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GasLift Book 2014
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TEMA 1
Concepto de Actuario.
El actuario como categoría dentro de la carrera judicial del Poder Judicial de la
Federación y requisitos para ocupar el cargo.
Concepto de Actuario.
Juan Palomar de Miguel, en su Diccionario para Juristas, define al actuario como “el
funcionario auxiliar de los juzgados que notifica los acuerdos judiciales y ejecuta
diligencias tales como el embargo y el desahucio.”1[1]
Dentro del Poder Judicial de la Federación, los actuarios son los funcionarios
judiciales investidos de fe pública, que se encargan de comunicar a las partes en un juicio,
las resoluciones que han tomado los jueces de Distrito o magistrados de Circuito en los
juicios o procedimientos legales que se tramitan ante ellos. Asimismo, se encargan de dar
cumplimiento a las órdenes de los jueces o magistrados que tienen que llevarse a cabo
fuera de las instalaciones de los juzgados o tribunales.
Se dice que los actuarios están investidos de fe pública, en virtud de que los hechos
y datos que asientan en las actas y razones que levantan con motivo de las diligencias
que practican, generan la presunción juris tantum de que son veraces. En efecto, tales
actas y razones constituyen documentos públicos y lo asentado en éstas debe estimarse
cierto, salvo prueba en contrario. Al respecto, se ha sustentado el criterio siguiente:
funcionario al llevar a cabo las diligencias de notificación, tiene, por disposición de ley, la
calidad de una autoridad en ejercicio de sus funciones, razón por la que está envestido de
fe pública; de manera que si asienta que entendió una diligencia de notificación con la
persona a quien va dirigida, debe estimarse cierto ese hecho, si no hay prueba que
acredite lo contrario."3[3]
Sobre el particular, conviene precisar que la fe pública de la que están investidos los
actuarios judiciales, sólo hace prueba respecto de los hechos o datos asentados por éstos
en un acta o razón, en virtud de haberlos percibido mediante sus sentidos en determinado
tiempo y lugar. Sin embargo, si en tales actas o razones se asientan declaraciones de
verdad o manifestaciones de hechos particulares por parte de las personas con quienes se
entiende la diligencia, dicha fe pública no acredita, ni siquiera a título de indicio, que lo
declarado o manifestado corresponda a la realidad. Así por ejemplo, si en una razón el
actuario judicial hace constar que el cuatro de enero de dos mil cuatro, a las trece horas,
fue atendido por una persona que dijo llamarse Pedro López Rodríguez, quien se identificó
con una credencial expedida por el Instituto Federal Electoral, en la que obra una
fotografía que concuerda con los rasgos fisonómicos del interesado, y quien manifestó ser
el propietario del inmueble en el que se practicó la diligencia, lo único que esa razón
demuestra, salvo prueba en contrario, es que el actuario judicial, en la fecha y hora
mencionadas, entendió la diligencia con una persona que dijo llamarse Pedro López
Rodríguez, quien exhibió una identificación oficial y manifestó que el inmueble donde se
llevó a cabo la diligencia era de su propiedad. Empero, dicha razón no acredita, ni siquiera
presuntivamente, que la manifestación de esa persona en el sentido de ser el propietario
del inmueble en el que se practicó la diligencia, sea verdadera.
Por otro lado, no sobra apuntar que los actuarios judiciales, al levantar las actas y
razones correspondientes, deben limitarse a describir lo que perciben mediante sus
sentidos, absteniéndose de hacer inferencias a partir de sus percepciones, pues tal
proceder está fuera de sus atribuciones. Así, por ejemplo, un actuario judicial puede
asentar en un acta que en determinada fecha y hora tuvo a la vista un polvo color blanco
con características físicas similares a las de la cocaína (pues esto lo percibe mediante el
sentido de la vista), mas no debe afirmar que el referido polvo era cocaína (inferencia a
partir de lo que percibió), pues tal conclusión está fuera de sus facultades, en virtud de que
tal cuestión sólo podría determinarse mediante un dictamen químico emitido por un
especialista en estupefacientes.
1.2. El actuario como categoría dentro de la carrera judicial del Poder Judicial
de la Federación y requisitos para ocupar el cargo.
5[5]
Tesis II.2º.P.A.31 A, sostenida por el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Cuarto Circuito, visible en el
Tomo III, pág. 855, Junio 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 202113.
6[6]
Tesis núm. II.1º. C.T. 40 C, sostenida por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Segundo Circuito, visible en
el Tomo III, pág. 582, Mayo 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 202346.
4
La carrera judicial es la serie de grados, del menor al mayor, por los que van
ascendiendo los funcionarios judiciales.
Guillermo Cabanellas considera que por carrera judicial debe entenderse un régimen
en el que el ingreso y progresión a la judicatura (y a la magistratura, agregamos nosotros)
están sometidos a una disciplina de méritos y antigüedad, y a un conjunto de normas que
regulan la actuación personal del funcionario.7[1]
De acuerdo con el artículo 110 de la citada ley orgánica, la carrera judicial está
conformada por diversas categorías de funcionarios judiciales, siendo la del actuario la
que se cita en último lugar. Esto se debe a que se trata de la categoría con la que se inicia
la carrera judicial. El citado precepto establece:
“Artículo 110.- La carrera judicial está integrada por las siguientes categorías: I.
Magistrado de circuito; II. Juez de Distrito; III. Secretario General de Acuerdos de la
Suprema Corte de Justicia; IV. Subsecretario General de Acuerdos de la Suprema Corte
de Justicia; V. Secretario de Estudio y Cuenta de Ministro; VI. Secretario de Acuerdos de
Sala; VII. Subsecretario de Acuerdos de Sala; VIII. Secretario de Tribunal de Circuito; IX.
Secretario de Juzgado de Distrito; y X. Actuario del Poder Judicial de la Federación.”
7[1]
CABANELLAS DE LA TORRE, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Ed. Heliasta, Argentina, 1981, 27ª edición,
vol. II, pág. 67.
5
Además de los anteriores requisitos, para acceder al cargo de actuario judicial, debe
aprobarse un examen de aptitud que es elaborado y aplicado por el Instituto de la
Judicatura Federal, en los términos precisados en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación y en los Acuerdos Generales que el Consejo de la Judicatura Federal expide
con fundamento en el artículo 100, párrafo octavo de la Constitución General.
6
TEMA 2
2.1. Notificación.
2.2. Emplazamiento.
2.3. Citación.
2.4. Requerimiento.
2.5. Cédula e instructivo.
2.6. Citatorio.
2.7. Rotulón.
2.8. Lista.
2.9. Estrados.
2.10. Edictos.
2.11. Requisitoria.
2.11.1. Despacho.
2.11.2. Exhorto.
2.12. Acta.
2.13. Inspección Judicial.
2.14. Objeto, Instrumento o Producto del delito.
2.15. Embargo o Secuestro.
2.16. Depositario Judicial.
2.17. Intervención.
2.18. Aseguramiento.
2.19. Representación.
2.20. Litisconsorcio.
2.21. Fe Publica.
2.1. Notificación.
Es el acto mediante el cual, de acuerdo con las formalidades legales preestablecidas,
se hace saber una resolución judicial o administrativa a la persona a la que se reconoce
como interesado en su conocimiento o se le requiere para que cumpla un acto procesal.8[1]
2.2. Emplazamiento.
8[1]
FLORES GARCÍA, Fernando. Diccionario Jurídico Mexicano, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Ed. Porrúa, México, 1998, 11ª edición, vol. I-O, pág. 2103.
7
Es el llamado judicial que se hace para que dentro del plazo señalado, la parte
demandada comparezca a juicio para ejercitar en él sus defensas, excepciones o
reconvenciones.
2.3. Citación.
Es el acto de poner en conocimiento de alguna persona un mandato del juez o
tribunal, para que concurra a la práctica de una diligencia judicial, precisando día y hora
para su desahogo.
2.4. Requerimiento.
Actuación judicial por la que se intima a una persona para que haga o deje de hacer
algo.
En relación con los anteriores conceptos, resulta ilustrativa la tesis siguiente:
"EMPLAZAMIENTO, NOTIFICACIÓN, CITACIÓN Y REQUERIMIENTO.
CONSTITUYEN MEDIOS DE COMUNICACIÓN PROCESAL QUE TIENEN
SIGNIFICADO DISTINTO.- Entre los medios de comunicación que los jueces y los
tribunales utilizan en el proceso para hacer saber a las partes las resoluciones que dictan,
se encuentran el emplazamiento, la notificación, la citación y el requerimiento, los cuales
poseen significado diverso, a saber: el emplazamiento es el llamado judicial que se hace
para que dentro del plazo señalado la parte demandada comparezca a juicio; la
notificación es el acto por el cual se hace saber a alguna persona, con efectos jurídicos,
una resolución judicial o cualquier otra cuestión ordenada por el juzgador; la citación es el
acto de poner en conocimiento de alguna persona un mandato del juez o tribunal para que
concurra a la práctica de alguna diligencia procesal; y el requerimiento es el acto de
intimar a una persona en virtud de una resolución judicial, para que haga o se abstenga de
hacer la conducta ordenada por el juzgador."9[1]
9[1]
Tesis 1ª. LIII/2003, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el Tomo
XVIII, pág. 123, Noviembre 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm.
reg. 182843.
8
2.6. Citatorio.
Es el documento que el actuario entrega a los parientes, empleados o domésticos del
interesado, o a cualquier otra persona que viva o labore en el domicilio que aquél haya
señalado para oír notificaciones, en virtud de no haber encontrado al propio interesado en
el momento de constituirse en dicho domicilio y mediante el cual se cita a este último en
hora fija, dentro de las veinticuatro siguientes, para que espere en el mencionado
inmueble a fin de que le sea notificada una resolución judicial.
2.7. Rotulón.
Instrumento para notificar que consiste en un documento que debe contener el
número de expediente, nombre y apellidos de las partes, denominación y sello oficial del
órgano jurisdiccional que lo emite y síntesis de la resolución que se notifica. Dicho medio
de comunicación debe fijarse en el órgano jurisdiccional correspondiente, en un lugar
visible y de fácil acceso al público en general.
2.8. Lista.
Documento que se fija en los órganos jurisdiccionales, en un lugar visible y de fácil
acceso al público en general, en el que se hace una relación de diversos asuntos en los
que se dictó la resolución que se ordena notificar por este medio. Los datos que debe
contener son el número de juicio, incidente o recurso en el que se emitió la resolución
respectiva, fecha en que se publica, denominación del órgano jurisdiccional
correspondiente y nombre y firma del actuario responsable de su publicación.
La lista se diferencia del rotulón, en virtud de que este último se emplea para notificar
la resolución emitida en un solo asunto, en tanto que la lista es utilizada para notificar
diversas resoluciones dictadas en asuntos diferentes.
2.9. Estrados.
Lugar de un juzgado o tribunal donde, para conocimiento general, se colocan los
avisos, edictos, listas o notificaciones.
2.10. Edictos.
“...son medios de comunicación procesal (citatio edictalis) ordenados por el juez o
tribunal, que deben realizarse mediante publicaciones, para hacer saber a las partes o a
terceros, resoluciones que afectan o pueden afectar a sus intereses en un proceso
determinado. Esta clase de actos de comunicación, que puede comprender
emplazamientos, notificaciones, citaciones, requerimientos, etc., se realiza en los casos
taxativamente señalados por la ley cuando no es posible llevarlos al cabo mediante
notificaciones personales a los destinatarios y sus efectos se equiparan a los de estas
últimas.”10[1]
10
vol..
9
2.11. Requisitoria.
“El oficio que un juez dirige a otro, mandándole (cuando es de inferior categoría el
requerido) o exhortándolo (si es de igual categoría), para que ejecute alguna resolución
del tribunal que requiere.”11[1] En el primer caso se habla de despacho y en el segundo de
exhorto.
2.12. Acta.
“Es un instrumento o pieza escrita, en la cual el redactor de la misma refiere
circunstanciadamente un hecho o acto jurídico, relatando la forma de su acontecimiento, el
estado de las cosas o las manifestaciones de voluntad de las personas que participaron en
él.”12[1]
11[1]
PALLARES, Eduardo. Op. cit., pág. 712.
12[1]
J. COUTURE, Eduardo. Vocabulario Jurídico, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1997, Primera Edición, Quinta
Reimpresión, pág. 70.
10
Son instrumentos del delito los elementos materiales de los que el autor de un ilícito
se vale intencionalmente para prepararlo, completarlo, consumarlo y encubrirlo.
Verbigracia, el documento apócrifo que es utilizado para cometer el delito de fraude.
Producto del delito es aquel que se origina directamente por la comisión del delito, es
decir, es el efecto proveniente del ilícito. Ejemplo de lo anterior, es el dinero que se obtiene
en el caso de un delito contra la salud en la modalidad de comercialización.
2.17. Intervención.
“Medida cautelar consistente en la designación por el Juez, en los casos autorizados
por la ley, de una persona a quien se asigna el cometido de vigilar o administrar un
patrimonio, con el objeto de proteger el derecho eventual que en el mismo pueda tener un
litigante que justifica ser condómino, socio o acreedor.”14[1]
2.18. Aseguramiento.
Consiste en la orden de un juez o tribunal para que determinados bienes litigiosos u
objetos, instrumentos y productos del delito se resguarden, con la finalidad de impedir
algún daño o fraude sobre los mismos y preservar así la efectividad del fallo que
eventualmente se emita. Por ejemplo, en materia penal, tales medidas de aseguramiento
13[1]
PALLARES, Eduardo. Op. cit., pág. 235.
14[1]
J. COUTURE, Eduardo. Ob. Cit., pág. 346.
11
2.19. Representación.
Facultad que tiene una persona de actuar, obligar y decidir en nombre y por cuenta
de otra. La representación se clasifica en directa o indirecta. La primera de ellas consiste
en la actuación de una persona en nombre y por cuenta de otra, produciendo una relación
directa e inmediata entre representado y tercero. Un ejemplo de esta representación es el
poder que una persona le entrega a otra, facultándola para llevar a cabo determinados
actos.
Por otra parte, la representación es indirecta, cuando una persona actúa en nombre
propio pero por cuenta de un tercero, adquiriendo para sí los derechos y obligaciones del
representado frente al tercero. Un ejemplo de esta representación es el gestor de
negocios. 15[1]
2.20. Litisconsorcio.
Es una modalidad en el proceso que consiste en la pluralidad de actores o
demandados. Así, hay litisconsorcio cuando varias personas ejercitan una acción en
contra de un solo demandado (en este caso se habla de litisconsorcio activo); cuando una
persona demanda a varias (en este caso se habla de litisconsorcio pasivo), y cuando dos
o más personas demandan a dos o más sujetos.
El litisconsorcio puede ser voluntario o necesario. Es voluntario si se lleva a cabo en
uso de la facultad que otorga la ley para promoverlo. Es necesario, cuando el proceso no
puede iniciarse válidamente sino en la forma de litisconsorcio porque las cuestiones
jurídicas que en él se ventilan afectan a más de dos personas. Como ejemplo de este
último, puede citarse el caso en que se demanda la nulidad de un contrato de sociedad,
pues en tal supuesto la acción se debe ejercitar en contra de todos los socios que
suscribieron el correspondiente contrato.16[1]
15[1]
PÉREZ FERNÁNDEZ DEL CASTILLO, Bernardo. Representación, Poder y Mandato, Prestación, 2001, 11ª
edición, pág. 13 y sig.
16[1]
PALLARES, Eduardo. Op. cit., pág. 546.
12
2.21. Fe Pública.
Autoridad legítima atribuida a notarios, escribanos, agentes de cambio y bolsa,
cónsules y secretarios de juzgados, tribunales y otros institutos oficiales para que los
documentos que autorizan en debida forma sean considerados como auténticos y lo
contenido en ellos sea tenido por verdadero mientras no se haga prueba en contrario. 17[1]
17[1]
PALOMAR DE MIGUEL, Juan. Op. cit., pág. 681.
13
TEMA 3
NOTIFICACIONES EN EL JUICIO DE AMPARO
El artículo 27, párrafo primero, de la Ley de Amparo, estatuye: “Artículo 27. Las
resoluciones deben ser notificadas a más tardar dentro del día siguiente al en que se
hubiesen pronunciado, y se asentará la razón que corresponda inmediatamente después
de dicha resolución”.
Ahora bien, la Ley de Amparo prevé otros supuestos en los que lo procedente es
notificar las resoluciones judiciales a personas y autoridades que designan las propias
partes, así como a personas ajenas al juicio. Tales personas o autoridades son las
siguientes: a) autorizados, apoderados y, en su caso, representantes y defensores de los
quejosos y terceros perjudicados que no tengan el carácter de autoridad; b)
representantes de las autoridades quejosas y tercero perjudicadas; c) representantes del
titular del Poder Ejecutivo Federal; y, d) personas extrañas al juicio.
A continuación se expondrán los casos en que procede notificar a dichas personas y
autoridades.
De la disposición legal transcrita se desprende que tanto los quejosos como los
terceros perjudicados pueden designar autorizados. Éstos pueden gozar de facultades
procesales amplias o restringidas, según la forma en que se les autorice. En el primer
caso, los autorizados están facultados para oír notificaciones, imponerse de autos,
interponer los recursos que procedan y, en general, realizar cualquier acto que resulte
necesario para la defensa de los derechos del autorizante. En el segundo, solamente
podrán oír notificaciones e imponerse de autos.
18
Cabe precisar que en las materias civil, mercantil y administrativa, los citados
autorizados con facultades procesales amplias, deberán encontrarse legalmente
autorizados para ejercer la profesión de abogado (lo que deberá acreditarse ante la
autoridad que conozca del juicio, en el momento en que se otorgue dicha autorización). En
las demás materias y en los casos en los que el autorizado únicamente cuente con
facultades procesales restringidas, solamente deberá tener capacidad legal.
Sentado lo anterior, una vez que el titular del juzgado de Distrito o tribunal de Circuito
que conozca del juicio de amparo, dicte el acuerdo en el que tenga por autorizada (en
términos amplios o restringidos) a la persona designada por el quejoso o tercero
perjudicado, las resoluciones que deban hacerse del conocimiento de éstos, se notificarán
a la persona autorizada. En este supuesto, ya no es necesario entender la notificación de
que se trate con el quejoso o tercero perjudicado, pues basta que la diligencia se practique
directamente con el autorizado. No obstante lo anterior, aun en el caso de que ya se haya
dictado el proveído en el que se tenga por autorizada a la persona designada por el
quejoso o tercero perjudicado, si la autoridad que conoce del juicio de amparo estima
conveniente que la resolución correspondiente se notifique directamente a uno u otro o
ambos, el actuario deberá entender la notificación personalmente con el quejoso o tercero
perjudicado o con los dos, según sea el caso.
Es importante apuntar aquí, que los autorizados son personas a quienes los quejosos
y terceros perjudicados les delegan determinadas facultades procesales, mas no
constituyen apoderados ni representantes de éstos.18[1] Luego, dichos autorizados, en
ningún caso pueden suscribir la demanda de amparo ni el escrito por el que el tercero
perjudicado comparece al juicio, pues aquéllos siempre intervendrán en los juicios de
amparo, una vez que han sido designados por tales partes y la autoridad que conozca del
juicio acuerde de conformidad tal designación.
“Artículo 4o. El juicio de amparo únicamente puede promoverse por la parte a quien
perjudique la ley, el tratado internacional, el reglamento o cualquier otro acto que se
18[1]
Sobre el particular, el Ministro Genáro David Góngora Pimentel estima que “la Ley de amparo no establece aquí (en el artículo 27)
un mandato, ni una representación legal, sino que concede al autorizado todas las facultades necesarias pensando que el autorizante
elige por circunstancias especiales a una persona.” GÓNGORA PIMENTEL, Genaro David. Introducción al estudio del juicio de amparo.
Editorial Porrúa, México 1992, 4ª edición, pág.162.
19
reclame, pudiendo hacerlo por sí, por su representante, por su defensor si se trata de un
acto que corresponda a una causa criminal, por medio de algún pariente o persona
extraña en los casos en que esta ley lo permita expresamente; y sólo podrá seguirse por el
agraviado, por su representante legal o por su defensor.”
“Artículo 12. En los casos no previstos por esta ley, la personalidad se justificará en el
juicio de amparo en la misma forma que determine la ley que rija la materia de la que
emane el acto reclamado; y en caso de que ella no lo prevenga, se estará a lo dispuesto
por el Código Federal de Procedimientos Civiles.- Tanto el agraviado como el tercero
perjudicado podrán constituir apoderado para que los represente en el juicio de amparo,
por medio de escrito ratificado ante el Juez de Distrito o autoridad que conozca de dicho
juicio.”
“Artículo 8.- Las personas morales privadas podrán pedir amparo por medio de sus
legítimos representantes.”
“Artículo 9.- Las personas morales oficiales podrán ocurrir en demanda de amparo,
por conducto de los funcionarios o representantes que designen las leyes, cuando el
acto o la ley que se reclamen afecten intereses patrimoniales de aquéllas.”
Como se ve, las personas morales oficiales pueden tener el carácter de quejosas,
únicamente cuando el acto o ley que reclamen afecte sus intereses patrimoniales. En este
caso, dichas personas morales se asimilan a los particulares, pues no actúan con ius
imperii dentro del juicio de garantías. Asimismo, por intereses patrimoniales debe
entenderse “aquellos bienes propios que les pertenecen en dominio, respecto de los
cuales tienen un derecho real semejante al que pueden tener los particulares sobre los
suyos. Por consiguiente, no serán intereses patrimoniales para los efectos del artículo 9 de
la Ley de Amparo, aquellos que las personas morales de derecho público (Nación, Estado,
Municipio, etc), puedan tener sobre bienes respecto de los cuales no se comporten como
un verdadero propietario. . .”19[1]
Ahora bien, dichos órganos de gobierno deberán acudir al juicio de amparo por
conducto de los funcionarios o representantes que designen las leyes, esto es, la
representación de las personas morales oficiales quejosas, debe derivar del ordenamiento
legal o del reglamento que las rija. En estos casos, las notificaciones se entenderán
con el representante de la persona moral oficial quejosa. Cabe precisar que a las
personas morales oficiales quejosas sí procede notificarles personalmente las
resoluciones que conforme a las disposiciones de la Ley de Amparo así deban
notificarse.
19[1]
BURGOA ORIHUELA, Ignacio. El Juicio de Amparo. Ed. Porrúa, México, 1998, 34ª edición, pág. 333.
21
Por otro lado, del citado artículo 9, relacionado con el diverso 12, párrafo segundo, de
la Ley de Amparo, este último precepto transcrito en el tema 3.1.2.2.1., se desprende que
las autoridades en su carácter de tercero perjudicadas podrán ser representadas en el
juicio de garantías en los mismos términos en que son representadas las personas
morales oficiales que tienen el carácter de quejosas. Lo anterior se considera así, puesto
que el último de los citados preceptos legales establece que tanto los agraviados como los
terceros perjudicados pueden designar representantes en los juicios de amparo. Dicho
precepto, al referirse a los terceros perjudicados, no distingue entre personas físicas o
morales privadas u oficiales. Luego, si se parte del aforismo latino ubi lex non distínguit,
nec nos distínguere debemus (donde la ley no distingue, tampoco debemos distinguir
nosotros), se llega a la conclusión de que las autoridades tercero perjudicadas pueden ser
representadas en los juicios de amparo por los funcionarios a los que la ley o el
reglamento correspondiente les confiera la facultad de representación. En este sentido, las
resoluciones judiciales que deban hacerse del conocimiento de dicha autoridad se
notificarán a su representante. Desde luego que esto último acontecerá una vez que
aquélla lo haya designado, pues la primera notificación debe practicarse a la propia
autoridad tercero perjudicada.
Del citado precepto se desprende que las autoridades responsables no pueden ser
representadas en los juicios de garantías. Según se verá enseguida, esta es la regla
general, pues la Ley de Amparo establece sólo una excepción, la cual consiste en que el
titular del Poder Ejecutivo Federal sí puede ser representado.
Luego, queda establecido que, salvo el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos,
ninguna autoridad que tenga el carácter de responsable podrá ser representada en el
juicio de amparo.
Los párrafos segundo, tercero y cuarto del artículo 19 y el último párrafo del artículo
27 de la Ley de Amparo, dicen:
“Artículo 27. Las notificaciones al titular del Poder Ejecutivo se entenderán con el
secretario de Estado o jefe de Departamento Administrativo que deba representarlo en el
juicio de amparo, o, en su caso, con el procurador general de la República, de acuerdo
con lo dispuesto en el artículo 19 de esta ley, de manera que una vez que se haya
cumplimentado tal disposición las subsecuentes notificaciones se harán directamente a los
funcionarios designados, quienes igualmente intervendrán en las actuaciones procesales
23
Como se ve, sólo el titular del Poder Ejecutivo Federal puede ser representado en los
juicios de amparo. Tal representación, en los términos en que están redactados los citados
preceptos, puede otorgarla al Secretario de Estado, Jefe de Departamento Administrativo
o Procurador General de la República, según corresponda la materia del asunto. Siendo
así, resulta evidente que la representación del titular del Poder Ejecutivo Federal depende
de la distribución de competencias establecida en la Ley Orgánica de la Administración
Pública Federal. Cabe precisar que dicha representación debe ser otorgada por conducto
del Procurador General de la República, mediante oficio encausado al juicio de amparo de
que se trate. Al respecto, conviene invocar los siguientes criterios:
Sentado lo anterior, conviene precisar que la primera notificación que deba hacerse
al titular del Poder Ejecutivo Federal, cuando éste sea señalado como autoridad
responsable en los juicios de amparo, se practicará en la residencia oficial del Procurador
General de la República, en términos de los citados artículos 19 y 27 de la Ley de Amparo.
22[3]
Tesis número 2a. XXXIX/98, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de la Nación, visible en la pág.
240, del Tomo VII, Abril de 1998, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm.
reg. 196546.
25
23[1]
Tesis número 2a. XXXIX/98, visible en la pág. 240, del Tomo VII, Abril de 1998, Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 196546.
27
Del citado artículo 19 de la Ley de Amparo, se desprende que si bien las autoridades
responsables no pueden ser representadas en los juicios de amparo; sin embargo, sí
pueden designar delegados. Se trata de personas que tienen la facultad de concurrir a las
audiencias, para el efecto de que en ellas rindan pruebas, aleguen lo que a los intereses
de la autoridad convenga y presenten promociones.
Al respecto, debe decirse que los delegados únicamente están facultados para actuar
dentro de la audiencia constitucional (pues así lo establece el artículo 19 de la Ley de
Amparo). Lo anterior implica que las promociones que la autoridad o autoridades
responsables presenten antes de la audiencia constitucional, deberán ser firmadas por
ellas mismas, en tanto que los delegados solamente pueden actuar en la referida
audiencia.24[1]
Hay juicios de amparo en los que intervienen las denominadas personas extrañas al
juicio. Se trata de personas que, sin ser parte, comparecen al juicio o son llamadas a él, en
virtud de que se considera que pueden afectarse sus intereses jurídicos con motivo de las
resoluciones que se llegaren a dictar en el propio juicio. A dichas personas se les deben
notificar los proveídos o resoluciones que la autoridad que conozca del juicio de amparo
estime necesario hacer de su conocimiento. Al respecto, el artículo 30 de la Ley de
Amparo, en lo conducente, establece:
Como se ve, el artículo que antecede hace referencia a las notificaciones a las
personas extrañas al juicio. Así, por ejemplo, en un incidente de daños y perjuicios
24[1]
Sobre el particular, el Ministro Genaro David Góngora Pimentel, opina: “Así, en el supuesto del primer párrafo (del
artículo 19 de la Ley de Amparo), tenemos, por ejemplo, el caso de un delegado en los términos mencionados, que llega
a la conclusión, comparando firmas, de que la quejosa no firmó su demanda de amparo, por lo que pide se coteje la
firma de la demanda con la firma de un contrato de arrendamiento que acompaña, para que se vea su notoria diferencia y
ofrece además, la prueba pericial, pero esto lo hace ocho días antes del día de la celebración de la audiencia
constitucional y como este señor sólo es delegado. . .no puede actuar más que EN LA AUDIENCIA, el juez federal no le
debe recibir esos documentos, sino hasta que los argumentos y pruebas se hagan valer en la audiencia. Curiosa
reglamentación, antigua y totalmente lejana de la realidad actual.” GÓNGORA PIMENTEL, Genaro David. Ob. Cit.
pág. 306.
28
En este apartado se hará referencia, con una breve explicación, a las diversas clases
de notificación que se practican en los juicios de amparo. Por tanto, el fundamento de
cada una de ellas, su procedencia y la forma en que deben practicarse, serán expuestos
con posterioridad.
Notificación por lista: Es la que se lleva a cabo mediante un documento que se fija
en los órganos jurisdiccionales, en un lugar visible y de fácil acceso al público en general,
en el que se hace una relación de los diversos asuntos en los que se dictaron las
resoluciones que se ordenaron notificar por este medio (véase punto 2.8).
Notificación por oficio: Como su nombre lo indica, es aquella que se practica por
medio de un oficio en el que se transcribe la resolución que debe hacerse del
conocimiento de las autoridades, ya sea en su carácter de responsables o tercero
perjudicadas. Cuando el domicilio de la oficina de dichas autoridades esté en el lugar del
juicio, el oficio se entregará personalmente por el actuario judicial o por el empleado a
quien se encomiende la diligencia. En caso contrario, esto es, cuando la oficina de dichas
autoridades se encuentre fuera del lugar del órgano jurisdiccional ante el que se tramite el
juicio, el oficio correspondiente se remitirá por correo, en pieza certificada con acuse de
recibo.
Notificación por exhorto: Aquella mediante la cual se comunica una resolución judicial
a alguna de las partes (con excepción de las autoridades) que tenga su domicilio fuera del
lugar donde se tramita el juicio de amparo. En el exhorto respectivo debe precisarse la
183627.
30
resolución que se va a notificar, así como el nombre y domicilio del interesado. Además,
deben adjuntarse todas las constancias que sean necesarias para que pueda practicarse
la notificación correspondiente (ver punto 2.11.2).
"Artículo 34. Las notificaciones surtirán sus efectos: I. Las que se hagan a las
autoridades responsables, desde la hora en que hayan quedado legalmente hechas; y
II. Las demás, desde el día siguiente al de la notificación personal o al de la fijación de la
lista en los juzgados de distrito, Tribunales Colegiados de Circuito o Suprema Corte de
Justicia."
Del propio artículo se advierte que el hecho de que una notificación surta sus efectos
legales, implica, necesariamente, que aquélla haya sido practicada. Lo anterior conduce a
establecer que tratándose de la práctica de notificaciones, se deben distinguir los
siguientes momentos: a) el momento en que la diligencia de notificación se practicó; y, b)
el momento en que aquélla surtió sus efectos.
31
Conviene apuntar aquí que para los actuarios judiciales resulta de especial
importancia conocer el momento en que surten sus efectos los distintos tipos de
notificaciones que se practican en los juicios de garantías. Esto es así, pues algunos
titulares de los órganos jurisdiccionales suelen encomendar a los propios actuarios que,
previamente a devolver los expedientes a la Secretaría de Acuerdos, asienten en los autos
la fecha en que surtió efectos la notificación que practicaron (aunque en rigor, es el
Secretario de Acuerdos el que debe hacer tal anotación, pues es a él al que corresponde
hacer los cómputos de los plazos).
“ARTÍCULO 33. Las autoridades responsables estarán obligadas a recibir los oficios
que se les dirijan, en materia de amparo, ya sea en sus respectivas oficinas, en su
domicilio o en el lugar en que se encuentren. La notificación surtirá todos sus efectos
legales, desde que se entregue el oficio respectivo, ya sea a la propia autoridad
responsable o al encargado de recibir la correspondencia en su oficina; y si se
negaren a recibir dichos oficios, se tendrá por hecha la notificación y serán
responsables de la falta de cumplimiento de la resolución que contenga. El actuario
respectivo hará constar en autos el nombre de la autoridad o empleado con quien se
entienda la diligencia, y, en su caso, si se niega a firmarla o a recibir el oficio.”
“Artículo 34. Las notificaciones surtirán sus efectos: I. Las que se hagan a las
autoridades responsables, desde la hora en que hayan quedado legalmente hechas.”
De la disposición legal transcrita se desprende que las autoridades responsables
están obligadas a recibir los oficios que se les dirijan. Así, las notificaciones que se les
hacen se tendrán por legalmente practicadas desde que se entregue a la autoridad el
32
oficio correspondiente, esto es, en la fecha y hora que consten en el acuse de recibo
respectivo (ya sea que se haya entregado físicamente o por correo). Por otra parte, en el
supuesto de que dichas autoridades o, en su caso, los encargados de recibir la
correspondencia en la oficina principal de aquéllas, se nieguen a recibir el oficio
respectivo, el actuario deberá levantar una razón en la que asentará tal situación y la
notificación se tendrá por legalmente hecha a partir de la fecha y hora en que el actuario
judicial hayan levantado tal razón.
