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La Habana, 2008
Coordinación editorial / José Ramón Vidal
Corrección / Raquel Carreiro García
Diseño y composición digital / Eduardo A. González Hernández
370.19
Edu
ISBN 978-959-7070-97-9
1. EDUCACIÓN POPULAR
2. EDUCACIÓN POPULAR-CUBA
3. EDUCACIÓN POPULAR-METODOLOGIA
4. FREIRE, PAULO, 1921-1997
I. Alejandro, Martha, 1950-
II. Romero, María Isabel, 1964-
III. Vidal, José Ramón, 1951-
ISBN 978-959-7070-97-9
Orígenes e historia
de la Educación P opular
Popular
LA PROMESA DE LA PEDAGOGÍA
DEL OPRIMIDO*
Esther Pérez
2
Desde la administración de empresas en los Estados Unidos hasta
varios métodos de animación sociocultural.
LA PROMESA DE LA PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO 19
3
En este sentido también, el mexicano Pablo González Casanova ha
sido un adelantado:
En todos los casos se nos plantea este problema del rigor y se nos
plantea, incluso, en el caso de que como investigadores científicos
nos propongamos no quedarnos en la investigación de la realidad,
sino que nos planteemos también el problema de la transformación
de la realidad. En este último caso no solo tenemos que recurrir al
conocimiento filosófico, ni solo al razonamiento y a la metodología
científica,sino que tenemos que abordar, en torno a la tarea ideológi-
ca, algunos problemas relacionados con la pedagogía como, por ejem-
plo, la pedagogía del oprimido. Y también con las formas de persuasión,
20 ESTHER PÉREZ
con el tipo de retórica que vamos a usar para transmitir aquel tipo de
conocimiento que hayamos adquirido y que consideramos que se debe
transmitir a grandes números de personas que no son especialistas
en ciencias sociales, (Caminos, no. 2, 1996, p. 15).
4
Los hombres introyectan los mitos superestructurales, que condicio-
nan entonces la infraestructura. De ahí el fenómeno de la permanen-
cia de los mitos de la vieja estructura. Sin la captación crítica de este
problema no podemos entender, por ejemplo, cómo, transformada
una infraestructura, los hombres siguen pensando como pensaban
antes de la transformación infraestructural. Esta comprensión de la
dialéctica, que ya estaba en Marx, es la que explica la inviabilidad de
una aprehensión mecanicista de las transformaciones sociales. Para
un mecanicista, transformada la infraestructura, automáticamente
LA PROMESA DE LA PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO 21
una pedagogía del oprimido deba superar hasta las más pro-
gresistas formas de la que no queda otro remedio que llamar
“educación domesticadora”, tanto en sus intenciones como
en sus métodos y formas de construir conocimiento.
Esa propuesta reconoce el papel importantísimo que desem-
peñan los mecanismos de legitimación ideológica y cultural en
la reproducción del sistema de dominación, y la autonomía
relativa de las opresiones de matriz cultural. De ahí que en-
tienda que esos mecanismos y esa legitimación pueden repro-
ducirse más allá del desmontaje o eliminación de relaciones de
explotación económicas y otras instituciones de opresión, que
es efectuado por un poder revolucionario, y también entienda
que esas relaciones e instituciones pueden empezar a ser cues-
tionadas y a erosionarse en la práctica antes de que se tenga el
poder necesario para efectuar esa eliminación. Esta propuesta
reconoce también la existencia de opresiones interrelacionadas,
pero diversas, introyectadas por los individuos y los grupos
humanos. Y como entiende la praxis social como una unidad
de reflexión y acción, asume que su papel es contribuir a
desarrollar la criticidad de los sujetos —individuales y colecti-
vos— para que los procesos liberadores del campo popular se
desplieguen en toda su potencialidad. Es a ese proceso de trans-
formación a lo que denomina “concientización”.5
Por otro lado, la pedagogía del oprimido sostiene que nin-
guna educación es neutra, que todas están preñadas de asun-
ciones, premisas y modos de hacer que las hacen parte de
un proyecto, de un ideal de sociedad, sean o no sus partici-
pantes conscientes de ello. Y, por tanto, considera que cons-
truir una pedagogía del oprimido, igual que construir una
nueva forma de ser en una sociedad desde la situación de
opresión vigente, con vistas a su superación, tiene que ser
un esfuerzo consciente e intencionado.
5
La concientización es uno de los elementos centrales de la propuesta
pedagógica de Freire. No se limita a la “toma de conciencia”, sino que
supone la modificación de la praxis de los sujetos. Cf. Paulo Freire,
“Concientizar para liberar”, en José Gómez y José Hernández, eds.,
Psicología de la comunidad, México, Universidad Iberoamericana, 1989.
LA PROMESA DE LA PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO 23
6
Freire solía expresarlo con una frase, recogida en numerosos de sus
escritos y entrevistas: “Nadie va vacío al acto de aprender.”
7
En Freire siempre resuena Gramsci:
Es preciso, por tanto, demostrar, antes que nada, que todos los hom-
bres son “filósofos”, y definir los límites y los caracteres de esta “filo-
sofía espontánea”, propia de “todo el mundo” [...] incluso en la más
mínima manifestación de una actividad intelectual cualquiera, la
del“lenguaje”, está contenida una determinada concepción del mun-
do [...] (Antonio Gramsci, El materialismo histórico y la filosofía de
Benedetto Croce, Buenos Aires, Editorial Lautaro, 1958, p. 11-12).
24 ESTHER PÉREZ
8
Idem.
9
Las reflexiones primeras de Freire sobre el educador-educando y el
educando-educador, cuya intención era subrayar la construcción co-
mún del conocimiento y el compromiso de todos los implicados en el
proceso, condujeron a prácticas que trataban de borrar toda diferen-
cia entre educador y educando y denunciaban como manipulador cual-
quier intento de conducción por parte del educador. Freire sostuvo
LA PROMESA DE LA PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO 25
10
Cf. Ernesto Guevara: El socialismo y el hombre en Cuba.
28 ESTHER PÉREZ
11
Es el Centro Martin Luther King, Jr., donde desde 1993 desarrolla-
mos una experiencia de educación popular con y por cubanos
involucrados en prácticas sociales.
LA PROMESA DE LA PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO 29
2
Benito Fernández “Veinticinco años de Educación Popular en Bolivia”,
en Fe y Pueblo, CPT La Paz, no. 20-21, septiembre de 1988, pp. 3-12.
Amusquivar, B. Fernández y J. Paredes, “La actual coyuntura demo-
crática en Bolivia y la Educación Popular”, Boletín CEPROLAI, año 8,
no. 22, La Paz, julio de 1989, 72 pp.
3
Adriana Puiggrós, “La Educación Popular en América Latina Nueva Ima-
gen”, México D.F., 340 pp. Algunas de las tesis de ese trabajo —particu-
larmente del último capítulo—, se encuentran en el artículo de la autora
“Discusiones y tendencias de la Educación Popular en América Latina”,
Tarea no. 17, Lima, julio de 1987, pp 3-15.
4
Brandao asocia Educación Popular y transferencia de saber dentro
de los grupos étnicos y sociales que viven relaciones comunitarias
previas a la división y especialización del trabajo. Sólo después de
esa especialización interviene la división y la interacción entre saber
popular y saber erudito. Cfr. Carlos Rodríguez Brandao, Educacao
Popular, Brasilense, Sao Paulo, 86 pp.
RAÍCES Y PLATAFORMAS DE LA EDUCACIÓN POPULAR 33
5
El argentino Domingo Faustino Sarmiento (maestro que fue presiden-
te de Argentina de 1867 a 1874), es el tipo de político pedagogo apa-
sionado por la creación de una educación primaria que pueda asegurar
el triunfo de la “civilización” sobre la “barbarie” mediante unos ins-
tructores públicos.
