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Me llama poderosamente la atención, leer que justo antes de que la lámpara de Dios fuese
apagada, el Señor le habla al pequeño Samuel
Samuel si que podía decir que habitaba al abrigo del Altísimo, bajo la sombra del Omnipotente…
y para que entienda la importancia de mantener ardiendo la llama, una de las fiestas del pueblo
israelita se basa en un milagro sobre el Candelero de Oro en el cual Dios hizo que el aceite para 1
día durara 8 días sin cambiarlo, sin intervención humana!!
Y la enseñanza es:
No apagues tu lámpara, Dios no te va a hablar a menos que la llama arda en ti
El Señor le hablo a Moisés mientras la zarza ardía en el desierto, y en esta ocasión, el Señor
llama a Samuel en una época donde escaseaba la visión, la revelación, la palabra… había una
crisis enorme de Presencia de Dios, había culto, cantos, ofrendas, ritual, pero acostumbraban a
apagar la Lámpara de Dios, entre las cosas de mayor importancia que desencadeno una
generación de sacerdotes que “ministraban” en pecado, una total indiferencia hacia su llamado, y
a la santidad.
No apagues tu lámpara, permite que el Espíritu Santo avive la llama continuamente, no dejes sin
combustible tu vida, necesitamos constantemente estar conectados a la Fuente, a Aquel que dijo
Yo Soy la Luz del mundo… Será nuestra bendición personal y repercutirá en aquellos que nos
rodean
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos…
Mateo 5:16