Está en la página 1de 110

B. F.

BARANOV

ATAQUES AL REY

El asalto directo a la fortaleza del


rey es el más eficaz, pero es tam­
bién el que entraña mayor respon­
sabilidad y mayor riesgo. Para lle­
gar hasta el rey enemigo, con fre­
cuencia se precisa lanzar a la lucha
todas las fuerzas útiles y sufrir pér­
didas tanto de posición como de
material, ya que el éxito posterior
del ataque puede compensar y jus­
tificar cualquier sacrificio momen­
táneo.

B. F. Baranov, autor de este exce­


lente manual, relata los procedi­
mientos y métodos de ataque y los
principios estratégicos que deben
guiar su mejor conducción. El ata­
que al rey es examinado en todas
las etapas de la partida: apertura
medio juego y final, aunque Bara
nov analiza más detalladamente el
ataque en el medio juego, fase en
la cual éste tiene lugar con más
frecuencia.

Otro gran trabajo de la Escuela So­


viética que, por su claridad y senci­
llez, está al alcance de cualquier
aficionado por escasa que sea su
preparación teórica.

Cubierta de G. Marí
B. F. BARANOV

ATAQUES
AL REY

EDICIONES MARTINEZ ROCA, S. A.


BARCELONA
Traducción de MARGARITA ÁLVAREZ DE ARGÜELLES y Luis URALDE RUIZ

Revisión técnica de JosÉ LUIS BRASERO

© 1973 Ediciones Martínez Roca, S. A.


Gran Via, 774, 7.0, Barcelona- 13
ISBN 842- 70-0216-5
Depósito Legal: B. 5616-1981
Impreso en Gráficas Diamante, Zamora, 83, Barcelona - 18

Impreso en España - Printed in Spain


IN DICE

Prefacio 7

1. Fundamentos del ataque 9


2. Medios de ataque 19
3. Derrota en la apertura 33
4. El dominio de las columnas centrales 40

5. Cara a cara 54

6. Enroques en distintos flancos 69


7. Con pocas fuerzas 83
8. Contraataque 88
9. Debilidad permanente y temporal 92
10. ¿Está o no está justificado? 97

Conclusión 103
PREFACIO

Este libro está destinado a los ajedrecistas que saben lo que


representa el ataque al rey, pero no sie1npre entienden cuándo es
peligroso este ataque y cuándo no, có1no debe prepararse y cómo
debe llevarse a cabo.
Por ello, además del nlis1110 ataque, en él se han examinado
procedilnientos enérgicos de lucha, tales como la combinación y el
sacrificio. Naturalnzente, ta1nbién se han exantinado algunos prin­
cipios estratégicos, sobre los cuales se apoya la preparación del
ataque. De este 1nodo, el lector llega preparado para el análisis
del te1na principal.
En este libro se exanlina el ataque al rey en todas las etapas
de la partida, pero es el ataque en el 1nedio juego el que se analiza
ntás detalladamente, ya que éste tiene lugar con más frecuencia.
Al comentar las partidas, el autor no pretende dar su análisis
contpleto, y omite conscientenzente el conzentario de la apertura
-si no tiene relación directa con el ataque- a fin de acentuar
la atención de los lectores sobre el tema principal : el asalto a la
posición del rey.

7
1. FUNDAMENTOS DEL ATAQUE

El contenido de la lucha aje­ bate, posesión de espacio y de


drecística es profundo y varia­ líneas abiertas. superación de
do. Pero son las combinaciones fuerzas en el área principal de
efectivas y los ataques rápidos acción. en debilitar el campo
los que adornan las partidas. enemigo, etc.
Sin embargo, los ataques no Un buen ajedrecista nunca ini­
surgen por sí mismos. Para lle­ ciará un ataque si no puede
varlos a cabo con éxito se pre­ apoyarlo sólidamente, basándose
cisa una larga, minuciosa, y a en principios estratégicos. Y la
veces «aburrida » labor de pre­ preparación, la elección de una
paración. Y sólo una sólida base línea de ataque, a veces exige
posicional puede proporcionar el más arte que la materialización
éxito. del asalto. Por ello la existente
Steinitz ya decía que en posi­ división del ajedrecista en posi­
ciones similares existen idénti­ cionales y combativos es muy re­
cas posibilidades y, si el juego lativa. Las metas más elevadas
se desarrolla con exactitud por solamente las podrá alcanzar
ambas partes, surgen de nuevo aquel ajedrecista que domine to­
situaciones de equilibrio. Por lo do el conjunto de medios actua­
tanto, es evidente que antes de les de lucha ajedrecística. En
iniciar un avance decidido es otras palabras: el buen ajedre­
preciso obtener alguna ventaja. cista debe ser universal.
Un ataque injustificado y pre­
maturo está condenado al fra­ DESPLIEGUE DE FUERZAS
caso. Uno de los objetivos princi­
¿ En qué consisten esas venta­ pales que debe plantearse el ju­
jas? Ante todo en un superior gador es el rápido despliegue de
desarrollo de las fuerzas de com- las piezas. Pero el despliegue no

9
debe ser una autofinalidad; por Las negras hicieron tres mo­
el contrario, debe obedecer a un vimientos con la dama. mientras
plan preconcebidtJ. Al elegir el que las blancas introducían en
emplazamiento de las piezas, es juego una nueva pieza casi en
preciso conseguir la máxima ac­ cada jugada. Los resultados es­
tividad y conjunción de todas tán a la vista.
las fuerzas. Aquel de los con­ Al concluir el tema sobre la
trincantes que consiga aventajar importancia de un rápido des­
al contrario en el despliegue, pliegue, una de las perogrulla­
toma la iniciativa, pues crea las das de la estrategia ajedrecística,
condiciones necesarias para ini­ examinaremos una variante de
ciar el ataque. apertura en que el afán de ven­
Si no se siguen los principios taja material a expensas del des­
de despliegue armónico, diga­ pliegue condujo a mal fin.
mos, por ejemplo, si se produ­ Esta variante fue analizada ya
cen movimientos reiterados de en el siglo xvn por el italiano
una misma pieza en la apertura Greco, y forma parte de todo
mientras el contrario pone en libro de texto : 1 . P4R, P4R;
pie de lucha varias piezas, nor­ 2. CJAR, C3AD; 3. A4AD,
malmente las consecuencias son A4AD; 4. P3AD, C3AR; S. P4D,
lamentables. p X P; 6. p X P, ASC +; 7. CJAD,
Se pueden citar innumerables CR XP; 8. 0-0'! CXC; 9. P XC,
ejemplos sobre este tema. Nos A XP; 10. D3C, A XT?
limitaremos a dos de ellos.
Diagrama núm. 1
BOTVINNIK - SPIELMANN
Moscú. 1935

1. P4R, P3AD; 2. P4AD,


P4D; 3. PR X P, p X P; 4. P4D,
C3AR; S. C3AD, C3AD; 6.
ASCR, D3CD; 7. p X P, D X PC? ;
8. TIA, CSCD; 9. C4T, D x PT;
1 0. A4AD, ASCR; 11. C3AR.
Las negras se entregan. Después
de 11. . A X e ; 1 2. p X A,
. .

D6TD ; 13. T3AD, tienen enor­


mes pérdidas.

10
Ahora, todo ajedrecista que rápido. La lucha por las casillas
conoce los principios de la teo­ centrales se conjuga con el des­
ría de apertura sabe que es me­ plazamiento oportuno de las
jor jugar 1 0 . , P4D ; 1 1 . A xP,
. . fuerzas principales al área más
y enrocar. importante o más vulnerable.
11. A x P + 1 Rl A; 12. ASCR, Veamos el siguiente ejemplo,
C2R; 13. C5R, A X P; 14. A6CR, tomado de la partida Gufeld­
P4D; 15. D3AR +, A4AR; 16. Balitinov (semifinal del campeo­
A X A, A X C; 17. A6R +' nato de la URSS de 1 963).
A3AR; 18. A X A, p X A; 19.
D x P + , Rl A; 20. D7A mate. Diagrama núm. 2

CENTRO

Está admitido considerar como


centro del tablero de ajedrez la
zona de las casillas 4R-5R-4D-
5D. A veces se habla también
del denominado centro amplio
o cuadrado, limitado por las ca­
sillas 3AD-6AD-6AR-3AR .
Es evidente que la pieza que
se encuentra en las casillas cen­
trales puede desarrollar una ma­
yor actividad que la situada en
el borde del tablero. Por ello, la
La lucha por el centro se re­
lucha por el centro es un pro­ fleja bien en las jugadas siguien­
blema importante y primordial.
tes:
De acuerdo con la situación
de los peones en las casillas cen­
l . P4R P4R
trales, se distinguen las siguien­
2. C3AR C3AD
tes variedades de centro de peo­
3. ASC A4A
nes.
4. P3AD C3AR
S. P4D PxP
CEN TRO ABIERTO 6. PSR CSR
Cuando no hay peones en el 7. 0-0 P4D
centro, surge el juego de piezas 8. P xP a. p. 0-0
que ge n e ralme n te toma un ritmo 9. PXPA DxP

tJ
10. p X p T1D La orientación del juego sigue
11. D2A! C x PD invariable : lo más im portante
12. e x e TxC es la actividad máxima de las
piezas.
Como se observa, las blancas
no han conseguido superioridad 17. . . . D4TD
en el desarrollo, pues la finali­ 18. D3D A3R
dad era distinta, ya que consis­
tía en atraer las piezas enemigas No servía 18. . . A x C, dado
.

hacia posiciones desfavorables, que 1 9. A x P + y seguidamente


y, atacándolas, conseguir un rit­ T8R o D6D, daban mate.
mo apropiado para terminar el
desarrollo y, seguidamente, crear 19. P3TD TSAD
amenazas al rey.
Hasta este momento las blan­
cas se atenían al principio de
13. A3R TSCD que la amenaza tiene más fuer­
14. A3D D4R za que su realización. Éstas si­
tuaron cómodamente todas sus
Evidentemente, la única posi­ piezas, lograron atraer la torre
bilidad de salvar las dos piezas negra hacia una posición desfa­
atacadas : vorable y ahora. toman el peón,
seguidamente liquidan al único
1s. A xe AxA defensor de la infortunada torre.

nuevo, no se ve otra res­


De 20. A P+
X RlT
puesta. 21. T X A P xT

En la 2 1 . ., T x C, es sufi­
. .

16. C3A !
ciente 22. P x T, A xP (22 . . . . ,
D X PAD? ; 23. T6R- 1 R) ; 23.
Es un momento importante. D3TR, p X T; 24. A6C +' R l C ;
Las blancas no se apresuran en
25. DxP + , RlT; 26. TlAD.
tomar el peón de T y, desple­
gando las piezas, intensifican su 22. D xT AxC
potencial de ataque. 23. A3D

16• . . . ASD Probablemente también era su­


17. TRlR! ficiente 23. D x A. D xD ; 24.

12
P x D, pero las blancas prefieren Diagrama núm. 3
mantener el ataque, favorecido
por la diferencia de color de ál­
files.

23. AxP
24. TIC AJA
25. D x P D4TR

Amenazaba 26. D3 T + y 27.


A4A + con mate.
26. TSC
También era más sencill o , 26.
T x P.

26 • . . . DBD +
27. AlA TlAR A esta situación se llegó en
28. TSAR R2T la partida Keres-Fine (Ostende,
29. P3C TlD 1 937). Las blancas tienen en el
30. R2C R3C centro dos peones contra uno ne­
31. TSCD D2D gro, y ello les permite iniciar el
32. D4R + R3T ataque en el momento oportuno
con PSR o PSD.
Si 32 . . . . , R2A, entonces 33.
A4A + , R l A ; 34. TST R .

14. TRlR
33. TST +
Las blancas no se apresuran
Las negras se entregan ante
y refuerzan el peón central,
el mate inevitable.
aumentando de este modo su
potencial. Antes de iniciar ope­
CENTRO MóVIL raciones activas, es preciso refor­
zar al máximo las posiciones de
Se entiende por centro móvil las piezas.
aquel en que los peones centra­
les (dos o uno) no encuentran 14. . . . TlAD
obstáculos en su camino y su 15. A3C C3AR
avance puede crear las condicio­ 16. D4AR D2AD
nes necesarias para un ataque 17. D4T TR lD
decidido. 18. T3R
Momento importante. Este 20. . . . , p X p ; 2 1 . P5R. C5R .
plan condujo, por fin, a la meta Probablemente las blancas ten­
. . . , aunque se debió a un error drían que volver a 20. P5R, pero
de las negras. En efecto, ¿ esta­ ya no resultaba igual que antes,
ban en lo cierto las blancas en pues 20 . . . . , C4D ; 2 1 . T4R, D2R
seguir esperando? Resulta que y las negras rechazan el ataque,
no, pues la decidida jugada 1 8. manteniendo superioridad posi­
P5R conducía a una clara supe­ cional.
rioridad.
Después de la natural 1 8. . . . , 20. P4TD PSC?
C4D, las blancas, mediante 1 9.
C5C, P3TR ; 20. C4R, C6AD Es natural que resulte tenta­
(amenazaban 2 1 . C6D y 2 1 . dor tener fortificado un peón ya
T3D) ; 2 1 . C6A + producían un pasado. Sin embargo, la posición
intenso ataque. exigía otro planteamiento : en
No servía 1 8. . . . ' A X e, pues­ primer lugar, era preciso asegu­
to que con 19. P x C, A x T ; rarse contra la brecha en el cen­
20. D5CR, R 1 A ; 2 1 . D x P + ,
tro y decidirse a 20 . . . , P x P,
.

R 1 R ; 22. T x P + , y en caso de 2 1 . A x P, P3T ; con algunas


1 8. . . . , C2D ; 1 9. C5C, C 1 A ; ventajas para las negras. Por lo
20. C4R (también podría ser 20. visto, las negras no deseaban
T3P), 20. . . . , A x C ; 2 1 . D x A, debilitar la posición del rey ; de
las blancas mantenían superio­ otro modo no se explica por qué
ridad posicional. Fine insistentemente no tenía en
llhora las negras aprovechan cuenta la jugada P3T.
la lentitud del enemigo e inician
un contraataque de peones, pro­ 21. PSD! PxP
porcionando a la dama, al mis­ 22. PSR!
mo tiempo, la importante casi­
lla 3CD. Solamente después de quitar­
les a las piezas negras la posibi­
18 . . . . P4CD! lidad de utilizar la casilla 40,
19. 1D1R P4TD las blancas amenazan y están en
condiciones de atacar. Ahora no
Inexacto. Era mejor 1 9. . . . , vale 22 . . . . , C5R, puesto que 23.
P3TR ; y si 20. P4C, entonces P6R, p X p; 24. T X c. p X T;
20. . . . , D5AR. Tampoco resul­ 25 . ese, y después de 25 . . , . .

taba bien 20. P5D, puesto que D6A, las blancas podían conti-

14
nuar el ataque mediante 26. les de ambas partes quedan blo­
A X P + R l A ; 27. TlAR.
' queados. El juego se traslada a
los flancos.
22. . . . C2D
23. ese ClA Diagrama núm. 4
Es más fuerte 23. . . . , P3T,
aunque el ataque de las blancas
después de 24. P6R, p X e ; 25.
P xP + R xP ; 26. T7R + , es
,

extremadamente peligroso.

24. e xPT e xe
25. T3T D8A

Muy ingenioso, pero insufi­


ciente. El ataque de las blancas
se desenvuelve con más rapidez.

26. DxC + RlA


27. T3T-3R PSD A esta situación se llegó en la
28. D8T + R2R partida Spassky-Arutunian (Spar­
29. D xP TlAR takiada CCS. Consejo Central de
30. D6A + RlR Sindicatos de la URSS, 1 965).
31. P6R! Como ven, el centro está fuer­
temente cerrado, pero la inicia­
Las negras se entregan . tiva de las blancas en el flanco
del rey tiene más posibilidades
Un ejemplo interesante, que que el juego contrario en el flan­
demuestra la fuerza de los peo­ co de dama. Sin embargo, la po­
nes móviles en el centro y, al sición de las negras es bastante
mismo tiempo, la importancia segura, y su desorganización pre­
de saber elegir el momento para cisa una « intervención quirúr-
su avance. .

gtca ».

CENTRO CERRADO 28. T xe!

Se entiende por centro cerrado Una decisión totalmente ines­


aquel en que los peones centra- perada : las blancas, aparente-

15
mente se preparan para atacar terminado (por ejemplo, a los
en el flanco del rey y, sin em­ peones blancos 3D y 4R les ha­
bargo, ¡ sacrifican en el flanco cen frente los negros 3D y 3R) ;
de la dama ! Pero la finalidad de entonces ambas partes tratan de
este sacrificio se aclara inmedia­ situar sus peones en posición fa­
tamente : las blancas atraen una vorable.
de las piezas enemigas que de­ Queremos prevenir a los lec­
fienden al rey y crean una supe­ tores contra la idea dogmática
rioridad de fuerzas en el área sobre el centro, concretamente
principal de acción. sobre la pretendida necesidad de
poseerlo a toda costa. Indicare­
28 • . . . A xT mos que, en algunas situaciones
29. T X A! TxT concretas, resulta conveniente
30. A x P! C2T dejar el centro al enemigo, si
existe posibilidad de atacarlo
El sacrificio de alfil no podía cómodamente. En este principio
ser aceptado por las negras, pues se basan incluso algunas apertu­
a 30. . . . , P X A seguía 3 1 . D6A. ras, tales como la de Reti, la de­
Ello explica la liquidación del fensa Grünfeld o la defensa
alfil lD. Alekhine.

31 . C x P P4AR
32. P x P RlT COLUMNA ABIERTA
33. CST TlCR
34. P6A Lo posesión de una columna
abierta supone una ventaja defi­
Las negras se rinden. nida y clara. La ventaja consiste
en que, al apoderarse de esta co­
Hemos analizado tres clases lumna, las piezas mayores que­
de centro de peones, pero pue­ dan en condiciones para penetrar
den existir otros. Consideremos de modo decisivo en las posicio­
el denominado centro fijo, cuan­ nes del enemigo. La posesión de
do, digamos, al peón 4R se le la fila siete del campo enemigo,
antepone el peón 4R, y, por por regla general proporciona una
regla general, la lucha se inicia ventaja decisiva, y el dominio de
por la posesión de las casillas la columna central dificulta los
50 y 4D. Con frecuencia nos movimientos de las piezas ene­
encontramos con el centro inde- migas y facilita el despliegue de

16
fuerzas a las áreas de acción más torres, puesto que después del
importantes. cambio de torres en 4R el al­
Veamos el ejemplo de la par­ cance real es la penetración a la
tida Steiner-Flor (match URSS­ séptima fila, que con cuatro to­
EE. UU., 1946) que se conside­ rres no ofrecía ventajas impor­
ra clásico. tantes.
Por ejemplo, 27 . .. . , T7D ; 28.
Diagrama núm. 5 T2R, y las negras, de todos mo­
dos, están obligadas a cambiar
torre por torre, en este caso con
pérdida de tiempo.

28. D x T T7D
29. P4TD D3A!

Una jugada fina. Las negras


están dispuestas a continuar con
los cambios, pues después del
cambio de damas las blancas no
podrán defender los dos peones
débiles 3C y 5 R.
La ventaja más importante de 30. D4C T6D
las negras consiste en el domi­ 31. DST T x PC
nio de la única columna abierta
(columna de la dama). Las negras no temen la pe­
Es natural que las blancas, con netración de las blancas hasta
la j ugada Tl R, pretendan anu­ 7A, ya que la eliminación del
lar esta ventaja del enemigo, peón 3C, que crea otras debili­
pero éste no deberá permitírselo. dades, es más importante.
Ahora ambos reyes se encuen­
24• . . . D2A tran al alcance de las piezas ma­
25. RlT P4TD yores. Ambas partes logran evi­
26. D3AR P3T tar un peligro inmediato, pero
27. T4R TxT de esta lucha sólo las negras sa­
len sin pérdidas.
Un momento muy alecciona­
dor. Ya no tenía sentido mante­ 32. D x P + R2T
ner la columna de dama con dos 33. RlT

17
Amenazaba no sólo 33. . . . , sicionales que proporcionan el
D x PA, smo también 33. . . . , éxito del ataque. Nos encontra­
T x P+. remos con ellas repetidas veces
en páginas sucesivas. y nos con­
33. . . . D x PA venceremos de la veracidad de
34. T6A la fórmula básica de un ataque
victorioso : el ataque no surge
La partida entra en una fase por sí solo, sino que se basa en
de complicaciones tácticas que sólidos fundamentos estratégicos.
favorecen a las negras. A 34. De momento sólo haremos
T5A le seguiría 34. . . . , D5TR. mención de algunos momentos
muy importantes de la estrategia
34. . . . D6D ajedrecista.
35. T3A D4D N o es ningún secreto que el
36. T x T asalto a la posición debilitada
del rey es más efectivo que un
Conduce a un final adverso. ataque a fortificaciones sólida­
Pero 36. T5A, D7D; 37. D x PR, mente defendidas. Por ello, es
T7C, solamente precipitaba la preciso tratar de crear tales de­
derrota. bilidades.
Pero también es preciso llamar
�- ... DxT la atención de los lectores. ante
37. D7D DSA una apreciación dogmática de
38. D6D R3C sus posibilidades: la estabilidad
39. RlC D4D y solidez de las posiciones del
40. D7A DSD + enemigo dificultan el ataque,
41 . RlT pero no excluyen su posibilidad,
pues existen otras ventajas posi­
Y las blancas se rinden, dado cionales : en primer lugar, una
que después de 4 1 . . . D x PT ;
. • mejor situación de las piezas, y
42. D X PC, DST + ; 43. R2T, en segundo. superioridad de fuer­
D x P + , perdían el segundo zas en el área principal de ac­
peón. ción. Durante el examen de los
Ahora vamos a examinar to­ siguientes ejemplos se conven­
das las clases de situaciones po- cerán rápidamente de ello.