34 MATTHIAS PREISWERK
6
Adriana Puiggrós, op. cit., p. 299.
7
Los escritos más conocidos de esta tendencia son los del argentino
Aníbal Ponce, representa una tendencia socialista, positivista y
evolucionista. En América Latina su nombre aparece siempre vincu-
lado con la pedagogía marxista y sus libros tuvieron una difusión
RAÍCES Y PLATAFORMAS DE LA EDUCACIÓN POPULAR 35
10
Elizando Pérez, Warisata, Ed. Burillo, La Paz, 1963, 498 pp. Se trata
de un largo testimonio del fundador (2da. ed. Hisbol, La Paz 1992)
Carlos Salazar, la Taika, Teoría y práctica de la ayllu. Juventud, La
Paz, 1986, 158 pp. Para una crítica a los estudios sobre Warisata, cfr.
El prólogo de V.H. Cárdenas a Varios autores, Educación indígena:
¿ciudadanía o colonización?, Aruwiyiri, La Paz, 1992, 167 pp.
11
El ayllu es la unidad social que agrupa unas familias, a menudo con
lazos de parentesco, dentro de un territorio fijo.
12
Los aymaras representan (después de los quechuas y de los guaraníes)
la tercera nación autóctona más grande del continente sudamericano.
Son más de un millón y medio, y la mayoría se encuentran en Bolivia,
particularmente alrededor del lago Titicaca y en La Paz. Cfr. Albo X, ed.
Raíces de América: el mundo aymara, UNESCO-Alianza, Madrid, 1988,
607 pp.
13
El primer edificio de Warimata se construyó a partir de los planos del
internado del Instituto Americano de La Paz, en aquel momento el co-
legio más modernizante, dirigido por misioneros metodistas estado-
unidenses (cfr. op. cit. p.88). Es un símbolo del proyecto de Pérez, que
buscaba una síntesis entre la recuperación de los valores indianistas y
la creación de una escuela moderna y prestigiosa.
RAÍCES Y PLATAFORMAS DE LA EDUCACIÓN POPULAR 37
14
“Empezábamos a creer que la educación del indio debía ser el co-
mienzo de una unidad pedagógica nacional, basada en sus raíces
agrarias, para crear una misma filosofía y una misma técnica educa-
cional para el boliviano de los campos como para el de las ciudades.
Teníamos que crear la escuela boliviana con elementos propios de
nuestro cosmos, teníamos que crear el maestro boliviano con ele-
mentos propios de nuestra necesidad, y todo esto nos imponía una
obligación altamente patriótica: la de conservar entre los sistemas
ancestrales de organización social aquellos que, modernizados, pu-
dieran dar carácter a nuestra condición de pueblo y ponernos en
estado de recibir las más nuevas corrientes del progreso humano”.
Ibíd., pp.105-106.
15
“La fuerza espiritual de la escuela se imponía con sorprendente facili-
dad y con la misma espontánea naturalidad de siempre [...] Antes de
Warisata, el indio construía iglesias y capillas; después de Warisata
edificaba escuelas [...] Estoy seguro de que la escuela, con sus vastísimas
proyecciones, llenaba ahora el horizonte espiritual del indio con fuerza
incontrastable y profunda, dejando en plano inferior a todas las demás
preocupaciones, entre ellas las religiosas. Ibíd., p. 110.
16
E. Pérez desempeñó un papel importante en la organización del pri-
mer congreso indigenista interamericano que debía haberse realiza-
do en Bolivia, pero que finalmente, por varias intrigas políticas, tuvo
lugar en 1940 en Patzcuaro, México.
38 MATTHIAS PREISWERK
17
Carlos Rodríguez Brandao, op. cit., p.59.
RAÍCES Y PLATAFORMAS DE LA EDUCACIÓN POPULAR 39
18
Este es el punto de disfunción. Mientras para la educación de Adul-
tos y sus variantes (inclusive la educación participativa) el sentido
del trabajo pedagógico es revertir el trabajo político del movimiento
popular en trabajo social de la comunidad local, para la educación
popular y sus variantes, el sentido del trabajo pedagógico es conver-
tir el trabajo social de la comunidad local (donde habita el movimien-
to social de la comunidad) en movimiento popular de dimensión
política. Lo que presta sentido político a la educación popular es su
capacidad de no solo comprometerse como una dimensión pedagógi-
ca de reproducción-circulación del saber necesario con los movimien-
tos populares, sino reproducirse ella misma, como un movimiento
político de expresión pedagógica” Carlos Rodríguez Brandao, “Los ca-
minos cruzados; forma de pensar y realizar educación en América
Latina”, CREFAL, Educación de Adultos, México DF, 1985, p. 64.
19
Paulo Freire nace en 1921 en Recife, en el nordeste del Brasil. Estu-
dia Letras y filosofía. Trabaja sobre un método de alfabetización en el
40 MATTHIAS PREISWERK
22
Vanilda Paiva, Paulo Freire y el nacionalismo desarrollista, Ed.
Extemporáneos, México DF, 1982, 237 pp.
23
Lejos de ser una propuesta teórica articulada y acabada, la obra de
Freire se nos aparece ante todo como una propuesta rica en intuicio-
nes y en fermentos que, como tal, merece ser profundizada y desarro-
llada, como materia prima, en fin, para el desarrollo de una teoría aún
por construirse —y en construcción— dentro del campo de la educa-
ción popular. Rosa María Torres, “Educación Popular, un encuentro
con Paulo Freire”, Tarea, Lima, 1988, p.42.
24
Paulo Freire, La educación como práctica de la libertad. Tierra Nueva,
Montevideo, 1969, 250 pp.
25
Paulo Freire, Las iglesias, la educación y el proceso de liberación hu-
mana en la historia, La Aurora, Buenos Aires, 1974, 47 pp.; Acción
cultural para la libertad, Tierra Nueva, Buenos Aires, 1975, 99 pp.
Extensión o comunicación, Siglo XXI, México DF, 1977, 109 pp. Car-
tas a Guinea Bissau. Siglo XXI, Madrid, 238 pp; La importancia de
leer y el proceso de liberación, Siglo XXI, México DF, 1984, 176 pp.
42 MATTHIAS PREISWERK
El método de alfabetización
El método de alfabetización de Paulo Freire parte de una
intuición y de una constatación muy simple; el hecho de leer
implica una nueva manera de situarse en el mundo, de co-
nocerlo, interpretarlos y transformarlo.28 La palabra escrita
no es un mero instrumento de comunicación, sino una for-
ma de aprehender la realidad social. El aprendizaje de la
lectura y de la escritura esta ligado a la manera de compren-
der la realidad y de hacer la historia.
Con ese grado de generalidad, si bien el método de Freire
consigue buenos resultados en lo referente a la alfabetiza-
ción, los resultados políticos varían mucho según la ideolo-
gía de los actores sociales y de las instituciones.
26
Por ejemplo con A. Faundez, S. Guimaraes, Frei Betto, M. Gadoti, Ira
Shor... Estos libros tienen un valor desigual. Exigen cierta paciencia
del lector para descubrir fórmulas e intuiciones estimulantes en me-
dio de muchas repeticiones y anécdotas personales.
27
Cf. Rosa María Torres, op.cit., p.42.
28
“La lectura del mundo precede siempre a la lectura de la palabra y la
lectura de esta implica la continuidad de la lectura de aquel [...] El
movimiento del mundo a la palabra y de la palabra al mundo está
siempre presente. Movimiento en que la palabra dicha fluye del mun-
do mismo a través de la lectura que de él; hacemos”. Paulo Freire,
op.cit. 1984, p.105.
