causados por la suspensión decretada en un juicio de amparo, a la compañía afianzadora


(persona extraña al juicio) que haya exhibido la caución respectiva, se debe notificar la
demanda incidental de que se trate, toda vez que aquélla será quien eventualmente
realice el pago correspondiente y, por tanto, debe ser oída previamente al dictado de la
sentencia. Al respecto, se ha sustentado la siguiente tesis:

“AMPARO INDIRECTO. ES PROCEDENTE EL INTERPUESTO POR UN TERCERO


EXTRAÑO CONTRA LA RESOLUCIÓN PRONUNCIADA EN EL INCIDENTE DE DAÑOS
Y PERJUICIOS DERIVADO DE UN JUICIO DE AMPARO. Si bien es cierto que de
acuerdo con lo dispuesto por el artículo 73, fracción II, de la Ley de Amparo, el juicio de
amparo es improcedente contra resoluciones dictadas en los juicios de amparo o en
ejecución de las mismas, no debe perderse de vista que esa obligatoriedad indiscutible se
está refiriendo a las partes que intervinieron en el juicio de amparo donde se dictó la
ejecutoria que estableció la verdad legal o, en su caso, en el incidente de daños y
perjuicios ocasionados por la suspensión del acto reclamado, el cual debe ser considerado
como parte integrante del juicio de garantías, pues la propia Ley de Amparo en su artículo
129 prevé su existencia, y en el diverso artículo 95, fracción VII, establece la procedencia
del recurso de queja contra la resolución definitiva que se dicte en el citado incidente de
daños y perjuicios, medio de impugnación cuya existencia en la Ley de Amparo no podría
explicarse si dicho incidente no formara parte del juicio de amparo; sin embargo, dicho
criterio no tiene aplicación respecto del tercero extraño que por no haber sido oído en el
correspondiente incidente de daños y perjuicios, no está en las mismas condiciones que
las partes que en él intervinieron ni tiene la posibilidad de interponer el recurso de queja
previsto en la fracción VII del artículo 95 de la Ley de Amparo, pues de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 96 del citado ordenamiento legal, sólo pueden interponer dicho
recurso las partes que litigaron en el juicio. Por tanto, si el Juez de Distrito al tramitar el
incidente de liquidación de daños y perjuicios causados por la suspensión
decretada en un juicio de amparo, no llamó a juicio a la compañía de fianzas que
extendió la póliza respectiva ni le notificó la demanda incidental, negándole la
oportunidad de ser oída, y tampoco le notificó la resolución definitiva pronunciada
en el incidente, no puede declararse, con fundamento en la fracción II del artículo 73
de la ley de la materia, improcedente el juicio de amparo promovido por la
afianzadora contra el auto dictado en ejecución de la sentencia recaída en dicho
incidente, en que se le requirió el pago del importe de la póliza respectiva; ello,
atendiendo al criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que establece
que los Jueces de Distrito no pueden sobreseer en los juicios de amparo que se
promuevan contra actos de las autoridades comunes que afecten a personas
extrañas a un juicio de garantías, aun cuando dichos actos tengan como
fundamento una resolución dictada en ese juicio constitucional.”25[1]
25[1]
Tesis aislada I.11o.C.75 C, sustentada por el Décimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en la
pág. 1678, del Tomo XVIII, Agosto 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg.
29

3.1.3. Tipos de notificación.

En este apartado se hará referencia, con una breve explicación, a las diversas clases
de notificación que se practican en los juicios de amparo. Por tanto, el fundamento de
cada una de ellas, su procedencia y la forma en que deben practicarse, serán expuestos
con posterioridad.

Los tipos de notificación en los juicios de amparo son los siguientes:

Notificación personal: Es aquella diligencia que el actuario o secretario judicial


practica directamente con el interesado o con su autorizado, apoderado o, en su caso,
representante legal o defensor (en materia penal), en el domicilio señalado para recibir
notificaciones, a fin de hacer de su conocimiento una resolución judicial. Tal tipo de
notificación también puede practicarse en el local del órgano jurisdiccional, cuando la parte
interesada acude a éste y se hace sabedora de la resolución respectiva.

Notificación por lista: Es la que se lleva a cabo mediante un documento que se fija
en los órganos jurisdiccionales, en un lugar visible y de fácil acceso al público en general,
en el que se hace una relación de los diversos asuntos en los que se dictaron las
resoluciones que se ordenaron notificar por este medio (véase punto 2.8).

Notificación por oficio: Como su nombre lo indica, es aquella que se practica por
medio de un oficio en el que se transcribe la resolución que debe hacerse del
conocimiento de las autoridades, ya sea en su carácter de responsables o tercero
perjudicadas. Cuando el domicilio de la oficina de dichas autoridades esté en el lugar del
juicio, el oficio se entregará personalmente por el actuario judicial o por el empleado a
quien se encomiende la diligencia. En caso contrario, esto es, cuando la oficina de dichas
autoridades se encuentre fuera del lugar del órgano jurisdiccional ante el que se tramite el
juicio, el oficio correspondiente se remitirá por correo, en pieza certificada con acuse de
recibo.

Notificación por telégrafo: Comunicación oficial que tiene lugar, generalmente, en


casos urgentes o cuando fuere necesario para la mejor eficacia de la notificación, a fin de
informar la resolución respectiva a las autoridades responsables.

Notificación por exhorto: Aquella mediante la cual se comunica una resolución judicial
a alguna de las partes (con excepción de las autoridades) que tenga su domicilio fuera del
lugar donde se tramita el juicio de amparo. En el exhorto respectivo debe precisarse la

183627.
30

resolución que se va a notificar, así como el nombre y domicilio del interesado. Además,
deben adjuntarse todas las constancias que sean necesarias para que pueda practicarse
la notificación correspondiente (ver punto 2.11.2).

Notificación por edictos: Es la que se practica mediante publicaciones en el Diario


Oficial de la Federación y en uno de los periódicos de mayor circulación nacional. En
materia de amparo debe observarse lo dispuesto en el artículo 315 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a los juicios de garantías (véase punto
2.10).

3.1.4. Cuándo surten sus efectos las notificaciones.

La fracción I del artículo 24 de la Ley de Amparo estatuye:

"ARTÍCULO 24. El cómputo de los términos en el juicio de amparo se sujetará a las


reglas siguientes: I. Comenzará a correr desde el día siguiente al en que surta sus efectos
la notificación, y se incluirá en ellos el día del vencimiento."

De la disposición legal transcrita se desprende que en los juicios de garantías, los


términos comienzan a correr a partir del día siguiente del en que surten sus efectos las
notificaciones. De aquí se sigue que para saber cuándo comienzan a correr los términos
en los juicios de amparo, necesariamente debe conocerse cuándo surten sus efectos las
notificaciones. Se afirma lo anterior, pues es el momento en que surten sus efectos las
notificaciones lo que determina el inicio de los términos.

Al respecto, el artículo 34 del mencionado ordenamiento legal, dispone:

"Artículo 34. Las notificaciones surtirán sus efectos: I. Las que se hagan a las
autoridades responsables, desde la hora en que hayan quedado legalmente hechas; y
II. Las demás, desde el día siguiente al de la notificación personal o al de la fijación de la
lista en los juzgados de distrito, Tribunales Colegiados de Circuito o Suprema Corte de
Justicia."

Del propio artículo se advierte que el hecho de que una notificación surta sus efectos
legales, implica, necesariamente, que aquélla haya sido practicada. Lo anterior conduce a
establecer que tratándose de la práctica de notificaciones, se deben distinguir los
siguientes momentos: a) el momento en que la diligencia de notificación se practicó; y, b)
el momento en que aquélla surtió sus efectos.
31

Es verdad que en algunos tipos de notificaciones el momento en que la diligencia se


practica y el momento en que aquélla suerte sus efectos, son coetáneos (como sucede,
por ejemplo, en las notificaciones que se hacen a las autoridades responsables); sin
embargo, tal situación no es óbice para hacer la citada distinción en cada uno de los casos
que se analizarán en este apartado, pues tratándose de las notificaciones que se practican
en forma personal o por medio de lista, los referidos momentos son distintos, según se
verá más adelante.

Conviene apuntar aquí que para los actuarios judiciales resulta de especial
importancia conocer el momento en que surten sus efectos los distintos tipos de
notificaciones que se practican en los juicios de garantías. Esto es así, pues algunos
titulares de los órganos jurisdiccionales suelen encomendar a los propios actuarios que,
previamente a devolver los expedientes a la Secretaría de Acuerdos, asienten en los autos
la fecha en que surtió efectos la notificación que practicaron (aunque en rigor, es el
Secretario de Acuerdos el que debe hacer tal anotación, pues es a él al que corresponde
hacer los cómputos de los plazos).

3.1.4.1 De las notificaciones por oficio dirigidas a las autoridades responsables.

Como se dijo en el punto 3.1.3., a las autoridades responsables se les notifica


mediante oficio, ya sea que éste se entregue por el actuario judicial o por el empleado
correspondiente en el domicilio de aquéllas, o que se remita por correo, en pieza
certificada con acuse de recibo.
Al respecto, los artículos 33 y 34, fracción I, de la Ley de Amparo estatuyen:

“ARTÍCULO 33. Las autoridades responsables estarán obligadas a recibir los oficios
que se les dirijan, en materia de amparo, ya sea en sus respectivas oficinas, en su
domicilio o en el lugar en que se encuentren. La notificación surtirá todos sus efectos
legales, desde que se entregue el oficio respectivo, ya sea a la propia autoridad
responsable o al encargado de recibir la correspondencia en su oficina; y si se
negaren a recibir dichos oficios, se tendrá por hecha la notificación y serán
responsables de la falta de cumplimiento de la resolución que contenga. El actuario
respectivo hará constar en autos el nombre de la autoridad o empleado con quien se
entienda la diligencia, y, en su caso, si se niega a firmarla o a recibir el oficio.”

“Artículo 34. Las notificaciones surtirán sus efectos: I. Las que se hagan a las
autoridades responsables, desde la hora en que hayan quedado legalmente hechas.”
De la disposición legal transcrita se desprende que las autoridades responsables
están obligadas a recibir los oficios que se les dirijan. Así, las notificaciones que se les
hacen se tendrán por legalmente practicadas desde que se entregue a la autoridad el
32

oficio correspondiente, esto es, en la fecha y hora que consten en el acuse de recibo
respectivo (ya sea que se haya entregado físicamente o por correo). Por otra parte, en el
supuesto de que dichas autoridades o, en su caso, los encargados de recibir la
correspondencia en la oficina principal de aquéllas, se nieguen a recibir el oficio
respectivo, el actuario deberá levantar una razón en la que asentará tal situación y la
notificación se tendrá por legalmente hecha a partir de la fecha y hora en que el actuario
judicial hayan levantado tal razón.

Ahora bien, ¿cuándo se tendrá por hecha la notificación a la autoridad responsable


que se negó a recibir el oficio que le fue enviado mediante correo? Pues bien, en los casos
en los que la autoridad responsable se niega a recibir un oficio que le fue remitido
mediante correo, la Administración de Correos normalmente lo devuelve al remitente con
un sello que dice “Rehusado por el destinatario”, y que lleva la fecha en que el oficio fue
rechazado. En tales condiciones, se estima que en la hipótesis de que se trata, el actuario
judicial, con vista en el sello estampado por la Administración de Correos, deberá levantar
una razón en la que haga constar tal circunstancia. Esta razón la agregará a los autos
respectivos y al devolverlos al secretario de acuerdos deberá informarle tal circunstancia a
fin de que dé cuenta con la razón de referencia. Ello, con el objeto de que el titular del
órgano jurisdiccional determine lo que proceda conforme a derecho.

Como se ve, tratándose de autoridades en su carácter de responsables, las


notificaciones quedan legalmente hechas y surten sus efectos jurídicos en un
mismo momento.

En otras palabras, las notificaciones a las autoridades responsables surten sus


efectos: a) desde que se entrega el oficio respectivo, esto es, en la fecha y hora que
conste en el acuse de recibo correspondiente; b) en su caso, a partir de la fecha y hora en
que conforme a la razón del actuario la autoridad responsable se negó a recibir el oficio; o,
c) en su caso, a partir de la fecha en la que la autoridad se negó a recibir el oficio, según el
sello estampado por la Administración de Correos que dice: “Rehusado por el
destinatario”.

3.1.4.2. De las notificaciones por oficio dirigidas a las autoridades en su


carácter de tercero perjudicadas y a los agentes del Ministerio Público adscritos a
los tribunales colegiados de Circuito.

Como se dijo en el apartado 3.1.3, inciso c), a las autoridades que tienen el carácter
de tercero perjudicadas también se les notifica por oficio. Tales notificaciones, al igual que
las que se practican a las autoridades responsables, se tienen por legalmente hechas
desde que reciben el oficio correspondiente, esto es, en la fecha y hora que consten en el
33

acuse de recibo correspondiente. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con las
notificaciones que se practican a las autoridades responsables, las que se hacen a las
autoridades en su carácter de tercero perjudicadas surten sus efectos al día siguiente del
en que se practicó la diligencia de notificación, esto es, al día siguiente de aquel en que
reciben el oficio respectivo. Al respecto, se ha sustentado la jurisprudencia que a
continuación se cita:

"NOTIFICACIONES A LA AUTORIDAD DENTRO DEL JUICIO DE AMPARO.


SURTEN SUS EFECTOS AL DÍA SIGUIENTE AL EN QUE SE HICIERON, CUANDO
SEA TERCERA PERJUDICADA.- Conforme a lo establecido en la fracción I del artículo
34 de la Ley de Amparo, las notificaciones que se hagan a las autoridades responsables
surtirán sus efectos desde la hora en que hayan quedado legalmente hechas, en tanto
que, al tenor de lo previsto en la fracción II del propio numeral, las demás surtirán sus
efectos desde el día siguiente al de la notificación personal o al de la fijación de la lista en
los Juzgados de Distrito, Tribunales Colegiados de Circuito o Suprema Corte de Justicia.
De la interpretación armónica de los artículos 24, 28, fracción I, 29 y 34 de la Ley de
Amparo, cabe destacar que por lo que se refiere a las autoridades, la ley da un mismo
tratamiento respecto de las notificaciones que se les hacen, en su carácter de
responsables o como terceras perjudicadas, ordenando que en ambos casos se
practiquen por medio de oficio, por correo, en pieza certificada con acuse de recibo. No
obstante lo anterior, por lo que se refiere a cuándo surten sus efectos, la ley establece que
las que se hagan a las autoridades en su carácter de responsables, será desde la hora en
que hayan quedado legalmente hechas, mientras que las demás desde el día siguiente al
de la notificación personal o al de la fijación de la lista en los Juzgados de Distrito,
Tribunales Colegiados de Circuito o Suprema Corte de Justicia. Lo anterior lleva a concluir
que conforme a lo dispuesto en los artículos mencionados existe una expresa distinción
entre el carácter de autoridad responsable y la diversa calidad que la autoridad tiene
cuando actúa como tercera perjudicada, para el cómputo del término de interposición del
recurso de revisión. En tal virtud, para los casos en que la autoridad tenga el carácter de
tercera perjudicada, no debe estarse a la regla prevista en el artículo 34, fracción I, de la
Ley de Amparo, ya que conforme a dicho precepto las notificaciones que se hagan a las
autoridades responsables, surtirán sus efectos desde la hora en que han quedado
legalmente hechas, sino a la fracción II, en donde debe incluirse a las que se hagan a las
autoridades actuando con el carácter de terceras perjudicadas, surtiendo efectos desde el
día siguiente al de la notificación, máxime que así lo dispone como regla general el artículo
321 del Código Federal de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria."26[1]

Lo mismo acontece tratándose de los agentes del Ministerio Público adscritos a los
órganos jurisdiccionales, pues la notificación que se les practique por oficio, se tendrá por
26[1]
Tesis jurisprudencial P./J. 24/2003, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 20, del
Tomo XVIII, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 183775.
34

hecha en la hora y fecha que consten en el acuse de recibo correspondiente, y surtirá sus
efectos al día siguiente.

3.1.4.3. De las notificaciones por lista.

El artículo 28, fracción III, y 34, fracción II, primer párrafo, de la Ley de Amparo,
estatuyen:

“ARTÍCULO 28. Las notificaciones en los juicios de amparo de la competencia de los


juzgados de distrito, se harán:. . .III. A los agraviados no privados de la libertad personal, a
los terceros perjudicados, a los apoderados, procuradores, defensores, representantes,
personas autorizadas para oír notificaciones y al Ministerio Público, por medio de lista que
se fijará en lugar visible y de fácil acceso del juzgado. La lista se fijará a primera hora de
despacho del día siguiente al de la fecha de la resolución. Si alguna de las partes
mencionadas no se presenta a oír notificación personal hasta las catorce horas del
mismo día, se tendrá por hecha, poniendo el actuario la razón correspondiente.-
ARTÍCULO 34. Las notificaciones surtirán sus efectos: II. Las demás, desde el día
siguiente al de la notificación personal o al de la fijación de la lista en los juzgados
de distrito, Tribunales Colegiados de Circuito o Suprema Corte de Justicia.”

De los preceptos transcritos se desprende que la lista de notificación debe fijarse a


las nueve horas del día siguiente al de la fecha de la resolución que se notifica. En caso
de que las partes a las que se les debe notificar mediante lista no acudan al órgano
jurisdiccional para oír notificación personal, la notificación se tendrá por hecha a las
catorce horas del día en que fue fijada y surtirá sus efectos jurídicos al día siguiente.

Como se ve, las notificaciones por lista quedan legalmente hechas a las catorce
horas del día en que fueron fijadas (siempre y cuando las partes a las que se les notifica
por ese medio no se hayan presentado al órgano jurisdiccional a oír notificación personal
antes de dicha hora), y surten sus efectos legales al día siguiente.
3.1.4.4. De las notificaciones personales.

Las notificaciones personales quedan hechas desde la fecha y hora que el actuario
judicial precisa en la razón en la que hace constar que el interesado, su autorizado,
procurador o, en su caso, representante o defensor, recibió copia certificada de la
resolución que motivó dicha notificación. Las notificaciones personales, en términos del
citado artículo 34, fracción II de la Ley de Amparo, surten sus efectos jurídicos al día
siguiente de aquel en que fueron practicadas.
35

3.1.4.5. Notificaciones por edictos.

El artículo 30, fracción II, de la Ley de Amparo dispone que cuando no conste en
autos el domicilio del tercero perjudicado o de persona extraña al juicio, ni la designación
de casa o despacho para oír notificaciones, la primera notificación se hará por edictos en
los términos del Código Federal de Procedimientos Civiles. El artículo 315 de este último
ordenamiento legal, estatuye:

“ARTÍCULO 315. Cuando hubiere que citar a juicio a alguna persona que haya
desaparecido, no tenga domicilio fijo o se ignore dónde se encuentra, la notificación se
hará por edictos, que contendrán una relación sucinta de la demanda, y se publicarán por
tres veces, de siete en siete días, en el Diario Oficial y en uno de los periódicos diarios de
mayor circulación en la República, haciéndosele saber que debe presentarse dentro del
término de treinta días, contados del siguiente al de la última publicación. Se fijará,
además, en la puerta del tribunal, una copia íntegra de la resolución, por todo el tiempo del
emplazamiento. Si pasado este término, no comparece por sí, por apoderado o por gestor
que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía, haciéndosele las ulteriores
notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá contener, en
síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.”

Como se ve, la notificación por edictos tiene la particularidad de que su práctica se


prolonga en el tiempo, pues conforme a la disposición transcrita, la resolución a notificar
debe publicarse tres veces con un lapso intermedio de siete días entre cada una de las
publicaciones. Luego, para estimar que una notificación por edictos quedó legalmente
practicada, necesariamente deben hacerse, con las formalidades de ley, todas las
publicaciones correspondientes. Atento lo anterior, se considera que las notificaciones por
edictos se tienen por hechas el día de la última publicación. Ahora bien, se estima que
esta notificación surte sus efectos el mismo día en que se tiene por hecha. Lo anterior es
así, pues el término de treinta días que establece el citado precepto legal, para que el
interesado se presente en el órgano jurisdiccional correspondiente, corre a partir del día
siguiente al de la última publicación. Luego, si los términos comienzan a correr al día
siguiente de aquel en que surte sus efectos la notificación, es inconcuso que la notificación
por edictos surte sus efectos el día de la última publicación.
Lo expuesto en este apartado permite concluir lo siguiente:

Las notificaciones a las autoridades responsables se tienen por hechas y surten sus
efectos jurídicos: 1.- desde que se entrega el oficio respectivo, esto es, en la fecha y hora
que conste en el acuse de recibo correspondiente; 2.- en su caso, a partir de la fecha y
hora en que conforme a la razón del actuario la autoridad responsable se negó a recibir el
oficio; o, 3.- en su caso, a partir de la fecha en la que la autoridad se negó a recibir el
36

oficio, según el sello estampado por la Administración de Correos que dice: “Rehusado por
el destinatario”.

Las notificaciones a las autoridades que tienen el carácter de tercero perjudicadas, se


tienen por hechas en el momento en el que se practicó la diligencia, esto es, en la fecha y
hora que obre en el acuse de recibo correspondiente, y surten sus efectos jurídicos al día
siguiente. Asimismo, se estima que, por analogía, en caso de que una autoridad que tenga
el carácter de tercero perjudicada se niegue a recibir el oficio de notificación, ésta se
tendrá por hecha en la fecha y hora en que, conforme a la razón del actuario, dicha
negativa haya acaecido.

Las notificaciones personales se tienen por hechas desde la fecha y hora en que
conforme a la razón del actuario judicial se entregó al interesado, o a su autorizado,
apoderado, representante o defensor, copia certificada de la resolución correspondiente, y
surten sus efectos legales al día siguiente.

Las notificaciones por lista se consideran legalmente hechas a las catorce horas del
día en que fueron fijadas las listas (salvo que los interesados a los que se les notifica por
ese medio se hayan presentado a oír notificación personal antes de dicha hora), y surten
sus efectos jurídicos al día siguiente.

Las notificaciones por edictos se tienen por legalmente hechas y surten sus efectos el
día de la última publicación.

Las notificaciones por telégrafo se tienen por hechas y surten sus efectos desde que
las autoridades responsables reciben el telegrama correspondiente.

3.1.5. Nulidad de notificación y sus consecuencias.

La nulidad de notificaciones está prevista en el artículo 32 de la Ley de Amparo.


Dicho precepto establece:
“Artículo 32.- Las notificaciones que no fueren hechas en la forma que establecen las
disposiciones precedentes, serán nulas. Las partes perjudicadas podrán pedir la nulidad a
que se refiere este artículo, antes de dictarse sentencia definitiva, en el expediente que
haya motivado la notificación cuya nulidad se pide, y que se reponga el procedimiento
desde el punto en que se incurrió en la nulidad. Este incidente, que se considera de
especial pronunciamiento, pero que no suspenderá el procedimiento, se substanciará en
una sola audiencia, en la que recibirán las pruebas de las partes, se oirán sus alegatos,
37

que no excederán de media hora por cada una y se dictará la resolución que fuere
procedente. Si se declarare la nulidad de la notificación, se impondrá una multa de uno a
diez días de salario al empleado responsable, quien será destituido de su cargo, en caso
de reincidencia. Las promociones de nulidad notoriamente infundadas se desecharán de
plano y se impondrá al promovente una multa de quince a cien días de salario.”

El citado precepto sólo prevé un supuesto para la procedencia del incidente de


nulidad de notificaciones, consistente en que éstas no se practiquen conforme a las
normas que las rigen.

Sobre el particular, debe decirse que el precepto no debe considerarse en su sentido


literal, pues ello conduciría a establecer que el incidente de que se trata es improcedente
tratándose de notificaciones omitidas, lo que dejaría en estado de indefensión a la parte
afectada por tal omisión. En este orden de ideas, si el incidente de nulidad es procedente
tratándose de notificaciones mal practicadas, por mayoría de razón debe estimarse
procedente cuando la notificación no se haya practicado, esto es, ante la ausencia total de
notificación.

Conforme a lo expuesto en el párrafo anterior, el incidente de nulidad de


notificaciones procede en las siguientes dos hipótesis: a) cuando no exista notificación de
una resolución que deba comunicarse; y, b) cuando existiendo la notificación, ésta se haya
practicado en contravención a las normas que la rigen.

La finalidad del incidente de nulidad de notificaciones es que se reponga el


procedimiento desde la actuación en que se incurrió en la notificación deficiente o a partir
de que debió practicarse la notificación omitida, esto es, que se reponga el procedimiento
desde la actuación en que se incurrió en la irregularidad.

Ahora bien, para analizar la procedencia del referido incidente, debe distinguirse la
etapa procesal en que se practicó la notificación deficiente o se omitió practicar la
notificación, a saber: a) cuando se trata de notificaciones practicadas antes de la sentencia
definitiva; b) tratándose de notificaciones practicadas después del pronunciamiento de la
sentencia definitiva; y, c) en el caso de la notificación del fallo constitucional.
En el supuesto apuntado en el apartado a), el incidente de nulidad deberá
promoverse antes de que se dicte la sentencia definitiva. Esto es así, pues una vez
dictada ésta (independientemente de que haya causado o no ejecutoria), el incidente de
que se trata es improcedente. Lo anterior, pues al emitirse el fallo definitivo se produce un
cambio de situación jurídica, en virtud de haberse cerrado una fase del procedimiento. De
aceptarse lo contrario, se destruiría la firmeza de la sentencia a través de un simple
incidente de naturaleza accesoria a la controversia principal, además de que la única
38

forma de impugnar este tipo de fallos es mediante los recursos previstos en la Ley de
Amparo.

En ese sentido se ha pronunciado el criterio siguiente:

"NULIDAD DE NOTIFICACIONES, INCIDENTE DE. NO PROCEDE CONTRA


ACTUACIONES PRACTICADAS CON ANTERIORIDAD AL DICTADO DE LA
SENTENCIA EJECUTORIA.- Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha reiterado
que la cosa juzgada constituye la verdad legal y que por ende, en su contra no cabe
admitir recurso ni prueba alguna, porque de aceptarse lo contrario se destruiría la firmeza
que corresponde a la sentencia ejecutoria. De lo que se sigue que en toda controversia
jurisdiccional que ha concluido con dicha sentencia cierra toda posibilidad de procedencia
del incidente de nulidad de actuaciones, respecto de las practicadas con anterioridad a la
emisión de dicho fallo, ya sea en primera instancia, en segunda o durante la tramitación de
la etapa de ejecutorización; y que así mismo las actuaciones de una fase del proceso sólo
se pueden impugnar mediante dicho incidente, mientras no se concluya cada periodo
procesal, pues no puede destruirse la firmeza que ha adquirido el juicio a través de un
simple incidente de naturaleza accesoria al pleito principal, toda vez que la única manera
de atacar ese tipo de resoluciones es a través de los recursos que establece la ley o del
juicio de amparo, en su caso."27[1]

En la hipótesis prevista en el apartado b), relativo a actuaciones practicadas


después de pronunciada la sentencia definitiva, el incidente es procedente en virtud de
que al combatir actos procesales posteriores a la conclusión del juicio (que lógicamente no
fueron considerados para el dictado del fallo constitucional), no se destruye la firmeza de
la sentencia. De no estimarlo así, se dejaría a la parte perjudicada por una notificación
deficiente o por la falta de notificación en estado de indefensión.

En este caso, la promoción del incidente de nulidad de notificaciones no está sujeta


a una condición, sino a un término. En efecto, en el supuesto de que se trata, el incidente
debe promoverse dentro del término genérico de tres días que prevé el artículo 297,
fracción II del Código Federal de Procedimientos Civiles. Este precepto dice:

“Artículo 297. Cuando la ley no señale término para la práctica de algún acto judicial
o para el ejercicio de algún derecho, se tendrán por señalados los siguientes: II. Tres días
para cualquier otro caso.”

Dicho término comenzará a correr a partir de que el afectado tenga


conocimiento de la notificación deficiente u omitida. Si el afectado no promueve el
27[1]
Jurisprudencia P./J. 30/94, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 235, del Tomo VI,
Octava Época del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995. IUS 2004, núm. reg. 205424.
39

incidente de nulidad en el término antes precisado, precluirá su derecho de impugnar la


notificación deficiente o la falta de notificación.

En relación con lo anterior, se han sostenido los siguientes criterios:

"NULIDAD DE NOTIFICACIONES, INCIDENTE DE. PROCEDE CONTRA LAS QUE


SE LLEVAN A CABO CON POSTERIORIDAD AL DICTADO DE LA SENTENCIA.-
Considerando ante todo, que el artículo 32 de la Ley de Amparo al referirse a sentencias
definitivas alude simplemente a las que se dictan en el expediente que haya motivado la
notificación cuya nulidad se pide, lo que incluye a las que han causado y a las que no han
causado ejecutoria, debe sostenerse que la circunstancia de que el precepto referido
establezca que las partes perjudicadas podrán pedir la nulidad de la notificación que se
estima irregular antes de la sentencia definitiva, no debe interpretarse en el sentido de que
las notificaciones realizadas con posterioridad al pronunciamiento de dicha sentencia no
pueden ser combatidas mediante el incidente de nulidad respectivo, ya que una correcta
interpretación del citado dispositivo legal conduce a la conclusión de que tal exigencia
opera lógicamente respecto de las notificaciones practicadas antes de que se haya emitido
la resolución definitiva, pero no para las notificaciones realizadas con posterioridad al
pronunciamiento del fallo, pues sostener lo contrario propiciaría que a pesar de incurrirse
en deficiencias al practicarlas la parte afectada quedara indefensa ante ellas, lo cual
contravendría los términos de la primera parte del precepto aludido que señala que las
notificaciones hechas en forma distinta a la prevenida por la ley serán nulas."28[2]

“NULIDAD DE NOTIFICACIONES, INCIDENTE DE. TÉRMINO PARA


PROMOVERLO, CONTRA LAS PRACTICADAS CON POSTERIORIDAD A LA
SENTENCIA DEFINITIVA.- El artículo 32 de la Ley de Amparo, establece como término
para promover la acción de nulidad de notificaciones, hasta ‘antes de dictarse sentencia
definitiva’, término que por lógica únicamente opera en relación con las notificaciones
practicadas antes de la sentencia, pero el citado precepto, no señala término alguno para
promover la nulidad de las notificaciones que se hubieran realizado ilegalmente con
posterioridad a la sentencia de amparo, incluyendo la del fallo mismo, por tal motivo, en
este aspecto debe aplicarse supletoriamente el artículo 297, fracción II, del Código Federal
de Procedimientos Civiles, que establece el término genérico de tres días, para todos los
demás casos en los que la ley no señala un término específico para la práctica de algún
acto judicial o para el ejercicio de algún derecho.”29[3]

28[2]
Jurisprudencia P./J. 5/94, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 236, del Tomo VI,
Octava Época del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995. IUS 2004, núm. reg. 205483.
29[3]
Tesis sustentada por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en la pág. 239, del Tomo VII, Mayo de 1991, Octava
Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 222970.
40

Por otra parte, en relación con el supuesto precisado en el apartado c), consistente
en la notificación del fallo constitucional, el incidente de que se trata es procedente aun
cuando dicho fallo haya causado ejecutoria. Ello, pues la notificación del fallo
constitucional acaece con posterioridad a su dictado. En este orden de ideas, la
consecuencia de la interlocutoria que declare fundado el incidente de que se trata, será
que se practique la notificación de la sentencia en forma legal, subsanando las
deficiencias que motivaron su impugnación, sin que se altere el contenido de la propia
sentencia, pues ésta queda intocada en tanto que lo único que se combate es la indebida
notificación o su omisión.

Al respecto, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sustentó el


criterio que enseguida se apunta:

“NULIDAD DE NOTIFICACIONES. ES PROCEDENTE EL INCIDENTE RELATIVO,


INCLUSO SI YA FUE DICTADO EL AUTO QUE DECLARÓ EJECUTORIADA LA
SENTENCIA.- Si se parte de la interpretación que el Tribunal Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación hizo del artículo 32 de la Ley de Amparo en la jurisprudencia P./J.
5/94, y se toma en cuenta que durante la sustanciación del juicio de garantías se
presentan diversas hipótesis relacionadas con las notificaciones que deben practicarse
para hacer del conocimiento de las partes las decisiones emitidas en cada etapa procesal,
debe aceptarse la procedencia del incidente de nulidad de notificaciones no sólo contra
aquellas que se practiquen antes de que el Juez de Distrito dicte sentencia, pues en
atención al espíritu del citado artículo y a las directrices que ha establecido el Tribunal
Pleno, a fin de no dejar en estado de indefensión a la parte que se considere afectada, es
procedente el mencionado incidente en contra de la notificación de la sentencia del Juez
de Distrito, aun en el caso de que ésta ya se hubiese declarado ejecutoriada, y en el
supuesto de que aquél resultara fundado deberá reponerse el procedimiento desde el
punto en que se incurrió en la nulidad, tal como lo ordena el referido precepto legal; sin
que lo anterior contravenga el principio de cosa juzgada, en virtud de que los efectos
jurídicos de la tramitación y resolución del referido incidente no afectan la decisión del
Juez de Distrito plasmada en su sentencia, pues en caso de resultar fundado, sólo tendría
como consecuencia ordenar que la notificación de la sentencia se practique de manera
legal, subsanando las deficiencias que motivaron su impugnación, pero la sentencia
misma queda intocada.”30[4]

En este caso, el incidente también deberá promoverse dentro del término genérico de
tres días, de lo contrario, precluirá el derecho de la parte afectada para impugnar la
indebida notificación o la falta de notificación del fallo constitucional.

30[4]
Jurisprudencia P./J. 20/2004, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 5, del Tomo
XIX, Mayo de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 181523.
41

Por otra parte, del citado artículo 32 de la Ley de Amparo también se desprende
que en caso de que el incidente resulte fundado y, en consecuencia, se declare la
nulidad de la notificación, además de las consecuencias jurídicas que ello
determina, se sancionará al actuario judicial (o al funcionario que haya practicado la
notificación cuestionada) con una multa de uno a diez días de salario, si fuere la
primera ocasión en que incurriere en esta falta. En caso de reincidencia, será
destituido del cargo.

Finalmente, si el incidente de nulidad resulta notoriamente infundado, será


desechado de plano y se impondrá a su promovente una multa de quince a cien días de
salario.

3.2. Reglas para notificar en el juicio de amparo indirecto.

Para practicar las notificaciones en los juicios de garantías, los actuarios judiciales
deben ajustarse a las reglas previstas en la Ley de Amparo. Estas reglas varían según el
tipo de notificación que se practique. En tales condiciones, en los temas subsecuentes se
expondrán los supuestos de procedencia de cada uno de los tipos de notificación que se
practican en el juicio de amparo, las reglas a las que los actuarios judiciales deben
ajustarse al practicarlas y la forma en que deben proceder ante las diversas situaciones
que se presentan en la realidad.

3.2.1. Notificaciones por oficio.

3.2.1. Notificaciones por oficio.

3.2.1.1. De su procedencia.

El artículo 28, fracción I, de la Ley de Amparo, estatuye:

“Artículo 28. Las notificaciones en los juicios de amparo de la competencia de los


Juzgados de Distrito, se harán: I. A las autoridades responsables y a las autoridades que
tengan el carácter de terceros perjudicados, por medio de oficios que serán entregados en
el domicilio de su oficina principal, en el lugar del juicio por el empleado del juzgado, quien
recabará recibo en el libro talonario cuyo principal agregará a los autos, asentando en
ellos la razón correspondiente; y fuera del lugar del juicio, por correo, en pieza certificada
42

con acuse de recibo, el cual se agregará a los autos. Cuando no existiere el libro talonario,
se recabará el recibo correspondiente;”

De la disposición transcrita se desprende que la notificación por oficio procede


respecto de las autoridades que tengan el carácter de responsables y tercero perjudicadas
(ver anexos 1 y 2).

ANEXO 1

NOTIFICACIÓN POR OFICIO

SECCION DE AMPARO.
JUICIO DE AMPARO_________.
CUADERNO ___________.
MESA ___________
ANTECEDENTES: TOCA PENAL ____/____

OF. ______ TERCERA SALA CIVIL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA


DEL DISTRITO FEDERAL.

En los autos del juicio de amparo al rubro indicado, promovido por _________
y otro, contra actos de Usted, se dicto un auto que a la letra dice:

“SE TRANSCRIBE EL ACUERDO (TAMBIÉN PUEDE HACERSE UNA SÍNTESIS DE


LA PARTE DEL PROVEÍDO RELACIONADA CON LA AUTORIDAD DE QUE SE TRATA)”

Lo que hago de su conocimiento para los efectos legales a que haya lugar.

MEXICO, DISTRITO FEDERAL, _____ DE __________ DE 2004.


43

A T E N T A M E N T E.
EL SECRETARIO DEL JUZGADO ___________.

LIC. ______________________.

ANEXO 2

NOTIFICACIÓN POR OFICIO (A LAS AUTORIDADES TERCERAS


PERJUDICADAS)

SECCIÓN: AMPARO
JUICIO DE AMPARO: __ /__
CUADERNO: ________.
MESA: ______.
44

OF.- ______. DIRECTOR DEL REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD Y DEL


COMERCIO DEL DISTRITO FEDERAL.

En los autos del juicio de amparo al rubro indicado, promovido por __________, por
conducto de su apoderado _____________, contra actos de ___________________, se
dictó un auto que a la letra dice:

“SE TRANSCRIBE EL PROVEÍDO”

Se anexa al presente, copia certificada del auto de _____ de __________ de dos


mil ______, escrito inicial de demanda y escrito aclaratorio, mediante los que se le
corre traslado con efectos de emplazamiento a juicio.

Lo que hago de su conocimiento para los efectos legales a que haya lugar.

MEXICO, DISTRITO FEDERAL, _________ DE ____________ DE 2004.

A T E N T A M E N T E.
EL SECRETARIO DEL JUZGADO _________.

LIC. _________________________.

3.2.1.2. Procedimiento para practicar las notificaciones por oficio.

El artículo 28 de la Ley de Amparo establece, esencialmente, dos procedimientos


para practicar las notificaciones por oficio, según se trate de autoridades que tengan su
domicilio en el lugar del juicio o fuera de éste. A continuación se expondrá la forma en que
deben proceder los actuarios judiciales en cada una de las referidas hipótesis.

3.2.1.2.1. De las notificaciones por oficio a las autoridades que tienen su


domicilio en el lugar de la residencia del órgano jurisdiccional que conoce del juicio
de amparo.
45

En los casos en los que la autoridad tenga su domicilio en el lugar donde se tramita el
juicio, el oficio respectivo será entregado por el actuario judicial o por el empleado a quien
se encomiende la diligencia de notificación, en la oficina principal de la autoridad de que
se trate, debiendo recabar el recibo correspondiente ya sea en el libro talonario o en
cualquier otro medio. En la práctica, una de las formas en que se recaba el recibo
mencionado consiste en que el funcionario judicial de que se trata, lleva por duplicado el
oficio que debe notificarse o el original y una copia simple del mismo, a fin de que uno de
éstos se entregue a la autoridad responsable (en el caso de que lleve el original y copia
simple del oficio, deberá entregar el original), en tanto que el otro le sirva para recabar el
acuse de recibo correspondiente. Por tanto, es en este último en el que el encargado de la
oficina de correspondencia estampa el sello de la autoridad que lo recibe, en el que
generalmente consta la fecha y hora, así como la denominación de aquélla. Este duplicado
o copia simple debe agregarse a los autos del juicio de amparo respectivo.

Ya se vio que conforme al artículo 33 de la Ley de Amparo, las autoridades


responsables están obligadas a recibir los oficios que se les dirijan. No obstante, si la
autoridad responsable a la que se le pretende notificar se niega a recibir el oficio, el
actuario judicial deberá levantar una razón en la que asentará la fecha y hora en que
practicó la diligencia, el nombre y cargo del funcionario o empleado con quien la haya
entendido, su media filiación y la circunstancia de que se negó a recibir el oficio. La razón
de que se trata deberá agregarse a los autos del juicio de amparo en el que se haya
pronunciado la resolución que se pretendió notificar a la autoridad.

Cabe precisar que del artículo 28, fracción I, de la Ley de Amparo se advierte que
puede ser “un empleado” del órgano jurisdiccional el que entregue el oficio. En estos
casos, si la autoridad responsable se niega a recibir el oficio, dicho empleado no deberá
levantar razón alguna, pues al no estar investido de fe pública, aquélla carecerá de valor
probatorio. Por tanto, lo que procede es que el empleado le exponga al actuario judicial lo
sucedido, a efecto de que éste intente entregar nuevamente el oficio de notificación. Si la
autoridad responsable vuelve a negarse, el actuario judicial levantará la razón
correspondiente, en los términos precisados.

3.2.1.2.2. De las notificaciones por oficio a las autoridades que tienen su


domicilio fuera del lugar de la residencia del órgano jurisdiccional que conoce del
juicio de amparo.
46

Si la autoridad (en su carácter de responsable o tercero perjudicada) tiene su


domicilio fuera del lugar donde está ubicado el órgano jurisdiccional en el que se tramita el
juicio, el oficio de notificación deberá enviarse por correo, en pieza certificada con acuse
de recibo, el cual se agregará a los autos. El sobre que contenga el oficio de notificación
correspondiente, deberá depositarse en la Administración de Correos respectiva.

En la práctica, suele elaborarse por duplicado un documento en el que se hace una


relación de los sobres que contienen los oficios de notificación y la autoridad a la que cada
uno de dichos sobres está dirigido. Al final del documento se asienta el número total de
sobres que se depositarán en la Administración de Correos. Uno de los mencionados
documentos se entrega al funcionario de la Administración de Correos junto con los sobres
correspondientes. Este funcionario, después de revisar que el número total de sobres que
recibe corresponde al que se asentó en el mencionado documento, firma y sella de
recibido el duplicado del documento de que se trata, mismo que le sirve al actuario para
control interno, pues le permite tener conocimiento de la fecha en que depositó en la
Administración de Correos los sobres con los oficios de notificación correspondientes.

Ahora bien, ¿qué sucede si la autoridad a la que se le remitió por correo el oficio
respectivo, se negara a recibirlo? La respuesta es que la notificación se tendrá por hecha
a partir de la referida negativa. En efecto, cuando una autoridad responsable se niegue a
recibir un oficio que le fue enviado por correo, aquél es devuelto al remitente con un sello
que estampa la Administración de Correos y que, además de la fecha, contiene una
leyenda que dice “Rehusado por el destinatario”. El oficio de que se trata deberá
agregarse a los autos del juicio de amparo correspondiente. Cabe precisar que para
que quede constancia de que la notificación quedó hecha, no obstante que la autoridad
responsable se negó a recibir el oficio, el actuario judicial, con vista en el sello
estampado por la Administración de Correos, levantará una razón en la que asentará
tal circunstancia. Esta razón deberá agregarla a los autos y al devolverlos informará
al secretario de acuerdos tal circunstancia, a fin de que éste dé cuenta con la misma
al titular del órgano jurisdiccional, para que determine lo que conforme a derecho
proceda.

Es importante destacar que el actuario judicial, previamente a levantar la


referida razón, deberá cerciorarse de que los datos asentados tanto en el sobre
como en el oficio de notificación, sean correctos, pues el hecho de que la autoridad
responsable se haya negado a recibir el oficio, puede deberse a que tales datos
sean incorrectos. Así, por ejemplo, puede suceder que la autoridad a la que se envió
el oficio de notificación no haya sido señalada como responsable en el juicio de
amparo y, en consecuencia, no tenga relación alguna con él.
47

3.2.2. Notificaciones personales.

3.2.2.1. De su procedencia.

Los artículos 28, fracciones II y III, y 30, fracción III, primer párrafo, de la Ley de
Amparo estatuyen:

“Artículo 28. Las notificaciones en los juicios de amparo de la competencia de los


Juzgados de Distrito, se harán: II. Personalmente, a los quejosos privados de su libertad,
ya sea en el local del juzgado o en el establecimiento en que se hallen recluidos, si radican
en el lugar del juicio; o por medio de exhorto o despacho si se encontraren fuera de él.- Lo
anterior se observará, salvo el caso de que los quejosos hubiesen designado persona para
recibir notificaciones o tuviesen representante legal o apoderado.- También deberán
notificarse personalmente a los interesados los requerimientos o prevenciones que se les
formulen; y III. A los agraviados no privados de la libertad personal, a los terceros
perjudicados, a los apoderados, procuradores, defensores, representantes, personas
autorizadas para oír notificaciones y al Ministerio Público, por medio de lista que se fijará
en lugar visible y de fácil acceso, del juzgado. La lista se fijará a primera hora de despacho
del día siguiente al de la fecha de la resolución. Si alguna de las partes mencionadas no
se presenta a oír notificación personal hasta las catorce horas del mismo día, se tendrá
por hecha, poniendo el actuario la razón correspondiente. . .”

“Artículo 30. No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores, la autoridad que


conozca del juicio de amparo, del incidente de suspensión o de los recursos
correspondientes, podrá ordenar que se haga personalmente determinada notificación a
cualquiera de las partes, cuando lo estime conveniente; y, en todo caso, el emplazamiento
al tercero perjudicado y la primera notificación que deba hacerse a persona distinta de las
partes en el juicio, se harán personalmente. . .III. Cuando deba notificarse al interesado la
providencia que mande ratificar el escrito de desistimiento de la demanda o de cualquier
recurso, si no consta en autos el domicilio o la designación de casa o lugar para oír
notificaciones, ni se expresan estos datos en el escrito, la petición será reservada hasta
que el interesado llene la omisión, notificándose el trámite por lista.”

De las disposiciones legales transcritas se desprende que las notificaciones


invariablemente se harán personalmente:

a) A los quejosos que se encuentren privados de su libertad y que no hayan


autorizado a persona con capacidad legal para oír notificaciones, ni tuviesen apoderado o,
en su caso, representante legal o defensor;
48

b) En los casos en los que la resolución que se notifique implique un requerimiento


o prevención. En estos casos, se notificará personalmente a la parte a la que esté dirigido
el requerimiento o la prevención;

c) Cuando en el proveído correspondiente se ordene emplazar al tercero


perjudicado (que no sea autoridad) y cuando se trate de la primera notificación que deba
hacerse a persona distinta de las partes en el juicio de amparo;

d) Tratándose de la resolución en la que se ordene que el interesado ratifique el


escrito por el que desistió de la demanda o de algún recurso.

e) Cuando la autoridad que conozca del juicio de amparo, del incidente de


suspensión o de los recursos correspondientes estime conveniente que determinado
proveído o resolución sea notificado personalmente a alguna de las partes en el juicio;

f) En el supuesto de que el interesado al que se le notifica por lista comparezca al


órgano jurisdiccional a más tardar a las catorce horas del día en que se fijó la lista, a
efecto de que se le notifique personalmente el proveído correspondiente.

En relación con el supuesto precisado en el apartado a), debe tenerse en cuenta


que si el peticionario de garantías está recluido en un centro penitenciario ubicado dentro
de la jurisdicción del órgano judicial en el que esté radicado el juicio de amparo, el actuario
practicará la notificación personal en dicho centro de reclusión. Por otro lado, si el
peticionario de garantías está privado de su libertad en un reclusorio que esté fuera del
lugar del juicio, la notificación se llevará a cabo mediante exhorto o despacho, según
corresponda. Ello, con el objeto de que sea el actuario del órgano jurisdiccional exhortado
o requerido el que practique la notificación personal, con las formalidades previstas en la
Ley de Amparo.

En este orden de ideas, siempre que se trate de quejosos privados de su libertad


que no hayan autorizado a una persona para oír notificaciones y que no tuvieren
apoderado, representante legal ni defensor, cualquier resolución que se dicte en el juicio
de amparo indirecto, se les deberá notificar personalmente. Este aserto se corrobora con
el siguiente criterio:

"NOTIFICACIONES EN EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO A LOS QUEJOSOS


PRIVADOS DE SU LIBERTAD. INVARIABLEMENTE DEBEN EFECTUARSE EN
FORMA PERSONAL, CUANDO CAREZCAN DE REPRESENTANTE LEGAL O
APODERADO, O NO HUBIESEN DESIGNADO PERSONA AUTORIZADA PARA
RECIBIRLAS. El artículo 28 de la Ley de Amparo, en su fracción II dispone: ‘... Las
49

notificaciones en los juicios de amparo de la competencia de los Juzgados de Distrito, se


harán: ... II. Personalmente, a los quejosos privados de su libertad, ya sea en el local del
juzgado o en el establecimiento en que se hallen recluidos, si radican en el lugar del juicio;
o por medio de exhorto o despacho si se encontraren fuera de él. Lo anterior se observará,
salvo el caso de que los quejosos hubiesen designado persona para recibir notificaciones
o tuviesen representante legal o apoderado. También deberán notificarse personalmente a
los interesados los requerimientos o prevenciones que se les formulen.’. De lo que se
deduce que todos los acuerdos emitidos durante la sustanciación del juicio de garantías,
entre otros, el de la admisión, aquellos por los que se difiere la audiencia constitucional y
señala nueva fecha para su celebración, vista respecto de los informes previos y
justificados, el que recae a la solicitud de admitir, desechar o preparar pruebas, etc.,
deben invariablemente notificarse en forma personal a los quejosos que están privados de
su libertad y que no hubiesen designado a alguien para recibirlas."31[1]

Por otro lado, según se dijo en el apartado b), las resoluciones que contengan un
requerimiento o prevención deben notificarse personalmente a la parte a la que vaya
dirigido. Tal forma de proceder se explica pues la notificación personal genera la certeza
de que el interesado con quien se entendió la diligencia, tiene conocimiento directo del
requerimiento o prevención que se le formuló, lo que evita que quede en estado de
indefensión al no dar cumplimiento a un requerimiento o prevención que, por no habérsele
notificado en forma personal, no conoció oportunamente.

Cabe precisar que la obligación de notificar personalmente los proveídos en los que
se formule un requerimiento o prevención, está sujeta a la condición de que el interesado
al que aquéllos vayan dirigidos hubiere señalado domicilio para oír y recibir notificaciones.
Se afirma lo anterior, pues en el caso de que se desconozca el domicilio de la persona a la
que se le formula el requerimiento o la prevención, se le notificará por lista la resolución
que la contenga. Lo anterior, de conformidad con el criterio que se cita a continuación:

“NOTIFICACIÓN DEL REQUERIMIENTO O PREVENCIÓN EN AMPARO. NO


OBSTANTE QUE ES PERSONAL, SI LA PARTE A QUIEN SE REALIZA NO HA
DESIGNADO DOMICILIO, DEBERÁ HACERSE POR LISTA.- De una recta interpretación
de los artículos 28, fracción II y 30, fracciones II y III, de la Ley de Amparo, se advierte que
no obstante que el requerimiento o prevención que se formule a una de las partes deberá
hacerse mediante notificación personal, también lo es que cuando aquéllas no hacen
designación de domicilio, las notificaciones que se les practiquen deberán hacerse por
lista, toda vez que si al apersonarse a juicio no señalan el referido domicilio para oír y
recibir notificaciones, el juzgador no está obligado a realizar investigación alguna para

31[1]
Tesis aislada VI.1°.P.209 P, sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito, visible en la pág.
1028, del Tomo XVII, junio de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 184179.
50

conocer el mismo, en virtud de que no se trata del emplazamiento al tercero perjudicado,


ni de la providencia para ratificar el escrito de desistimiento por parte del quejoso.”32[2]

Por otro lado, en el apartado c) se estableció que tanto la resolución que ordene el
emplazamiento al tercero perjudicado (que no sea autoridad), como la primera notificación
que deba hacerse a persona distinta de las partes en el juicio de amparo indirecto, se
practicarán personalmente. Esta forma de proceder se justifica en virtud de que el hecho
de que el actuario judicial practique el emplazamiento al tercero perjudicado en forma
personal, garantiza que éste conozca, con toda certeza, que ante determinado órgano
jurisdiccional federal está radicado un juicio de amparo indirecto en el que es parte y en el
que, en consecuencia, puede comparecer a efecto de defender sus intereses. Asimismo,
el hecho de que la primera notificación que deba hacerse a persona distinta de las partes
tenga que practicarse en forma personal, genera la certeza de que ésta tendrá
conocimiento cierto de la existencia de un juicio de garantías en el que pueden afectarse
sus intereses jurídicos con motivo de las resoluciones que se llegaren a dictar en el
mismo.

En la hipótesis apuntada en el inciso d), se afirmó que el acuerdo en el que se


previene al interesado para que comparezca al órgano jurisdiccional a efecto de ratificar el
desistimiento de la demanda o de algún recurso, debe notificarse personalmente. Lo
anterior se justifica si se considera que, dada la trascendencia que tiene el desistimiento
de la demanda o del recurso, la autoridad que conozca del juicio de amparo debe tener la
certeza de que realmente es voluntad del interesado desistirse de la demanda o recurso.
Por tanto, para tener la plena seguridad de que el escrito de desistimiento fue suscrito por
el interesado y que dicho desistimiento no obedece a una causa ajena a su voluntad, lo
que procede es notificarle personalmente el auto en el que se le requiere a efecto de que
comparezca al órgano jurisdiccional a ratificar el desistimiento.

Sobre el particular, resultan ilustrativas, en lo que interesa, las siguientes tesis:

“DESISTIMIENTO EN EL JUICIO DE AMPARO. DEBE ORDENARSE LA


RATIFICACION DEL ESCRITO DE.- Si en un juicio de amparo, el quejoso presenta
escrito de desistimiento, el juez de Distrito no debe apercibirlo en el sentido de que de no
comparecer a ratificar dicho escrito, tendrá por hecha la ratificación, sino que de no
comparecer a realizarla se tendrá por no formulado el desistimiento y se continuará con el
procedimiento de amparo; pues únicamente de esta manera, el juez de Distrito tendría la
certeza de que efectivamente quien desiste es el quejoso, en virtud, de que éste tendría la
certeza de que realmente es la voluntad del solicitante de amparo el desistirse de la acción

32[2]
Tesis número I.6o.C.64 K, sustentada por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en la pág. 1785,
del Tomo XVIII, Agosto de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 183489.
51

constitucional, y de que no se trata de un escrito en el que se le haya suplantado, o de que


hubiese obedecido a una causa ajena a su voluntad.”33[3]

“DESISTIMIENTO, RETRACTACION DEL.- De acuerdo a lo dispuesto en los


artículos 107, fracción I de nuestra Carta Magna y 4o. de la Ley de Amparo, el juicio
constitucional se seguirá a instancia de parte agraviada. Si el quejoso desiste de aquél,
pero el Juez Federal le concede tres días para que ratifique el escrito relativo y lejos de
cumplir con dicho requerimiento en tal plazo, en diverso libelo se retracta del anterior, este
último debe acordarlo favorablemente, en atención a que el desistimiento es un acto
personalísimo, respecto al cual no debe existir duda acerca de la intención del peticionario
de garantías.”34[4]

Cabe precisar que si se desconoce el domicilio en el que pueda notificarse al


interesado el proveído mencionado en último término, lo procedente es que el titular del
órgano jurisdiccional reserve el acuerdo del ocurso en el que el interesado desistió de la
demanda o recurso, hasta que el propio interesado comparezca al juzgado o presente un
escrito en el que señale domicilio para oír notificaciones.

En el inciso e), se estableció que las autoridades que conozcan de los juicios de
amparo indirecto, del incidente de suspensión o de los recursos correspondientes, tienen
la facultad de ordenar que una resolución, aun cuando no actualice alguno de los
supuestos en los que, por disposición de la ley, deben notificarse personalmente, se
notifique en esta forma. En efecto, cuando la autoridad que conozca de un juicio de
amparo estime conveniente que una resolución se notifique personalmente a una o
algunas de las partes en el juicio, podrá válidamente ordenarlo. Al respecto, el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, determinó que tal facultad no puede quedar
sujeta únicamente a la discreción de la autoridad que conozca del juicio de amparo, sino
que debe ejercerse atendiendo a la trascendencia del acto, acuerdo o resolución que se
va a notificar, a su naturaleza y a todas las circunstancias que lleven a la convicción de
que el proveído o resolución de que se trate tenga que notificarse en forma personal. Este
criterio está contenido en la jurisprudencia siguiente:

“SUSPENSIÓN PROVISIONAL. DEBE NOTIFICARSE PERSONALMENTE AL


TERCERO PERJUDICADO EL PROVEÍDO QUE LA CONCEDE.- La Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis de jurisprudencia número 309,
publicada en el Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, Tomo III,
página 223, de rubro: ‘NOTIFICACIONES PERSONALES EN EL AMPARO. CRITERIO EN
VIGOR.’, estableció que la facultad que se confiere al juzgador en el primer párrafo del
33[3]
Tesis número VI.2º.24 K, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, visible en la pág. 405, del Tomo III,
Febrero de 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 203200.
34[4]
Tesis número XIII.2º.4 K, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Tercer Circuito, visible en la pág. 634, del Tomo
IV, Septiembre de 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 201389.
52

artículo 30 de la Ley de Amparo, para ordenar, cuando lo estime conveniente, que se haga
personalmente determinada notificación a cualquiera de las partes en el juicio de amparo,
no puede quedar sujeta únicamente a la discreción de aquél, sino que debe ejercerse
atendiendo a la trascendencia del acto, acuerdo o resolución a notificar, a su naturaleza, a
las circunstancias de tiempo y lugar, así como a los casos especiales, a efecto de que
todas aquellas resoluciones de importancia para las partes lleguen a su conocimiento
oportunamente. En congruencia con tal criterio, debe decirse que cuando en la demanda
de garantías el quejoso solicita la suspensión provisional del acto reclamado y el Juez de
Distrito la concede, debe ordenar que dicho proveído se notifique personalmente al tercero
perjudicado, a efecto de que tenga oportunidad de interponer en su contra el recurso de
queja, ya que de acuerdo con lo establecido en los artículos 95, fracción XI, 97, fracción IV
y 99, último párrafo, de la Ley de Amparo, el plazo de veinticuatro horas para que recurra
se computa tomando como base la notificación de la resolución provisional; de lo que se
infiere la importancia que adquiere dicha notificación, pues si ésta se hace por medio de
lista y el tercero perjudicado todavía no se notifica del principal, se corre el riesgo de que
transcurra el plazo que tiene para recurrir en queja. No obstante lo anterior, en el supuesto
excepcional de que llegue el día señalado para la audiencia incidental sin haber podido
notificar personalmente al tercero perjudicado, el Juez de Distrito debe decidir sobre la
suspensión definitiva, en contra de la cual procede, en su caso, el recurso de revisión.”35[5]

Es muy importante precisar que la facultad contenida en el artículo 30 de la Ley de


Amparo (consistente en que cuando se estime conveniente notificar una resolución
personalmente, así podrá ordenarse), está conferida única y exclusivamente a la autoridad
que conoce del juicio de amparo. En este sentido, es el juez o magistrado el que debe
determinar si una resolución debe notificarse personalmente a alguna de las partes en el
juicio o a alguna persona extraña al mismo. Siendo así, es inconcuso que el actuario
judicial, en ningún caso podrá, motu proprio, determinar que una resolución que no se
ubique en alguno de los supuestos en los que por mandato legal deba notificarse
personalmente, se notifique en forma personal.

Por otra parte, en el inciso f) se estableció que en el caso de que se ordene una
notificación por lista, existe la posibilidad de que el interesado acuda al órgano
jurisdiccional a más tardar a las catorce horas del día en que se fijó la lista, a fin de que la
resolución correspondiente le sea notificada personalmente. A esta forma de notificar se le
conoce como notificación por comparecencia. Lo anterior, pues es el propio interesado el
que, motu proprio, comparece al órgano jurisdiccional a efecto de que se le notifique
personalmente la resolución que originalmente se le notificaría mediante lista.

35[5]
Jurisprudencia número P./J. 143/2000, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 23,
del Tomo XII, Diciembre de 2000, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 190667.
53

Ahora bien, además de los supuestos antes explicados, los actuarios judiciales deben
estar atentos a la jurisprudencia y a los Acuerdos Generales que expidan la Suprema
Corte de Justicia de la Nación y el Consejo de la Judicatura Federal en el ámbito de su
competencia. Esto es así, pues puede suceder que una resolución no encuadre en
ninguno de los supuestos en los que conforme a la Ley de Amparo debe notificarse
personalmente, y no obstante ello, en términos de la jurisprudencia, deba notificarse de
esta forma (por ejemplo, la última de las jurisprudencias invocadas, puesto que en ésta se
establece que la resolución en la que se otorga al quejoso la suspensión provisional, debe
notificarse personalmente al tercero perjudicado).

3.2.2.2. Procedimiento para practicar las notificaciones personales.

Para la práctica de las notificaciones personales en los juicios de garantías, el


actuario judicial debe ajustarse a las reglas contenidas en el artículo 30 de la Ley de
Amparo. Este precepto, en lo conducente, dice:

“Artículo 30. . .Las notificaciones personales se harán conforme a las reglas


siguientes: I. Cuando deban hacerse al quejoso, tercero perjudicado o persona extraña al
juicio, con domicilio o casa señalados para oír notificaciones en el lugar de la residencia
del Juez o tribunal que conozca del asunto, el notificador respectivo buscará a la persona
a quien deba hacerse, para que la diligencia se entienda directamente con ella; si no la
encontrare, le dejará citatorio para hora fija, dentro de las veinticuatro horas siguientes; y
si no se espera, se hará la notificación por lista.- El citatorio se entregará a los parientes,
empleados o domésticos del interesado, o a cualquier otra persona que viva en la casa,
después de que el notificador se haya cerciorado de que vive allí la persona que debe ser
notificada; de todo lo cual asentará razón en autos. Si la notificación debe hacerse en la
casa o despacho señalado para oír notificaciones, el notificador entregará el citatorio a las
personas que vivan en esa casa o se encontraren en el despacho, asentando razón en el
expediente. El citatorio contendrá síntesis de la resolución que deba notificarse.”

Como se ve, la disposición transcrita establece las reglas a las que deben ajustarse
los actuarios judiciales al practicar las notificaciones personales a los quejosos (personas
físicas y morales privadas u oficiales) y terceros perjudicados (estos últimos que no sean
autoridad), así como a las personas extrañas al juicio que hayan señalado domicilio para
oír notificaciones en el lugar de residencia del juzgado o tribunal en el que esté radicado el
juicio de amparo indirecto.

En la práctica, al hacer las notificaciones personales se pueden presentar una


diversidad de situaciones que los actuarios judiciales deben conocer, pues cada una de
ellas requiere de una actuación específica por parte de éstos. Las situaciones que pueden
54

presentarse son, entre otras, las siguientes: a) que el interesado se encuentre en su


domicilio en la primera búsqueda; b) que el interesado no se encuentre en la primera
búsqueda, pero el actuario sea atendido por un pariente, doméstico o trabajador de aquél
o por cualquier persona que viva o trabaje en el domicilio; c) que el actuario judicial, en
una segunda búsqueda del interesado, se constituya en el domicilio de éste en la fecha y
hora precisadas en el citatorio que entregó en su primera búsqueda, y nadie atienda su
llamado; d) que el funcionario judicial de que se trata se constituya por primera vez en el
domicilio del interesado y nadie atienda su llamado; e) que habiendo encontrado en la
primera búsqueda al interesado o a algún pariente, doméstico o empleado del interesado,
se nieguen a firmar y recibir la documentación que les exhibe el actuario; y, f) que el
interesado comparezca al órgano jurisdiccional a más tardar a las catorce horas del día en
que se fijó la lista correspondiente, a fin de que le sea notificada la resolución que
originalmente se le hubiera comunicado por lista.

A continuación se expondrá la forma en que debe proceder el actuario judicial ante


cada una de tales situaciones.

Asimismo, hay disposiciones contenidas en los Acuerdos Generales que emiten los
referidos órganos del Poder Judicial de la Federación, que obligan a los actuarios
judiciales a notificar personalmente determinadas resoluciones. Así, por ejemplo, el
Acuerdo General 5/2001, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, relativo
a la Determinación de los Asuntos que Conservará para su Resolución y el envío de los de
su Competencia Originaria a las Salas y a los Tribunales Colegiados de Circuito, en el
punto Décimo Cuarto, dice:

“DÉCIMO CUARTO.- En materia de amparo, el auto de radicación dictado por el


presidente del Tribunal Colegiado de Circuito y, en su caso, la resolución de envío de los
autos a la Suprema Corte de Justicia, se notificarán en forma personal al quejoso y al
tercero perjudicado y por medio de oficio a las autoridades responsables.-
Tratándose de conflictos competenciales y de reconocimiento de inocencia el auto y la
resolución a que se refiere el párrafo anterior, se notificarán también en forma personal
a las partes.”

3.2.2.2.1. De las notificaciones personales cuando el interesado es encontrado


en su domicilio en la primera búsqueda.
55

Para practicar una notificación personal al quejoso (persona física o moral privada u
oficial), tercero perjudicado o persona extraña al juicio, el actuario judicial debe constituirse
en el domicilio que aquéllos hayan señalado para recibir notificaciones. En tales
condiciones, lo primero que debe hacer un actuario judicial, al practicar una notificación
personal, es una minuciosa revisión de las constancias de autos, a efecto de determinar
cuál es el domicilio en el que debe constituirse. Esto es así, pues el quejoso, tercero
perjudicado o persona extraña al juicio pueden válidamente modificar el domicilio en el que
consideren conveniente que se les hagan las notificaciones personales. Atento lo anterior,
el actuario judicial deberá identificar el último proveído que se haya dictado en el juicio en
el que se haya tenido al interesado señalando un nuevo domicilio. Es importante precisar
que por lo general, los datos para ubicar el domicilio no se asientan en el proveído
correspondiente (pues en éste únicamente se tiene al interesado señalando un nuevo
domicilio). De aquí, que el actuario judicial deba leer la promoción del interesado, a efecto
de obtener tales datos.

Una vez que el actuario judicial se ha cerciorado de tener los datos que le permitan
ubicar el domicilio del interesado, deberá constituirse en aquél a efecto de practicar la
notificación personal. En el supuesto que se expone, se parte de la hipótesis de que el
actuario judicial encuentra al interesado en la primera búsqueda. En este orden de ideas,
una vez que la persona buscada atiende el llamado del referido funcionario judicial, éste
deberá: a) identificarse e informar al interesado el motivo de la diligencia; b) identificar al
interesado; y, c) entregar al interesado copia íntegra, autorizada, de la resolución que se le
notifica. Esto último, en términos del párrafo primero del artículo 310 del Código Federal
de Procedimientos Civiles (de aplicación supletoria al juicio de garantías, según el artículo
2 de la Ley de Amparo), que dispone:

“ARTÍCULO 310. Las notificaciones personales se harán al interesado o a su


representante o procurador, en la casa designada dejándole copia íntegra, autorizada, de
la resolución que se notifica.”

Ahora bien, el primer párrafo del artículo 27 de la Ley de Amparo estatuye:

“Artículo 27. Las resoluciones deben ser notificadas a más tardar dentro del día
siguiente al en que se hubiesen pronunciado, y se asentará la razón que corresponda
inmediatamente después de dicha resolución.”

Como se ve, la prueba de que una notificación fue practicada solamente puede ser la
razón asentada en autos o, en su caso, el acuse de recibo correspondiente. Por tanto, el
actuario que practique una notificación personal debe levantar la razón respectiva y
56

agregarla a los autos del juicio de amparo correspondiente. Tal razón debe contener,
como requisitos mínimos, los siguientes (ver anexo 3):

1.- El número de juicio de amparo o recurso. En el primer caso, deberá precisarse si


la resolución se pronunció en el cuaderno principal o en el incidental.

2.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del interesado.

3.- Nombre y apellidos, cargo y órgano jurisdiccional al que está adscrito dicho
funcionario judicial.

4.- La forma en que dicho funcionario se cercioró de que el domicilio en el que se


constituyó efectivamente corresponde al que el interesado señaló para oír notificaciones.

5.- Nombre y apellidos del interesado así como el documento con el que se identifica.

6.- Fecha de la resolución que se notificó y la circunstancia de que se entregó al


interesado copia íntegra y autorizada de ésta.

7.- En su caso, lo que el interesado hubiere manifestado durante la práctica de la


diligencia.

8.- Firma del funcionario judicial y de la persona interesada. Si ésta no supiere o no


quisiere firmar, se hará constar tal circunstancia.

En relación con el requerimiento consistente en la firma del actuario judicial, es muy


importante tener en cuenta que aquélla se compone del nombre y apellido de la persona,
seguido de su rúbrica.36[1] Luego, para que una razón levantada por un actuario judicial
haga prueba, éste debe poner su nombre y apellido, así como su rúbrica.

Ahora bien, ¿qué sucede si el domicilio que el quejoso, tercero perjudicado o la


persona extraña al juicio señalaron para oír notificaciones se encuentra fuera del lugar de
la residencia del juzgado o tribunal que conoce del juicio de garantías? La respuesta es
simple. El titular del juzgado o tribunal en el que esté radicado el juicio de garantías, librará
un exhorto o despacho, según proceda, a efecto de que sea el actuario adscrito al órgano
jurisdiccional exhortado o requerido el que practique la notificación personal
correspondiente. El actuario judicial adscrito al órgano jurisdiccional exhortado o requerido,

36[1]
Juan Palomar de Miguel, en su Diccionario para Juristas, da la siguiente definición de firma: “es el nombre y
apellido, o título, de una persona, que ésta pone con rúbrica al pie de un documento, y por la que le da autenticidad o se
obliga a lo que en él se dice”. El mismo autor define rúbrica como “el rasgo o conjunto de rasgos que cada cual pone
después de su firma.” Op. cit. págs. 693 y 1402.
57

deberá proceder en los términos antes expuestos, con excepción de la revisión minuciosa
de las constancias de autos para cerciorarse del domicilio en el que debe constituirse,
pues éste se especifica en el exhorto o despacho correspondiente. Cabe precisar que el
encargado de elaborar el exhorto correspondiente es el secretario y no el actuario, pues es
aquél quien autoriza dicha comunicación oficial y certifica las constancias que son
necesarias para que el actuario del órgano exhortado practique la diligencia que se le
encomienda.

3.2.2.2.2. De las notificaciones personales cuando el interesado no es encontrado en


su domicilio en la primera búsqueda, pero el actuario judicial es atendido por un
pariente, empleado o doméstico de aquél o por cualquier persona que viva o labore
en dicho domicilio.

Puede suceder que el actuario judicial al que se le haya encomendado la práctica de


la notificación personal, al constituirse por vez primera en el domicilio del interesado, no
encuentre a éste pero sí a algún pariente, trabajador o doméstico de aquél, o a cualquier
persona que viva o labore en el referido domicilio. En este supuesto, el mencionado
funcionario judicial podrá entender la diligencia con cualquiera de ellos.

Así, una vez que alguna de dichas personas atiende el llamado del actuario judicial,
éste procederá en los siguientes términos: a) deberá identificarse e informar a la persona
que lo atienda el motivo de la diligencia; b) solicitará la presencia del interesado, su
autorizado, apoderado o, en su caso, representante legal (en el supuesto que se expone
éstos no se encuentran en el domicilio); c) identificará a la persona con la que entienda la
diligencia; y, d) le hará entrega de un citatorio dirigido al interesado, para que éste lo
espere en la fecha y hora fijadas en el citatorio, esta última, dentro de las veinticuatro
horas siguientes.

Según se dijo, en términos del artículo 27 de la Ley de Amparo, la prueba de que


una diligencia fue practicada sólo puede ser la razón asentada en autos. Por tanto, el
actuario judicial, además de entregar el citatorio a la persona con quien entendió dicha
diligencia, deberá levantar una razón de la misma.

El citatorio de referencia debe contener los siguientes datos (ver anexo 4):

1.- La mención de que se trata de un citatorio.

2.- Nombre y apellidos del interesado y su domicilio.


58

3.- Fecha de la resolución que se pretende notificar y el número de juicio o recurso en


el que se haya dictado. Si es juicio, se precisará si la resolución se pronunció en el
cuaderno principal o en el incidental y, además, se asentará la autoridad responsable
contra la que se haya promovido.

4.- Fecha y hora en que el actuario se constituirá nuevamente en el domicilio del


interesado para llevar a cabo la notificación correspondiente.

5.- Nombre y, en su caso, firma de la persona que recibe el citatorio.

6.- El apercibimiento consistente en que si el interesado no espera al actuario en la


fecha y hora mencionadas en el citatorio, el proveído o resolución correspondiente se
notificará por lista, en términos del artículo 30, fracción I, de la Ley de Amparo.

7.- Una síntesis de la resolución que pretende notificarse.

8.- Nombre y cargo del funcionario que entrega el citatorio.

9.- Lugar y fecha en que se practicó la diligencia.

10.- Firma del actuario judicial.

Por otra parte, la razón que el actuario judicial levante con motivo de la diligencia en
la que haya entregado un citatorio, debe contener, por lo menos, los siguientes datos (ver
anexo 5):

1.- La mención de que se trata de una razón de citatorio.

2.- Fecha y hora en que se practicó la diligencia.

3.- Nombre y cargo del funcionario judicial.

4.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó y el nombre y apellidos del


interesado.

5.- Fecha de la resolución que se pretende notificar y el número de juicio o recurso en


el que se haya dictado. Si es juicio, se precisará si la resolución se pronunció en el
cuaderno principal o en el incidental.
59

6.- Nombre y apellidos de la persona con quien entendió la diligencia, la forma en que
la identificó y el hecho de que el actuario judicial le informó el motivo de aquélla.

7.- Lo expuesto por la persona con quien se entendió la diligencia, en el sentido de


que sí es el domicilio del interesado pero que en ese momento no se encuentra.

8.- La mención de que le entrega un citatorio para que el interesado lo espere en la


fecha y hora precisadas en el mismo.

9.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia recibió de


conformidad el citatorio y su firma. Si no quisiere o no supiere firmar se asentará tal
circunstancia.

10.- Firma del funcionario judicial.

Es muy importante apuntar aquí que si es la primera vez que el actuario judicial se
constituye en el inmueble que el interesado señaló para oír notificaciones, previamente a
entregar el citatorio, debe cerciorarse de que el inmueble en el que se constituyó
corresponde al que el interesado señaló. En efecto, el actuario judicial, en la razón que
levante con motivo de la diligencia, deberá asentar la forma en que llegó a la convicción de
que el inmueble en el que se constituyó es el correcto, esto es, deberá dejar constancia de
todos los datos que generen tal convicción, pues su sola expresión en el sentido de que
dicho domicilio correspondía al de la persona buscada resulta insuficiente. En relación con
lo anterior, se ha sostenido el siguiente criterio:

"NOTIFICACIONES EN EL JUICIO DE AMPARO. INTERPRETACIÓN DE LA


FRACCIÓN I DEL ARTÍCULO 30 DE LA LEY DE AMPARO RESPECTO A SU
PRÁCTICA. El artículo 30 de la Ley de Amparo, en su fracción I, establece cuáles son las
formalidades que deben observarse en las notificaciones, precepto que debe interpretarse
en el sentido de que el fedatario judicial está obligado a cerciorarse, por los medios que
están a su alcance, de que el domicilio en que se constituye es el de la persona buscada,
pues el que sólo se mencione que el citatorio se dejó en el lugar indicado en la demanda
de garantías, es un dato insuficiente que no puede tenerse como legal, toda vez que no
constituye una razón pormenorizada, porque tratándose de una diligencia de
requerimiento, el actuario debe precisar cómo es que llega al convencimiento de que el
domicilio en que se constituye es el correcto, lo que siempre está en posibilidad de
hacerse, pues es claro que la diligencia tiene precisamente esas finalidades, por lo que su
obligación no sólo se constriñe a dar fe de que estuvo en el lugar indicado, sino también
de proporcionar al órgano jurisdiccional federal los elementos que están a su alcance para
apoyar la legalidad de la notificación y, por esa razón, es imprescindible que el funcionario
60

judicial, al celebrar la diligencia, especifique, entre otras cosas, las características físicas
de la persona con quien se entienda la diligencia, dado que esa es una forma de
corroborar, en su caso, la razón pormenorizada de su actuación."37[1]

Ahora bien, una vez que el actuario judicial, en cumplimiento al citatorio, se


constituye nuevamente en el domicilio del quejoso, tercero perjudicado o persona extraña
al juicio, pueden presentarse, entre otras, las situaciones siguientes:

Que el interesado, su autorizado, apoderado o, en su caso, representante o defensor


haya esperado al actuario judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio; y,

Que el interesado no haya esperado al actuario judicial, pero éste entienda


nuevamente la diligencia con algún pariente, doméstico o trabajador de aquél.

En el supuesto a que se refiere el inciso a), el actuario judicial practicará la


notificación personal en los términos expuestos en el punto 3.2.2.2.1. En este supuesto,
una vez hecha la notificación personal, deberán agregarse a los autos del juicio de amparo
de que se trate, inmediatamente después del proveído o resolución que se notificó, las
siguientes constancias: 1) la razón actuarial levantada con motivo de diligencia en la que,
al no haber encontrado al interesado, se entregó el citatorio correspondiente; 2) copia del
citatorio; y, 3) la razón levantada con motivo de la notificación personal practicada en la
fecha y hora precisadas en el referido citatorio.

Por otra parte, en el supuesto previsto en el inciso b), esto es, cuando el interesado
no haya esperado al actuario judicial en la fecha y hora precisadas en el citatorio, pero la
diligencia se entienda con algún pariente, empleado o doméstico del propio interesado, lo
procedente es que el actuario levante la razón correspondiente en la que haga constar los
pormenores de la diligencia y, acto seguido, haga efectivo el apercibimiento contenido en
el citatorio, consistente en notificar por lista la resolución cuya notificación personal no
pudo practicarse por no haber encontrado al interesado. La razón de que se trata debe
contener la siguiente información (ver anexos 6 y 6 Bis):

1.- Lugar, fecha y hora en que el actuario judicial se constituyó nuevamente en el


domicilio del interesado (la fecha y hora necesariamente deben coincidir con las asentadas
en el citatorio).

2.- Nombre y cargo del funcionario judicial que practicó la diligencia.

37[1]
Tesis número I.6º.C.62 K, sustentada por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en la pág. 1098,
del Tomo XVII, Febrero de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 184842.
61

3.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó.

