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El peor analfabeto es el analfabeto político.

No oye, no habla, no
participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la
vida, el precio de las alubias, del pan, de la harina, del vestido, del
zapato y de los remedios dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el
pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia
política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos
los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las
empresas nacionales y multinacionales
Bertolt Brecht (1898-1956) dramaturgo, poeta y ensayista alemán

El propietario de una pequeña granja del sureste de Estados Unidos le dijo


a Robert Coles: «Para mí, la tierra que poseo está siempre allí,
esperándome; forma parte de mí, la siento muy dentro de mí; es tan mía
como mis brazos o mis piernas». Y añadió: «La tierra, es mi amiga y mi
enemiga; es ambas cosas. La tierra rige mi vida y mi ánimo; si las cosechas
van bien, me siento bien, y si hay problemas con los cultivos, soy yo quien
tiene problemas». El que trabaja la tierra no ve la naturaleza como un bello
cuadro, pero puede ser profundamente consciente de su belleza.
Fu-Tuan-Yi, 20071

LA PLANEACIÓN PARTICIPATIVA, HERRAMIENTA DESDE LA


PARTICIPACION CIUDADANA PARA LA DEFENSA DEL TERRITORIO

José Rafael Rodríguez Mora


Consejo Territorial de Planeación Huila
Sector Comunicación Comunitaria y Ciudadana

Desde el 2002, con la puesta en marcha de la estrategia gubernamental


denominada “Confianza Inversionista”, Colombia vivió un proceso de cambios
institucionales en los que resaltan, entre otros, la simplificación de los trámites para
la consecución de Licencias Ambientales, la creación de instalaciones militares
ubicadas de manera estratégica para ‘asegurar’ las zonas de interés productivo y
la introducción de un esquema fiscal atractivo a los ojos de empresas
multinacionales y firmas inversionistas, sobre todo para el sector de la minería, la
extracción de crudo y la generación de energía a través de hidroeléctricas.

En el caso del departamento del Huila, en el que habitan aproximadamente 1,1


millones de personas repartidas el 59,8% en el área urbana y el 40,2% en una
extensión cercana a los 2 millones de hectáreas2, perteneciente al corredor
trasandino amazónico y epicentro del macizo colombiano; la biodiversidad y la
variedad topográfica constituye una zona atractiva para la exploración/explotación
de materias primas de exportación y posibilidad de construcción de mega-obras
1
para la producción energética. Estas acciones han generado una situación socio-
ambiental preocupante. Se sabe que “el 48% del territorio presenta conflictos por el
uso del suelo, más del 30% tiene procesos de desertificación, existen 417 unidades
de explotación minera y 469 solicitudes de títulos mineros. 41.000 hectáreas están
declaradas de utilidad pública para los 10 proyectos de construcción de
hidroeléctricas”3; en un primer momento la Política Minero Energética se instala en
todo el territorio del Departamento a través del Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo
en el Río Magdalena, sobre la zona centro del Huila. El Quimbo abre paso a lo que
se ha llamado el Plan Maestro de Aprovechamiento del Rio Magdalena, que en
nuestra región contempla el desarrollo de (9) proyectos Hidroeléctricos: Isnos,
Guarapas, Chillurco, Oporapa, Pericongo, Páez, Aranzazu, La plata y Paicol;
adicionalmente se han definido la construcción de 50 microcentrales en diferentes
zonas del Huila. En otra arista, se encuentra el Bloque Matambo de Explotación y
Exploración de Petróleo entre los municipios de Garzón y Gigante, a cargo de la
empresa EMERALD ENERGY; quien además cuenta con la Licencia Ambiental
1609 que le permite instalar plataformas para pozos en zona de amortiguamiento
del Páramo de Miraflores. Se identifican otros frentes de explotación de
hidrocarburos en la zona Norte del departamento, con el Bloque de Explotación y
Exploración de petróleo denominado VSM13 que involucra la Cuenca alta del Río
las Ceibas y con el Bloque VSM 16 para Franking en trece municipios del centro,
sur y occidente del departamento, así como la exploración petrolera y de otros
minerales en el noroccidente del departamento, municipios de Iquira, Palermo,
Yaguará, Santa María. Todos estos hechos además del impacto ambiental, sin
lugar a dudas, ha generado problemas sociales, como la limitación a la soberanía
alimentaria, el desplazamiento y el desempleo. Las zonas más afectadas han sido
las rurales, que sumado a los problemas económicos que afronta actualmente el
sector agropecuario, debilitan la posibilidad de un goce efectivo de los derechos y
una vida digna, además de ser una región que históricamente ha tenido presencia
de grupos armados ilegales y de maquinarias políticos-económicas que
monopolizan los espacios institucionales, impidiendo la formación de procesos de
incidencia ciudadana en el devenir de los territorios del departamento.

