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CIRCUIT CIRCUS - Circos, Intelectuales y Payasos
VALÈNCIA, 2017
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por ningún medio, ya sea fotomecánico, fotoquímico, electrónico, por fotocopia o por
cualquier otro, sin el permiso previo de la editorial.
ISBN: 978-84-9133-101-8
Depósito legal: V-2593-2017
PRELUDIO
I. DE CIRCOS Y PAYASOS
13 1. EL PAYASO SAGRADO
Jorge Castillo (Ibiza)
27 2. CIRCUIT CIRCUS
Anita Pantin (New York, Caracas)
V. INTERMEZZO
8 EPÍLOGO
199 BREVE CRÓNICA DE CIRCUIT CIRCUS
PRELUDIO
Eduardo Subirats
Bucaramanga, Mayo de 2017
10
I
DE CIRCOS Y PAYASOS
JORGE CASTILLO
1
EL PAYASO SAGRADO
14
payasos en las dos ocasiones, entre las ruinas de las dos guerras. Hay
que decir que algunos fueron impostores.
En una Europa crepuscular. “Últimos días de la humanidad” nos
anunció Karl Kraus en 1914. Freud en ese momento habló del “malestar
de la cultura”, y tuvimos un poeta de la guerra, un heroico Georg Trakl
que se volvió loco en la batalla de Grodek. Por allí merodeaban Hemin-
gway y Alexander Kerenski, siendo el americano conductor de una am-
bulancia y el ruso un líder menchevique. Muchos murieron atrapados en
una extraña perplejidad. Un día Virginia Wolf se arrojó al rio Ouse.
“siento que voy a enloquecer de nuevo”, alcanzó a decir.
La perentoria autoridad de un terrible mundo que se presentaba
como nuevo.
Pero volvamos a esos que hoy son artistas o filósofos. Hable-
mos de la gran preocupación de todos ellos, el mundo y el hombre
como especie desesperada.
¿Qué conciencia tenemos de esa desesperación? Los grandes
payasos inteligentes saben algo sobre esa cualidad subterránea, sobre
23
25
ANITA PANTIN
2
CIRCUIT CIRCUS
It’s gonna be just fine! It’s gonna be just fine! It’s gonna be just fine!
It’s gonna be just fine! It’s gonna be just fine! It’s gonna be just fine!
27
It’s gonna be just fine! It’s gonna be just fine! It’s gonna be just fine!
ANITA PANTIN
31
ANITA PANTIN
ni imponga
una asociac
“Personare”
ión arbitrari
a
32
Lanzar a un pozo veinte años de imágenes
para que vivan juntas “a juro”.
ANITA PANTIN
36
II
EL ENSAYO Y LA CULTURA DE LA DECADENCIA
MARTHA ALZATE
I
LA DIFICULTAD QUE PRESENTA EL GUIARSE
POR LAS PROPIAS IDEAS
más de las veces explícitos, los cuales constantemente hay que estar
revisando, ampliando, y, sobre todo, obligando a su cumplimiento.
Aunque acatar las reglas sociales establecidas para cada tiempo
constituye la base de la convivencia y de los momentos de estabilidad
y productividad -que pueden relacionarse de manera general con tiem-
pos de paz-, el género humano ha precisado para su avance de los que
se salen de ese estado inducido, aquellos con la capacidad de señalar
las fisuras por las que se escapan el bienestar colectivo y la equidad.
Así, al tiempo que la gran masa se asume por completo en el
orden imperante, el avance de las sociedades ha provenido de los in-
quietos que no se conforman con cumplir las normas, la información
otorgada, o la verdad aparente, y que han llevado su inquietud a la
elaboración de nuevas teorías: científicas, sociales, culturales, econó-
micas, etc. Para hacerlo, han precisado de los recursos de la técnica
para llevar a cabo sus investigaciones, pero, sobre todo, han requerido
hacerse la pregunta por el ser y el estar del hombre en el mundo. Esta
pregunta demanda un espíritu peculiar, uno que sospecha, que no se
convence de la totalidad del mundo, y que intuye o demuestra sus
fragmentaciones.
Pero, aunque este ejercicio de suspicacia, investigación y teori-
zación, precisa apalancarse en el acervo teórico y práctico alcanzado
por las diferentes generaciones, no ha podido ser a partir de la simple
mención, de la adopción sin juicio, o de la vulgar copia, como se ha
posibilitado el proceso de creación.