Como se dijo en el apartado 3.1.3, inciso c), a las autoridades que tienen el carácter
de tercero perjudicadas también se les notifica por oficio. Tales notificaciones, al igual que
las que se practican a las autoridades responsables, se tienen por legalmente hechas
desde que reciben el oficio correspondiente, esto es, en la fecha y hora que consten en el
33
acuse de recibo correspondiente. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con las
notificaciones que se practican a las autoridades responsables, las que se hacen a las
autoridades en su carácter de tercero perjudicadas surten sus efectos al día siguiente del
en que se practicó la diligencia de notificación, esto es, al día siguiente de aquel en que
reciben el oficio respectivo. Al respecto, se ha sustentado la jurisprudencia que a
continuación se cita:
Lo mismo acontece tratándose de los agentes del Ministerio Público adscritos a los
órganos jurisdiccionales, pues la notificación que se les practique por oficio, se tendrá por
26[1]
Tesis jurisprudencial P./J. 24/2003, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 20, del
Tomo XVIII, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 183775.
34
hecha en la hora y fecha que consten en el acuse de recibo correspondiente, y surtirá sus
efectos al día siguiente.
El artículo 28, fracción III, y 34, fracción II, primer párrafo, de la Ley de Amparo,
estatuyen:
Como se ve, las notificaciones por lista quedan legalmente hechas a las catorce
horas del día en que fueron fijadas (siempre y cuando las partes a las que se les notifica
por ese medio no se hayan presentado al órgano jurisdiccional a oír notificación personal
antes de dicha hora), y surten sus efectos legales al día siguiente.
3.1.4.4. De las notificaciones personales.
Las notificaciones personales quedan hechas desde la fecha y hora que el actuario
judicial precisa en la razón en la que hace constar que el interesado, su autorizado,
procurador o, en su caso, representante o defensor, recibió copia certificada de la
resolución que motivó dicha notificación. Las notificaciones personales, en términos del
citado artículo 34, fracción II de la Ley de Amparo, surten sus efectos jurídicos al día
siguiente de aquel en que fueron practicadas.
35
El artículo 30, fracción II, de la Ley de Amparo dispone que cuando no conste en
autos el domicilio del tercero perjudicado o de persona extraña al juicio, ni la designación
de casa o despacho para oír notificaciones, la primera notificación se hará por edictos en
los términos del Código Federal de Procedimientos Civiles. El artículo 315 de este último
ordenamiento legal, estatuye:
“ARTÍCULO 315. Cuando hubiere que citar a juicio a alguna persona que haya
desaparecido, no tenga domicilio fijo o se ignore dónde se encuentra, la notificación se
hará por edictos, que contendrán una relación sucinta de la demanda, y se publicarán por
tres veces, de siete en siete días, en el Diario Oficial y en uno de los periódicos diarios de
mayor circulación en la República, haciéndosele saber que debe presentarse dentro del
término de treinta días, contados del siguiente al de la última publicación. Se fijará,
además, en la puerta del tribunal, una copia íntegra de la resolución, por todo el tiempo del
emplazamiento. Si pasado este término, no comparece por sí, por apoderado o por gestor
que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía, haciéndosele las ulteriores
notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá contener, en
síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.”
Las notificaciones a las autoridades responsables se tienen por hechas y surten sus
efectos jurídicos: 1.- desde que se entrega el oficio respectivo, esto es, en la fecha y hora
que conste en el acuse de recibo correspondiente; 2.- en su caso, a partir de la fecha y
hora en que conforme a la razón del actuario la autoridad responsable se negó a recibir el
oficio; o, 3.- en su caso, a partir de la fecha en la que la autoridad se negó a recibir el
36
oficio, según el sello estampado por la Administración de Correos que dice: “Rehusado por
el destinatario”.
Las notificaciones personales se tienen por hechas desde la fecha y hora en que
conforme a la razón del actuario judicial se entregó al interesado, o a su autorizado,
apoderado, representante o defensor, copia certificada de la resolución correspondiente, y
surten sus efectos legales al día siguiente.
Las notificaciones por lista se consideran legalmente hechas a las catorce horas del
día en que fueron fijadas las listas (salvo que los interesados a los que se les notifica por
ese medio se hayan presentado a oír notificación personal antes de dicha hora), y surten
sus efectos jurídicos al día siguiente.
Las notificaciones por edictos se tienen por legalmente hechas y surten sus efectos el
día de la última publicación.
Las notificaciones por telégrafo se tienen por hechas y surten sus efectos desde que
las autoridades responsables reciben el telegrama correspondiente.
que no excederán de media hora por cada una y se dictará la resolución que fuere
procedente. Si se declarare la nulidad de la notificación, se impondrá una multa de uno a
diez días de salario al empleado responsable, quien será destituido de su cargo, en caso
de reincidencia. Las promociones de nulidad notoriamente infundadas se desecharán de
plano y se impondrá al promovente una multa de quince a cien días de salario.”
Ahora bien, para analizar la procedencia del referido incidente, debe distinguirse la
etapa procesal en que se practicó la notificación deficiente o se omitió practicar la
notificación, a saber: a) cuando se trata de notificaciones practicadas antes de la sentencia
definitiva; b) tratándose de notificaciones practicadas después del pronunciamiento de la
sentencia definitiva; y, c) en el caso de la notificación del fallo constitucional.
En el supuesto apuntado en el apartado a), el incidente de nulidad deberá
promoverse antes de que se dicte la sentencia definitiva. Esto es así, pues una vez
dictada ésta (independientemente de que haya causado o no ejecutoria), el incidente de
que se trata es improcedente. Lo anterior, pues al emitirse el fallo definitivo se produce un
cambio de situación jurídica, en virtud de haberse cerrado una fase del procedimiento. De
aceptarse lo contrario, se destruiría la firmeza de la sentencia a través de un simple
incidente de naturaleza accesoria a la controversia principal, además de que la única
38
forma de impugnar este tipo de fallos es mediante los recursos previstos en la Ley de
Amparo.
“Artículo 297. Cuando la ley no señale término para la práctica de algún acto judicial
o para el ejercicio de algún derecho, se tendrán por señalados los siguientes: II. Tres días
para cualquier otro caso.”
28[2]
Jurisprudencia P./J. 5/94, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 236, del Tomo VI,
Octava Época del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995. IUS 2004, núm. reg. 205483.
29[3]
Tesis sustentada por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en la pág. 239, del Tomo VII, Mayo de 1991, Octava
Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 222970.
40
Por otra parte, en relación con el supuesto precisado en el apartado c), consistente
en la notificación del fallo constitucional, el incidente de que se trata es procedente aun
cuando dicho fallo haya causado ejecutoria. Ello, pues la notificación del fallo
constitucional acaece con posterioridad a su dictado. En este orden de ideas, la
consecuencia de la interlocutoria que declare fundado el incidente de que se trata, será
que se practique la notificación de la sentencia en forma legal, subsanando las
deficiencias que motivaron su impugnación, sin que se altere el contenido de la propia
sentencia, pues ésta queda intocada en tanto que lo único que se combate es la indebida
notificación o su omisión.
En este caso, el incidente también deberá promoverse dentro del término genérico de
tres días, de lo contrario, precluirá el derecho de la parte afectada para impugnar la
indebida notificación o la falta de notificación del fallo constitucional.
30[4]
Jurisprudencia P./J. 20/2004, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 5, del Tomo
XIX, Mayo de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 181523.
41
Por otra parte, del citado artículo 32 de la Ley de Amparo también se desprende
que en caso de que el incidente resulte fundado y, en consecuencia, se declare la
nulidad de la notificación, además de las consecuencias jurídicas que ello
determina, se sancionará al actuario judicial (o al funcionario que haya practicado la
notificación cuestionada) con una multa de uno a diez días de salario, si fuere la
primera ocasión en que incurriere en esta falta. En caso de reincidencia, será
destituido del cargo.
Para practicar las notificaciones en los juicios de garantías, los actuarios judiciales
deben ajustarse a las reglas previstas en la Ley de Amparo. Estas reglas varían según el
tipo de notificación que se practique. En tales condiciones, en los temas subsecuentes se
expondrán los supuestos de procedencia de cada uno de los tipos de notificación que se
practican en el juicio de amparo, las reglas a las que los actuarios judiciales deben
ajustarse al practicarlas y la forma en que deben proceder ante las diversas situaciones
que se presentan en la realidad.
3.2.1.1. De su procedencia.
con acuse de recibo, el cual se agregará a los autos. Cuando no existiere el libro talonario,
se recabará el recibo correspondiente;”
ANEXO 1
SECCION DE AMPARO.
JUICIO DE AMPARO_________.
CUADERNO ___________.
MESA ___________
ANTECEDENTES: TOCA PENAL ____/____
En los autos del juicio de amparo al rubro indicado, promovido por _________
y otro, contra actos de Usted, se dicto un auto que a la letra dice:
Lo que hago de su conocimiento para los efectos legales a que haya lugar.
A T E N T A M E N T E.
EL SECRETARIO DEL JUZGADO ___________.
LIC. ______________________.
ANEXO 2
SECCIÓN: AMPARO
JUICIO DE AMPARO: __ /__
CUADERNO: ________.
MESA: ______.
44
En los autos del juicio de amparo al rubro indicado, promovido por __________, por
conducto de su apoderado _____________, contra actos de ___________________, se
dictó un auto que a la letra dice:
Lo que hago de su conocimiento para los efectos legales a que haya lugar.
A T E N T A M E N T E.
EL SECRETARIO DEL JUZGADO _________.
LIC. _________________________.
En los casos en los que la autoridad tenga su domicilio en el lugar donde se tramita el
juicio, el oficio respectivo será entregado por el actuario judicial o por el empleado a quien
se encomiende la diligencia de notificación, en la oficina principal de la autoridad de que
se trate, debiendo recabar el recibo correspondiente ya sea en el libro talonario o en
cualquier otro medio. En la práctica, una de las formas en que se recaba el recibo
mencionado consiste en que el funcionario judicial de que se trata, lleva por duplicado el
oficio que debe notificarse o el original y una copia simple del mismo, a fin de que uno de
éstos se entregue a la autoridad responsable (en el caso de que lleve el original y copia
simple del oficio, deberá entregar el original), en tanto que el otro le sirva para recabar el
acuse de recibo correspondiente. Por tanto, es en este último en el que el encargado de la
oficina de correspondencia estampa el sello de la autoridad que lo recibe, en el que
generalmente consta la fecha y hora, así como la denominación de aquélla. Este duplicado
o copia simple debe agregarse a los autos del juicio de amparo respectivo.
Cabe precisar que del artículo 28, fracción I, de la Ley de Amparo se advierte que
puede ser “un empleado” del órgano jurisdiccional el que entregue el oficio. En estos
casos, si la autoridad responsable se niega a recibir el oficio, dicho empleado no deberá
levantar razón alguna, pues al no estar investido de fe pública, aquélla carecerá de valor
probatorio. Por tanto, lo que procede es que el empleado le exponga al actuario judicial lo
sucedido, a efecto de que éste intente entregar nuevamente el oficio de notificación. Si la
autoridad responsable vuelve a negarse, el actuario judicial levantará la razón
correspondiente, en los términos precisados.
Ahora bien, ¿qué sucede si la autoridad a la que se le remitió por correo el oficio
respectivo, se negara a recibirlo? La respuesta es que la notificación se tendrá por hecha
a partir de la referida negativa. En efecto, cuando una autoridad responsable se niegue a
recibir un oficio que le fue enviado por correo, aquél es devuelto al remitente con un sello
que estampa la Administración de Correos y que, además de la fecha, contiene una
leyenda que dice “Rehusado por el destinatario”. El oficio de que se trata deberá
agregarse a los autos del juicio de amparo correspondiente. Cabe precisar que para
que quede constancia de que la notificación quedó hecha, no obstante que la autoridad
responsable se negó a recibir el oficio, el actuario judicial, con vista en el sello
estampado por la Administración de Correos, levantará una razón en la que asentará
tal circunstancia. Esta razón deberá agregarla a los autos y al devolverlos informará
al secretario de acuerdos tal circunstancia, a fin de que éste dé cuenta con la misma
al titular del órgano jurisdiccional, para que determine lo que conforme a derecho
proceda.
3.2.2.1. De su procedencia.
Los artículos 28, fracciones II y III, y 30, fracción III, primer párrafo, de la Ley de
Amparo estatuyen:
Por otro lado, según se dijo en el apartado b), las resoluciones que contengan un
requerimiento o prevención deben notificarse personalmente a la parte a la que vaya
dirigido. Tal forma de proceder se explica pues la notificación personal genera la certeza
de que el interesado con quien se entendió la diligencia, tiene conocimiento directo del
requerimiento o prevención que se le formuló, lo que evita que quede en estado de
indefensión al no dar cumplimiento a un requerimiento o prevención que, por no habérsele
notificado en forma personal, no conoció oportunamente.
Cabe precisar que la obligación de notificar personalmente los proveídos en los que
se formule un requerimiento o prevención, está sujeta a la condición de que el interesado
al que aquéllos vayan dirigidos hubiere señalado domicilio para oír y recibir notificaciones.
Se afirma lo anterior, pues en el caso de que se desconozca el domicilio de la persona a la
que se le formula el requerimiento o la prevención, se le notificará por lista la resolución
que la contenga. Lo anterior, de conformidad con el criterio que se cita a continuación:
31[1]
Tesis aislada VI.1°.P.209 P, sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito, visible en la pág.
1028, del Tomo XVII, junio de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 184179.
50
Por otro lado, en el apartado c) se estableció que tanto la resolución que ordene el
emplazamiento al tercero perjudicado (que no sea autoridad), como la primera notificación
que deba hacerse a persona distinta de las partes en el juicio de amparo indirecto, se
practicarán personalmente. Esta forma de proceder se justifica en virtud de que el hecho
de que el actuario judicial practique el emplazamiento al tercero perjudicado en forma
personal, garantiza que éste conozca, con toda certeza, que ante determinado órgano
jurisdiccional federal está radicado un juicio de amparo indirecto en el que es parte y en el
que, en consecuencia, puede comparecer a efecto de defender sus intereses. Asimismo,
el hecho de que la primera notificación que deba hacerse a persona distinta de las partes
tenga que practicarse en forma personal, genera la certeza de que ésta tendrá
conocimiento cierto de la existencia de un juicio de garantías en el que pueden afectarse
sus intereses jurídicos con motivo de las resoluciones que se llegaren a dictar en el
mismo.
32[2]
Tesis número I.6o.C.64 K, sustentada por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en la pág. 1785,
del Tomo XVIII, Agosto de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 183489.
51
En el inciso e), se estableció que las autoridades que conozcan de los juicios de
amparo indirecto, del incidente de suspensión o de los recursos correspondientes, tienen
la facultad de ordenar que una resolución, aun cuando no actualice alguno de los
supuestos en los que, por disposición de la ley, deben notificarse personalmente, se
notifique en esta forma. En efecto, cuando la autoridad que conozca de un juicio de
amparo estime conveniente que una resolución se notifique personalmente a una o
algunas de las partes en el juicio, podrá válidamente ordenarlo. Al respecto, el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, determinó que tal facultad no puede quedar
sujeta únicamente a la discreción de la autoridad que conozca del juicio de amparo, sino
que debe ejercerse atendiendo a la trascendencia del acto, acuerdo o resolución que se
va a notificar, a su naturaleza y a todas las circunstancias que lleven a la convicción de
que el proveído o resolución de que se trate tenga que notificarse en forma personal. Este
criterio está contenido en la jurisprudencia siguiente:
artículo 30 de la Ley de Amparo, para ordenar, cuando lo estime conveniente, que se haga
personalmente determinada notificación a cualquiera de las partes en el juicio de amparo,
no puede quedar sujeta únicamente a la discreción de aquél, sino que debe ejercerse
atendiendo a la trascendencia del acto, acuerdo o resolución a notificar, a su naturaleza, a
las circunstancias de tiempo y lugar, así como a los casos especiales, a efecto de que
todas aquellas resoluciones de importancia para las partes lleguen a su conocimiento
oportunamente. En congruencia con tal criterio, debe decirse que cuando en la demanda
de garantías el quejoso solicita la suspensión provisional del acto reclamado y el Juez de
Distrito la concede, debe ordenar que dicho proveído se notifique personalmente al tercero
perjudicado, a efecto de que tenga oportunidad de interponer en su contra el recurso de
queja, ya que de acuerdo con lo establecido en los artículos 95, fracción XI, 97, fracción IV
y 99, último párrafo, de la Ley de Amparo, el plazo de veinticuatro horas para que recurra
se computa tomando como base la notificación de la resolución provisional; de lo que se
infiere la importancia que adquiere dicha notificación, pues si ésta se hace por medio de
lista y el tercero perjudicado todavía no se notifica del principal, se corre el riesgo de que
transcurra el plazo que tiene para recurrir en queja. No obstante lo anterior, en el supuesto
excepcional de que llegue el día señalado para la audiencia incidental sin haber podido
notificar personalmente al tercero perjudicado, el Juez de Distrito debe decidir sobre la
suspensión definitiva, en contra de la cual procede, en su caso, el recurso de revisión.”35[5]
Por otra parte, en el inciso f) se estableció que en el caso de que se ordene una
notificación por lista, existe la posibilidad de que el interesado acuda al órgano
jurisdiccional a más tardar a las catorce horas del día en que se fijó la lista, a fin de que la
resolución correspondiente le sea notificada personalmente. A esta forma de notificar se le
conoce como notificación por comparecencia. Lo anterior, pues es el propio interesado el
que, motu proprio, comparece al órgano jurisdiccional a efecto de que se le notifique
personalmente la resolución que originalmente se le notificaría mediante lista.
35[5]
Jurisprudencia número P./J. 143/2000, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 23,
del Tomo XII, Diciembre de 2000, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 190667.
53
Ahora bien, además de los supuestos antes explicados, los actuarios judiciales deben
estar atentos a la jurisprudencia y a los Acuerdos Generales que expidan la Suprema
Corte de Justicia de la Nación y el Consejo de la Judicatura Federal en el ámbito de su
competencia. Esto es así, pues puede suceder que una resolución no encuadre en
ninguno de los supuestos en los que conforme a la Ley de Amparo debe notificarse
personalmente, y no obstante ello, en términos de la jurisprudencia, deba notificarse de
esta forma (por ejemplo, la última de las jurisprudencias invocadas, puesto que en ésta se
establece que la resolución en la que se otorga al quejoso la suspensión provisional, debe
notificarse personalmente al tercero perjudicado).
Como se ve, la disposición transcrita establece las reglas a las que deben ajustarse
los actuarios judiciales al practicar las notificaciones personales a los quejosos (personas
físicas y morales privadas u oficiales) y terceros perjudicados (estos últimos que no sean
autoridad), así como a las personas extrañas al juicio que hayan señalado domicilio para
oír notificaciones en el lugar de residencia del juzgado o tribunal en el que esté radicado el
juicio de amparo indirecto.
Asimismo, hay disposiciones contenidas en los Acuerdos Generales que emiten los
referidos órganos del Poder Judicial de la Federación, que obligan a los actuarios
judiciales a notificar personalmente determinadas resoluciones. Así, por ejemplo, el
Acuerdo General 5/2001, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, relativo
a la Determinación de los Asuntos que Conservará para su Resolución y el envío de los de
su Competencia Originaria a las Salas y a los Tribunales Colegiados de Circuito, en el
punto Décimo Cuarto, dice:
Para practicar una notificación personal al quejoso (persona física o moral privada u
oficial), tercero perjudicado o persona extraña al juicio, el actuario judicial debe constituirse
en el domicilio que aquéllos hayan señalado para recibir notificaciones. En tales
condiciones, lo primero que debe hacer un actuario judicial, al practicar una notificación
personal, es una minuciosa revisión de las constancias de autos, a efecto de determinar
cuál es el domicilio en el que debe constituirse. Esto es así, pues el quejoso, tercero
perjudicado o persona extraña al juicio pueden válidamente modificar el domicilio en el que
consideren conveniente que se les hagan las notificaciones personales. Atento lo anterior,
el actuario judicial deberá identificar el último proveído que se haya dictado en el juicio en
el que se haya tenido al interesado señalando un nuevo domicilio. Es importante precisar
que por lo general, los datos para ubicar el domicilio no se asientan en el proveído
correspondiente (pues en éste únicamente se tiene al interesado señalando un nuevo
domicilio). De aquí, que el actuario judicial deba leer la promoción del interesado, a efecto
de obtener tales datos.
Una vez que el actuario judicial se ha cerciorado de tener los datos que le permitan
ubicar el domicilio del interesado, deberá constituirse en aquél a efecto de practicar la
notificación personal. En el supuesto que se expone, se parte de la hipótesis de que el
actuario judicial encuentra al interesado en la primera búsqueda. En este orden de ideas,
una vez que la persona buscada atiende el llamado del referido funcionario judicial, éste
deberá: a) identificarse e informar al interesado el motivo de la diligencia; b) identificar al
interesado; y, c) entregar al interesado copia íntegra, autorizada, de la resolución que se le
notifica. Esto último, en términos del párrafo primero del artículo 310 del Código Federal
de Procedimientos Civiles (de aplicación supletoria al juicio de garantías, según el artículo
2 de la Ley de Amparo), que dispone:
“Artículo 27. Las resoluciones deben ser notificadas a más tardar dentro del día
siguiente al en que se hubiesen pronunciado, y se asentará la razón que corresponda
inmediatamente después de dicha resolución.”
Como se ve, la prueba de que una notificación fue practicada solamente puede ser la
razón asentada en autos o, en su caso, el acuse de recibo correspondiente. Por tanto, el
actuario que practique una notificación personal debe levantar la razón respectiva y
56
agregarla a los autos del juicio de amparo correspondiente. Tal razón debe contener,
como requisitos mínimos, los siguientes (ver anexo 3):
2.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del interesado.
3.- Nombre y apellidos, cargo y órgano jurisdiccional al que está adscrito dicho
funcionario judicial.
5.- Nombre y apellidos del interesado así como el documento con el que se identifica.
36[1]
Juan Palomar de Miguel, en su Diccionario para Juristas, da la siguiente definición de firma: “es el nombre y
apellido, o título, de una persona, que ésta pone con rúbrica al pie de un documento, y por la que le da autenticidad o se
obliga a lo que en él se dice”. El mismo autor define rúbrica como “el rasgo o conjunto de rasgos que cada cual pone
después de su firma.” Op. cit. págs. 693 y 1402.
57
deberá proceder en los términos antes expuestos, con excepción de la revisión minuciosa
de las constancias de autos para cerciorarse del domicilio en el que debe constituirse,
pues éste se especifica en el exhorto o despacho correspondiente. Cabe precisar que el
encargado de elaborar el exhorto correspondiente es el secretario y no el actuario, pues es
aquél quien autoriza dicha comunicación oficial y certifica las constancias que son
necesarias para que el actuario del órgano exhortado practique la diligencia que se le
encomienda.
Así, una vez que alguna de dichas personas atiende el llamado del actuario judicial,
éste procederá en los siguientes términos: a) deberá identificarse e informar a la persona
que lo atienda el motivo de la diligencia; b) solicitará la presencia del interesado, su
autorizado, apoderado o, en su caso, representante legal (en el supuesto que se expone
éstos no se encuentran en el domicilio); c) identificará a la persona con la que entienda la
diligencia; y, d) le hará entrega de un citatorio dirigido al interesado, para que éste lo
espere en la fecha y hora fijadas en el citatorio, esta última, dentro de las veinticuatro
horas siguientes.
El citatorio de referencia debe contener los siguientes datos (ver anexo 4):
Por otra parte, la razón que el actuario judicial levante con motivo de la diligencia en
la que haya entregado un citatorio, debe contener, por lo menos, los siguientes datos (ver
anexo 5):
6.- Nombre y apellidos de la persona con quien entendió la diligencia, la forma en que
la identificó y el hecho de que el actuario judicial le informó el motivo de aquélla.
Es muy importante apuntar aquí que si es la primera vez que el actuario judicial se
constituye en el inmueble que el interesado señaló para oír notificaciones, previamente a
entregar el citatorio, debe cerciorarse de que el inmueble en el que se constituyó
corresponde al que el interesado señaló. En efecto, el actuario judicial, en la razón que
levante con motivo de la diligencia, deberá asentar la forma en que llegó a la convicción de
que el inmueble en el que se constituyó es el correcto, esto es, deberá dejar constancia de
todos los datos que generen tal convicción, pues su sola expresión en el sentido de que
dicho domicilio correspondía al de la persona buscada resulta insuficiente. En relación con
lo anterior, se ha sostenido el siguiente criterio:
judicial, al celebrar la diligencia, especifique, entre otras cosas, las características físicas
de la persona con quien se entienda la diligencia, dado que esa es una forma de
corroborar, en su caso, la razón pormenorizada de su actuación."37[1]
Por otra parte, en el supuesto previsto en el inciso b), esto es, cuando el interesado
no haya esperado al actuario judicial en la fecha y hora precisadas en el citatorio, pero la
diligencia se entienda con algún pariente, empleado o doméstico del propio interesado, lo
procedente es que el actuario levante la razón correspondiente en la que haga constar los
pormenores de la diligencia y, acto seguido, haga efectivo el apercibimiento contenido en
el citatorio, consistente en notificar por lista la resolución cuya notificación personal no
pudo practicarse por no haber encontrado al interesado. La razón de que se trata debe
contener la siguiente información (ver anexos 6 y 6 Bis):
37[1]
Tesis número I.6º.C.62 K, sustentada por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en la pág. 1098,
del Tomo XVII, Febrero de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 184842.
61
5.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia informó al actuario
que el interesado no estaba en el domicilio.
6.- La afirmación consistente en que como el interesado hizo caso omiso del citatorio,
se hará efectivo el apercibimiento contenido en el mismo y, por tanto, la resolución
correspondiente se notificará mediante lista.
Una vez levantada la razón de que se trata, el actuario judicial procederá a hacer la
notificación por lista en los términos que se expondrán más adelante.
Cabe precisar que si el titular del órgano jurisdiccional libró un exhorto o despacho a
efecto de que se practicara la notificación personal (con motivo de que el domicilio del
interesado esté fuera del lugar del juicio) el actuario judicial del órgano jurisdiccional
exhortado o requerido, procederá en los términos antes precisados.
ANEXO 4
C I T A T O R I O
PARTE (Nombre y apellidos del interesado): ___________.
DOMICILIO: _______________________
Se deja el presente citatorio para que se sirva usted esperar al suscrito actuario en el
domicilio de referencia, a las _______horas del __________ de ___________ de dos mil
_______, a fin de poder notificarle personalmente el proveído de _______ de _______ de
dos mil _______, dictado en los autos del cuaderno _________ del juicio de amparo
_______, promovido por Usted contra actos de ___________, que en lo conducente dice:
En términos del artículo 30, fracción I de La Ley Reglamentaria de los artículos 103 y
107 de la Constitución General de la República, hoy, a las ________horas
con______minutos, dejo el presente citatorio en poder de _______________, quien se
identificó con ___________ y manifestó ser _________ de la parte interesada. Lo anterior,
en virtud de no haber encontrado al interesado.
El Actuario Judicial
ANEXO 5
RAZÓN DE C I T A T O R I O
En México, Distrito Federal, a las ____________ horas con _________ minutos, del
_________ de _________de dos mil_______, el suscrito licenciado _____________,
Actuario Judicial adscrito al Juzgado _______________, me constituí con las
formalidades de ley, en el domicilio ubicado en ______________________________, a fin
de notificar personalmente _________________________ (al quejoso, tercero perjudicado
o persona extraña al juicio), en el juicio de amparo al rubro indicado, la resolución de
______ de _________ de dos mil _________, dictada en el cuaderno ________ del juicio
mencionado. Enseguida, previamente cerciorado de haberme constituido en el domicilio
señalado por el interesado para oír notificaciones, por así advertirlo de la nomenclatura de
la calle y del número exterior del citado inmueble, toqué el timbre de éste y fui atendido por
quien dijo llamarse _______________, ante quien me identifiqué, informé el motivo de mi
visita y le requerí la presencia de la parte interesada, de su representante legal y/o de sus
autorizados para oír notificaciones (en caso de que los tuviese). A lo anterior, tal persona
expuso que era _______ del interesado y que en efecto, ahí podía localizarse al buscado
pero que en ese momento no se encontraba. Dicha persona se identificó con ________.
En tal virtud, de conformidad con el artículo 30, fracción I de la Ley de Amparo, dejé en
poder de la persona que me atendió, el citatorio correspondiente para que alguna de las
personas buscadas esperara en ese domicilio a las _______ horas con _________
63
minutos del _______ de ________ de dos mil ______, a fin de practicar la diligencia de
notificación respectiva, quien recibió de conformidad dicho citatorio y _________ firmó la
copia del mismo para constancia legal.- Doy fe.
____________________________
El Actuario Judicial (nombre, apellido y rúbrica).
ANEXO 6
En México, Distrito Federal, a las ______ horas con _______ minutos del _________
de __________ de dos mil ____________, el suscrito licenciado ______________,
Actuario Judicial adscrito al Juzgado _________________________, me constituí
nuevamente en el domicilio indicado en la razón que antecede, para la práctica de la
diligencia de notificación ahí mencionada, donde fui atendido por
___________________, a quien pregunté por _________________, a lo que manifestó
que el buscado no se encontraba en ese momento. En tal virtud, al no esperar el
interesado en el inmueble de referencia, no obstante el citatorio que le dejé para tal efecto,
entregué a la mencionada persona que me atendió copia autorizada, sellada y cotejada
del proveído de ____________ de________ del año en curso, quien manifestó recibirla de
conformidad. Finalmente, hice de su conocimiento que la notificación de la resolución en
cita se haría mediante lista que se fija en lugar visible del juzgado de mi adscripción, de
conformidad con el artículo 30, fracción I, párrafo primero de la Ley de Amparo.- Doy fe.
_________________________
El Actuario Judicial.
Licenciado _______________
El Actuario Judicial.
64
ANEXO 6 BIS
En ______ de _______ de dos mil __________, a las catorce horas, se tiene por
hecha la notificación de la resolución que antecede, toda vez que el interesado no se
presentó para oír notificación personal.- Doy fe.
Licenciado _____________________
El Actuario Judicial.
Licenciado _________________.
El Actuario Judicial.
la misma razón deberá asentar que ante tales circunstancias, lo procedente es notificar
por lista la resolución respectiva. Ello, atento que en el citatorio que previamente se
entregó, se formuló el apercibimiento consistente en que si el interesado no esperaba al
actuario en la fecha y hora precisadas en el propio citatorio, la notificación se haría por
lista.
5.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia informó al actuario
que el interesado no estaba en el domicilio (sólo en el supuesto de que alguien haya
atendido el llamado del actuario).
6.- La afirmación consistente en que como el interesado hizo caso omiso del citatorio,
se hará efectivo el apercibimiento contenido en el mismo y, por tanto, la resolución
correspondiente se notificará mediante lista (sólo en el supuesto de que alguien haya
atendido el llamado del actuario).
Una vez levantada la razón de que se trata, el actuario judicial procederá a notificar
por lista el proveído o resolución correspondiente. Dicha notificación deberá practicarse al
día siguiente de aquel en que se llevó a cabo la referida diligencia. Para hacer la
notificación por lista, el actuario judicial deberá observar las reglas que establecen el
66
procedimiento para practicar ese tipo de notificaciones, mismas que se expondrán más
adelante.
Pues bien, el artículo 30 de la Ley de Amparo (que, según se vio, establece las reglas
conforme a las que deben practicarse las notificaciones personales) no da respuesta a las
anteriores interrogantes. Se afirma lo anterior, pues dicho precepto legal, en ninguna de
sus fracciones establece la forma en que debe proceder el actuario judicial en los casos en
los que al practicar una notificación personal (al quejoso, tercero perjudicado o persona
extraña al juicio), no encuentre ni al interesado ni a ninguna otra persona en el domicilio
que aquél haya señalado para oír notificaciones.
2.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del interesado.
67
3.- Nombre y apellidos, cargo y órgano jurisdiccional al que está adscrito dicho
funcionario judicial.
