Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Alicia Servetto - Elites Y Partidos Politicos en Cordoba PDF
Alicia Servetto - Elites Y Partidos Politicos en Cordoba PDF
Bernard Barber
75
Se rv e !! o - Ca r b o ne l l i
76
El ec lipse del Partido Demócrata
remite a utilizar la terminología trabajada por Panebianco, quien ana liza los
juegos de poder horizontales (ent iéndase los jueg os de poder dentro del
partid o), es dec ir las relac iones de con flictos y negociaciones en tre miembros
de dicha éli te, y los juegos de poder verticales. es to es las relac iones de poder
entre el lfder y sus seguidores.
Con respec to al primer pun to -juegos de poder horizontales- el autor
incorpora la categoría de coa/ ición dominante, indicando con ello a aquello s
actores que, pertenezcan o no form almente a la organización , controlan las
zonas de incertidumbre . Con este térmiuo se pretende denominar los espacio s
generadores de poder dentro del partido o fac tores de poder. Qu ien con trole
las zonas de incertidumbre o btendrá el control sobre el partido.
Desde este punto de análisis podemos afirmar que los conflictos generados
en los re cambios generacionales, que tuvieron lugar en la vida política del
P.D . constituyeron también conflictos por las zonas de incertidumbre:
conflictos que, en cierta medida, alteraron las relaciones de fuerza en !as
élites dirigenciales.
Ciñéndonos al período in vesti gado ( 1963-1966 y 1973-197 6), las crisi s
producidas en el seno de l partido fueron el resultado de la lucha po r el
con trol, por parte de las élites, de los espacios generadores de poder. Ahora
bien, no siempre las zonas de incertidumbre fueron manejadas desde los
cargos internos del partido; esto es. que podía darse una doble estru ctura de
poder: po r un lado lo que denominaremos estruc tu ra formal de poder que
venía de la ocupación de cargos jerárquicos den tro del partido, y por otra
parte una estructura informal, que se constituía a través de las características
propias del liderazgo, asentado sobre un arco de solidaridades legitimado por
med io de la obedienci a de la mayorfa de los miembros de l partido: "Toda
emp resa de dominación [ .. .),exige que la conducta humana es té orientada
hacia la obediencia de los jefes qu e pretenden ser portadores del poder
legítimo [ ... ]". 3
-
PERDURACION Y CONFLICTO DE LA ELITE DIRIGENTE
Fren te a las elecciones de 1962, el P.D. vivió una profunda crisis, en la que
un sector del partido, liderado por un o de sus pe rsonajes mas lúcidos, José
AntOnio Mercado, se ret iró transformando su agrupación interna en otro
partido : el Partido Demócrata Autonomista. Las acusaciones realizadas por
el men cionado dirigente en momentos en que se dividía el partid o
3
Max Weber. " La política como profes ión", en Ciencia y Política. c .E.A.L, Buenos
Aires. 1991, pág . 69.
77
Serve 11 o- Carbone lt 1
cor.s ti tu yeron algo más que una crítica oponunista. En cierto sentido sus
dtc laracJOnes. a tra, és di.! anál isis de las es tructuras de poder del P.D.,
prt::>agillb:.tn .:1 futun' de es~1 ag rupa ción y permiten reali zar un a se ri e de
rdkxioncs .-;(,bre d com ptHtamiento de la élit e dirigen cial.<
Una ¡H irnt r!1 lí11e:t de refl ex ión se desprende de la denun cia sobre '·l os
pr;_¡cca ercs de euadrus cerrfldos" y 13 existencia de un ··uni cato del part ido y
la aclusión [... ] de altos va lores en s u conducción". Es10 nos revela la
cxistenci 3 de un confl ic10 intraélite, o bien un conflicto en la coalición
dum inantt, que se man ifestaba en la lucha por las zonas de incrrtidumbre. De
altí la den un (;i:t de uno de Jos grupos excl ui dos. precisamente, de la conducc ión
p:.rl idarift. Esta exc lusión se re laciona con las carac teríst icas rígidas con las
c.uales se había con~r itu ido la élite y el partido en general. La ri gidez no daba
lugar a un espacio de negoc iaciones y compromisos donde cada un o de los
sec rures aceptara, en las reg las del juego pülítJCO, la preseneia del oponente
y, p.1 r lo tan to, la úni ca so lu ción a la cri sis era la exclusión de un o de los dos
sectores.
