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ARTÍCULO

CONFIGURACIÓN ESPACIAL Y ORGANIZACIÓN


SOCIAL: ANALISIS DE ACCESO EN LA ALUMBRERA
(PERÍODO TARDÍO, PUNA MERIDIONAL
ARGENTINA)
Spacial configuration and social organization: analysis into
accessing La Alumbrera (ca. 1400-650 BP, southern Argentine Puna)
I
SALMINCI, PEDRO MIGUEL

O riginal Recibido el 31 de Octubre de 2008 • Original A ceptado el 12 de Noviembre de 2009

RESUMEN
En este trabajo se presenta el estudio del espacio construido del sitio arqueológico La Alumbrera, un asen-
tamiento residencial fortificado ubicado sobre los 3.500 m.s.n.m. en el fondo de cuenca de la microrregión
de Antofagasta de la Sierra, Catamarca y ocupado durante los períodos Tardío, Inca e Hispano Indígena (ca.
1000-1680 A.D.). Existe una estrecha relación entre el espacio construido, las prácticas sociales de encuentro
y la estructura social y es posible estudiar esta relación a partir de la arquitectura arqueológica. El objetivo del
trabajo es estudiar al sitio en términos de los patrones de movimientos, y las posibilidades de encuentro que
la arquitectura generó. La metodología aplicada proviene de la sintaxis espacial y se basa en los conceptos de
conectividad, circularidad, integración y segregación para caracterizar un sistema socio- espacial. El análisis
realizado permitió observar un sistema de accesos al sitio altamente controlado materializado por dos murallas
perimetrales concéntricas. También se revelaron dos áreas segregadas con alta integración interior dentro del
sector residencial central sugiriendo la existencia de una estructura social y espacial organizada en mitades.
PALABRAS CLAVE: Espacio construido, encuentros sociales, integración- segregación, control de accesos, organiza-
ción dual

ABSTRACT
I present the study of the built environment in the archaeological site La Alumbrera, a fortified residential
settlement located above 3,500 m.a.s.l. in the Antofagasta de la Sierra microregion and occupied during the
Tardío, Inca e Hispano Indígena time periods( ca. 1000-1680 A.D.). There is a close relationship between the
built environment, the social practices of encounters and social structure, making it possible to study this
relationship from archaeological architecture. The aim of this paper is to study the archaeological site from
its movement patterns and the possibilities of encounters that architecture created. Space syntax provided
the methodology applied in order to characterize the socio-spatial system, and was based on the concepts of
connectivity, ringiness, integration and segregation. Results showed a highly controlled access system materia-
lized in the construction of two concentric surrounding walls. Also, two segregated yet internally integrated
areas were observed in the central residential sector, suggesting the existence of a social and spatial structure
organized in halves.
KEYWORDS: Built environment, social encounters, integration-segregation, access control, dual organization .

I
CONICET • Instituto de Antropología y Pensamiento Latinoamericano • 3 de Febrero 1378 (1426), CABA, Argentina
E-Mail: pedrosalminci@yahoo.com.ar
Arqueología 16: 105-124 • 2010 • ­­Instituto de Arqueología © • FFyL. UBA
ISSN (Versión impresa) 0327-5159 • ISSN (Versión en línea) 1853-8126
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INTRODUCCIÓN producto y como productor, como con-


tingente y como formador de conductas y
El objetivo general de este trabajo es contri- prácticas sociales en el proceso cotidiano
buir al estudio de las organizaciones sociales de reproducción social (Soja 1996). Estos
prehispánicas tardías en Antofagasta de la Sierra aspectos pasivos y activos de la materiali-
(Puna Meridional, Catamarca) a través del estu- dad del espacio se ligan de forma dinámica
dio del espacio construido del sitio arqueológi- y recursiva a la rutina de la práctica social.
co La Alumbrera. Este sitio está ubicado a 6km Dentro de las innumerables prácticas desa-
de distancia en dirección sur del pueblo actual rrolladas por individuos y grupos sociales,
Antofagasta de la Sierra a orillas de la laguna se destacan dentro de esta línea argumenta-
homónima sobre los 3500 m.s.n.m (Figura 1). tiva, a las interacciones físicas entre los mis-
Sus construcciones abarcan una extensión de mos, materializadas en sus encuentros en el
aproximadamente 20 ha. y se emplazan sobre espacio. Los encuentros sociales son even-
un escabroso relieve de elevadas coladas vol- tos situados en tiempo y espacio en el que
cánicas de basalto y depresiones más bajas que dos o más personas se hallan en copresencia
se abren entre las mismas (Ambrosetti 1906; física y se advierten mutuamente. En con-
Olivera 1991; Raffino y Cigliano 1973; Salminci textos sociales específicos los encuentros,
et al. 2007). Tanto su extensión como sus carac- así como la evitación de los mismos, no se
terísticas constructivas lo distinguen de los otros dan de manera fortuita sino que responden
sitios de la microrregión. La buena conserva- a elementos estructurales y ocurren como
ción de su arquitectura brinda una oportunidad rutinas cruciales para la reproducción social
para profundizar el conocimiento de los modos (Giddens 1995).
de vida las sociedades que lo habitaron.
En este sentido, la arquitectura ordena el
Cumplir este objetivo requiere concebir espacio habitado, fijando los caminos de cir-
al espacio construido en su doble rol como culación y estableciendo las situaciones de

Figura 1 • Microrregión de A ntofagasta de la Sierra. Sitios arqueológicos: 1: La A lumbrera; 2: Bajo del Coypar
II; 3: Bajo del Coypar; 4: Coyparcito; 5: Quebrda de Petra: 6: Campo Cortaderas; 7: Punta de la Peña 4; 8: Punta
C alalaste; 9: Corral grande 1; 10: Real Grande 10.