18
2. MEDIOS DE ATAQUE

Además de la acumulación Con frecuencia, las operacio­


programada de potencial de ata­ nes tácticas y las combinaciones
que, existen otras medidas más se basan en jugadas de doble
enérgicas para crear un cambio efecto.
decisivo del desarrollo de la lu­
cha. En primer lugar nos referi­ Diagrama núm 6
mos a los sacrificios y combina­
ciones.
La mayor parte de los ataques
al rey culminan con una combi­
nación. Suele suceder también
que la combinación no llegue a
realizarse, si el adversario adi­
vina su intención y pone los me­
dios necesarios para evitarla. No
obstante, estas combinaciones
pueden decidir de un modo de­
cisivo el final del combate. Re­
sumiendo, la importancia de las
combinaciones en la partida de l . D4T P3CD
ajedrez es enorme, y por ello 2. D4R
analizaremos algunas clases de
combinaciones, motivos e ideas Como consecuencia de un ata­
sobre las cuales se basa la posi­ que doble a la casilla 7T y al
bilidad de su surgimiento. alfil 2R, las negras pierden.

19
Es un ejemplo elemental de no hay posibilidad de evitarlo.
un doble golpe. Generalmente Por ello las blancas defienden la
todo suele ser más complicado, infortunada casilla 2C. Pero las
y en las combinaciones se utili­ negras utilizan un motivo auxi­
zan no uno, sino varios motivos. liar : desviar la dama de la gran
diagonal negra.
Diagrama núm. 7
4. DSR TlR
S. D4D P4A
6. D3A

La dama, no obstante, se ha
mantenido en la gran diagonal,
pero ha sido llevada a la casilla
3AD y bloquea el camino al
peón 2A. Ahora se puede dejar
en libertad al caballo para ocu­
parse de otro objetivo : el ata­
que al rey.

l. o o o A6TD 6. . . . DxP
2. C4T 7. AlR T7R!

En caso de 2. D x D, las ne­ Utilizando dos motivos más,


gras resuelven la partida con va ­ para llevar a cabo un golpe de­
rios jaques a la descubierta, ga­ cisivo : evitar el dominio del al­
nando material : 2 . , A x P + ;. . .
fil sobre 4R y doble golpe sobre
3 . R lC, A X C+; 4. R lA, las casillas 3AD y 2D.
A7C+ ; 5 . RlC, A6T + ; 6.
RIT, A x D. 8. A x T CSR

2• . . . A x P+ Las blancas se rinden. Sloñim­


3. C x A D6T Ri u m in (Moscú, 193 1).

El bloqueo de caballo es extre­ Como ven, para llevar a cabo


madamente desagradable, pero la combinación con éxito se han

20
utilizado sucesivamente varios Diagrama núm. 9
motivos : clavando, desalojando,
atrayendo, bloqueando, de nuevo
desalojando y, finalmente, ¡ eje­
cutando un doble golpe!
He aquí un ejemplo claro so­
bre el tema del jaque doble.

Diagrama núm. 8

En esta posición las negras


jugaron l. . . .' T X e pensando
lograr el empate con 2. P x T,
e x PT + ; 3. R2D, e x P ; 4.
R x e, A5CD + ; 5. R x A,
D5A + . Sin embargo . . .

l. D8D + ! RxD
2. C X A + R2R
l. D8D + RxD
2. ASC +
Las negras también recibían
mate en caso de 2 . . , R l A (o
. .

2 . . , RlR ; 3 . C x PC + , A x C;
. .

¡ Jaque doble ! Ahora, des pués 4. A5C + ) .

de 2. .. , R 1 R sigue el mate
.

3 . T8D, y en el caso de 2 . . . . , 3. ASC + P3A


R2A, se llega al mismo resul­ 4. C8D +
tado con 3. A8D (Reti-Tartako­
ver, Viena, 1 9 1 0). Las negras se rinden.
Esta idea, en una posición
bastante más complicada, tiene Los motivos de jaque doble y
lugar en la partida Bonch-Osmo­ jaque a la descubierta, así como
lovsky, Baranov (Moscú, 1954). la atracción, se observan clara-

21
mente en la posición que surgió l. D8A+
en la partida Utiuganov-Kono­
valov (Krasnodar, 1 950). Se sacrifica la dama sólo con
un fin : atraer al rey a la casilla
1 A. Ahora, al ser tomada por e l
D iagr ama núm. 10 rey. seguirá 2. T8T +, y si es to­
mada con la torre, entonces 2.
C7R mate.
Un frecuente motivo de com­
binación es la pieza clavada.

Diagrama núm. 12

l . . . . (para atraer al
, D7C +
rey a la casilla 2C) ; 2. R x D,
CSA + ; 3. RlC, C6T mate.

Diagranw núm. JI
El alfil blanco de la casilla 3 R
está clavado y po r ello no ofrece
ningún peligro para las negras.
Y si además se tiene en cuenta
que la dama blanca está amena­
zada, debe iniciarse una acción
decidida.

l. T X P+!

Al no poder realizar la inmo­


vilización en la diagonal ( l .
ASC), las blancas la realizan en
la horizontal. Ahora lo mejor

22
era l . . . . , D x T ; 2. ASC+ , La jugada anterior de las blan­
R lA ; 3. A6R, D x A+ , pero la cas l. RlC-2A? ha sido un fatal
partida se desarrolló del siguien­ error (debía haberse jugado l .
te modo: RlA. Aparentemente la diferen­
cia no es esencial, pero es esta
l . .. . RxT jugada concreta la que ha influi­
2. A6R+ RlD do decisivamente sobre el resul­
3. ASC
tado del duelo).
Y, nuevamente, inmovilización Continuó l . . . . , TlAR (las
de la dama. blancas, naturalmente, esperaban
esta jugada) 2. T8D (en respues­
3. . . . TlR ta a la inmovilización sigue una
contrainmovilización, pero . . . ) .

o 3 .
. A4A ; 4. A X D+ '
. ..

A x A ; 5. D3A y D6AD. 2. . . . DST+

4. A x D + TxA Una nueva inmovilización (sin


S. D8C + TlR l . R l A no existiría tal posibili­
6. DSC+ T2R dad), la última por esta vez (Ma­
7. DSD + cogonov-Chejover, Tbilisi, 1937).

Y las blancas ganan. Diagrama núm. 14

Detengámonos también en la
inmovilización recíproca.

Diagrama núm. 13

En esta posición, que ha teni­


do lugar en la partida Shamayev­
Ufimtzev (Leningrado, 1949), el
punto más débil de las blancas

23
es la casilla 2CD. Pero para al­ Examinen la posición. Salta a
canzar el éxito es preciso retirar la vista que el ataque de las
el caballo 3D. blancas decidiría el final del
¿ Será suficiente el procedi­ juego a su favor si no fuese por
miento más sencillo l , T x C? • . . .
la salida que tiene el rey negro
Debe tenerse presente que des­ por la casilla 2A. ¿Sería posible
pués de 2. P x T la dama se suma obligar al adversario a que ocu­
a la defensa de la casilla 2C. pe con alguna pieza la casilla
Resulta que sí es suficiente. indicada, privando de ese modo
Después de l . . , T x C; 2.
. .
al rey del único camino de es­
P x T desaparece el caballo, y la
cape?
dama, que se ha sumado a la de­
fensa, puede ser retirada con 2. l. CSR !
. . . , A4C.
La anulación de la defensa es Cubriendo la casilla 7A y
un motivo que tiene lugar prác­ amenazando con mate. De in­
ticamente en toda partida. mediato l. P6C no resolvía nada,
Y, finalmente, sobre el tema puesto que l. . . , D x P ; 2.
.

de bloqueo. Para tener una idea D4A + , P4D ! Por ello primero
más clara sobre este tema, exa­ era necesario evitar la posibili­
minemos algunos ejemplos clá­ dad de la jugada P4D.
sicos (Alekhine-Guiulsher, 1933).
l. . . . PxC

Diagranza núm. 15
De hacerse l. . , D x C, se
. .

conseguía el fin previsto con más


1 facilidad : 2. D x D, P x D ; 3.
P6C y quedaba controlada la ca­
silla 7A.

2. P6C! DxP

De este modo la dama ha sido


apartada de la diagonal 2T-8C
que ocupaba.

3. D4A+

24
Las negras están obligadas a preliminar. Es evidente que el
bloquear la casilla 2A, y con ello sacrificio real va acompañado de
queda resuelta la partida.
.

un mayor nesgo.
El lector seguramente se habrá Las distintas maniobras rela­
dado cuenta de que en toda com­ cionadas con los sacrificios pue­
binación tiene lugar el sacrificio. den originarse desde las prime­
Pero el sacrificio no sólo es un ras jugadas. Comparemos dos
elemento necesario de la combi­ aperturas : gambito de dama y
nación ; con frecuencia se emplea de rey.
también para lograr una decidi­ En el primer caso el sacrificio
da mejora de la actividad de las es ficticio, puesto que el desquite
p1ezas. se produce rápidamente, mien­
En condiciones de igualdad tras que en la segunda apertura,
posicional, mediante el sacrificio por regla general, no se esfuer­
se gana tiempo, y en la apertura zan por tomar el peón contrario.
se logra ventaja en el desarrollo. Apartado el peón negro del cen­
Y el desarrollo, debido al sacri­ tro, las blancas tratan de aven­
ficio, en unos casos conduce al tajar al contrario en el desplie­
ataque incontenible, y en otros gue de fuerzas, abriendo líneas
a una sólida ventaja posicional. a sus piezas.
El gran maestro R. Spielmann, Pero incluso en el caso de sa­
en su libro El arte del sacrificio crificios ficticios los cálculos no
-probablemente el único libro, siempre son tan sencillos.
hasta el momento, que trata ex­
clusivamente este tema-, ha Diagrama núm. 16
dado una clara definición de las
distintas clases de sacrificios, cla­
sificándolos en ficticios y reales. 1
¿En qué consiste su diferen­ ��
�-
�d/�
...

cia esencial ? El sacrificio ficticio


es el que se realiza por un tiem­ -�
�""�

po determinado y con una fina­ • "

lidad concreta. El sacrificio real


se realiza por un tiempo indefi­
nido y el jugador no puede pre­
ver con rigor todas sus conse­
cuencias ; únicamente podrá va­
lorarlas y establecer su finalidad

25
A esta posición se llegó en la (Moscú, 1 945). Sacrificando la
partida Tal-Suetín (Tbilisi, 1 969- calidad y una torre, las blancas
1 970), que prosiguió : fuerzan la victoria.

l . D x C! l. T X A+

Sacrificio de la dama, elimi­ Las blancas eliminan el alfil


nando al defensor de la casilla que protegía las casillas 7A y 7T.
2AR.
l . . .. PA x T
l . ... PxD
2. p X P + En caso de l . , R x T, la
. . .

partida se resolvía con 2. D3C + ,


Las negras se rinden. R3T ; 3. D4A + . R2C; 4.
D X P + . R 1T ; 5. C6A.
Si 2. . . . , R 1A, entonces 3.
A6T mate ; y si 2. . . . , R2D (2. 2. T7A + !
. . . , R 1 D ; 3. P8A-D + ), enton­
ces 3. ASAR + , R3A ; 4. A4R + Es un necesario complemento
con amplia ganancia de material. del sacrificio anterior. Las blan­
cas persiguen al rey negro, em­
Diagrama núm. 17
pujándolo hacia el centro.

2 • . . . RxT
3. D x PT + R3R

Si 3. . . . , R 1 A ; 4. C4A,
T 1 R - 1 A ; 5 . C x P + , R 1 R ; 6.
D8C mate.

4. D x PC + R4R
5. D7C + RxP
6. C6A + PxC
7. D x D

Las negras se rinden.


Otro ejemplo más complejo .
En este caso el cálculo de va­
Esta posición se registró en riantes es sensiblemente más
el encuentro Ragosin - Verosov complicado, pero de todas for-
26
mas el sacrificio es ficticio, aun­ resante ataque con sacrificio de
que sólo sea por el hecho de que dos piezas.
el juego lleva una marcha for­
zada y, al iniciar las operacio­ 1. RxA
nes de sacrificio, las blancas te­
nían una clara visión de su obje­ Si l . . . , Rl T, de todas for­
.

tivo final. mas 2. C5C ! y si se acepta el


Y ahora veamos una nueva sacrificio se produce mate : 2.
modalidad de sacrificio, que tam­ . , P x e ; 3. D5T.
. .

bién se da con bastante frecuen­


Cia. 2. eSC + R1e

Diagrmna núm. 18 También aquí la aceptación


del sacrificio conduciría a con­
secuencias irreparables : 2. . . .•

P x C; 3 . D5T + , R lC ; 4.
D X PA + , R l T; 5 . D5T+.
R l C; 6. p X P, C2R ; 7. D7A+.
R l T ; 8. R2A.

3. e x PA D1e
4. e x P + Pxe
5. D4C + RlT
6. T7A

Las negras se rinden.

Esta pos1C1on surgió en la Aquí también nos encontra­


partida Lisitzin-Ragosin (Lenin­ mos con complicadas combina­
grado, 1 934). ciones, pero éstas pueden ser
previstas con todo detalle. Por
1. A7T + ! ello este sacrificio se debe con­
siderar también ficticio.
Se sacrifica el alfil con la única Los sacrificios más frecuentes
finalidad de atraer el rey a la ca­ son los que tienen por finalidad
silla 2T. Y es precisamente esta frenar el desarrollo de las piezas,
circunstancia la que permite a impidiendo alguna jugada que
las blancas desarrollar un inte- las libera.

.,
_, ..,
Un sacrificio típico para fre­ Este pnmer sacrificio real­
nar el despliegue en la apertura mente es ficticio, pues tras l. . . ,
.

es el siguiente : l. P4R, C3AR ; p X e, sigue 2. D X p + D2R ;t

2. C3AD, P4D ; 3. P5R, CR-2D ; 3. D x C, compensando la pér­


4. P6R. Ahora, después de 4. . .. , dida rápidamente.
p X P; 5. P4D, C3AR ; 6. C3AR,
las salidas centrales de los alfi­ l. ' . . CxC
les negros quedan bloqueadas. 2. P x C AxP
Por ello, para evitar esta situa­ 3. A6TR + RlC
ción, en lugar de 5 . . . , C3AR,
. 4. T X A!
resulta mejor entregar el peón
3R jugando 5 . . . . , P4R. Segundo sacrificio. Era preciso
Examinemos ahora ejemplos eliminar el alfil negro, que do­
de sacrificios reales. minaba las casillas más vulnera­
bies de las proximidades del rey.
Diagrama núm. 19
4. . . . P xT
S. D x P TJA

Ahora, después de eliminar el


peón 6R, el rey negro tendrá sa­
lida hacia la casilla 2A y la
torre 1 T podrá entrar en com­
bate. Pero . . .

6. D X C!

Un nuevo sacrificio, esta vez


de la dama. Las negras están
obligadas a aceptarlo, puesto que
Esta situación se registró en si 6. . . . , T x P, entonces 7.
la partida Y. Gusev-Averbach A4AD ! , P x D ; 8. T l AR y des­
(Moscú, 1 946). En esta posición pués 9. A x T + .
resulta extremadamente difícil
predecir la posible evolución de 6 • . . . PxD
la partida.
Ahora la barrera defensiva del
l. C xP6A rey negro está definitivamente
28
desorganizada, y el mismo rey 12 • . . . D2R
está situado en una casilla de la 13. RlC D6T
que no puede moverse. 14. T2A D2R
15. TIA P4C
7. TlAR TlA
8. AlD TSA Las negras comprenden que
las blancas no repetirán jugadas
Es la única posibilidad de se­ y que, una vez situado su rey
guir la lucha� si 8 . . , D x P, en­
. .
fuera de peligro de jaque, irrum­
tonces 9. A3C, DXA; 10. PXD, pirán con la torre. Pero el avance
y las blancas, aprovechándose de
de peones no modificará nada.
que las negras están totalmente
16. PSA!
inmovolizadas, desplazan su rey
hacia el flanco de dama y ganan
fácilmente. Si 8 . . . , T2A, enton­
.
Es una marcha decidida. Las
ces 9. A3C, T2R ; 10. A5D, negras no pueden tomar el peón,
D l D, y la partida se decidiría aunque sólo sea porque 1 7. T7A,
con 1 1 . T7A, D 1 R ; 12. T x T, D6T ; 1 8. R3C, D X PA + � 1 9.
D x T ; 1 3. P4AD y las negras, R4C, D6TD ; 20. T7D.
por fin, están obligadas a aban­
donar el bloqueo del peón 6R. 16. . .
. D1D
17. P6A D2R
18. P7A
9. A3C P4CD
10. A x T PxA
Y las negras se rinden.

Las blancas. por el sacrificio La partida que sigue es m uy


de la dama, sólo ganan el alfil, instructiva, tanto por los nume­
pero la dama negra está conde­ rosos sacrificios reales como por
nada a permanecer en la primera la extraordinaria potencia y be­
fila. lleza del ataque.

11. P3C P4T RAVINSKY- PANOV


12. p X p Moscú, 1 943

No servía 1 2. P4C, puesto que 1. P4R P4AD


1 2. . . . , p X p ; 13. p X p. P6A. y 2. CJAR PJR
ganarían las negras. 3. P4D PxP

29
4. C x P C3AR Y se llega a la posición que
S. C3AD PJD ambas partes deseaban. Las ne­
6. P3CR C3AD gras aceptan el reto inúti lmente.
7. A2C A2D En esta posición era m ás razo­
8 0-0 PJTD nable 1 3 . . . . , A2R, y si 14. P3C,
entonces no 1 4. . . . , C X .Pf ; 15.
Las negras han realizado va­ C2T, P4R ( 1 5. .. , D4T; 16.
.

rias jugadas imprecisas en la P3AD) ; 1 6. A x C, PxC ; 17.


apertura sin preocuparse del de­ A2CD, con evidente ventaja para
sarrollo del flanco del rey. El las blancas, sino 14 . . . . , C3C.
contraataque iniciado con esta
jugada es continuación del mis­ 1 3. .. . C x PT
mo planteamiento erróneo.
El sacrificio del peón blanco
9 AJR T1A perseguía varios objetivos : En
10. D2R P4CD primer lugar, se pretendía ganar
1 1 . PJTD tiempo, ya que el caballo regre­
saría de todas formas a la casilla
Las blancas quieren evitar el SA, y preparar nuevos sacrificios
avance del peón a 5C. Pero aho­ con el fin de retener al rey negro
ra, después del inevitable movi­ en el centro.
miento del caballo negro hacia
la casilla 5AD, quedará amena­ 14. PSR PxP
zado el peón 3T debido a la po­ 15. C6A D2A
sibilidad de T x C. Las blancas 16. C x PR CSA
debían haber previsto todo esto. 11. e x A CxC
Además, están obligadas a pla­ 18. CSD D2T
near una rotunda respuesta. De 19. C4A
otro modo resultaría que no era
el plan de las negras el equivo­ Ahora la casilla 6R es tá cons­
cado, sino que sería el desplie­ tantemente amenazada. Lo me­
gue propio el que padecía serios jor era 1 9. . . . , D3C ; aunque
defectos. después de 20. P3C, C 5 A-4R ;
2 1 . A2C, las blancas sigu e n man­
11. . .
. C4R teniendo una fuerte presión.
12. TD1D CSA
13. AlA 19. . . . CSA-4R

30
Diagrama núm. 20 Forzado. En caso de 23 . . . ,
C3C, podía seguir 24. A5C,
T2A ; 25. A6AD + , R l A ; 26.
T3R.

Diagrama núm. 21

20. T X C! C xT

Si 20. . . . , D x T, entonces 2 1 .
n x e, T x P ; 22. A3R.

21. e x P! 24. P4CD! C1A?

Nuevo sacrificio, lógicamente Resulta una posición crítica


relacionado con el anterior, que para poder evaluar si es o no
conduce a la desorganización de correcto el ataque de las blan­
la barrera de peones del rey cas y, en consecuencia, si han
negro. sido o no correctos los sacrifi­
cios. Después de esta jugada las
21 • . . . PxC negras pierden, aunque no de
22. D x P + A2R forma clara.
Debe examinarse la aceptación
O 22 . . . . , R l D; 23. A5C + , del nuevo sacrificio : 24. . . . ,
R2A (23 . . . . , C3A ; 24. T l D + ) ; D x P, aunque esta jugada su­
24. D6A + , R lC ; 25. A4A + , ponga cambio de alfiles en la
T2A ; 26. A x T, D x A ; 27. casilla 5C, que era el objeto de
D8T mate. la jugada 24. P4CD.
La variante principal sería: 24 .
23. T1R D4A . . . ' D X PC ; 25. A5C, D X T + ! ;

31
26. D X D, C3A ; 27. D6R, 28. DlD + !
T x P ; 28. A6 A + R l A. Ahora
,

las blancas pueden tomar varios Es lo más exacto. Sería me ­


peones o ganar calidad, pero las nos claro 2 8. D4A + D4R ; 29.
,

negras aún disponen de medios A7R + , R3R ; 30. A3T +, R4D.


para resistir. Por ejemplo : 29.
D8A + , R2A ; 30. D X T, T X A;
28. . . . R2A
31. A X C, A X A ; 32. D X PT,
29. A4A + R3C
T5A
30. D6D + R2T
.