RAÍCES Y PLATAFORMAS DE LA EDUCACIÓN POPULAR 43
29
Me refiero a un trabajo que Brandao ha escrito para los veinte años de
una de las primeras experiencias de alfabetización en el nordeste bra-
sileño por Paulo Freire y el servicio de extensión universitaria de la
Universidad de Pernambuco. Cfr. Carlos Rodríguez Brandao, O que e
método Paulo Freire, Editora Brasilense, Sao Paulo 1981, 113 pp.
44 MATTHIAS PREISWERK
30
“El objetivo de la investigación del universo vocabulario y temático es
descubrir la manera como una realidad social existe en la vida y en el
pensamiento, en el imaginario de sus participantes. La investigación
debe ser un acto creativo y no un acto de consumo. El descubrimien-
to colectivo de la vida por medio del habla; del mundo por medio de la
palabra, no debe servir apenas para que los educadores obtengan un
primer conjunto de material de alfabetización: palabras, frases, da-
tos, diseños, fotos. Debe servir también para crear un momento co-
mún de descubrimiento”. Carlos Rodríguez Brandao, op. cit., 1981,
p. 28.
31
Cfr. Capítulo VII, p. 253.
RAÍCES Y PLATAFORMAS DE LA EDUCACIÓN POPULAR 45
32
Paulo Freire, op. cit., 1969, pp. 142-144.
46 MATTHIAS PREISWERK
La concientización
La expresión “concientizacion”34 tiene un lugar central en la
obra de Freire. Hoy está tan trillada 35 que se ha vuelto indis-
pensable recordar los contornos, la evolución y los límites de
dicha palabra. Permite además detectar la evolución filosófi-
ca e ideológica de Freire: desde un análisis de la conciencia
personal inmersa en la fenomenología existencialista y
personalista, hasta una visión más radical, ligada primero a
un cristianismos revolucionario y después al marxismo.
33
En la educación como práctica de la libertad, se citan las 17 palabras
generadoras utilizadas para la alfabetización en el Estado de Río, favela
(población popular), pozo, bicicleta, trabajo, salario, profesión, go-
bierno, pantano, plantación de caña, azada, ladrillo, riqueza. Cfr. Paulo
Freire, op. cit., 1971, pp.145-49.
34
Freire dice que el término apareció en el seno del Instituto Superior
de Estudios Brasileños, y que Monseñor Helder Cámara lo difundió.
Cfr. “Concienciar para liberar” conferencia de Pablo Freire en el CIDOC
de México, publicado por Carlos Alberto Torres, Paulo Freire: educa-
ción y concientización. Sígueme, Salamanca, 1980, 269 pp.
35
Se usa y abusa del término, que en la conversación diaria se ha
vuelto sinónimo de “darse cuenta de”.
RAÍCES Y PLATAFORMAS DE LA EDUCACIÓN POPULAR 47
36
Me refiero aquí a la síntesis —a veces esquemática, pero muy didác-
tica— de la obra de Julio Barreiro, Educación Popular y proceso de
liberación, Siglo XXI México DF, 1974, 161 pp. A pesar de la firma
única, se trata de un trabajo colectivo, redactado esencialmente por
Brandao, que no lo firmó en aquel entonces por razones políticas.
48 MATTHIAS PREISWERK
37
Este primer nivel de aprehensión de la realidad es la prise de
conscience... Esta prise de conscience no es todavía la concientización.
Esta es la prise de conscience que se profundiza. La concientización
implica la superación de la esfera crítica en que la realidad se da
ahora con un objeto cognoscible en el que el hombre asume una
posición epistemológica, en que el hombre busca conocer”. Paulo Freire,
“Concienciar para liberar”, op. cit., p. 75.
RAÍCES Y PLATAFORMAS DE LA EDUCACIÓN POPULAR 49
38
“La conciencia no concientizada (intransitiva, transitivo-ingenua) es una
conciencia oprimida, reflexiva. Oprimida porque es la conciencia del
hombre que vive concretamente la situación de la opresión, y reflexiva
porque no puede hacer nada más que reflejar (interpretando falsamen-
te) la conciencia de sus opresores”. Julio Barreiro, op. cit., p. 70.
50 MATTHIAS PREISWERK
39
“Una conciencia oprimida, dominada, enajenada, ingenua (según
Paulo Freire) es aquella que sufre en su cuerpo las consecuencias de
la opresión...La conciencia crítica, problematizadora, es la que mani-
fiesta su desafío al sistema a través de la acción de su cuerpo”. J. de
Santa Ana “De la conciencia oprimida a la conciencia crítica”, p. 38,
en Julio Barreiro et al., Conciencia y revolución: la pedagogía de Freire,
Tierra Nueva, Buenos Aires, 1974, 87 pp.
40
“Las condiciones subhumanas en las que viven multitudes de perso-
nas no son comprendidas como consecuencia de la explotación de
minorías egoístas, sino que se ve en ellas una manifestación de la
voluntad divina. De esta manera se reinterpreta la ansiedad y el ser
humano, ante lo que cree una manifestación de lo ineluctable, en-
cuentra la estabilidad buscada”. Ibidem, p. 53.
52 MATTHIAS PREISWERK
41
Ibid., p.54
42
“El mundo de las diferencias culturales nos enseña que la conciencia
es ante todo un hecho material que se manifiesta en la vida y en la
práctica de las clases y de los grupos, más que en la claridad de los
discursos; de tal manera, entender la conciencia en los términos en
que veníamos haciéndolo, denota un marcado corte iluminista”, p. 50,
en Marco Raúl Mejía, “Educación Popular: temas y problemas”, Tarea,
Lima, 1988, 100 pp.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO
POLÍTICO PEDAGÓGICO DE PAULO FREIRE*
Alfonso Celso Scocuglia
* Tomado de http://www.clacso.edu.ar/
1
Paulo Freire: “Educação e atualidade brasileira”, mimeo, Recife, 1959.
54 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
2
Paulo Freire: Educação como prática da liberdade, Paz e Terra, Río de
Janeiro, 1984.
3
Paulo Freire: Conscientização, Moraes, Sao Paulo, 1980.
4
Paulo Freire: Educação e atualidade…, p. 28.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 55
5
Paulo Freire: Educação como prática…, pp. 15-25.
6
Como sostiene Vanilda Paiva en Paulo Freire e o nacionalismo-
desenvolvimentista, Civilização Brasileira, Río de Janeiro, 1980.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 57
7
Paulo Freire: Educação e mudanza, Paz e Terra, Río de Janeiro, 1979,
p.43.
8
Paulo Freire: Pedagogia do oprimido, Paz e Terra, Río de Janeiro, 1984.
58 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
9
Paulo Freire: Pedagogia da esperança, Cortez, Sao Paulo, 1992.