La acusación al in ge niero Olmos de ''desv irtuar" la conducc ión partidaria
y la réplica al Comité Centra l por su inoperancia, constitu ye n un a segu nda
Jí,¡ ea de ren ex ión a través de la cual podemos determinar cómo se arti culalJia
esta coalición dominante en la estru ctura de poder partidaria . Consideramos
qu e esta art ic ula c ió n se daba a travé s de dos estructuras de poder
interrelacionadas: la es tru ctura formal de poder y la estructura informal de
poder, a la que ya hemos hecho mención en párrafos an teriores.
La es truc tura fo rmal se correspondía con los cargos jerárqui cos del
partido. La ocupación de la pres idencia del Comité Central y algun os cargos
de és te, como as í también la presidencia del comité capital y parte de sus
mie n!liros consti tuían espacios de pod er que daba lugar a la formac ión de una
es tru c tura formal. La ocupación de es tos cargos por la nueva élite dom inan te
iue un fenómeno qu e comenzó a fines de la década de 1950 y culmin ó con la
i11rorporación de An uro Ua nini a la presidencia del partido en 1963. Hombres
co mo Arturo Uanini, Oc tavio Capdevill a, Nicolás Bello, Miguel Angel
Biain , Osear Oliva Funes, Carlos Casas Ocampo y Hu mberto Gómez Amaya ,
en tre otros, grav it aro n dentro de la estr uctura parti daria a través de la
ocupac ión progresiva de cargos dentro del partido.
E milio Olmos , s i bien pertenecía a la coalición domina nte, no ocupaba
cargo jerárqui co alguno. Es to nos remite a considerar la segunda estructura
de poder, la est ructura informal, constituida sobre las caracterís ticas del
lide razgo, basado en vario s supues tos, que no solame nte se relacionaban con
la posesión de un carisma pe rsonal s ino, y sobre todo, por pertenecer a una
• Córdoba, 4/2/1962.
78
El ecl i p se del Pa rt ido Dem ócrata
79
Ser vet to -C a r bonetl í
80
El eclipse del Part ido Demócrata
7
Entrevista a Sofanor Novillo Corval án . 17/10/1991.
81
Serve tt o -Ca r b o n et1 i
í
luego de cada fracaso e lectoral. Así en septiembre de 1963, e n un a asambl ea
de dirigentes del o este, alg unos de ellos se pronunciaron acerca de la
reestructuración del partido para garantizar la participación de las minorías
en la cond ucc ió n panidaria. 8
F.-ente a e sre debate, iniciado desde los cuadros interm edios del po.rtido,
Jos h ombres que co mponían la élite carecían d e un a propuesta de
reestruc turación partidaria, co mo co ns ec uenci a d e do s inte r eses
fundamentales: l a consolidac ión de su posición hegem ó ni ca relac ionada con
l a perdurac ión de e sa es tr uctura partidaria q ue le permitía man tener el
domi ni o de l partido y la recreación del poder que habían logra do.
Las elecciones para diputados nacionales de 1965 , con la baja p erfoman ce
del P.D., constituyer on un nuevo indicador de la crisis y una fue nte de
ar gumentac ión para los sectores que hacía tiempo ve nía n rec lam ando un a
nueva ori ent ació n en la dirección partidaria y una rees tructurac ión que
incl uyera la integrac ión de i odos los sectores en la conducc ión .
L a cri sis partidaria se plasmó e n la reuni ón plenari a de l Comi té Cen tra l
d e 1P. D. en la cual r en un ciaron varios vocales de ese organismo , argumentando
tant o la falta de organ izaci ó n intern a como la falta de consulla a la masa
afiliad a frente a resolucione s im ponantes. 9 4
La críti c a estaba dirigida a todo un grupo d irigencial que monopolizaba
la tOma de d ec isiones partidaria y que por lo tanto exclu ía gran des sec tores
en la formac ió n de las políticas qu e expresaba el partido.