Las blancas quedaban en ven­


31. D7R + T2A
taja, pero aún era necesaria una
32. A x T
complicada lucha. Esto confir­
ma una vez más que los sacrifi­
cios de las blancas no eran fic­ Es un pequeño error que, sin
ticios, sino que, de acuerdo con embargo, no influye sobre el re­
la clasificación adoptada, eran sultado. 32. A3R + , conducía a
verdaderamente reales. mate en tres jugadas.

25. D4C! D6A 32 . . . . D8T +

En caso de 25 . . . . , D2AD. se­ Si 32 . . . . , C3C, entonces 33.


guiría el mismo sacrificio de to­ A6C + .
rre : 26. T x A+, D x T ; 27.
D x T + , R2A; 28. A5D + . 33. AlA C3C
R 3A ; 29. D3A+ ! . 34. OSA + R2C
35. AST TlAR
26. T X A+ ! RXT
27. ASC + R3D
O 35 . . . . . T l AD ; 36. D6C + .
R l T ; 37. D x PT + . R lC ; 38.
No servía tampoco 27. . . . ,
A7A+.
RIR, puesto que 28. D2R + ,
R2A ; 29. A5D + , R3C ; 30.
D4R+, R X A; 3 1 . D4A + , 36. D6C +
R4T ; 32. A7 A + , P3C ; 3 3 .
D4T mate. Las negras se rinden.

32
3. DERROTA EN LA APERTURA

¿Ataque ya en la apertura ? 3. A4A CJAD


¿No es esto una contradicción 4. PJAD ASC
con el principio anteriormente S. DJC?
señalado, de que el ataque sólo
puede tener lugar después de Las blancas orientan su juego
una preparación cuidadosa y pla­ al a taque de la casilla 7 AR. la
neada ? más vulnerable del dispositivo
No, no lo es. Si uno de los enemigo. Pero recordemos nues­
contricantes no se atiene a los tros primeros pasos de ajedre­
principios de la lucha ajedrecís­ cistas. ¿ Quién de nosotros no
tica y comete graves errores en anunció a su enemigo aún me­
la fase de la apertura, deberá nos experimentado el llamado
responder de ellos inmediata­ « mate pastor» en la casilla
mente. 7AR ? Pero más adelante, al tro­
Examinemos algunos ejem­ pezar con una defensa correcta,
plos. ya no repetíamos tal ataque apre­
Ante todo consideremos la in­ surado, puesto que nos había­
fracción del principio de un des­ mos convencido de que no con­
pliegue rápido o el movimiento ducía a nada positivo.
reiterado de una misma figura. Tampoco da ningún resultado
positivo el ataque directo en esta
DEFENSA PIDLIDOR partida. La doble amenaza sobre
7 AR y 7CD es aparente.
RUDZINSKY - ALEKHINE
París, 19 13 5 • . . . D2D

l. P4R P4R Queda defendida la casilla


2. CJAR PJD 2AR y después de 6. D x P,

33
2 - Ataques al rey
T 1 C, las negras, a cambio del El rey negro sólo puede ser ame­
peón, obtienen una gran ventaja nazado por la dama, mientras
posicional. que el blanco está amenazado
por fuerzas superiores. Esto es
6. ese decisivo.

Insistencia al borde de la ter­ 10 . .


. . DSAD!
quedad. 11. P3A AxP
12. p X A CSD!
6• . . . e3T
7. A X P + CxA
Las negras atacan con pocas
8. C x C DxC
fuerzas, pero los efectivos defen­
9. D x P R2D
sivos son aún inferiores. Si 1 3 .
10. D x T
P x C, D x A + y 14 . , D x T,
. . .

las amenazas negras son irresis­


Diagrama núm. 22 tibles. Las blancas intentan re­
forzar sus efectivos de combate,
pero resulta demasiado tarde.

13. P3D DxP


14. P x e A2R

Doble amenaza.

15. D X T ASf mate

El descuido del desarrollo ar­


mónico de las fuerzas, las prisas
Las blancas han ganado cali­ por adquirir ventaja material a
dad y dos peones, pero llevan costa de la movilización rápida
un retraso irremediable en el de las piezas. todo condujo a la
desarrollo y su rey quedó atado derrota de las blancas.
en el centro. Es cierto que el rey El ataque de las blancas a la
negro también quedó en el cen­ casilla 7 AR ha tenido un peno­
tro, pero hay una gran diferen­ so final. No obstante. esta casilla
Cia entre ambas disposiciones. exige una atención continua.

34
DEFENSA SICILIANA Diagrama núm. 23

FISCHER - RESHEVSKY
Estados Unidos, 1958

l. P4R P4AD
2. C2R CJAD
3. CDJA P3CR
4. P4D PxP
s. e x P A2C
6. AJR CJAR
7. A4AD 0-0
8. A3C C4TD?

Sin haber concluido el desarro­


llo las negras inician el contra­ 10. A X P + !!
ataque. Era preciso 8 . . . , P3D .

para evitar el avance del peón El peligro para las negras es­
a 5R, y sacar el alfil de dama. taba donde menos lo esperaban :
la casill a 7AR, amenazada por
9. PSR! una sola pieza, estaba defendida
por dos, pero todo consiste en
Las blancas aprovechan inn•e­ que al eliminar el peón 2AR
diatamente la posibilidad brin­ (eliminación de la defensa) se
dada por las negras. debilita l a casilla 6R.
Ahora, si 1 0 . , T x A ; 1 1.
. . .

9 • . . . C lR C6R ! las negras pierden la da­


ma, y si 1 0 . . . , R x A, entonces
.

Es una falta total de atención. 1 1 . C6R ! . R x e ; 12. D5D + ,


Las negras aún no han capta­ R4A ; 1 3. P4C + , R x P; 14.
do las intenciones del contrario, TIC + , es mate inevitable.
de otro modo se conformarían Todo cuanto se ha dicho sobre
con : 9 . ' e X A ; 1 0. p X e6A,
. . . la casilla 7AR, se refiere tam­
ex T ; 1 1 . P x A, e x P ; 1 2. bién en el mism o grado a la
D X e, c omo lo había hecho 2AR.
Shamkovich contra Bastrikov Debe dedicarse especial aten­
unos meses antes en el torneo ción al movimiento de peones
de Sochi. del enroque. Los descuidos, en

35
estos casos, conducen a lamenta­ Diagrama núm. 24
bles consecuencias, como ocurre
en el ejemplo siguiente.

DEFENSA HOLANDESA

GRONFELD - TORRE
Baden-Baden, 1925

l . P4D P3R
l. C3AR P4AR
3. P3CR C3AR
4. AlC P4D
5. 0-0 A3D
6. P4AD P3A
7. DlA 0-0 El castigo (ataque) por me­
8. P3C CSR nospreciar los principios estra­
9. A2C tégicos (debilitación de posición)
no se hace esperar.
Merecía atención 9. A3TD,
con cambio de alfiles y dominio
11 . . . . CxC
de la casilla SR.
12. PD x C

9. . . C2D
A 1 2. PA X e la respuesta se­
.

10. CSR D3A


ría 1 2 . . . ., C5C ; 1 3. P5R, D3T;
14. P3TR, C6R; 1 5 D2D, .

Hasta este momento ambos e X T, y las negras ganan ca­


jugadores desarrollan sus piezas lidad.
en combinación con la lucha por
el centro del tablero. Las negras
12. . . . A4A +
por lo menos han logrado nive­
13. RlT CxP +
lar el juego, y las blancas debían
obrar con cuidado. Pero decidie­
ron expulsar de inmediato al ca­ Y las blancas reciben mate.
ballo y menospreciaron la debi­
litación de la posición de su rey. Y he aquí las consecuencias
de una actividad injustificada en
1 1. P3A? la apertura.

36
DEFENSA ESeANDINA V A D x P, y en el caso de 10 . . , . .

RA VINSKY - BEBCHUK A X P. la respuesta sería 1 1 . ese.

Moscú, 1 964
Diagrama núm. 25

l. P4R P4D
2. P x P DxP 1 �///,..!� •

1. . �

3. e3AD D1D

� �
%,_,_% i •
� -�
�/m%

Hubiera sido más eficaz 3 , . . . . jj) i


D4TD. No obstante, las blancas
deben actuar enérgicamente, pues
de lo contrario no podrán apro­
vechar la pérdida de tiempo de
Jas negras.

4. P4D P3CR
5. A4AR A2e
6. e3A ASe
11. PSD!
Las negras hacen un juego Las blancas han evolucionado
agresivo. Pero ¿ tienen motivos muy bien y por ello la brecha
para ello? No, ninguno. Han en el centro es oportuna.
perdido tiempo en retroceder con
la dama, mientras que las blan­ 11 • . . . PxP
ca s realizaron varias jugadas úti­ 12. e x P exe
Jes, por ello lo correcto sería 6 .
13. TR1R + RlA
. . . , C3AR, y seguidamente en­
Si 1 3 . . . . , CD2R, entonces 14.
rocar, alejando el rey del centro.
A x C.
7. A4AD P3R
14. T x e D3A
15. D3T + RlC
Ya se impone la necesidad
16. ASCR DxP
de contrarrestar la amenaza 8.
A x P+.
17. TIA

8. P3TR Axe Y las negras se rinden. Des­


9. D x A C3AD pués de 17. , D x P; 18. T2D,
10. 0-0-0 CR2R las negras pierden la dama.
También es frecuente que una
A 10 . . . . , eX P, seguiría 1 1. po s ición de enroque, sólida a

37
primera vista, de pronto se vea del flanco del rey. Entre tanto
amenazada incluso en la fase de han perdido mucho tiempo en
iniciación de la partida. ¿ Cómo maniobras de las piezas en reta­
puede ser? A menudo la causa guardia, y ya era el momento de
es la excesiva valoración de su tomar medidas adecuadas para
seguridad. la defensa. Hubiera sido m á s
efectivo 1 O , A5C.
. . . .

DEFENSA UFIMTSEV
1 1 . PT X p PT x P
MAKAROV - SCHMID 12. CSCR PxP
Riga, 1964 13. PD X p A4A
14. D3A DlA
l. P4D P3CR
2. C3AD A2C Amenazaba 1 5 . A x A y 1 6.
3. P4R P3D D3T. Si 1 5 . . . . , A x A, también
4. P4AR C3AR seguiría 1 6. D3T. En la colum­
S. C3A 0-0 na de la torre tampoco salvaba
6. PSR ClR del ataque a la jugada de la par­
tida.
Era mejor 6 . , CR2D, y des­
. . .

pués P4AD, intentando desorga­


15. A X A DxA
nizar el centro de las blancas.
16. P4CR D x PAD

7. A3R P3AD
8. A3D C2D Diagrama nú1n. 26
9. P4TR . ..

Aprovechándose de la posición
cerrada de las negras, las blan­
cas inician un ataque decidido
al rey.

9. . .
. C3C
10. PST C2A

Las negras no presienten el


peligro que se cierne sobre ellas
y retiran el caballo de la defensa

38
Las negras tenían grandes es­ ra que sea la forma en que se
peranzas en esta jugada. Ahora tome la torre, se decide la par­
a 1 7. D3T, la respuesta sería 1 7 . tida con 1 8. D3T.
. . . , TR l D, lo cual dejaría libre
la casilla l A para el rey, pero De este modo, en los ejemplos
las blancas no les dan esta po­ que hemos expuesto en este ca­
sibilidad. pítulo, se observa que el éxito
del ataque ha sido posible de­
17. T8T + !
bido a infracciones, por parte
Y las negras se rinden. No es del contrario, de los principios
posible evitar el mate. Cualquie- estratégicos de apertura.

39
4. EL DOMINIO DE LAS COLUMNAS
CENTRALES

A veces resulta imposible es­ contricantes logra situar en ellas


tablecer la diferencia entre el sus torres.
ataque en la apertura y el ata­ Examinemos algunos ejem­
que al rey retenido en el centro. plos, dedicando especial atención
Todos sabemos que el rey se en­ a las causas que facilitaron el
cuentra más seguro en los flan­ éxito del ataque.
cos, y, por ello, es lógico el deseo
de enrocar. Además, el enroque DEFENSA SICILIANA
facilita el desplazamiento de to­ N. GUSEV - CRUTIJIN
rres hacia las columnas centrales. Moscú, 1 9 63
Pero el enroque no siempre
resulta posible. Naturalmente, el l . P4R P4AD
hecho de que el rey no haya en­ 2. eJA R eJAD
rocado, no implica necesaria­ 3. P4D PxP
mente que será atacado. En el 4. e x P C3AR
caso de centro de peones estable S. eJAD P3R
y cerrado, por ejemplo, la posi­ 6. A4AR ASC
ción más segura del rey puede 7. e x e Pe x e
ser precisamente el centro. 8. A3D P4D
Pero, repetimos, sólo algunas Ahora el en roque será difícil.
veces. Por norma general, el rey Otra pos i b i l idad era 8 , D4T;
. . . .

que ha quedado retenido en el ó 8. , P3 D.


. . .

centro se encuentra en serios pe­


ligros, especialmente cuando se 9. PSR e2D
abren columnas y uno de los 1 0. D4C AlA

40
Está claro que las negras ten­ más importante es ia eliminación
drán que conformarse con la idea del peón SR, pero preparan un
de que su rey quedará retenido golpe combinativo.
en el centro durante mucho tiem­
po o hasta el final. 13. D x PR + ! P xD
14. A6C + R2R
1 1 . 0-0 P4TR 15. A X P+ C3A
16. A x C +
Solución errónea. Al quitarle
a las piezas blancas unas casi­ Y las blancas ganan.
llas, las negras les proporcionan
otras y, al mismo tiempo, su po­ El ataque de las blancas ha
sido impetuoso y ello fue debido
sición es más comprometida. En
estos casos la mejor solución es a que las negras debilitaron brus­
camente su propia posición. Nor­
el contrajuego en el flanco opues­
to, con objeto de atraer hacia él malmente todo resulta más com­
las fuerzas del enemigo. Debía plicado ; para retener al rey
enemigo en el centro es impres­
ser considerada la jugada 1 1 . . . . ,
C4A, y, después, D3C o T 1 CD .
cindible jugar con exactitud y, a
veces, se preci san esfuerzos he­
1 2. D3T P4C? roicos, acompañados de conside­
rables sacrificios.
Diagrama núm. 27 Examinemos la posición que
se creó en la partida Steinitz­
Bardeleben (Hastings, 1 895).

Diagran1a núm. 28

La agresividad es totalmente
inoportuna. Las negras han lle­
gado a una decisión correcta : lo

41
La apertura está prácticamen­ podría hacerse 1 5. D2R, T2D ;
te concluida a falta del enroque 1 6. C5R. A 1 6. . . . , T3D, las
de las negras. blancas pueden responder 1 7.
Steinitz trazó un plan concre­ C6C, T 3R ; 1 8. C4A, T X D ;
to : detener al rey negro en el 19. C x D .

centro cueste lo que cueste. El


plan en sí no tiene nada de ori­ 1 4. . . . P3AR
ginal, pero su materialización Al perder las esperanzas de
presenta un gran interés. enroque natural, las negras tra­
tan de realizarlo artificialmente
1 1 . A X C! y abren paso al rey.

Aprimera vista, esta jugada 15. D2R D2D


no encaja con la idea general so­ 16. TOlA P3AD
bre el ataque, según la cual todo
¿ Por qué no jugaron las ne­
cambio lo debilita. Pero en de­
gras R2A? Probablemente su­
terminadas condiciones son pre­
ponían que esta jugada se podría
cisas tales soluciones.
hacer en otro momento y deci­
dieron asegurarse de posibles
11. . . . A X AR
contrariedades en la columna de
AD. También es posible que a
Si 1 1 . . . . , A x AD ; 1 2 . A x A,
las negras no les gustara el final
PxA; las negras se
1 3 . D3C,
1 7. D x C + . D x D ; 1 8. T x D + .
verían en dificultades para de­
R x T ; 1 9 . T x P + En honor a
fender el peón 3 R .
.

la verdad, indicaremos que este


final no está muy claro. Es más
12. e x A DxC
probable que Bardeleben temie­
13. A A X CxA
se un ataque con sacrificio del
1 4. TlR
caballo. Por ejemplo 1 7 . C5C + .
p X C ; 1 8 . D3A + . R 1 R ( 1 8 . . . . ,
Queda aclarado el sentido de
R3c ; 1 9 . T x P. ó 1 8 . . . R 1 e ;
los cambios. La pieza clavada
. •

1 9. D x PC, amenazando 20.


en la columna de rey no permite
D3C + ) ; 1 9 . T5A !
el enroque. No vale tampoco 1 4 .
. . . , D3D, puesto que 1 5 . D2R. 17. PSD!
Y si 14 . . . . , T 1 D (con idea de
mover T2D), además de 1 5 . Echando leña al fuego del apa­
D4T + con ganancia de peón, rentemente apagado ataque. Las

42
negras están obligadas a acep­ decisivo, se precisan medidas de
tar el sacrificio ; de otro modo, gran efectividad. Debe indicarse
después de 1 8 . P x P quedarán que un buen ajedrecista valora
en mala posición con equilibrio tales situaciones no cuando se
material. producen, sino con mucha anti­
cipación al momento en que se
1 7. p X p presentan en el tablero.
1 8. C4D
22. T X C + !
El caballo tiene ahora una si­
tuación óptima y amenaza con Precisamente es ésta la com­
la jugada mortal 1 9 . C5A. binación que tenían en mente las
blancas cuando iban a todas es­
18 . . . . R2A
tas complicaciones. Está claro
19. C6R TR-l AD
que la captura de la torre con­
Contrarrestando así la amena­ duce a la derrota inmediata : 22.
za 20. T7A. . . . , D X T � 23. T X T + ' ó 22 . . . .
.

R X T ; 23. T l R + ' R 3 D ; 24.


20. D4C P3CR D4CD + . R2A (24 . . . . , T4A ;
21. CSC + RlR 2 5 . T6R + ) ; 25 . C6R + , R l C ;
26. D4AR + . T2A ; 21. e x T.
Diagrama núm. 29 Pero las negras tienen una res­
puesta imprevista, que plantea
nuevas d ificultades al adversario.

22 . . . . R1 A !

Las negras tienen un caballo


de menos, pero las piezas blan­
cas están todas bajo fuego.

23. T7A + !

¡ Bonita jugada ! Nuevamente


no se puede tomar la torre,
puesto que 24. T x T + .
La dama y caballo blancos es­
tán a tiro. Se llega al momento 23 . . . . RlC
en que, para lograr un cambio 24. T7C + !

43
Los motivos siguen siendo los retener al rey en el centro es el
mismos ; ahora el rey no puede sacrificio de caballo en la ca­
retroceder a la casilla 8A, pues­ silla 5D.
to que 25. e X P + . A la posición que sigue se
llegó en la partida Lepioshkin­
Yurcov (Moscú, 1 963).
24. . . . R1T
25. T X PT + R1C
Diagrama núm. 30
26. T7C +

La torre repite su movimiento 1


y se mueve en dirección opuesta.
Ha sido eliminado el peón 7T
y ahora a las blancas se les pre­
senta la posibilidad de dar jaque
por la columna abierta de la
torre. Esto, por fin, obliga a las
negras a aceptar el sacrificio de
torre, después de lo cual se ini­
cia un nuevo capítulo de una
apasionante aventura ajedrecís­
tica.
A las negras les quedaba por
26. RlT jugar A2R para completar el
27. D4T + RxT desarrollo y enrocar. Pero el cen­
28. DTf + R1A tro no está cerrado y deben de
29. D8T + R2R tomar en consideración el avan­
30. D7C + R1R ce de peones a 5R y 5AR .
31. D8C + R2R
32. D7A + R1D 10. T1R
33. D8A + D1R
Tratando de impedir la juga­
34. C7A +
da 1 0. . . , A2R ; a la que se­
.

guiría 1 1 . P5R, y las negras no


Y en la siguiente jugada las pod rían responder con 1 1 . . . . ,
blancas dan mate. C4D.

Uno de los procedimientos que 10. C3C


se emplean con frecuencia para 11. P4TD

44
Antes de iniciar acciones de­ De otro modo, el caballo e n
cisivas en el centro conviene de­ 6A frenaría la evolución de to­
bilitar los peones enemigos en das las piezas negras.
los flancos.
15. p X A+ RlA
11. PSC 16. PST!

Y he aquí la utilidad de la
Diagrama núm. 31
jugada 1 1 . P4TD, que aparente­
mente no amenazaba al rey
negro.

