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CONSTRUCCIÓN DE FILTROS PARA EL SUBDRENAJE DE OBRAS DE

TIERRA EN TRABAJOS DE VIALIDAD: ALGUNAS RECOMENDACIONES


Ing° MGC Marino Martínez M. (CIV 16800, PMI 1439168) marinomm@gmail.com

Todas las obras conectadas con la construcción de vías terrestres se hacen de o


sobre suelos o rocas que usualmente contienen agua, que debe ser desalojada
por medios eficientes.

Las formaciones rocosas sanas suelen poder drenarse simplemente permitiendo


que el agua salga libremente a zonas abiertas, tales como pozos de drenaje o
túneles. Estos materiales tiene la suficiente cohesión para permitir el paso de agua
a su través sin que se produzcan erosiones nocivas.

Pero los suelos o rocas muy intemperizadas pueden ser fácilmente erosionados
por la fuerza que produce el agua al fluir a través de ellos. Si dicho proceso se
permite sin restricción terminarían por desembocar en verdaderos problemas de
erosión interna y tubificación.

Por tanto, todas las superficies a través de las cuales el agua salga al exterior
deberán protegerse en los suelos, de manera que pueda aflorar con facilidad pero
logrando también que las partículas del suelo queden en su lugar.

Los materiales encargados de la doble función de permitir el paso franco del agua
hacia el exterior y de impedir el arrastre de las partículas del suelo protegido se
denominan filtros. Su objetivo es facilitar el drenaje de las aguas subterráneas
cuando las obras se construyen con o sobre suelos o rocas meteorizados que
pueden ser fácilmente erosionables, impidiendo la ocurrencia de este último
fenómeno. Se puede usar para ello papel, tela, fibras de plástico o de vidrio, pero
en obras de tierra resulta muy conveniente el uso de materiales granulares del
tamaño de la arena y la grava, que cuando son de buena calidad resultan
prácticamente indestructibles y eternos en comparación con la vida útil de las
obras.

Cuando se colocan convenientemente, los materiales en cuestión tienen magnífico


comportamiento tanto como filtros como en lo que se refiere a resistencia y
compresibilidad. Como son abundantes en la naturaleza, su obtención y manejo
suele ser comparativamente económico. Su utilización suele combinarse con la de
tubos, perforados o no, que normalmente proporcionan la adecuada canalización y
eliminación de las aguas.

Para cumplir su papel protector de filtros en forma conveniente, estos materiales


granulares naturales deben cumplir algunos requerimientos básicos que deben ser
estrictamente guardados so pena de hacer inútil todo el trabajo relacionado con
ellos y el gasto realizado. Pocas veces se tiene en la tecnología de las vías
terrestres tan poco margen para el descuido o el error como el que se tiene en la
elección, tratamiento y colocación de materiales granulares para filtros.
Muchos de los requerimientos que se imponen para los materiales de filtros son de
naturaleza granulométrica y se refieren a su gradación. Otros, muy importantes,
tienen que ver con el cuidado en la manipulación y colocación, para evitar
contaminaciones y segregaciones. También puede haber requerimientos relativos
a la compactación, para reducir la posibilidad de que se presenten cambios en la
gradación granulométrica por invasión de finos procedentes del material a proteger.

Se deben satisfacer dos requerimientos contradictorios: a) Los espacios entre las


partículas del filtro en contacto con el suelo a proteger deben ser suficientemente
pequeños como para que los finos de aquel no penetren en él; b) Los espacios
entre las partículas del filtro deben ser lo suficientemente grandes como para que
el conjunto tenga la permeabilidad necesaria para que el agua pueda moverse
libremente a su través y fuir rápidamente hacia el exterior, sin producir presiones
de poro indeseables.

En los sistemas de subdrenaje es muy frecuente que en el interior del filtro se use
tubería perforada con huecos circulares o ranurada, con el objeto de recolectar y
eliminar rápidamente las aguas. En estos casos se plantea la necesidad de que el
material de filtro sea lo suficientemente grueso como para que no se fugue a
través de tales perforaciones y para que no las obstruya.

El objetivo obvio del tubo es el de proporcionar una fácil y rápida conducción del
agua para su desalojo, siendo el objeto de las perforaciones el permitir el acceso
del agua al interior de la tubería. Se recomienda que las perforaciones se hagan a
cada lado del tubo, ubicándose entre 22,5° y 45° por debajo del eje. No conviene
perforar la parte superior del tubo pues ello favorecería la entrada de las partículas
finas del material filtrante. Tampoco conviene colocar perforaciones en la parte
más baja del tubo pues se propiciaría la salida del agua captada, cuando su
velocidad disminuyera o cuando se tenga un gasto bajo. En ocasiones se ha
utilizado como una alternativa a las perforaciones el dejar uniones abiertas entre
secciones de tubería sin perforar, lo que no es recomendable pues se favorece la
ocurrencia de los dos inconvenientes antes mencionados.

En la mayoría de los casos de subdrenaje se suele utilizar tubería de concreto de


diámetros entre 10 y 20 cm (4” y 8”), aunque se podría usar cualquier material que
resulte en una alternativa económica y se pueden requerir diámetros mayores en
aquellas instalaciones especiales en las que se produzcan grandes gastos. Las
perforaciones, sujetas a las reglas establecidas, suelen tener diámetros del orden
de 5 a 10 mm (¼” a ⅜”). A continuación se ilustran aspectos relacionados con la
perforación de las tuberías en los sistemas de subdrenaje:
Los requerimientos y recomendaciones normales conducen al uso de filtros de un
solo material, haciendo a un lado los filtros compuestos de varias capas, cuyo uso
se procura evitar por razones de economía y de facilidad de construcción. Es
relativamente frecuente que un material que pueda ser usado como arena para la
preparación de concreto, satisfaga razonablemente todas las normas. Lo ideal
sería contar con una recomendación para seleccionar el material filtrante que fuera
independiente del material por proteger y que, por lo tanto, produjese un material
filtrante que pudiera utilizarse en todos los casos en forma estándar, lo que es
teóricamente imposible. Sin embargo, en la práctica algunas instituciones que se
dedican a la construcción de carreteras sí han resuelto satisfactoriamente el uso
de un material filtrante único, elegido de tal manera que sus características
granulométricas permitan cubrir una amplia gama de casos, como se ha logrado
en el Departamento de Transporte de California (USA) o en la Secretaría de Obras
Públicas de México, donde se recomiendan las siguientes granulometrías:

Tamiz Depto. Transp. California (% pasante) Secr. Obras Públicas México (% pasante)
1½” ----- 100
1” 100 80 – 100
¾” 90 – 100 65 – 100
⅜” 40 – 100 40 – 80
#4 25 – 40 20 – 55
#8 18 – 33 -----
# 10 ----- 0 – 35
# 20 ----- 0 – 20
# 30 5 – 15 -----
# 40 ----- 0 – 12
# 50 0–7 -----
# 100 ----- 0–7
# 200 0–3 0–5

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