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Mónica Galiano Istán (1), Susana Delfa Sánchez (2), Inmaculada Guil García (3).
monicagalianoistan@hotmail.com
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
mayoría de las sustancias antes citadas a la leche artificial para bebés sea claramente
beneficioso para la salud infantil, pero sí se ha demostrado que existen numerosas patologías
que podrían prevenirse gracias a la combinación de los múltiples factores bioactivos presentes
en lactancia materna. Unos ejemplos quedan recogidos en la siguiente tabla:
Factor Efecto
Enzimas (ej: glutation Previenen la oxidación lipídica nzimas (ej: glutation peroxidasa)
peroxidasa)
En la siguiente tabla aparece una clasificación de los muchos compuestos con propiedades
inmunológicas presentes en la leche materna, que detalló una investigación aparecida en la
edición de enero de 2005 de la revista Journal of Nutrition.
factores de
crecimiento
Lactoferrina
En esta revisión bibliográfica se recogen los principales avances relacionados con las
repercusiones inmunológicas durante y después de una lactancia a base de leche materna
pura (se excluyen lactancias mixtas y artificiales).ç Cuales son nuestros objetivos:
Por último, más relacionado con la inmunidad en el RN, qué medidas tomar y parámetros de
control materno a seguir para aumentar la “calidad inmunológica” de la leche materna.
Por ejemplo, la proteína en la leche materna tiene un montón de funciones, ya que contiene todos los
aminoácidos necesarios, proporciona factores de protección (de los que hablaremos más adelante) y
transporta hormonas y vitaminas. La proteína de la leche no se usa para la obtención de calorías
para el crecimiento, de hecho es una fuente mínima de energía en la leche materna.
Además cuando una madre amamanta crea anticuerpos diseñados específicamente para proteger
contra los patógenos adquiridos en las inmediaciones de su bebé. Nuevos anticuerpos se producen
cada vez que la madre entra en contacto con microorganismos perjudiciales o cuando amamanta al
bebé, que pasan al cuerpo de la madre en la saliva del bebé a través del pezón. Esto indica a su
sistema inmunológico que produzca o proporcione anticuerpos, que después pasan al bebé en
posteriores tomas. Si el bebé toma leche artificial, entonces tendrá sólo sus propios niveles de
anticuerpos que son bajos, lo cual, agravado por un sistema inmunológico inmaduro, lo hacen
extremadamente vulnerables a una infección, que puede propagarse rápidamente.
Alfa-lactoalbúmina
Ésta es la principal proteína en la leche materna, lo que representa el 10-20% de proteína total.
Quizás el descubrimiento más importante del 2010* es que esta proteína provoca el “suicidio celular”
en más de cuarenta tipos de cáncer. El equipo que lo descubrió estaba explorando las propiedades
antibióticas de la leche materna cuando un investigador notó que las células cancerosas de pulmón
en un tubo de ensayo murieron en contacto con la leche materna. Descubrieron que cuando alfa-
lactoalbúmina se mezclaba con ácido (como el que se encuentra en la leche materna y el estómago
de los lactantes amamantados) se formaba un compuesto llamado HAMLET (siglas en inglés de la
Alfa-lactoalbúmina Humana Transformada en Letal para las Células Tumorales). Los investigadores
descubrieron que, después de 5 días de tratamiento (con HAMLET)
a pacientes de cáncer de vejiga, los pacientes orinaban células muertas de cáncer después de
cada sesión de tratamiento.
Estudios con ratas mostraron que, después de tan sólo siete semanas de tratamiento un tumor
cerebral glioblastoma altamente invasivo, era siete veces menor en aquellos tratados con
HAMLET. El factor más importante es que la sustancia no tiene efectos secundarios, sólo elimina
el cáncer y no daña las células sanas. El profesor Karlsson (que condujo el estudio) predijo que
esta terapia se estará utilizando dentro de 5 años en pacientes adultos enfermos de cáncer.