16. . . . C1A
17. P4AD A2R

Era necesario desarrollar las


piezas; pero ¿es conveniente si­
tuar el alfil en 2R? Resulta dudo­
so. Era mejor avanzar el peón de

dama a 4D. Después de 1 8. A3R,


A3D (mala jugada la 1 8. . . . .
P x PA, puesto que 1 9. A6C + ,
C x A ; 20. P x C + . R x P ; 2 1 .
1 2. CSD!
P7A); 1 9. P x P, TlR, y las ne­
gras tienen más posibilidades de
Es un típico sacrificio de pieza organizar la defensa, puesto que
menor con objeto de abrir la co­ los peones blancos quedan in ­
lumna de rey. movilizados y han sumado la to­
rre a la labor defensiva.
12 . . . . PxC
13. p X P+ R2D 18. PSAR P3C

Mala jugada 1 3 . . . . , A2R, Clamaba 18. . . . , TlR, pero


puest o que 14. C5A, C lA ; 15. ahora esta jugada no tenía ya
C X P + , R lA ; 1 6. C5A, y las tanto valor, puesto que las blan­
blancas mantendrían el ataque cas responderían con 1 9. A4A.
tomando el segundo peón. AlA ; 20. D4D, y la posición
negra se vería amenazada con
14. C6A AxC P5AD.

45
19. D4D T1R Esta jugada merece especial
atención. Aparentemente la po­
Las piezas blancas apuntan al
sición de la dama en 5AD y de
rey enemigo. Se puede mejorar
la torre en I D era ideal. Pero,
la posición del alfil y de la torre,
¿ y después ? La casilla 6D está
pero, en primer lugar, esto re­
muy defendida por las negras, y
quiere tiempo, y en segundo lu­
las torres controlan el flanco de
gar, aún no está claro dóndo se­
dama impidiendo la penetración
rán más necesarias. Por ello las blanca.
blancas inician inmediatamente
De aquí, una conclusión que
el ataque, abriendo columnas y surge con frecuencia durante el
diagonales.
ataque : la modificación de la si­
20. PSA! P x PAD tuación exige una redistribución
21. T X A+! de las piezas. La defensa ha re­
chazado unas amenazas, pero al
Probablemente las negras con­ hacerlo ha creado otros puntos
taban con 2 1 . A4A + , A3D, y débiles, abrió otros caminos. En
no han tenido en cuenta la po­ este caso, la defensa ha precisa­
sibilidad de sacrificio de calidad. do el desplazamiento del cen­
21 • . . . DxT tro de la torre, y por ello es pre­
22. A4A + C3D cisamente en el centro donde
23. D x PA TR-1CD ahora existen posibilidades de
24. T1D C3A-1R un nuevo golpe. La j ugada 25 .
D2AR precisamente prepara el
Diagrama núm. 32 camino a la torre para que ésta
ocupe la columna de rey.

25. . . . pXp
26. TlR DlD

Si 26 . . . . , D3A, entonces 27.


T X C, T X T ; 28. D6C + .

27. D4D

La dama ha cumplido su mi­


sión en la casilla 2AR y ahora
regresa al centro.
25. D2AR 27 . . . . C3AR

46
28. TlD C3A-1 R A esta posición se llegó en va­
29. TlR rios torneos. Examinemos su de­
sarrollo sucesivo ; por ejemplo,
Las blancas ganaban tiempo
en la partida de Petrosian contra
repitiendo jugadas o, por el con­
Bertok (torneo interzonal, 1 962).
trario, no encontraban una so­
lución correcta. Aunque las ne­
gras ya no regresan con el caba­ 1 5. CSD!
llo a 3A, puesto que 30. D X e + '
D x D ; 3 1 . T7R + , R 1 D ; 32. Nuevamente el mismo proce­
A x D, y esto no resuelve nada. dimiento, cuya finalidad es rete­
29 . . . . D3A ner al rey enemigo en el centro.
30. D X D C xD Por norma general, estos sacri-­
31. T7R + R1A ficios son bastante problemáti:­
32. A xe T4C cos, y si la defensa se realiza con
33. T X p exactitud, no proporcionan ven­
tajas considerables. Pero una
Y las blancas ganan con faci­
cosa está clara, y es que plan­
l idad.
tean a las negras el difícil pro­
Y he aquí otro ejemplo en que blema de rebatirla casi con ju­
el típico sacrificio de caballo en gadas únicas. En una palabra,
la casilla 5D, aunque no fue tales sacrificios están plenamente
aceptado, permitió a las blancas justificados y conducen a situa­
situar la pieza en un punto fa­ ciones críticas.
vorable. Esta partida es una excepción
Diagrama núm. 33 de la regla, pues, en ella, el
sacrificio es realmente ficticio,
puesto que su aceptación por
parte de las negras conduciría a
estas últimas al desastre. Por
ejemplo : 1 5. . . . , p X C ; 1 6.
p X P + ' R1A ; 1 7. P6D T 1 R,

(ó 1 7 . . , A X P ; 1 8. T l T- l D) ;
. .

1 8. A 7R + R 1 e ; 1 9. A x P + ,
.

R X A ; 20. C5e + , R3C ; 2 1 .


D x C.

1 5. . . . D4T

47
Era mejor 1 5 . . . , A X e ; 1 6.
. en este caso surgían dificultades
p X A, P4R ; 1 7. A4TR, 0-0, y técnicas. Ahora las blancas, des­
las negras, aunque en peor posi­ pués de contrarrestar el peligro
ción, pueden defenderse. que se cernía sobre el peón 2A,
tntctan un ataque decisivo.
16. T1 AR TlAD
24 . . . . AxA
No se puede enrocar, puesto 25. T X A D3A
que 17. e7R + , A x e ; 1 8. 26. D4C R2R
A x A, e5e-4R ; 1 9. e x e, 27. TD-1R P4A
e x e ; 20. A x T, e x T ; 2 1 .
A x PC. No valía 27 . . . , C4A, puesto
.

que 28. D5C + . R 1A ; 29. T l D,


17. C4AR CSC-4R
D2A ; 30. T3AD.
18. e x e CxC
28 p X p a. p. + p X p
19. T3T CSA
29. D3T P4A

El enroque bajo el fuego de


A 25 . . . . , C4C, Petrosian tenía
todas las figuras blancas resul­
preparada la siguiente respuesta:
ta evidentemente peligroso. Por
30. T x P + . R l A ; 3 1 . T x P + .
ejemplo, 20. e X P, p X e ; 2 1 .
D X T ; 32. D X T + . A X D ; 33.
A x P + , e2A ; 22. D4e, amena­
T8R + . R x T ; 34. e x o + .
zando con 23. A6A ó 23. D4T.
R2A ; 35. e x T.
20. T1D D3C
30. P3A C4C
21. CST T1CR
31. D X p TD1A
12. T3T-3D C3D
13. PSR CSR ó 31. . . . • e x P + ; 32. T x c.
14. A3R
32. T X P+ exT
Esta decisión de las blancas 33. T x C + R1D
indica la flexibilidad de su plan 34. D3D +
de ataque. Después de impedir
el enroque de las negras, pasan Y las negras se rinden.
a un activo juego en el centro.
También podría haberse jugado El ataque en el centro con fre­
24. T8D + , T x T ; 25. T x T. cuencia se combina con golpes
D x T ; 26. A x D. R x A, pero en los flancos.

48
Diagrama núm. 34 Debe tomarse. En caso de 1 5 .
. . . , T 1 A, las blancas realizan la
idea de apartar la torre, pero
con menor pérdida : 1 6. D5T + ,

D2A ; 17. T8D + , T x T ; 1 8.


C x P+ .

16. DST + D2A

Si 1 6. . . . , C3C, entonces 1 7.
T x T + , A x T ; 1 8. e x e, D2A;
1 9. D4e.

17. T x T + A xT
18. T8D + RxT
Esta posición surgió en la par­ 19. D x D PxC
tida Spassky-Taimanov (Moscú,
1 965). La última jugada de las Las negras han perdido la da­
negras ha sido 14. . . . , P4CR . ma, pero disponen del material
Sus intenciones están claras : equivalente. Sin embargo, su po­
dado que el caballo no tiene ha­ sición « se resquebraja por todas
cia dónde retroceder, parece que partes », y para defenderse deben
deberá jugarse 1 5. D5T + , pero hacer considerables concesiones.
la simple jugada 1 5 . . . . , D2A, Al decidirse a los sacrificios, las
contrarresta la amenaza. ¿No blancas han debido de calcular
sería posible alcanzar ventajas sus posibilidades en esta posición
más reales por medio de jaque y evaluar con exactitud todas las
.
en 5T? consecuencias.

t5. e x P! 20. D x PA TIC


21. P3AR P6T
Se sacrifica el segundo caballo 22. P3C RlR
con el fin de apartar la torre, 23. D x P T3C
por todos los medios posibles, 24. D x PC + AJA
de la defensa de la casill a 80, 25. D8C + R2A
y entonces el inofensivo jaque 26. D x P
en 5T irá cargado de veneno.
Y las blancas aprovecharon
15. ... PT x C su ventaja.

49
La defensa enemiga a veces es mente. De otro modo, las negras
tan sólida que los ataques lentos hubiesen contestado inmediata­
no conducen a nada positivo. En mente con 1 6 . . . . , ese. A esta
estos casos, el atacante debe ha­ jugada las blancas tenían pre­
cer uso de los sacrificios, a fin vista la siguiente evolución de
de abrir brechas en las filas de­ acontecimientos : 1 7. P x PC,
fensivas enemigas. A4A + (mala jugada 1 7. . . . ,
PT x P, a causa de 1 8 . T x P,
Diagrama núm. 35 A4A + ; 1 9. A X A, D X A + ;
20. T2A) ; 1 8. A X A, D X A + ;
1 1 9. R 1 T, PT x P ; 20. P3TD (si
20. T X P, e X A ; 2 1 . D X P, en­
tonces 2 1 . . , e X PR), e X A ;
. .

2 1 . p X e , y aunque las blancas


están en ventaja, aún queda mu­
cho juego.

17. D7C TIA


18. A x PA PSD

Está claro que no se puede


tomar el alfil, puesto que 1 9.
e x P, con la terrible amenaza
A esta posición se llegó en la 20. C7A + . En caso de 1 9 . . . . ,
partida Lútikov-Sajarov (Alma­ A1D ; 20. A x A, si se toma con
Ata, 1 969). la dama, entonces 2 1 . T I T- 1 D,
y después 22. C6A + ; y si 20.
16. PSA!
. . . , e X A, también es suficiente
2 1 . C6A + , R2R ; 22. D5C.
Avance de peón, típico en ta­
les posiciones, que constituye la
19. A x PT
señal de un ataque decidido.
Eliminando así la defensa de
16 . . . . PC x P la casilla 6C.

Probablemente ambos conten­ 19. ... PxC


dientes habían previsto las suce­ 20. TxP TxT
sivas complicaciones combinati­ 21. A6C CxP
vas, pero las valoraban distinta- 22. DxC

so
Es lo más sencillo . Después DEFENSA FRANCESA
de 22. A X T + ' e X A ; 23.
TAL - ZAITSEV
D8C + , A l A ; 24. TlAR, R2R ;
Moscú, 1 969
25. T x C + , R3D, el rey se esca­
paba del mate, pero su situa­
ción, de todas formas, es inde­ l . P4R P3R
seable. 26. D3C + , R3A ; 27. 2. P4D P4D
A2A, y las blancas mantienen 3. C2D P4AD
su peligroso ataque. 4. CR3A C3AD
S. PR x P PR x P
6. ASC D2R +
22 • . . . DSA
23. A x T + RxA
24. TIA + R3C Está claro que la dama se ha
25. A4D D xT+ situado en mal lugar, pero no
tiene intención de permanecer en
él, pues las blancas deberán de­
ó 25 . . . . , TlCR ; 26. D4R + .
cidir entre el cambio de damas
o la cobertura con el alfil ; por
26. R x D TIA + tanto, no hay pérdida de tiempo.
27. RIC P xP
28. A x P TICR
7. A2R D2A
29. D7A TID
8. 0-0 pXp
30. D3C + R4A
9. C3C A3D
31. DSR +

Es una jugada natural, activa


Las negras se rinden.
y. . . mala. ¡ Es mala porque es
activa ! Hay posiciones en las
El contraataque es la mejor que, ante todo, hay que pensar
forma de defensa, pero una ac­ primero en la seguridad y des­
ción inoportuna por parte del pués en crear contraamenazas.
defensor antes de completar su ¿ En qué consisten los defectos
despliegue, y en caso de centro del alfil en la posición 3D? En
abierto, es muy peligrosa. que aumentan la acometividad
En estos casos, el factor deci­ del caballo 3C y queda descu­
sivo y el que dará los frutos de­ bierta la columna del rey. Me­
seados es la mejor distribución recía atención 9 . , C3A, y des­
. . .

de fuerzas. pués 1 O . . . . , A2R.

51
10. CD x P P3TD t4. o x e CxA
11. P4AD!
Diagrama núm. 36
Las blancas se han desarrolla·
do mejor, el rey negro quedó re­
tenido en el centro y, por ello, la
apertura de juego es conveniente
y oportuna.
Ahora no se puede jugar 1 1 .
. . . , P x P, puesto que 1 2. A x P.
cR-2R ; 1 3 . e x e, o x e ; 1 4.
D3C, y si 14 . . . . , 0-0, entonces
15. ese, quedando amenazada
la casilla 7A. También resulta
mala la inmediata jugada 1 1 .
. . . , CR-2R, puesto que 12. P x P.
C x P (ó 1 2 . . . . , C5C ; 1 3 . 15. D X p
D4T + , A2D ; 1 4. CD5C, D 1 C ;
1 5. C x A + , D x C ; 1 6. D3C. Tal nunca deja pasar la posi­
con evidente ventaja para las bilidad de tales sacrificios. Las
blancas) ; 1 3. A4AD, y las ne­ negras deben olvidar el enroque
gras se encuentran seriamente corto, y ahora el único proble­
amenazadas, puesto que no les ma es lo que puedan tardar las
resulta nada fácil el enroque. blancas en ocupar con una torre
Por ejemplo: 13. . . . , CD-2R ; la columna del rey.
14. D4T + , ó 1 3 . . . . , CR-2R ;
14. D3e, amenazando a 7A. De 15 . . . . CxC+
todas formas, la jugada 1 1 . . . . , 16. Axe TIA
CR-2R era la mejor posibilidad. 17. TIA AxP+
18. RlT D3D
11. . . . C3A 19. P3CR AxP
12. A5C 20. pXA A4A
21. TRlR +
Esta jugada es más enérgica
que 1 2. P x P. Y las negras se rinden.

12. . . . CSR A 2 1 . . . . , R 1 D, seguiría 22.


13. p X p C xC D5C + , y si el rey retrocede a

52
20, podría continuar el ataque D x D + , R3C; 26. D6D + , R4T
en la siguiente forma acelerada : (26 . . . . , R2T ; 27. D5A + ) ; 27.
22. D5C, A3C ; 23. T7R + , D5A + , P4C ; 28. D7A + , dan­
D X T ; 24. T7A + ; R X T ; 25. do mate.

53
5. CARA A CARA

El ataque en la apertura y el Examinemos primeramente el


ataque al rey en el centro, en ataque en caso de que ambos re­
principio se pueden considerar yes enroquen hacia el mismo
sencillos, pero ello no significa lado, y veamos brevemente los
que su realización esté exenta de secretos en la fase de preparación
elementos de juego complicados. de la lucha.
Sencillamente, en el primer caso Incluso los ajedrecistas expe­
el ataque no requiere una pre­ rimentados, a veces cometen
paración especial, y éste se ini ­ equivocaciones en la elección del
cia cuando uno de los conten­ plan estratégico, considerando
dientes comete algún error gra­ que con una sólida cobertura de
ve. En el segundo caso, el rey. peones en torno al rey están
que es objeto del ataque, está asegurados contra posibles dis­
muy expuesto, dada la amplitud gustos y pueden realizar opera­
del frente de ataque. En una pa­ ciones activas en otros lugares
labra, en ambos casos conside­ de combate.
rados, la preparación no requiere Sin embargo, el ataque tam­
los esfuerzos que son imprescin­ bién puede tener lugar contra las
dibles cuando el rey se encuentra posiciones del enroque, si se con­
en una sólida posición en uno sigue encontrar puntos vulnera­
de los flancos. bles en sus proximidades y lo­
El asalto a la posición del en­ grar una mayor maniobrabilidad
roque es más complejo y tiene de las piezas en comparación con
sus particularidades, que depen­ las del contrincante. Tal supe­
den de la posición del rey del rioridad de fuerza con un mate­
atacante. rial potencialmente equivalente

54
se logra frecuentemente median­ gunos ejemplos y analizando sus
te la victoria en la lucha por el particularidades.
centro, y la movilidad de las pie­
zas crea las condiciones necesa­ APERTURA ESP�OLA
rias para el éxito : la posibilidad
KLOVSKY KLOVAN
de movilizar en un momento
-

Palanga, 1969
dado una fuerza superior a la del
enemigo.
l. P4R P4R
El cuadro de la lucha, con los
2. C3AR C3AD
reyes cara a cara en el mismo
3. ASC PnD
flanco, puede ser muy variado,
4. A4T C3AR
y su desarrollo dependerá en ca­
S. P4D PxP
da caso de las condiciones con­
6. 0-0 A2R
cretas.
7. TlR P4CD
Dado que cada movimiento de
8. PSR CxP
peón del flanco de rey aumenta
9. T x C P3D
la amenaza de peligro, el ataque
10. TlR
de piezas adquiere especial im­
portancia. Ésta es una de las La atractiva 1 0. T x A + , no
formas de ataque a la posición conducía a nada, a causa de
del enroque. 1 0. . . . , D X T ; 1 1 . A3C, P4AD,
Pero no siempre es posible re­ y si 1 2. P4AD, entonces 1 2. . . . ,
solver la lucha por medio del P4D ! También podía ser 1 O.
ataque exclusivo de piezas. Por
T5C , pero esta jugada tampoco
ello, como elemento de choque
proporcionaba los resultados
para abrir brechas, se utiliza uno apetecidos.
de los peones : en enroque corto
frecuentemente el PA o PT. Ésta 10 • . . . PxA
es otra forma de ataque. 1 1. e x P D2D
Y, finalmente, en posiciones
cerradas con centro estable se Solución equivocada. Debía
consigue lanzar al ataque dos e jugarse 1 1 . . . , A2D, sin temor
.

incluso tres peones, organizando a la respuesta 12. D2R, a la que


el ataque mixto de peones y fi­ se podía contestar con 1 2. . . . ,
guras. Ésta es la tercera forma P4AD ; 1 3. C3AR, A5C, con un
de ataque. cómodo desarrollo de juego. Des­
Examinaremos sucesivamente pués de la jugada de la partida,
esas tres formas. utilizando al- la dama negra se encuentra en

55
una situación desfavorable en Las blancas podían ganar un
20, y ello origina serias dificul­ peón mediante 1 8. A x P, pero
tades para las negras. les pareció, y con razón, dema­
siado poco. Después de 1 8. . . . ,
12. D3A P4D T x T ; 1 9. D3C, D x e ; 20.
13. ASC 0-0 A x e + , D3C ; 21. A x T, D x D;
22. PT x n, P6T ; 23. e x PD,
Las negras han conseguido en­
P x P ; 24. A x P, las negras ten­
rocar, pero lo han hecho a costa
drían posibilidades de salvarse.
de debilitar el centro, proporcio­
nando a las blancas nuevas po­
18. T xT
sibilidades de aumentar su pre­
. . .

19. TxT PJC


sión. Pero la situación del rey
negro en el centro tampoco con­ ¡ Por fin el peón se libró de la
ducía a nada positivo. amenaza inmediata ! Pero ahora
14. C3A
surgen nuevos motivos de ata­
A2C
que.
No era el propósito de las ne­
gras alejar el alfil del flanco de Diagrama núm. 37
rey, pero ¡ qué se iba a hacer !
14. . . . , P3A, no servía, puesto
que se contestaba 1 5. e X PA,
pero amenazaba 1 5. T x A,
D x T ; 1 6. e X PD. Ahora las
blancas pueden disponer de la
casilla 5AR.

15. CSAR AlD


1 6. A6T AlA

El alfil es invulnerable debido


a 17. D3C + , y está claro que la
debilidad de la casilla 7CR es
irreparable, aunque de momento 20. e x PD! P x e
1 7. e x P no conduce a nada,
puesto que 1 7 . . . . , D5C. La captura de CD con el ca­
ballo conducía a la derrota des­
17. TSR TlR pués de 2 1 . T x C, D l R ; 22.
18. TlT-lR D4R ! (atracción). A3R ; 23.

56
D4D, P3AR ; 24. C7C, y si 20. GAMBITO DE REY
. . . , A2C, entonces 2 1 . C5A-
BARANOV-BONCH­
7R + , A x C ; 22. D X C, A l A ;
OSMOLOVSKY
23. C7R + . La aceptación del
Moscú, 1 952
sacrificio de caballo es obligada,
y la debilidad de la octava fila
l. P4R P4R
facilita las maniobras combati­
2. P4AR PxP
vas de las blancas, que atacan de
3. A4A C2R
forma incontenible.
Ahora esta jugada está total­
21. D X P! RlT mente en desuso. Las negras,
22. DSC C4T ciertamente, defienden el peón
23. n x e A2C moviendo el caballo a 3CR, pero
pierden tiempo. Además, el ca­
24. TSC D3R
ballo en 3CR es menos activo
25. A7C + RlC
que en 3AR, y no ejerce presión
26. C6A + AxC sobre el centro de las blancas.
27. A x A + RlA
4. CJAD PJAD
28. D6T + RlR
S. P4D C3C
29. TSR
6. CJA A2R
7. 0-0 O-O
Las negras se rinden.
8. CSR!