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copresencia. El manejo de las interacciones desierto de altura en dónde el asentamiento


entre individuos y grupos en el espacio es un humano ha estado restringido a la disponi-
aspecto importante de la organización social, bilidad del recurso hídrico constituido por el
y es posible investigar desde este punto las sistema fluvial Calalaste- Toconquis- Punilla
estructuras sociales pasadas en contextos ar- y numerosos tributarios (Miriguaca, Las Pitas,
queológicos con buena conservación arquitec- Curuto, Los Colorados, etc.). A partir de los
tónica. En este trabajo, el sitio La Alumbrera ca. 900-1000 años A.P. comienzan a darse
es analizado en términos de su configuración cambios significativos en el contexto social
espacial, es decir de la estructura subyacen- registrándose el abandono del área residen-
te de movimientos, encuentros y evitación cial dispersa ubicada en la margen oriental del
que la arquitectura y otros elementos como río Punilla (sitio Casa Chavez Montículos), la
el relieve establecen (Hillier y Hanson 1984, ocupación de los sectores pedemontanos de
Peponis 1997). los cerros del Coypar y el empleo del riego
para cultivar grandes superficies de terreno
La metodología para describir y analizar las (Olivera y Vigliani 2000/2002).
configuraciones espaciales se deriva principal-
mente de la sintaxis espacial (Hillier y Hanson Los estudios referidos al uso del espacio
1984; Hillier 1996; Peponis 1997) que con- durante el Tardío se concentraron en los pa-
siste en la elaboración de gráficos a partir de trones de asentamiento en relación a la eco-
planos para hacer evidentes y simplificar las logía regional. En este sentido se observó un
relaciones entre las unidades de espacios y ob- uso diferencial del territorio sobre la base de
servar, entre otras características, la secuencia tres sectores con características ecotopográ-
de movimientos, los cambios de dirección, las ficas particulares. El sector de Fondo de la
intersecciones entre diferentes direcciones, la Cuenca (3400 a 3550 msnm) con mayor dis-
presencia de secuencias alternativas que li- ponibilidad de agua y tierras llanas cultivables
guen a dos áreas, la ocurrencia de centros de se caracterizó por la instalación del núcleo
convergencia e integración o dominios segre- semiurbano de La Alumbrera, los depósitos
gados de exclusión, entre otros. de Quebrada de Petra, las instalaciones ha-
bitacionales y de procesamiento de Bajo del
Los resultados expuestos tienen un carácter Coypar II y campos de cultivo con estruc-
preliminar debido a que se enfocan sobre una turas de riego de Bajo del Coypar. En los
dimensión de la configuración, los espacios Sectores Intermedios (3550 a 3900 msnm) se
externos o extramuros. Estos deberán ser identificaron sitios relacionados a los cursos
complementados con otros análisis centrados inferiores y medios de los ríos tributarios de
por ejemplo, en la configuración de los espa- la cuenca, como las instalaciones agrícolas de
cios internos de los edificios, la distribución Campo Cortaderas y Punta Calalaste y pues-
de materiales muebles y la relación con las tos agro pastoriles pequeños compuestos por
áreas funerarias. Sin embargo los resultados pocas construcciones como Corral Grande 1
obtenidos son significativos y cobran relevan- y Punta de la Peña 4 (Olivera y Vigliani 2000/
cia dentro del panorama arqueológico gene- 2002, Olivera et al. 2008). Por último en las
rado por las investigaciones previas. Quebradas de Altura (3900 a 4600 msnm)
que poseen vegas de buena pastura se han
identificado ocupaciones en aleros o peque-
LA ALUMBRERA Y EL CONTEXTO ñas cuevas como Real Grande 6 y 10, y se de-
ARQUEOLOGICO LOCAL Y finieron como puestos de caza y/o pastoreo
REGIONAL de ocupación estacional.

La microrregión de Antofagasta de la Sierra Las primeras aproximaciones a la arquitec-


consiste en una zona árida definida como un tura de La Alumbrera se realizaron a fines del

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siglo XIX. Durante 1897 y 1898, Guillermo defensivo para el conjunto. Recientemente,
Gerling visitó la región y mencionó que un Salminci et al. (2007) observan la presencia
grupo de ruinas dos sistemas de murallas en forma de U que
rodean al asentamiento hasta las orillas de la
“[…] se halla á dos leguas escasas al laguna, apoyando esta última interpretación.
sur del pueblo actual, al pie de los
dos volcanes apagados llamados de En referencia a la organización del espacio,
la Alumbrera y en medio de las esco- se destacó la ausencia de planeamiento, dan-
rias y lavas. Estas ruinas, que parecen do la impresión de un crecimiento azaroso
haber sido fortificaciones, ocupaban sin ordenamiento. Según Raffino y Cigliano
puntos estratégicos. Al sur, están pro- (1973: 249) “[…] algunos pocos senderos, di-
tegidas por los mismos campos de seminados irregularmente por la superficie del
lava y escorias que se extienden por sitio, parecen indicar una simple necesidad de
más de una legua, y por el norte se desplazamiento, resuelta rudimentariamente,
hallan dos lagunas separadas por un más que el producto de una idea preconce-
angosto istmo que con facilidad pue- bida de planeamiento”. Olivera (1991: 40)
de defenderse. Por dentro, las ruinas menciona que “[…] al acercarnos al centro
se presentan como un laberinto de ca- del sitio […] las construcciones afectan un
llejones y habitaciones grandes, todo aspecto de conglomerado o aglutinamiento,
como trincheras y obras de defensa, quedando entre ellas vías de circulación- en
imposible de orientarse y trazar rápi- ocasiones sobreelevadas, sin que en ningún
damente un croquis por la gran irre- caso se observen vestigios de preplaneamien-
gularidad de estas construcciones.” to urbano.”
(tomado de los Diarios de viaje inédi-
tos de Gerling, citado en Ambrosetti El asentamiento de La Alumbrera está ínti-
1906: 13). mamente relacionado con los campos agríco-
las de Bajo del Coypar (ca. 800 ha), que evi-
Posteriormente, en 1923, el ingeniero dencian una explotación agrícola basada en el
Vladimiro Weisser realizó el plano de un riego por inundación de parcelas ubicadas en
conjunto habitacional de La Alumbrera las tierras bajas y planas de la terraza aluvial
(Olivera 1991; Raffino y Cigliano 1973). del río Punilla (Tchilinguirian y Olivera 2000).
Por estas inmediaciones también se encuen-
Las estructuras afectan plantas tendientes tran el asentamiento de Bajo del Coypar II,
a rectangular y cuadrangular contiguas unas los depósitos de Quebrada de Petra y el pu-
a otras, construidas con roca basáltica que cará de Coyparcito de origen Incaico (Olivera
abunda en el lugar. Las técnicas constructi- y Vigliani 2000/2002) lugares articulados de
vas utilizadas consisten en “[…] tanto técni- distintas maneras con La Alumbrera.
ca de Pirca Simple de una hilada de piedras,
como Pirca Doble Trabada de dos hiladas En cuanto a la cronología del sitio, los análi-
y, sobre todo en el sector central del sitio, sis cerámicos indicaron que la mayoría de los
Doble Pirca con Relleno Intermedio de are- estilos cerámicos representados correspon-
na y, posiblemente, ripio.” (Olivera 1991: den a tipos tardíos (Olivera 1991; Olivera y
39-40). Vigiani 2000/2002; Olivera et al. 2003/2005
Un importante punto de discusión concier- Vigliani). Asimismo, análisis radiocarbónicos
ne a la naturaleza defensiva o no del asen- dieron los siguientes fechados1 ( Elías et al.
tamiento. Mientras que Raffino y Cigliano 2009; Olivera et al. 2008):
(1973: 248) lo definen como “un conglomera-
do sin fortificación”, tanto Gerling (v. supra), 981±39 14C años AP (AA78543; δ13C: -21.0)
como Olivera (1991: 39) sostienen un carácter 536±42 14C años AP (AA78542; δ13C: -20.6)