Células madre
Éstas tienen una capacidad notable para convertirse en muchos tipos diferentes de células en el
cuerpo, que a su vez actúan como una especie de sistema de reparación interna. Estudios
sugieren que estas células permanecen en el cuerpo mucho tiempo después del destete. Las
células madre de otras fuentes ya están siendo utilizadas para tratar la leucemia y pronto
podrían ayudar a tratar enfermedades de los ojos. Científicos también están investigando su
potencial a largo plazo para el tratamiento de condiciones tales como lesiones de la médula, la
diabetes y la enfermedad de Parkinson.
Linfocitos
Matan a las células infectadas directamente o envían mensajes químicos que movilizan otros
componentes del sistema inmunológico (ver las células T).
Linfocitos t o células t
Son un subgrupo de linfocitos que se encargan de coordinar la respuesta inmune celular. Estas
células son insólitas porque no pueden destruir células infectadas o patógenos y, sin otras
células del sistema inmune, normalmente se considerarían inservibles contra una infección. Sin
embargo, tienen un papel importante a la hora de activar y dirigir otras células inmunes.
Macrófagos y neutrófilos
Se encuentran entre los leucocitos (glóbulos blancos) más comunes en la leche humana, y rodean y
destruyen las bacterias nocivas. Los macrófagos también fabrican la lisozima, una enzima que
destruye las bacterias mediante la desorganización de sus paredes celulares. Los macrófagos en el
tracto digestivo pueden reunir a linfocitos para que actúen contra los patógenos.
Lisozima
Mejora la capacidad de IgA contra los ataques de E. coli, junto con la lactoferrina y la IgA
secretora.
Lactoferrina
Es una proteína que se une al hierro, para prevenir que las bacterias nocivas lo consuman.
También mata a varias bacterias como la E. coli y ayuda a evitar que el sistema inmunológico
reaccione de forma exagerada. La lactoferrina está actualmente siendo investigada como un
Mucina
Se acopla a las bacterias y virus que entran en el cuerpo del bebé. Cuando esto sucede, otras
células del sistema inmune se encargan de destruir la sustancia causante de la enfermedad.
Citocinas
Se cree que juegan un papel importante en la modulación y protección del sistema inmune de la
leche materna. La mayoría de las citocinas que son deficientes en el recién nacido se han
encontrado en cantidades significativas en la leche materna.
Factores anti-infecciosos
Durante los primeros 10 días hay más leucocitos (glóbulos blancos) por ml de leche humana de
los que hay en la sangre.
Oligosacáridos
Estas moléculas de carbohidratos prebióticos se parecen a los sitios de unión de las bacterias y
lo que hacen es unirse a ellas para formar un compuesto que excreta bebé – así lo lleva fuera
del cuerpo. Los oligosacáridos influyen en la microflora produciendo una mayor proliferación de
los probióticos, que defienden contra los patógenos que causan la otitis media, infecciones del
tracto respiratorio, infecciones del tracto urinario y la diarrea.
Los lípidos de la leche dañan la superficie exterior de ciertos tipos de virus. Cuando los virus se
dañan, no son capaces de replicarse y causar una infección en el bebé.
Ácido linoleico
Factor anti-secretor
Interleucina 7 (il-7)
Es un tipo de citocina relacionada con el tamaño del timo, el órgano central en el sistema
inmunológico. Se ha descubierto que en los bebés alimentados con leche artificial la IL-7 puede
llegar a ser hasta la mitad de su tamaño normal. IL-7 también tiene un papel importante en el
crecimiento de las células T y B (éstas últimas son las células productoras de anticuerpos).
Factores de crecimiento
Aunque esta lista es larga, no es exhaustiva, la leche materna contiene un gran número de otros
factores que trabajan para proteger y mejorar el desarrollo del niño amamantado. Éstos incluyen:
Nucleótidos.
Defensinas.
Hormonas.
Componentes anti-inflamatorios.