Naturalmente, resulta más sen- De este modo las blancas re-


cilio alcanzar el éxito cuando el cuperan el peón y mantienen
ataque se realiza sobre una po- mejor posición.
sición debilitada en vez de asal-
tar posiciones bien defendidas. 8. . . . CxC
Pero también sabemos que pue­ 9. P x C P3D
den ser tomadas fortalezas bien
defendidas si se logran las ven­ Se impone la necesidad de de­
tajas posicionales adecuadas en sarrollar las piezas.
cada caso.
10. AD x P PxP
En la partida que sigue, las 11. A x PR DJC +
blancas han realizado también
un ataque de piezas sin interven­ Se inicia un plan equivocado,
ción de peones. basado en la supuesta seguridad

57
de la posición del rey. Natural­ negras deben preocuparse del
mente, no resulta fácil confor­ punto crítico 2AR . Es cierto que
marse con una posición inferior, esta casilla se encuentra bajo
pero a veces es necesario. amenaza doble y tiene doble de­
Lo correcto era 11. . . . , D x D; fensa, y por lo tanto parece que
1 2. TD X D, C2D. de momento no hay motivos
para preocuparse. Pero las blan­
12. RlT D4A cas están en condiciones de su­
mar nuevas fuerzas de ataque
Diagrama ntím. 38 con mayor rapidez que las ne­
gras, a fin de reforzar la defensa.
Si estas últimas hubiesen eva­
luado sus posibilidades de esta
forma, entonces probablemente
no confiarían únicamente en la
continuación 13. D4D, D x D ;
1 4 . A x D. y cambiarían damas
ya en la jugada 1 1 . , aunque en­
tonces la situación no les resul­
tara totalmente favorable.

13. T X P!

A pesar de todo
Las negras se han retrasado
en el desarrollo del flanco de
13. TxT
dama, pero aparentemente esto
0 0 0

no entraña dificultades, ya que


no se observan debilidades im­ Está claro que no se pueden
portantes. tomar los alfiles, pues a 13. . . . ,
D x AD, seguirá jaque a la des­
Pero analicemos la posición
cubierta 1 4. T x A + , y si 1 3 . . . . ,
con más detalle . . . Las manio­
D x AD, está 14. T x P + , com­
bras de la dama exigen tiempo,
binación conocida bajo la deno­
y ello debería poner en guardia
minación de (( el molino » .
a las negras, sobre todo teniendo
en cuenta que las blancas han
evolucionado mejor. Éstas han 14. A x T + RxA
a bierto la columna de alfil, y las 15. DST + RlA

58
En contestación a 1 5 . . . . , P3C, defensivas enemigas mediante la
puede hacerse 1 6. D x PI' + , movilización exclusiva de las pie­
R3R ; 1 7. A4A, y si 1 5. . . , . zas. S i el centro no está cerra­
R1C, entonces 1 6. D8R + , AlA: do, como indicábamos, es más
1 7. D X A, D X A; 18. D X PC, corriente que se incorpore al
A3D; 1 9. P3CR. ataque alguno de los peones de
la cobertura del rey propio.
1 6. TIA + AJA
17. CSD! DEFENSA SICILIANA

JOLMOV - BANNIK
Un procedimiento de cobertu­
Minsk, 1962
ra que ya conocemos. Ahora la
dama de las blancas queda libre,
l. P4R P4AD
y, además, éstas amenazan con
2. C3AR P3D
la ocupación de la casilla 6AR.
3. P4D P xP
4. C x P CJAR
17. C2D
S. CJAD PJTD
6. A2R PJCR
En caso de 17. . . , p X e se
7. 0-0 A2C
.

ganaba con 1 8. A x A, P x A ;
8. P4A CD-2D
1 9. T X P + . R2R ; 20. T7A + .
R3D (si 20. . . . , R3R, entonces
2 1 . D5A + , R3D ; 22. P5R + . Tal evolución del caballo en
R3A ; 23. D X A + , R4C ; 24. esta variante, aparentemente re­
T x PCD + . R5A ; 25. T7AD) ; sulta elástica, pero tiene sus in­
2 1 . D6T + , A3R ; 22. P5R + . convenientes. Ante todo, el ca­
R3A ; 23. D X A + . R4C ; 24. ballo en 4D no está amenazado,
T X PC + . R5A ; 25. D4C + . y ello deja libres a las blancas
para iniciar operaciones activas.
18. P4CD
9. RlT 0-0
Es el golpe definitivo. Desalo­ 10. AJR D2A
jada la dama de la diagonal 1 1 . P4TD
3T-8A, resuelve la partida el
jaque con el alfil en 6D. Por lo Tratando de impedir el contra­
tanto, las negras se rinden. juego de las negras, con P4CD,
Pero, frecuentemente, no es que sería posible en caso de 1 1 .
posible abrir brecha en las líneas Dl R, P4CD ; 1 2. P3TD, A2C.

59
11 . . . . P3C Diagrama núm. 39

Las negras no modifican su 1


plan e insisten en su realización,
pero pronto se encuentran en si­
tuación apretada. Ahora no se
debía facilitar a las blancas la
libertad de acción en el centro.
Era más efectiva la jugada 1 1 .

. . . , P4R.

12. CSD exe


13. P x C A2C
14. P4AD! 17. . . . A3TD
18. e4D

En definitiva, las blancas lle­ Las blancas consideran, con


van ventaja en el dominio de es­ razón, que su caballo es más
pacio, y sus posibilidades de lu­ fuerte que el alfil 3T, y que les
cha son superiores en ambos será útil para el ataque. Aunque
flancos (ante la posibilidad de con 1 8. P5AR también seguían
P4CD y P5T). Por ello las negras manteniendo ventaja. Todo esto
ceden la casilla 4CD y aseguran se debe a la despreocupación de
la casilla 4AD para su caballo. las negras en la lucha por el
Pero esto crea nuevas debilida­ centro durante la apertura.
des en el campo propio.
1 8. . . . TlR?

14 . . . . P4TD Esta jugada es un error estra­


1s. ese D1A tégico grave. Está claro que de
todas formas las blancas move­
16. D2D C4A
rán el peón de AR, y el punto
17. T3T
crítico 7AR será objeto de «dis­
cusión creadora» .
La torre, sin renunciar a sus La última esperanza de las ne­
obligaciones en el flanco de da­ gras era introducirse en la lucha
ma, está lista para trasladarse· al por el centro mediante 1 8 . . , . .

lado opuesto del tablero. P3R.

60
19. PSA! CSR 24. A6R!
20. D2A C3A
Anulando la defensa del peón
21. T3AD
3CR. A 24. . . , P x A, seguiría
.

25. o x P + , A2C ; 26. e x P.


Evitando la celada 2 1 . . . ., Al mismo tiempo, las blancas
C x PD. amenazan con 25. D x P + .

21. C2D 24. ... R2C

Parece que las negran han


La casilla 5R (después de estabilizado su posición. Pero
P5AR) está controlada por las ahora seguirá un bonito ataque,
negras, pero las blancas no les basado en la mayor movilidad
permiten que mantengan en ella de las piezas blancas y en la su­
el caballo, puesto que éste frena­ perioridad de fuerzas en el flanco
ría seriamente el ataque. de rey, principal área de batalla.

25. A6T + RxA


22. p X p PT x P
26. CSA + PxC
23. A4C AJA

La aceptación de este sacrifi­


Es obligado considerar la ame­ cio también es obligada. Si 26.
naza 24. T x P. . . . , R2T, seguirá 27. T3T + ,
R 1 e ; 28. e x P + , T x e ; 29.
Diagrama núm. 40 D x P + , R 1 A ; 30. T8T + ,
A x T ; 3 1 . T x P + R l R ; 32.
,

T8A + , R x T; 33. D8C mate.


1 ¡Verdaderamente efectivo!

27. D2D + A4C


28. T3T + RJC
29. A X PSA +

Y las negras se rinden.

El elemento de empuje que


permitió a las piezas blancas el
asalto de la fortaleza, fue el

61
peón AR . Frecuentemente se uti­ 14. TRIR C4T
liza con idéntico fin el peón de
Las blancas disponen de un
la misma columna.
centro móvil de peones, y está
GAMBITO DE DAMA claro que sus esperanzas se cen­
tran en el avance del PD. En la
POLUGAEVSKY - TAL
partida contra Spassky (1969),
Moscú, 1969
Petrosian jugó 14 . . . . , TIA, pero
l. P4AD C3AR después de 1 5. P5D, P x P ; 1 6.
2. C3AD P3R A x P, quedó en mala posición .
3. C3AR P4D La presente partida presenta
4. P4D P4AD especial interés debido a que los
S. PA X p CxP contendientes estaban preparados
6. P4R CxC para una disputa creadora y, por
7. P x C PxP tanto, adquirió forma particular.
8. P x P A5C +
1 5. A3D TIA
9. A2D A x A+ 1 6. PSD
1 0. D X A 0-0
1 1 . A4A C3A Es oportuno recordar la par­
12. 0-0 P3CD tida Keres - Fine (véase pág. 1 3).
13. mtn En ella, el mismo avance fue
realizado para privar al caballo
La elección de una disposi­ de la casilla 5D, y aquí limita la
ción correcta de torres no es acción del alfil 2C. Pero lo prin­
asunto fácil. Así, por ejemplo, cipal es que el caballo blanco
en la partida contra Euwe, ahora tiene salida al puesto de
Alekhine jugó TR 1D, y esta mando 4D. Las negras están
jugada fue considerada más con­ obligadas a aceptar el sacrificio
veniente. No obstante, desde en­ de peón ; en caso contrario, des­
tonces ha pasado mucho tiempo, pués de 1 6 . . . . , C5A ; 17. A x C,
la experiencia de lucha ajedre­ T x A ; 1 8. P x P, D x D ; 1 9 .
cística ha enriquecido la teoría p X P+ T X PA ; 20. T X D,
,

de esta variante, y los maestros T X p; 2 1 . T X T, A X T ; 22.


han llegado a la conclusión de C5C perderían. En caso de 1 6.
,

que para el ataque en el centro .. . , D2R ; 17. D4A, la ventaja


la disposición más cómoda de de las blancas tampoco ofrece
torres es en I D y 1 R. duda.
1 3. A2C 1 6. . . . P xP

62
17. PSR CSA . . . , R 1 C se ganaba inmediata­
18. D4A C7C mente con 2 1 . D4TR (21 . . . . ,
T1R ; 22. D7T + , R 1 A ; 23.
Las negras, después de la pri­
D8T + , R2R ; 24. D x P, etc.).
mera jugada con el caballo, es­
tán obligadas a hacer la segun­ 21. P4TR
da. Era malo 1 8 . . . . , T3A, pues­ El PT se suma al ataque. Las
to que seguía 19. C5C, P3TR ; amenazas blancas son extrema­
20. A7T + ! , R l T ; 21 . C x P + . damente molestas. En primer lu­
La inmediata 1 8 . . . . , P3TR, de­ gar amenazan 22. P5T + . R X P ;
bilitaba catastróficamente el flan­ 23. P4C + , R3C ; 24. D5A + ,
co de rey. R3T ; 2s. D7T + , R x e ; 26.
Las blancas, claro está, tenían D5T + , R5A ; 27. D5A mate. Si
en cuenta la posibilidad de 1 8 . 2 1 . . . . , D2D, entonces 22. P4C!
. . . , C7C, y estaban obligadas a El menor mal parece 2 1 . . . . •

tener preparada una decidida


P4A, pero esa jugada tiene una
respuesta, puesto que con el cam­ fuerte respuesta : 22. T4D, con
bio del alfil las posibilidades de
la misma amenaza 23. P5T + .
ataque quedarían bruscamente Tal decidió conservar la pieza,
reducidas. aunque esto entrañaba peligros.
Diagrama núm. 41 TSA
21. . . .
22. PST + R3T
23. C x P + R2T
24. DSA + R1C

Diagrama núm. 42

19. A x P + RxA
20. CSC + R3C

El rey está obligado a esta


« actividad », puesto que si 20.

63
25. P6R! D3A Amenazaba 36. C6C + ; 37.
P6T.
De otra forma, sería difícil
contrarrestar ambas amenazas : 36. C6C + RlC
26. P7R y 26 . P6T .
37. T X p

26. D x D PxD Y las negras se rinden.


27. T2D
Examinemos un ejemplo de
Estas jugadas, que frenan el un asalto conjunto de piezas y
ritmo del ataque, deben reali­ peones al enroque corto.
zarse con sumo cuidado, aunque
a veces son indispensables. En Diagrama núm. 43
este caso concreto supone para
las negras una tregua e incluso
posibilidades de salvación. Hu­
biera sido más enérgica la juga­
da 27. C6D ! , y si 27 . . . . . T3A ,
entonces 28. T x P, T2AD; 29.
e x A, T x e ; 30. T7D. T2C- 1 C ;
3 1 . T3R. S i 2 1. , e x T ; 28.
. . .

P7R, las blancas seguían mante­


niendo posibilidades de victoria.

27. . . . T3A
28. T x C TlR

La mejor defensa era 28 . . . . , A esta posición se llegó en la


AlA. Ahora las negras se en­ partida Podgaets - Klovan (Alma
cuentran en mala situación. Atá, 1 969).
Hasta el momento no se ven
29. C6T + R2T « señales de tormenta )>. Los re­
30. CSA TR x P yes se encuentran relativamente
31. T x T TxT seguros y no parece fácil abrir
32. T2A T3A líneas en el centro. Para evaluar
33. T2R AlA las posibilidades de ambas par­
34. T7R + RlT tes debe examinarse la movili­
35. C4T! P4A dad de las piezas y sus posibi-

64
lidades de incorporación a la 21. TlCR PSA
lucha activa en el flanco del rey. 22. P4CR!
En este sentido, la ventaja fa­
vorece a las blancas, con la da­ Es evidente que con el peón
ma, ambos caballos y un alfil negro en 2T, esta jugada no ten­
dispuestos para iniciar inmedia­ dría tanta fuerza como la que
tamente las operaciones ofensi­ posee ahora. Ciertamente, aun
vas en esta zona. Las negras ahora no resulta fácil abrir lí­
pueden defenderse con los alfi­ neas.
les, un caballo y una torre. Las
blancas están en superioridad, 22. P x PD
pero ésta no es contundente ; 23. p X p ese
por ello deciden utilizar también
los peones en el ataque, dado Si 23 . . . . , D x PC, el ataque
que las negras no están en con­ de las blancas adquiriría mayor
diciones de atacar y. por lo tan­ rapidez.
to, el avanee de peones no ofrece
pel igro. 24. PSC P4T

16. P4T A3C


Diagrama núm. 44
17. A3TR P3T

Esta debilitación tenía que su­


ceder más pronto o más tarde,
pues las blancas ya habían fija­
do su línea de acción CR-2C-4A.
No obstante, la posición del
peón en 3T es motivo para que
las blancas refuercen los efecti­
vos de asalto con el segundo
peón PC.

18. C2 C C1A
19. C4A A2T
20. R1T P4AD
El peón 4 TR de momento es
Es natural el deseo de iniciar invulnerable, debido a la ame­
una contraofensiva, pero ésta se naza sobre P3D, pero ahora se
ha retrasado. produce una ruptura efectiva.

65
3- Ataques a l rey
25. P6e! A x Pe disponen de una clara superiori­
26. e4D dad de fuerzas en el flanco de
rey. Incluso el alfil 2C, que has­
Abre paso a la dama hacia ta el momento sigue inmóvil, es
5T. Además, en algunas varian­ el que dará el golpe decisivo
tes es importante contar con una después de la caída del peón
amenaza más sobre P3R. Las 3R de las negras.
negras, para compensar sus des­
gracias, deciden capturar un 32. . . . TleR
peón. 33. A x P T xT+
34. R x T D2A
26. A x PT
3S. ASA TleR +
21. e x A Pxe
36. RlA T2e
28. T X P!
37. e6R D2R
38. D6T T2A
Nuevo golpe, que destroza las
39. ese Dxe
líneas defensivas del rey negro.
40. P6R + T2C
Las negras no pueden tomar la
41. D X e mate.
torre, puesto que entonces 29.
A x P + y 30. D x P.
Es evidente que el ataque fron­
28• . . . TlR tal a la posición de enroque no
29. T X P+! siempre es posible. No obstante.
esto no significa que se deba re­
La inquieta torre se sacrifica nunciar al asalto, aunque pueda
nuevamente. Ahora las negras ser preciso su aplazamiento. La
están obligadas a tomarla ; sin lucha debe librarse en aquellas
embargo, la segunda torre toma partes del tablero donde exis­
a su cargo las funciones de la tan las condiciones necesarias y,
pieza caída. una vez reunidas las fuerzas
y creadas las condiciones que
29. . . . R xT sean precisas, se podrá variar
30. Tle + RlT bruscamente el curso de la ba­
31. D x P + C2T talla.
32. D X A Los casos más frecuentes son
los cambios de juego en el cen­
Resumiremos la situación. Las tro por el ataque en el flanco.
blancas llevan desventaja de ca­ Veamos cómo sucede en la
lidad y ventaja de un peón , pero realidad.

66
Diagrama núm. 45 16. CSA D4A
17. T2D

También se podía conservar


los alfiles mediante 1 7. Al T,
pero con el cambio la debilidad
de la casilla 6D será aún mayor.

17. . . . PST
18. TlA-lD pXp
19. p X p C3C
20. T6D ClR

Las negras se ven en la nece­


sidad de defender la casilla 3AR,
pues con su caída peligraría
A esta situación se llegó en
también la casilla 3TR.
la partida Yanata - Boicovich
(Brniachka Bania, 1 963). 21 . T6D-3D AxA
Juegan las negras. La ame­
naza P5R se puede contrarrestar Las negras, por lo visto, te­
fácilmente con 1 4 . . . . , A6T. Ésta mían que el regreso del caballo
es precisamente la jugada que a 3 A obligara a las blancas a
debían hacer las negras, aunque variar su . plan de juego, olvidán­
su posición quedara un tanto dose del cambio de alfiles (22.
restringida. Pero deciden no ce­ A l T) y, aprovechando la posi­
der ni un palmo de terreno en bilidad de trasladar la torre al
el centro, y, lógicamente, tropie­ flanco de rey, iniciaran allí el
zan con serias dificultades. ataque.

14 • . . . P4R? 22. D X A TIC

Esta jugada no tenía objeto.


Dado que las negras no dis­
La situación de las negras es
ponen de alfil en casillas blan­
cada vez más difícil.
cas, ahora les será muy difícil
defender la casilla 4AR, y la ju­ 23. A3T P3A
gada P3CR comprometería se­
riamente la posición del rey. Por fin las negras liberan a la
dama, que estaba retenida con
1 5. C4T A6T la defensa del peón 4R , pero

67
surgen nuevas debilidades y nue­ 26. C7R + !
vas preocupaciones. Ahora debe
pensarse también en el dominio El ataque combinativo es un
de la casilla 3R. final natural. Después de las
24. D2D! C2A operaciones de preparación, la
situación del rey negro no es
Contrarrestando la amenaza muy segura; sus piezas están
sobre 3T, pero creándose nuevos dispersadas y las blancas han
problemas. logrado ventaja de fuerzas en la
25. T6D ClR zona principal de la lucha.

Diagrama núm. 46
.26 • . . . RlA

ó 26. . , R2T ; 27. ASA +


. . y,
seguidamente, 28. C6C + .

27. T7D! CxT


28. D x C

Las negras se rinden. No se


puede tomar el caballo, pues se­
ría mate: 29. D x D + , R x D ;
30. T7D mate.

