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temperatura y la presión arterial del paciente; hacen conversiones Conversión de unidades y análisis dimensional
aritméticas; y calculan las tasas de dosificación del medicamento. Las
enfermeras registradas también mantienen registros médicos Referencias bibliográficas
Índice detallado
Las ciencias de la naturaleza usan herramientas extraídas de las ciencias formales como
la matemática y la lógica para resumir los datos medidos en afirmaciones claras de la
naturaleza a las cuales denominamos como las Leyes de la Naturaleza. Las Ciencias
Sociales también hacen uso de estas herramientas, pero se basan más en datos de tipo
cualitativo, por lo que algunos autores las han denominado ciencias blandas, en
comparación de las ciencias de la naturaleza que emplean de forma mucho más extensa
la información matemática y por ende son denominadas ciencias duras (Hedges, 1987).
Sin embargo, tal distinción es un poco injusta, de cierta forma la dureza de una ciencia
es proporcional a la facilidad que tenemos de crear modelos matemáticos de sus
situaciones. De todas las ciencias de la naturaleza, la física es la que con mayor facilidad
se presta a crear modelos y una formulación matemática, en nivel de dificultad continúan
la química y luego la biología, para luego entrar a situaciones realmente complicadas en
las ciencias sociales. Sin embargo, que sea difícil no implica que no se intente, y muchas
veces las ciencias sociales deben desarrollar modelos complejos de análisis matemático
haciéndolas a veces más duras que las ciencias duras (Diamond, 1987).
Durante los siglos XVI y XVII ocurrió la revolución científica, que es el nacimiento de las
ciencias de la naturaleza tal cual las entendemos y usamos en la actualidad, y el elemento
que catalizó esta revolución científica fue el uso de las matemáticas para poder analizar
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los experimentos empíricos (Dear, 1995; T. Kuhn, 2010; Shapin, 1996). Galileo Galilei
afirmó que las matemáticas proveían el nivel de certeza comparable a la palabra de Dios
(Galilei & Drake, 1953). El evento más importante es la publicación de Principios
Matemáticos de Filosofía natural en 1684 (Newton, 2013) por parte del célebre Isaac
Newton. Aunque la matematización de la naturaleza se había popularizad en todo el siglo
desde la primera década de 1600 el trabajo de Newton fue tan sublime al amalgamar
fenómenos naturales, pensamiento abstracto y matemáticas, que los filósofos naturales
de la época rápidamente se embarcaron en ideal de matematizar su trabajo, lo cual de
hecho facilita mucho hacer experimentos claros.
Las leyes más viejas de hecho hacen referencia a la óptica, por ejemplo
la ley de Snell, que paradójicamente fue descubierta
independientemente por dos filósofos naturales y ninguno de ellos fue
Snell, el primero fue Abu Saʿd al-ʿAlaʾ ibn Sahl 940-1000 matemático,
físico, óptico e ingeniero musulmán de origen persa, él fue el primero en
describir matemáticamente la forma en que la luz se distorsiona cuando
pasa de un tipo de matriz a otro, por ejemplo del aire a un cristal,
concepto denominado refracción (Figura 1).
Sin embargo, la ley se perdió para occidente hasta que Thomas Harriot
loa volvió a derivar 1602, y aun así no la publicó, de lo contrario la
llamaríamos ley de Harriot. Posteriormente otros filósofos naturales la
derivarían como Descartes, Fermat y el mismo Snell a quien se la
adjudicamos por tradición (Mihas, 2008; Zghal, Bouali, Lakhdar, &
Hamam, 2015). El punto relevante con la ley de Snell es que es una de
las primeras leyes de la naturaleza formulada matemáticamente, a
continuación la presentamos en su notación actual:
Ecuación 1
Dos años después de que Harriot obtuviera la ley de la refracción, Johannes Kepler
maestro de escuela y astrónomo desarrolló la primera de sus leyes, y hasta 1619 la
perfeccionaría derivando otras tantas, en la actualidad las conocemos como las Leyes de
Kepler, las cuales gobiernan el movimiento de los planetas. Sus formas matemáticas son
realmente complejas así que no las expondremos aquí. Básicamente señalan que, el
movimiento de los planetas sigue un movimiento elíptico y no circular, cuestión que
intrigaría a los filósofos naturales por décadas (Russell, 1964). Estas leyes que
mencionamos anteriormente son leyes empíricas o inductivas, derivadas de una amplia
colección de datos y en general adoptan formas complejas.
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Las siguientes leyes que mencionaremos son más bien relaciones simples que se obtienen
desde el pensamiento y por eso se denominan deductivas, en general adoptan la forma
general a = k · b + c, donde a y b son las dos variables a relacionar, k es una constante de
proporcionalidad y b es una constante de ajuste con las mismas unidades de medida de
la variable a, aunque rara vez se empleaba en estos primeros años. En la actualidad
cualquiera puede proponer este tipo de relaciones, mediante una técnica conocida como
la regresión lineal (Hocking, 1983), y el instrumento matemático aunque complejo viene
insertado en hojas de cálculo como Excel o en cualquier calculadora científica. La
primera de estas leyes simples lineales es la ley de Hooke de 1660:
Ecuación 2
Donde F es la fuerza que ejerce un resorte a medida que se lo expande o contrae una
distancia x, en este sentido la constante de proporcionalidad k depende del material y
estructura del resorte.
Posteriormente le seguirían la ley de Boyle de 1662 (Pickover, 2008) que tiene el honor
de ser la primera de las leyes de la química, las famosas leyes de Newton de 1687
(Newton, 2013) y de aquí en adelante las matemáticas se convertirían en el lenguaje de
la ciencia de la naturaleza. De hecho Newton tuvo que inventar un campo nuevo de las
matemáticas llamado calculo diferencial, el cual unido al cálculo integral desarrollado
por Leibniz abrió un campo nuevo del desarrollo científico tanto en las matemáticas
como en las ciencias de la naturaleza (Bardi, 2009). Esto dio origen a uno de los objetivos
de las ciencias de la naturaleza, desarrollar modelos matemáticos que representan
fenómenos simplificados de la naturaleza, a estos modelos matemáticos los
denominamos las leyes de la naturaleza. Dado que las leyes relacionan magnitudes
físicas, estas deben medirse, y la medición implica el uso de las unidades de medición.
Como veremos en secciones posteriores, las unidades de medición son un factor crucial
no solo para las ciencias de la naturaleza, sino para el desarrollo de la tecnología humana
ya desde las primeras civilizaciones, y los patrones de medida se han convertido en
instrumentos que manifiestan el control y la ideología política sobre una determinada
situación (Brown & Holme, 2013; Geisler, 2000; Klein, 2012). Medir es un acto político,
y si dos sistemas de medición se encuentran generalmente se realizará el penoso trabajo
de realizar conversiones, lo más lógico sería que todos adoptaran el sistema más simple,
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El segundo tipo son los sistemas científicos, que intentan basar sus unidades patrón en
fenómenos naturales que sean repetibles por cualquier investigador en cualquier parte
del mundo o del universo (Vera, 2015). El primero de estos sistemas fue el sistema
métrico decimal francés de 1791 (Moreau, 1953), que era útil, pero que tenía una serie de
inconvenientes metodológicos y políticos que mencionaremos más adelante. Por el
momento simplemente diremos que con el desarrollo de las ciencias, los patrones
estándar del sistema métrico cambiaron, dando lugar al Sistema Internacional de
Unidades (Lee, 1995), que es muy semejante al métrico, pero que intenta basar sus
patrones en fenómenos naturales que sea homogéneos en todo el universo.
Figura 2. Una medida consta de un valor y una unidad, la cual sirve para determinar una magnitud
dimensional, en este caso la masa.
Cuando dos unidades son multiplicadas o divididas, el resultado puede ser otra unidad,
referida como unidad derivada. Por ejemplo, en el sistema internacional las unidades de
velocidad son metro dividido en segundos:
Algunas unidades derivadas tienen nombres especiales que deben ser tratadas como tal
o como sus equivalentes según sea necesario, si no se memorizan esas equivalencias es
conveniente tener una tabla a la mano, por ejemplo, la unidad de fuerza llamada newton
es equivalente a un kilogramo por metro dividido en segundos al cuadrado (10).
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El mismo año un avión de carga se estrelló debido a que la torre de control emitió valores
en el Sistema Internacional de unidades, mientras que el altímetro del avión estaba
calibrado con el Sistema Imperial de unidades (Qing, 2013).
En 1983 un Boeing 767 se quedó sin combustible en medio del vuelo debido a dos errores
con la tanqueada de combustible, nuevamente debido a confusiones entre el Sistema
Internacional de unidades y el Sistema Imperial de unidades (Witkin, 1983).