Estudios han vinculado durante mucho tiempo no amamantar con mayores tasas de infecciones
de oído, cáncer, diabetes, meningitis, enfermedades respiratorias, la artritis reumatoide (y otras
enfermedades del sistema inmunitario), enfermedad gatrointestinal y ECN por nombrar sólo
unos pocos de una larga lista. A medida que comenzamos a entender más acerca de qué parte
de la leche materna hace qué, tenemos una mayor comprensión de por qué los bebés no
amamantados son más susceptibles, no sólo de bebés, pero en términos de salud de larga
duración. Lo que quizás más preocupante es que la ciencia apenas ha raspado la superficie y sin
embargo potencialmente muchísimas otras enfermedades podrían también ser estrechamente
vinculadas (a la lactancia artificial) por ejemplo, están estudiando los vínculos con una serie de
condiciones como la esclerosis múltiple y el síndrome de fatiga crónica.
*Aunque la sustancia HAMLET, fue descubierta en la leche materna hace varios años, ahora es
cuando ha sido posible probar su eficacia en humanos.
gestación, aunque con algunas diferencias: se debe aumentar la cantidad de nutrientes para poder
cubrir tanto los requerimientos de la madre como los necesarios para la producción de la leche.
Cabría preguntarse qué pasa si la mamá no se alimenta bien. Y la respuesta es sencilla. Seguirá
produciendo leche de buena calidad -la cantidad está más relacionada con la frecuencia en que
pone su bebé al pecho- pero ella puede sufrir carencias de nutrición.
Antes de enumerar qué cosas conviene comer y qué cosas no son del todo recomendables, es
importante señalar que la etapa de lactancia no es un buen momento para hacer una dieta baja
en calorías. La mamá puede cuidarse, pero debe comer bien y sanamente. Además, cuenta con
una ventaja: debido al requerimiento calórico específico de amamantar, a la mayoría de las
mujeres les resulta más fácil bajar de peso. No es que dar de mamar queme calorías, sino que
las calorías que la madre ingiere van a la producción de leche.
Ahora bien, ¿cómo debe alimentarse una mamá que amamanta a su bebé?
En líneas generales, se calcula que una mujer produce, por día, unos 750 centímetros cúbicos
de leche. Por esta razón, una de las primeras cosas que va a necesitar es tomar mucha agua y
jugos naturales de fruta. Esto le resultará fácil porque, al poner a su bebé en el pecho, es muy
probable que sienta, casi de inmediato, una sed intensa. Tener a mano un termo con agua
fresca en todo momento y dejarlo en la mesa de luz a la noche para poder tomar cuando el
bebé se alimenta, resulta un consejo práctico.
A pesar de ser líquidos, no se recomiendan las bebidas alcohólicas y es mejor restringir las infusiones
como el café, el té y el mate, así como no es recomendable abusar de los edulcorantes artificiales. El
cigarrillo, en cambio, es absolutamente nocivo, ya que la nicotina pasa a la leche.
Asimismo, existen algunos alimentos que pueden cambiar el sabor de la leche porque sus
principios activos pasan a través de la mucosa digestiva sin descomponerse y penetran en la
composición de la leche. ¿Cuáles son?: Ajo, cebolla, coliflor, alcauciles, pimientos, espárrago,
repollo y los condimentos fuertes. Esto no implica que haya que suprimirlos del todo, sino que
se aconseja comerlos moderadamente y cocidos. Tampoco significa que el bebé rechace la leche
si la mamá comió estos alimentos.
La clave pasa por alimentarse bien y de modo variado. Algunos consejos que damos en nuestra
práctica diaria:
Además de ingerir todo tipo de frutas, verduras y proteínas (carnes, huevos y lácteos) sugieren
agregar a la dieta semillas de girasol, cereales, frutas secas (unas 10 por día, preferentemente
almendras y nueces) y desayunar, por ejemplo, con granola natural. Por ejemplo, enriquecer la dieta
con cerveza sin alcohol aumenta hasta un 30% la capacidad antioxidante de la leche, eso se concluye
de una investigación, titulada 'Efecto de la cerveza sin alcohol sobre la leche materna',
ha analizado a ochenta madres lactantes. La mitad seguía una dieta habitual, mientras que al
resto se les suplementó su dieta con dos cervezas sin alcohol al día durante un mes.