68
6. ENROQUE EN DISTINTOS FLANCOS

Al pasar al análisis de nuevas ción de los reyes en diferentes


estructuras de posiciones, ante flancos aumenta el frente de ope­
todo es útil señalar las princi­ raciones y conduce a un juego
pales particularidades caracterís­ más dinámico. En este caso ad­
ticas de realización del ataque quiere especial importancia el
cuando los reyes se encuentran factor tiempo, la lucha por la
en flancos opuestos. iniciativa.
Cuando los reyes se encuen­ Al mismo tiempo, los princi­
tran uno frente al otro, cada mo­ pios fundamentales de juego po­
vimiento de peón no sólo crea sicional -y en primer lugar la
amenazas, sino que puede influir lucha por el centro-, mejor des­
también seriamente sobre su pro­ arrollo y superioridad de fuer­
pia seguridad. Por ello, el asalto zas en la zona principal conser­
con peones, medio tan efectivo van la misma importancia que
de lucha, en la mayoría de los en el ataque frontal.
casos se emplea sólo parcialmen­ Examinemos las formas más
te o no se emplea. típicas de ataque cuando los re­
En caso de enroque hacia dis­ yes se encuent ran situados en
tintos lados, la importancia de distintos flancos.
los peones en el ataque es in­
comparablemente mayor ; aun­ DEFENSA INDIA DEL REY
que, como veremos, el asalto con SPASSKY EVANS
-

peones no es condición indispen­ Varna, 1 962


sable de todo ataque.
El empleo más amplio de peo­ l . P4D CJAR
nes conduce a una rápida aper­ 2. P4AD P3CR
tura de columnas, y la disposi- 3. CJAD A2C

69
4. P4R P3D Diagrama núm. 47
5. P3AR P3AD
6. A3R PJm

Es evidente que las blancas


atacarán en el flanco de rey,
puesto que las negras harán ine­
vitablemente enroque corto, pues
no tienen posibilidad de encon­
trar refugio en el centro. Por
ello las intenciones de las negras
de actuar en el otro flanco re­
sultan lógicas. Pero la práctica
demuestra que esta forma de
juego estará justificada cuando se
aclare la situación en el centro. El contragolpe en el centro en
respuesta al ataque en el flanco
7. D2D P4CD es una reacción natural y com­
8. 0-0-0 prensible. Pero era mejor esperar
con esta jugada y decidirse por
Decisión correcta. Probable­ 1 0. . . . , P4TR, que debilitaba
mente las negras no podrán arre­ la posición, aunque frenaba el
glarse sin la captura de P4AD, avance de peones en el flanco
así que de momento no tiene de rey.
sentido perder tiempo en mover
el alfil de rey. 1 1 . A3C PxP

8 • . . . PxP Ahora no servía 1 1 . . . . , P4TR,


puesto que las blancas respon­
Las negras se apresuran con derían 1 2. P5R, y después de
el cambio de peones en vano. 1 2 . . . . , C l R ; 1 3. P4C, PT X p ;
Estaba más acorde con su plan 14. P5TR se produciría una
de acción 8 . , D4T; 9. R 1 C,
. . . apertura de columna, mortal para
CD2D, después T l CD, y dejar el las negras.
cambio de peones para un mo­
mento más oportuno. 12. PST! PR x P

9. A x P O-O La jugada 1 2 . . , e X p era


. .

10. P4TR P4D mala, puesto que sigue 1 3 . P4C.

70
C3A ; 1 4. A6T. Las blancas no 16. A XA RxA
sienten la pérdida de peones si 17. D X p C3T
con ello logran sus intenciones.
Las negras no pueden elegir y, Evans no quiere aceptar el
en compensación por el papel fracaso de sus esperanzas, de
de defensores que les ha corres­ otro modo se hubiese conforma­
pondido, tratan de ganar todo do con la pérdida de dos piezas
el material posible. por torre después de 1 7. D3D,
aunque ello probablemente no
13. PT x P PT x P le libraría de la derrota.
14. A6T PxP
No se podía jugar 1 7 . . . , C6R,.

15. T4T
puesto que seguía 1 8. D2T, T1T;
19. T x T, D x T ; 20. D5R + ;
Diagrama mJm. 48
y 1 7. , P4AR no evitaba los
. . .

problemas en la columna de to­


rre. Por ejemplo : 1 8. C3A, T 1 T
(en otro caso 19. TD- 1 T) ; 1 9.
T X T, D X T ; 20. T1 T.

18. C3A C4A


19. T2T D3D

Nuevamente surgen motivos


similares a los que existían con
el caballo en 5C: si 19 . , C6R ,. . .

entonces 20. D5C y si 1 9. . . ,


, .

Tl T, entonces 20. A x P !
La amenaza de captura en
7CR es una realidad. No resuel­
20. CSR C2D
ve nada 1 5 . . . . , C4T, puesto que
21. C4R D2A
está 1 6 T X e y después D5C.
.

22. TD1T T1CR


Las negras no pueden entregar
la casilla 3TR sin lucha, pero,
después de la jugada de las ne­ Además de 23. T7T + , ame­
gras, el caballo también se en­ nazaba 23. A x P.
cuentra i nseguro.
23. T7T + R1A
1s. . . . ese 24. T x P + R1R

71
25. D x P CxP La confianza en la intuición
26. T x P + alcanza aún mayor grado en Tal.
En su juego, el elemento riesgo
Las negras se rinden. ocupa un lugar importante, pero
Tal confía en su arte táctico, en
Partida complicada, interesan­ superar al enemigo en las impre­
te y típica en cuanto se refiere al visibles y complejas situaciones.
ataque sobre posiciones con en­ Es una especie de orientación
roque en flancos opuestos. Aun­ práctica del juego, de saber crear
que, naturalmente, muchas va­ tales posiciones en las que re­
riantes interesantes han quedado sulta más fácil atacar que de­
inéditas. fenderse. Precisamente este enfo­
¿ Pero es que se puede prever que del ajedrez es uno de los
con exactitud todas las variantes elementos que ha contribuido al
posibles durante el desarrollo de logro de los mayores éxitos de­
la partida? A veces resulta im­ portivos de Tal . Aunque a veces
posible incluso para los mejores los críticos han encontrado fa­
ajedrecistas. Esto, naturalmente, llos en sus ataques, éstos reci­
no significa que realicen el ata­ bieron una acertada réplica del
que a ciegas. Pero los grandes hoy difunto gran maestro B.
maestros, con frecuencia toman Kostich: «Tal plantea proble­
decisiones importantes intuitiva­ mas que deben solucionarse hoy,
mente, basándose exclusivamen­ ya que mañana será tarde . . . ,,
te en consideraciones generales
o, dicho de otro modo, basán­ Diagrama núm. 49
dose en el profundo conocimien­
to de las leyes de lucha ajedre­
cística.
Así ha sucesido en esta par­
tida. Spassky difícilmente podía
prever todas las variantes posi­
bles, pero comprendía perfecta­
mente que la posesión de co­
lumnas abiertas y la superiori­
dad de fuerzas en el flanco del
rey le permitiría encontrar solu­
ción correcta a cualquier res­
puesta de las negras.

72
A esta posición se llegó en la 26 • . . . CD4R
partida de la última fase del 27. A4A
campeonato de la URSS, en
1 957, entre Tal y Tolush. La vic­ Era mejor 27. A3R.
toria proporcionaba a Tal el tí­
27 . . . . ClA
tulo de campeón.
Tenía más fuerza 27. . . ,.
.

23. P4AR!? e X A, que eliminaba al peli­


groso alfil.
Es una incisiva jugada, pero
28. D6T C4R-3C
extremadamente peligrosa, cuya
finalidad consiste en poner en Las negras no han podido sa­
juego cuanto antes, al alfil l C y car provecho del dominio de la
al caballo de 3A. Las negras. en casilla 4R, y en vista de la ame­
vista de la amenaza P5A, están naza 29. A5C se hallan obliga­
obligadas a tomar este peón que, das a abandonarla.
por otro lado, les resulta favo­
rable, ya que así disponen de la 29. ASC P3A
casilla 4R .
Diagrama núm . 50

23. . . . PR x P
24. D x P DlD

No servía 24 . . . . , C4R, puesto


que entonces 25. D6A.

25. PT x P

Esta jugada es más efectiva


que 25. D x PD, puesto que 25 .
. . . , T4R , con amenaza de T3CD.

25 . . . . CxP
30. PSR!
26. D2T
La estrategia de las blancas
Pero no 26. D x PD, C3C-4R , ha sido victoriosa ; ahora se su­
con amenaza de 27. . . . , T3C. man al ataque el alfil lC y el

73
caballo y, en consecuencia, se Diagrama nú1n . 51
logra en el flanco del rey la su­
perioridad de fuerzas necesaria
para alcanzar el éxito. El plan
1 ••
iniciado con la jugada 23. P4A
parecía arriesgado, pero la am­
plia previsión, la valoración de
las posibilidades de las negras,
que se estaban originando en re­
lación con el dominio de la im­
portante casilla 4R , permitió a
las blancas valorar correctamen­
te todas las consecuencias.
Ahora la defensa de las ne­
gras es insuficiente.
Esta posición surgió en la par­
30. . . . T x PR
tida Alejandrio-Konoplev (Ash­
jabad, 1 968). Es una posición
Si 30 . , PA x P, entonces 3 1 .
. . .
típica de la defensa siciliana, con
A x C, P x A ; 32. D8T + , R2A � enroque hacia distintos lados y
33. T7T + . ataque mutuo a ambos reyes.
En tales situaciones, el factor
31. A x e T2C tiempo tiene una gran importan­
32. C4R PA x A cia, y el primero que logre crear
33. T1A TxC amenazas efectivas es quien ten­
drá mayores posibilidades de
Amenazaba 34. C6A + . éxito. Por esta razón las manio­
bras en este caso están fuera de
34. A x T T2CR lugar, y lo que se requiere son
35. T6A A xP acciones enérgicas con apertura
36. T1T-1A C2D de líneas a toda costa.
37. T X p D2R
38. T x P R1T 12. P4TR C4R
39. A x P C1C
40. ASA + R1C Salta a la vista la diferencia
41 . A6R + AxA del tipo de ataque. Las blancas
42. T X A intentan desmoronar la defensa
del enroque enemigo mediante
Las negras se rinden. el avance de peones, mientras

74
que las negras no pueden irni· Después de 1 8 . . . . , PA x P ! .
tarlas y necesitan hacer uso de probablemente las blancas la­
las piezas. Además, la última mentarían su inoportuna activi­
jugada de las negras dificulta el dad o, en todo caso, no logra­
avance del peón de caballo. rían ninguna ventaja. Ahora, por
el contrario, tienen posibilidades
13. RlA CSA de realizar un contundente ata­
14. A x C TxA que.
15. C3C D3T
16. PSR 19. A6T A x PR
20. CSD AJAR
A esta posición se llegó repe· 21. ASC!
tidas veces en la práctica ajedre­
cística y ha sido objeto de vivas Diagrama núm. 52
discusiones. Finalmente, los teó·
ricos han llegado a la conclusión
de que en este caso la mejor
reacción de las negras es 1 6 . . . . ,
P x P ; 1 7. C5AD, D3D, con un
juego muy movido.

16. . . . ClR
17. PST

La teoría recomienda 1 7. C5D,


A x P ; 1 8. C x P + , R 1 A ; 1 9.
C5D, con complicaciones intere­
santes que en la mayoría de los
casos han favorecido a las blan· Sólo se han realizado 3 juga­
cas. das después de la equivocada
apertura de columna de torre, y
17. TD-1A las negras ya no tienen defensa.
18. PT x P PT x P? El contraataque mediante 2 1 .
. . . , T x P, se retrasa: 22. A x A ! ,
Es un error típico. No había C x A ; 23. C x C + . P x C ; 24.
necesidad de abrir la columna D6T, T X p + ; 25. R X T, T7A + ;
de torre, que sólo puede ser uti· 26. R X T, D X p + ; 27. R3A, y
lizada por las blancas. el rey blanco se escapa del ja-

75
que, mientras que el mate al rey Esta posición tuvo lugar en la
negro es inevitable. Para evitar partida Neustadt - Seiler (torneo
mayores desventuras, las negras por correspondencia 1 963-64 ).
ceden calidad, pero esto no les Se esperaba la jugada 10. P5T
salva de la derrota. (para quebrantar la cobertura del
rey negro). Pero tal decisión sig­
21 . . . . A2C nificaría un serio error, dado que
22. C x P + R1A ]as blancas no pueden sumar al
23. C x T A4A ataque a los restantes peones y,
24. T1AD TST como se verá más adelante, ne­
25. A6T AxC cesitan conservar la casill a 5T
26. A X A + RxA para las piezas. Por ello . . .
27. DJAD +
10. ASC!
Las negras se rinden.
Resulta que también se pue­
Al asaltar la posición de en­ den crear debilidades atacando
roque, debe cuidarse especial­ con piezas, aprovechando la au­
mente el movimiento de peones. sencia del alfil del mismo color.
A diferencia de las piezas, el
peón no puede retroceder ; en 10. . . . D4T
caso de moverse antes de tiem­ 11. R2D!
po, a veces puede privar de ca­
sillas importantes al atacante. En caso de centro de peones
estable, tales jugadas no sólo es­
Diagrama núm. 53
tán justificadas, sino que el rey
se encuentra aquí más seguro,
pues para acercarse a él hay que
atacar la casilla 4D, y las negras
no disponen de suficientes fuer­
zas para hacerlo.

1 1. . . . C2D

Es obligado tener que renun­


ciar a C3AD, debido a la ame­
naza 1 2. A6A. S i 1 1 .
. , P3TR,
. .

entonces en vez de 1 2. A4AR,

76
e3A, sería 1 2. D5T, y si 1 2 . . . . , Para evitar mayores males, las
P x A, entonces 1 3. P x P. Ésta negras se ven en la necesidad de
es la razón por la cual no se tomar el peligroso alfil con el
debía mover el peón de torre caballo.
a 5T.
13 . . . . exA
12. A6A R1T 14. P x e P3CR

A 1 4 . . . . , P x P, seguiría 1 5 .
Diagranza núm. 54
ese.
15. DSe D1D
16. P4e

De nuevo era prematuro 1 6.


PST, puesto que 1 6 . . . . , R lC ;
1 7. P4C, C3D, y se crea una
amenaza al peón 6A después de
esR o C l R.
16. . . . e3D
17. T1R

Contrarrestando la amenaza
1 7 . . . . , C5R + , en vista de 1 8.
13. DST! T x C, P x T ; 1 9. D6T, TIC ;
20. ese.
De nuevo la posesión de la
17. . . . e1R
casilla ST permite crear amena­
zas. El peón en 4T no permite Ahora cae el peón 6A, pero
a las negras tomar el alfil : 1 3 . las blancas han reunido nuevas
. . . , P x A ; 14. ese ! , P x e ; t s . fuerzas para el ataque y crean
P x P, P3TR ; 1 6. P4C. Mala j u­ nuevas amenazas.
gada también 1 3 . . . . , P3TR en exP
18. D6T
vista de la captura de peón con D2R
19. ese
alfil. Por ejemplo: 1 3 . . . . , P3TR ; 20. T3T T1eR
1 4. A x P + . R x A ; lS. P4C, T2e
21. T3A
C2R ; 1 6. PSe, C4A ; 1 7. T lCR,
T1T; 1 8. p X P + , R lA ; 1 9. Las negras cubren todos los
P7T, DlD ; 20. A3T, amenazan­ puntos vulnerables y amenazan
do 2 1 . A X e ; 22. T8C y 23. con 22. . . ' e X PC. Pero las
.

D6T + . blancas ya lo tenían previsto, e

77
inician una combinación deci­ Esta posicion t uvo lugar en
siva. la partida Poi ugaevsky - Os nos
(Alma-Atá, 1969).
22. T x C! A2D
Presenta particularidades ca­
No se puede tomar la torre, racterísticas de diversas varian­
puesto que existe la amenaza tes de la defensa siciliana. El
23. e X PT. En definitiva, las plan de las blancas consiste, en
negras pierden la pieza y luego primer lugar, en lograr superio­
la partida. ridad en el centro, y sólo des­
pués iniciar operaciones activas
En todos los ejemplos exami­ contra el rey. Las negras reali­
nados, el elemento principal uti­ zan un juego defensivo en el
lizado para crear brechas en la centro y poco a poco preparan
posición del enroque han sido un contraataque en el flanco de
los peones. Pero ello no significa la dama aprovechando el domi­
que cuando los reyes se dispo­ nio de la columna de a l fil y pre­
nen en distintos flancos, éste sea parando el terreno para el a vanee
el único medio de quebrantar de peón de caballo dama.
sus líneas defensivas. No es buena la jugada inme­
A veces el ataque se realiza diata 12 . . , P4CD, en vista de
. .

únicamente con las piezas, y los 1 3. P5R ! , y por ello antes se


peones cumplen m isiones auxi­ debía jugar 12 . . , TR I D.
. .

liares, preparándoles espacios bá­ La jugada realizada por Osnos


sicos. merece ser criticada, puesto que
debilita la defensa de la casilla
Diagranza núm . 55 3 R y. de este modo, aumentan
las posibilidades de ataque de las
1 blancas .


� -�
�,.....,.. � i
1 2. . . . AJA
13. TR-I A

�- �
�/.... �
Dado que P5R no ofrece nada
positivo, las blancas preparan el
avance del peón de alfil con vis­
tas a dominar la casilla SD des­
pués de la jugada de las negras
P4R .

78
13 • . . . P4CD ma la casilla 2AR quedaría de­
14. A X C! AxA fendida.

En caso de 1 4. . . . , P x A, la 21. PSR!


jugada 1 5. P5A cobraba más
fuerza. Desorganizando la acción coor­
dinada de las piezas negras, que
15. D x PD AxC podrían restablecerse en caso de
16. D X A TD-1 A la equivocada 2 1 . P3CR, D2A !
17. D7D TR-10?
21 . . . . D7D
Es un grave error que con­ 22. P3TD TlAR
duce a la derrota. Como vere­
mos más adelante, la casilla I D Diagrama núm. 56
debería ser ocupada por la torre
de dama.

18. D7R A7D +

O 1 8 . . . . , A3A ; 1 9. D7CD, y
las blancas tienen un peón más
que las negras.

19. R1C A xP

Aprovechando las posibilida­


des tácticas, las negras recupe­
ran el peón, pero la presencia
de alfiles de distinto color favo­ 23. A X P!
rece el ataque de las blancas.
Después de este sacrificio, las
20. T x T + TxT blancas logran ventaja material
en todas las variantes. Si 23 . . . . ,
Ahora se comprende por qué P x A, entonces 24. D x P + ,
era mejor 1 7 . . . , TD- l D. Si la
. R lT ; 25. P3CR.
torre estuviese en lAR, las ne­
gras podrán jugar 20. . . , D x T ;
. 23 . . . . P4CR
2 1 . D x PT, A x P, y d e esta for- 24. P3CR PxA

79
Tampoco salvaba 24 . . . . , D7R, DEFENSA INDIA DE REY
puesto que 25. T x A ! , P x T ;
AVERBACH - PANNO
26. D5C + . R l T ; 27. D6T ! ,
Buenos Aires, 1 954
TIC (27 . . . . , R l C ; 28. ASA) ;
28. D6A + , T2C ; 29. A X P.
1. P4D C3AR
La amenaza de mate por la
2. P4AD PJCR
columna de torre facilita el avan­
3. C3AD A2C
ce de peón de rey.
4. P4R PJD
25. D X PR + R2C 5. A2R 0-0
26. p X A D7C 6. ASCR P4AD
7. P5D PJTD
El final de damas después de 8. P4TD D4T
26 . . . . , T X p ; 27. T X T, D X T ; 9. A2D!
28. D7D + . R3C ; 29. D x PC,
D x PT ; 30. D6A + , R4T ; 3 1 . Tratando de impedir 9. . . . ,
D4R, tampoco favorecía a las P4CD, que podría ser si 9. D2D.
negras.
Diagrama núm. 57
27. TlD PxP
28. D7D + T2A
29. P6R

Las negras se rinden.


Al con el u ir el examen de ata­
ques, con reyes en distintos flan­
cos, debe considerarse también
otra cuestión : se debe pensar
también en la posición del rey
propio (si aún no está definida).
El asalto de peones es asunto
decidido. Pero, para ello, ¿ es
imprescindible refugiar al rey en
el flanco opuesto? No siempre. 9 • . . . P4R
A veces la posición del rey en
el borde del tablero puede ser Grave error. Ahora las blan­
más peligrosa que en el centro. cas quedan libres para atacar al
Examinemos un ejemplo sobre rey. No se debía cerrar el centro
este tema. bajo ningún concepto, puesto

80
que hasta entonces el avance de seguro precisamente en este lu­
peones blancos en el flanco de gar.
rey sería expuesto, ya que el rey
podría quedar en posición peli­ 1 7. . . . T2C
18. T4T C20
grosa. Era mejor 9. . . . , P3R ;
19. PT X p PT x P
1 0. C3A, p X p ; 1 1 . PR X P.
20. OlT A2R
A5C.
21 . T8T + R2A
10. P4CR! C1R 22. 06T ClAR
11. P4T P4A
Cada vez resulta más difícil
La actividad de las negras con­ contrarrestar las amenazas. Si
tribuye a acelerar los peligros 22 . . . , A l A, entonces 23. C4T,
.

que se ciernen sobre ellas, pues y, ahora, lo mismo 23. . . , .

la superioridad de las blancas T 1 CR ; 24. T7T + que 23 . . . . .

consistirá en que el rey enemigo T l CD ; 24. C5A, T l CR ; 25.


será más vulnerable. Aún se po­ T7T + , resulta desagradable para
día organizar la defensa median­ las negras.
te 1 1 . . . . . Dl D.
23. T1T
12. PST PSA
Ahora el alfil , que ha estado
Es obligado. La amenaza 1 3 .
(( adormecido », amenaza con sa­
PT x P, PT x P ; 1 4. PC x P. con
crificarse en 4A.
apertura de l íneas era más des­
favorable. 23. T1CD

13. PSC T2A Diagrama núm. 58


14. A4CR

Este cambio es oportuno, pues


el alfil negro es más fuerte y,
además, se debilita aún más la
casilla 3R de las negras.
14. ... 010
1 5. AXA OxA
16. C3AR AlA
17. R2R

El centro está cerrado y, por


lo tanto, el rey se encuentra más

81
24. A X p D2A Las negras se rinden.