10
Debido a las críticas provocadas por el hecho de que, en un inicio, no
empleó el concepto de “clases en la lucha de clases”, eclipsado por su
visión de la “nación que sobrevuela sobre los individuos y los gru-
pos”, a partir de cierto momento de su discurso Freire insiste (a veces
exageradamente) en la cuestión de las clases, de sus conflictos y de la
educación inmersa en/determinada por ellos. El momento de inflexión
(marxista) se ubica en la última parte de Pedagogía del oprimido,
pasa por Acción cultural... y desemboca en las reflexiones sobre las
experiencias africanas y del IDAC, o sea, grosso modo, en la produc-
ción de los años setenta.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 59
11
Ver Wagner Rossi: Pedagogia do trabalho-caminhos da educação so-
cialista, Moraes, Sao Paulo, 1982, pp. 91-92. Rossi plantea: “Podría
decirse que en este punto (el de las relaciones entre la vida de los
hombres y la organización económica de la sociedad) Paulo Freire se
aproxima a una visión gramsciana. El hombre tiene que asumir su
papel como sujeto de la historia, no en tanto individuo abstracto, sino
en tanto ser situado en esas condiciones concretas... Una convicción
profunda en ese poder del hombre hace que la visión de Freire cons-
tituya una vocación humanista del mundo y de la vida social. Por
otro lado, a pesar de que defendió inicialmente la transformación so-
cial a partir de una reforma interna del hombre [...], Freire evolucionó
hacia una clara concepción de la imperiosa necesidad de transfor-
mar la estructura económica de la sociedad como base para la verda-
dera transformación duradera del hombre (un humanismo nuevo y
concreto). Y lo hizo sin dejar su fe religiosa, sino, por el contrario,
como parte de la comprensión acerca de la evolución del capitalismo
contemporáneo, desarrollando sus ideas a través de una concepción
política liberadora”.
60 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
12
Mientras que la “libertad” era “individual, mental, personal”, la “libe-
ración” significa vencer en los conflictos sociales de clase. Freire dijo
que no hay liberación sin “humanización del hombre”, y no hay
humanización sin ruptura de la estructuración clasista del capitalis-
mo. Tampoco puede haber “humanización del hombre” en los
totalitarismos, incluidos los del “socialismo real”.
13
Paulo Freire: Pedagogia do oprimido..., p. 32.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 61
14
Ibíd.
15
Paulo Freire: Cartas à Guiné-Bissau, Paz e Terra, Río de Janeiro, 1980.
62 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
16
Parece haber un consenso en la teorización sobre las clases sociales
y sus conflictos, en el que los grupos que dirigen/dominan “entre-
nan/ construyen” su conciencia de clase en el propio ejercicio de la
dominación. Los subalternos enfrentan enormes dificultades para
construirse como clase. Eso no impide los enfrentamientos entre los
dominantes, ni invalida las búsquedas de afinidades, intereses, valo-
res, deseos “comunes”, que sirven para unir a los subalternos. Según
Freire, mientras que los opresores forjan su pedagogía en el proceso
de opresión, los oprimidos tienen que hacer nacer su pedagogía (en
las luchas sociales, en la vida cotidiana del trabajo y la familia, en el
trabajo...), una pedagogía “del oprimido”, “de la resistencia” y “de la
autonomía”.
17
Paulo Freire: Pedagogia do oprimido…, p. 36.
18
Ibíd., p. 37. Freire cita a Hegel al referirse a la “conciencia del amo” y
la “conciencia del esclavo”. La primera sería independiente y su natu-
raleza sería la de “ser para sí”. La otra sería dependiente, “al vivir
esencialmente para el otro”.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 63
19
Ibíd., pp. 37-38.
20
Ibíd., p. 40.
21
Ibíd., p. 42. Al sugerirle a su lector las reflexiones del Lukács, Freire
escribió: “No hay concientización si de sus prácticas no resulta la
acción consciente de los oprimidos como clase social explotada en la
lucha por su liberación.” Paulo Freire: Ação cultural para a liberdade
e outros escritos, Paz e Terra, Río de Janeiro, 1984, p. 109.
64 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
22
Freire reafirma que nunca abogó por la no directividad como camino
pedagógico. Por el contrario, subraya que los procesos educativos
requieren necesariamente de una directividad, esto es, de una direc-
ción democrática. En sus escritos más recientes, siempre que apare-
ce ese tema, añade su preocupación respecto a que la directividad/
autoridad no desemboque en directivismo/autoritarismo.
23
Paulo Freire: Pedagogia do oprimido..., p. 51.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 65
24
En el prefacio a La institución imaginaria de la sociedad (ver Paulo
Freire: A importância do ato de ler, Cortez/Ass, Sao Paulo, 1982,
p.14) Castoriadis escribió: “La historia es esencialmente poiesis, y no
poesía imitativa, sino creación y génesis ontológica en y por el hacer
y el representar/decir de los hombres. Este hacer y este representar/
decir se constituyen también históricamente, a partir de un momen-
to, como hacer pensante o pensamiento que se está haciendo.”
25
Paulo Freire: Pedagogia do oprimido…, p. 44.
66 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
26
Ya en Pedagogía del oprimido, Freire se preocupa por distinguir las
acciones dialógicas de las acciones manipuladoras o de conquista.
En la práctica, la frontera entre lo que es o no es manipulación se
difumina, especialmente en los momentos en que la efervescencia
político-ideológica se acentúa (como sucedió en los sesenta). Las fuer-
zas políticas, precisamente por ser políticas, desean y apuestan a la
mejor posibilidad de “vencer”. Así, la manipulación de “las concien-
cias” gana terreno.
27
Paulo Freire: Pedagogia do oprimido…, p. 59.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 67
28
Ibíd., p. 151.
29
Paulo Freire: Educação e atualidade brasileira…, pp. 74-75.
68 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
30
Pedagogia do oprimido…, pp. 167-170.
31
Paulo Freire: Ação cultural para a liberdade…
32
Ibíd., p. 48.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 69
33
Ibíd., p. 59.
34
Ibíd., pp. 48, 112.
70 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
35
Ibíd., p. 48.
36
Ibíd., p. 146.
37
Las obras que el autor usó como referencia fueron: The Human Science
and Philosophy (1969), de L. Goldman; Class Consciousness in History
(s/f), de E. Hobsbawm; e Historia y conciencia de clase (1960), de G.
Lukács.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 71
38
Paulo Freire: Ação cultural para a liberdade…, p. 97.
39
Ibíd., p. 109.
40
Ibíd., p. 141.
72 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
41
Para Gramsci, la lucha en el terreno de la conciencia es tan impor-
tante como en el terreno de la economía. En otras palabras, las lu-
chas en el terreno de las “superestructuras” contribuyen de manera
efectiva a la construcción de una “contrahegemonía” de los subalter-
nos. El político italiano defiende un camino triple para esa construc-
ción: la acción en la “crisis de la hegemonía”/crisis de la autoridad; la
“guerra de posiciones”; y la “acción de los intelectuales orgánicos o
aliados de los subalternos”. Es importante añadir que, para Gramsci,
al igual que para Freire, la educación y la escuela desempeñan un
papel destacado en la construcción contrahegemónica. En relación
con ello, Gadotti propone una “contraeducación”, una
“contrapedagogía” (una pedagogía del conflicto).
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 73
42
Wagner Rossi: Pedagogia do trabalho…, p. 91.
74 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
43
Ibíd., p. 92.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 75
44
Al caracterizar la actuación de Cabral al frente del Partido Africano
para la Independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde (PAIGC), en
Cartas à Guiné-Bissau, Freire destaca: “Su claridad política y la cohe-
rencia entre su opción y su práctica están en la raíz de su rechazo al
espontaneísmo y la manipulación [...] Cabral sabía que la guerra no
se hacía sólo con cañones. De ahí su preocupación constante por la
formación política e ideológica... y también la atención especial que le
dedicó a la educación en las zonas liberadas (durante la guerra de
guerrillas contra las tropas portuguesas).”
45
En esta tarea, según Cabral, la pequeña burguesía sólo tenía un
camino (“para mantener el poder que la liberación nacional pone en
sus manos”): “reforzar su conciencia revolucionaria... identificarse
con las clases trabajadoras, no oponerse al desarrollo normal del pro-
ceso de la revolución... suicidarse como clase”.
76 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
46
Paulo Freire: Cartas à Guiné-Bissau…, p. 21.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 77
47
Ibíd., p. 29.
78 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
48
Ibíd., p. 49.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 79
49
Ibíd., p. 50.