Ahora bien, cuando a las autoridades que conocen de los juicios de amparo indirecto
se da cuenta con una razón actuarial como la antes precisada, generalmente dictan un
proveído en el que le ordenan al actuario judicial que se constituya nuevamente en el
domicilio del interesado, en diversas fechas y horas a las que previamente se constituyó y
que, una vez hecho lo anterior, en caso de que no encuentre al interesado ni a ninguna
otra persona, dé nueva cuenta. Si después de haber dado cumplimiento al proveído de
que se trata, el actuario judicial hace constar que no encontró a nadie en dicho domicilio y
da cuenta al titular del órgano jurisdiccional con la razón correspondiente, éste podrá
válidamente determinar que el proveído o resolución se notifique mediante lista y, además,
que en lo subsecuente, también se notifiquen por lista las resoluciones que se pronuncien
en el juicio. Lo anterior, en tanto el interesado no señale otro domicilio para oír
notificaciones.
Lo expuesto en los párrafos anteriores, relativo a la forma en que deben proceder los
actuarios judiciales en los supuestos en los que en la primera búsqueda no encuentren a
nadie en el domicilio que el interesado señaló para recibir notificaciones, también es
aplicable para los casos en que la notificación la practique el actuario judicial de un órgano
jurisdiccional exhortado o requerido, en los casos en que el domicilio señalado por el
interesado no esté en el lugar del juzgado o tribunal en el que se tramite el juicio. En estos
casos, el titular del órgano jurisdiccional exhortado o requerido podrá pronunciar los
proveídos en los que ordene al actuario que proceda en la forma antes precisada.
3.2.2.2.5. De las notificaciones personales en las que habiendo encontrado al
interesado o a algún pariente, doméstico o empleado de aquél en la primera
búsqueda, se nieguen a recibir y a firmar cualquier documentación que le presente
el actuario judicial.
38[1]
Tesis sustentada por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en la pág. 244, del Tomo IX, Marzo de 1992, Octava
Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 220214.
69
En los supuestos a que se refiere el párrafo anterior (que no están previstos en la Ley
de Amparo), lo que procede es que el actuario judicial levante la razón en la que haga
constar la situación correspondiente, para que con ésta se dé cuenta al titular del órgano
jurisdiccional. Ordinariamente, los titulares de los órganos jurisdiccionales, al analizar la
razón del actuario judicial, ordenan que la resolución correspondiente se notifique por lista.
No obstante, también pueden válidamente ordenar que al actuario judicial se constituya
nuevamente en el domicilio del interesado a efecto de practicar la notificación y, en caso
de que se enfrente a la misma situación, vuelva a dar cuenta con la razón
correspondiente.
Lo que debe aquí destacarse, es que los actuarios judiciales no deben, motu proprio,
determinar la forma en que practicarán la notificación cuando se enfrenten a una situación
como la que se expuso en este tema y en los anteriores. Esto es así, pues siempre es el
titular del órgano jurisdiccional que conozca del juicio de amparo, el que con vista en las
razones actuariales, determine la forma en que debe proceder el actuario judicial.
Como se ve, en la lista de notificación que se fija a las nueve horas (primera hora de
despacho en los órganos jurisdiccionales), se notifican las resoluciones que se
pronunciaron el día anterior. Según se dijo antes, si a las catorce horas del día en que se
fijó la lista, la parte o partes en el juicio de amparo a las que se les notifica por ese medio,
no comparecen al órgano jurisdiccional a oír notificación personal, la notificación por lista
se tendrá por hecha y surtirá sus efectos jurídicos al día siguiente. Por otro lado, si la parte
interesada a la que se le notifica por lista comparece al órgano jurisdiccional a más tardar
a las catorce horas del día en que se publicó la lista correspondiente, a efecto de que se le
notifique personalmente la resolución contenida en la lista de notificación, el actuario
70
La razón de notificación por comparecencia debe contener los siguientes datos (ver
anexo 7):
Cabe precisar que el acta que se levante con motivo de la notificación por
comparecencia, deberá agregarse al expediente del juicio de garantías, inmediatamente
después de la resolución que se notificó.
ANEXO 7
En México, Distrito Federal, a las ____________ horas con _________ minutos, del
_________ de _________de dos mil_______, el suscrito licenciado _____________,
Actuario Judicial adscrito al juzgado ________________, estando en el local que
ocupa dicho órgano judicial, comparece __________, en su carácter de _____________,
quien se identifica con __________, misma que contiene su nombre y una fotografía que
concuerda con los rasgos fisonómicos del compareciente, la que en este momento le
devuelvo por considerar innecesaria su retención. Acto seguido, el compareciente
manifiesta que el motivo de su presencia es que se le notifique personalmente el auto de
______________. Enseguida, con fundamento en el articulo 30, fracción III de la Ley de
Amparo, le notifico el proveído de _______________ de ___________ de dos mil
_____________, dictado en el cuaderno principal del juicio de amparo o recurso citado
al rubro, y le entrego copia autorizada, sellada y cotejada de la referida resolución. Hecho
lo anterior, el compareciente se da por notificado y firma la presente acta en unión del
suscrito.- Doy fe.
________________________________
Firma del compareciente
________________________________
Firma del Actuario Judicial
Los artículos 28, fracción III, y 30, fracciones I y II, de la Ley de Amparo, en lo
conducente, disponen:
a quien deba hacerse, para que la diligencia se entienda directamente con ella; si no la
encontrare, le dejará citatorio para hora fija, dentro de las veinticuatro horas siguientes; y
si no se espera, se hará la notificación por lista… II. Cuando no conste en autos el
domicilio del quejoso, ni la designación de casa o despacho para oír notificaciones, la
notificación se le hará por lista… III. Cuando deba notificarse al interesado la
providencia que mande ratificar el escrito de desistimiento de la demanda, o de cualquier
recurso, si no consta en autos el domicilio o la designación de casa o lugar para oír
notificaciones, ni se expresaran estos datos en el escrito, la petición será reservada hasta
que el interesado llene la omisión, notificándose el trámite por lista.”
Del citado artículo se desprende que la práctica de la notificación por lista, consiste
en la publicación de un documento que se fija en los órganos jurisdiccionales, en un lugar
visible y de fácil acceso al público en general. Tal documento debe publicarse en la
primera hora hábil de labores (esto es, a las nueve horas) del día siguiente al en que se
haya dictado la resolución correspondiente. Como se dijo en el punto 3.1.3 inciso b), dicha
publicación consiste en un documento en el que se hace una relación de diversos asuntos
en los que se dictó la resolución que se ordena notificar por este medio. En la lista,
conforme al segundo párrafo de la fracción III del artículo 28 de la Ley de Amparo,
deberán asentarse los siguientes datos: a) El número de juicio o incidente de suspensión
de que se trate; b) nombre del quejoso; c) autoridad o autoridades responsables; y, d)
síntesis de la resolución que se notifique. Cabe precisar que la finalidad de que la lista de
notificación contenga tales datos, es que los interesados puedan identificar fácilmente el
juicio de amparo o recurso en el que son parte y la resolución que se les notifica. Ello, a
efecto de evitar cualquier confusión que pudiese dejar a los interesados en estado de
indefensión. En este sentido se ha sustentado la tesis siguiente:
Ahora bien, se estima que a los requisitos que, conforme al ordenamiento legal
invocado, debe contener la lista, pueden válidamente agregarse los que más adelante se
precisarán. Ello, con el objeto de que generen mayor certeza y pongan de manifiesto que
el actuario judicial cumplió con todas y cada una de las formalidades que establece dicho
39[1]
Tesis aislada sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 135, del Volumen 115-120
Primera Parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 232638.
74
ordenamiento legal, para la práctica de este tipo de notificación (como el hecho de que la
lista se hubiere fijado precisamente a primera hora del despacho del día siguiente al de la
fecha de la resolución y la información consistente en quién fue el responsable de su
publicación). Así las cosas, es conveniente que la lista de notificación contenga los
siguientes datos (ver anexo 8):
Es muy importante destacar, que la lista de que se trata debe fijarse puntualmente,
pues ello le permite a los justiciables tener la certeza de que a esa hora podrán conocer el
contenido de la resolución dictada en los asuntos en los que intervienen, evitando así que
aquéllos pudieren quedar en estado de indefensión por no conocer con la debida
oportunidad las resoluciones emitidas en los juicios de amparo.
Cabe afirmar que no en todos los casos la lista se publica al día siguiente de aquel en
que se dictó la resolución que se notifica por ese medio. En efecto, en el supuesto de que
se hubiere intentado notificar personalmente una resolución pero el actuario judicial no
haya encontrado al interesado o a su autorizado, apoderado o, en su caso, representante
legal, ni en la primera ni en la segunda búsquedas, la resolución se notificará por lista al
día siguiente de la diligencia en la que el actuario judicial se constituyó en el domicilio del
interesado en la fecha y hora precisadas en el citatorio.
En relación con la forma en que se lleva a cabo la razón de que se trata, debe
decirse que normalmente se utilizan sellos en los que se hace constar que la resolución
correspondiente se publicó en la lista de notificación a las nueve horas del día que
corresponda y que a las catorce horas del mismo día, al no haberse presentado los
40[2]
Tesis aislada sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 61, del Volumen 181-
186 Tercera Parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 237422.
76
interesados para oír la notificación, se tuvo por hecha la misma. En la práctica, algunos
titulares de los órganos jurisdiccionales ordenan a los actuarios judiciales que
inmediatamente después de los referidos sellos, estampen otro en el que hagan constar la
fecha en que surtió sus efectos la notificación por lista, esto es, al día siguiente de aquel
en que se tuvo por hecha. Ello, con el objeto de facilitarle al Secretario de Acuerdos el
cómputo de los plazos. Los mencionados sellos pueden verse en el anexo 9.
No está por demás precisar que dichos sellos se utilizan porque facilitan el trabajo de
los actuarios judiciales. Sin embargo, el uso de aquéllos no es obligatorio, dado que los
actuarios pueden válidamente asentar con su puño y letra las razones correspondientes.
En otro aspecto, del propio precepto legal que se analiza, como se expuso en el
punto 3.2.2.2.6, se desprende que en esta clase de notificación existe la posibilidad de que
el interesado comparezca al local del órgano judicial respectivo a más tardar a las catorce
horas del día en que se fijó la lista, a fin de oír la notificación que ha sido publicada. En
este caso, el actuario judicial deberá notificarle en forma personal la resolución
correspondiente y levantar la razón respectiva en los términos explicados en el tema
referido. En este supuesto deberá asentarse en la razón (en la que se hace constar que el
acuerdo o resolución se publicó en la lista a primera hora del despacho del día
correspondiente) que la notificación por lista se tuvo por hecha a las catorce horas
únicamente respecto de las personas que no comparecieron al órgano jurisdiccional,
precisando en todo caso el nombre de éstas y la calidad con que intervienen en el juicio de
amparo. Si la notificación por lista se dirige a una sola de las partes o a un solo interesado
y éste comparece al órgano jurisdiccional a oír notificación personal, lógicamente que en la
citada razón únicamente se hará constar la fecha y hora en que se publicó la lista, mas no
así cuándo se tuvo por hecha la notificación.
Finalmente, una vez que han sido precisadas las diversas formalidades procesales
que conforman la práctica de la notificación por lista, debe decirse que en caso de
incumplirse con alguna de éstas (como el que no se fije la lista a las nueve horas del día
siguiente al de la fecha de la resolución que deba comunicarse o, en su caso, de la fecha
de la segunda búsqueda que haya hecho el actuario para notificar personalmente al
interesado) dará lugar a que en términos del artículo 32 de la Ley Reglamentaria de los
artículos 103 y 107 constitucionales, no se tenga por hecha en la forma prevista en la ley,
lo que trae como consecuencia su nulidad.
Resulta importante que el actuario judicial conozca todo lo antes expuesto, en virtud
de que al ser el encargado, entre otras cosas, de practicar las notificaciones en el juicio
será el responsable en caso de que se declare la nulidad de una notificación por lista que
no se haya practicado conforme a las formalidades previstas en la Ley de Amparo.
77
ANEXO 8
LA ACTUARIA JUDICIAL.
ANEXO 9
Licenciada ______________
Actuaria Judicial.
En ______ de _______ de dos mil __________, a las catorce horas, se tiene por
hecha la notificación de la resolución que antecede, en virtud de que el interesado no se
presentó a oír notificación personal. Lo anterior, con fundamento en el artículo 28, fracción
III de la ley de amparo.- Doy fe.
Licenciado _____________________
Actuaria Judicial.
En __________ del mes de ___________ de dos mil cuatro, surtió sus efectos la
notificación a que se refiere la razón anterior, conforme a la fracción II del artículo 34 de la
Ley de Amparo.- Doy fe.
Licenciada________________________
Actuaria judicial
79
En tres de marzo de dos mil seis, a las nueve horas, se notifica por lista a
Francisco Salazar Rubio, el auto de dos de marzo de dos mil seis, de conformidad con la
fracción III del artículo 28 de la Ley de Amparo. Doy fe.
En tres de marzo de dos mil seis, a las catorce horas, se tiene por hecha la
notificación de la resolución que antecede, en virtud de que el interesado no se presentó a
oír notificación personal. Lo anterior, con fundamento en el artículo 28, fracción III, de la
Ley de amparo.- Doy fe.
En seis de marzo de dos mil seis, surtió sus efectos la notificación a que se refiere
la razón anterior, conforme a la fracción II del artículo 34 de la Ley de Amparo.- Doy fe.
Licenciado (a) ______________
Actuario (a) Judicial.
3.2.4.1. De su procedencia.
desconoce el domicilio, la primera notificación se hará por edictos a costa del quejoso, en
los términos establecidos por el Código Federal de Procedimientos Civiles; sin que resulte
aplicable por ende, diverso ordenamiento legal de manera supletoria, por encontrarse
plenamente regulada la conducta que nos ocupa por el artículo 30, fracción II de la Ley de
Amparo, de ahí que resulte procedente que una vez concluida la investigación del
domicilio del tercero perjudicado, que resulte infructuosa, se ordene la publicación de
edictos a costa del quejoso, a efecto de llamar a su contrario a juicio.”41[1]
41[1]
Tesis aislada XXII.6 C, sustentada por el entonces Tribunal Colegiado del Vigésimo Segundo Circuito, visible en la pág. 565, del
Tomo II, Agosto de 1995, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 204566.
42[2]
Tesis aislada I.6o.C.47 K, sustentada por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en la pág. 995, del
Tomo XI, Enero de 2000, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 192548.
82
emplazamiento. Si, pasado este término, no comparece por sí, por apoderado o por gestor
que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía, haciéndosele las ulteriores
notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá contener, en
síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.
Del citado artículo se desprende que los requisitos que deben contener los edictos
son: a) una relación sucinta de la demanda; y, b) el requerimiento al interesado para que
se presente en el órgano jurisdiccional dentro del término de treinta días contados a partir
del siguiente al de la última publicación.
Por otro lado, se advierte que la práctica de este tipo de notificación, consiste en la
publicación de los edictos por tres veces, con siete días entre cada una de las
publicaciones. Éstas se harán en el Diario Oficial de la Federación y en uno de los diarios
de mayor circulación en la República. El costo de las publicaciones correrá a cargo del
quejoso. Además, en la puerta del órgano jurisdiccional se fijará copia íntegra de la
resolución que se pretende notificar, por todo el tiempo del emplazamiento, esto es, por el
tiempo que dure la publicación de los edictos. Para una mejor comprensión resulta
conveniente ver los anexos 10 y 11.
Por otro lado, del citado artículo 315 del código adjetivo civil invocado, se desprende
que pasado el mencionado término de treinta días, si la parte interesada no comparece al
órgano jurisdiccional correspondiente, el juicio se seguirá en rebeldía, haciéndose las
ulteriores notificaciones por rotulón. Sobre este punto cabe mencionar que si bien dicha
disposición habla de rotulón; sin embargo, en materia de amparo las notificaciones
posteriores se harán por lista.
ANEXO 10
EDICTO
plazo de treinta días, contado a partir del día siguiente al de la última publicación del
presente edicto para que concurra a este juzgado a hacer valer lo que a su interés
conviniere y señale domicilio para oír y recibir notificaciones en esta ciudad capital. Se le
apercibe que de incumplir esto último, las ulteriores notificaciones, aun las de carácter
personal se le harán por lista y como está ordenado en el citado proveído, se reserva por
el momento señalar fecha para la audiencia constitucional.
A t e n t a m e n t e.
El Secretario del Juzgado________________.
Licenciado _________________.
ANEXO 11
EDICTO
PRIMERA PUBLICACIÓN.
conviniere y señale domicilio para oír y recibir notificaciones en esta ciudad capital. Se le
apercibe que de incumplir esto último, las ulteriores notificaciones, aun las de carácter
personal se le harán por lista y como esta ordenado en el citado proveído, se reserva por
el momento señalar fecha para la audiencia constitucional.
Licenciado _________________.
3.2.5.1. De su procedencia.
a) Que se trate de casos urgentes, estos es, cuando deba detenerse la actuación
de la autoridad responsable, pues de no hacerlo se consumaría el acto reclamado.
En estas hipótesis, será la autoridad jurisdiccional que conozca del asunto la que de
oficio ordene que se practique esta clase de notificación. El mensaje que se transmita será
gratuito si el acto reclamado es de los previstos en el segundo párrafo, del artículo 23 de la
86
Ley de Amparo, esto es, cuando derive de un asunto penal, pues en las demás materias el
costo del mensaje será a cargo del quejoso.
Cabe destacar que en los asuntos en los que se ordene este tipo de notificaciones,
el actuario debe cerciorarse en qué consiste el acto reclamado, pues en caso de que se
trate de alguno de los mencionados en el segundo párrafo del artículo 23 de la Ley de
Amparo, los jefes o encargados de las oficinas de telégrafos estarán obligados a recibir y
transmitir el mensaje, aun cuando se presente fuera del horario de despacho. Esto último
igualmente acontecerá en el caso de los telegramas que envíen las autoridades que
conozcan de la suspensión de dichos actos, es decir, los que deriven del incidente de
suspensión relacionado con el juicio de amparo en el que se analice la constitucionalidad
de aquéllos. Incluso, en caso de que en las citadas oficinas se negaren a recibir los
mensajes de referencia, les será aplicable la sanción prevista para el delito de resistencia
de particulares y desobediencia. En efecto, el referido precepto legal, en sus párrafos
segundo y tercero establece:
Por otro lado, se ha dicho que en los autos siempre debe existir constancia de que
las notificaciones ordenadas por el titular del órgano judicial que conozca del asunto,
fueron practicadas. Sobre este aspecto, el referido artículo 31 de la mencionada ley
reglamentaria es omiso, dado que no precisa en qué consiste esa constancia. Sin
embargo, en la práctica suele obtenerse la constancia de notificación correspondiente de
la misma forma que se obtiene al practicar las notificaciones por correo, es decir, mediante
un acuse de recibo. Así pues, para recabar este último al llevar a cabo una notificación por
telégrafo, usualmente el actuario judicial lleva consigo por duplicado el mensaje de que se
trate o el original del mismo y una copia simple de éste. Lo anterior, a fin de que entregue
uno de los mensajes (si sólo lleva un original, lógicamente será éste el que entregue) en
las oficinas de telégrafos, en tanto que el otro le sirva como acuse de recibo, por lo que en
este último debe estamparse el sello de la mencionada oficina, el que generalmente
88
contiene la fecha y hora en que se presentó el telegrama. Dicho acuse debe agregarse a
los autos correspondientes para constancia.
Fuera de los casos a que se refieren las fracciones anteriores, las notificaciones, en
materia de amparo, en la Suprema Corte de Justicia o en los Tribunales Colegiados de
Circuito, se harán con arreglo a las fracciones II y III del artículo precedente.”
Por otro lado, tratándose de los autos que desechen o tengan por no interpuesto un
recurso que se haya hecho valer contra alguna determinación adoptada por un juez de
Distrito en un juicio de amparo indirecto, así como la sentencia que se dicte en tales
recursos, serán notificados al juez de Distrito que corresponda mediante oficio, al que se
acompañará testimonio del auto o sentencia respectiva. En esos casos, será el juez
federal quien, una vez que haya recibido el oficio con el testimonio, se encargue de
notificar a las autoridades responsables dicho auto o sentencia. Esta notificación también
se hará por oficio y al mismo se anexará copia certificada de la resolución.
Ahora bien, en relación con la fracción II, párrafo segundo y tercero, del citado
precepto legal, se advierte que el primer auto que se dicte en los asuntos de la
competencia de los tribunales colegiados, será notificado al agente del Ministerio Público
adscrito por medio de oficio, en tanto que los subsecuentes mediante lista.
90
Por otra parte, conforme a la fracción III, de dicho artículo 29 de la Ley de Amparo,
para la práctica de las notificaciones personales y por lista en los juicios de amparo directo
y recursos de los que conoce un tribunal colegiado de Circuito, el actuario judicial debe
sujetarse a las reglas establecidas en las fracciones II y III del artículo 28 de la Ley de
Amparo, esto es, las aplicables en el juicio de amparo indirecto tratándose de esta clase
de medios comunicación procesal, mismos que fueron expuestos en los puntos 3.2.2.1 y
3.2.2.2.
“Artículo 185.-… En cada Sala se formará una lista de los asuntos que deban verse
en la audiencia, la cual se fijará el día anterior en lugar visible y surtirá los efectos de
notificación del auto en que se cite para resolver.”
“Artículo 191.- Concluida la audiencia del día en cada una de las Salas, el secretario
de Acuerdos respectivo fijará en lugar visible una lista, firmada por él, de los asuntos que
se hubiesen tratado, expresando el sentido de la resolución dictada en cada uno.”
las catorce horas, se tendrá por hecha la notificación y el actuario pondrá la razón
correspondiente. Cabe señalar que la lista a la que se refieren los artículos 185 y 191 de la
Ley de Amparo, por una parte, tiene el efecto de citar para sentencia, y por otra, asentar el
sentido de las resoluciones que se emiten en un Tribunal Colegiado, pero de ningún modo
puede estimarse que con su elaboración, se cumple la notificación que se ordena en la
Ley de Amparo a las partes en el juicio; estimar lo contrario, traería como consecuencia la
inseguridad jurídica de los promoventes del juicio de amparo, al no conocer, con la debida
oportunidad, las resoluciones que se emitan.”44[1]
Finalmente, también son aplicables al juicio de amparo directo las reglas establecidas
para la práctica de las notificaciones personales previstas en el artículo 30 de la Ley de
Amparo y la regulación relativa a las notificaciones por telégrafo precisadas en el diverso
31 de la mencionada ley reglamentaria. En efecto, el magistrado presidente del órgano
colegiado, al igual que el juez de Distrito, tiene la facultad discrecional contenida en el
primer párrafo del citado artículo 30, consistente en la posibilidad de ordenar que una
notificación se practique de manera personal (desde luego atendiendo la naturaleza de la
resolución) aun cuando conforme a la ley pueda practicarse por lista. Lo anterior se
corrobora con la lectura del criterio siguiente:
los Tribunales Colegiados de Circuito, por medio de lista que en lugar visible y de fácil
acceso del tribunal, se fijará a primera hora de despacho del día siguiente al de la fecha de
la resolución, y si dicho quejoso no se presenta a recibir la notificación personalmente o
por conducto de la persona autorizada para ese efecto, hasta las catorce horas del mismo
día, se tendrá por hecha y el actuario asentará en los autos respectivos la razón
correspondiente. Ahora bien, de lo previsto en tales dispositivos no se desprende que en
la citada ley se imponga el deber a los Tribunales Colegiados de Circuito de que las
resoluciones que dicten en los juicios de amparo se notifiquen en forma personal al
quejoso no privado de su libertad; sin embargo, ello no es obstáculo para que, en el caso
de que dicho tribunal lo estime conveniente, ordene que la notificación se haga de esa
manera, según lo dispuesto en el artículo 30, primer párrafo, de la propia ley, por tanto, si
el Tribunal Colegiado de Circuito que dictó la sentencia en el juicio de amparo directo no
ordenó que se notificara ese fallo personalmente al agraviado, es correcta la notificación
que se hizo por lista fijada en los estrados del tribunal.”46[3]
EJERCICIO I
( Relacionado con los temas 1,2 y 3)
FE JUDICIAL
En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las doce horas con diez minutos, del
diecisiete de febrero de dos mil seis, la suscrita actuaria judicial Evangelina Florencio
Vargas, adscrita al Juzgado Octavo de Distrito de Procesos Penales en el Distrito Federal,
constituida legalmente en el Departamento de Objetos de la Procuraduría General de la
República, sito en Poniente 44, número 2782, colonia Salvador Xochimanca, delegación
Azcapotzalco, en esta ciudad, lugar donde soy atendida por JUVENTINO ALDAMA
LOERA, persona que se identifica con gafete de la Procuraduría General de la República,
con número 259782, que tiene una fotografía la cual concuerda con los rasgos
fisonómicos del mismo, la cual lo acredita como Agente Federal de Investigación C y a
quien le hago entrega del oficio número 80, de fecha trece del mismo mes y año en curso,
dictado por este órgano jurisdiccional en la causa penal número 18/2006-IV, en el que se
comisiona a la actuaria judicial adscrita a comparecer a esta diligencia. Por lo que en este
46[3]
Tesis de jurisprudencia 1ª/J. 77/2002, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la
pág. 98, del Tomo XVI, Diciembre de 2002, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg.
185359.
93
acto HAGO CONSTAR Y DOY FE que el nombrado puso a la vista un sobre amarillo
cerrado con sellos rubricados de la Procuraduría General de la República, que dicen:
A.P.PGR/DDF/UMAN-IZTAPA/270/2006-2. Se procede a abrir dicho sobre del que se saca
una bolsa transparente con dos divisiones de un lado se encuentra un poco de polvo
amarillento, seguramente cocaína, y del otro lo que parece ser unos pedazos de papel.
Acto seguido, se procede a cerrar dicho sobre con cita diurex, estampando sobre ésta y el
sobre mi rúbrica. Con lo anterior, se da cumplimiento a lo ordenado en el auto de mérito, y
se levanta la presente para los efectos legales a que haya lugar.- DOY FE.
LA ACTUARIA JUDICIAL
EJERCICIO II
Forma B2
En dos de marzo de dos mis seis, doy cuenta al Juez con el escrito de demanda de
amparo suscrito por FRANCISCO SALAZAR RUBIO, siete copias del mismo y anexo que
acompaña.- Conste.
(RÚBRICA)
El Secretario.
ciudad y otras autoridades; con fundamento en los artículos 103, fracción I, 107, fracciones
I, VII y XV de la Constitución Federal; 1º, fracción I, 36, 114, 116, 147, 149 y relativos de la
Ley de Amparo, se admite la demanda en sus términos; en consecuencia, fórmese
expediente, anótese su ingreso en el libro de gobierno de este Juzgado bajo el número
156/2006, tramítese por separado y en duplicado el incidente de suspensión que se
solicita; con fundamento en el artículo 149 de la Ley de Amparo, pídase informe
justificado a las autoridades responsables, quienes deberán rendirlo dentro del término
de CINCO DÍAS, contados a partir del día en que reciban el oficio que contiene inserto
este proveído. Se señalan LAS ONCE HORAS CON DOCE MINUTOS DEL TREINTA Y
UNO DE MARZO, para llevar a cabo la audiencia constitucional en este juicio.
Requiérase a las responsables para que juntamente con el informe que al efecto
rindan, acompañen, en su caso, copias certificadas legibles de las constancias que sean
necesarias para apoyar dicho informe (justificación), porque de no hacerlo, en la sentencia
que se dicte en el presente asunto, se tomará en cuenta la omisión, sancionable en
términos del artículo 149 de la Ley de Amparo.
Téngase a la parte quejosa señalando como tercera perjudicada a la licenciada
ALEJANDRA MARTÍNEZ ZEPEDA, con domicilio señalado en la calle Honduras número
90, colonia Modelo, de esta ciudad. En consecuencia, emplácesele al presente juicio de
garantías, por conducto de la actuaria adscrita a este juzgado, corriéndole traslado con la
copia de la demanda para que de estimarlo conveniente, se apersone al presente juicio a
defender sus derechos y asimismo, requiérasele para que dentro del término de tres días
señale domicilio en esta ciudad para oír y recibir notificaciones, porque en caso de no
hacerlo, se le harán por lista, aun las de carácter personal.
Por último, dese al Agente del Ministerio Público de la Federación adscrito la
intervención que legalmente le corresponde.
Notifíquese.
Así lo acordó y firma el licenciado MARTÍN CASTRO EVANS, Juez Primero de
Distrito en el Estado de Tamaulipas, asistido del secretario licenciado Enrique Ceballos
Bautista, con quien actúa y da fe.- DOY FE.
(RÚBRICA) (RÚBRICA)
TEMA 4
NOTIFICACIONES EN LOS PROCEDIMIENTOS CIVILES FEDERALES Y
MERCANTILES.
4.1. Introducción.
4.2. Notificaciones en los procedimientos civiles federales.
4.2.1. Plazo para notificar las resoluciones judiciales.
4.3. Personas a quienes deben notificarse las resoluciones.
4.3.1. Consideraciones previas.
4.3.2. Actor y demandado.
4.3.2.1. Personas físicas.
4.3.2.2. Personas morales privadas u oficiales.
4.3.3. Terceros llamados a juicio.
4.3.4. Terceristas.
4.3.5. Ministerio Público de la Federación.
4.3.6. Sujetos que sin ser parte en el juicio, intervienen en éste.
4.3.7. Autoridades que sin ser parte en el juicio, son necesarias para cumplir tareas
ajenas al oficio judicial.
4.4. Tipos de notificación.
4.5. Cuándo surten sus efectos las notificaciones.
4.5.1. De cuándo surten sus efectos las notificaciones personales.
4.5.2. De cuándo surten sus efectos las notificaciones por instructivo.
4.5.3. De cuándo surten sus efectos las notificaciones por edictos.
4.5.4. De cuándo surten sus efectos las notificaciones por rotulón.
4.6. Nulidad de notificaciones y sus consecuencias.
4.6.1. Convalidación de la notificación deficiente u omitida.
4.7. Reglas para practicar las notificaciones en los procesos civiles.
4.7.1. Notificaciones personales.
4.7.1.1. De su procedencia.
4.7.1.2. Notificación de la demanda.
4.7.1.2.1. De la notificación de la demanda cuando el actuario judicial encuentra al
demandado en la primera búsqueda.
4.7.1.2.2. De la notificación de la demanda cuando el actuario judicial, en la primera
búsqueda, encuentra a una persona distinta del interesado.
4.7.1.2.2.1. De la notificación de la demanda cuando el interesado espera al actuario
judicial en la fecha y hora fijadas en al citatorio.
4.7.1.2.2.2. De la notificación de la demanda cuando el interesado no espera al
actuario judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio, pero la diligencia se entiende con
algún pariente o trabajador del propio interesado.
97
4.8.5.2. Reglas para practicar las notificaciones en los juicios mercantiles conforme a
las disposiciones del Código de Comercio vigentes antes de la entrada en vigor del
decreto de reformas de trece de junio de dos mil tres.
4.8.5.2.1. Nulidad de notificación y sus consecuencias.
4.9. Notificaciones en los juicios mercantiles que se tramitan conforme a las
disposiciones del Código de Comercio vigentes a partir del catorce de junio de dos mil
tres.
4.9.1. Notificaciones personales.
4.9.1.1. Emplazamiento.
4.9.1.1.1. Emplazamiento cuando el actuario judicial encuentra al demandado, su
apoderado o representante legal en la primera búsqueda.
4.9.1.1.2. Emplazamiento cuando el actuario judicial, en la primera búsqueda,
encuentra a una persona distinta del interesado, su apoderado o representante legal.
4.9.1.1.2.1. Notificación de la demanda cuando el interesado espera al actuario
judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio.
4.9.1.1.2.2. Notificación de la demanda cuando el interesado no espera al actuario
judicial en la fecha y hora fijadas en el citatorio, pero la diligencia se entiende con algún
pariente o trabajador del propio interesado.
4.9.1.1.2.3. Notificación de la demanda cuando nadie haya esperado al actuario
judicial en la fecha y hora precisadas en el citatorio, o que habiendo encontrado al
interesado o a alguna persona distinta de éste, se hayan negado a recibir la
documentación
4.9.1.1.3. Emplazamiento cuando el actuario judicial se constituye por primera vez en
el domicilio del interesado y nadie atiende su llamado.
4.9.1.1.4. Emplazamiento cuando no exista el domicilio en el que según el actor
puede notificarse al demandado.
4.9.1.2. Procedimiento para notificar en forma personal las resoluciones distintas de
aquella en la que se ordena admitir a trámite la demanda y emplazar al demandado.