No se podía tomar el alfil de­ Hemos examinado únicamente


bido a P5R. pero se amenazaba el a taque a la posición del enro­
25 . A X P (si 24 C2D. enton­
. . . . • que corto, y lo hemos hecho
ces 25. D3T, C3CD ; 26. A X P ! ). conscientemente. Se debe a que
los procedimientos de ataque no
25. D2T e2D ofrecen diferencias especiales con
26. D3T etA respecto al asalto de la posición
21. T x e+! de enroque largo, pero las accio­
nes del atacante se ven facilita­
Liquidando al principal defen­ das debido a la mayor extensión
sor de la casilla 6R. de las líneas defensivas. Por ello
el ajedrecista que haya asimilado
27. . . . RxT bien los métodos de 1 ucha con­
28. D6R TIC tra el enroque corto, podrá ata­
29. e4T A ID car también, con el mismo éxito,
30. e x P + R2C la posici ón del rey en el flanco
31 . e x P de dam a.

82
7. CON POCAS FUERZAS

Consideremos ahora el ataque Diagrama núm. 59


al rey en el final de juego. Dado
que no siempre es posible esta­ �.
;/,y
-

0í//"�
���
L_,� •
� _¿
�..........,.l
blecer límites precisos entre me­
dio juego y final, dedicaremos •
�-
• ·�· r•
atención únicamente a las posi­
/·/(/%

'" �
�� • �r·� r4.m%
ciones en que sólo quedan dos
o tres piezas por cada lado.
·�:�k:�-
/i� • •
• �-
Es sabido que con los cam­
/<�%�

//� � •
/.

�.�·�� i g
;';W4'/�
bios de piezas se reduce el peli ­
gro sobre e l rey y en l a lucha
»i· 0'/� • �s� � ?0-,,,i0,

activa aumenta l a importancia ��� •



,?;/1';',1� � �.i!
-ou :�
�/.1///�
: -': �/�

de éste. Para que el ataque en


el final tenga éxito, debe lograr­
��
t,ffl/� •
- -

se la máxima actividad de cada


Esta posición surgió en l a par­
pieza y util izarse todo su poten­
t ida Bronstein - Korchnoi (Mos­
cial. Sólo entonces podrán sur­
cú, 1 962). Las blancas tienen un
gir las condiciones necesarias
peón de ventaja, pero en el ta­
para concluir la lucha con éxito.
blero sólo quedan piezas mayo­
Al mism o tiempo, debe tenerse
res, y ello dificulta la victoria.
mucho cuidado para que el rey
propio no caiga en una trampa. 35. D6C ! T7D?
Los ataques al rey más fre­
cuentes son aquellos en que i n ­ Se debía seguir la táctica de
tervienen las piezas mayores. defensa pasiva j ugando 35. . . . ,

83
Tl AD. La actividad arruina a Diagrama núm. 60
las negras, e inesperadamente se
ven atacadas.

i
36. D8C + R2T i ·
37. T8R DxP •
38. T8T + R3C �·
fr
� ·�
%,,...,?/,

Al iniciar el contraataque, las


negras probablemente sólo con­
taban con 39. D8R + D2A (pero •

no 39. . R4C, debido a 40.


. . •

D5T + ) ; 40. D4R + , R4C ; 4 1 . Esta posición tuvo lugar en la


D3R + , D5A + . Pero las blan­ partida Taimanov - Larsen (La
cas disponen el decisivo sacrifi­ Habana, 1 967). Juegan las ne­
cio de torre. gras.
¿ Verdad que no hay nada que
indique peligro para las blan­
39. T X P+! cas? Más bien parece que serán
las negras quienes se verán ata­
cadas. Y si las blancas obraran
Ahora las negras pierden la con más precaución, no corre­
dama. 39 . . . , P x T ; 40. D8C + .
.
rían realmente ningún peligro . . .
ó 39 . R X T; 40. D8T + . R 3C �
. . . •

4 1 . D5T + . R3A ; 42. P5C + .


31. . . . P SR +
Finalmente 39. . . . , R2A ; 40. 32. R4A
D7A + , R l C ; 4 1 . D8A + . R2A;
42. D6R + conducía a mate. En No se puede jugar 32. R x P,
consecuencia, las negras se ri n­ en vista de 32 . . . . , C4A + .
den.
32. . . . C2R
Este ejemplo indica claramen­ 33. AST
te el gran potencial ofensivo de
la conjunción de esfuerzos de De otro modo perderían el
torre y dama en el ataque. peón 4A.

84
33 . . . . P3C Los dos últimos ejemplos co­
34. A x C PxA rresponden a partidas de gran­
35. A4T C3C + des maestros. En ellos se ha
36. RSA T4A + podido comprobar la actividad
37. R6A desarrollada por las piezas del
atacante. El máximo rendimien­
Esto, claro está, no significa to de las piezas en finales con
la derrota, pero crea las condi­ pocos efectivos se puede obtener
ciones para el ataque. en estudios.
Los ataques de tales estudios
37. . . . C4R!
son muy instructivos y típicos
38. A3C?
de finales. Por ello examinare­
Las blancas no presienten el mos dos estudios de M. Libur­
peligro, y de pronto se encuen­ kin . En ambos ganan las blancas.
tran bajo el ataque con mate en
territorio enemigo. Después de Diagrama núm . 61
38. A l D, la partida terminaría
en tablas.

38 • . . . RlR!

Amenaza 39 . . , R l A, y se­
. .

guidamente mate con el caballo


5C ó 2D. Las blancas se aden­
tran aún más en la retaguardia,
pero allí también les aguarda un
final desastroso.

39. R7C CSC!


40. TlD
La posición parece correspon­
Ya no había modo de defen­ der a una partida real , y el de­
derse. sarrollo del juego también re­
cuerda una contienda de torneo.
40. . . . T4C +
41. R8T C3A l. ClA!
42. A4T + R2R
Facilitando el avance de peo­
Las blancas se rinden. nes. Amenaza 2. C3C + , que

85
también se produciría en caso de Veamos seguidamente otro es­
l . . . . , R lC. tudio. Al examinar su posición
Caben dos variantes principa ­
inicial se puede suponer todo
les, l . . . , T x PC ; 2. P7A,
. cuanto se desee, pero nunca un
T4D + ; 3 . C3D ! . T x e ; 4. final con mate.
R2A, T5D !
Es la mejor defensa. Ahora
Diagrama núm . 62
si 5. P8AD?, entonces 5. . . . ,
T5A + ! ; 6. D x T y tablas.
Si 5. P8A =T! amenaza mate :
6. T8T; y después de 5 . . . . , T5T,
las blancas atacan la torre me­
diante 6. R6e, al mismo tiempo
amenazan con mate desde el otro
lado.
Queda por examinar la segun-
da variante :

l. . . . T4D +

Ahora 2. e3D ya no sirve, en


vista de 2 . . . . , T X e + ; 3. R2A
. t. T2T
T4D.
Las negras no pueden evitar
2. R2A T4A + la pérdida de una pieza y, apa­
3. R3D! rentemente, esto significaría el
fin. Pero la lucha acababa de
¡ Precaución ! No se puede 3 . tmctarse.
R2D, puesto que 3 . . . . , T x P �
4. P7A, T7C + ; 5. R l D, T7A ;
l. A8C!
6. R x T y tablas.

3. . . . T x PC Si l . . . . , C8A, entonces 2.
4. P7A TIC RlR.
S. P x T = A!
2. T2CR R6A!
De convertirse el peón en pieza 3. T x A R7A
mayor sería, nuevamente, tablas. 4. TlR

86
Las blancas han ganado una amenaza mediante 6. C4D, pero
pieza, pero inesperadamente su en este caso continuará de todas
torre ha quedado en aprietos, sin formas 6 . . . . , P7R + ; 7. e X P.
que se vea la forma de evitar C8A ! y después de retroceder
,

esta situación. con el caballo : C6R + , C8A + ;


y tablas.
4 • . . . PSR
6. CSA ! P7R +
5. C6R P6R
7. R2D C8A +
8. RlA! RxT
Amenaza 6. . . . . P7R + . y 7
.

. . . . C8A. (8 . . . . , R6R ; 9. R2A)


A pnmera vista lo más sen­
cillo parece contrarrestar esta 9. CJD y mate . . .

87
8. CONTRAATAQUE

Durante la realización del ata­ Diagrama núm. 63


que es preciso no solamente rom­
per la defensa del enemigo, sino
considerar también en todo mo­
mento el desarrollo de su juego,
especialmente sus posibilidades
de contraataque. Es evidente que
el contraataque es un tema que
se relaciona con la defensa, pero
de todas formas le dedicaremos
unas páginas.
� 0fii JJ.f�
/

�;j �
! � 1

¿ Cuáles son las causas que �- . ti\ . •


crean posibilidades de que éste • � ��
-;'l.,.,� • .-.·h bd
surja? Se pueden indicar varias :
indecisión en la realización del A esta posición se llegó des­
ataque, lentitud, sencillamente un pués de la jugada 1 6 de las blan­
error de cálculo o, en la mayo­ cas, en la partida Nergard-Sima­
ría de los casos, contragolpe del guin (torneo por corresponden­
enemigo. Y todo ello como con­ cia, 1 964).
secuencia natural de una mala
preparación del ataque. Valoremos la posición. Las
blancas han dejado al rey en el
Examinemos dos ejemplos en centro e inician el asalto con los
los que se inició el ataque sin peones. ¿ Existían sólidos funda­
asegurar la posición en el centro. mentos para ello? Un examen
88
superficial indica que sí, pues ya El sacrificio del tercer peón
hemos examinado posiciones se­ despeja definitivamente el cami­
mejantes, llegando a la conclu­ no a las figuras negras. Ahora,
sión de que, en caso de centro de hacerse 1 9. P x P, entonces
de peones estable, es precisa­ 1 9 . . . , C4R.
.

mente en el centro donde el rey


se encuentra más seguro. 19. D X p A x PC
Pero, ¿es verdaderamente es­ 20. D4AR
table el centro?
Es de suponer que en este En caso de 20. D x A, T x A ;
punto la opinión de los conten­ 2 1 . R2A, A4A. El ataque de las
dientes no coincidía. La valora­ negras también era peligroso.
ción de las negras resultó más Ahora las blancas perecen bajo
profunda, más exacta. En gene­ el empuje de las fuerzas supe­
ral, el gran maestro Simaguin riores enemigas.
fue un insuperable especialista
en asestar golpes inesperados. 20 • . . . A4T
21. R2A C4R
22. A2C A3D
16 . .. . P4CD!
23. D4T T1AD
24. T2D D3A
Está claro que el juego de las
25. ASC D4A
negras se relaciona con el gol pe
26. C4A AxP
P4D, pero no puede realizarse
27. A3T
de inmediato, y, por ello, Sima­
guin lo prepara mediante un gol­
O 27. A x A, A4A + ; 28.
pe en el flanco.
R3C, e x A ; 29. R x e, T6R + .

17. p X p 27• . . . ASCR


28. R2C T7A
Es obligado reducir parcial­
mente el control sobre 5D, pues­ Y las blancas se rinden.
to que, en caso contrario, des­
pués de P x P se debilita catas­ Los ataques inoportunos pue­
tróficamente la casilla 4A. den conducir a semejante triste
final.
17• . . . P4D En el ejemplo examinado, el
18. p X p PSR! contraataque se realizó contra

89
el rey ; pero con frecuencia el Pero intentemos valorar la si­
contragolpe en respuesta al avan­ tuación en el centro. Resulta que
ce de las fuerzas enemigas tiene no es en modo alguno estable, y
lugar en una zona distinta, aun­ ello permite a las negras demos­
que no por ello es menos peli­ trar la inoportunidad del ataque.
groso, pues no permite al ene­
16. . . . CxC
migo lanzarse al asalto con des­
11. T x e
pliegue de todo su potencial.
Es evidente que después de
Diagrama núm. 64 1 7. p X e, p X PA, la posición se
simplificaba y las blancas no
quedaban en peor situación, pero
éstas querían atacar.
17 . . . . AJAR
18. TST P3C
19. T3A-3T

Las negras parecen encontrar­


se en grave peligro. El golpe so­
bre 7T es imparable, y la cap­
tura de torre conduce inmediata­
mente al desastre : 1 9 . . . . . P x T ;
20. D X P, T 1 R ; 2 1 . D6T !
Pero . . .
En esta posición. tomada de
la partida Keres - Smyslov (Zu­ Diagrama núm . 65
rich, 1 953) las blancas jugaron
1 6. C5R, a fin de proporcionarle
a su segunda torre un camino
hacia el flanco de rey después
del cambio de caballos.
Pero, ¿es esto muy efectivo ?
Parece que sí, pues las blancas
no tienen ninguna dificultad en
reunir sus fuerzas para lanzar­
las contra el rey negro, y en es­
pecial para organizar el ataque
por la columna de torre.

90
19. P xP 22. D6T, D x P ; 23. T8T + !

En respuesta al ataque en el 22. D6T TR-lD


flanco, las negras dan un golpe
en el centro. Tal posibilidad del Ahora la variante con sacrifi­
enemigo debe ser estudiada siem­ cio de torre en 8T ya no sirve,
pre con especial atención. puesto que las negras asegura­
Ahora, en caso de 20. P x P ron la retirada de su rey de la
ó 20. A x P, las negras capturan zona de peligro. Las blancas
la torre, y la maniobra indicada « tocan retirada », reconociendo
anteriormente ya no tiene la mis­ el fracaso de sus intenciones.
ma fuerza, dado que ahora se Y ahora son las negras las que
puede mover el alfil a 5R (por inician un decidido ataque en el
ejemplo : 20. P x P, P x T ; 2 1 . centro.
D x P, A5R, y si 22. D6T, en­
tonces 22. . . A3C y 22. A 3D
. . 23. AlA A2C
se contrarresta con 22 . . . . , A x A ; 24. DSC DJA
2 3 . T X A ; A2C). 25. D4C P7A
26. A2R TSD
20. T X P? 27. P4A T8D +
28. A x T DSD +
Esta jugada de ataque hunde
definitivamente a las blancas. Las blancas se rinden.
Probablemente aún se podía lo­
g rar tablas jugando 20. D4C. Estos dos ejemplos indican
Por ejemplo : 20. . P6A ; 2 1 .
. . • claramente las funestas conse­
A X P, T X A ; 22. T X T, D X p ; cuencias de un ataque anticipa­
23. D X D, A X D ; 24. T7A, do en el flanco, sin asegurar el
p X T ; 25. T X A. centro y la fuerza del contraata­
que enemigo. Por ello, al decidir
20 . . . . P6A el asalto debe estudiarse cuida­
21. DlA DxP dosamente la situación, y en pri­
mer lugar valorarse la posición
En caso de 2 1 . . . . , P x A?, las en el centro. Esto ayudará a evi­
blancas penetraban decididamen­ tar uno de los errores más típi­
te por la columna de torre, dado cos : el ataque sin preparar sufi­
que se retrasaba la toma de 5D : cientemente la base posicional.

91
9. DEBILIDAD PERMANENTE Y TEMPORAL

La debilidad de la posición es puede ser decisivo. Examinemos


un tema de la teoría ajedrecística algunos ejemplos reales.
muy amplio y de particular im­
portancia. N o vamos a conside­ Diagrama nútn . 66
rar todos los detalles ; nos ocu­
paremos únicamente de algunas
cuestiones que guardan relación
directa con el ataque al rey, con­
cretamente de las debilidades
permanentes y temporales.
Cuando en la posición del
enemigo existen debil idades per­
manentes, el asalto se puede rea­
lizar con más facilidad. Pero de­
ben tenerse siempre en cuenta
las posibilidades que tiene el ad­
versario de cubrir estas debilida­
des de acuerdo con la posición J uegan las negras. Esta posi­
concreta que se ha creado. ción tuvo lugar en la partida
La situación es mucho más Keres-Botvinnik (Moscú, 1 94 1 ).
compleja cuando las debilidades Intentemos valorar la posición
son temporales y pueden ser eli­ y encontrar las debilidades recí­
minadas rápidamente. En este procas.
caso adquiere gran importancia La posición de las negras está
el factor tiempo, que a veces debilitada por la jugada P3TR ,

92
sus peones centrales pueden ser hacia 1 T. puesto que ello elimi­
objeto de ataque y el rey ha naría las posibilidades de ataque
quedado retenido en el centro. de las negras, las cuales queda­
Es evidente que si jugaran las rían con importantes debilidades.
blancas, éstas podrían aprove­
char las debilidades indicadas. 13. PJR T1AD
Pero la posición de las blan­ 14. AJD D2D!
cas, a pesar de la buena apa­
Esta jugada tiene doble fina­
riencia, también presenta serios
lidad. Además de la amenaza de
defectos. Las blancas se han re­
jaque a la descubierta, que cier­
trasado en el desarrollo de las
tamente se contrarresta con fa­
piezas del flanco de rey, que real­
cilidad, las negras quieren man­
mente no es tan importante. Pero
tener el dominio sobre la dia­
sí es importante que el rey no
gonal 8CD-2TR .
puede encontrarse seguro des­
pués de la inevitable apertura de 15. R1C A x A+
la columna de alfil dama. Ade­ 16. T X A D4A
más, la captura en 4D propor­
ciona tiempo a las negras para Diagrama núm . 67
sumar nuevas fuerzas. De este
modo . . .

9. . . . P4CR !

Las negras se deciden a una


nueva debilitación de posición.
¿ Para qué? Así evitan el cam­
bio de caballo 3A, para el cual
se ha reservado un notable pa­
pel en el futuro ataque.

1 0. AJC PxP
11. D x P CJA El rey blanco dio un paso en
12. D4TD A4A la dirección deseada, pero las
b !ancas han quedado con una
Es un importante eslabón en pieza clavada. Para liberarla, se
el plan de las negras. Éstas im­ ven obligadas a entregar un
piden la huida del rey blanco peón . . .

93
El final de la lucha ya está de­ Diagrama núm. 68
cidido a favor de las negras, que,
además de la ventaja de mate­
rial , mantienen el ataque.

17. P4R CxP


18. RlT O-O

Renovando la amenaza C4AD.


que de momento se contrarresta­
ba con T3R + .

19. T l D P4C Esta posiCion tuvo lugar en


20. D X PC CSD el encuentro Botvinnik - Vidmar
(Nottinham, 1 936). Juegan las
21. D3D C7A +
blancas.
22. R l C CSCD
Utilicemos el m ismo procedi­
miento para valorar la posición :
Las bla ncas se rinden. localicemos las debilidades.
La primera impresión es que
el rey negro está totalmente se­
Después de la retirada de da­ guro y sus piezas, aunque en
ma. resuelve el jaque a la des­ posición más pasiva que las
cubierta. blancas, están bien situadas. Pero
En es te caso la derrota de las Botvinnik, de todas formas, supo
blancas ha sido motivada por la encontrar defectos en la posi­
débil posición de su rey. No ha ción de las negras.
sido muy difíci l determinar la
20. e x P!
orientación de la lucha, aunque
para ello era preciso un cáJculo ¡ Suele suceder ! La casilla 7 A
exacto, y, lo más importante. parecía estar bien defendida.
mucho valor. pero Botvinn i k encontró preci­
Examinemos otro ejemplo que samente en ella la principal de­
corresponde también a una par­ bilidad de las negras . Resulta
tida del ex campeón del mundo. que si se toma con el rey queda
Botvinnik. una pieza d avada y si se toma

94
con la torre queda la segunda J uegan las negras. Éstas de­
torre indefensa. Naturalmente, no ben tomar alguna decisión a fin
resulta fáci l encontrar tales de­ de contrarrestar las evidentes
bilidades temporales. maniobras blancas en el flanco
de dama. Pero, ¿ qué hacer?
20. . . . TxC
¿ En qué lugar del tablero se
De hacerse 20. R x C. se
. . . •
podría localizar algún defecto en
ganaba con 2 1 . A x CD + . la d isposición de las blancas?
21. A x CR A xA No vamos a intrigar al lector.
Alekhine encuentra debilidades
o 2 1 . . . . . e x A ; 22. T x e y
en los lugares más inesperados :
23. D x T + .
Éste prepara el combate contra
22. T x C D 3A la casilla 6CR de las blancas,
23. T6D! sólidamente defendidas por el
Evitando la celada : 23. T5AD, peón 2A. Y vean de qué forma :
A x P+ . 24. . . . D2A
25. PSC PT x P
23. . DlR
26. p p T6R!
. .

X
24. T7D
Diagrama núm. 70
Las negras se rinden.
Y ahora meditemos sobre la
posición que surgió en la parti­
da Reti-Alekhine (Baden-Baden,
1 925).
Diagran1a n ún1. 69

Las negras inician el ataque


combinativo contra el rey, apro­
vechando la lejanía de los efec­
tivos blancos de la zona princi­
pal de operaciones. De momento
no es posible 27. P x T, puesto

95
que 27 . . . . . D x P + ; 28. A2e . A pesar del cambio de damas,
CxP . el empuje de las negras no cesa.
27. C3A
Ahora es malo 32. P X T. puesto
que 32 . e X T2D.
. . . •

Con 27. A3A había más po­


sibilidades de repeler el ataque. 32. T4A C x PA

27. ... p X p No servía 32 . . , e X T. debi­


. .