50
Ibíd., p. 25.
80 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
51
Ibíd., pp. 25-26.
52
Ibíd., p. 30.
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 81
53
Ibíd., p. 125.
54
Ibíd., p. 24.
82 ALFONSO CELSO SCOCUGLIA
Consideraciones finales
Se puede observar que al “separar” el pensamiento político
del pensamiento pedagógico (para tratar de ser didácticos en
la explicación), se advierte que la “ruptura” política que su-
pone una mayor adhesión a los trabajadores (como clase
sociopolítica) está acompañada por una “evolución” pedagó-
gica. En otras palabras: la educación y la pedagogía no deja-
ron de realizarse mediante el diálogo, no dejaron de priorizar
el acto de conocimiento, en busca de la conciencia crítica.
Pero lo que antes era predominantemente psicopedagógico
pasó a ser prioritariamente político-pedagógico. Ello no anu-
ló las preocupaciones psicosociales que están en la base,
desde sus primeros escritos, de sus propuestas de contenido
“Escuela Nueva popular” (relacionada fundamentalmente con
las ideas de Dewey/Anisio Teixeira).
En el momento en que se produce ese paso surge el “opri-
mido” como categoría discursiva central y se proclama la
“deshumanización opresora” como camino político de eman-
cipación. La conciencia de la opresión y el consecuente com-
bate a la ideología del opresor, “introyectada en la ingenuidad
de la conciencia oprimida”, dio la tónica del cambio en el
enfoque analítico. En el último capítulo de la Pedagogía del
oprimido se ubica el momento de ruptura del discurso
freireano y la aparición de “otro Paulo Freire” —diferente, por
ejemplo, al de La educación como práctica de la libertad—
que se consustancia en Acción cultural..., Cartas a Guinea
Bissau y en sus escritos posteriores.
Se enfatiza el “diálogo”, entendido al inicio como posibili-
dad de mediación “interclasista”, y rechazado como tal y en-
tendido posteriormente como “acción entre los iguales y los
diferentes contra los antagónicos” en los conflictos sociales.
La “concientización”, nacida con la contribución de Vieira
Pinto y los educadores del ISEB como “estadios crecientes de
LA PROGRESIÓN DEL PENSAMIENTO POLÍTICO... 83
55
Paulo Freire: Política e educação, Cortez, São Paulo, 1993, p. 14.
SEGUND
SEGUNDAA PARTE
La propuesta
de la Educación P opular
Popular
LA ESENCIA DEL DIÁLOGO*
Paulo Freire
2
No nos referimos, obviamente, al silencio de las meditaciones profun-
das en las que los hombres, en una forma aparente de salir del mun-
do, se apartan de él para “admirarlo” en su globalidad, pero continuando
en él. De ahí que estas formas de recogimiento solo sean verdaderas
cuando los hombres se encuentran en ellas empapados de “realidad” y
no cuando, significando un desprecio al mundo, constituyan formas
de evasión, en una especie de “esquizofrenia histórica”.
LA ESENCIA DEL DIÁLOGO 89
3
Cada vez nos convencemos más de la necesidad de que los verdade-
ros revolucionarios reconozcan en la revolución un acto de amor, en
tanto es un acto creador y humanizador. Para nosotros, la revolución
que se hace sin una teoría de la revolución y, por lo tanto, sin con-
ciencia, tiene en esta algo irreconciliable con el amor. Por el contra-
rio, la revolución que es hecha por los hombres, es hecha en nombre
de su humanización. ¿Qué lleva a los revolucionarios a unirse a los
oprimidos sino la condición deshumanizada en que estos se encuen-
tran? No es debido al deterioro que ha sufrido la palabra amor en el
mundo capitalista que la revolución dejará de ser amorosa, ni que los
revolucionarios silenciarán su carácter biófilo. Guevara, aunque hu-
biera subrayado el “riesgo de parecer ridículo”, no temió afirmarlo:
“Déjeme decirle —declaró, dirigiéndose a Carlos Quijano—, a riesgo
de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario está guiado por
grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucio-
nario auténtico sin esta cualidad.” Ernesto Che Guevara, Obra Revo-
lucionaria, Ediciones ERA, México, 1967, p. 637-638.
LA ESENCIA DEL DIÁLOGO 91
4
Para Freire, la concepción “bancaria” de la pedagogía sería aquella en
la que el educador, de manera verticalista, “deposita” en el educando
sus conocimientos sin promover el intercambio, sin intención de diá-
logo entre su saber y los saberes de los educandos. (Nota del editor
en Diálogos con Paulo Freire, La Habana, Ed. Caminos, 1997).
LA ESENCIA DEL DIÁLOGO 93
5
Trozo de una carta de un amigo del autor.
6
Pierre Furter, Educação e vida, Petrópolis, Río, Editorial Vozes, 1966,
p. 26-27.
LA ESENCIA DEL DIÁLOGO 95
7
En una larga conversación con Malraux, declaró Mao: “Usted sabe
qué es lo que proclamo desde hace tiempo; debemos enseñar a las
masas con precisión lo que hemos recibido de ellas con confusión”.
André Malraux, Antimémoires, París, Gallimard, 1967, p. 531. En
esta afirmación de Mao subyace toda una teoría dialógica sobre la
constitución del contenido programático de la educación, el que no
puede ser elaborado a partir de las finalidades del educador, de lo
que le parezca ser mejor para sus educandos.
8
Pierre Furter, op. cit., p. 165.
96 PAULO FREIRE
9
A fin de unirse a las masas, deben conocer sus necesidades y deseos.
En el trabajo con las masas es preciso partir de las necesidades de
estas, y no de nuestros propios deseos, por buenos que fueren. Ocurre
en ocasiones que las masas necesitan, objetivamente, alguna reforma,
pero la conciencia subjetiva de esa necesidad no ha madurado aún en
ellas y no se muestran dispuestas ni decididas a llevarla a la práctica.
En ese caso tenemos que esperar con paciencia e introducir la reforma
solo cuando, gracias a nuestro trabajo, haya madurado la necesidad
en la mayoría de las masas y estas se encuentren dispuestas y decidi-
das a llevarla a la práctica, porque de lo contrario quedaremos aisla-
dos [...] En ese sentido, tenemos dos principios: primero, lo que las
masas necesitan en realidad, y no lo que nosotros imaginamos que
necesitan, y segundo, lo que las masas están dispuestas y decididas a
hacer en beneficio de ellas. (Mao Tse Tung, “El frente unido en el
trabajo cultural”, en Obras escogidas, t. II, Buenos Aires, Platina,
1959, p. 424-5).
EDUCACIÓN POPULAR Y PROCESOS
DE APRENDIZAJE*
Paulo Freire
NOTAS
1
Se refiere a la entrevista realizada en 1972, y originalmente aparecida
en 1973 en la revista Cuadernos de Educación, no. 26. Posteriormente,
esta entrevista ha sido publicada en varios idiomas y países. Freire la
menciona aquí por tener a mano una última publicación hecha en el
Ecuador (P. Freire, “La dimensión política de la educación”, Cuadernos
pedagógicos, no. 8, CEDECO, Quito, marzo de 1985), que es lo que
utilizaremos en adelante como referencia.
2
Se refiere a Por uma pedagogia da pergunta, Paz e Terra, Río de Janeiro,
1985. Se trata de un diálogo entre Paulo Freire y Antonio Faúndez,
realizado en Ginebra, en agosto de 1984.