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1007±50 14C años AP (AA82551; δ13C: -18.5) nivel del agua mediante acequias y de cuadros
916±50 14C años AP (AA82552; δ13C: -22.3) de cultivo y en Campo Cortaderas (Olivera et
al. 2003/2005). A su vez se instaló un pucará,
Por otro lado, también se han establecido denominado Coyparcito, emplazado sobre un
relaciones entre Antofagasta de la Sierra y los terreno de difícil acceso y con una visibilidad
valles de Belén y Hualfín, básicamente a tra- que abarca toda el área de campos agrícolas
vés del estudio del material cerámico. Las re- y el asentamiento La Alumbrera. Por último,
colecciones superficiales del sector este de La se reconocieron probables influencias incai-
Alumbrera indican el predominio de un 83% cas en algunas estructuras arquitectónicas de
de estilos cerámicos Belén, principalmente La Alumbrera así como material cerámico
en su variante negro sobre rojo, coincidiendo correspondiente a este momento (Cigliano y
con la información proveniente de Bajo del Raffino 1973; Olivera 1991; Olivera y Vigliani
Coypar II (Olivera 1991, Olivera y Vigliani 2000/2002; Olivera et al. 2003/2005). Existen
2000/2002). Raffino y Cigliano propusieron, pocos datos en cuanto a la dinámica del área
desde un marco teórico ecológico-cultural, durante el período Hispano Indígena. La pri-
que “[…] La Alumbrera sería una población mera mención de Antofagasta de la Sierra en
culturalmente Belén III, que actuaría como documentos escritos es de 1633 (García et al.
avanzada del límite ecológico natural: El va- 2000: 58) indicando que quizás los europeos
lle de Hualfín.” y como “[…] una “colonia- no llegaron hasta bien entrado el S XVII. Por
avanzada”, dependiente de uno o más centros lo tanto es difícil estimar si el abandono de La
políticos administrativos […]” dentro de un Alumbrera fue parte un evento rápido o un
modelo ecológico de verticalidad (Raffino y proceso más lento.
Cigliano 1973: 251-252). De manera similar
el sitio fue incluido dentro de un “modelo Como se deduce de la introducción del artí-
geopolítico de la cultura Belén”, en dónde el culo y de los antecedentes, cumplir con el ob-
centro hegemónico de la cultura se encontra- jetivo planteado requiere realizar un cambio
ba en los valles centrales de Belén y Hualfín en las perspectivas teóricas y metodológicas
y La Alumbrera fue un caso de satelitismo que han dominado la investigación en el área
bajo control del área central (Sempé 1982, de Antofagasta en particular y en todo el es-
2005). Sin embargo esta idea sobre una in- pacio asociado a la cultura Belén en general.
migración es discutida por Olivera y Vigliani El aporte será realizado a partir de un enfo-
(2000/2002) quienes sostienen que hubo que centrado en un sitio y en las relaciones
continuidad en el proceso cultural desde el que pudieron establecerse entre los habitan-
Formativo Superior hasta el Tardío. tes del mismo.

Existen pocos datos publicados para com-


parar la arquitectura de La Alumbrera con MARCO TEóRICO Y
otros sitios del área central Belén. El mejor METODOLÓGICO
documentado es la Loma Negra de Azampay,
y aunque su tamaño es menor, existen algu- Como se desprende de lo dicho más arri-
nas similitudes como su emplazamiento so- ba, desarrollar el objetivo planteado para este
bre una zona elevada, la presencia de murallas trabajo implica abordar varios problemas ta-
perimetrales, edificios subsuperficiales, obras les como la manera en que la arquitectura de
de nivelación y por estar en las cercanías de La Alumbrera estableció los movimientos y
vastos campos de cultivo (Wynveldt 2005). en consecuencia, los patrones de encuentro
en los espacios externos del sitio; cómo esta
La llegada del imperio incaico significó la configuración espacial ordenó las relaciones
sistemática ampliación del sistema de riego entre sus habitantes, y qué elementos de la
en Bajo del Coypar a través de elevación del estructura social se relacionaron con la arqui-

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tectura de La Alumbrera. En este apartado co en detrimento de los aspectos simbólicos