28. D x P C6AD do a 33. e X e ó 32 AXe; . . . . .

Los envites se suceden por to­ 33. T4A X C !


dos lados. Teniendo en cuenta
33. A2C A3R
que la torre 6R de momento es
invulnerable, las negras inician Dejando la casilla libre para
el asedio de la casilla 7R. Si oc uparla con el caballo.
ahora 29. D4A, entonces 29 . . . . .
34. T4A-2A CSC +
P4CD !
35. R3T C4R +
29. D X p DxD 36. R2T TxC
30. C x D C xP+ 37. T x e CSC +
31. R2T 38. R3T
Cubriendo el punto débil que
El rey está obligado a ponerse
tantas desgracias ocasionó a las
a tiro de los jaques a la descu­
blancas. En caso de 3 1 . R 1 A,
bierta, puesto que la retirada a
seguiría 3 1 . . . . e X P + .
.

la primera fila no es posible de­


31. CSR! bido al jaque con T8T.
Diagrama núm. 71
38 . . . . C6R +
39. R2T CxT
1 40. A x T CSD

Las blancas se rinden. Des­


pués de 4 1 . T3R, e X A + ; 42.
T x C, A4D, tienen grandes pér­
didas de material.
Nos limitaremos a estos tres
ejemplos que refleja n claramente
cómo se debe luchar contra las
debilidades temporale s en el
campo adversario.

96
10. ¿ESTÁ O NO ESTÁ JUSTIFICADO?

Ya hace tiempo que nos he­ Diagrama núm. 72


mos apartado del examen de
ataques con los reyes dispuestos
frente a frente. Pero, antes de
dar a los lectores algunas reco­
mendacion es, quisiéramos llamar
la atención sobre otra cuestión
q ue debe plantearse el ajedre­
cista que se dispone a iniciar las
operaciones ofensivas : ¿están
justificadas o no lo están?
En efecto, el problema tiene
gran importancia y no siempre
se resuelve correctamente, in­
cluso por parte de los grandes
m aestros. desarrollo, aunque, gracias a sus
¿ No lo creen posible ? Pues dos alfiles, aún pueden organi­
convénzanse ustedes mismos. zar la defensa.
Pero las blancas tienen el peón
(Véase diagrama 72) 4R a tiro. ¿Comprendía Geller
que, al tomarlo, se retrasaría
Esta posición tuvo l ugar en la aún más en el desarrollo? Sin
partida Bronstein - Geller (Gote­ duda que sí. Pero, de todas for­
borg, 1 955). Juegan las negras. mas, las negras posiblemente po­
Éstas se han retrasado con el drán hacer frente al ataque. No

97
4 - Ataques al rey
queda claro. Al decidir si estaba Las negras se rinden . ¿ Está o
o no estaba justificada la cap­ no está justificada a la captura
tura de peón, el gran maestro del peón? En la mayoría de los
evidentemente cometió un error. casos, la respuesta errónea a este
interrogante se produce cuando
9 • . . . D x PR una de las partes inicia el ataque
sin concluir el despliegue de sus
Está claro que las negras lle­ fuerzas.
van un importante retraso en el
despliegue, pero confían en la Diagram a núm . 73
ausencia de debilidades en sus
dominios. En efecto. a las blan­
cas no les es fácil organizar el
ataque.

1 0. C3A D4A
1 1 . T1R P4D
1 2. PST A2D
13. D3C C3A

Esperando en vano a que las


blancas tomaran el peón en 7CD,
y así las negras completarían la
evolución de sus efectivos. En Esta posición se originó en la
caso de 1 3 . . . . , A3AD, las blan­ partida Snarskij-Chucaev (Cau­
cas pueden continuar sencilla­ nas, 1 960). No es difícil com­
mente con 1 4. CSR. Pero . . . probar que las blancas, que han
movido sólo la dama, mientras
14. TSR! D6D que las negras han puesto en pie
de guerra a tres piezas, se han
No hay modo de retroceder retrasado en el desarrollo. Por
( 1 4. . . . , DSC ; 1 5. P3T), pero ello, estaba fuera de lugar pre­
ahora se produce un simple sa­ guntarse s i estaba o no justifica­
crificio que conduce a la victoria. do el ataque. No obstante . . .

15. T x P + R xT 7. P4CR? P3D


1 6. e x P + CxC 8. C3AD A3R
17. D X D 9. P4A

98
Las blancas prosiguen con su 17. R3A ASTR
plan equivocado. 1 8. D2D CBR +
19. R2R T7A
9 • . . . TlAD!

Las negras no tienen prisa en Las blancas se rinden.


alejar el rey del centro, pues con
En los dos ejemplos examina­
su ventaja en el desarrollo, el
dos no era muy difícil rechazar
ataque de las blancas no puede
las injustificadas maniobras. Esto
ser pel igroso. Ahora las amena­
ahora parece muy sencillo, pero
zas se dirigen hacia 5A.
téngase en cuenta que uno de los
1 0. CSD errores fue cometido por un gran
maestro en las eliminatorias para
No era posible 1 0. P5AR. de­ el campeonato del mundo, y el
bido a 1 O. . C4R, que condu­ . . .
otro es un error típico bastante
cía al resquebrajamiento de la frecuente en la práctica ajedre­
posición de las blancas. cística.
10 . . . . P4CD Normalmente, todo resulta
más complicado, y los maestros,
Este golpe en el flanco es tí­ para considerar si está o no está
pico en tales posiciones. justificado, frecuentemente se ba­
1 1 . R2A san en la intuición y no en cálcu­
los de variantes concretos, que
1 1 . P x P conducía a la derrota a veces son imposibles.
inmediata debido a 1 1 . . . . .
A X e ; 1 2. p X A, C5CD, y se­ Diagrama núm. 74
guidamente C7A + .
11. . . . p X p
1 2. D x P CSD
13. D4T +

Está claro que no se podía ju­


gar 1 3. D x C. debido a 1 3 . , . . .

e x PC + .

13 . . . . A2D
14. C x C + AxC
1 5. DlD C7A
1 6. TIC DJC +

99
Esta posición tuvo lugar en la es posible prever todas sus con-
.
partida Ney-Darga (Beverwijk, secuenc1as.
1 964). Juegan las blancas. Éstas
pueden elegir entre la tranquila 14 . .. . PxA
1 0. P3TR, A2C ; 1 1 . A3D, y la
violenta 1 0. P5R. ¿ Está justifi­ Las negras están obligadas a
cada esta última posibilidad ? Es seguir con resignación el juego
prácticamente imposible calcular de las blancas. Éstas no podían
todas las posibles variantes, y rechazar el sacrificio, pues a 1 4.
por lo tanto sólo nos resta se­ . , T 1 D seguiría 1 5. A6C, y si
. .

guir el desarrollo de la lucha y 14 . , 0-0-0, entonces 1 5. D x A,


. . .

luego decidir si está o no está p X A ; 1 6. e X P, y las negras


justificado este decidido plan. quedarían indefensas.

10. PSR! A2C 15. C x P D3A


1 1. D3T PxP 16. C60 + RlD
12. C x PR 17. p X p R2A

Lógicamente, este sacrificio de Por primera vez las negras po­


caballo fue previsto por las blan­ dían poner en duda las ventajas
cas cuando decidieron jugar 1 O. del plan de ataque de las blan­
P5R. cas, jugando 1 7 . . . . , CSR. Aun­
que las blancas podían dar jaque
1 2. PxC con el caballo jugando a 7 A, y
13. D x P + A2R después las negras podían elegir
14. A X P! entre 1 8 . , R l R, con posible
. . .

repetición de jugadas, y 1 8. . . . ,
Por supuesto, este segundo sa­ R2A, con complicaciones poco
crificio de pieza también estaba claras.
previsto por las blancas. Para
lograr los resultados deseados, 18. T4D!
era preciso una acción rápida,
pero, de todas formas, de mo­ Probablemente las negras no
mento no está claro que la in­ habían previsto esta jugada. De
tención de las blancas aporte otro modo se decidirían, sin du­
ventajas. Los sacrificios son rea­ da. por la continuación arriba
les, puesto que sólo se puede fi­ indicada. Es posible que las ne­
jar su finalidad inmediata y no gras contaran con que las blan-

1 00
cas tnan a la recuperación de 20. CSC + !
material mediante 1 8. D x A, que
conduciría a un contraataque pe­ Nueva sorpresa. Ahora el de­
ligroso después de 1 8. . . . , T x P. senlace está cerca. Si 20. . . . ,
T x C, entonces 2 1 . A4A + , R3C;
18. . T4T?
22. D X A.
. .

Esto conduce a la derrota,


aunque resulta extremadamente 20 . . . . DxC
difícil prever la evolución de los 21. T X C + DxT
acontecimientos. Cuando uno se
ve atacado, nunca debe desapro­ Si 2 1 . . , R lA, la respuesta
. .

vechar la oportunidad de debi­ de las blancas sería 22. P x P !


litar el ataque mediante cam­
bios. Se lograba este fin median­ 22. D x T + A3D
te 1 8. . . , A X e ; 19. T X A.
.
23. D3A + D3A
D5R ; 20. p X c. D X D ; 2 1 . 24. DST +
T x D, P x P. Los tres peones
pasados blancos tienen más fuer­ La dama blanca se escapó de
za que una pieza, pero la posi­ la persecución y ahora se podrá
bilidad de materialización de esta jugar P x P.
ventaja es casi imposible.
24 • RlA
19. P x e T4R
. . .

25. p X p TIC
o t9 . . . . , A x e ; 20. P x P ! 26. A4D ASA +
27. RlC D2D
Diagrama núm. 75 28. DSA + A3A
29. D8A +

Las negras se rinden.


""'

La partida es extremadamente
complicada, y la mayor parte de
las posiciones intermedias pro­
vocan discusiones, cuya solución
es poco probable incluso m e ­
diante análisis minuciosos.
La elección de esta partida no
ha sido ca sua l. En ella se refle-

1 01
jan claramente las dudas que tiva, han mantenido a las negras
pueden inquietar al ajedrecista en tensión continua, las cuales,
cuando tiene que decidir si está en definitiva, no han podido so­
j ustificado o no el ataque. portarlo.
¿ Qué sucede en esta partida? En una palabra, al iniciar el
Es posible que teóricamente se ataque pregúntense : ¿ Justifica­
pueda demostrar lo innecesario do o no? Y no teman los sacri­
de los sacrificios realizados por ficios que conducen a una apa­
las blancas. Pero, en realidad, sionante lucha, los cuales garan­
hemos visto que éstas han lleva­ tizan un prolongado dominio de
do en todo momento la inicia- la iniciativa.

1 02
CONCLUSióN

Sólo resta resumir lo anted i­ minar d e s d e qué puntos pueden


cho y da r algu nos consejos a los las piezas ejercer la máxima pre­
a fi c i ona do s a l aj e drez
. sión sobre la posición del rey
Ahora ya sabemos que el ata­ enemigo, y hacer todo lo posi­
q ue no se puede realizar partien­ ble por ocuparlos. En todo mo­
do de una pos ición c ua l qui e ra . mento debe intentarse debilitar
Éste debe ser p re pa r a d o cuida­ la posición del adversario, pues
dosamen te. En p r i mer lugar, se ya hemos visto que de este modo
deben desplegar las piezas rápi­ el ataque encontrará menor re­
damen te y de form a racional e sistencia.
i ntentar ocupar el centro, o por En otras palabras, qu ien toma
lo menos dom inarlo . Si se con­ la iniciativa estará en ventaja.
s iguen ambos obj e t i vos, en rea­ R ecuerden que cuando se lleva
l idad se ganará espacio y, en ventaja se debe atacar, pues de
consec uenci a , se tendrá asegura­ otro modo ésta se perderá. ¿ Les
d a l a movi l i dad de las piezas, de parece demasiado severo ? De
tnodo que su capacidad de ac­ n i ngún modo, pues si se obra
c i ón será superior que las del con len titud cuando se han crea­
adversario. En con secuenci a , la do las condiciones indispensa­
s itua ción del adversario quedará bles para el ataque y se han dis­
re stringid a , y como sabemos , to­ puesto las fuerzas combativas en
da posición restri ngida encierra s us lugares, se concede al adver­
e n s í pel igro de derrota. sario el tiempo suficiente para
Ha l l egado el momento de f i ­ reorgan i za r sus l íneas defen s i­

j a r e l pla n d e a t a q ue, de deter- vas y, s 1 l a s condiciones lo per-

1 03
miten, asestar un contragolpe, una acción combinativa decisiva
que puede cambiar radicalmente puede tener lugar cuando se ha
la situación sobre el tablero. debilitado la posición enemiga o
Y ahora, algo sobre el plan, se ha logrado desorganizar el
sobre la dirección en que se debe dispositivo de sus piezas.
asestar el golpe. En cada caso ¿ Cómo adquirir la práctica
dependerá todo de la apreciación necesaria? ¿ Cómo aumentar
correcta y amplia de cada posi­ nuestros conocimientos ?
ción concreta. Ello define preci­ Esto se consigue estudiando
samente la capacidad del ajedre­ atentamente la teoría de ajedrez
cista. en combinación con actuaciones
No toda ventaja puede ser uti­ prácticas, pues existen muchos
lizada para atacar al rey. Con métodos de entrenamiento para
frecuencia los puntos más vul­ aprender a valorar correctamen­
nerables están situados lejos del te una posición. Indicaremos el
rey enemigo, y este último se medio más sencillo :
encuentra en posición suficiente­ Al estudiar un libro de aje­
mente estable. drez, presten atención a los dia­
Todas estas consideraciones, gramas. Sin apresurarse, anali­
evidentemente tienen carácter es­ cen la posición, traten de encon­
quemático, pero basándose en trar las ventajas e inconvenientes
datos aislados se puede encon­ en la disposición tanto de las
trar el camino más corto y co­ blancas como de las negras .
rrecto hacia la meta. Y, sin ayuda del tablero, traten
Volvamos a los medios de de encontrar el plan correcto de
materialización del ataque. Ya juego y de calcular las variantes.
hemos indicado que toda posi­ Sólo después de esto comprue­
ción encierra ciertas particulari­ ben el desarrollo de la lucha de
darles que, si son evaluadas con la partida analizada, y así po­
exactitud, permiten la elección drán contemplar la (( verdad de
de un plan correcto. Lo mismo la posición >> .
puede ser un asedio prolongado Comprueben este consejo.
que un ataque combinativo de En todas las posiciones juegan
gran fuerza. Con la particulari­ las blancas y ganan mediante
dad que, como ya hemos visto , ataque al rey.

1 04
Diagrama num.
, 76 Diagrama núm. 77

1
rr��
*''"""' i


�////!ii


� �
�////.;, r
,;:,,;·�
� % •
..... ·�
� ,,�
� i
ª � •
Wf�

��
!W&-::iií� r.�g�
· i
� ,:<
� a w·
� ��f·� � "
� � � �
.. �
..�hl
... "%,.,.,.,7Z �----� �;, ,.,.�

� ,...,... �
......
�-·�
� ...,....� }�..

r¿,,,,, �

Diagranza núm. 78

¿ Han valorado la posición ? ¿ Han definido el plan de juego ?


Ahora comparen la solución con el desarrollo real de la lucha.

1 05
SOLUCIONES

Diagrama 76 Las negras se rinden . No se


puede j ugar 2 8 . . . . , R 1 C, en vis­
12. CSD! DlD
ta de 29. T6D, y si 28 . . . . , R2R ,
También se perd ía con 1 2 . , . . . entonces 29. TSD ! , D3C ; 30.
P x C, puesto que 1 3 . A5C + , T6D, T2A ; 3 1 . D6A + , R 1 R ;
R1D; 14. A x C, P5C ; 15. 3 2 . T8D + .
T x P+. (Ta l-Averbach , Moscú , 1 96 1 ) .

13. DSA C3R


Diagrama 78
ó 1 3 . . . . , P3A ; 1 4. D3C + . 23. C6A + !

14. C6C Interesante sacri ficio d e peón ,


que tiene por objeto abri r una
Las negras se rinden (Bannik­
segunda columna en e l flanco
Atamanov, Kiev, 1 9 64).
de rey.

Diagrama 77 23 • . . . CxC
24. P x e DxP
23. A X P! T X T
Si 24 . . . . , A x P, se p r oduci r ía
o 23 . . . , D X A ; 24. T
. X T+'
el golpe combinativo 2 5 . D2T .
e x T ; 25. n x A.
P4TR ; 26. D X PT, T1R; 27.
24. T x T! T X p+ ! ' p X T; 28. D7T + .
R l A ; 29. A6T + .
No valía 24. A x D, T x T + ;
25. R 2T, puesto qu e 2 5 . . . . , 25. ASC D xP

AxC .
26. D2T D4T

24 . . . . DxA Si 2 6 . . . . , P4 TR , se ganaba
25. D X A PxC con 26. C2D.
26. A3C!
27. D2A A6T
Esta jugada ha tenido que ser 28. D3R P3TR
prevista con mucha an ti c ipaci ón . 29. C2D

26. . . . T2C Las negras se rinde n . (Vasiu­


27. D x PC + R1A kov-Parma , encuentro URSS-Yu­
28. D6T + gosla v i a , 1 96 3 ) .

1 06
COLECCION ESCAQUES

F i nales de peones. - l . M a i z e l i s .
2 F i nales de alfil y de caballo . - Y . Ave rbac h .
3 Teoría d e fi nales d e torre . - Ltiwe nfi s h y S m y s l o v .
4 Teoría de aperturas, tomo 1 : Abi ertas. - V . N . P a n o v .
5 Teoría de aperturas, tomo 1 1 : Cerradas. - V . N . Panov .
6 Defensa i nd ia de rey. - P . C h e rt a .
7 Táct ica moderna e n ajedrez , tomo l . - L . Pach m a n .
8 Táctica moderna en ajedrez, tomo 1 1 . - L . Pach m a n .
9 Estrategia moderna e n ajedrez . - L u d e k Pach m a n .
1O L a trampa e n l a apertura. -- B . W e i nste i n .
11 Apertu ras abi e rtas . - L . Pach m a n .
12 Aperturas semiabiertas . - L . Pac h m a n .
13 Gambito de dama. - Lud e k Pach m a n .
14 Aperturas cerradas . - L u d e k Pach m a n .
15 E l arte d e l sacrificio e n ajedrez. - R . S p i e l m a n n .
16 Cómo debe juga rse l a apertura . - A . S u e t i n .
17 Teor í a d e los finales d e partida. - Y . Ave rbac h .
18 E l arte d e l a defensa. - l l i a Ka n .
19 Táctica del medio juego. - l . B o n d a rews k y .
20 L a estructura de peones centrales. - B . Pers i t s .
21 La perfección e n e l ajed rez . - F red R e i n fe l d .
22 El gambito de rey. - P a u l Kere s .
23 Lecturas d e ajedrez. - Y u r i Ave rb a c h .
24 200 cel adas d e apertura. - E m i l G e l e n cze i .
25 Defensa sicil iana. Variante Najdorf. - P . C h e rta .
26 Ajedrez de e ntrenamiento . - A . Ko b l e n z .
27 Jaque mate . - K u rt R i c hte r .
28 Combi naciones en e l medio juego. - P . A . R o m a n ows k y .
29 L a defensa P i re. - G . F ri d s hte i n .
30 E l sentido común e n ajed rez . - E . L a s k e r .
31 Ajedrez elemental . - V . N . P a n o v .
32 L a defensa cata lana. - N e ustadt.
33 El ataque y la defensa. - Hans M ü l l e r .
34 Defensa sici l i ana. Variante Paulsen. - P . C h e rta .
35 La psicolog ía en ajedrez. - Kro g ius .
36 El arte del aná l i s i s . - Paul Kere s .
37 Bobby fischer. - P a b l o M o rá n .
38 Partidas decisivas . - L . Pach m a n .
39 200 partidas abiertas. - D . Bronste i n .
40 E l match del siglo: Fischer-Spassky. - L . Pach m a n .
41 ABC de las aperturas. - V . N . Panov.
42 La batalla de las ideas en ajedrez. - A . S a i d y .
43 Ataques a l rey. - B . F . B a ranov.
44 Capablanca . - V . N . Panov .
45 Los niños prodigios del ajedrez. - P . M o rá n .
46 Tablas. - L . V e rjovsky.
47 Leyes fundamentales del aje d rez. - l . Kan .
48 Ajedrez y matemáticas. - Fabe l , Bonsdorff y R i i h i maa .
49 El laboratorio del ajedrecista. - A . Suet i n .
50 Cómo pien san los grandes maestros. - P . Schmidt.
51 Defensa S i c i l iana. Vari ante del D ragón. - E . G u fe l d y E . Lazarev.
52 Psicolog ía del jugador de ajed rez . - Reuben F i n e .
53 Los ca m peo natos del mundo. De Ste i n itz a Alekhine. - P . M o rá n .
54 Los campeonatos del mundo. D e Botv i n n i k a F i scher. G l igoric
Wa d e .
55 Viaje a l reino del ajed rez. - Ave rba c h y B e i l i n .
56 Anato l i Karpov. - A n g e l M a rt í n .
57 Alekhine. - Kot ov .
58 300 M i n iatu ras . - R o i z m a n .
59 Errores t í picos. - Pe rsits y Voro n k ov .
60 L a defensa Alekhine. - E a l e s y W i l l i a m s .

61 F i nales artí sticos. - K as pa r i a n .

62 D i cc io na r io de ajedrez. - R a mó n I be ro .
63 Curso d e aperturas. Abiertas . - Pa nov y Estri n .
64 Curso d e aperturas. Sem i ab iertas . - Pa nov y Estri n .
65 Curso d e aperturas. Cerradas . - Panov y Estri n .

También podría gustarte