4.9.1.3. Notificación personal por comparecencia.
4.9.2. Notificaciones por lista.
4.9.2.1. Procedencia
4.9.2.2. Del procedimiento para practicar las notificaciones por lista.
4.9.3. Notificaciones por edictos.
4.9.3.1. Procedencia.
4.9.3.2. Procedimiento para practicar las notificaciones por edictos.
4.9.4. Notificaciones por conducto de otras autoridades.
4.9.4.1. Procedencia.
4.10. Notificaciones en los juicios ejecutivos mercantiles.
4.10.1. De la diligenciación del auto de exeqüendo cuando el deudor, su
representante o apoderado es encontrado en la primera búsqueda.
99
TEMA 4
NOTIFICACIONES EN LOS PROCEDIMIENTOS CIVILES FEDERALES Y
MERCANTILES.
4.1. Introducción.
En los procesos civiles federales, además del actor y el demandado, pueden llegar a
intervenir otras personas a las que se deben notificar las resoluciones que se pronuncian
en aquéllos. Por ejemplo, personas que el juzgador llama al procedimiento o que se
incorporan en él por considerar que las resoluciones que se llegaren a dictar en el mismo
podrían afectar sus intereses jurídicos. Tales personas, por no tener el carácter de actor ni
demandado, reciben el nombre de terceros.+
Asimismo, hay juicios o procedimientos civiles en los que, por mandato expreso de la
ley, debe intervenir el Ministerio Público de la Federación. En estos casos, las
resoluciones que se dicten en tales juicios o procedimientos deben notificarse a los
agentes ministeriales.
“ARTÍCULO 2585. No pueden ser procuradores en juicio: I. Los incapacitados; II. Los
Jueces, Magistrados y demás funcionarios y empleados de la administración de justicia,
en ejercicio, dentro de los límites de su jurisdicción; III. Los empleados de la hacienda
pública, en cualquiera causa en que puedan intervenir de oficio, dentro de los límites de
sus respectivos distritos.”
47[1]
PALLARES, Eduardo, Ob. Cit. Pág. 99.
102
en aquél se deben notificar directamente a ellos. En los casos en los que el actor o el
demandado tengan representante o apoderado, las notificaciones se entenderán con
éstos. En este supuesto, ya no es necesario entender la notificación de que se trate con el
actor o demandado, pues basta que la diligencia se practique con el representante o
apoderado para tener por legalmente hecha la notificación. Al respecto, conviene citar el
primer párrafo del artículo 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles; dice:
Por otra parte, existen procedimientos civiles en los que hay pluralidad de actores, de
demandados o de ambos. La parte o partes que estén compuestas por diversas personas,
deberán tener una sola representación. Para tal efecto, los interesados deberán designar
un representante común. Esta designación puede recaer en uno de los interesados o en
otra persona; así, por ejemplo, si en un juicio se demanda a tres personas, éstas podrán
designar a una de ellas o a un apoderado; aquélla o este último tendría el carácter de
representante común. Así, una vez que el titular del órgano jurisdiccional dicte un proveído
en el que tenga por hecha la designación, las resoluciones que se dicten en el juicio civil
federal deberán notificarse únicamente al representante común, es decir, bastará con que
el actuario judicial entienda la diligencia con aquél, para tener por legalmente hecha la
notificación. En relación con lo anterior, conviene transcribir el artículo 5 del Código
Federal de Procedimientos Civiles; dice:
Ahora bien, el primer párrafo del artículo 6 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 27.- Las personas morales obran y se obligan por medio de los órganos
que las representan sea por disposición de la ley o conforme a las disposiciones relativas
de sus escrituras constitutivas y de sus estatutos.”
“ARTÍCULO 28.- Las personas morales se regirán por las leyes correspondientes,
por su escritura constitutiva y por sus estatutos.”
De los citados preceptos se desprende que las personas morales privadas deben
intervenir en los juicios civiles por conducto de su legítimo representante, esto es, deben
actuar en los juicios por medio de personas físicas a quienes sus estatutos otorgan la
facultad de representación. En estos casos, el juez deberá dictar un auto en el que
conforme a los documentos exhibidos por el compareciente, tenga a éste como
representante de la persona moral. En tal hipótesis el actuario deberá notificar todas
las resoluciones que se dicten en el proceso civil a la persona física que el juez tuvo
como representante de la persona moral.
Por otra parte, las personas morales oficiales deben actuar en los juicios por
conducto de los funcionarios o representantes que designen las leyes, es decir, la
representación de las personas morales oficiales debe derivar del ordenamiento legal o del
reglamento que las rija. En estos casos, una vez que el juez haya pronunciado el
proveído en el que tenga como representante de la persona moral oficial al
funcionario correspondiente, el actuario judicial le notificará a dicho representante
las resoluciones que se dicten en el proceso civil.
Por su parte, Cipriano Gómez Lara considera que los terceros llamados a juicio son
personas traídas a un proceso ya existente, generalmente por petición de alguna de las
partes originales o principales. Para este autor, los casos más característicos de estos
48[1]
CHIOVENDA, Giuseppe. Instituciones de Derecho Procesal Civil, Ed. Oxford, México, 1999, Primera Edición,
pág, 327.
105
Los terceros llamados a juicio son personas que se incorporan a éste y que, por
tanto, pueden hacer valer los derechos que a sus intereses legales convenga. Cabe
precisar que una vez que el juez reconoce el interés del tercero para intervenir en el juicio,
aquél adquiere el carácter de parte procesal. En este orden de ideas, será hasta que el
juez haya dictado el proveído en el que haga tal reconocimiento, que el actuario judicial
podrá notificarle las resoluciones que se dicten en el juicio. Lo anterior resulta muy
importante, pues puede suceder que se dé vista con los autos del juicio a un tercero y éste
manifieste que no tiene interés en intervenir en aquél, supuesto en el que obviamente el
actuario judicial no tiene obligación de notificarle las resoluciones subsecuentes.
Con el objeto de comprender algunos casos en los que se llama a juicio a terceros,
conviene citar los artículos 2124, 2137 y 2823 del Código Civil Federal; dicen:
Cabe destacar que los terceros llamados a juicio pueden intervenir en éste por sí, o
por conducto de su representante o apoderado, según corresponda (siempre y cuando el
juez haya dictado un acuerdo en el que tenga por designado al apoderado o
representante). En estos casos, basta con que la diligencia se entienda con el
representante o apoderado, para estimar que la notificación quedó legalmente hecha.
4.3.4. Terceristas.
Se trata de sujetos ajenos al conflicto y al litigio pero que, sin embargo, sufren
personalmente alguno de sus efectos. Por tanto, promueven un juicio dentro un proceso
49[2]
GÓMEZ LARA, Cipriano. Derecho Procesal Civil. Editorial Harla, México 1991, Quinta Edición, pág. 330.
106
existente. Dicho juicio recibe el nombre de tercería. De este modo, los terceristas se
insertan en las relaciones procesales preexistentes persiguiendo un interés propio y, en
algunos casos, diferente al del actor y demandado.50[1]
Por regla general, en las legislaciones civiles las tercerías son de dos tipos, a saber:
a) excluyentes de dominio; y, b) excluyentes de preferencia.
“ARTÍCULO 473. Los acreedores citados conforme al artículo anterior y los que
se presenten con certificados del Registro posteriores, tendrán derecho de
intervenir en el acto del remate, pudiendo hacer, al tribunal, las observaciones que
estimen oportunas para garantizar sus derechos, y apelar del auto en que se finque el
remate; pero sin que su intervención pueda dar lugar a que se mande suspender la
almoneda.”
50[1]
Para el concepto de tercerista se siguen las ideas expuestas por ALVARADO VELLOSO, Adolfo, en su libro
Introducción al Estudio del Derecho Procesal, Segunda Parte, Ed. Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, Argentina, Primera
edición, pág. 195 y sig.
51[2]
Aquí se siguen las ideas expuestas por GÓMEZ LARA, Cipriano. Ob. Cit., pág. 330.
107
Por otra parte, la tercería excluyente de dominio está prevista en el artículo 430 del
Código Federal de Procedimientos Civiles. Este precepto estatuye:
Del texto del citado precepto, en relación con la jurisprudencia que enseguida se cita,
se desprende que la tercería excluyente de dominio en todo caso se tramita dentro de un
juicio principal, aunque el tercerista también podrá promover otro juicio autónomamente
después de que se dicte sentencia. Con respecto a lo antes expuesto, conviene transcribir
la siguiente jurisprudencia:
Cabe destacar que los terceristas, al igual que los terceros llamados a juicio, pueden
intervenir en éste por sí o por conducto de su representante o apoderado, según sea el
caso. Para ello, es necesario que el juez dicte un acuerdo en el que tenga por designado
al representante o apoderado del tercerista. Una vez hecho lo anterior, basta con que la
diligencia se entienda con aquéllos, para estimar que la notificación quedó legalmente
hecha.
En relación con el citado precepto, los artículos 510, 511, 521, 522, 530 y 532 del
Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuyen:
54[1]
ROCCO, Hugo. Derecho Procesal Civil, Ed. Jurídica Universitaria, México, 1998, Primera Edición, pág. 318 y sig.
109
“ARTÍCULO 530. La jurisdicción voluntaria comprende todos los actos en que, por
disposición de la Ley o por solicitud de los interesados, se requiere la intervención del
juez, sin que esté promovida ni se promueva cuestión alguna entre partes determinadas.”
Hay personas que intervienen en los procesos civiles y que no logran acceder a la
categoría de parte procesal en el litigio, respecto del cual son indiferentes e
independientes.55[1] Se trata de sujetos a los que no les afecta el resultado del juicio y que
intervienen en éste con motivo del desahogo de una prueba o como auxiliares en la
administración de justicia.56[2] Entre estos sujetos se encuentran los testigos, los peritos y
los terceros tenedores de documentos que interesan a las partes.
Al respecto, debe decirse que los actuarios judiciales deben notificar a los testigos,
peritos y terceros tenedores de documentos que interesan a las partes, las
determinaciones judiciales en las que se les cite, se les requiera o en las que se adopte
una determinación que los titulares de los órganos jurisdiccionales estimen necesario
hacer de su conocimiento.
55[1]
ALVARADO VELLOSO, Ob. Cit. pág.184.
56[2]
CARNELUTTI, Francesco. Instituciones de Derecho Procesal Civil, Ed. Oxford, México 1999, Primera Edición,
pág. 245.
110
4.3.7. Autoridades que sin ser parte en el juicio, son necesarias para cumplir
tareas ajenas al oficio judicial.
Hay procesos civiles en los que los titulares de los órganos jurisdiccionales solicitan a
diversas autoridades, que no son parte procesal, que efectúen determinados actos que
son necesarios para la eficacia de las determinaciones judiciales o que resultan
indispensables para cumplir tareas ajenas al oficio judicial.57[1] Entre estas autoridades se
encuentran los notarios públicos y los Directores de los Registros Públicos de la Propiedad
y del Comercio.
Para ilustrar lo anterior, resulta conveniente citar el artículo 447 del Código Federal
de Procedimientos Civiles; dice:
57[1]
ALVARADO VELLOSO, Ob. Cit. pág.184.
111
“Artículo 284. Los términos judiciales empezarán a correr el día siguiente del en que
surta efectos el emplazamiento, citación o notificación y se contará, en ellos, el día de
su vencimiento.”
Como se ve, el precepto legal transcrito establece que los términos judiciales
empezarán a correr el día siguiente del en que surta efectos el emplazamiento, citación
o notificación. Al respecto, debe precisarse que para saber cuándo comienzan a correr
los términos judiciales es irrelevante hacer la distinción entre emplazamiento, citación y
notificación. Se afirma lo anterior, pues la notificación constituye el “arquetipo de los actos
112
“Artículo 321. Toda notificación surtirá sus efectos el día siguiente al en que se
practique.”
Conviene apuntar aquí que para los actuarios judiciales resulta de especial
importancia conocer el momento en que surten sus efectos los distintos tipos de
notificaciones que se practican en los procesos civiles. Esto es así, pues algunos titulares
de los órganos jurisdiccionales suelen encomendar a los propios actuarios que,
previamente a devolver los expedientes al secretario encargado de su trámite, asienten en
los autos la fecha en que surtió efectos la notificación que practicaron (aunque en rigor, es
el secretario el que debe hacer tal anotación, pues es a él al que corresponde hacer los
cómputos de los plazos).
Las notificaciones personales quedan hechas desde la fecha y hora que el actuario
judicial precisa en la razón correspondiente. En ésta, debe hacer constar que el
interesado, su representante o apoderado, según sea el caso, recibió copia certificada de
la resolución que motivó la notificación. Según se dijo, las notificaciones personales, en
términos del citado artículo 321 del Código Federal de Procedimientos Civiles, surten sus
efectos jurídicos al día siguiente de aquel en que fueron practicadas.
58[1]
DE SANTO, Víctor. Notificaciones Procesales, Ed. Universidad, Buenos Aires, Argentina 2002, pág. 69.
113
Los artículos 310 y 312 del Código Federal de Procedimientos Civiles, en lo que
interesa, disponen:
Cabe precisar que como se expondrá más adelante, de los citados preceptos se
advierte que hay un supuesto en el que, previamente a practicar la notificación por
instructivo, el actuario judicial debe dejar citatorio (supuesto consistente en la notificación
de la demanda). Por ahora, basta con establecer que cuando se actualiza alguna de las
hipótesis en las que resulta procedente hacer la notificación por instructivo, ésta se tendrá
por practicada en la fecha y hora en la que, conforme a la razón que haya levantado el
actuario judicial, dicho instructivo se haya fijado en la puerta de la casa del interesado o se
haya entregado a la persona con quien se entendió la diligencia, según sea el caso.
114
Por otra parte, en términos del artículo 321 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, la notificación por instructivo surte sus efectos legales al día siguiente de aquel en
que se practicó la notificación, esto es, al día siguiente de aquel en que el actuario judicial
fijó el instructivo en la puerta de la casa del interesado o de que entregó el instructivo a
una persona distinta de aquél, según sea el caso.
Este tema se expuso en el apartado 3.1.4.5., relativo a las notificaciones por edictos
en los juicios de amparo. En efecto, en ese apartado se sostuvo que en los juicios de
garantías, las notificaciones por edictos deben practicarse en los términos del artículo 315
del Código Federal de Procedimientos Civiles.
En tales condiciones, basta recordar aquí que la notificación por edictos tiene la
particularidad de que su práctica se prolonga en el tiempo, pues conforme a la referida
disposición legal, la resolución a notificar debe publicarse tres veces, con un lapso
intermedio de siete días entre cada una de las publicaciones. Éstas se harán en el Diario
Oficial de la Federación y en un periódico diario de circulación nacional. Luego, para
estimar que una notificación por edictos quedó legalmente practicada, necesariamente
deben hacerse, con las formalidades de ley, todas las publicaciones correspondientes.
Atento lo anterior, se considera que las notificaciones por edictos se tienen por hechas el
día de la última publicación y surten sus efectos legales el mismo día. En efecto, el artículo
315 del Código Federal de Procedimientos Civiles estatuye:
“ARTICULO 315.- Cuando hubiere que citar a juicio a alguna persona que haya
desaparecido, no tenga domicilio fijo o se ignore donde se encuentra, la notificación se
hará por edictos, que contendrán una relación sucinta de la demanda, y se publicarán por
tres veces, de siete en siete días, en el Diario Oficial y en uno de los periódicos diarios de
mayor circulación en la República, haciéndosele saber que debe presentarse dentro
del término de treinta días, contados del siguiente al de la última publicación. Se
fijará, además, en la puerta del tribunal, una copia integra de la resolución, por todo el
tiempo del emplazamiento. Si, pasado este término, no comparece por sí, por apoderado o
por gestor que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía, haciéndosele las
ulteriores notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá
contener, en síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.”
Como se ve, el término de treinta días que establece el referido precepto legal, para
que el interesado se presente en el órgano jurisdiccional correspondiente, corre a partir del
día siguiente al de la última publicación. Luego, si los términos comienzan a correr al día
siguiente de aquel en que se practicó la notificación, es inconcuso que la notificación por
edictos se tiene por hecha y surte sus efectos legales el día de la última publicación.
115
Las notificaciones personales se tienen por hechas desde la fecha y hora en que
conforme a la razón del actuario judicial se entregó al interesado, o a su representante o
apoderado, según sea el caso, copia certificada de la resolución correspondiente, y surten
sus efectos legales al día siguiente.
Las notificaciones por instructivo que se entienden con alguna persona distinta del
interesado, se tienen por practicadas en la fecha y hora que el actuario asiente en la razón
correspondiente, y surten sus efectos jurídicos al día siguiente.
Las notificaciones por instructivo que se fijan en la puerta del domicilio se tienen por
practicadas en la fecha y hora que el actuario asiente en la razón correspondiente, y
surten sus efectos al día siguiente.
Las notificaciones por edictos se tienen por hechas y surten sus efectos el día de la
última publicación.
Las notificaciones por rotulón se tienen por practicadas en la hora en que se fijó, y
surten sus efectos legales al día siguiente. Lo anterior, siempre y cuando el interesado, su
apoderado o representante, según sea el caso, no haya comparecido al órgano
jurisdiccional a oír notificación personal el día en que se fijó el rotulón.
la etapa de ejecutorización; y que así mismo las actuaciones de una fase del proceso sólo
se pueden impugnar mediante dicho incidente, mientras no se concluya cada periodo
procesal, pues no puede destruirse la firmeza que ha adquirido el juicio a través de un
simple incidente de naturaleza accesoria al pleito principal, toda vez que la única manera
de atacar ese tipo de resoluciones es a través de los recursos que establece la ley o del
juicio de amparo, en su caso.”60[2]
En la hipótesis prevista en el apartado b), si se promueve el referido incidente con el
objeto de anular notificaciones practicadas con posterioridad al dictado de la sentencia,
aquél es procedente. Lo anterior, pues al combatir actos procesales posteriores a la
conclusión del juicio (que lógicamente no fueron considerados para el dictado del fallo), no
se destruye la firmeza de la sentencia. De no estimarlo así, se dejaría a la parte
perjudicada por una notificación deficiente o por la falta de notificación en estado de
indefensión.
En tales condiciones, tratándose de actuaciones practicadas con posterioridad al
dictado de la sentencia, el incidente respectivo deberá promoverse dentro de los tres días
de que se practicó la notificación deficiente o de que debió practicarse la notificación
omitida, según sea el caso. En relación con lo antes expuesto, se estima que resulta
aplicable, por analogía, la jurisprudencia siguiente:
"NULIDAD DE NOTIFICACIONES, INCIDENTE DE. PROCEDE CONTRA LAS QUE
SE LLEVAN A CABO CON POSTERIORIDAD AL DICTADO DE LA SENTENCIA.-
Considerando ante todo, que el artículo 32 de la Ley de Amparo al referirse a sentencias
definitivas alude simplemente a las que se dictan en el expediente que haya motivado la
notificación cuya nulidad se pide, lo que incluye a las que han causado y a las que no han
causado ejecutoria, debe sostenerse que la circunstancia de que el precepto referido
establezca que las partes perjudicadas podrán pedir la nulidad de la notificación que se
estima irregular antes de la sentencia definitiva, no debe interpretarse en el sentido de que
las notificaciones realizadas con posterioridad al pronunciamiento de dicha sentencia no
pueden ser combatidas mediante el incidente de nulidad respectivo, ya que una correcta
interpretación del citado dispositivo legal conduce a la conclusión de que tal exigencia
opera lógicamente respecto de las notificaciones practicadas antes de que se haya emitido
la resolución definitiva, pero no para las notificaciones realizadas con posterioridad al
pronunciamiento del fallo, pues sostener lo contrario propiciaría que a pesar de incurrirse
en deficiencias al practicarlas la parte afectada quedara indefensa ante ellas, lo cual
contravendría los términos de la primera parte del precepto aludido que señala que las
notificaciones hechas en forma distinta a la prevenida por la ley serán nulas.”61[3]
60[2]
Jurisprudencia P./J. 30/94, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág.
235, del Tomo VI, Octava Época del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995. IUS 2004, núm. reg.
205424.
61[3]
Jurisprudencia P./J. 5/94, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág.
236, del Tomo VI, Octava Época del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995. IUS 2004, núm. reg.
205483.
119
En el caso de que lo que se pretenda anular a través del incidente de que se trata,
sea la notificación de la sentencia (ya sea de primera o segunda instancias), se estima que
aquél es procedente aun cuando dicha sentencia haya causado ejecutoria. Se afirma lo
anterior, pues la notificación de la sentencia lógicamente acaece con posterioridad a su
dictado. Luego, la consecuencia de la interlocutoria que declare fundado el incidente de
que se trata, será que se practique la notificación de la sentencia en forma legal,
subsanando las deficiencias que motivaron su impugnación, sin que se altere el contenido
de la propia sentencia, pues ésta queda intocada en tanto que lo único que se combate es
la indebida notificación o su omisión.
En relación con lo antes expuesto, se considera que es aplicable, por analogía, el
criterio jurisprudencial que a continuación se apunta:
“NULIDAD DE NOTIFICACIONES. ES PROCEDENTE EL INCIDENTE RELATIVO,
INCLUSO SI YA FUE DICTADO EL AUTO QUE DECLARÓ EJECUTORIADA LA
SENTENCIA.- Si se parte de la interpretación que el Tribunal Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación hizo del artículo 32 de la Ley de Amparo en la jurisprudencia P./J.
5/94, y se toma en cuenta que durante la sustanciación del juicio de garantías se
presentan diversas hipótesis relacionadas con las notificaciones que deben practicarse
para hacer del conocimiento de las partes las decisiones emitidas en cada etapa procesal,
debe aceptarse la procedencia del incidente de nulidad de notificaciones no sólo contra
aquellas que se practiquen antes de que el Juez de Distrito dicte sentencia, pues en
atención al espíritu del citado artículo y a las directrices que ha establecido el Tribunal
Pleno, a fin de no dejar en estado de indefensión a la parte que se considere afectada, es
procedente el mencionado incidente en contra de la notificación de la sentencia del Juez
de Distrito, aun en el caso de que ésta ya se hubiese declarado ejecutoriada, y en el
supuesto de que aquél resultara fundado deberá reponerse el procedimiento desde el
punto en que se incurrió en la nulidad, tal como lo ordena el referido precepto legal; sin
que lo anterior contravenga el principio de cosa juzgada, en virtud de que los efectos
jurídicos de la tramitación y resolución del referido incidente no afectan la decisión del
Juez de Distrito plasmada en su sentencia, pues en caso de resultar fundado, sólo tendría
como consecuencia ordenar que la notificación de la sentencia se practique de manera
legal, subsanando las deficiencias que motivaron su impugnación, pero la sentencia
misma queda intocada.”62[4]
4.6.1. Convalidación de la notificación deficiente u omitida.
El artículo 320 del Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 320. No obstante lo dispuesto en el título anterior, si la persona mal
notificada o no notificada se manifestare, ante el tribunal, sabedora de la providencia,
antes de promover el incidente de nulidad, la notificación mal hecha u omitida surtirá sus
62[4]
Jurisprudencia P./J. 20/2004, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág.
5, del Tomo XIX, Mayo de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm.
reg. 181523.
120
efectos, como si estuviese hecha con arreglo a la ley. En este caso, el incidente de nulidad
que se promueva será desechado de plano.”
Del precepto transcrito se desprende que si antes de promover el incidente de
nulidad, el afectado por una notificación mal hecha o no practicada se manifestare, ante el
tribunal, sabedor de la providencia, la notificación mal hecha u omitida surtirá sus efectos
como si se hubiere hecho conforme a las disposiciones legales aplicables y el incidente de
nulidad que el afectado promueva se desechará de plano.
Como se ve, la omisión de las notificaciones o su defecto se subsana si la parte a la
que se le notificó deficientemente o no se le notificó una resolución, se manifiesta
sabedora de ésta antes de promover el incidente de que se trata. En otras palabras, el
hecho de que la parte interesada en la resolución cuya notificación se omitió o se hizo en
forma irregular, tome conocimiento de aquélla, impide admitir el incidente de nulidad de
notificaciones. Esto es así, pues al tomar conocimiento de la resolución mal notificada o no
notificada, se convalidan los actos que eran anulables (principio de convalidación), en
tanto que tal conocimiento le permite a la parte correspondiente cumplir oportunamente los
actos procesales vinculados con dicha resolución.63[1] Al respecto, se estima que tal
conocimiento debe ser inequívoco y directo, esto es, debe advertirse del propio expediente
por una actuación posterior que lo demuestre.
Lo anterior se corrobora con el criterio siguiente:
“NOTIFICACIONES IRREGULARES EN EL AMPARO. LAS CONVALIDAN LAS
MANIFESTACIONES EN EL JUICIO QUE REVELEN EL CONOCIMIENTO DE LAS
MISMAS.- El artículo 320 del Código Federal del Procedimientos Civiles de aplicación
supletoria a la Ley de Amparo, dispone que: ‘... si la persona mal notificada o no notificada
se manifestare ante el tribunal sabedora de la providencia, antes de promover el incidente
de nulidad, la notificación mal hecha u omitida surtirá sus efectos, como si estuviera hecha
con arreglo a la ley’; así que, si la parte notificada indebidamente en el juicio de amparo,
se ostenta sabedora del acuerdo, asunto o proveído objeto de la notificación, cuando
ejercita algún acto procesal con posterioridad a la diligencia ilegítima, realizado dicho acto,
se convalida la notificación ilegal, pero siempre que dicho acto revele el conocimiento de la
actuación materia de la notificación.”64[2]
63[1]
Sobre el particular, el tratadista argentino Víctor De Santo sostiene que “en atención a que el factor de la nulidad de
la notificación debe buscarse en la existencia de un defecto cuya gravedad redunde en impedimento del destinatario de
cumplir oportunamente los actos procesales vinculados a la resolución que se notifica, no hay invalidez cuando resulta
que la parte ha tenido conocimiento de la resolución, pues lo relevante es el conocimiento efectivamente obtenido por
la interesada y no el modo o vía como accedió a él.” DE SANTO, Víctor. Notificaciones Procesales. pág. 319.
64[2]
Tesis aislada sustentada por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en la página 277, del Tomo
XI, Abril de 1993, Octava Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 216678.
121
Estas reglas varían según el tipo de notificación que se practique. En tales condiciones, en
los temas subsecuentes se expondrán los supuestos de procedencia de cada uno de los
tipos de notificación que se practican en los procesos civiles, la forma en que deben
notificarse determinadas resoluciones judiciales y la manera en que los actuarios judiciales
deben proceder ante las diversas situaciones que se presentan al practicar las
notificaciones.
las notificaciones que no deban ser personales.- Si faltare a la segunda parte del mismo
artículo, no se hará notificación alguna a la persona o personas contra quienes
promueva o a las que le interese que sean notificadas, mientras no se subsane la
omisión; a menos que las personas indicadas ocurran espontáneamente al tribunal,
a notificarse.”
De las disposiciones transcritas se desprende que en el escrito en el que se formule
una demanda, el actor debe señalar el domicilio del demandado y de todas las personas
que deban intervenir en el juicio, por tener interés en el mismo. En caso de que el actor
omita señalar los domicilios correspondientes, no se hará notificación alguna al
demandado ni a las personas que deban intervenir en el juicio, es decir, no se practicará el
emplazamiento.
Por otra parte, según se dijo en el apartado b), la primera notificación en el juicio
siempre se hará personalmente. Tal forma de proceder se explica pues la notificación
personal garantiza que el sujeto con quien se entiende queda enterado de que ante
determinado órgano jurisdiccional federal está radicado un juicio al que debe comparecer.
En el inciso c), se estableció que la resolución que se dicte en un juicio en el que se
hubiere dejado de actuar por más de seis meses, debe notificarse en forma personal. Esto
se explica porque durante esos seis meses pueden acaecer diversos hechos que pueden
incidir en el juicio. Así, por ejemplo, pudo haber cambiado el titular del órgano
jurisdiccional y una de las partes en el juicio considera que el nuevo titular está impedido
para conocer de éste y, por tanto, interpone recusación; o pudo haber muerto alguna de
las partes, etcétera.
Por otra parte, en el inciso d), se apuntó que el titular del órgano jurisdiccional tiene la
facultad de ordenar que una resolución se notifique personalmente. Luego, aun cuando la
resolución no encuadre en alguno de los supuestos previstos en el citado artículo 309 del
Código Federal de Procedimientos Civiles (que establece las resoluciones que en forma
obligada deben notificarse personalmente), si el titular del órgano jurisdiccional ordena que
aquélla se notifique en forma personal, el actuario judicial debe cumplir con esa orden.
Es muy importante precisar que la facultad contenida en la fracción III del artículo 309
del Código Federal de Procedimientos Civiles, está conferida única y exclusivamente a la
autoridad que conoce del juicio o proceso civil. En este sentido, es el titular del órgano
jurisdiccional el que debe determinar si una resolución debe notificarse personalmente a
alguna de las partes en el juicio. Siendo así, es inconcuso que el actuario judicial, en
ningún caso podrá, motu proprio, determinar que una resolución que no se ubique en
alguno de los supuestos previstos en el citado precepto legal, se notifique en forma
personal.
En el inciso e), se estableció que siempre se notificará en forma personal al
Procurador General de la República o a los agentes del Ministerio Público de la
Federación. Esta forma de proceder genera la certeza de que la representación social
conoce las determinaciones que se dictan en los procesos civiles en los que interviene.
123
ANEXO 13
C I T A T O R I O
Se deja el presente citatorio para que se sirva usted esperar al suscrito actuario en el
domicilio de referencia, a las _______ horas del __________ de ___________ de dos mil
_______, a fin de poder notificarle personalmente el auto de _______ de _______ de dos
mil _______, dictado en el expediente número _________, formado con motivo de la
demanda promovida en su contra por ___________. En dicho auto, se admitió a trámite la
referida demanda y se ordenó emplazarlo a juicio.
____________________________________
Firma de quien recibe
(Nombre, apellidos y rúbrica).
130
____________________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
ANEXO 14
RAZÓN DE C I T A T O R I O
En México, Distrito Federal, a las ____________ horas con _________ minutos, del
_________ de _________de dos mil_______, el suscrito licenciado (a) _____________,
Actuario Judicial adscrito al Juzgado _______________, me constituí con las
formalidades de ley, en el domicilio ubicado en ______________________________, a fin
de notificar personalmente a _________________________, demandado en el juicio
ordinario civil, la resolución de______ de _________ de dos mil _________, por la que se
admitió a trámite la demanda promovida en su contra y se ordenó emplazarlo a juicio.
Enseguida, previamente cerciorado de haberme constituido en el domicilio en el que
puede ser encontrado el demandado, por así advertirlo de la nomenclatura de la calle y del
número exterior del citado inmueble, toqué el timbre de éste y fui atendido por quien dijo
llamarse _______________, ante quien me identifiqué, informé el motivo de mi visita y
requerí la presencia de la parte interesada. A lo anterior, tal persona expuso que es
_______ del interesado y que en efecto, ahí podía localizarse al buscado pero que en ese
momento no se encontraba. Dicha persona se identificó con ________, en la que obra su
nombre y una fotografía que concuerda con sus rasgos fisonómicos. Acto seguido, de
conformidad con el artículo 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles, dejé en
poder de la persona que me atendió, el citatorio correspondiente para que el demandado
espere al suscrito actuario en ese domicilio a las _______ horas con _________ minutos
del _______ de ________ de dos mil ______, a fin de practicar la diligencia de notificación
respectiva. Dicha persona manifestó recibir de conformidad el referido citatorio y
_________ firmó la copia del mismo para constancia legal.- Doy fe.
________________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
131
ANEXO 15
INSTRUCTIVO
________________________________________
Firma de quien recibe el instructivo
(Nombre, apellidos y rúbrica).
__________________________________
Firma del Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
ANEXO 16
RAZÓN DE INSTRUCTIVO
134
En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____
minutos del día _____ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado
_____________, Actuario Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito en
Materia Civil en el Distrito Federal, me constituí con las formalidades de ley en el
domicilio ubicado en __________, a fin de notificar a ____________, el auto de
_________ de ___________ de dos mil _______, por el que se admitió a trámite la
demanda promovida en su contra y se ordenó emplazarlo a juicio. No habiendo
encontrado al demandado, pero cerciorado de que ahí puede ser notificado, en virtud de
así desprenderse de la placa oficial colocada en la esquina de dicha calle, en la que
literalmente se lee “_______________”, por coincidir la numeración y, por así haberlo
manifestado ___________ quien dijo ser ______________ del demandado y quien se
identificó con una credencial en la que obra su nombre y fotografía que concuerda con sus
rasgos fisonómicos. Acto seguido, le requerí la presencia de la persona buscada y toda
vez que me informó que no se encuentra, se hace efectivo el apercibimiento contenido en
el citatorio entregado el ____________ (fecha en que se dejó el citatorio) y, en
consecuencia, procedo a notificar el referido auto por medio de instructivo que entrego a la
persona que me atendió, ante quien me identifiqué plenamente con una credencial
expedida por el Consejo de la Judicatura Federal del Poder Judicial de la Federación, que
me acredita como Actuario Judicial adscrito al Juzgado antes mencionado, y le hago
entrega del instructivo de notificación al que adjunto copia del auto, de la demanda y
sus anexos. Dicha persona manifestó que recibe de conformidad la documentación
referida.- Conste.- Doy fe.