Historia de la medición
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Las unidades de medición han tomado una gran variedad de formas a lo largo de la
historia, desde las expectativas simples en las transacciones comerciales mediadas por
instrumentos como la balanza, hasta sistemas complejos supranacionales que integran o
estandarizan los sistemas de medición de amplias regiones del mundo durante periodos
extensos de tiempo histórico. Los sistemas de medición de las sociedades antiguas
pueden ser inferidas con una aproximación confiable gracias a las muestras
arqueológicas almacenadas en los museos. La comparación de las dimensiones de los
monumentos dejados por las civilizaciones pasadas con las que dejaron los escritores o
arquitectos antiguos son una forma de determinar las magnitudes de los sistemas de
medición de tiempos antiguos, especialmente de las civilizaciones más desarrolladas que
construyeron monumentos perdurables junto con sus textos arquitectónicos (Mari,
2003).
Un ejemplo de esto fue que al comparar las medidas de lo que queda del Partenón griego
con la descripción de Plutarco de esa misma edificación, los científicos ahora tienen una
aproximación casi perfecta de la medida de la unidad para la distancia empleada por los
griegos atenienses, el pie ático (Levy, 2011). La tendencia de los sistemas de medición de
la antigüedad es que la estandarización de un sistema formal de medidas es directamente
proporcional al grado de desarrollo de la civilización, y en general las civilizaciones más
desarrolladas técnica y comercialmente emplean sistemas de medición más
estandarizados, regulados por un gobierno centralizado y una burocracia efectiva y
eficiente.
Varios sistemas de medición antiguos tuvieron cierto grado de estabilidad durante largos
periodos históricos como el sistema babilónico, el sistema egipcio, el sistema
helenístico/fileteriano, el sistema olímpico, el sistema imperial británico y el sistema
métrico francés (Klein, 2012).
Los sistemas de medición se estandarizaban en base a dos fuentes principales, los astros
y el arbitrio de los reyes. La medida del tiempo por ejemplo se definía en base a la
duración del día en el equinoccio, y en consecuencia su definición ha permanecido
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bastante constante, junto con la medición de los ángulos hasta nuestros días
(Vodolazhskaya, Usachuk, & Nevsky, 2015).
La estandarización de las unidades era más bien problemática, de hecho los nombres de
las unidades en los sistemas egipcio, babilónico y hebreo están relacionados con partes
del cuerpo humano, especialmente las unidades de distancia. Así desde la antigüedad las
unidades de distancia han sido el dedo, la mano, el pie, el codo, el brazo, mientras que
las unidades de tiempo fueron estandarizadas en base a los periodos de día solar,
especialmente durante los equinoccios. Los volúmenes se definían en base a la cantidad
de semilla almacenada en algún contenedor estandarizado o mediante el contenido de la
cantidad de semillas que se podían almacenar allí, así el volumen de la semilla misma se
convertía en una unidad de medida estándar para el volumen.
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Sin embargo hay que anotar que en muchos casos, cada unidad de medida ha
proseguido una evolución diferente, por ejemplo el sistema de medición del tiempo
ha permanecido en el fondo muy constante desde la época babilónica, pero las
unidades de distancia si han cambiado bastante, sometidas a los devenires de la
historia y de la política.
Unidades de distancia
Las unidades de distancia más antiguas conocidas actualmente son el cúbito egipcio,
el cúbito mesopotámico y el arco indico. El cúbito generalmente también es
denominado como el codo y se define como la distancia entre el codo de un ser
humano hasta el dedo índice (Smith, 2013). A partir del codo se definieron con
diferencias menores la palma y el dígito. El sistema imperial británico emplea
unidades que descienden de estos sistemas antiguos como la pulgada, el pie y la yarda
por una serie de complicadas relaciones históricas que aún no se comprenden del
todo.
Los griegos y persas empleaban unidades de distancia más largas como la parasanga,
Figura 3. El códo.
la cual según Herodoto equivalía a 600 estadios (Geus, 2014), y cada estadio era
representado por 600 pies o 185 metros actuales aproximadamente (Geus, 2014). Los
romanos introdujeron otra unidad de medida larga de distancia y es la milla o mille
passus, evidentemente haciendo referencia directamente a su equivalencia como 1000
pasos (Smith, 2016), lo que equivaldría a unos 5000 pies
(Nawrocki, 2015; Stone, 2014). La mille fue introducida en
Inglaterra durante el periodo del apogeo imperial y
permaneció en la isla después de que los romanos se
retiraron. Durante el reinado de la reina Elizabeth I la milla
fue redefinida a unos 5280 pies (Stone, 2014).
Sin embargo, lo más común fue que con la caída del imperio
romano, la jurisdicción de un sistema particular de medidos
solo se extendiera a la jurisdicción militar del señor feudal
local, lo cual muchas veces era únicamente el mercado local
del burgo. Evidentemente en la alta edad media la gente no
viajaba mucho y el comercio no era muy común, sin
embargo, a medida que las sociedades comenzaron a
volverse nuevamente más complejas, la situación comenzó
a dar lugar nuevamente a la evolución natural de los
sistemas de medición. Como siempre la solución había sido
la imposición de la jurisdicción militar del gobernante de
turno, cada rey extendía sus propios estándares a las zonas
que conquistaba, y lo peor de todo es que la estandarizaba
bajo la medida de sus nobles dimensiones (Velkar, 2012).
Esto implicaba que con el ascenso de cada nuevo
gobernante los estándares de medición podían cambiar o
no dependiendo de la personalidad del monarca (Connor,
Simpson, & Morrison-Low, 2004; Prior, 1924; Zupko,
Figura 4. Cuando el gobierno imperial se debilita, es común que cada gobierno 1978).
autónomo instaure sus propios sistemas de medida y moneda, lo que
dificultaba el comercio. En 1305 el rey de Inglaterra decretó que la unidad de
distancia en su país sería la yarda, la cual sería la distancia
entre la punta de su nariz hasta la punta de sus dedos cuando su brazo estuviera
completamente estirado (Roth, 2011). De manera similar, la unidad de distancia pie fue
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adoptada de los reales pies del rey Luis XIV de Francia (Tsipenyuk, 2009). Ninguna de
estas unidades prevaleció con el tiempo debido a que cuando cada nuevo rey asumía el
trono, las medidas cambiaban.
Sin embargo a finales de la edad media una nueva fuerza política emergía al interior de
los círculos de nobles intelectuales, los filósofos naturales, quienes hicieron varios
llamados para la institución de un Sistema Universal de medición, el primero en hacerlo
fue John Wilkins en 1668 (Shapiro, 1969; Wilkins, 1974), aunque huberon otros, por
ejemplo Tito Livio Burattini quien propuso una unidad de medición conocida como el
metro católico (Agnoli & D’Agostini, 2004), los cuales se definían en base a fenómenos
naturales independientes de las dimensiones de los reales cuerpos de los reyes de turno.
Estos filósofos naturales también proponían que las medidas largas o cortas debían
establecerse en base al patrón inicial modificado por medio de modificaciones decimales
o duodecimales (Cheng, n.d.).
Figura 5. Patrick McGoohan como Eduado
I el zanquilargo.
La unidad de distancia propuesta por Wilkins era la del péndulo de segundos, es decir,
un péndulo empleado para medir los segundos en un reloj de engrane. Dichos péndulos
habían sido introducidos recientemente por Christiann Huygens, y de hecho su
magnitud es semejante al del metro francés y metro moderno. El problema radicaba en
que la magnitud del segundo variaba de lugar en lugar y por consiguiente la longitud del
péndulo también tenía leves pero importantes diferencias (Hénin, 2012; O’Connor &
Robertson, 1997). El llamado para el desarrollo de un sistema de medidas independiente
de la voluntad de los reyes no se completaría sino hasta la revolución francesa.
Unidades de masa
El grano fue uno de los más antiguos estándares para la definición de la masa, y de hecho
los metales preciosos solían tasarse en base a la masa de las semillas (Zhengzhang, 1991).
Con el tiempo los propios metales preciosos se convirtieron en estándares, como la mina,
el sjekel y el todo todopoderoso talento que era la mayor unidad de medida,
especialmente si se trataba de un talento en oro (Mundell, 2002). Las magnitudes de
estas unidades variaban de lugar en lugar y de siglo en siglo, en el sistema babilónico por
ejemplo 60 shekels equivalían a 60 minas y 60 minas equivalían a un talento (Janowski
& Balewski, 2014), evidentemente estamos tratando con un sistema análogo al del
tiempo, pues los babilonios desarrollaron ambos, junto con el sistema de medición de
ángulos (Fatoohi & Stephenson, 1997; Olson, Zenigami, & Okazaki, 2008; F. R.
Stephenson & Fatoohi, 1994).
