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LA ALPUJARRA. DE LA PREHISTORIA A LA ÉPOCA NAZARÍ.

PALEOLÍTICO: 1 MILLÓN DE AÑOS. PASO DE ORCE. NEANDERTAL: CUEVA


DE LA CARIGÜELA, VENTANA EN PIÑAR. PILETA, NERJA…

NEOLÍTICO: IV MILENIO A.C. CUEVA DE LOS MURCIÉLAGOS (ALBUÑOL).

CALCOLÍTICO: 2700 A.C. MILLARES, SIERRA DE GÁDOR.


POSTERIORMENTE: CULTURA MEGALÍTICA

En los siglos posteriores surge un nuevo foco cultural, esta vez al Oeste de La Alpujarra.
Es la llamada cultura Megalítica, centrada en Antequera y Huelva, que se extenderá por
toda Europa. Durante este tercer milenio antes de Cristo, La Alpujarra, encerrada entre
infranqueables montañas, llevará una evolución más lenta.

La Edad de Bronce en España también comienza cerca de La Alpujarra; en Almería se


desarrolla la cultura de El Argar, que se extenderá por gran parte de Europa entre el
1700 y el 1400 a. de C. También en este milenio, en la Andalucía occidental, se
desarrolla el poderoso y rico estado de Tartessos, de cuya historia hay todavía
importantes lagunas.

En el primer milenio antes de Cristo comienza la colonización por parte de puebIos


orientales: griegos, fenicios, cartagineses y, por el norte, celtas. Este período culmina
con la colonización romana. Ninguno de estos pueblos dejó una importante huella en La
Alpujarra, tan sólo la colonización romana en la costa, como en Almuñécar, donde
quedan importantes restos de un acueducto y el columbario.

Con la llegada de los árabes, en el 711, se empiezan a conocer datos históricos sobre la
región. Quedan relatos sobre los alpujarreños que los muestran como independientes
guerreros y proclives al bandidaje. En el siglo X, se produjo una insurrección en el sur
andaluz contra la creación del califato de Córdoba, encabezada por Omar ben Hafsún.
El pueblo alpujarreño tomó el bando de la independencia, por lo que el propio Abd-el-
Rah man III tuvo que cruzar Sierra Nevada, llegar a Ugíjar y, tras varios días de ase dio,
tomó el castillo de Juviles, cerca de Cádiar.

En la época de los reyes de taifas, a partir del siglo XI, se produce el auge de la taifa de
Almería, debido a la industria sedera; Las Alpujarras se convierten en un centro
productor de seda. Esta época da lugar a dos importantes escritores alpujarreños: lbn
Charaf e lbn Omar. En el siglo XIII el ámbito musulmán queda reducido al reino nazarí
de Granada. Los administradores granadinos dividen La Alpujarra en tahas (grandes
municipios) y se construyen castillos en cada término municipal. Hasta hace bien poco
el cultivo de las moreras y los gusanos de seda han tenido mucha importancia en las
Alpujarras.

A partir de 1487 empieza el cerco cristiano al Reino de Granada (aproximadamente las


provincias de Granada, Málaga y Almería), lo cual se empeora con los problemas
dinásticos entre Muley Hacén, El Zagal y Boabdil. Entre 1487 y 1488 caen las partes
occidental y oriental del reino. Esta última parte, que estaba en manos de El Zagal, fue
cambiada por un feudo perpetuo en Las Alpujarras para el contrincante de Muley Hacén
y Boabdil, pero al poco tiempo fue expulsado a África, donde fue encarcelado.

El 2 de enero de 1492, Granada se rinde y Boabdil firma las capitulaciones. También se


le concedió un feudo en Las Alpujarras, con residencia a orillas del Andarax (cerca de
Ugíjar), pero, lo mismo que a su tío, le obligan a marchar a África; esto ocurre en
octubre de 1493, estableciéndose en Fez. En los preparativos muere su mujer Moraima,
enterrada, según se cree, en el castillo del Valle de Lecrín.

Por las Capitulaciones de 1492, los Reyes Católicos concedían a la población


musulmana el respeto de sus creencias, usos y costumbres, así como de sus propiedades,
pero los repartimientos de tierras a la aristocracia castellana y la política intransigente
del Cardenal Cisneros provocaron sublevaciones, siendo la más grave la ocurrida en
1500 en Las Alpujarras; este primer levantamiento fue sofocado con dificultad. Con el
reinado de Carlos V, las relaciones se suavizan, pero al llegar al trono Felipe II se
renueva la intransigencia, que culmina con la pragmática de 1 567, por la que se prohíbe
el empleo de la lengua árabe y la expresión de usos y creencias moriscas.