Crear supone conocer. No es posible partir de la nada para
llegar a una innovación sustancial en cualquier campo. El conoci-
miento puede ser empírico o teórico, o puede obtenerse de ambas
formas, de tal manera que se logre un dominio más completo de lo
40 que existe. Pero, en todo caso, al recurrir a fuentes teóricas o prácti-
cas, no se trata de realizar una simple adopción de conceptos sin
apelar al discernimiento.
En épocas como la que nos ha tocado vivir, enfrentarse a la
avalancha de información disponible, y aplicar a ello algún tipo de
raciocinio, exige un esfuerzo descomunal, y en ocasiones se requiere
MARTHA ALZATE
2
ENTRE EL ENSAYO Y EL PAPER:
EL SUJETO DEL DESMORONAMIENTO
Para hablar del ensayo como forma queremos partir del postu-
lado adorniano que nos dicta que “[…] la ley formal más íntima del
ensayo es la herejía.” Y ciertamente hoy en día es de herejes atreverse
a cuestionar la rigurosidad del paper en la exploración y cumplimien-
to cabal con los objetivos delineados previamente que demanda la
honrilla institucional; es de herejes hacer saltar las contradicciones en
el discurso establecido que enmarca la operatividad funcional de las
instituciones académicas, pues a la racionalidad operacional, positiva
y unidimensional parece no convenirle que los problemas existan. Con
otras palabras, lo que aquí está en juego es la imposibilidad de la pro-
blematización de los temas filosóficos en ciertos tiempos y contextos;
tiempos como los que vivimos hoy en día. 47
La reducción del conocimiento a la ciencia organizada, y la
condena como impuro a todo aquello que no encaja con el estilo aca-
demicista de referencias sin fin, se hace patente en las discusiones
académicas encajonadas en el paper que, lejos de lograr desvelar la
plétora objetiva de significados encapsulados en cualquier fenómeno,
GERGANA PETROVA
52
ANDRÉ CECHINEL
3
A INDUSTRIA DOS PAPERS, O ACADÊMICO COMO
EMPRESÁRIO E O ENSAIO COMO INTERRUPÇÃO
guém lê? Quem não teria sido descredenciado a partir dos critérios
imbecilizantes e embrutecedores de produção que hoje regulam a
universidade brasileira e que produzem os mesmos professores obe-
dientes incapazes de se manifestar publicamente frente, por exemplo,
a um golpe que destitui uma presidenta eleita pelo voto popular? Nes-
se cenário, surge a figura do especialista: avesso a debates mais am-
plos, o especialista produz a gestão de si a partir de investigações
particularíssimas e de um vocabulário especializado que permite o
diálogo apenas entre os iguais, entre os chamados “pares”. Se o en-
saio está relacionado à abertura e, portanto, ao debate público, o arti-
go produz o fechamento característico do tempo presente e o monó-
logo infinito e improdutivo a que gradativamente nos acostumamos
na universidade. Que tudo permaneça como está, que possamos se-
guir as nossas atividades como se nada estivesse acontecendo – eis a
tarefa histórica reservada ao artigo.
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LEONIDAS MORALES T.
4
LAS CONDICIONES POSMODERNAS DE LA CRÍTICA
Y EL LUGAR DEL ENSAYO
Más allá del principio del placer, traduce muy bien lo que aquí esta-
mos sosteniendo. Decía: “Lo que sigue es pura especulación, y a veces
harto extremada, que el lector aceptará o rechazará según su posición
particular en estas materias. Constituye, además, un intento de perse-
guir y agotar una idea, por curiosidad de ver hasta dónde nos llevará”7.
Hasta ahí Freud. Yo sólo me atrevería a agregar, para terminar, una
observación vital: que el ensayo es para muchos, dentro de los que me
encuentro, un cuerpo verbal que “respira” y vive, mientras el paper se
atraganta y se asfixia con su carga muerta.
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7. Sigmund Freud, “Más allá del principio del placer” en Psicología de las ma-
sas. Traducción de Luis López Ballesteros. Madrid, Alianza Editorial, 2012, p. 115.