Asimismo, la investigación ha concluido que las madres que habían seguido la dieta
suplementada con cerveza sin alcohol presentaban un menor daño en la oxidación celular, así
como un aumento antioxidante, tanto en su sangre, como en su orina.
Estas investigaciones (y solo hemos visto un par de ellas como quien dice) aportan sumadas
pasos muy sencillos que se pueden realizar y “educar” que deberían estar recogidas en una
especie de GUÍA para los profesionales de la salud que como primer beneficio conllevarían un
importante ahorro en euros a nivel socio-sanitario y todo ello mejorando la lactancia materna
con herramientas cotidianas.
Protege los dientes, porque la leche materna tiene sustancias que actúan como anticuerpos
capaces de defender contra el avance de microorganismos. La leche azucarada de vaca expone
la dentadura a un banquete de bacterias. Los odontólogos sostienen que los bebés
amamantados tienen mejor desarrollo mandibular.
Los amamantados tienen menor riesgo dentario con problemas de mala oclusión y menos
necesidad de ortodoncia cuando llegan a la adolescencia.
Contiene todas las vitaminas que el bebé necesita, salvo la D, que en general, el pediatra receta
vía oral y cuyo costo está cubierto hasta el primer año de vida.
Está libre de gérmenes porque contiene anticuerpos IGA secretaroria, linfocitos (productores de
anticuerpos), macrófagos que fagocitan los gérmenes destruyéndolos, lactoferrina (que inhibe el
crecimiento de Escherichia coli), lisozima (bactericida) y un factor bifidogénico (inductor del
desarrollo de un germen que impide el crecimiento de patógenos en el intestino), expuesto en
detalle con anterioridad.
Los bebés amamantados son más sanos y delgados porque la leche vacuna tiene grasas que el
bebé no necesita. En cambio, la leche materna se adapta a la necesidad del bebé. Los bebes
amamantados se enferman menos veces y menos gravemente.
Son bebés más vivaces, duermen menos, se ríen antes, miran fijamente y reconocen las caras
antes porque están más estimulados.
Tienen menor riesgo de otitis media que los alimentados con mamadera, porque la apertura de
la boca para mamar descomprime el oído medio.
Están piel con piel con mayor frecuencia y facilidad, lo que genera estimulación sensitiva. La
experiencia táctil se completa a través de su boca con el pecho de su madre, de una manera
más intensa.
Caminan hasta dos meses antes que los niños alimentados con leche artificial.
La angustia del octavo mes se da menos intensamente porque se sienten más seguros por la
cercanía con la mamá.
Los procesos alérgicos son menos frecuentes o menos intensos. Si los padres padecen alergias
mayores, el bebé tendrá menor probabilidad de padecer eczemas si es exclusivamente
alimentado a pecho y su madre hace régimen de comida hipoalergénico desde el último
trimestre de embarazo.
Tienen menos resfriados y tienen menos dermatitis de pañal (irritación en la piel), debido a que
la leche materna deja menor residuo fecal y a que las deposiciones son más blandas y con bajo
PH.
El cáncer de pecho es menos frecuente en las que amamantan por más tiempo y cuánto más
jóvenes tengan sus partos. Estadísticamente se observa una reducción del índice de cáncer,
Las mamás se sienten realimentadas por las respuestas de su bebé, lo cual permite una
conducta de apego.
Tiene influencia en su ser femenino. Dar el pecho es la culminación de un ciclo biológico que
comienza con la concepción de un hijo.
Cuando la mujer amamanta 7 o más veces en 24 horas, incluyendo mamadas nocturnas, y el bebé
recibe exclusivamente el pecho, mientras no reaparezca la menstruación después de los 56 días
postparto, la posibilidad de embarazo antes del sexto mes, después del parto, es del 2 por ciento.
Luego de los 6 meses, el efecto inhibidor de la ovulación disminuye pero no desaparece.