4.- La resolución que se pretende notificar y la persona con quien se entendió la


diligencia.

5.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia informó al actuario
que el interesado no estaba en el domicilio.

6.- La afirmación consistente en que como el interesado hizo caso omiso del citatorio,
se hará efectivo el apercibimiento contenido en el mismo y, por tanto, la resolución
correspondiente se notificará mediante lista.

7.- Firma del actuario judicial.

Una vez levantada la razón de que se trata, el actuario judicial procederá a hacer la
notificación por lista en los términos que se expondrán más adelante.

Cabe precisar que si el titular del órgano jurisdiccional libró un exhorto o despacho a
efecto de que se practicara la notificación personal (con motivo de que el domicilio del
interesado esté fuera del lugar del juicio) el actuario judicial del órgano jurisdiccional
exhortado o requerido, procederá en los términos antes precisados.

ANEXO 4

C I T A T O R I O
PARTE (Nombre y apellidos del interesado): ___________.
DOMICILIO: _______________________

Se deja el presente citatorio para que se sirva usted esperar al suscrito actuario en el
domicilio de referencia, a las _______horas del __________ de ___________ de dos mil
_______, a fin de poder notificarle personalmente el proveído de _______ de _______ de
dos mil _______, dictado en los autos del cuaderno _________ del juicio de amparo
_______, promovido por Usted contra actos de ___________, que en lo conducente dice:

“SÍNTESIS DE LA RESOLUCIÓN QUE SE PRETENDE NOTIFICAR”.

Lo apercibo que de no esperar al suscrito actuario en la fecha y hora mencionadas, el


citado auto se le notificará por lista.
62

En términos del artículo 30, fracción I de La Ley Reglamentaria de los artículos 103 y
107 de la Constitución General de la República, hoy, a las ________horas
con______minutos, dejo el presente citatorio en poder de _______________, quien se
identificó con ___________ y manifestó ser _________ de la parte interesada. Lo anterior,
en virtud de no haber encontrado al interesado.

México, Distrito Federal, a _______ de ________ de__________.

El Actuario Judicial

Licenciado __________. (Nombre, apellido y rúbrica).

ANEXO 5

RAZÓN DE C I T A T O R I O

JUICIO DE AMPARO _______.

En México, Distrito Federal, a las ____________ horas con _________ minutos, del
_________ de _________de dos mil_______, el suscrito licenciado _____________,
Actuario Judicial adscrito al Juzgado _______________, me constituí con las
formalidades de ley, en el domicilio ubicado en ______________________________, a fin
de notificar personalmente _________________________ (al quejoso, tercero perjudicado
o persona extraña al juicio), en el juicio de amparo al rubro indicado, la resolución de
______ de _________ de dos mil _________, dictada en el cuaderno ________ del juicio
mencionado. Enseguida, previamente cerciorado de haberme constituido en el domicilio
señalado por el interesado para oír notificaciones, por así advertirlo de la nomenclatura de
la calle y del número exterior del citado inmueble, toqué el timbre de éste y fui atendido por
quien dijo llamarse _______________, ante quien me identifiqué, informé el motivo de mi
visita y le requerí la presencia de la parte interesada, de su representante legal y/o de sus
autorizados para oír notificaciones (en caso de que los tuviese). A lo anterior, tal persona
expuso que era _______ del interesado y que en efecto, ahí podía localizarse al buscado
pero que en ese momento no se encontraba. Dicha persona se identificó con ________.
En tal virtud, de conformidad con el artículo 30, fracción I de la Ley de Amparo, dejé en
poder de la persona que me atendió, el citatorio correspondiente para que alguna de las
personas buscadas esperara en ese domicilio a las _______ horas con _________
63

minutos del _______ de ________ de dos mil ______, a fin de practicar la diligencia de
notificación respectiva, quien recibió de conformidad dicho citatorio y _________ firmó la
copia del mismo para constancia legal.- Doy fe.

____________________________
El Actuario Judicial (nombre, apellido y rúbrica).

ANEXO 6

En México, Distrito Federal, a las ______ horas con _______ minutos del _________
de __________ de dos mil ____________, el suscrito licenciado ______________,
Actuario Judicial adscrito al Juzgado _________________________, me constituí
nuevamente en el domicilio indicado en la razón que antecede, para la práctica de la
diligencia de notificación ahí mencionada, donde fui atendido por
___________________, a quien pregunté por _________________, a lo que manifestó
que el buscado no se encontraba en ese momento. En tal virtud, al no esperar el
interesado en el inmueble de referencia, no obstante el citatorio que le dejé para tal efecto,
entregué a la mencionada persona que me atendió copia autorizada, sellada y cotejada
del proveído de ____________ de________ del año en curso, quien manifestó recibirla de
conformidad. Finalmente, hice de su conocimiento que la notificación de la resolución en
cita se haría mediante lista que se fija en lugar visible del juzgado de mi adscripción, de
conformidad con el artículo 30, fracción I, párrafo primero de la Ley de Amparo.- Doy fe.

_________________________
El Actuario Judicial.

En ___________ de ___________ de dos mil _________, a las nueve horas, se


notificó por lista a _____________, el auto de _______ de ________ de dos mil _____,
de conformidad con el artículo 30, fracción I, párrafo primero de la Ley de Amparo.- Doy
fe.

Licenciado _______________
El Actuario Judicial.
64

ANEXO 6 BIS

En ______ de _______ de dos mil __________, a las catorce horas, se tiene por
hecha la notificación de la resolución que antecede, toda vez que el interesado no se
presentó para oír notificación personal.- Doy fe.

Licenciado _____________________
El Actuario Judicial.

En _________ de ________ de dos mil cuatro, surtió efectos la notificación


precedente conforme a la fracción II del artículo 34 de la Ley de Amparo.- Doy fe.

Licenciado _________________.
El Actuario Judicial.

3.2.2.2.3. De las notificaciones personales en las que el actuario judicial se


constituye en el domicilio del interesado en la fecha y hora precisadas en el citatorio
y nadie atiende su llamado o el pariente, doméstico o trabajador del interesado que
lo atiende se niega a firmar la documentación correspondiente y a exhibir su
identificación.

Aquí se está ante el supuesto de que el actuario judicial se constituye en el domicilio


del interesado en la fecha y hora precisadas en el citatorio que previamente fue entregado
a algún pariente, doméstico o trabajador de aquél, y nadie atiende su llamado o, quien lo
hace (persona distinta del interesado), se niega a firmar la documentación correspondiente
y a exhibir su identificación. En estos casos, lo que procede es que el actuario judicial
levante la razón en la que haga constar que habiéndose constituido en el domicilio del
interesado en la fecha y hora precisadas en el citatorio, nadie atendió su llamado o, quien
lo hizo, se negó a firmar la documentación correspondiente y a exhibir su identificación. En
65

la misma razón deberá asentar que ante tales circunstancias, lo procedente es notificar
por lista la resolución respectiva. Ello, atento que en el citatorio que previamente se
entregó, se formuló el apercibimiento consistente en que si el interesado no esperaba al
actuario en la fecha y hora precisadas en el propio citatorio, la notificación se haría por
lista.

La razón que levante el actuario en cualquiera de los supuestos a que se refiere el


párrafo anterior, deberá contener los siguientes datos:

1.- Lugar, fecha y hora en que el actuario judicial se constituyó nuevamente en el


domicilio del interesado (la fecha y hora necesariamente deben coincidir con las asentadas
en el citatorio).

2.- Nombre y cargo del funcionario judicial que practicó la diligencia.

3.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó.

4.- La resolución que se pretende notificar y la circunstancia de que nadie atendió al


llamado del actuario o, en su caso, el hecho de que fue atendido por una persona.

5.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia informó al actuario
que el interesado no estaba en el domicilio (sólo en el supuesto de que alguien haya
atendido el llamado del actuario).

6.- La afirmación consistente en que como el interesado hizo caso omiso del citatorio,
se hará efectivo el apercibimiento contenido en el mismo y, por tanto, la resolución
correspondiente se notificará mediante lista (sólo en el supuesto de que alguien haya
atendido el llamado del actuario).

7.- En su caso, la circunstancia de que la persona con la que se entendió la diligencia


no quiso firmar la razón correspondiente ni exhibir su identificación.

8.- La media filiación de la persona con quien se entendió la diligencia.

9.- Firma del actuario judicial.

Una vez levantada la razón de que se trata, el actuario judicial procederá a notificar
por lista el proveído o resolución correspondiente. Dicha notificación deberá practicarse al
día siguiente de aquel en que se llevó a cabo la referida diligencia. Para hacer la
notificación por lista, el actuario judicial deberá observar las reglas que establecen el
66

procedimiento para practicar ese tipo de notificaciones, mismas que se expondrán más
adelante.

3.2.2.2.4. De las notificaciones personales en las que el actuario judicial se


constituye por primera vez en el domicilio del interesado y nadie atiende su llamado.

En los temas anteriores se ha expuesto la forma en que deben practicarse las


notificaciones personales en los casos en que el actuario judicial, en la primera búsqueda,
es atendido por el propio interesado (o su autorizado, apoderado o representante) o por
algún pariente, doméstico o trabajador de aquél. Sin embargo, ¿qué sucede si en la
primera búsqueda que efectúa el actuario, nadie atiende su llamado?, ¿cómo debe
proceder dicho funcionario ante tal circunstancia?.

Pues bien, el artículo 30 de la Ley de Amparo (que, según se vio, establece las reglas
conforme a las que deben practicarse las notificaciones personales) no da respuesta a las
anteriores interrogantes. Se afirma lo anterior, pues dicho precepto legal, en ninguna de
sus fracciones establece la forma en que debe proceder el actuario judicial en los casos en
los que al practicar una notificación personal (al quejoso, tercero perjudicado o persona
extraña al juicio), no encuentre ni al interesado ni a ninguna otra persona en el domicilio
que aquél haya señalado para oír notificaciones.

No obstante tal omisión de la ley, los tribunales colegiados de Circuito, a través de


diversos criterios, han dado solución a las interrogantes que se plantearon con
anterioridad. En efecto, dichos órganos han sostenido que la finalidad de la notificación es
hacer del conocimiento de la parte interesada la resolución que la motiva, con el objeto de
que tenga conocimiento directo de la resolución que, por su trascendencia, puede afectar
sus intereses jurídicos. Atento lo anterior, la forma en que debe proceder el actuario
judicial, cuando en la primera búsqueda nadie atienda su llamado, es levantar la razón
correspondiente y dar cuenta con ella al titular del órgano jurisdiccional que conozca del
juicio de garantías, a efecto de que éste determine lo que en derecho proceda. La razón
aludida deberá contener los siguientes datos:

1.- El número de juicio de amparo o recurso. En el primer caso, deberá precisarse si


la resolución se pronunció en el cuaderno principal o en el incidental.

2.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del interesado.
67

3.- Nombre y apellidos, cargo y órgano jurisdiccional al que está adscrito dicho
funcionario judicial.

4.- La forma en que dicho funcionario se cercioró de que el domicilio en el que se


constituyó efectivamente corresponde al que el interesado señaló para oír notificaciones.

5.- La circunstancia de que cerciorado de haberse constituido en el domicilio


señalado en autos, nadie atendió su llamado.

6.- Fecha de la resolución que se pretendió notificar.

7.- Firma del funcionario judicial.

Ahora bien, cuando a las autoridades que conocen de los juicios de amparo indirecto
se da cuenta con una razón actuarial como la antes precisada, generalmente dictan un
proveído en el que le ordenan al actuario judicial que se constituya nuevamente en el
domicilio del interesado, en diversas fechas y horas a las que previamente se constituyó y
que, una vez hecho lo anterior, en caso de que no encuentre al interesado ni a ninguna
otra persona, dé nueva cuenta. Si después de haber dado cumplimiento al proveído de
que se trata, el actuario judicial hace constar que no encontró a nadie en dicho domicilio y
da cuenta al titular del órgano jurisdiccional con la razón correspondiente, éste podrá
válidamente determinar que el proveído o resolución se notifique mediante lista y, además,
que en lo subsecuente, también se notifiquen por lista las resoluciones que se pronuncien
en el juicio. Lo anterior, en tanto el interesado no señale otro domicilio para oír
notificaciones.

No sobra precisar que la razón que debe levantar el actuario en cumplimiento al


proveído dictado por el titular del órgano jurisdiccional, en el que se le ordena que se
constituya nuevamente en diversas fechas y horas en el domicilio del interesado, debe
contener, además de los datos asentados en la razón inicial (con la que se dio cuenta al
titular del órgano jurisdiccional por primera vez), las diversas fechas y horas en las que
nuevamente se constituyó en el domicilio del interesado. Cabe precisar que en estos
casos, el referido funcionario judicial puede válidamente preguntar a los vecinos, a efecto
de obtener información sobre el interesado, esto es, si vive o no en dicho domicilio y, en su
caso, cuál es el horario en el que normalmente se le puede encontrar. De todo lo anterior
dejará constancia en la razón.

Lo antes expuesto se corrobora con el siguiente criterio:


68

“NOTIFICACIONES PERSONALES EN AMPARO. CASO EN QUE EL QUEJOSO


NO ESTÁ EN SU DOMICILIO NI NINGUNA OTRA PERSONA A LA QUE PUDIERA
DEJARSE CITATORIO.- El artículo 30 de la Ley de Amparo, en ninguna de sus fracciones
previene la forma en que deba proceder la autoridad que conozca de un juicio de amparo,
en los casos en que se ordene notificar personalmente al quejoso, y que, además de no
encontrarse éste en el domicilio señalado para oír notificaciones, tampoco esté presente
algún pariente, empleado o doméstico del interesado, o ninguna otra persona en ese
domicilio, a la cual pudiera dejársele citatorio, pero ello no implica que, por la eventual
circunstancia de que el notificador no encuentre alguna persona en el domicilio del
quejoso, inmediatamente deba ordenarse que una notificación personal se practique por
lista, sino que, atendiendo al principal cometido de las notificaciones, que es el de hacer
saber a la parte correspondiente la resolución que la originó, así como a lo dispuesto por
el propio precepto legal en lo atinente a las notificaciones que deben practicarse a los
terceros perjudicados o a las personas extrañas al juicio, y desde luego, a la trascendencia
de la resolución a notificar, procede que se ordene al actuario respectivo, se constituya en
el domicilio para oír notificaciones en diversas horas y en distintas fechas.”38[1]

Lo expuesto en los párrafos anteriores, relativo a la forma en que deben proceder los
actuarios judiciales en los supuestos en los que en la primera búsqueda no encuentren a
nadie en el domicilio que el interesado señaló para recibir notificaciones, también es
aplicable para los casos en que la notificación la practique el actuario judicial de un órgano
jurisdiccional exhortado o requerido, en los casos en que el domicilio señalado por el
interesado no esté en el lugar del juzgado o tribunal en el que se tramite el juicio. En estos
casos, el titular del órgano jurisdiccional exhortado o requerido podrá pronunciar los
proveídos en los que ordene al actuario que proceda en la forma antes precisada.
3.2.2.2.5. De las notificaciones personales en las que habiendo encontrado al
interesado o a algún pariente, doméstico o empleado de aquél en la primera
búsqueda, se nieguen a recibir y a firmar cualquier documentación que le presente
el actuario judicial.

En la práctica, los actuarios judiciales suelen enfrentarse a una situación distinta de


las precisadas con anterioridad. En efecto, hay ocasiones en que dichos funcionarios se
constituyen en el domicilio del quejoso, tercero perjudicado o persona extraña al juicio, con
la finalidad de notificarles personalmente una resolución, y resulta que aun cuando el
domicilio es el correcto (pues se encuentra al interesado o a alguna persona que así lo
confirma), el interesado o la persona con quien se entiende la notificación se niega a firmar
y recibir documentos. También se presenta la situación de que habiendo personas en el
interior del domicilio, éstas no ocurren al llamado del actuario judicial.

38[1]
Tesis sustentada por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en la pág. 244, del Tomo IX, Marzo de 1992, Octava
Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 220214.
69

En los supuestos a que se refiere el párrafo anterior (que no están previstos en la Ley
de Amparo), lo que procede es que el actuario judicial levante la razón en la que haga
constar la situación correspondiente, para que con ésta se dé cuenta al titular del órgano
jurisdiccional. Ordinariamente, los titulares de los órganos jurisdiccionales, al analizar la
razón del actuario judicial, ordenan que la resolución correspondiente se notifique por lista.
No obstante, también pueden válidamente ordenar que al actuario judicial se constituya
nuevamente en el domicilio del interesado a efecto de practicar la notificación y, en caso
de que se enfrente a la misma situación, vuelva a dar cuenta con la razón
correspondiente.

Lo que debe aquí destacarse, es que los actuarios judiciales no deben, motu proprio,
determinar la forma en que practicarán la notificación cuando se enfrenten a una situación
como la que se expuso en este tema y en los anteriores. Esto es así, pues siempre es el
titular del órgano jurisdiccional que conozca del juicio de amparo, el que con vista en las
razones actuariales, determine la forma en que debe proceder el actuario judicial.

3.2.2.2.6. De las notificaciones personales por comparecencia.

En relación con las notificaciones personales por comparecencia, conviene citar el


artículo 28, fracción III de la Ley de Amparo, dice:

“Artículo 28. Las notificaciones en los juicios de amparo de la competencia de los


Juzgados de Distrito, se harán: III. A los agraviados no privados de la libertad personal, a
los terceros perjudicados, a los apoderados, procuradores, defensores, representantes,
persona autorizadas para oír notificaciones y al Ministerio Público, por medio de lista que
se fijará en lugar visible y de fácil acceso, del juzgado. La lista se fijará a primera hora de
despacho del día siguiente al de la fecha de la resolución. Si alguna de las partes
mencionadas no se presenta a oír notificación personal hasta las catorce horas del mismo
día, se tendrá por hecha, poniendo el actuario la razón correspondiente. . .”

Como se ve, en la lista de notificación que se fija a las nueve horas (primera hora de
despacho en los órganos jurisdiccionales), se notifican las resoluciones que se
pronunciaron el día anterior. Según se dijo antes, si a las catorce horas del día en que se
fijó la lista, la parte o partes en el juicio de amparo a las que se les notifica por ese medio,
no comparecen al órgano jurisdiccional a oír notificación personal, la notificación por lista
se tendrá por hecha y surtirá sus efectos jurídicos al día siguiente. Por otro lado, si la parte
interesada a la que se le notifica por lista comparece al órgano jurisdiccional a más tardar
a las catorce horas del día en que se publicó la lista correspondiente, a efecto de que se le
notifique personalmente la resolución contenida en la lista de notificación, el actuario
70

judicial le deberá notificar personalmente la resolución correspondiente y, en


consecuencia, tendrá que levantar la razón de notificación respectiva.

La razón de notificación por comparecencia debe contener los siguientes datos (ver
anexo 7):

1.- La mención de que se trata de una notificación por comparecencia.

2.- El número de juicio o recurso en el que se haya dictado la resolución que se


notifica. En el caso de juicios, se deberá precisar si la resolución se notificó en el cuaderno
principal o en el incidental.

3.- Lugar, fecha y hora en que se llevó a cabo la notificación personal.

4.- La mención de que el interesado compareció al órgano jurisdiccional, la forma en


que se identificó, el motivo de su presencia y el carácter que tiene en el juicio de amparo.

5.- El hecho de que se le notifica la resolución correspondiente y que se le hace


entrega de una copia autorizada de la misma, en virtud de que conforme al artículo 28,
fracción III, de la Ley de Amparo, el interesado compareció al órgano jurisdiccional para
que se le notificara personalmente.

6. Firma del compareciente y del actuario judicial.

Cabe precisar que el acta que se levante con motivo de la notificación por
comparecencia, deberá agregarse al expediente del juicio de garantías, inmediatamente
después de la resolución que se notificó.

ANEXO 7

NOTIFICACIÓN POR COMPARECENCIA


(AMPARO)

JUICIO DE AMPARO O NÙMERO DE RECURSO ___.


71

En México, Distrito Federal, a las ____________ horas con _________ minutos, del
_________ de _________de dos mil_______, el suscrito licenciado _____________,
Actuario Judicial adscrito al juzgado ________________, estando en el local que
ocupa dicho órgano judicial, comparece __________, en su carácter de _____________,
quien se identifica con __________, misma que contiene su nombre y una fotografía que
concuerda con los rasgos fisonómicos del compareciente, la que en este momento le
devuelvo por considerar innecesaria su retención. Acto seguido, el compareciente
manifiesta que el motivo de su presencia es que se le notifique personalmente el auto de
______________. Enseguida, con fundamento en el articulo 30, fracción III de la Ley de
Amparo, le notifico el proveído de _______________ de ___________ de dos mil
_____________, dictado en el cuaderno principal del juicio de amparo o recurso citado
al rubro, y le entrego copia autorizada, sellada y cotejada de la referida resolución. Hecho
lo anterior, el compareciente se da por notificado y firma la presente acta en unión del
suscrito.- Doy fe.

________________________________
Firma del compareciente

________________________________
Firma del Actuario Judicial

3.2.3. Notificaciones por lista.


3.2.3.1. De su procedencia.

Los artículos 28, fracción III, y 30, fracciones I y II, de la Ley de Amparo, en lo
conducente, disponen:

“Artículo 28.- Las notificaciones en los juicios de amparo de la competencia de los


juzgados de Distrito, se harán: …III. A los agraviados no privados de su libertad personal,
a los terceros perjudicados, a los apoderados, procuradores, defensores, representantes,
personas autorizadas para oír notificaciones y al Ministerio Público, por medio de lista
que se fijará en un lugar visible y de fácil acceso del Juzgado.”

“Artículo 30.-… Las notificaciones personales se harán conforme a las reglas


siguientes: I. Cuando deban hacerse al quejoso, tercero perjudicado o persona extraña al
juicio, con domicilio o casa señalados para oír notificaciones en el lugar de la residencia
del Juez o Tribunal que conozca del asunto, el notificador respectivo buscará a la persona
72

a quien deba hacerse, para que la diligencia se entienda directamente con ella; si no la
encontrare, le dejará citatorio para hora fija, dentro de las veinticuatro horas siguientes; y
si no se espera, se hará la notificación por lista… II. Cuando no conste en autos el
domicilio del quejoso, ni la designación de casa o despacho para oír notificaciones, la
notificación se le hará por lista… III. Cuando deba notificarse al interesado la
providencia que mande ratificar el escrito de desistimiento de la demanda, o de cualquier
recurso, si no consta en autos el domicilio o la designación de casa o lugar para oír
notificaciones, ni se expresaran estos datos en el escrito, la petición será reservada hasta
que el interesado llene la omisión, notificándose el trámite por lista.”

De los preceptos transcritos, se advierte que procede notificar por lista:

a) A los quejosos no privados de su libertad, terceros perjudicados, así como a los


autorizados, representantes, apoderados y defensores (tratándose de materia penal) de
aquéllos. Lo anterior, siempre y cuando la resolución correspondiente no sea de las que
deben notificarse en forma personal, esto es, que no se trate de una resolución que
actualice alguno de los supuestos que establece la Ley de Amparo para las notificaciones
personales;

b) Al agente del Ministerio Público de la Federación adscrito al órgano jurisdiccional


que conoce del juicio. En este caso, todos los autos y resoluciones que se dicten en el
juicio de amparo se notificarán a la representación social mediante lista;

c) Al interesado que no haya esperado al actuario judicial en el domicilio que hubiere


señalado para oír notificaciones en la fecha y hora precisadas en el citatorio que dicho
funcionario hubiese entregado a alguno de los parientes, domésticos o trabajadores del
interesado;

d) A los quejosos que no hubieren designado casa o despacho para oír


notificaciones en el juicio y no conste en autos su domicilio; y,

e) Al quejoso que habiendo desistido del juicio de amparo, no designe en su escrito


de desistimiento casa o despacho para oír notificaciones, ni conste en autos su domicilio.
En este caso, en tanto no se tenga conocimiento de casa o despacho en la que se pueda
notificar personalmente al interesado, las resoluciones se le notificarán por medio de lista.

3.2.3.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por lista.

El referido artículo 28, fracción III, de la Ley de Amparo, en lo conducente, establece:


73

“Artículo 28: Las notificaciones en los juicios de amparo de la competencia de los


juzgados de Distrito, se harán: …III. A los agraviados no privados de su libertad… por
medio de lista que se fijará en un lugar visible y de fácil acceso al del Juzgado. La lista se
fijará a primera hora de despacho del día siguiente al de la fecha de la resolución. Si
alguna de las partes mencionadas no se presenta a oír notificación personal hasta las
catorce horas del mismo día, se tendrá por hecha, poniendo el actuario la razón
correspondiente.- En la lista a que se refiere el párrafo anterior se expresará el número del
juicio o del incidente de suspensión de que se trate, el nombre del quejoso y de la
autoridad o autoridades responsables, y síntesis de la resolución que se notifique.”

Del citado artículo se desprende que la práctica de la notificación por lista, consiste
en la publicación de un documento que se fija en los órganos jurisdiccionales, en un lugar
visible y de fácil acceso al público en general. Tal documento debe publicarse en la
primera hora hábil de labores (esto es, a las nueve horas) del día siguiente al en que se
haya dictado la resolución correspondiente. Como se dijo en el punto 3.1.3 inciso b), dicha
publicación consiste en un documento en el que se hace una relación de diversos asuntos
en los que se dictó la resolución que se ordena notificar por este medio. En la lista,
conforme al segundo párrafo de la fracción III del artículo 28 de la Ley de Amparo,
deberán asentarse los siguientes datos: a) El número de juicio o incidente de suspensión
de que se trate; b) nombre del quejoso; c) autoridad o autoridades responsables; y, d)
síntesis de la resolución que se notifique. Cabe precisar que la finalidad de que la lista de
notificación contenga tales datos, es que los interesados puedan identificar fácilmente el
juicio de amparo o recurso en el que son parte y la resolución que se les notifica. Ello, a
efecto de evitar cualquier confusión que pudiese dejar a los interesados en estado de
indefensión. En este sentido se ha sustentado la tesis siguiente:

NOTIFICACIÓN POR LISTA. DATOS QUE DEBE CONTENER. La Ley de Amparo,


en la fracción III de su artículo 28, establece una de las formas de hacer conocer a las
partes en el juicio de garantías los proveídos dictados en su tramitación, especificando los
datos que deben expresarse en la notificación por lista para una debida y correcta
identificación de los juicios, tratando así de evitar cualquier confusión que pudiera dar
lugar a un estado de indefensión, de tal manera que si no se cita en ella el número del
juicio, el nombre del quejoso, las autoridades responsables y una síntesis de la resolución
a notificar, no surte efectos legales para el quejoso dicha notificación.”39[1]

Ahora bien, se estima que a los requisitos que, conforme al ordenamiento legal
invocado, debe contener la lista, pueden válidamente agregarse los que más adelante se
precisarán. Ello, con el objeto de que generen mayor certeza y pongan de manifiesto que
el actuario judicial cumplió con todas y cada una de las formalidades que establece dicho
39[1]
Tesis aislada sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 135, del Volumen 115-120
Primera Parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 232638.
74

ordenamiento legal, para la práctica de este tipo de notificación (como el hecho de que la
lista se hubiere fijado precisamente a primera hora del despacho del día siguiente al de la
fecha de la resolución y la información consistente en quién fue el responsable de su
publicación). Así las cosas, es conveniente que la lista de notificación contenga los
siguientes datos (ver anexo 8):

1.- Denominación del órgano jurisdiccional.

2.- Fecha y hora de la publicación de la lista.

3.- El número de juicio o recurso. En el primer caso, se precisará si la resolución se


dictó en el cuaderno principal o incidental.

4.- El nombre del quejoso y la denominación de la autoridad o autoridades


responsables.

5.- Fecha del acuerdo que se notifica.

6.- Síntesis de la resolución que se notifica.

7.- Firma del funcionario judicial responsable de la publicación.

Es muy importante destacar, que la lista de que se trata debe fijarse puntualmente,
pues ello le permite a los justiciables tener la certeza de que a esa hora podrán conocer el
contenido de la resolución dictada en los asuntos en los que intervienen, evitando así que
aquéllos pudieren quedar en estado de indefensión por no conocer con la debida
oportunidad las resoluciones emitidas en los juicios de amparo.

Cabe afirmar que no en todos los casos la lista se publica al día siguiente de aquel en
que se dictó la resolución que se notifica por ese medio. En efecto, en el supuesto de que
se hubiere intentado notificar personalmente una resolución pero el actuario judicial no
haya encontrado al interesado o a su autorizado, apoderado o, en su caso, representante
legal, ni en la primera ni en la segunda búsquedas, la resolución se notificará por lista al
día siguiente de la diligencia en la que el actuario judicial se constituyó en el domicilio del
interesado en la fecha y hora precisadas en el citatorio.

Lo antes expuesto encuentra apoyo en el siguiente criterio:

“NOTIFICACIONES POR LISTA; REQUISITOS QUE DEBEN SATISFACER PARA


SU VALIDEZ. El artículo 30, fracción I, de la Ley de Amparo señala que para notificar
75

personalmente un acuerdo o resolución, el actuario deberá constituirse en el domicilio


señalado en autos en busca de la persona respectiva; si no la encuentra, debe dejarle
citatorio para que lo espere dentro de las veinticuatro horas siguientes, y si en esta
ocasión tampoco la halla, la notificación se hará por lista. A su vez, el artículo 28, fracción
III, de dicho ordenamiento legal señala que las notificaciones por lista se harán al día
siguiente de la fecha de la resolución que se pretende notificar, fijándose a primera hora
de despacho una lista en lugar visible y de fácil acceso del juzgado, la que deberá
contener el número del juicio, nombre del quejoso, la autoridad o autoridades
responsables y una síntesis de la resolución que se notifica; si no se presenta a oír
notificación personal la parte correspondiente hasta las catorce horas del mismo día, se
tendrá por hecha la notificación poniendo el actuario la razón respectiva. Del análisis
armónico de dichos preceptos se advierte que si el actuario, al constituirse en el
domicilio de la persona a la que habrá de notificar el acuerdo o resolución
respectiva, no la encuentra en su domicilio en la segunda ocasión que se
constituya, al día siguiente de esa fecha se fijará, en lugar visible y de fácil acceso
del juzgado una lista con las características a que se refiere el citado artículo 28,
fracción III, y si la parte correspondiente no se presenta hasta las catorce horas de
ese mismo día a oír notificación personal, la notificación se tendrá por legalmente
hecha poniendo, hasta entonces, el actuario la razón respectiva. Como en el caso la
sentencia pronunciada en el juicio de amparo le fue notificada por medio de lista a la
quejosa el mismo día en que se constituyó por segunda ocasión el actuario, en su
domicilio para realizar tal notificación personal, cabe concluir que la notificación de la
resolución aludida es nula, porque se realizó en contravención a lo dispuesto por los
artículos 28, fracción III, y 30, fracción I, de la Ley de Amparo.”40[2]

Ahora bien, además de la publicación de la lista de notificación que, como se dijo,


contiene una relación de los juicios o recursos en los que se pronunció la resolución que
se notifica, el actuario judicial debe asentar, en cada uno de dichos asuntos, la razón de
que la resolución correspondiente se notificó por lista. Este proceder se desprende de la
fracción III, del artículo 28 de la Ley de Amparo. Dicha razón deberá asentarse
inmediatamente después de la resolución que se notifica. Por tanto, en la misma foja en la
que esté contenida dicha resolución o, en su caso, en el anverso de la misma foja, se
asentará la mencionada razón.

En relación con la forma en que se lleva a cabo la razón de que se trata, debe
decirse que normalmente se utilizan sellos en los que se hace constar que la resolución
correspondiente se publicó en la lista de notificación a las nueve horas del día que
corresponda y que a las catorce horas del mismo día, al no haberse presentado los

40[2]
Tesis aislada sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 61, del Volumen 181-
186 Tercera Parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 237422.
76

interesados para oír la notificación, se tuvo por hecha la misma. En la práctica, algunos
titulares de los órganos jurisdiccionales ordenan a los actuarios judiciales que
inmediatamente después de los referidos sellos, estampen otro en el que hagan constar la
fecha en que surtió sus efectos la notificación por lista, esto es, al día siguiente de aquel
en que se tuvo por hecha. Ello, con el objeto de facilitarle al Secretario de Acuerdos el
cómputo de los plazos. Los mencionados sellos pueden verse en el anexo 9.

No está por demás precisar que dichos sellos se utilizan porque facilitan el trabajo de
los actuarios judiciales. Sin embargo, el uso de aquéllos no es obligatorio, dado que los
actuarios pueden válidamente asentar con su puño y letra las razones correspondientes.

En otro aspecto, del propio precepto legal que se analiza, como se expuso en el
punto 3.2.2.2.6, se desprende que en esta clase de notificación existe la posibilidad de que
el interesado comparezca al local del órgano judicial respectivo a más tardar a las catorce
horas del día en que se fijó la lista, a fin de oír la notificación que ha sido publicada. En
este caso, el actuario judicial deberá notificarle en forma personal la resolución
correspondiente y levantar la razón respectiva en los términos explicados en el tema
referido. En este supuesto deberá asentarse en la razón (en la que se hace constar que el
acuerdo o resolución se publicó en la lista a primera hora del despacho del día
correspondiente) que la notificación por lista se tuvo por hecha a las catorce horas
únicamente respecto de las personas que no comparecieron al órgano jurisdiccional,
precisando en todo caso el nombre de éstas y la calidad con que intervienen en el juicio de
amparo. Si la notificación por lista se dirige a una sola de las partes o a un solo interesado
y éste comparece al órgano jurisdiccional a oír notificación personal, lógicamente que en la
citada razón únicamente se hará constar la fecha y hora en que se publicó la lista, mas no
así cuándo se tuvo por hecha la notificación.

Finalmente, una vez que han sido precisadas las diversas formalidades procesales
que conforman la práctica de la notificación por lista, debe decirse que en caso de
incumplirse con alguna de éstas (como el que no se fije la lista a las nueve horas del día
siguiente al de la fecha de la resolución que deba comunicarse o, en su caso, de la fecha
de la segunda búsqueda que haya hecho el actuario para notificar personalmente al
interesado) dará lugar a que en términos del artículo 32 de la Ley Reglamentaria de los
artículos 103 y 107 constitucionales, no se tenga por hecha en la forma prevista en la ley,
lo que trae como consecuencia su nulidad.

Resulta importante que el actuario judicial conozca todo lo antes expuesto, en virtud
de que al ser el encargado, entre otras cosas, de practicar las notificaciones en el juicio
será el responsable en caso de que se declare la nulidad de una notificación por lista que
no se haya practicado conforme a las formalidades previstas en la Ley de Amparo.
77

ANEXO 8

NOTIFICACIÓN POR LISTA

JUZGADO _________ DE DISTRITO _________

LISTA DEL ACUERDOS PUBLICADA A LAS NUEVE HORAS DEL CATORCE DE


DICIEMBRE DE 2004.

No JUICIO CUADERNO NOMBRE AUTORIDADES FECHA


DE DEL RESPONSABLES DE LA D
AMPARO QUEJOSO RESOLUCIÓN R
1 11/2003 PRINCIPAL Leonardo Juez 2º. De lo 13 de
García Trejo. Civil del T. S. de J. diciembre de o
del D.F. 2004 d
q
fa
s
2 14/2004 EN Jorge Primera Sala 13 de
INCIDENTE DE Lara Estrada. Familiar del T. S. De diciembre de S
SUSPENSIÓN. J. del D.F. y otras. de 2004 q
q
p
q
a
c
3 23/2003 EN Esteban Juez 11° de 13 de
INCIDENTE DE Arce Dto. de Proc. diciembre de o
SUSPENSIÓN. Mendoza. Penales Federales de 2004. e
en el D.F. c
c
q
q
c

Sello LICENCIADA _______________


del
juzgado
78

LA ACTUARIA JUDICIAL.

ANEXO 9

RAZÓN DE LA NOTIFICACIÓN POR LISTA

En ___________ de ____________ de dos mil___________, a las nueve horas, se


notificó por lista a __________________, el auto de _________ de ______________ de
dos mil _______, de conformidad con la fracción III del artículo 28 de la Ley de Amparo.
Doy fe.

Licenciada ______________
Actuaria Judicial.

En ______ de _______ de dos mil __________, a las catorce horas, se tiene por
hecha la notificación de la resolución que antecede, en virtud de que el interesado no se
presentó a oír notificación personal. Lo anterior, con fundamento en el artículo 28, fracción
III de la ley de amparo.- Doy fe.

Licenciado _____________________
Actuaria Judicial.

En __________ del mes de ___________ de dos mil cuatro, surtió sus efectos la
notificación a que se refiere la razón anterior, conforme a la fracción II del artículo 34 de la
Ley de Amparo.- Doy fe.

Licenciada________________________
Actuaria judicial
79

SE SUGIERE QUE LA RAZÓN DE NOTIFICACIÓN POR LISTA QUEDE DE LA


SIGUIENTE FORMA:

En tres de marzo de dos mil seis, a las nueve horas, se notifica por lista a
Francisco Salazar Rubio, el auto de dos de marzo de dos mil seis, de conformidad con la
fracción III del artículo 28 de la Ley de Amparo. Doy fe.

Licenciado (a) ______________


Actuario (a) Judicial.

En tres de marzo de dos mil seis, a las catorce horas, se tiene por hecha la
notificación de la resolución que antecede, en virtud de que el interesado no se presentó a
oír notificación personal. Lo anterior, con fundamento en el artículo 28, fracción III, de la
Ley de amparo.- Doy fe.

Licenciado (a) ______________


Actuario (a) Judicial.

En seis de marzo de dos mil seis, surtió sus efectos la notificación a que se refiere
la razón anterior, conforme a la fracción II del artículo 34 de la Ley de Amparo.- Doy fe.
Licenciado (a) ______________
Actuario (a) Judicial.

3.2.4. Notificaciones por edictos.

3.2.4.1. De su procedencia.

El artículo 30, fracción II, de la Ley de Amparo, establece:

“Artículo 30.-… Las notificaciones personales se harán conforme a las reglas


siguientes:… II. Cuando no conste en autos el domicilio del quejoso, ni la designación de
casa o despacho para oír notificaciones, la notificación se le hará por lista. En cambio, si
no consta en autos el domicilio del tercero perjudicado o de persona extraña al juicio, ni la
designación de casa o despacho para oír notificaciones, el empleado lo asentará así, a fin
de que se dé cuenta al Presidente del Tribunal Colegiado de Circuito correspondiente, al
Juez o a la autoridad que conozca del asunto, para que dicten las medidas que estimen
80

pertinentes con el propósito de que se investigue su domicilio. Si a pesar de la


investigación se desconoce el domicilio, la primera notificación se hará por edictos a
costa del quejoso, en los términos que señale el Código Federal de Procedimientos
Civiles.”

De lo anterior se advierte que la notificación por edictos procede cuando se trata de


la primera notificación a terceros perjudicados o a personas extrañas al juicio, siempre que
se actualicen los dos supuestos siguientes:

a) Que no conste en autos el domicilio del interesado, ni se hubiese designado casa


o despacho para que sea emplazado o citado, según sea el caso. En este caso es
necesario que el actuario judicial o funcionario a quien se encomiende la notificación,
levante una razón en la que haga constar tal situación, pues con la misma se dará cuenta
al titular del órgano jurisdiccional que conozca del juicio de amparo, para que dicte las
medidas pertinentes con el objeto de que se investigue el domicilio; y,

b) Que agotada la investigación a que alude el citado precepto legal, no se


encontrare el domicilio del interesado.

En consecuencia, previamente a la práctica de esta clase de notificación, es


menester que se cumplan con los actos procesales siguientes: a) levantar una razón en la
que se haga constar que en autos no existen datos relativos al domicilio del interesado, ni
designación de casa o despacho para oír notificaciones y que con esta razón se dé cuenta
al titular del órgano jurisdiccional de que se trate; b) llevar a cabo una investigación para
obtener el citado domicilio; y, c) que se determine que no obstante la investigación del
domicilio, éste no fue encontrado. De los citados actos, sólo el primero es responsabilidad
directa del actuario. La razón correspondiente deberá contener una explicación sucinta de
cómo se llegó a la convicción de que en autos no había información alguna respecto del
domicilio del interesado ni del lugar donde pudiese notificársele o, en su caso, de que tales
datos son imprecisos o incompletos, lo que impide localizar el domicilio.

En relación con lo anterior, conviene invocar las tesis siguientes:

“NOTIFICACIÓN EN AMPARO AL TERCERO PERJUDICADO CUANDO SE


DESCONOCE SU DOMICILIO, DEBE REALIZARSE DE CONFORMIDAD A LO
ESTABLECIDO POR EL ARTICULO 30, FRACCIÓN II DE LA LEY DE AMPARO. En el
caso de desconocerse el domicilio del tercero perjudicado o de la designación de casa o
despacho para oír notificaciones, el actuario adscrito lo asentará así, dando cuenta, al
titular del órgano respectivo, para que dicte las medidas que estime pertinentes con
el propósito de que se investigue su domicilio. Si a pesar de la investigación se
81

desconoce el domicilio, la primera notificación se hará por edictos a costa del quejoso, en
los términos establecidos por el Código Federal de Procedimientos Civiles; sin que resulte
aplicable por ende, diverso ordenamiento legal de manera supletoria, por encontrarse
plenamente regulada la conducta que nos ocupa por el artículo 30, fracción II de la Ley de
Amparo, de ahí que resulte procedente que una vez concluida la investigación del
domicilio del tercero perjudicado, que resulte infructuosa, se ordene la publicación de
edictos a costa del quejoso, a efecto de llamar a su contrario a juicio.”41[1]

“EMPLAZAMIENTO POR EDICTOS EN EL JUICIO DE AMPARO. PROCEDE


HASTA QUE SE HAYA REALIZADO LA INVESTIGACIÓN PARA DAR CON EL
DOMICILIO DEL TERCERO PERJUDICADO, SI NO HUBO RESULTADOS
FAVORABLES. La autoridad responsable, como auxiliar de la Justicia Federal, ante el
desconocimiento del domicilio del tercero perjudicado en el juicio de garantías, deberá
ordenar a las autoridades correspondientes la investigación de dicho domicilio para
efectos del emplazamiento y esperar la contestación o en su defecto, requerir a las omisas
con el apercibimiento respectivo para que den cumplimiento a lo señalado y sólo será
hasta que se tengan los resultados de la referida investigación, si fueren negativos,
cuando estará la responsable en aptitud de realizar el emplazamiento por medio de la
publicación de edictos y no antes, toda vez que se contravendría lo dispuesto por el
artículo 30, fracción II, de la Ley de Amparo.”42[2]

3.2.4.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por edictos.

El procedimiento para practicar las notificaciones por edictos, está previsto en el


artículo 315 del Código Federal de Procedimientos Civiles, al que remite la fracción II del
artículo 30 de la Ley de Amparo. La primera de las disposiciones legales mencionadas,
dice:
“ARTICULO 315.- Cuando hubiere que citar a juicio a alguna persona que haya
desaparecido, no tenga domicilio fijo o se ignore donde se encuentra, la notificación se
hará por edictos, que contendrán una relación sucinta de la demanda, y se publicarán por
tres veces, de siete en siete días, en el Diario Oficial y en uno de los periódicos diarios de
mayor circulación en la República, haciéndosele saber que debe presentarse dentro del
término de treinta días, contados del siguiente al de la última publicación. Se fijará,
además, en la puerta del tribunal, una copia integra de la resolución, por todo el tiempo del

41[1]
Tesis aislada XXII.6 C, sustentada por el entonces Tribunal Colegiado del Vigésimo Segundo Circuito, visible en la pág. 565, del
Tomo II, Agosto de 1995, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 204566.
42[2]
Tesis aislada I.6o.C.47 K, sustentada por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en la pág. 995, del
Tomo XI, Enero de 2000, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 192548.
82

emplazamiento. Si, pasado este término, no comparece por sí, por apoderado o por gestor
que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía, haciéndosele las ulteriores
notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá contener, en
síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.

Del citado artículo se desprende que los requisitos que deben contener los edictos
son: a) una relación sucinta de la demanda; y, b) el requerimiento al interesado para que
se presente en el órgano jurisdiccional dentro del término de treinta días contados a partir
del siguiente al de la última publicación.

Por otro lado, se advierte que la práctica de este tipo de notificación, consiste en la
publicación de los edictos por tres veces, con siete días entre cada una de las
publicaciones. Éstas se harán en el Diario Oficial de la Federación y en uno de los diarios
de mayor circulación en la República. El costo de las publicaciones correrá a cargo del
quejoso. Además, en la puerta del órgano jurisdiccional se fijará copia íntegra de la
resolución que se pretende notificar, por todo el tiempo del emplazamiento, esto es, por el
tiempo que dure la publicación de los edictos. Para una mejor comprensión resulta
conveniente ver los anexos 10 y 11.

Es importante apuntar aquí, que no es responsabilidad de los actuarios la elaboración


y publicación de los edictos. En efecto, de la elaboración debe encargarse el secretario, en
tanto que de la publicación el propio quejoso, quien debe acudir al órgano jurisdiccional a
recoger los edictos, pagar su publicación y exhibir ésta ante la autoridad jurisdiccional. Lo
anterior se corrobora con la lectura de la siguiente jurisprudencia:

"EMPLAZAMIENTO POR EDICTOS AL TERCERO PERJUDICADO. EL


INCUMPLIMIENTO DEL QUEJOSO DE RECOGERLOS, PAGAR SU PUBLICACIÓN Y
EXHIBIRLA, DA LUGAR AL SOBRESEIMIENTO EN EL JUICIO DE AMPARO.- De
conformidad con lo dispuesto en el artículo 30, fracción II, de la Ley de Amparo, el
emplazamiento a juicio del tercero perjudicado se hará mediante notificación personal,
siempre que se conozca o se logre investigar su domicilio, o por medio de edictos a costa
del quejoso, si a pesar de la investigación se ignora aquél. Ahora bien, del análisis
sistemático de lo previsto en el artículo 73, fracción XVIII, de la Ley de Amparo, en relación
con los diversos dispositivos 30, fracción II y 5o., fracción III, del propio ordenamiento, así
como en el numeral 14, párrafo segundo, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se concluye que si una vez agotada la investigación a que alude el referido
artículo 30, fracción II, y ordenado el emplazamiento a juicio del tercero perjudicado por
medio de edictos a costa del quejoso, éste no los recoge, paga su publicación y exhibe
ésta, procede decretar el sobreseimiento en el juicio de garantías, toda vez que incumple
con un presupuesto procesal, que se erige en formalidad esencial del procedimiento y
83

hace que el juzgador de amparo no pueda pronunciarse sobre el fondo de lo planteado en


el juicio constitucional; por ende, se actualiza una causa de improcedencia, pues con la no
publicación de los edictos ordenados queda paralizado el juicio de garantías al arbitrio del
quejoso, con lo que se contraviene lo dispuesto en el artículo 17 de la Constitución
Federal, puesto que se entorpece la administración de justicia, por retardarse la solución
del conflicto, ya que ello no es atribuible al órgano jurisdiccional, sino al propio quejoso,
cuyo interés particular no puede estar por encima del interés público, tutelado por dicho
precepto constitucional, en razón de que la sociedad está interesada en que los juicios se
resuelvan dentro de los términos que al respecto señale la ley y no quede su resolución al
arbitrio de una de las partes, en este caso del quejoso."43[1]

De lo anterior se desprende que en la práctica de la notificación por edictos, sólo


corresponde al actuario fijar en la puerta principal del órgano judicial, durante todo el
tiempo de la publicación, la resolución que se ordene notificar por ese medio.

Por otro lado, del citado artículo 315 del código adjetivo civil invocado, se desprende
que pasado el mencionado término de treinta días, si la parte interesada no comparece al
órgano jurisdiccional correspondiente, el juicio se seguirá en rebeldía, haciéndose las
ulteriores notificaciones por rotulón. Sobre este punto cabe mencionar que si bien dicha
disposición habla de rotulón; sin embargo, en materia de amparo las notificaciones
posteriores se harán por lista.

No sobra apuntar, que si al practicar la investigación correspondiente, se encuentra el


domicilio del interesado, la notificación se practicará en forma personal.

ANEXO 10
EDICTO

Por este medio, en cumplimiento a lo ordenado en auto de _________ de ________


de dos mil ______, dictado en el cuaderno principal del juicio de amparo ___/200_,
promovido por __________________, contra actos de _________________, se emplaza a
juicio a ______________, tercero perjudicado en el referido procedimiento judicial, en
virtud de que se desconoce su domicilio. Lo anterior, de conformidad con el artículo 315
del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a la Ley de
Amparo. Quedan a su disposición, en la secretaría de este órgano judicial, copia simple de
la demanda de garantías y anexos que se acompañan. Se le hace saber que cuenta con el
43[1]
Tesis de jurisprudencia 2ª/J. 64/2002, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la
pág. 211, del Tomo XVI, Julio de 2002, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg.
186587.
84

plazo de treinta días, contado a partir del día siguiente al de la última publicación del
presente edicto para que concurra a este juzgado a hacer valer lo que a su interés
conviniere y señale domicilio para oír y recibir notificaciones en esta ciudad capital. Se le
apercibe que de incumplir esto último, las ulteriores notificaciones, aun las de carácter
personal se le harán por lista y como está ordenado en el citado proveído, se reserva por
el momento señalar fecha para la audiencia constitucional.

México, Distrito Federal, a ___ de ____ del 200_.

A t e n t a m e n t e.
El Secretario del Juzgado________________.

Licenciado _________________.

ANEXO 11

NOTIFICACIÓN POR EDICTOS

EDICTO

AL MARGEN, EL ESCUDO NACIONAL QUE DICE: ESTADOS UNIDOS


MEXICANOS.- PODER JUDICIAL DE LA FEDERACION.

PRIMERA PUBLICACIÓN.

Por este medio, en cumplimiento a lo ordenado en auto de _________ de ________


de dos mil ______, dictado en el cuaderno principal del juicio de amparo ___/200_,
promovido por __________________, contra actos de _________________, se emplaza a
juicio a ______________, tercero perjudicado en el referido procedimiento judicial, en
virtud de que se desconoce su domicilio. Lo anterior, de conformidad con el artículo 315
del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a la Ley de
Amparo. Quedan a su disposición, en la secretaría de este órgano judicial, copia simple de
la demanda de garantías y anexos que se acompañan. Se le hace saber que cuenta con el
plazo de treinta días, contado a partir del día siguiente al de la última publicación del
presente edicto para que concurra a este juzgado a hacer valer lo que a su interés
85

conviniere y señale domicilio para oír y recibir notificaciones en esta ciudad capital. Se le
apercibe que de incumplir esto último, las ulteriores notificaciones, aun las de carácter
personal se le harán por lista y como esta ordenado en el citado proveído, se reserva por
el momento señalar fecha para la audiencia constitucional.

México, Distrito Federal, a ___ de ____ del 200_.


A t e n t a m e n t e.
El Secretario del Juzgado___________.

Licenciado _________________.

3.2.5. Notificaciones por telégrafo.

3.2.5.1. De su procedencia.

El artículo 31 de la Ley de Amparo dispone:


“Artículo 31. En casos urgentes, cuando lo requiera el orden público o fuere
necesario para la mejor eficacia de la notificación, la autoridad que conozca del amparo o
del incidente de suspensión podrá ordenar que la notificación se haga a las autoridades
responsables por la vía telegráfica, sin perjuicio de hacerla conforme al artículo 28,
fracción I, de esta ley. El mensaje se transmitirá gratuitamente si se trata de cualquiera de
los actos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 23 de esta ley, y a costa del
interesado en los demás casos. Aun cuando no se trate de casos urgentes, la notificación
podrá hacerse por la vía telegráfica si el interesado cubre el costo del mensaje.”

En términos de este artículo, la notificación por telégrafo procede únicamente para


notificar a las autoridades responsables, cuando se actualice alguno de los supuestos
siguientes:

a) Que se trate de casos urgentes, estos es, cuando deba detenerse la actuación
de la autoridad responsable, pues de no hacerlo se consumaría el acto reclamado.

b) Que lo requiera el orden público.

c) Siempre que fuere necesario para mejor eficacia de la notificación.

En estas hipótesis, será la autoridad jurisdiccional que conozca del asunto la que de
oficio ordene que se practique esta clase de notificación. El mensaje que se transmita será
gratuito si el acto reclamado es de los previstos en el segundo párrafo, del artículo 23 de la
86

Ley de Amparo, esto es, cuando derive de un asunto penal, pues en las demás materias el
costo del mensaje será a cargo del quejoso.

d) Que aun cuando no se trate de un caso urgente, solicite el quejoso que la


notificación se practique por telégrafo y pague el costo del mismo.
En todas las hipótesis referidas, aun cuando se lleve a cabo este tipo de
notificación, será necesario que el titular del órgano jurisdiccional que conozca del juicio de
amparo también notifique mediante oficio a la autoridad responsable la resolución de que
se trate. Esto último, en los términos precisados en el punto 3.2.1.2.

3.2.5.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por telégrafo.

Del citado artículo 31 de la Ley de Amparo, se advierte que esta clase de


notificación consiste en la transmisión de un mensaje.

Ahora bien, ¿Quién y dónde se presenta el mensaje para su transmisión? Previo a


dar respuesta a este cuestionamiento, resulta necesario para un mejor entendimiento de la
práctica de este medio de comunicación procesal, saber quién es el encargado de
elaborar el telegrama correspondiente y cuál es su contenido. Al respecto, debe decirse
que es el secretario de acuerdos quien elaborará el telegrama de que se trate. Éste, por lo
general, es firmado por el juzgador. Con relación a cuál es el contenido del mensaje, ya se
ha dicho que independientemente de que el órgano jurisdiccional practique la notificación
por telegrama, es indispensable que el proveído o resolución correspondiente también se
notifique a la autoridad responsable mediante oficio. En este sentido, el contenido del
mensaje es el propio texto del oficio que se menciona, pues en la práctica, tanto el oficio
como el telegrama respectivos se elaboran conjuntamente y la única diferencia que existe
entre éstos es que en el último de los citados se asienta la leyenda “Telegrama”; por lo
demás, contienen lo mismo, es decir, el telegrama es una reproducción del oficio por
medio del cual se notifica la misma resolución.

Regresando a la pregunta inicial, esto es, quién y dónde se presenta el telegrama


para que sea transmitido, la respuesta es que una vez elaborado el mensaje será
entregado al actuario judicial para que se encargue de presentarlo en las oficinas de
telégrafos, pues los encargados de éstas serán los que transmitan el mensaje. En la
práctica, los telegramas enviados por los órganos jurisdiccionales del Poder Judicial de la
Federación son transmitidos en las oficinas de telégrafos denominadas
“Telecomm/Telégrafos”. Por tanto, es en estas instalaciones donde el actuario judicial
debe presentar los telegramas correspondientes.
87

Cabe destacar que en los asuntos en los que se ordene este tipo de notificaciones,
el actuario debe cerciorarse en qué consiste el acto reclamado, pues en caso de que se
trate de alguno de los mencionados en el segundo párrafo del artículo 23 de la Ley de
Amparo, los jefes o encargados de las oficinas de telégrafos estarán obligados a recibir y
transmitir el mensaje, aun cuando se presente fuera del horario de despacho. Esto último
igualmente acontecerá en el caso de los telegramas que envíen las autoridades que
conozcan de la suspensión de dichos actos, es decir, los que deriven del incidente de
suspensión relacionado con el juicio de amparo en el que se analice la constitucionalidad
de aquéllos. Incluso, en caso de que en las citadas oficinas se negaren a recibir los
mensajes de referencia, les será aplicable la sanción prevista para el delito de resistencia
de particulares y desobediencia. En efecto, el referido precepto legal, en sus párrafos
segundo y tercero establece:

“Artículo 23.-…Puede promoverse en cualquier día y a cualquiera hora del día o de


la noche, si se trata de actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la
libertad personal, deportación, destierro o alguno de los actos prohibidos por el artículo 22
de la Constitución Federal, así como la incorporación forzosa al ejército o armada
nacionales, y cualquiera hora del día o de la noche será hábil para tramitar el incidente de
suspensión y dictar las providencias urgentes a fin de que se cumpla la resolución en que
se haya concedido.- Para los efectos de esta disposición, los jefes y encargados de las
oficinas de correos y telégrafos estarán obligados a recibir y transmitir, sin costo alguno
para los interesados ni para el gobierno, los mensajes en que se demande amparo por
alguno de los actos enunciados, así como los mensajes y oficios que expidan las
autoridades que conozcan de la suspensión, aun fuera de las horas del despacho y aun
cuando existan disposiciones en contrario de las autoridades administrativas. La infracción
de lo prevenido en este párrafo se castigará con la sanción que el Código Penal aplicable
en materia federal señala para el delito de resistencia de particulares y desobediencia.”

Por otro lado, se ha dicho que en los autos siempre debe existir constancia de que
las notificaciones ordenadas por el titular del órgano judicial que conozca del asunto,
fueron practicadas. Sobre este aspecto, el referido artículo 31 de la mencionada ley
reglamentaria es omiso, dado que no precisa en qué consiste esa constancia. Sin
embargo, en la práctica suele obtenerse la constancia de notificación correspondiente de
la misma forma que se obtiene al practicar las notificaciones por correo, es decir, mediante
un acuse de recibo. Así pues, para recabar este último al llevar a cabo una notificación por
telégrafo, usualmente el actuario judicial lleva consigo por duplicado el mensaje de que se
trate o el original del mismo y una copia simple de éste. Lo anterior, a fin de que entregue
uno de los mensajes (si sólo lleva un original, lógicamente será éste el que entregue) en
las oficinas de telégrafos, en tanto que el otro le sirva como acuse de recibo, por lo que en
este último debe estamparse el sello de la mencionada oficina, el que generalmente
88

contiene la fecha y hora en que se presentó el telegrama. Dicho acuse debe agregarse a
los autos correspondientes para constancia.

Consecuentemente, la participación del actuario en la práctica de esta clase de


notificación únicamente consistirá en presentar el telegrama en las oficinas respectivas y
recabar el acuse de recibo conducente, a fin de agregarlo a los autos del juicio de
garantías de que se trate.

3.3. Reglas para notificar en el juicio de amparo directo.

Salvo algunos supuestos, las notificaciones en el juicio de amparo directo se


practican en los mismos términos en que se llevan a cabo en el juicio de amparo indirecto.
En efecto, el artículo 29 de la Ley de Amparo establece:

“Artículo 29.- Las notificaciones en los juicios de amparo del conocimiento de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación o de los Tribunales Colegiados de Circuito, y las
que resulten de los procedimientos seguidos ante la misma Corte o dichos Tribunales, con
motivo de la interposición de cualquier recurso, o de la tramitación de cualquier asunto
relacionado con el juicio de amparo, se harán en la siguiente forma: I.- A las autoridades
responsables y a las autoridades que tengan el carácter de terceros perjudicados, por
medio de oficio, por correo, en pieza certificada con acuse de recibo, cuando se trate de
notificar el auto que admita, deseche o tenga por no interpuesta la demanda; el que
admita, deseche o tenga por no interpuesto cualquier recurso; el que declare la
competencia o incompetencia de la Suprema Corte de Justicia o de un Tribunal Colegiado
de Circuito; los autos de sobreseimiento; y la resolución definitiva pronunciada por la
Suprema Corte de Justicia o por un Tribunal Colegiado de Circuito, en amparo del
conocimiento de ellos. En todo caso, al oficio por el que se haga la notificación se
acompañará el testimonio de la resolución. El acuse de recibo postal deberá agregarse a
los autos.- Los jueces de Distrito al recibir el testimonio del auto que deseche o tenga por
no interpuesto cualquier recurso o de la sentencia de segunda instancia pronunciada por
la Suprema Corte de Justicia o por un Tribunal Colegiado de Circuito, en juicios de amparo
promovidos ante dichos jueces, notificarán esas resoluciones a las autoridades
responsables por medio de oficio remitido por correo, en pieza certificada con acuse de
recibo, acompañándoles copia certificada de la resolución que tenga que cumplirse. El
acuse de recibo será agregado a los autos;- II.- Al Procurador General de la República se
le notificará por medio de oficio el primer auto recaído en los expedientes de la
competencia de la Suprema Corte de Justicia.- Al Agente del Ministerio Público Federal
adscrito a los Tribunales Colegiados de Circuito se le notificará por medio de oficio el
primer auto recaído en los expedientes de la competencia de dichos Tribunales.- Las
demás notificaciones al Ministerio Público Federal, se le harán por medio de lista;- III.-
89

Fuera de los casos a que se refieren las fracciones anteriores, las notificaciones, en
materia de amparo, en la Suprema Corte de Justicia o en los Tribunales Colegiados de
Circuito, se harán con arreglo a las fracciones II y III del artículo precedente.”

De la fracción I del artículo transcrito, se observa que en el amparo directo, al igual


que en el juicio de garantías biinstancial, las autoridades que tengan el carácter de
responsables o de tercero perjudicadas, serán notificadas mediante oficio y, en su caso,
será remitido por correo en pieza certificada con acuse de recibo. En el juicio de amparo
directo se precisan taxativamente las resoluciones que deben notificarse a dichas
autoridades, que, de conformidad con la citada fracción I, son aquellas:

En las que se admita, deseche o tenga por no interpuesta la demanda de amparo o


cualquier recurso;

En las que el tribunal colegiado se declare incompetente o competente para conocer


de un asunto;

En las que se decrete el sobreseimiento; y,


Que constituyan sentencia definitiva.

En todos estos casos, al oficio por el que se haga la notificación se acompañará el


testimonio de la resolución. Además, el acuse de recibo postal deberá agregarse a los
autos, para que obre constancia en el expediente de que el oficio respectivo fue recibido
por la autoridad a la que estaba destinado, es decir, la práctica de la notificación por oficio
en los juicios de amparo directo es igual a las que se hacen en los juicios de amparo
indirecto.

Por otro lado, tratándose de los autos que desechen o tengan por no interpuesto un
recurso que se haya hecho valer contra alguna determinación adoptada por un juez de
Distrito en un juicio de amparo indirecto, así como la sentencia que se dicte en tales
recursos, serán notificados al juez de Distrito que corresponda mediante oficio, al que se
acompañará testimonio del auto o sentencia respectiva. En esos casos, será el juez
federal quien, una vez que haya recibido el oficio con el testimonio, se encargue de
notificar a las autoridades responsables dicho auto o sentencia. Esta notificación también
se hará por oficio y al mismo se anexará copia certificada de la resolución.

Ahora bien, en relación con la fracción II, párrafo segundo y tercero, del citado
precepto legal, se advierte que el primer auto que se dicte en los asuntos de la
competencia de los tribunales colegiados, será notificado al agente del Ministerio Público
adscrito por medio de oficio, en tanto que los subsecuentes mediante lista.
90

Por otra parte, conforme a la fracción III, de dicho artículo 29 de la Ley de Amparo,
para la práctica de las notificaciones personales y por lista en los juicios de amparo directo
y recursos de los que conoce un tribunal colegiado de Circuito, el actuario judicial debe
sujetarse a las reglas establecidas en las fracciones II y III del artículo 28 de la Ley de
Amparo, esto es, las aplicables en el juicio de amparo indirecto tratándose de esta clase
de medios comunicación procesal, mismos que fueron expuestos en los puntos 3.2.2.1 y
3.2.2.2.

Cabe precisar que en el juicio de amparo directo no debe confundirse la mencionada


lista de notificación prevista en el artículo 28, fracción III de la Ley de Amparo, con las
diversas listas señaladas en los preceptos legales 185, segundo párrafo, y 191 del citado
ordenamiento legal, puesto que estas últimas no cumplen los requisitos de la lista, ni se
adecuan a la forma en que se práctica dicha clase de notificación. En efecto, los últimos
dos preceptos, en lo que interesa, disponen:

“Artículo 185.-… En cada Sala se formará una lista de los asuntos que deban verse
en la audiencia, la cual se fijará el día anterior en lugar visible y surtirá los efectos de
notificación del auto en que se cite para resolver.”

“Artículo 191.- Concluida la audiencia del día en cada una de las Salas, el secretario
de Acuerdos respectivo fijará en lugar visible una lista, firmada por él, de los asuntos que
se hubiesen tratado, expresando el sentido de la resolución dictada en cada uno.”

Como se observa, la lista prevista en el primero de los artículos transcritos se fija el


día anterior de la sesión en la que se discutirá el asunto de que se trate y únicamente tiene
el efecto de citar para sentencia; en tanto que la regulada en el segundo precepto legal, se
fija el mismo día de la sesión y, al término de ésta, se asienta el sentido en que se
resolvieron los asuntos discutidos en la sesión. En relación con lo anterior, resultan
aplicables los siguientes criterios:

“NOTIFICACIÓN DE LA SENTENCIA EN AMPARO DIRECTO. DEBE AJUSTARSE


A LO PREVISTO EN LOS ARTÍCULOS 28 Y 29 DE LA LEY DE LA MATERIA.- De
conformidad con lo dispuesto en el artículo 29, fracción III, en relación con el 28, fracción
III, ambos de la Ley de Amparo, las sentencias de los Tribunales Colegiados de Circuito,
se notificarán por lista, salvo que en las mismas se determine que se haga en forma
personal; dicha lista deberá contener el número del juicio de que se trata, el nombre del
quejoso, la autoridad responsable y una síntesis de la resolución que se notifica;
asimismo, se establece que la lista se fijará en lugar visible, a primera hora del día
siguiente al de la fecha de la resolución y que, cuando las partes no se presenten antes de
91

las catorce horas, se tendrá por hecha la notificación y el actuario pondrá la razón
correspondiente. Cabe señalar que la lista a la que se refieren los artículos 185 y 191 de la
Ley de Amparo, por una parte, tiene el efecto de citar para sentencia, y por otra, asentar el
sentido de las resoluciones que se emiten en un Tribunal Colegiado, pero de ningún modo
puede estimarse que con su elaboración, se cumple la notificación que se ordena en la
Ley de Amparo a las partes en el juicio; estimar lo contrario, traería como consecuencia la
inseguridad jurídica de los promoventes del juicio de amparo, al no conocer, con la debida
oportunidad, las resoluciones que se emitan.”44[1]

“NOTIFICACIONES POR LISTA Y PUBLICACION DEL SENTIDO DE LAS


RESOLUCIONES DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO. DISTINCION.
El artículo 191 de la Ley de Amparo se refiere a las listas que fija el secretario de acuerdos
del tribunal respectivo, en relación con los asuntos que se hubieren tratado en la audiencia
correspondiente, expresando el sentido del fallo; hipótesis distintas constituyen las
previstas en los artículos 28, fracción III, y 29, fracción III, del mismo texto legal, que se
refieren a las formalidades que deben revestir las notificaciones por lista, en los juicios de
amparo; y, por último, el numeral 34 de la propia ley, establece el momento a partir del
cual surten efectos estas notificaciones. Consecuentemente con independencia de que se
efectúe la publicación a que se refiere el citado artículo 191, los Tribunales Colegiados
están obligados a ordenar la notificación de sus resoluciones en los términos establecidos
en el artículo 29, fracción III, del propio ordenamiento legal.”45[2]

Finalmente, también son aplicables al juicio de amparo directo las reglas establecidas
para la práctica de las notificaciones personales previstas en el artículo 30 de la Ley de
Amparo y la regulación relativa a las notificaciones por telégrafo precisadas en el diverso
31 de la mencionada ley reglamentaria. En efecto, el magistrado presidente del órgano
colegiado, al igual que el juez de Distrito, tiene la facultad discrecional contenida en el
primer párrafo del citado artículo 30, consistente en la posibilidad de ordenar que una
notificación se practique de manera personal (desde luego atendiendo la naturaleza de la
resolución) aun cuando conforme a la ley pueda practicarse por lista. Lo anterior se
corrobora con la lectura del criterio siguiente:

“NOTIFICACIÓN DE SENTENCIAS Y PROVEÍDOS DICTADOS POR TRIBUNALES


COLEGIADOS DE CIRCUITO EN JUICIOS DE AMPARO DIRECTO. SI NO SE ORDENA
QUE SE HAGA EN FORMA PERSONAL, ES CORRECTO QUE SE EFECTÚE POR
LISTA. El artículo 28, fracción III, en relación con el diverso numeral 29, fracción III, ambos
de la Ley de Amparo, establecen que al quejoso no privado de su libertad personal deben
notificársele las sentencias y proveídos que se dicten en los juicios de amparo directo por
44[1]
Tesis aislada P. XLII/98, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 132, del Tomo VII,
Mayo de 1998, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 196238.
45[2]
Tesis aislada 4a. XXIII /94, sustentada por la entonces Cuarta Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág.
170, del Tomo XIV, Diciembre de 1994, Octava Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 207665.
92

los Tribunales Colegiados de Circuito, por medio de lista que en lugar visible y de fácil
acceso del tribunal, se fijará a primera hora de despacho del día siguiente al de la fecha de
la resolución, y si dicho quejoso no se presenta a recibir la notificación personalmente o
por conducto de la persona autorizada para ese efecto, hasta las catorce horas del mismo
día, se tendrá por hecha y el actuario asentará en los autos respectivos la razón
correspondiente. Ahora bien, de lo previsto en tales dispositivos no se desprende que en
la citada ley se imponga el deber a los Tribunales Colegiados de Circuito de que las
resoluciones que dicten en los juicios de amparo se notifiquen en forma personal al
quejoso no privado de su libertad; sin embargo, ello no es obstáculo para que, en el caso
de que dicho tribunal lo estime conveniente, ordene que la notificación se haga de esa
manera, según lo dispuesto en el artículo 30, primer párrafo, de la propia ley, por tanto, si
el Tribunal Colegiado de Circuito que dictó la sentencia en el juicio de amparo directo no
ordenó que se notificara ese fallo personalmente al agraviado, es correcta la notificación
que se hizo por lista fijada en los estrados del tribunal.”46[3]

EJERCICIO I
( Relacionado con los temas 1,2 y 3)

A C T I V I D A D 1 . Lea la razón actuarial que a continuación se transcribe.

CAUSA PENAL NÚMERO 12/2006-IV


Juzgado Octavo de Distrito en el
Distrito Federal

FE JUDICIAL
En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las doce horas con diez minutos, del
diecisiete de febrero de dos mil seis, la suscrita actuaria judicial Evangelina Florencio
Vargas, adscrita al Juzgado Octavo de Distrito de Procesos Penales en el Distrito Federal,
constituida legalmente en el Departamento de Objetos de la Procuraduría General de la
República, sito en Poniente 44, número 2782, colonia Salvador Xochimanca, delegación
Azcapotzalco, en esta ciudad, lugar donde soy atendida por JUVENTINO ALDAMA
LOERA, persona que se identifica con gafete de la Procuraduría General de la República,
con número 259782, que tiene una fotografía la cual concuerda con los rasgos
fisonómicos del mismo, la cual lo acredita como Agente Federal de Investigación C y a
quien le hago entrega del oficio número 80, de fecha trece del mismo mes y año en curso,
dictado por este órgano jurisdiccional en la causa penal número 18/2006-IV, en el que se
comisiona a la actuaria judicial adscrita a comparecer a esta diligencia. Por lo que en este
46[3]
Tesis de jurisprudencia 1ª/J. 77/2002, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la
pág. 98, del Tomo XVI, Diciembre de 2002, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg.
185359.
93

acto HAGO CONSTAR Y DOY FE que el nombrado puso a la vista un sobre amarillo
cerrado con sellos rubricados de la Procuraduría General de la República, que dicen:
A.P.PGR/DDF/UMAN-IZTAPA/270/2006-2. Se procede a abrir dicho sobre del que se saca
una bolsa transparente con dos divisiones de un lado se encuentra un poco de polvo
amarillento, seguramente cocaína, y del otro lo que parece ser unos pedazos de papel.
Acto seguido, se procede a cerrar dicho sobre con cita diurex, estampando sobre ésta y el
sobre mi rúbrica. Con lo anterior, se da cumplimiento a lo ordenado en el auto de mérito, y
se levanta la presente para los efectos legales a que haya lugar.- DOY FE.

LA ACTUARIA JUDICIAL

EJERCICIO II

A C T I V I D A D 1 . Lea la resolución que se transcribe a continuación, que se dictó


en el juicio de amparo 156/2006, promovido por Francisco Salazar Rubio.

Forma B2

En dos de marzo de dos mis seis, doy cuenta al Juez con el escrito de demanda de
amparo suscrito por FRANCISCO SALAZAR RUBIO, siete copias del mismo y anexo que
acompaña.- Conste.

(RÚBRICA)
El Secretario.

H. Matamoros, Tamaulipas, a dos de marzo de dos mil seis.


Vista la demanda de amparo suscrita por FRANCISCO SALAZAR RUBIO,
contra actos del Juez Segundo de Primera Instancia de lo Civil con residencia en esta
94

ciudad y otras autoridades; con fundamento en los artículos 103, fracción I, 107, fracciones
I, VII y XV de la Constitución Federal; 1º, fracción I, 36, 114, 116, 147, 149 y relativos de la
Ley de Amparo, se admite la demanda en sus términos; en consecuencia, fórmese
expediente, anótese su ingreso en el libro de gobierno de este Juzgado bajo el número
156/2006, tramítese por separado y en duplicado el incidente de suspensión que se
solicita; con fundamento en el artículo 149 de la Ley de Amparo, pídase informe
justificado a las autoridades responsables, quienes deberán rendirlo dentro del término
de CINCO DÍAS, contados a partir del día en que reciban el oficio que contiene inserto
este proveído. Se señalan LAS ONCE HORAS CON DOCE MINUTOS DEL TREINTA Y
UNO DE MARZO, para llevar a cabo la audiencia constitucional en este juicio.
Requiérase a las responsables para que juntamente con el informe que al efecto
rindan, acompañen, en su caso, copias certificadas legibles de las constancias que sean
necesarias para apoyar dicho informe (justificación), porque de no hacerlo, en la sentencia
que se dicte en el presente asunto, se tomará en cuenta la omisión, sancionable en
términos del artículo 149 de la Ley de Amparo.
Téngase a la parte quejosa señalando como tercera perjudicada a la licenciada
ALEJANDRA MARTÍNEZ ZEPEDA, con domicilio señalado en la calle Honduras número
90, colonia Modelo, de esta ciudad. En consecuencia, emplácesele al presente juicio de
garantías, por conducto de la actuaria adscrita a este juzgado, corriéndole traslado con la
copia de la demanda para que de estimarlo conveniente, se apersone al presente juicio a
defender sus derechos y asimismo, requiérasele para que dentro del término de tres días
señale domicilio en esta ciudad para oír y recibir notificaciones, porque en caso de no
hacerlo, se le harán por lista, aun las de carácter personal.
Por último, dese al Agente del Ministerio Público de la Federación adscrito la
intervención que legalmente le corresponde.
Notifíquese.
Así lo acordó y firma el licenciado MARTÍN CASTRO EVANS, Juez Primero de
Distrito en el Estado de Tamaulipas, asistido del secretario licenciado Enrique Ceballos
Bautista, con quien actúa y da fe.- DOY FE.

(RÚBRICA) (RÚBRICA)

El explorador no admite los marcos flotantes o no está configurado actualmente para


mostrarlos.

El explorador no admite los marcos flotantes o no está configurado actualmente para


mostrarlos.
95

El explorador no admite los marcos flotantes o no está configurado actualmente para


mostrarlos.
El explorador no admite los marcos flotantes o no está configurado actualmente para
mostrarlos.
96

TEMA 4
NOTIFICACIONES EN LOS PROCEDIMIENTOS CIVILES FEDERALES Y
MERCANTILES.