Es necesario enfatizar que la vida, no sólo es amenazada por el desplazamiento


forzado y el desempleo, sino que además estos proyectos se constituyen como un
ente que viola la relación socio-ecológica entre persona y territorio, debilitando poco
a poco los elementos identitarios y culturales ligados a la tierra. Entendiendo el
territorio, no sólo como un espacio que ‘se utiliza’, sino también como dice Giménez,
donde “el territorio desempeña un papel simbólico relevante en el contexto de la
acción de las relaciones humanas, y no simplemente el papel de ‘condición’, de
‘contenedor’, (…) cuando se trata de pertenencia socio-territorial, la misma
territorialidad se integra en el simbolismo expresivo-evaluativo de la comunidad

2
como uno de sus componentes o elementos”4. Desde entonces, son las empresas
que adelantan dichos proyectos, las encargadas de construir el mapa bio-
geográfico de los territorios y la historia “oficial” de las personas que vivieron y viven
en él, convirtiéndose en la voz hegemónica en el ámbito de lo público. En el ámbito
socio-político, la práctica es de marginación hacia el papel ciudadano que las
comunidades pueden ejercer en la planeación, constitución y ejecución de sus
planes de desarrollo local, y mucho menos sobre los proyectos minero-energéticos:
no se llevan a cabo espacios de concertación con las personas afectadas -se remite
a una socialización-, se censuran las voces que contrarían la visión de desarrollo -
abstracto e impreciso- que va en el discurso de las empresas y los gobiernos,
señalándolos de ir en contra del progreso de la nación o de la región. Fruto de una
de las luchas jurídicas de la movilización por la defensa del territorio, en el caso del
Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo, es la Sentencia T-135 de 2013 de la Corte
Constitucional. En ella, se expone que existe una tensión entre las distintas visiones
de desarrollo y la necesidad de protección de los derechos fundamentales de las
personas involucradas, así mismo la posibilidad de hacer uso de los espacios de
participación y concertación que la normatividad exige en el diseño y desarrollo de
megaproyectos1.

La desintegración fáctica del concepto de democracia y Estado como mediador y


garante de los Derechos Humanos y DESCA, desencadena en una poca o nula
interlocución entre las comunidades y los gobiernos municipales, departamental y
nacional, por lo tanto restringe la oportunidad de participación política y ciudadana
en los procesos de planeación, que les permita a estas poblaciones formar parte
del devenir de los territorios e incidir en la construcción de políticas públicas,
programas y proyectos que respondan a sus necesidades y aspiraciones, bajo las
premisas del respeto a sus formas de vida y del territorio en el que residen; por lo
tanto se genera un sentimiento de despojo: de su espacio vital, de su trabajo, de su
cultura, de sus recuerdos y sus derechos en beneficio del extractivismo neoliberal.
De plano se desvirtúa los caminos de participación ciudadana en la planeación qu
abrió la Constitución Política de 1991 y que han sido ampliados a través de la Ley
152 de 1992, en relación con los planes de desarrollo; la Ley 388 de 1997, sobre
planeamiento, ordenamiento y desarrollo territorial; Ley 1551 de 2012 sobre la
participación comunitaria y los planes de desarrollo comunitario; reduciendo los

1
Es por ello, que la Corte dejó establecido que “en la construcción de megaproyectos que implican la
afectación o intervención de recursos naturales, las autoridades estatales tienen la obligación de garantizar
espacios de participación que conduzcan, de un lado, a la realización de diagnósticos de impacto
comprensivos, y de otro, a concertaciones mínimas en las que tanto los intereses del proyecto u obra a
realizar, como los intereses de la comunidad afectada se vean favorecidos”.

