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Esperanza - Pieper
Esperanza - Pieper
Josef Pieper
Viator quiere decir el que está en camino, y status viatoris, el estado del ser que
está en camino. El concepto opuesto correspondiente es el status
comprehensoris. Quien ha captado, logrado, alcanzado, no es ya viator,
sino comprehensor; la Teología ha tomado esta palabra de una carta de San
Pablo: «Hermanos, yo no creo haber logrado (comprehendisse) aún el fin»
(Epístola a los Filipenses 3, 13). Estar en camino, ser viator, quiere decir caminar
hacia la felicidad; haber alcanzado, ser comprehensor, quiere decir poseer la
felicidad. Con la palabra felicidad, sin embargo, se entiende ante todo la
plenitud objetiva en el orden del ser, y sólo en segundo lugar la respuesta
subjetiva a esta plenitud. Y dicha plenitud es la visión beatífica de Dios.
El estado del ser en camino no es, en su sentido más inmediato y externo, una
determinación local. Este estado expresa más bien la constitución más íntima del
ser de la criatura. Es el intrínseco y entitativo «aún no» de la criatura.
El «aún no» del status viatoris incluye en sí dos aspectos, uno negativo y otro
positivo: el no ser plenitud y el ser encaminamiento hacia la plenitud.
Lo que ante todo constituye y fundamenta el lado negativo del status viatoris es
la proximidad, en el orden de la existencia, de la criatura a la nada. Esta
relación de la criatura con la nada radica en el hecho primario de que todo lo
creado se crea de la nada.
Dice Santo Tomás que Dios ha fijado al hombre un «camino más largo» que el del
ángel, porque el hombre, en la jerarquía de las naturalezas, está más alejado de
Dios propter maiorem distantiam a Deo secundum ordinem naturarum.