4.1. Introducción.
4.2. Notificaciones en los procedimientos civiles federales.
4.2.1. Plazo para notificar las resoluciones judiciales.
4.3. Personas a quienes deben notificarse las resoluciones.
4.3.1. Consideraciones previas.
4.3.2. Actor y demandado.
4.3.2.1. Personas físicas.
4.3.2.2. Personas morales privadas u oficiales.
4.3.3. Terceros llamados a juicio.
4.3.4. Terceristas.
4.3.5. Ministerio Público de la Federación.
4.3.6. Sujetos que sin ser parte en el juicio, intervienen en éste.
4.3.7. Autoridades que sin ser parte en el juicio, son necesarias para cumplir tareas
ajenas al oficio judicial.
4.4. Tipos de notificación.
4.5. Cuándo surten sus efectos las notificaciones.
4.5.1. De cuándo surten sus efectos las notificaciones personales.
4.5.2. De cuándo surten sus efectos las notificaciones por instructivo.
4.5.3. De cuándo surten sus efectos las notificaciones por edictos.
4.5.4. De cuándo surten sus efectos las notificaciones por rotulón.
4.6. Nulidad de notificaciones y sus consecuencias.
4.6.1. Convalidación de la notificación deficiente u omitida.
4.7. Reglas para practicar las notificaciones en los procesos civiles.
4.7.1. Notificaciones personales.
4.7.1.1. De su procedencia.
4.7.1.2. Notificación de la demanda.
4.7.1.2.1. De la notificación de la demanda cuando el actuario judicial encuentra al
demandado en la primera búsqueda.
4.7.1.2.2. De la notificación de la demanda cuando el actuario judicial, en la primera
búsqueda, encuentra a una persona distinta del interesado.
4.7.1.2.2.1. De la notificación de la demanda cuando el interesado espera al actuario
judicial en la fecha y hora fijadas en al citatorio.
4.7.1.2.2.2. De la notificación de la demanda cuando el interesado no espera al
actuario judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio, pero la diligencia se entiende con
algún pariente o trabajador del propio interesado.
97

4.7.1.2.2.3. De la notificación de la demanda cuando nadie haya esperado al actuario


judicial en la fecha y hora precisadas en el citatorio, o que habiendo encontrado al
interesado o a alguna persona distinta de éste, se negare a recibir la documentación
correspondiente.
4.7.1.2.3. De la notificación de la demanda cuando el actuario judicial se constituye
por primera vez en el domicilio del interesado y nadie atiende su llamado.
4.7.1.2.4. De la notificación de la demanda cuando existe la sospecha fundada de
que las personas con las que se entiende la diligencia en la casa del demandado,
sostengan falsamente que éste no vive en dicho domicilio.
4.7.1.3. Del procedimiento para notificar en forma personal las resoluciones distintas
de aquella en la que se ordena admitir a trámite la demanda y emplazar al demando.
4.7.1.4. De la notificación personal por comparecencia.
4.7.2. Notificaciones por rotulón.
4.7.2.1. De su procedencia.
4.7.2.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por rotulón.
4.7.3. Notificaciones por edictos.
4.7.3.1. De su procedencia.
4.7.3.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por edictos.
4.8. Notificaciones en materia mercantil.
4.8.1. Plazo para notificar las resoluciones judiciales.
4.8.2. Personas a quienes deben notificarse las resoluciones judiciales.
4.8.2.1. Actor y demandado.
4.8.2.1.1. Personas físicas.
4.8.2.1.2. Personas morales.
4.8.2.1.3. Terceros llamados a juicio.
4.8.2.1.4. Terceristas.
4.8.2.1.5. Sujetos que sin ser parte en el juicio, intervienen en éste.
4.8.2.1.6. Funcionarios a los que se les suele solicitar la realización de determinados
actos con motivo de la tramitación de los juicios.
4.8.3. Tipos de notificación.
4.8.4. Cuándo surten sus efectos las notificaciones.
4.8.4.1. Cuándo surten sus efectos las notificaciones personales.
4.8.4.2. Cuándo surten sus efectos las notificaciones por cédula.
4.8.4.3. Cuándo surten sus efectos las notificaciones por lista.
4.8.4.4. Cuándo surten sus efectos las notificaciones practicadas por conducto de
otra autoridad.
4.8.4.5. Cuándo surten sus efectos las notificaciones por edictos.
4.8.5. Reglas para practicar las notificaciones en los juicios mercantiles.
4.8.5.1. Aclaración previa.
98

4.8.5.2. Reglas para practicar las notificaciones en los juicios mercantiles conforme a
las disposiciones del Código de Comercio vigentes antes de la entrada en vigor del
decreto de reformas de trece de junio de dos mil tres.
4.8.5.2.1. Nulidad de notificación y sus consecuencias.
4.9. Notificaciones en los juicios mercantiles que se tramitan conforme a las
disposiciones del Código de Comercio vigentes a partir del catorce de junio de dos mil
tres.
4.9.1. Notificaciones personales.
4.9.1.1. Emplazamiento.
4.9.1.1.1. Emplazamiento cuando el actuario judicial encuentra al demandado, su
apoderado o representante legal en la primera búsqueda.
4.9.1.1.2. Emplazamiento cuando el actuario judicial, en la primera búsqueda,
encuentra a una persona distinta del interesado, su apoderado o representante legal.
4.9.1.1.2.1. Notificación de la demanda cuando el interesado espera al actuario
judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio.
4.9.1.1.2.2. Notificación de la demanda cuando el interesado no espera al actuario
judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio, pero la diligencia se entiende con algún
pariente o trabajador del propio interesado.
4.9.1.1.2.3. Notificación de la demanda cuando nadie haya esperado al actuario
judicial en la fecha y hora precisadas en el citatorio, o que habiendo encontrado al
interesado o a alguna persona distinta de éste, se hayan negado a recibir la
documentación
4.9.1.1.3. Emplazamiento cuando el actuario judicial se constituye por primera vez en
el domicilio del interesado y nadie atiende su llamado.
4.9.1.1.4. Emplazamiento cuando no exista el domicilio en el que según el actor
puede notificarse al demandado.
4.9.1.2. Procedimiento para notificar en forma personal las resoluciones distintas de
aquella en la que se ordena admitir a trámite la demanda y emplazar al demandado.
4.9.1.3. Notificación personal por comparecencia.
4.9.2. Notificaciones por lista.
4.9.2.1. Procedencia
4.9.2.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por lista.
4.9.3. Notificaciones por edictos.
4.9.3.1. Procedencia.
4.9.3.2. Procedimiento para practicar las notificaciones por edictos.
4.9.4. Notificaciones por conducto de otras autoridades.
4.9.4.1. Procedencia.
4.10. Notificaciones en los juicios ejecutivos mercantiles.
4.10.1. De la diligenciación del auto de exeqüendo cuando el deudor, su
representante o apoderado es encontrado en la primera búsqueda.
99

4.10.2. Diligenciación del auto de exeqüendo cuando el actuario judicial, en la


primera búsqueda, no encuentra al deudor, su representante legal o apoderado.
4.11. Incidente de nulidad de notificaciones promovido en contra del emplazamiento
practicado en juicios ejecutivos mercantiles.
4.12. Notificaciones en materia de concursos mercantiles.
4.13. Criterios relacionados con las notificaciones que se practican en las materias
civil y mercantil.

TEMA 4
NOTIFICACIONES EN LOS PROCEDIMIENTOS CIVILES FEDERALES Y
MERCANTILES.

4.1. Introducción.

En el presente tema se expondrá la forma en que los actuarios judiciales deben


practicar las notificaciones en materia civil federal y mercantil. En relación con la materia
civil, además de identificar a las personas a las que se deben notificar las resoluciones
judiciales que se dictan en los diversos procedimientos civiles federales (juicios ordinarios
y ejecutivos, medios preparatorios de juicio y jurisdicciones voluntarias), se explicará la
forma en que debe proceder el actuario judicial al practicar los distintos tipos de
notificaciones, como son las personales, por instructivo y por rotulón. En materia mercantil,
además de exponer la manera en que deben practicarse los distintos tipos de
notificaciones, se explicará detalladamente la forma en que el actuario judicial debe
diligenciar el auto de exequendo, pues tal diligencia es de especial trascendencia.
Finalmente, al abordar la materia concursal se establecerá cuáles son las resoluciones
que conforme a la ley o a la jurisprudencia deben notificarse personalmente. Cabe precisar
que en ambas materias (civil y mercantil) se explicará la forma en que deben practicarse
los embargos.

4.2. Notificaciones en los procedimientos civiles federales.

4.2.1. Plazo para notificar las resoluciones judiciales.

El artículo 303 del Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:

“ARTÍCULO 303. Las notificaciones, citaciones y emplazamientos se efectuarán, lo


más tarde, el día siguiente al en que se dicten las resoluciones que las prevengan, cuando
el tribunal, en éstas, no dispusiere otra cosa.”
100

De la disposición legal transcrita se desprende que, por regla general, las


resoluciones deben notificarse a más tardar el día siguiente de aquel en que se dictan. Lo
anterior, salvo los casos en los que la autoridad que conozca del proceso civil federal
disponga otra cosa.

4.3. Personas a quienes deben notificarse las resoluciones.

4.3.1. Consideraciones previas.

En los procesos civiles federales, además del actor y el demandado, pueden llegar a
intervenir otras personas a las que se deben notificar las resoluciones que se pronuncian
en aquéllos. Por ejemplo, personas que el juzgador llama al procedimiento o que se
incorporan en él por considerar que las resoluciones que se llegaren a dictar en el mismo
podrían afectar sus intereses jurídicos. Tales personas, por no tener el carácter de actor ni
demandado, reciben el nombre de terceros.+

Asimismo, hay juicios o procedimientos civiles en los que, por mandato expreso de la
ley, debe intervenir el Ministerio Público de la Federación. En estos casos, las
resoluciones que se dicten en tales juicios o procedimientos deben notificarse a los
agentes ministeriales.

En los temas subsecuentes, además de exponer a quiénes se deben notificar las


resoluciones que se dictan en los procedimientos civiles federales, se explicará,
brevemente, quiénes pueden tener el carácter de terceros así como los casos en los que
resulta procedente notificarles las resoluciones judiciales. Asimismo, se expondrá el
concepto de tercerista.

4.3.2. Actor y demandado.

4.3.2.1. Personas físicas.

El artículo primero del Código Federal de Procedimientos Civiles dispone:

“ARTÍCULO 1. Sólo puede iniciar un procedimiento judicial o intervenir en él, quien


tenga interés en que la autoridad judicial declare o constituya un derecho o imponga una
condena, y quien tenga el interés contrario.- Actuarán, en el juicio, los mismos interesados
o sus representantes o apoderados, en los términos de la Ley. En cualquier caso, los
efectos procesales serán los mismos, salvo prevención en contrario.”
101

De la citada disposición se desprende que el actor y el demandado pueden actuar en


los procedimientos civiles por sí mismos o por medio de sus representantes o apoderados.

La representación puede ser legal o convencional. La primera deriva directamente de


la ley, y es la que requieren las personas que, por carecer de capacidad procesal (por
ejemplo los menores de edad), no pueden actuar en los procedimientos civiles por sí
mismos. Por tanto, para que aquéllos puedan asumir efectivamente la calidad de parte
procesal, requieren del representante que estatuye la propia ley. Así por ejemplo, el
representante del menor de edad es la persona que ejerce la patria potestad.

Lo expuesto en el párrafo anterior se corrobora con lo dispuesto en el artículo 23 del


Código Civil Federal, que dice:

“ARTÍCULO 23. La minoría de edad, el estado de interdicción y demás


incapacidades establecidas por la ley, son restricciones a la personalidad jurídica que no
deben menoscabar la dignidad de la persona ni atentar contra la integridad de la familia;
pero los incapaces pueden ejercitar sus derechos o contraer obligaciones por
medio de sus representantes.”

Por otro lado, la representación convencional es la que emana de la voluntad de las


partes, es decir, es la que puede otorgar la persona que siendo capaz para actuar por sí
misma designa a otra persona para que lo haga a su nombre. Esta última recibe el nombre
de apoderado judicial. Se trata de un mandatario con poder bastante para representar en
juicio a su mandante.47[1] Al respecto, resulta conveniente invocar los artículos 2585 y 2586
del Código Civil Federal; dicen:

“ARTÍCULO 2585. No pueden ser procuradores en juicio: I. Los incapacitados; II. Los
Jueces, Magistrados y demás funcionarios y empleados de la administración de justicia,
en ejercicio, dentro de los límites de su jurisdicción; III. Los empleados de la hacienda
pública, en cualquiera causa en que puedan intervenir de oficio, dentro de los límites de
sus respectivos distritos.”

“ARTÍCULO 2586. El mandato judicial será otorgado en escritura pública, o en escrito


presentado y ratificado por el otorgante ante el Juez de los autos. Si el Juez no conoce al
otorgante, exigirá testigos de identificación.- La sustitución del mandato judicial se hará en
la misma forma que su otorgamiento.”

En congruencia con lo antes expuesto, debe decirse que cuando en un procedimiento


civil federal el actor o el demandado actúan por sí mismos, las resoluciones que se dicten

47[1]
PALLARES, Eduardo, Ob. Cit. Pág. 99.
102

en aquél se deben notificar directamente a ellos. En los casos en los que el actor o el
demandado tengan representante o apoderado, las notificaciones se entenderán con
éstos. En este supuesto, ya no es necesario entender la notificación de que se trate con el
actor o demandado, pues basta que la diligencia se practique con el representante o
apoderado para tener por legalmente hecha la notificación. Al respecto, conviene citar el
primer párrafo del artículo 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles; dice:

“ARTÍCULO 310. Las notificaciones personales se harán al interesado o a su


representante o procurador, en la casa designada, dejándole copia íntegra, autorizada,
de la resolución que se notifica.”

Por otra parte, existen procedimientos civiles en los que hay pluralidad de actores, de
demandados o de ambos. La parte o partes que estén compuestas por diversas personas,
deberán tener una sola representación. Para tal efecto, los interesados deberán designar
un representante común. Esta designación puede recaer en uno de los interesados o en
otra persona; así, por ejemplo, si en un juicio se demanda a tres personas, éstas podrán
designar a una de ellas o a un apoderado; aquélla o este último tendría el carácter de
representante común. Así, una vez que el titular del órgano jurisdiccional dicte un proveído
en el que tenga por hecha la designación, las resoluciones que se dicten en el juicio civil
federal deberán notificarse únicamente al representante común, es decir, bastará con que
el actuario judicial entienda la diligencia con aquél, para tener por legalmente hecha la
notificación. En relación con lo anterior, conviene transcribir el artículo 5 del Código
Federal de Procedimientos Civiles; dice:

“ARTÍCULO 5. Siempre que una parte, dentro de un juicio, esté compuesta de


diversas personas, deberá tener una sola representación, para lo cual nombrarán
los interesados un representante común.”- Si se tratare de la actora, el nombramiento
de representante será hecho en la demanda o en la primera promoción, sin lo cual, no se
le dará curso.- Si fuere la demandada, el nombramiento se hará en un plazo que concluirá
a los tres días siguientes al vencimiento del término del último de los emplazados, para
contestar la demanda.

Cuando la multiplicidad de personas surja en cualquier otro momento del juicio, el


nombramiento de representante común deberá hacerse en el plazo de cinco días, a partir
del primer acto procesal en que se tenga conocimiento de esa multiplicidad.- Si el
nombramiento no fuere hecho por los interesados, dentro del término correspondiente, lo
hará, de oficio, el Tribunal, de entre los interesados mismos.- El representante está
obligado a hacer valer todas las acciones o excepciones comunes a todos los interesados
y a las personales de cada uno de ellos; pero, si éstos no cuidan de hacerlas conocer
oportunamente al representante, queda éste libre de toda responsabilidad frente a los
103

omisos.- “El representante común tendrá todas las facultades y obligaciones de un


mandatario judicial.”

De la disposición transcrita se desprende que el representante común está obligado a


hacer valer todas las acciones o excepciones comunes a todos los interesados, así como
las personales de cada uno de ellos. De lo anterior se infiere que una vez que se tenga por
hecha la designación del representante común, éste podrá suscribir promociones,
interponer recursos y, en general, llevar a cabo todos los actos necesarios para la defensa
de los intereses de sus representados.

Ahora bien, el primer párrafo del artículo 6 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, estatuye:

“Artículo 6o. Los cambios de representante procesal de una parte, no causan


perjuicio alguno a la contraria, mientras no sean hechos saber judicialmente. Tampoco
perjudicarán a una parte los cambios operados en la parte contraria, por relaciones de
causante a causahabiente, mientras no se hagan conocer en igual forma.”

Como se ve, las partes pueden revocar el nombramiento de representante común,


representante o apoderado, según corresponda, en cualquier etapa del procedimiento
civil.

También pueden cambiar al representante o apoderado. A este respecto es


importante hacer la siguiente aclaración: si una de las partes exhibe un escrito encausado
al juicio de que se trate, en el que solicita la revocación del nombramiento de su
apoderado y el titular del órgano jurisdiccional no acuerda tal ocurso, el actuario judicial
deberá seguir practicando las notificaciones con el referido apoderado. Esto es así, pues
mientras el titular del órgano jurisdiccional no pronuncie el proveído en el que tenga por
revocado el nombramiento del apoderado, éste seguirá conservando tal carácter. Lo
anterior obliga a los actuarios judiciales a hacer revisiones periódicas de los autos para
indagar si se ha dictado algún auto en el que se tenga por revocado el nombramiento del
apoderado o representante, sustituyéndolo por otro. Si no se hace tal revisión, el actuario
podrá incurrir en un error.

4.3.2.2. Personas morales privadas u oficiales.

Los artículos 27 y 28 del Código Civil Federal dicen:


104

“ARTÍCULO 27.- Las personas morales obran y se obligan por medio de los órganos
que las representan sea por disposición de la ley o conforme a las disposiciones relativas
de sus escrituras constitutivas y de sus estatutos.”
“ARTÍCULO 28.- Las personas morales se regirán por las leyes correspondientes,
por su escritura constitutiva y por sus estatutos.”

De los citados preceptos se desprende que las personas morales privadas deben
intervenir en los juicios civiles por conducto de su legítimo representante, esto es, deben
actuar en los juicios por medio de personas físicas a quienes sus estatutos otorgan la
facultad de representación. En estos casos, el juez deberá dictar un auto en el que
conforme a los documentos exhibidos por el compareciente, tenga a éste como
representante de la persona moral. En tal hipótesis el actuario deberá notificar todas
las resoluciones que se dicten en el proceso civil a la persona física que el juez tuvo
como representante de la persona moral.

Por otra parte, las personas morales oficiales deben actuar en los juicios por
conducto de los funcionarios o representantes que designen las leyes, es decir, la
representación de las personas morales oficiales debe derivar del ordenamiento legal o del
reglamento que las rija. En estos casos, una vez que el juez haya pronunciado el
proveído en el que tenga como representante de la persona moral oficial al
funcionario correspondiente, el actuario judicial le notificará a dicho representante
las resoluciones que se dicten en el proceso civil.

4.3.3. Terceros llamados a juicio.

Giuseppe Chiovenda, en su libro Instituciones de Derecho Procesal Civil, en relación


con los terceros llamados a juicio, dice: “Alguna de las dos partes (actor o demandado)
puede ‘llamar en causa’ a un tercero respecto del cual estime que la cuestión debatida es
común. Tiene por condición no un interés cualquiera, sino que la cuestión debatida sea
común a un tercero; lo que supone que demandante y demandado se encuentren en el
pleito en virtud de una relación jurídica común al tercero o conexa con una relación en que
el tercero se encuentre con ellos, de modo que sea cuestión del mismo objeto y la misma
causa petendi (o del uno o del otro de estos dos elementos), que pudiera servir de
fundamento de pleito frente o por parte del tercero o que hubieran podido dar la posición
de litisconsorte junto al actor o junto al demandado.”48[1]

Por su parte, Cipriano Gómez Lara considera que los terceros llamados a juicio son
personas traídas a un proceso ya existente, generalmente por petición de alguna de las
partes originales o principales. Para este autor, los casos más característicos de estos
48[1]
CHIOVENDA, Giuseppe. Instituciones de Derecho Procesal Civil, Ed. Oxford, México, 1999, Primera Edición,
pág, 327.
105

llamamientos a terceros son: a) el llamamiento en garantía; b) el llamamiento en evicción;


y, c) denuncia del pleito.49[2]

Los terceros llamados a juicio son personas que se incorporan a éste y que, por
tanto, pueden hacer valer los derechos que a sus intereses legales convenga. Cabe
precisar que una vez que el juez reconoce el interés del tercero para intervenir en el juicio,
aquél adquiere el carácter de parte procesal. En este orden de ideas, será hasta que el
juez haya dictado el proveído en el que haga tal reconocimiento, que el actuario judicial
podrá notificarle las resoluciones que se dicten en el juicio. Lo anterior resulta muy
importante, pues puede suceder que se dé vista con los autos del juicio a un tercero y éste
manifieste que no tiene interés en intervenir en aquél, supuesto en el que obviamente el
actuario judicial no tiene obligación de notificarle las resoluciones subsecuentes.

Con el objeto de comprender algunos casos en los que se llama a juicio a terceros,
conviene citar los artículos 2124, 2137 y 2823 del Código Civil Federal; dicen:

“ARTÍCULO 2124.- El adquirente, luego que sea emplazado, debe denunciar el


pleito de evicción al que le enajenó.”

“ARTÍCULO 2137.- Si al denunciarse el pleito o durante él, reconoce el que enajenó


el derecho del que reclama, y se obliga a pagar conforme a las prescripciones de este
Capítulo, sólo será responsable de los gastos que se causen hasta que haga el
reconocimiento, y sea cual fuere el resultado del juicio.”

“ARTÍCULO 2823.- Si hubiere renunciado a los beneficios de orden y excusión, el


fiador, al ser demandado por el acreedor, puede denunciar el pleito al deudor principal,
para que éste rinda las pruebas que crea conveniente; y en caso de que no salga al juicio
para el indicado objeto, le perjudicará la sentencia que se pronuncie contra el fiador.”

Cabe destacar que los terceros llamados a juicio pueden intervenir en éste por sí, o
por conducto de su representante o apoderado, según corresponda (siempre y cuando el
juez haya dictado un acuerdo en el que tenga por designado al apoderado o
representante). En estos casos, basta con que la diligencia se entienda con el
representante o apoderado, para estimar que la notificación quedó legalmente hecha.

4.3.4. Terceristas.

Se trata de sujetos ajenos al conflicto y al litigio pero que, sin embargo, sufren
personalmente alguno de sus efectos. Por tanto, promueven un juicio dentro un proceso

49[2]
GÓMEZ LARA, Cipriano. Derecho Procesal Civil. Editorial Harla, México 1991, Quinta Edición, pág. 330.
106

existente. Dicho juicio recibe el nombre de tercería. De este modo, los terceristas se
insertan en las relaciones procesales preexistentes persiguiendo un interés propio y, en
algunos casos, diferente al del actor y demandado.50[1]

Por regla general, en las legislaciones civiles las tercerías son de dos tipos, a saber:
a) excluyentes de dominio; y, b) excluyentes de preferencia.

Una tercería excluyente de dominio es aquella en que una persona, en su calidad de


propietario o poseedor de una cosa, por sufrir los efectos del embargo trabado en ella en
un litigio en el que no es parte procesal, promueve el juicio de tercería, con el propósito de
que se levante dicho embargo. Por otro lado, la tercería excluyente de preferencia se da
cuando un sujeto extraño a las partes procesales originales, se presenta en el proceso en
el que se embargaron bienes, alegando tener un mejor derecho a ser pagado con el
producto de la ejecución de dichos bienes. En este caso el tercerista alega tener mejor
derecho que el actor para ser pagado con dicho producto.51[2]

En el Código Federal de Procedimientos Civiles no está prevista la tercería


excluyente de preferencia. Esto es así, pues no está regulado que una persona que
alegue tener un mejor derecho a ser pagado, se inserte en el proceso en el que se
embargaron bienes. No obstante, en dicho ordenamiento legal se protege el derecho de
tales acreedores preferentes, pues los artículos 472 y 473 establecen que aquéllos podrán
comparecer al remate a efecto de hacer valer sus derechos. En efecto, los mencionados
preceptos estatuyen:

“ARTÍCULO 472. No podrá procederse al remate de bienes raíces, sin que


previamente se haya pedido, al Registro Público correspondiente, un certificado total de
los gravámenes que pesen sobre ellos, hasta la fecha en que se ordenó la venta, ni sin
que se haya citado a los acreedores que aparezcan en dicho certificado. Si en autos
obrare ya otro certificado, sólo se pedirá, al Registro, el relativo al periodo o periodos que
aquél no abarque.”

“ARTÍCULO 473. Los acreedores citados conforme al artículo anterior y los que
se presenten con certificados del Registro posteriores, tendrán derecho de
intervenir en el acto del remate, pudiendo hacer, al tribunal, las observaciones que
estimen oportunas para garantizar sus derechos, y apelar del auto en que se finque el
remate; pero sin que su intervención pueda dar lugar a que se mande suspender la
almoneda.”

50[1]
Para el concepto de tercerista se siguen las ideas expuestas por ALVARADO VELLOSO, Adolfo, en su libro
Introducción al Estudio del Derecho Procesal, Segunda Parte, Ed. Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, Argentina, Primera
edición, pág. 195 y sig.
51[2]
Aquí se siguen las ideas expuestas por GÓMEZ LARA, Cipriano. Ob. Cit., pág. 330.
107

Por otra parte, la tercería excluyente de dominio está prevista en el artículo 430 del
Código Federal de Procedimientos Civiles. Este precepto estatuye:

“ARTÍCULO 430.- Cuando, en una ejecución, se afecten intereses de tercero que


tenga una controversia, con el ejecutante o el ejecutado, que pueda influir en los intereses
de éstos que han motivado la ejecución, o que surja a virtud de ésta, la oposición del
tercero se substanciará en forma de juicio, autónomo o en tercería, según que se haya o
no pronunciado sentencia que defina los derechos de aquéllos.”

Del texto del citado precepto, en relación con la jurisprudencia que enseguida se cita,
se desprende que la tercería excluyente de dominio en todo caso se tramita dentro de un
juicio principal, aunque el tercerista también podrá promover otro juicio autónomamente
después de que se dicte sentencia. Con respecto a lo antes expuesto, conviene transcribir
la siguiente jurisprudencia:

“TERCERÍAS EXCLUYENTES TIENEN NATURALEZA DE JUICIO Y NO DE INCIDENTE.-


De los artículos 1362 y 1368 del Código de Comercio se desprende que las tercerías excluyentes,
tanto material como formalmente, tienen la naturaleza de juicio y no de incidente. En efecto, en la
tercería excluyente se ventila una acción distinta a la que se debate en el juicio principal, es decir,
la materia de la controversia en la tercería es distinta a la del juicio preexistente, lo cual
materialmente le da la calidad de un juicio con sustantividad propia. El tercero es ajeno a la
controversia principal y, al ejercer la nueva acción debe acreditar tener un interés propio y distinto
al de quienes son parte en el juicio principal, esta nueva acción se ventila por cuerda separada a
través de un procedimiento propio en el que el tercerista tiene los derechos, cargas y obligaciones
que en todo juicio tienen las partes y no suspende el curso del juicio preexistente, todo esto
evidencia que las tercerías excluyentes son formalmente juicios. En esas condiciones, la
resolución que se emite en una tercería excluyente, una vez que causa ejecutoria, no puede ser
modificada o anulada por la que se dicte en el juicio que le da origen. Además el artículo 1369, del
mencionado ordenamiento, les da la calidad de juicios, sin que pueda estimarse que por la
vinculación de la tercería con el juicio que la motiva se trate de un incidente, pues tal vinculación
constituye una característica propia de las tercerías excluyentes, las cuales tienen su origen en la
afectación judicial sobre bienes de la parte demandada, respecto de los cuales el tercerista alega
tener mejores derechos.”52[3]

De la citada jurisprudencia se desprende, en lo que aquí interesa, que las tercerías


constituyen juicios con sustantividad propia. Esto determina que el tercerista tiene los
derechos, cargas y obligaciones que en todo juicio tienen las partes y, además, que la
resolución que se emite en una tercería excluyente, una vez que causa ejecutoria, no
puede ser modificada o anulada por la que se dicte en el juicio que le dio origen. En tales
condiciones, si bien el tercerista se incorpora en el proceso principal; sin embargo, se
mantiene ajeno a todo lo que en él se discute y, por tanto, no le alcanzan los efectos
propios de la sentencia que allí se emita.53[4]
En congruencia con lo antes expuesto, a los terceristas únicamente se deben
notificar las resoluciones pronunciadas en la tercería, en tanto que, como se vio,
aquéllos se mantienen ajenos a todo lo que se discuta en el proceso civil principal.
52[3]
Jurisprudencia número 1ª/J.59/2004, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Unión,
visible en la pág. 83, del tomo XX, Septiembre de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 180440.
53[4]
Se siguen aquí las ideas expuestas por ALVARADO VELLOSO, Ob. Cit. pág. 196.
108

Cabe destacar que los terceristas, al igual que los terceros llamados a juicio, pueden
intervenir en éste por sí o por conducto de su representante o apoderado, según sea el
caso. Para ello, es necesario que el juez dicte un acuerdo en el que tenga por designado
al representante o apoderado del tercerista. Una vez hecho lo anterior, basta con que la
diligencia se entienda con aquéllos, para estimar que la notificación quedó legalmente
hecha.

4.3.5. Ministerio Público de la Federación.

Hay juicios y procedimientos civiles en los que el Ministerio Público de la Federación


tiene el carácter de parte. Su intervención en tales juicios y procedimientos tiene diversas
finalidades, tales como vigilar la observancia de la ley, la pronta y regular administración
de justicia, así como la tutela de los derechos del Estado y de las personas morales e
incapaces.54[1]

El Código Federal de Procedimientos Civiles establece, en forma expresa, los juicios


y procedimientos en los que debe intervenir la representación social. En efecto, el artículo
4 de dicho ordenamiento legal, dispone:

“ARTÍCULO 4º.- La intervención que, en diversos casos, ordena la ley que se dé al


Ministerio Público, no tendrá lugar cuando, en el procedimiento, intervenga ya el
Procurador General de la República o uno de sus Agentes, con cualquier carácter o
representación.”

En relación con el citado precepto, los artículos 510, 511, 521, 522, 530 y 532 del
Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuyen:

“ARTÍCULO 510. En los juicios de sucesión, si la Federación es heredera o legataria


en concurrencia con los particulares, el juez de los autos remitirá, al de Distrito, copia de la
cláusula respectiva y demás constancias conducentes, a efecto de que haga las
declaraciones que correspondan.”

“ARTÍCULO 511. En el caso a que se refiere el artículo anterior, el juicio, cuando


haya controversia, se substanciará entre el Ministerio Público Federal y el albacea,
conforme a las reglas del Libro Segundo. Aceptada la herencia o el legado, y resuelta, en
su caso, la controversia, en favor de la Federación, conocerá del juicio sucesorio el juez
de Distrito que corresponda.”

54[1]
ROCCO, Hugo. Derecho Procesal Civil, Ed. Jurídica Universitaria, México, 1998, Primera Edición, pág. 318 y sig.
109

“ARTÍCULO 521. Declarada administrativamente la expropiación, la parte del precio


de la misma que haya de fijarse judicialmente, lo será en los términos de los artículos
siguientes.”

“ARTÍCULO 522. El Ministerio Público Federal ocurrirá al tribunal competente,


aportando los datos indispensables para el exacto conocimiento de los bienes o
derechos que han de valuarse, y, en el mismo escrito, nombrará perito de su parte, y
propondrá tercero para el caso de discordia.”

“ARTÍCULO 530. La jurisdicción voluntaria comprende todos los actos en que, por
disposición de la Ley o por solicitud de los interesados, se requiere la intervención del
juez, sin que esté promovida ni se promueva cuestión alguna entre partes determinadas.”

“ARTÍCULO 532. Se oirá precisamente al Ministerio Público Federal:


I. Cuando la solicitud promovida afecte los intereses de la Federación;
II. Cuando se refiera a la persona o bienes de menores o incapacitados;
III. Cuando tenga relación con los derechos o bienes de un ausente; y
IV. Cuando lo dispusieren las leyes.”

En tales condiciones, las resoluciones que se pronuncien en los juicios y


procedimientos civiles en los que intervenga el Ministerio Público de la Federación, se
notificarán a sus agentes, conforme a las reglas previstas en el Código Federal de
Procedimientos Civiles, que más adelante se expondrán.

4.3.6. Sujetos que sin ser parte en el juicio, intervienen en éste.

Hay personas que intervienen en los procesos civiles y que no logran acceder a la
categoría de parte procesal en el litigio, respecto del cual son indiferentes e
independientes.55[1] Se trata de sujetos a los que no les afecta el resultado del juicio y que
intervienen en éste con motivo del desahogo de una prueba o como auxiliares en la
administración de justicia.56[2] Entre estos sujetos se encuentran los testigos, los peritos y
los terceros tenedores de documentos que interesan a las partes.

Al respecto, debe decirse que los actuarios judiciales deben notificar a los testigos,
peritos y terceros tenedores de documentos que interesan a las partes, las
determinaciones judiciales en las que se les cite, se les requiera o en las que se adopte
una determinación que los titulares de los órganos jurisdiccionales estimen necesario
hacer de su conocimiento.
55[1]
ALVARADO VELLOSO, Ob. Cit. pág.184.
56[2]
CARNELUTTI, Francesco. Instituciones de Derecho Procesal Civil, Ed. Oxford, México 1999, Primera Edición,
pág. 245.
110

4.3.7. Autoridades que sin ser parte en el juicio, son necesarias para cumplir
tareas ajenas al oficio judicial.

Hay procesos civiles en los que los titulares de los órganos jurisdiccionales solicitan a
diversas autoridades, que no son parte procesal, que efectúen determinados actos que
son necesarios para la eficacia de las determinaciones judiciales o que resultan
indispensables para cumplir tareas ajenas al oficio judicial.57[1] Entre estas autoridades se
encuentran los notarios públicos y los Directores de los Registros Públicos de la Propiedad
y del Comercio.

Para ilustrar lo anterior, resulta conveniente citar el artículo 447 del Código Federal
de Procedimientos Civiles; dice:

“ARTÍCULO 447. De todo embargo de bienes raíces o de derechos reales sobre


bienes raíces se tomará razón en el Registro Público de la Propiedad del partido,
librándose, al efecto, copia certificada de la diligencia de embargo.- Una vez trabado
el embargo, no puede el ejecutado alterar, en forma alguna, el bien embargado, ni
contratar el uso del mismo, si no es con autorización judicial, que se otorgará oyendo al
ejecutante; y, registrado que sea el embargo, toda transmisión de derechos respecto de
los bienes sobre los que se haya trabado, no altera, de manera alguna, la situación
jurídica de los mismos, en relación con el producto del remate de esos bienes, derecho
que se surtirá en contra de tercero con la misma amplitud y en los mismos términos que
se surtiría en contra del embargado, si no se hubiese operado la transmisión.”

Lo antes expuesto es importante para los actuarios judiciales, en virtud de que en


ocasiones los titulares de los órganos jurisdiccionales les encomiendan que entreguen los
oficios correspondientes a dichas autoridades. En estos casos, los actuarios judiciales
deberán recabar el acuse de recibo correspondiente, a efecto de que éste se agregue a
los autos del juicio de que se trate.

4.4. Tipos de notificación.

En los procedimientos civiles federales existen los siguientes tipos de notificación:


Notificación personal: Es la que el actuario practica directamente con el interesado,
su representante o apoderado, según sea el caso, en la casa o despacho que hubiese
señalado para oír notificaciones o, en su caso, en el órgano jurisdiccional o en el lugar en
que habitualmente laboren.

57[1]
ALVARADO VELLOSO, Ob. Cit. pág.184.
111

Notificación por instructivo: Esta notificación, al igual que la personal, la practica el


actuario en la casa o despacho que el interesado, su representante o apoderado haya
señalado para oír notificaciones. Este tipo de notificación procede cuando habiéndose
intentado notificar personalmente a aquéllos una resolución, tal notificación no se puede
llevar a cabo con motivo de que se presenta alguna de las siguientes situaciones: 1) nadie
ocurre al llamado del actuario judicial; 2) el interesado o la persona distinta de éste con
quien se entiende la diligencia, se niegan a recibir copia autorizada de la resolución que se
pretende notificar; y, 3) No se encuentra al interesado a quien se pretendía notificar
personalmente, pero la diligencia se entiende con otra persona. En los supuestos previstos
en los incisos 1) y 2), el instructivo de notificación se fija en la puerta principal de la casa o
despacho del interesado. En el supuesto previsto en el inciso 3), el instructivo de
notificación se deja en poder de la persona con quien se entendió la diligencia.

Notificación por edictos: Este tipo de notificación consiste en la publicación de la


resolución que se notifica en el Diario Oficial de la Federación y en uno de los periódicos
diarios de mayor circulación nacional. La resolución se publicará tres veces, con un
intervalo de siete días entre cada una de las publicaciones. Además, durante el tiempo
requerido para hacer las referidas publicaciones, se debe fijar en la puerta del órgano
jurisdiccional copia íntegra de la resolución.

Notificación por rotulón: Es aquella en virtud de la cual la resolución dictada en un


expediente se hace del conocimiento de los interesados mediante un documento que se
fija en la puerta del órgano jurisdiccional o en un lugar visible y de fácil acceso al público
en general. En dicho documento se asientan los datos del expediente en el que se
pronunció la resolución que se notifica, así como una síntesis de ésta.

4.5. Cuándo surten sus efectos las notificaciones.

El artículo 284 del Código Federal de Procedimientos Civiles, dispone:

“Artículo 284. Los términos judiciales empezarán a correr el día siguiente del en que
surta efectos el emplazamiento, citación o notificación y se contará, en ellos, el día de
su vencimiento.”

Como se ve, el precepto legal transcrito establece que los términos judiciales
empezarán a correr el día siguiente del en que surta efectos el emplazamiento, citación
o notificación. Al respecto, debe precisarse que para saber cuándo comienzan a correr
los términos judiciales es irrelevante hacer la distinción entre emplazamiento, citación y
notificación. Se afirma lo anterior, pues la notificación constituye el “arquetipo de los actos
112

jurídicos procesales de transmisión o participación del conocimiento”.58[1] Esto es así, pues


a través de la notificación se pone en conocimiento de las partes y de todo interesado las
resoluciones judiciales, incluyendo aquellas que ordenan una citación o emplazamiento.
De aquí se sigue que para saber cuándo comienzan a correr los términos en los procesos
civiles, necesariamente debe conocerse cuándo surten sus efectos las notificaciones. Esto
es así, pues el momento en que surten sus efectos las notificaciones es lo que determina
el inicio de los términos judiciales.

Al respecto, el artículo 321 del mencionado ordenamiento legal, dispone:

“Artículo 321. Toda notificación surtirá sus efectos el día siguiente al en que se
practique.”

De la disposición legal transcrita se desprende que las notificaciones surten sus


efectos el día siguiente de aquel en que fueron practicadas. Del propio artículo se advierte
que el hecho de que una notificación surta sus efectos legales, implica, necesariamente,
que aquélla haya sido practicada. Lo anterior conduce a establecer que tratándose de la
práctica de notificaciones, se deben distinguir los siguientes momentos: a) el momento en
que la diligencia de notificación se practicó; y, b) el momento en que aquélla surtió sus
efectos.

Conviene apuntar aquí que para los actuarios judiciales resulta de especial
importancia conocer el momento en que surten sus efectos los distintos tipos de
notificaciones que se practican en los procesos civiles. Esto es así, pues algunos titulares
de los órganos jurisdiccionales suelen encomendar a los propios actuarios que,
previamente a devolver los expedientes al secretario encargado de su trámite, asienten en
los autos la fecha en que surtió efectos la notificación que practicaron (aunque en rigor, es
el secretario el que debe hacer tal anotación, pues es a él al que corresponde hacer los
cómputos de los plazos).

4.5.1. De cuándo surten sus efectos las notificaciones personales.

Las notificaciones personales quedan hechas desde la fecha y hora que el actuario
judicial precisa en la razón correspondiente. En ésta, debe hacer constar que el
interesado, su representante o apoderado, según sea el caso, recibió copia certificada de
la resolución que motivó la notificación. Según se dijo, las notificaciones personales, en
términos del citado artículo 321 del Código Federal de Procedimientos Civiles, surten sus
efectos jurídicos al día siguiente de aquel en que fueron practicadas.

58[1]
DE SANTO, Víctor. Notificaciones Procesales, Ed. Universidad, Buenos Aires, Argentina 2002, pág. 69.
113

4.5.2. De cuándo surten sus efectos las notificaciones por instructivo.

Los artículos 310 y 312 del Código Federal de Procedimientos Civiles, en lo que
interesa, disponen:

“Artículo 310.- Las notificaciones personales se harán al interesado o a su


representante o procurador, en la casa designada, dejándole copia íntegra, autorizada, de
la resolución que se notifica. Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la
primera busca (sic) no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio
para que espere, en la casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera, se le
notificará por instructivo, entregando las copias respectivas al hacer la notificación
o dejar el mismo.”

“Artículo 312.- Si, en la casa, se negare el interesado o la persona con quien se


entienda la notificación, a recibir ésta, la hará el notificador por medio de instructivo que
fijará en la puerta de la misma, y asentará razón de tal circunstancia. En igual forma se
procederá si no ocurrieren al llamado del notificador.”

De las disposiciones transcritas se desprende, para lo que en este apartado interesa


demostrar, que la notificación por instructivo procede cuando habiéndose ordenado la
notificación personal de una resolución, aquélla no se practica con motivo de que se
presenta alguna de las siguientes situaciones: a) nadie ocurre al llamado del actuario
judicial; b) el interesado o la persona distinta de éste con quien se entiende la diligencia,
se niegan a recibir copia autorizada de la resolución que se pretende notificar; y, c) No se
encuentra al interesado a quien se pretendía notificar personalmente, pero la diligencia se
entiende con otra persona. En los supuestos previstos en los incisos a) y b), el instructivo
de notificación se fija en la puerta principal de la casa o despacho del interesado. En el
supuesto previsto en el inciso c), el instructivo de notificación se deja en poder de la
persona con quien se entendió la diligencia.

Cabe precisar que como se expondrá más adelante, de los citados preceptos se
advierte que hay un supuesto en el que, previamente a practicar la notificación por
instructivo, el actuario judicial debe dejar citatorio (supuesto consistente en la notificación
de la demanda). Por ahora, basta con establecer que cuando se actualiza alguna de las
hipótesis en las que resulta procedente hacer la notificación por instructivo, ésta se tendrá
por practicada en la fecha y hora en la que, conforme a la razón que haya levantado el
actuario judicial, dicho instructivo se haya fijado en la puerta de la casa del interesado o se
haya entregado a la persona con quien se entendió la diligencia, según sea el caso.
114

Por otra parte, en términos del artículo 321 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, la notificación por instructivo surte sus efectos legales al día siguiente de aquel en
que se practicó la notificación, esto es, al día siguiente de aquel en que el actuario judicial
fijó el instructivo en la puerta de la casa del interesado o de que entregó el instructivo a
una persona distinta de aquél, según sea el caso.

4.5.3. De cuándo surten sus efectos las notificaciones por edictos.

Este tema se expuso en el apartado 3.1.4.5., relativo a las notificaciones por edictos
en los juicios de amparo. En efecto, en ese apartado se sostuvo que en los juicios de
garantías, las notificaciones por edictos deben practicarse en los términos del artículo 315
del Código Federal de Procedimientos Civiles.

En tales condiciones, basta recordar aquí que la notificación por edictos tiene la
particularidad de que su práctica se prolonga en el tiempo, pues conforme a la referida
disposición legal, la resolución a notificar debe publicarse tres veces, con un lapso
intermedio de siete días entre cada una de las publicaciones. Éstas se harán en el Diario
Oficial de la Federación y en un periódico diario de circulación nacional. Luego, para
estimar que una notificación por edictos quedó legalmente practicada, necesariamente
deben hacerse, con las formalidades de ley, todas las publicaciones correspondientes.
Atento lo anterior, se considera que las notificaciones por edictos se tienen por hechas el
día de la última publicación y surten sus efectos legales el mismo día. En efecto, el artículo
315 del Código Federal de Procedimientos Civiles estatuye:
“ARTICULO 315.- Cuando hubiere que citar a juicio a alguna persona que haya
desaparecido, no tenga domicilio fijo o se ignore donde se encuentra, la notificación se
hará por edictos, que contendrán una relación sucinta de la demanda, y se publicarán por
tres veces, de siete en siete días, en el Diario Oficial y en uno de los periódicos diarios de
mayor circulación en la República, haciéndosele saber que debe presentarse dentro
del término de treinta días, contados del siguiente al de la última publicación. Se
fijará, además, en la puerta del tribunal, una copia integra de la resolución, por todo el
tiempo del emplazamiento. Si, pasado este término, no comparece por sí, por apoderado o
por gestor que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía, haciéndosele las
ulteriores notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá
contener, en síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.”
Como se ve, el término de treinta días que establece el referido precepto legal, para
que el interesado se presente en el órgano jurisdiccional correspondiente, corre a partir del
día siguiente al de la última publicación. Luego, si los términos comienzan a correr al día
siguiente de aquel en que se practicó la notificación, es inconcuso que la notificación por
edictos se tiene por hecha y surte sus efectos legales el día de la última publicación.
115

4.5.4. De cuándo surten sus efectos las notificaciones por rotulón.


Los artículos 316 y 318 del Código Federal de Procedimientos Civiles, establecen:
“ARTÍCULO 316. Las notificaciones que no deban ser personales se harán en el
tribunal, si vienen las personas que han de recibirlas a más tardar el día siguiente al en
que se dicten las resoluciones que han de notificarse, sin perjuicio de hacerlo, dentro de
igual tiempo, por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado.- De toda notificación por
rotulón se agregará, a los autos, un tanto de aquél, asentándose la razón
correspondiente.”
“ARTÍCULO 318. Si los interesados, sus procuradores o las personas autorizadas por
ellos, no ocurren al tribunal a notificarse dentro del término señalado por el artículo 316,
las notificaciones se darán por hechas, y surtirán sus efectos el día siguiente al de la
fijación del rotulón.”
De las disposiciones legales transcritas se desprende que las notificaciones que no
deban hacerse en forma personal, se practicarán por rotulón. Cabe precisar que aun
cuando se haya fijado el rotulón, si el interesado, su apoderado o representante, según
sea el caso, comparece al órgano jurisdiccional, el actuario judicial deberá notificarle
personalmente la resolución. De esta notificación levantará la razón correspondiente. En
este caso, la notificación se tendrá por hecha en la fecha y hora en la que conforme a
dicha razón, el actuario haya notificado la resolución de que se trate.
Por otra parte, si se fija el rotulón (el día siguiente de aquel en que se dictó la
resolución que se notifica) y el interesado, su apoderado o representante, según
corresponda, no comparece al órgano jurisdiccional, la notificación por rotulón se tendrá
por hecha a partir de que éste se fijó. Es por lo anterior que resulta conveniente que el
actuario judicial asiente en el rotulón el día y la hora en que lo fija.
Ahora bien, el referido ordenamiento legal no establece la hora en que debe fijarse el
rotulón. No obstante, el artículo 281 del Código Federal de Procedimientos Civiles dispone
que las actuaciones judiciales deben practicarse en días y horas hábiles, entendiendo por
estas últimas las comprendidas entre las ocho y las diecinueve horas. Luego, si se está a
lo establecido en dicho precepto, los actuarios judiciales deberán tener especial cuidado
en que el rotulón se fije en un lugar al que tengan acceso los litigantes desde las ocho
hasta las diecinueve horas.
No obstante lo expuesto en el párrafo anterior, la práctica demuestra que los órganos
jurisdiccionales generalmente tienen un horario de atención al público en general, que es
el comprendido de las nueve a las quince horas. En tales condiciones, se estima que lo
conveniente es que el rotulón se fije en un lugar de fácil acceso al público, a efecto de que
los litigantes puedan consultarlo durante dicho horario.
Por otro lado, en términos del artículo 318 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, la notificación por rotulón surte sus efectos al día siguiente de que se practique,
esto es, al día siguiente de que se fijó el rotulón.
De lo hasta aquí expuesto se concluye:
116

Las notificaciones personales se tienen por hechas desde la fecha y hora en que
conforme a la razón del actuario judicial se entregó al interesado, o a su representante o
apoderado, según sea el caso, copia certificada de la resolución correspondiente, y surten
sus efectos legales al día siguiente.
Las notificaciones por instructivo que se entienden con alguna persona distinta del
interesado, se tienen por practicadas en la fecha y hora que el actuario asiente en la razón
correspondiente, y surten sus efectos jurídicos al día siguiente.
Las notificaciones por instructivo que se fijan en la puerta del domicilio se tienen por
practicadas en la fecha y hora que el actuario asiente en la razón correspondiente, y
surten sus efectos al día siguiente.
Las notificaciones por edictos se tienen por hechas y surten sus efectos el día de la
última publicación.
Las notificaciones por rotulón se tienen por practicadas en la hora en que se fijó, y
surten sus efectos legales al día siguiente. Lo anterior, siempre y cuando el interesado, su
apoderado o representante, según sea el caso, no haya comparecido al órgano
jurisdiccional a oír notificación personal el día en que se fijó el rotulón.

4.6. Nulidad de notificaciones y sus consecuencias.


La nulidad de notificaciones en los procedimientos civiles está prevista en el artículo
319 del Código Federal de Procedimientos Civiles. Este precepto establece:
“ARTÍCULO 319. Cuando una notificación se hiciere en forma distinta de la prevenida
en este capítulo, o se omitiere, puede la parte agraviada promover incidente sobre
declaración de nulidad de lo actuado, desde la notificación hecha indebidamente u
omitida.- Este incidente no suspenderá el curso del procedimiento, y, si la nulidad fuere
declarada, el tribunal determinará, en su resolución, las actuaciones que son nulas, por
estimarse que las ignoró el que promovió el incidente de nulidad, o por no poder subsistir,
ni haber podido legalmente practicarse sin la existencia previa y la validez de otras. Sin
embargo, si el negocio llegare a ponerse en estado de fallarse, sin haberse pronunciado
resolución firme que decida el incidente, se suspenderá hasta que éste sea resuelto.”
De la anterior transcripción se desprende que el incidente de nulidad de
notificaciones procede en las siguientes dos hipótesis: a) cuando una notificación se
practique en contravención a las normas jurídicas; y, b) cuando se haya omitido practicar
la notificación. Del propio precepto se advierte que el incidente de que se trata únicamente
puede ser promovido por la parte a quien le causó perjuicio la notificación defectuosa u
omitida, esto es, la legitimación para promover el incidente de que se trata recae
únicamente en la parte agraviada por la indebida notificación o por su omisión.
Cabe precisar que conforme al citado precepto legal, si el incidente de nulidad
promovido por el agraviado resulta fundado, el titular del órgano jurisdiccional deberá
establecer cuáles son las actuaciones que son nulas, ya sea porque las ignoró quien
117

promovió el incidente o porque conociéndolas, no puedan subsistir por depender de la


existencia y validez de las actuaciones anuladas. En otras palabras, el tribunal que al
resolver un incidente de nulidad lo declare fundado, deberá anular la actuación o
actuaciones procesales que ignore quien promovió el incidente, así como todos los actos
procesales posteriores dependientes de dichas actuaciones.59[1]
Ahora bien, el citado precepto legal no establece un plazo para interponer el incidente
de nulidad de notificaciones. Por tanto, se debe estar al término genérico establecido en la
fracción II del artículo 297 del Código Federal de Procedimientos Civiles. Este precepto
dice:
“Artículo 297. Cuando la ley no señale término para la práctica de algún acto o para
el ejercicio de algún derecho, se tendrán por señalados los siguientes: I. Diez días para
pruebas; y, II. Tres días para cualquier otro caso.”
El término de tres días comenzará a correr a partir de que la parte afectada tenga
conocimiento de la indebida notificación o de su omisión. Si el afectado no promueve el
incidente de nulidad en el término antes precisado, precluirá su derecho para impugnar la
notificación deficiente u omitida.
Por otra parte, para analizar la procedencia del mencionado incidente, debe
distinguirse la etapa procesal en que se practicó la notificación deficiente o se omitió
practicar la notificación, a saber: a) cuando se trata de notificaciones practicadas antes de
la sentencia definitiva; y, b) tratándose de notificaciones practicadas después del
pronunciamiento de la sentencia definitiva.
Respecto del supuesto precisado en el apartado a), debe decirse que si se promueve
un incidente de nulidad una vez dictada la sentencia, para anular notificaciones
practicadas con anterioridad a ésta, el mismo es improcedente. Lo anterior es así, pues al
emitirse el fallo definitivo (independientemente de que haya o no causado ejecutoria) se
produce un cambio de situación jurídica, en virtud de haberse cerrado una fase del
procedimiento. De aceptarse lo contrario, se destruiría la firmeza de la sentencia a través
de un simple incidente de naturaleza accesoria a la controversia principal.
En este sentido se ha pronunciado el criterio siguiente:
"NULIDAD DE NOTIFICACIONES, INCIDENTE DE. NO PROCEDE CONTRA
ACTUACIONES PRACTICADAS CON ANTERIORIDAD AL DICTADO DE LA
SENTENCIA EJECUTORIA.- Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha reiterado
que la cosa juzgada constituye la verdad legal y que por ende, en su contra no cabe
admitir recurso ni prueba alguna, porque de aceptarse lo contrario se destruiría la firmeza
que corresponde a la sentencia ejecutoria. De lo que se sigue que en toda controversia
jurisdiccional que ha concluido con dicha sentencia cierra toda posibilidad de procedencia
del incidente de nulidad de actuaciones, respecto de las practicadas con anterioridad a la
emisión de dicho fallo, ya sea en primera instancia, en segunda o durante la tramitación de
59[1]
LUIS MARINO, Alberto. Notificaciones Procesales, Ed. ASTREA, Buenos Aires, Argentina 2000, Segunda
Edición, pág. 370.
118

la etapa de ejecutorización; y que así mismo las actuaciones de una fase del proceso sólo
se pueden impugnar mediante dicho incidente, mientras no se concluya cada periodo
procesal, pues no puede destruirse la firmeza que ha adquirido el juicio a través de un
simple incidente de naturaleza accesoria al pleito principal, toda vez que la única manera
de atacar ese tipo de resoluciones es a través de los recursos que establece la ley o del
juicio de amparo, en su caso.”60[2]
En la hipótesis prevista en el apartado b), si se promueve el referido incidente con el
objeto de anular notificaciones practicadas con posterioridad al dictado de la sentencia,
aquél es procedente. Lo anterior, pues al combatir actos procesales posteriores a la
conclusión del juicio (que lógicamente no fueron considerados para el dictado del fallo), no
se destruye la firmeza de la sentencia. De no estimarlo así, se dejaría a la parte
perjudicada por una notificación deficiente o por la falta de notificación en estado de
indefensión.
En tales condiciones, tratándose de actuaciones practicadas con posterioridad al
dictado de la sentencia, el incidente respectivo deberá promoverse dentro de los tres días
de que se practicó la notificación deficiente o de que debió practicarse la notificación
omitida, según sea el caso. En relación con lo antes expuesto, se estima que resulta
aplicable, por analogía, la jurisprudencia siguiente:
"NULIDAD DE NOTIFICACIONES, INCIDENTE DE. PROCEDE CONTRA LAS QUE
SE LLEVAN A CABO CON POSTERIORIDAD AL DICTADO DE LA SENTENCIA.-
Considerando ante todo, que el artículo 32 de la Ley de Amparo al referirse a sentencias
definitivas alude simplemente a las que se dictan en el expediente que haya motivado la
notificación cuya nulidad se pide, lo que incluye a las que han causado y a las que no han
causado ejecutoria, debe sostenerse que la circunstancia de que el precepto referido
establezca que las partes perjudicadas podrán pedir la nulidad de la notificación que se
estima irregular antes de la sentencia definitiva, no debe interpretarse en el sentido de que
las notificaciones realizadas con posterioridad al pronunciamiento de dicha sentencia no
pueden ser combatidas mediante el incidente de nulidad respectivo, ya que una correcta
interpretación del citado dispositivo legal conduce a la conclusión de que tal exigencia
opera lógicamente respecto de las notificaciones practicadas antes de que se haya emitido
la resolución definitiva, pero no para las notificaciones realizadas con posterioridad al
pronunciamiento del fallo, pues sostener lo contrario propiciaría que a pesar de incurrirse
en deficiencias al practicarlas la parte afectada quedara indefensa ante ellas, lo cual
contravendría los términos de la primera parte del precepto aludido que señala que las
notificaciones hechas en forma distinta a la prevenida por la ley serán nulas.”61[3]

60[2]
Jurisprudencia P./J. 30/94, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág.
235, del Tomo VI, Octava Época del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995. IUS 2004, núm. reg.
205424.
61[3]
Jurisprudencia P./J. 5/94, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág.
236, del Tomo VI, Octava Época del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995. IUS 2004, núm. reg.
205483.
119

En el caso de que lo que se pretenda anular a través del incidente de que se trata,
sea la notificación de la sentencia (ya sea de primera o segunda instancias), se estima que
aquél es procedente aun cuando dicha sentencia haya causado ejecutoria. Se afirma lo
anterior, pues la notificación de la sentencia lógicamente acaece con posterioridad a su
dictado. Luego, la consecuencia de la interlocutoria que declare fundado el incidente de
que se trata, será que se practique la notificación de la sentencia en forma legal,
subsanando las deficiencias que motivaron su impugnación, sin que se altere el contenido
de la propia sentencia, pues ésta queda intocada en tanto que lo único que se combate es
la indebida notificación o su omisión.
En relación con lo antes expuesto, se considera que es aplicable, por analogía, el
criterio jurisprudencial que a continuación se apunta:
“NULIDAD DE NOTIFICACIONES. ES PROCEDENTE EL INCIDENTE RELATIVO,
INCLUSO SI YA FUE DICTADO EL AUTO QUE DECLARÓ EJECUTORIADA LA
SENTENCIA.- Si se parte de la interpretación que el Tribunal Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación hizo del artículo 32 de la Ley de Amparo en la jurisprudencia P./J.
5/94, y se toma en cuenta que durante la sustanciación del juicio de garantías se
presentan diversas hipótesis relacionadas con las notificaciones que deben practicarse
para hacer del conocimiento de las partes las decisiones emitidas en cada etapa procesal,
debe aceptarse la procedencia del incidente de nulidad de notificaciones no sólo contra
aquellas que se practiquen antes de que el Juez de Distrito dicte sentencia, pues en
atención al espíritu del citado artículo y a las directrices que ha establecido el Tribunal
Pleno, a fin de no dejar en estado de indefensión a la parte que se considere afectada, es
procedente el mencionado incidente en contra de la notificación de la sentencia del Juez
de Distrito, aun en el caso de que ésta ya se hubiese declarado ejecutoriada, y en el
supuesto de que aquél resultara fundado deberá reponerse el procedimiento desde el
punto en que se incurrió en la nulidad, tal como lo ordena el referido precepto legal; sin
que lo anterior contravenga el principio de cosa juzgada, en virtud de que los efectos
jurídicos de la tramitación y resolución del referido incidente no afectan la decisión del
Juez de Distrito plasmada en su sentencia, pues en caso de resultar fundado, sólo tendría
como consecuencia ordenar que la notificación de la sentencia se practique de manera
legal, subsanando las deficiencias que motivaron su impugnación, pero la sentencia
misma queda intocada.”62[4]
4.6.1. Convalidación de la notificación deficiente u omitida.
El artículo 320 del Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 320. No obstante lo dispuesto en el título anterior, si la persona mal
notificada o no notificada se manifestare, ante el tribunal, sabedora de la providencia,
antes de promover el incidente de nulidad, la notificación mal hecha u omitida surtirá sus

62[4]
Jurisprudencia P./J. 20/2004, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág.
5, del Tomo XIX, Mayo de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm.
reg. 181523.
120

efectos, como si estuviese hecha con arreglo a la ley. En este caso, el incidente de nulidad
que se promueva será desechado de plano.”
Del precepto transcrito se desprende que si antes de promover el incidente de
nulidad, el afectado por una notificación mal hecha o no practicada se manifestare, ante el
tribunal, sabedor de la providencia, la notificación mal hecha u omitida surtirá sus efectos
como si se hubiere hecho conforme a las disposiciones legales aplicables y el incidente de
nulidad que el afectado promueva se desechará de plano.
Como se ve, la omisión de las notificaciones o su defecto se subsana si la parte a la
que se le notificó deficientemente o no se le notificó una resolución, se manifiesta
sabedora de ésta antes de promover el incidente de que se trata. En otras palabras, el
hecho de que la parte interesada en la resolución cuya notificación se omitió o se hizo en
forma irregular, tome conocimiento de aquélla, impide admitir el incidente de nulidad de
notificaciones. Esto es así, pues al tomar conocimiento de la resolución mal notificada o no
notificada, se convalidan los actos que eran anulables (principio de convalidación), en
tanto que tal conocimiento le permite a la parte correspondiente cumplir oportunamente los
actos procesales vinculados con dicha resolución.63[1] Al respecto, se estima que tal
conocimiento debe ser inequívoco y directo, esto es, debe advertirse del propio expediente
por una actuación posterior que lo demuestre.
Lo anterior se corrobora con el criterio siguiente:
“NOTIFICACIONES IRREGULARES EN EL AMPARO. LAS CONVALIDAN LAS
MANIFESTACIONES EN EL JUICIO QUE REVELEN EL CONOCIMIENTO DE LAS
MISMAS.- El artículo 320 del Código Federal del Procedimientos Civiles de aplicación
supletoria a la Ley de Amparo, dispone que: ‘... si la persona mal notificada o no notificada
se manifestare ante el tribunal sabedora de la providencia, antes de promover el incidente
de nulidad, la notificación mal hecha u omitida surtirá sus efectos, como si estuviera hecha
con arreglo a la ley’; así que, si la parte notificada indebidamente en el juicio de amparo,
se ostenta sabedora del acuerdo, asunto o proveído objeto de la notificación, cuando
ejercita algún acto procesal con posterioridad a la diligencia ilegítima, realizado dicho acto,
se convalida la notificación ilegal, pero siempre que dicho acto revele el conocimiento de la
actuación materia de la notificación.”64[2]

4.7. Reglas para practicar las notificaciones en los procesos civiles.


Para practicar las notificaciones en los procesos civiles (juicios ordinarios y
ejecutivos, medios preparatorios a juicio y jurisdicción voluntaria), los actuarios judiciales
deben ajustarse a las reglas previstas en el Código Federal de Procedimientos Civiles.

63[1]
Sobre el particular, el tratadista argentino Víctor De Santo sostiene que “en atención a que el factor de la nulidad de
la notificación debe buscarse en la existencia de un defecto cuya gravedad redunde en impedimento del destinatario de
cumplir oportunamente los actos procesales vinculados a la resolución que se notifica, no hay invalidez cuando resulta
que la parte ha tenido conocimiento de la resolución, pues lo relevante es el conocimiento efectivamente obtenido por
la interesada y no el modo o vía como accedió a él.” DE SANTO, Víctor. Notificaciones Procesales. pág. 319.
64[2]
Tesis aislada sustentada por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en la página 277, del Tomo
XI, Abril de 1993, Octava Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 216678.
121

Estas reglas varían según el tipo de notificación que se practique. En tales condiciones, en
los temas subsecuentes se expondrán los supuestos de procedencia de cada uno de los
tipos de notificación que se practican en los procesos civiles, la forma en que deben
notificarse determinadas resoluciones judiciales y la manera en que los actuarios judiciales
deben proceder ante las diversas situaciones que se presentan al practicar las
notificaciones.

4.7.1. Notificaciones personales.


4.7.1.1. De su procedencia.
El artículo 309 del Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 309. Las notificaciones serán personales: I. Para emplazar a juicio al
demandado, y en todo caso en que se trate de la primera notificación en el negocio.- II.
Cuando dejare de actuarse durante más de seis meses, por cualquier motivo; en este
caso, si se ignora el domicilio de una parte, se le hará la notificación por edictos; III.
Cuando el tribunal estime que se trata de un caso urgente, o que, por alguna
circunstancia, deben ser personales, y así lo ordene expresamente, y IV. En todo caso, al
Procurador de la República y Agentes del Ministerio Público Federal, y cuando la ley
expresamente lo disponga.”
De la disposición legal transcrita se desprende que las notificaciones invariablemente
se harán personalmente:
a) Tratándose del auto que ordena emplazar a juicio al demandado;
b) En los casos en que se trate de la primera notificación en el juicio;
c) Cuando se trate de la resolución que se dicte en un juicio en el que se haya
dejado de actuar por más de seis meses;
d) En el supuesto de que así lo ordene el titular del órgano jurisdiccional;
e) Cuando vayan dirigidas al Procurador General de la República y a los
agentes del Ministerio Público de la Federación;
f)En los casos en que la ley lo ordene en forma expresa.
En relación con el supuesto precisado en el apartado a), resulta conveniente
transcribir los artículos 305 y 306 del Código Federal de Procedimientos Civiles; dicen:
“ARTÍCULO 305.- Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia
judicial en que intervengan, deben designar casa ubicada en la población en que tenga su
sede el tribunal, para que se les hagan las notificaciones que deban ser personales.
Igualmente deben señalar la casa en que ha de hacerse la primera notificación a la
persona o personas contra quienes promuevan, o a las que les interese que se
notifique, por la intervención que deban tener en el asunto. No es necesario señalar el
domicilio de los funcionarios públicos. Estos siempre serán notificados en su residencia
oficial.”
“ARTÍCULO 306.- Cuando un litigante no cumpla con lo prevenido en la primera parte
del artículo anterior, las notificaciones personales se le harán conforme a las reglas para
122

las notificaciones que no deban ser personales.- Si faltare a la segunda parte del mismo
artículo, no se hará notificación alguna a la persona o personas contra quienes
promueva o a las que le interese que sean notificadas, mientras no se subsane la
omisión; a menos que las personas indicadas ocurran espontáneamente al tribunal,
a notificarse.”
De las disposiciones transcritas se desprende que en el escrito en el que se formule
una demanda, el actor debe señalar el domicilio del demandado y de todas las personas
que deban intervenir en el juicio, por tener interés en el mismo. En caso de que el actor
omita señalar los domicilios correspondientes, no se hará notificación alguna al
demandado ni a las personas que deban intervenir en el juicio, es decir, no se practicará el
emplazamiento.
Por otra parte, según se dijo en el apartado b), la primera notificación en el juicio
siempre se hará personalmente. Tal forma de proceder se explica pues la notificación
personal garantiza que el sujeto con quien se entiende queda enterado de que ante
determinado órgano jurisdiccional federal está radicado un juicio al que debe comparecer.
En el inciso c), se estableció que la resolución que se dicte en un juicio en el que se
hubiere dejado de actuar por más de seis meses, debe notificarse en forma personal. Esto
se explica porque durante esos seis meses pueden acaecer diversos hechos que pueden
incidir en el juicio. Así, por ejemplo, pudo haber cambiado el titular del órgano
jurisdiccional y una de las partes en el juicio considera que el nuevo titular está impedido
para conocer de éste y, por tanto, interpone recusación; o pudo haber muerto alguna de
las partes, etcétera.
Por otra parte, en el inciso d), se apuntó que el titular del órgano jurisdiccional tiene la
facultad de ordenar que una resolución se notifique personalmente. Luego, aun cuando la
resolución no encuadre en alguno de los supuestos previstos en el citado artículo 309 del
Código Federal de Procedimientos Civiles (que establece las resoluciones que en forma
obligada deben notificarse personalmente), si el titular del órgano jurisdiccional ordena que
aquélla se notifique en forma personal, el actuario judicial debe cumplir con esa orden.
Es muy importante precisar que la facultad contenida en la fracción III del artículo 309
del Código Federal de Procedimientos Civiles, está conferida única y exclusivamente a la
autoridad que conoce del juicio o proceso civil. En este sentido, es el titular del órgano
jurisdiccional el que debe determinar si una resolución debe notificarse personalmente a
alguna de las partes en el juicio. Siendo así, es inconcuso que el actuario judicial, en
ningún caso podrá, motu proprio, determinar que una resolución que no se ubique en
alguno de los supuestos previstos en el citado precepto legal, se notifique en forma
personal.
En el inciso e), se estableció que siempre se notificará en forma personal al
Procurador General de la República o a los agentes del Ministerio Público de la
Federación. Esta forma de proceder genera la certeza de que la representación social
conoce las determinaciones que se dictan en los procesos civiles en los que interviene.
123

Finalmente, en el inciso f), se sostuvo que las resoluciones deben notificarse


personalmente en los casos en que la ley lo ordene en forma expresa. Así, por ejemplo, el
artículo 152 del Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 152. Rendidos los dictámenes, dentro de los tres días siguientes del
últimamente presentado, los examinará el tribunal, y, si discordaren en alguno o algunos
de los puntos esenciales sobre que debe versar el parecer pericial, mandará, de oficio,
que, por notificación personal, se hagan del conocimiento del perito tercero,
entregándole las copias de ellos, y previniéndole que, dentro del término que le señale,
rinda el suyo. Si el término fijado no bastare, el tribunal podrá acordar, a petición del perito,
que se le amplíe.- El perito tercero no está obligado a adoptar alguna de las opiniones de
los otros peritos.”
Por otra parte, además de los supuestos antes explicados, los actuarios judiciales
deben estar atentos a la jurisprudencia que sustente la Suprema Corte de Justicia de la
Nación y los tribunales colegiados de Circuito. Se afirma lo anterior, pues puede suceder
que una resolución que no encuadre en alguno de los supuestos previstos en el artículo
309 del Código Federal de Procedimientos Civiles, deba notificarse personalmente, en
términos de la jurisprudencia. Como ejemplo de lo anterior, enseguida se cita una
jurisprudencia que se estima es aplicable, por analogía, a los procesos civiles federales.
“MEDIOS DE APREMIO. EL APERCIBIMIENTO DE SU IMPOSICIÓN Y LA
OBLIGACIÓN A CUMPLIMENTAR DEBEN NOTIFICARSE PERSONALMENTE.- Por lo
que ve a los medios de apremio, doctrinariamente se considera que su aplicabilidad está
sujeta a las siguientes condiciones: 1a. La existencia de una determinación, justa y
fundada en derecho, que deba ser cumplida por las partes, o por alguna de las personas
involucradas en el litigio. 2a. La comunicación oportuna, mediante notificación personal al
obligado con el apercibimiento de que, de no obedecerla, se le aplicará una medida de
apremio precisa y concreta. 3a. Que conste o se desprenda de autos la oposición o
negativa injustificada del obligado a obedecer el mandamiento judicial, es decir, que el
incumplimiento sea realmente un acto u omisión ilícitos. 4a. Una razón grave, a juicio del
juzgador, para decretar el medio de apremio. De las anteriores condiciones, debe
destacarse la segunda, consistente en que se comunique mediante notificación personal,
a quien se exija, el cumplimiento de la determinación judicial, el requerimiento o
disposición judicial a cumplimentar, así como el apercibimiento de la aplicación de la
medida de apremio para el caso de incumplimiento. La finalidad de tal exigencia consiste
en dejar constancia fehaciente de que la persona vinculada pudo conocer, con toda
oportunidad, tanto la obligación que le impuso el juzgador como el apercibimiento de la
imposición de una concreta medida de apremio, en caso de no dar cumplimiento, a fin de
que pueda impugnarla si la considera lesiva de su derecho y quiere evitarla, o bien, para
que pueda preparar lo necesario para proceder al cumplimiento, o que quede clara su
resistencia al cumplimiento. Además, existe un fundamento directo para la procedencia de
la notificación personal, que es el artículo 114, fracción V del Código de Procedimientos
124

Civiles para el Distrito Federal, conforme al cual será notificado personalmente en el


domicilio de los litigantes, el requerimiento de un acto a la parte que deba cumplirlo, toda
vez que en los casos en comento se contiene un requerimiento. Tal situación se justifica,
además, porque para estar en aptitud de cumplir un requerimiento, éste debe conocerse
con anterioridad a la fecha en que deba cumplirse, pues de lo contrario pueden
presentarse múltiples situaciones que impidan al requerido el cumplimiento, como por
ejemplo, que el obligado tuviera en lugar distinto el objeto o documento cuya exhibición se
exigiera; que se encontraran en posesión de persona distinta, a la que en el momento de
la diligencia no fuera posible localizar; que el directamente obligado no se encuentre al
momento de la diligencia, etcétera; casos todos en que no se puede atribuir
incumplimiento culpable, si no se proporcionó la posibilidad de preparar el
cumplimiento.”65[1]
Ahora bien, del análisis de las disposiciones del Código Federal de Procedimientos
Civiles, que regulan la forma en que deben practicarse las notificaciones personales, se
advierte que la notificación del auto en el que se admite a trámite la demanda y se ordena
emplazar al demandado, está sujeta a reglas especiales. Se afirma lo anterior, pues el
procedimiento conforme al cual debe notificarse dicho auto, establece la obligación de
dejar citatorio en caso de que el actuario judicial no encuentre al demandado en la primera
búsqueda. Cabe precisar que tratándose de resoluciones que también deban notificarse
personalmente (distintas del auto por el que se ordena emplazar al demandado), el
mencionado código adjetivo civil no establece la obligación de dejar citatorio en caso de
que en la primera búsqueda no se encuentre al interesado. De lo anterior se desprende
que la diferencia entre la notificación del auto por el que se ordena emplazar al
demandado, y la notificación de las resoluciones distintas de dicho auto que también
deben notificarse personalmente, radica en que al notificar estas últimas no es necesario
dejar citatorio a efecto de que el interesado espere al actuario judicial en determinada
fecha y hora.
En tales condiciones, en primer término se expondrán las reglas a las que los
actuarios judiciales deben ajustarse al practicar la notificación del auto que admite a
trámite la demanda y ordena emplazar a juicio al demandado y, posteriormente, se
explicará el procedimiento que debe seguirse para notificar personalmente las
resoluciones distintas de dicho proveído.

4.7.1.2. Notificación de la demanda.


Para la práctica de la notificación de la demanda, el actuario judicial debe ajustarse a
las reglas contenidas en los artículos 305, 310, 311 y 313 del Código Federal de
Procedimientos Civiles. Estos preceptos estatuyen:
65[1]
Jurisprudencia número I.4º.C.J/4, sustentada por el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito,
visible en la pág. 157, del Tomo III, Enero de 1996, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004,
núm. reg. 203524.
125

“ARTÍCULO 305.- Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia


judicial en que intervengan, deben designar casa ubicada en la población en que tenga su
sede el tribunal, para que se les hagan las notificaciones que deban ser personales.
Igualmente deben señalar la casa en que ha de hacerse la primera notificación a la
persona o personas contra quienes promuevan, o a las que les interese que se notifique,
por la intervención que deban tener en el asunto. No es necesario señalar el domicilio de
los funcionarios públicos. Estos siempre serán notificados en su residencia oficial.”
“ARTÍCULO 310. Las notificaciones personales se harán al interesado o a su
representante o procurador, en la casa designada, dejándole copia íntegra, autorizada, de
la resolución que se notifica.- Al Procurador de la República y a los agentes del Ministerio
Público Federal, en sus respectivos casos, las notificaciones personales les serán hechas
a ellos o a quienes los substituyan en el ejercicio de sus funciones, en los términos de la
ley orgánica de la institución.- Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la
primera busca no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio
para que espere, en la casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera,
se le notificará por instructivo, entregando las copias respectivas al hacer la
notificación o dejar el mismo.”
“ARTÍCULO 311. Para hacer una notificación personal, y salvo el caso previsto en el
artículo 307, se cerciorará el notificador, por cualquier medio, de que la persona que deba
ser notificada vive en la casa designada, y, después de ello, practicará la diligencia, de
todo lo cual asentará razón en autos.- En caso de no poder cerciorarse el notificador, de
que vive, en la casa designada, la persona que debe ser notificada, se abstendrá de
practicar la notificación, y lo hará constar para dar cuenta al tribunal, sin perjuicio de que
pueda proceder en los términos del artículo 313.”
“ARTÍCULO 313. Cuando, a juicio del notificador, hubiere sospecha fundada de que
se niegue que la persona por notificar vive en la casa designada, le hará la notificación en
el lugar en que habitualmente trabaje, si la encuentra, según los datos que proporcione el
que hubiere promovido. Puede igualmente hacerse la notificación personalmente al
interesado, en cualquier lugar en que se encuentre; pero, en los casos de este artículo,
deberá certificar, el notificador, ser la persona notificada de su conocimiento personal, o
haberle sido identificada por dos testigos de su conocimiento, que firmarán con él, si
supieren hacerlo. Para hacer la notificación, en los casos de este artículo, lo mismo que
cuando el promovente hiciere diversa designación del lugar en que ha de practicarse, no
se necesita nueva determinación judicial.”
Conforme al citado artículo 305 del Código Federal de Procedimientos Civiles, todos
los litigantes, en el primer escrito, tienen la obligación de señalar la casa en la que debe
hacerse la primera notificación a la persona o personas contra quienes se promueva el
juicio. Si no se hace tal señalamiento, no se hará notificación alguna. Atento lo anterior,
antes de practicar un emplazamiento, los actuarios judiciales deben leer cuidadosamente
el escrito de demanda, con la finalidad de obtener los datos que les permitan ubicar la
126

casa en la que deberán constituirse a efecto de practicar el emplazamiento. Cabe precisar


que esta forma de proceder resulta conveniente aun en los supuestos en los que los datos
de ubicación del domicilio del demandado se hayan asentado en el auto admisorio. Se
afirma lo anterior, pues puede suceder que por la carga de trabajo tales datos se hayan
asentado en forma incompleta o incorrecta.
Una vez que el actuario judicial se ha cerciorado de tener los datos que le permitirán
ubicar el domicilio del demandado, deberá constituirse en aquél a efecto de practicar la
notificación personal. Así, puede suceder que una vez constituido en el referido domicilio:
a) sea atendido por el interesado, su representante o apoderado; b) sea atendido por una
persona distinta del interesado, su representante o apoderado; y, c) nadie atienda su
llamado o quien lo hace, se niega a recibir la documentación correspondiente. A
continuación se explicará la forma en que debe proceder el actuario judicial en cada uno
de los referidos supuestos.
4.7.1.2.1. De la notificación de la demanda cuando el actuario judicial encuentra
al demandado en la primera búsqueda.
Según se vio, la notificación de la demanda debe practicarse en la casa en la que,
según los datos proporcionados por el actor en su escrito de demanda, pueda encontrarse
al demandado. Conforme al artículo 311 del Código Federal de Procedimientos Civiles, el
actuario judicial, antes de hacer la notificación correspondiente, debe cerciorarse, por
cualquier medio, de que el demandado efectivamente puede ser encontrado en dicha
casa. Hecho lo anterior, el funcionario judicial procederá a practicar el emplazamiento
correspondiente. En el supuesto que se expone, se parte de la hipótesis de que el actuario
judicial encuentra al interesado en la primera búsqueda. En este orden de ideas, una vez
que la persona buscada atiende el llamado del referido funcionario judicial, éste deberá: a)
identificarse e informar al interesado el motivo de la diligencia; b) identificar al interesado;
y, c) entregar al interesado copia íntegra, autorizada, de la resolución que se notifica, así
como copia de la demanda y de los documentos que el actor haya adjuntado a ésta.
De acuerdo con lo expuesto en el párrafo anterior, la razón que el actuario judicial
debe levantar cuando en la primera búsqueda encuentra al interesado y le notifica la
demanda promovida en su contra, debe contener, por lo menos, los siguientes datos (ver
anexo 12):
1.- El número de juicio.
2.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del interesado.
3.- Nombre y apellidos, cargo y órgano jurisdiccional al que está adscrito dicho
funcionario judicial.
4.- La forma en que se cercioró de que la persona con quien debía entender la
diligencia efectivamente podía ser encontrado en la casa señalada por el actor.
5.- Nombre y apellidos del interesado así como la forma en que se identificó.
127

6.- Fecha de la resolución que se notificó y la circunstancia de que se entregó al


interesado copia íntegra y autorizada de ésta, así como copia de la demanda y sus
anexos.
7.- En su caso, lo que el interesado hubiere manifestado durante la práctica de la
diligencia.
8. Firma del funcionario judicial y de la persona interesada. Si ésta no supiere o no
quisiere firmar, se hará constar tal circunstancia.