SILVIA GARZA
5
EL DECLIVE DE LA CULTURA Y EL AUGE DE LA
VIOLENCIA
73
III
REFORMAR, EDUCAR, EMANCIPAR
ELIAS ISRAEL MORADO HERNÁNDEZ
1
AMÉRICA ANTE LAS FAUCES FLORIDAS
DEL MICTLÁN
84
CHRISTOPHER BRITT ARREDONDO
2
EL ENSAYO COMO INSTRUMENTO
DE REGENERACIÓN
*
CHRISTOPHER BRITT ARREDONDO
90
EDUARDO SUBIRATS
3
ENSAYO SOBRE EL ENSAYO
94
IV
TRES ENSAYISTAS LATINOAMERICANOS:
MARIÁTEGUI, ARGUEDAS, FLORES GALINDO
CARMEN MARÍA PINILLA
1
EL ENSAYO Y EL VALOR DE LA EXPERIENCIA
EN MARIÁTEGUI Y ARGUEDAS
que Vallejo era el poeta de una estirpe, de una raza, quien mejor re-
presentaba la peruanidad, entendida ésta en el sentido indígena. A su
procedencia andina se debía el “giro vernáculo”, la autenticidad de
su lenguaje. Mariátegui lamentaba asimismo que dentro de la narra-
tiva peruana no hubiese ocurrido algo similar, por eso clamaba la
llegada en este campo de la “obra maestra”, aquella del narrador
andino que al expresarse a sí mismo expresase también al pueblo
indígena, y preparase el camino para el cambio radical de su condi-
ción social, al estilo de lo que se propuso el mujikismo en Rusia. Este
narrador aún inexistente debía fundar, como Vallejo, esa peruanidad,
cuyo eje, decía Mariátegui, “descansará mejor en la piedra andina
que en la arena costeña”.
Consideramos que Arguedas asumió como proyecto de vida el
tremendo reto que Mariátegui lanzaba. Consideró que tenía la primera
condición exigida por éste y que lo colocaba por encima de otros can-
didatos con similar pretensión: la experiencia directa del mundo andi-
no. Si ofrecía su testimonio con honradez se libraría de caer en lo que
calificaba de “monstruosas deformaciones” de la realidad que encon-
traba en cuentos de indigenistas como Ventura García Calderón y En-
rique López Albújar, publicados en Amauta. De ahí su férrea defensa
de la literatura testimonial que oponía a aquella entendida como fic-
ción absoluta o “hermosas mentiras”.
Al valor de sus experiencias de infancia y adolescencia junto a
los indios que lo protegieron cuando niño, Arguedas añadía poderosos
afectos y gratitud hacia ellos, que los señores o mistis trataron infruc-
tuosamente de anular como parte de la educación tradicional –y racis-
ta- exigida por el logos colonial. Se inicia de esta manera un proceso
de identificación con aquellos concertados y maktillos indígenas, con
98 todo ese pueblo quechua que sabía valioso e injustamente desprecia-
do, dominado y explotado.
Este proceso de identificación corre paralelo al de recreación de
su identidad. Arguedas pasa del “los indios nos temen…” a “nosotros
los indios…”, y logra formular para sí, y para todos los peruanos, una
identidad inédita que Gonzalo Portocarrero ha llamado la del “mestizo
CARMEN MARÍA PINILLA
La ciencia y el ensayo
101
John Murra consideró que para Arguedas fue una revelación
encontrar en 1946 que una ciencia como la etnología valorara su ínti-
15. MURRA, John, “José María Arguedas: dos imágenes”, Revista Iberoame-
ricana, Nº 122, enero-marzo 1983, p. 45.
16. Lo evidenció en varias polémicas, periodísticas especialmente, en las que
se vio envuelto por criticar las alteraciones que algunos empresarios del folclor hacían
con las expresiones tradicionales del pueblo andino. Arguedas sacaba a relucir su
condición de científico social enmudeciendo a sus contendores.
17. Lo dijo claramente con respecto a los trabajos de su tío Víctor Navarro del
Águila en 1949: “Para este ensayo mucho mas le han valido a Navarro las observa-
ciones personales que ha hecho de las ruinas arqueológicas de toda la región Chanka,
Pokra y Wanca, y su dominio del folklore de los tres pueblos mencionados, que la
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escasa bibliografía que hay saber esta cuestión”. ARGUEDAS, J.M. “Las tribus de
Ankcu Wallolc de Víctor Navarro del Águila”, Obra Antropológica, Lima: Horizon-
te-Comisión del Centenario del Natalicio de J. M. Arguedas, 2012, Tomo I, p. 269.
18. DILTHEY, Wilhem, El mundo histórico, México: FCE, 1944, p. 315
19. ARGUEDAS, José María, “Puquio, una cultura en proceso de cambio”,
Revista del Museo Nacional, Tomo XXV, pp. 184-232, Lima, 1964. También en, AR-
GUEDAS, José María, Obra Antropológica, tomo IV, p. 290.