Los romanos recibieron estas medidas orientales y las mezclaron con sus propios
sistemas, así el talento romano equivalía a 100 libras romanas, mientras que la libra era
una unidad más pequeña de una mina aunque de dimensiones comparables (West, 1941).
El problema radicaba en que las semillas poseían masas variables, por lo que se buscaron
otros estándares, aunque la única alternativa por mucho tiempo fue el agua. Al igual que
con la unidad de distancia, con la caída del Imperio Romano, las unidades de masa se
fragmentan y debe esperarse hasta la revolución francesa para encontrar un sistema
realmente estandarizado
Este sistema resultó ser más útil para hacer cálculos comerciales, específicamente no es
que efectuar más rápido que el cálculo por ábaco, pero sí que permitía hacer cálculos más
precisos, especialmente porque las unidades podían ser subdivididas empleando una
coma o punto. Así la mitad de una determinada unidad se representaba como 0.5, la
cuarta parte como 0.25 y así en adelante. Estas decimas eran vitales para los
comerciantes, lo cual permitía establecer acuerdos mucho más precisos en los contratos,
aunque algunos iletrados no confiaban mucho en los hombres que se sentaban en bancas
a hacer estos cálculos que nadie entendía. De allí proviene la palabra cifras para los
numerales índicos, debido a que no se entendían claramente (Murphy & Jones, 2005).
En cualquier caso los hombres sentados en bancos que hacían estos cálculos acumularon
rápidamente poder y prestigio, y si alguien hacia trampa el gobernante local venia,
rompía la banca sobre la cual hacia sus cálculos (Murphy & Jones, 2005) y lo llevaba a la
orca, después de todo una de las lecciones que cualquier humano aprende es que no hay
Figura 6 Leonardo de Pisa “Fibonacci”
1170-1240 que meterse con del dinero de otra persona. De allí proviene la expresión banca para
referirse a los bancos, pues literalmente se hacían negocios en un banco, y banca rota era
literalmente la destrucción de la mesa o banco de cálculos (Murphy & Jones, 2005).
En Europa en 1202, Fibonacci introdujo los numerales con base decimal al resto de
filósofos naturales europeos, y para 1586 Simon Stevin publicó “la décima” que algunos
autores establecen como la primera publicación a cerca de las fracciones decimales, la
cual era una forma diferente de definir los valores decimales, pero como números
fraccionarios: por ejemplo una décima se representa como 1/10, una centésima como
1/100 etc (Sanford, 1921; J. A. Smith, 2008; Struik, 1959). Este sistema era conveniente
para la aplicación fiscal, en otras palabras para cobrar impuestos o dividendos en tratos
comerciales, por lo que Stevin opinaba que un sistema de medidas comercial basado en
una diferenciación decimal solo sería cuestión de tiempo. En 1643 John Wilkins propuso
que la base para dicho sistema decimal debía ser el péndulo para medir segundos, pero
la definición del segundo aun no era lo bastante precisa.
medición, aunque evidentemente esto solo se logró entre los aliados. Los españoles y
franceses se alinearon, así como los ingleses y rusos (Jackson, 1882; Loidi J N & Saenz P
M, 2006). Sin embargo, el proceso no era perfecto.
En 1783 James Watt protestó por las dificultades que tuvo para poder comunicar sus
descubrimientos sobre la energía con otros filósofos naturales germánicos, y promovió
la implementación de un sistema universal, que como el de Wilkins, se basara en una
modificación decimal para las medidas cortas y las medidas largas (Carnegie, 2005). En
1788 en filosofo natural Antoine Lavoisier comisionó la construcción de cilindros de
estaño que fue conocida como la libra francesa (Tavernor, 2007). Sin embargo, el apego
de los monarcas a ser la medida de todas las cosas, seguía impidiendo la institución de
Figura 8. James Watt 1736-1819
un sistema universal, y la única solución posible es que les cortaran la cabeza a los reyes,
lo cual en efecto sucedió.
El sistema métrico
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Uno de los primeros actos fue la fiscalización de la academia de las ciencias de Francia
por un comité para investigar la reforma del sistema de medición francés, debido a que
había heredado una miríada de unidades de medición tradicionales de la edad media,
que al tener que pasar por conversiones aritméticas se habían convertido en un vehículo
de corrupción burocrático y fuente de descontento para los burgueses comerciantes
(Alder, 2003).
En principio los representantes de cada nación, John Riggs Miller y Thomas Jefferson
aceptaron, pero el problema fue la latitud sobre la cual definir el péndulo. El problema
es que dependiendo de la latitud la gravedad afecta al péndulo con leves diferencias, lo
cual arrojaría longitudes diferentes. Cada representante proponía latitudes que
ensalzaban su orgullo nacional, y por lo tanto las rivalidades políticas volvieron a ser el
punto de estancamiento (Clements & Ellerton, 2015; Hellman, 1931; Maestro, 1980; Ten,
Figura 11. Nicolas marques de Condorcet 1989; J. H. Williams, 2014)..
1743-1794
Este sistema continuaba una tradición de tener unidades base independientes para
dimensiones geométricamente relacionadas como el metre para la distancia, el are para
el volumen, el stere para volúmenes en seco y el litre para volúmenes en húmedo. De
hecho, a partir del are proviene una unidad denominada hectare que es igual a 100 ares,
la cual aún permanece en uso para propósitos legales en muchos países
latinoamericanos. El primer sistema métrico introducía la noción de modificadores
decimales, aunque no eran muchos, para las medidas cortas se tenía el mili que indicaba
que había que media la milésima parte de la unidad base, y la miríada que indicaba que
había que medir 10 000 veces la unidad base (Hargrove, 2006; Watson, 1906).
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La grava y el kilogramo
La unidad de masa originalmente fue conocida como la grave. Una grave o grava se
definía como el volumen de un litre de agua justo en el punto de fusión del hielo. El
gramme era un nombre más antiguo y representaba aproximadamente una miligrava.
Sin embargo, el nombre grave era sinónimo del título nobiliario de Conde en algunas
lenguas germánicas. Aunque varios de los desarrolladores del sistema métrico tuvieran
títulos nobiliarios previos a la revolución, prefirieron lo levantar avisperos,
especialmente después de que guillotinaran a Lavoisier en 1793, así que decidieron
establecer al gramo como nombre base, aun cuando los patrones físicos para la medida
de la masa fueran mil veces más masivos y ya hubiera sido comisionada su construcción.
El gramo tampoco podía ser el patrón físico base debido a que es muy ligero y los errores
en su copiado pidan generar acumulaciones para patrones de medidas largas necesarias
para el comercio de los grandes señores burgueses. Así que en este punto había una
paradoja, el nombre base era diferente del patrón base, pero decidieron no cambiarlo, el
nombre por lo tanto del patrón base seria kilogramo, Otros afirman que la razón fue que
la definición de la grava fue hecha por Lavoisier, quien fue guillotinado por el gobierno.
Por tal razón en la actualidad el kilogramo es la unidad base a pesar de que el nombre
base es el gramo, en todas las demás dimensiones el nombre base y la unidad base
concuerdan (BIPM, 2016b), en palabra del Comité Internacional de Pesos y Medidas
“nos encontramos atascados con la infelicidad de que una unidad base tenga un prefijo”.
Definiciones y prefijos.
Las dos unidades base del primer sistema métrico fueron la unidad de
distancia y la unidad de masa, por entonces con la introducción de la física
newtoniana la diferencia entre masa y peso ya era clara. El metro se definió
como la diez millonésima parte, de la distancia desde el polo norte hasta el
polo sur por una línea imaginaria que para a través de la ciudad de París –
eran esos pequeños detalles los que serían un fastidio para la universalización
del sistema métrico en los años por venir. El gramo se definió como la masa
contenida en un recipiente de un centímetro cúbico que contiene agua justo
en el punto de congelación. De esta forma el agua se convertía en base para
la medición de la masa y vínculo con la medición de la distancia.
Para las medidas largas los prefijos modificadores fueron: miria (10.000 =
10E4), kilo (1 000 = 10E3), hecta (100 = 10E2) y deca (10 = 10E1). Mientras
que los prefijos para las medidas cortas fueron: deci (0,1 = 10E-1), centi (0.01
= 10E-2) y mili (0.001 = 10E-2). Las medidas largas eran prefijos derivados
Figura 13. Para evitar que el metro cambiara con el del griego, mientras que las medidas cortas eran prefijos derivados del latín.
presidente, rey o emperador de turno, se decidió
emplear al planeta como patrón.