Vitaminas hidrosolubles
Estas vitaminas se ven más comprometidas que las anteriores, pues no se acumulan en nuestro
cuerpo sino que su exceso se elimina por la orina. Destacaremos las que se ven más
comprometidas en este periodo, así como los alimentos que las contienen:
Vitaminas del grupo B: Las vitaminas B1, B2, B3 o niacina aparecen en alimentos tanto de
origen vegetal como de origen animal. Abundan en alimentos como el hígado y los pescados, los
huevos y lácteos, así como en algunos alimentos ricos en fibra como legumbres, cereales
integrales y algunos vegetales.
Folatos o ácido fólico: En realidad es también una vitamina del grupo B, la vitamina B9, pero
está justificado destacarla por su gran importancia en las etapas de embarazo y lactancia.
Aparece en alimentos de hoja verde (acelgas, espinacas, escarola, etc), frutos secos (sobre todo
en avellanas), cereales integrales y frutas como la naranja y las fresas.
Minerales
Los minerales que se ven comprometidos durante la lactancia son el Cinc, el Yodo y el Selenio.
Veremos las fuentes alimentarias de estos elementos a continuación:
Cinc: Aparece en alimentos de origen vegetal, cereales, frutos secos y legumbres, o animal
como el hígado y algunos mariscos como langostinos o gambas.
Yodo: Muy abundante en productos marinos como pescados, mariscos y algas. También aparece
en menor proporción en alimentos como el huevo, las verduras y la carne. Se recomienda el uso
de sal yodada.
Selenio: Es más abundante en alimentos de origen animal como las carnes y pescados, aunque
también aparece en algunos de origen vegetal como los cereales y en menor medida, en las
frutas y verduras.
Alcachofas, coles rábanos, coles, grandes cantidades de ajo y cebolla crudos, así como
especias picantes e irritantes.
Beber agua y leche en mayor cantidad
Aunque el aumento de éstos en la dieta de la madre no está relacionado con un mayor volumen de
leche materna, es tremendamente importante para el equilibrio de líquidos en la mujer, que
La dieta de la mujer lactante debe ser densa en nutrientes pero moderada en grasa,
evitando así digestiones pesadas.
Restringir la ingesta de alcohol
Los niveles de alcohol en sangre son prácticamente iguales que los niveles en la leche, por
lo que si la madre bebe alcohol el bebé también lo va a ingerir. No obstante, se puede tomar
ocasionalmente una copita pequeña de vino, siempre al menos dos horas antes de darle el
pecho al bebé.
Evitar bebidas excitantes
Incluso las pequeñas cantidades de cafeína pueden pasar a la leche y de ahí al niño,
pudiendo provocar irritabilidad del bebé.
No fumar
RESULTADOS
Hemos visto que un control sencillo dietético de la mama podemos enriquecer la calidad
inmunológica de la leche materna y que conseguimos con ello (y no parece poco)
Asma
Dermatitis atópica
Enfermedad celíaca
Enterocolitis necrotizante
Gastroenteritis
Leucemia
Obesidad
Otitis media
Habría que dedicar un par de sesiones clínicas para detallar estas cuestiones que conllevan
una científica mejora y prevención de enfermedades (lo que conllevaría un ahorro sanitario
relevante) tento en RN como en las madres.
CONCLUSIONES
La lactancia materna queremos que sea vista como un sistema de comunicación entre la
inmunidad de la madre y la del bebé, y como tal comunicación, se puede controlar, “educar” e
incluso mejorar.
BIBLIOGRAFÍA
Consejos para la Lactancia Materna. Vía Láctea (Mª Jesus Blazquez y Silvia Martín).
http://www.aeped.es/comite-lactancia-materna
http://www.publico.es/ciencias/leche-materna-contiene-mas-700.html
http://www.laligadelaleche.es/
http://www.aepap.org/previnfad/Lactancia.htm
http://iblce.org/
http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/44156/1/9789243596662_spa.pdf
http://albalactanciamaterna.org/lactancia/tema-5-situaciones-especiales/lactancia-materna-
durante-el-embarazo-y-en-tandem/
http://www.navarra.es/NR/rdonlyres/47B9FE09-EAEE-464E-
A219-8848C099F732/69013/Librolactancia1.pdf