A fines de 1568, los cabecillas moriscos acuerdan un levantamiento general, pero el


fracaso de la sublevación en la capital granadina hará que el conflicto se centre, durante
más de dos años, en Las Alpujarras, controlando los rebeldes varios puertos por donde
recibieron ayuda del norte de Africa. En el Valle de Lecrín, el 27 de diciembre de 1 568,
es proclamado rey Aben Humeya. La solemne coronación se llevará a cabo días después
en Cádiar, en un olivar. Aben Humeya, también conocido como Aben Omeya, procedía
de una antigua familia musulmana emparentada con los Omeya. Su familia se había
convertido al cristianismo, por lo que tenía el nombre de Fernando de Córdoba y Válor;
al iniciarse el conflicto es cuando cambia su nombre.

Todavía en diciembre de 1568 los moriscos se hacen fuertes en el Valle de Lecrin,


haciendo retroceder a las tropas cristianas mandadas por el marqués de Mondéjar, hasta
que el 10 de enero éstas pasan el Puente de Tablate y entran en Las Alpujarras.
Mientras, Aben Farag, lugarteniente de Aben Humeya, había hecho incursiones en
Lanjarón y en otras localidades de La Alpujarra occidental, como en Órgiva. Las tropas
cristianas, entre el 10 y el 18 de enero, fueron doblegando las tahas de Poqueira, Pitres,
Juviles y Ugíjar.

Aben Humeya, que prefiere la guerrilla, marcha de nuevo a occidente retomando el


Valle de Lecrín y el Puente de Tablate, por lo que deja incomunicadas a las tropas
cristianas. En estos momentos entra en combate por la parte oriental, como refuerzo, el
marqués de los Vélez. El de Mondéjar pasa de nuevo a la parte occidental pero los
moriscos lo entretienen en el Peñón de los Guájares (camino de Salobreña), con lo que
los moriscos penetran de nuevo en La Alpujarra.

Aben Humeya, que se esconde en la zona de Bérchules, Válor y Mecina Bombarón, es


cogido en emboscada en esta última localidad, lugar de residencia de Aben Aboo, primo
y luego sucesor del cabecilla morisco.

En los primeros meses de 1 569 se estaban produciendo atrocidades por ambos bandos,
como los 800 muertos de Válor. En abril, toma el mando cristiano D. Juan de Austria,
hermanastro de Felipe II. En mayo, la insurrección se abre y llega a la Axarquia, Sierra
de Bentomiz, Baza y el oriente de Almería, aunque en junio serán derrotados los últimos
moriscos malagueños (Frigiliana). Entre junio y julio, las tropas cristianas consiguen
victorias en La Alpujarra oriental (Berja, Ugíjar, pero en agosto, los moriscos vuelven a
tomar Padul y otros pueblos del Valle de Lecrín. El marqués de Mondéjar es alejado por
D. Juan de Austria.

En octubre de 1569, se produce una conspiración contra Aben Humeya en Cádiar. Se


mezclaron varios motivos: la ambición de Aben Aboo, el enfrentamiento de Aben
Humeya con las tropas turcas, el odio de la familia de su mujer (por haber matado el rey
morisco a varios de sus miembros) e incluso el móvil de los celos. Aben Humeya
descansaba en Laujar de Andarax (al este de Ugijar). Fue asesinado por su primo, quien
le sucedió. Fue enterrado allí, pero D. Juan de Austria, al terminar el conflicto, trasladó
sus restos a Guadix. El segundo rey morisco empieza bien su reinado al vencer a los
cristianos en Órgiva pero, al entrar en combate el hermano de Felipe II, tiene que
retirarse a las alturas de la sierra. En estos momentos, los moriscos de Granada y La
Vega ya habían sido expulsados a otras provincias. En octubre de 1570, tan sólo contaba
el cabecilla morisco con 300 hombres. Al final es también asesinado y llevado a la
capital granadina.

Tras ser sofocada la rebelión se procede a la expulsión de los moriscos supervivientes,


que han sido calculados en unos 80.000; el destino fue Andalucía occidental, La
Mancha y Castilla. Unos pocos millares pudieron permanecer hasta la expulsión general
del país, en 1610, bajo el reinado de Felipe III. Gran parte del territorio de Granada fue
devastado. Hubo una repoblación de campesinos de Galicia, León, Asturias y Castilla;
en total 12.542 familias que repoblaron 270 lugares, perdiéndose para siempre unos 130
lugares. A partir de estas fechas se va produciendo un retroceso general de la comarca y
un fuerte olvido histórico; tan sólo se puede reseñar su participación duran te la Guerra
Civil española.

Tras el levantamiento del 18 de julio de 1936, la costa granadina, malagueña y


almeriense quedó bajo el mando del gobierno de la República, así como la parte oriental
y central de La Alpujarra. Los sublevados, que tenían la capital granadina en su poder,
no se aventuraron más allá de Lanjarón. Órgiva fue evacuada y quedó entre dos líneas
prácticamente hasta el final de la guerra. Las familias ricas huían a la capital y en el
interior de la comarca se producían atrocidades por ambos bandos, más por rencillas
personales que por verdaderos motivos políticos.

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