Patrones estándar o realizaciónes físicas
Los dos patrones estándar importantes en consecuencia eran el metro y el
kilogramo. En 1799 el patrón de distancia, metro patrón, realización física del metro o
metro de los archivos fue fijado como una barra de platino que debería ser almacenada
pajo condiciones controladas para evitar su oxidación aun cuando fuera poco, y
especialmente evitar la dilatación o contracción térmica del metal con los cambios de
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temperatura, esto es necesaria ya que por los siguientes 90 años este sería el patrón sobre
el cual se harían copias llevadas a todas partes del mundo donde Francia tenía una
influencia militar, política y cultural (Merritt, 2012). El estándar de masa también era un
cilindro de platino almacenado bajo condiciones controladas y fue conocido como el
kilogramo de los archivos por 90 años (Merritt, 2012).
1- La conferencia general de pesos y medidas CGPM que se reuniría cada 6 años con
delegados de cada uno de los países miembros para recibir y discutir los nuevos
desarrollos científicos que afecten a los estándares del sistema de medición
2- el comité internacional de pesos y medidas CIPM, se reúne cada año compuesto por
18 individuos de carácter científico para aconsejar a cerca de aspectos técnicos.
En 1921 la convención del metro fue extendida para incluir todas las medidas físicas que
habían ido desarrollándose a lo largo del siglo XIX como las unidades de electricidad y
de cantidad de materia. El idioma oficial del tratado del metro es el francés, así que todos
los documentos oficiales en metrología se redactan en francés inicialmente y luego deben
ser traducidos al inglés como lengua internacional de la comunicación científica y de allí
en adelante a los idiomas locales.
La metrificación
Durante el siglo XIX el sistema métrico se diversifico en variantes conocidas por las
unidades que se empleaban para medir la distancia / la masa / el tiempo
respectivamente. El sistema CGS o centímetro-gramo-segundo empleado especialmente
para definir las unidades electrostáticas, también conocido como el sistema gaussiano.
Otro sistema era el MKS o metro-kilogramo-segundo que era el sistema clásico
internacional o francés para los sistemas de distribución eléctrica y prácticamente todo
lo demás (Vawter & Ralph, 1971). El problema fundamental que se encontraba era que
se intentaba decir las unidades eléctricas en base a las dimensiones distancia / masa /
tiempo, lo cual creaba paradojas matemáticas no resolubles. El problema fue resuelto en
1900 por Giovanni Giorgi cuando este propuso la existencia de una nueva unidad
fundamental o base no reducible, esta unidad representaría los fenómenos eléctricos y
debería elegirse entre la corriente, el voltaje o la resistencia. En la actualidad es la intensidad
de la corriente eléctrica y su unidad es el amperio (Cañón, Sánchez, & Sánchez, 2012;
Markowitz, 1973). Algo parecido sucedió con las dimensiones de energía, intensidad
lumínica, y cantidad de materia específica.
Figura 16. Giovanni Giorgi 1871-1950
Para finales de la segunda guerra mundial este devenir histórico había vuelto a estancar a la
metrología donde había comenzado, con una diversidad de sistemas derivados del sistema
internacional del tratado del metro. En 1948 al final de la segunda guerra mundial
representantes de la unión internacional de física pura y aplicada IUPAP, el gobierno francés,
y la novena conferencia general de pesos y medidas indicó al comité internacional de pesos
y medidas realizar indicaciones a los países miembros para re-estandarizar el sistema de
medición imperante antes de que el caso fuera permanente y el tratado del metro fuera
destruido (Cañón et al., 2012; Markowitz, 1973).
Para la décima conferencia general de pesos y medidas en 1954 decidió que el sistema
internacional debería tener 6 unidades base: distancia, masa, tiempo, intensidad
lumínica, corriente eléctrica y temperatura. En 1960 en la onceava conferencia general
de pesos y medidas de 1960 se le dio el nombre de Sistema Internacional de Unidades o
SI, dando por terminado el periodo del sistema métrico decimal. Durante la catorceava
conferencia general de pesos y medidas de 1971se adicionó finalmente la unidad de
cantidad de materia específica, el mol una unidad eminentemente química, que resalta
en las demás unidades que fueron definidas en base a criterios físicos (Cañón et al., 2012;
Markowitz, 1973).
Política
El SI se ha convertido en el sistema de medición más ampliamente usando alrededor del
mundo, y es empleado tanto por el comercio como por la ciencia. El cambio al SI tuvo un
efecto muy tenue en los países que ya venían empleando el sistema métrico decimal,
después de todo unidades como el metro, el kilogramo, el litro o el metro cubico
conservaron sus definiciones generales. Sin embargo, el tratado del metro es
completamente voluntario, así que el grado y velocidad de adopción del SI ha variado de
país a país.
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Inglaterra y su mancomunidad
Antes conocido como el Imperio Británico, compitieron con el estado revolucionario
francés durante el siglo XVIII por la hegemonía de Europa occidental. Aunque el imperio
británico venció al entonces imperio francés, el sistema métrico decimal pareció
sobrevivir, y eso que a muchos franceses no les gustaba. El punto con el sistema métrico
es que al ser extremadamente racional era conveniente para los científicos, del país que
fueran, y gracias a su presión el imperio británico adoptó legalmente el sistema métrico
decimal en 1864, además el imperio británico fue una de las naciones en firmar el tratado
del metro de 1884. Sin embargo las unidades del Sistema Imperial de Medidas
continuaron siendo el estándar en el imperio y sus colonias (E. Williams, 1973).
Cuando la evolución del sistema métrico fue publicada en forma del SI en 1960 el único
país de la mancomunidad de naciones de Inglaterra en adoptarlo inicialmente fue India.
A pesar de ser un asunto de orgullo nacional (Elliott, 2004), con el tiempo los
comerciantes le ganaron la partida a los políticos y para 1970 el programa de
metrificación de Inglaterra y su mancomunidad de naciones dio inicio, no sin oponentes,
muchos de los opositores británicos a la unión europea veían la metrificación como una
imposición más del bloque europeo continental (Speiring, 2001), así que la situación se
hizo un poco visceral, sin embargo en la actualidad Inglaterra y su mancomunidad han
adoptado el sistema métrico para el comercio y para la ciencia, aunque aún se siguen
empleando las unidades imperiales para el comercio local en algunas zonas.
La unión europea
Para los que ya han hecho ejercicios de lápiz y papel que involucran la molesta conversión
de unidades métricas a unidades imperiales, evidentemente la pregunta que surge es
¿Por qué?, los dos bloques culturales que influencian a las ciencias de la naturaleza
alrededor del mundo son Europa y estados Unidos. Por el lado europeo, aunque algunas
de sus potencias importantes como Francia y Alemania ya eran métricas desde hacía
mucho tiempo, algunos miembros no lo eran, además los políticos británicos
aparentemente presionaron el debate para que se aceptaran algunas medidas del sistema
de medidas imperial, aunque fuera por algún tiempo. Tal vez en la dimensión de medida
donde con más fastidio se manifiesta esta tensión política es en las unidades para la
medición de la presión.
Visión general
A pesar de las críticas que pueda recibir el SI como una dictadura internacional, una
intromisión de los asuntos internos de una nación, como destructor de las costumbres
culturales etc la cuestión sigue siendo la misma, es un sistema diseñado por y para los
científicos, que desarrollan tecnología para ser aplicada en la industria. Esto hace que la
26
Debido a que los científicos, los comerciantes y los militares poseen una fuerte influencia
social, tarde o temprano los políticos deben ceder en su lealtad nacionalista y adoptar el
sistema métrico, de esta forma para el momento en que este texto es escrito solo tres
naciones en el mundo no son métricas: Burma, Liberia y USA, aunque Burma ya anunció
en 2013 que se metrificará mientras que en USA como ya hemos dicho antes, los
militares, comerciantes, políticos y mayoría de proyectos de ingeniería son métricos total
o parcialmente (a Hundred, 1988; J. C. Smith, 1998; Vernick, 1987). Hay que anotar que
la transición al sistema métrico causa problemas graves de compatibilidad de
magnitudes cuando no se manejan apropiadamente como los que se mencionaron en la
introducción de este capítulo.
Figura 17. Las 7 magnitudes dimensionales y sus unidades; así como las 7 unidades básicas con sus
unidades. Observe que los símbolos de magnitud van en cursiva, mientras que los símbolos de unidad no.
Las 7 unidades base se definen de ser posible en base a criterios físicos inmutables, que
teóricamente deben comportarse igual en cualquier parte del universo que no sea un
horizonte de sucesos “un agujero negro”, en otras palabras, dichas definiciones deben
intentar ser extraíbles de fenómenos generales, aunque la definición de la masa aún sigue
siendo la piedra en el zapato.