3
Consejos Territoriales de Planeación a un simple estamento de cumplimiento legal
que el ejecutivo en todas sus instancias, utiliza para dar legalidad al proceso.

A la fecha todos los proyectos minero energéticos y otros planes de infraestructura


que generan intervención en el territorio, están fundamentados en la lógica de
desarrollo definido desde el gobierno central, como es palpable en el Plan de
Expansión de Referencia del Sector Eléctrico Interconectado 5, o en el Documento
CONPES 3762 de 2013: Lineamientos de política para el desarrollo de proyectos
de interés nacional y estratégicos –PINES, que posteriormente son referenciados
en los documentos de priorización de los mismos, en los años subsiguientes y hasta
la actualidad6. Todos ellos, sin una concertación con las comunidades en los
territorios, estructurados a partir de un análisis tecnocrático del alto gobierno, que
generalmente responden a políticas suprarregionales, hoy en día enmarcadas en
la denominada iniciativa IIRSA2 7, la cuales que han sido introducido en los
diferentes documentos de planeación en Colombia: Visión Colombia II Centenario
2005-2019, CONPES 3527 de 2008 - Visión Colombia 2032.

A pesar del panorama, han surgido comités de defensa del territorio, que tienen
dentro de sus acciones locales, regional, nacional e internacional la incidencia
política-organizativa, la promoción de las movilizaciones sociales, adelantar
acciones jurídicas y estrategias comunicativas, para proponer alternativas de
autonomía territorial y reivindicar sus derechos. Por esta razón, es necesario que
se dé una participación efectiva de las comunidades en los espacios de incidencia
política institucional, como se menciona en la Ley Estatutaria 1757 de 2015. De
igual manera que los escenarios como los Consejos Territoriales de Paz, Consejos
Territoriales de Planeación, Consejos de Política Social, Consejos de Desarrollo
Rural, Consejos de Participación Ciudadana, entre otros, sobrepasen su función
legal y se conviertan en foros permanentes para la discusión de los asuntos de la
comunidad, convocando al dialogo de la ciudadanía y la institucionalidad, como
mecanismo para la constitución de capital social y espacio de construcción de lazos
de confianza entre el estado y la sociedad, baluarte de la gobernabilidad. Sólo de
ésta manera se tienen garantías para que la producción del espacio realizada por
las comunidades, sean tenidas en cuenta en el ordenamiento territorial que el
estado haga como convención socio-política sobre el territorio. Es necesario que el
Estado y sus instituciones empiecen a asumir las dinámicas que existen en los
territorios y que se han convertido en objetivos corporativos para las empresas

2 “Es la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana.


….
Como megaproyecto que es, el IIRSA tiene enormes implicaciones. Consiste en la construcción de gran
infraestructura para conectar los grandes centros de producción con los de consumo, que abaraten y aceleren
los traslados, reforzando al mismo tiempo el control.”
4
privadas, pues finalmente un territorio sin relación con las personas que la
codifiquen no representa una realidad social; tal como dice Milton Santos, “eI
espacio no es ni una cosa ni un sistema de cosas, sino una realidad relacional:
cosas y relaciones juntas. [...] La fenomenología del espíritu de Hegel sería la
transformación de la sociedad total en espacio total. La sociedad sería el ser; y el
espacio, la existencia”8.

Pero esas acciones de incidencia, sólo pueden darse con comunidades que se
hayan dado en la tarea de reconocerse, reconocer el territorio y organizar un
discurso entorno a sus realidades. Como se referenció en el aparte anterior, las
comunidades han reaccionado ante la ejecución o posible inicio de los diferentes
proyectos minero energéticos y megaobras para el desarrollo; para lo cual han
organizados comités pro defensa del territorio, colectivos, agremiaciones de
afectados entre otras; todas estas organizaciones están direccionadas a llevar a
cabo diferentes acciones, orientadas a brindar formación en ciudadanía,
reconocerse como sujetos de derechos, exigir a las empresas encargadas de los
proyectos o a los entes estatales el cumplimiento de los compromisos o la
protección ante posibles vulneraciones. ¿Cuál es la tarea que pueden cumplir los
Consejos Territoriales de Planeación en la articulación de estas manifestaciones de
la sociedad civil al proceso de planeación?