se establecen las bases del modelo teórico y y sociales. La construcción de tipologías de
metodológico siguiendo dos interrogantes asentamientos y edificios terminó por ocul-
básicos: ¿qué relación existe entre el espacio, tar las dinámicas que intervienen en la re-
las prácticas y la estructura social? y ¿cómo se producción social.
pueden estudiar estos aspectos a partir de la
arquitectura arqueológica? Desde las posturas idealistas y la fenome-
nología existencial, el espacio se concibe
En primer lugar, la base teórica de este como una dimensión mental que presenta a
trabajo proviene de perspectivas que pro- la producción de la espacialidad como cog-
movieron el estudio del aspecto “social” del nición y diseño mental en el cual la imagen
espacio explicando la relevancia de una fa- toma prioridad a sobre la sustancia tangible
ceta anteriormente desestimada. El aspecto o el proceso generativo. Esta perspectiva
social del espacio se refiere a cómo las rela- también puede resultar engañosa cuando la
ciones y posiciones sociales entre individuos “ideación” de la espacialidad sustituye a las
y grupos se expresan, establecen, mantienen problemáticas de producción y reproduc-
y/o modifican cotidianamente en los es- ción social políticamente cargadas y se las
pacios en que se vive (Lefebvre 1991, Soja coloca dentro de formas generalizadas de
1996). Esta perspectiva surgió a partir de la cognición como naturaleza humana o espí-
crítica filosófica hacia las dos concepciones ritu (Lefebvre 1991; Soja 1996). El pensa-
principales del pensamiento occidental mo- miento mentalista también dejo sus huellas
derno con respecto al espacio: el empirismo en los estudios arqueológicos relacionados
y el idealismo, proyectos que también rigie- con el espacio habitado. En estos casos el
ron los estudios arqueológicos. acento se efectuó sobre escalas de análisis
más pequeñas centradas en los diseños de
La primera postura, anclada al empirismo asentamientos y de edificios. En estos ca-
y a la lógica cartesiana, concibió al espacio sos la arquitectura fue entendida como un
como a una dimensión absoluta con reali- medio de comunicación no verbal en dónde
dad propia fuera de la conciencia de los el diseño expresaba parte del orden cosmo-
individuos. De esta manera los estudios se gónico y social (Steadman 1996). Al reducir
centraron en las apariencias de los objetos la realidad espacial a concepciones mentales
y resultaron en descripciones que buscaban esta perspectiva también se presentó como
el descubrir las regularidades empíricas. La una reducción de la complejidad social.
organización espacial se “naturalizó” y se
enmascararon los orígenes sociales con- Ambas posiciones se interesaron por ana-
flictivos de su producción y reproducción lizar una parte del problema del espacio que
(Soja 1996, Thomas 2001). En arqueología, se presentaron como únicas e irreconcilia-
la mayor parte de los trabajos procesales a bles. Pero entender la relación entre espacio,
partir de la década de 1940 siguieron esta lí- practicas y estructura social y superar esta
nea. Surgieron áreas de estudio directamente dicotomía no supone negar la realidad del
relacionadas con el tratamiento del espacio espacio físico ni la del espacio mental, sino
como la arqueología de asentamientos (sett- entenderlas como dos aspectos que junto
lement archaeology), la arqueología espacial y al aspecto social del espacio interactúan de
de la unidad doméstica (household archaeology) manera mutua y recursiva (Soja 1996). Esto
(para una crítica detallada ver Lowrence y supone también concentrarse en otra di-
Low 1990; Steadman 1996). A pesar de los mensión temporal enfatizando las rítmicas
avances realizados en materia del uso del es- de lo cotidiano y la secuencia de momen-
pacio geográfico regional, el peso explicativo tos que componen la rutina de la vida social
fue puesto sobre lo tecnológico y económi- (Giddens 1995; Lefebvre 1991).

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Uno de los sucesos más significativos que aprovechen la información contenida en la


marcan los momentos de la cotidianeidad arquitectura y considero que la sintaxis espa-
son los encuentros sociales. Un encuentro cial resulta la herramienta más apropiada para
puede ser definido como el evento el que realizar este tipo de estudios.
dos o más personas se hallan en copresen-
cia física y se advierten mutuamente a través La sintaxis espacial es tanto una teoría del
de algunos de los sentidos. Existen distintos espacio construido que sostiene que los or-
tipos de encuentros dependiendo del lugar denamientos espaciales y sociales se generan
donde se produce, la duración del mismo y mutua y recursivamente, así como un mé-
la asociación entre los individuos involucra- todo gráfico sobre planos acompañado por
dos (Giddens 1995). Distintos estudios han cuantificaciones para analizar asentamientos
demostrado que aunque los encuentros se vi- y edificios en términos de su configuración
van como momentos efímeros, únicos e irre- espacial, es decir de la estructura subyacen-
petibles, en realidad se producen de manera te de movimientos potenciales, patrones de
pautada, como rutinas repetidas (Giddens encuentros y evitación, creada por los límites
1995). Es decir, “…los que desde el ángulo arquitectónicos (Hillier y Hanson 1984). Este
del momento fugitivo pudieran parecer inter- método ha sido empleado en arqueología
cambios breves y triviales adquieren mucha americana para analizar edificios individuales,
más sustancia si se los ve como inherentes a complejos arquitectónicos y asentamientos
la naturaleza iterativa de una vida social… la enteros demostrando ser una herramienta
rutinización de los encuentros tiene impor- útil para estudiar la vida social prehispánica
tancia rectora para ligar el encuentro fugaz a (Moore 1992; Salminci 2005; Stockett 2005;
una reproducción social…” (Giddens 1995: Vaquer 2006 entre otros).
106).
Los límites arquitectónicos en general y
Además de los encuentros, debemos refe- específicamente los que rodean un espacio,
rirnos a su contrapartida, la evitación, que son entendidos como elementos que estable-
podemos definir como la prohibición, pre- cen dos tipos de espacios: el interno o espa-
vención o limitación de la copresencia entre cio “X” y el externo o espacio “y”, al mismo
dos o más individuos. El aislamiento y el con- tiempo que definen dos categorías de perso-
finamiento de ciertos individuos y grupos en nas, los de adentro o habitantes y los de afue-
el seno de una sociedad también se relacionan ra o extraños que pueden llamarse visitas si
con elementos estructurales y con reglas so- su incursión es aprobada por los habitantes o
ciales, elementos que a su vez y de acuerdo al invasores si no lo es (Hillier y Hanson 1984).
concepto de recursividad planteado en varias Sin dudas esta división dual simplifica tanto
oportunidades, son reproducidos por la ruti- los tipos de espacios como las categorías de
na y por la repetición diaria de estas ausencias personas debido a que pueden existir, como
y evitaciones. En este sentido, la arquitectura veremos más adelante, categorías interme-
es creada para, y a su vez contribuye a, repro- dias.
ducir y perpetuar estas interacciones, separan-
do ciertos espacios, uniendo otros, uniendo a La arquitectura entonces establece un or-
ciertos individuos y segregando a otros. denamiento espacial que fija las interacciones
sociales tanto en los espacios internos (o edi-
Los estudios sobre los encuentros en el ficios) como en los espacios externos de un
espacio se han realizado principalmente en asentamiento. Por supuesto, la fijeza del espa-
sociedades vivas en dónde es posible inves- cio construido es relativa debido a que puede
tigarlos a través de la observación directa. ser modificada cambiando la configuración y
El estudio arqueológico de esta problemáti- el sistema social de encuentros. Por lo tan-
ca exige la utilización de metodologías que to incluir a la dimensión histórica significa