4.7.1.2.2. De la notificación de la demanda cuando el actuario judicial, en la


primera búsqueda, encuentra a una persona distinta del interesado.
Puede suceder que el actuario judicial al que se le haya encomendado notificar la
demanda, al constituirse por vez primera en el domicilio del interesado, no encuentre a
éste pero sí a alguna otra persona, por ejemplo, un familiar o empleado de aquél. En este
supuesto, el mencionado funcionario judicial puede entender la diligencia con la persona
que lo atienda. En efecto, el último párrafo del artículo 310 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, dice:
“ARTÍCULO 310. Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la primera busca
no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio para que espere, en la
casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera, se le notificará por instructivo,
entregando las copias respectivas al hacer la notificación o dejar el mismo.”
De la disposición transcrita se infiere que una vez que una persona distinta del
interesado atiende el llamado del actuario judicial, éste deberá proceder de la siguiente
forma: a) deberá identificarse e informar a la persona que atendió su llamado el motivo de
la diligencia; b) solicitará la presencia del interesado, su apoderado o representante, según
sea el caso (en el supuesto que se expone éstos no se encuentran en el domicilio); c)
identificará a la persona con la que entienda la diligencia; y, d) le hará entrega de un
citatorio dirigido al interesado, para que éste lo espere en una hora fija del día siguiente,
con el apercibimiento consistente en que si no lo espera, la notificación se hará mediante
instructivo.
En las relatadas circunstancias, el actuario judicial, además de entregar el citatorio a
la persona con quien entendió la diligencia, deberá levantar una razón en la que haga
constar los pormenores de la misma. El citatorio de que se trata debe contener, por lo
menos, los siguientes datos (ver anexo 13):
1.- La mención de que se trata de un citatorio.
2.- Nombre y apellidos del interesado, así como su domicilio.
3.- Fecha de la resolución que se pretende notificar y la mención de que es el auto
mediante el cual se admitió a trámite una demanda.
4.- Fecha y hora en que el actuario judicial se constituirá nuevamente en el domicilio
del interesado para llevar a cabo la notificación correspondiente.
5.- Nombre y, en su caso, firma de la persona que recibe el citatorio.
128

6.- El apercibimiento consistente en que si el interesado no espera al actuario en la


fecha y hora mencionadas en el citatorio, el proveído correspondiente se notificará por
instructivo, en términos del tercer párrafo del artículo 310 del Código Federal de
Procedimientos Civiles.
7.- Lugar y fecha en que se practicó la diligencia.
8.- Firma del actuario judicial.
Por otra parte, la razón que el actuario judicial debe levantar con motivo de la
diligencia en la que haya entregado el citatorio, debe contener, por lo menos, los
siguientes datos (ver anexo 14):
1.- La mención de que se trata de una razón de citatorio.
2.- Fecha y hora en que se practicó la diligencia.
3.- Nombre, apellidos y cargo del funcionario judicial que practicó la diligencia.
4.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó y el nombre y apellidos del
interesado.
5.- Fecha de la resolución que se pretende notificar (haciendo mención que se trata
del auto por el que se admitió a trámite una demanda) y el número de juicio.
6.- Nombre y apellidos de la persona con quien se entendió la diligencia, la forma en
que se identificó y el hecho de que el actuario judicial le hizo saber el motivo de su visita.
7.- Lo expuesto por la persona con quien se entendió la diligencia, en el sentido de
que en ese domicilio puede notificarse al interesado pero que en ese momento no se
encuentra.
8.- La mención de que le entrega un citatorio para que el interesado lo espere en la
fecha y hora precisadas en el mismo.
9.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia recibió de
conformidad el citatorio.
10.- Firma del actuario judicial.
Es muy importante apuntar aquí que el actuario judicial que se constituye en el
inmueble que el actor señaló como el indicado para emplazar a juicio al demandado, se
cerciore de que en dicho domicilio puede ser encontrada la persona que debe ser
emplazada. Para ello, el funcionario judicial debe asegurarse de cuestionar a la persona
con quien entienda la diligencia, si en esa casa puede encontrarse al interesado, debiendo
asentar la respuesta correspondiente. Esta obligación se desprende del primer párrafo del
artículo 311 del Código Federal de Procedimientos Civiles, que dice:
“ARTÍCULO 311. Para hacer una notificación personal, y salvo el caso previsto en el
artículo 307, se cerciorará el notificador, por cualquier medio, de que la persona que
deba ser notificada vive en la casa designada, y, después de ello, practicará la
diligencia, de todo lo cual asentará razón en autos.”
Ahora bien, una vez que el actuario judicial, en cumplimiento al citatorio, se
constituye nuevamente en el domicilio del demandado, pueden presentarse las siguientes
situaciones:
129

a) Que el interesado haya esperado al actuario judicial en la fecha y hora fijadas en el


citatorio;
b) Que el interesado no haya esperado al actuario judicial, pero éste entienda la
diligencia con algún pariente o trabajador de aquél; y,
c) Que nadie atienda el llamado del actuario judicial o que habiéndolo atendido el
interesado o una persona distinta de éste, se nieguen a recibir la documentación
correspondiente.

ANEXO 13

C I T A T O R I O

PARTE DEMANDADA: ____________________________


DOMICILIO: _____________________________________

Se deja el presente citatorio para que se sirva usted esperar al suscrito actuario en el
domicilio de referencia, a las _______ horas del __________ de ___________ de dos mil
_______, a fin de poder notificarle personalmente el auto de _______ de _______ de dos
mil _______, dictado en el expediente número _________, formado con motivo de la
demanda promovida en su contra por ___________. En dicho auto, se admitió a trámite la
referida demanda y se ordenó emplazarlo a juicio.

En términos del artículo 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles, lo


apercibo que de no esperar al suscrito actuario en la fecha y hora mencionadas, el citado
auto se le notificará por instructivo.

Conforme al mencionado precepto legal, hoy, a las ________horas


con______minutos, dejo el presente citatorio en poder de _______________, quien se
identificó con ___________ y manifestó ser _________ de la parte interesada. Lo anterior,
en virtud de no haber encontrado al interesado.

México, Distrito Federal, a _______ de ________ de__________.

____________________________________
Firma de quien recibe
(Nombre, apellidos y rúbrica).
130

____________________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

ANEXO 14

RAZÓN DE C I T A T O R I O

JUICIO ORDINARIO CIVIL


EXPEDIENTE: ___________

En México, Distrito Federal, a las ____________ horas con _________ minutos, del
_________ de _________de dos mil_______, el suscrito licenciado (a) _____________,
Actuario Judicial adscrito al Juzgado _______________, me constituí con las
formalidades de ley, en el domicilio ubicado en ______________________________, a fin
de notificar personalmente a _________________________, demandado en el juicio
ordinario civil, la resolución de______ de _________ de dos mil _________, por la que se
admitió a trámite la demanda promovida en su contra y se ordenó emplazarlo a juicio.
Enseguida, previamente cerciorado de haberme constituido en el domicilio en el que
puede ser encontrado el demandado, por así advertirlo de la nomenclatura de la calle y del
número exterior del citado inmueble, toqué el timbre de éste y fui atendido por quien dijo
llamarse _______________, ante quien me identifiqué, informé el motivo de mi visita y
requerí la presencia de la parte interesada. A lo anterior, tal persona expuso que es
_______ del interesado y que en efecto, ahí podía localizarse al buscado pero que en ese
momento no se encontraba. Dicha persona se identificó con ________, en la que obra su
nombre y una fotografía que concuerda con sus rasgos fisonómicos. Acto seguido, de
conformidad con el artículo 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles, dejé en
poder de la persona que me atendió, el citatorio correspondiente para que el demandado
espere al suscrito actuario en ese domicilio a las _______ horas con _________ minutos
del _______ de ________ de dos mil ______, a fin de practicar la diligencia de notificación
respectiva. Dicha persona manifestó recibir de conformidad el referido citatorio y
_________ firmó la copia del mismo para constancia legal.- Doy fe.

________________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
131

4.7.1.2.2.1. De la notificación de la demanda cuando el interesado espera al


actuario judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio.
En este supuesto el actuario judicial debe practicar el emplazamiento en los términos
expuestos en el punto 4.7.1.2.1., esto es, tal y como si hubiera encontrado al interesado
en la primera búsqueda. Así, una vez hecha la notificación, deberán agregarse a los autos
del juicio civil de que se trate, inmediatamente después del proveído en el que se admitió a
trámite la demanda y se ordenó emplazar al demandado, las siguientes constancias: 1.
razón actuarial levantada con motivo de la diligencia en la que, al no haber encontrado al
interesado, se entregó el citatorio correspondiente; 2. copia del citatorio; y, 3. razón
levantada con motivo de la notificación personal practicada en la fecha y hora precisadas
en el mencionado citatorio.

4.7.1.2.2.2. De la notificación de la demanda cuando el interesado no espera al


actuario judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio, pero la diligencia se
entiende con algún pariente o trabajador del propio interesado.
En este supuesto lo que procede es que el actuario judicial haga efectivo el
apercibimiento contenido en el citatorio, esto es, que practique la notificación mediante
instructivo. Éste debe dejarse en poder de la persona con quien se entendió la diligencia.
Lo anterior, en términos del artículo 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
que estatuye:
“ARTÍCULO 310. Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la primera busca
(sic) no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio para que espere,
en la casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera, se le notificará por
instructivo, entregando las copias respectivas al hacer la notificación o dejar el
mismo.”
El instructivo de notificación debe contener los datos que a continuación se apuntan
(ver anexo 15):
1.- La mención de que se trata de un instructivo.
2.- Nombre y apellidos del interesado y la mención de que es la parte demandada.
3.- Domicilio en el que se constituyó el actuario judicial.
4.- Número de juicio y nombre del actor (si fueren varios, se pondrá el nombre del
representante común seguido de las palabras “y otros”).
5.- La fecha del auto que se notifica.
6.- La mención de que al instructivo se acompaña copia del referido auto, así como
de la demanda y sus anexos.
7.- El nombre de la persona a la que se le entrega el instructivo y la forma en que se
identificó.
8.- Fecha y hora en que se entrega el instructivo (que necesariamente deben
coincidir con las precisadas en el citatorio para que el interesado esperara al actuario).
9.- En su caso, firma de la persona a quien se entregó el instructivo de notificación.
132

10.- Firma del actuario judicial.


Por otra parte, la razón que el actuario debe levantar con motivo de la diligencia en la
que entregó el referido instructivo, debe contener los siguientes datos (ver anexo 16):
1.- Lugar, fecha y hora en que el actuario judicial se constituyó nuevamente en el
domicilio del interesado (la fecha y hora necesariamente deben coincidir con las asentadas
en el citatorio para que el interesado esperara al actuario).
2.- Nombre y cargo del funcionario judicial que practicó la diligencia.
3.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó.
4.- La resolución que se pretende notificar.
5.- Nombre y apellidos de la persona con quien se entendió la diligencia y la forma en
que se identificó.
6.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia informó al actuario
que el interesado no estaba en el domicilio.
7.- La afirmación consistente en que como el interesado hizo caso omiso del citatorio,
se hace efectivo el apercibimiento contenido en el mismo y, por tanto, la resolución
correspondiente se notificó mediante instructivo que se entregó a la persona con la que se
entendió la diligencia.
8.- Firma del actuario judicial.
En este caso, el referido funcionario judicial deberá agregar al expediente de que se
trate, inmediatamente después del proveído que notificó, las siguientes constancias: a) la
razón que levantó con motivo de la primera búsqueda, en la que dejó citatorio; b) copia del
citatorio; c) la razón actuarial levantada con motivo de la diligencia de notificación
practicada en la fecha y hora precisadas en el citatorio; y, d) copia del instructivo de
notificación.

ANEXO 15

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN


PALACIO DE JUSTICIA FEDERAL
JUZGADO ____________________DE DISTRITO
EN MATERIA CIVIL EN EL DISTRITO FEDERAL.
ACCESO _______ NIVEL ________

INSTRUCTIVO

PARTE DEMANDADA: _____________________________


DOMICILIO: ______________________________________
En los autos del juicio ordinario civil número_________/2004-V, promovido por
__________, en contra de ________, se dictó el auto por el que se admitió a trámite la
133

demanda y se ordenó emplazar a juicio a ___________. Al presente, se anexa copia del


referido auto, así como de la demanda y sus anexos.

Lo que comunico a usted por medio de instructivo. Lo anterior, por no haber


esperado al suscrito actuario (a) en la fecha y hora precisados en el citatorio de
___________ (fecha en que se dejó el citatorio). Dejo el presente instructivo en poder de
_______________, quien se identifica con _________________ y quien manifestó ser
___________ de la persona buscada.

Hoy a las _________ horas con___________ minutos.

México, D.F. a _____ de ______ de dos mil _______.

________________________________________
Firma de quien recibe el instructivo
(Nombre, apellidos y rúbrica).

__________________________________
Firma del Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

ANEXO 16

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN


PALACIO DE JUSTICIA FEDERAL
JUZGADO ____________________DE DISTRITO
EN MATERIA CIVIL EN EL DISTRITO FEDERAL.
ACCESO _______ NIVEL ________

RAZÓN DE INSTRUCTIVO
134

JUICIO ORDINARIO CIVIL


EXPEDIENTE _____________

En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____
minutos del día _____ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado
_____________, Actuario Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito en
Materia Civil en el Distrito Federal, me constituí con las formalidades de ley en el
domicilio ubicado en __________, a fin de notificar a ____________, el auto de
_________ de ___________ de dos mil _______, por el que se admitió a trámite la
demanda promovida en su contra y se ordenó emplazarlo a juicio. No habiendo
encontrado al demandado, pero cerciorado de que ahí puede ser notificado, en virtud de
así desprenderse de la placa oficial colocada en la esquina de dicha calle, en la que
literalmente se lee “_______________”, por coincidir la numeración y, por así haberlo
manifestado ___________ quien dijo ser ______________ del demandado y quien se
identificó con una credencial en la que obra su nombre y fotografía que concuerda con sus
rasgos fisonómicos. Acto seguido, le requerí la presencia de la persona buscada y toda
vez que me informó que no se encuentra, se hace efectivo el apercibimiento contenido en
el citatorio entregado el ____________ (fecha en que se dejó el citatorio) y, en
consecuencia, procedo a notificar el referido auto por medio de instructivo que entrego a la
persona que me atendió, ante quien me identifiqué plenamente con una credencial
expedida por el Consejo de la Judicatura Federal del Poder Judicial de la Federación, que
me acredita como Actuario Judicial adscrito al Juzgado antes mencionado, y le hago
entrega del instructivo de notificación al que adjunto copia del auto, de la demanda y
sus anexos. Dicha persona manifestó que recibe de conformidad la documentación
referida.- Conste.- Doy fe.

________________________________
Firma del Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

4.7.1.2.2.3. De la notificación de la demanda cuando nadie haya esperado al


actuario judicial en la fecha y hora precisadas en el citatorio, o que habiendo
encontrado al interesado o a alguna persona distinta de éste, se negare a recibir la
documentación correspondiente.
En este caso, lo que debe hacer el actuario judicial, es fijar en la puerta de la casa del
interesado el instructivo de notificación. A éste deberá adjuntar copia de la demanda y sus
anexos. De lo anterior deberá levantar la razón correspondiente. Ello, en términos del
artículo 312 del Código Federal de Procedimientos Civiles, que dice:
135

“ARTÍCULO 312. Si, en la casa, se negare el interesado o la persona con quien


se entienda la notificación, a recibir ésta, la hará el notificador por medio de
instructivo que fijará en la puerta de la misma, y asentará razón de tal circunstancia.
En igual forma se procederá si no ocurrieren al llamado del notificador.”
El instructivo que se fija en la puerta de la casa del interesado debe contener los
mismos datos que el instructivo precisado en el punto 4.7.1.2.2.2., con la salvedad de que,
en lugar del nombre de la persona a la que se le entregó el instructivo, debe asentarse que
éste se fijó en la puerta del referido domicilio. Por otra parte, según se dijo, el actuario
judicial debe levantar una razón en la que haga constar que como nadie atendió su
llamado o quien lo hizo se negó a recibir la documentación correspondiente, practicó la
notificación mediante instructivo que fijó en la puerta del inmueble. Esta razón debe
contener la misma información que la razón precisada en el punto 4.7.1.2.2.2., con la
salvedad de que en aquélla, en lugar de sostener que el instructivo se dejó en poder de
una persona, debe asentarse que aquél se fijó en la puerta de la casa del interesado (ver
anexo 17).
En este supuesto, el referido funcionario judicial deberá agregar al expediente de que
se trate, inmediatamente después del proveído que notificó, las siguientes constancias: a)
la razón que levantó con motivo de la primera búsqueda, en la que dejó citatorio; b) copia
del citatorio; c) la razón actuarial levantada con motivo de la diligencia de notificación
practicada en la fecha y hora precisadas en el citatorio, en la que nadie atendió su llamado
o quien lo hizo se negó a recibir la documentación correspondiente; y, d) copia del
instructivo de notificación.

ANEXO 17

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN


PALACIO DE JUSTICIA FEDERAL
JUZGADO ____________________DE DISTRITO
EN MATERIA CIVIL EN EL DISTRITO FEDERAL.
ACCESO _______ NIVEL ________

RAZÓN DEL INSTRUCTIVO

JUICIO ORDINARIO CIVIL


EXPEDIENTE _____________.
136

En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____
minutos del día _____ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado
_______________, Actuario Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito en
Materia Civil en el Distrito Federal, me constituí con las formalidades de ley en el
domicilio ubicado en __________, a fin de notificar a ______________, el auto de
_________ de ___________ de dos mil _______, por el que se admitió a trámite la
demanda promovida en su contra y se ordenó emplazarlo a juicio. No habiendo
encontrado al demandado, pero cerciorado de que ahí puede ser notificado, en virtud de
así desprenderse de la placa oficial colocada en la esquina de dicha calle, en la que
literalmente se lee “_______________”, por coincidir la numeración y, por así haberlo
manifestado ___________ quien dijo ser ______________ del demandado y cuya media
filiación es ___________________, y quien se negó a recibir la notificación, manifestando
____________________. En tales condiciones, en términos del artículo 312 del Código de
Procedimientos Civiles, procedo a practicar la notificación por medio de instructivo que
fijo en la puerta, acompañado de copia de la demanda y sus anexos.- Conste.- Doy fe.

______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

4.7.1.2.3. De la notificación de la demanda cuando el actuario judicial se constituye


por primera vez en el domicilio del interesado y nadie atiende su llamado.
En los temas anteriores se ha expuesto la forma en que debe practicarse la
notificación de la demanda en los casos en que el actuario judicial, en la primera
búsqueda, es atendido por el propio demandado, su apoderado o representante, según
sea el caso, o por alguna persona distinta de éstos. Procede ahora explicar cómo debe
actuar dicho funcionario cuando en la primera búsqueda nadie atiende su llamado.
El artículo 311 del Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 311. Para hacer una notificación personal, y salvo el caso previsto en el
artículo 307, se cerciorará el notificador, por cualquier medio, de que la persona que deba
ser notificada vive en la casa designada, y, después de ello, practicará la diligencia, de
todo lo cual asentará razón en autos.- En caso de no poder cerciorarse el notificador,
de que vive, en la casa designada, la persona que debe ser notificada, se abstendrá
de practicar la notificación, y lo hará constar para dar cuenta al tribunal, sin
perjuicio de que pueda proceder en los términos del artículo 313.”
137

De la disposición transcrita se infiere que para notificar la demanda, el actuario


judicial debe cerciorarse de que el demandado puede ser encontrado en la casa que el
actor señaló en su demanda. Una vez cerciorado de lo anterior, procederá a practicar la
diligencia. En caso de que dicho funcionario no pueda cerciorarse de que en el domicilio
señalado por el actor vive el demandado, se abstendrá de practicar la notificación y hará
constar tal circunstancia en la razón que al efecto levante, con la que se dará cuenta al
titular del órgano jurisdiccional.
En congruencia con lo anterior, si el actuario judicial se constituye en la casa en la
que puede ser emplazado el demando (de acuerdo con los datos que el actor proporcionó
en su escrito de demanda), y nadie atiende su llamado, deberá indagar si aquél vive en
dicho domicilio. Para tal efecto, podrá preguntar a los vecinos. Si el actuario no obtiene
ningún dato del que se desprenda que en el referido domicilio vive el demandado, deberá
levantar la razón correspondiente, con la que se dará cuenta al titular del órgano
jurisdiccional a efecto de que determine lo que conforme a derecho corresponda.
Los titulares de los órganos jurisdiccionales a los que se les da cuenta con una razón
como la que se aludió en el párrafo anterior, generalmente dictan un proveído en el que
ordenan al actuario que se constituya nuevamente en el domicilio del demandado, en
diversas fechas y horas a la que previamente se constituyó y que, una vez hecho lo
anterior, en caso de que no se encuentre al interesado ni a ninguna otra persona, se le dé
nueva cuenta con las razones que al efecto se hayan levantado, con la finalidad de que,
con vista en éstas, se determine lo conducente.
En relación con lo antes expuesto se estima que resulta aplicable, por analogía, el
siguiente criterio:
“NOTIFICACIONES PERSONALES EN AMPARO. CASO EN QUE EL QUEJOSO
NO ESTÁ EN SU DOMICILIO NI NINGUNA OTRA PERSONA A LA QUE PUDIERA
DEJARSE CITATORIO.- El artículo 30 de la Ley de Amparo, en ninguna de sus fracciones
previene la forma en que deba proceder la autoridad que conozca de un juicio de amparo,
en los casos en que se ordene notificar personalmente al quejoso, y que, además de no
encontrarse éste en el domicilio señalado para oír notificaciones, tampoco esté presente
algún pariente, empleado o doméstico del interesado, o ninguna otra persona en ese
domicilio, a la cual pudiera dejársele citatorio, pero ello no implica que, por la eventual
circunstancia de que el notificador no encuentre alguna persona en el domicilio del
quejoso, inmediatamente deba ordenarse que una notificación personal se practique por
lista, sino que, atendiendo al principal cometido de las notificaciones, que es el de hacer
saber a la parte correspondiente la resolución que la originó, así como a lo dispuesto por
el propio precepto legal en lo atinente a las notificaciones que deben practicarse a los
terceros perjudicados o a las personas extrañas al juicio, y desde luego, a la trascendencia
138

de la resolución a notificar, procede que se ordene al actuario respectivo, se constituya en


el domicilio para oír notificaciones en diversas horas y en distintas fechas.”66[1]

4.7.1.2.4. De la notificación de la demanda cuando existe la sospecha fundada de


que las personas con las que se entiende la diligencia en la casa del demandado,
sostengan falsamente que éste no vive en dicho domicilio.
Puede suceder que al intentar practicar el emplazamiento en el domicilio del
demandado, el actuario judicial sea atendido por una persona que sostenga que en dicho
domicilio no vive aquél. En este caso, si el actuario judicial tiene la sospecha fundada de
que tal negativa no corresponde a la realidad, podrá emplazar al demandado en su lugar
de trabajo o en el lugar en el que se encuentre. En efecto, el artículo 313 del Código
Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 313. Cuando, a juicio del notificador, hubiere sospecha fundada de que
se niegue que la persona por notificar vive en la casa designada, le hará la notificación en
el lugar en que habitualmente trabaje, si la encuentra, según los datos que proporcione el
que hubiere promovido. Puede igualmente hacerse la notificación personalmente al
interesado, en cualquier lugar en que se encuentre; pero, en los casos de este artículo,
deberá certificar, el notificador, ser la persona notificada de su conocimiento personal, o
haberle sido identificada por dos testigos de su conocimiento, que firmarán con él, si
supieren hacerlo. Para hacer la notificación, en los casos de este artículo, lo mismo que
cuando el promovente hiciere diversa designación del lugar en que ha de practicarse, no
se necesita nueva determinación judicial.”
De la disposición transcrita se desprende que la notificación de la demanda puede
hacerse en el lugar en que habitualmente trabaje el demandado. Cabe precisar que no es
responsabilidad del actuario indagar el lugar en el que habitualmente trabaja el
demandado. Se afirma lo anterior, pues los datos de tal lugar deben ser proporcionados
por el actor.
Por otra parte, del precepto antes transcrito también se desprende que la notificación
personal puede hacerse en cualquier lugar en que se encuentre el interesado. Para ello,
es necesario que el actuario conozca personalmente al sujeto a notificar o que éste haya
sido identificado por dos testigos que lo conozcan. En el primer caso, el actuario judicial, al
levantar la razón de notificación, deberá certificar que el interesado es de su conocimiento
personal. En el segundo, los testigos deberán identificar al interesado y firmar la razón de
notificación que levante dicho funcionario judicial. Si no saben firmar, el actuario deberá
asentar tal circunstancia en la razón correspondiente.
Cabe precisar que para llevar a cabo la notificación en el lugar en el que
habitualmente trabaja el demandado, el actuario judicial no requiere de la autorización del

66[1]
Tesis sustentada por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en la pág. 244, del Tomo IX, Marzo
de 1992, Octava Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 220214.
139

titular del órgano jurisdiccional, esto es, no es necesario que éste dicte un proveído en el
que autorice al actuario para que practique la notificación en el centro de trabajo del
demandado. Se afirma lo anterior, pues el citado precepto, en la parte final, establece que
para hacer la notificación en los términos del propio artículo, no se requiere de una nueva
determinación judicial.
En relación con lo antes expuesto, resulta conveniente invocar el siguiente criterio:
“TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO, EMPLAZAMIENTO A LOS. ES
CORRECTO SEÑALAR EL DOMICILIO DEL CENTRO DE TRABAJO PARA
PRACTICARLO.- El artículo 129 de la ley burocrática que establece los requisitos de la
demanda, no señala tratándose del domicilio del demandado que necesariamente deba
ser el lugar en el que habitualmente reside. Por lo tanto, es correcto que el titular actor
señale como domicilio para practicar la citación a juicio, el del centro donde labora el
trabajador demandado, ya que conforme al artículo 313 del Código Federal de
Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la codificación burocrática, existe la
posibilidad de que el emplazamiento a juicio se practique en el lugar en que habitualmente
trabaja la persona que deba ser notificada.”67[1]

4.7.1.3. Del procedimiento para notificar en forma personal las resoluciones


distintas de aquella en la que se ordena admitir a trámite la demanda y emplazar al
demando.
Según se dijo, la diferencia entre la forma en que deben notificarse personalmente
los autos por los que se admite a trámite la demanda y se ordena emplazar al demandado,
y la manera en que deben notificarse personalmente las resoluciones distintas de dicho
auto, radica en que en estas últimas no existe obligación para el actuario judicial de dejar
citatorio en caso de que en la primera búsqueda no encuentre al interesado. Esta
diferencia se advierte del análisis de los artículos 309, 310 y 312 del Código Federal de
Procedimientos Civiles. Estos preceptos estatuyen:
“ARTÍCULO 309. Las notificaciones serán personales: I. Para emplazar a juicio al
demandado, y en todo caso en que se trate de la primera notificación en el negocio.- II.
Cuando dejare de actuarse durante más de seis meses, por cualquier motivo; en este
caso, si se ignora el domicilio de una parte, se le hará la notificación por edictos; III.
Cuando el tribunal estime que se trata de un caso urgente, o que, por alguna
circunstancia, deben ser personales, y así lo ordene expresamente, y IV. En todo caso, al
Procurador de la República y Agentes del Ministerio Público Federal, y cuando la ley
expresamente lo disponga.”

Tesis aislada sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Primer Circuito, visible en la
67[1]

página 596, del Tomo II, Segunda Parte-2, Julio a Diciembre de 1988 del Semanario Judicial de la Federación. IUS
2004, núm. reg. 230707.
140

“ARTÍCULO 310. Las notificaciones personales se harán al interesado o a su


representante o procurador, en la casa designada, dejándole copia íntegra, autorizada, de
la resolución que se notifica.- Al Procurador de la República y a los agentes del Ministerio
Público Federal, en sus respectivos casos, las notificaciones personales les serán hechas
a ellos o a quienes los substituyan en el ejercicio de sus funciones, en los términos de la
ley orgánica de la institución.- Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la
primera busca no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio
para que espere, en la casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera,
se le notificará por instructivo, entregando las copias respectivas al hacer la
notificación o dejar el mismo.”
“ARTÍCULO 312. Si, en la casa, se negare el interesado o la persona con quien se
entienda la notificación, a recibir ésta, la hará el notificador por medio de instructivo que
fijará en la puerta de la misma, y asentará razón de tal circunstancia. En igual forma se
procederá si no ocurrieren al llamado del notificador.”
De los preceptos transcritos se desprende que el único supuesto en el que el actuario
judicial está obligado a dejar citatorio, se actualiza cuando se dan las siguientes
circunstancias: a) que se trate de la notificación de la demanda (emplazamiento al juicio);
y, b) que no encuentre al demandado en la primera búsqueda, pero la diligencia se
entienda con alguna persona diversa de aquél. De lo anterior se infiere que tratándose de
resoluciones distintas del proveído que ordena emplazar a juicio al demandado, que
también deban notificarse personalmente (en términos del artículo 309 del citado
ordenamiento legal), no existe obligación por parte del actuario de dejar citatorio en caso
de que no encuentre al interesado en la primera búsqueda.
En efecto, en estos casos, la forma en que el actuario debe practicar la notificación,
es mediante instructivo que debe dejar en poder de la persona distinta del interesado con
quien entendió la diligencia o, en su caso, que debe fijar en la puerta de la casa de aquél.
En términos de la parte final del artículo 312 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
el actuario judicial también está obligado a fijar el instructivo de notificación en dicha
puerta, en los casos en que nadie atienda su llamado.
Atento lo anterior, el procedimiento para practicar las notificaciones personales en las
que el actuario no tiene obligación de dejar citatorio, es el siguiente:
1.- Debe constituirse en la casa o despacho que el interesado haya señalado para
recibir notificaciones;
2.- Si es el propio interesado quien atiende su llamado, el actuario judicial deberá
practicar la notificación personal en los términos precisados en el punto 4.7.1.2.1.;
3.- Si es una persona distinta del interesado quien atiende el llamado del actuario
judicial, o si nadie atiende su llamado o quien lo hace se niega a recibir la notificación, ésta
se practicará mediante instructivo. En el primer caso, éste se dejará en poder de la
persona con quien se entendió la diligencia. En los casos restantes, el referido funcionario
judicial deberá fijar el instructivo en la puerta de la casa o despacho correspondiente.
141

4.7.1.4. De la notificación personal por comparecencia.


El artículo 316 del Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 316. Las notificaciones que no deban ser personales se harán en el
tribunal, si vienen las personas que han de recibirlas a más tardar el día siguiente al
en que se dicten las resoluciones que han de notificarse, sin perjuicio de hacerlo,
dentro de igual tiempo, por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado.- De toda
notificación por rotulón se agregará, a los autos, un tanto de aquél, asentándose la razón
correspondiente.”
Del citado precepto legal se desprende que las resoluciones que no deban notificarse
personalmente se notificarán por rotulón a más tardar al día siguiente de aquel en que se
hayan dictado. En caso de que el interesado comparezca al órgano jurisdiccional al día
siguiente de que se haya dictado la resolución correspondiente, el actuario judicial podrá
notificarle personalmente la resolución. A esta forma de notificar se le conoce como
notificación por comparecencia. Tal denominación obedece a que es el propio interesado
el que, motu proprio, comparece al órgano jurisdiccional a efecto de que se le notifique
personalmente la resolución que originalmente se le notificaría mediante rotulón.
De la notificación a que se alude en el párrafo anterior deberá levantarse la razón
correspondiente. Ésta debe contener, por lo menos, los siguientes datos (ver anexo 18):
1.- La mención de que se trata de una notificación por comparecencia.
2.- El número de juicio o recurso en el que se haya dictado la resolución que se
notifica.
3.- Lugar, fecha y hora en que se llevó a cabo la notificación personal.
4.- La mención de que el interesado compareció al órgano jurisdiccional, la forma en
que se identificó, el motivo de su presencia y el carácter que tiene en el juicio.
5.- El hecho de que se le notifica la resolución correspondiente.
6. Firma del compareciente y del actuario judicial.
La razón de que se trata deberá agregarse a los autos del expediente de que se
trate, inmediatamente después del proveído que se notificó.

ANEXO 18

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN


PALACIO DE JUSTICIA FEDERAL
JUZGADO ____________________DE DISTRITO
EN MATERIA CIVIL EN EL DISTRITO FEDERAL.
ACCESO _______ NIVEL ________
142

COMPARECENCIA
(CIVIL)

JUICIO _____________________
EXPEDIENTE _______________

En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____
minutos del día _____ de _______ de dos mil ______, ante el suscrito licenciado
_______________, Actuario Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito en
Materia Civil en el Distrito Federal, comparece en el local que ocupa el órgano
jurisdiccional de mi adscripción _______________, en su carácter de _____________,
quien se identifica con _______________________, en la que obra su nombre y fotografía
que concuerda con los rasgos fisonómicos del compareciente. Dicha identificación se le
devuelve por considerar innecesaria su retención. Acto seguido, procedo a notificarle el
proveído de fecha _______________ de ______________ de dos mil ______________,
dictado en los autos del juicio y expediente al rubro indicados. Para tal efecto, le entrego
copia autorizada del referido proveído, firmando para constancia la presente acta, en unión
del suscrito.- Conste.- Doy fe.-

________________________________________
Firma de quien recibe la documentación
(Nombre, apellidos y rúbrica).

______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

4.7.2. Notificaciones por rotulón.


4.7.2.1. De su procedencia.
El artículo 316 del Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 316. Las notificaciones que no deban ser personales se harán en el
tribunal, si vienen las personas que han de recibirlas a más tardar el día siguiente al en
que se dicten las resoluciones que han de notificarse, sin perjuicio de hacerlo, dentro de
igual tiempo, por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado.- De toda notificación por
143

rotulón se agregará, a los autos, un tanto de aquél, asentándose la razón


correspondiente.”
De la disposición transcrita se desprende que las notificaciones que no deban
hacerse en forma personal, se practicarán mediante rotulón. Luego, la notificación por
rotulón procede respecto de resoluciones que no se ubiquen en alguno de los supuestos
previstos en el artículo 309 del Código Federal de Procedimientos Civiles (que establece
las resoluciones que deben notificarse en forma personal).
Por otra parte, los artículos 305 y 306 del referido ordenamiento legal, estatuyen:
“ARTÍCULO 305. Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera
diligencia judicial en que intervengan, deben designar casa ubicada en la población
en que tenga su sede el tribunal, para que se les hagan las notificaciones que deban
ser personales. Igualmente deben señalar la casa en que ha de hacerse la primera
notificación a la persona o personas contra quienes promuevan, o a las que les interese
que se notifique, por la intervención que deban tener en el asunto. No es necesario
señalar el domicilio de los funcionarios públicos. Estos siempre serán notificados en su
residencia oficial.”
“ARTÍCULO 306. Cuando un litigante no cumpla con lo prevenido en la primera
parte del artículo anterior, las notificaciones personales se le harán conforme a las
reglas para las notificaciones que no deban ser personales.- Si faltare a la segunda
parte del mismo artículo, no se hará notificación alguna a la persona o personas contra
quienes promueva o a las que le interese que sean notificadas, mientras no se subsane la
omisión; a menos que las personas indicadas ocurran espontáneamente al tribunal, a
notificarse.”
De la anterior transcripción se desprende que los litigantes, en el primer escrito que
presenten ante el órgano jurisdiccional o en la primera diligencia en que intervengan,
deben señalar domicilio para recibir notificaciones. Dicho domicilio debe estar ubicado en
la población en la que resida el órgano jurisdiccional correspondiente. En caso de que no
se cumpla con tal obligación, las notificaciones personales se practicarán conforme a las
reglas de las notificaciones que no deban ser personales, es decir, se practicarán por
rotulón.
Por otra parte, el artículo 315 del Código Federal de Procedimientos Civiles, dice:
“ARTÍCULO 315. Cuando hubiere que citar a juicio a alguna persona que haya
desaparecido, no tenga domicilio fijo o se ignore dónde se encuentra, la notificación se
hará por edictos, que contendrán una relación sucinta de la demanda, y se publicarán por
tres veces, de siete en siete días, en el "Diario Oficial" y en uno de los periódicos diarios
de mayor circulación en la República, haciéndosele saber que debe presentarse dentro del
término de treinta días, contados del siguiente al de la última publicación. Se fijará,
además, en la puerta del tribunal, una copia integra de la resolución, por todo el tiempo del
emplazamiento. Si, pasado este término, no comparece por sí, por apoderado o por
gestor que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía, haciéndosele las
144

ulteriores notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá
contener, en síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.”
Conforme al citado precepto, procede notificar por edictos en los casos en que la
persona que se busque haya desaparecido, no tenga domicilio o se ignore dónde se
encuentra. La notificación por edictos, según se ha dicho, consiste en la publicación de la
resolución que se notifica en el Diario Oficial de la Federación y en uno de los periódicos
diarios de mayor circulación nacional. La resolución se publicará tres veces, con un
intervalo de siete días entre cada una de las publicaciones. Además, durante el tiempo
requerido para hacer las referidas publicaciones, se debe fijar en la puerta del órgano
jurisdiccional copia íntegra de la resolución. La persona buscada debe presentarse al
órgano jurisdiccional dentro de treinta días, contados del siguiente al de la publicación del
último edicto. Si pasado ese término, la persona buscada no comparece (por sí, por
apoderado o gestor) al órgano jurisdiccional, el juicio se seguirá en rebeldía y las
notificaciones subsecuentes que deban hacerse a la persona a la que se notificó mediante
edictos, se practicarán mediante rotulón.
De lo hasta aquí expuesto se desprende que procede notificar por rotulón: a) las
resoluciones que no deban notificarse en forma personal; b) las resoluciones que
debiéndose notificar en forma personal, no puedan notificarse de ese modo con
motivo de que el litigante no señaló domicilio dentro de la residencia del órgano
jurisdiccional para recibir notificaciones; y, c) las resoluciones que deban
notificarse al demandado que fue declarado en rebeldía con motivo de que no
compareció al órgano jurisdiccional dentro del término de treinta días contados a
partir del siguiente al de la publicación del último edicto.

4.7.2.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por rotulón.


El artículo 306 del Código Federal de Procedimientos Civiles establece:
“ARTÍCULO 316. Las notificaciones que no deban ser personales se harán en el
tribunal, si vienen las personas que han de recibirlas a más tardar el día siguiente al
en que se dicten las resoluciones que han de notificarse, sin perjuicio de hacerlo,
dentro de igual tiempo, por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado.- De toda
notificación por rotulón se agregará, a los autos, un tanto de aquél, asentándose la razón
correspondiente.”
Como se ve, el rotulón debe fijarse en la puerta del juzgado (o en un lugar del órgano
jurisdiccional de fácil acceso al público en general) a más tardar al día siguiente de aquel
en que se emitió la resolución correspondiente.
Ahora bien, el referido ordenamiento legal no establece la hora en que debe fijarse el
rotulón. No obstante, el artículo 281 del Código Federal de Procedimientos Civiles dispone
que las actuaciones judiciales deben practicarse en días y horas hábiles, entendiendo por
estas últimas las comprendidas entre las ocho y las diecinueve horas. Luego, si se está a
145

lo establecido en dicho precepto, los actuarios judiciales deberán tener especial cuidado
en que el rotulón se fije en un lugar al que tengan acceso los litigantes desde las ocho
hasta las diecinueve horas.
No obstante lo expuesto en el párrafo anterior, la práctica demuestra que los órganos
jurisdiccionales generalmente tienen un horario de atención al público. Dicho horario es el
comprendido de las nueve a las quince horas. En tales condiciones, se estima que lo
conveniente es que el rotulón se fije en la puerta del órgano jurisdiccional o en un lugar de
éste que sea de fácil acceso al público en general, a efecto de que los litigantes puedan
consultarlo durante dicho horario. Por tal razón, resulta necesario que el actuario judicial
responsable de practicar las notificaciones por rotulón, asiente en éste la fecha y hora en
que lo fijó.
En este orden de ideas, los datos que debe contener el rotulón, son los siguientes
(ver anexo 19):
1.- La mención de que se trata de un rotulón.
2.- Denominación del órgano jurisdiccional.
3.- Fecha y hora de la publicación del rotulón.
4.- El número de juicio o recurso.
5.- La parte o partes a las que está dirigida la notificación.
6.- Fecha del acuerdo que se notifica.
7.- Síntesis de la resolución que se notifica.
8.- Firma del funcionario judicial responsable de la publicación.
Por otra parte, según se desprende del segundo párrafo del artículo 316 del Código
Federal de Procedimientos Civiles, una vez practicada la notificación por rotulón, el
actuario judicial debe agregar al expediente de que se trate, inmediatamente después del
auto que se notificó, las siguientes constancias: a) un tanto del rotulón; y, b) la razón que
haya levantado con motivo de la notificación por rotulón.
La razón que el actuario judicial debe levantar al practicar una notificación por
rotulón, tiene por objeto que en el expediente quede constancia de la fecha en que aquél
se fijó, las partes a las que se les notificó por ese medio y el hecho de que se agregó al
expediente un tanto del rotulón. En tales condiciones, la razón de que se trata debe
contener, por lo menos, la siguiente información (ver anexo 20):
1.- Nombre y apellidos del actuario judicial.
2.- La hora y fecha en que se fijó el rotulón.
3.- Fecha del proveído que se notificó mediante rotulón.
4.- La manifestación consistente en que a los autos del juicio de que se trate, se
agrega copia del rotulón.
5.- La parte o partes a las que se notificó por este medio.
6.- Firma del actuario judicial.
En otro orden de ideas, según se dijo, algunos titulares de los órganos
jurisdiccionales suelen encomendar a los actuarios que, previamente a devolver el
146

expediente al secretario encargado del trámite del mismo, asienten en los autos la fecha
en que surtió efectos la notificación que practicaron (aunque en rigor, es el Secretario
encargado del trámite el que debe hacer tal anotación, pues es a él al que corresponde
hacer los cómputos de los plazos). De ser el caso, el actuario judicial, inmediatamente
después de la razón a la que se aludió en el párrafo anterior, deberá asentar la fecha en
que surtió sus efectos la notificación por rotulón (ver anexo 20).

ANEXO 19

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN


PALACIO DE JUSTICIA FEDERAL
JUZGADO ____________________DE DISTRITO
EN MATERIA CIVIL EN EL DISTRITO FEDERAL.
ACCESO _______ NIVEL ________

ROTULÓN
Publicado a las nueve horas del catorce de enero de dos mil cinco.

Juzgado _________ de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal.

Juicio Ordinario Civil número: ____________

Persona a la que está dirigido: Pedro López Pérez, en su carácter de


demandado.

En los autos del juicio ordinario civil antes precisado, el ________ de ___________
de dos mil __________, se dictó un proveído que en lo conducente dice:

(Síntesis del auto que se notifica)

______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

ANEXO 20
147

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN


PALACIO DE JUSTICIA FEDERAL
JUZGADO ____________________DE DISTRITO
EN MATERIA CIVIL EN EL DISTRITO FEDERAL.
ACCESO _______ NIVEL ________

RAZÓN DE LA NOTIFICACIÓN POR ROTULÓN

Se hace constar que el _________ de ___________ de dos mil _____________, a


las nueve horas, se fijó en la puerta del juzgado el rotulón por medio del cual se notifica a
la parte demandada la determinación que antecede.- Doy fe.

______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

El _________ de ___________ de dos mil __________, surtió efectos la notificación


a que se refiere la razón que antecede. Lo anterior, en términos de los artículos 318 y 321
del Código Federal de Procedimientos Civiles.- Doy fe.-

______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

ANEXO 20

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN


148

PALACIO DE JUSTICIA FEDERAL


JUZGADO ____________________DE DISTRITO
EN MATERIA CIVIL EN EL DISTRITO FEDERAL.
ACCESO _______ NIVEL ________

RAZÓN DE LA NOTIFICACIÓN POR ROTULÓN

Se hace constar que el _________ de ___________ de dos mil _____________, a


las nueve horas, se fijó en la puerta del juzgado el rotulón por medio del cual se notifica a
la parte demandada la determinación que antecede.- Doy fe.

______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

El _________ de ___________ de dos mil __________, surtió efectos la notificación


a que se refiere la razón que antecede. Lo anterior, en términos de los artículos 318 y 321
del Código Federal de Procedimientos Civiles.- Doy fe.-

______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

4.7.3. Notificaciones por edictos.

4.7.3.1. De su procedencia.
El artículo 315 del Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 315. Cuando hubiere que citar a juicio a alguna persona que haya
desaparecido, no tenga domicilio fijo o se ignore dónde se encuentra, la notificación se
hará por edictos, que contendrán una relación suscinta de la demanda, y se publicarán por
tres veces, de siete en siete días, en el Diario Oficial y en uno de los periódicos diarios de
149

mayor circulación en la República, haciéndosele saber que debe presentarse dentro del
término de treinta días, contados del siguiente al de la última publicación. Se fijará,
además, en la puerta del tribunal, una copia integra de la resolución, por todo el tiempo del
emplazamiento. Si, pasado este término, no comparece por sí, por apoderado o por gestor
que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía, haciéndosele las ulteriores
notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá contener, en
síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.”
Del citado precepto se desprende que la notificación por edictos procede cuando
deba citarse a juicio a alguna persona que se encuentre en alguno de los siguientes
supuestos: a) que haya desaparecido; b) que no tenga domicilio fijo; y, c) que se ignore
dónde puede ser encontrada. En relación con tales supuestos, conviene transcribir el
siguiente criterio:
“EDICTOS, REQUISITOS PREVIOS A LA NOTIFICACIÓN POR.- Previamente a la
notificación que se realice por medio de edictos, debe probarse en forma fehaciente que
se ignora el domicilio del demandado, pero tal ignorancia debe ser general, entendiéndose
por ello que se desconozca dicho domicilio tanto por el actor como por las personas de
quiénes se pudiera obtener información; asimismo debe comprobarse que la búsqueda por
la policía del lugar en que tuvo su último domicilio, fue infructuosa, no bastando para ello la
simple afirmación de esa institución, sino la relación razonada que contenga las
investigaciones que se realizaron para que quede establecido en forma clara que
efectivamente el desconocimiento es general.”68[1]
De la tesis transcrita se desprende que previamente a la práctica de la notificación
por medio de edictos, debe probarse en forma fehaciente que se ignora el domicilio del
demandado. Al respecto, debe decirse que tal ignorancia debe entenderse en el sentido
de que aun después de haberse hecho una investigación para localizar el domicilio del
demandado o de la persona que deba citarse a juicio, dicho domicilio siga sin conocerse.
En relación con lo anterior, Chiovenda sostiene que ante la imposibilidad de localizar
al demandado o a la persona que deba intervenir en el juicio, los edictos son una forma de
notificar que permite que se integre la relación jurídico procesal entre actor y demandado.
Ello, pues si las notificaciones por edictos se hacen con las formalidades de ley, la relación
jurídico procesal alcanza al demandado, aun cuando éste, por no haber atendido los
edictos, desconozca que hay una demanda promovida en su contra.69[2]

4.7.3.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por edictos.


El procedimiento para practicar las notificaciones por edictos, también está previsto
en el citado artículo 315 del Código Federal de Procedimientos Civiles. De dicho precepto
se desprende que la información que deben contener los edictos, son: a) una relación

68[1]
Tesis aislada sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en la página
199, del Tomo 205-216 sexta parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg.
247769.
69[2]
CHIOVENDA, Giuseppe. Ob.Cit., pág, 365.
150

sucinta de la demanda; y, b) el requerimiento al interesado para que se presente en el


órgano jurisdiccional dentro del término de treinta días contados a partir del siguiente al de
la última publicación.
Del mismo precepto se desprende que la práctica de este tipo de notificación,
consiste en la publicación de los edictos por tres veces, con un intervalo de siete días
entre cada una de las publicaciones. Éstas se harán en el Diario Oficial de la Federación y
en uno de los diarios de mayor circulación en la república. El costo de las publicaciones
correrá a cargo del actor. Además, en la puerta del órgano jurisdiccional se fijará copia
íntegra de la resolución que se pretende notificar, por todo el tiempo del emplazamiento,
esto es, por el tiempo que dure la publicación de los edictos.
Es importante apuntar aquí, que no es responsabilidad de los actuarios la elaboración
y publicación de los edictos. En efecto, de la elaboración debe encargarse el secretario, en
tanto que de la publicación el propio actor, quien debe acudir al órgano jurisdiccional a
recoger los edictos, pagar su publicación y exhibir ésta ante la autoridad jurisdiccional. Lo
anterior se corrobora con la lectura de la siguiente jurisprudencia, que es aplicable por
analogía a los procesos civiles:
"EMPLAZAMIENTO POR EDICTOS AL TERCERO PERJUDICADO. EL
INCUMPLIMIENTO DEL QUEJOSO DE RECOGERLOS, PAGAR SU PUBLICACIÓN Y
EXHIBIRLA, DA LUGAR AL SOBRESEIMIENTO EN EL JUICIO DE AMPARO.- De
conformidad con lo dispuesto en el artículo 30, fracción II, de la Ley de Amparo, el
emplazamiento a juicio del tercero perjudicado se hará mediante notificación personal,
siempre que se conozca o se logre investigar su domicilio, o por medio de edictos a costa
del quejoso, si a pesar de la investigación se ignora aquél. Ahora bien, del análisis
sistemático de lo previsto en el artículo 73, fracción XVIII, de la Ley de Amparo, en relación
con los diversos dispositivos 30, fracción II y 5o., fracción III, del propio ordenamiento, así
como en el numeral 14, párrafo segundo, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se concluye que si una vez agotada la investigación a que alude el referido
artículo 30, fracción II, y ordenado el emplazamiento a juicio del tercero perjudicado por
medio de edictos a costa del quejoso, éste no los recoge, paga su publicación y exhibe
ésta, procede decretar el sobreseimiento en el juicio de garantías, toda vez que incumple
con un presupuesto procesal, que se erige en formalidad esencial del procedimiento y
hace que el juzgador de amparo no pueda pronunciarse sobre el fondo de lo planteado en
el juicio constitucional; por ende, se actualiza una causa de improcedencia, pues con la no
publicación de los edictos ordenados queda paralizado el juicio de garantías al arbitrio del
quejoso, con lo que se contraviene lo dispuesto en el artículo 17 de la Constitución
Federal, puesto que se entorpece la administración de justicia, por retardarse la solución
del conflicto, ya que ello no es atribuible al órgano jurisdiccional, sino al propio quejoso,
cuyo interés particular no puede estar por encima del interés público, tutelado por dicho
precepto constitucional, en razón de que la sociedad está interesada en que los juicios se
151

resuelvan dentro de los términos que al respecto señale la ley y no quede su resolución al
arbitrio de una de las partes, en este caso del quejoso."70[1]
De lo anterior se desprende que en la práctica de la notificación por edictos, sólo
corresponde al actuario fijar en la puerta principal del órgano judicial, durante todo el
tiempo de la publicación, la resolución que se ordene notificar por ese medio.
Por otro lado, del citado artículo 315 del código adjetivo civil invocado, se desprende
que pasado el mencionado término de treinta días, si la parte interesada no comparece al
órgano jurisdiccional correspondiente, el juicio se seguirá en rebeldía, y las ulteriores
notificaciones al demandado se harán por rotulón.

4.8. Notificaciones en materia mercantil.

4.8.1. Plazo para notificar las resoluciones judiciales.


El primer párrafo del artículo 1068 del Código de Comercio estatuye:
“Art. 1068 Las notificaciones, citaciones y entrega de expedientes se verificarán lo
más tarde el día siguiente al en que se dicten las resoluciones que las prevengan, cuando
el juez en éstas no dispusiere otra cosa. En el caso de notificaciones personales, dicho
término se contará a partir de la fecha en que se entregue el expediente al notificador, lo
cual deberá hacerse, dentro de un plazo que no exceda de tres días. Se impondrá de
plano a los infractores de este artículo una multa que no exceda del equivalente a diez
días de salario mínimo general vigente en el lugar en que se desahogue el procedimiento.”
De la disposición legal transcrita se desprende que, por regla general, las
resoluciones deben notificarse a más tardar el día siguiente de aquel en que se dictan,
salvo que el juez que conozca del asunto no determine otra cosa. Del propio precepto se
advierte que las resoluciones que deban hacerse del conocimiento de las partes en forma
personal, deberán notificarse al día siguiente de aquel en que se entregue el expediente al
actuario judicial, lo cual deberá hacerse dentro de un plazo no mayor de tres días contado
a partir de que se dictó la resolución correspondiente.

4.8.2. Personas a quienes deben notificarse las resoluciones judiciales.


Al igual que en los procedimientos civiles, en los juicios mercantiles (salvo la
excepción que más adelante se apuntará), además del actor y demandado, pueden llegar
a intervenir otras personas a las que se deben notificar las resoluciones que se pronuncian
en aquéllos. Tales personas son las siguientes: a) terceros llamados a juicio; b) terceristas;
c) sujetos que sin ser parte en el juicio, intervienen en éste con motivo del desahogo de
pruebas (testigos y peritos, por ejemplo); y, d) funcionarios a los que suelen solicitarse la

70[1]
Tesis de jurisprudencia 2ª/J. 64/2002, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 211, del Tomo XVI, Julio de 2002, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 186587.
152

realización de determinados actos con motivo de la tramitación de los juicios (por ejemplo,
los notarios públicos y los directores de los Registros Públicos de la Propiedad y del
Comercio).
La excepción antes referida se actualiza en los juicios ejecutivos mercantiles. En
efecto, en tales juicios no resulta procedente llamar a terceros interesados. Lo anterior, en
términos del siguiente criterio:
“JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. EN ATENCIÓN A SU NATURALEZA, NO
PROCEDE LLAMAR A TERCEROS INTERESADOS, A FIN DE QUE SE INTEGREN A
LA LITIS Y LA SENTENCIA QUE SE DICTE LES PARE PERJUICIO.- Si bien es cierto
que los artículos 1094, fracción VI y 1203 del Código de Comercio, reformados mediante
decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 24 de mayo de 1996, que prevén
la figura jurídica del tercero llamado a juicio se localizan en su libro quinto, título primero,
capítulos VIII y XII, respectivamente, que se refieren a las disposiciones generales de los
juicios mercantiles, específicamente a los capítulos de la competencia y excepciones
procesales y reglas generales sobre la prueba, también lo es que no son aplicables al
juicio ejecutivo, ya que de los artículos 1391 a 1414 del Código de Comercio y 8o., 151 y
154 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, se desprende que dicho juicio
es un procedimiento con características y particularidades propias. En ese sentido, de
aceptarse que en esa clase de juicios pueda llamarse a terceras personas para que se
integren a la litis a fin de que la sentencia que se dicte les pare perjuicio, es indudable que
se desvirtuaría su naturaleza, porque de sus propias características se advierte que es un
juicio de ejecución basado en un título preconstituido con pleno valor probatorio, y por ello
no es un juicio de conocimiento al cual deben ser llamadas todas las personas que tengan
interés en el mismo o la sentencia que se dicte les pueda parar perjuicio, a fin de que
aleguen lo que a su derecho convenga, aunado a lo anterior, aunque dichos terceros
quedaran sujetos a los términos previstos para el procedimiento ejecutivo, es un hecho
conocido que entre más personas intervengan, más se prolongará el procedimiento, pues
necesariamente habrá que notificarles, concederles términos a cada una para que
ofrezcan pruebas, formulen alegatos o interpongan los recursos que estimen procedentes,
además, de que con tal llamamiento, prácticamente se estaría derogando el artículo 154
de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, ya que cuando el último tenedor de
un documento ejercite la acción cambiaria sólo en contra de uno de los obligados, éste
tendría el derecho de llamar a juicio a todos los demás, a fin de que se integren a la litis y
la sentencia que se dicte les pare perjuicio, con lo que se nulifica el derecho del último
tenedor de ejercitar la acción cambiaria directa sólo contra uno de ellos, así como las
demás disposiciones que establecen la acción cambiaria de regreso, que es una
característica propia de los juicios ejecutivos mercantiles.”71[1]

71[1]
Jurisprudencia número 1ª./J. 96/2004, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 226, del Tomo XX, diciembre de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 179867.
153

4.8.2.1. Actor y demandado.

4.8.2.1.1. Personas físicas.


Los artículos 1056 y 1061, fracciones I y II del Código de Comercio disponen:
“Art. 1056. Todo el que, conforme a la ley esté en el pleno ejercicio de sus derechos
puede comparecer en juicio. Aquellos que no se hallen en el caso anterior, comparecerán
a juicio por medio de sus representantes legítimos o los que deban suplir su incapacidad
conforme a derecho. Los ausentes e ignorados serán representados como se previene en
el Código Civil para el Distrito Federal.”
“Art. 1061. Al primer escrito se acompañarán precisamente: I. El poder que acredite
la personalidad del que comparece en nombre de otro; II. El documento o documentos que
acrediten el carácter con que el litigante se presente en juicio en el caso de tener
representación legal de alguna persona o corporación o cuando el derecho que reclame
provenga de habérsele transmitido por otra persona;”
De las disposiciones transcritas se infiere que el actor y el demandado pueden actuar
en los procedimientos mercantiles por sí mismos o por medio de sus representantes. La
representación puede ser legal o convencional. La primera deriva directamente de la ley, y
es la que requieren las personas que, por carecer de capacidad procesal (por ejemplo los
menores de edad), no pueden actuar en los procedimientos mercantiles por sí mismos.
Por tanto, para que aquéllos puedan asumir efectivamente la calidad de parte procesal,
requieren del representante que se prevé en la propia ley; así por ejemplo, el
representante del menor de edad, conforme al artículo 427 del Código Civil del Distrito
Federal, es la persona que tiene la patria potestad sobre él.
Por otro lado, la representación convencional es la que emana de la voluntad de las
partes, es decir, es la que se genera cuando una persona capaz para actuar por sí misma
en el juicio, designa a otra persona para que lo haga a su nombre. Esta última recibe el
nombre de apoderado judicial. Se trata de un mandatario con poder bastante para
representar en juicio a su mandante.
En congruencia con lo antes expuesto, debe decirse que cuando en un procedimiento
mercantil el actor o el demandado actúan por sí mismos, las resoluciones que se dicten en
aquél se deben notificar directamente a ellos. En los casos en los que el actor o el
demandado tengan representante legal o apoderado, las notificaciones se entenderán con
éstos. En este supuesto, ya no es necesario entender la notificación de que se trate con el
actor o demandado, pues basta que la diligencia se practique con el representante legal o
apoderado para que se tenga por legalmente hecha la notificación.
Por otra parte, en los procedimientos mercantiles en los que exista litisconsorcio, los
litisconsortes deberán litigar unidos y bajo una misma representación. Así, tales
litisconsortes pueden optar por designar apoderado o representante común. En el primer
caso, el apoderado es una persona a quien le otorgan las facultades necesarias para que
pueda actuar en el juicio. En el segundo caso, el representante común siempre es uno de
154

los litisconsortes quien, una vez designado (esto es, una vez que el juez dicta el proveído
en el que le reconoce el carácter de representante común), litigará por su propio derecho y
en representación de los litisconsortes. De aquí se sigue que una vez que el titular del
órgano jurisdiccional tenga por designado al apoderado o representante común, según
sea el caso, cualquiera de ellos podrá suscribir promociones, interponer recursos y, en
general, llevar a cabo todos los actos necesarios para la defensa de los intereses de sus
representados. Al respecto, resulta conveniente transcribir el artículo 1060 del Código de
Comercio; dice:
“Art. 1060. Existirá litisconsorcio, sea activo o sea pasivo, siempre que dos o más
personas ejerciten una misma acción u opongan la misma excepción, para lo cual deberán
litigar unidas y bajo una misma representación.- A este efecto, dentro de tres días,
nombrarán un mandatario judicial quien tendrá las facultades que en el poder se le
concedan, necesarias para la continuación del juicio. En caso de no designar
mandatario, podrán elegir de entre ellas mismas un representante común. Si dentro
del término señalado, no nombraren mandatario judicial ni hicieren la elección de
representante común, o no se pusieren de acuerdo en ella, el juez nombrará al
representante común escogiendo a alguno de los que hayan sido propuestos; y si nadie lo
hubiere sido, a cualquiera de los interesados.- El representante común que designe el juez
tendrá las mismas facultades como si litigara exclusivamente por su propio derecho,
excepto las de desistirse, transigir y comprometer en árbitros, el que designen los
interesados sólo tendrá estas últimas facultades, si expresamente le fueren concedidas
por los litisconsortes.- Cuando exista litisconsorcio de cualquier clase, el mandatario
nombrado, o en su caso el representante común, sea el designado por los interesados o
por el juez, será el único que puede representar a los que hayan ejercitado la misma
acción u opuesto la misma excepción, con exclusión de las demás personas.- El fin del
representante común o la designación del mandatario por los que conforman un
litisconsorcio es evitar solicitudes múltiples, contrarias o contradictorias, por lo que tales
mandatarios y representantes serán inmediata y directamente responsables por
negligencia en su actuación y responderán de los daños y perjuicios que causen a sus
poderdantes y representados. El mandatario o el representante común podrán actuar por
medio de apoderado o mandatario y autorizar personas para oír notificaciones en los
términos del Artículo 1069 de este Código.”
Como se ve, habrá litisconsorcio en los juicios mercantiles siempre que dos o más
personas ejerciten una misma acción u opongan la misma excepción. En estos casos,
según se dijo, los litisconsortes deben designar un mandatario o representante común.
Cabe precisar que las partes pueden válidamente revocar el nombramiento del
apoderado, en cualquier etapa del procedimiento. A este respecto es importante hacer la
siguiente aclaración: si una de las partes exhibe un escrito encauzado al juicio de que se
trate, en el que solicita la revocación del nombramiento de su apoderado y el titular del
órgano jurisdiccional no acuerda tal ocurso, el actuario judicial, previamente a practicar
155

cualquier notificación, deberá informar de tal omisión a su superior jerárquico, con la


finalidad de que éste dé cuenta al referido titular para que determine lo conducente.
Los representantes legales y apoderados, en todos los casos, están facultados para
suscribir la demanda y su contestación. Este aserto se corrobora con la lectura del artículo
1061 del Código de Comercio que dice:
“Art. 1061. Al primer escrito se acompañarán precisamente: I. El poder que acredite
la personalidad del que comparece en nombre de otro; II. El documento o documentos que
acrediten el carácter con que el litigante se presente en juicio en el caso de tener
representación legal de alguna persona o corporación o cuando el derecho que reclame
provenga de habérsele transmitido por otra persona;”
Por otro lado, el artículo 1069 del Código de Comercio, en lo conducente, estatuye:
“Art. 1069. Las partes podrán autorizar para oír notificaciones en su nombre, a una o
varias personas con capacidad legal, quienes quedarán facultadas para interponer los
recursos que procedan, ofrecer e intervenir en el desahogo de pruebas, alegar en las
audiencias, pedir se dicte sentencia para evitar la consumación del término de caducidad
por inactividad procesal y realizar cualquier acto que resulte ser necesario para la defensa
de los derechos del autorizante, pero no podrá substituir o delegar dichas facultades en un
tercero. Las personas autorizadas conforme a la primera parte de este párrafo, deberán
acreditar encontrarse legalmente autorizadas para ejercer la profesión de abogado o
licenciado en Derecho, debiendo proporcionar los datos correspondientes en el escrito en
que se otorgue dicha autorización y mostrar la cédula profesional o carta de pasante para
la práctica de la abogacía en las diligencias de prueba en que intervengan, en el entendido
que el autorizado que no cumpla con lo anterior, perderá la facultad a que se refiere este
artículo en perjuicio de la parte que lo hubiere designado, y únicamente tendrá las que se
indican en el penúltimo párrafo de este artículo.- Las personas autorizadas en los términos
de este artículo, serán responsables de los daños y perjuicios que causen ante el que los
autorice, de acuerdo a las disposiciones aplicables del Código Civil para el Distrito
Federal, relativas al mandato y las demás conexas. Los autorizados podrán renunciar a
dicha calidad, mediante escrito presentado al tribunal, haciendo saber las causas de la
renuncia.- Los tribunales llevarán un libro de registro de cédulas profesionales de
abogados, en donde podrán registrarse los profesionistas autorizados.- Las partes podrán
designar personas solamente autorizadas para oír notificaciones e imponerse de los autos,
a cualquiera con capacidad legal, quien no gozará de las demás facultades a que se
refieren los párrafos anteriores.- El juez al acordar lo relativo a la autorización a que se
refiere este artículo deberá expresar con toda claridad el alcance con el que se reconoce
la autorización otorgada.”
De la disposición legal transcrita se desprende que las partes pueden designar
autorizados. Éstos pueden gozar de facultades procesales amplias o restringidas, según la
forma en que se les autorice. En el primer caso, los autorizados están facultados para oír
notificaciones, imponerse de autos, interponer los recursos que procedan y, en general,
156

realizar cualquier acto que resulte necesario para la defensa de los derechos del
autorizante. En el segundo, solamente podrán oír notificaciones e imponerse de autos.
Cabe precisar que los autorizados con facultades procesales amplias, deberán
encontrarse legalmente autorizados para ejercer la profesión de abogado, lo que deberán
acreditar ante el titular del órgano jurisdiccional. Asimismo, no debe perderse de vista que
dicho titular, al acordar lo relativo a la autorización, deberá expresar el alcance de ésta, es
decir, si el autorizado goza de facultades procesales amplias o restringidas. Una vez que
el titular dicta el acuerdo correspondiente, basta con que el actuario judicial entienda las
notificaciones con el autorizado, para tener por legalmente hecha la notificación.
Ahora bien, según se advierte del citado precepto legal, las personas autorizadas
pueden válidamente renunciar a tal calidad. Para ello, basta con que presenten un escrito
encauzado al expediente respectivo, exponiendo las causas de su renuncia. Así, una vez
que el titular del órgano jurisdiccional acuerde favorablemente la renuncia
correspondiente, la persona que haya renunciado ya no podrá oír notificaciones. Lo
anterior obliga a los actuarios judiciales a hacer revisiones periódicas de los autos, pues
de lo contrario pueden incurrir en un error, al entender una notificación personal con una
persona que, por no tener ya el carácter de autorizado, no puede válidamente oír las
notificaciones personales que deban hacerse al interesado. No sobra precisar que en el
supuesto de que el escrito de renuncia no hubiere sido acordado, y exista la necesidad de
practicar una notificación, el actuario judicial, previamente a practicar ésta, deberá informar
de tal omisión a su superior jerárquico con la finalidad de que éste dé cuenta al titular del
órgano jurisdiccional para que determine lo conducente.
Es importante apuntar aquí, que los autorizados son personas a quienes las partes
en los procedimientos mercantiles les delegan determinadas facultades procesales, mas
no tienen el carácter de apoderados ni representantes legales de éstas. Luego, dichos
autorizados, en ningún caso pueden suscribir la demanda ni la contestación a ésta, pues
aquéllos siempre intervendrán en los juicios mercantiles una vez que han sido designados
por las partes y la autoridad que conozca del juicio acuerde de conformidad la
designación.

4.8.2.1.2. Personas morales.


La fracción II del artículo 1061 del Código de Comercio dispone:
“Art. 1061. Al primer escrito se acompañarán precisamente: II. El documento o
documentos que acrediten el carácter con que el litigante se presente en juicio en el caso
de tener representación legal de alguna persona o corporación o cuando el derecho que
reclame provenga de habérsele transmitido por otra persona;”
De la disposición transcrita se desprende que las personas morales privadas deben
intervenir en los juicios mercantiles por conducto de su legítimo representante, esto es,
deben actuar en los juicios por medio de personas físicas a quienes sus estatutos otorgan
la facultad de representación. En estos casos, el titular del órgano jurisdiccional deberá
157

dictar un auto en el que conforme a los documentos exhibidos por el compareciente, tenga
a éste como representante de la persona moral. En tal hipótesis el actuario deberá
notificar todas las resoluciones que se dicten en el proceso mercantil a la persona física
que el juez tuvo como representante de la persona moral.
Cabe precisar que el apoderado de la persona moral puede estar autorizado para
otorgar poderes a terceras personas. En este caso, una vez que el titular del órgano
jurisdiccional dicte el proveído en el que tenga por designado al apoderado, las
notificaciones deberán entenderse con éste.

4.8.2.1.3. Terceros llamados a juicio.


Según se dijo en el punto 4.3.3., los terceros llamados a juicio son personas que se
incorporan a éste y que, por tanto, pueden hacer valer los derechos que a sus intereses
legales convenga. Así, una vez que el titular del órgano jurisdiccional reconoce el interés
del tercero para intervenir en el juicio, aquél adquiere el carácter de parte procesal. En
este orden de ideas, será hasta que el juez haya dictado el proveído en el que haga
tal reconocimiento, que el actuario judicial deberá notificarle las resoluciones que
se dicten en el juicio. Cabe aclarar que resulta frecuente que el juez dicte un
proveído en el que ordene que se dé vista con los autos a un tercero, para que éste
manifieste si tiene o no interés en intervenir en el juicio. En este supuesto,
obviamente se notificará al tercero el referido proveído y sólo en el caso de que
aquél, al desahogar la vista, haya manifestado su interés en intervenir en el juicio y
el titular del órgano jurisdiccional lo haya reconocido, se le notificarán las
resoluciones subsecuentes.
Ya se dijo antes que los terceros llamados a juicio tienen el carácter de parte, según
se desprende del artículo 1203 del Código de Comercio que dice:
“Art. 1203. Al día siguiente en que termine el período del ofrecimiento de pruebas, el
juez dictará resolución en la que determinará las pruebas que se admitan sobre cada
hecho, pudiendo limitar el número de testigos prudencialmente. En ningún caso se
admitirán pruebas contra del derecho o la moral; que se hayan ofrecido
extemporáneamente, sobre hechos no controvertidos o ajenos a la litis; sobre hechos
imposibles o notoriamente inverosímiles, o bien que no reúnan los requisitos establecidos
en el artículo 1198 de este Código.- Contra el auto que admita alguna prueba que
contravenga las prohibiciones señaladas anteriormente o que no reúna los requisitos del
artículo 1198, procede la apelación en efecto devolutivo, cuando sea apelable la sentencia
en lo principal. En el mismo efecto devolutivo será apelable la determinación en que se
deseche cualquier prueba que ofrezcan las partes o terceros llamados a juicio, a los
que siempre se les considerará como partes en el mismo.”
Cabe precisar que los terceros llamados a juicio también pueden designar apoderado
o autorizados con facultades amplias o restringidas.
158

4.8.2.1.4. Terceristas.
Como se vio en el punto 4.3.4., los terceristas son sujetos ajenos al conflicto y al
litigio que, sin embargo, sufren personalmente alguno de sus efectos. Por tanto,
promueven un juicio dentro de un proceso existente. De este modo, los terceristas se
insertan en las relaciones procesales preexistentes persiguiendo un interés propio y, en
algunos casos, distinto al del actor y demandado.
En los juicios mercantiles, las tercerías son coadyuvantes o excluyentes. Es
coadyuvante la tercería que auxilia o apoya la pretensión del actor o del demandado. Es
excluyente la que se opone a la pretensión del actor y demandado. Al respecto, el artículo
1363 del Código de Comercio estatuye:
“Art. 1363. Las tercerías son coadyuvantes o excluyentes. Es coadyuvante la tercería
que auxilia la pretensión del demandante o la del demandado. Las demás se llaman
excluyentes.”
Las tercerías excluyentes pueden ser de dominio o de preferencia. En la primera, el
tercerista, en su calidad de propietario de un bien, sufre los efectos del embargo trabado
sobre él en un litigio en el que no es parte procesal. Esta tercería tiene por objeto que se
levante el referido embargo. Por otra parte, en la tercería excluyente de preferencia el
tercerista afirma ser acreedor del ejecutado y con mejor derecho que la parte actora en el
juicio principal, y lo que pretende es que se le pague antes que al demandante principal
con el producto del remate de los bienes embargados. Al respecto, los artículos 1367,
1368 y 1369 del Código de Comercio disponen:
“Art. 1367. Las tercerías excluyentes son de dominio o de preferencia: en el primer
caso deben fundarse en el dominio que sobre los bienes en cuestión o sobre la acción que
se ejercita alega el tercero, y en el segundo, en el mejor derecho que éste deduzca para
ser pagado.”
“Art. 1368. Las tercerías excluyentes no suspenderán el curso del negocio en que se
interponen; se ventilarán por cuerda separada, conforme a los artículos siguientes, oyendo
al demandante y al demandado en traslado por tres días a cada uno.”
“Art. 1369. Cuando el ejecutado esté conforme con la reclamación del tercer opositor,
sólo se seguirá el juicio de tercería entre éste y el ejecutante.”
De los citados preceptos y de la jurisprudencia que enseguida se cita, se desprende
que las tercerías excluyentes tienen la naturaleza de un juicio y no de un incidente. Esto
es así, pues el último de los artículos transcritos alude a las tercerías como “juicio” de
tercería. Con relación a lo antes expuesto, conviene transcribir la siguiente jurisprudencia:
“TERCERÍAS EXCLUYENTES TIENEN NATURALEZA DE JUICIO Y NO DE
INCIDENTE.- De los artículos 1362 y 1368 del Código de Comercio se desprende que las
tercerías excluyentes, tanto material como formalmente, tienen la naturaleza de juicio y no
de incidente. En efecto, en la tercería excluyente se ventila una acción distinta a la que se
debate en el juicio principal, es decir, la materia de la controversia en la tercería es distinta
a la del juicio preexistente, lo cual materialmente le da la calidad de un juicio con
159

sustantividad propia. El tercero es ajeno a la controversia principal y, al ejercer la nueva


acción debe acreditar tener un interés propio y distinto al de quienes son parte en el juicio
principal, esta nueva acción se ventila por cuerda separada a través de un procedimiento
propio en el que el tercerista tiene los derechos, cargas y obligaciones que en todo juicio
tienen las partes y no suspende el curso del juicio preexistente, todo esto evidencia que
las tercerías excluyentes son formalmente juicios. En esas condiciones, la resolución que
se emite en una tercería excluyente, una vez que causa ejecutoria, no puede ser
modificada o anulada por la que se dicte en el juicio que le da origen. Además el artículo
1369, del mencionado ordenamiento, les da la calidad de juicios, sin que pueda estimarse
que por la vinculación de la tercería con el juicio que la motiva se trate de un incidente,
pues tal vinculación constituye una característica propia de las tercerías excluyentes, las
cuales tienen su origen en la afectación judicial sobre bienes de la parte demandada,
respecto de los cuales el tercerista alega tener mejores derechos.”72[1]
Como se ve, las tercerías excluyentes constituyen juicios con sustantividad propia.
Esto determina que el tercerista tiene los derechos, cargas y obligaciones que en todo
juicio tienen las partes y, además, que la resolución que se emite en una tercería
excluyente, una vez que causa ejecutoria, no puede ser modificada o anulada por la que
se dicte en el juicio que le dio origen.
En congruencia con lo antes expuesto, a los terceristas únicamente se deben
notificar las resoluciones pronunciadas en la tercería, en tanto que, como se vio,
aquéllos se mantienen ajenos a todo lo que se discuta en el proceso mercantil
principal.

4.8.2.1.5. Sujetos que sin ser parte en el juicio, intervienen en éste.


Ya se expuso en el punto 4.3.6., que hay personas que intervienen en los juicios y
que no logran acceder a la categoría de parte procesal en el litigio, respecto del cual son
indiferentes e independientes. Se trata de sujetos a los que no les afecta el resultado del
juicio y que intervienen en éste con motivo del desahogo de una prueba (testigos) o como
auxiliares en la administración de justicia (peritos). A tales personas se deben notificar las
determinaciones judiciales en las que se les cite, se les requiera o se adopte una
determinación que el titular del órgano jurisdiccional estime necesario hacer de su
conocimiento.

4.8.2.1.6. Funcionarios a los que se les suele solicitar la realización de


determinados actos con motivo de la tramitación de los juicios.
Hay casos en los que, con motivo de la tramitación de los juicios mercantiles, los
titulares de los órganos jurisdiccionales suelen solicitar a diversas autoridades, que no son
parte procesal, que efectúen determinados actos. Así por ejemplo, del embargo de bienes
72[1]
Jurisprudencia número 1ª/J.59/2004, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Unión,
visible en la pág. 83, del tomo XX, Septiembre de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 180440.
160

inmuebles debe tomarse razón en el Registro Público de la Propiedad. Para ello, el titular
del órgano jurisdiccional debe librar el oficio correspondiente mismo que, en muchos
casos, es entregado por el actuario judicial, quien debe recabar el acuse de recibo
correspondiente, a efecto de que éste se agregue a los autos del juicio de que se trate.

4.8.3. Tipos de notificación.


En los procedimientos mercantiles existen los siguientes tipos de notificación:
Notificación personal: Es la que el actuario practica directamente con el interesado,
su representante legal, apoderado o autorizado, según sea el caso, en la casa o despacho
que hubiese señalado para oír notificaciones o, en su caso, en el órgano jurisdiccional.
Notificación por cédula: Este tipo de notificación procede cuando el actuario judicial, a
efecto de practicar una notificación personal, se constituye en el domicilio del interesado o
de su representante legal, apoderado o autorizado. En dicha casa o despacho, el actuario
es atendido por una persona distinta de aquéllos, quien le informa que éstos no se
encuentran en el domicilio. Por tanto, el actuario judicial entiende la diligencia con la
persona que atendió su llamado, a quien le entrega la cédula de notificación.
Notificación por lista: Es la que se lleva a cabo mediante un documento que se fija en
los órganos jurisdiccionales, en un lugar visible y de fácil acceso al público en general. En
dicho documento se asienta el número de expediente, el nombre y apellidos de las partes,
el órgano que emite la resolución que se notifica y una síntesis de ésta.
Notificación por edictos: Este tipo de notificación consiste en la publicación de la
resolución que se notifica en uno de los periódicos diarios de mayor circulación nacional y
en otro de circulación local.
Notificación por conducto de otra autoridad: En los casos en que exista urgencia por
notificar una resolución, citar a una persona o practicar una actuación, el titular del órgano
jurisdiccional ante el que se tramita el juicio mercantil, podrá solicitar al titular de otro
órgano jurisdiccional o a otra autoridad de cualquier índole, mediante fax, telégrafo, telex o
por cualquier otro medio, que haga la notificación o citación correspondiente, o practique la
actuación respectiva. Del medio de comunicación que se emplee, deberá dar fe el
secretario, quien levantará una constancia en la que hará constar el nombre de la persona
con quien entendió la comunicación, la hora de la misma y la solicitud realizada. La razón
de que se trata deberá agregarse a los autos del juicio mercantil correspondiente. Cabe
precisar que el mismo día en que se haya enviado la solicitud correspondiente, o a más
tardar al día siguiente, deberá remitirse al órgano jurisdiccional o a la autoridad a la que se
le formuló la solicitud, el exhorto o despacho que proceda.
Notificación por boletín judicial: Es la que se practica mediante la publicación en un
periódico oficial de los acuerdos y resoluciones que se dictan en los procedimientos que
se tramitan ante los órganos jurisdiccionales. En los tribunales federales no se emplea
este tipo de notificación, pues no se edita un periódico para tal efecto. Por tanto, las
161

notificaciones que, conforme al Código de Comercio deben hacerse por boletín judicial, en
los tribunales federales se practican mediante lista.

