Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Vida interior
Se trata de salvar nuestro silencio interior y todas las voces secretas que no se
pueden oír más que en el silencio: la voz de la conciencia, la voz de la sabiduría y,
en el centro más íntimo, la voz de Dios.
Dificultades
Lo absoluto y lo finito
El encuentro de Dios
Los bienes creados son caminos hacia Dios. No pueden ser otra cosa. De estos
caminos, la idolatría hace callejones sin salida. Y después de haberse estrellado
contra el muro que levantó con sus propias manos, se queja con rabia y
desesperación de que el mundo no tiene salida.
¿Dónde encontrar a Dios? En todas partes. Está en esa hoja agitada por el viento y
en esa estrella que atraviesa el espesor infinito de las nubes. Está en los campos y en
el templo, en la carne y en el espíritu. Está presente en cada cosa, pero ningún
límite le contiene.
Lo que nos separa de Dios no es la condición de criaturas, es la falsa divinidad de
que nos revestimos. Entre Dios y nosotros no hay otra cosa que el espesor de
nuestra máscara.
Amor
Cuando dos seres se defraudan recíprocamente es casi seguro que cada uno de
ellos sólo se ha amado a sí mismo en el otro. Y la decepción no les viene del otro
sino de ellos mismos: de la falsa orientación de su amor perdido en la vía muerta de
la propia búsqueda.
Educación
El primer deber del filósofo es quitarle el polvo a las primeros principios, a las
verdades fundamentales.
Montaigne distinguía entre “la cabeza muy llena y la cabeza bien hecha“. No se
asimila nada por embutido o cebado, sino por apetito.
Cada día, cada año, es como un jardín cuyo cultivo nos ha sido encomendado. No
podemos ampliar su extensión; nuestra tarea es escoger las buenas semillas y
arrancar las malas hierbas.
El verdadero amigo no es tanto aquel que sabe mostrar piedad por nuestro
sufrimiento, sino aquel que sabe mirar sin envidia nuestra felicidad.
Moral
A veces hay virtudes que nos pierden y pecados que nos salvan, no por sí mismos,
sino por resurgimiento. Hay momentos en los que hay que arrepentirse de las
virtudes tanto como de los pecados.
Método
Se ama la luz por causa de los objetos que ilumina; hace falta amar, por causa de la
luz, los objetos iluminados.
El secreto de la perfección consiste en hacer las cosas más pequeñas con el amor
más grande.
Hay que ser firme en los principios y flexible en el arte de aplicarlos. Aún más: es
la fidelidad a los principios lo que nos inspira la mejor elección de los
medios. Los comerciantes de recetas nos halagan con la vana ilusión de que, en lo
psicológico y lo social, hay patentes de corso capaces de abrir todas las puertas. No
es cierto. El verdadero realismo –el que se apoya en el amor y en el respeto al
hombre– exige, por el contrario, que se forje una llave para cada cerradura.
Nuestro tiempo
El mayor mal de nuestra época es elegir para nuestro tiempo las promesas de la
eternidad.