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comprender que los asentamientos se crean negativo” en el cual se resaltan los espacios
y transforman a lo largo del tiempo y que externos y se omiten los internos permi-
su configuración puede cambiar respetando tiendo observar la configuración del espacio
o modificando los elementos configurativos “y” (externo). Luego, este mapa negativo es
básicos relacionados con las dinámicas socia- fragmentado en unidades menores llamadas
les que los crean. “áreas convexas”, definidas a partir de la vi-
sibilidad. Es decir, dentro de un área convexa
Dos de los criterios más importantes para toda su superficie es visible por un individuo
observar la lógica sintáctica de los espacios desde cualquier punto de la misma, cuando
construidos son la conectividad y la circula- una porción de espacio no es visible ya se en-
ridad. La primera es una variable que está en tra en la extensión de otra área convexa. Las
función de la cantidad de conexiones entre áreas convexas se representan con un punto
espacios, ya sean edificios, asentamientos o y sus conexiones a través de líneas, así se crea
porciones de los mismos. La circularidad in- el mapa “y”.
dica la cantidad de circuitos a través de los
cuales es posible acceder a un espacio. Los Un “mapa de interface” ilustra la relación
criterios conectividad y circularidad indican entre los espacios internos o edificios (X) y el
directamente el componente socioespacial espacio externo (y). Se crea a partir del mapa
más importante de este trabajo que se re- “y”, agregando al grafico un punto vacío por
laciona a los encuentros, esto es la integra- cada edificio y una línea por cada acceso al
ción-segregación espacial. Cuanto menos mismo desde un área convexa. Este mapa
conectividad y circularidad posea un espacio permite observar cómo se accede y se transita
o grupo de espacios, se hallarán más segre- desde los edificios al resto del sistema y vice-
gados del sistema presentando una escasa versa, permitiendo simplificar la vinculación
integración. Los movimientos a través de entre los edificios entre si y por lo tanto las
estos espacios serán menos frecuentes, mi- posibilidades de encuentro entre los habitan-
nimizando las posibilidades de encuentro y tes de los edificios.
maximizando la evitación. Contrariamente,
cuanta más conectividad y circularidad po- En síntesis, esta metodología permite des-
sea un espacio o grupo de espacios, mayor cribir y caracterizar la configuración espacial
será su integración haciendo los movimien- de un asentamiento en términos de su conec-
tos más frecuentes maximizando las posibi- tividad y circularidad y ofrecer una interpre-
lidades de encuentro. En muchos casos es- tación sociológica sobre las prácticas de en-
tas características son fáciles de reconocer cuentro y la integración-segregación espacial
intuitivamente al recorrer un sistema espa- y social. Presentamos a continuación la apli-
cial sencillo, pero en la mayoría de los asen- cación realizada en La Alumbrera.
tamientos complejos los gráficos sintácticos
se hacen imprescindibles.
LA CONFIGURACION ESPACIAL DE
El análisis gráfico que permite evaluar las LA ALUMBRERA
variables de conectividad y circularidad de los
espacios externos se denomina análisis alfa, y Si bien la primera impresión al caminar
se realiza en varios pasos a partir de un plano por el sitio recuerda la acertada mención de
del asentamiento. En este trabajo considero Gerling (v. supra) de estar en medio de un
dos herramientas gráficas que son en princi- laberinto confuso de muros y desniveles del
pio suficientes para ilustrar cómo funcionó terreno, las imágenes satelitales de alta re-
el sistema de circulación en La Alumbrera: solución, el mapeo del sitio recinto por re-
el “mapa y” y el “mapa de interface”. Para cinto, y el recorrerlo varias veces hacen des-
realizarlos, primero se confecciona un “mapa aparecer paulatinamente esta sensación de

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desorden y revelan cómo pudieron darse los murallas interno, cuyos tramos suman una
movimientos y qué relaciones de encuentro longitud aproximada de 670 m. Este sector
se promovieron y cuáles no. posee una superficie de 47.600 m2 y una alta
densidad de estructuras. Las murallas se rea-
Los rasgos principales que caracterizan lizaron para reforzar una situación preexis-
su diseño arquitectónico son una concen- tente de aislamiento, difícil acceso y defen-
tración de recintos que se extiende entre sibilidad provista por el relieve. La muralla
las zonas bajas de arenal y las elevaciones interna está construida con muros dobles de
de las coladas basálticas y dos sistemas de piedras trabadas que llegan a tener una altu-
murallas perimetrales en forma de U que ra de 1,2 m y hasta 0,6 m de ancho.
rodean esta concentración hasta las costas
de la laguna. Tomando en cuenta los límites El sector intermedio es mucho mayor en
naturales y antrópicos se realizó una primera superficie (160.000 m2) pero mucho menor
división en dos sectores principales: central en densidad edilicia. Está delimitado por el
e intermedio (Salminci 2007; Salminci et al. sistema de murallas interno y por el exter-
2007) (Figura 2). En esta figura se ilustran no, cuyos segmentos suman una longitud de
las coladas basálticas que son sectores in- aproximadamente 1.600 m. En un trabajo
transitables debido a las grandes pendientes previo (Salminci et al. 2007) describimos el
y por este motivo quedan fuera del sistema ordenamiento del sector intermedio el cual
de circulación. está dividido en varios subsectores a partir
del relieve y de los límites arquitectónicos
El sector central está delimitado por la la- que regulan la circulación y el acceso dife-
guna en su extremo norte y por el sistema de rencialmente.

Figura 2 • La Alumbrera. Sector Central e I ntermedio . A ccesos y Circulación a Central

113
Arqueología 16: 105-124 | 2010

La muralla perimetral externa es distinta de enfriamiento, posteriormente cubiertas por