28
Midiendo la distancia
La distancia es la cantidad de espacio que hay entre dos puntos, su unidad de medida en
el SI es el metro. La realización física del metro, necesaria para crear patrones
estandarizados de medida, desde el humilde metro del sastre hasta los sistemas de
precisión científicos han experimentado una evolución a lo largo de la historia. La
primera definición del metro se dio con el nacimiento del sistema métrico decimal
francés en 1795, e idealmente debería ser una barra de platino cuya medida debería ser
igual a la diezmillonecima parte (10-7) de la distancia que recorre el meridiano que pasa
por parís y cuyos extremos comienzan en el polo norte geográfico y el ecuador. El
problema es que los cartógrafos de la época cometieron un ligero error al no considerar
la curvatura del planea y su efecto al aplanar el meridiano para crear una barra recta en
1799, en consecuencia, la barra original de platino era un poco más corta que la definición
que intentaba representar. Esta barra sobre la cual se crearon las primeras copias
maestras del metro durante 90 años fue denominado el
metro de los archivos(Gruber & Olsen, 1994; Kose, Siebert,
& Wöger, 2003; Mills, Mohr, Quinn, Taylor, & Williams,
2006; Moreau, 1953; Quinn, 1995).
En 1960 la definición del metro se cambió a 1 650 763,73 longitudes de onda de radiación
electromagnética en el vacío emitidos por el isótopo kriptón-86, donde dicha radiación
era emitida por la transición cuántica de electrones entre el orbital 2p 10 y el orbital 5p5.
Sin embargo, esta definición seguía dependiendo de un tipo de sustancia específico. En
la actualidad, al saber que la velocidad de la luz es constante para propósitos prácticos
en el vacío, se ha definido el metro como la distancia que viaja cualquier tradición
electromagnética en el vacío por 1/( 299792458) segundos (Gobato, Gobato, & Fedrigo,
2015).
De los símbolos de distancia debemos destacar sus símbolos de variable, los cuales son
muy variados, aunque lo más común es emplear el símbolo (x).
La masa también es una unidad particular ya que debemos tener claro que la unidad base
kilogramo es diferente de la base matemática a la hora de hacer los cálculos, que es el
gramo. Aunque histórica, teórica y especialmente en la realización física la unidad base
es el kilogramo, al hacer los ejercicios de lápiz y papel, la unidad base será el gramo.
La primera definición del kilogramo o la grava como era su nombre original era la masa
en 1793 de un litro de agua en su punto de congelación (Fisher Jr, 2005). Al igual que
sucedió con la definición del metro, para 1799 se diseñó una barra de platino con una
masa comparable, la cual sería el patrón del kilogramo por los siguientes 90 años, siendo
denominado el kilogramo de los archivos. En 1899 el kilogramo de los archivos de platino
fue reemplazado por el prototipo internacional del kilogramo IPK, hecho de una aleación
de 90% platino y 10% de iridio y almacenado bajo condiciones controladas en la ciudad
de Sevres Francia. El prototipo internacional del kilogramo es la púnica de las unidades
fundamentales cuya realización física aún sigue dependiendo de esa precisa y única barra
de platino e iridio conocida como IPK.
Midiendo el tiempo
El tiempo hace referencia al cambio, aunque en realidad es algo muy difícil de definir.
En cualquier caso, las unidades de tiempo son de lo más conservado en los sistemas de
medición. De hecho, podríamos decir que el modo en que medimos el tiempo es el gran
fracaso del sistema métrico. Cuando se instauro el sistema métrico se intentó redefinir
el segundo en términos métricos decimales, aunque ambos proyectos eran más o menos
independientes, de hecho, el original sistema métrico no poseía unidades de tiempo
definidas, pero igual ambos tenían la misma idea de fondo. El proyecto del tiempo
decimal dividía el día en 10 horas decimales, cada hora en 100 minutos decimales y cada
minuto en 100 segundos decimales. Así mismo los segundos serian divididos en 100
centésimas de segundo decimal y así sucesivamente, todo en múltiplos de 10 como era el
espíritu del sistema métrico. De igual modo el mes seria dividido en secciones de 10 días
etc. Se podría decir que todo el proyecto de conversión decimal del tiempo fracasó,
especialmente después de 1805, sin embargo las unidades de medida corta del tiempo,
es decir las subdivisiones del segundo son en esencia medidas métricas, las centésimas
de segundo y las milésimas de segundo son métricas (Carrigan, 1978; Kindleberger,
1983).
Cuando se adoptó finalmente la medida del tiempo como parte del sistema métrico de
medidas la unidad base se convirtió en el segundo (Taylor, 1995), tal como venía definido
por un día solar terrestre promedio. Los segundos de aquí en adelante pueden ser
30
En 1956 el segundo se definió como 1/( 31 556 925.9747) parte de un año solar tropical
de enero de 1900. Sin embargo, pocos años después se descubrió que los isótopos
radiactivos decaen con patrones constantes. En la actualidad el tiempo se define como 9
192 631 770 periodos de radiación, correspondiente a la transición de dos periodos
hiperfinos del estado fundamental del cesio-133 (BIPM, 2006; Klioner et al., 2009;
Szymaniec, Chalupczak, Whibberley, Lea, & Henderson, 2005). Con esto, el reloj nuclear
de cesio puede crearse en cualquier parte del mundo, siendo una relización física de una
unidad fundamental que no requiere ser resguardada con celo en la ciudad de Sevres.
Midiendo la temperatura
La escala de temperatura requiere definir dos puntos, el primero es el punto cero que
sería así como el que representa lo frio y el otro el que representa lo caliente. Diversas
escalas de temperatura se han propuesto con los años. La temperatura métrica original
fue definida en grados centígrados o de Celsius, que se obtenía definiendo el punto cero
como el punto en que el agua se congela a nivel del mar y el punto 100 como el punto en
que el agua bulle a nivel del mar, esta definición es previa al sistema métrico y fue
propuesta en 1743 (Romer, 1982).
William Thomson, primer Barón de Kelvin en 1848 propuso una escala de temperatura
que no dependía de las propiedades de una sustancia particular como sucedía en las
escalas de Celsius o Fahrenheit. Esta empleaba la teoría de la termodinámica y el hecho
de que los gases parecían detener su movimiento molecular en un punto denominado
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cero absoluto, aunque el valor exacto de dicho punto permaneció en disputa hasta el siglo
XX. Sin embargo el cero absoluto solo modificaba el punto cero de la escala (Romer,
1982). El punto caliente de la escala sigue estando anclado al agua y se define como el
punto triple del agua. La ventaja del punto triple es que es un estado definido de
volumen, temperatura y presión no arbitrario, en el cual el agua coexiste en equilibro en
sus tres estados. Una vez teniendo los dos puntos lo que se hizo fue dividirlos de forma
tal que su magnitud coincidiera con la de los grados Celsius, y por eso ambas unidades
son más o menos intercambiables (BIPM, 2006).
Intensidad lumínica
Es el brillo emitido por luz monocromática a una frecuencia de 5,4E14 hertz y que posee
una intensidad radiante direccional de 1/683 watts por estereorradián (BIPM, 2006;
Palmer & Carroll, 1999).
Utilidad
Cada una de las unidades es útil en su campo, pero hay unas que empleamos más que
otras a nivel escolar o diario. Las definiciones de distancia, masa, temperatura y tiempo
son por mucho las más empleadas para la vida diaria, seguidas de la corriente eléctrica.
La cantidad de sustancia específica es útil en el contexto químico, mientras que la
intensidad lumínica encuentra su mayor aporte en el efecto fotoeléctrico que conllevo a
la propuesta de la teoría mecánico cuántica ondulatoria. Sin embargo, para ser prácticos,
las candelas solo las veremos en este capítulo.
El Sistema Internacional de Unidades especifica 7 unidades base de las cuales todas las
demás deben ser derivadas matemáticamente. Las unidades derivadas son
adimensionales o pueden ser expresadas como productos directos o inversos de una o
más unidades básicas. Para conveniencia de algunas disciplinas, algunas unidades
derivadas tienen nombres y símbolos propios. Esto permite que la manipulación
dimensional se realice en términos de multiplicaciones y divisiones. Una excepción
peculiar son las unidades de temperatura, que deben convertirse por fórmulas que
involucran sumas o restas. Adicional a estas unidades derivadas, también analizaremos
algunas unidades tradicionales que son aceptadas y de uso común en el SI (BIPM, 2006)
No nombradas
No nombradas
No nombradas
No nombradas
Nombradas
No nombradas
Notación científica
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La notación científica es una manera de escribir números que son muy extensos. Para
hacer esto se hace uso de las reglas de los exponentes, en concreto de los exponentes de
base 10. Un número expresado científicamente está compuesto por una o más cifras
significativas multiplicado por una o accediese elevada a un determinado exponente, este
exponente de indicar a la cantidad de ceros a la derecha o a la izquierda de la cifra
significativa. (Bell, 2005; Chang & Overby, 2011; Chang, 2006; Ebbing & Gammon,
2008; Serway & Jewett, 2010, 2014; Timberlake, 2015; Tipler & Llewellyn, 2012)
Coeficiente significativo
Todos los dígitos que aparecen a la izquierda del signo de multiplicación “X” son
significativos, aun cuando sean ceros.