3
Invitado por el gobierno revolucionario para colaborar en la prepara-
ción de la Cruzada nacional de alfabetización, Freire estuvo en Nica-
ragua a fines de octubre de 1979 y, durante diez días, trabajó
particularmente con el equipo encargado del diseño de la metodolo-
gía. “Freire hizo una valiosa contribución al proceso. Después de dis-
cutir la idea general del método con el equipo, su principal crítica se
refirió al hecho de que, para ese momento, ningún paso (de la cartilla
en elaboración) permitía a los educandos crear sus propias palabras
u oraciones. Él señaló este comentario al equipo y enfatizó la impor-
tancia vital de la creación personal de palabras en cualquier progra-
ma de alfabetización pero, especialmente, en uno liberador [...] El
grupo inmediatamente incorporó su sugerencia al método, agregan-
do el paso número 6.” (Valerie Miller; Between Struggle and Hope. The
Nicaraguan Literacy Crusade, Boulder, Westview Press, 1985, p. 91).
Posteriormente Freire regresó a Nicaragua para el Encuentro interna-
cional de educación popular por la paz, realizado en Managua entre el
28 de agosto y el 4 de septiembre de 1983. Sobre su intervención en el
mismo, puede verse Carlos R. Brandão (org.), Liçoes da Nicarágua. A
experiencia da esperança, Campinas, Papirus Livraria Editora, 1984.
4
A raíz del golpe de estado en Brasil, en 1964, y después de un breve
exilio en Bolivia, Freire se radica en Chile, de donde sale en 1969,
aunque vuelve más tarde durante el gobierno de la Unidad Popular.
Allí dicta clases en la universidad, desarrolla un amplio trabajo de
alfabetización en las áreas rurales y asesora diversos programas de
capacitación vinculados con la reforma agraria.
Algunos de los trabajos escritos durante su estadía en Chile son: “A
alfabetização de adultos. Crítica de sua visão ingenua, compreensão
da sua visão crítica” (1968), en P. Freire, Ação cultural para a liberdade
e outros escritos, 7a. ed., Río de Janeiro, Paz e Terra, 1984, p. 13-23;
“Ação cultural e reforma agraria “ (1968), ibid., p. 31-36; “O papel do
trabalhador social no processo da mudança” (1968), ibid., p. 37-41;
“Investigación y metodología de la investigación del tema generador “
(1968), en Carlos A. Torres (comp.), La praxis educativa de Paulo Freire,
128 ROSA MARÍA TORRES
que hay que tener aquí claros y lúcidos. Entonces, es probable que
uno, dos, tres o más puntos no puedan ni deban ser tocados, pero
que haya áreas en que podremos introducir reformas. Ahora, con
relación a las reformas, yo diría lo siguiente: la crítica a priori de las
reformas es ahistórica y, por lo tanto, antidialéctica [...] La historia
demuestra que hay ciertos momentos en que una reforma es hecha
y se sale, incluso, de las manos de quienes la hicieron, y asume
una posición de hecho que empuja al propio proceso más allá. De
ahí que se nos exige saber qué tipo de reformas debemos introdu-
cir, hoy en día, en un sistema educativo dado. (“La dimensión
política de la educación”, Cuadernos pedagógicos, no. 8, Quito,
CEDECO, marzo de 1985, p. 31-32. Ver también: “Conversando
con Paulo Freire”, Ginebra, 1975, en, Carlos A. Torres, comp., En-
trevistas con Paulo Freire, Ed. Gernika, México, 1978, p. 100).
En su último libro, por otra parte, vemos a Freire diciendo:
Evidentemente, la nueva educación, que en el fondo debe ser
entendida como una educación en proceso de permanente re-
novación, no se crea en su totalidad después de la llegada de la
revolución al poder. Ella comienza, en algunas de sus dimensio-
nes, mucho antes: en la movilización y en la organización popu-
lares para la lucha. (P. Freire y A. Faúndez, Por uma pedagogía
da pergunta, Paz e Terra, Río de Janeiro, 1985, p. 94).
9
Es importante aclarar que Freire diferencia explícitamente método de
conocer y método de enseñar. A este respecto decía en 1979: “A mí me
preocupa mucho más clarificar esa cuestión del método y situarme con
relación a él, en cuanto método de conocer y no en cuanto método de
enseñar. Es una cuestión epistemológica, y que, siendo epistemológica,
es política e ideológica, es también política e ideológica”. (L. Chiappini,
“Encontro com Paulo Freire”, Ginebra, 1979, en Educação e sociedade,
no. 3, Cortez e Moraes, Sao Paulo, 1979, p. 64).
10
El tema del liderazgo y, en particular, del liderazgo revolucionario, ha
sido objeto de amplias y críticas reflexiones de Freire a lo largo de
toda su obra. Desde la Pedagogía del oprimido (en particular el capí-
tulo IV), ha venido sistemáticamente abordando y cuestionando, en
la relación líderes-masas, la reproducción de patrones y métodos
autoritarios, antidialógicos y elitistas, y la visión de las masas como
receptoras pasivas de las decisiones de sus líderes.
El camino para la realización de un trabajo liberador efectuado por
el liderazgo revolucionario no es la propaganda liberadora. Este ca-
mino no radica en el mero acto de depositar la creencia en la liber-
tad de los oprimidos pensando conquistar así su confianza, sino en
el hecho de dialogar con ellos. Es preciso convencerse de que el
ENTREVISTA A PAULO FREIRE 131
23
“La relación entre métodos y finalidades”, dice Freire, “es, en el fondo,
la misma que existe entre táctica y estrategia. De este modo, en lugar
de ingenuamente absolutizar los métodos, los entiendo como al servi-
cio de finalidades, en la búsqueda de cuya realización se hacen y
rehacen” (“Algunas notas sobre concientización”, 1974, en P. Freire,
La importancia de leer y el proceso de liberación, op. cit., p. 91.) “Méto-
dos y técnicas, los cuales son obviamente indispensables, siempre se
crean y recrean en el contexto de su aplicación real. Lo que me pare-
ce fundamental es la posición clara que debe asumir el educador con
relación a su opción política. Esto implica valores y principios, una
posición con respecto al ‘sueño posible’ que se intenta lograr. Es im-
posible disociar técnicas y métodos de este ‘sueño posible’.” (“Are Adult
Literacy Programmes Neutral?”, Persépolis, Intemational symposium
for literacy, 3-8 de septiembre 1975, mimeo., p. 8).
24
Raúl Ferrer, educador y poeta cubano, vicecoordinador de la Campaña
nacional de alfabetización (1961) y posteriormente Director nacional
de educación obrera y campesina (EOC), autor de varios trabajos so-
bre la educación de adultos en Cuba. Invitado por el gobierno de Nica-
ragua, fue también asesor de la Cruzada nacional de alfabetización.
25
Freire fue invitado, efectivamente, a participar en el II Encuentro de
intelectuales por la soberanía de los pueblos de nuestra América,
celebrado en La Habana a fines de noviembre de 1985 y al que, final-
mente, tampoco pudo asistir.
26
Se refiere al I Congreso nacional de educación y cultura, celebrado
en La Habana entre el 23 y el 30 de abril de 1971. La cita textual del
discurso de clausura de Fidel, mencionado por Freire, decía: “[...]
sólo en un proceso revolucionario y sólo después de una Revolución
tan profunda como la que ha tenido lugar en nuestra patria, podía
tener lugar un congreso como este”. (En Referencias, vol. 2, no. 3,
Universidad de La Habana, Instituto cubano del libro, La Habana,
1971, p. 160).