la interna en cuanto a las técnicas constructi- arenas eólicas, las cuales constituyen corre-
vas. Dos tipos de técnicas pueden observar- dores naturales que en algunas oportunida-
se en la primera. Una de ellas se encuentra des fueron aprovechados y hasta ampliados
en la porción norte del asentamiento, en las mediante el canteado de la roca, pero que
cercanías de la laguna, y se extiende hasta las en otras el tránsito por las mismas fue blo-
elevaciones que sirven para trazar un eje Este queado a través de la construcción de muros
-Oeste y delimitar la porción sur del sitio. Su (Figura 5).
factura es muy cuidada y se trata de muros
dobles con relleno que llegan a poseer una Los accesos desde el exterior se dan por
altura de 1 m en su lado interno y hasta 1.4 m discontinuidades en las murallas y sus di-
en su lado externo. Esta diferencia de altura mensiones varían desde 1,2 m las más gran-
está dada por la existencia de un contrafuer- des hasta 0,8 m las más angostas. En varios
te de 0.4 m que otorga ventajas defensivas casos se observaron aberturas realizadas con
desde su interior. El ancho de estas murallas posterioridad al abandono del sitio. Éstas se
es de 1,2 m y es posible que haya sido usada distinguen por los derrumbes y bloques de
como una vía de desplazamiento para la vigi- piedra diseminados en su cercanía. En las
lancia y para la defensa del sitio (Figura 3). primeras etapas de relevamiento arquitectó-
Las porciones meridionales de la muralla ex- nico del sitio, se confundían con las abertu-
terna están realizadas con una técnica menos ras originales modificando el patrón de cir-
refinada consistiendo en acumulaciones de culación prehispánico, tornando más directo
piedras colocadas sobre los filos de los aflo- el camino hacia el interior.2
ramientos rocosos. También aquí se crearon
o aumentaron las diferencias de altura entre el Si bien el análisis sintáctico estricto está he-
interior y el exterior. cho sobre el sector central debido a que no
se ha realizado aún sobre el sector interme-
El sustrato rocoso volcánico sobre el que se dio, es necesario describir la configuración
asientan las estructuras está en la mayoría de de éste último preliminarmente en términos
los casos muy formatizado, y al compararlo de los caminos de circulación que conducen
con otras coladas basálticas fuera del sitio se desde el exterior al sector central para dar
comprende la magnitud de la obra en dónde sentido a la lógica de los movimientos.
previamente a la construcción de los edificios
se realizaron tanto trabajos de reducción por Dentro del sector intermedio se reconocie-
canteado del afloramiento para despejar un ron distintos subsectores sobre la base de los
área, como trabajos de nivelación median- límites topográficos, las diferencias altitudi-
te la construcción de terraplenes rematados nales y los límites arquitectónicos (Salminci
con muros (Figura 4). Además, en muchos et al. 2007). En este sentido, los subsectores
casos los afloramientos fueron canteados y ubicados en la porción Norte presentan ma-
formaron parte de los muros de los edificios. yor densidad arquitectónica, y materiales en
Así mismo las diferencias de altura existentes superficie con respecto al sector sur, carac-
entre las zonas altas y las zonas bajas entre las terísticas que sugerirían la realización de una
coladas fueron salvadas a través de una mez- mayor cantidad de actividades.3
cla de rampas y escalinatas rectas o en zigzag
cuya edificación requirió tanto del canteado Como se observa en la Figura 2 son ocho
de la roca como del relleno y la colocación los accesos que comunican el sector inter-
de bloques. medio con el exterior, tres desde el Este (A,
B y C); tres desde el Oeste (F, G y H) y 2
Cabe destacar que las coladas basálticas es- desde el Sur (D y E). Pueden observarse
tán seccionadas en su lomo por grietas de también los accesos al sector central que

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Pedro M. Salmici | Configuración espacial y organización social: análisis de acceso en La Alumbrera

Figura 3 • Detalle del contrafuerte en un edificio del sector central .

Figura 4 • D etalle de aterrazamiento en el Sector Central. Un niño de A ntofagasta hace de escala (1,4 m .).

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Arqueología 16: 105-124 | 2010

Figura 5 • Detalle de un corredor natural bloqueado por un muro .

suman un total de seis, dos desde el Este (Z A través todos estos elementos visualiza-
e Y), dos desde el Sur (X y W) y dos desde mos la configuración del sector intermedio
el Oeste (T y V). En la Figura 2, también que actúa como interface entre el sector cen-
he señalado distintos bloqueos de caminos tral y el exterior del sitio. En la Porción Este,
“naturales” que indican cómo se cerró el el acceso A, es el más directo hacia el sector
tránsito de manera estratégica para lograr el central ya sea por el camino costero que vin-
flujo de movimientos indicado a través de cula con la entrada Z, o por el camino que
las líneas de circulación. asciende y llega hasta la entrada Y. Los ac-
cesos B y C representan vías de circulación

116
Pedro M. Salmici | Configuración espacial y organización social: análisis de acceso en La Alumbrera

más indirectas hacia el sector central y tal vez Oeste representan algunas simetrías con res-
el propósito de estos haya sido promover la pecto a la anteriormente mencionada Porción
permanencia de ciertos grupos en estos sec- Este. El acceso H al igual que A representa el
tores evitando el flujo hacia el sector central, camino costero hacia central a través de T. A
aunque finalmente es posible llegar también través de G se da el camino más directo hasta
a las puertas Y y Z. Por último, el acceso D puerta V aunque no está exento de desnive-
articula la Porción Sur Este del Sitio con el les y curvas. El acceso F representa una en-
exterior, el acceso se da a partir de una zona trada indirecta hacia el asentamiento. Al igual
baja de arenal desde la que se asciende por que B y C parece estar para permitir el acceso
una subida estrecha hasta uno de los puntos de manera muy controlada y evitar el flujo
más elevados del asentamiento, y desde allí directo al sector central. El ingreso se da a
se puede ir hasta la puerta X por dos de las través de una subida en zigzag labrada en el
mencionadas grietas de enfriamiento. terreno que conduce a una serie de recintos
Los accesos y caminos desde la Porción grandes luego de los cuales se encuentra un

Figura 6 • Detalle del Sector Central de La A lumbrera

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Arqueología 16: 105-124 | 2010

sistema de caminos de grietas de enfriamien- Viendo los accesos y los sistemas de cir-
to y mediante un sinuoso recorrido hacia el culación en su conjunto podemos sostener
este se da con una de las áreas bajas más ex- que los accesos A y B por el Este, así como
tensas ubicadas en la Porción Sur y finalmen- los H y G por el Oeste debieron haber sido
te llegar a la Puerta W. Por último el acceso E los más utilizados por los habitantes para
representa al igual que D uno de los puntos dirigirse hacia el exterior del sector central
más altos del sitio, pero no hay que ascender rodeando a la laguna por ambos lados has-
debido a que no hay diferencias del relieve ta llegar a los campos agrícolas de Bajo del
entre el interior y el exterior. Este acceso, a Coypar zona con la que, por lo menos por
diferencia de los demás, no es una abertura temporadas, debió existir un flujo de tránsi-
formal y llegado un punto la muralla parece to cotidiano.
desaparecer y se abre en tres extensiones de
hasta 5m entre las rocas permitiendo un fácil En la Figura 6 se observa el detalle del
ingreso.4 A partir de aquí se puede tomar un sector central, que permite observar los edi-
camino por el alto de la colada hasta F o to- ficios, afloramientos y el sistema de circula-
mar directamente el camino por el bajo hasta ción externo. En la Figura 7 se muestra el
la puerta W.5 mapa negativo que resalta el espacio externo