Exponente positivo
Si el exponente de la notación científica es positivo, estamos tratando con ceros a la
derecha de las cifras significativas y por lo tanto de un número muy grande.
40
Exponente negativo
Si el exponente de la notación científica es negativo, estamos tratando con ceros a la
izquierda de las cifras significativas y por lo tanto de un número muy pequeño.
Moviendo la coma
La cantidad de cifras significativas, la posición de la coma y el exponente se encuentran
directamente relacionados. Alterar la posición de la coma involucra necesariamente
alterar el exponente. Esto es particularmente útil cuando el coeficiente significativo no
es un entero.
Sumas y restas
Para sumar o restar dos números expresados como notación científica, se debe fijar en el
exponente primero y luego en las cifras significativas. La regla nos dice que sólo se puede
sumar o restar cifras significativas cuyos exponentes sean iguales, de lo contrario se
deben igualar los exponentes alterando la cantidad de cifras significativas en uno de los
valores a sumar o restar.
La razón de esta operación es que la base diez y su exponente son un factor común a los
términos significativos a sumar, en consecuencia, se aplica el caso de factorización
“Factor Común” para ejecutar la suma.
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Multiplicaciones y divisiones
La multiplicación de notaciones científicas sigue la regla de sumar ceros o de sumar la
potencia, esto se puede hacer debido a que la base es la misma. A diferencia de la suma
o la resta, la multiplicación puede hacerse con cualquier potencia, por lo que los factores
no necesariamente deben tener la misma potencia.
Con la multiplicación vamos a ejecutar un paso intermedio que involucra aplicar la ley
conmutativa de la multiplicación. Dado que el orden de los factores no altera el producto,
colocaremos los dos coeficientes a un lado y las dos potencias al otro. Multiplicamos
aritméticamente los coeficientes, mientras que la multiplicación de las potencias es dejar
la base 10 y sumar los exponentes.
Potencias y raíces
Un valor en notación científica elevado a una potencia puede gozar de la ley conmutativa,
el coeficiente se opera de forma independiente, mientras que el exponente se multiplica
por tantas veces indique la potenciación.
Tal como se empleaba en el primer sistema métrico decimal, se emplean prefijos griegos
para las medidas largas, más grandes que la unidad base; y prefijos derivados del latin
para las medidas cortas que son más pequeñas que la unidad base. Cada prefijo va
asociado a una determinada potencia de 10, aunque su uso se hará claro cuando
introduzcamos el concepto de notación científica y factor de conversión (BIPM, 2006).
Medidas largas
Son aquellas que se emplean cuando nuestra undad base es muy pequeña, por ejemplo
cuando deseamos medir la distancia que recorremos en un automóvil. Y como el
automóvil es una analogía útil, emplearemos como ejemplos las unidades de distancia,
el metro.
10008 1024 yotta Y Septillón Cuatrillón 1 000 000 000 000 000 000 000 000 1991
10007 1021 zetta Z Sextillón Mil trillones 1 000 000 000 000 000 000 000 1991
10006 1018 exa E Quintillón Trillón 1 000 000 000 000 000 000 1975
10005 1015 peta P Cuatrillón Mil billones 1 000 000 000 000 000 1975
10004 1012 tera T Trillón Billón 1 000 000 000 000 1960
10003 109 giga G Billón Mil millones / Millardo 1 000 000 000 1960
10002 106 mega M Millón 1 000 000 1960
10001 103 kilo K Mil / Millar 1 000 1795
10002/3 102 hecto H Cien / Centena 100 1795
1/3
1000 101 deca Da Diez / Decena 10 1795
10000 100 Sin prefijo Uno / Unidad 1
Medidas cortas
Usamos las medidas cortas para medir magnitudes más pequeñas que la unidad base,
emplearemos las unidades de distancia como ejemplos.
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El nanómetro también se emplea para medir escalas atómicas, por ejemplo, el diámetro
de la nube de probabilidades electrónicas del helio es de aproximadamente 0.1
nanómetros.
y 520 picómetros. Los enlaces químicos también se miden en picómetros, por ejemplo,
el enlace simple entre carbonos ronda los 154 picómetros.
Masa
Las unidades de medida corta de la masa son muy empleadas, así como las medidas
largas hasta llegar al quilogramo, sin embargo, a partir de megagramo generalmente no
se emplea el SI, y en su lugar se hace uso de la tonelada métrica para objetos
supermasivos.
Volumen
Por lo general se emplean litros para las medidas cortas y metros cúbicos para las
medidas largas.
Distancia
El micrómetro en ocasiones se denomina micrón y el femtómetro se denomina fermi.
Existieron otras unidades por ejemplo el armstron que equivale a 0,1 nm aunque era
empleado por los químicos. Para las unidades muy largas de medida astronómica
generalmente no se emplea el metro, sino otras unidades como las unidades
astronómicas, los años luz y los parsecs.
Tiempo
Para las medidas cortas de segundos o menos se emplea fuertemente el SI aun en
aplicaciones no científicas, sin embargo, es raro aun en textos científicos encontrar
medidas largas usando el segundo como base, en su lugar se emplean otras unidades
como minutos, horas, días, años etc. En la medición de los ángulos, rara vez se emplea el
radian, y en su lugar se usó el grado, que a su vez se subdivide en arcos minutos y arcos
segundos en lugar de emplear una división decimal.
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Temperatura
Para la temperatura hay que tener en cuenta la unidad, si estamos midiendo en
celcius/centígrados el prefijo debe ir antes del símbolo de grado, por ejemplo, un
miligrado Celsius se escribirá como m °C. Sin embargo, los grados Kelvin no requieren
escribir el símbolo grado, y se expresaría simplemente como milikelvin mK.
Como tal la pronunciación y nombre de cada unidad puede adaptarse a las convenciones
locales de cada idioma, por ejemplo, el litro puede escribirse como liter o litre
dependiendo de su idioma. Por otra parte, cuando aplicamos la pluralidad, por ejemplo,
varios metros aplicamos las reglas locales de cada idioma para convertir el sustantivo en
plural, en español esto se logra agregando la (s) al final en la mayoría de los casos.
Recientemente nos ocupamos aquí del decreto que establece el sistema legal de unidades
de medida obligatorio en España y las reglas de escritura de sus nombres y sus símbolos.
Los autores del decreto -el Ministerio de Industria- han dejado sin llenar una importante
laguna. Se trata de los plurales de los nombres de varias unidades, concretamente de
algunos tomados de antropónimos de científicos ilustres. El Real Decreto 2032/2009
solo dice que pueden escribirse en plural. Y en alguna parte escribe, para desconcierto
del lector, «9 192 631 770 hercio», «2 x 10-7 newton», «299 792 458 metros por
segundo», «4 x 10-7 henrio por metro», «0,002 005 2 moles» y «273,16 kelvin». Quien
por primera vez se asome a este tema podría pensar que, a diferencia de metro y mol, los
nombres hercio, newton, henrio y kelvin no tienen forma plural. Pero la tienen.
El ya derogado decreto 1317/1989 establecía que «los nombres de las unidades toman
una s en el plural (ejemplo: 10 newtons), salvo que terminen en s, x o z». ¿Debe
mantenerse hoy tal regla, cuando casi todos esos sustantivos han sido españolizados? En
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ese caso se hablará de kélvins, becquerels y pascals, pero si se aplican las normas del
español serán kélvines, becquereles y pascales. En la práctica se observa que quienes
emplean estas voces acuden también a otras fórmulas, como consecuencia de la
inexistencia de una norma clara. Así, hay quien mantiene invariables esos nombres en
plural (justificable en el caso de siemens) y escribe «200 kelvin», otros les añaden -s y
hay quienes optan por españolizaciones no aceptadas (becquerelio-becquerelios).
Los símbolos son términos algebraicos no siglas, por lo que no se les como la el punto
final, a menos que sea el fin de una oración o un párrafo. Se usa, aunque no se explica.
Los prefijos decimales hacen parte de la unidad, esto implica que no se le deja espacio
con respecto al símbolo base, y se trata como un todo individual por ejemplo k en km, M
en MPa o G en GHz. No se permiten prefijos compuestos. Se usa, aunque no se explica.
El separador decimal puede ser un punto (.) o una coma (,). En la practica el punto es
empleado en los países angloparlantes y en Asia, mientras que la coma es empleada en
la zona europea y Latinoamérica. Sea cual sea la elección debe mantenerse la
consistencia. Esta es de las pocas que explican generalmente.
Para separar los tres ceros con valor a la derecha se emplea un espacio en lugar de puntos
o tildes, para evitar confusiones. Esta es de las pocas que explican generalmente.