27
Dicha crítica ha sido planteada, en el Brasil, fundamentalmente por
Vanilda Paiva y Dermeval Saviani. Ver al respecto V. Paiva, Paulo
Freire y el nacionalismo desarrollista, op. cit., y D. Saviani, “As teorias
da educação e o problema da marginalidade”, en D. Saviani, Escola e
democracia, 9a. ed., Cortez Editora, Sao Paulo, 1985, p. 7-40. Refi-
riéndose a su propuesta pedagógica con relación al movimiento de la
“nueva escuela”, decía Freire en 1984:
[...] esas propuestas no son aquí una especie de himno o de home-
naje a la “nueva escuela”, de la que yo sería (supuestamente) una
especie de representante tardío [...] Encuentro, inclusive, que la
“nueva escuela” tiene mucho de bueno. Fue una respuesta dentro
de un tiempo y de un espacio diferentes. No es que yo esté, con
eso, pretendiendo una ‘nueva escuela’ en la zona proletaria, como
si se tratase de agarrar algo que podría servir muy bien a los
140 ROSA MARÍA TORRES
2
Se refiere a la comparescencia de Fidel Castro en la televisión el 24 de
junio de 1987. [N. del E.].
3
En diciembre de 1986 tuvo lugar el III congreso del PCC, al que alude
el periodista. En abril de 1987 se había celebrado el V congreso de la
UJC. [N. del E.].
150 ESTHER PÉREZ Y FERNANDO MARTÍNEZ
4
P. Freire y A. Faúndez, Por uma pedagogía da pregunta, Paz e Terra,
Río de Janeiro, 1985. Se trata de un diálogo entre ambos autores,
realizado en Ginebra en agosto de 1984.
156 ESTHER PÉREZ Y FERNANDO MARTÍNEZ
5
En el habla brasileña popular el sujeto “a gente” toma significado de
“nosotros”. [N. del E.].
160 ESTHER PÉREZ Y FERNANDO MARTÍNEZ
P. F.: Sí, Rosa María Torres. ¿Tienen el libro? ¿No? Ahora que
he venido les voy a mandar la colección completa de mis
obras y de críticas sobre mi obra, las buenas y las malas.6
6
Se refiere al libro de la educadora ecuatoriana Rosa María Torres,
Educación Popular. Un encuentro con Paulo Freire, Bibliotecas Univer-
sitarias, Centro Editor de América latina, Buenos Aires, 1988. Un
extenso fragmento de este ha sido recientemente publicado por nuestra
editorial, como parte del volumen Palabras desde Brasil, Editorial
Caminos, La Habana, 1996, pp. 7-46 [N. del E.].
DIÁLOGO CON PAULO FREIRE 163
7
Se refiere al libro en coautoría con A. Faúndez, Por una pedagogía da
pregunta.
DIÁLOGO CON PAULO FREIRE 167
P.F.: Exacto.
DIÁLOGO CON PAULO FREIRE 169
5
P. Freire, “Pedagogía de la pregunta”, Revista Tarea no. 14, Lima 1986.
6
P. Freire, “Deben reinventarme, no repetirme”, en Educación de Adul-
tos, v.1, no. INEA, México, 1983.
CINCO CLAVES ÉTICO-PEDAGÓGICAS DE FREIRE 175
7
Ver en P. Freire, “Educación y participación comunitaria”, en Nuevas
perspectivas críticas en educación, Paidós, Barcelona, 1994, o en Pe-
dagogía da esperanca.
8
G. Mariño, “Freire: anotaciones para una lectura de la evolución de
sus planteamientos”, en Aportes 43, Dimed, Bogotá, 1996.
9
P. Freire, “Educación como práctica de la libertad”, Bogotá, De. Pepe.
S/f. “Investigación y metodología de la investigación del tema gene-
rador”, en La práxis educativa de P. Freire, compilador Torres C.,
Gernica, México, 1978.
10
P. Freire, “Pedagogía da esperanca”, Paz e Terra, Río Janeiro, 1992.
176 ALFREDO GUISO
11
P. Freire y D. Macedo, “Alfabetización lectura de la palabra y lectura
de la realidad”, Paidós, Barcelona, 1989. Este tema puede ser ras-
treado en Pedagogía del Oprimido. Cap.III.
12
Ídem.
CINCO CLAVES ÉTICO-PEDAGÓGICAS DE FREIRE 177
13
P. Freire y D. Macedo, “Alfabetización lectura de la palabra y lectura
de la realidad, Paidós, Barcelona, 1989.
14
Ibídem.
15
P. Freire, “Pedagogía da esperanca”, Paz e Terra, Río Janeiro, 1992.
178 ALFREDO GUISO
16
P. Freire, Pedagogía del oprimido, Siglo XXI, México, 1970.
17
P. Freire, “Educación y Participación comunitaria”, en Nuevas pers-
pectivas críticas en educación, Paidós, Barcelona, 1994.
18
P. Freire, Pedagogía da esperanca, Paz e Terra, Río Janeiro, 1992.
19
Ibídem.
CINCO CLAVES ÉTICO-PEDAGÓGICAS DE FREIRE 179
20
P. Freire, Pedagogía da esperanca, Paz e Terra, Río Janeiro, 1992.
21
Ibídem.
22
P. Freire, “La naturaleza política de la educación”, Paidós, Barcelona,
1990.
180 ALFREDO GUISO
23
P. Freire y D. Macedo, Alfabetización, lectura de la palabra y lectura
de la realidad, Paidós, Barcelona, 1989.
24
P. Freire, La naturaleza política de la educación, Paidós, Barcelona,
1990. En este punto Freire referencia a Kosik y su “Dialéctica de lo
concreto”.
25
P. Freire, La naturaleza política de la educación, Paidós, Barcelona,
1990.
CINCO CLAVES ÉTICO-PEDAGÓGICAS DE FREIRE 181
Antonio Gramsci
[...]
Es preciso destruir el muy difundido prejuicio de que la filoso-
fía es algo sumamente difícil por ser la actividad intelectual
propia de una determinada categoría de científicos especialis-
tas o de filósofos profesionales y sistemáticos. Es preciso, por
tanto, demostrar, antes que todo, que todos los hombres son
“filósofos”, y definir los límites y los caracteres de esta “filoso-
fía espontánea”, propia de “todo el mundo”, esto es, de la filo-
sofía que se halla contenida: 1) en el lenguaje mismo, que es
un conjunto de nociones y conceptos determinados y no sim-
plemente de palabras vaciadas de contenido; 2) en el sentido
común, y en el buen sentido; 3) en la religión popular y, por
consiguiente, en todo el sistema de creencias, supersticiones,
opiniones, maneras de ver y de obrar que se manifiestan en lo
que se llama generalmente “folklore”.
Después de demostrar que todos son filósofos, aun cuan-
do a su manera, inconscientemente, porque incluso en la
más mínima manifestación de una actividad intelectual cual-
quiera, la del “lenguaje”, está contenida una determinada
concepción del mundo, se pasa al segundo momento, el de la
crítica y el conocimiento, esto es, se plantea el problema de si
es preferible “pensar” sin tener conocimiento crítico, de ma-
nera disgregada y ocasional, es decir, “participar” de una
concepción del mundo impuesta mecánicamente por el
ambiente externo, o sea, por uno de los tantos grupos socia-
les en que uno se encuentra incluido automáticamente has-
ta su entrada en el mundo consciente (y que puede ser la
aldea o la provincia, que puede tener origen en la parroquia
y en la “actividad intelectual” del cura o del vejete patriarcal
cuya “sabiduría” dicta la ley; de la mujercita que ha heredado
1
Cornelius Castoriadis, El avance de la Insignificancia, Ed. Eudeba,
Buenos Aires, 1997; Erich Fromm, Ética y Psicoanálisis, Ed. Fondo
de Cultura Económica, México, 1991; Erik Erikson, Ética y Psicoaná-
lisis, Ed. Paidós, Buenos Aires, 1967. He desarrollado más amplia-
mente estas reflexiones en el libro Ética de la Autonomía. Desde la
práctica de la Psicología con las Comunidades, Ed. Roca Viva, Monte-
video, 1997. Guilles Deleuze, Différence et répétition, Presses
Universitaires de France, Paris, 1968. (trad. en español, Diferencia y
repetición, Ed. Júcar, Barcelona, 1988).