4.8.4. Cuándo surten sus efectos las notificaciones.


El artículo 1075 del Código de Comercio, en lo conducente, estatuye:
“Art. 1075. Todos los términos judiciales empezarán a correr desde el día siguiente a
aquel en que hayan surtido efectos el emplazamiento o notificaciones y se contará en ellos
el día de vencimiento.- Las notificaciones personales surten efectos al día siguiente del
que se hayan practicado, y las demás surten al día siguiente, de aquel en que se hubieren
hecho por boletín, gaceta o periódico judicial, o fijado en los estrados de los tribunales, al
igual que las que se practiquen por correo o telégrafo, cuando exista la constancia de
haberse entregado al interesado, y la de edictos al día siguiente de haberse hecho la
última en el periódico oficial del Estado o del Distrito Federal.”
Como se ve, el precepto legal transcrito establece que los términos judiciales
empezarán a correr el día siguiente del día en que surta sus efectos el emplazamiento o
notificación. Luego, para saber cuándo comienzan a correr los términos en los procesos
mercantiles, necesariamente debe conocerse cuándo surten sus efectos las notificaciones.
Del citado precepto se desprende que las notificaciones surten sus efectos al día
siguiente de aquel en que fueron practicadas. De aquí se sigue que el hecho de que una
notificación surta sus efectos legales, implica, necesariamente, que aquélla haya sido
practicada. Lo anterior conduce a establecer que tratándose de la práctica de
notificaciones, se deben distinguir los siguientes momentos: a) el momento en que la
diligencia de notificación se practicó; y, b) el momento en que aquélla surtió sus efectos
legales.
Para los actuarios judiciales resulta de especial importancia conocer el momento en
que surten sus efectos los distintos tipos de notificaciones que se practican en los
procesos mercantiles. Esto es así, pues algunos titulares de los órganos jurisdiccionales
suelen encomendar a los propios actuarios que, previamente a devolver los expedientes al
secretario encargado de su trámite, asienten en los autos la fecha en que surtió efectos la
notificación que practicaron (aunque en rigor, es el secretario encargado del trámite el que
debe hacer tal anotación, pues es a él al que corresponde hacer los cómputos de los
plazos).

4.8.4.1. Cuándo surten sus efectos las notificaciones personales.


Las notificaciones personales quedan hechas en la fecha y hora que el actuario
judicial precisa en la razón correspondiente. En ésta, debe hacer constar que el
interesado, su representante legal, apoderado o autorizado, según sea el caso, recibió
copia certificada de la resolución que motivó la notificación. En términos del citado artículo
1075 del Código de Comercio, las notificaciones personales surten sus efectos al día
siguiente de aquel en que fueron practicadas.
162

4.8.4.2. Cuándo surten sus efectos las notificaciones por cédula.


La notificación por cédula se tiene por practicada en la fecha y hora en la que,
conforme a la razón levantada por el actuario judicial, dicha cédula se entregó a la persona
con quien entendió la diligencia. Por otra parte, la notificación de que se trata surte sus
efectos legales al día siguiente de aquel en que se practicó.
4.8.4.3. Cuándo surten sus efectos las notificaciones por lista.
El artículo 1075 del Código de Comercio, en lo que interesa, dispone:
“Art. 1075. Las notificaciones personales surten efectos al día siguiente del que se
hayan practicado, y las demás surten al día siguiente, de aquel en que se hubieren hecho
por boletín, gaceta o periódico judicial, o fijado en los estrados de los tribunales, al
igual que las que se practiquen por correo o telégrafo, cuando exista la constancia de
haberse entregado al interesado, y la de edictos al día siguiente de haberse hecho la
última en el periódico oficial del Estado o del Distrito Federal.”
De acuerdo con el citado precepto, las notificaciones por lista (que se fija en los
estrados del órgano jurisdiccional) se tienen por practicadas en el momento en que el
actuario fija el documento correspondiente en la puerta del órgano jurisdiccional o en un
lugar visible y surten sus efectos jurídicos al día siguiente.

4.8.4.1. Cuándo surten sus efectos las notificaciones personales.


Las notificaciones personales quedan hechas en la fecha y hora que el actuario
judicial precisa en la razón correspondiente. En ésta, debe hacer constar que el
interesado, su representante legal, apoderado o autorizado, según sea el caso, recibió
copia certificada de la resolución que motivó la notificación. En términos del citado artículo
1075 del Código de Comercio, las notificaciones personales surten sus efectos al día
siguiente de aquel en que fueron practicadas.

4.8.4.2. Cuándo surten sus efectos las notificaciones por cédula.


La notificación por cédula se tiene por practicada en la fecha y hora en la que,
conforme a la razón levantada por el actuario judicial, dicha cédula se entregó a la persona
con quien entendió la diligencia. Por otra parte, la notificación de que se trata surte sus
efectos legales al día siguiente de aquel en que se practicó.

4.8.4.3. Cuándo surten sus efectos las notificaciones por lista.


El artículo 1075 del Código de Comercio, en lo que interesa, dispone:
“Art. 1075. Las notificaciones personales surten efectos al día siguiente del que se
hayan practicado, y las demás surten al día siguiente, de aquel en que se hubieren hecho
por boletín, gaceta o periódico judicial, o fijado en los estrados de los tribunales, al
igual que las que se practiquen por correo o telégrafo, cuando exista la constancia de
163

haberse entregado al interesado, y la de edictos al día siguiente de haberse hecho la


última en el periódico oficial del Estado o del Distrito Federal.”
De acuerdo con el citado precepto, las notificaciones por lista (que se fija en los
estrados del órgano jurisdiccional) se tienen por practicadas en el momento en que el
actuario fija el documento correspondiente en la puerta del órgano jurisdiccional o en un
lugar visible y surten sus efectos jurídicos al día siguiente.

4.8.4.4. Cuándo surten sus efectos las notificaciones practicadas por conducto
de otra autoridad.
Las notificaciones que se practican por conducto de otro órgano jurisdiccional o de
otra autoridad de cualquier índole, se tienen por hechas en la fecha y hora que el actuario
judicial o el funcionario que practicó la notificación precisa en la razón correspondiente, y
surten sus efectos al día siguiente.

4.8.4.5. Cuándo surten sus efectos las notificaciones por edictos.


Del artículo 1075 del Código de Comercio, se desprende que las notificaciones por
edictos surten sus efectos al día siguiente de haberse hecho la última publicación en el
periódico oficial del Estado o del Distrito Federal, según sea el caso. En relación con las
publicaciones de los edictos, conviene citar, en lo conducente, el artículo 1070 de referido
ordenamiento legal; dice:
“Art. 1070. Cuando se ignore el domicilio de la persona que debe ser notificada, la
primera notificación se hará publicando la determinación respectiva tres veces
consecutivas en un periódico de circulación amplia y de cobertura nacional y en un
periódico local del Estado o del Distrito Federal en que el comerciante deba ser
demandado.”
Como se ve, la citada disposición establece que los edictos deben publicarse por tres
veces consecutivas. Se estima que las notificaciones por edictos se tienen por practicadas
el día de la última publicación y surten sus efectos jurídicos al día siguiente. De lo hasta
aquí expuesto se concluye:
Las notificaciones personales se tienen por hechas desde la fecha y hora en que
conforme a la razón del actuario judicial se entregó al interesado o a su representante
legal, apoderado o autorizado, según sea el caso, copia de la resolución correspondiente,
y surten sus efectos legales al día siguiente.
Las notificaciones por cédula se tienen por hechas en la fecha y hora en que,
conforme a la razón del actuario, se haya entregado la cédula correspondiente, y surten
sus efectos jurídicos al día siguiente.
Las notificaciones por lista se tienen por practicadas en la hora en que ésta se fija en
la puerta del órgano jurisdiccional o en un lugar visible del mismo, y surten sus efectos
legales al día siguiente.
164

Las notificaciones que se practican por conducto de otro órgano jurisdiccional o de


otra autoridad de cualquier índole, se tienen por hechas en la fecha y hora que el actuario
judicial o el funcionario que practicó la notificación solicitada, precisa en la razón
correspondiente, y surten sus efectos al día siguiente.
Las notificaciones por edictos se tienen por hechas el día de la última publicación, y
surten sus efectos legales al día siguiente.

4.8.5. Reglas para practicar las notificaciones en los juicios mercantiles.

4.8.5.1. Aclaración previa.


El trece de junio de dos mil tres, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el
decreto por el que se reformaron, adicionaron y derogaron diversas disposiciones del
Código de Comercio. Algunas de las disposiciones que fueron reformadas, están
contenidas en el Libro Quinto de dicho ordenamiento legal, relativo a los Juicios
Mercantiles, concretamente en sus capítulos I, III y IV, intitulados “Del Procedimiento
Especial Mercantil”, “De las Formalidades Judiciales” y “De las Notificaciones”,
respectivamente. En el único artículo transitorio del referido decreto, se estableció que
éste entraría en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación (catorce de junio de dos mil tres). En el mismo precepto transitorio se asentó
que las reformas no serían aplicables a los créditos contratados con anterioridad a la fecha
de entrada en vigor del propio decreto, ni aun tratándose de novación o reestructuración
de créditos.
De lo expuesto en el párrafo anterior se desprende que los juicios mercantiles que
tengan origen en un crédito contratado con anterioridad al catorce de junio de dos mil tres,
deberán tramitarse conforme a las disposiciones del Código de Comercio vigentes antes
de la entrada en vigor del referido decreto, en tanto que los juicios que hayan emanado de
un crédito contratado a partir de dicha fecha deberán ventilarse conforme a las
disposiciones del referido ordenamiento legal vigentes a partir del catorce de junio de dos
mil tres. En tales condiciones, en primer término se expondrá la forma en que los actuarios
judiciales deben practicar las notificaciones conforme a las disposiciones del mencionado
ordenamiento legal vigentes antes de la entrada en vigor del referido decreto y,
posteriormente, se explicarán las reglas a las que deben ajustarse los actuarios judiciales
al practicar las notificaciones conforme a las disposiciones del Código de Comercio
vigentes a partir del catorce de junio de dos mil tres.

4.8.5.2. Reglas para practicar las notificaciones en los juicios mercantiles


conforme a las disposiciones del Código de Comercio vigentes antes de la entrada
en vigor del decreto de reformas de trece de junio de dos mil tres.
Previamente conviene aclarar que se expondrán las reglas a las que deben ajustarse
los actuarios judiciales al practicar las notificaciones en los juicios mercantiles ordinarios y
165

ejecutivos. Tratándose de estos últimos, la única diferencia es la forma en que se notifica


la demanda, esto es, la manera en que se practica el emplazamiento a juicio. En este
sentido, salvo la diferencia aludida, en ambos tipos de juicios deben aplicarse las mismas
reglas para practicar las notificaciones.
El capítulo relativo a las notificaciones en los juicios mercantiles, comprende los
artículos 1068 al 1074 inclusive, del Código de Comercio. Del análisis de estos preceptos
no se desprenden las reglas a las que deben ajustarse los actuarios judiciales al practicar
las notificaciones correspondientes, esto es, no reglamentan la forma en que deben
practicarse las notificaciones. Es por esta razón que los actuarios judiciales deben hacer
las notificaciones conforme a las reglas previstas en el Código de Procedimientos Civiles
del Distrito Federal o de la entidad federativa en la que se tramite el juicio, “sin más
excepciones que las que se desprendan de las escasas reglas expresamente contenidas
en el Código de Comercio”.73[1]
Atento lo anterior, para practicar las notificaciones de las resoluciones que se dicten
en los juicios mercantiles que se tramiten conforme a las disposiciones del Código de
Comercio vigentes antes de las reformas de trece de junio de dos mil tres, los actuarios
judiciales deben ajustarse a las reglas contenidas en los códigos adjetivos civiles locales.
Con respecto a lo anterior, resulta aplicable el siguiente criterio:
“NOTIFICACIONES. APLICACIÓN SUPLETORIA DE LOS CÓDIGOS DE
PROCEDIMIENTOS CIVILES LOCALES, AL CÓDIGO DE COMERCIO.- En virtud de que
el Código de Comercio no reglamenta cuales notificaciones deban ser personales y cuales
no, este vacío debe llenarse mediante la aplicación supletoria, en los términos del artículo
1051 (actualmente 1054) de dicho código, en la forma y términos que establezcan los
códigos de procedimientos civiles locales.”74[2]

4.8.5.2.1. Nulidad de notificación y sus consecuencias.


En los juicios mercantiles, el incidente de nulidad de notificaciones debe tramitarse
conforme a las disposiciones adjetivas civiles contenidas en los códigos de las entidades
federativas o del Distrito Federal, según el lugar en el que se tramite el juicio. Lo anterior,
en términos del artículo 1054 del Código de Comercio. Este precepto dice:
“Art. 1054. En caso de no existir convenio de las partes sobre el procedimiento ante
tribunales en los términos de los anteriores artículos, salvo que las leyes mercantiles
establezcan un procedimiento especial o una supletoriedad expresa, los juicios
mercantiles se regirán por las disposiciones de este libro y en su defecto se aplicará la ley
de procedimientos local respectiva.”
Lo antes expuesto se corrobora con el siguiente criterio:

73[1]
ZAMORA PIERCE, Jesús. Derecho Procesal Mercantil. Ed. Cárdenas, México 1998, Séptima Edición, pág. 84.
74[2]
Tesis sustentada por la extinta Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 31, del
Tomo LXXXI. Cuarta Parte, de la Sexta Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 270232.
166

“NULIDAD DE NOTIFICACIONES EN MATERIA MERCANTIL. DEBE AGOTARSE


EL INCIDENTE RELATIVO PREVIAMENTE AL AMPARO, A FIN DE CUMPLIR CON EL
PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD.- Cuando el acto reclamado en el amparo lo constituye la
falta o ilegalidad de una notificación hecha en un juicio ejecutivo mercantil antes de
dictarse sentencia, el juicio de garantías es improcedente en términos del artículo 73,
fracción XIII, de la Ley de Amparo, porque dicho acto puede ser revocado por la autoridad
que conozca del juicio natural, mediante el incidente sobre declaración de nulidad de
lo actuado que prevé el artículo 61 del Código de Procedimientos Civiles del Estado
de Puebla, aplicado en forma supletoria al Código de Comercio en términos de su
artículo 1054, el cual debe agotarse previamente a intentarse el juicio de garantías, para
así cumplir con el principio de definitividad que rige en materia de amparo.”75[1]
Ahora bien, la finalidad del incidente de nulidad, sus efectos, consecuencias jurídicas
y los supuestos de procedencia se expusieron en los puntos 4.6. y 4.6.1., a los que se
remite al alumno para evitar repeticiones innecesarias. No obstante, es importante que los
actuarios judiciales analicen cuidadosamente las disposiciones relativas a la nulidad de
notificaciones contenidas en el Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal o de
la entidad federativa en la que se tramite el juicio. Lo anterior, pues tales códigos pueden
contener reglas especiales que no hayan sido expuestas en los referidos apartados.

4.9. Notificaciones en los juicios mercantiles que se tramitan conforme a las


disposiciones del Código de Comercio vigentes a partir del catorce de junio de dos
mil tres.
Según se dijo, el trece de junio de dos mil tres se publicó en el Diario Oficial de la
Federación el decreto por el que se adicionaron, modificaron y derogaron diversas
disposiciones del Código de Comercio. De todas las reformas que se hicieron en virtud del
referido decreto, las que inciden en la forma en que ahora deben practicarse las
notificaciones en los juicios mercantiles, son las que se hicieron a los artículos 1054, 1063
y 1070 del Código de Comercio. Además, se adicionó el artículo 1070 Bis, que está
comprendido dentro del capítulo relativo a las notificaciones. Los dos primeros preceptos,
antes de las reformas de que se trata, decían:
“Art. 1054. En caso de no existir convenio de las partes sobre el procedimiento ante
tribunales en los términos de los anteriores artículos, salvo que las leyes mercantiles
establezcan un procedimiento especial o una supletoriedad expresa, los juicios
mercantiles se regirán por las disposiciones de este libro y en su defecto se aplicará la
ley de procedimientos local respectiva.”

75[1]
Jurisprudencia número VI.2o.C. J/243, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto
Circuito, visible en la pág. 1651, del Tomo XX, correspondiente al mes de septiembre de 2004, Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 180570.
167

“Art. 1063. Los juicios mercantiles se substanciarán de acuerdo a los procedimientos,


aplicables conforme este Código, las leyes especiales en materia de comercio y en su
defecto por la ley procesal local respectiva.”
Actualmente, los citados artículos disponen:
“Art. 1054. En caso de no existir convenio de las partes sobre el procedimiento ante
tribunales en los términos de los anteriores artículos, salvo que las leyes mercantiles
establezcan un procedimiento especial o una supletoriedad expresa, los juicios
mercantiles se regirán por las disposiciones de este libro y en su defecto se aplicará el
Código Federal de Procedimientos Civiles.”
“Art. 1063. Los juicios mercantiles se substanciarán de acuerdo a los procedimientos
aplicables conforme este Código, las leyes especiales en materia de comercio y en su
defecto por el Código Federal de Procedimientos Civiles.”
Como se ve, conforme a las disposiciones del Código de Comercio vigentes a partir
del catorce de junio de dos mil tres, la legislación supletoria es el Código Federal de
Procedimientos Civiles, y no el Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal o de
la entidad federativa en la que se tramite el juicio. Así, independientemente del lugar en el
que éste se tramite, las notificaciones deberán practicarse conforme a las mismas reglas,
esto es, de acuerdo con lo dispuesto en el Código Federal de Procedimientos Civiles.
Según se dijo en el punto 4.8.4., en materia mercantil existen los siguientes tipos de
notificaciones: a) personal; b) por cédula; c) por lista; d) por edictos; y, e) las que se
practican por conducto de otras autoridades. También se sostuvo que para determinar la
forma en que deben practicarse las notificaciones, debe atenderse a la legislación
procesal correspondiente, que en el caso, según se vio, es el Código Federal de
Procedimientos Civiles. En tales condiciones, lo que procede es exponer las reglas
contenidas en este ordenamiento legal, conforme a las que deben practicarse las
notificaciones.

4.9.1. Notificaciones personales.


En el Código de Comercio no hay una disposición que establezca todos los
supuestos en los que procede la notificación personal. En efecto, del análisis de dicho
ordenamiento legal se advierte que hay algunas disposiciones aisladas que aluden a la
notificación personal, sin que se establezca la forma en que ésta debe practicarse. Así, por
ejemplo, los artículos 1156, 1162 y 1414 Bis 17 del código de que se trata, en lo
conducente, estatuyen:
“Art. 1156. Las diligencias preparatorias a que se refiere la fracción III del artículo
1151, de encontrarse ajustada la petición del promovente, así como acreditada su calidad
de socio o condueño, se admitirán de plano, y se ordenará, mediante notificación
personal a aquel contra quien se pide, que exhiba los documentos y cuentas de la
sociedad o comunidad, en el día y hora que al efecto se señale, para que se reciban por el
168

tribunal, con el apercibimiento que de no realizarlo se le aplicará alguna de las medidas de


apremio que autoriza la ley.”
“Art. 1162. Puede prepararse el juicio ejecutivo, pidiendo al deudor confesión judicial
bajo protesta de decir verdad, para lo cual el juez señalará día y hora para la
comparecencia. En este caso el deudor habrá de estar en el lugar del juicio cuando se le
haga la citación, y ésta deberá ser personal, expresándose en la notificación el nombre
y apellidos del promovente, objeto de la diligencia, la cantidad que se reclame y el origen
del adeudo, además de correrle traslado con copia de la solicitud respectiva, cotejada y
sellada.”
“Art. 1414 Bis 17. Obtenido el valor de avalúo de los bienes, de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 1414 bis, se estará a lo siguiente: a) Se notificará personalmente
al deudor, conforme a lo señalado en el Libro Quinto, Capítulo IV, del Título Primero
de este Código, el día y la hora en que se efectuará la venta de los bienes a que se
refiere el inciso siguiente. Dicha notificación deberá realizarse con cinco días de
anticipación a la fecha de la venta; b) Se publicará en un periódico de la localidad en que
se encuentren los bienes por lo menos con cinco días hábiles de antelación, un aviso de
venta de los mismos, en el que se señale el lugar, día y hora en que se pretenda realizar
la venta, señalando la descripción de los bienes, así como el precio de la venta,
determinado conforme al artículo 1414 Bis. En dicha publicación podrán señalarse las
fechas en que se realizarán, en su caso, las ofertas sucesivas de venta de los bienes.
Cada semana en la que no haya sido posible realizar la venta de los bienes, el valor
mínimo de venta de los mismos, se reducirá en un 10%, pudiendo el acreedor, a su
elección, obtener la propiedad plena de los mismos cuando el precio de dichos bienes esté
en alguno de los supuestos a que se refieren las fracciones I o II de este artículo.”
En tales condiciones, para lo relativo a los supuestos en los que procede la
notificación personal, debe estarse al Código Federal de Procedimientos Civiles. El
artículo 309 de este ordenamiento legal estatuye:
“ARTÍCULO 309. Las notificaciones serán personales: I. Para emplazar a juicio al
demandado, y en todo caso en que se trate de la primera notificación en el negocio.- II.
Cuando dejare de actuarse durante más de seis meses, por cualquier motivo; en este
caso, si se ignora el domicilio de una parte, se le hará la notificación por edictos; III.
Cuando el tribunal estime que se trata de un caso urgente, o que, por alguna
circunstancia, deben ser personales, y así lo ordene expresamente, y IV. En todo caso, al
Procurador de la República y Agentes del Ministerio Público Federal, y cuando la ley
expresamente lo disponga.”
De la disposición legal transcrita se desprende que las notificaciones invariablemente
se harán personalmente:
a) Tratándose del auto que ordena emplazar a juicio al demandado;
b) En los casos en que se trate de la primera notificación en el juicio;
169

c) Cuando se trate de la resolución que se dicte en un juicio en el que se haya


dejado de actuar por más de seis meses;
d) En el supuesto de que así lo ordene el titular del órgano jurisdiccional;
e) Cuando vayan dirigidas al Procurador General de la República y a los
agentes del Ministerio Público de la Federación;
f)En los casos en que la ley lo ordene en forma expresa.

4.9.1.1. Emplazamiento.
Para la práctica del emplazamiento, el actuario judicial debe ajustarse a las reglas
contenidas en los artículos 1069, 1070 y 1071 del Código de Comercio y 307, 310, 311 y
313 del Código Federal de Procedimientos Civiles. Estos preceptos estatuyen:
“Art. 1069. Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia judicial,
deben designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les hagan las
notificaciones y se practiquen las diligencias que sean necesarias. Igualmente deben
designar el domicilio en que ha de hacerse la primera notificación a la persona o personas
contra quienes promueven.- Cuando un litigante no cumpla con la primera parte de este
artículo las notificaciones se harán conforme a las Reglas para las notificaciones que no
deban ser personales. Si no se designare domicilio de la contraparte, se le requerirá para
que lo haga, y si lo ignoran se procederá en los términos del artículo siguiente.”
“Art. 1070. Cuando se ignore el domicilio de la persona que debe ser notificada, la
primera notificación se hará publicando la determinación respectiva tres veces
consecutivas en un periódico de circulación amplia y de cobertura nacional y en un
periódico local del Estado o del Distrito Federal en que el comerciante deba ser
demandado.- Previamente a la notificación por edictos en términos del párrafo anterior, el
juez ordenará recabar informe de una autoridad o una institución pública que cuente con
registro oficial de personas. Bastará el informe de una sola autoridad o institución para que
proceda la notificación por edictos.- La autoridad o institución proporcionará los datos de
identificación y el último domicilio que aparezca en sus registros de la persona buscada.
Esta información no queda comprendida dentro del secreto fiscal o de alguna otra reserva
que las autoridades o instituciones estén obligadas a observar conforme a las
disposiciones que las rige.- Cuando la autoridad o institución proporcione información de
diversas personas con el mismo nombre, la parte actora podrá hacer las observaciones y
aclaraciones pertinentes para identificar el domicilio que corresponda a la persona
buscada o, en su caso, para desestimar domicilios proporcionados. El juez revisará la
información presentada así como las observaciones hechas por la parte actora y resolverá
lo conducente.- En el caso de que en el documento base de la acción se haya pactado
domicilio convencional para recibir las notificaciones, si se acude a realizar la notificación
personal en dicho domicilio y éste no corresponde al de la demandada, se procederá a la
notificación por edictos sin necesidad de recabar el informe a que se refieren los párrafos
anteriores.- Mientras un litigante no hiciere substitución del domicilio en donde se deban
170

practicar las diligencias o notificaciones personales, seguirán haciéndose en el que para


tal fin hubiere señalado. El notificador tendrá la obligación de realizarlas en el domicilio
señalado, y en caso de no existir el mismo o de negativa a recibirlas, lo deberá hacer
constar en autos para que surtan efectos así como las subsecuentes, por publicación en el
boletín, gaceta o periódico judicial o en los estrados de los tribunales, además de que las
diligencias en que dicha parte debiere tener intervención se practicarán en el local del
juzgado sin su presencia.”
“Art. 1071. Cuando haya de notificarse o citarse a una persona residente fuera del
lugar del juicio, se hará la notificación o citación por medio de despacho o exhorto al juez
de la población en que aquélla residiere, los que podrán tramitarse por conducto del
interesado si éste lo pidiere.”
“ARTÍCULO 307. Mientras un litigante no hiciere nueva designación de la casa en
que han de hacérsele las notificaciones personales, seguirán haciéndosele en la casa que
para ello hubiere señalado.”
“ARTÍCULO 310. Las notificaciones personales se harán al interesado o a su
representante o procurador, en la casa designada, dejándole copia íntegra, autorizada, de
la resolución que se notifica.- Al Procurador de la República y a los agentes del Ministerio
Público Federal, en sus respectivos casos, las notificaciones personales les serán hechas
a ellos o a quienes los substituyan en el ejercicio de sus funciones, en los términos de la
ley orgánica de la institución.- Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la
primera busca no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio
para que espere, en la casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera,
se le notificará por instructivo, entregando las copias respectivas al hacer la
notificación o dejar el mismo.”
“ARTÍCULO 311. Para hacer una notificación personal, y salvo el caso previsto en el
artículo 307, se cerciorará el notificador, por cualquier medio, de que la persona que deba
ser notificada vive en la casa designada, y, después de ello, practicará la diligencia, de
todo lo cual asentará razón en autos.- En caso de no poder cerciorarse el notificador, de
que vive, en la casa designada, la persona que debe ser notificada, se abstendrá de
practicar la notificación, y lo hará constar para dar cuenta al tribunal, sin perjuicio de que
pueda proceder en los términos del artículo 313.”
“ARTÍCULO 313. Cuando, a juicio del notificador, hubiere sospecha fundada de que
se niegue que la persona por notificar vive en la casa designada, le hará la notificación en
el lugar en que habitualmente trabaje, si la encuentra, según los datos que proporcione el
que hubiere promovido. Puede igualmente hacerse la notificación personalmente al
interesado, en cualquier lugar en que se encuentre; pero, en los casos de este artículo,
deberá certificar, el notificador, ser la persona notificada de su conocimiento personal, o
haberle sido identificada por dos testigos de su conocimiento, que firmarán con él, si
supieren hacerlo. Para hacer la notificación, en los casos de este artículo, lo mismo que
171

cuando el promovente hiciere diversa designación del lugar en que ha de practicarse, no


se necesita nueva determinación judicial.”
De las disposiciones transcritas se desprende que en el primer escrito que presenten
las partes, éstas deberán designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les
hagan las notificaciones personales. El actor, en su demanda, deberá señalar el domicilio
del demandado y de todas las personas que deban intervenir en el juicio. En caso de que
el actor omita señalar domicilio para oír notificaciones, éstas se le harán conforme a las
reglas de las notificaciones que no deban ser personales. Cabe precisar que si el domicilio
que señaló el actor para recibir notificaciones no existe, se hará constar tal circunstancia
en la razón correspondiente, con la que se dará cuenta al titular del órgano jurisdiccional
quien puede determinar que las notificaciones que deban entenderse personalmente se
practiquen mediante lista. Por otra parte, si el actor omite señalar el domicilio de su
contraparte, se le requerirá para que lo haga y si lo ignora, se emplazará al demandado
mediante edictos.
En otro orden de ideas, si en el documento base de la acción se fijó un domicilio para
recibir notificaciones, el actuario judicial, previamente a practicar el emplazamiento
correspondiente, deberá cerciorarse de que el demandado vive en el referido domicilio. En
caso de que éste no corresponda al de la parte demandada, ésta será notificada mediante
edictos, sin que, en este supuesto, exista obligación de agotar la investigación prevista en
el artículo 1070 del Código de Comercio. Con respecto a lo expuesto en este párrafo, el
actuario judicial debe tener presente el siguiente criterio:
“EMPLAZAMIENTO A JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. ES ILEGAL EL
PRACTICADO EN EL DOMICILIO SEÑALADO EN EL TÍTULO DE CRÉDITO BASE DE
LA ACCIÓN, CUANDO NO SE RESPETAN LAS FORMALIDADES ESENCIALES DEL
PROCEDIMIENTO, YA QUE DICHO DOMICILIO NO DEBE ENTENDERSE COMO
CONVENCIONAL PARA EFECTOS PROCESALES.- Si bien es cierto en materia
mercantil el procedimiento convencional resulta preferente y por esto el emplazamiento en
el domicilio convencional resulta legal, también lo es que de acuerdo a lo establecido en
los artículos 1051, 1052 y 1053 del Código de Comercio dicho procedimiento convencional
debe formalizarse en escritura pública, póliza ante corredor o ante el Juez que conozca de
la demanda en cualquier estado del juicio, y se respeten las formalidades del
procedimiento. Por tanto, resulta ilegal el emplazamiento practicado en el domicilio
señalado en el título de crédito base de la acción, cuando no se respetan las formalidades
esenciales del procedimiento, es decir si el emplazamiento no fue realizado de
conformidad con las reglas que al respecto se establecen, ya que dicho domicilio no debe
entenderse como convencional para efectos procesales, pues para ello se requiere cumplir
con los requisitos señalados en los preceptos del Código de Comercio ya citados, y por
tanto, la única consecuencia que tiene la estipulación del domicilio del suscriptor del título
de crédito, es que dicho documento debe presentarse para su cobro en dicho domicilio,
pero cuando su pago no se obtiene, y éste se demanda en juicio ejecutivo, debe
172

emplazarse al demandado en el lugar en que tenga su domicilio, hecho que deberá


constatar el actuario, cumpliendo las formalidades esenciales del procedimiento, domicilio
que podrá ser el señalado en el título de crédito.”76[1]
Ahora bien, ¿qué sucede si en el escrito de demanda el actor señala un domicilio
para emplazar al demandado, y tal domicilio es distinto del que se fijó en el documento
base de la acción?, ¿en cuál de los dos domicilios deberá practicarse el emplazamiento?
Se estima que el domicilio en el que debe practicarse el emplazamiento, es el
precisado por el actor en su escrito de demanda. Lo anterior, pues el artículo 1069 del
Código de Comercio dispone que es obligación de todos los litigantes señalar el domicilio
en el que debe emplazarse al demandado. Además, de la jurisprudencia transcrita se
advierte que entre el domicilio fijado en el documento base de la acción, y el domicilio
señalado en el escrito de demanda, debe preferirse este último. Esto es así, pues la
consecuencia de fijar el domicilio en el documento base de la acción, es que dicho
documento debe presentarse para su cobro en ese domicilio, pero si no se obtiene su
pago y éste se demanda en juicio ejecutivo, debe emplazarse al demandado en el
domicilio que habita.
Por otro lado, si las partes pactaron un procedimiento convencional y éste se
formalizó en escritura pública, póliza ante corredor o ante el juez que conozca de la
demanda, el domicilio en el que el actuario judicial deberá practicar el emplazamiento y las
notificaciones personales, es el contenido en la escritura pública o póliza correspondiente,
o el que las partes señalaron ante el juez que conoció de la demanda.
En congruencia con lo expuesto en los párrafos anteriores, debe decirse que
antes de practicar un emplazamiento, los actuarios judiciales deben leer
cuidadosamente el escrito de demanda, con la finalidad de obtener los datos que les
permitan ubicar la casa en la que deberán constituirse a efecto de practicar el
emplazamiento. Cabe precisar que esta forma de proceder resulta conveniente aun
en los supuestos en los que los datos de ubicación del domicilio del demandado se
hayan asentado en el auto admisorio. Se afirma lo anterior, pues puede suceder que
por la carga de trabajo tales datos se hayan asentado en forma incompleta.
Una vez que el actuario judicial se ha cerciorado de tener los datos que le permitirán
ubicar el domicilio del demandado, deberá constituirse en aquél a efecto de practicar el
emplazamiento. Así, puede suceder que una vez constituido en el referido domicilio: a) sea
atendido por el interesado, su representante legal o apoderado; b) sea atendido por una
persona distinta del interesado, su representante legal o apoderado; c) nadie atienda su
llamado; y, d) éste no exista. A continuación se explicará la forma en que debe proceder el
actuario judicial en cada uno de los referidos supuestos.

76[1]
Jurisprudencia número 1ª/J. 53/99, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 157, del Tomo X, Noviembre de 1999, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 193025.
173

4.9.1.1.1. Emplazamiento cuando el actuario judicial encuentra al demandado,


su apoderado o representante legal en la primera búsqueda.
Como se vio, la notificación de la demanda debe practicarse en la casa en la que,
según los datos proporcionados por el actor en su escrito de demanda, o según la
información que conste en el documento base de la acción, según sea el caso, viva el
demandado. Conforme al artículo 311 del Código Federal de Procedimientos Civiles, el
actuario judicial, antes de hacer la notificación correspondiente, debe cerciorarse, por
cualquier medio, de que el demandado efectivamente habita en dicha casa. Hecho lo
anterior, el funcionario judicial procederá a practicar el emplazamiento correspondiente. En
el supuesto que se expone, se parte de la hipótesis de que el actuario judicial encuentra al
interesado, su apoderado o representante legal en la primera búsqueda. En este orden de
ideas, una vez que la persona buscada atiende el llamado del referido funcionario judicial,
éste deberá: a) identificarse e informar al interesado el motivo de la diligencia; b) identificar
al interesado; y, c) entregar al interesado, mediante cédula de notificación personal, copia
íntegra, autorizada, de la resolución que se notifica, así como copia de la demanda y de
los documentos que el actor haya adjuntado a ésta.
De acuerdo con lo expuesto en el párrafo anterior, la razón que el actuario judicial
debe levantar cuando en la primera búsqueda encuentra al interesado, su apoderado o
representante legal y le notifica la demanda promovida en su contra, debe contener, por lo
menos, los siguientes datos (ver anexo 21):
1.- El número de juicio.
2.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del interesado.
3.- Nombre y apellidos, cargo y órgano jurisdiccional al que está adscrito dicho
funcionario judicial.
4.- La forma en que se cercioró de que la persona con quien debía entender la
diligencia efectivamente habita en la casa señalada por el actor.
5.- Nombre y apellidos del interesado así como la forma en que se identificó.
6.- Fecha de la resolución que se notificó y la circunstancia de que se entregó al
interesado copia íntegra y autorizada de aquélla, así como copia de la demanda y sus
anexos.
7.- En su caso, lo que el interesado hubiere manifestado durante la práctica de la
diligencia.
8.- Firma del funcionario judicial y de la persona interesada. Si ésta no supiere o no
quisiere firmar, se hará constar tal hecho.

ANEXO 21

NOTIFICACIÓN PERSONAL

JUICIO ORDINARIO MERCANTIL


174

EXPEDIENTE: ___________________

En México, Distrito Federal, a las ___________horas con _________ minutos, del


_______ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado (a) _____________,
Actuario Judicial adscrito al Juzgado ______________, me constituí con las formalidades
de ley, en el domicilio ubicado en ________________, a fin de notificar personalmente a
________________, parte demandada en el juicio al rubro indicado, la resolución de
_______ de _________ de dos mil________, por la que se ordena emplazarlo a juicio.
Acto continuo, previamente cerciorado de que me encuentro en el domicilio correcto, por
así advertirlo de la nomenclatura de la calle y del número exterior del inmueble en cita,
toqué la puerta del mismo y fui atendido por quien dijo llamarse _________, esto es, el
propio interesado, ante quien me identifiqué e informé el motivo de la diligencia.
Enseguida, solicité a dicha persona que se identificara, lo que hizo mediante
_____________, la cual contiene su nombre y una fotografía que concuerda con sus
rasgos fisonómicos, misma que le devolví por ser innecesaria su retención. Hecho lo
anterior, procedí a notificar personalmente al interesado la citada resolución,
entregándole, mediante cédula, copia autorizada de aquélla, así como de la demanda y
sus anexos. El interesado recibió de conformidad la copia de la referida resolución, así
como de la demanda y sus anexos, y expuso quedar enterado de su contenido, firmando
para constancia la presente acta, en unión del suscrito.- Doy fe.

_________________________________________
Firma del interesado, su representante legal o apoderado (Nombre, apellidos y
rúbrica).

_________________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

ANEXO 21

CÉDULA DE NOTIFICACIÓN

En catorce de mayo del año dos mil tres, doy cuenta a la Juez, con un escrito de
demanda signado por ____________ a la cual acompaña una copia de traslado y los
siguientes anexos: 1.- Copia simple de la factura número C0446 expedida por Automotriz
Francesa Universidad, Sociedad Anónima de Capital Variable de fecha veintiocho de
175

febrero de dos mil uno 2.- Copia al carbón del contrato planauto de Bancomer V.97.05 de
fecha dos de marzo de dos mil uno. 3.- Copia al Carbón del certificado de alta en el seguro
automotriz planauto de fecha dos de marzo de dos mil uno. 4.- Póliza de Seguro de
Vehículos residentes número 832C100073 de fecha siete de marzo de dos mil dos. 5.-
Folleto que contiene las Condiciones Generales de Seguro sobre vehículos residentes
Bancomer. 6.- Reporte del siniestro número B5047213 de fecha diecisiete de septiembre
de dos mil uno. 7.- Copia simple del escrito dirigido a la CONDUCEF de fecha doce de
noviembre de dos mil uno. 8.- Escrito dirigido al Director de Asuntos de Seguros y Fianzas
de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios
Financieros de fecha doce de noviembre de dos mil uno. 9.- Audiencia de conciliación de
fecha tres de diciembre de dos mil uno. 10.- Escrito de fecha treinta y uno de enero de dos
mil dos. 11.- Copia certificada del dictamen técnico de fecha veinticuatro de mayo de dos
mil dos. 12.- Presupuesto de reparación de fecha primero de abril de dos mil tres. Conste.

México Distrito Federal, a catorce de mayo del año dos mil tres.

Con el escrito de cuenta, fórmese expediente y regístrese en el libro correspondiente


de este juzgado bajo el número 67/2003.

Visto el escrito de cuenta, se tiene a ___________ por propio derecho,


demandando en la VÍA ORDINARIA MERCANTIL de SEGUROS BANCOMER,
SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, GRUPO FINANCIERO BANCOMER, el
cumplimiento de diversas prestaciones que se precisan en el escrito de demanda.

ANEXO 21

En consecuencia, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 104, fracción I, de


la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y en lo dispuesto por el numeral
53, fracción I, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, así como en lo
señalado por los artículos 1, 2, 75, fracción XVI, 1049, 1054, 1055, 1061, 1377, 1378 y
demás relativos del Código de Comercio, SE ADMITE a trámite la demanda de mérito, en
la vía y forma propuesta.

En consecuencia, con las copias debidamente cotejadas y selladas del escrito inicial
de demanda y anexos que adjunta, emplácese a la demandada SEGUROS BANCOMER,
SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, GRUPO FINANCIERO BANCOMER,
en el domicilio señalado por la actora, para que dentro del plazo de nueve días produzca
su contestación a la demanda instaurada en su contra y oponga las excepciones y
defensas, si las tuviere, apercibida que de no hacerlo se hará declaración de rebeldía y se
presumirán confesados los hechos de la demanda en términos del artículo 271, último
176

párrafo, del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, de aplicación


supletoria al Código de Comercio.

Se tiene por señalado de su parte como domicilio para oír y recibir notificaciones y
documentos el que indica y por autorizadas para tales efectos a las personas que refiere
en su escrito de mérito, asimismo se tiene por autorizados a los licenciados
____________________ en términos del artículo 1069 párrafo tercero del Código de
Comercio, dado que tienen su cédula profesional con número de registro _____________
respectivamente del libro de registro de cédulas de este Juzgado, más no así a
____________ por no tener registrada su cédula respectiva ante este Juzgado.

Guárdense los documentos que acompaña a su escrito de cuenta en el seguro de


este Juzgado.

Notifíquese, y personalmente a la parte demandada.

Lo proveyó y firma la licenciada _______________, Juez Séptimo de Distrito “A” en


Materia Civil en el Distrito Federal. Doy fe.

4.9.1.1.2. Emplazamiento cuando el actuario judicial, en la primera búsqueda,


encuentra a una persona distinta del interesado, su apoderado o representante
legal.
Puede suceder que el actuario judicial al que se le haya encomendado notificar la
demanda, al constituirse por vez primera en el domicilio del interesado, no encuentre a
éste, pero sí a alguna otra persona, por ejemplo, un familiar o empleado de aquél. En este
supuesto, el mencionado funcionario judicial puede entender la diligencia con la persona
que lo atienda. En efecto, el último párrafo del artículo 310 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, dice:
“ARTÍCULO 310. Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la primera busca
no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio para que espere, en la
casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera, se le notificará por instructivo,
entregando las copias respectivas al hacer la notificación o dejar el mismo.”
En la hipótesis a que se refiere tal precepto, el actuario judicial debe proceder de la
siguiente forma: a) deberá identificarse e informar a la persona que atendió su llamado el
motivo de la diligencia; b) solicitará la presencia del interesado, su apoderado o
representante legal, según sea el caso; c) asentará la manifestación de la persona que
atendió su llamado en el sentido de que en ese domicilio vive el demandado pero que en
ese momento no se encuentra; d) identificará a la persona con la que entienda la
diligencia; y, e) le hará entrega de un citatorio dirigido al interesado, para que éste lo
177

espere en una hora fija del día siguiente, con el apercibimiento consistente en que, si no lo
espera, la notificación se hará mediante cédula.
Cabe precisar que en materia mercantil no se emplea el instructivo, sino la cédula,
pues así lo dispone la fracción I del artículo 1068 del Código de Comercio. Este precepto,
en lo conducente, dice:
“Art. 1068. Las notificaciones en cualquier procedimiento judicial serán: I. Personales
o por cédula;”
En las relatadas circunstancias, el actuario judicial, además de entregar el citatorio a
la persona con quien entendió la diligencia, deberá levantar una razón en la que haga
constar los pormenores de la misma. El citatorio de que se trata debe contener, por lo
menos, los siguientes datos (ver anexo 22):
1.- La mención de que se trata de un citatorio.
2.- Nombre y apellidos del interesado, así como su domicilio.
3.- Fecha de la resolución que se pretende notificar y la mención de que es el auto
mediante el cual se admitió a trámite una demanda.
4.- Fecha y hora en que el actuario judicial se constituirá nuevamente en el domicilio
del interesado para llevar a cabo la notificación correspondiente.
5.- Nombre y, en su caso, firma de la persona que recibe el citatorio. Si no supiere o
no quisiere firmar, se asentará tal circunstancia.
6.- El apercibimiento consistente en que si el interesado no espera al actuario en la
fecha y hora mencionadas en el citatorio, el proveído correspondiente se notificará por
cédula.
7.- Lugar y fecha en que se practicó la diligencia.
8.- Firma del actuario judicial.
Por otra parte, la razón que el actuario judicial debe levantar con motivo de la
diligencia en la que haya entregado el citatorio, debe contener, por lo menos, los
siguientes datos (ver anexo 23):
1.- La mención de que se trata de una razón de citatorio.
2.- Fecha y hora en que se practicó la diligencia.
3.- Nombre, apellidos y cargo del funcionario judicial que practicó la diligencia.
4.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó y el nombre y apellidos del
interesado.
5.- Fecha de la resolución que se pretende notificar (haciendo mención de que se
trata del auto por el que se admitió a trámite una demanda) y el número de juicio.
6.- Nombre y apellidos de la persona con quien se entendió la diligencia, la forma en
que se identificó y el hecho de que el actuario judicial le hizo saber el motivo de la
diligencia.
7.- Lo expuesto por la persona con quien se entendió la diligencia, en el sentido de
que en ese domicilio habita el interesado pero que en ese momento no se encuentra.
178

8.- La mención de que le entrega un citatorio para que el interesado lo espere en la


fecha y hora precisadas en el mismo.
9.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia recibió de
conformidad el citatorio y firmó para constancia, o el hecho de que recibió el citatorio pero
se negó a firmar.
10.- Firma del actuario judicial.
Es muy importante que el actuario judicial que se constituye en el inmueble que el
actor señaló como el indicado para emplazar a juicio al demandado, se cerciore de que en
dicho domicilio habita la persona que debe ser emplazada. Para ello, el funcionario judicial
debe preguntar a la persona con quien entienda la diligencia, si en esa casa vive el
interesado, debiendo asentar la respuesta correspondiente. Esta obligación se desprende
del primer párrafo del artículo 311 del Código Federal de Procedimientos Civiles, que dice:
“ARTÍCULO 311. Para hacer una notificación personal, y salvo el caso previsto en el
artículo 307, se cerciorará el notificador, por cualquier medio, de que la persona que
deba ser notificada vive en la casa designada, y, después de ello, practicará la
diligencia, de todo lo cual asentará razón en autos.”
Ahora bien, una vez que el actuario judicial, en cumplimiento al citatorio, se
constituye nuevamente en el domicilio del demandado, pueden presentarse las siguientes
situaciones:
a) Que el interesado haya esperado al actuario judicial en la fecha y hora fijadas en el
citatorio;
b) Que el interesado no haya esperado al actuario judicial, pero éste entienda la
diligencia con algún pariente o trabajador de aquél; y,
c) Que nadie atienda el llamado del actuario judicial o que habiéndolo atendido el
interesado o una persona distinta de éste, se nieguen a recibir la documentación
correspondiente.

ANEXO 22

C I T A T O R I O

PARTE DEMANDADA: ____________________________


DOMICILIO: _____________________________________

Se deja el presente citatorio para que se sirva usted esperar al suscrito actuario en el
domicilio de referencia, a las _______ horas del __________ de ___________ de dos mil
_______, a fin de poder notificarle personalmente el auto de _______ de _______ de dos
mil _______, dictado en el expediente número _________, formado con motivo de la
demanda promovida en su contra por ___________. En dicho auto, se admitió a trámite la
referida demanda y se ordenó emplazarlo a juicio.
179

En términos del artículo 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de


aplicación supletoria a los juicios mercantiles en términos del artículo 1054 del Código de
Comercio, lo apercibo que de no esperar al suscrito actuario en la fecha y hora
mencionadas, el citado auto se le notificará por cédula.

Conforme al precepto legal mencionado en primer término, hoy, a las ________horas


con______minutos, dejo el presente citatorio en poder de _______________, quien se
identificó con ___________, manifestó ser _________ de la parte interesada y (sí) (no)
firmó de recibido para constancia. Lo anterior, en virtud de no haber encontrado al
interesado.

México, Distrito Federal, a _______ de ________ de__________.

____________________________________
Firma de quien recibe
(Nombre, apellidos y rúbrica).

____________________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

ANEXO 23

RAZÓN DE C I T A T O R I O

JUICIO ORDINARIO MERCANTIL


EXPEDIENTE: __________________

En México, Distrito Federal, a las ____________ horas con _________ minutos, del
_________ de _________de dos mil_______, el suscrito licenciado (a) _____________,
Actuario Judicial adscrito al Juzgado _______________, me constituí con las
formalidades de ley, en el domicilio ubicado en ______________________________, a fin
de notificar personalmente a _________________________, demandado en el juicio
ordinario mercantil, la resolución de______ de _________ de dos mil _________, por la
que se admitió a trámite la demanda promovida en su contra y se ordenó emplazarlo a
juicio. Enseguida, previamente cerciorado de haberme constituido en el domicilio en el que
habita el demandado, por así advertirlo de la nomenclatura de la calle y del número
180

exterior del citado inmueble, toqué el timbre de éste y fui atendido por quien dijo llamarse
_______________, ante quien me identifiqué, informé el motivo de la diligencia y requerí
la presencia de la parte interesada. A lo anterior, tal persona expuso que es _______ del
interesado y que en efecto, ahí vive el buscado pero que en ese momento no se
encontraba. Dicha persona se identificó con ________, en la que obra su nombre y una
fotografía que concuerda con sus rasgos fisonómicos. Acto seguido, de conformidad con
el artículo 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a los
juicios mercantiles en términos del artículo 1054 del Código de Comercio, dejé en poder
de la persona que me atendió, el citatorio correspondiente para que el demandado espere
al suscrito actuario en ese domicilio a las _______ horas con _________ minutos del
_______ de ________ de dos mil ______, a fin de practicar la diligencia de notificación
respectiva. Dicha persona manifestó recibir de conformidad el referido citatorio y
_________ firmó la copia del mismo para constancia legal.- Doy fe.

_______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

4.9.1.1.2.1. Notificación de la demanda cuando el interesado espera al actuario


judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio.
En este supuesto el actuario judicial debe practicar el emplazamiento en los términos
expuestos en el punto 4.9.1.1.1., esto es, tal y como si hubiera encontrado al interesado
en la primera búsqueda. Una vez hecha la notificación, deberán agregarse a los autos del
juicio mercantil de que se trate, inmediatamente después del proveído en el que se admitió
a trámite la demanda y se ordenó emplazar al demandado, las siguientes constancias: 1.
razón actuarial levantada con motivo de la diligencia en la que, al no haber encontrado al
interesado, se entregó el citatorio correspondiente; 2. copia del citatorio; 3. copia de la
cédula de notificación personal; y; 4. razón levantada con motivo de la notificación
personal practicada en la fecha y hora precisadas en el mencionado citatorio.

4.9.1.1.2.2. Notificación de la demanda cuando el interesado no espera al


actuario judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio, pero la diligencia se
entiende con algún pariente o trabajador del propio interesado.
En este supuesto lo que procede es que el actuario judicial haga efectivo el
apercibimiento contenido en el citatorio, esto es, que practique la notificación mediante
cédula. Ésta debe dejarse en poder de la persona con quien se entendie la diligencia. Lo
anterior, en términos del artículo 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles, en
181

relación con el artículo 1068, fracción I, del Código de Comercio. Dichos preceptos, en lo
que interesa, disponen:
“ARTÍCULO 310. Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la primera busca
no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio para que espere, en la
casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera, se le notificará por
instructivo, entregando las copias respectivas al hacer la notificación o dejar el
mismo.”
“Art. 1068. Las notificaciones en cualquier procedimiento judicial serán: I. Personales
o por cédula;”
La cédula de notificación debe contener los datos que a continuación se apuntan (ver
anexo 24):
1.- La mención de que se trata de una cédula.
2.- Nombre y apellidos del interesado y la mención de que es la parte demandada.
3.- Domicilio en el que se constituyó el actuario judicial.
4.- Número de juicio y nombre del actor (si fueren varios actores, se pondrá el
nombre del representante común seguido de las palabras “y otros”).
5.- La fecha del auto que se notifica.
6.- La mención de que a la cédula se acompaña copia del referido auto, así como de
la demanda y sus anexos.
7.- El nombre de la persona a la que se le entrega la cédula y la forma en que se
identificó.
8.- Fecha y hora en que se entrega la cédula (que necesariamente deben coincidir
con las precisadas en el citatorio para que el interesado esperara al actuario).
9.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia recibió de
conformidad la cédula y firmó para constancia, o el hecho de que recibió dicha cédula pero
se negó a firmar.
10.- Firma del actuario judicial.
Por otra parte, la razón que el actuario debe levantar con motivo de la diligencia en la
que entregó la referida cédula, debe contener los siguientes datos (ver anexo 25):
1.- Lugar, fecha y hora en que el actuario judicial se constituyó nuevamente en el
domicilio del interesado (la fecha y hora necesariamente deben coincidir con las asentadas
en el citatorio para que el interesado esperara al actuario).
2.- Nombre y cargo del funcionario judicial que practicó la diligencia.
3.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó.
4.- La resolución que se pretende notificar.
5.- Nombre y apellidos de la persona con quien se entendió la diligencia y la forma en
que se identificó.
6.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia informó al actuario
que el interesado no estaba en el domicilio.
182

7.- La afirmación consistente en que como el interesado hizo caso omiso del citatorio,
se hizo efectivo el apercibimiento contenido en el mismo y, por tanto, la resolución
correspondiente se notificó mediante cédula que se entregó a la persona con la que se
entendió la diligencia.
8.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia recibió de
conformidad la cédula y firmó para constancia, o el hecho de que recibió dicha cédula pero
se negó a firmar.
9.- Firma del actuario judicial.
En este caso, el referido funcionario judicial deberá agregar al expediente de que se
trate, inmediatamente después del proveído que notificó, las siguientes constancias: a) la
razón que levantó con motivo de la primera búsqueda, en la que dejó citatorio; b) copia del
citatorio; c) la razón actuarial levantada con motivo de la diligencia de notificación
practicada en la fecha y hora precisadas en el citatorio; y, d) copia de la cédula de
notificación.

ANEXO 24

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN


PALACIO DE JUSTICIA FEDERAL
JUZGADO ____________________DE DISTRITO
EN MATERIA CIVIL EN EL DISTRITO FEDERAL.
ACCESO _______ NIVEL ________

CÉDULA

PARTE DEMANDADA: _____________________________


DOMICILIO: ______________________________________

En los autos del juicio ordinario mercantil número_________/2004-V, promovido


por __________, en contra de ________, se dictó el auto por el que se admitió a trámite la
demanda y se ordenó emplazar a juicio a ___________. Al presente, se anexa copia del
referido auto, así como de la demanda y sus anexos.

Lo que comunico a usted por medio de cédula. Lo anterior, por no haber esperado al
suscrito actuario (a) en la fecha y hora precisados en el citatorio de ___________ (fecha
en que se dejó el citatorio). Dejo la presente cédula en poder de _______________, quien
se identifica con _________________, quien manifestó ser ___________ de la persona
buscada y quien (sí) (no) firmó de recibido para constancia.
183

Hoy a las _________ horas con___________ minutos.

México, D.F. a _____ de ______ de dos mil _______.

________________________________________
Firma de quien recibe la cédula
(Nombre, apellidos y rúbrica).

__________________________________
Firma del Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

ANEXO 25

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN


PALACIO DE JUSTICIA FEDERAL
JUZGADO ____________________DE DISTRITO
EN MATERIA CIVIL EN EL DISTRITO FEDERAL.
ACCESO _______ NIVEL ________

RAZÓN DE CÉDULA

JUICIO ORDINARIO MERCANTIL


EXPEDIENTE _______________

En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____
minutos del día _____ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado
_____________, Actuario Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito en
Materia Civil en el Distrito Federal, me constituí con las formalidades de ley en el
domicilio ubicado en __________, a fin de notificar a ____________, el auto de
_________ de ___________ de dos mil _______, por el que se admitió a trámite la
demanda promovida en su contra y se ordenó emplazarlo a juicio. No habiendo
encontrado al demandado, pero cerciorado de que ahí vive, en virtud de así desprenderse
de la placa oficial colocada en la esquina de dicha calle, en la que literalmente se lee
“_______________”, por coincidir la numeración y, por así haberlo manifestado
___________ quien dijo ser ______________ del demandado y quien se identificó con
184

una credencial en la que obra su nombre y fotografía que concuerda con sus rasgos
fisonómicos. Acto seguido, le requerí la presencia de la persona buscada y toda vez que
me informó que no se encuentra, se hace efectivo el apercibimiento contenido en el
citatorio entregado el ____________ (fecha en que se dejó el citatorio) y, en
consecuencia, procedo a notificar el referido auto por medio de cédula que entrego a la
persona que me atendió, ante quien me identifiqué plenamente con una credencial
expedida por el Consejo de la Judicatura Federal del Poder Judicial de la Federación, que
me acredita como Actuario Judicial adscrito al Juzgado antes mencionado, y le hago
entrega, mediante cédula de notificación, de copia autorizada del referido auto, así
como copia de la demanda y sus anexos. Dicha persona manifestó que recibe de
conformidad la documentación referida y (sí) (no) firma para constancia.- Conste.- Doy
fe.
________________________________
Firma del Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

4.9.1.1.2.3. Notificación de la demanda cuando nadie haya esperado al actuario


judicial en la fecha y hora precisadas en el citatorio, o que habiendo encontrado al
interesado o a alguna persona distinta de éste, se hayan negado a recibir la
documentación correspondiente.
El último párrafo del artículo 1070 del Código de Comercio estatuye:
“Art. 1070. Mientras un litigante no hiciere substitución del domicilio en donde se
deban practicar las diligencias o notificaciones personales, seguirán haciéndose en el que
para tal fin hubiere señalado. El notificador tendrá la obligación de realizarlas en el
domicilio señalado, y en caso de no existir el mismo o de negativa a recibirlas, lo deberá
hacer constar en autos para que surtan efectos así como las subsecuentes, por
publicación en el boletín, gaceta o periódico judicial o en los estrados de los
tribunales, además de que las diligencias en que dicha parte debiere tener
intervención se practicarán en el local del juzgado sin su presencia.”
De la disposición transcrita se desprende que en los casos en que el interesado o
alguna persona distinta de éste se niegue a recibir la notificación, el actuario judicial
deberá hacer constar tal circunstancia en la razón correspondiente, con la que se dará
cuenta al titular del órgano jurisdiccional a efecto de que la demanda y las resoluciones
subsecuentes se notifiquen mediante lista que deberá fijarse en los estrados del órgano
jurisdiccional. En este supuesto, el actuario judicial deberá agregar al expediente de que
se trate, la siguiente documentación: a) la razón que levantó con motivo de la primera
búsqueda, en la que dejó citatorio; b) copia del citatorio; c) la razón actuarial levantada con
motivo de la diligencia de notificación practicada en la fecha y hora precisadas en el
185

citatorio, en la que el interesado o una persona distinta de éste se negó a recibir la


documentación correspondiente; y, d) constancia de la notificación por lista.
En los mismos términos deben proceder los actuarios judiciales, en los casos en los
que en la primera búsqueda encuentren al interesado pero éste se niegue a recibir la
documentación correspondiente. Se afirma lo anterior, pues en este supuesto resulta
aplicable, por analogía, lo dispuesto en el citado precepto legal. Esto es así, pues en
ambos supuestos existe una igualdad jurídica esencial, que es el hecho de que el
interesado atiende el llamado del actuario judicial pero se niega a recibir la
documentación.
Por otra parte, en el caso de que nadie haya esperado al actuario judicial en la fecha
y hora precisadas en el citatorio, se estima que aquél también debe proceder en los
términos antes expuestos. En efecto, la razón del artículo 1070 del Código de Comercio,
es establecer la forma en que deben notificarse las resoluciones que no pudieron
notificarse personalmente al interesado (ya sea porque no exista el domicilio o porque el
propio interesado o una persona distinta de éste se haya negado a recibir la
documentación). En este orden de ideas, si la notificación personal no puede llevarse a
cabo con motivo de que nadie esperó al actuario judicial en la fecha y hora precisadas en
el citatorio, es incuestionable que debe estarse a lo dispuesto en el mencionado precepto
legal, pues como se dijo, éste determina el procedimiento que debe seguirse ante la
imposibilidad de practicar la notificación personal.

4.9.1.1.3. Emplazamiento cuando el actuario judicial se constituye por primera


vez en el domicilio del interesado y nadie atiende su llamado.
En los temas anteriores se ha expuesto la forma en que debe practicarse la
notificación de la demanda en los casos en que el actuario judicial, en la primera
búsqueda, es atendido por el propio demandado, su apoderado o representante legal,
según sea el caso, o por alguna persona distinta de éstos. Procede ahora explicar, cómo
debe actuar dicho funcionario cuando en la primera búsqueda nadie atiende su llamado.
El Código de Comercio no prevé el supuesto de que se trata, por tanto, se estima que
debe estarse a lo que dispone el Código Federal de Procedimientos Civiles. El artículo 311
de este ordenamiento legal, estatuye:
“ARTÍCULO 311. Para hacer una notificación personal, y salvo el caso previsto en el
artículo 307, se cerciorará el notificador, por cualquier medio, de que la persona que deba
ser notificada vive en la casa designada, y, después de ello, practicará la diligencia, de
todo lo cual asentará razón en autos.- En caso de no poder cerciorarse el notificador,
de que vive, en la casa designada, la persona que debe ser notificada, se abstendrá
de practicar la notificación, y lo hará constar para dar cuenta al tribunal, sin
perjuicio de que pueda proceder en los términos del artículo 313.”
186

De la disposición transcrita se infiere que para notificar la demanda, el actuario


judicial debe cerciorarse de que el demandado vive en la casa que el actor señaló en su
demanda. Una vez cerciorado de lo anterior, procederá a practicar la diligencia. En caso
de que dicho funcionario no pueda cerciorarse de que en el domicilio señalado por el actor
vive el demandado, se abstendrá de practicar la notificación y hará constar tal
circunstancia en la razón que al efecto levante, con la que se dará cuenta al titular del
órgano jurisdiccional.
En congruencia con lo anterior, si el actuario judicial se constituye en la casa en la
que puede ser emplazado el demando (de acuerdo con los datos que el actor proporcionó
en su escrito de demanda), y nadie atiende su llamado, deberá indagar si aquél vive en
dicho domicilio, interrogando, para tal efecto, a los vecinos. Si el actuario no obtiene
ningún dato del que se desprenda que en el referido domicilio habita el demandado,
deberá levantar la razón correspondiente, con la que se dará cuenta al titular del órgano
jurisdiccional a efecto de que determine lo que conforme a derecho corresponda.
Los titulares de los órganos jurisdiccionales a los que se les da cuenta con una razón
como la que se aludió en el párrafo anterior, generalmente dictan un proveído en el que
ordenan al actuario que se constituya nuevamente en el domicilio del demandado, en
diversas fechas y horas a la que previamente se constituyó y que, una vez hecho lo
anterior, en caso de que no se encuentre al interesado ni a ninguna otra persona, se le dé
nueva cuenta con las razones que al efecto se hayan levantado, con la finalidad de que,
con vista en éstas, se determine lo conducente.
En relación con lo antes expuesto se estima que resulta aplicable, por analogía, el
siguiente criterio:
“NOTIFICACIONES PERSONALES EN AMPARO. CASO EN QUE EL QUEJOSO
NO ESTÁ EN SU DOMICILIO NI NINGUNA OTRA PERSONA A LA QUE PUDIERA
DEJARSE CITATORIO.- El artículo 30 de la Ley de Amparo, en ninguna de sus fracciones
previene la forma en que deba proceder la autoridad que conozca de un juicio de amparo,
en los casos en que se ordene notificar personalmente al quejoso, y que, además de no
encontrarse éste en el domicilio señalado para oír notificaciones, tampoco esté presente
algún pariente, empleado o doméstico del interesado, o ninguna otra persona en ese
domicilio, a la cual pudiera dejársele citatorio, pero ello no implica que, por la eventual
circunstancia de que el notificador no encuentre alguna persona en el domicilio del
quejoso, inmediatamente deba ordenarse que una notificación personal se practique por
lista, sino que, atendiendo al principal cometido de las notificaciones, que es el de hacer
saber a la parte correspondiente la resolución que la originó, así como a lo dispuesto por
el propio precepto legal en lo atinente a las notificaciones que deben practicarse a los
terceros perjudicados o a las personas extrañas al juicio, y desde luego, a la trascendencia
187

de la resolución a notificar, procede que se ordene al actuario respectivo, se constituya en


el domicilio para oír notificaciones en diversas horas y en distintas fechas.”77[1]

4.9.1.1.4. Emplazamiento cuando no exista el domicilio en el que según el actor


puede notificarse al demandado.
Los artículos 1069 y 1070 del Código de Comercio, en lo conducente, disponen:
“Art. 1069. Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia judicial,
deben designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les hagan las
notificaciones y se practiquen las diligencias que sean necesarias. Igualmente deben
designar el domicilio en que ha de hacerse la primera notificación a la persona o personas
contra quienes promueven.- Cuando un litigante no cumpla con la primera parte de
este artículo las notificaciones se harán conforme a las Reglas para las
notificaciones que no deban ser personales. Si no se designare domicilio de la
contraparte, se le requerirá para que lo haga, y si lo ignoran se procederá en los términos
del artículo siguiente.”
“Art. 1070. Cuando se ignore el domicilio de la persona que debe ser notificada, la
primera notificación se hará publicando la determinación respectiva tres veces
consecutivas en un periódico de circulación amplia y de cobertura nacional y en un
periódico local del Estado o del Distrito Federal en que el comerciante deba ser
demandado.”
De las disposiciones transcritas se desprende que el actor está obligado a señalar el
domicilio en el que pueda notificarse al demandado. En caso de que desconozca dicho
domicilio la primera notificación al demandado se practicará mediante edictos.
En el supuesto de que se trata, el domicilio que el actor señaló para que se emplace
al demandado no existe, esto es, el actuario judicial, con el objeto de notificar a aquél, se
traslada a la dirección precisada por el actor, y advierte que la calle o el número de la casa
no existe. En este caso, lo que debe hacer el actuario es levantar la razón
correspondiente, en la que haga constar la referida circunstancia. Con esta razón deberá
darse cuenta al titular del órgano jurisdiccional para que determine lo que corresponda.
Generalmente, los titulares de los órganos jurisdiccionales, antes de ordenar que se
notifique al demandado mediante edictos, requieren al actor para que vuelva a señalar el
domicilio del demandado (precisando correctamente los datos de ubicación) o, en su caso,
para que precise otro domicilio en el que aquél pueda ser notificado. Si el actor, al
desahogar tal requerimiento, manifiesta que ignora otro domicilio en el que el demandado
pueda ser notificado, la notificación correspondiente deberá practicarse mediante edictos.
Lo anterior, en términos del citado artículo 1070 del Código de Comercio.

77[1]
Tesis sustentada por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en la pág. 244, del Tomo IX, Marzo
de 1992, Octava Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 220214.
188

4.9.1.2. Procedimiento para notificar en forma personal las resoluciones


distintas de aquella en la que se ordena admitir a trámite la demanda y emplazar al
demandado.
Según se dijo, el Código de Comercio no establece la forma en que deben
practicarse las notificaciones personales. Es por esta razón que aquéllas deben hacerse
conforme a las reglas establecidas en el Código Federal de Procedimientos Civiles. Ahora
bien, conforme a este último ordenamiento legal, la diferencia entre la forma en que deben
notificarse personalmente los autos por los que se admite a trámite la demanda y se
ordena emplazar al demandado, y la manera en que deben notificarse personalmente las
resoluciones distintas de dicho auto, radica en que al notificar estas últimas no existe
obligación para el actuario judicial de dejar citatorio en caso de que en la primera
búsqueda no encuentre al interesado. Esta diferencia se advierte del análisis de los
artículos 309, 310 y 312 del ordenamiento legal de que se trata. Estos preceptos
estatuyen:
“ARTÍCULO 309. Las notificaciones serán personales: I. Para emplazar a juicio al
demandado, y en todo caso en que se trate de la primera notificación en el negocio.- II.
Cuando dejare de actuarse durante más de seis meses, por cualquier motivo; en este
caso, si se ignora el domicilio de una parte, se le hará la notificación por edictos; III.
Cuando el tribunal estime que se trata de un caso urgente, o que, por alguna
circunstancia, deben ser personales, y así lo ordene expresamente, y IV. En todo caso, al
Procurador de la República y Agentes del Ministerio Público Federal, y cuando la ley
expresamente lo disponga.”
“ARTÍCULO 310. Las notificaciones personales se harán al interesado o a su
representante o procurador, en la casa designada, dejándole copia íntegra, autorizada, de
la resolución que se notifica.- Al Procurador de la República y a los agentes del Ministerio
Público Federal, en sus respectivos casos, las notificaciones personales les serán hechas
a ellos o a quienes los substituyan en el ejercicio de sus funciones, en los términos de la
ley orgánica de la institución.- Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la
primera busca no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio
para que espere, en la casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera,
se le notificará por instructivo, entregando las copias respectivas al hacer la
notificación o dejar el mismo.”
“ARTÍCULO 312. Si, en la casa, se negare el interesado o la persona con quien se
entienda la notificación, a recibir ésta, la hará el notificador por medio de instructivo que
fijará en la puerta de la misma, y asentará razón de tal circunstancia. En igual forma se
procederá si no ocurrieren al llamado del notificador.”
De los preceptos transcritos se desprende que el único supuesto en el que el actuario
judicial está obligado a dejar citatorio, se actualiza cuando se dan las siguientes
circunstancias: a) que se trate de la notificación de la demanda (emplazamiento al juicio);
y, b) que no encuentre al demandado en la primera búsqueda, pero la diligencia se
189

entienda con alguna persona diversa de aquél. De lo anterior se infiere que tratándose de
resoluciones distintas del proveído que ordena emplazar a juicio al demandado, que
también deban notificarse personalmente (en términos del artículo 309 del citado
ordenamiento legal), no existe obligación por parte del actuario de dejar citatorio en caso
de que no encuentre al interesado en la primera búsqueda.
En efecto, en estos casos, la forma en que el actuario debe practicar la notificación,
es mediante cédula que debe dejar en poder de la persona distinta del interesado con
quien entendió la diligencia. Luego, lo que el actuario judicial debe hacer, es constituirse
en la casa o despacho que el interesado haya señalado para recibir notificaciones. Si es el
propio interesado quien atiende su llamado, el actuario judicial deberá practicar la
notificación personal correspondiente. Esta notificación deberá cumplir con las
formalidades precisadas en el punto 4.9.1.1.1. (relativo al emplazamiento cuando el
actuario judicial encuentra al demandado en la primera búsqueda), con excepción de la
relativa a la obligación del actuario judicial de cerciorarse que en el domicilio en el que se
constituyó vive el interesado. Lo anterior, en términos del siguiente criterio:
“NOTIFICACIONES PERSONALES. APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 49 DEL
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL ESTADO DE PUEBLA.- El Libro
Primero, Capítulo Primero del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla
y, concretamente, su artículo 49, sólo enumera las formalidades a que debe sujetarse la
primera notificación, que por su naturaleza es personal; es decir, en este capítulo, no hay
disposición que contemple los requisitos que deben satisfacer las notificaciones
personales, diversas a la primera; razón por la que esa laguna debe subsanarse aplicando
analógicamente las formalidades para aquélla, que permitan establecer la certeza de una
notificación legal. Estas formalidades son las que se contienen en el citado precepto (con
excepción de la mencionada en su fracción II, dado que la obligación del diligenciario de
cerciorarse plenamente, que en la casa designada se halla el domicilio de la persona que
ha de ser notificada, es un requisito que sólo se justifica tratándose del emplazamiento,
pues si las notificaciones personales posteriores, se practican en el mismo lugar, no hay
ninguna razón para que el notificador se vuelva a cerciorar que ahí vive el demandado; y si
se trata de un domicilio convencional que éste señaló, también carece de sentido que el
diligenciario satisfaga tal requisito). La anterior solución es la correcta jurídicamente, pues
es principio de lógica formal y de hermenéutica jurídica que "donde existe la misma razón
de la ley, debe existir la misma disposición". Luego, si las formalidades que la ley civil
establece para la primera notificación se encaminan a dar al particular una garantía de
seguridad jurídica, consistente en que las consecuencias y efectos legales derivados de
esa primera diligencia, se den una vez que el afectado sea notificado con las formalidades
previstas en la misma Ley; lógicamente, las ulteriores notificaciones que se señalan como
personales deben practicarse respetando esa misma garantía y, por consecuencia, deben
190

ajustarse a las formalidades que permitan establecer la certeza de una notificación


legal.”78[1]
Por otra parte, en el caso de que sea una persona distinta del interesado la que
atienda el llamado del actuario judicial, éste le entregará cédula de notificación y levantará
la razón correspondiente. En el supuesto de que el interesado o una persona distinta de
éste se niegue a recibir la documentación, el funcionario judicial de que se trata levantará
una razón en la que hará constar tal circunstancia y, una vez hecho lo anterior, practicará
la notificación mediante lista que fijará en los estrados del órgano jurisdiccional. Esto
último, en términos del artículo 1070 del Código de Comercio, que dice:
“Art. 1070. En el caso de que en el documento base de la acción se haya pactado
domicilio convencional para recibir las notificaciones, si se acude a realizar la notificación
personal en dicho domicilio y éste no corresponde al de la demandada, se procederá a la
notificación por edictos sin necesidad de recabar el informe a que se refieren los párrafos
anteriores.- Mientras un litigante no hiciere substitución del domicilio en donde se deban
practicar las diligencias o notificaciones personales, seguirán haciéndose en el que para
tal fin hubiere señalado. El notificador tendrá la obligación de realizarlas en el
domicilio señalado, y en caso de no existir el mismo o de negativa a recibirlas, lo
deberá hacer constar en autos para que surtan efectos así como las subsecuentes,
por publicación en el boletín, gaceta o periódico judicial o en los estrados de los
tribunales, además de que las diligencias en que dicha parte debiere tener intervención
se practicarán en el local del juzgado sin su presencia.”

4.9.1.3. Notificación personal por comparecencia.


La notificación por comparecencia en los juicios mercantiles, se hace de la misma
forma en que se practica este mismo tipo de notificación en los juicios civiles. En tales
condiciones, con el objeto de evitar repeticiones innecesarias, se remite al alumno al
apartado número 4.7.1.4.

4.9.2. Notificaciones por lista.

4.9.2.1. Procedencia
El artículo 1069 del Código de Comercio, en lo conducente, dispone:
“Art. 1069. Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia judicial,
deben designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les hagan las
notificaciones y se practiquen las diligencias que sean necesarias. Igualmente deben

78[1]
Jurisprudencia número 1ª./ J. 14/96, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 156, del Tomo III, Junio de 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
IUS 2004, núm. reg. 200414
191

designar el domicilio en que ha de hacerse la primera notificación a la persona o personas


contra quienes promueven.- Cuando un litigante no cumpla con la primera parte de
este artículo las notificaciones se harán conforme a las Reglas para las
notificaciones que no deban ser personales. Si no se designare domicilio de la
contraparte, se le requerirá para que lo haga, y si lo ignoran se procederá en los términos
del artículo siguiente.”
Del precepto transcrito se desprende, en lo que aquí interesa, que los litigantes, en
su primer escrito, deben señalar domicilio para oír notificaciones. En caso de
incumplimiento a tal obligación, las notificaciones se practicarán conforme a las reglas
para las notificaciones que no deban ser personales. Al respecto, el artículo 1070 del
mismo ordenamiento legal, en lo conducente, dispone:
“Art. 1070. Mientras un litigante no hiciere substitución del domicilio en donde se
deban practicar las diligencias o notificaciones personales, seguirán haciéndose en el que
para tal fin hubiere señalado. El notificador tendrá la obligación de realizarlas en el
domicilio señalado, y en caso de no existir el mismo o de negativa a recibirlas, lo deberá
hacer constar en autos para que surtan efectos así como las subsecuentes, por
publicación en el boletín, gaceta o periódico judicial o en los estrados de los tribunales,
además de que las diligencias en que dicha parte debiere tener intervención se practicarán
en el local del juzgado sin su presencia.”
De la anterior transcripción se desprende que si por las circunstancias previstas en el
propio precepto, no se puede practicar una notificación en forma personal, ésta se hará
por publicación en el boletín, gaceta o periódico judicial o en los estrados de los tribunales.
Al respecto, ya se dijo que en los órganos jurisdiccionales federales no se editan tales
publicaciones. Luego, la forma en que deben practicarse las notificaciones que no sean
personales, es mediante lista que se fija en los estrados del órgano jurisdiccional o en un
lugar visible para el público en general.
Por otra parte, si bien el Código de Comercio prevé la notificación por edictos; sin
embargo, dicho ordenamiento legal no establece la forma en que deben practicarse las
notificaciones en caso de que, después de haber hecho la notificación mediante edictos, la
persona interesada no haya comparecido al juicio correspondiente. Por tanto, debe
estarse a lo dispuesto por el Código Adjetivo Federal. El artículo 315 de este código,
establece:
“ARTÍCULO 315. Cuando hubiere que citar a juicio a alguna persona que haya
desaparecido, no tenga domicilio fijo o se ignore dónde se encuentra, la notificación se
hará por edictos, que contendrán una relación sucinta de la demanda, y se publicarán por
tres veces, de siete en siete días, en el "Diario Oficial" y en uno de los periódicos diarios
de mayor circulación en la República, haciéndosele saber que debe presentarse dentro del
término de treinta días, contados del siguiente al de la última publicación. Se fijará,
además, en la puerta del tribunal, una copia integra de la resolución, por todo el tiempo del
emplazamiento. Si, pasado este término, no comparece por sí, por apoderado o por
192

gestor que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía, haciéndosele las


ulteriores notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá
contener, en síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.”
De la anterior transcripción se desprende, en lo que aquí interesa, que si la persona a
la que se le notificó mediante edictos no comparece (por sí, por apoderado o gestor) al
órgano jurisdiccional, el juicio se seguirá en rebeldía y las notificaciones subsecuentes que
se le deban hacer, se practicarán mediante lista.
De lo hasta aquí expuesto se desprende que procede notificar por lista: a) las
resoluciones que, conforme a la ley, no deben notificarse en forma personal; b) las
resoluciones que debiéndose notificar en forma personal, no puedan notificarse de
ese modo con motivo de que el domicilio señalado por el litigante no exista o
porque el interesado o las personas distintas de éste se nieguen a recibir la
notificación; y, c) las resoluciones que deban notificarse al demandado que fue
declarado en rebeldía con motivo de que no compareció al órgano jurisdiccional
dentro del término de treinta días contados a partir del siguiente al de la publicación
del último edicto.