________________________________
Firma del Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
ANEXO 17
En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____
minutos del día _____ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado
_______________, Actuario Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito en
Materia Civil en el Distrito Federal, me constituí con las formalidades de ley en el
domicilio ubicado en __________, a fin de notificar a ______________, el auto de
_________ de ___________ de dos mil _______, por el que se admitió a trámite la
demanda promovida en su contra y se ordenó emplazarlo a juicio. No habiendo
encontrado al demandado, pero cerciorado de que ahí puede ser notificado, en virtud de
así desprenderse de la placa oficial colocada en la esquina de dicha calle, en la que
literalmente se lee “_______________”, por coincidir la numeración y, por así haberlo
manifestado ___________ quien dijo ser ______________ del demandado y cuya media
filiación es ___________________, y quien se negó a recibir la notificación, manifestando
____________________. En tales condiciones, en términos del artículo 312 del Código de
Procedimientos Civiles, procedo a practicar la notificación por medio de instructivo que
fijo en la puerta, acompañado de copia de la demanda y sus anexos.- Conste.- Doy fe.
______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
66[1]
Tesis sustentada por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en la pág. 244, del Tomo IX, Marzo
de 1992, Octava Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 220214.
139
titular del órgano jurisdiccional, esto es, no es necesario que éste dicte un proveído en el
que autorice al actuario para que practique la notificación en el centro de trabajo del
demandado. Se afirma lo anterior, pues el citado precepto, en la parte final, establece que
para hacer la notificación en los términos del propio artículo, no se requiere de una nueva
determinación judicial.
En relación con lo antes expuesto, resulta conveniente invocar el siguiente criterio:
“TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO, EMPLAZAMIENTO A LOS. ES
CORRECTO SEÑALAR EL DOMICILIO DEL CENTRO DE TRABAJO PARA
PRACTICARLO.- El artículo 129 de la ley burocrática que establece los requisitos de la
demanda, no señala tratándose del domicilio del demandado que necesariamente deba
ser el lugar en el que habitualmente reside. Por lo tanto, es correcto que el titular actor
señale como domicilio para practicar la citación a juicio, el del centro donde labora el
trabajador demandado, ya que conforme al artículo 313 del Código Federal de
Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la codificación burocrática, existe la
posibilidad de que el emplazamiento a juicio se practique en el lugar en que habitualmente
trabaja la persona que deba ser notificada.”67[1]
Tesis aislada sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Primer Circuito, visible en la
67[1]
página 596, del Tomo II, Segunda Parte-2, Julio a Diciembre de 1988 del Semanario Judicial de la Federación. IUS
2004, núm. reg. 230707.
140
ANEXO 18
COMPARECENCIA
(CIVIL)
JUICIO _____________________
EXPEDIENTE _______________
En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____
minutos del día _____ de _______ de dos mil ______, ante el suscrito licenciado
_______________, Actuario Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito en
Materia Civil en el Distrito Federal, comparece en el local que ocupa el órgano
jurisdiccional de mi adscripción _______________, en su carácter de _____________,
quien se identifica con _______________________, en la que obra su nombre y fotografía
que concuerda con los rasgos fisonómicos del compareciente. Dicha identificación se le
devuelve por considerar innecesaria su retención. Acto seguido, procedo a notificarle el
proveído de fecha _______________ de ______________ de dos mil ______________,
dictado en los autos del juicio y expediente al rubro indicados. Para tal efecto, le entrego
copia autorizada del referido proveído, firmando para constancia la presente acta, en unión
del suscrito.- Conste.- Doy fe.-
________________________________________
Firma de quien recibe la documentación
(Nombre, apellidos y rúbrica).
______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
ulteriores notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá
contener, en síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.”
Conforme al citado precepto, procede notificar por edictos en los casos en que la
persona que se busque haya desaparecido, no tenga domicilio o se ignore dónde se
encuentra. La notificación por edictos, según se ha dicho, consiste en la publicación de la
resolución que se notifica en el Diario Oficial de la Federación y en uno de los periódicos
diarios de mayor circulación nacional. La resolución se publicará tres veces, con un
intervalo de siete días entre cada una de las publicaciones. Además, durante el tiempo
requerido para hacer las referidas publicaciones, se debe fijar en la puerta del órgano
jurisdiccional copia íntegra de la resolución. La persona buscada debe presentarse al
órgano jurisdiccional dentro de treinta días, contados del siguiente al de la publicación del
último edicto. Si pasado ese término, la persona buscada no comparece (por sí, por
apoderado o gestor) al órgano jurisdiccional, el juicio se seguirá en rebeldía y las
notificaciones subsecuentes que deban hacerse a la persona a la que se notificó mediante
edictos, se practicarán mediante rotulón.
De lo hasta aquí expuesto se desprende que procede notificar por rotulón: a) las
resoluciones que no deban notificarse en forma personal; b) las resoluciones que
debiéndose notificar en forma personal, no puedan notificarse de ese modo con
motivo de que el litigante no señaló domicilio dentro de la residencia del órgano
jurisdiccional para recibir notificaciones; y, c) las resoluciones que deban
notificarse al demandado que fue declarado en rebeldía con motivo de que no
compareció al órgano jurisdiccional dentro del término de treinta días contados a
partir del siguiente al de la publicación del último edicto.
lo establecido en dicho precepto, los actuarios judiciales deberán tener especial cuidado
en que el rotulón se fije en un lugar al que tengan acceso los litigantes desde las ocho
hasta las diecinueve horas.
No obstante lo expuesto en el párrafo anterior, la práctica demuestra que los órganos
jurisdiccionales generalmente tienen un horario de atención al público. Dicho horario es el
comprendido de las nueve a las quince horas. En tales condiciones, se estima que lo
conveniente es que el rotulón se fije en la puerta del órgano jurisdiccional o en un lugar de
éste que sea de fácil acceso al público en general, a efecto de que los litigantes puedan
consultarlo durante dicho horario. Por tal razón, resulta necesario que el actuario judicial
responsable de practicar las notificaciones por rotulón, asiente en éste la fecha y hora en
que lo fijó.
En este orden de ideas, los datos que debe contener el rotulón, son los siguientes
(ver anexo 19):
1.- La mención de que se trata de un rotulón.
2.- Denominación del órgano jurisdiccional.
3.- Fecha y hora de la publicación del rotulón.
4.- El número de juicio o recurso.
5.- La parte o partes a las que está dirigida la notificación.
6.- Fecha del acuerdo que se notifica.
7.- Síntesis de la resolución que se notifica.
8.- Firma del funcionario judicial responsable de la publicación.
Por otra parte, según se desprende del segundo párrafo del artículo 316 del Código
Federal de Procedimientos Civiles, una vez practicada la notificación por rotulón, el
actuario judicial debe agregar al expediente de que se trate, inmediatamente después del
auto que se notificó, las siguientes constancias: a) un tanto del rotulón; y, b) la razón que
haya levantado con motivo de la notificación por rotulón.
La razón que el actuario judicial debe levantar al practicar una notificación por
rotulón, tiene por objeto que en el expediente quede constancia de la fecha en que aquél
se fijó, las partes a las que se les notificó por ese medio y el hecho de que se agregó al
expediente un tanto del rotulón. En tales condiciones, la razón de que se trata debe
contener, por lo menos, la siguiente información (ver anexo 20):
1.- Nombre y apellidos del actuario judicial.
2.- La hora y fecha en que se fijó el rotulón.
3.- Fecha del proveído que se notificó mediante rotulón.
4.- La manifestación consistente en que a los autos del juicio de que se trate, se
agrega copia del rotulón.
5.- La parte o partes a las que se notificó por este medio.
6.- Firma del actuario judicial.
En otro orden de ideas, según se dijo, algunos titulares de los órganos
jurisdiccionales suelen encomendar a los actuarios que, previamente a devolver el
146
expediente al secretario encargado del trámite del mismo, asienten en los autos la fecha
en que surtió efectos la notificación que practicaron (aunque en rigor, es el Secretario
encargado del trámite el que debe hacer tal anotación, pues es a él al que corresponde
hacer los cómputos de los plazos). De ser el caso, el actuario judicial, inmediatamente
después de la razón a la que se aludió en el párrafo anterior, deberá asentar la fecha en
que surtió sus efectos la notificación por rotulón (ver anexo 20).
ANEXO 19
ROTULÓN
Publicado a las nueve horas del catorce de enero de dos mil cinco.
En los autos del juicio ordinario civil antes precisado, el ________ de ___________
de dos mil __________, se dictó un proveído que en lo conducente dice:
______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
ANEXO 20
147
______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
ANEXO 20
______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
4.7.3.1. De su procedencia.
El artículo 315 del Código Federal de Procedimientos Civiles, estatuye:
“ARTÍCULO 315. Cuando hubiere que citar a juicio a alguna persona que haya
desaparecido, no tenga domicilio fijo o se ignore dónde se encuentra, la notificación se
hará por edictos, que contendrán una relación suscinta de la demanda, y se publicarán por
tres veces, de siete en siete días, en el Diario Oficial y en uno de los periódicos diarios de
149
mayor circulación en la República, haciéndosele saber que debe presentarse dentro del
término de treinta días, contados del siguiente al de la última publicación. Se fijará,
además, en la puerta del tribunal, una copia integra de la resolución, por todo el tiempo del
emplazamiento. Si, pasado este término, no comparece por sí, por apoderado o por gestor
que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía, haciéndosele las ulteriores
notificaciones por rotulón, que se fijará en la puerta del juzgado, y deberá contener, en
síntesis, la determinación judicial que ha de notificarse.”
Del citado precepto se desprende que la notificación por edictos procede cuando
deba citarse a juicio a alguna persona que se encuentre en alguno de los siguientes
supuestos: a) que haya desaparecido; b) que no tenga domicilio fijo; y, c) que se ignore
dónde puede ser encontrada. En relación con tales supuestos, conviene transcribir el
siguiente criterio:
“EDICTOS, REQUISITOS PREVIOS A LA NOTIFICACIÓN POR.- Previamente a la
notificación que se realice por medio de edictos, debe probarse en forma fehaciente que
se ignora el domicilio del demandado, pero tal ignorancia debe ser general, entendiéndose
por ello que se desconozca dicho domicilio tanto por el actor como por las personas de
quiénes se pudiera obtener información; asimismo debe comprobarse que la búsqueda por
la policía del lugar en que tuvo su último domicilio, fue infructuosa, no bastando para ello la
simple afirmación de esa institución, sino la relación razonada que contenga las
investigaciones que se realizaron para que quede establecido en forma clara que
efectivamente el desconocimiento es general.”68[1]
De la tesis transcrita se desprende que previamente a la práctica de la notificación
por medio de edictos, debe probarse en forma fehaciente que se ignora el domicilio del
demandado. Al respecto, debe decirse que tal ignorancia debe entenderse en el sentido
de que aun después de haberse hecho una investigación para localizar el domicilio del
demandado o de la persona que deba citarse a juicio, dicho domicilio siga sin conocerse.
En relación con lo anterior, Chiovenda sostiene que ante la imposibilidad de localizar
al demandado o a la persona que deba intervenir en el juicio, los edictos son una forma de
notificar que permite que se integre la relación jurídico procesal entre actor y demandado.
Ello, pues si las notificaciones por edictos se hacen con las formalidades de ley, la relación
jurídico procesal alcanza al demandado, aun cuando éste, por no haber atendido los
edictos, desconozca que hay una demanda promovida en su contra.69[2]
68[1]
Tesis aislada sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en la página
199, del Tomo 205-216 sexta parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg.
247769.
69[2]
CHIOVENDA, Giuseppe. Ob.Cit., pág, 365.
150
resuelvan dentro de los términos que al respecto señale la ley y no quede su resolución al
arbitrio de una de las partes, en este caso del quejoso."70[1]
De lo anterior se desprende que en la práctica de la notificación por edictos, sólo
corresponde al actuario fijar en la puerta principal del órgano judicial, durante todo el
tiempo de la publicación, la resolución que se ordene notificar por ese medio.
Por otro lado, del citado artículo 315 del código adjetivo civil invocado, se desprende
que pasado el mencionado término de treinta días, si la parte interesada no comparece al
órgano jurisdiccional correspondiente, el juicio se seguirá en rebeldía, y las ulteriores
notificaciones al demandado se harán por rotulón.
70[1]
Tesis de jurisprudencia 2ª/J. 64/2002, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 211, del Tomo XVI, Julio de 2002, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 186587.
152
realización de determinados actos con motivo de la tramitación de los juicios (por ejemplo,
los notarios públicos y los directores de los Registros Públicos de la Propiedad y del
Comercio).
La excepción antes referida se actualiza en los juicios ejecutivos mercantiles. En
efecto, en tales juicios no resulta procedente llamar a terceros interesados. Lo anterior, en
términos del siguiente criterio:
“JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. EN ATENCIÓN A SU NATURALEZA, NO
PROCEDE LLAMAR A TERCEROS INTERESADOS, A FIN DE QUE SE INTEGREN A
LA LITIS Y LA SENTENCIA QUE SE DICTE LES PARE PERJUICIO.- Si bien es cierto
que los artículos 1094, fracción VI y 1203 del Código de Comercio, reformados mediante
decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 24 de mayo de 1996, que prevén
la figura jurídica del tercero llamado a juicio se localizan en su libro quinto, título primero,
capítulos VIII y XII, respectivamente, que se refieren a las disposiciones generales de los
juicios mercantiles, específicamente a los capítulos de la competencia y excepciones
procesales y reglas generales sobre la prueba, también lo es que no son aplicables al
juicio ejecutivo, ya que de los artículos 1391 a 1414 del Código de Comercio y 8o., 151 y
154 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, se desprende que dicho juicio
es un procedimiento con características y particularidades propias. En ese sentido, de
aceptarse que en esa clase de juicios pueda llamarse a terceras personas para que se
integren a la litis a fin de que la sentencia que se dicte les pare perjuicio, es indudable que
se desvirtuaría su naturaleza, porque de sus propias características se advierte que es un
juicio de ejecución basado en un título preconstituido con pleno valor probatorio, y por ello
no es un juicio de conocimiento al cual deben ser llamadas todas las personas que tengan
interés en el mismo o la sentencia que se dicte les pueda parar perjuicio, a fin de que
aleguen lo que a su derecho convenga, aunado a lo anterior, aunque dichos terceros
quedaran sujetos a los términos previstos para el procedimiento ejecutivo, es un hecho
conocido que entre más personas intervengan, más se prolongará el procedimiento, pues
necesariamente habrá que notificarles, concederles términos a cada una para que
ofrezcan pruebas, formulen alegatos o interpongan los recursos que estimen procedentes,
además, de que con tal llamamiento, prácticamente se estaría derogando el artículo 154
de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, ya que cuando el último tenedor de
un documento ejercite la acción cambiaria sólo en contra de uno de los obligados, éste
tendría el derecho de llamar a juicio a todos los demás, a fin de que se integren a la litis y
la sentencia que se dicte les pare perjuicio, con lo que se nulifica el derecho del último
tenedor de ejercitar la acción cambiaria directa sólo contra uno de ellos, así como las
demás disposiciones que establecen la acción cambiaria de regreso, que es una
característica propia de los juicios ejecutivos mercantiles.”71[1]
71[1]
Jurisprudencia número 1ª./J. 96/2004, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 226, del Tomo XX, diciembre de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 179867.
153
los litisconsortes quien, una vez designado (esto es, una vez que el juez dicta el proveído
en el que le reconoce el carácter de representante común), litigará por su propio derecho y
en representación de los litisconsortes. De aquí se sigue que una vez que el titular del
órgano jurisdiccional tenga por designado al apoderado o representante común, según
sea el caso, cualquiera de ellos podrá suscribir promociones, interponer recursos y, en
general, llevar a cabo todos los actos necesarios para la defensa de los intereses de sus
representados. Al respecto, resulta conveniente transcribir el artículo 1060 del Código de
Comercio; dice:
“Art. 1060. Existirá litisconsorcio, sea activo o sea pasivo, siempre que dos o más
personas ejerciten una misma acción u opongan la misma excepción, para lo cual deberán
litigar unidas y bajo una misma representación.- A este efecto, dentro de tres días,
nombrarán un mandatario judicial quien tendrá las facultades que en el poder se le
concedan, necesarias para la continuación del juicio. En caso de no designar
mandatario, podrán elegir de entre ellas mismas un representante común. Si dentro
del término señalado, no nombraren mandatario judicial ni hicieren la elección de
representante común, o no se pusieren de acuerdo en ella, el juez nombrará al
representante común escogiendo a alguno de los que hayan sido propuestos; y si nadie lo
hubiere sido, a cualquiera de los interesados.- El representante común que designe el juez
tendrá las mismas facultades como si litigara exclusivamente por su propio derecho,
excepto las de desistirse, transigir y comprometer en árbitros, el que designen los
interesados sólo tendrá estas últimas facultades, si expresamente le fueren concedidas
por los litisconsortes.- Cuando exista litisconsorcio de cualquier clase, el mandatario
nombrado, o en su caso el representante común, sea el designado por los interesados o
por el juez, será el único que puede representar a los que hayan ejercitado la misma
acción u opuesto la misma excepción, con exclusión de las demás personas.- El fin del
representante común o la designación del mandatario por los que conforman un
litisconsorcio es evitar solicitudes múltiples, contrarias o contradictorias, por lo que tales
mandatarios y representantes serán inmediata y directamente responsables por
negligencia en su actuación y responderán de los daños y perjuicios que causen a sus
poderdantes y representados. El mandatario o el representante común podrán actuar por
medio de apoderado o mandatario y autorizar personas para oír notificaciones en los
términos del Artículo 1069 de este Código.”
Como se ve, habrá litisconsorcio en los juicios mercantiles siempre que dos o más
personas ejerciten una misma acción u opongan la misma excepción. En estos casos,
según se dijo, los litisconsortes deben designar un mandatario o representante común.
Cabe precisar que las partes pueden válidamente revocar el nombramiento del
apoderado, en cualquier etapa del procedimiento. A este respecto es importante hacer la
siguiente aclaración: si una de las partes exhibe un escrito encauzado al juicio de que se
trate, en el que solicita la revocación del nombramiento de su apoderado y el titular del
órgano jurisdiccional no acuerda tal ocurso, el actuario judicial, previamente a practicar
155
realizar cualquier acto que resulte necesario para la defensa de los derechos del
autorizante. En el segundo, solamente podrán oír notificaciones e imponerse de autos.
Cabe precisar que los autorizados con facultades procesales amplias, deberán
encontrarse legalmente autorizados para ejercer la profesión de abogado, lo que deberán
acreditar ante el titular del órgano jurisdiccional. Asimismo, no debe perderse de vista que
dicho titular, al acordar lo relativo a la autorización, deberá expresar el alcance de ésta, es
decir, si el autorizado goza de facultades procesales amplias o restringidas. Una vez que
el titular dicta el acuerdo correspondiente, basta con que el actuario judicial entienda las
notificaciones con el autorizado, para tener por legalmente hecha la notificación.
Ahora bien, según se advierte del citado precepto legal, las personas autorizadas
pueden válidamente renunciar a tal calidad. Para ello, basta con que presenten un escrito
encauzado al expediente respectivo, exponiendo las causas de su renuncia. Así, una vez
que el titular del órgano jurisdiccional acuerde favorablemente la renuncia
correspondiente, la persona que haya renunciado ya no podrá oír notificaciones. Lo
anterior obliga a los actuarios judiciales a hacer revisiones periódicas de los autos, pues
de lo contrario pueden incurrir en un error, al entender una notificación personal con una
persona que, por no tener ya el carácter de autorizado, no puede válidamente oír las
notificaciones personales que deban hacerse al interesado. No sobra precisar que en el
supuesto de que el escrito de renuncia no hubiere sido acordado, y exista la necesidad de
practicar una notificación, el actuario judicial, previamente a practicar ésta, deberá informar
de tal omisión a su superior jerárquico con la finalidad de que éste dé cuenta al titular del
órgano jurisdiccional para que determine lo conducente.
Es importante apuntar aquí, que los autorizados son personas a quienes las partes
en los procedimientos mercantiles les delegan determinadas facultades procesales, mas
no tienen el carácter de apoderados ni representantes legales de éstas. Luego, dichos
autorizados, en ningún caso pueden suscribir la demanda ni la contestación a ésta, pues
aquéllos siempre intervendrán en los juicios mercantiles una vez que han sido designados
por las partes y la autoridad que conozca del juicio acuerde de conformidad la
designación.
dictar un auto en el que conforme a los documentos exhibidos por el compareciente, tenga
a éste como representante de la persona moral. En tal hipótesis el actuario deberá
notificar todas las resoluciones que se dicten en el proceso mercantil a la persona física
que el juez tuvo como representante de la persona moral.
Cabe precisar que el apoderado de la persona moral puede estar autorizado para
otorgar poderes a terceras personas. En este caso, una vez que el titular del órgano
jurisdiccional dicte el proveído en el que tenga por designado al apoderado, las
notificaciones deberán entenderse con éste.
4.8.2.1.4. Terceristas.
Como se vio en el punto 4.3.4., los terceristas son sujetos ajenos al conflicto y al
litigio que, sin embargo, sufren personalmente alguno de sus efectos. Por tanto,
promueven un juicio dentro de un proceso existente. De este modo, los terceristas se
insertan en las relaciones procesales preexistentes persiguiendo un interés propio y, en
algunos casos, distinto al del actor y demandado.
En los juicios mercantiles, las tercerías son coadyuvantes o excluyentes. Es
coadyuvante la tercería que auxilia o apoya la pretensión del actor o del demandado. Es
excluyente la que se opone a la pretensión del actor y demandado. Al respecto, el artículo
1363 del Código de Comercio estatuye:
“Art. 1363. Las tercerías son coadyuvantes o excluyentes. Es coadyuvante la tercería
que auxilia la pretensión del demandante o la del demandado. Las demás se llaman
excluyentes.”
Las tercerías excluyentes pueden ser de dominio o de preferencia. En la primera, el
tercerista, en su calidad de propietario de un bien, sufre los efectos del embargo trabado
sobre él en un litigio en el que no es parte procesal. Esta tercería tiene por objeto que se
levante el referido embargo. Por otra parte, en la tercería excluyente de preferencia el
tercerista afirma ser acreedor del ejecutado y con mejor derecho que la parte actora en el
juicio principal, y lo que pretende es que se le pague antes que al demandante principal
con el producto del remate de los bienes embargados. Al respecto, los artículos 1367,
1368 y 1369 del Código de Comercio disponen:
“Art. 1367. Las tercerías excluyentes son de dominio o de preferencia: en el primer
caso deben fundarse en el dominio que sobre los bienes en cuestión o sobre la acción que
se ejercita alega el tercero, y en el segundo, en el mejor derecho que éste deduzca para
ser pagado.”
“Art. 1368. Las tercerías excluyentes no suspenderán el curso del negocio en que se
interponen; se ventilarán por cuerda separada, conforme a los artículos siguientes, oyendo
al demandante y al demandado en traslado por tres días a cada uno.”
“Art. 1369. Cuando el ejecutado esté conforme con la reclamación del tercer opositor,
sólo se seguirá el juicio de tercería entre éste y el ejecutante.”
De los citados preceptos y de la jurisprudencia que enseguida se cita, se desprende
que las tercerías excluyentes tienen la naturaleza de un juicio y no de un incidente. Esto
es así, pues el último de los artículos transcritos alude a las tercerías como “juicio” de
tercería. Con relación a lo antes expuesto, conviene transcribir la siguiente jurisprudencia:
“TERCERÍAS EXCLUYENTES TIENEN NATURALEZA DE JUICIO Y NO DE
INCIDENTE.- De los artículos 1362 y 1368 del Código de Comercio se desprende que las
tercerías excluyentes, tanto material como formalmente, tienen la naturaleza de juicio y no
de incidente. En efecto, en la tercería excluyente se ventila una acción distinta a la que se
debate en el juicio principal, es decir, la materia de la controversia en la tercería es distinta
a la del juicio preexistente, lo cual materialmente le da la calidad de un juicio con
159
inmuebles debe tomarse razón en el Registro Público de la Propiedad. Para ello, el titular
del órgano jurisdiccional debe librar el oficio correspondiente mismo que, en muchos
casos, es entregado por el actuario judicial, quien debe recabar el acuse de recibo
correspondiente, a efecto de que éste se agregue a los autos del juicio de que se trate.
notificaciones que, conforme al Código de Comercio deben hacerse por boletín judicial, en
los tribunales federales se practican mediante lista.
4.8.4.4. Cuándo surten sus efectos las notificaciones practicadas por conducto
de otra autoridad.
Las notificaciones que se practican por conducto de otro órgano jurisdiccional o de
otra autoridad de cualquier índole, se tienen por hechas en la fecha y hora que el actuario
judicial o el funcionario que practicó la notificación precisa en la razón correspondiente, y
surten sus efectos al día siguiente.
73[1]
ZAMORA PIERCE, Jesús. Derecho Procesal Mercantil. Ed. Cárdenas, México 1998, Séptima Edición, pág. 84.
74[2]
Tesis sustentada por la extinta Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 31, del
Tomo LXXXI. Cuarta Parte, de la Sexta Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 270232.
166
75[1]
Jurisprudencia número VI.2o.C. J/243, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto
Circuito, visible en la pág. 1651, del Tomo XX, correspondiente al mes de septiembre de 2004, Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 180570.
167
4.9.1.1. Emplazamiento.
Para la práctica del emplazamiento, el actuario judicial debe ajustarse a las reglas
contenidas en los artículos 1069, 1070 y 1071 del Código de Comercio y 307, 310, 311 y
313 del Código Federal de Procedimientos Civiles. Estos preceptos estatuyen:
“Art. 1069. Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia judicial,
deben designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les hagan las
notificaciones y se practiquen las diligencias que sean necesarias. Igualmente deben
designar el domicilio en que ha de hacerse la primera notificación a la persona o personas
contra quienes promueven.- Cuando un litigante no cumpla con la primera parte de este
artículo las notificaciones se harán conforme a las Reglas para las notificaciones que no
deban ser personales. Si no se designare domicilio de la contraparte, se le requerirá para
que lo haga, y si lo ignoran se procederá en los términos del artículo siguiente.”
“Art. 1070. Cuando se ignore el domicilio de la persona que debe ser notificada, la
primera notificación se hará publicando la determinación respectiva tres veces
consecutivas en un periódico de circulación amplia y de cobertura nacional y en un
periódico local del Estado o del Distrito Federal en que el comerciante deba ser
demandado.- Previamente a la notificación por edictos en términos del párrafo anterior, el
juez ordenará recabar informe de una autoridad o una institución pública que cuente con
registro oficial de personas. Bastará el informe de una sola autoridad o institución para que
proceda la notificación por edictos.- La autoridad o institución proporcionará los datos de
identificación y el último domicilio que aparezca en sus registros de la persona buscada.
Esta información no queda comprendida dentro del secreto fiscal o de alguna otra reserva
que las autoridades o instituciones estén obligadas a observar conforme a las
disposiciones que las rige.- Cuando la autoridad o institución proporcione información de
diversas personas con el mismo nombre, la parte actora podrá hacer las observaciones y
aclaraciones pertinentes para identificar el domicilio que corresponda a la persona
buscada o, en su caso, para desestimar domicilios proporcionados. El juez revisará la
información presentada así como las observaciones hechas por la parte actora y resolverá
lo conducente.- En el caso de que en el documento base de la acción se haya pactado
domicilio convencional para recibir las notificaciones, si se acude a realizar la notificación
personal en dicho domicilio y éste no corresponde al de la demandada, se procederá a la
notificación por edictos sin necesidad de recabar el informe a que se refieren los párrafos
anteriores.- Mientras un litigante no hiciere substitución del domicilio en donde se deban
170
76[1]
Jurisprudencia número 1ª/J. 53/99, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 157, del Tomo X, Noviembre de 1999, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 193025.
173
ANEXO 21
NOTIFICACIÓN PERSONAL
EXPEDIENTE: ___________________
_________________________________________
Firma del interesado, su representante legal o apoderado (Nombre, apellidos y
rúbrica).
_________________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
ANEXO 21
CÉDULA DE NOTIFICACIÓN
En catorce de mayo del año dos mil tres, doy cuenta a la Juez, con un escrito de
demanda signado por ____________ a la cual acompaña una copia de traslado y los
siguientes anexos: 1.- Copia simple de la factura número C0446 expedida por Automotriz
Francesa Universidad, Sociedad Anónima de Capital Variable de fecha veintiocho de
175
febrero de dos mil uno 2.- Copia al carbón del contrato planauto de Bancomer V.97.05 de
fecha dos de marzo de dos mil uno. 3.- Copia al Carbón del certificado de alta en el seguro
automotriz planauto de fecha dos de marzo de dos mil uno. 4.- Póliza de Seguro de
Vehículos residentes número 832C100073 de fecha siete de marzo de dos mil dos. 5.-
Folleto que contiene las Condiciones Generales de Seguro sobre vehículos residentes
Bancomer. 6.- Reporte del siniestro número B5047213 de fecha diecisiete de septiembre
de dos mil uno. 7.- Copia simple del escrito dirigido a la CONDUCEF de fecha doce de
noviembre de dos mil uno. 8.- Escrito dirigido al Director de Asuntos de Seguros y Fianzas
de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios
Financieros de fecha doce de noviembre de dos mil uno. 9.- Audiencia de conciliación de
fecha tres de diciembre de dos mil uno. 10.- Escrito de fecha treinta y uno de enero de dos
mil dos. 11.- Copia certificada del dictamen técnico de fecha veinticuatro de mayo de dos
mil dos. 12.- Presupuesto de reparación de fecha primero de abril de dos mil tres. Conste.
México Distrito Federal, a catorce de mayo del año dos mil tres.
ANEXO 21
En consecuencia, con las copias debidamente cotejadas y selladas del escrito inicial
de demanda y anexos que adjunta, emplácese a la demandada SEGUROS BANCOMER,
SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, GRUPO FINANCIERO BANCOMER,
en el domicilio señalado por la actora, para que dentro del plazo de nueve días produzca
su contestación a la demanda instaurada en su contra y oponga las excepciones y
defensas, si las tuviere, apercibida que de no hacerlo se hará declaración de rebeldía y se
presumirán confesados los hechos de la demanda en términos del artículo 271, último
176
Se tiene por señalado de su parte como domicilio para oír y recibir notificaciones y
documentos el que indica y por autorizadas para tales efectos a las personas que refiere
en su escrito de mérito, asimismo se tiene por autorizados a los licenciados
____________________ en términos del artículo 1069 párrafo tercero del Código de
Comercio, dado que tienen su cédula profesional con número de registro _____________
respectivamente del libro de registro de cédulas de este Juzgado, más no así a
____________ por no tener registrada su cédula respectiva ante este Juzgado.
espere en una hora fija del día siguiente, con el apercibimiento consistente en que, si no lo
espera, la notificación se hará mediante cédula.
Cabe precisar que en materia mercantil no se emplea el instructivo, sino la cédula,
pues así lo dispone la fracción I del artículo 1068 del Código de Comercio. Este precepto,
en lo conducente, dice:
“Art. 1068. Las notificaciones en cualquier procedimiento judicial serán: I. Personales
o por cédula;”
En las relatadas circunstancias, el actuario judicial, además de entregar el citatorio a
la persona con quien entendió la diligencia, deberá levantar una razón en la que haga
constar los pormenores de la misma. El citatorio de que se trata debe contener, por lo
menos, los siguientes datos (ver anexo 22):
1.- La mención de que se trata de un citatorio.
2.- Nombre y apellidos del interesado, así como su domicilio.
3.- Fecha de la resolución que se pretende notificar y la mención de que es el auto
mediante el cual se admitió a trámite una demanda.
4.- Fecha y hora en que el actuario judicial se constituirá nuevamente en el domicilio
del interesado para llevar a cabo la notificación correspondiente.
5.- Nombre y, en su caso, firma de la persona que recibe el citatorio. Si no supiere o
no quisiere firmar, se asentará tal circunstancia.
6.- El apercibimiento consistente en que si el interesado no espera al actuario en la
fecha y hora mencionadas en el citatorio, el proveído correspondiente se notificará por
cédula.
7.- Lugar y fecha en que se practicó la diligencia.
8.- Firma del actuario judicial.