Debido a que las definiciones de billón y trillón difieren de un idioma a otro, las unidades
de masa partes por millón y partes por trillón deben ser descontinuadas. Deberían
tenerlo en cuenta aquellos que gustan de este tipo de unidades.
En un procesador de texto los símbolos de unidad y los símbolos de variable deben poder
identificarse. Las unidades se escribirán en fuente Roman simple, y en caso de no tenerla
se puede Times new roman (m, s, kg, A), sin negrita y especialmente SIN cursiva,
mientras que los símbolos de variable se escibirran en cursivas o con un tipo de texto que
sea semejante al itálico (x, t, m, I).
Los símbolos de unidad son un poco más pequeños que el tamaño de los numerales
arábigos, y la altura de los exponentes deberá ser casi la misma que la altura de los
numerales arábigos empleados para las magnitudes.
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Por lo general todo va escrito en negro sólido, sin embargo, debido a que mis objetivos
son meramente didácticos he decidido emplear un código de color arbitrario, esto es
especialmente útil a la hora de realizar el análisis dimensional algebraico.
Cuando realizas una media, empleas algún tipo de instrumento de medición. Por
ejemplo, puedes emplear un metro para medir una altura, una balanza para determinar
un peso, o un termómetro para determinar una temperatura. Este proceso generalmente
presenta dos problemas. El primero si el instrumento emplea un sistema de medición
analógico, se requiere de entrenamiento para saber leer el instrumento, este problema
se evita con un sistema de medida digital que siempre arroja valores claros. El siendo
problema es que por lo general los valores medidos directamente deben ser empleados
en cálculos matemáticos que no siempre arrojan números enteros. Para poder controlar
la cantidad de decimales obtenidos en dichos cálculos se emplea una serie de reglas que
se denominan en su conjunto como cifras significativas. Las cifras significativas son una
serie de valores que portan un significado verdadero al interior del número. Antes de
aprender a operar empleando las cifras significativas, es esencial aprender a reconocerlas
en diferentes tipos de números.
Instrumentos analógicos
Existen dos tipos de instrumentos, los instrumentos analógicos y los
instrumentos digitales. Los instrumentos analógicos indican la
magnitud medida mediante la comparación directa con la entidad
física, que es el caso de las reglas o los transportadores, o mediante
agujas que se mueven en torno a una determinada escala, que es el caso
de los relojes de manecilla. Debido a que la escala es fija se puede tener
dificultades cuando el valor queda en medio de los segmentos
numerados de la escala. Esto hace necesario aproximar los valores
Figura 20. Lector de un instrumento análogo dependiendo del instrumento que empleemos, lo cual hace que el valor
decimal consignado no sea del todo preciso.
Instrumentos digitales
Los instrumentos digitales no tienen una escala prefijada, así que
expresan sus resultados en magnitudes legibles directamente hasta su
última cifra con significado de precisión. Esto hace que no sea necesario
un entrenamiento previo para leer dicho instrumento, además muchos
de ellos poseen menos partes móviles que los instrumentos analógicos,
lo cual los hace más durables. Dado que hay menos error humano y de
ingeniería en estos instrumentos, sus valores son mucho más
confiables, pero el problema es que también son más costosos. Muchos
de los instrumentos de la vida cotidiana o de un laboratorio escolar son
instrumentos analógicos. A continuación, hablaremos de la medición
Figura 21. Lector de un instrumento digital con instrumentos simples.
Insertidumbre
En la filosofía de las ciencias de la naturaleza se tiene presente la diferencia entre el valor
medido y el valor real. El valor medido siempre será una aproximación al valor real
debido a la existencia intrínseca de errores observacionales o de medición, que dependen
de la accesibilidad del fenómeno, la precisión del instrumento, y la precisión del operario.
Los errores de medición pueden dividirse en dos categorías, los errores aleatorios y los
errores sistemáticos (BIPM, IFCC, & IUPAC, 2008).
Errores aleatorios
Los errores aleatorios son errores de medición que conllevan a valores que no son
consistentes entre una repetición y otra aun cuando estamos midiendo magnitudes que
se consideran constantes universales. Las causas de los errores aleatorios se desconocen
u obedecen a fenómenos físicos que interactúan de forma homogénea con el experimento
causado todo tipo de desviaciones al interior de un rango de precisión. Estos cambios
pueden ocurrir en el instrumento de medida o en las condiciones ambientales (Taylor,
1997).
53
Algunas causas propuestas para los errores aleatorios es el ruido electrónico al interior
de los circuitos electrónicos de los instrumentos digitales. Cambios irregulares en el flujo
de calor de los instrumentos, que causa dilatación o contracción de las partes
instrumentales, causando desviaciones entre una y otra medida que no pueden ser
reguladas por medio de la calibración. Otra posibilidad es a cambios mínimos que hace
el operario cada vez que manipula el instrumento, aun cuando se trate de un excelente
operario siempre existirán alteraciones mínimas que afectan la dispersión de datos en
cada repetición. Cabe anotar que este tipo de error no implica que el procedimiento
experimental esté mal hecho, ellos siempre estarán presentes y por ende hay que buscar
la forma de informar sobre estos errores en los informes de laboratorio.
La gaussiana
O campana de Gauss es un diagrama de frecuencias, en el eje (Y) tenemos la cantidad de
veces que se repite un determinado dato experimental, por lo que generalmente
denominamos a ese eje (n) que representa el número de repeticiones que tiene un
determinado tipo de datos y en el eje (X) tenemos los posibles resultados. Ahora bien,
podemos tener una gráfica de columnas con una marcada tendencia central:
Este histograma ideal representa una medición aleatoria alrededor de cualquier medida
física que se realiza con una suficiente cantidad de repeticiones, esto implica que entre
menos repeticiones tenemos de un determinado dato aleatorio será más difícil ver la
tendencia. La curva gaussiana es una curva suave imaginaria que une los puntos del
histograma aleatorio.
54
Figura 24. Histogramas con diferentes grados de amplitud y que tienden a formar campanas gaussianas.
Promedio aritmético
Si los datos cumplen con una distribución gaussiana podemos decir que el promedio
aritmético es una medida buena de la verdadera tendencia central de la colección de
datos presente.
Sin embargo, dos colecciones de datos diferentes pueden llegar a tener un mismo
promedio.
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Si analizamos la curva, nos damos cuenta que a la izquierda los datos están más alejados
del promedio, es decir se encuentran más dispersos, hay mayor diversidad o menor
precisión. Mientras que a la derecha los datos no se alejan tanto de la medida central, lo
cual implica una mayor precisión. Para poder representar esto requerimos una medida
de la dispersión.
Desviación estándar
Al igual que con la medida de tendencia central, para nuestros propósitos solo
introduciremos una medida de dispersión, que es la más común de todas, la llamaremos
la desviación estándar (s). La desviación estándar nos interpretará que tan dispersos son
nuestros datos, de forma tal que a menores desviaciones nuestra medida es más precisa,
mientras que a mayores desviaciones nuestra medida es menos precisa.
Errores sistemáticos
Los errores sistemáticos son errores no aleatorios, la causa del error siempre está allí
como un demonio que te corre tus números constantemente en la misma dirección. Este
tipo de errores obedece a un operario mal entrenado que siempre comete el mismo error
al manipular el instrumento, porque el instrumento se encuentra mal calibrado o se
encuentra dañado. Una última fuente de error sistemático es que el operario cometa un
error consistente a la hora de procesar la información para presentar su informe (Taylor,
1997).
Este tipo de errores solo es detectable cuando el operario conoce de antemano el rango
de datos que debería estar obteniendo, es como cuando usted sabe intuitivamente que
“hay algo raro en esa vaina”, por ejemplo, cuando se maneja un termómetro y este no
tiene un adecuado contacto con la superficie que se desea medir, o no se le da suficiente
tiempo para que alcance el equilibrio térmico con el sistema.
Matemáticamente existen varias formas para obtener una medida del error sistemático, pero
siempre dependerán de conocer de antemano el valor denominado real μ. En términos más
formales ningún dato es exacto, pero los valores consignados en los libros de texto como las
constantes universales se realizan con mejor instrumentación de la que cuenta cualquier
laboratorio escolar, por lo que podemos tomarlos como valores μ bastante buenos, contra los
cuales poder comparar nuestros resultados experimentales. En cualquier caso los instrumentos
matemáticos son las estimaciones de error y la comparación por medio de estadísticos de
inferencia.
Estimaciones de error
Estos son los instrumentos clásicos para determinar los errores de procedimiento, y se
dividen en tres, el error absoluto, el error relativo y el porcentaje de error relativo.