Los textos que se anteceden a este escrito me parece que reúnen los planteamiento
que los colombianos en sus territorios deben recoger, para hacer frente a la
avalancha de despojo y aprovechamiento irracional de nuestros recursos. El
primero es una invitación urgente para que todos los nacionales asuman su papel
como actores sociales y políticos, apropiándose del espacio que la constitución de
1991 propició en la llamada democracia participativa, que a pesar de la amplitud de
mecanismos, resquebrajan la voluntad de los ciudadanos por el tortuoso camino
que obliga a recorrer. En este caso es necesario la formación política activa. Por
su parte el segundo, tal vez responde al cuestionamiento reiterado de muchos de
los empleados del operador social de la multinacional EMGESA, que no
comprenden por qué esos campesinos no se sienten agradecidos ahora que han
sido trasladados a centros poblados rurales con todas las comodidades de la vida
moderna, después que sus ranchos fueron inundados por el Proyecto Hidroeléctrico
El Quimbo. Hecho que lo reafirma una líder del municipio del Agrado (Huila), que
a pesar de tener a unos metros su nuevo hogar continúa viviendo en su antigua
casa “Sí es un rancho, pero… es mi rancho”.

Un llamado a los integrantes del Sistema Nacional de Planeación para que rescaten
el espíritu plasmado en el papel y no se continúe con la práctica que era
característica antes de la constitución de 1991, cuando “el Departamento Nacional

5
de Planeación y otras instituciones técnicas del orden nacional, orientadas por una
ideología estatista, justificaba el trato de las regiones como menores de edad. Las
instituciones políticas de esa época, que no permiten ninguna decisión en la
periferia, reflejan esa concepción... en síntesis, se suponía que un grupo selecto
de personas podía escoger lo más conveniente para la Nación por encima de las
regiones y del funcionamiento de los mercados”9.

BIBLIOGRAFIA

1 Robert Coles, Migrants, Sharecroppers, Mountaineers (Boston: Little, Brown, /971),PP. 451, 527. Citado en:
Fu-Tuan-Yi, Topofilia, 2007, Página 135, Cápitulo 8
2 Colombia. Plan de Desarrollo Departamental del Huila. 2013 -2015. Huila Competitivo. 2013
3 Peña, García, Gómez y Bernal. Una apuesta colectiva hacia la construcción de políticas públicas de

Comunicación. Caso Movimiento de Comunicación Comunitaria y Ciudadana 20 de Abril – Huila. 2014


4 Gilberto Giménez.TERRITORIO, CULTURA E IDENTIDADES, la región socio-cultural, página 35. Estudios

sobre las Culturas Contemporáneas . Época II - Vol. V. Núm. 9, Colima, julio 1999. p, p. 25-57
5 Referido en el Documento CONPES 2678 DNP-UINF-DIMEN-MININAS, 11 de noviembre 1993, en cuyo texto

se puede encontrar la proyección del estudio de factibilidad para la Hidroeléctrica El Quimbo. Consultado
en https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/CONPES/Econ%C3%B3micos/2678.pdf, página 9.
6 https://redjusticiaambientalcolombia.files.wordpress.com/2013/08/documento-conpes-3762-de-2013.pdf

También se puede consultar:


http://www.larepublica.co/economia/en-septiembre-se-aprobar%C3%A1n-45-proyectos-de-inter%C3%A9s-
nacional_53251
http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/8-2014-proyectos-que-el-vice-debe-sacar-adelante
http://www.larepublica.co/se-invertir%C3%A1n-101-billones-en-los-78-proyectos-de-inter%C3%A9s-
nacional-y-estrat%C3%A9gico_236676
7 Escrito por Observatorio Latinoamericano de Geopolítica (www.geopolitica.ws). Extraído de

www.mapuexpress.net
http://metiendoruido.com/2013/07/el -saqueo-corporativo-sin-fronteras-en-sudamerica-sabes-lo-que-es-el-
iirsa/
8 Milton Santos. Metamorfosis del espacio habitado. Página 28
9 EL SISTEMA NACIONAL DE PLANEACIÓN PARTICIPATIVA DE COLOMBIA. 1994 -2000, Clemente Forero

Pineda, ILPES /MEP – Seminario Funciones Básicas de la Planificación, La Habana 2000

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