4.9.2.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por lista.


El Código de Comercio no establece la hora en que debe fijarse la lista. No obstante,
el artículo 1064 de dicho ordenamiento legal dispone que las actuaciones judiciales deben
practicarse en días y horas hábiles, entendiendo por estas últimas las comprendidas entre
las siete y las diecinueve horas.
Sobre el particular, debe decirse que aun cuando el referido precepto dice que son
horas hábiles las comprendidas entre las siete y las diecinueve horas, los actuarios
judiciales deben tener presente que el acceso al público en general a los órganos
jurisdiccionales suele ser de las nueve a las quince horas. Asimismo, deben tomar en
cuenta que, conforme a la ley, las notificaciones surten sus efectos legales al día siguiente
del día en que se practican. En tales condiciones, resulta conveniente que la lista de
notificación se fije lo más temprano posible, a efecto de que los litigantes que ingresen al
órgano jurisdiccional a las nueve horas puedan consultarla.
De acuerdo con lo antes expuesto, se estima que la lista de notificación debe
contener los siguientes datos (ver anexo 26):
1.- La mención de que se trata de una lista.
2.- Denominación del órgano jurisdiccional.
3.- Fecha y hora de la publicación de la lista.
4.- El número de juicio o recurso.
5.- La parte o partes a las que está dirigida la notificación.
6.- Fecha del acuerdo que se notifica.
7.- Síntesis de la resolución que se notifica.
8.- Firma del funcionario judicial responsable de la publicación.
193

Ahora bien, de toda notificación debe quedar constancia en autos. Esto es así, pues
tal constancia es la que acredita que una resolución se hizo del conocimiento de los
interesados en términos de ley. En tales condiciones, debe levantarse la razón
correspondiente de la notificación por lista, razón que deberá agregarse a los autos del
juicio de que se trate. La misma debe contener, por los menos, la siguiente información
(ver anexo 27):
1.- Nombre y apellidos del actuario judicial.
2.- La hora y fecha en que se fijó la lista.
3.- Fecha del proveído que se notificó mediante lista.
4.- La parte o partes a las que se notificó por este medio.
5.- Firma del actuario judicial.
En la práctica, para levantar la razón correspondiente se emplean sellos que debe
llenar el actuario judicial. Tales sellos deben contener los datos antes mencionados.

ANEXO 26

NOTIFICACIÓN POR LISTA

JUZGADO _________ DE DISTRITO _________

LISTA DE NOTIFICACIÓN PUBLICADA A LAS NUEVE HORAS DEL CATORCE


DE ENERO DE 2005.

No. JUICIO PARTE FECHA SÍNTESIS


MERCANTIL DE LA DE
RESOLUCIÓN RESOLUCIÓN

1 11/2004 Xóchitl 13 de Se tiene


Arenas García, enero de 2005 por autorizado
actor. en términos
amplios al Lic.
José Estrada
Mena.

2 14/2004 Antonio 13 de Se tiene


Gutiérrez enero de 2005 como su
Flores, apoderado al
194

demandado. Lic. Rubén


Ortega Meza.

3 23/2004 Guadalupe 13 de Se
Ruiz Castro, enero de ordena expedir
representante 2005 las copias
de la certificadas
demandada que solicitó, a
“Tabaco de su costa.
México” S.A.
DE C.V.

Sello
LICENCIADO _______________
del
EL ACTUARIO JUDICIAL (FIRMA)
juzgado

ANEXO 27

RAZÓN DE LA NOTIFICACIÓN POR LISTA


S
E
L
L En ___________ de ____________ de dos mil___________, a las nueve horas, se
O
O
notificó por lista a __________________, el auto de _________ de ______________ de
dos mil _______, de conformidad con la fracción II del artículo 1068 del Código de
Comercio. Doy fe.
195

Licenciado _____________________
Actuario Judicial (Firma)

En ______ de _______ de dos mil __________, se tiene por hecha la notificación de


S
E la resolución que antecede. Lo anterior, con fundamento en el artículo 1068, fracción II del
L
L Código de Comercio.- Doy fe.
O
O

Licenciado _____________________
Actuario Judicial (Firma)

En __________ del mes de ___________ de dos mil cuatro, surtió sus efectos la
S notificación a que se refiere la razón anterior, conforme al artículo 1075 del Código de
E
L Comercio.- Doy fe.
L
O Licenciado________________________
Actuario judicial (Firma)

4.9.3. Notificaciones por edictos.

4.9.3.1. Procedencia.
Los artículos 1070 y 1070 Bis del Código de Comercio, estatuyen:
“Art. 1070. Cuando se ignore el domicilio de la persona que debe ser notificada, la
primera notificación se hará publicando la determinación respectiva tres veces
consecutivas en un periódico de circulación amplia y de cobertura nacional y en un
periódico local del Estado o del Distrito Federal en que el comerciante deba ser
demandado.- Previamente a la notificación por edictos en términos del párrafo anterior, el
juez ordenará recabar informe de una autoridad o una institución pública que cuente con
registro oficial de personas. Bastará el informe de una sola autoridad o institución para que
proceda la notificación por edictos.- La autoridad o institución proporcionará los datos de
identificación y el último domicilio que aparezca en sus registros de la persona buscada.
Esta información no queda comprendida dentro del secreto fiscal o de alguna otra reserva
que las autoridades o instituciones estén obligadas a observar conforme a las
disposiciones que las rige.- Cuando la autoridad o institución proporcione información de
diversas personas con el mismo nombre, la parte actora podrá hacer las observaciones y
aclaraciones pertinentes para identificar el domicilio que corresponda a la persona
buscada o, en su caso, para desestimar domicilios proporcionados. El juez revisará la
196

información presentada así como las observaciones hechas por la parte actora y resolverá
lo conducente.”
“Art. 1070 Bis.- Las instituciones y autoridades estarán obligadas a proporcionar la
información a que se refiere el artículo 1070 de este Código, en un plazo no mayor a
treinta días hábiles y, en caso de no hacerlo, la autoridad judicial dictará las medidas de
apremio correspondientes a la persona o funcionario responsables de contestar los
informes, sin perjuicio de las responsabilidades en que incurran por su incumplimiento,
derivadas de la legislación aplicable a los servidores públicos.”
De las disposiciones transcritas se desprende que la notificación por edictos procede
cuando se ignore el domicilio de la persona que debe ser notificada. Previamente a
practicar este tipo de notificación, es requisito indispensable que el juez haya ordenado
recabar informe de una autoridad o institución pública que cuente con registro oficial de
personas (por ejemplo, el Instituto Federal Electoral). Además, el informe correspondiente
debe ser en el sentido de que no se encontró domicilio a nombre de la persona buscada.
Dicho informe debe agregarse a los autos del juicio de que se trate.

4.9.3.2. Procedimiento para practicar las notificaciones por edictos.


Una vez que se surte la hipótesis de procedencia de la notificación por edictos, y
satisfecho el requisito previo necesario para su práctica, este tipo de notificación debe
practicarse en términos del artículo 1070 del Código de Comercio, que establece que la
resolución correspondiente se publicará tres veces consecutivas (lo que implica que deban
ser seguidas) en un periódico de circulación amplia y de cobertura nacional y en un
periódico local del Distrito Federal o del estado en el que se tramite el juicio.

4.9.4.1. Procedencia.
El artículo 1071 del Código de Comercio, en lo que interesa, dispone:
“Art. 1071. Cuando haya de notificarse o citarse a una persona residente fuera del
lugar del juicio, se hará la notificación o citación por medio de despacho o exhorto al juez
de la población en que aquélla residiere, los que podrán tramitarse por conducto del
interesado si éste lo pidiere.- El auxilio que se solicite se efectuará únicamente por medio
de las comunicaciones señaladas dirigidas al órgano que deba prestarlo y que contendrá:
I. La designación del órgano jurisdiccional exhortante; II. La del lugar o población en que
tenga que llevarse a cabo la actividad solicitada, aunque no se designe la ubicación del
tribunal exhortado; III. Las actuaciones cuya práctica se interesa, y IV. El término o plazo
en que habrán de practicarse las mismas.- En el caso de que la actuación requerida a
otro órgano jurisdiccional, o a otra autoridad de cualquier índole, de la que debiera
enviarse exhorto, oficio, o mandamiento, se considere de urgente práctica, podrá
formularse la petición por telex, telégrafo, teléfono, remisión facsimilar o por
cualquier otro medio, bajo la fe del Secretario, quien hará constar la persona con la
cual se entendió en la comunicación, la hora de la misma y la solicitud realizada,
197

con la obligación de confirmarla en despacho ordinario que habrá de remitirse el


mismo día o al siguiente. Del empleo de los medios de comunicación indicados se
dejará razón en el expediente, así como de las causas para considerarlo urgente.”
De la disposición transcrita se desprende que en los casos en que exista urgencia
por notificar una resolución, citar a una persona o practicar una actuación, el titular del
órgano jurisdiccional ante el que se tramita el juicio mercantil, podrá solicitar al titular de
otro órgano jurisdiccional o a otra autoridad de cualquier índole, mediante fax, telégrafo,
telex o por cualquier otro medio, que haga la notificación o citación correspondiente, o
practique la actuación respectiva. Del medio de comunicación que se emplee, deberá dar
fe el secretario, quien levantará una constancia en la que hará constar el nombre de la
persona con quien entendió la comunicación, la hora de la misma y la solicitud realizada.
La razón de que se trata deberá agregarse a los autos del juicio mercantil correspondiente.
Cabe precisar que el mismo día en que se haya enviado la solicitud correspondiente, o a
más tardar al día siguiente, deberá remitirse al órgano jurisdiccional o a la autoridad a la
que se le formuló la solicitud, el exhorto o despacho que proceda.

4.10. Notificaciones en los juicios ejecutivos mercantiles.


Según se dijo antes, con excepción de las reglas conforme a las que debe notificarse
el auto por el que se admite a trámite la demanda en un juicio ejecutivo mercantil (auto de
exeqüendo), los tipos de notificaciones y la forma en que éstas deben practicarse
coinciden con las notificaciones que se hacen en los juicios ordinarios mercantiles. Atento
lo anterior, en este apartado únicamente se expondrá la forma en que debe notificarse la
demanda en los juicios ejecutivos mercantiles, lo que implica, necesariamente, exponer la
manera en que debe diligenciarse el auto de exeqüendo.
El artículo 1392 del Código de Comercio dispone:
“Art. 1392. Presentada por el actor su demanda acompañada del título ejecutivo, se
proveerá auto, con efectos de mandamiento en forma, para que el deudor sea requerido
de pago, y no haciéndolo se le embarguen bienes suficientes para cubrir la deuda, los
gastos y costas, poniéndolos bajo la responsabilidad del acreedor, en depósito de persona
nombrada por éste.”
Como se ve, en el auto por el que se admite a trámite la demanda con la que se inicia
el juicio ejecutivo mercantil, se ordena requerir de pago al deudor. Sólo en el caso de que
éste no pague, se le embargarán bienes suficientes para cubrir la deuda, los gastos y las
costas. Los bienes embargados se pondrán bajo responsabilidad del acreedor, quien
designará depositario de aquéllos.
En este orden de ideas, una vez dictado el auto de exeqüendo, el actuario judicial
deberá constituirse en el domicilio del deudor. Los datos para ubicar este domicilio deben
ser proporcionados por el actor, pues así lo establece el artículo 1069 del Código de
Comercio que, en lo conducente, dice:
198

“Art. 1069. Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia judicial,
deben designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les hagan las
notificaciones y se practiquen las diligencias que sean necesarias. Igualmente deben
designar el domicilio en que ha de hacerse la primera notificación a la persona o personas
contra quienes promueven.”
Cabe precisar que el actuario judicial, al constituirse en el domicilio que el actor
señaló como el indicado para requerir de pago al deudor, debe cerciorarse de que en ese
domicilio efectivamente puede ser emplazado el demandado. Para ello, deberá asentar en
la razón correspondiente, los datos que corroboren que se constituyó en el domicilio
correcto, tales como el nombre de la calle, el número de la casa y la manifestación de la
persona con quien entendió la diligencia, en el sentido de que en ese domicilio vive el
deudor. Esta obligación se desprende del artículo 311 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, aplicado supletoriamente al Código de Comercio. Dicho precepto
establece:
“ARTÍCULO 311. Para hacer una notificación personal, y salvo el caso previsto en el
artículo 307, se cerciorará el notificador, por cualquier medio, de que la persona que
deba ser notificada vive en la casa designada, y, después de ello, practicará la
diligencia, de todo lo cual asentará razón en autos.”
4.10. Notificaciones en los juicios ejecutivos mercantiles.
Según se dijo antes, con excepción de las reglas conforme a las que debe notificarse
el auto por el que se admite a trámite la demanda en un juicio ejecutivo mercantil (auto de
exeqüendo), los tipos de notificaciones y la forma en que éstas deben practicarse
coinciden con las notificaciones que se hacen en los juicios ordinarios mercantiles. Atento
lo anterior, en este apartado únicamente se expondrá la forma en que debe notificarse la
demanda en los juicios ejecutivos mercantiles, lo que implica, necesariamente, exponer la
manera en que debe diligenciarse el auto de exeqüendo.
El artículo 1392 del Código de Comercio dispone:
“Art. 1392. Presentada por el actor su demanda acompañada del título ejecutivo, se
proveerá auto, con efectos de mandamiento en forma, para que el deudor sea requerido
de pago, y no haciéndolo se le embarguen bienes suficientes para cubrir la deuda, los
gastos y costas, poniéndolos bajo la responsabilidad del acreedor, en depósito de persona
nombrada por éste.”
Como se ve, en el auto por el que se admite a trámite la demanda con la que se inicia
el juicio ejecutivo mercantil, se ordena requerir de pago al deudor. Sólo en el caso de que
éste no pague, se le embargarán bienes suficientes para cubrir la deuda, los gastos y las
costas. Los bienes embargados se pondrán bajo responsabilidad del acreedor, quien
designará depositario de aquéllos.
En este orden de ideas, una vez dictado el auto de exeqüendo, el actuario judicial
deberá constituirse en el domicilio del deudor. Los datos para ubicar este domicilio deben
199

ser proporcionados por el actor, pues así lo establece el artículo 1069 del Código de
Comercio que, en lo conducente, dice:
“Art. 1069. Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia judicial,
deben designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les hagan las
notificaciones y se practiquen las diligencias que sean necesarias. Igualmente deben
designar el domicilio en que ha de hacerse la primera notificación a la persona o personas
contra quienes promueven.”
Cabe precisar que el actuario judicial, al constituirse en el domicilio que el actor
señaló como el indicado para requerir de pago al deudor, debe cerciorarse de que en ese
domicilio efectivamente puede ser emplazado el demandado. Para ello, deberá asentar en
la razón correspondiente, los datos que corroboren que se constituyó en el domicilio
correcto, tales como el nombre de la calle, el número de la casa y la manifestación de la
persona con quien entendió la diligencia, en el sentido de que en ese domicilio vive el
deudor. Esta obligación se desprende del artículo 311 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, aplicado supletoriamente al Código de Comercio. Dicho precepto
establece:
“ARTÍCULO 311. Para hacer una notificación personal, y salvo el caso previsto en el
artículo 307, se cerciorará el notificador, por cualquier medio, de que la persona que
deba ser notificada vive en la casa designada, y, después de ello, practicará la
diligencia, de todo lo cual asentará razón en autos.”

ANEXO 28

JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL


EXPEDIENTE: __________________

En México, Distrito Federal, a las ___________horas con _________ minutos, del


_______ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado (a) _____________,
Actuario Judicial adscrito al Juzgado ______________, asociado del licenciado Jorge
Pérez López, actor en el referido juicio, nos constituimos con las formalidades de ley, en el
domicilio ubicado en ________________. Cerciorado de que nos encontramos en el
domicilio correcto, por así advertirlo de la nomenclatura de la calle y del número exterior
del inmueble, toqué la puerta del mismo y fui atendido por quien dijo llamarse Pedro
Ramírez González, esto es, el propio interesado, ante quien me identifiqué e informé el
motivo de mi visita. Enseguida, solicité a dicha persona que se identificara, lo que hizo
mediante _____________, la cual contiene su nombre y una fotografía que concuerda con
sus rasgos fisonómicos, misma que le devolví por ser innecesaria su retención. Hecho lo
anterior, procedí a requerirlo para que pague de inmediato la cantidad de $30,000.00
(treinta mil pesos 00/100 m.n.) que reclama el actor en su demanda o para que señale
bienes de su propiedad para embargarlos, a fin de garantizar la cantidad que se le
200

reclama, apercibido de que si no señala tales bienes, el señalamiento correspondiente


será hecho por el actor. A lo anterior, Pedro Ramírez González manifestó que no hará el
pago de lo que se le reclama, en virtud de que no es cierto que deba esa cantidad de
dinero. Asimismo, para garantizar la prestación que se le reclama, señaló los siguientes
bienes: a) una televisión de veintinueve pulgadas, marca Sony, con número de serie
0515YB47, color gris con negro, de las conocidas como de pantalla plana; b) una
computadora de las conocidas como Laptop marca HP, modelo 567DN, con número de
serie 8924XY34, color azul, que se encuentra en buenas condiciones; y, c) una impresora
marca HP LaserJet 23000dn, con número de serie 4567UV77, color arena, que se
encuentra en buenas condiciones.

El suscrito actuario estima que los bienes señalados por Pedro Ramírez González
son suficientes para garantizar la prestación que se le reclama. Por tanto, se traba formal
embargo sobre los bienes antes descritos, en cuanto basten para garantizar la prestación
reclamada. Acto seguido, requiero al actor para que nombre depositario de los bienes
embargados. El actor Jorge Pérez López manifestó que nombra como depositario al
propio demandado, esto es, a Pedro Ramírez González, lo que se hace de su
conocimiento. Enseguida, emplazo a juicio al demandado Ramírez González, corriéndole
traslado con la demanda y sus anexos. Asimismo, le hago entrega de la cédula que
contiene transcripción del auto de treinta de marzo de dos mil cuatro y copia de la
presente acta, y le hago saber que cuenta con el término de cinco días para ocurrir al
juzgado a hacer pago de la prestación que se le reclama o a oponer las excepciones que
estime procedentes. A lo anterior, Pedro Ramírez González manifestó que queda
debidamente enterado y que recibe las copias aludidas y la cédula.
Hecho lo anterior, se da por concluida la presente diligencia firmando los que en ella
intervinieron.

____________________________________
Firma del actor
(Nombre, apellidos y rúbrica).

____________________________________
Firma del demandado
(Nombre, apellidos y rúbrica).

_________________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica)
201

4.10.2. Diligenciación del auto de exeqüendo cuando el actuario judicial, en la


primera búsqueda, no encuentra al deudor, su representante legal o apoderado.
El artículo 1393 del Código de Comercio, estatuye:
“Art. 1393. No encontrándose el deudor a la primera busca en el inmueble señalado
por el actor, pero cerciorado de ser el domicilio de aquél, se le dejará citatorio fijándole
hora hábil, dentro de un lapso comprendido entre las seis y las setenta y dos horas
posteriores, y si no aguarda, se practicará la diligencia de embargo con los parientes,
empleados o domésticos del interesado, o cualquier otra persona que viva en el domicilio
señalado, siguiéndose las reglas del Código Federal de Procedimientos Civiles, respecto
de los embargos.”
De la disposición transcrita se desprende que si en la primera búsqueda no se
encuentra al deudor, el actuario judicial, una vez cerciorado de que el domicilio en el que
se constituyó vive el demandado, entregará citatorio a la persona con quien haya
entendido la diligencia, en el que fijará el día y la hora en que volverá a constituirse para
practicar la diligencia correspondiente. El funcionario judicial de que se trata debe
constituirse nuevamente en el domicilio del deudor entre las seis y las setenta y dos horas
posteriores a aquella en que haya dejado el citatorio.
Si al constituirse nuevamente en el domicilio del deudor, el actuario judicial encuentra
a éste, practicará la diligencia en los términos precisados en el apartado anterior. Por otra
parte, si no encuentra al interesado, pero es atendido por algún pariente, empleado o
doméstico de aquél, o por cualquier persona que viva en el domicilio del deudor, practicará
el embargo con la persona que haya atendido su llamado. Lo anterior, en términos del
artículo 1393 del Código de Comercio, que dice:
“Art. 1393. No encontrándose el deudor a la primera busca en el inmueble señalado
por el actor, pero cerciorado de ser el domicilio de aquél, se le dejará citatorio fijándole
hora hábil, dentro de un lapso comprendido entre las seis y las setenta y dos horas
posteriores, y si no aguarda, se practicará la diligencia de embargo con los parientes,
empleados o domésticos del interesado, o cualquier otra persona que viva en el
domicilio señalado, siguiéndose las reglas del Código Federal de Procedimientos
Civiles, respecto de los embargos.”
En relación con lo anterior, el artículo 437 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 437. El derecho a designar los bienes que han de embargarse en el
orden establecido en el artículo anterior, corresponde al deudor; y sólo que éste se niegue
a hacerlo o que esté ausente, podrá ejercerlo el actor.”
De la disposición transcrita se infiere que en los casos en que la diligencia de
embargo se practique con un pariente, empleado o doméstico del deudor, o con cualquier
persona que viva en el domicilio de aquél, el derecho a señalar los bienes sobre los que se
202

trabará embargo, corresponde al actor. Esto es así, pues en estos casos el deudor está
ausente. Además, debe decirse que el hecho de que la diligencia de embargo no se
entienda con el deudor, con su apoderado o representante legal, no constituye obstáculo
para que el actuario judicial haga el requerimiento de pago correspondiente a la persona
con quien entienda la diligencia. Se afirma lo anterior, pues el artículo 433 del Código
Federal de Procedimientos Civiles, dice:
“ARTÍCULO 433. No verificado el pago, sea que la diligencia se haya o no entendido
con el ejecutado, se procederá al embargo de bienes, en el mismo domicilio del
demandado o en el lugar en se se encuentren los que han de embargarse.”
En otro orden de ideas, el segundo párrafo del artículo 432 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, estatuye:
“Artículo 432. Cuando se encontrare cerrada la casa o se impidiere el acceso a ella,
el ejecutor judicial requerirá el auxilio de la policía, para hacer respetar la determinación
judicial, y hará que, en su caso, sean rotas las cerraduras, para poder practicar el embargo
de bienes que se hallen dentro de la casa.”
De la disposición transcrita se desprende que cuando el deudor, con el objeto de
impedir que se lleve a cabo la diligencia de embargo, no permite el acceso a su domicilio,
se puede requerir el auxilio de la policía quien, en su caso, puede romper las cerraduras.
Al respecto, debe decirse que en caso de oposición del deudor, lo que debe hacer el
actuario judicial es levantar una razón en la que haga constar que se constituyó en el
domicilio del deudor a efecto de diligenciar el auto de exeqüendo, y que tal diligencia no
pudo practicarse en virtud de que el deudor no permitió el acceso a su casa. Con dicha
razón deberá darse cuenta al titular del órgano jurisdiccional quien, con fundamento en el
artículo 432 del Código Federal de Procedimientos Civiles, podrá solicitar el auxilio de la
fuerza pública, con el objeto de que con su ayuda el actuario judicial pueda diligenciar el
referido auto.
Es muy importante apuntar aquí que los actuarios judiciales no deben, motu proprio,
solicitar el auxilio de la fuerza pública con el objeto de practicar el embargo
correspondiente. Esto es así, pues el único facultado para hacer tal solicitud, es el titular
del órgano jurisdiccional.

4.11. Incidente de nulidad de notificaciones promovido en contra del


emplazamiento practicado en juicios ejecutivos mercantiles.
En los juicios mercantiles, el incidente de nulidad de notificaciones debe promoverse
conforme a las disposiciones contenidas en el Código Federal de Procedimientos Civiles.
Los supuestos de procedencia de dicho incidente y sus efectos se expusieron en el punto
4.6. Por tal motivo, con el objeto de evitar repeticiones innecesarias, se remite al alumno a
dicho apartado.
Ahora bien, ya se vio que la diligenciación del auto de exeqüendo, consta de tres
etapas distintas, a saber: a) requerimiento de pago; b) embargo de bienes; y, c)
203

emplazamiento a juicio. Es decir, el emplazamiento al juicio se da una vez concluido el


embargo correspondiente. A este respecto, cabe preguntarse: ¿qué pasa si el deudor
promueve incidente de nulidad de notificación en contra del emplazamiento practicado en
un juicio ejecutivo mercantil, y tal incidente resulta fundado?, ¿qué efecto tiene la
interlocutoria correspondiente?
Pues bien, el efecto de la referida interlocutoria será que se deje insubsistente en su
totalidad la diligencia en la que se desahogó el auto de exeqüendo, esto es, la fase del
requerimiento, la del embargo y la del emplazamiento propiamente dicha. Esto es así,
pues tales fases se encuentran estrechamente vinculadas, y si el emplazamiento se
practicó en forma defectuosa, esto trasciende a las otras dos fases. Este aserto se
corrobora con el siguiente criterio:
“EMPLAZAMIENTO EN JUICIOS EJECUTIVOS MERCANTILES, NULIDAD DEL,
COMPRENDE AL REQUERIMIENTO Y EMBARGO PRACTICADOS.- Conforme a lo
dispuesto en los artículos 1392, 1393, 1394 y 1396 del Código de Comercio, 111 y 112 del
Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, de aplicación supletoria, el
requerimiento de pago y embargo hechos al deudor demandado, necesariamente
requieren para su legal existencia de su notificación en la forma establecida en la ley,
notificación que no es otra cosa que el emplazamiento a que aluden los preceptos en cita,
al cual aquéllos, pese a ser actos jurídicos distintos, se encuentran estrechamente
vinculados; luego la nulidad de este último, que entraña la inobservancia del requisito a
que se encuentran sujetos los aludidos requerimiento y embargo, lógicamente trasciende a
los mismos, sin que sea óbice para ello el hecho de que cronológicamente se hubieran
practicado con anterioridad y en forma sucesiva en la misma diligencia, al indicado
emplazamiento.”79[1]

4.12. Notificaciones en materia de concursos mercantiles.


La Ley de Concursos Mercantiles no tiene un capítulo relativo a las notificaciones,
esto es, no tiene un apartado que de manera específica regule los tipos de notificaciones y
los supuestos de procedencia de cada uno de ellos. Por otra parte, si bien hay algunas
disposiciones de dicho ordenamiento legal que aluden a la notificación personal, sin
embargo, aquéllas no establecen la forma en que ésta debe practicarse, ni cuándo surten
sus efectos jurídicos. En tales condiciones, para lo relativo a las notificaciones en materia
de concursos mercantiles, debe atenderse el Código de Comercio y el Código Federal de
Procedimientos Civiles. Lo anterior, con fundamento en el artículo 8 de la Ley de
Concursos Mercantiles. Este precepto estatuye:
“ARTÍCULO 8. Son de aplicación supletoria a este ordenamiento, en el orden
siguiente: I. El Código de Comercio; II. La legislación mercantil; III. Los usos mercantiles
79[1]
Jurisprudencia número 1ª./J. 28/96, sustentada por la Primer Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 207, del Tomo IV, octubre de 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 200390.
204

especiales y generales; IV. El Código Federal de Procedimientos Civiles, y V. El Código


Civil en materia federal.”
De acuerdo con lo antes expuesto, los tipos de notificaciones y la forma en que éstas
deben practicarse en los concursos mercantiles, coincide con lo expuesto en los apartados
anteriores, relativo a las notificaciones en materia mercantil. De aquí que el alumno deba
remitirse a tales apartados.
Debe quedar claro que si bien la Ley de Concursos Mercantiles no regula las
notificaciones; sin embargo, hay diversas disposiciones que establecen las resoluciones
que deben notificarse en forma personal. En efecto, los artículos 26, 44, 48, 53 y 256 de
dicho ordenamiento legal, en lo conducente, estatuyen:
“Artículo 26.- Admitida la demanda de concurso mercantil, el juez mandará citar
al Comerciante, concediéndole un término de nueve días para contestar. El
Comerciante deberá ofrecer, en el escrito de contestación, las pruebas que esta Ley le
autoriza. . .”
“Artículo 44.- Al día siguiente de que se dicte sentencia que declare el concurso
mercantil, el juez deberá notificarla personalmente al Comerciante, al Instituto, al
visitador, a los acreedores cuyos domicilios se conozcan y a las autoridades fiscales
competentes, por correo certificado o por cualquier otro medio establecido en las leyes
aplicables.”
“Artículo 48.- La sentencia que declare que no es procedente el concurso mercantil,
ordenará que las cosas vuelvan al estado que tenían con anterioridad a la misma, y el
levantamiento de las providencias precautorias que se hubieren impuesto o la liberación
de las garantías que se hayan constituido para evitar su imposición. La sentencia deberá
ser notificada personalmente al Comerciante y, en su caso, a los acreedores que lo
hubieren demandado. Al Ministerio Público se le notificará por oficio.”
“Artículo 53.- La sentencia de revocación del concurso mercantil se notificará y
publicará en términos de los anteriores artículos 44 y 45 y se estará, en lo conducente, a lo
dispuesto en el artículo 48 de esta Ley.”
“Artículo 256.- Recibida la demanda de concurso mercantil, el juez deberá
emplazar a quien tenga encomendada la administración de la institución
concediéndole un término de nueve días para contestar. En su escrito de
contestación, el encargado de la administración deberá de ofrecer las pruebas que esta
Ley le autoriza.- Al día siguiente de que el juez reciba la contestación dará vista de ella al
actor para que dentro de un término de tres días manifieste lo que a su derecho convenga
y, en su caso, adicione su ofrecimiento de pruebas.”
De las disposiciones transcritas se desprende que deben notificarse personalmente:
a) el auto que ordena emplazar a juicio a las partes; b) la sentencia que declara el
concurso mercantil y la que establece que no es procedente dicho concurso; y, c) el fallo
dictado en el recurso de apelación, que revoca la sentencia de primera instancia en la que
se declaró el concurso mercantil.
205

4.13. Criterios relacionados con las notificaciones que se practican en las


materias civil y mercantil.
Además de los criterios que se citaron al desarrollar los temas relativos a las
notificaciones en los procesos civiles y juicios mercantiles, es necesario que los actuarios
judiciales, al practicar las notificaciones en tales procesos y juicios, tengan presente los
criterios que a continuación se citan:
“AVALÚO, COMO REQUISITO PARA EL LEGAL ANUNCIO DE VENTA JUDICIAL,
DEBE NOTIFICARSE PERSONALMENTE A LAS PARTES LA RENDICIÓN DEL.- Como
puede advertirse de la redacción del artículo 1411 del Código de Comercio, se establecen
los presupuestos necesarios para el anuncio legal de la venta de los bienes embargados
que serán materia del procedimiento de remate en el juicio mercantil. Tales requisitos son:
1. La presentación de todos los dictámenes de avalúo; y 2. La notificación a las partes
para que concurran al juzgado a imponerse del contenido de los avalúos plasmados en los
dictámenes, entonces ya agregados en autos. Las finalidades perseguidas por tal
notificación, en aras de los intereses comunes a las partes, se centran en lo siguiente: a)
Para que enteradas de la existencia de los avalúos rendidos por los peritos y que obren en
autos, si lo consideran conveniente, concurran al juzgado; y b) Que al apersonarse, en su
caso, en el local del juzgado, se impongan del contenido de los dictámenes. La
trascendencia de la posterior decisión de venta judicial, en concordancia con lo que
establece el artículo 1069 del Código de Comercio, en cuanto a la "...práctica de
diligencias que sean necesarias..." determinan la obligación del juzgador de ordenar la
notificación personal a las partes, acerca de la existencia de los avalúos, como
presupuesto para el inicio de una legal venta judicial.”80[1]
“EDICTOS. EL CÓMPUTO DEL PLAZO PARA SU PUBLICACIÓN CON EL FIN DE
ANUNCIAR LA VENTA EN SUBASTA PÚBLICA DE BIENES INMUEBLES, DENTRO
DE UN JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL, DEBE EFECTUARSE CON BASE EN DÍAS
HÁBILES.- La publicación de los edictos en las puertas (estrados) del juzgado u oficinas
fiscales de la localidad por parte del funcionario judicial para anunciar la venta en subasta
pública de bienes inmuebles, constituye una actuación judicial, puesto que se lleva a cabo
en cumplimiento de un acto procesal emitido por el juzgador. En ese tenor, si de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 1064 y 1076, párrafo primero, del Código de
Comercio, las actuaciones judiciales deben practicarse en días hábiles y en ningún
término se contarán los días en que no puedan tener lugar dichas actuaciones, salvo los
casos de excepción señalados por la ley, se concluye que el plazo de nueve días a que se
refiere el diverso numeral 1411 del aludido código, es decir, el lapso durante el cual deben
publicarse tales edictos, debe computarse en días hábiles y no en días naturales, pues
80[1]
Jurisprudencia número 1ª./J. 15/98, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ,
visible en la pág. 131, del Tomo VII, Abril de 1998, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta . IUS 2004, núm. reg. 196555.
206

sostener lo contrario, sería autorizar u obligar a ese funcionario judicial a realizar una
actuación en contravención a aquellos preceptos, lo que resulta inadmisible.”81[2]
“EDICTOS, PUBLICACIÓN DE LOS. TRATÁNDOSE DEL REMATE DE BIENES
RAÍCES DEBE MEDIAR UN LAPSO DE NUEVE DÍAS ENTRE LA PRIMERA Y LA
ÚLTIMA (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 1411 DEL CÓDIGO DE COMERCIO).-
Una correcta interpretación del artículo 1411 del Código de Comercio permite sostener
que tratándose de bienes raíces, su remate se anunciará por tres veces, dentro del plazo
de nueve días, entendiéndose que el primero de los anuncios habrá de publicarse el
primer día del citado plazo y el tercero el noveno, pudiendo efectuarse el segundo de ellos
en cualquier tiempo, ya que su publicación de otra forma reduciría la oportunidad de los
terceros extraños a juicio que pudieran interesarse en la adquisición del bien, para
enterarse de la diligencia, y de que pudieran prepararse adecuadamente para su
adquisición; además debe establecerse que fue intención del legislador distinguir entre el
remate de bienes muebles y el de inmuebles, por lo que otorgó un mayor plazo para el
anuncio de estos últimos, distinción que el juzgador no debe desatender.”82[3]
“NOTIFICACIONES PERSONALES. ALCANCE DEL TÉRMINO
‘CERCIORAMIENTO’ A QUE HACE REFERENCIA EL SEGUNDO PÁRRAFO DEL
ARTÍCULO 69 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE
NUEVO LEÓN.- En términos de lo dispuesto por el segundo párrafo del artículo 69 del
ordenamiento citado, el "cercioramiento" a que alude comprende también la identificación
de las fincas que habitan las personas a las cuales el notificador reconoce con la calidad
de vecinos, pues solamente éstos, y no quien accidentalmente se encuentre en las
cercanías del lugar, donde va a practicarse la diligencia, están en aptitud de informar, por
así disponerlo la ley y por razón de su continua permanencia en la zona, si la persona
interesada vive ciertamente en el lugar designado.”83[4]
“EMPLAZAMIENTO, CERCIORAMIENTO DEFICIENTE DEL DOMICILIO DEL
DEMANDADO.- No es bastante el cercioramiento que efectúa el actuario acerca de que el
domicilio en que practica el emplazamiento es el del demandado, si tal constatación la
realiza apoyándose en que ese es el que proporcionó el actor y porque tiene a la vista la
nomenclatura y número exterior visible de la finca en que actúa, puesto que, para ese fin,
es necesario que, con los atributos propios de su autoridad, se asegure mediante otros
datos que tenga a su alcance, de la efectividad de la designación del domicilio de que se
trata, esto es, debe cerciorarse que a quien pretende llamar a juicio, habita, trabaja o tiene

81[2]
Jurisprudencia número 1ª./J. 72/2002, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 99, del Tomo XVII, Enero de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 185183.
82[3]
Jurisprudencia número 1ª./J. 52/98, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 168, del Tomo VIII, Septiembre de 1998, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 195572.
83[4]
Jurisprudencia número IV.2o.C. J/6, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Cuarto
Circuito, visible en la pág. 1446, del Tomo XX, Julio de 2004, Novena Época del Judicial de la Federación y su Gaceta.
IUS 2004, núm. reg. 181094.
207

su domicilio en la casa o local señalado en autos para hacer la notificación; por tanto, si el
emplazamiento adolece de los requisitos formales mencionados, resulta ilegal.”84[5]
“NOTIFICACIÓN IRREGULAR, CONVALIDACIÓN DE LA, SI EL
REPRESENTANTE DE LA SOCIEDAD SE MANIFIESTA SABEDOR DE ESA
PROVIDENCIA.- Conforme al artículo 320 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
si una persona notificada indebidamente se manifiesta sabedora de la providencia
respectiva, la notificación surte efecto como si estuviera legalmente hecha; pero
tratándose de sociedades, la persona que debe hacerse sabedora de esa providencia, a
fin de convalidar la notificación irregular, tiene que ser un representante de la sociedad,
debidamente autorizado, circunstancia que debe constar fehacientemente, y no
desprenderse de presunciones, ya que dicha sociedad sólo se obliga a través de los
órganos que la representan.”85[6]
“TESTIGOS. NO PROCEDE SU CITACIÓN POR MEDIO DE EDICTOS.- No procede
citar a los testigos por medio de edictos, por no estar comprendido el caso en lo dispuesto
por el artículo 315 del Código Federal de Procedimientos Civiles, pues si bien este
precepto indica la forma de citar a juicio a alguna persona que haya desaparecido, no
tenga domicilio fijo o se ignore donde se encuentre, debe entenderse que se refiere a
personas que sean parte en un juicio o tengan interés en él, ya que el mismo artículo, en
otro de sus párrafos, determina que, "si, pasado ese término, no comparece por sí, por
apoderado o por gestor que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía..."86[7]
“NOTIFICACIONES. NO SE CONVALIDAN CUANDO EN LA MISMA PROMOCIÓN
EL PARTICULAR HACE VALER EL RECURSO DE NULIDAD DE NOTIFICACIONES.-
No puede estimarse que una notificación se convalida en los términos de los artículos 320
del Código Federal de Procedimientos Civiles y 104 del Código Fiscal de la Federación de
1967, por haber citado el causante en el recurso la fecha en que se practicó la supuesta
notificación, porque la materia de ese recurso lo constituyó precisamente la nulidad de esa
notificación, o sea, que si el particular simultáneamente se hace sabedor de una
notificación y reclama su nulidad, debe resolverse si es legal o no la notificación, y no
estimarse que quedó convalidada, pues de lo contrario, se llegaría al absurdo de
considerar que siempre quedarían convalidadas las notificaciones impugnadas, porque
para reclamar su nulidad necesariamente hay que conocerla y citarlas.”87[8]
“NOTIFICACIÓN DE UN REQUERIMIENTO PARA LA ENTREGA DE LOS BIENES
EMBARGADOS EN UN JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL CON APERCIBIMIENTO DE
84[5]
Jurisprudencia número III.T. J/19, sustentada por el Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito,
visible en la pág. 982, del Tomo VII, Enero de 1998, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 196978.
85[6]
Tesis aislada sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, visible
en la pág. 112, del Volumen 157-162 Sexta Parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004,
núm. reg. 250340.
86[7]
Tesis aislada sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, visible
en la pág. 217, del Volumen 109-114 Sexta Parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004,
núm. reg. 252591.
87[8]
Tesis aislada sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, visible en la pág. 205, del Tomo VI,
Segunda Parte-1, Julio a Diciembre de 1990, Octava Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm.
reg. 224582.
208

LA IMPOSICIÓN DE UNA MEDIDA DE APREMIO. ES LEGAL SI SE EFECTÚA EN EL


DOMICILIO DESIGNADO PARA RECIBIR NOTIFICACIONES EN EL ESCRITO DE
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA.- De conformidad con lo dispuesto por el artículo
1069 del Código de Comercio, todos los litigantes en el primer escrito o en la primera
diligencia deben designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les hagan las
notificaciones y se practiquen las diligencias que sean necesarias, y cuando no cumplan
con esa obligación, las notificaciones subsecuentes se harán conforme a las reglas para
las notificaciones que no deban ser personales. Por consiguiente, debe tenerse por
legalmente hecha la notificación del proveído que contiene el requerimiento para que la
demandada haga entrega al depositario de los bienes embargados con el apercibimiento
de que de no hacerlo dentro del término que para tal efecto se conceda, se le impondrá
una medida de apremio, si la diligencia respectiva se efectúa en el domicilio señalado en
el escrito de contestación de la demanda para recibir notificaciones.”88[9]
“NOTIFICACIÓN Y CITACIÓN, DIFERENCIAS ENTRE LAS.-Notificar, en el
lenguaje forense, es el acto de hacer saber alguna cosa jurídicamente, para que la noticia
dada a la parte, le pare en perjuicio por la omisión de lo que se le manda o íntima, o para
que le corra término; y citar significa, en el propio lenguaje forense, notificar a una persona
el llamamiento del Juez; de manera que puede haber notificación sin citación; pero no
puede existir, jurídicamente, citación sin notificación. El Juez manda citar a tal o cual
persona que se encuentra ligada con la relación procesal; pero para que la citación surta
sus efectos, es indispensable que lo mandado por el Juez, se haga saber al interesado,
notificándole la resolución respectiva; por eso es que el capítulo relativo del Código de
Procedimientos Civiles, que trata de una manera genérica de las notificaciones, engloba
no sólo las que propiamente se llaman de este modo, sino también las citaciones; y la
primera notificación que se hace a la persona extraña al juicio, que propiamente es una
citación para que comparezca en el mismo, debe hacérsele personalmente, según los
términos del artículo 87, como una ampliación, perfectamente justificada, a lo que
determina el artículo 73 del mismo código, que, por lo que se refiere a terceros extraños,
dice a la letra: "además del caso a que se refiere el artículo 73, se hará la primera
notificación, en la forma que previene el artículo. . .cuando deba hacerse a terceros
extraños al juicio", lo que indica claramente que la segunda y ulteriores notificaciones
deberán hacerse con arreglo a las disposiciones generales de los artículos 281 y 283,
pues ya establecida y consentida la relación procesal, no habrá motivo, dado el sistema de
nuestra ley de procedimientos, para que tal acto se hiciera conocer personalmente, siendo
obligación de la parte que ya fue llamada al juicio, velar por sus propios intereses, estando
pendiente del proceso respectivo.”89[10]

88[9]
Tesis VI.3º.C.91 C, sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito, visible en la
pág. 985 del Tomo XVIII, Noviembre de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS
2004, núm. reg. 182812.
89[10]
Tesis aislada sustentada por la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 298, del
Tomo XXXVI, Quinta Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 362444.
209

TEMA 5
NOTIFICACIONES EN EL PROCESO PENAL FEDERAL

5.1. Introducción.
En el presente tema se expondrán los supuestos de procedencia de cada una de las
clases de notificación que se practican en los procesos penales federales, así como la
forma en que aquéllas deben llevarse a cabo. Además, se explicarán las reglas especiales
a las que los actuarios judiciales deben ajustarse al notificar las determinaciones judiciales
en las que se ordena el aseguramiento o devolución de un objeto, instrumento o producto
del delito. Finalmente, se precisarán las diversas maneras en que pueden practicarse las
citaciones y los sujetos procesales con quienes éstas deben entenderse.

5.2. Proceso Penal Federal


El primer párrafo del artículo 4 del Código Federal de Procedimientos Penales, dice:
“Artículo 4. Los procedimientos de preinstrucción, instrucción y primera instancia, así
como la segunda instancia ante el tribunal de apelación, constituyen el proceso penal
federal, dentro del cual corresponde exclusivamente a los tribunales federales resolver si
un hecho es o no delito federal, determinar la responsabilidad o irresponsabilidad penal de
las personas acusadas ante ellos e imponer las penas y medidas de seguridad que
procedan con arreglo a la ley.”
De la anterior transcripción se desprende que el proceso penal está constituido por
los procedimientos de preinstrucción, instrucción, primera instancia y segunda instancia.
En relación con tales procedimientos, el artículo 1 del mismo ordenamiento legal, en lo
conducente, dispone:
“Artículo 1o. El presente código comprende los siguientes procedimientos: II. El de
preinstrucción, en que se realizan las actuaciones para determinar los hechos materia del
proceso, la clasificación de éstos conforme al tipo penal aplicable y la probable
responsabilidad del inculpado, o bien, en su caso, la libertad de éste por falta de
elementos para procesar; III. El de instrucción, que abarca las diligencias practicadas ante
y por los tribunales con el fin de averiguar y probar la existencia del delito, las
circunstancias en que hubiese sido cometido y las peculiares del inculpado, así como la
responsabilidad o irresponsabilidad penal de éste; IV. El de primera instancia, durante el
cual el Ministerio Público precisa su pretensión y el procesado su defensa ante el tribunal,
y éste valora las pruebas y pronuncia sentencia definitiva; V. El de segunda instancia ante
el tribunal de apelación, en que se efectúan las diligencias y actos tendientes a resolver
los recursos;”
Como se ve, el procedimiento de preinstrucción inicia con la consignación que hace
el Ministerio Público de la Federación. Por otra parte, el procedimiento de instrucción
comienza con los autos de formal prisión o de sujeción a proceso, pues únicamente a
210

partir de éstos “se concibe incoar, investigar y probar la responsabilidad o


irresponsabilidad penal de los inculpados”90[1]. El procedimiento de instrucción concluye
con el auto que la declara cerrada, según se desprende del artículo 150 del Código
Federal de Procedimientos Penales. Este precepto dice:
“Artículo 150. Transcurridos los plazos que señala el artículo 147 de este código o
cuando el tribunal considere agotada la instrucción lo determinará así mediante resolución
que se notificará personalmente a las partes, y mandará poner el proceso a la vista de
éstas por diez días comunes, para que promuevan las pruebas que estimen pertinentes y
que puedan practicarse dentro de los quince días siguientes al en que se notifique el auto
que recaiga a la solicitud de la prueba. Según las circunstancias que aprecie el Juez en la
instancia podrá de oficio ordenar el desahogo de las pruebas que a su juicio considere
necesarias para mejor proveer o bien ampliar el plazo de desahogo de pruebas hasta por
diez días más. Al día siguiente de haber transcurrido los plazos establecidos en este
artículo, el tribunal, de oficio y previa la certificación que haga el secretario, dictará auto en
el que se determinen los cómputos de dichos plazos.- Se declarará cerrada la instrucción
cuando, habiéndose resuelto que tal procedimiento quedó agotado, conforme a lo previsto
en el párrafo anterior, hubiesen transcurrido los plazos que se citan en este artículo o las
partes hubieran renunciado a ellos.”
El procedimiento que, conforme a la fracción IV del citado artículo 1 del Código
Federal de Procedimientos Penales se denomina “de primera instancia”, se compone de
las etapas de conclusiones y sentencia. En efecto, en este procedimiento el Ministerio
Público de la Federación fija en sus conclusiones la pretensión punitiva y el delito materia
de la acusación. En este mismo procedimiento el juez, previa valoración de las pruebas
que obren en autos, debe dictar la sentencia definitiva.
De acuerdo con la fracción V del citado precepto legal, el procedimiento de segunda
instancia se verifica ante el tribunal de apelación. Luego, dicho procedimiento supone la
interposición del recurso de apelación por el procesado o su defensor, por el Ministerio
Público o por el sujeto pasivo del delito (si lo que impugna es la condena a la reparación
del daño) porque no están conformes con la sentencia definitiva de primera instancia. Este
procedimiento se compone de todos los actos y diligencias tendentes a resolver el recurso
de apelación.

5.3. Plazo para notificar las resoluciones judiciales.


El artículo 103 del Código Federal de Procedimientos Penales, estatuye:
“Artículo 103. Las notificaciones se harán a más tardar el día siguiente al en que se
dicten las resoluciones que las motiven.- Cuando la resolución entrañe una citación o un
término para la práctica de una diligencia, se notificará personalmente con cuarenta y ocho
horas de anticipación, cuando menos, al día y hora en que se haya de celebrar la
90[1]
DÍAZ DE LEÓN, Marco Antonio. Código Federal de Procedimientos Penales, Ed. Porrúa, México 2003, Séptima
Edición, pág. 6.
211

actuación o audiencia a que se refiera, debiéndose tomar en cuenta lo dispuesto en el


segundo párrafo del artículo 72 de este código, y asistiéndose de traductor si la persona
por notificarse no habla o no entiende suficientemente el idioma castellano.”
De la disposición transcrita se desprende que todas las resoluciones que se
pronuncien en los procesos penales federales deben notificarse a más tardar el día
siguiente de aquel en que se dicten. En caso de que la resolución ordene una citación o
un término,91[1] el actuario judicial debe cerciorarse de que entre la hora y fecha en que
notifique aquélla y la hora y fecha señalada para que tenga verificativo la actuación o
audiencia correspondiente, medie un lapso de por lo menos cuarenta y ocho horas. En
tales condiciones, si de la lectura de la resolución que ordene una citación o un término, el
actuario judicial advierte que ni aun notificándola inmediatamente después de haber
recibido el expediente, mediará el lapso de por lo menos cuarenta y ocho horas, deberá
informar de inmediato de tal situación a su superior jerárquico, a efecto de que éste dé
cuenta al juez.
Por otra parte, el artículo 72 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo
que interesa, dice:
“Artículo 72. Los términos se fijarán por día y hora, y salvo los actos a que se refieren
el artículo 19 Constitucional y otras disposiciones, se precisarán por el tribunal cuando
menos con cuarenta y ocho horas de anticipación al día y hora en que se hayan de
celebrar las actuaciones a que se refieran.”
El primer párrafo del artículo 19 de la Constitución General, estatuye:
“Artículo 19. Ninguna detención ante autoridad judicial podrá exceder del plazo de
setenta y dos horas, a partir de que el indiciado sea puesto a su disposición, sin que se
justifique con un auto de formal prisión en el que se expresarán: el delito que se impute al
acusado; el lugar, tiempo y circunstancias de ejecución, así como los datos que arroje la
averiguación previa, los que deberán ser bastantes para comprobar el cuerpo del delito y
hacer probable la responsabilidad del indiciado.”
Como se ve, la regla antes expuesta, relativa a que las resoluciones que ordenen una
citación deben notificarse por lo menos con cuarenta y ocho horas de anticipación a la
hora y fecha en que tendrá verificativo la diligencia correspondiente, no se aplica en el
procedimiento de preinstrucción. Esto es así, pues el constituyente consideró que el plazo
de setenta y dos horas (previsto en el artículo 19 constitucional) es suficiente para resolver
la situación jurídica del detenido que es puesto a disposición del juez, sin imponerle la
carga de tener que notificar al detenido la fecha y hora de la audiencia en la que deberá
rendir su declaración preparatoria, con cuarenta y ocho horas de anticipación. Lo cual, por
otra parte, sería inconducente pues la persona que se pone a disposición de la autoridad
judicial ya está detenida y no queda más que resolver su situación jurídica.

91[1]
Por “término” debe entenderse el momento en el cual se ha de realizar un acto procesal; por tanto se fija por fecha e
incluso por hora. No debe confundirse “término” con “plazo”, pues este último es el lapso otorgado para realizar un acto
procesal. DÍAZ DE LEÓN, Marco Antonio. Diccionario de Derecho Procesal Penal, Ed. Porrúa, México 2004, Quinta
Edición, Tomo II, pág. 2533.
212

5.4. Sujetos a quienes deben notificarse las resoluciones que se dictan en los
procesos penales federales.

5.4.1. Consideraciones previas.


Ya se dijo que la notificación es el acto mediante el cual, de acuerdo con las
formalidades legales preestablecidas, se hace saber una resolución judicial o
administrativa a la persona a la que se reconoce como interesado en su conocimiento o se
le requiere para que cumpla un acto procesal. De aquí se sigue que mediante la
notificación se pone en conocimiento del sujeto interesado una resolución judicial que
puede ordenar, entre otras cosas, una citación o un requerimiento. En otras palabras,
mediante una notificación puede citarse al sujeto interesado a una diligencia procesal
(citación), puede ordenársele que lleve a cabo determinado acto (requerimiento) o
puede simplemente comunicársele una determinación judicial.
Sentado lo anterior, aunque la notificación es, por antonomasia, el acto mediante el
cual se pone en conocimiento del sujeto procesal interesado una resolución judicial (que
puede implicar una citación o un requerimiento), en el presente tema, para efectos
didácticos y atenta la estructura del Código Federal de Procedimientos Penales, se hará
una distinción entre notificación y citación. Esta distinción se justifica, pues es el propio
Código Federal de Procedimientos Penales el que la hace. En efecto, del análisis del
referido ordenamiento legal se desprende que el Título Primero, intitulado “Reglas
Generales para el Procedimiento Penal”, está conformado por doce capítulos. De éstos,
los Capítulos IX y XII son los relativos a las “Citaciones” y “Notificaciones”,
respectivamente. Cabe precisar que el hecho de que el ordenamiento legal de que se trata
regule en forma separada las “notificaciones” y las “citaciones”, se debe, entre otras
razones, a que por regla general podría decirse que los sujetos procesales con los que
cada una de ellas se practica son distintos, esto es, hay sujetos procesales con los que
generalmente se practica una “notificación” y sujetos procesales con los que
ordinariamente se practica una “citación”. En este orden de ideas, lo que procede es
exponer los sujetos procesales con los que en el proceso penal, por regla general, deben
entenderse las “notificaciones” y los sujetos procesales con los que deben practicarse las
“citaciones”.
Sobre el particular, Guillermo Colín Sánchez92[1] establece que los sujetos procesales
que intervienen en el proceso penal federal, desde el punto de vista de las funciones que
desempeñan en el mismo, pueden clasificarse en principales, necesarios y auxiliares. 93[2]
Los primeros, son los sujetos procesales en quienes recaen los actos de acusación,
defensa y decisión. Así, tales sujetos procesales, según dicho tratadista, son el juez, el
92[1]
COLÍN SÁNCHEZ, Guillermo. Derecho Mexicano de Procedimientos Penales, Ed. Porrúa, México 2004,
Decimonovena Edición, pág. 98.
93[2]
La razón por la que se adopta tal clasificación de los sujetos procesales que intervienen en el proceso penal, radica en
que facilita la exposición de los supuestos de procedencia y los sujetos con quienes deben practicarse las notificaciones y
citaciones.
213

agente del Ministerio Público, el sujeto activo del delito y su defensor y el sujeto pasivo del
ilícito (víctima u ofendido) quien puede coadyuvar con la representación social.
Por otra parte, los sujetos procesales necesarios son aquellos cuya intervención en el
proceso es indispensable para el desahogo de pruebas. En esta clasificación se
encuentran los testigos, peritos e intérpretes, entre otros.
Finalmente, los sujetos procesales auxiliares son autoridades o funcionarios que
ejecutan las determinaciones adoptadas por el juez del proceso. Entre estos sujetos se
encuentra el personal policiaco, directores de los centros de reclusión y directores
generales de servicios periciales de las procuradurías de los estados y de la Procuraduría
General de la República.
Sentado lo anterior, debe decirse que las notificaciones en materia penal (que según
se dijo, tienen una regulación distinta de las citaciones), por regla general, están dirigidas
a los sujetos procesales principales (obviamente con excepción del juez del proceso) y
auxiliares, esto es, las notificaciones deben entenderse con el agente del Ministerio
Público, el sujeto activo del delito, su defensor, el sujeto pasivo del delito, directores de los
centros de reclusión, etcétera. Cabe destacar que las notificaciones que deben
entenderse con los sujetos procesales principales, según se verá más adelante,
pueden practicarse personalmente, por cédula o por lista; en tanto que las
notificaciones que se entienden con los sujetos procesales auxiliares, siempre se
practican por oficio.
Por otra parte, las citaciones suelen entenderse con los sujetos procesales
necesarios, es decir, aquéllas se practican con los testigos, peritos e intérpretes, entre
otros.
De lo hasta aquí expuesto se concluye:
a) Las notificaciones generalmente se practican con los sujetos procesales
principales (con excepción del juez del proceso) y auxiliares;
b) A los sujetos procesales principales se les notifica en forma personal, por cédula o
por lista;
c) A los sujetos procesales auxiliares siempre se les notifica por oficio (pues éstos
son funcionarios o autoridades); y,
d) Las citaciones se entienden, por regla general, con los denominados sujetos
procesales necesarios.

5.4.2. Agente del Ministerio Público de la Federación.


El artículo 136 del Código Federal de Procedimientos Penales, estatuye:
“Artículo 136. En ejercicio de la acción penal, corresponde al Ministerio Público: I.
Promover la incoación del proceso penal; II. Solicitar las órdenes de comparecencia para
preparatoria y las de aprehensión, que sean procedentes; III. Pedir el aseguramiento
precautorio de bienes para los efectos de la reparación del daño; IV. Rendir las pruebas de
214

la existencia de los delitos y de la responsabilidad de los inculpados; V. Pedir la aplicación


de las sanciones respectivas; y, VI. En general, hacer todas las promociones que sean
conducentes a la tramitación regular de los procesos.”
Del citado precepto se desprende que al Ministerio Público de la Federación
corresponde, entre otras cosas, promover la incoación del proceso penal, rendir pruebas,
solicitar la aplicación de las sanciones correspondientes y, en general, presentar las
promociones conducentes para el desarrollo regular del proceso. En este sentido, el
Ministerio Público interviene desde el inicio del proceso hasta su culminación. De aquí que
se le deban notificar las resoluciones que tengan relación con las actividades que,
conforme al citado precepto, debe desarrollar durante el proceso.
Con respecto a lo anterior, los artículos 104 y 105 del Código Federal de
Procedimientos Penales estatuyen:
“Artículo 104. Las resoluciones contra las cuales proceda el recurso de apelación, se
notificarán personalmente a las partes por conducto del secretario o actuario del tribunal.-
Las demás resoluciones -con excepción de los autos que ordenen aprehensiones, cateos,
providencias precautorias, aseguramientos y otras diligencias análogas respecto de las
cuales el tribunal estime que deba guardarse sigilo para el éxito de la investigación- se
notificarán al detenido o al procesado personalmente, y a los otros interesados, en la
forma señalada en el artículo 107 de este código.”
“Artículo 105. En los casos a que se refiere la segunda parte del artículo anterior, las
resoluciones que deban guardarse en sigilo, solamente se notificarán al Ministerio Público.
En las demás no será necesaria la notificación personal al inculpado, cuando éste haya
autorizado a algún defensor para que reciba las notificaciones que deban hacérsele.”
De las disposiciones legales transcritas se desprende que hay resoluciones judiciales
que, por razones de sigilo para el éxito de la investigación del delito, únicamente deben
notificarse al Ministerio Público. Tales resoluciones son los autos en los que se ordenan
aprehensiones, cateos, providencias precautorias, aseguramientos o cualquier otra
diligencia análoga (por ejemplo, una orden de reaprehensión).
Ahora bien, uno de los principios que rige a la institución del Ministerio Público, es el
de indivisibilidad. Consiste en que los servidores públicos del Ministerio Público no actúan
en nombre propio, sino que lo hacen en representación y a nombre de la institución. En
tales condiciones, el hecho de que una averiguación previa se inicie por un agente y se
concluya por otro diverso, en nada afecta lo actuado, pues ambos agentes actúan en
representación del órgano investigador.94[1] Atento lo anterior, el proveído que recaiga a
un ocurso suscrito por un agente del Ministerio Público distinto del que está
adscrito al órgano jurisdiccional, puede válidamente notificarse al agente del
Ministerio Público adscrito. Esto es así, pues conforme al referido principio, al

94[1]
Al respecto, Jorge Alberto Silva Silva sostiene que “No hay muchos Ministerios Públicos, sino sólo uno. Hay sí,
muchos agentes del Ministerio Público, pero una sola institución. Esos muchos son sólo agentes de la institución.”
SILVA SILVA, Jorge Alberto. Derecho Procesal Penal, Ed. Oxford, University Press, México 2002, Segunda Edición,
pág. 106.
215

practicar una notificación con un agente del Ministerio Público, a la que se está
notificando es precisamente a la institución del Ministerio Público, y no al agente en
lo personal. En este orden de ideas, si un agente del Ministerio Público (distinto del
que está adscrito al juzgado federal) solicita que se libre una orden de aprehensión
y el juez, con vista en dicha solicitud, dicta un proveído en el que determina que no
procede librar aquélla, tal proveído puede válidamente notificarse al agente del
Ministerio Público adscrito al órgano jurisdiccional, pues no existe obligación de
practicar la notificación precisamente con el agente del Ministerio Público que
suscribió el ocurso correspondiente (salvo que el juez así lo determine).
Cabe precisar que hay casos en que los agentes del Ministerio Público
(distintos del que está adscrito al órgano jurisdiccional) en el mismo escrito en el
que formulan una petición, solicitan que el auto que recaiga a éste se les notifique
precisamente a ellos. En estos casos, si el juez provee de conformidad tal solicitud,
el actuario judicial deberá notificar la resolución correspondiente precisamente al
agente del Ministerio Público que la formuló (en cumplimiento a lo ordenado por el
juez). En el supuesto de que el juez deniegue la referida solicitud, lo procedente es
que el actuario judicial notifique la resolución respectiva al agente del Ministerio
Público de la Federación adscrito al órgano jurisdiccional.
Por otra parte, los actuarios judiciales deben tener presente los artículos 291, 294 y
295 del Código Federal de Procedimientos Penales. Estos preceptos, en lo que interesa,
establecen:
“Artículo 291. Transcurrido el plazo a que se refiere el párrafo anterior sin que el
Ministerio Público haya presentado conclusiones, el juez deberá informar mediante
notificación personal al Procurador General de la República acerca de esta omisión,
para que dicha autoridad formule u ordene la formulación de las conclusiones pertinentes,
en un plazo de diez días hábiles, contados desde la fecha en que se le haya notificado la
omisión, sin perjuicio de que se apliquen las sanciones que correspondan; pero, si el
expediente excediere de doscientas fojas, por cada cien de exceso o fracción se
aumentará un día en el plazo señalado, sin que nunca sea mayor de treinta días hábiles”
“Artículo 294. Si las conclusiones fueren de no acusación, el juez o tribunal las
enviará con el proceso al Procurador General de la República, para los efectos del artículo
295.”
“Artículo 295. El Procurador General de la República o el Subprocurador que
corresponda oirán el parecer de los funcionarios que deban emitirlo y dentro de los diez
días siguientes al de la fecha en que se haya recibido el proceso, resolverá, si son de
confirmarse o modificarse las conclusiones.”
Como se ve, en el caso de que el agente del Ministerio Público de la Federación
adscrito al órgano jurisdiccional ante el cual se tramite el proceso, omita formular
conclusiones o las que formule sean de no culpabilidad, el juez debe pronunciar un
acuerdo en el que informe al Procurador General de la República sobre tal omisión o sobre
216

el sentido de las conclusiones, según sea el caso. Dicho acuerdo debe notificarse en
forma personal precisamente al Procurador General de la República y también al agente
adscrito al órgano jurisdiccional. Se afirma esto último, pues dicho agente del Ministerio
Público es el que el Procurador General de la República comisionó para hacer el
seguimiento de los procesos que se tramitan ante el órgano jurisdiccional al que está
adscrito.

5.4.3. Sujeto activo del delito y su defensor.


Francisco Pavón Vasconcelos, afirma que “si el delito es un hecho jurídico voluntario
y por ello en principio requiere una actividad o inactividad voluntarias, sólo el hombre, ser
racional y capaz de exteriorizar en el mundo material sus propósitos o fines, puede
considerarse sujeto activo del delito.”95[1]
De la anterior definición se infiere que las personas morales no pueden ser sujetos
activos del delito. Esto es así, pues éstas operan a través de los miembros que las
conforman o de las personas físicas que las representan. Este aserto se corrobora con lo
dispuesto por el artículo 11 del Código Penal Federal que dice:
“Artículo 11. Cuando algún miembro o representante de una persona jurídica, o
de una sociedad, corporación o empresa de cualquiera clase, con excepción de las
instituciones del Estado, cometa un delito con los medios que para tal objeto las mismas
entidades le proporcionen, de modo que resulte cometido a nombre o bajo el amparo de la
representación social o en beneficio de ella, el juez podrá, en los casos exclusivamente
especificados por la ley, decretar en la sentencia la suspensión de la agrupación o su
disolución, cuando lo estime necesario para la seguridad pública.”
De aquí se sigue que las notificaciones que deban practicarse con el sujeto activo del
delito, siempre se entenderán con una persona física.
Por otra parte, los artículos 104, 105, 106 y 160 del Código Federal de
Procedimientos Penales, disponen:
“Artículo 104. Las resoluciones contra las cuales proceda el recurso de apelación, se
notificarán personalmente a las partes por conducto del secretario o actuario del tribunal.-
Las demás resoluciones con excepción de los autos que ordenen aprehensiones, cateos,
providencias precautorias, aseguramientos y otras diligencias análogas respecto de las
cuales el tribunal estime que deba guardarse sigilo para el éxito de la investigación se
comunicarán al detenido o al procesado personalmente, y a los otros interesados en la
forma señalada en el artículo 107 de este código.”
“Artículo 105. En los casos a que se refiere la segunda parte del artículo anterior, las
resoluciones que deban guardarse en sigilo, solamente se notificarán al Ministerio Público.
En las demás no será necesaria la notificación personal al inculpado, cuando éste
haya autorizado a algún defensor para que reciba las notificaciones que deban
hacérsele.”
95[1]
VASCONCELOS PAVÓN, Francisco. Diccionario de Derecho Penal, Ed. Porrúa, México 2003, Tercera Edición,
pág. 943-944.
217

“Artículo 106. Cuando el inculpado tenga varios defensores, designará a uno de ellos
para que reciba las notificaciones que correspondan a la defensa, sin perjuicio de que
sean notificados alguno o algunos de los demás, si lo solicitaren del tribunal.- Si no se
hace esa designación, bastará notificar a cualquiera de los defensores.”
“Artículo 160. Si el inculpado designara a varios defensores, éstos deberán nombrar
en el mismo acto a un representante común, y si no lo hicieren, en su lugar lo determinará
el juez.”
De las disposiciones transcritas se desprende que las resoluciones que se dicten en
los procesos penales (con excepción de los autos a los que alude el primero de los citados
preceptos, que únicamente deben notificarse al Ministerio Público), deben notificarse tanto
al detenido o procesado como a sus defensores, esto es, corresponde notificar tanto al
inculpado como a la defensa.
Ahora bien, un defensor puede recibir la notificación que corresponda al inculpado,
siempre que éste lo haya autorizado para tal efecto y el titular del órgano jurisdiccional
haya dictado el proveído en el que tenga por hecha tal designación. En este supuesto, ya
no es necesario entender la notificación de que se trate con el inculpado, pues basta que
la diligencia se practique con el defensor autorizado para tener por legalmente hecha la
notificación.
Por otra parte, si el inculpado tiene varios defensores, podrá designar a uno de ellos
para que reciba las notificaciones que correspondan a la defensa. Así, una vez que el juez
del proceso dicte el proveído en el que tenga por hecha la designación correspondiente, el
actuario judicial deberá practicar las notificaciones que correspondan a la defensa, con el
defensor designado. Lo anterior, sin perjuicio de notificar a otro u otros defensores si así lo
solicitan. En caso de que el inculpado no haga la referida designación, los propios
defensores podrán nombrar, de entre ellos, a un representante común, con el que se
entenderán las notificaciones que correspondan a la defensa. Si dichos defensores no
hacen el nombramiento del representante común, éste será designado por el juez del
proceso. En este orden de ideas, cuando un inculpado tenga más de un defensor, el
actuario judicial deberá revisar los autos del proceso con el objeto de conocer cuál
de los defensores es el representante común.
Cabe precisar que el actuario judicial no debe confundir al defensor autorizado para
oír las notificaciones que correspondan al inculpado, con el representante común de la
defensa. El primero, según se dijo, siempre es designado por el inculpado y tiene por
objeto recibir las notificaciones que correspondería entender con el propio inculpado; el
segundo, puede ser designado por el inculpado, sus defensores o el propio juez del
proceso, y tiene como finalidad que las notificaciones que correspondan a la defensa se
entiendan únicamente con uno de los defensores, evitando así tener que notificar a cada
uno de ellos. Así, cuando un inculpado tenga varios defensores, los nombramientos de
“defensor autorizado” y de “representante común” pueden o no recaer en el mismo
defensor. De aquí que el actuario judicial deba hacer una cuidadosa revisión de las
218

constancias del proceso penal, a efecto de no incurrir en errores que puedan tener como
consecuencia que se declare fundado un incidente de nulidad de notificaciones.
No sobra precisar que si son varios los inculpados y cada uno de ellos hubiere
designado a su propio defensor, el actuario judicial deberá entender las notificaciones que
correspondan a la defensa, con cada uno de los defensores. Esto es así, pues en estos
casos los defensores actúan en forma independiente, en tanto defienden a distintas
personas.

5.4.4. Sujeto pasivo del delito.


El sujeto pasivo del delito “es el titular del interés lesionado o que se pone en peligro
con la acción delictiva, y como la ley tutela bienes de índole personal y colectiva, pueden
ser sujetos pasivos: a) La persona física, desde antes de su nacimiento o después de
verificado éste, ya en su integridad o en su vida, ya en sus demás bienes, tales como su
honor, estado civil, paz y seguridad, libertad, patrimonio, etc.; b) La persona moral o
jurídica; c) El Estado, titular de bienes jurídicos importantes; y, d) La sociedad, titular
también, como los particulares, de ciertos y especialísimos bienes jurídicos que se afectan
en la comisión de algunos delitos (contra la seguridad pública, la moral pública y la
economía, pública entre otros).”96[1]
El sujeto pasivo del delito puede tener el carácter de víctima, de ofendido o de
ambos. Es víctima, quien sufre directamente la lesión al bien jurídico tutelado (por ejemplo,
en el delito de homicidio, el occiso se considera víctima, toda vez que es quien sufre el
resultado de la acción). Es ofendido, quien resiente el perjuicio de la acción (por ejemplo,
en el citado delito de homicidio, los ofendidos son los familiares del occiso, pues son ellos
los que resienten el perjuicio moral y, en ocasiones, económico por la muerte de la
víctima).97[2] Puede ocurrir que ambos caracteres se reúnan en la misma persona, como en
el caso de un robo, cuando el sujeto pasivo del delito es dueño del bien mueble objeto
material del ilícito. Esto es así, pues tal pasivo es quien directamente sufre la acción del
desposeimiento, así como el perjuicio en su patrimonio.
Ahora bien, el artículo 20 constitucional y 141 del Código Federal de Procedimientos
Penales, en lo conducente, dicen:
“Artículo 20. En todo proceso del orden penal, el inculpado, la víctima o el ofendido,
tendrá las siguientes garantías:…B. De la víctima o del ofendido: I. Recibir asesoría
jurídica; ser informado de los derechos que en su favor establece la Constitución y,
cuando lo solicite, ser informado del desarrollo del procedimiento penal; II.
Coadyuvar con el Ministerio Público; a que se le reciban todos los datos o
elementos de prueba con los que cuente, tanto en la averiguación previa como en el
proceso, y a que se desahoguen las diligencias correspondientes. . .”
“Artículo 141. En todo procedimiento penal, la víctima o el ofendido por algún delito
tendrá derecho a: I. Recibir asesoría jurídica y ser informado, cuando lo solicite, del
96[1]
PAVÓN VASCONCELOS, Francisco. Op. cit., pág. 944-945.
97[2]
Idem. pág. 729 y 1014.
219

desarrollo de la averiguación previa o del proceso; II. Coadyuvar con el Ministerio


Público…En virtud de lo anterior, podrán proporcionar al Ministerio Público o al
juzgador, directamente o por medio de aquél, todos los datos o elementos de
prueba con que cuenten, que conduzcan a acreditar los elementos del tipo penal y a
establecer la probable o plena responsabilidad del inculpado, según el caso, y la
procedencia y monto de la reparación del daño.- En todo caso, el juez, de oficio,
mandará citar a la víctima o el ofendido por el delito para que comparezca por sí o
por su representante designado en el proceso, a manifestar en éste lo que a su
derecho convenga respecto a lo previsto en este artículo.”
De la transcripción anterior se desprende, entre otras cuestiones, que el sujeto pasivo
puede comparecer al proceso por sí o por medio de representante y puede proporcionar al
juzgador, directamente o por conducto del Ministerio Público, los datos y elementos de
prueba que conduzcan a acreditar los elementos del tipo penal, a establecer la probable
responsabilidad del inculpado y a fijar la procedencia y monto de la reparación del daño.
En tales condiciones, a los sujetos pasivos del delito se les deben notificar los acuerdos
que recaigan a sus promociones, así como todas las resoluciones que sean de su interés.
En los casos en que el sujeto pasivo comparezca al juicio por medio de un
representante, las notificaciones se entenderán con éste. Cabe precisar que si en un
proceso penal hay diversos sujetos pasivos, el actuario judicial deberá notificar las
resoluciones correspondientes a cada uno de ellos o, en su caso, a sus representantes.

5.5. Clases de notificación.


En el proceso penal se practican las siguientes clases de notificación:
Notificación personal: Es la que el actuario practica directamente con el interesado
en el domicilio que haya señalado para oír notificaciones o en el órgano judicial en el que
se tramite el proceso penal de que se trate. En el supuesto de que el sujeto activo del
delito esté privado de su libertad, la notificación podrá practicarse en la reja de prácticas
del tribunal o en el reclusorio en el que aquél esté interno. Cabe precisar que por
“interesado” debe entenderse el sujeto activo del delito y su defensor, el sujeto pasivo del
ilícito y el ministerio público.
Notificación por cédula: Es aquella que se practica en el domicilio señalado por el
interesado para recibir notificaciones. Este medio de comunicación procesal se caracteriza
por no entenderse con el interesado. En efecto, este tipo de notificación procede cuando
se actualiza alguno de los siguientes supuestos: 1) Nadie responde al llamado del actuario
judicial; 2) El interesado o una persona distinta de éste, se niegan a atender al actuario o a
recibir la notificación; y, 3) No se encuentra al interesado, pero el actuario judicial entiende
la diligencia con una persona distinta. En los dos primeros casos, la cédula se fija en la
puerta de entrada del inmueble correspondiente. En la hipótesis descrita en el inciso 3), la
cédula de notificación se deja en poder de la persona con quien se entendió la diligencia.
220

Notificación por lista: Es la que se practica mediante un documento que se fija en


los estrados del órgano jurisdiccional o en un lugar visible del mismo. En el documento se
hace una relación de diversos asuntos en los que se dictaron las resoluciones que se
ordenaron notificar por ese medio.

5.6. Cuándo surten sus efectos las notificaciones.


El Código Federal de Procedimientos Penales, no contiene una disposición que
establezca de manera expresa cuándo surten sus efectos las notificaciones. No obstante,
de lo dispuesto por el artículo 71 de dicho ordenamiento legal, se desprende que las
notificaciones surten sus efectos en el momento mismo en que se practican. Este
precepto, en lo conducente, dice:
“Artículo 71. Los plazos son improrrogables y empezarán a correr desde el día
siguiente al de la fecha de la notificación. . .”
Como se ve, los plazos comienzan a correr desde el día siguiente a aquel en que se
practicó la notificación. Esto determina que las notificaciones surten sus efectos en el
momento en que se practican. Este aserto se corrobora con el siguiente criterio:
“NOTIFICACIONES EN EL PROCESO PENAL FEDERAL. SURTEN EFECTOS EN
EL MOMENTO MISMO EN QUE SE PRACTICAN. El artículo 21 de la ley reglamentaria
de la materia establece que el término para la interposición de la demanda de amparo será
el de quince días contados desde el siguiente al en que haya surtido efectos al quejoso la
notificación del acto reclamado, remitiendo a la ley ordinaria para determinar en qué
momento surte efectos aquélla. Ahora bien, en el caso del procedimiento penal federal, el
código procesal respectivo, aun cuando no contiene una disposición que expresamente lo
determine, de lo señalado en su artículo 71, en el sentido de que los plazos son
improrrogables y empezarán a correr al día siguiente al de la notificación, salvo disposición
expresa en contrario, se desprende que ésta surte efectos en el momento mismo en que
se practica, pues la denominación "surte efectos la notificación" debe entenderse
jurídicamente referida a su eficacia, en la medida en que haya logrado comunicar
legalmente a las partes lo resuelto por el órgano jurisdiccional como consecuencia del
correcto desarrollo del proceso, pues es a partir de ese momento en que se encuentra en
aptitud de ejercer sus derechos inherentes.”98[1]
De lo hasta aquí expuesto se concluye que en materia penal federal, el momento en
que se practica una notificación, y el momento en que ésta surte sus efectos, se actualizan
al mismo tiempo, esto es, cuando se practica la notificación correspondiente. Esto obliga a
los actuarios judiciales a conocer el momento en que se tienen por hechas las diversas
notificaciones que se practican en materia penal, pues hay titulares de órganos
jurisdiccionales que encomiendan a dichos funcionarios judiciales que hagan el cómputo

98[1]
Tesis aislada II.2o.P.116 P, sustentada por el segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito,
visible en la pág. 990, del Tomo XVIII, Noviembre de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 182809.
221

de algún término (aunque en rigor corresponde al secretario encargado del trámite del
asunto hacer los cómputos respectivos).