CARMEN MARÍA PINILLA
20. SUBIRATS, Eduardo, Mito y Literatura, México: Siglo XXI, 2014, p. 179.
CARMEN MARÍA PINILLA
105
GONZALO PORTOCARRERO
2
LA ESCRITURA Y EL LEGADO DE
ALBERTO FLORES GALINDO
II
III
1
DEL SONIDO EN RULFO A MURMULLOS
DEL PÁRAMO
1
Investigación-creación en arte
realidad > teoría > sistema > estilo > imaginación >
2
El sonido en Rulfo
28. Rulfo, Juan, “El Llano en llamas, El Llano en llamas, Plaza y Janés, Mé-
xico, 2000, p. 90.
JULIO ESTRADA
31. Estrada, Julio, “Doloritas”, quasi una ópera radiofónica, (1991-92) 55’,
1a. parte de Murmullos del páramo (1991-2006), sobre Pedro Páramo de Juan Rulfo,
juliusedimus, e.20a. Libreto, dirección musical y teatral, Julio Estrada. Fátima Miran-
da, voz; Llorenç Barber, ruidista; Stefano Scodanibbio, contrabajo. Radio Nacional de
España, Radio-2. Productor, José Iges, Ars Sonora. Estreno en Madrid, 16 de marzo
de 1993, RNE, Radio-2; estreno en México, 20 de marzo de 1993, Radio Universidad.
32. Estrada, Julio, Murmullos del páramo (1991-2006), 100’, A Velia, ju-
liusedimus, e.20. Estreno mundial en 2006 en el Teatro Español, Madrid, dirección
132
musical del autor, con representaciones en Stuttgart, ciudad de México y Venecia;
danza butoh de Ko Murobushi y puesta en escena de Sergio Vela. La versión completa
comprende 7 voces solistas, contrabajo, ruidista, sho, trombón y guitarra, grabación
en estudio de voces de actores, de ambientes sonoros, de música popular de fines del
siglo XIX a inicios del XX. Un dispositivo de 12 altoparlantes rodea al público para
crear un espacio auditivo adicional al espacio escénico. En 2011 pude presentar mi
versión escenográfica y musical en el Teatro Spiral de Tokio.
JULIO ESTRADA
133
33. Rulfo, Juan, Voz viva de México, Difusión cultural, UNAM, México 1963.
34. A esas voces añadí la de un entrañable amigo, el escultor Augusto Escobe-
do, a quien sometí a la dura prueba de gritar, a pesar de su enfisema pulmonar, dos
frases “–¡Ay vida, no me mereces!”. […] y “déjenme aunque sea el derecho de pataleo
que tienen los ahorcados”, que la novela describe como “un grito arrastrado”. Rulfo,
Juan, Pedro Páramo, op. cit., p. 38.
35. Ibid., p. 7.
JULIO ESTRADA
“su voz eran hebras humanas”,44 o al abrir una puerta recibir en ple-
no el grito de un ahorcado, “casi lo oí junto a mis orejas […]; pero yo
lo oí aquí, untado a las paredes de mi cuarto”,45 o la conjetura con
que culmina el imaginario musical rulfiano, “Es cierto, Dorotea. Me
mataron los murmullos”.46 Esos “fósiles resonantes” que rodean al
personaje al percatarse de estar muerto son la expresión inmanente
de los seres que permanecen en el infierno de Pedro Páramo. En
“Doloritas”, la producción de dicho murmurar colectivo es una ver-
sión improvisada con las voces de Fátima Miranda y Llorenç Barber,
junto a las de amigos y familiares; aunque a pesar de aquel esfuerzo
ajeno, insatisfecho al recrear aquellas “hebras humanas” con el mero
“buenas noches” dicho por una actriz, dediqué varios años a escribir
un elemento que se esparce en toda la multi-ópera, hum –del maya,
murmullo– para cinco solistas (1992-2006), constituido por solos,
dúos, tríos, cuartetos y quinteto, con el cual surgen los personajes de
aquel inframundo.
“Doloritas” es, en la primera parte de Murmullos del páramo, el
canto agónico de Comala, anhelo mítico en el que la voz permanece
después de la muerte sólo en el oído de un vivo muriente, su hijo Juan.
Crear el canto de Doloritas como el de los murmullos que encarnan a
los demás personajes implica explorar de modo incisivo registros que
la práctica no conoce o a los que pocas veces se recurre, si bien la
creatividad mozartiana no repele de escucharse la calca estilizada del
estertor en el Confutatis o el llanto en la Lacrimosa del Requiem: uno
y otra son la física por encima de lo abstracto y nuestra mente, aún de
manera subliminal, los identifica como arquetipos anteriores a la ono-
matopeya y al habla.47
3
Opciones de interpretación y recepción
146
LECA KANGUSSU
2
SOBRE O BRASIL E A LUZ QUE AINDA BRILHA
158
VI
ESCLARECIMIENTO EN UNA EDAD
DE DESTRUCCIÓN
EDUARDO SUBIRATS
1
ESCLARECIMIENTO EN UNA EDAD
DE DESTRUCCIÓN
1
El esclarecimiento no tiene lustre, ni tampoco significa ilustración.