Figura 7 • Mapa Negativo Sector Central

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Pedro M. Salmici | Configuración espacial y organización social: análisis de acceso en La Alumbrera

de circulación, siendo las particiones visibles conectividad entre ambos sectores es escasa
las áreas convexas. A través de los pasos pre- existiendo sólo un camino de unión dentro
vios mencionados se obtuvieron los dos grá- del sitio y otro costero fuera del área cons-
ficos más significativos del trabajo: el mapa truida.6 Estas características generaron un
“y” y el mapa de interface. sistema espacial en el que por un lado resul-
taron más frecuentes los movimientos y por
El mapa “y” de La Alumbrera (Figura 8) lo tanto los encuentros entre los individuos
revela el patrón de circulación del sitio así que circularon por cada sector, pero por el
como sus centros de convergencia, integra- otro la circulación entre los dos subsectores
ción y segregación. Tomando en cuenta los se vio disminuida por la escasez de conec-
criterios de conectividad y circularidad se tividad y circularidad existiendo una clara
distinguen claramente dos subsectores den- intensión de segregación espacial y, como
tro del sector central, uno hacia el Este y otro explicamos a lo largo del trabajo, social.
hacia el Oeste del asentamiento. Cada uno A partir del mapa de interface puede ob-
de ellos está compuesto por múltiples cir- servarse la relación entre los edificios y el
cuitos y gran cantidad de conexiones, pero la sistema de circulación externo (Figura 9).

Figura 8 • Mapa “ y” del Sector C entral. Se destacan con rectángulos las zonas lo subsectores

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Arqueología 16: 105-124 | 2010

En este sentido, casi la totalidad de los edifi- vo de control muy elaborado materializado
cios de ambos subsectores se conectan con en el doble sistema de murallas, escasos ac-
áreas convexas exclusivas. No hay edificios cesos, y bloqueos de caminos. En segundo
que compartan una misma área convexa, in- lugar se incluyeron obras destinadas a inte-
dicando la ausencia de otros subniveles de grar zonas separadas naturalmente, y cons-
integración más allá de de los subsectores. trucciones para maximizar la superficie utili-
Esta característica hace que los encuentros zable. Por último la configuración del sector
entre los habitantes de cada edificio no sean central se caracteriza por la presencia de dos
inmediatos indicando la ausencia en La áreas aisladas segregadas entre sí y con una
Alumbrera de agrupaciones espaciales y so- alta integración en su interior.
ciales integradas más allá de las mitades y los
edificios y sus respectivos habitantes. DISCUSIÓN

En esencia, la arquitectura de La Alumbrera Pero ¿qué clase de relaciones sociales la


presenta en primer lugar como un dispositi- configuración espacial de La Alumbrera con-

Figura 9 • Mapa de I nterface del Sector Central

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Pedro M. Salmici | Configuración espacial y organización social: análisis de acceso en La Alumbrera

tribuyó a reproducir? A partir de los análisis Alumbrera. Sobre la base del marco teórico
propuestos podemos en primer lugar discu- y de los resultados de los análisis sintácticos
tir la organización social del espacio en tér- sostengo que los patrones de encuentro y
minos de dos grupos de personas definidos evitación observados, fueron formados y a su
por la propiedad dual del límite arquitectó- vez contribuyeron a formar la división dentro
nico y de sus relaciones: 1) los habitantes de de la sociedad de dos grupos o secciones que
La Alumbrera y 2) los no habitantes. En este vivían respectivamente en los subsectores
sentido, queda bien claro que la relación entre Este y Oeste. Estos sectores fueron altamen-
los habitantes y los no habitantes del asenta- te integrados en su interior promoviendo los
miento estuvo altamente controlada y vigila- encuentros cotidianos entre sus miembros y
da permitiendo el acceso por escasas abertu- conformando su identidad como individuos
ras muchas veces diseñadas para retardar el de cada sección minimizando en cambio las
tránsito. Esto, sumado a la inmensa inversión interacciones entre los habitantes de ambos
de trabajo plasmada en las murallas perime- subsectores dentro del asentamiento. No exis-
trales, concuerda con la situación propuesta ten aún otro tipo de evidencias que respalden
por varios investigadores de violencia inter- esta idea, pero es posible realizar estudios con
grupal existente en el ámbito de los Andes el material superficial, la sección este presenta
Centro Sur. una gran frecuencia de materiales en superfi-
cie y aún no se han realizado recolecciones
No obstante, cabe introducir el razonamien- sistemáticas. Puede objetarse además que
to planteado por Raffino y Cigliano (1973) de esta configuración es el resultado inevitable
que debido a la inexistencia de poblaciones del propio relieve que de antemano separaba
similares en las cercanías, los habitantes de a los dos sectores. Sin embargo es evidente
La Alumbrera no estarían inmediatamente que por un lado existen zonas separadas por
amenazados por incursiones hostiles. Sin em- grandes diferencias topográficas y por otro,
bargo la alta inversión en vigilancia y defensa zonas que se presentan como vías de circula-
observada por varios autores y revisada en ción naturales. En ambos casos se realizaron
este trabajo obligan a buscar explicaciones de manera planificada obras de construcción
alternativas. Una es que quizás, esta misma para modificar esta situación natural. En algu-
situación de aislamiento, pudo convertir a La nos casos la construcción las rampas se reali-
Alumbrera en un lugar vulnerable debido a zó para salvar diferencias de altitud y facilitar
la imposibilidad de recibir ayuda aliada y por la circulación integrando espacios. En otros,
lo tanto ser un objetivo codiciado por ene- se realizaron bloqueos de caminos naturales
migos potenciales provenientes de cualquier para impedir el tránsito segregando dos áreas.
dirección, más aún si consideramos que este Todo indica que más que tomar una actitud
asentamiento funcionó como un centro de pasiva frente a las condiciones naturales del
captación y distribución hacia los valles de terreno, éstas se manejaron estratégicamente
productos minerales y animales de la Puna. aprovechando algunos elementos y modifi-
Otra alternativa es que las murallas no tengan cando otros.
un fin bélico sino que sean un dispositivo de
control diseñado para minimizar el hurto por Es posible también discutir sobre las rela-
parte de los no habitantes que se acercaban ciones establecidas entre los habitantes den-
a La Alumbrera para comerciar. O tal vez las tro de cada sector. Aquí el límite clave está
murallas hayan tenido un doble fin como de- conformado por los edificios, y aunque toda-
fensa ante ataques armados y contra incursio- vía no podemos hablar de su configuración
nes silenciosas con fines de robo. interna, podemos hacerlo en términos de su
relación con el sistema de espacios externo.
En segundo lugar podemos referirnos En este sentido, es interesante señalar que
a las relaciones entre los habitantes de La los accesos a los edificios se dan a partir de