5.6.1. Notificaciones personales.


Las notificaciones personales quedan hechas y, en consecuencia, surten sus efectos
legales en la fecha y hora en la que, conforme a la razón correspondiente, el actuario
judicial practicó la notificación, esto es, entregó al interesado (sujeto procesal principal con
excepción del juez) copia simple de la resolución que motivó la notificación. Cabe precisar
que la hora que se asienta en la referida razón, debe ser aquella en la que realmente se
practicó la notificación. Esto es así, pues si se asienta una hora distinta se estará
falseando la fe pública (lo que según se verá en el tema 6, constituye causa de
responsabilidad administrativa). Además, si una de las partes promueve un incidente de
nulidad de notificaciones y acredita que la hora que se asentó en la razón de notificación
no corresponde a la hora en que realmente se practicó aquélla, dicho incidente se
resolverá en el sentido de declararlo fundado y, en consecuencia, se impondrá al actuario
judicial responsable una corrección disciplinaria, en términos del artículo 110 del Código
Federal de Procedimientos Penales (véase apartado 5.7).

5.6.2. Notificaciones por cédula.


El artículo 109 del código adjetivo penal federal, dispone:
“Artículo 109. Las notificaciones personales se harán en el tribunal o en el domicilio
designado. Si no se encuentra al interesado en el domicilio designado, se le dejará
con cualquiera de las personas que allí residan, una cédula que contendrá: nombre
del tribunal que la dicte, causa en la cual se dicta, transcripción, en lo conducente, de la
resolución que se le notifique, día y hora en que se hace dicha notificación y persona en
poder de la cual se deja, expresándose, además, el motivo por el cual no se hizo en
persona al interesado.- Si el que deba ser notificado se niega a recibir al funcionario
encargado de hacer la notificación, o las personas que residen en el domicilio se
rehúsan a recibir la cédula, o no se encuentra nadie en el lugar, se fijará la cédula en
la puerta de entrada.”
Como ya se había dicho, la notificación por cédula procede cuando habiéndose
intentado notificar personalmente a los sujetos procesales principales una resolución, tal
notificación no puede llevarse a cabo con motivo de que se presenta alguna de las
siguientes situaciones: a) nadie ocurre al llamado del actuario judicial; b) el sujeto procesal
principal o la persona distinta de éste, se niegan a atender al actuario o a recibir la
notificación; o, c) No se encuentra al interesado, pero el actuario judicial es atendido por
una persona distinta, con quien entiende la diligencia.
En los supuestos precisados en los incisos a) y b), el actuario judicial debe fijar la
cédula de notificación en la puerta principal de la casa o despacho del interesado. Por otro
lado, en el supuesto precisado en el inciso c), el actuario dejará la cédula de notificación
222

en poder de la persona con quien entendió la diligencia. Cabe precisar que cuando se
actualice alguno de los referidos supuestos y, en consecuencia, la notificación se practique
mediante cédula, aquélla se tendrá por hecha en la fecha y hora en la que, conforme a la
razón que haya levantado el actuario judicial, dicha cédula se haya fijado en la puerta de la
casa del interesado o se haya entregado a la persona con quien se entendió la diligencia,
según sea el caso.

5.6.3. Notificaciones por lista.


El artículo 107 del Código Federal de Procedimientos Penales, dispone:
“Artículo 107. Los actuarios o secretarios que hagan las notificaciones que no sean
personales, fijarán diariamente en la puerta del tribunal una lista de los asuntos acordados,
expresando únicamente el número del expediente y el nombre del inculpado, y asentarán
constancia de ese hecho en los expedientes respectivos. En los lugares donde hubiere
Boletín Judicial de la Federación, la lista se publicará en él.- Si alguno de los interesados
desea que se le haga notificación personal, podrá concurrir a más tardar al día siguiente al
en que se fije la lista o se haga la publicación en el Boletín Judicial de la Federación,
solicitándola del actuario o secretario del tribunal. Si no se presentaran los interesados en
ese término, la notificación se tendrá por hecha al tercer día de que se fije la lista en la
puerta del Tribunal o de que se hubiere publicado en el Boletín Oficial.”
Del citado precepto se desprende, entre otras cosas, que la notificación por lista se
tiene por hecha y, por tanto, surte sus efectos legales al tercer día de que se fijó en los
estrados del órgano jurisdiccional o en un lugar visible del mismo. Lo anterior, con la
salvedad de que si los interesados acuden al órgano judicial que dictó la resolución que se
notifica mediante lista, a más tardar al día siguiente de aquel en que ésta se fijó (a fin de
que se les notifique personalmente la resolución de que se trate), la notificación que surtirá
sus efectos será la personal.
Ahora bien, ¿cómo debe hacerse el cómputo de los tres días a que alude el citado
precepto? Lo primero que debe determinarse es si tales días son hábiles o naturales. Para
tal efecto, conviene transcribir los artículos 71 y 72 del Código Federal de Procedimientos
Penales. Estos preceptos dicen:
“Artículo 71. Los plazos son improrrogables y empezarán a correr desde el día
siguiente al de la fecha de la notificación, salvo los casos que este Código señale
expresamente.- No se incluirán en los plazos, los sábados, los domingos ni los días
inhábiles, a no ser que se trate de poner al inculpado a disposición de los tribunales, de
tomarle su declaración preparatoria o de resolver la procedencia de su formal prisión,
sujeción a proceso, o libertad.”
“Artículo 72. Los plazos se contarán por días hábiles, excepto los que se refieren a
los tres casos mencionados en la segunda parte del artículo anterior y a cualquier otro que
por disposición legal deba computarse por horas, pues éstos se contarán de momento a
momento, a partir de la hora que corresponda conforme a la ley.- Los términos se fijarán
223

por día y hora, y salvo los actos a que se refieren el artículo 19 Constitucional y otras
disposiciones, se precisarán por el tribunal cuando menos con cuarenta y ocho horas de
anticipación al día y hora en que se hayan de celebrar las actuaciones a que se refieran.”
Como se ve, salvo que se trate de poner al inculpado a disposición de los tribunales,
de tomarle su declaración preparatoria o de resolver su situación jurídica, los plazos se
contarán por días hábiles. Luego, los tres días a que alude el artículo 107 del código
adjetivo penal federal, son hábiles. Sentado lo anterior, para que se entienda la forma en
que deben computarse los tres días a que alude el referido precepto legal, procede poner
un ejemplo:
El lunes siete de febrero de dos mil cinco, se notifica mediante lista el proveído
dictado el viernes cuatro del mismo mes, por el que se autorizó la expedición de las copias
certificadas que solicitó el defensor del inculpado. Dicha notificación surte sus efectos el
nueve siguiente. Esto es así, pues si las notificaciones por lista surten sus efectos al tercer
día de que aquélla se fijó, y en el caso, la lista de notificación se fijó el lunes siete de
febrero, es inconcuso que “el tercer día de que se fijó” es el nueve de febrero siguiente
(pues el día siete es el primero en que se fijó la lista, el ocho es el segundo y el nueve es
el tercero).

5.7. Nulidad de notificaciones y sus consecuencias.


Los artículos 110 y 112 del Código Federal de Procedimientos Penales, estatuyen:
“Artículo 110. Si se probare que no se hizo una notificación decretada, o que se hizo
en contravención de lo dispuesto en este Capítulo, el encargado de hacerlo será
responsable de los daños y perjuicios que ocasione la falta y se le juzgará con arreglo a la
ley, si obró con dolo. En caso contrario, se le impondrá alguna corrección disciplinaria.”
“Artículo 112. Las notificaciones hechas contra lo dispuesto en este Capítulo serán
nulas, excepto en el caso del artículo anterior.”
De las disposiciones transcritas se desprende que el incidente de nulidad de
notificaciones procede en las siguientes dos hipótesis: a) cuando una notificación se
practica en contravención a las normas jurídicas; y, b) cuando se haya omitido practicar la
notificación.
El artículo 27-Bis del mismo ordenamiento legal, dispone:
“Artículo 27-Bis. Las actuaciones serán nulas cuando carezcan de alguna de las
formalidades esenciales que prevenga la ley, de manera que se cause perjuicio a
cualquiera de las partes, así como cuando la ley expresamente determine la nulidad. Esta
no podrá ser invocada por quien dio lugar a ella. La nulidad de una actuación se
reclamará, por la parte que la promueva, en la actuación subsecuente en que ésta debe
de intervenir, y se substanciará conforme al procedimiento previsto para los incidentes no
especificados. Cuando se resuelva la nulidad del acto, serán igualmente nulas las
actuaciones posteriores al acto anulado que se deriven precisamente de éste. Las
224

resoluciones que resuelvan sobre la nulidad invocada, serán apelables con efecto
devolutivo.”
Como se ve, el incidente de nulidad de actuaciones únicamente puede ser promovido
por el sujeto procesal a quien causó perjuicio la notificación defectuosa u omitida. Dicho
incidente debe tramitarse conforme a las reglas previstas para la substanciación de los
incidentes no especificados. Tales reglas están contenidas en el artículo 494 del Código
Federal de Procedimientos Penales. Este precepto establece:
“Artículo 494. Los incidentes cuya tramitación no se detalle en este código y que, a
juicio del tribunal, no puedan resolverse de plano y sean de aquéllos que no deban
suspender el curso del procedimiento, se sustanciarán por separado y del modo siguiente:
se dará vista de la promoción del incidente a las partes, para que contesten en el acto de
la notificación o a más tardar dentro de los tres días siguientes. Si el tribunal lo creyere
necesario o alguna de las partes lo pidiere, se abrirá un término de prueba que no exceda
de cinco días, después de los cuales se citará para una audiencia que se verificará dentro
de los tres siguientes. Concurran o no las partes, el tribunal fallará desde luego el
incidente.”
Ahora bien, del citado artículo 27-Bis del Código Federal de Procedimientos Penales
se desprende que el incidente de nulidad de notificaciones debe promoverse en la
actuación subsecuente en la que deba intervenir el sujeto procesal afectado por la
indebida notificación o por su omisión. De aquí se sigue que si dicho incidente no se
promueve en tal actuación, precluirá el derecho del afectado para promoverlo.
En relación con lo expuesto en el párrafo anterior, es importante establecer que
por “actuación subsecuente” debe entenderse la actuación en la que el sujeto
procesal afectado, por estar enterado de la misma, puede intervenir en ella. En este
sentido, no será “actuación subsecuente” la actuación que se practique
inmediatamente después de la notificación mal practicada u omitida, si el sujeto
afectado no pudo intervenir en ella precisamente por no estar enterado de la misma.
Por otra parte, según se ha expuesto en los temas anteriores, si se promueve un
incidente de nulidad una vez dictada la sentencia definitiva, para anular notificaciones
practicadas con anterioridad a ésta, el mismo es improcedente. Lo anterior, pues al
emitirse el fallo definitivo (independientemente de que haya o no causado ejecutoria) se
produce un cambio de situación jurídica, en virtud de haberse cerrado una fase del
procedimiento. De aceptarse lo contrario, se destruiría la firmeza de la sentencia a través
de un simple incidente de naturaleza accesoria a la controversia principal.
En cambio dicho incidente es procedente si se promueve con el objeto de anular
notificaciones practicadas con posterioridad al dictado de la sentencia. Ello, pues al
combatir actos procesales posteriores a la conclusión del juicio (que lógicamente no fueron
considerados para el dictado del fallo), no se destruye la firmeza de la sentencia. De no
estimarlo así, se dejaría al sujeto procesal perjudicado por una notificación deficiente o por
la falta de notificación en estado de indefensión. En este sentido, tratándose de
225

actuaciones practicadas con posterioridad al dictado de la sentencia, el incidente


respectivo deberá promoverse en términos del artículo 27-Bis del Código Federal de
Procedimientos Penales, esto es, en la actuación subsecuente en la que deba intervenir el
sujeto procesal afectado, conforme a la interpretación antes hecha.
Por otro lado, debe decirse que el incidente de que se trata también resulta
procedente cuando se promueve para combatir la indebida notificación de la sentencia, o
la omisión de notificar ésta. Esto es así, pues la notificación de la sentencia definitiva
acaece con posterioridad a su dictado. En este orden de ideas, la consecuencia de la
interlocutoria que declare fundado el incidente de que se trata, será que se practique la
notificación de la sentencia en forma legal, subsanando las deficiencias que motivaron su
impugnación, sin que se altere el contenido de la propia sentencia, pues ésta queda
intocada en tanto que lo único que se combate es la indebida notificación o su omisión.
Ahora bien, conforme al citado artículo 27-Bis del código adjetivo penal federal, si el
incidente de nulidad de notificaciones se declara fundado, el titular del órgano
jurisdiccional deberá establecer cuáles son las actuaciones que son nulas por depender de
la notificación anulada. Asimismo, deberá atender lo dispuesto en el artículo 110 del
mismo ordenamiento legal. Este precepto dice:
“Artículo 110. Si se probare que no se hizo una notificación decretada, o que se hizo
en contravención de lo dispuesto en este Capítulo, el encargado de hacerla será
responsable de los daños y perjuicios que ocasione la falta y se le juzgará con arreglo a la
ley, si obró con dolo. En caso contrario, se le impondrá alguna corrección disciplinaria.”
Como se ve, siempre que un incidente de nulidad de notificaciones se resuelva en el
sentido de declararlo fundado, se impondrá al actuario judicial una corrección disciplinaria
y, además, si se causaron daños y perjuicios dicho funcionario será responsable de los
mismos. Cabe precisar que en caso de que se advierta que el actuario judicial responsable
de la notificación anulada obró con dolo, se le juzgará con arreglo a la ley.
Sobre el particular, se estima que el delito en el que podría encuadrar la conducta del
actuario que haya obrado con dolo, en términos del artículo 110 del Código Federal de
Procedimientos Penales, es el previsto en el artículo 225, fracción VIII del Código Penal
Federal, que dice:
“Artículo 225. Son delitos contra la administración de justicia, cometidos por
servidores públicos los siguientes: VIII. Retardar o entorpecer maliciosamente o por
negligencia la administración de justicia. . . A quien cometa los delitos previstos en las
fracciones…VIII…, se les impondrá pena de prisión de tres a ocho años y de quinientos a
mil quinientos días multa.”

5.7.1. Convalidación de la notificación deficiente u omitida.


El artículo 111 del Código Federal de Procedimientos Penales, dispone:
226

“Artículo 111. Si a pesar de no haberse hecho la notificación en la forma que este


Código previene, la persona que debe ser notificada se muestra sabedora de la
providencia, se tendrá por hecha la notificación.”
De la disposición transcrita se desprende que el incidente de nulidad de
notificaciones no resultaría procedente si la parte afectada por la indebida notificación o
por la falta de ésta, se manifestare “sabedora de la providencia”. Sobre el particular, debe
decirse que la locución “sabedora de la providencia” significa que la parte afectada cumple
con todos los puntos materia del acuerdo, dentro del plazo legal que, en su caso, se le
haya otorgado para tal efecto. Esto es así, pues el hecho de que el sujeto procesal
interesado en la resolución cuya notificación se omitió o se hizo en forma irregular, tome
conocimiento en forma oportuna de aquélla, le permite cumplir con los actos procesales
vinculados con dicha resolución. Así por ejemplo, si el actuario judicial omite notificar al
procesado no privado de su libertad personal un proveído en el que se le requiere para
que, en el plazo de tres días, precise el nombre de los testigos que ofreció, y no obstante
la falta de notificación el procesado cumple con tal requerimiento dentro del plazo de tres
días, es incuestionable que aquél se manifestó “sabedor de la providencia”, pues cumplió
oportunamente con el acto procesal vinculado con el referido proveído. Luego, si dicho
procesado promoviera incidente de nulidad de notificaciones en contra del proveído de
que se trata, aquél resultaría improcedente.
5.8. Reglas para practicar las notificaciones en el proceso penal federal (con
excepción de las resoluciones que ordenan el aseguramiento o la devolución de
objetos o instrumentos del delito).

5.8.1. Notificaciones personales.

5.8.1.1. Su procedencia.
Los artículos 104, 105, 106 y 107 del Código Federal de Procedimientos Penales, en
lo conducente, establecen:
“Artículo 104. Las resoluciones contra las cuales proceda el recurso de
apelación se notificarán personalmente a las partes por conducto del secretario o
actuario del tribunal.- Las demás resoluciones -con excepción de los autos que
ordenen aprehensiones, cateos, providencias precautorias, aseguramientos y otras
diligencias análogas respecto de las cuales el tribunal estime que deba guardarse sigilo
para el éxito de la investigación- se notificarán al detenido o al procesado
personalmente, y a los otros interesados en la forma señalada en el artículo 107 de este
Código.”
“Artículo 105. En los casos a que se refiere la segunda parte del artículo anterior, las
resoluciones que deban guardarse en sigilo, solamente se notificarán al Ministerio Público.
En las demás no será necesaria la notificación personal al inculpado, cuando éste
227

haya autorizado a algún defensor para que reciba las notificaciones que deban
hacérsele.”
“Artículo 106. Cuando el inculpado tenga varios defensores, designará a uno de ellos
para que reciba las notificaciones que correspondan a la defensa, sin perjuicio de que
sean notificados alguno o algunos de los demás, si lo solicitaren del tribunal.”
“Artículo 107. Los actuarios o secretarios del tribunal que hagan las notificaciones
que no sean personales, fijarán diariamente en la puerta del tribunal una lista de los
asuntos acordados, expresando únicamente el número del expediente y el nombre del
inculpado, y asentarán constancia de ese hecho en los expedientes respectivos. En los
lugares donde hubiere Boletín Judicial de la Federación, la lista se publicará en él.- Si
alguno de los interesados desea que se le haga notificación personal, podrá
concurrir a más tardar al día siguiente al en que se fije la lista o se haga la
publicación en el Boletín Judicial de la Federación, solicitándola del actuario o
secretario del tribunal…”
De los preceptos legales transcritos se desprende que las notificaciones
invariablemente se harán de manera personal:
a) Al inculpado o, en su caso, a su autorizado;
b) Tratándose de resoluciones contra las que proceda el recurso de apelación;
c) Cuando el interesado al que se le notifica por lista comparezca al órgano
jurisdiccional a más tardar al día siguiente de aquel en que se fijó la lista, a efecto de que
se le notifique personalmente el proveído correspondiente.
En relación con el supuesto precisado en el inciso a), debe decirse que al inculpado
se le deben notificar personalmente todas las resoluciones que se dictan en el proceso
penal (con excepción de aquellas que deban guardarse en sigilo). Tal forma de proceder
se explica, si se considera que la notificación personal garantiza que el inculpado tenga
conocimiento cierto del inicio, desarrollo y terminación del proceso que se sigue en su
contra, lo que le permite tener una adecuada defensa. Cabe precisar que la obligación de
notificar personalmente al inculpado las resoluciones que se dicten en el proceso, en los
casos en los que no esté privado de su libertad, está sujeta a la condición de que haya
señalado domicilio para oír notificaciones. Esto es así, pues si omitió señalar domicilio, las
resoluciones se le notificarán mediante lista.
Además, no debe perderse de vista que si el inculpado designó autorizado (y el titular
del órgano jurisdiccional pronunció el auto en el que lo tuvo por designado), las
notificaciones que correspondan al inculpado, deberán entenderse con dicho autorizado.
Por otra parte, respecto del supuesto precisado en el apartado b), resulta
conveniente transcribir el artículo 108 del Código Federal de Procedimientos Penales;
dice:
“Artículo 108. Las personas que intervengan en un proceso, designarán en la primera
diligencia un domicilio ubicado en el lugar, para recibir notificaciones. Si por cualquiera
circunstancia no hacen la designación, cambian de domicilio sin dar aviso al tribunal o
228

señalan uno falso, la notificación se les hará, aun cuando deba ser personal, en la forma
que establece el artículo anterior.”
De la disposición transcrita se desprende que los sujetos procesales principales, en
la primera diligencia en la que intervengan, deben señalar un domicilio ubicado en el lugar
donde se siga el juicio, a fin de oír notificaciones. En caso de no hacerlo, de que cambien
de domicilio sin dar aviso a la autoridad judicial que conozca del proceso o señalen uno
falso, las resoluciones que se les deban notificar en forma personal, se les notificarán en
términos del artículo 107 del Código Federal de Procedimientos Penales, esto es,
mediante lista. Por tanto, a fin de que se practique la notificación personal de las
resoluciones contra las que proceda el recurso de apelación, es necesario que el
interesado haya señalado domicilio cierto para oír notificaciones dentro de la residencia
del órgano jurisdiccional ante el que se tramite el proceso. Cabe precisar que la obligación
del inculpado de designar domicilio para oír notificaciones, lógicamente no opera si está
privado de su libertad. Esto es así, pues en ese supuesto las resoluciones le serán
notificadas en el lugar donde esté recluido.
En el inciso c) se estableció que en el caso de que se ordene una notificación por
lista, existe la posibilidad de que el interesado acuda al órgano jurisdiccional a más tardar
al día siguiente de aquel en que se fijó la lista, a fin de que la resolución correspondiente le
sea notificada en forma personal. A esta forma de notificar se le conoce como notificación
por comparecencia. Lo anterior, pues es el propio interesado el que, motu proprio,
comparece al órgano jurisdiccional a efecto de que se le notifique personalmente la
resolución que originalmente se le notificaría mediante lista.
Además de los supuestos antes explicados, los actuarios judiciales deben estar
atentos a la jurisprudencia que sustenten la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los
tribunales colegiados de Circuito. Se afirma lo anterior, pues puede suceder que una
resolución que no encuadre en alguno de los supuestos previstos en los artículos 104 a
107 del Código Federal de Procedimientos Penales, deba notificarse personalmente, en
términos de la jurisprudencia.

5.8.1.2. Notificaciones personales practicadas en el domicilio señalado por el


sujeto procesal principal.

5.8.1.2.1. Procedimiento para practicar una notificación personal cuando el


actuario judicial encuentra a los sujetos procesales principales en el domicilio que
señalaron para oír notificaciones.
Lo primero que debe hacer el actuario judicial, al practicar una notificación personal
en el domicilio del interesado, es leer cuidadosamente el escrito en el que aquél señaló
domicilio para oír notificaciones, así como el proveído que recayó a dicho ocurso. Lo
anterior, con el objeto de obtener los datos que le permitan ubicar la casa en la que deberá
229

constituirse a efecto de practicar la notificación. Una vez hecho lo anterior, procederá a


constituirse en el domicilio del interesado. Al respecto, es muy importante que el actuario
judicial se cerciore, por cualquier medio, de que el domicilio en el que se constituyó
efectivamente corresponde al que señaló el sujeto procesal interesado. Para tal efecto,
deberá observar el nombre de la calle, el número de la casa y la forma en que está
enumerada la calle (pues puede suceder que haya dos casas con el mismo número).
Hecho lo anterior, el funcionario judicial de que se trata procederá a practicar la
notificación correspondiente. En el supuesto que se expone, se parte de la hipótesis de
que el actuario judicial encuentra al sujeto procesal interesado. En este orden de ideas,
una vez que la persona buscada atiende el llamado del referido funcionario judicial, éste
deberá: a) identificarse e informar al interesado el motivo de la diligencia; b) identificar al
interesado; y, c) entregar al interesado copia simple de la resolución que se notifica.
De acuerdo con lo expuesto en el párrafo anterior, la razón que el actuario judicial
debe levantar con motivo de la notificación que practicó con el interesado, debe contener,
por lo menos, la siguiente información (ver anexo 29):
1.- El número de causa penal.
2.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del interesado.
3.- Nombre y apellidos, cargo y órgano jurisdiccional al que está adscrito el actuario
judicial.
4.- Nombre y apellidos del interesado, así como la forma en que se identificó.
5.- Fecha de la resolución que se notificó y la circunstancia de que se entregó al
interesado copia simple de ésta.
6.- En su caso, lo que el interesado hubiere manifestado durante la práctica de la
diligencia.
7. Firma del funcionario judicial y de la persona interesada. Si ésta no supiere o no
quisiere firmar, se hará constar tal circunstancia.
Es importante destacar que tratándose de autos en los que se resuelve la situación
jurídica del inculpado, sentencias interlocutorias o definitivas y, en general, cualquier
resolución que contenga uno o más puntos resolutivos, no es necesario que en la razón
actuarial se haga constar que se informó al interesado el contenido de cada uno de dichos
puntos resolutivos. Se afirma lo anterior, pues basta con que en la citada razón se precise
la resolución que se notifica, para tener por legalmente hecha la notificación. Esto es así,
pues mediante la notificación se pone en conocimiento del interesado el contenido íntegro
de la resolución que se notifica (precisamente porque se le corre traslado con copia simple
de dicha resolución, en la que consta su texto) y no únicamente una parte de ella. Este
aserto se corrobora con el siguiente criterio:
“PROCESO SUMARIO. LA NOTIFICACIÓN AL INCULPADO Y A SU DEFENSOR
DEL AUTO DE TÉRMINO CONSTITUCIONAL EN EL QUE SE DECRETA ES
SUFICIENTE PARA QUE AQUÉL ESTÉ EN APTITUD DE EJERCER SU DERECHO A
OPTAR POR EL PROCESO ORDINARIO, EN TÉRMINOS DE LO DISPUESTO EN EL
230

ÚLTIMO PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 152 DEL CÓDIGO FEDERAL DE


PROCEDIMIENTOS PENALES. Si la notificación constituye un acto legal por medio del
cual se da a conocer el contenido de una resolución, en este caso al inculpado y a su
defensor, dicha notificación comprende la resolución; por tanto, al notificar el auto de
término constitucional, en el que además de establecer la situación jurídica del inculpado
en el proceso, se establece la forma en como se va a tramitar el mismo (sumaria u
ordinaria), es lógico que se hace del conocimiento de los antes citados dicha cuestión;
toda vez que al realizar el funcionario judicial la notificación de una resolución
implica que la hace del conocimiento del interesado en su totalidad y no solamente
de una parte de ella, por tal motivo, aun cuando en un auto de término
constitucional en el que se decreta la formal prisión o la sujeción a proceso del
inculpado destaca la situación jurídica de éste respecto del proceso seguido en su
contra, tal situación no desvirtúa el hecho de que para que la notificación sea legal
abarque todos aquellos aspectos que tengan que hacerse del conocimiento del
inculpado para que esté en aptitud de defenderse, como en el caso es la apertura
del proceso sumario. En consecuencia, no constituye una violación al procedimiento el
hecho de que no se consigne en la notificación del auto de término constitucional, una
constancia fehaciente de que se hizo del conocimiento al inculpado y a su defensor la
apertura del procedimiento sumario.”99[1]
Por otra parte, al practicar notificaciones personales, los actuarios judiciales deben
tener presente el artículo 369 del Código Federal de Procedimientos Penales, que dice:
“Artículo 369. Al notificarse al acusado la sentencia definitiva de primera instancia, se
le hará saber el término que la ley concede para interponer el recurso de apelación; lo que
se hará constar en el proceso.- La omisión de este requisito surte el efecto de duplicar el
término legal para interponer el recurso, y el secretario o actuario que haya incurrido en
ella, será castigado disciplinariamente por el tribunal que conozca del recurso, con una
multa de cinco a cincuenta pesos.”
De la disposición legal transcrita se desprende que si la resolución que se va a
notificar es la sentencia definitiva de primera instancia, y a quien se va a notificar es el
inculpado, el actuario judicial, al practicar la notificación correspondiente, debe informarle
el plazo que la ley le concede para interponer el recurso de apelación. De lo contrario, se
impondrá a dicho funcionario judicial una multa de cinco a cincuenta pesos.
Cabe precisar que si el inculpado designó autorizado, la sentencia definitiva de
primera instancia se le deberá notificar a este último. En este caso, el actuario judicial
deberá informarle al autorizado el término que la ley le concede para interponer el recurso
de apelación. Esto es así, pues debe entenderse que las diligencias que se practican con
el autorizado tienen la misma validez que aquellas que se practican con el inculpado.

99[1]
Jurisprudencia número 1a./J.60/2003, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 24, del Tomo XIX, Febrero de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 182128.
231

5.8.1.2.2. Procedimiento para practicar una notificación personal en el domicilio


señalado por el interesado, en el caso de que éste no se encuentre pero la diligencia
se entienda con otra persona.
Puede suceder que el actuario judicial al que se haya encomendado la notificación
correspondiente, al constituirse en el domicilio del sujeto procesal interesado, no
encuentre a éste, pero sí a alguna otra persona, por ejemplo, un familiar o empleado de
aquél. En este supuesto el mencionado funcionario judicial puede entender la diligencia
con la persona que lo atienda. En efecto, el artículo 109 del Código Federal de
Procedimientos Penales, en lo conducente, dice:
“Artículo 109…Si no se encuentra al interesado en el domicilio designado, se le
dejará con cualquiera de las personas que allí residan, una cédula que contendrá: nombre
del tribunal que la dicte, causa en la cual se dicta, transcripción, en lo conducente, de la
resolución que se le notifique, día y hora en que se hace dicha notificación y persona en
poder de la cual se deja, expresándose, además, el motivo por el cual no se hizo en
persona al interesado…”
De la disposición transcrita se infiere que si es una persona distinta del sujeto
procesal principal la que atiende el llamado del actuario judicial, éste deberá proceder de
la siguiente forma: a) identificarse e informar a la persona que atendió su llamado el
motivo de la diligencia; b) solicitar la presencia del interesado (en el supuesto que se
expone éste no se encuentra en el domicilio); c) identificar a la persona con la que
entienda la diligencia; y, d) entregar a la referida persona una cédula de notificación.
La cédula que el actuario judicial tiene que dejar en poder de la persona con quien
entiende la notificación, debe contener los siguientes datos (ver anexo 30):
1.- La indicación de que se trate de una cédula de notificación.
2.- Nombre y apellidos del actuario judicial.
3.- Denominación del órgano jurisdiccional que dictó la resolución.
4.- Causa penal en la que se dictó la resolución.
5.- Día y hora en que se hace la notificación y nombre y apellidos de la persona a la
que se hizo entrega de la cédula.
6.- Lugar donde se practica la notificación.
7.- El motivo por el cual no se notificó personalmente al interesado.
8.- Transcripción, en lo conducente, de la resolución que se notifica.
9.- Firma del actuario judicial y nombre y firma de la persona con quien entendió la
diligencia. Si ésta no quisiere o no supiere firmar, se hará constar tal circunstancia.
En relación con el requisito precisado en el número 8, debe decirse que los actuarios
judiciales deben tener especial cuidado al hacer el resumen de la resolución que notifican,
pues dicho resumen debe contener todos los puntos materia de la resolución y no
solamente uno o algunos de ellos. Cabe precisar que en la práctica, los actuarios
judiciales, en lugar de hacer un resumen de la resolución correspondiente, entregan copia
232

simple de ésta y en la cédula de notificación asientan “se anexa copia simple de la


resolución de ______ de ______ de dos mil _______”. Al respecto, conviene precisar que
tal forma de proceder se estima ajustada a derecho.
Además de entregar la cédula de notificación, el actuario judicial debe levantar una
razón en la que haga constar el motivo por el que entregó dicha cédula a una persona
distinta del interesado, así como los pormenores de la diligencia. En este sentido, la razón
de que se trata debe contener, por lo menos, los siguientes datos (ver anexo 31):
1.- La mención de que se trata de una razón de notificación por cédula.
2.- Fecha y hora en que se practicó la diligencia.
3.- Nombre, apellidos y cargo del funcionario judicial que practicó la diligencia.
4.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó el actuario judicial, así como el
nombre y apellidos del interesado.
5.- Fecha de la resolución que se notificó y el número de causa penal.
6.- Nombre y apellidos de la persona con quien se entendió la notificación, la forma
en que se identificó y el hecho de que el actuario judicial le informó el motivo de la
diligencia.
7.- Lo expuesto por la persona con quien se entendió la diligencia, en el sentido de
que en ese domicilio puede notificarse al interesado pero que en ese momento no se
encuentra.
8.- La mención de que se entregó a la persona con quien se entendió la diligencia
cédula de notificación, y el hecho de que se procedió en esos términos en virtud de no
haber encontrado al interesado.
9.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia recibió de
conformidad la cédula de notificación.
10.- Firma del actuario judicial.
Es muy importante que el actuario judicial que se constituye por primera vez en el
domicilio del interesado, se cerciore de que en aquél puede ser localizado el propio
interesado. Para ello, el funcionario judicial de que se trata debe asegurarse de cuestionar
a la persona con quien entienda la diligencia, si en esa casa puede encontrarse al
interesado, debiendo asentar la respuesta correspondiente.
Una vez que el actuario judicial practicó la notificación correspondiente, deberá
agregar a los autos del proceso penal, las siguientes constancias: a) cédula de
notificación; y, b) la razón que levantó con motivo de la diligencia.
En relación con lo anterior, el actuario judicial debe tener presente el siguiente
criterio:
“NOTIFICACIÓN PERSONAL EN MATERIA PENAL. ES REQUISITO ESENCIAL
QUE CONSTE EN AUTOS LA ENTREGA DE LA CÉDULA DE NOTIFICACIÓN PARA
TENER POR LEGAL LA DILIGENCIA, CUANDO NO SE ENCUENTRE AL
INTERESADO. El artículo 109 del Código Federal de Procedimientos Penales establece
los requisitos para llevar a cabo las notificaciones personales en los domicilios designados
233

por las partes, precisando que en el caso de que no se encuentre el interesado, aquélla se
hará mediante cédula de notificación, la que contendrá el nombre del juzgado en el cual se
tramita, causa en la que se dicta, transcripción, en lo conducente, de la resolución que se
le notifique, fecha y hora de la notificación y el nombre de la persona que la recibe,
expresándose, además, el motivo por el que no se hizo directamente al interesado, misma
que se dejará en poder de la persona que ahí resida, o bien, negándose a recibirla o si no
encuentra a nadie en el domicilio de que se trate, el funcionario encargado para tal efecto,
fijará dicha cédula en la puerta de entrada. Sin embargo, no es suficiente para tener por
legal la notificación del requerimiento para que el reo se presente a rendir su declaración
preparatoria ante un juzgado federal, que el fedatario público asiente en su razón que
entrega la cédula de notificación a la persona con quien entiende la diligencia, sino que
además debe aparecer en el expediente tal circunstancia, ya que ante la omisión en que
incurre aquél de no agregar copia de la cédula, no es posible tener la certeza jurídica de
que el interesado tuvo o no oportunidad de conocer el acuerdo en el que consten los datos
para acudir al llamado que se le hizo, pues no debe perderse de vista que si el legislador
previó que se cumpliera con esa formalidad, fue con la finalidad de asegurar que las
resoluciones de las autoridades competentes, cuya notificación se ordene de manera
personal, se hagan del conocimiento de la parte a quien se dirige; en consecuencia, si la
referida diligencia no reúne los requisitos esenciales exigidos por el ordenamiento legal en
cita, ésta resulta ilegal y, por ende, violatoria de las garantías consagradas en los artículos
14 y 16 constitucionales.”100[1]

5.8.1.2.3. Procedimiento para practicar una notificación personal en el domicilio


designado por el interesado, cuando nadie acude al llamado del actuario judicial o
quien acude se niega a recibir la notificación.
En este caso, lo que debe hacer el actuario judicial es fijar en la puerta principal de la
casa del interesado la cédula de notificación. Lo anterior, en términos del artículo 109 del
Código Federal de Procedimientos Penales, que en lo conducente dice:
“Artículo 109…Si el que deba ser notificado se niega a recibir al funcionario
encargado de hacer la notificación, o las personas que residen en el domicilio se rehúsan
a recibir la cédula, o no se encuentra nadie en el lugar, se fijará la cédula en la puerta
de entrada.”
Cabe precisar que previamente a fijar dicha cédula el funcionario judicial de que se
trata debe cerciorarse, por cualquier medio, de que el interesado puede ser encontrado en
dicho inmueble (si es la primera vez que se constituye en el mismo). Para ello, el referido
funcionario podrá interrogar a los vecinos.

100[1]
Tesis aislada XX.2o.9 P, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, visible en la pág.
1091, del Tomo XIII, Abril de 2001, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004,
núm. reg. 189932.
234

Para que quede constancia de que se practicó la notificación encomendada, el


actuario judicial debe levantar la razón correspondiente. Ésta debe contener, por lo menos,
la siguiente información:
1.- La mención de que se trata de una razón de notificación por cédula.
2.- Fecha y hora en que se practicó la diligencia.
3.- Nombre, apellidos y cargo del funcionario judicial que practicó la diligencia.
4.- La ubicación del domicilio en el que se practicó la diligencia y el nombre y
apellidos del interesado.
5.- La forma en que el actuario se cercioró de que en el inmueble en el que se
constituyó efectivamente podía localizarse al interesado.
6.- Fecha de la resolución que se notificó y el número de causa penal.
7.- La circunstancia de que nadie atendió su llamado, o de que al ser atendido por el
propio interesado o por cualquier otra persona, éstos se negaron a recibir la notificación.
En los dos últimos supuestos el actuario asentará, de ser posible, el nombre y apellidos de
la persona que se negó a recibir la notificación, así como su media filiación.
8.- La mención de que la cédula de notificación se fijó en la puerta de entrada del
domicilio señalado para oír notificaciones.
9.- Firma del actuario judicial.
En el supuesto de que el actuario judicial no pueda cerciorarse de que el inmueble en
el que se constituyó corresponda al que señaló el interesado, se abstendrá de practicar la
notificación y procederá a levantar la razón correspondiente, con la que se dará cuenta al
titular del órgano jurisdiccional, a efecto de que determine lo conducente.

5.8.1.2.4. Notificaciones personales practicadas en el tribunal ante el que se


tramita el proceso (notificación personal por comparecencia).
El artículo 107 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo que interesa,
dispone:
“Artículo 107. Los actuarios o secretarios que hagan las notificaciones que no sean
personales, fijarán diariamente en la puerta del tribunal una lista de los asuntos acordados,
expresando únicamente el número del expediente y el nombre del inculpado, y asentarán
constancia de ese hecho en los expedientes respectivos. En los lugares donde hubiere
Boletín Judicial de la Federación, la lista se publicará en él.- Si alguno de los
interesados desea que se le haga notificación personal, podrá concurrir a más
tardar al día siguiente al en que se fije la lista o se haga la publicación en el Boletín
Judicial de la Federación, solicitándola del actuario o secretario del tribunal…”
De la disposición legal transcrita se desprende que la notificación por comparecencia
se actualiza cuando el interesado al que se le notifica por lista una resolución, acude al
órgano jurisdiccional a más tardar al día siguiente de que se fijó dicha lista, a efecto de
que se le notifique personalmente la resolución respectiva.
235

La notificación por comparecencia tiene como característica particular que es el


interesado el que, motu proprio, acude al órgano jurisdiccional con el objeto de que se le
notifique personalmente una resolución. De dicha notificación deberá levantarse la razón
correspondiente. Ésta deberá contener, por lo menos, los siguientes datos (ver anexo 32):
1.- La mención de que se trata de una notificación por comparecencia.
2.- El número de causa penal o incidente en el que se haya dictado la resolución que
se notifica.
3.- Lugar, fecha y hora en que se llevó a cabo la notificación personal.
4.- La mención de que el interesado compareció al órgano jurisdiccional, la forma en
que se identificó, el motivo de su presencia y el carácter que tiene en el juicio.
5.- La fecha de la resolución que se notifica.
6.- Firma del compareciente y del actuario judicial.
La mencionada razón debe agregarse a los autos del expediente de que se trate,
inmediatamente después del proveído que se notificó.
Conviene precisar que en estos casos no se da una doble notificación, pues la que
surte sus efectos es la notificación personal y no la que se practica por lista. En efecto, ya
se dijo que las notificaciones por lista surten sus efectos al tercer día de que ésta se fijó.
Luego, si el interesado comparece al órgano jurisdiccional a más tardar al día siguiente de
que se fijó la lista (esto es, antes de que surta sus efectos la notificación por lista), con el
objeto de que se le notifique personalmente la resolución, la notificación que surtirá sus
efectos es la personal (pues según se vio, la notificación personal se tiene por hecha y
surte sus efectos legales en el momento en que se practica). En este orden de ideas, una
vez hecha la notificación personal (por comparecencia), el actuario judicial debe
abstenerse de asentar la razón en la que se afirma que la notificación por lista surtió sus
efectos legales.
Cabe destacar que si son varios los sujetos a los que se les notifica por lista y
únicamente uno de ellos comparece al órgano jurisdiccional para que se le haga la
notificación en forma personal, el actuario judicial, al levantar la razón en la que se afirma
que la notificación por lista surtió sus efectos legales, debe precisar, en forma destacada,
los sujetos procesales respecto de los que surtió efectos tal clase de notificación
(únicamente respecto de los sujetos que no comparecieron al órgano jurisdiccional).

5.8.1.2.5. Notificación personal al inculpado privado de su libertad personal.


En este supuesto, la notificación personal puede realizarse: a) en el establecimiento
carcelario en el que esté recluido el activo del delito; o, b) en la reja de prácticas del
órgano judicial ante el que se tramita el proceso penal.
En el primer caso, el actuario judicial debe constituirse en el centro de reclusión
correspondiente, a fin de solicitar al personal de dicho establecimiento que presenten ante
él al inculpado de que se trate, para notificarle la resolución respectiva. De la respectiva
diligencia, el referido funcionario judicial deberá levantar la razón correspondiente.
236

Por lo que respecta a la segunda hipótesis (que la notificación se lleve a cabo en la


reja de prácticas del órgano jurisdiccional), debe decirse que si el encausado es
trasladado a la reja de prácticas del órgano judicial para que intervenga en alguna
audiencia (por ejemplo, desahogo de una prueba) y resulta que el actuario tenía que
notificarle una resolución, podrá válidamente aprovechar la presencia de aquél para
practicar la notificación correspondiente. De dicha notificación deberá levantar la razón
respectiva. Ésta deberá contener el número de causa penal en la que se dictó el auto o
resolución correspondiente, el nombre del actuario judicial, la hora y fecha en que se
practicó la notificación, fecha de la resolución que se notifica, nombre del inculpado y firma
del actuario judicial.
Ahora bien ¿qué pasa si al constituirse en el centro de readaptación social o en la
reja de prácticas del órgano jurisdiccional, a efecto de notificar personalmente al inculpado
una resolución, éste se niega a recibirla?
Se estima que lo que debe hacer el actuario judicial, es levantar una razón en la que
haga constar la negativa del procesado de recibir la notificación. Con tal razón se deberá
dar cuenta al titular del órgano jurisdiccional a efecto de que determine lo conducente.

5.8.1.2.6. Notificaciones personales que deban practicarse fuera del lugar


donde se tramita el proceso penal.
El artículo 46 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo conducente,
estatuye:
“Artículo 46. Cuando tengan que practicarse diligencias judiciales fuera del territorio
jurisdiccional del tribunal que conozca del asunto, se encomendará su cumplimiento al de
igual categoría del territorio jurisdiccional donde deban practicarse.- Si las diligencias
tuvieren que practicarse fuera del lugar de la residencia del tribunal, pero dentro de su
territorio jurisdiccional, y aquél no pudiere trasladarse, se encargará su cumplimiento al
inferior del mismo fuero, o a la autoridad judicial del orden común del lugar donde deban
practicarse.- Se empleará la forma de exhorto cuando se dirija a un tribunal igual en
categoría, y de requisitoria cuando se dirija a un inferior.”
La disposición transcrita prevé dos hipótesis, a saber: a) cuando la diligencia judicial
tenga que practicarse fuera del territorio jurisdiccional del tribunal ante el que se tramite el
proceso; y, b) cuando la diligencia judicial tenga que practicarse dentro del territorio
jurisdiccional del tribunal, pero fuera de su lugar de residencia. En el primer caso, el titular
del órgano jurisdiccional librará exhorto al titular que tenga jurisdicción en el lugar en que
deba practicarse la diligencia. En la hipótesis apuntada en el inciso b), la práctica de la
diligencia se encomendará al inferior jerárquico del mismo fuero o a la autoridad judicial
del fuero común del lugar en que deba practicarse dicha diligencia. Para tal efecto, deberá
librarse la requisitoria correspondiente.
En relación con lo anterior, conviene citar el siguiente criterio:
237

“EXHORTOS Y REQUISITORIAS, FACULTADES DE LOS JUECES DE DISTRITO


SOBRE LOS DEL ORDEN COMÚN. En tanto que el exhorto contiene una súplica al
tribunal a quien se dirige, la requisitoria encierra una orden al Juez requerido; y si el
artículo 81, párrafo quinto, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación se
refiere a los casos en que los Jueces de Distrito ordenen la práctica de diligencias a los del
fuero común, debe entenderse, lógicamente, que al emplear tal verbo el legislador esta
autorizando, de modo tácito, a los Jueces Federales para que por medio de requisitorias
encomienden la práctica de diligencias a los Jueces del orden común. Por otra parte, si
conforme al párrafo tercero del artículo 46 del Código Federal de Procedimientos Penales,
los exhortos se dirigen a tribunales de igual categoría y las requisitorias a tribunales
inferiores, se concluye, relacionando tal prevención con las de los artículos 1o., 51 y 81,
párrafo quinto, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que el legislador
atribuye a los Jueces de Distrito una categoría superior a la que corresponde a los Jueces
del orden común cuando actúan como auxiliares de la justicia federal.”101[1]
Es importante que los actuarios judiciales conozcan lo antes expuesto, en virtud de
que si bien, en rigor, corresponde al secretario encargado del trámite del proceso elaborar
el exhorto o la requisitoria respectiva (pues son los secretarios, junto con los titulares de
los órganos jurisdiccionales los que firman los exhortos o requisitorias); sin embargo,
algunos titulares de los órganos jurisdiccionales federales encomiendan la elaboración de
aquéllos a los actuarios.

5.8.2. Notificaciones por lista.

5.8.2.1. Su procedencia.
El artículo 107 del Código Federal de Procedimientos Penales, estatuye:
“Artículo 107. Los actuarios o secretarios que hagan las notificaciones que no sean
personales, fijarán diariamente en la puerta del tribunal una lista de los asuntos acordados,
expresando únicamente el número del expediente y el nombre del inculpado, y asentarán
constancia de ese hecho en los expedientes respectivos. En los lugares donde hubiere
Boletín Judicial de la Federación, la lista se publicará en él.- Si alguno de los interesados
desea que se le haga notificación personal, podrá ocurrir a más tardar al día siguiente al
en que se fije la lista o se haga la publicación en el Boletín Judicial de la Federación,
solicitándola del actuario o secretario del tribunal. Si no se presentaran los interesados en
ese término, la notificación se tendrá por hecha al tercer día de que se fije la lista en la
puerta del Tribunal o de que se hubiere publicado en el Boletín Oficial.”
De la disposición transcrita, se desprende que las notificaciones que no deban
hacerse en forma personal, se practicarán mediante lista. Luego, este tipo de notificación
procede respecto de resoluciones que no se ubiquen en alguno de los supuestos previstos

101[1]
Tesis sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 42, del Volumen
Primera Parte, XXXV, Sexta Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 258382.
238

en el artículo 104 del Código Federal de Procedimientos Penales (que establece las
resoluciones que deben notificarse en forma personal).
Por otra parte, el artículo 108 del referido ordenamiento legal, establece:
“Artículo 108. Las personas que intervengan en un proceso, designarán en la primera
diligencia un domicilio ubicado en el lugar, para recibir notificaciones. Si por cualquiera
circunstancia no hacen la designación, cambian de domicilio sin dar aviso al tribunal o
señalan uno falso, la notificación se les hará aun cuando deba ser personal, en la
forma que establece el artículo anterior.”
Del citado precepto se desprende que los sujetos procesales, en la primera diligencia
en la que intervengan, deben señalar domicilio para recibir notificaciones. Tal domicilio
debe estar ubicado dentro del lugar donde reside el juzgado ante el que se ventile el
proceso. En caso de que los sujetos procesales no cumplan con esta obligación o señalen
un domicilio falso o cambien de domicilio sin informarlo al órgano judicial que conozca del
asunto, las resoluciones que se les deban notificar personalmente, se les notificarán
mediante lista.
De lo hasta aquí expuesto se advierte que procede notificar por lista: a) las
resoluciones que no deban notificarse en forma personal; y, b) las resoluciones que
debiéndose notificar en forma personal, no puedan comunicarse de ese modo en virtud de
que el o los interesados hayan omitido señalar domicilio dentro del lugar donde reside el
juzgado ante el que se tramita el proceso, hayan señalado uno falso o no hayan dado
aviso al juez del cambio de domicilio.

5.8.2.2. Procedimiento para practicar las notificaciones por lista.


Del artículo 107 del Código Federal de Procedimientos Penales (que se transcribió en
el apartado que antecede), en relación con el diverso precepto 103 del mismo
ordenamiento legal (que establece que las notificaciones deben hacerse a más tardar al
día siguiente de aquel en que se dicten las resoluciones que las motiven) se advierte que
la lista de notificación debe fijarse en los estrados del juzgado o en un lugar visible del
mismo a más tardar al día siguiente de aquel en que se emitió la resolución que se
notifica.
Existe una excepción a dicha regla (que la lista se fije a más tardar al día siguiente de
aquel en que se dictó la resolución que se notifica). Se actualiza cuando habiéndose
intentado la notificación personal de una resolución (precisamente al día siguiente de que
ésta se dictó) aquélla no pudo practicarse (por ejemplo, porque el interesado cambió de
domicilio sin dar aviso a la autoridad judicial). En este caso, la resolución de que se trata
se notificará por lista después de que el titular, con vista en la razón actuarial
correspondiente (en la que se haya asentado el motivo por el que no pudo practicarse la
notificación personal) haya ordenado que la resolución respectiva se notifique por lista.
Ahora bien, el referido artículo 107 del Código Federal de Procedimientos Penales,
no establece la hora en que debe fijarse la lista. No obstante, en la práctica los órganos
239

jurisdiccionales generalmente tienen un horario de atención al público. Dicho horario es el


comprendido de las nueve a las catorce horas con treinta minutos. En tales condiciones,
se estima que lo conveniente es que la lista se fije en los estrados del órgano jurisdiccional
o en un lugar visible del mismo, a primera hora de labores y quede fijada durante el resto
del día, a efecto de que los litigantes puedan consultarla. De este modo los justiciables
tienen la certeza de que a partir de las nueve horas podrán conocer el contenido de la
resolución que se dictó en los asuntos en los que intervienen. Así se evita que aquéllos
pudieren quedar en estado de indefensión por no conocer con la debida oportunidad las
resoluciones emitidas en los procesos penales. Por tal razón, resulta necesario que el
actuario judicial responsable de practicar las notificaciones por lista, asiente en ésta la
fecha y hora en que la fijó.
Por otro lado, los datos que debe contener la lista, conforme al primer párrafo del
artículo 107 del código adjetivo penal federal, son: a) número del expediente; y, b) nombre
del inculpado.
Se estima que a los anteriores datos pueden válidamente agregarse otros, que
generen mayor certeza y pongan de manifiesto que el actuario judicial cumplió con todas y
cada una de las formalidades que dicho ordenamiento legal establece para la práctica de
este tipo de notificación (como el hecho de que la lista se hubiere fijado a más tardar al día
siguiente de dictada la resolución que se notifica). Así las cosas, es conveniente que la
lista de notificación contenga los siguientes datos (ver anexo 33):
1.- La mención de que se trata de una lista de notificación.
2.- Denominación del órgano jurisdiccional.
3.- Número de expediente.
4.- Nombre del inculpado.
5.- Fecha y hora en que se publicó la lista.
6.- Fecha del acuerdo que se notifica.
7.- Síntesis de la resolución que se notifica.
8.- Firma del funcionario judicial responsable de la publicación.
En relación con el requisito precisado en el número 7, debe decirse que es muy
importante que los actuarios judiciales tengan conocimiento de que la forma en que debe
resumirse la resolución que se notifica por lista, es distinta de la manera en que debe
hacerse el resumen de la resolución que se notifica por cédula. En efecto, como la lista
contiene una relación de todos los asuntos en los que se dictó una resolución que se
notifica por ese medio, el resumen de aquélla debe hacerse en unos cuantos renglones,
esto es, dicho resumen únicamente debe contener, en forma muy abreviada, lo esencial
de la resolución. De lo contrario, la lista de notificación quedaría integrada por un número
excesivo de hojas lo que, además de dificultar a los justiciables la rápida localización de la
resolución en cuyo sentido están interesados, resultaría inconducente si se considera que
aquéllos, después de consultar la lista de notificación, pueden válidamente solicitar el
expediente respectivo para conocer detalladamente la resolución correspondiente.
240

Por otra parte, como la cédula de notificación se entrega en el domicilio del sujeto
procesal interesado (lo que le impide consultar el expediente respectivo), el resumen de la
resolución que por ese medio se notifica debe ser más exhaustivo, es decir, la síntesis de
aquélla debe hacerse en forma tal que se tenga la certeza de que el interesado, con sólo
leer dicha síntesis, tomará conocimiento no sólo de todos los puntos materia de la
resolución sino de las razones torales en que aquéllos se sustentan.
Sentado lo anterior, debe decirse que además de la publicación de la lista de
notificación, el actuario judicial debe asentar, en cada uno de los asuntos en los que se
dictó el auto que se notificó por lista, la razón de notificación correspondiente. Dicha razón
se asienta inmediatamente después de la resolución que se notifica.
En relación con la forma en que se asienta la razón de que se trata, debe decirse que
normalmente se utilizan sellos en los que se hace constar que la resolución
correspondiente se publicó en la lista de notificación a las nueve horas del día que
corresponda. Asimismo, se estampan otros sellos en los que se asienta la fecha en que
surtió sus efectos la notificación.
No está por demás precisar que dichos sellos se utilizan porque facilitan el trabajo de
los actuarios judiciales. Sin embargo, el uso de aquéllos no es obligatorio, dado que los
actuarios pueden válidamente asentar con su puño y letra las razones correspondientes.

5.8.3. Notificaciones a los sujetos procesales auxiliares.


Ya se expuso que los sujetos procesales auxiliares son autoridades o funcionarios
que ejecutan determinaciones adoptadas por el juez del proceso. Asimismo, quedó
establecido que las notificaciones que deben entenderse con tales sujetos, siempre se
practican por oficio.
Ahora bien, el Código Federal de Procedimientos Penales no establece en un
capítulo determinado las resoluciones que deben ponerse en conocimiento de los sujetos
procesales auxiliares. Se afirma lo anterior, pues los artículos que establecen tales
resoluciones están dispersos en los diversos capítulos del referido ordenamiento legal.
Así, por ejemplo, los artículos 165, 225 y 531 del código adjetivo penal federal de que se
trata, dicen:
“Artículo 165.- Dictado el auto de formal prisión o el de sujeción a proceso se
identificará al procesado por el sistema adoptado administrativamente. En todo caso se
comunicarán a las oficinas de identificación las resoluciones que pongan fin al proceso
y que hayan causado ejecutoria, para se que hagan las anotaciones correspondientes.-
Las constancias de antecedentes penales y los documentos o fichas en que conste la
identificación de individuos indiciados o inculpados con motivo de cualquier averiguación o
proceso penal, sólo se proporcionarán por las oficinas respectivas cuando lo requiera una
autoridad competente, fundando y motivando su requerimiento, o cuando se solicite por
ser necesarias para ejercitar un derecho o cumplir un deber legalmente previstos.”
241

“Artículo 225.- La designación de peritos hecha por el tribunal o por el Ministerio


Público deberá recaer en las personas que desempeñen ese empleo por nombramiento
oficial y a sueldo fijo, o bien en personas que presten sus servicios en dependencias del
Gobierno Federal, en Universidades del país, o que pertenezcan a Asociaciones de
Profesionistas reconocidas en la República.”
“Artículo 531.- Pronunciada una sentencia ejecutoriada condenatoria o absolutoria, el
juez o el tribunal que las pronuncie expedirá dentro de cuarenta y ocho horas, una
copia certificada para la Dirección General de Prevención y Readaptación Social,
con los datos de identificación del reo. El incumplimiento de esta disposición será
sancionado con una multa de cinco a quince días de salario mínimo.- El juez está obligado
a dictar de oficio, todas las providencias conducentes para que el reo sea puesto a
disposición de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social. El
incumplimiento de esta obligación se sancionará con multa de veinte a cuarenta días de
salario mínimo.”
Las resoluciones que, conforme a los citados artículos deben hacerse del
conocimiento de los sujetos procesales auxiliares, se notifican mediante oficio. Éste debe
entregarse en la oficialía de partes o en la oficina de correspondencia de la autoridad o
institución que corresponda. El acuse de recibo generalmente lo constituye el duplicado
del oficio en el que se asienta el sello de la autoridad o institución respectiva, la hora y
fecha en que se entregó el oficio y el nombre y firma de la persona que lo recibió. En caso
de que al oficio se adjunte algún documento, es necesario que la persona que lo reciba
asiente en el acuse correspondiente la documentación que obra anexa al oficio.
El oficio debe contener, por lo menos, los siguientes datos (ver anexo 34):
1.- El número de oficio y causa penal del que deriva.
2.- La denominación de la autoridad o institución a quien se dirige.
3.- Transcripción o síntesis de la resolución que se comunica.
4.- El plazo en que debe cumplirse con el mandato judicial contenido en el oficio y, en
su caso, el apercibimiento respectivo.
5. En caso de que se adjunten documentos, precisar el número de ellos y de qué
clase de documentos se trata.
6.- Fecha y lugar en que se expide el oficio.
7.- Nombre y firma del funcionario judicial.
8.- Sello del juzgado o tribunal que expide el oficio.
Cabe precisar que, por lo general, es el secretario encargado del trámite del proceso
el que elabora el oficio de notificación correspondiente. No obstante, hay titulares que
encomiendan la elaboración del mismo a los actuarios judiciales.

ANEXO 34

Oficio____
242

Causa penal _____

Coordinador General de Servicios Periciales de la Procuraduría General de


Justicia del Distrito Federal.

Por este medio informo a Usted que en resolución de ____ de ____ de dos mil
cinco, dictada en los autos de la causa penal al rubro indicada, se decretó auto de formal
prisión a __________, por el delito de ____________. Por tal motivo, con fundamento en
los artículos 41, párrafo primero, y 165, del Código Federal de Procedimientos Penales, lo
requiero para que en el plazo de cinco días hábiles, contados a partir del siguiente al en
que reciba el presente oficio, remita a esta autoridad judicial la ficha signalética del
procesado de que se trata, así como informe si éste cuenta o no con antecedentes
penales por delitos del fuero común. Lo apercibo que en caso de incumplir lo ordenado, se
le impondrá como medio de apremio una multa equivalente a veinte días de salario
mínimo general vigente en esta ciudad capital, conforme a lo dispuesto en el diverso
artículo 44, fracción I, del código adjetivo invocado.
No omito informarle que el citado inculpado está interno en el Reclusorio Preventivo
Varonil Oriente. Esto, a fin de que proceda a identificarlo administrativamente.
Sin más por el momento, reciba un cordial saludo.

México, Distrito Federal, a ______ de ______ de dos mil ___.


A t e n t a m e n t e.
El Juez ________ de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito
Federal.

Licenciado __________________.

5.9. Notificación de las resoluciones en las que se decreta el aseguramiento de


bienes o su devolución.
La notificación de las resoluciones en las que se ordena el aseguramiento de bienes
o su devolución, está sujeta a una regulación especial. Dicha regulación está contenida en
el Título Quinto (relativo a disposiciones comunes a la averiguación previa y a la
instrucción), Capítulo II (intitulado “Huellas del delito. Aseguramiento de los instrumentos y
objetos del mismo”) del Código Federal de Procedimientos Penales. A continuación se
explicarán las reglas a las que deben ajustarse los actuarios judiciales al practicar las
notificaciones de tales resoluciones.
243

5.9.1. Plazo para notificar la resolución en la que se decreta el aseguramiento


de bienes o su devolución.
Los artículos 182 fracción I, 182-A y 182-Ñ del Código Federal de Procedimientos
Penales, establecen:
“Artículo 182. Al realizar el aseguramiento, los Agentes del Ministerio Público, con el
auxilio de la Agencia Federal de Investigaciones, o bien, los actuarios y demás
funcionarios que designe la autoridad judicial para practicar la diligencia, según
corresponda, deberán: I. Levantar acta que incluya inventario con la descripción y el
estado en que se encuentran los bienes que se aseguren.”
“Artículo 182-A. La autoridad judicial o el Ministerio Público que decreten el
aseguramiento deberán notificar al interesado o a su representante legal dentro de los
sesenta días naturales siguientes a su ejecución, entregando o poniendo a su disposición,
según sea el caso, una copia certificada del acta a que se refiere la fracción I del artículo
anterior, para que manifieste lo que a su derecho convenga.- En dicha notificación se
apercibirá al interesado o a su representante legal para que no enajene o grave los bienes
asegurados.- En la notificación deberá apercibirse al interesado o a su representante legal,
que de no manifestar lo que a su derecho convenga, en un término de noventa días
naturales siguientes al de la notificación, los bienes causarán abandono a favor del
Gobierno Federal.”
“Artículo 182-Ñ. Cuando proceda la devolución de bienes asegurados, éstos
quedarán a disposición de quien acredite tener derecho a ellos. La autoridad judicial o el
Ministerio Público notificará su resolución al interesado o al representante legal dentro de
los treinta días siguientes, para que en el plazo de tres meses a partir de la notificación se
presente a recogerlos, bajo el apercibimiento que de no hacerlo los bienes causarán
abandono a favor del Gobierno Federal.- Cuando se haya hecho constar el aseguramiento
de los bienes en los registros públicos, la autoridad judicial o el Ministerio Público ordenará
su cancelación.”
De los preceptos legales transcritos se desprende, entre otras cosas, que:
La resolución que ordena el aseguramiento de objetos, instrumentos o productos del
delito, debe notificarse al interesado o a su representante legal, dentro de los sesenta días
naturales siguientes al día en que se ejecutó el aseguramiento decretado; y,
El proveído en el que se ordena la devolución de bienes asegurados, debe notificarse
dentro de los treinta días siguientes a aquel en que se dictó la resolución en la que se
decretó dicha restitución.

5.9.2. Clases de notificaciones.


Las resoluciones en las que se ordena el aseguramiento de bienes o su devolución,
se notifican en forma personal, por instructivo o por edictos. La forma en que estos tipos
de notificaciones deben practicarse, se expuso en los apartados 3.1.3., 4.3.7. y 5.1.3. Por
tanto, para evitar repeticiones innecesarias se remite al alumno a dichos apartados.
244

5.9.4. Cuándo surte sus efectos la notificación del auto por el que se ordena el
aseguramiento de bienes o su devolución.
El artículo 182-B del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo que interesa,
dispone:
“Artículo 182-B…Las notificaciones personales surtirán efectos el día en que
hubieren sido practicadas y las efectuadas por edictos el día de su publicación…”
Como se ve, las notificaciones personales surten sus efectos el día en que se
practican y las notificaciones por edictos surten sus efectos el día en que éstos se
publican, es decir, en la fecha en que aparezca la inserción respectiva en el Diario Oficial
de la Federación y en el periódico de circulación nacional que se designe.

5.9.5. Reglas para practicar la notificación de la resolución en la que se ordena


el aseguramiento de bienes o su devolución.

5.9.5.1. Notificaciones personales.


El Artículo 182-B, fracción I del Código Federal de Procedimientos Penales,
establece:
“Artículo 182-B. Las notificaciones a que se refiere este Capítulo se practicarán como
sigue: I.- Personalmente, con el interesado o su representante legal, de conformidad con
las reglas siguientes: a) La notificación se practicará en el domicilio del interesado. En
caso de que el interesado se encuentre privado de su libertad, la notificación personal se
hará en el lugar donde se encuentre detenido; b) El notificador deberá cerciorarse del
domicilio, entregar copia de la resolución que se notifique y recabar nombre y firma de la
persona con quien se entienda la diligencia, asentando los datos del documento oficial con
el que se identifique. Asimismo, se deberán asentar en el acta de notificación, los datos de
identificación del servidor público que la practique; c) De no encontrarse la persona en la
primera notificación, se le dejará citatorio en el domicilio designado para que espere al
notificador al día hábil siguiente, en la hora determinada en el citatorio, y de no
encontrarse la persona o de negarse a recibir la notificación, se fijará instructivo en un
lugar visible del domicilio, señalando el notificador tal circunstancia en el acta de
notificación, y d) En todos los casos deberá levantarse acta circunstanciada de la
diligencia que se practique.”
Del artículo transcrito se desprende que las notificaciones personales de las
resoluciones en las que se ordena el aseguramiento de bienes o su devolución, deben
practicarse en el domicilio que el interesado señaló para oír notificaciones (en caso de que
el interesado esté en libertad) o en el establecimiento carcelario correspondiente (cuando
el interesado esté privado de su libertad personal). En relación con la notificación personal
que se practica en un centro de readaptación social, se remite al alumno al apartado
5.8.1.2.5.
245

En relación con lo anterior, resulta conveniente precisar que el interesado al que se le


debe notificar la resolución en la que se ordena el aseguramiento de bienes o su
devolución, no siempre es sujeto procesal. En efecto, dicho interesado puede ser una
persona ajena al proceso penal. Así por ejemplo, en contra de Pedro López López se dictó
auto de formal prisión por el delito de lesiones. Lo anterior, pues al ir conduciendo un
automóvil que le prestaron (respecto del que se decretó el aseguramiento) atropelló a una
persona. El coche que iba conduciendo el procesado López López al cometer el delito es
propiedad de Juan Pérez Pérez. En este caso, la resolución en la que se ordena la
devolución del vehículo debe notificarse a Pérez Pérez, pues él es propietario de dicho
vehículo (aunque es ajeno al proceso). Debe insistirse que, independientemente de que el
sujeto interesado sea o no sujeto procesal, es el titular del órgano jurisdiccional el que
ordena a quién se le debe notificar la resolución en la que se decreta el aseguramiento de
bienes o su devolución y, en su caso, en qué domicilio debe practicarse la notificación
correspondiente.
Ahora bien, por cuanto se refiere a la notificación personal del auto en el que se
ordena el aseguramiento de bienes o su devolución, que se practica en el domicilio
señalado por el interesado, puede suceder que el actuario judicial, una vez constituido en
dicho domicilio: a) encuentre al interesado; b) no encuentre al interesado pero entienda la
diligencia con algún pariente, familiar o doméstico de aquél; o, c) no encuentre a nadie o
encuentre al interesado o a una persona distinta de aquél, pero se nieguen a recibir la
notificación.
En el primer caso, el actuario judicial practicará la notificación conforme a las reglas
expuestas en el apartado 5.8.1.2.1., relativo a la notificación personal de las resoluciones
distintas de aquellas que ordenan el aseguramiento de bienes o su devolución. Por otra
parte, en el supuesto precisado en el inciso b), el funcionario judicial de que se trata dejará
citatorio en poder de la persona con quien entienda la diligencia, a fin de que el interesado
lo espere al día hábil siguiente, a la hora precisada en el propio citatorio. Si el actuario
judicial, al constituirse nuevamente en el domicilio del interesado en la hora y fecha
precisadas en el citatorio, no encuentra a ninguna persona o encuentra al interesado pero
éste se niega a recibir la notificación, ésta se practicará mediante instructivo que deberá
fijarse en la puerta del domicilio del interesado. Si en dicha segunda búsqueda el actuario
judicial encuentra a una persona distinta del interesado, le hará entrega del instructivo
correspondiente. En relación con la información que debe contener el citatorio y el
instructivo de notificación, se remite al alumno a los apartados 4.7.1.2.2., 4.7.1.2.2.2.,
4.7.1.2.2.3., 4.7.1.2.3.

5.9.5.2. Notificaciones por edictos.

5.9.5.2.1. Su procedencia.
246

El artículo 182-B, fracción II del Código Federal de Procedimientos Penales, dispone:


“Artículo 182-B. Las notificaciones a que se refiere este Capítulo se practicarán como
sigue:…II.- Por edictos, cuando se desconozca la identidad o domicilio del interesado, en
cuyo caso se publicará por una sola ocasión en el Diario Oficial de la Federación y en un
periódico de circulación nacional. Los edictos deberán contener un resumen de la
resolución por notificar.”
En términos de este precepto legal, procede notificar por edictos la resolución que
ordena el aseguramiento de bienes o su devolución, en los casos en que se desconozca la
identidad o el domicilio del interesado. Cabe precisar que tratándose de este tipo de
notificación no es necesario que el titular del órgano jurisdiccional, previamente a
practicarla, lleve a cabo una investigación para obtener el domicilio o la identidad del
interesado. Se afirma lo anterior, pues el citado precepto no establece como requisito
previo a la publicación de los edictos, la práctica de la referida investigación.

5.9.5.2.1. Su procedencia.
El artículo 182-B, fracción II del Código Federal de Procedimientos Penales, dispone:
“Artículo 182-B. Las notificaciones a que se refiere este Capítulo se practicarán como
sigue:…II.- Por edictos, cuando se desconozca la identidad o domicilio del interesado, en
cuyo caso se publicará por una sola ocasión en el Diario Oficial de la Federación y en un
periódico de circulación nacional. Los edictos deberán contener un resumen de la
resolución por notificar.”
En términos de este precepto legal, procede notificar por edictos la resolución que
ordena el aseguramiento de bienes o su devolución, en los casos en que se desconozca la
identidad o el domicilio del interesado. Cabe precisar que tratándose de este tipo de
notificación no es necesario que el titular del órgano jurisdiccional, previamente a
practicarla, lleve a cabo una investigación para obtener el domicilio o la identidad del
interesado. Se afirma lo anterior, pues el citado precepto no establece como requisito
previo a la publicación de los edictos, la práctica de la referida investigación.

5.9.5.2.2. Procedimiento para practicar la notificación por edictos.


Conforme al citado artículo 182-B fracción II del Código Federal de Procedimientos
Penales, la notificación por edictos consiste en la publicación de la resolución
correspondiente, por una sola vez, en el Diario Oficial de la Federación y en un periódico
de circulación nacional. Es importante apuntar aquí, que tales publicaciones deben
hacerse el mismo día. Los edictos deben contener una síntesis de la resolución que se
notifica. En cuanto a las formalidades que debe observar el actuario para la práctica de
esta clase de notificación, se remite al alumno al apartado 4.7.3.2.

5.10. Citaciones.
247

5.10.1. Régimen común de citaciones y notificaciones.


El Código Federal de Procedimientos Penales, en su Título Primero, Capítulo IX,
establece un régimen especial para la citación. Sin embargo, en tal regulación no hay
precepto legal alguno que establezca el plazo en que deben practicarse las citaciones, el
momento en que surten sus efectos y lo relativo a su nulidad. En estas condiciones, se
estima que en lo relativo a tales aspectos, deben aplicarse las reglas de las notificaciones
en materia penal. Se afirma lo anterior, pues según se dijo, la citación es una especie de
notificación.
Así las cosas, a fin de evitar repeticiones innecesarias, con respecto a las citaciones,
se expondrán únicamente sus modalidades particulares, a saber: a) a quiénes van
dirigidas; b) los diferentes tipos de citación; y, c) las reglas conforme a las cuales deben
practicarse.

5.10.2. Sujetos con los que se practican las citaciones.


Como se expuso en el apartado 5.4.1., las citaciones, por regla general, se practican
con los sujetos procesales necesarios, esto es, con los testigos, peritos e intérpretes, entre
otros.
5.10.3. Clases de citaciones.
En el proceso penal federal se practican los siguientes tipos de citaciones:
Citación verbal: Es aquella que se realiza de palabra directamente con el interesado
(entendiendo por interesado a cualquiera de los sujetos procesales necesarios o, en su
caso, a los superiores jerárquicos de éstos).
Citación por cédula: Es aquella que se practica en el domicilio en el que, según los
sujetos procesales principales (que son quienes solicitan la intervención de los sujetos
procesales necesarios) puede encontrarse a éstos. Este medio de comunicación procesal
puede practicarse con el propio sujeto procesal necesario o con la persona que se
encuentre en su domicilio.
Citación por telégrafo: En este caso, la resolución que ordena una citación se
transmite por telégrafo. Esta forma de comunicar una resolución se emplea, generalmente,
en casos urgentes o cuando así lo ordene la autoridad judicial.
Citación por teléfono: Medio de comunicación procesal que se practica, como su
nombre lo indica, a través de un telefonema. La citación por teléfono se emplea en los
siguientes dos supuestos: 1.- Tratándose de casos urgentes; y, 2.- Cuando la persona que
deba ser citada haya manifestado ante la autoridad judicial su voluntad de que se le cite
por ese medio.
Citación por edicto: Aquella que se practica mediante la publicación de la resolución
que ordena una citación, en uno de los periódicos de mayor circulación nacional. La
citación por edicto se emplea en los casos en los que se ignore el domicilio del sujeto
procesal necesario.
248

5.10.4. Reglas para practicar las citaciones.

5.10.4.1. Citaciones verbales.

5.10.4.1.1. Su procedencia.
El primer párrafo del artículo 74 del Código Federal de Procedimientos Penales,
establece:
“Artículo 74. Las citaciones podrán hacerse verbalmente, o por cédula, o por
telégrafo, anotándose en cualquiera de esos casos la constancia respectiva en el
expediente.”
Como se ve, el Código Federal de Procedimientos Penales no establece supuestos
específicos de procedencia de la citación verbal. No obstante, según se verá en el
apartado siguiente, las citaciones verbales las ordena el titular del órgano jurisdiccional
durante las diligencias que preside. En este sentido, puede válidamente afirmarse que
esta clase de citación procede cuando, durante la práctica de una diligencia judicial en la
que está presente alguno o algunos de los sujetos procesales necesarios, el juez ordena
que se les cite para que comparezcan al órgano jurisdiccional en una hora y fecha
determinadas.

5.10.4.1.2. Procedimiento para practicar las citaciones verbales.


El artículo 16 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo conducente
estatuye:
“Artículo 16. El juez, el Ministerio Público y la Policía Judicial Federal estarán
acompañados, en las diligencias que practiquen, de sus secretarios, si los tuvieren, o de
dos testigos de asistencia, que darán fe de todo lo que en aquéllas pase. . .En el proceso,
los tribunales presidirán los actos de prueba y recibirán, por sí mismos, las declaraciones.”
De la disposición transcrita se infiere que es el titular del órgano jurisdiccional el que
preside las diligencias probatorias (que son las diligencias en las que intervienen los
sujetos procesales necesarios). Es precisamente durante tales diligencias que el juez
puede válidamente ordenar que se cite a uno o algunos de los sujetos procesales
necesarios, a efecto de que comparezcan al órgano jurisdiccional en una determinada
fecha y hora. La orden del juez es ejecutada por el secretario. De tal citación deberá
quedar constancia en el acta que se haya levantado con motivo de la práctica de la
diligencia correspondiente.
Ahora bien, cuando se practica una citación verbal, normalmente se hace del
conocimiento de los sujetos procesales necesarios lo siguiente: a) el día y la hora en que
deben comparecer nuevamente al órgano jurisdiccional; b) el motivo de la diligencia a las
que se les cita; c) el hecho de que deben comparecer al órgano jurisdiccional con una
identificación oficial vigente; y, c) el apercibimiento consistente en que en caso de
incomparecencia se les impondrá una medida de apremio.
249

5.10.4.2. Citaciones por cédula.

5.10.4.2.1. Su procedencia.
Los artículos 74 y 80 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo
conducente disponen:
“Artículo 74. Las citaciones podrán hacerse verbalmente, o por cédula, o por
telégrafo, anotándose en cualquiera de esos casos la constancia respectiva en el
expediente.”
“Artículo 80. Cuando no se pueda hacer la citación verbalmente, se hará por cédula,
la cual será entregada por personal del juzgado o por los auxiliares del Ministerio Público
directamente a la persona citada, quien deberá firmar el recibo correspondiente en la copia
de la cédula, o bien estampar en ésta sus huellas digitales cuando no sepa firmar; si se
negare a hacerlo, el personal comisionado asentará este hecho y el motivo que el citado
expresare para su negativa.”
De las disposiciones legales transcritas, así como de lo expuesto en el apartado
anterior, se desprende que las citaciones por cédula proceden en los casos en los que, al
no poder citar a los sujetos procesales necesarios en forma verbal (por no estar en una
diligencia probatoria), el titular dicta un proveído en el que ordena que se cite a los sujetos
procesales necesarios para que comparezcan al órgano jurisdiccional en una hora y fecha
determinadas.

5.10.4.2.2. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula cuando el


domicilio del sujeto procesal necesario está ubicado dentro de la residencia del
órgano jurisdiccional ante el que se tramita el juicio.
El artículo 81 del Código Federal de Procedimientos Penales, establece:
“Artículo 81. En el caso de citación por cédula, cuando no se encuentre a quien va
destinada, se entregará en su domicilio o en el lugar en que trabaje, y en el duplicado, que
se agregará al expediente, se recogerá la firma o huella digital de la persona que la reciba,
o su nombre y la razón de por qué no firmó o no puso su huella.- Si la persona que
recibiere la citación manifestare que el interesado está ausente, dirá dónde se encuentra y
desde cuando se ausentó, así como la fecha en que se espera su regreso, y todo esto se
hará constar para que el funcionario respectivo dicte las providencias que fueren
procedentes.- En los casos a los que se refiere el párrafo precedente de este artículo, y el
artículo anterior, el secretario o actuario del tribunal o, en su caso, la policía judicial o el
auxiliar del Ministerio Público Federal, asentará en su razón los datos que hubiere
recabado para identificar a la persona a quien hubiese entregado la cédula.”
250

Del precepto transcrito se advierte que las citaciones por cédula pueden practicarse
en el domicilio de la persona que deba ser citada o en el lugar en que ésta trabaje.
Obviamente dicha disposición se refiere a las personas que no estén privadas de su
libertad, pues en caso contrario (por ejemplo un testigo que esté privado de su libertad) el
titular del órgano jurisdiccional debe librar un oficio al director del penal en el que esté
recluido el sujeto procesal necesario, solicitándole que presente a éste en la reja de
prácticas del órgano jurisdiccional en una hora y fecha determinadas.
Ahora bien, una vez que el actuario judicial se constituye en el domicilio del sujeto
procesal necesario, a efecto de practicar la citación por cédula, pueden presentarse las
siguientes situaciones: a) que en la primera búsqueda se encuentre al sujeto procesal
necesario; b) que no encuentre a dicho sujeto, pero la diligencia se entienda con algún
pariente, familiar o doméstico de aquél; c) que la diligencia se entienda con una persona
distinta de quien deba citarse, e informe que el interesado está ausente; y, d) que nadie
acuda al llamado del actuario judicial o que quien lo haga se niegue a recibir la citación.