Por otra parte, la razón que el actuario judicial debe levantar con motivo de la
diligencia en la que haya entregado el citatorio, debe contener, por lo menos, los
siguientes datos (ver anexo 23):
1.- La mención de que se trata de una razón de citatorio.
2.- Fecha y hora en que se practicó la diligencia.
3.- Nombre, apellidos y cargo del funcionario judicial que practicó la diligencia.
4.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó y el nombre y apellidos del
interesado.
5.- Fecha de la resolución que se pretende notificar (haciendo mención de que se
trata del auto por el que se admitió a trámite una demanda) y el número de juicio.
6.- Nombre y apellidos de la persona con quien se entendió la diligencia, la forma en
que se identificó y el hecho de que el actuario judicial le hizo saber el motivo de la
diligencia.
7.- Lo expuesto por la persona con quien se entendió la diligencia, en el sentido de
que en ese domicilio habita el interesado pero que en ese momento no se encuentra.
178
ANEXO 22
C I T A T O R I O
Se deja el presente citatorio para que se sirva usted esperar al suscrito actuario en el
domicilio de referencia, a las _______ horas del __________ de ___________ de dos mil
_______, a fin de poder notificarle personalmente el auto de _______ de _______ de dos
mil _______, dictado en el expediente número _________, formado con motivo de la
demanda promovida en su contra por ___________. En dicho auto, se admitió a trámite la
referida demanda y se ordenó emplazarlo a juicio.
179
____________________________________
Firma de quien recibe
(Nombre, apellidos y rúbrica).
____________________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
ANEXO 23
RAZÓN DE C I T A T O R I O
En México, Distrito Federal, a las ____________ horas con _________ minutos, del
_________ de _________de dos mil_______, el suscrito licenciado (a) _____________,
Actuario Judicial adscrito al Juzgado _______________, me constituí con las
formalidades de ley, en el domicilio ubicado en ______________________________, a fin
de notificar personalmente a _________________________, demandado en el juicio
ordinario mercantil, la resolución de______ de _________ de dos mil _________, por la
que se admitió a trámite la demanda promovida en su contra y se ordenó emplazarlo a
juicio. Enseguida, previamente cerciorado de haberme constituido en el domicilio en el que
habita el demandado, por así advertirlo de la nomenclatura de la calle y del número
180
exterior del citado inmueble, toqué el timbre de éste y fui atendido por quien dijo llamarse
_______________, ante quien me identifiqué, informé el motivo de la diligencia y requerí
la presencia de la parte interesada. A lo anterior, tal persona expuso que es _______ del
interesado y que en efecto, ahí vive el buscado pero que en ese momento no se
encontraba. Dicha persona se identificó con ________, en la que obra su nombre y una
fotografía que concuerda con sus rasgos fisonómicos. Acto seguido, de conformidad con
el artículo 310 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a los
juicios mercantiles en términos del artículo 1054 del Código de Comercio, dejé en poder
de la persona que me atendió, el citatorio correspondiente para que el demandado espere
al suscrito actuario en ese domicilio a las _______ horas con _________ minutos del
_______ de ________ de dos mil ______, a fin de practicar la diligencia de notificación
respectiva. Dicha persona manifestó recibir de conformidad el referido citatorio y
_________ firmó la copia del mismo para constancia legal.- Doy fe.
_______________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
relación con el artículo 1068, fracción I, del Código de Comercio. Dichos preceptos, en lo
que interesa, disponen:
“ARTÍCULO 310. Si se tratare de la notificación de la demanda, y a la primera busca
no se encontrare a quien deba ser notificado, se le dejará citatorio para que espere, en la
casa designada, a hora fija del día siguiente, y, si no espera, se le notificará por
instructivo, entregando las copias respectivas al hacer la notificación o dejar el
mismo.”
“Art. 1068. Las notificaciones en cualquier procedimiento judicial serán: I. Personales
o por cédula;”
La cédula de notificación debe contener los datos que a continuación se apuntan (ver
anexo 24):
1.- La mención de que se trata de una cédula.
2.- Nombre y apellidos del interesado y la mención de que es la parte demandada.
3.- Domicilio en el que se constituyó el actuario judicial.
4.- Número de juicio y nombre del actor (si fueren varios actores, se pondrá el
nombre del representante común seguido de las palabras “y otros”).
5.- La fecha del auto que se notifica.
6.- La mención de que a la cédula se acompaña copia del referido auto, así como de
la demanda y sus anexos.
7.- El nombre de la persona a la que se le entrega la cédula y la forma en que se
identificó.
8.- Fecha y hora en que se entrega la cédula (que necesariamente deben coincidir
con las precisadas en el citatorio para que el interesado esperara al actuario).
9.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia recibió de
conformidad la cédula y firmó para constancia, o el hecho de que recibió dicha cédula pero
se negó a firmar.
10.- Firma del actuario judicial.
Por otra parte, la razón que el actuario debe levantar con motivo de la diligencia en la
que entregó la referida cédula, debe contener los siguientes datos (ver anexo 25):
1.- Lugar, fecha y hora en que el actuario judicial se constituyó nuevamente en el
domicilio del interesado (la fecha y hora necesariamente deben coincidir con las asentadas
en el citatorio para que el interesado esperara al actuario).
2.- Nombre y cargo del funcionario judicial que practicó la diligencia.
3.- La ubicación del domicilio en el que se constituyó.
4.- La resolución que se pretende notificar.
5.- Nombre y apellidos de la persona con quien se entendió la diligencia y la forma en
que se identificó.
6.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia informó al actuario
que el interesado no estaba en el domicilio.
182
7.- La afirmación consistente en que como el interesado hizo caso omiso del citatorio,
se hizo efectivo el apercibimiento contenido en el mismo y, por tanto, la resolución
correspondiente se notificó mediante cédula que se entregó a la persona con la que se
entendió la diligencia.
8.- El hecho de que la persona con quien se entendió la diligencia recibió de
conformidad la cédula y firmó para constancia, o el hecho de que recibió dicha cédula pero
se negó a firmar.
9.- Firma del actuario judicial.
En este caso, el referido funcionario judicial deberá agregar al expediente de que se
trate, inmediatamente después del proveído que notificó, las siguientes constancias: a) la
razón que levantó con motivo de la primera búsqueda, en la que dejó citatorio; b) copia del
citatorio; c) la razón actuarial levantada con motivo de la diligencia de notificación
practicada en la fecha y hora precisadas en el citatorio; y, d) copia de la cédula de
notificación.
ANEXO 24
CÉDULA
Lo que comunico a usted por medio de cédula. Lo anterior, por no haber esperado al
suscrito actuario (a) en la fecha y hora precisados en el citatorio de ___________ (fecha
en que se dejó el citatorio). Dejo la presente cédula en poder de _______________, quien
se identifica con _________________, quien manifestó ser ___________ de la persona
buscada y quien (sí) (no) firmó de recibido para constancia.
183
________________________________________
Firma de quien recibe la cédula
(Nombre, apellidos y rúbrica).
__________________________________
Firma del Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
ANEXO 25
RAZÓN DE CÉDULA
En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____
minutos del día _____ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado
_____________, Actuario Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito en
Materia Civil en el Distrito Federal, me constituí con las formalidades de ley en el
domicilio ubicado en __________, a fin de notificar a ____________, el auto de
_________ de ___________ de dos mil _______, por el que se admitió a trámite la
demanda promovida en su contra y se ordenó emplazarlo a juicio. No habiendo
encontrado al demandado, pero cerciorado de que ahí vive, en virtud de así desprenderse
de la placa oficial colocada en la esquina de dicha calle, en la que literalmente se lee
“_______________”, por coincidir la numeración y, por así haberlo manifestado
___________ quien dijo ser ______________ del demandado y quien se identificó con
184
una credencial en la que obra su nombre y fotografía que concuerda con sus rasgos
fisonómicos. Acto seguido, le requerí la presencia de la persona buscada y toda vez que
me informó que no se encuentra, se hace efectivo el apercibimiento contenido en el
citatorio entregado el ____________ (fecha en que se dejó el citatorio) y, en
consecuencia, procedo a notificar el referido auto por medio de cédula que entrego a la
persona que me atendió, ante quien me identifiqué plenamente con una credencial
expedida por el Consejo de la Judicatura Federal del Poder Judicial de la Federación, que
me acredita como Actuario Judicial adscrito al Juzgado antes mencionado, y le hago
entrega, mediante cédula de notificación, de copia autorizada del referido auto, así
como copia de la demanda y sus anexos. Dicha persona manifestó que recibe de
conformidad la documentación referida y (sí) (no) firma para constancia.- Conste.- Doy
fe.
________________________________
Firma del Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
77[1]
Tesis sustentada por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en la pág. 244, del Tomo IX, Marzo
de 1992, Octava Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 220214.
188
entienda con alguna persona diversa de aquél. De lo anterior se infiere que tratándose de
resoluciones distintas del proveído que ordena emplazar a juicio al demandado, que
también deban notificarse personalmente (en términos del artículo 309 del citado
ordenamiento legal), no existe obligación por parte del actuario de dejar citatorio en caso
de que no encuentre al interesado en la primera búsqueda.
En efecto, en estos casos, la forma en que el actuario debe practicar la notificación,
es mediante cédula que debe dejar en poder de la persona distinta del interesado con
quien entendió la diligencia. Luego, lo que el actuario judicial debe hacer, es constituirse
en la casa o despacho que el interesado haya señalado para recibir notificaciones. Si es el
propio interesado quien atiende su llamado, el actuario judicial deberá practicar la
notificación personal correspondiente. Esta notificación deberá cumplir con las
formalidades precisadas en el punto 4.9.1.1.1. (relativo al emplazamiento cuando el
actuario judicial encuentra al demandado en la primera búsqueda), con excepción de la
relativa a la obligación del actuario judicial de cerciorarse que en el domicilio en el que se
constituyó vive el interesado. Lo anterior, en términos del siguiente criterio:
“NOTIFICACIONES PERSONALES. APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 49 DEL
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL ESTADO DE PUEBLA.- El Libro
Primero, Capítulo Primero del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla
y, concretamente, su artículo 49, sólo enumera las formalidades a que debe sujetarse la
primera notificación, que por su naturaleza es personal; es decir, en este capítulo, no hay
disposición que contemple los requisitos que deben satisfacer las notificaciones
personales, diversas a la primera; razón por la que esa laguna debe subsanarse aplicando
analógicamente las formalidades para aquélla, que permitan establecer la certeza de una
notificación legal. Estas formalidades son las que se contienen en el citado precepto (con
excepción de la mencionada en su fracción II, dado que la obligación del diligenciario de
cerciorarse plenamente, que en la casa designada se halla el domicilio de la persona que
ha de ser notificada, es un requisito que sólo se justifica tratándose del emplazamiento,
pues si las notificaciones personales posteriores, se practican en el mismo lugar, no hay
ninguna razón para que el notificador se vuelva a cerciorar que ahí vive el demandado; y si
se trata de un domicilio convencional que éste señaló, también carece de sentido que el
diligenciario satisfaga tal requisito). La anterior solución es la correcta jurídicamente, pues
es principio de lógica formal y de hermenéutica jurídica que "donde existe la misma razón
de la ley, debe existir la misma disposición". Luego, si las formalidades que la ley civil
establece para la primera notificación se encaminan a dar al particular una garantía de
seguridad jurídica, consistente en que las consecuencias y efectos legales derivados de
esa primera diligencia, se den una vez que el afectado sea notificado con las formalidades
previstas en la misma Ley; lógicamente, las ulteriores notificaciones que se señalan como
personales deben practicarse respetando esa misma garantía y, por consecuencia, deben
190
4.9.2.1. Procedencia
El artículo 1069 del Código de Comercio, en lo conducente, dispone:
“Art. 1069. Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia judicial,
deben designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les hagan las
notificaciones y se practiquen las diligencias que sean necesarias. Igualmente deben
78[1]
Jurisprudencia número 1ª./ J. 14/96, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 156, del Tomo III, Junio de 1996, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
IUS 2004, núm. reg. 200414
191
Ahora bien, de toda notificación debe quedar constancia en autos. Esto es así, pues
tal constancia es la que acredita que una resolución se hizo del conocimiento de los
interesados en términos de ley. En tales condiciones, debe levantarse la razón
correspondiente de la notificación por lista, razón que deberá agregarse a los autos del
juicio de que se trate. La misma debe contener, por los menos, la siguiente información
(ver anexo 27):
1.- Nombre y apellidos del actuario judicial.
2.- La hora y fecha en que se fijó la lista.
3.- Fecha del proveído que se notificó mediante lista.
4.- La parte o partes a las que se notificó por este medio.
5.- Firma del actuario judicial.
En la práctica, para levantar la razón correspondiente se emplean sellos que debe
llenar el actuario judicial. Tales sellos deben contener los datos antes mencionados.
ANEXO 26
3 23/2004 Guadalupe 13 de Se
Ruiz Castro, enero de ordena expedir
representante 2005 las copias
de la certificadas
demandada que solicitó, a
“Tabaco de su costa.
México” S.A.
DE C.V.
Sello
LICENCIADO _______________
del
EL ACTUARIO JUDICIAL (FIRMA)
juzgado
ANEXO 27
Licenciado _____________________
Actuario Judicial (Firma)
Licenciado _____________________
Actuario Judicial (Firma)
En __________ del mes de ___________ de dos mil cuatro, surtió sus efectos la
S notificación a que se refiere la razón anterior, conforme al artículo 1075 del Código de
E
L Comercio.- Doy fe.
L
O Licenciado________________________
Actuario judicial (Firma)
4.9.3.1. Procedencia.
Los artículos 1070 y 1070 Bis del Código de Comercio, estatuyen:
“Art. 1070. Cuando se ignore el domicilio de la persona que debe ser notificada, la
primera notificación se hará publicando la determinación respectiva tres veces
consecutivas en un periódico de circulación amplia y de cobertura nacional y en un
periódico local del Estado o del Distrito Federal en que el comerciante deba ser
demandado.- Previamente a la notificación por edictos en términos del párrafo anterior, el
juez ordenará recabar informe de una autoridad o una institución pública que cuente con
registro oficial de personas. Bastará el informe de una sola autoridad o institución para que
proceda la notificación por edictos.- La autoridad o institución proporcionará los datos de
identificación y el último domicilio que aparezca en sus registros de la persona buscada.
Esta información no queda comprendida dentro del secreto fiscal o de alguna otra reserva
que las autoridades o instituciones estén obligadas a observar conforme a las
disposiciones que las rige.- Cuando la autoridad o institución proporcione información de
diversas personas con el mismo nombre, la parte actora podrá hacer las observaciones y
aclaraciones pertinentes para identificar el domicilio que corresponda a la persona
buscada o, en su caso, para desestimar domicilios proporcionados. El juez revisará la
196
información presentada así como las observaciones hechas por la parte actora y resolverá
lo conducente.”
“Art. 1070 Bis.- Las instituciones y autoridades estarán obligadas a proporcionar la
información a que se refiere el artículo 1070 de este Código, en un plazo no mayor a
treinta días hábiles y, en caso de no hacerlo, la autoridad judicial dictará las medidas de
apremio correspondientes a la persona o funcionario responsables de contestar los
informes, sin perjuicio de las responsabilidades en que incurran por su incumplimiento,
derivadas de la legislación aplicable a los servidores públicos.”
De las disposiciones transcritas se desprende que la notificación por edictos procede
cuando se ignore el domicilio de la persona que debe ser notificada. Previamente a
practicar este tipo de notificación, es requisito indispensable que el juez haya ordenado
recabar informe de una autoridad o institución pública que cuente con registro oficial de
personas (por ejemplo, el Instituto Federal Electoral). Además, el informe correspondiente
debe ser en el sentido de que no se encontró domicilio a nombre de la persona buscada.
Dicho informe debe agregarse a los autos del juicio de que se trate.
4.9.4.1. Procedencia.
El artículo 1071 del Código de Comercio, en lo que interesa, dispone:
“Art. 1071. Cuando haya de notificarse o citarse a una persona residente fuera del
lugar del juicio, se hará la notificación o citación por medio de despacho o exhorto al juez
de la población en que aquélla residiere, los que podrán tramitarse por conducto del
interesado si éste lo pidiere.- El auxilio que se solicite se efectuará únicamente por medio
de las comunicaciones señaladas dirigidas al órgano que deba prestarlo y que contendrá:
I. La designación del órgano jurisdiccional exhortante; II. La del lugar o población en que
tenga que llevarse a cabo la actividad solicitada, aunque no se designe la ubicación del
tribunal exhortado; III. Las actuaciones cuya práctica se interesa, y IV. El término o plazo
en que habrán de practicarse las mismas.- En el caso de que la actuación requerida a
otro órgano jurisdiccional, o a otra autoridad de cualquier índole, de la que debiera
enviarse exhorto, oficio, o mandamiento, se considere de urgente práctica, podrá
formularse la petición por telex, telégrafo, teléfono, remisión facsimilar o por
cualquier otro medio, bajo la fe del Secretario, quien hará constar la persona con la
cual se entendió en la comunicación, la hora de la misma y la solicitud realizada,
197
“Art. 1069. Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia judicial,
deben designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les hagan las
notificaciones y se practiquen las diligencias que sean necesarias. Igualmente deben
designar el domicilio en que ha de hacerse la primera notificación a la persona o personas
contra quienes promueven.”
Cabe precisar que el actuario judicial, al constituirse en el domicilio que el actor
señaló como el indicado para requerir de pago al deudor, debe cerciorarse de que en ese
domicilio efectivamente puede ser emplazado el demandado. Para ello, deberá asentar en
la razón correspondiente, los datos que corroboren que se constituyó en el domicilio
correcto, tales como el nombre de la calle, el número de la casa y la manifestación de la
persona con quien entendió la diligencia, en el sentido de que en ese domicilio vive el
deudor. Esta obligación se desprende del artículo 311 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, aplicado supletoriamente al Código de Comercio. Dicho precepto
establece:
“ARTÍCULO 311. Para hacer una notificación personal, y salvo el caso previsto en el
artículo 307, se cerciorará el notificador, por cualquier medio, de que la persona que
deba ser notificada vive en la casa designada, y, después de ello, practicará la
diligencia, de todo lo cual asentará razón en autos.”
4.10. Notificaciones en los juicios ejecutivos mercantiles.
Según se dijo antes, con excepción de las reglas conforme a las que debe notificarse
el auto por el que se admite a trámite la demanda en un juicio ejecutivo mercantil (auto de
exeqüendo), los tipos de notificaciones y la forma en que éstas deben practicarse
coinciden con las notificaciones que se hacen en los juicios ordinarios mercantiles. Atento
lo anterior, en este apartado únicamente se expondrá la forma en que debe notificarse la
demanda en los juicios ejecutivos mercantiles, lo que implica, necesariamente, exponer la
manera en que debe diligenciarse el auto de exeqüendo.
El artículo 1392 del Código de Comercio dispone:
“Art. 1392. Presentada por el actor su demanda acompañada del título ejecutivo, se
proveerá auto, con efectos de mandamiento en forma, para que el deudor sea requerido
de pago, y no haciéndolo se le embarguen bienes suficientes para cubrir la deuda, los
gastos y costas, poniéndolos bajo la responsabilidad del acreedor, en depósito de persona
nombrada por éste.”
Como se ve, en el auto por el que se admite a trámite la demanda con la que se inicia
el juicio ejecutivo mercantil, se ordena requerir de pago al deudor. Sólo en el caso de que
éste no pague, se le embargarán bienes suficientes para cubrir la deuda, los gastos y las
costas. Los bienes embargados se pondrán bajo responsabilidad del acreedor, quien
designará depositario de aquéllos.
En este orden de ideas, una vez dictado el auto de exeqüendo, el actuario judicial
deberá constituirse en el domicilio del deudor. Los datos para ubicar este domicilio deben
199
ser proporcionados por el actor, pues así lo establece el artículo 1069 del Código de
Comercio que, en lo conducente, dice:
“Art. 1069. Todos los litigantes, en el primer escrito o en la primera diligencia judicial,
deben designar domicilio ubicado en el lugar del juicio para que se les hagan las
notificaciones y se practiquen las diligencias que sean necesarias. Igualmente deben
designar el domicilio en que ha de hacerse la primera notificación a la persona o personas
contra quienes promueven.”
Cabe precisar que el actuario judicial, al constituirse en el domicilio que el actor
señaló como el indicado para requerir de pago al deudor, debe cerciorarse de que en ese
domicilio efectivamente puede ser emplazado el demandado. Para ello, deberá asentar en
la razón correspondiente, los datos que corroboren que se constituyó en el domicilio
correcto, tales como el nombre de la calle, el número de la casa y la manifestación de la
persona con quien entendió la diligencia, en el sentido de que en ese domicilio vive el
deudor. Esta obligación se desprende del artículo 311 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, aplicado supletoriamente al Código de Comercio. Dicho precepto
establece:
“ARTÍCULO 311. Para hacer una notificación personal, y salvo el caso previsto en el
artículo 307, se cerciorará el notificador, por cualquier medio, de que la persona que
deba ser notificada vive en la casa designada, y, después de ello, practicará la
diligencia, de todo lo cual asentará razón en autos.”
ANEXO 28
El suscrito actuario estima que los bienes señalados por Pedro Ramírez González
son suficientes para garantizar la prestación que se le reclama. Por tanto, se traba formal
embargo sobre los bienes antes descritos, en cuanto basten para garantizar la prestación
reclamada. Acto seguido, requiero al actor para que nombre depositario de los bienes
embargados. El actor Jorge Pérez López manifestó que nombra como depositario al
propio demandado, esto es, a Pedro Ramírez González, lo que se hace de su
conocimiento. Enseguida, emplazo a juicio al demandado Ramírez González, corriéndole
traslado con la demanda y sus anexos. Asimismo, le hago entrega de la cédula que
contiene transcripción del auto de treinta de marzo de dos mil cuatro y copia de la
presente acta, y le hago saber que cuenta con el término de cinco días para ocurrir al
juzgado a hacer pago de la prestación que se le reclama o a oponer las excepciones que
estime procedentes. A lo anterior, Pedro Ramírez González manifestó que queda
debidamente enterado y que recibe las copias aludidas y la cédula.
Hecho lo anterior, se da por concluida la presente diligencia firmando los que en ella
intervinieron.
____________________________________
Firma del actor
(Nombre, apellidos y rúbrica).
____________________________________
Firma del demandado
(Nombre, apellidos y rúbrica).
_________________________________
El Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica)
201
trabará embargo, corresponde al actor. Esto es así, pues en estos casos el deudor está
ausente. Además, debe decirse que el hecho de que la diligencia de embargo no se
entienda con el deudor, con su apoderado o representante legal, no constituye obstáculo
para que el actuario judicial haga el requerimiento de pago correspondiente a la persona
con quien entienda la diligencia. Se afirma lo anterior, pues el artículo 433 del Código
Federal de Procedimientos Civiles, dice:
“ARTÍCULO 433. No verificado el pago, sea que la diligencia se haya o no entendido
con el ejecutado, se procederá al embargo de bienes, en el mismo domicilio del
demandado o en el lugar en se se encuentren los que han de embargarse.”
En otro orden de ideas, el segundo párrafo del artículo 432 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, estatuye:
“Artículo 432. Cuando se encontrare cerrada la casa o se impidiere el acceso a ella,
el ejecutor judicial requerirá el auxilio de la policía, para hacer respetar la determinación
judicial, y hará que, en su caso, sean rotas las cerraduras, para poder practicar el embargo
de bienes que se hallen dentro de la casa.”
De la disposición transcrita se desprende que cuando el deudor, con el objeto de
impedir que se lleve a cabo la diligencia de embargo, no permite el acceso a su domicilio,
se puede requerir el auxilio de la policía quien, en su caso, puede romper las cerraduras.
Al respecto, debe decirse que en caso de oposición del deudor, lo que debe hacer el
actuario judicial es levantar una razón en la que haga constar que se constituyó en el
domicilio del deudor a efecto de diligenciar el auto de exeqüendo, y que tal diligencia no
pudo practicarse en virtud de que el deudor no permitió el acceso a su casa. Con dicha
razón deberá darse cuenta al titular del órgano jurisdiccional quien, con fundamento en el
artículo 432 del Código Federal de Procedimientos Civiles, podrá solicitar el auxilio de la
fuerza pública, con el objeto de que con su ayuda el actuario judicial pueda diligenciar el
referido auto.
Es muy importante apuntar aquí que los actuarios judiciales no deben, motu proprio,
solicitar el auxilio de la fuerza pública con el objeto de practicar el embargo
correspondiente. Esto es así, pues el único facultado para hacer tal solicitud, es el titular
del órgano jurisdiccional.
sostener lo contrario, sería autorizar u obligar a ese funcionario judicial a realizar una
actuación en contravención a aquellos preceptos, lo que resulta inadmisible.”81[2]
“EDICTOS, PUBLICACIÓN DE LOS. TRATÁNDOSE DEL REMATE DE BIENES
RAÍCES DEBE MEDIAR UN LAPSO DE NUEVE DÍAS ENTRE LA PRIMERA Y LA
ÚLTIMA (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 1411 DEL CÓDIGO DE COMERCIO).-
Una correcta interpretación del artículo 1411 del Código de Comercio permite sostener
que tratándose de bienes raíces, su remate se anunciará por tres veces, dentro del plazo
de nueve días, entendiéndose que el primero de los anuncios habrá de publicarse el
primer día del citado plazo y el tercero el noveno, pudiendo efectuarse el segundo de ellos
en cualquier tiempo, ya que su publicación de otra forma reduciría la oportunidad de los
terceros extraños a juicio que pudieran interesarse en la adquisición del bien, para
enterarse de la diligencia, y de que pudieran prepararse adecuadamente para su
adquisición; además debe establecerse que fue intención del legislador distinguir entre el
remate de bienes muebles y el de inmuebles, por lo que otorgó un mayor plazo para el
anuncio de estos últimos, distinción que el juzgador no debe desatender.”82[3]
“NOTIFICACIONES PERSONALES. ALCANCE DEL TÉRMINO
‘CERCIORAMIENTO’ A QUE HACE REFERENCIA EL SEGUNDO PÁRRAFO DEL
ARTÍCULO 69 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE
NUEVO LEÓN.- En términos de lo dispuesto por el segundo párrafo del artículo 69 del
ordenamiento citado, el "cercioramiento" a que alude comprende también la identificación
de las fincas que habitan las personas a las cuales el notificador reconoce con la calidad
de vecinos, pues solamente éstos, y no quien accidentalmente se encuentre en las
cercanías del lugar, donde va a practicarse la diligencia, están en aptitud de informar, por
así disponerlo la ley y por razón de su continua permanencia en la zona, si la persona
interesada vive ciertamente en el lugar designado.”83[4]
“EMPLAZAMIENTO, CERCIORAMIENTO DEFICIENTE DEL DOMICILIO DEL
DEMANDADO.- No es bastante el cercioramiento que efectúa el actuario acerca de que el
domicilio en que practica el emplazamiento es el del demandado, si tal constatación la
realiza apoyándose en que ese es el que proporcionó el actor y porque tiene a la vista la
nomenclatura y número exterior visible de la finca en que actúa, puesto que, para ese fin,
es necesario que, con los atributos propios de su autoridad, se asegure mediante otros
datos que tenga a su alcance, de la efectividad de la designación del domicilio de que se
trata, esto es, debe cerciorarse que a quien pretende llamar a juicio, habita, trabaja o tiene
81[2]
Jurisprudencia número 1ª./J. 72/2002, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 99, del Tomo XVII, Enero de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 185183.
82[3]
Jurisprudencia número 1ª./J. 52/98, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 168, del Tomo VIII, Septiembre de 1998, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 195572.
83[4]
Jurisprudencia número IV.2o.C. J/6, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Cuarto
Circuito, visible en la pág. 1446, del Tomo XX, Julio de 2004, Novena Época del Judicial de la Federación y su Gaceta.
IUS 2004, núm. reg. 181094.
207
su domicilio en la casa o local señalado en autos para hacer la notificación; por tanto, si el
emplazamiento adolece de los requisitos formales mencionados, resulta ilegal.”84[5]
“NOTIFICACIÓN IRREGULAR, CONVALIDACIÓN DE LA, SI EL
REPRESENTANTE DE LA SOCIEDAD SE MANIFIESTA SABEDOR DE ESA
PROVIDENCIA.- Conforme al artículo 320 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
si una persona notificada indebidamente se manifiesta sabedora de la providencia
respectiva, la notificación surte efecto como si estuviera legalmente hecha; pero
tratándose de sociedades, la persona que debe hacerse sabedora de esa providencia, a
fin de convalidar la notificación irregular, tiene que ser un representante de la sociedad,
debidamente autorizado, circunstancia que debe constar fehacientemente, y no
desprenderse de presunciones, ya que dicha sociedad sólo se obliga a través de los
órganos que la representan.”85[6]
“TESTIGOS. NO PROCEDE SU CITACIÓN POR MEDIO DE EDICTOS.- No procede
citar a los testigos por medio de edictos, por no estar comprendido el caso en lo dispuesto
por el artículo 315 del Código Federal de Procedimientos Civiles, pues si bien este
precepto indica la forma de citar a juicio a alguna persona que haya desaparecido, no
tenga domicilio fijo o se ignore donde se encuentre, debe entenderse que se refiere a
personas que sean parte en un juicio o tengan interés en él, ya que el mismo artículo, en
otro de sus párrafos, determina que, "si, pasado ese término, no comparece por sí, por
apoderado o por gestor que pueda representarla, se seguirá el juicio en rebeldía..."86[7]
“NOTIFICACIONES. NO SE CONVALIDAN CUANDO EN LA MISMA PROMOCIÓN
EL PARTICULAR HACE VALER EL RECURSO DE NULIDAD DE NOTIFICACIONES.-
No puede estimarse que una notificación se convalida en los términos de los artículos 320
del Código Federal de Procedimientos Civiles y 104 del Código Fiscal de la Federación de
1967, por haber citado el causante en el recurso la fecha en que se practicó la supuesta
notificación, porque la materia de ese recurso lo constituyó precisamente la nulidad de esa
notificación, o sea, que si el particular simultáneamente se hace sabedor de una
notificación y reclama su nulidad, debe resolverse si es legal o no la notificación, y no
estimarse que quedó convalidada, pues de lo contrario, se llegaría al absurdo de
considerar que siempre quedarían convalidadas las notificaciones impugnadas, porque
para reclamar su nulidad necesariamente hay que conocerla y citarlas.”87[8]
“NOTIFICACIÓN DE UN REQUERIMIENTO PARA LA ENTREGA DE LOS BIENES
EMBARGADOS EN UN JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL CON APERCIBIMIENTO DE
84[5]
Jurisprudencia número III.T. J/19, sustentada por el Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito,
visible en la pág. 982, del Tomo VII, Enero de 1998, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 196978.
85[6]
Tesis aislada sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, visible
en la pág. 112, del Volumen 157-162 Sexta Parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004,
núm. reg. 250340.
86[7]
Tesis aislada sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, visible
en la pág. 217, del Volumen 109-114 Sexta Parte, Séptima Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004,
núm. reg. 252591.
87[8]
Tesis aislada sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, visible en la pág. 205, del Tomo VI,
Segunda Parte-1, Julio a Diciembre de 1990, Octava Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm.
reg. 224582.
208
88[9]
Tesis VI.3º.C.91 C, sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito, visible en la
pág. 985 del Tomo XVIII, Noviembre de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS
2004, núm. reg. 182812.
89[10]
Tesis aislada sustentada por la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 298, del
Tomo XXXVI, Quinta Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 362444.
209
TEMA 5
NOTIFICACIONES EN EL PROCESO PENAL FEDERAL
5.1. Introducción.
En el presente tema se expondrán los supuestos de procedencia de cada una de las
clases de notificación que se practican en los procesos penales federales, así como la
forma en que aquéllas deben llevarse a cabo. Además, se explicarán las reglas especiales
a las que los actuarios judiciales deben ajustarse al notificar las determinaciones judiciales
en las que se ordena el aseguramiento o devolución de un objeto, instrumento o producto
del delito. Finalmente, se precisarán las diversas maneras en que pueden practicarse las
citaciones y los sujetos procesales con quienes éstas deben entenderse.
91[1]
Por “término” debe entenderse el momento en el cual se ha de realizar un acto procesal; por tanto se fija por fecha e
incluso por hora. No debe confundirse “término” con “plazo”, pues este último es el lapso otorgado para realizar un acto
procesal. DÍAZ DE LEÓN, Marco Antonio. Diccionario de Derecho Procesal Penal, Ed. Porrúa, México 2004, Quinta
Edición, Tomo II, pág. 2533.