De esta forma se conformaron dos sec tore s ne tam ente enfrentado s: uno
de ellos, qu e pre tendía mante nerse en el poder (coalición dominante),
enfre 01ado a aquello s dirige ntes intermedios que pretendían ac ceder a la
direcc ión parridaria. La escasa flex ibilidad de la estructura y las carac terísticas
propias del partido no permi tieron una solució n de compromiso inmediata.
La élite domin ante trató de generar una política de adh esiones para
enco ntrar una base de sustentación entre los sec tores neutros en el conflicto
qu e l e permi tiera enfrentar a los grupos díscolos 'que cues ti onaban s u
conducci ó n; l as giras q ue realizó Uanini junto a otros dirige ntes de este
sector por div ersos departamentos de la provincia y la culmin ac ión de és tas
con una reun ión e n Vill a M aría 10 son pruebas de Jo anteriorm e nte afirmado.
E n di cha reunión, c uyo r esultado fue un a declaración emanada de una
comisión presidida, ju stam ent e, por Humberto Gómez Amaya, figura
de stacada de l a élite dominante , se propone un a "renovac ión de los organismos
82
El eclipse del Partido Demócrata
11
Los Principios, 10/3/1966.
83
Servett o-Ca rb o net t i
12 Los dirigentes
de otras provincias que participaron en dicha asamblea fueron Ernesto
Patiño Arias (Buenos Aires) y Juan Carlos Godoy (Mendoza). Los Principios, 16/5/1966.
n Los Principios, 22/5/1966.
84
El ecllpse del Partido Demócrata
85
Serv e tt o - C a r b o n ett 1
86
El eclipse del Partido Dem ó crata
17
La Voz dellnJerior, 27/1/1973.
11
Los Principios, 25/1/1973.
87
Servett o-Carbonett i
El P.D. fue, sin lugar a dudas, un partido de notables, dirigido por un a élite
do rn inante que oc up aba todos los espacios de poder de la estructura partidaria .
Esta dominación se reflejaba tan to en la Carta Orgáni ca estructurada para la
dirección es tab le de una élite que incorporaría nu evos elementos muy
len ta mente po r medio de cooptaciones aisladas, como así también e n la
ese ncia p lutoc ráti ca del partido, inscripta en la obligación del ca ndidato de
aponar dinero para la campaila, si el comité lo exigía.
Este tipo de estructura rígida no permitió la formaci ón de líneas intern(l$
qu e vi go rizaran a través del debate y nuevas ideas al partido; es así qu e los
conflict os se re solvían a través de la exclusión de una parte de la élite
dominante (e n 1962 J. A. Mercado; en 1973 Emilio Olmos).
La cuila insertada e n el se no de la coalició n domin ante e n el ailo 1966.
deb ido a los rec lamos de algunos dirige ntes, res uelta a través de la negociación
y el compromiso, d io como resultado que en el ailo 1973 la vieja élite fuese
desp lazada no solamente de la coalició n dominante si no tambi én de l mismo
partido .
Estas caracterís ti cas en definitiva definieron un tipo de organi zac ión y
dinámica po lítica del P.o.: la élite no sólo disponía de los ca nales de
com unicación internos de l partid o, establecía las reg las formales de juego
interno (Carta Orgánica), es tipulaba los criterios de rec lutam ie nto y
de terminaba la política de alia nza, sino que además articu laba un disc urso
predominan te, caracterizado por su anquilosamiento y falta de adecuación
fre nt e a los procesos sociales, eco nómicos y políticos que vi vfa la sociedad
arge ntina.
La vigenc ia de es ta élite perjudicó el ascenso de nu evos c uadro s y la
formació n de líneas intern as, dos elementos esenciales que fac ilitan el
debate político, la re novación de sus prácticas partidarias y de sus ideas
políticas, y en consecuencia la renovación del discurso. Estas prácticas le
dieron al partido una caracterís tica muy definida con respecto a su propuesta
política, desarrolló una propuesta poco creíble para la soc iedad, con
paradigmas que habían pe rdido vigencia.
88