5.10.4.2.3. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula cuando el


actuario judicial encuentra al sujeto procesal necesario.
Al igual que en las notificaciones, el actuario judicial, previamente a practicar una
citación, debe cerciorarse, por cualquier medio, de en que el domicilio en el que se
constituyó efectivamente puede ser localizado el sujeto procesal necesario. Hecho lo
anterior, procederá a practicar la citación en términos del artículo 81 del Código Federal de
Procedimientos Penales. Así, el actuario judicial deberá: a) identificarse e informar a la
persona buscada el motivo de la diligencia; b) identificar al sujeto procesal necesario; y, c)
entregarle la cédula de cita.
Cabe precisar que el sujeto a quien se entregue la cédula de citación, deberá firmar
para constancia en la copia de la propia cédula. En caso de que no sepa firmar, estampará
su huella digital. Si la persona a quien se cita se negare a firmar o a estampar su huella
digital, el actuario judicial deberá dejar constancia de tal hecho en la razón que al efecto
levante y, de ser posible, asentará el motivo en que la referida persona sustentó tal
negativa.
Ahora bien, el artículo 75 del citado ordenamiento legal, dice:
“Artículo 75. La cédula y el telegrama contendrán: I.- La designación legal de la
autoridad ante la que deba presentarse el citado; II.- El nombre, apellido y domicilio del
citado si se supieren o, en caso contrario, los datos de que se disponga para identificarlo;
III.- El día, hora y lugar en que debe comparecer; IV.- El medio de apremio que se
empleará si no compareciere; y V.- La firma o la transcripción de la firma del funcionario
que ordene la citación.”
Como se ve, el precepto transcrito establece los datos que debe contener la cédula
que se entrega a la persona que se cita. Al respecto, se estima que, además de tales
datos, pueden válidamente asentarse otros que den mayor certeza a la práctica de la
251

citación. Así, se estima que la cédula correspondiente debe contener los siguientes datos
(ver anexo 35):
1.- La mención de que es una cédula de citación.
2.- Número de causa penal en la que se ordena la citación.
3.- Lugar y fecha en que se practica la citación.
4.- Nombre y cargo del funcionario que practica la citación.
Por otra parte, además de la cédula de citación, el actuario debe levantar la razón
correspondiente. Ésta debe contener, por lo menos, los siguientes datos (ver anexo 36):
1.- La mención de que se trata de una razón de citación por cédula.
2.- El número de causa penal.
3.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del sujeto
procesal necesario.
4.- Nombre y apellidos del actuario judicial, así como la denominación del órgano
jurisdiccional al que está adscrito.
5.- Nombre y apellidos de la persona citada, así como la forma en que se identificó.
6.- La circunstancia de que se entregó al sujeto procesal necesario la cédula de
citación respectiva y que se le hizo saber el día, hora y lugar donde tendrá verificativo la
diligencia, el objeto de ésta y el apercibimiento en caso de incomparecencia.
7.- El hecho de que la persona citada firmó o estampó su huella digital en la copia de
la cédula de citación o, en su caso, de que se negó a ello pero que sí recibió dicha cédula.
Tanto la cédula como la razón mencionadas deben agregarse a los autos del
expediente respectivo, a fin de que obre constancia de que se entregó dicha cédula. A
este respecto, se considera que tiene aplicación, por analogía, la siguiente tesis:
“NOTIFICACIÓN PERSONAL EN MATERIA PENAL. ES REQUISITO ESENCIAL
QUE CONSTE EN AUTOS LA ENTREGA DE LA CÉDULA DE NOTIFICACIÓN PARA
TENER POR LEGAL LA DILIGENCIA, CUANDO NO SE ENCUENTRE AL
INTERESADO. El artículo 109 del Código Federal de Procedimientos Penales establece
los requisitos para llevar a cabo las notificaciones personales en los domicilios designados
por las partes, precisando que en el caso de que no se encuentre el interesado, aquélla se
hará mediante cédula de notificación, la que contendrá el nombre del juzgado en el cual se
tramita, causa en la que se dicta, transcripción, en lo conducente, de la resolución que se
le notifique, fecha y hora de la notificación y el nombre de la persona que la recibe,
expresándose, además, el motivo por el que no se hizo directamente al interesado, misma
que se dejará en poder de la persona que ahí resida, o bien, negándose a recibirla o si no
encuentra a nadie en el domicilio de que se trate, el funcionario encargado para tal efecto,
fijará dicha cédula en la puerta de entrada. Sin embargo, no es suficiente para tener por
legal la notificación del requerimiento para que el reo se presente a rendir su declaración
preparatoria ante un juzgado federal, que el fedatario público asiente en su razón que
entrega la cédula de notificación a la persona con quien entiende la diligencia, sino que
además debe aparecer en el expediente tal circunstancia, ya que ante la omisión en que
252

incurre aquél de no agregar copia de la cédula, no es posible tener la certeza jurídica de


que el interesado tuvo o no oportunidad de conocer el acuerdo en el que consten los datos
para acudir al llamado que se le hizo, pues no debe perderse de vista que si el legislador
previó que se cumpliera con esa formalidad, fue con la finalidad de asegurar que las
resoluciones de las autoridades competentes, cuya notificación se ordene de manera
personal, se hagan del conocimiento de la parte a quien se dirige; en consecuencia, si la
referida diligencia no reúne los requisitos esenciales exigidos por el ordenamiento legal en
cita, ésta resulta ilegal y, por ende, violatoria de las garantías consagradas en los artículos
14 y 16 constitucionales.”102[1]

ANEXO 35

CÉDULA DE CITA

Nombre del interesado:


Domicilio del interesado:

La presente cédula de cita se dirige a Usted, a fin de que comparezca a las ____
horas del ____ de_____ de dos mil cinco, en el local del Juzgado ____ de Distrito de
Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, ubicado en ____________, a fin de
que intervenga en el desahogo de una diligencia de carácter judicial. Lo anterior, toda vez
que Usted fue señalado como testigo de los hechos materia de la causa penal ____, del
índice de este órgano judicial, instruida contra __________. En tal virtud, es necesario que
en el día y hora señalados, comparezca con una identificación oficial vigente. Lo apercibo
que en caso de incomparecencia se le impondrá como medio de apremio, una multa
equivalente a veinte días de salario mínimo general vigente en esta área geográfica, de
conformidad con el artículo 44, fracción I del Código Federal de Procedimientos Penales.

México, Distrito Federal, a ____ de ___ de dos mil ___.


102[1]
Tesis aislada XX.2o.9 P, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, visible en la pág.
1091, del Tomo XIII, Abril de 2001, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004,
núm. reg. 189932.
253

A t e n t a m e n t e.
El Juez _________ de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito
Federal.

Licenciado _____________.

ANEXO 36

RAZÓN DE CÉDULA DE CITA

CAUSA PENAL _____________

En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____ minutos
del _____ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado _____________, Actuario
Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito de Procesos Penales Federales en el
Distrito Federal, me constituí con las formalidades de ley en el domicilio ubicado en
__________, a fin de comunicar a ____________, la cita ordenada en auto de _________
de ___________ de dos mil _______, dictado en la causa penal al rubro indicada.
Cerciorado de que el referido domicilio era el correcto, pues así lo advertí de la placa
oficial colocada en la esquina de dicha calle y del número de la casa, procedí a tocar la
puerta del mismo. A mi llamado acudió quien dijo llamarse ____________, esto es, la
persona buscada. Acto seguido, me identifiqué, informé el motivo de mi presencia y
solicité a dicha persona que se identificara, lo que hizo mediante una credencial
______________, en la que obraba su nombre y una fotografía que concordaba con sus
rasgos fisonómicos. Por lo anterior, procedí a practicar la citación a dicho interesado, a
quien le informé que en su calidad de testigo debía comparecer el ___ de ____, a las ____
horas, en el local del referido órgano judicial, ubicado en ___________. Asimismo, le hice
del conocimiento que era necesario que llevase consigo una identificación oficial vigente y
que en caso de incomparecencia se haría acreedor a una multa equivalente a veinte días
de salario mínimo general vigente en esta ciudad. En consecuencia, en términos del
artículo 80 del Código Federal de Procedimientos Penales, dejé en poder del interesado la
cédula de cita respectiva, quien la recibió de conformidad, así como manifestó quedar
enterado de la cita y firmó en el duplicado y triplicado de la cédula de referencia para
constancia.- Conste.- Doy fe.

________________________________
254

Firma del Actuario Judicial


(Nombre, apellidos y rúbrica).

5.10.4.2.4. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula en el caso de


que el actuario judicial no encuentre al sujeto procesal necesario, pero sea atendido
por otra persona.
La forma en que debe proceder el actuario judicial en la hipótesis que se expone,
coincide con la manera en que aquél debe actuar al practicar una notificación en el caso
de que no encuentre al interesado pero entienda la diligencia con otra persona. En tales
condiciones, con el objeto de evitar repeticiones innecesarias, se remite al alumno al
apartado 5.8.1.2.2.

5.10.4.2.5. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula en el caso de


que al entenderse la diligencia con una persona diversa de quien debe citarse, ésta
informa que el sujeto procesal necesario está ausente.
El artículo 81 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo conducente,
dispone:
“Artículo 81…Si la persona que recibiere la citación manifestare que el interesado
está ausente, dirá dónde se encuentra y desde cuando se ausentó, así como la fecha en
que se espera su regreso, y todo esto se hará constar para que el funcionario respectivo
dicte las providencias que fueren procedentes.- En los casos a que se refiere el párrafo
precedente de este artículo, y el artículo anterior, el secretario o actuario del tribunal o, en
su caso, la policía judicial o el auxiliar del Ministerio Público Federal, asentará en su razón
los datos que hubiere recabado para identificar a la persona a quien hubiese entregado la
cédula.”
Como se ve, si la persona con la que el actuario entiende la diligencia, sostiene que
la persona buscada está ausente, aquél deberá levantar una razón. Ésta deberá contener
la siguiente información:
1.- El número de causa penal.
2.- Fecha y hora en que se practicó la diligencia.
3.- Nombre, apellidos del funcionario judicial que practicó la diligencia, así como su
cargo y órgano judicial al que está adscrito.
4.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó y el nombre y apellidos de la
persona a citar.
5.- Nombre y apellidos de la persona con quien se entendió la citación, la forma en
que ésta se identificó y el hecho de que se le hizo saber el motivo de la diligencia.
6.- La circunstancia de que se preguntó por el interesado y que la persona que lo
atendió manifestó que se encontraba ausente.
255

7.- El hecho de que el actuario judicial cuestionó a la persona con quien entendió la
diligencia, sobre cuál es el lugar en el que se encuentra la persona a citar y la fecha en
que ésta tiene programado regresar.
8.- Una descripción detallada de los rasgos físicos de la persona con la que se
entendió la diligencia.
9.- Firma de la persona con la que se entendió la diligencia. Si no supiere o no
quisiere firmar, se asentará tal circunstancia.
10.- Firma del actuario judicial.
Por otro lado, puede suceder que la persona con quien se entiende la diligencia
(distinta del sujeto procesal necesario) manifieste que la persona que se busca ya no vive
en esa casa y que desconoce el paradero de la misma. En este supuesto, se estima que lo
que debe hacer el actuario es levantar una razón en la que haga constar tal situación. Con
dicha razón se deberá dar cuenta al titular del órgano jurisdiccional a efecto de que
determine lo conducente.

5.10.4.2.6. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula cuando nadie
acude al llamado del actuario judicial o quien lo hace se niega a recibir la citación.
En el referido Titulo Primero, Capítulo IX del Código Federal de Procedimientos
Penales (relativo a las citaciones), no se advierte disposición alguna que establezca la
forma en que debe proceder el actuario judicial en este supuesto. No obstante, se estima
que dicho funcionario judicial, en este caso, debe actuar en la forma que se explicó en el
apartado 5.8.1.2.3., relativo a la práctica de las notificaciones cuando nadie acude al
llamado del actuario o quien lo hace se niega a recibir la notificación. Se afirma lo anterior,
pues según se dijo, la citación es una especie de notificación.

5.10.4.2.7. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula a particulares


que pertenezcan a alguna rama del servicio público, militares o empleados oficiales.
El artículo 82 del Código Federal de Procedimientos Penales dice:
“Artículo 82. La citación a los militares y empleados oficiales, o particulares en alguna
rama del servicio público, se hará por conducto del superior jerárquico respectivo, a menos
que el éxito de la tramitación requiera que no se haga así.”
Como se ve, los particulares que pertenezcan a alguna rama del servicio público, los
militares o los empleados oficiales, deben ser citados por conducto de su superior
jerárquico, a menos que el éxito de la citación requiera que no se haga de esa forma. De
lo anterior se infiere que es el titular del órgano jurisdiccional el que determina si la citación
correspondiente debe hacerse personalmente con el sujeto procesal necesario o por
conducto de su superior jerárquico. En el primer caso, el actuario judicial practicará la
citación en los términos precisados en los apartados anteriores (relativos a las citaciones
por cédula). En el segundo caso, la cédula de citación deberá entregarse precisamente al
superior jerárquico del sujeto procesal necesario.
256

Ahora bien, el titular del órgano jurisdiccional, al dictar el auto en el que ordena que
se cite al sujeto procesal necesario por conducto de su superior jerárquico, puede o no
establecer el cargo de éste. En caso de que no establezca el cargo del superior jerárquico,
el actuario judicial deberá investigarlo. Para tal efecto, deberá consultar las leyes y
reglamentos correspondientes. Cabe precisar que en caso de que el actuario judicial no
tenga la certeza de cuál es el cargo del superior jerárquico por conducto de quien se debe
citar al sujeto procesal necesario, deberá hacerlo del conocimiento del secretario
encargado del trámite de la causa penal, a efecto de éste informe al titular del órgano
jurisdiccional.
Una vez que el actuario judicial conozca el cargo del superior jerárquico del sujeto
procesal necesario, procurará localizarlo a efecto de entregarle la cédula de citación
correspondiente. En caso de que el actuario judicial no pueda entregar personalmente al
referido superior jerárquico la cédula de citación, levantará la razón correspondiente (en la
que deberá asentar el motivo que le impidió practicar la diligencia que se le encomendó)
con la que se deberá dar cuenta al titular del órgano jurisdiccional, con el objeto de que
determine lo conducente.
Por lo que respecta a los datos de la cédula y la razón que debe levantarse, el
actuario judicial debe observar lo expuesto en el apartado 5.10.4.2.3.

5.10.4.2.8. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula fuera del
lugar donde se tramita el proceso penal.
El artículo 46 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo conducente, dice:
“Artículo 46. Cuando tengan que practicarse diligencias judiciales fuera del territorio
jurisdiccional del tribunal que conozca del asunto, se encomendará su cumplimiento al de
igual categoría del territorio jurisdiccional donde deban practicarse.- Si las diligencias
tuvieren que practicarse fuera del lugar de la residencia del tribunal, pero dentro de su
territorio jurisdiccional, y aquél no pudiere trasladase, se encargará su cumplimiento al
inferior del mismo fuero, o a la autoridad judicial del orden común del lugar donde deban
practicarse.- Se empleará la forma de exhorto cuando se dirija a un tribunal igual en
categoría, y de requisitoria cuando se dirija a un inferior.”
De la disposición transcrita se desprenden dos supuestos, a saber: a) cuando la
diligencia deba practicarse fuera del lugar de la residencia del órgano jurisdiccional ante el
que se tramite el proceso; y, b) cuando la diligencia deba practicarse fuera del territorio
jurisdiccional del tribunal ante el que se tramite el proceso.
En el primer supuesto, el titular del órgano jurisdiccional solicitará a un órgano
jurisdiccional del mismo fuero pero de inferior jerarquía o a la autoridad judicial del fuero
común que corresponda, que practique la citación respectiva. Esta solicitud se hará
mediante requisitoria. En el segundo supuesto, deberá librar un exhorto a un órgano
jurisdiccional de su misma categoría, solicitándole que practique la citación
correspondiente.
257

Ahora bien ¿cómo debe proceder el actuario del órgano jurisdiccional exhortado?
Dicho funcionario, al practicar la citación que se solicita en el exhorto, debe proceder tal y
como si la citación correspondiente hubiere sido ordenada por el titular del órgano
jurisdiccional al que se encuentra adscrito, con la particularidad de que la razón o razones
que levante con motivo de la práctica de la citación, deberá agregarlas al expediente que
se haya formado con motivo del exhorto (en lugar de agregarlas al expediente del proceso
penal respectivo).

5.10.4.3. Citaciones por telégrafo.

5.10.4. Reglas para practicar las citaciones.

5.10.4.1. Citaciones verbales.

5.10.4.1.2. Procedimiento para practicar las citaciones verbales.


El artículo 16 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo conducente
estatuye:
“Artículo 16. El juez, el Ministerio Público y la Policía Judicial Federal estarán
acompañados, en las diligencias que practiquen, de sus secretarios, si los tuvieren, o de
dos testigos de asistencia, que darán fe de todo lo que en aquéllas pase. . .En el proceso,
los tribunales presidirán los actos de prueba y recibirán, por sí mismos, las declaraciones.”
De la disposición transcrita se infiere que es el titular del órgano jurisdiccional el que
preside las diligencias probatorias (que son las diligencias en las que intervienen los
sujetos procesales necesarios). Es precisamente durante tales diligencias que el juez
puede válidamente ordenar que se cite a uno o algunos de los sujetos procesales
necesarios, a efecto de que comparezcan al órgano jurisdiccional en una determinada
fecha y hora. La orden del juez es ejecutada por el secretario. De tal citación deberá
quedar constancia en el acta que se haya levantado con motivo de la práctica de la
diligencia correspondiente.
Ahora bien, cuando se practica una citación verbal, normalmente se hace del
conocimiento de los sujetos procesales necesarios lo siguiente: a) el día y la hora en que
deben comparecer nuevamente al órgano jurisdiccional; b) el motivo de la diligencia a las
que se les cita; c) el hecho de que deben comparecer al órgano jurisdiccional con una
identificación oficial vigente; y, c) el apercibimiento consistente en que en caso de
incomparecencia se les impondrá una medida de apremio.

5.10.4.2. Citaciones por cédula.

5.10.4.2.1. Su procedencia.
258

Los artículos 74 y 80 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo


conducente disponen:
“Artículo 74. Las citaciones podrán hacerse verbalmente, o por cédula, o por
telégrafo, anotándose en cualquiera de esos casos la constancia respectiva en el
expediente.”
“Artículo 80. Cuando no se pueda hacer la citación verbalmente, se hará por cédula,
la cual será entregada por personal del juzgado o por los auxiliares del Ministerio Público
directamente a la persona citada, quien deberá firmar el recibo correspondiente en la copia
de la cédula, o bien estampar en ésta sus huellas digitales cuando no sepa firmar; si se
negare a hacerlo, el personal comisionado asentará este hecho y el motivo que el citado
expresare para su negativa.”
De las disposiciones legales transcritas, así como de lo expuesto en el apartado
anterior, se desprende que las citaciones por cédula proceden en los casos en los que, al
no poder citar a los sujetos procesales necesarios en forma verbal (por no estar en una
diligencia probatoria), el titular dicta un proveído en el que ordena que se cite a los sujetos
procesales necesarios para que comparezcan al órgano jurisdiccional en una hora y fecha
determinadas.

5.10.4.2.2. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula cuando el


domicilio del sujeto procesal necesario está ubicado dentro de la residencia del
órgano jurisdiccional ante el que se tramita el juicio.
El artículo 81 del Código Federal de Procedimientos Penales, establece:
“Artículo 81. En el caso de citación por cédula, cuando no se encuentre a quien va
destinada, se entregará en su domicilio o en el lugar en que trabaje, y en el duplicado, que
se agregará al expediente, se recogerá la firma o huella digital de la persona que la reciba,
o su nombre y la razón de por qué no firmó o no puso su huella.- Si la persona que
recibiere la citación manifestare que el interesado está ausente, dirá dónde se encuentra y
desde cuando se ausentó, así como la fecha en que se espera su regreso, y todo esto se
hará constar para que el funcionario respectivo dicte las providencias que fueren
procedentes.- En los casos a los que se refiere el párrafo precedente de este artículo, y el
artículo anterior, el secretario o actuario del tribunal o, en su caso, la policía judicial o el
auxiliar del Ministerio Público Federal, asentará en su razón los datos que hubiere
recabado para identificar a la persona a quien hubiese entregado la cédula.”
Del precepto transcrito se advierte que las citaciones por cédula pueden practicarse
en el domicilio de la persona que deba ser citada o en el lugar en que ésta trabaje.
Obviamente dicha disposición se refiere a las personas que no estén privadas de su
libertad, pues en caso contrario (por ejemplo un testigo que esté privado de su libertad) el
titular del órgano jurisdiccional debe librar un oficio al director del penal en el que esté
recluido el sujeto procesal necesario, solicitándole que presente a éste en la reja de
prácticas del órgano jurisdiccional en una hora y fecha determinadas.
259

Ahora bien, una vez que el actuario judicial se constituye en el domicilio del sujeto
procesal necesario, a efecto de practicar la citación por cédula, pueden presentarse las
siguientes situaciones: a) que en la primera búsqueda se encuentre al sujeto procesal
necesario; b) que no encuentre a dicho sujeto, pero la diligencia se entienda con algún
pariente, familiar o doméstico de aquél; c) que la diligencia se entienda con una persona
distinta de quien deba citarse, e informe que el interesado está ausente; y, d) que nadie
acuda al llamado del actuario judicial o que quien lo haga se niegue a recibir la citación.

5.10.4.2.3. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula cuando el


actuario judicial encuentra al sujeto procesal necesario.
Al igual que en las notificaciones, el actuario judicial, previamente a practicar una
citación, debe cerciorarse, por cualquier medio, de en que el domicilio en el que se
constituyó efectivamente puede ser localizado el sujeto procesal necesario. Hecho lo
anterior, procederá a practicar la citación en términos del artículo 81 del Código Federal de
Procedimientos Penales. Así, el actuario judicial deberá: a) identificarse e informar a la
persona buscada el motivo de la diligencia; b) identificar al sujeto procesal necesario; y, c)
entregarle la cédula de cita.
Cabe precisar que el sujeto a quien se entregue la cédula de citación, deberá firmar
para constancia en la copia de la propia cédula. En caso de que no sepa firmar, estampará
su huella digital. Si la persona a quien se cita se negare a firmar o a estampar su huella
digital, el actuario judicial deberá dejar constancia de tal hecho en la razón que al efecto
levante y, de ser posible, asentará el motivo en que la referida persona sustentó tal
negativa.
Ahora bien, el artículo 75 del citado ordenamiento legal, dice:
“Artículo 75. La cédula y el telegrama contendrán: I.- La designación legal de la
autoridad ante la que deba presentarse el citado; II.- El nombre, apellido y domicilio del
citado si se supieren o, en caso contrario, los datos de que se disponga para identificarlo;
III.- El día, hora y lugar en que debe comparecer; IV.- El medio de apremio que se
empleará si no compareciere; y V.- La firma o la transcripción de la firma del funcionario
que ordene la citación.”
Como se ve, el precepto transcrito establece los datos que debe contener la cédula
que se entrega a la persona que se cita. Al respecto, se estima que, además de tales
datos, pueden válidamente asentarse otros que den mayor certeza a la práctica de la
citación. Así, se estima que la cédula correspondiente debe contener los siguientes datos
(ver anexo 35):
1.- La mención de que es una cédula de citación.
2.- Número de causa penal en la que se ordena la citación.
3.- Lugar y fecha en que se practica la citación.
4.- Nombre y cargo del funcionario que practica la citación.
260

Por otra parte, además de la cédula de citación, el actuario debe levantar la razón
correspondiente. Ésta debe contener, por lo menos, los siguientes datos (ver anexo 36):
1.- La mención de que se trata de una razón de citación por cédula.
2.- El número de causa penal.
3.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del sujeto
procesal necesario.
4.- Nombre y apellidos del actuario judicial, así como la denominación del órgano
jurisdiccional al que está adscrito.
5.- Nombre y apellidos de la persona citada, así como la forma en que se identificó.
6.- La circunstancia de que se entregó al sujeto procesal necesario la cédula de
citación respectiva y que se le hizo saber el día, hora y lugar donde tendrá verificativo la
diligencia, el objeto de ésta y el apercibimiento en caso de incomparecencia.
7.- El hecho de que la persona citada firmó o estampó su huella digital en la copia de
la cédula de citación o, en su caso, de que se negó a ello pero que sí recibió dicha cédula.
Tanto la cédula como la razón mencionadas deben agregarse a los autos del
expediente respectivo, a fin de que obre constancia de que se entregó dicha cédula. A
este respecto, se considera que tiene aplicación, por analogía, la siguiente tesis:
“NOTIFICACIÓN PERSONAL EN MATERIA PENAL. ES REQUISITO ESENCIAL
QUE CONSTE EN AUTOS LA ENTREGA DE LA CÉDULA DE NOTIFICACIÓN PARA
TENER POR LEGAL LA DILIGENCIA, CUANDO NO SE ENCUENTRE AL
INTERESADO. El artículo 109 del Código Federal de Procedimientos Penales establece
los requisitos para llevar a cabo las notificaciones personales en los domicilios designados
por las partes, precisando que en el caso de que no se encuentre el interesado, aquélla se
hará mediante cédula de notificación, la que contendrá el nombre del juzgado en el cual se
tramita, causa en la que se dicta, transcripción, en lo conducente, de la resolución que se
le notifique, fecha y hora de la notificación y el nombre de la persona que la recibe,
expresándose, además, el motivo por el que no se hizo directamente al interesado, misma
que se dejará en poder de la persona que ahí resida, o bien, negándose a recibirla o si no
encuentra a nadie en el domicilio de que se trate, el funcionario encargado para tal efecto,
fijará dicha cédula en la puerta de entrada. Sin embargo, no es suficiente para tener por
legal la notificación del requerimiento para que el reo se presente a rendir su declaración
preparatoria ante un juzgado federal, que el fedatario público asiente en su razón que
entrega la cédula de notificación a la persona con quien entiende la diligencia, sino que
además debe aparecer en el expediente tal circunstancia, ya que ante la omisión en que
incurre aquél de no agregar copia de la cédula, no es posible tener la certeza jurídica de
que el interesado tuvo o no oportunidad de conocer el acuerdo en el que consten los datos
para acudir al llamado que se le hizo, pues no debe perderse de vista que si el legislador
previó que se cumpliera con esa formalidad, fue con la finalidad de asegurar que las
resoluciones de las autoridades competentes, cuya notificación se ordene de manera
personal, se hagan del conocimiento de la parte a quien se dirige; en consecuencia, si la
261

referida diligencia no reúne los requisitos esenciales exigidos por el ordenamiento legal en
cita, ésta resulta ilegal y, por ende, violatoria de las garantías consagradas en los artículos
14 y 16 constitucionales.”103[1]

ANEXO 35

CÉDULA DE CITA

Nombre del interesado:


Domicilio del interesado:

La presente cédula de cita se dirige a Usted, a fin de que comparezca a las ____
horas del ____ de_____ de dos mil cinco, en el local del Juzgado ____ de Distrito de
Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, ubicado en ____________, a fin de
que intervenga en el desahogo de una diligencia de carácter judicial. Lo anterior, toda vez
que Usted fue señalado como testigo de los hechos materia de la causa penal ____, del
índice de este órgano judicial, instruida contra __________. En tal virtud, es necesario que
en el día y hora señalados, comparezca con una identificación oficial vigente. Lo apercibo
que en caso de incomparecencia se le impondrá como medio de apremio, una multa
equivalente a veinte días de salario mínimo general vigente en esta área geográfica, de
conformidad con el artículo 44, fracción I del Código Federal de Procedimientos Penales.

México, Distrito Federal, a ____ de ___ de dos mil ___.


A t e n t a m e n t e.
El Juez _________ de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito
Federal.

Licenciado _____________.

ANEXO 36

RAZÓN DE CÉDULA DE CITA


103[1]
Tesis aislada XX.2o.9 P, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, visible en la pág.
1091, del Tomo XIII, Abril de 2001, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004,
núm. reg. 189932.
262

CAUSA PENAL _____________

En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____ minutos
del _____ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado _____________, Actuario
Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito de Procesos Penales Federales en el
Distrito Federal, me constituí con las formalidades de ley en el domicilio ubicado en
__________, a fin de comunicar a ____________, la cita ordenada en auto de _________
de ___________ de dos mil _______, dictado en la causa penal al rubro indicada.
Cerciorado de que el referido domicilio era el correcto, pues así lo advertí de la placa
oficial colocada en la esquina de dicha calle y del número de la casa, procedí a tocar la
puerta del mismo. A mi llamado acudió quien dijo llamarse ____________, esto es, la
persona buscada. Acto seguido, me identifiqué, informé el motivo de mi presencia y
solicité a dicha persona que se identificara, lo que hizo mediante una credencial
______________, en la que obraba su nombre y una fotografía que concordaba con sus
rasgos fisonómicos. Por lo anterior, procedí a practicar la citación a dicho interesado, a
quien le informé que en su calidad de testigo debía comparecer el ___ de ____, a las ____
horas, en el local del referido órgano judicial, ubicado en ___________. Asimismo, le hice
del conocimiento que era necesario que llevase consigo una identificación oficial vigente y
que en caso de incomparecencia se haría acreedor a una multa equivalente a veinte días
de salario mínimo general vigente en esta ciudad. En consecuencia, en términos del
artículo 80 del Código Federal de Procedimientos Penales, dejé en poder del interesado la
cédula de cita respectiva, quien la recibió de conformidad, así como manifestó quedar
enterado de la cita y firmó en el duplicado y triplicado de la cédula de referencia para
constancia.- Conste.- Doy fe.

________________________________
Firma del Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).

5.10.4.2.4. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula en el caso de


que el actuario judicial no encuentre al sujeto procesal necesario, pero sea atendido
por otra persona.
La forma en que debe proceder el actuario judicial en la hipótesis que se expone,
coincide con la manera en que aquél debe actuar al practicar una notificación en el caso
de que no encuentre al interesado pero entienda la diligencia con otra persona. En tales
condiciones, con el objeto de evitar repeticiones innecesarias, se remite al alumno al
apartado 5.8.1.2.2.
263

5.10.4.2.5. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula en el caso de


que al entenderse la diligencia con una persona diversa de quien debe citarse, ésta
informa que el sujeto procesal necesario está ausente.
El artículo 81 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo conducente,
dispone:
“Artículo 81…Si la persona que recibiere la citación manifestare que el interesado
está ausente, dirá dónde se encuentra y desde cuando se ausentó, así como la fecha en
que se espera su regreso, y todo esto se hará constar para que el funcionario respectivo
dicte las providencias que fueren procedentes.- En los casos a que se refiere el párrafo
precedente de este artículo, y el artículo anterior, el secretario o actuario del tribunal o, en
su caso, la policía judicial o el auxiliar del Ministerio Público Federal, asentará en su razón
los datos que hubiere recabado para identificar a la persona a quien hubiese entregado la
cédula.”
Como se ve, si la persona con la que el actuario entiende la diligencia, sostiene que
la persona buscada está ausente, aquél deberá levantar una razón. Ésta deberá contener
la siguiente información:
1.- El número de causa penal.
2.- Fecha y hora en que se practicó la diligencia.
3.- Nombre, apellidos del funcionario judicial que practicó la diligencia, así como su
cargo y órgano judicial al que está adscrito.
4.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó y el nombre y apellidos de la
persona a citar.
5.- Nombre y apellidos de la persona con quien se entendió la citación, la forma en
que ésta se identificó y el hecho de que se le hizo saber el motivo de la diligencia.
6.- La circunstancia de que se preguntó por el interesado y que la persona que lo
atendió manifestó que se encontraba ausente.
7.- El hecho de que el actuario judicial cuestionó a la persona con quien entendió la
diligencia, sobre cuál es el lugar en el que se encuentra la persona a citar y la fecha en
que ésta tiene programado regresar.
8.- Una descripción detallada de los rasgos físicos de la persona con la que se
entendió la diligencia.
9.- Firma de la persona con la que se entendió la diligencia. Si no supiere o no
quisiere firmar, se asentará tal circunstancia.
10.- Firma del actuario judicial.
Por otro lado, puede suceder que la persona con quien se entiende la diligencia
(distinta del sujeto procesal necesario) manifieste que la persona que se busca ya no vive
en esa casa y que desconoce el paradero de la misma. En este supuesto, se estima que lo
que debe hacer el actuario es levantar una razón en la que haga constar tal situación. Con
dicha razón se deberá dar cuenta al titular del órgano jurisdiccional a efecto de que
determine lo conducente.
264

5.10.4.2.7. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula a particulares


que pertenezcan a alguna rama del servicio público, militares o empleados oficiales.
El artículo 82 del Código Federal de Procedimientos Penales dice:
“Artículo 82. La citación a los militares y empleados oficiales, o particulares en alguna
rama del servicio público, se hará por conducto del superior jerárquico respectivo, a menos
que el éxito de la tramitación requiera que no se haga así.”
Como se ve, los particulares que pertenezcan a alguna rama del servicio público, los
militares o los empleados oficiales, deben ser citados por conducto de su superior
jerárquico, a menos que el éxito de la citación requiera que no se haga de esa forma. De
lo anterior se infiere que es el titular del órgano jurisdiccional el que determina si la citación
correspondiente debe hacerse personalmente con el sujeto procesal necesario o por
conducto de su superior jerárquico. En el primer caso, el actuario judicial practicará la
citación en los términos precisados en los apartados anteriores (relativos a las citaciones
por cédula). En el segundo caso, la cédula de citación deberá entregarse precisamente al
superior jerárquico del sujeto procesal necesario.
Ahora bien, el titular del órgano jurisdiccional, al dictar el auto en el que ordena que
se cite al sujeto procesal necesario por conducto de su superior jerárquico, puede o no
establecer el cargo de éste. En caso de que no establezca el cargo del superior jerárquico,
el actuario judicial deberá investigarlo. Para tal efecto, deberá consultar las leyes y
reglamentos correspondientes. Cabe precisar que en caso de que el actuario judicial no
tenga la certeza de cuál es el cargo del superior jerárquico por conducto de quien se debe
citar al sujeto procesal necesario, deberá hacerlo del conocimiento del secretario
encargado del trámite de la causa penal, a efecto de éste informe al titular del órgano
jurisdiccional.
Una vez que el actuario judicial conozca el cargo del superior jerárquico del sujeto
procesal necesario, procurará localizarlo a efecto de entregarle la cédula de citación
correspondiente. En caso de que el actuario judicial no pueda entregar personalmente al
referido superior jerárquico la cédula de citación, levantará la razón correspondiente (en la
que deberá asentar el motivo que le impidió practicar la diligencia que se le encomendó)
con la que se deberá dar cuenta al titular del órgano jurisdiccional, con el objeto de que
determine lo conducente.
Por lo que respecta a los datos de la cédula y la razón que debe levantarse, el
actuario judicial debe observar lo expuesto en el apartado 5.10.4.2.3.

5.10.4.2.7. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula a particulares


que pertenezcan a alguna rama del servicio público, militares o empleados oficiales.
El artículo 82 del Código Federal de Procedimientos Penales dice:
265

“Artículo 82. La citación a los militares y empleados oficiales, o particulares en alguna


rama del servicio público, se hará por conducto del superior jerárquico respectivo, a menos
que el éxito de la tramitación requiera que no se haga así.”
Como se ve, los particulares que pertenezcan a alguna rama del servicio público, los
militares o los empleados oficiales, deben ser citados por conducto de su superior
jerárquico, a menos que el éxito de la citación requiera que no se haga de esa forma. De
lo anterior se infiere que es el titular del órgano jurisdiccional el que determina si la citación
correspondiente debe hacerse personalmente con el sujeto procesal necesario o por
conducto de su superior jerárquico. En el primer caso, el actuario judicial practicará la
citación en los términos precisados en los apartados anteriores (relativos a las citaciones
por cédula). En el segundo caso, la cédula de citación deberá entregarse precisamente al
superior jerárquico del sujeto procesal necesario.
Ahora bien, el titular del órgano jurisdiccional, al dictar el auto en el que ordena que
se cite al sujeto procesal necesario por conducto de su superior jerárquico, puede o no
establecer el cargo de éste. En caso de que no establezca el cargo del superior jerárquico,
el actuario judicial deberá investigarlo. Para tal efecto, deberá consultar las leyes y
reglamentos correspondientes. Cabe precisar que en caso de que el actuario judicial no
tenga la certeza de cuál es el cargo del superior jerárquico por conducto de quien se debe
citar al sujeto procesal necesario, deberá hacerlo del conocimiento del secretario
encargado del trámite de la causa penal, a efecto de éste informe al titular del órgano
jurisdiccional.
Una vez que el actuario judicial conozca el cargo del superior jerárquico del sujeto
procesal necesario, procurará localizarlo a efecto de entregarle la cédula de citación
correspondiente. En caso de que el actuario judicial no pueda entregar personalmente al
referido superior jerárquico la cédula de citación, levantará la razón correspondiente (en la
que deberá asentar el motivo que le impidió practicar la diligencia que se le encomendó)
con la que se deberá dar cuenta al titular del órgano jurisdiccional, con el objeto de que
determine lo conducente.
Por lo que respecta a los datos de la cédula y la razón que debe levantarse, el
actuario judicial debe observar lo expuesto en el apartado 5.10.4.2.3.

5.10.4.3. Citaciones por telégrafo.

5.10.4.3.1. Procedimiento para practicar las citaciones por telégrafo.


Para realizar dicha citación, el actuario judicial debe llevar consigo, por duplicado, el
oficio correspondiente, a fin de que uno de éstos se entregue en la oficina que vaya a
transmitirlo mediante telégrafo, en tanto que el otro le sirva de acuse de recibo, en el que
se estampará el sello de la referida oficina.
Cabe destacar que, en la práctica, los telegramas enviados por los órganos
jurisdiccionales del Poder Judicial de la Federación son transmitidos en las oficinas de
266

telégrafos denominadas “Telecomm/Telégrafos”. Por tanto, es en estas instalaciones


donde el actuario judicial debe presentarlos.
Ahora bien ¿Qué datos debe contener el telegrama? Conforme al artículo 75 del
Código Federal de Procedimientos Penales el telegrama correspondiente contendrá los
mismos datos que la cédula de citación. En tales condiciones, se remite al alumno al
apartado 5.10.4.2.3.

5.10.4.4. Citaciones por teléfono.

5.10.4.4.1. Su procedencia.
Los artículos 78 y 79 del Código Federal de Procedimientos Penales, establecen:
“Artículo 78. En caso de urgencia podrá hacerse la citación por telefonema que
transmitirá el funcionario de la policía judicial que practique las diligencias o el secretario o
actuario respectivo del tribunal que corresponda, quienes harán la citación con las
indicaciones a que se refieren las fracciones I y III del artículo 75, asentando constancia en
el expediente.- Asimismo, podrá ordenarse por teléfono a la policía que haga la citación
cumpliéndose con los requisitos del mismo artículo 75.”
“Artículo 79. También podrá citarse por teléfono a la persona que haya manifestado
expresamente su voluntad para que les cite por ese medio, dando el número del aparato al
cual debe hablársele, sin perjuicio de que si no es hallada en ese lugar o no se considera
conveniente hacerlo de esa manera se le cite por alguno de los medios señalados en este
capítulo.”
De los citados preceptos se desprende que la citación por teléfono procede cuando
se actualiza alguno de los siguientes supuestos:
Que se trate de caso urgente; o,
Que la persona que deba ser citada exprese, por escrito, su voluntad de que por
teléfono se le informe el día y hora en que deberá comparecer ante a la autoridad judicial y
además, que a dicho escrito le haya recaído el acuerdo respectivo.
Los actuarios judiciales deben tener presente que, independientemente del
supuesto que se actualice, siempre es el titular del órgano jurisdiccional el que
ordena que una citación se practique por teléfono. De aquí que los actuarios
judiciales no deban, motu proprio, practicar una citación por ese medio de
comunicación.

5.10.4.4.2. Procedimiento para la práctica de la citación por teléfono.


Por lo que respecta al supuesto precisado en el inciso a) del apartado que antecede,
debe decirse que una vez que el juez ordena que se practique una citación por teléfono, el
actuario judicial deberá proceder en los términos del citado artículo 78 del código adjetivo
penal federal, esto es, deberá hacer la llamada correspondiente y sólo en el caso de que
267

quien responda afirme que es la persona buscada le: 1.- informará que es funcionario
judicial y el órgano jurisdiccional al que está adscrito; 2.- hará saber el motivo de la
llamada; 3.- precisará el día, lugar y hora en que debe comparecer el sujeto procesal
necesario; y, 4.- expondrá el objeto de la diligencia. De lo anterior deberá levantar la razón
correspondiente.
Un ejemplo de un caso urgente en el que procede la citación por teléfono, se
actualiza cuando el juez, para resolver la situación jurídica de un indiciado, requiere la
declaración de un testigo y, ante la inminencia de que se venza el término constitucional,
ordena al actuario judicial que cite por teléfono al referido testigo. Cabe precisar que la
orden de practicar la citación por teléfono debe constar por escrito, ya sea en el acta que
se levante con motivo de una diligencia o en un proveído que dicte el titular del órgano
jurisdiccional.
Por otra parte, respecto de la hipótesis resumida en el inciso b) del apartado anterior,
conviene precisar que debe obrar en autos un escrito que acredite que el sujeto procesal
necesario expresó su voluntad de ser citado por teléfono, así como el auto en el que se
haya acordado de conformidad la solicitud correspondiente.
Conviene precisar que en las hipótesis antes expuestas, si no se localiza por teléfono
a la persona a quien deba citarse, entonces, conforme al citado artículo 79 del código
adjetivo penal federal, el actuario judicial deberá levantar la razón correspondiente con la
que se dará cuenta al titular del órgano jurisdiccional, quien, con vista en tal razón,
determinará la forma en que deba practicarse la citación.

5.10.4.5. Citaciones por edicto.

5.10.4.5.1. Su procedencia.
El artículo 83 del Código Federal de Procedimientos Penales, dispone:
“Artículo 83. Cuando se ignorare la residencia de la persona que debe ser citada, se
encargará a la policía que averigüe su domicilio y lo proporcione. Si esta investigación no
tuviere éxito y quien ordene la citación lo estimare conveniente, podrá hacerlo por medio
de un periódico de los de mayor circulación.- Se agregará al expediente un ejemplar del
periódico en la parte que contiene la inserción, de modo que se identifique el periódico, la
fecha de publicación y la sección y página en la que ésta aparece.”
De la disposición legal transcrita se desprende que la citación por edicto procede
cuando se actualicen los dos supuestos siguientes:
a) Que se ignore la residencia de la persona que debe citarse; y,
b) Que dicho domicilio no se hubiere localizado aun después de haberse agotado la
investigación a que alude el citado precepto legal.
5.10.4.5.2. Procedimiento para practicar las citaciones por edicto.
Del artículo 83 del Código Federal de Procedimientos Penales (que se transcribió
con anterioridad), se desprende que la práctica de la citación por edicto consiste en la
268

publicación, por una sola vez, del proveído que ordena la citación. Tal publicación debe
hacerse en un periódico de los de mayor circulación nacional. Se estima que la publicación
correspondiente debe cumplir con los requisitos establecidos en el artículo 75 del código
procesal mencionado, con excepción del previsto en la fracción IV (medio de apremio que
se impondrá en caso de que no comparezca la persona citada). Esto es así, pues se
considera que carece de sentido apercibir a quien se cita por edicto, con imponerle un
medio de apremio si no comparece, si en el supuesto de que esto último suceda la
autoridad judicial no podrá hacerlo efectivo.
Una vez realizada la publicación, deberá agregarse a los autos de la causa penal un
ejemplar del periódico en la parte que contenga la inserción de la resolución
correspondiente, de modo que pueda identificarse el periódico, la fecha de publicación, así
como la sección y página en la que aquélla se publicó.

5.11. Otras actuaciones judiciales en las que interviene el actuario judicial en


los procesos penales federales.

5.11.1. Fe de objetos, instrumentos y productos del delito. En la práctica, el


Ministerio Público que consigna la averiguación previa deja a disposición del órgano
judicial que conocerá de la misma, los objetos, instrumentos o productos del delito que
haya asegurado. En este caso, el juzgador, al radicar el asunto ordena, entre otras cosas,
que el actuario judicial se constituya en el lugar donde la Representación Social dejó los
bienes asegurados, a fin de que haga constar de manera fehaciente cuáles son los bienes
y cuál es el estado en que se encuentran.
Al practicar la fe de objetos el actuario judicial debe observar lo siguiente:
Es necesario que lleve consigo un oficio firmado por el titular o secretario del órgano
judicial de que se trate, dirigido al encargado o titular del lugar donde se constituirá. En tal
oficio se hará saber que el actuario judicial fue comisionado para dar fe de los objetos
asegurados en la averiguación previa que corresponda. Es importante que no se omita el
dato relativo al número de averiguación, pues con éste se identifican los objetos en virtud
de que en este caso fue el Ministerio Público quien los depositó en ese lugar.
Una vez que se constituye en el lugar respectivo, debe presentar al encargado del
lugar el referido oficio, identificarse y solicitar que le pongan a la vista los objetos
asegurados.
Hecho lo anterior, procederá a levantar el acta correspondiente la que deberá
contener, por lo menos, los siguientes datos:
1.- El hecho de que se trata de un acta de fe de objetos.
2.- El lugar, día y hora en que se practicó la diligencia.
3.- Nombre y cargo del funcionario que practicó la diligencia, así como la
denominación del órgano judicial de su adscripción.
4.- El número de causa penal.
269

5.- Nombre y cargo de la persona que lo atendió, así como la forma en que ésta se
identificó.
6.- La circunstancia de que solicitó que se le pusieran a la vista los bienes
asegurados.
7.- La descripción de los bienes. Aquí debe quedar precisada la clase de objeto, el
número de serie (si lo tuviere), el estado en que se encuentra y, en general, todos los
datos que lo identifiquen.
8.- El hecho de que hizo saber a quien lo atendió que los objetos quedan a
disposición del órgano judicial de que se trate, así como el número de causa con la que
están relacionados.
9.- Firma del funcionario judicial.
Cabe destacar que el actuario judicial debe ser cuidadoso al describir los objetos.
Esto es así, pues puede suceder que algún bien asegurado requiera de la opinión de un
especialista para afirmar que es o no alguna clase de sustancia. Por ejemplo, tratándose
de un delito de posesión simple de marihuana, por lo general, la representación social deja
a disposición de la autoridad judicial el citado estupefaciente. En este supuesto, el actuario
judicial, al dar fe de dicho narcótico no debe describirlo afirmando contundentemente que
se trata de marihuana, sino que puede exponer, por ejemplo, que se trata de una hierba
“al parecer marihuana”. Lo anterior, pues para determinar con toda certeza si se trata o no
de marihuana es necesario que un especialista en estupefacientes emita el dictamen
correspondiente.

TEMA 6
RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS
ACTUARIOS JUDICIALES

6.1. Competencia para conocer y resolver los procedimientos administrativos de


responsabilidad instaurados contra servidores públicos del Poder Judicial de la
Federación.
Los dos primeros párrafos del artículo 94 de la Constitución General, dicen:
“Artículo 94. Se deposita el ejercicio del Poder Judicial de la Federación, en una
Suprema Corte de Justicia, en un Tribunal Electoral, en Tribunales Colegiados y Unitarios
de Circuito y en Juzgados de Distrito.- La administración, vigilancia y disciplina del Poder
Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
estarán a cargo del Consejo de la Judicatura Federal en los términos que, conforme a las
bases que señala esta Constitución, establezcan las leyes.”
Del citado precepto constitucional se desprende que la disciplina del Poder Judicial
de la Federación (con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación) está a
cargo del Consejo de la Judicatura Federal. Por otra parte, como el Tribunal Electoral goza
270

de autonomía, tampoco está a cargo del Consejo la disciplina de sus miembros. En


relación con la facultad disciplinaria del Consejo de la Judicatura Federal, la fracción XII
del artículo 81 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, establece:
“Artículo 81.- Son atribuciones del Consejo de la Judicatura Federal: XII. Resolver
sobre las quejas administrativas y sobre la responsabilidad de servidores públicos en
términos de lo que dispone esta Ley incluyendo aquellas que se refieran a la violación de
los impedimentos previstos en el artículo 101 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos por parte de los correspondientes miembros del Poder Judicial de la
Federación, salvo los que se refieran a los miembros de la Suprema Corte de Justicia;”
Por otra parte, los párrafos cuarto y octavo del artículo 100 constitucional, dicen:
“Artículo 100. El Consejo funcionará en Pleno o en comisiones. El Pleno resolverá
sobre la designación, adscripción, ratificación y remoción de magistrados y jueces, así
como de los demás asuntos que la ley determine. . .De conformidad con lo que establezca
la Ley, el Consejo estará facultado para expedir acuerdos generales para el adecuado
ejercicio de sus funciones. La suprema Corte de Justicia podrá solicitar al Consejo la
expedición de aquellos acuerdos generales que considere necesarios para asegurar un
adecuado ejercicio de la función jurisdiccional federal. El Pleno de la Corte también podrá
revisar y, en su caso, revocar los que el Consejo aprueba, por mayoría de cuando menos
ocho votos. La Ley establecerá los términos y procedimientos para el ejercicio de estas
atribuciones.”
Como se ve, el Consejo de la Judicatura Federal -que funciona en Pleno o en
comisiones- está facultado para expedir acuerdos generales para el adecuado ejercicio de
sus funciones. Con fundamento en el citado precepto constitucional, el Pleno del Consejo
de la Judicatura Federal expidió el Acuerdo General 48/1998, que regula la organización y
funcionamiento del propio Consejo. Los artículos 63, fracciones I y IV y 208 del referido
Acuerdo General, establecen:

Artículo 63.- La Comisión de Disciplina tiene las siguientes atribuciones: I.


Conocer de todos los procedimientos administrativos de responsabilidad en contra
de los servidores públicos de los órganos jurisdiccionales y de las Oficinas de
Correspondencia Común a éstos y resolver aquellos que resulten infundados,
improcedentes, en los que no se acredite responsabilidad, que hayan quedado sin materia
o bien se sobresea, siempre y cuando exista acuerdo unánime; IV. Someter a
consideración del Pleno, para su aprobación definitiva, los proyectos de resolución de
procedimientos administrativos disciplinarios en los que se determine la existencia de
faltas administrativas; en los que no se haya llegado a un consenso en la Comisión de
Disciplina; que por su trascendencia se considere que debe ser el Pleno quien conozca de
ellos, o bien en los que se imponga multa al promovente, a su representante, o a ambos;”

“Artículo 208.- El Pleno será competente para resolver las quejas


administrativas que deban declararse fundadas; las denuncias en las que se encuentre
271

acreditada alguna causa de responsabilidad, o bien de aquellos procedimientos


administrativos de responsabilidad trascendentales o en los que se imponga multa al
promovente; así como para conocer y resolver lo que proceda en los términos previstos en
la Ley; y, de los dictámenes que presente el Secretario Ejecutivo de Disciplina ante la
Comisión correspondiente, en relación con las visitas ordinarias o extraordinarias de
inspección que sean practicadas en los tribunales de Circuito, juzgados de Distrito u
Oficinas de Correspondencia Común a éstos, de las cuales se derive la presunta
responsabilidad administrativa de alguno de los integrantes de esos órganos.”
De lo hasta aquí expuesto se desprende que la Comisión de Disciplina del Consejo
es la facultada para resolver los procedimientos de responsabilidad administrativa.
Aquellos que se resuelven en el sentido de declararlos fundados o en los que no exista
acuerdo unánime de los Consejeros que integran dicha Comisión, pasan al Pleno para el
pronunciamiento de la resolución definitiva. Por otra parte, los procedimientos de
responsabilidad que resulten improcedentes, que hayan quedado sin materia, que deba
decretarse el sobreseimiento o que no se acredite la causa de responsabilidad que se
atribuya a los funcionarios denunciados, son resueltos por la propia Comisión (esto es,
tales procedimientos no pasan al Pleno).
Ahora bien, el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, en sesión ordinaria de
treinta de octubre de dos mil, aprobó el punto de acuerdo que a continuación se transcribe:
“DIS/003.- CONSULTA QUE FORMULA SOBRE EL ÓRGANO COMPETENTE
PARA CONOCER DE LA RESPONSABILIDAD DE SECRETARIOS, ACTUARIOS Y
DEMAS PERSONAL ADSCRITO A LOS JUZGADOS DE DISTRITO Y TRIBUNALES DE
CIRCUITO. El Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, en relación con la consulta que
realiza la licenciada Adriana Leticia Campuzano Gallegos, Secretaria Ejecutiva de
Disciplina de este Cuerpo Colegiado, sobre el órgano competente para conocer de la
responsabilidad de secretarios, actuarios y demás personal adscrito a los Juzgados de
Distrito y Tribunales de Circuito, de conformidad con lo dispuesto en la parte final del
párrafo cuarto del artículo 97 de la Constitución General de la República, que establece
que los Magistrados y Jueces nombrarán y removerán a los respectivos funcionarios y
empleados de los Tribunales de Circuito y de los Juzgados de Distrito, conforme a lo que
establezca la ley respecto de la carrera judicial, y con apoyo en el criterio adoptado por el
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el once de agosto de mil
novecientos noventa y ocho, el recurso de revisión 3263/97, por unanimidad de siete
votos, determinó que la facultad para conocer de las faltas administrativas de los
secretarios, actuarios y demás personal adscrito a los Juzgados de Distrito y
Tribunales de Circuito corresponde a los titulares de estos últimos. Asimismo se
dispuso que el acuerdo anterior se comunique a la Comisión Substanciadora Unica del
Poder Judicial de la Federación para que tome nota del mismo.- Se ordenó que la
documentación presentada se agregue al apéndice de la presente acta como anexo
número diecisiete.”
272

Como se ve, corresponde a los titulares de los órganos jurisdiccionales tramitar y


resolver los procedimientos de responsabilidad administrativa instruidos en contra de
actuarios judiciales. Cabe precisar que el Consejo de la Judicatura Federal ha establecido
que esta regla tiene una excepción. Se actualiza cuando la conducta que se atribuye a un
actuario judicial está vinculada con la causa de responsabilidad que se imputa a un juez o
magistrado. En estos casos, el órgano competente para conocer del procedimiento
administrativo de responsabilidad es el propio Consejo, a través de la Comisión de
Disciplina o del Pleno, según corresponda.

6.2. Marco jurídico en materia de responsabilidad administrativa de servidores


públicos del Poder Judicial de la Federación.
En los procedimientos administrativos de responsabilidad instruidos contra
servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, son aplicables los siguientes
ordenamientos:
1.- Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
2.- Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
3.- Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos
(vigente a partir del trece de marzo de dos mil dos).
4.- Acuerdo General 48/1998, emitido por el Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal.
5.- Código Federal de Procedimientos Penales (de aplicación supletoria en los
procedimientos de responsabilidad administrativa).

6.3. Causas de responsabilidad administrativa de los servidores públicos del


Poder Judicial de la Federación.
En la Constitución General de la República se prevén algunas causas de
responsabilidad administrativa de los servidores públicos del Poder Judicial de la
Federación. En efecto, el párrafo primero del artículo 101 constitucional, establece:
“Artículo 101. Los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, los Magistrados de
Circuito, los Jueces de Distrito, los respectivos secretarios, y los Consejeros de la
Judicatura Federal, así como los Magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, no
podrán, en ningún caso, aceptar ni desempeñar empleo o encargo de la Federación, de
los Estados, del Distrito Federal o de particulares, salvo los cargos no remunerados en
asociaciones científicas, docentes, literarias o de beneficencia.”
Por otra parte, las causas de responsabilidad administrativa en las que pueden
incurrir los actuarios del Poder Judicial de la Federación, están previstas en el artículo 131
de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y en el artículo 8 de la Ley Federal
de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos. Tales preceptos, en lo
conducente, establecen:
273

“Artículo 131. Serán causas de responsabilidad para los servidores públicos del
Poder Judicial de la Federación: I. Realizar conductas que atenten contra la independencia
de la función judicial, tales como aceptar o ejercer consignas, presiones, encargos o
comisiones, o cualquier acción que genere o implique subordinación respecto de alguna
persona, del mismo u otro poder; II. Inmiscuirse indebidamente en cuestiones del orden
jurisdiccional que competan a otros órganos del Poder Judicial de la Federación; III. Tener
una notoria ineptitud o descuido en el desempeño de las funciones o labores que deban
realizar; IV. Impedir en los procedimientos judiciales que las partes ejerzan los derechos
que legalmente les correspondan en los procedimientos; V. Conocer de algún asunto o
participar en algún acto para el cual se encuentren impedidos; VI. Realizar
nombramientos, promociones o ratificaciones infringiendo las disposiciones generales
correspondientes; VII. No poner en conocimiento del Consejo de la Judicatura Federal
cualquier acto tendiente a vulnerar la independencia de la función judicial; VIII. No
preservar la dignidad, imparcialidad y profesionalismo propios de la función judicial en el
desempeño de sus labores; IX. Emitir opinión pública que implique prejuzgar sobre un
asunto de su conocimiento; X. Abandonar la residencia del tribunal de circuito o juzgado
de distrito al que esté adscrito, o dejar de desempeñar las funciones o las labores que
tenga a su cargo; XI. Las previstas en el artículo 47 de la Ley Federal de
Responsabilidades de los Servidores Públicos, siempre que no fueren contrarias a la
naturaleza de la función jurisdiccional, y XII. Las demás que determine la ley.”
“Artículo 8.- Todo servidor público tendrá las siguientes obligaciones: I.- Cumplir el
servicio que le sea encomendado y abstenerse de cualquier acto u omisión que cause la
suspensión o deficiencia de dicho servicio o implique abuso o ejercicio indebido de un
empleo, cargo o comisión; III.- Utilizar los recursos que tenga asignados y las facultades
que le hayan sido atribuidas para el desempeño de su empleo, cargo o comisión,
exclusivamente para los fines a que están afectos; V.- Custodiar y cuidar la
documentación e información que por razón de su empleo, cargo o comisión, tenga bajo
su responsabilidad, e impedir o evitar su uso, sustracción, destrucción, ocultamiento o
inutilización indebidos; VI.- Observar buena conducta en su empleo, cargo o comisión,
tratando con respeto, diligencia, imparcialidad y rectitud a las personas con las que tenga
relación con motivo de éste; VII.- Comunicar por escrito al titular de la dependencia o
entidad en la que preste sus servicios, las dudas fundadas que le suscite la procedencia
de las órdenes que reciba y que pudiesen implicar violaciones a la Ley o a cualquier otra
disposición jurídica o administrativa, a efecto de que el titular dicte las medidas que en
derecho procedan, las cuales deberán ser notificadas al servidor público que emitió la
orden y al interesado; VIII.- Abstenerse de ejercer las funciones de un empleo, cargo o
comisión, por haber concluido el período para el cual se le designó, por haber sido cesado
o por cualquier otra causa legal que se lo impida; IX.- Abstenerse de disponer o autorizar
que un subordinado no asista sin causa justificada a sus labores, así como de otorgar
indebidamente licencias, permisos o comisiones con goce parcial o total de sueldo y otras
274

percepciones; XI.- Excusarse de intervenir, por motivo de su encargo, en cualquier forma


en la atención, tramitación o resolución de asuntos en los que tenga interés personal,
familiar o de negocios, incluyendo aquéllos de los que pueda resultar algún beneficio para
él, su cónyuge o parientes consanguíneos o por afinidad hasta el cuarto grado, o parientes
civiles, o para terceros con los que tenga relaciones profesionales, laborales o de
negocios, o para socios o sociedades de las que el servidor público o las personas antes
referidas formen o hayan formado parte.- El servidor público deberá informar por escrito al
jefe inmediato sobre la atención, trámite o resolución de los asuntos a que hace referencia
el párrafo anterior y que sean de su conocimiento, y observar sus instrucciones por escrito
sobre su atención, tramitación y resolución, cuando el servidor público no pueda
abstenerse de intervenir en ellos; XII.- Abstenerse, durante el ejercicio de sus funciones,
de solicitar, aceptar o recibir, por sí o por interpósita persona, dinero, bienes muebles o
inmuebles mediante enajenación en precio notoriamente inferior al que tenga en el
mercado ordinario, donaciones, servicios, empleos, cargos o comisiones para sí, o para
las personas a que se refiere la fracción XI de este artículo, que procedan de cualquier
persona física o moral cuyas actividades profesionales, comerciales o industriales se
encuentren directamente vinculadas, reguladas o supervisadas por el servidor público de
que se trate en el desempeño de su empleo, cargo o comisión y que implique intereses en
conflicto. Esta prevención es aplicable hasta un año después de que se haya retirado del
empleo, cargo o comisión.- Habrá intereses en conflicto cuando los intereses personales,
familiares o de negocios del servidor público puedan afectar el desempeño imparcial de su
empleo, cargo o comisión.- Una vez concluido el empleo, cargo o comisión, el servidor
público deberá observar, para evitar incurrir en intereses en conflicto, lo dispuesto en el
artículo 9 de la Ley; XIII.- Desempeñar su empleo, cargo o comisión sin obtener o
pretender obtener beneficios adicionales a las contraprestaciones comprobables que el
Estado le otorga por el desempeño de su función, sean para él o para las personas a las
que se refiere la fracción XI; XIV.- Abstenerse de intervenir o participar indebidamente en
la selección, nombramiento, designación, contratación, promoción, suspensión, remoción,
cese, rescisión del contrato o sanción de cualquier servidor público, cuando tenga interés
personal, familiar o de negocios en el caso, o pueda derivar alguna ventaja o beneficio
para él o para las personas a las que se refiere la fracción XI; XV.- Presentar con
oportunidad y veracidad las declaraciones de situación patrimonial, en los términos
establecidos por la Ley; XVII.- Supervisar que los servidores públicos sujetos a su
dirección, cumplan con las disposiciones de este artículo; XVIII.- Denunciar por escrito
ante la Secretaría o la contraloría interna, los actos u omisiones que en ejercicio de sus
funciones llegare a advertir respecto de cualquier servidor público que pueda constituir
responsabilidad administrativa en los términos de la Ley y demás disposiciones aplicables;
XXI.- Abstenerse de inhibir por sí o por interpósita persona, utilizando cualquier medio, a
los posibles quejosos con el fin de evitar la formulación o presentación de denuncias o
realizar, con motivo de ello, cualquier acto u omisión que redunde en perjuicio de los
275

intereses de quienes las formulen o presenten; XXII.- Abstenerse de aprovechar la


posición que su empleo, cargo o comisión le confiere para inducir a que otro servidor
público efectúe, retrase u omita realizar algún acto de su competencia, que le reporte
cualquier beneficio, provecho o ventaja para sí o para alguna de las personas a que se
refiere la fracción XI; XXIV.- Abstenerse de cualquier acto u omisión que implique
incumplimiento de cualquier disposición legal, reglamentaria o administrativa relacionada
con el servicio público.- El incumplimiento a lo dispuesto en el presente artículo dará lugar
al procedimiento y a las sanciones que correspondan, sin perjuicio de las normas
específicas que al respecto rijan en el servicio de las fuerzas armadas.
En relación con la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los
Servidores Públicos, los actuarios judiciales deben tener presente el artículo Noveno
transitorio que, en lo conducente, dice:
“Artículo Noveno.- Las menciones que en otras leyes, reglamentos y demás
disposiciones jurídicas o administrativas de carácter federal se hagan de la Ley Federal de
Responsabilidades de los Servidores Públicos o en particular de alguno de sus preceptos,
se entenderán referidas a esta Ley o a los artículos de este ordenamiento legal cuyo
contenido coincida con los de la Ley que se deroga…”
La razón del citado artículo transitorio es que al expedirse la Ley Federal de
Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos (que derogó la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos) no se corrigieron algunos preceptos de
otros ordenamientos legales que hacían una remisión expresa a la Ley Federal de
Responsabilidades de los Servidores Públicos. En tales condiciones, conforme al citado
artículo transitorio, las disposiciones contenidas en otras leyes que remitan a este último
ordenamiento legal, se entienden referidas a la Ley Federal de Responsabilidades
Administrativas de los Servidores Públicos.

6.4. Criterios sustentados por la Comisión de Disciplina del Consejo de la


Judicatura Federal, relativos a la responsabilidad administrativa de los actuarios
judiciales.
En relación con la responsabilidad administrativa en que pueden incurrir los
actuarios judiciales al desempeñar sus funciones, la Comisión de Disciplina del Consejo
de la Judicatura Federa ha sostenido los siguientes criterios:
“ACTUARIO JUDICIAL. LÍMITES DE SU RESPONSABILIDAD EN LA PRÁCTICA
DE NOTIFICACIONES. Es facultad de los titulares determinar, atendiendo a los efectos y
alcances de la resolución, a quien debe notificarse. De ahí que resulta evidente que el
actuario no puede hacer una notificación por iniciativa propia. En consecuencia, el hecho
de que no se notifique el fallo protector a las autoridades ejecutoras, no configura causa
de responsabilidad alguna, pues el actuario solamente puede ejecutar lo estrictamente
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ordenado en autos, y carece de facultades para decidir oficiosamente lo que no le ha sido


expresamente mandado, de acuerdo al criterio sostenido en la jurisprudencia visible en el
Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Volumen 193-198, Parte Sexta,
página 12.”
“NOTIFICACIONES. DELIMITACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD
ADMINSITRATIVA DE LOS ACTUARIOS JUDICIALES. La deficiente o incorrecta
notificación es un acto procesal que no corresponde realizar al titular de un órgano
jurisdiccional, sino a aquellas personas que desempeñan funciones de actuario notificador;
de modo que tales actos deberán ser analizados cuando se revise y resuelva sobre la
conducta que se atribuye a éstos.”
Por otra parte, el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, al resolver la queja
administrativa 122/2004, le impuso una sanción administrativa a una actuaria judicial con
motivo de que asentó hechos falsos en una razón actuarial. En efecto, dicha funcionaria
judicial levantó una razón en la que sostuvo que en una hora y fecha determinadas
practicó una diligencia. Sin embargo, con las pruebas que exhibió el promovente de la
queja administrativa, se acreditó que la mencionada funcionaria no había practicado la
referida diligencia. La resolución que se dictó en dicha queja administrativa, en lo
conducente, dice:
“DÉCIMO SÉPTIMO.- Es fundada la presente queja administrativa, respecto de la
conducta que se atribuye a la. . .actuaria judicial.- Aduce el promovente de la queja que
la referida funcionaria judicial incurrió en responsabilidad administrativa al notificar
la resolución de treinta de enero de dos mil cuatro, dictada en el juicio ordinario civil
número 1/2004. Lo anterior, pues al notificar dicha resolución, infringió los artículos
305 y 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles. Esto es así, pues el cuatro
de febrero de dos mil cuatro, se constituyó en el domicilio de la demandada. . .en
busca del representante legal de dicha empresa, y al no haberlo encontrado, dejó
citatorio en el que indicó que regresaría al mencionado domicilio, el día seis de
febrero a las doce horas con veinticinco minutos. No obstante lo anterior, en la
misma fecha en que la actuaria denunciada entregó el referido citatorio (cuatro de
febrero de dos mil cuatro), también entregó el instructivo de notificación de seis de
febrero del citado año. Esto es, en un solo acto que practicó el cuatro de febrero,
dejó tanto el citatorio como el instructivo de notificación. Para acreditar la conducta
que le atribuye a la actuaria denunciada, el promovente de la queja ofreció diversas
pruebas documentales que más adelante serán valoradas.- La citada conducta
encuadra en la causa de responsabilidad prevista en la fracción XI, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, en relación con la fracción XXIV, de la Ley Federal de
Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos. Dichos preceptos
estatuyen: ‘ARTÍCULO 131. Serán causas de responsabilidad para los servidores públicos
del Poder Judicial de la Federación:. . .XI. Las previstas en el artículo 47 de la Ley Federal
de Responsabilidades de los Servidores Públicos, siempre que no fueren contrarias a la
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naturaleza de la función jurisdiccional; y. . .Artículo 8. Todo servidor público tendrá las


siguientes obligaciones:. . .XXIV. Abstenerse de cualquier acto u omisión que implique
incumplimiento de cualquier disposición legal, reglamentaria o administrativa relacionada
con el servicio público.- El incumplimiento a lo dispuesto en el presente artículo dará lugar
al procedimiento y a las sanciones que correspondan, sin perjuicio de las normas
específicas que al respecto rijan en el servicio de las fuerzas armadas’.- Los artículos 305
y 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles, en lo que interesa, estatuyen:
‘ARTÍCULO 305.- Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia
judicial en que intervengan, deben designar casa ubicada en la población en que tenga su
sede el tribunal, para que se les hagan las notificaciones que deben ser personales.
Igualmente deben señalar la casa en que ha de hacerse la primera notificación a la
persona o personas contra quienes promuevan, o a las que les interese que se
notifique. . .ARTÍCULO 310.- Las notificaciones personales se harán al interesado o a su
representante o procurador, en la casa designada, dejándole copia íntegra, autorizada, de
la resolución que se notifica. . .Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la
primera busca no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio
para que espere, en la casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera,
se le notificara por instructivo, entregando las copias respectivas al hacer la
notificación o dejar el mismo’.- De las disposiciones legales transcritas, se desprende
que tratándose de la notificación de la demanda, el funcionario encargado de llevar a cabo
las notificaciones deberá constituirse en el domicilio del demandado, y si en esa ocasión
no encuentra a la persona que deba ser notificada, dejará citatorio en el que indicará una
hora del día siguiente, a efecto de que dicha persona lo espere. En caso de que ésta no
espere, la notificación se efectuará mediante instructivo.- Ahora bien, según quedará
demostrado, la actuaria. . .al practicar las notificaciones de cuatro y seis de febrero de dos
mil cuatro, infringió lo dispuesto por los citados preceptos legales. En efecto, de las
constancias del juicio ordinario mercantil número 1/2004, se advierte que el cuatro de
febrero de dos mil cuatro, la referida actuaria levantó la siguiente razón: ‘. . .Para la
práctica de una diligencia de carácter personal, se servirá usted esperar al suscrito
actuario en el domicilio en el que se deja el presente citatorio a las 12:25 horas del día 06
del mes en curso, apercibido que de no hacerlo se le notificará por instructivo la resolución
de treinta de enero de dos mil cuatro, dictada en el Juicio Ordinario Mercantil número
1/2004. . .De conformidad con lo establecido en los artículo 304, 305, 310 y 312 del
Código Federal de Procedimientos Civiles, aplicado supletoriamente al de Comercio, se
deja el presente citatorio en poder de. . .hoy, a las 12:25 horas del día 04 de febrero del
año en curso. . .’.- Por otra parte, el instructivo de notificación que también elaboró la
actuaria denunciada, en lo conducente, dice: ‘En los autos del Juicio Ordinario Mercantil
número 1/2004. . .se dictó la resolución de treinta de mayo de dos mil cuatro, y que en lo
conducente dice. . .De conformidad con lo establecido en el artículo 304, 305, 310 y 312
del Código Federal de Procedimientos Civiles, aplicado supletoriamente al de Comercio,
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se le notifica por medio del presente instructivo, el cual dejo en poder de. . .en virtud de no
haberlo encontrado, hoy a las 12:25 horas del día 06 de febrero del 2004, para que sirva
de notificación en forma de la resolución que se le notifica. . .’.- Del análisis del citado
instructivo de notificación, se desprende que la actuaria judicial denunciada hizo constar
que se constituyó en el domicilio de la demandada. . .el seis de febrero de dos mil cuatro.
Lo anterior, en cumplimiento al citatorio de cuatro de febrero del citado año. Lo asentado
en el referido instructivo de notificación, está desvirtuado con las pruebas documentales
que exhibió el promovente de la queja, de las que se desprende que la actuaria judicial de
que se trata, asentó hechos falsos en el referido instructivo de notificación y, además,
infringió los citados preceptos del Código Federal de Procedimientos Civiles, que
establecen las formalidades con que deben practicarse las notificaciones.- En efecto, el
promovente de la queja exhibió, entre otras pruebas, copia certificada tanto del citatorio de
cuatro de febrero de dos mil cuatro, como del instructivo de notificación de seis de febrero
del citado año. Tales copias fueron certificadas por el Notario Público número veinte de la
ciudad de. . .La certificación que consta en el anverso de la copia del citatorio, en lo que
interesa, dice: ‘LUIS RAMÓN SALMERÓN SANDOVAL, titular de la notaría pública
número veinte de esta demarcación, CERTIFICO: Que la presente copia que consta de
una hoja utilizada por su anverso, es una copia fiel y exacta que se saca del original con la
que lo cotejé, haciéndose constar lo anterior bajo el acta número tres mil setenta y
tres. . .a cuatro de febrero del dos mil cuatro. Doy fe.’.- Por otra parte, la certificación que
obra en el anverso de la copia del instructivo de notificación, textualmente dice: ‘LUIS
RAMÓN SALMERÓN SANDOVAL, titular de la notaría pública número veinte de esta
demarcación, CERTIFICO: Que la presente copia que consta de una hoja utilizada por su
anverso, es una copia fiel y exacta que se saca del original con la que lo cotejé,
haciéndose constar lo anterior bajo el acta número tres mil setenta y tres, del libro de
certificaciones a mi cargo.- Cabe hacer la aclaración de que no obstante que el
presente documento tiene fecha posterior a esta certificación, el documento que se
certifica y que tengo a la vista me fue presentado en esta fecha, haciendo constar lo
anterior para los efectos legales a que haya lugar. . .a cuatro de febrero del dos mil
cuatro.- Doy fe.’.- Como se ve, de la certificación levantada por el Notario Público número
veinte de la ciudad de. . .se advierte que el cuatro de febrero de dos mil cuatro, tuvo a la
vista el instructivo de notificación de seis de febrero del citado año. Se afirma lo anterior,
pues el referido fedatario público, en forma destacada precisó que el documento que
estaba certificando y que tenía a la vista (instructivo de notificación), era de una fecha
posterior a aquella en que llevó a cabo la certificación correspondiente (cuatro de febrero
de dos mil cuatro).- Aunado a lo anterior, según lo asentado en el instructivo de
notificación, la actuaria judicial se constituyó en el domicilio de la demandada. . .a las doce
horas con veinticinco minutos del seis de febrero de dos mil cuatro. No obstante, de las
copias certificadas de las constancias del juicio ordinario mercantil 1/2004, se advierte que
el ahora inconforme, mediante escrito que presentó ante la Oficialía de Partes del
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Juzgado. . .de Distrito en el Estado de. . .a las nueve horas, con veintitrés minutos del seis
de febrero del citado año (según se advierte del sello fechador de dicha oficialía), devolvió
tanto el citatorio de cuatro de febrero, como el instructivo de notificación del seis siguiente.
Lo anterior, a efecto de demostrar que aun cuando todavía no eran las doce horas con
veinticinco minutos del seis de febrero (hora en que supuestamente se constituiría la
actuaria denunciada en el domicilio de la persona moral demandada), él ya contaba con el
instructivo de notificación. Así, el inconforme acreditó ante el titular del referido juzgado
federal, que la actuaria. . .había asentado hechos falsos en la razón de seis de febrero de
dos mil cuatro y, además, que había inobservado lo dispuesto en los artículos 305 y 310
del Código Federal de Procedimientos Civiles.- Como se ve, de las pruebas documentales
antes analizadas, se desprende en forma indudable que el cuatro de febrero de dos mil
cuatro, la funcionaria denunciada entregó a una empleada de la demandada. . .tanto el
citatorio de esa fecha, como el instructivo de notificación de fecha seis de febrero del
citado año. En este sentido, es inconcuso que infringió los artículos 305 y 310 del Código
Federal de Procedimientos Civiles antes citados. De aquí, que lo procedente sea
imponerle una sanción administrativa.- Lo expuesto en el párrafo anterior se corrobora con
lo determinado en el proveído de seis de febrero de dos mil cuatro, que el titular del
Juzgado. . .de Distrito en el Estado de. . .dictó en los autos del juicio ordinario mercantil
1/2004. Dicho proveído, en lo conducente, dice: ‘Vista; la certificación y el escrito de
cuenta, de los cuales se advierte que la diligencia de notificación realizada por la
actuaria adscrita. . .mediante citatorio de fecha cuatro de los corrientes e instructivo
de notificación de esta misma fecha fueron realizadas de forma ilegal; en tal virtud,
con fundamento en el artículo 58 del Código Federal de Procedimientos
Civiles. . .regularícese el procedimiento y ordénese de nueva cuenta llevar a cabo la
notificación. . .por último, llámese severamente la atención a la actuaria. . .para que
en lo sucesivo ponga más atención y empeño en las funciones de su cargo, en
virtud de que claramente aparece que dejó un instructivo de notificación el mismo
día en que dejó el citatorio.’.- En otra parte de su informe, la funcionaria denunciada
sostuvo que la conducta en que incurrió se justifica, en virtud de que tuvo una carga de
trabajo excesiva. . .el hecho de que haya tenido una excesiva carga de trabajo, tampoco la
exime de responsabilidad. Se afirma lo anterior, pues independientemente de la carga de
trabajo que haya tenido, lo cierto es que no puede pasarse por alto que un funcionario
del Poder Judicial de la Federación, que tiene fe pública, haga constar hechos falsos
para evitar el cumplimiento de las obligaciones que le imponen diversas
disposiciones jurídicas.”
De la transcripción anterior se desprende que los actuarios judiciales deben ser
especialmente cuidadosos al levantar las razones correspondientes. Se afirma lo anterior,
pues en éstas deben asentar la hora y la fecha en que realmente llevaron a cabo los actos
que se mencionan en tales razones. De lo contrario, podrán incurrir en una causa de
responsabilidad administrativa.
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