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4-1
Preparación de la conversación
A este objetivo deben subordinarse todos los sentimientos y emociones personales del superior,
máxime cuando el rendimiento de trabajo y/o el comportamiento del colaborador afectado, real-
mente constituyen motivo para un buen “rapapolvo”.
Así que debe recomendarse preparar cada conversación con colaboradores a consciencia, a fin
de que se desarrolle lo más razonablemente posible y que tampoco una crítica justificada no hie-
re al colaborador en su personalidad, sino que tenga un efecto constructivo.
Dentro de la preparación, Vd. debería verificar lo más autocríticamente posible las preguntas
siguientes, haciendo las correspondientes anotaciones:
Todos ellos son puntos que ejercen mayor o menor influencia en el rendimiento y la moral de
trabajo de algunos colaboradores, en función de su respectiva mentalidad.
Cuanto más conscientemente se conteste Vd. estas preguntas anticipadamente para si mismo,
tanto más razonable y positivamente podrá llevar la conversación con el colaborador.
08.10.01 Organización de Servicio / Tomo 2 8.4-2
Dado que, por regla general, tales conversaciones son precedidas por una evaluación de colabo-
radores, el cuidadoso estudio de los resultados de la evaluación forman naturalmente parte de
los preparativos de la conversación. Si la evaluación hubiera sido realizada por otro superior (in-
mediato), los resultados deberían ser debatidos previamente con éste.
Dado que, debido a su importancia, las conversaciones con los colaboradores no deben ser ni
superficiales ni parciales, deberá preverse por lo menos medio hora sin interrupciones.
Transcurso de la conversación
Cómo se desarrolla tal conversación y el éxito con el que concluye, depende de muchos facto-
res, no por último del temperamento de ambos interlocutores.
Sin embargo, existen algunas reglas básicas que crean buenas premisas para un resultado posi-
tivo:
Si Vd. lleva con un colaborador inseguro o incluso consciente de su culpabilidad, una conversa-
ción tan razonable, seguramente conseguirá más que si lo “pone por los suelos” - aunque lo ten-
ga merecido.
Este colaborador sentirá una especie de agradecimiento y se esforzará por hacerlo mejor.
Este es el caso normal; naturalmente existen también excepciones en las que una conversación
razonable tiene poco efecto. En estos casos, las causas residen muchas veces en la insuficiente
consecuencia en el cumplimiento y el control de las medidas acordadas.
El tiempo después de la conversación es casi tan importante como la propia conversación. Ahora
Vd. debe demostrar que no se trataba de “echar humo”, sino que perseguirá seriamente los ob-
jetivos acordados.
En este contexto queremos mencionar que las cualidades directivas de un superior son evalua-
das en gran medida en función de lo consecuente y orientadamente cumple los acuerdos.
Haga que se le vuelvan a presentar periódicamente los resultados de evaluación y las medidas
acordadas, de modo que los recuerde automáticamente en intervalos adecuados.
Hágales ver a sus colaboradores que Vd. observa cuidadosamente los resultados de conversa-
ción acordados. Recuerde que eso es necesario y elogie si se evidencian progresos.
Observación final:
Por tanto, convierta las conversaciones con colaboradores en algo especial, que deje una impre-
sión duradera en los colaboradores. Tales conversaciones son más baratas y, a la larga, tienen
más efecto, que la mayoría de las otras consecuencias.