58
La fórmula es la siguiente:
Lectura de datos
Instrumentos analógicos
UN problema común con los instrumentos
analógicos, y mucho más con aquellos cuya escala de
medida está debajo de alguna superficie
transparente, es que la luz se tuerce cuando atraviesa
el material transparente, lo cual a su vez hace que
veamos la raya de la medida donde no está realmente,
este es denominado el error de Parallax. Por lo
general se aconseja observar la escala desde un
60
Instrumentos digitales
Figura 25. El problema de los A menos que en el empaque se diga otra cosa, el papel del último digito con significado
instrumentos análogos es que a veces la ambiguo lo asume precisamente el último digito más pequeño. Por ejemplo, mi reloj
medida es ambigua. digital (figura 26). Posee cifras para decenas de horas, horas, decenas de segundos,
segundos, décimas de segundo y centésimas de segundo. En este caso las centésimas
de segundo se co0nvierten en la última cifra que determina el intervalo de confianza de
la medida del tiempo. Por ejemplo, si medimos los reflejos de un estudiante como lo
rápido que son capaces de detener el cronómetro cuando ven determinada marca, se
debe reportar que el instrumento tiene un intervalo de confianza de ±0,1 cs. A este error
lo llamaremos límite de precisión del instrumento.
Cifras significativas
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Cuando realizas una media, empleas algún tipo de instrumento de medición. Por
ejemplo, pues emplear metro para medir una altura, una balanza para determinar un
peso, a un termómetro para determinar una temperatura. Por lo general los valores
medidos directamente deben ser empleados in cálculos matemáticos que no siempre
arrojan números enteros. Para poder controlar la cantidad de decimales obtenidos en
dichos cálculos se emplea una serie de reglas que se denominan en su conjunto como
cifras significativas. Las cifras significativas son una serie de valores que portan un
significado verdadero al interior del número. Antes de aprender a operar empleando las
cifras significativas, es esencial aprender a reconocerlas en diferentes tipos de números.
(Bell, 2005; Chang & Overby, 2011; Chang, 2006; Ebbing & Gammon, 2008; Serway &
Jewett, 2010, 2014; Timberlake, 2015; Tipler & Llewellyn, 2012)
Ceros intermedios
Los ceros intermedios cuentan como cifra significativa, no solo cuando hacen parte de
un entero como en 101 o en 208, sino también cuando hacen parte de una expresión
decimal. Por ejemplo 5,008 posee cuatro cifras significativas.
Ceros a la derecha
Si hacen parte de un entero siempre son significativos, si se encuentran a la derecha de
una coma solo son significativos si el contexto o del problema o del ejercicio o así lo
determinan.
Notación científica
Aunque las notaciones científicas expresan valores enteros muy grandes, o una enorme
cantidad y se los intermedios, generalmente se asume como con significado solo los
valores diferentes de cero que se expresan a la izquierda la notación, por ejemplo, en
6,022 x 1023 se tiene un valor entero enorme, pero con significado sólo hay cuatro valores.
Las siguientes reglas están relacionadas con la presente.
Contexto
Tenga en cuenta que valores como 1000 puede tener una o cuatro cifras significativas, la
determinación de esto va a defender enteramente del contexto del problema o el ejercicio
que se esté trabajando. Básicamente la guía es si se trata de un dato o si se trata del
resultado de una operación.
Sumas y restas
Solo se tienen en cuenta las Cifras significativas decimales, las cuales se encuentran a la
derecha de la coma decimal. La respuesta tiene la cantidad de decimales igual al
integrante de la operación con la MENOR cantidad de decimales.
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Multiplicaciones y divisiones
Se toman en cuenta TODAS las cifras significativas sin importar la posición de la coma.
La cantidad de cifras significativas es igual al miembro de la operación con menos cifras
significativas. El punto con la respuesta es que podemos tener varias opciones posibles,
que la coma se mantenga en su lugar, que la coma se mueva a la derecha o que la coma
se mueva a la izquierda.
Operaciones encadenadas.
Se opera de corrido y solo se hacen las aproximaciones cuando se da la respuesta final,
las respuestas intermedias se operan con todos los decimales de ser posible.
Notación científica
En una notación científica las cifras significativas son iguales al coeficiente significativo,
la base y la potencia no son significativos y se operan por aparte.
Acumulación de incertidumbres
En el capítulo anterior aprendimos a obtener las incertidumbres, las cuales son dos
principalmente, las incertidumbres no aleatorias obtenidas ya sea por errores de
calibración o por sensibilidad del instrumento, que en su conjunto denominaremos como
incertidumbres no aleatorias, y las incertidumbres aleatorias debidas a los errores
aleatorios intrínsecos al proceso humano de medición. Una vez que reportamos estas
incertidumbres en tablas de datos, muchas veces debemos hacer transformaciones
matemáticas, en otras palabras, debemos hacer operaciones, y al hacer operaciones es
necesario tener en cuenta las incertidumbres que obtuvimos anteriormente.
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Sumas y restas
La fórmula anterior nos describe que la incertidumbre se expresa como ±δx y se lee como
“más o menos un pequeño cambio”. La suma no aleatoria se da para intervalos de
confianza que no involucran eventos aleatorios, lo cual en la práctica solo se da para los
límites de sensibilidad de los instrumentos. Mientras que la suma aleatoria que es más
compleja involucra a las desviaciones estándar (Ecuación 3.b).
Multiplicaciones y divisiones
Aunque aquí presentamos la forma aleatoria y no aleatoria, en la práctica la más
empleada seria la aleatoria donde ±δx = ±s es decir, donde la incertidumbre es la
desviación estándar. A partir de este punto las demás fórmulas solo serán expresadas en
sus formas aleatorias (Ecuación 3.c).
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Potencias y raíces
Las raíces en este caso se operan como una potencia, donde n para la raíz cuadrada es
(1/2), para la raíz cúbica sería (1/3), para la raíz cuarta sería (1/4) y así sucesivamente
(Ecuación 3.d).
Logaritmos
Los logaritmos operan magnitudes no dimensionales siempre, por lo que el cálculo de su
incertidumbre es adimensional (Ecuación 3.e y 3f).
Estableciendo relaciones
Los factores de conversión se basan en la premisa de multiplicar (de allí la palabra factor)
una cantidad por una proporción, de modo tal que, las unidades cambian, pero la
proporción nunca cambia. De hecho, lo mismo pasa con la otra técnica de conversión
llamada regla de tres, ambas requieren que el operario pueda espablecer relaciones de
proporcionalidad a partir de una igualdad teórica. El adecuado manejo de las
proporciones es indispensable para el uso de los factores de conversión y reglas de tres.
Las proporciones se obtienen de las relaciones entre dos diferentes unidades de una
misma dimensión. Por ejemplo, la dimensión volumen puede expresarse en litros o en
metros cúbicos. Pero, ¿cuál es la relación entre los dos? Y esa relación ¿Cómo puede ser
expresada en términos de un factor de conversión? La primera pregunta es sencilla, las
relaciones se encuentran en la literatura en tablas en los libros o en internet. Es por ello
que antes de sentarse a resolver ejercicios de física o química es indispensable tener a la
mano las tablas con las relaciones de las unidades empleadas en el libro de estudio. En
cuanto a la segunda pregunta, los factores de conversión se expresan como números
fraccionarios, por cada relación se pueden escribir dos factores de conversión posibles.
La fórmula general sería la siguiente.
Regla de tres
En matemáticas específicamente en aritmética básica y álgebra elemental dada una
ecuación entre dos fracciones o expresiones racionales, es posible realizar una
67
Factor de conversión
El factor de conversión es una herramienta matemática para transformar unidades de
medida conociendo un factor de proporcionalidad que es expresarlo como un número
fraccionario o racional. Básicamente cumple la misma función de la regla de tres, pero
es más rápido y permite en caminar varias operaciones en una sola línea de expresiones
matemáticas, lo cual ahorra tiempo y disminuye la probabilidad de cometer errores.
Técnicamente el factor de conversión hace lo mismo que la regla de tres, y requiere del
dominio de plantear proporciones, sin embargo, las proporciones de un factor de
conversión pueden hacerse en el camino. Por lo general un factor de conversión se piensa
en términos de convertir la unidad (u) en la unidad (v). En este sentido al multiplicar un
valor por la proporción se obtiene su valor en la otra unidad, y en este sentido la fracción
de proporción es igual al factor de conversión.
Análisis dimensional
En ingeniería y ciencias de la naturaleza, el análisis dimensional es la comparación de las
relaciones entre diferentes cantidades físicas mediante la identificación de sus
dimensiones fundamentales y sus correspondientes unidades distintivas, también
involucra el rastreo de dichas unidades a través de los ejercicios de lápiz y papel. El
análisis dimensional se encuentra fuertemente vinculado a la aplicación de los factores
de conversión anidados.
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