Su principio y su fin es la claridad.
2
El espectáculo ha heredado la función antiesclarecedora que en
el siglo dieciséis monopolizaba la Iglesia romana
3
La Revolución de Mayo-68 fue una obra de arte integral de
características completamente nuevas
4
Tres signos de nuestro tiempo histórico
5
¿Qué hacer?
2
ESCLARECIMIENTO Y EL IMPERIO DE LA LIBERTAD
50. Francis Fukuyama, the End of History and the Last Man. New York: The
Free Press, 1992.
C. BRITT ARREDONDO
53. William Earl Weeks, John Quincy Adams and American Global Empire
Lexington, Kentucky: University of Kentucky Press, 1992. p.17.
C. BRITT ARREDONDO
172
56. Paul Atwood. War and Empire: The American Way of Life. New York:
Pluto Press, 2010, p. 53.
PAUL FENN
3
ESCLARECIMIENTO DEL PODER
10
11
12
13
14
nal, hay que llevar a cabo una crítica inminente y complementarla con
otra crítica de carácter trascendente.
Es decir, acciones legislativas fundacionales deben ser seguidas
por dos dialécticas negativas: ambivalentemente hacia dentro y hacia
fuera. Mientras la crítica trascendente busca proteger las nuevas leyes
municipales de los ataques que recibe desde los intereses incumbidos
externos a la municipalidad, la crítica inminente busca destruir la re-
sistencia burocrática y la mediocridad que emergen desde dentro de la
misma municipalidad.
15
183
VII
HOMENAJE A CÉSAR LEVANO
Y POST-SCRIPTUM
CHARLOTTE BURENIUS
1
ESCRITO A VOCES
2
POST-SCRIPTUM.
JUAN GOYTISOLO: MEMORIA Y EXILIO
otro artista hispánico exiliado. Y los dos intelectuales que dieron for-
ma literaria a la recuperación y revisión de una historia española pros-
crita en nombre de las ficciones nacionalcatólicas, Américo Castro y
Vicente Lloréns, han sido dos grandes exiliados de Princeton. La tra-
dición de los exilios hispánicos no termina en modo alguno con ellos.
El exilio, en el sentido transitivo de exiliar, es un acto de intole-
rancia. Y la segura garantía de la perpetuación de esta misma intole-
rancia – y de la imbecilidad colectiva que salvaguarda. En la Historia
de España se ha exiliado todo lo que es diferente a un principio dog-
mático elevado a verdad absoluta: un solo dios, una ley fijada para la
eternidad, una fe e identidad totales, un principio imbatible de autori-
dad patriarcal... Esos exilios excluyen la reflexión, la crítica y la vo-
luntad de reforma como mera disidencia. El exilio ha sido el arma bajo
la que sucesivas inquisiciones han mantenido la identidad inmaculada
de una España petrificada en trascendencias heroicas, conquistas mís-
ticas, y un bendito atraso intelectual y moral.
La obra literaria, ensayística y periodística de Juan Goytisolo ha
sido una continua confrontación con las expresiones intelectuales y la
voluntad política de esta intolerancia. Confrontación con el nacional-
catolicismo español del siglo veinte y sus sucesivas vindicaciones de
identidades inmaculadas y cristalinas por Ganivet, Unamuno, Maeztu,
Ortega... Resistencia contra el franquismo como la manifestación cri-
minal de esa misma intolerancia. Una oposición a la mezcla de arro-
gancia y provincianismo que han distinguido tanto la derecha como la
izquierda españolas hasta el día de hoy. Rechazo de la homofobia
alentada por las elites falangistas y postfalangistas.
Tres momentos capitales en el pensamiento literario y ensayís-
tico de Goytisolo: la recuperación de la memoria islámica como lega-
194 do fundamental de las culturas, las lenguas y las religiones ibéricas; su
identificación de José María Blanco White, el intelectual esclarecido
que abandonó el sacerdocio y la Iglesia, rompió con las debilidades de
las Cortés de Cádiz, se embarcó como exiliado de la España negra en
una fragata británica, y en Inglaterra se unió a los líderes más esclare-
cidos de la lucha por la Independencia de Hispanoamérica; y en tercer
EDUARDO SUBIRATS
Eduardo Subirats
196
EPÍLOGO
BREVE CRÓNICA DE CIRCUIT CIRCUS