212
5.4. Sujetos a quienes deben notificarse las resoluciones que se dictan en los
procesos penales federales.
agente del Ministerio Público, el sujeto activo del delito y su defensor y el sujeto pasivo del
ilícito (víctima u ofendido) quien puede coadyuvar con la representación social.
Por otra parte, los sujetos procesales necesarios son aquellos cuya intervención en el
proceso es indispensable para el desahogo de pruebas. En esta clasificación se
encuentran los testigos, peritos e intérpretes, entre otros.
Finalmente, los sujetos procesales auxiliares son autoridades o funcionarios que
ejecutan las determinaciones adoptadas por el juez del proceso. Entre estos sujetos se
encuentra el personal policiaco, directores de los centros de reclusión y directores
generales de servicios periciales de las procuradurías de los estados y de la Procuraduría
General de la República.
Sentado lo anterior, debe decirse que las notificaciones en materia penal (que según
se dijo, tienen una regulación distinta de las citaciones), por regla general, están dirigidas
a los sujetos procesales principales (obviamente con excepción del juez del proceso) y
auxiliares, esto es, las notificaciones deben entenderse con el agente del Ministerio
Público, el sujeto activo del delito, su defensor, el sujeto pasivo del delito, directores de los
centros de reclusión, etcétera. Cabe destacar que las notificaciones que deben
entenderse con los sujetos procesales principales, según se verá más adelante,
pueden practicarse personalmente, por cédula o por lista; en tanto que las
notificaciones que se entienden con los sujetos procesales auxiliares, siempre se
practican por oficio.
Por otra parte, las citaciones suelen entenderse con los sujetos procesales
necesarios, es decir, aquéllas se practican con los testigos, peritos e intérpretes, entre
otros.
De lo hasta aquí expuesto se concluye:
a) Las notificaciones generalmente se practican con los sujetos procesales
principales (con excepción del juez del proceso) y auxiliares;
b) A los sujetos procesales principales se les notifica en forma personal, por cédula o
por lista;
c) A los sujetos procesales auxiliares siempre se les notifica por oficio (pues éstos
son funcionarios o autoridades); y,
d) Las citaciones se entienden, por regla general, con los denominados sujetos
procesales necesarios.
94[1]
Al respecto, Jorge Alberto Silva Silva sostiene que “No hay muchos Ministerios Públicos, sino sólo uno. Hay sí,
muchos agentes del Ministerio Público, pero una sola institución. Esos muchos son sólo agentes de la institución.”
SILVA SILVA, Jorge Alberto. Derecho Procesal Penal, Ed. Oxford, University Press, México 2002, Segunda Edición,
pág. 106.
215
practicar una notificación con un agente del Ministerio Público, a la que se está
notificando es precisamente a la institución del Ministerio Público, y no al agente en
lo personal. En este orden de ideas, si un agente del Ministerio Público (distinto del
que está adscrito al juzgado federal) solicita que se libre una orden de aprehensión
y el juez, con vista en dicha solicitud, dicta un proveído en el que determina que no
procede librar aquélla, tal proveído puede válidamente notificarse al agente del
Ministerio Público adscrito al órgano jurisdiccional, pues no existe obligación de
practicar la notificación precisamente con el agente del Ministerio Público que
suscribió el ocurso correspondiente (salvo que el juez así lo determine).
Cabe precisar que hay casos en que los agentes del Ministerio Público
(distintos del que está adscrito al órgano jurisdiccional) en el mismo escrito en el
que formulan una petición, solicitan que el auto que recaiga a éste se les notifique
precisamente a ellos. En estos casos, si el juez provee de conformidad tal solicitud,
el actuario judicial deberá notificar la resolución correspondiente precisamente al
agente del Ministerio Público que la formuló (en cumplimiento a lo ordenado por el
juez). En el supuesto de que el juez deniegue la referida solicitud, lo procedente es
que el actuario judicial notifique la resolución respectiva al agente del Ministerio
Público de la Federación adscrito al órgano jurisdiccional.
Por otra parte, los actuarios judiciales deben tener presente los artículos 291, 294 y
295 del Código Federal de Procedimientos Penales. Estos preceptos, en lo que interesa,
establecen:
“Artículo 291. Transcurrido el plazo a que se refiere el párrafo anterior sin que el
Ministerio Público haya presentado conclusiones, el juez deberá informar mediante
notificación personal al Procurador General de la República acerca de esta omisión,
para que dicha autoridad formule u ordene la formulación de las conclusiones pertinentes,
en un plazo de diez días hábiles, contados desde la fecha en que se le haya notificado la
omisión, sin perjuicio de que se apliquen las sanciones que correspondan; pero, si el
expediente excediere de doscientas fojas, por cada cien de exceso o fracción se
aumentará un día en el plazo señalado, sin que nunca sea mayor de treinta días hábiles”
“Artículo 294. Si las conclusiones fueren de no acusación, el juez o tribunal las
enviará con el proceso al Procurador General de la República, para los efectos del artículo
295.”
“Artículo 295. El Procurador General de la República o el Subprocurador que
corresponda oirán el parecer de los funcionarios que deban emitirlo y dentro de los diez
días siguientes al de la fecha en que se haya recibido el proceso, resolverá, si son de
confirmarse o modificarse las conclusiones.”
Como se ve, en el caso de que el agente del Ministerio Público de la Federación
adscrito al órgano jurisdiccional ante el cual se tramite el proceso, omita formular
conclusiones o las que formule sean de no culpabilidad, el juez debe pronunciar un
acuerdo en el que informe al Procurador General de la República sobre tal omisión o sobre
216
el sentido de las conclusiones, según sea el caso. Dicho acuerdo debe notificarse en
forma personal precisamente al Procurador General de la República y también al agente
adscrito al órgano jurisdiccional. Se afirma esto último, pues dicho agente del Ministerio
Público es el que el Procurador General de la República comisionó para hacer el
seguimiento de los procesos que se tramitan ante el órgano jurisdiccional al que está
adscrito.
“Artículo 106. Cuando el inculpado tenga varios defensores, designará a uno de ellos
para que reciba las notificaciones que correspondan a la defensa, sin perjuicio de que
sean notificados alguno o algunos de los demás, si lo solicitaren del tribunal.- Si no se
hace esa designación, bastará notificar a cualquiera de los defensores.”
“Artículo 160. Si el inculpado designara a varios defensores, éstos deberán nombrar
en el mismo acto a un representante común, y si no lo hicieren, en su lugar lo determinará
el juez.”
De las disposiciones transcritas se desprende que las resoluciones que se dicten en
los procesos penales (con excepción de los autos a los que alude el primero de los citados
preceptos, que únicamente deben notificarse al Ministerio Público), deben notificarse tanto
al detenido o procesado como a sus defensores, esto es, corresponde notificar tanto al
inculpado como a la defensa.
Ahora bien, un defensor puede recibir la notificación que corresponda al inculpado,
siempre que éste lo haya autorizado para tal efecto y el titular del órgano jurisdiccional
haya dictado el proveído en el que tenga por hecha tal designación. En este supuesto, ya
no es necesario entender la notificación de que se trate con el inculpado, pues basta que
la diligencia se practique con el defensor autorizado para tener por legalmente hecha la
notificación.
Por otra parte, si el inculpado tiene varios defensores, podrá designar a uno de ellos
para que reciba las notificaciones que correspondan a la defensa. Así, una vez que el juez
del proceso dicte el proveído en el que tenga por hecha la designación correspondiente, el
actuario judicial deberá practicar las notificaciones que correspondan a la defensa, con el
defensor designado. Lo anterior, sin perjuicio de notificar a otro u otros defensores si así lo
solicitan. En caso de que el inculpado no haga la referida designación, los propios
defensores podrán nombrar, de entre ellos, a un representante común, con el que se
entenderán las notificaciones que correspondan a la defensa. Si dichos defensores no
hacen el nombramiento del representante común, éste será designado por el juez del
proceso. En este orden de ideas, cuando un inculpado tenga más de un defensor, el
actuario judicial deberá revisar los autos del proceso con el objeto de conocer cuál
de los defensores es el representante común.
Cabe precisar que el actuario judicial no debe confundir al defensor autorizado para
oír las notificaciones que correspondan al inculpado, con el representante común de la
defensa. El primero, según se dijo, siempre es designado por el inculpado y tiene por
objeto recibir las notificaciones que correspondería entender con el propio inculpado; el
segundo, puede ser designado por el inculpado, sus defensores o el propio juez del
proceso, y tiene como finalidad que las notificaciones que correspondan a la defensa se
entiendan únicamente con uno de los defensores, evitando así tener que notificar a cada
uno de ellos. Así, cuando un inculpado tenga varios defensores, los nombramientos de
“defensor autorizado” y de “representante común” pueden o no recaer en el mismo
defensor. De aquí que el actuario judicial deba hacer una cuidadosa revisión de las
218
constancias del proceso penal, a efecto de no incurrir en errores que puedan tener como
consecuencia que se declare fundado un incidente de nulidad de notificaciones.
No sobra precisar que si son varios los inculpados y cada uno de ellos hubiere
designado a su propio defensor, el actuario judicial deberá entender las notificaciones que
correspondan a la defensa, con cada uno de los defensores. Esto es así, pues en estos
casos los defensores actúan en forma independiente, en tanto defienden a distintas
personas.
98[1]
Tesis aislada II.2o.P.116 P, sustentada por el segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito,
visible en la pág. 990, del Tomo XVIII, Noviembre de 2003, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 182809.
221
de algún término (aunque en rigor corresponde al secretario encargado del trámite del
asunto hacer los cómputos respectivos).
en poder de la persona con quien entendió la diligencia. Cabe precisar que cuando se
actualice alguno de los referidos supuestos y, en consecuencia, la notificación se practique
mediante cédula, aquélla se tendrá por hecha en la fecha y hora en la que, conforme a la
razón que haya levantado el actuario judicial, dicha cédula se haya fijado en la puerta de la
casa del interesado o se haya entregado a la persona con quien se entendió la diligencia,
según sea el caso.
por día y hora, y salvo los actos a que se refieren el artículo 19 Constitucional y otras
disposiciones, se precisarán por el tribunal cuando menos con cuarenta y ocho horas de
anticipación al día y hora en que se hayan de celebrar las actuaciones a que se refieran.”
Como se ve, salvo que se trate de poner al inculpado a disposición de los tribunales,
de tomarle su declaración preparatoria o de resolver su situación jurídica, los plazos se
contarán por días hábiles. Luego, los tres días a que alude el artículo 107 del código
adjetivo penal federal, son hábiles. Sentado lo anterior, para que se entienda la forma en
que deben computarse los tres días a que alude el referido precepto legal, procede poner
un ejemplo:
El lunes siete de febrero de dos mil cinco, se notifica mediante lista el proveído
dictado el viernes cuatro del mismo mes, por el que se autorizó la expedición de las copias
certificadas que solicitó el defensor del inculpado. Dicha notificación surte sus efectos el
nueve siguiente. Esto es así, pues si las notificaciones por lista surten sus efectos al tercer
día de que aquélla se fijó, y en el caso, la lista de notificación se fijó el lunes siete de
febrero, es inconcuso que “el tercer día de que se fijó” es el nueve de febrero siguiente
(pues el día siete es el primero en que se fijó la lista, el ocho es el segundo y el nueve es
el tercero).
resoluciones que resuelvan sobre la nulidad invocada, serán apelables con efecto
devolutivo.”
Como se ve, el incidente de nulidad de actuaciones únicamente puede ser promovido
por el sujeto procesal a quien causó perjuicio la notificación defectuosa u omitida. Dicho
incidente debe tramitarse conforme a las reglas previstas para la substanciación de los
incidentes no especificados. Tales reglas están contenidas en el artículo 494 del Código
Federal de Procedimientos Penales. Este precepto establece:
“Artículo 494. Los incidentes cuya tramitación no se detalle en este código y que, a
juicio del tribunal, no puedan resolverse de plano y sean de aquéllos que no deban
suspender el curso del procedimiento, se sustanciarán por separado y del modo siguiente:
se dará vista de la promoción del incidente a las partes, para que contesten en el acto de
la notificación o a más tardar dentro de los tres días siguientes. Si el tribunal lo creyere
necesario o alguna de las partes lo pidiere, se abrirá un término de prueba que no exceda
de cinco días, después de los cuales se citará para una audiencia que se verificará dentro
de los tres siguientes. Concurran o no las partes, el tribunal fallará desde luego el
incidente.”
Ahora bien, del citado artículo 27-Bis del Código Federal de Procedimientos Penales
se desprende que el incidente de nulidad de notificaciones debe promoverse en la
actuación subsecuente en la que deba intervenir el sujeto procesal afectado por la
indebida notificación o por su omisión. De aquí se sigue que si dicho incidente no se
promueve en tal actuación, precluirá el derecho del afectado para promoverlo.
En relación con lo expuesto en el párrafo anterior, es importante establecer que
por “actuación subsecuente” debe entenderse la actuación en la que el sujeto
procesal afectado, por estar enterado de la misma, puede intervenir en ella. En este
sentido, no será “actuación subsecuente” la actuación que se practique
inmediatamente después de la notificación mal practicada u omitida, si el sujeto
afectado no pudo intervenir en ella precisamente por no estar enterado de la misma.
Por otra parte, según se ha expuesto en los temas anteriores, si se promueve un
incidente de nulidad una vez dictada la sentencia definitiva, para anular notificaciones
practicadas con anterioridad a ésta, el mismo es improcedente. Lo anterior, pues al
emitirse el fallo definitivo (independientemente de que haya o no causado ejecutoria) se
produce un cambio de situación jurídica, en virtud de haberse cerrado una fase del
procedimiento. De aceptarse lo contrario, se destruiría la firmeza de la sentencia a través
de un simple incidente de naturaleza accesoria a la controversia principal.
En cambio dicho incidente es procedente si se promueve con el objeto de anular
notificaciones practicadas con posterioridad al dictado de la sentencia. Ello, pues al
combatir actos procesales posteriores a la conclusión del juicio (que lógicamente no fueron
considerados para el dictado del fallo), no se destruye la firmeza de la sentencia. De no
estimarlo así, se dejaría al sujeto procesal perjudicado por una notificación deficiente o por
la falta de notificación en estado de indefensión. En este sentido, tratándose de
225
5.8.1.1. Su procedencia.
Los artículos 104, 105, 106 y 107 del Código Federal de Procedimientos Penales, en
lo conducente, establecen:
“Artículo 104. Las resoluciones contra las cuales proceda el recurso de
apelación se notificarán personalmente a las partes por conducto del secretario o
actuario del tribunal.- Las demás resoluciones -con excepción de los autos que
ordenen aprehensiones, cateos, providencias precautorias, aseguramientos y otras
diligencias análogas respecto de las cuales el tribunal estime que deba guardarse sigilo
para el éxito de la investigación- se notificarán al detenido o al procesado
personalmente, y a los otros interesados en la forma señalada en el artículo 107 de este
Código.”
“Artículo 105. En los casos a que se refiere la segunda parte del artículo anterior, las
resoluciones que deban guardarse en sigilo, solamente se notificarán al Ministerio Público.
En las demás no será necesaria la notificación personal al inculpado, cuando éste
227
haya autorizado a algún defensor para que reciba las notificaciones que deban
hacérsele.”
“Artículo 106. Cuando el inculpado tenga varios defensores, designará a uno de ellos
para que reciba las notificaciones que correspondan a la defensa, sin perjuicio de que
sean notificados alguno o algunos de los demás, si lo solicitaren del tribunal.”
“Artículo 107. Los actuarios o secretarios del tribunal que hagan las notificaciones
que no sean personales, fijarán diariamente en la puerta del tribunal una lista de los
asuntos acordados, expresando únicamente el número del expediente y el nombre del
inculpado, y asentarán constancia de ese hecho en los expedientes respectivos. En los
lugares donde hubiere Boletín Judicial de la Federación, la lista se publicará en él.- Si
alguno de los interesados desea que se le haga notificación personal, podrá
concurrir a más tardar al día siguiente al en que se fije la lista o se haga la
publicación en el Boletín Judicial de la Federación, solicitándola del actuario o
secretario del tribunal…”
De los preceptos legales transcritos se desprende que las notificaciones
invariablemente se harán de manera personal:
a) Al inculpado o, en su caso, a su autorizado;
b) Tratándose de resoluciones contra las que proceda el recurso de apelación;
c) Cuando el interesado al que se le notifica por lista comparezca al órgano
jurisdiccional a más tardar al día siguiente de aquel en que se fijó la lista, a efecto de que
se le notifique personalmente el proveído correspondiente.
En relación con el supuesto precisado en el inciso a), debe decirse que al inculpado
se le deben notificar personalmente todas las resoluciones que se dictan en el proceso
penal (con excepción de aquellas que deban guardarse en sigilo). Tal forma de proceder
se explica, si se considera que la notificación personal garantiza que el inculpado tenga
conocimiento cierto del inicio, desarrollo y terminación del proceso que se sigue en su
contra, lo que le permite tener una adecuada defensa. Cabe precisar que la obligación de
notificar personalmente al inculpado las resoluciones que se dicten en el proceso, en los
casos en los que no esté privado de su libertad, está sujeta a la condición de que haya
señalado domicilio para oír notificaciones. Esto es así, pues si omitió señalar domicilio, las
resoluciones se le notificarán mediante lista.
Además, no debe perderse de vista que si el inculpado designó autorizado (y el titular
del órgano jurisdiccional pronunció el auto en el que lo tuvo por designado), las
notificaciones que correspondan al inculpado, deberán entenderse con dicho autorizado.
Por otra parte, respecto del supuesto precisado en el apartado b), resulta
conveniente transcribir el artículo 108 del Código Federal de Procedimientos Penales;
dice:
“Artículo 108. Las personas que intervengan en un proceso, designarán en la primera
diligencia un domicilio ubicado en el lugar, para recibir notificaciones. Si por cualquiera
circunstancia no hacen la designación, cambian de domicilio sin dar aviso al tribunal o
228
señalan uno falso, la notificación se les hará, aun cuando deba ser personal, en la forma
que establece el artículo anterior.”
De la disposición transcrita se desprende que los sujetos procesales principales, en
la primera diligencia en la que intervengan, deben señalar un domicilio ubicado en el lugar
donde se siga el juicio, a fin de oír notificaciones. En caso de no hacerlo, de que cambien
de domicilio sin dar aviso a la autoridad judicial que conozca del proceso o señalen uno
falso, las resoluciones que se les deban notificar en forma personal, se les notificarán en
términos del artículo 107 del Código Federal de Procedimientos Penales, esto es,
mediante lista. Por tanto, a fin de que se practique la notificación personal de las
resoluciones contra las que proceda el recurso de apelación, es necesario que el
interesado haya señalado domicilio cierto para oír notificaciones dentro de la residencia
del órgano jurisdiccional ante el que se tramite el proceso. Cabe precisar que la obligación
del inculpado de designar domicilio para oír notificaciones, lógicamente no opera si está
privado de su libertad. Esto es así, pues en ese supuesto las resoluciones le serán
notificadas en el lugar donde esté recluido.
En el inciso c) se estableció que en el caso de que se ordene una notificación por
lista, existe la posibilidad de que el interesado acuda al órgano jurisdiccional a más tardar
al día siguiente de aquel en que se fijó la lista, a fin de que la resolución correspondiente le
sea notificada en forma personal. A esta forma de notificar se le conoce como notificación
por comparecencia. Lo anterior, pues es el propio interesado el que, motu proprio,
comparece al órgano jurisdiccional a efecto de que se le notifique personalmente la
resolución que originalmente se le notificaría mediante lista.
Además de los supuestos antes explicados, los actuarios judiciales deben estar
atentos a la jurisprudencia que sustenten la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los
tribunales colegiados de Circuito. Se afirma lo anterior, pues puede suceder que una
resolución que no encuadre en alguno de los supuestos previstos en los artículos 104 a
107 del Código Federal de Procedimientos Penales, deba notificarse personalmente, en
términos de la jurisprudencia.
99[1]
Jurisprudencia número 1a./J.60/2003, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en la pág. 24, del Tomo XIX, Febrero de 2004, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. IUS 2004, núm. reg. 182128.
231
por las partes, precisando que en el caso de que no se encuentre el interesado, aquélla se
hará mediante cédula de notificación, la que contendrá el nombre del juzgado en el cual se
tramita, causa en la que se dicta, transcripción, en lo conducente, de la resolución que se
le notifique, fecha y hora de la notificación y el nombre de la persona que la recibe,
expresándose, además, el motivo por el que no se hizo directamente al interesado, misma
que se dejará en poder de la persona que ahí resida, o bien, negándose a recibirla o si no
encuentra a nadie en el domicilio de que se trate, el funcionario encargado para tal efecto,
fijará dicha cédula en la puerta de entrada. Sin embargo, no es suficiente para tener por
legal la notificación del requerimiento para que el reo se presente a rendir su declaración
preparatoria ante un juzgado federal, que el fedatario público asiente en su razón que
entrega la cédula de notificación a la persona con quien entiende la diligencia, sino que
además debe aparecer en el expediente tal circunstancia, ya que ante la omisión en que
incurre aquél de no agregar copia de la cédula, no es posible tener la certeza jurídica de
que el interesado tuvo o no oportunidad de conocer el acuerdo en el que consten los datos
para acudir al llamado que se le hizo, pues no debe perderse de vista que si el legislador
previó que se cumpliera con esa formalidad, fue con la finalidad de asegurar que las
resoluciones de las autoridades competentes, cuya notificación se ordene de manera
personal, se hagan del conocimiento de la parte a quien se dirige; en consecuencia, si la
referida diligencia no reúne los requisitos esenciales exigidos por el ordenamiento legal en
cita, ésta resulta ilegal y, por ende, violatoria de las garantías consagradas en los artículos
14 y 16 constitucionales.”100[1]
100[1]
Tesis aislada XX.2o.9 P, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, visible en la pág.
1091, del Tomo XIII, Abril de 2001, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IUS 2004,
núm. reg. 189932.
234
5.8.2.1. Su procedencia.
El artículo 107 del Código Federal de Procedimientos Penales, estatuye:
“Artículo 107. Los actuarios o secretarios que hagan las notificaciones que no sean
personales, fijarán diariamente en la puerta del tribunal una lista de los asuntos acordados,
expresando únicamente el número del expediente y el nombre del inculpado, y asentarán
constancia de ese hecho en los expedientes respectivos. En los lugares donde hubiere
Boletín Judicial de la Federación, la lista se publicará en él.- Si alguno de los interesados
desea que se le haga notificación personal, podrá ocurrir a más tardar al día siguiente al
en que se fije la lista o se haga la publicación en el Boletín Judicial de la Federación,
solicitándola del actuario o secretario del tribunal. Si no se presentaran los interesados en
ese término, la notificación se tendrá por hecha al tercer día de que se fije la lista en la
puerta del Tribunal o de que se hubiere publicado en el Boletín Oficial.”
De la disposición transcrita, se desprende que las notificaciones que no deban
hacerse en forma personal, se practicarán mediante lista. Luego, este tipo de notificación
procede respecto de resoluciones que no se ubiquen en alguno de los supuestos previstos
101[1]
Tesis sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la pág. 42, del Volumen
Primera Parte, XXXV, Sexta Época del Semanario Judicial de la Federación. IUS 2004, núm. reg. 258382.
238
en el artículo 104 del Código Federal de Procedimientos Penales (que establece las
resoluciones que deben notificarse en forma personal).
Por otra parte, el artículo 108 del referido ordenamiento legal, establece:
“Artículo 108. Las personas que intervengan en un proceso, designarán en la primera
diligencia un domicilio ubicado en el lugar, para recibir notificaciones. Si por cualquiera
circunstancia no hacen la designación, cambian de domicilio sin dar aviso al tribunal o
señalan uno falso, la notificación se les hará aun cuando deba ser personal, en la
forma que establece el artículo anterior.”
Del citado precepto se desprende que los sujetos procesales, en la primera diligencia
en la que intervengan, deben señalar domicilio para recibir notificaciones. Tal domicilio
debe estar ubicado dentro del lugar donde reside el juzgado ante el que se ventile el
proceso. En caso de que los sujetos procesales no cumplan con esta obligación o señalen
un domicilio falso o cambien de domicilio sin informarlo al órgano judicial que conozca del
asunto, las resoluciones que se les deban notificar personalmente, se les notificarán
mediante lista.
De lo hasta aquí expuesto se advierte que procede notificar por lista: a) las
resoluciones que no deban notificarse en forma personal; y, b) las resoluciones que
debiéndose notificar en forma personal, no puedan comunicarse de ese modo en virtud de
que el o los interesados hayan omitido señalar domicilio dentro del lugar donde reside el
juzgado ante el que se tramita el proceso, hayan señalado uno falso o no hayan dado
aviso al juez del cambio de domicilio.
Por otra parte, como la cédula de notificación se entrega en el domicilio del sujeto
procesal interesado (lo que le impide consultar el expediente respectivo), el resumen de la
resolución que por ese medio se notifica debe ser más exhaustivo, es decir, la síntesis de
aquélla debe hacerse en forma tal que se tenga la certeza de que el interesado, con sólo
leer dicha síntesis, tomará conocimiento no sólo de todos los puntos materia de la
resolución sino de las razones torales en que aquéllos se sustentan.
Sentado lo anterior, debe decirse que además de la publicación de la lista de
notificación, el actuario judicial debe asentar, en cada uno de los asuntos en los que se
dictó el auto que se notificó por lista, la razón de notificación correspondiente. Dicha razón
se asienta inmediatamente después de la resolución que se notifica.
En relación con la forma en que se asienta la razón de que se trata, debe decirse que
normalmente se utilizan sellos en los que se hace constar que la resolución
correspondiente se publicó en la lista de notificación a las nueve horas del día que
corresponda. Asimismo, se estampan otros sellos en los que se asienta la fecha en que
surtió sus efectos la notificación.
No está por demás precisar que dichos sellos se utilizan porque facilitan el trabajo de
los actuarios judiciales. Sin embargo, el uso de aquéllos no es obligatorio, dado que los
actuarios pueden válidamente asentar con su puño y letra las razones correspondientes.
ANEXO 34
Oficio____
242
Por este medio informo a Usted que en resolución de ____ de ____ de dos mil
cinco, dictada en los autos de la causa penal al rubro indicada, se decretó auto de formal
prisión a __________, por el delito de ____________. Por tal motivo, con fundamento en
los artículos 41, párrafo primero, y 165, del Código Federal de Procedimientos Penales, lo
requiero para que en el plazo de cinco días hábiles, contados a partir del siguiente al en
que reciba el presente oficio, remita a esta autoridad judicial la ficha signalética del
procesado de que se trata, así como informe si éste cuenta o no con antecedentes
penales por delitos del fuero común. Lo apercibo que en caso de incumplir lo ordenado, se
le impondrá como medio de apremio una multa equivalente a veinte días de salario
mínimo general vigente en esta ciudad capital, conforme a lo dispuesto en el diverso
artículo 44, fracción I, del código adjetivo invocado.
No omito informarle que el citado inculpado está interno en el Reclusorio Preventivo
Varonil Oriente. Esto, a fin de que proceda a identificarlo administrativamente.
Sin más por el momento, reciba un cordial saludo.
Licenciado __________________.
5.9.4. Cuándo surte sus efectos la notificación del auto por el que se ordena el
aseguramiento de bienes o su devolución.
El artículo 182-B del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo que interesa,
dispone:
“Artículo 182-B…Las notificaciones personales surtirán efectos el día en que
hubieren sido practicadas y las efectuadas por edictos el día de su publicación…”
Como se ve, las notificaciones personales surten sus efectos el día en que se
practican y las notificaciones por edictos surten sus efectos el día en que éstos se
publican, es decir, en la fecha en que aparezca la inserción respectiva en el Diario Oficial
de la Federación y en el periódico de circulación nacional que se designe.
5.9.5.2.1. Su procedencia.
246
5.9.5.2.1. Su procedencia.
El artículo 182-B, fracción II del Código Federal de Procedimientos Penales, dispone:
“Artículo 182-B. Las notificaciones a que se refiere este Capítulo se practicarán como
sigue:…II.- Por edictos, cuando se desconozca la identidad o domicilio del interesado, en
cuyo caso se publicará por una sola ocasión en el Diario Oficial de la Federación y en un
periódico de circulación nacional. Los edictos deberán contener un resumen de la
resolución por notificar.”
En términos de este precepto legal, procede notificar por edictos la resolución que
ordena el aseguramiento de bienes o su devolución, en los casos en que se desconozca la
identidad o el domicilio del interesado. Cabe precisar que tratándose de este tipo de
notificación no es necesario que el titular del órgano jurisdiccional, previamente a
practicarla, lleve a cabo una investigación para obtener el domicilio o la identidad del
interesado. Se afirma lo anterior, pues el citado precepto no establece como requisito
previo a la publicación de los edictos, la práctica de la referida investigación.
5.10. Citaciones.
247
5.10.4.1.1. Su procedencia.
El primer párrafo del artículo 74 del Código Federal de Procedimientos Penales,
establece:
“Artículo 74. Las citaciones podrán hacerse verbalmente, o por cédula, o por
telégrafo, anotándose en cualquiera de esos casos la constancia respectiva en el
expediente.”
Como se ve, el Código Federal de Procedimientos Penales no establece supuestos
específicos de procedencia de la citación verbal. No obstante, según se verá en el
apartado siguiente, las citaciones verbales las ordena el titular del órgano jurisdiccional
durante las diligencias que preside. En este sentido, puede válidamente afirmarse que
esta clase de citación procede cuando, durante la práctica de una diligencia judicial en la
que está presente alguno o algunos de los sujetos procesales necesarios, el juez ordena
que se les cite para que comparezcan al órgano jurisdiccional en una hora y fecha
determinadas.
5.10.4.2.1. Su procedencia.
Los artículos 74 y 80 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo
conducente disponen:
“Artículo 74. Las citaciones podrán hacerse verbalmente, o por cédula, o por
telégrafo, anotándose en cualquiera de esos casos la constancia respectiva en el
expediente.”
“Artículo 80. Cuando no se pueda hacer la citación verbalmente, se hará por cédula,
la cual será entregada por personal del juzgado o por los auxiliares del Ministerio Público
directamente a la persona citada, quien deberá firmar el recibo correspondiente en la copia
de la cédula, o bien estampar en ésta sus huellas digitales cuando no sepa firmar; si se
negare a hacerlo, el personal comisionado asentará este hecho y el motivo que el citado
expresare para su negativa.”
De las disposiciones legales transcritas, así como de lo expuesto en el apartado
anterior, se desprende que las citaciones por cédula proceden en los casos en los que, al
no poder citar a los sujetos procesales necesarios en forma verbal (por no estar en una
diligencia probatoria), el titular dicta un proveído en el que ordena que se cite a los sujetos
procesales necesarios para que comparezcan al órgano jurisdiccional en una hora y fecha
determinadas.
Del precepto transcrito se advierte que las citaciones por cédula pueden practicarse
en el domicilio de la persona que deba ser citada o en el lugar en que ésta trabaje.
Obviamente dicha disposición se refiere a las personas que no estén privadas de su
libertad, pues en caso contrario (por ejemplo un testigo que esté privado de su libertad) el
titular del órgano jurisdiccional debe librar un oficio al director del penal en el que esté
recluido el sujeto procesal necesario, solicitándole que presente a éste en la reja de
prácticas del órgano jurisdiccional en una hora y fecha determinadas.
Ahora bien, una vez que el actuario judicial se constituye en el domicilio del sujeto
procesal necesario, a efecto de practicar la citación por cédula, pueden presentarse las
siguientes situaciones: a) que en la primera búsqueda se encuentre al sujeto procesal
necesario; b) que no encuentre a dicho sujeto, pero la diligencia se entienda con algún
pariente, familiar o doméstico de aquél; c) que la diligencia se entienda con una persona
distinta de quien deba citarse, e informe que el interesado está ausente; y, d) que nadie
acuda al llamado del actuario judicial o que quien lo haga se niegue a recibir la citación.
citación. Así, se estima que la cédula correspondiente debe contener los siguientes datos
(ver anexo 35):
1.- La mención de que es una cédula de citación.
2.- Número de causa penal en la que se ordena la citación.
3.- Lugar y fecha en que se practica la citación.
4.- Nombre y cargo del funcionario que practica la citación.
Por otra parte, además de la cédula de citación, el actuario debe levantar la razón
correspondiente. Ésta debe contener, por lo menos, los siguientes datos (ver anexo 36):
1.- La mención de que se trata de una razón de citación por cédula.
2.- El número de causa penal.
3.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del sujeto
procesal necesario.
4.- Nombre y apellidos del actuario judicial, así como la denominación del órgano
jurisdiccional al que está adscrito.
5.- Nombre y apellidos de la persona citada, así como la forma en que se identificó.
