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ENSAYO
A través de distintos asedios, alguno sólo en apariencia inusitado, como una radiografía de
Garganta profunda, o la tópica vida desgraciada de cómicos como Benni Hill, Monthy Pyton,
Gila o “Chespirito” de El chavo del 8, Chaplin, Tati o al mexicano Cantinflas (pero no el gran
Tin tan, siempre desconocido en tierras españolas) presentará matices de valor con una
escritura libérrima. Hay una cierta tendencia al aforismo que pudiera haber explorado con
abundamiento: “El chiste es anécdota y es leyenda”. El escritor comparte sus tensiones,
inquietudes y reflexiones con soltura y argumentados juicios sobre los cuales es posible
dialogar. Nos propone la risa como dialéctica a través de un recorrido histórico donde no
• ¿Hará caso Pedro Sánchez a sus votantes?
falta un interesantísimo capítulo sobre aquel fantoche de George Bush cuyas declaraciones
• Damasco ataca a los kurdos y EEUU responde
públicas hacían palidecer a cualquiera con su retórica siempre a punto del abismo.
Un capítulo casi final sobre la prohibición de la risa tras el 11 de septiembre resulta muy
atinado pero quizá hubiera convenido más páginas de desarrollo por la amplitud y
complejidad de temas subyacentes para deconstruir. Pudiera ser que el tradicional honor
como inhibidor no permitió tener una tradición humorística caudalosa siglos pretéritos en
España. Pero al contrario de lo que opina el autor la tradición hispánica ha reflexionado
sobre la risa, véanse los estudios del profesor Luis Beltrán Almería como su Anatomía de la
risa. Y, claro, citemos quizá dos trabajos afines no tan conocidos como son La caverna del
humorismo (1919), de Pío Baroja o Gravedad e importancia del humorismo (1928), de Ramón Tweets por @elimparciales
Gómez de la Serna.