121
Arqueología 16: 105-124 | 2010

espacios convexos exclusivos. Es decir que estado organizados en términos de dos sec-
los espacios inmediatamente externos a los ciones? Quizás la investigación sobre la ges-
edificios no son compartidos, de modo que tión del recurso hídrico pueda aportar datos
los encuentros entre los habitantes de los en esta dirección.
distintos edificios tampoco se estarían pro-
moviendo inmediatamente. Esta situación es Otra interrogante se da con respecto a
consistente con la existencia en muchos edi- la cronología. La configuración que ob-
ficios de entradas con pasillos en L que im- servamos hoy se relaciona con la dinámi-
piden la observación de su interior desde los ca social de la última etapa de ocupación.
espacios externos y aumentan la sensación de Seguramente haya habido modificaciones
aislamiento y segregación. y deconstrucciones de la arquitectura para
lograr nuevas configuraciones pero en el es-
Si bien son muchas las preguntas que sur- tado actual de la investigación no es posible
gen y las respuestas que ofrezco deben ser realizar modelos de crecimiento del sitio.
tomadas como iniciales, creo que el campo Nuevos fechados así como la identificación
de aplicación propuesto puede ser fructífero de reconstrucciones podrán clarificar esta
para profundizar el conocimiento de las so- situación
ciedades prehispánicas tardías del NOA.
Por último queda mencionar otra cuestión
que podría estar relacionada con la organi-
CONCLUSION zación socio espacial planteada y que gira en
torno a los rituales mortuorios y al culto a los
A partir de los análisis de acceso presen- antepasados. En este sentido hay una gran
tados fue posible llegar a una serie de inter- cantidad de tumbas en La Alumbrera. Pero
pretaciones con respecto al valor social de la a pesar de haber mapeado más de cien aún
arquitectura en un ejemplo de asentamiento no podemos discutir en profundidad este
nucleado característico del período tardío en tema. La totalidad de las tumbas observa-
el NOA. Anteriormente, la inexistencia de das se encuentran saqueadas y parcialmente
una planimetría completa impidió el análisis destruidas pero estudios detallados sobre su
del sitio y no se halló la manera de adscribir construcción y contexto pueden incorporar-
algún tipo de significado a este trazado que se al análisis espacial y aportar nuevos datos
parecía caótico e imposible de analizar. para profundizar la discusión de la organiza-
ción de las sociedades que habitaron la Puna
Los resultados de los análisis plantean una Meridional durante el período Tardío.
alta inversión en obras defensivas y/o de
control social y una organización social y
espacial en mitades. Pero aún quedan varias AGRADECIMIENTOS
vías de análisis e interrogantes que profun-
dicen la discusión. Una de ellas es la confi- Al CONICET, a la ANPCyT y a la
guración de los espacios internos o edificios. SeCyT por el financiamiento de las campa-
Su análisis se encuentra en las primeras eta- ñas; al Instituto Nacional de Antropología
pas pero es posible adelantar que también se y Pensamiento Latinoamericano; a mis co-
encontraron simetrías entre los subsectores legas compañeras de equipo Jennifer Grant,
Este y Oeste. Alejandra Elías y Paula Miranda que colabo-
Un interrogante que se abre son las impli- raron en el mapeo del sitio en el terreno, al
cancias de la división dual en relación con geólogo Pablo Tchilinguirián por su ayuda
los espacios de producción. ¿Es posible que en el manejo de ArcView, a mi director Dr.
la producción agrícola y el mantenimiento Daniel Enzo Olivera y sobre todo a la Lic.
de los canales y las parcelas también hayan María Soledad Gheggi.

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Pedro M. Salmici | Configuración espacial y organización social: análisis de acceso en La Alumbrera

NOTAS teoría de la estructuración. Amorrortu edi-


tores, Buenos Aires.
1. Las mismas han sido realizadas en el NSF-
Arizona AMS Laboratory. HILLIER, B.
2. La planimetría presentada sólo incluye las 1996 Space is the machine. Cambridge University
aberturas originales reconocidas y omite estas Press, Cambridge.
destrucciones posteriores.
3. Debemos ser cautelosos con respecto a la dis- HILLIER, B. y J. HANSON.
tribución de materiales en superficie debido a 1984 The social logic of space. Cambridge
que probablemente en la porción Sur del sitio University Press, Cambridge.
la depositación eólica posterior al abandono
haya sido mayor anulando la visibilidad ar- LEFEBVRE, H.
queológica de materiales. 1991 The Production of Space. Blackwell
4. Desconocemos el motivo de esta gran discon- Publishing, New York.
tinuidad en la muralla perimetral. No existen
evidencias de desarmado del muro, aunque LOWRENCE, D. L. y S. M. LOW
podemos considerar que se encuentre cubier- 1990 The built environment and spatial form.
to por arena. Annual Review of Anthropology 19:453-
5. Este camino es el que utilizan hoy los guías tu- 505.
rísticos para visitar el sitio después de realizar
el descenso del volcán. MOORE, J.
6. Este camino costero posiblemente no existió 1992 Pattern and Meaning in Prehistoric
en al momento de la ocupación del sitio de- Peruvian Architecture: The Architecture
bido a un mayor nivel de la laguna, como se of Social Control in the Chimu State.
deduce por la altura de las adherencias de car- Latin American Antiquity 3(2):95-113.
bonato de calcio que se observan en las rocas
del afloramiento y muros más bajos los cuales OLIVERA, D.E.
tienen una altura de aproximadamente 30 cm. 1991 La ocupación inka en la puna meridional
argentina: Departamento de Antofagasta
de la Sierra, Catamarca. Comechingonia
2:31-72 (número especial). Córdoba,
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GLASCOCK
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