6.- La circunstancia de que se entregó al sujeto procesal necesario la cédula de
citación respectiva y que se le hizo saber el día, hora y lugar donde tendrá verificativo la
diligencia, el objeto de ésta y el apercibimiento en caso de incomparecencia.
7.- El hecho de que la persona citada firmó o estampó su huella digital en la copia de
la cédula de citación o, en su caso, de que se negó a ello pero que sí recibió dicha cédula.
Tanto la cédula como la razón mencionadas deben agregarse a los autos del
expediente respectivo, a fin de que obre constancia de que se entregó dicha cédula. A
este respecto, se considera que tiene aplicación, por analogía, la siguiente tesis:
“NOTIFICACIÓN PERSONAL EN MATERIA PENAL. ES REQUISITO ESENCIAL
QUE CONSTE EN AUTOS LA ENTREGA DE LA CÉDULA DE NOTIFICACIÓN PARA
TENER POR LEGAL LA DILIGENCIA, CUANDO NO SE ENCUENTRE AL
INTERESADO. El artículo 109 del Código Federal de Procedimientos Penales establece
los requisitos para llevar a cabo las notificaciones personales en los domicilios designados
por las partes, precisando que en el caso de que no se encuentre el interesado, aquélla se
hará mediante cédula de notificación, la que contendrá el nombre del juzgado en el cual se
tramita, causa en la que se dicta, transcripción, en lo conducente, de la resolución que se
le notifique, fecha y hora de la notificación y el nombre de la persona que la recibe,
expresándose, además, el motivo por el que no se hizo directamente al interesado, misma
que se dejará en poder de la persona que ahí resida, o bien, negándose a recibirla o si no
encuentra a nadie en el domicilio de que se trate, el funcionario encargado para tal efecto,
fijará dicha cédula en la puerta de entrada. Sin embargo, no es suficiente para tener por
legal la notificación del requerimiento para que el reo se presente a rendir su declaración
preparatoria ante un juzgado federal, que el fedatario público asiente en su razón que
entrega la cédula de notificación a la persona con quien entiende la diligencia, sino que
además debe aparecer en el expediente tal circunstancia, ya que ante la omisión en que
252
ANEXO 35
CÉDULA DE CITA
La presente cédula de cita se dirige a Usted, a fin de que comparezca a las ____
horas del ____ de_____ de dos mil cinco, en el local del Juzgado ____ de Distrito de
Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, ubicado en ____________, a fin de
que intervenga en el desahogo de una diligencia de carácter judicial. Lo anterior, toda vez
que Usted fue señalado como testigo de los hechos materia de la causa penal ____, del
índice de este órgano judicial, instruida contra __________. En tal virtud, es necesario que
en el día y hora señalados, comparezca con una identificación oficial vigente. Lo apercibo
que en caso de incomparecencia se le impondrá como medio de apremio, una multa
equivalente a veinte días de salario mínimo general vigente en esta área geográfica, de
conformidad con el artículo 44, fracción I del Código Federal de Procedimientos Penales.
A t e n t a m e n t e.
El Juez _________ de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito
Federal.
Licenciado _____________.
ANEXO 36
En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____ minutos
del _____ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado _____________, Actuario
Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito de Procesos Penales Federales en el
Distrito Federal, me constituí con las formalidades de ley en el domicilio ubicado en
__________, a fin de comunicar a ____________, la cita ordenada en auto de _________
de ___________ de dos mil _______, dictado en la causa penal al rubro indicada.
Cerciorado de que el referido domicilio era el correcto, pues así lo advertí de la placa
oficial colocada en la esquina de dicha calle y del número de la casa, procedí a tocar la
puerta del mismo. A mi llamado acudió quien dijo llamarse ____________, esto es, la
persona buscada. Acto seguido, me identifiqué, informé el motivo de mi presencia y
solicité a dicha persona que se identificara, lo que hizo mediante una credencial
______________, en la que obraba su nombre y una fotografía que concordaba con sus
rasgos fisonómicos. Por lo anterior, procedí a practicar la citación a dicho interesado, a
quien le informé que en su calidad de testigo debía comparecer el ___ de ____, a las ____
horas, en el local del referido órgano judicial, ubicado en ___________. Asimismo, le hice
del conocimiento que era necesario que llevase consigo una identificación oficial vigente y
que en caso de incomparecencia se haría acreedor a una multa equivalente a veinte días
de salario mínimo general vigente en esta ciudad. En consecuencia, en términos del
artículo 80 del Código Federal de Procedimientos Penales, dejé en poder del interesado la
cédula de cita respectiva, quien la recibió de conformidad, así como manifestó quedar
enterado de la cita y firmó en el duplicado y triplicado de la cédula de referencia para
constancia.- Conste.- Doy fe.
________________________________
254
7.- El hecho de que el actuario judicial cuestionó a la persona con quien entendió la
diligencia, sobre cuál es el lugar en el que se encuentra la persona a citar y la fecha en
que ésta tiene programado regresar.
8.- Una descripción detallada de los rasgos físicos de la persona con la que se
entendió la diligencia.
9.- Firma de la persona con la que se entendió la diligencia. Si no supiere o no
quisiere firmar, se asentará tal circunstancia.
10.- Firma del actuario judicial.
Por otro lado, puede suceder que la persona con quien se entiende la diligencia
(distinta del sujeto procesal necesario) manifieste que la persona que se busca ya no vive
en esa casa y que desconoce el paradero de la misma. En este supuesto, se estima que lo
que debe hacer el actuario es levantar una razón en la que haga constar tal situación. Con
dicha razón se deberá dar cuenta al titular del órgano jurisdiccional a efecto de que
determine lo conducente.
5.10.4.2.6. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula cuando nadie
acude al llamado del actuario judicial o quien lo hace se niega a recibir la citación.
En el referido Titulo Primero, Capítulo IX del Código Federal de Procedimientos
Penales (relativo a las citaciones), no se advierte disposición alguna que establezca la
forma en que debe proceder el actuario judicial en este supuesto. No obstante, se estima
que dicho funcionario judicial, en este caso, debe actuar en la forma que se explicó en el
apartado 5.8.1.2.3., relativo a la práctica de las notificaciones cuando nadie acude al
llamado del actuario o quien lo hace se niega a recibir la notificación. Se afirma lo anterior,
pues según se dijo, la citación es una especie de notificación.
Ahora bien, el titular del órgano jurisdiccional, al dictar el auto en el que ordena que
se cite al sujeto procesal necesario por conducto de su superior jerárquico, puede o no
establecer el cargo de éste. En caso de que no establezca el cargo del superior jerárquico,
el actuario judicial deberá investigarlo. Para tal efecto, deberá consultar las leyes y
reglamentos correspondientes. Cabe precisar que en caso de que el actuario judicial no
tenga la certeza de cuál es el cargo del superior jerárquico por conducto de quien se debe
citar al sujeto procesal necesario, deberá hacerlo del conocimiento del secretario
encargado del trámite de la causa penal, a efecto de éste informe al titular del órgano
jurisdiccional.
Una vez que el actuario judicial conozca el cargo del superior jerárquico del sujeto
procesal necesario, procurará localizarlo a efecto de entregarle la cédula de citación
correspondiente. En caso de que el actuario judicial no pueda entregar personalmente al
referido superior jerárquico la cédula de citación, levantará la razón correspondiente (en la
que deberá asentar el motivo que le impidió practicar la diligencia que se le encomendó)
con la que se deberá dar cuenta al titular del órgano jurisdiccional, con el objeto de que
determine lo conducente.
Por lo que respecta a los datos de la cédula y la razón que debe levantarse, el
actuario judicial debe observar lo expuesto en el apartado 5.10.4.2.3.
5.10.4.2.8. Procedimiento para practicar las citaciones por cédula fuera del
lugar donde se tramita el proceso penal.
El artículo 46 del Código Federal de Procedimientos Penales, en lo conducente, dice:
“Artículo 46. Cuando tengan que practicarse diligencias judiciales fuera del territorio
jurisdiccional del tribunal que conozca del asunto, se encomendará su cumplimiento al de
igual categoría del territorio jurisdiccional donde deban practicarse.- Si las diligencias
tuvieren que practicarse fuera del lugar de la residencia del tribunal, pero dentro de su
territorio jurisdiccional, y aquél no pudiere trasladase, se encargará su cumplimiento al
inferior del mismo fuero, o a la autoridad judicial del orden común del lugar donde deban
practicarse.- Se empleará la forma de exhorto cuando se dirija a un tribunal igual en
categoría, y de requisitoria cuando se dirija a un inferior.”
De la disposición transcrita se desprenden dos supuestos, a saber: a) cuando la
diligencia deba practicarse fuera del lugar de la residencia del órgano jurisdiccional ante el
que se tramite el proceso; y, b) cuando la diligencia deba practicarse fuera del territorio
jurisdiccional del tribunal ante el que se tramite el proceso.
En el primer supuesto, el titular del órgano jurisdiccional solicitará a un órgano
jurisdiccional del mismo fuero pero de inferior jerarquía o a la autoridad judicial del fuero
común que corresponda, que practique la citación respectiva. Esta solicitud se hará
mediante requisitoria. En el segundo supuesto, deberá librar un exhorto a un órgano
jurisdiccional de su misma categoría, solicitándole que practique la citación
correspondiente.
257
Ahora bien ¿cómo debe proceder el actuario del órgano jurisdiccional exhortado?
Dicho funcionario, al practicar la citación que se solicita en el exhorto, debe proceder tal y
como si la citación correspondiente hubiere sido ordenada por el titular del órgano
jurisdiccional al que se encuentra adscrito, con la particularidad de que la razón o razones
que levante con motivo de la práctica de la citación, deberá agregarlas al expediente que
se haya formado con motivo del exhorto (en lugar de agregarlas al expediente del proceso
penal respectivo).
5.10.4.2.1. Su procedencia.
258
Ahora bien, una vez que el actuario judicial se constituye en el domicilio del sujeto
procesal necesario, a efecto de practicar la citación por cédula, pueden presentarse las
siguientes situaciones: a) que en la primera búsqueda se encuentre al sujeto procesal
necesario; b) que no encuentre a dicho sujeto, pero la diligencia se entienda con algún
pariente, familiar o doméstico de aquél; c) que la diligencia se entienda con una persona
distinta de quien deba citarse, e informe que el interesado está ausente; y, d) que nadie
acuda al llamado del actuario judicial o que quien lo haga se niegue a recibir la citación.
Por otra parte, además de la cédula de citación, el actuario debe levantar la razón
correspondiente. Ésta debe contener, por lo menos, los siguientes datos (ver anexo 36):
1.- La mención de que se trata de una razón de citación por cédula.
2.- El número de causa penal.
3.- Lugar, fecha y hora en que el actuario se constituyó en el domicilio del sujeto
procesal necesario.
4.- Nombre y apellidos del actuario judicial, así como la denominación del órgano
jurisdiccional al que está adscrito.
5.- Nombre y apellidos de la persona citada, así como la forma en que se identificó.
6.- La circunstancia de que se entregó al sujeto procesal necesario la cédula de
citación respectiva y que se le hizo saber el día, hora y lugar donde tendrá verificativo la
diligencia, el objeto de ésta y el apercibimiento en caso de incomparecencia.
7.- El hecho de que la persona citada firmó o estampó su huella digital en la copia de
la cédula de citación o, en su caso, de que se negó a ello pero que sí recibió dicha cédula.
Tanto la cédula como la razón mencionadas deben agregarse a los autos del
expediente respectivo, a fin de que obre constancia de que se entregó dicha cédula. A
este respecto, se considera que tiene aplicación, por analogía, la siguiente tesis:
“NOTIFICACIÓN PERSONAL EN MATERIA PENAL. ES REQUISITO ESENCIAL
QUE CONSTE EN AUTOS LA ENTREGA DE LA CÉDULA DE NOTIFICACIÓN PARA
TENER POR LEGAL LA DILIGENCIA, CUANDO NO SE ENCUENTRE AL
INTERESADO. El artículo 109 del Código Federal de Procedimientos Penales establece
los requisitos para llevar a cabo las notificaciones personales en los domicilios designados
por las partes, precisando que en el caso de que no se encuentre el interesado, aquélla se
hará mediante cédula de notificación, la que contendrá el nombre del juzgado en el cual se
tramita, causa en la que se dicta, transcripción, en lo conducente, de la resolución que se
le notifique, fecha y hora de la notificación y el nombre de la persona que la recibe,
expresándose, además, el motivo por el que no se hizo directamente al interesado, misma
que se dejará en poder de la persona que ahí resida, o bien, negándose a recibirla o si no
encuentra a nadie en el domicilio de que se trate, el funcionario encargado para tal efecto,
fijará dicha cédula en la puerta de entrada. Sin embargo, no es suficiente para tener por
legal la notificación del requerimiento para que el reo se presente a rendir su declaración
preparatoria ante un juzgado federal, que el fedatario público asiente en su razón que
entrega la cédula de notificación a la persona con quien entiende la diligencia, sino que
además debe aparecer en el expediente tal circunstancia, ya que ante la omisión en que
incurre aquél de no agregar copia de la cédula, no es posible tener la certeza jurídica de
que el interesado tuvo o no oportunidad de conocer el acuerdo en el que consten los datos
para acudir al llamado que se le hizo, pues no debe perderse de vista que si el legislador
previó que se cumpliera con esa formalidad, fue con la finalidad de asegurar que las
resoluciones de las autoridades competentes, cuya notificación se ordene de manera
personal, se hagan del conocimiento de la parte a quien se dirige; en consecuencia, si la
261
referida diligencia no reúne los requisitos esenciales exigidos por el ordenamiento legal en
cita, ésta resulta ilegal y, por ende, violatoria de las garantías consagradas en los artículos
14 y 16 constitucionales.”103[1]
ANEXO 35
CÉDULA DE CITA
La presente cédula de cita se dirige a Usted, a fin de que comparezca a las ____
horas del ____ de_____ de dos mil cinco, en el local del Juzgado ____ de Distrito de
Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, ubicado en ____________, a fin de
que intervenga en el desahogo de una diligencia de carácter judicial. Lo anterior, toda vez
que Usted fue señalado como testigo de los hechos materia de la causa penal ____, del
índice de este órgano judicial, instruida contra __________. En tal virtud, es necesario que
en el día y hora señalados, comparezca con una identificación oficial vigente. Lo apercibo
que en caso de incomparecencia se le impondrá como medio de apremio, una multa
equivalente a veinte días de salario mínimo general vigente en esta área geográfica, de
conformidad con el artículo 44, fracción I del Código Federal de Procedimientos Penales.
Licenciado _____________.
ANEXO 36
En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las ______ horas con _____ minutos
del _____ de _______ de dos mil ______, el suscrito licenciado _____________, Actuario
Judicial adscrito al Juzgado ________ de Distrito de Procesos Penales Federales en el
Distrito Federal, me constituí con las formalidades de ley en el domicilio ubicado en
__________, a fin de comunicar a ____________, la cita ordenada en auto de _________
de ___________ de dos mil _______, dictado en la causa penal al rubro indicada.
Cerciorado de que el referido domicilio era el correcto, pues así lo advertí de la placa
oficial colocada en la esquina de dicha calle y del número de la casa, procedí a tocar la
puerta del mismo. A mi llamado acudió quien dijo llamarse ____________, esto es, la
persona buscada. Acto seguido, me identifiqué, informé el motivo de mi presencia y
solicité a dicha persona que se identificara, lo que hizo mediante una credencial
______________, en la que obraba su nombre y una fotografía que concordaba con sus
rasgos fisonómicos. Por lo anterior, procedí a practicar la citación a dicho interesado, a
quien le informé que en su calidad de testigo debía comparecer el ___ de ____, a las ____
horas, en el local del referido órgano judicial, ubicado en ___________. Asimismo, le hice
del conocimiento que era necesario que llevase consigo una identificación oficial vigente y
que en caso de incomparecencia se haría acreedor a una multa equivalente a veinte días
de salario mínimo general vigente en esta ciudad. En consecuencia, en términos del
artículo 80 del Código Federal de Procedimientos Penales, dejé en poder del interesado la
cédula de cita respectiva, quien la recibió de conformidad, así como manifestó quedar
enterado de la cita y firmó en el duplicado y triplicado de la cédula de referencia para
constancia.- Conste.- Doy fe.
________________________________
Firma del Actuario Judicial
(Nombre, apellidos y rúbrica).
5.10.4.4.1. Su procedencia.
Los artículos 78 y 79 del Código Federal de Procedimientos Penales, establecen:
“Artículo 78. En caso de urgencia podrá hacerse la citación por telefonema que
transmitirá el funcionario de la policía judicial que practique las diligencias o el secretario o
actuario respectivo del tribunal que corresponda, quienes harán la citación con las
indicaciones a que se refieren las fracciones I y III del artículo 75, asentando constancia en
el expediente.- Asimismo, podrá ordenarse por teléfono a la policía que haga la citación
cumpliéndose con los requisitos del mismo artículo 75.”
“Artículo 79. También podrá citarse por teléfono a la persona que haya manifestado
expresamente su voluntad para que les cite por ese medio, dando el número del aparato al
cual debe hablársele, sin perjuicio de que si no es hallada en ese lugar o no se considera
conveniente hacerlo de esa manera se le cite por alguno de los medios señalados en este
capítulo.”
De los citados preceptos se desprende que la citación por teléfono procede cuando
se actualiza alguno de los siguientes supuestos:
Que se trate de caso urgente; o,
Que la persona que deba ser citada exprese, por escrito, su voluntad de que por
teléfono se le informe el día y hora en que deberá comparecer ante a la autoridad judicial y
además, que a dicho escrito le haya recaído el acuerdo respectivo.
Los actuarios judiciales deben tener presente que, independientemente del
supuesto que se actualice, siempre es el titular del órgano jurisdiccional el que
ordena que una citación se practique por teléfono. De aquí que los actuarios
judiciales no deban, motu proprio, practicar una citación por ese medio de
comunicación.
quien responda afirme que es la persona buscada le: 1.- informará que es funcionario
judicial y el órgano jurisdiccional al que está adscrito; 2.- hará saber el motivo de la
llamada; 3.- precisará el día, lugar y hora en que debe comparecer el sujeto procesal
necesario; y, 4.- expondrá el objeto de la diligencia. De lo anterior deberá levantar la razón
correspondiente.
Un ejemplo de un caso urgente en el que procede la citación por teléfono, se
actualiza cuando el juez, para resolver la situación jurídica de un indiciado, requiere la
declaración de un testigo y, ante la inminencia de que se venza el término constitucional,
ordena al actuario judicial que cite por teléfono al referido testigo. Cabe precisar que la
orden de practicar la citación por teléfono debe constar por escrito, ya sea en el acta que
se levante con motivo de una diligencia o en un proveído que dicte el titular del órgano
jurisdiccional.
Por otra parte, respecto de la hipótesis resumida en el inciso b) del apartado anterior,
conviene precisar que debe obrar en autos un escrito que acredite que el sujeto procesal
necesario expresó su voluntad de ser citado por teléfono, así como el auto en el que se
haya acordado de conformidad la solicitud correspondiente.
Conviene precisar que en las hipótesis antes expuestas, si no se localiza por teléfono
a la persona a quien deba citarse, entonces, conforme al citado artículo 79 del código
adjetivo penal federal, el actuario judicial deberá levantar la razón correspondiente con la
que se dará cuenta al titular del órgano jurisdiccional, quien, con vista en tal razón,
determinará la forma en que deba practicarse la citación.
5.10.4.5.1. Su procedencia.
El artículo 83 del Código Federal de Procedimientos Penales, dispone:
“Artículo 83. Cuando se ignorare la residencia de la persona que debe ser citada, se
encargará a la policía que averigüe su domicilio y lo proporcione. Si esta investigación no
tuviere éxito y quien ordene la citación lo estimare conveniente, podrá hacerlo por medio
de un periódico de los de mayor circulación.- Se agregará al expediente un ejemplar del
periódico en la parte que contiene la inserción, de modo que se identifique el periódico, la
fecha de publicación y la sección y página en la que ésta aparece.”
De la disposición legal transcrita se desprende que la citación por edicto procede
cuando se actualicen los dos supuestos siguientes:
a) Que se ignore la residencia de la persona que debe citarse; y,
b) Que dicho domicilio no se hubiere localizado aun después de haberse agotado la
investigación a que alude el citado precepto legal.
5.10.4.5.2. Procedimiento para practicar las citaciones por edicto.
Del artículo 83 del Código Federal de Procedimientos Penales (que se transcribió
con anterioridad), se desprende que la práctica de la citación por edicto consiste en la
268
publicación, por una sola vez, del proveído que ordena la citación. Tal publicación debe
hacerse en un periódico de los de mayor circulación nacional. Se estima que la publicación
correspondiente debe cumplir con los requisitos establecidos en el artículo 75 del código
procesal mencionado, con excepción del previsto en la fracción IV (medio de apremio que
se impondrá en caso de que no comparezca la persona citada). Esto es así, pues se
considera que carece de sentido apercibir a quien se cita por edicto, con imponerle un
medio de apremio si no comparece, si en el supuesto de que esto último suceda la
autoridad judicial no podrá hacerlo efectivo.
Una vez realizada la publicación, deberá agregarse a los autos de la causa penal un
ejemplar del periódico en la parte que contenga la inserción de la resolución
correspondiente, de modo que pueda identificarse el periódico, la fecha de publicación, así
como la sección y página en la que aquélla se publicó.
5.- Nombre y cargo de la persona que lo atendió, así como la forma en que ésta se
identificó.
6.- La circunstancia de que solicitó que se le pusieran a la vista los bienes
asegurados.
7.- La descripción de los bienes. Aquí debe quedar precisada la clase de objeto, el
número de serie (si lo tuviere), el estado en que se encuentra y, en general, todos los
datos que lo identifiquen.
8.- El hecho de que hizo saber a quien lo atendió que los objetos quedan a
disposición del órgano judicial de que se trate, así como el número de causa con la que
están relacionados.
9.- Firma del funcionario judicial.
Cabe destacar que el actuario judicial debe ser cuidadoso al describir los objetos.
Esto es así, pues puede suceder que algún bien asegurado requiera de la opinión de un
especialista para afirmar que es o no alguna clase de sustancia. Por ejemplo, tratándose
de un delito de posesión simple de marihuana, por lo general, la representación social deja
a disposición de la autoridad judicial el citado estupefaciente. En este supuesto, el actuario
judicial, al dar fe de dicho narcótico no debe describirlo afirmando contundentemente que
se trata de marihuana, sino que puede exponer, por ejemplo, que se trata de una hierba
“al parecer marihuana”. Lo anterior, pues para determinar con toda certeza si se trata o no
de marihuana es necesario que un especialista en estupefacientes emita el dictamen
correspondiente.
TEMA 6
RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS
ACTUARIOS JUDICIALES
“Artículo 131. Serán causas de responsabilidad para los servidores públicos del
Poder Judicial de la Federación: I. Realizar conductas que atenten contra la independencia
de la función judicial, tales como aceptar o ejercer consignas, presiones, encargos o
comisiones, o cualquier acción que genere o implique subordinación respecto de alguna
persona, del mismo u otro poder; II. Inmiscuirse indebidamente en cuestiones del orden
jurisdiccional que competan a otros órganos del Poder Judicial de la Federación; III. Tener
una notoria ineptitud o descuido en el desempeño de las funciones o labores que deban
realizar; IV. Impedir en los procedimientos judiciales que las partes ejerzan los derechos
que legalmente les correspondan en los procedimientos; V. Conocer de algún asunto o
participar en algún acto para el cual se encuentren impedidos; VI. Realizar
nombramientos, promociones o ratificaciones infringiendo las disposiciones generales
correspondientes; VII. No poner en conocimiento del Consejo de la Judicatura Federal
cualquier acto tendiente a vulnerar la independencia de la función judicial; VIII. No
preservar la dignidad, imparcialidad y profesionalismo propios de la función judicial en el
desempeño de sus labores; IX. Emitir opinión pública que implique prejuzgar sobre un
asunto de su conocimiento; X. Abandonar la residencia del tribunal de circuito o juzgado
de distrito al que esté adscrito, o dejar de desempeñar las funciones o las labores que
tenga a su cargo; XI. Las previstas en el artículo 47 de la Ley Federal de
Responsabilidades de los Servidores Públicos, siempre que no fueren contrarias a la
naturaleza de la función jurisdiccional, y XII. Las demás que determine la ley.”
“Artículo 8.- Todo servidor público tendrá las siguientes obligaciones: I.- Cumplir el
servicio que le sea encomendado y abstenerse de cualquier acto u omisión que cause la
suspensión o deficiencia de dicho servicio o implique abuso o ejercicio indebido de un
empleo, cargo o comisión; III.- Utilizar los recursos que tenga asignados y las facultades
que le hayan sido atribuidas para el desempeño de su empleo, cargo o comisión,
exclusivamente para los fines a que están afectos; V.- Custodiar y cuidar la
documentación e información que por razón de su empleo, cargo o comisión, tenga bajo
su responsabilidad, e impedir o evitar su uso, sustracción, destrucción, ocultamiento o
inutilización indebidos; VI.- Observar buena conducta en su empleo, cargo o comisión,
tratando con respeto, diligencia, imparcialidad y rectitud a las personas con las que tenga
relación con motivo de éste; VII.- Comunicar por escrito al titular de la dependencia o
entidad en la que preste sus servicios, las dudas fundadas que le suscite la procedencia
de las órdenes que reciba y que pudiesen implicar violaciones a la Ley o a cualquier otra
disposición jurídica o administrativa, a efecto de que el titular dicte las medidas que en
derecho procedan, las cuales deberán ser notificadas al servidor público que emitió la
orden y al interesado; VIII.- Abstenerse de ejercer las funciones de un empleo, cargo o
comisión, por haber concluido el período para el cual se le designó, por haber sido cesado
o por cualquier otra causa legal que se lo impida; IX.- Abstenerse de disponer o autorizar
que un subordinado no asista sin causa justificada a sus labores, así como de otorgar
indebidamente licencias, permisos o comisiones con goce parcial o total de sueldo y otras
274
se le notifica por medio del presente instructivo, el cual dejo en poder de. . .en virtud de no
haberlo encontrado, hoy a las 12:25 horas del día 06 de febrero del 2004, para que sirva
de notificación en forma de la resolución que se le notifica. . .’.- Del análisis del citado
instructivo de notificación, se desprende que la actuaria judicial denunciada hizo constar
que se constituyó en el domicilio de la demandada. . .el seis de febrero de dos mil cuatro.
Lo anterior, en cumplimiento al citatorio de cuatro de febrero del citado año. Lo asentado
en el referido instructivo de notificación, está desvirtuado con las pruebas documentales
que exhibió el promovente de la queja, de las que se desprende que la actuaria judicial de
que se trata, asentó hechos falsos en el referido instructivo de notificación y, además,
infringió los citados preceptos del Código Federal de Procedimientos Civiles, que
establecen las formalidades con que deben practicarse las notificaciones.- En efecto, el
promovente de la queja exhibió, entre otras pruebas, copia certificada tanto del citatorio de
cuatro de febrero de dos mil cuatro, como del instructivo de notificación de seis de febrero
del citado año. Tales copias fueron certificadas por el Notario Público número veinte de la
ciudad de. . .La certificación que consta en el anverso de la copia del citatorio, en lo que
interesa, dice: ‘LUIS RAMÓN SALMERÓN SANDOVAL, titular de la notaría pública
número veinte de esta demarcación, CERTIFICO: Que la presente copia que consta de
una hoja utilizada por su anverso, es una copia fiel y exacta que se saca del original con la
que lo cotejé, haciéndose constar lo anterior bajo el acta número tres mil setenta y
tres. . .a cuatro de febrero del dos mil cuatro. Doy fe.’.- Por otra parte, la certificación que
obra en el anverso de la copia del instructivo de notificación, textualmente dice: ‘LUIS
RAMÓN SALMERÓN SANDOVAL, titular de la notaría pública número veinte de esta
demarcación, CERTIFICO: Que la presente copia que consta de una hoja utilizada por su
anverso, es una copia fiel y exacta que se saca del original con la que lo cotejé,
haciéndose constar lo anterior bajo el acta número tres mil setenta y tres, del libro de
certificaciones a mi cargo.- Cabe hacer la aclaración de que no obstante que el
presente documento tiene fecha posterior a esta certificación, el documento que se
certifica y que tengo a la vista me fue presentado en esta fecha, haciendo constar lo
anterior para los efectos legales a que haya lugar. . .a cuatro de febrero del dos mil
cuatro.- Doy fe.’.- Como se ve, de la certificación levantada por el Notario Público número
veinte de la ciudad de. . .se advierte que el cuatro de febrero de dos mil cuatro, tuvo a la
vista el instructivo de notificación de seis de febrero del citado año. Se afirma lo anterior,
pues el referido fedatario público, en forma destacada precisó que el documento que
estaba certificando y que tenía a la vista (instructivo de notificación), era de una fecha
posterior a aquella en que llevó a cabo la certificación correspondiente (cuatro de febrero
de dos mil cuatro).- Aunado a lo anterior, según lo asentado en el instructivo de
notificación, la actuaria judicial se constituyó en el domicilio de la demandada. . .a las doce
horas con veinticinco minutos del seis de febrero de dos mil cuatro. No obstante, de las
copias certificadas de las constancias del juicio ordinario mercantil 1/2004, se advierte que
el ahora inconforme, mediante escrito que presentó ante la Oficialía de Partes del
279
Juzgado. . .de Distrito en el Estado de. . .a las nueve horas, con veintitrés minutos del seis
de febrero del citado año (según se advierte del sello fechador de dicha oficialía), devolvió
tanto el citatorio de cuatro de febrero, como el instructivo de notificación del seis siguiente.
Lo anterior, a efecto de demostrar que aun cuando todavía no eran las doce horas con
veinticinco minutos del seis de febrero (hora en que supuestamente se constituiría la
actuaria denunciada en el domicilio de la persona moral demandada), él ya contaba con el
instructivo de notificación. Así, el inconforme acreditó ante el titular del referido juzgado
federal, que la actuaria. . .había asentado hechos falsos en la razón de seis de febrero de
dos mil cuatro y, además, que había inobservado lo dispuesto en los artículos 305 y 310
del Código Federal de Procedimientos Civiles.- Como se ve, de las pruebas documentales
antes analizadas, se desprende en forma indudable que el cuatro de febrero de dos mil
cuatro, la funcionaria denunciada entregó a una empleada de la demandada. . .tanto el
citatorio de esa fecha, como el instructivo de notificación de fecha seis de febrero del
citado año. En este sentido, es inconcuso que infringió los artículos 305 y 310 del Código
Federal de Procedimientos Civiles antes citados. De aquí, que lo procedente sea
imponerle una sanción administrativa.- Lo expuesto en el párrafo anterior se corrobora con
lo determinado en el proveído de seis de febrero de dos mil cuatro, que el titular del
Juzgado. . .de Distrito en el Estado de. . .dictó en los autos del juicio ordinario mercantil
1/2004. Dicho proveído, en lo conducente, dice: ‘Vista; la certificación y el escrito de
cuenta, de los cuales se advierte que la diligencia de notificación realizada por la
actuaria adscrita. . .mediante citatorio de fecha cuatro de los corrientes e instructivo
de notificación de esta misma fecha fueron realizadas de forma ilegal; en tal virtud,
con fundamento en el artículo 58 del Código Federal de Procedimientos
Civiles. . .regularícese el procedimiento y ordénese de nueva cuenta llevar a cabo la
notificación. . .por último, llámese severamente la atención a la actuaria. . .para que
en lo sucesivo ponga más atención y empeño en las funciones de su cargo, en
virtud de que claramente aparece que dejó un instructivo de notificación el mismo
día en que dejó el citatorio.’.- En otra parte de su informe, la funcionaria denunciada
sostuvo que la conducta en que incurrió se justifica, en virtud de que tuvo una carga de
trabajo excesiva. . .el hecho de que haya tenido una excesiva carga de trabajo, tampoco la
exime de responsabilidad. Se afirma lo anterior, pues independientemente de la carga de
trabajo que haya tenido, lo cierto es que no puede pasarse por alto que un funcionario
del Poder Judicial de la Federación, que tiene fe pública, haga constar hechos falsos
para evitar el cumplimiento de las obligaciones que le imponen diversas
disposiciones jurídicas.”
De la transcripción anterior se desprende que los actuarios judiciales deben ser
especialmente cuidadosos al levantar las razones correspondientes. Se afirma lo anterior,
pues en éstas deben asentar la hora y la fecha en que realmente llevaron a cabo los actos
que se mencionan en tales razones. De lo contrario, podrán incurrir en una causa de
responsabilidad administrativa.
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