190 JOSÉ LUIS REBELLATO
2
Ernesto Che Guevara, “El socialismo y el hombre en Cuba”, en Obras,
Casa de las Américas, La Habana, 1957-1967, t.II: 382. Paco Ignacio
Taibo II, Ernesto Guevara, también conocido como el Che, Ed. Planeta,
México, 1997. Giulio Girardi, Dialéctica de amor y odio en la vida y en
el combate del Che, en Revista América Libre, 11 (julio 1997), 36-47.
3
Ernesto Guevara, Obr. Cit., t. II: 252.
4
Michael Löwy, “El humanismo revolucionario del Che”, en Revista Amé-
rica Libre, 11 (julio 1997), 87-91.
192 JOSÉ LUIS REBELLATO
Bibliografía
Rebellato, José Luis: “Gramsci: transformación cultural y proyecto
político”, en Trabajo Social, Montevideo, no. 3, 1986, p. 52-59.
______________: “El marxismo de Gramsci y la nueva cultura”, en
Para comprender a Gramsci, Nuevo Mundo, Montevideo, 1988,
p. 102-131.
______________: “Algunas reflexiones sobre educación popular, so-
ciedad civil, autonomía popular”, en Francisco Vio Grossi (ed.),
Educación popular, sociedad civil y desarrollo alternativo,
Aconcagua-CEAAL, Santiago de Chile, 1988, p. 103-114.
EDUCAR PARA TRANSFORMAR,
TRANSFORMAR PARA EDUCAR*
Capítulo 2
Carlos Nuñez
1
Institución de cobertura nacional con múltiples programas típicamente
asistenciales.
EDUCAR PARA TRANSFORMAR, TRANSFORMAR PARA EDUCAR 201
2
Los términos se vulgarizan y empiezan a ser utilizados sin propiedad
tanto por sectores que comparten la posición ideológica o la concep-
ción teórica que los genera, como incluso por quienes se sitúan en
posiciones antagónicas; así ha pasado con la famosa “concientización”,
“cambio de estructuras” y muchos otros, como praxis, que hoy día
muchos utilizan como un sinónimo “elegante y de moda” para hablar
de práctica. Queremos entender por praxis la concepción que integra
202 CARLOS NUÑEZ
El punto de partida
Pensamos que el punto de partida es la combinación de un
triple diagnóstico: por un lado, el reconocimiento sistemático
de la realidad objetiva, contextual, en la que el grupo u orga-
nización vive, actúa y/o realiza su acción.
Esta realidad abarca desde el ámbito más inmediato, más
cercano y más “vivido”, hasta aspectos que la afectan, pero
que no son, tal vez, percibidos en una primera fase; son as-
pectos de la realidad, que, independientemente del accionar
del grupo, influyen sobre el mismo.
Autodiagnosticar sistemática y procesualmente este con-
texto a diversos niveles, produce la comprensión crítica de
una realidad tantas veces vivida y sufrida, aunque quizás
nunca vista objetivamente.
El caso de una organización barrial que autodiagnostica
las condiciones objetivas de su hábitat3 es un ejemplo claro
de este primer diagnóstico, en su dimensión más simple.
3
Por hábitat entendemos la presencia y relación que se establece entre
el hombre y todos los elementos que condicionan su forma de resi-
dencia o de vida en un lugar determinado. Estos elementos pueden
ser materiales como vivienda, infra-estructura (calles, agua, drenaje,
alumbrado, etc.) servicios públicos (aseo, vigi-lancia, transporte, re-
creación, educación, etc.) sociales, culturales, económicos o políti-
cos. El hábitat de una organización barrial, es su propio entorno y su
propio contexto.
206 CARLOS NUÑEZ
4
A manera de ejemplo, retomemos solo como ilustración, el caso de la
organización barrial y su hábitat. El educador, en combinación y de
acuerdo con la organización a través de sus dirigentes, deciden ini-
ciar el autodiagnóstico tomando como “punto de entrada” o primer
208 CARLOS NUÑEZ
Teorización
Al calificarlo así, este proceso se convierte, desde el punto
mismo de partida, en un proceso de teorización, a partir de
la práctica, donde el método se convierte en el articulador
dialéctico entre la teoría que lo fundamenta y la realidad que
se pretende conocer.
El resultado inicial del autodiagnóstico —triple punto de
partida— constituye un nuevo nivel de conocimiento e inter-
pretación sobre su punto de partida. Es un primer distancia-
miento crítico sobre su realidad y su accionar; es un avance
en el nivel de conciencia e interpretación; constituye un paso
hacia la globalización y conciencia de pertenencia a la clase
y a la historia, elementos todos constitutivos —junto con otros
que profundizaremos— de lo que entendemos por teorizar.
En otras palabras, nos parece importante insistir que,
aunque el punto de partida no puede lograr un conocimiento
de la realidad y de sus leyes a un nivel de información e
interpretación verdaderamente teórico, sí constituye el pri-
paso, por ejemplo, la práctica del propio grupo. Esta decisión no sería
al azar, sino de acuerdo a las condiciones de la organiza-ción; supon-
gamos que la organización mantiene una tendencia muy cargada al
activismo, que la está conduciendo a acciones múltiples, sin estrate-
gia alguna o conciencia y conocimiento de su realidad. Quizá por
estas razones, se decida iniciar por autodiagnosticar justamente este
accionar. Sería la forma de iniciar; el punto de entrada. Pero oportu-
namente, el proceso de conocimiento y análisis de su práctica los
llevará a preguntarse por qué actúan así y con relación a qué reali-
dad es que actúan así. Por ello, en forma coordinada, se iniciaría un
reconocimiento crítico de su realidad, de su hábitat. No solo proble-
mas o deficiencias —como a veces se interpreta— sino la realidad
compleja, material, económica, social, cultural, política, etc. Con qué
cuentan, qué les falta, cómo interactúan, cuáles son sus valores y
costumbres, qué fuerzas —positivas o negativas— actúan, etc., re-
presentaría el autodiagnóstico de la realidad, que se integraría al
análisis de su práctica ya iniciado. El obtener su propia comprensión
de su realidad, su visión del mundo y por tanto, por qué actúan de
determinada manera, sería obviamente indispensable para comple-
tar el primer autodiagnóstico en su triple dimensión. No importa cuál
sea el punto de entrada; este podría haber sido otro.
EDUCAR PARA TRANSFORMAR, TRANSFORMAR PARA EDUCAR 209
Regreso a la práctica
Volver a la práctica constituye un regreso al punto de parti-
da, pero no entendido como retorno al punto original del cual
se partió, pues esto significaría la anulación del movimiento
dialéctico.
El proceso de reflexión teórica sobre el punto de partida
nos debe provocar el avance en términos no solo intelectivos,
sino en cuanto a calidad racional, organizativa y política de
las acciones transformadoras de la misma realidad de la cual
se partió.
No se trata de volver mecánicamente, sino de avanzar di-
námica y creativamente, aunque sin alejarnos nunca de nues-
tra propia realidad.
Por otro lado, no debe entenderse el regreso a la práctica
como un hecho final del proceso de educación; no hay que
pensar que hasta que se haya hecho todo un proceso teórico,
llevado al máximo de profundidad posible, se está capacitado
para volver a la práctica. Esta formulación rompería de nuevo
con la esencia del planteamiento dialéctico y con la teoría del
conocimiento que lo sustenta, porque no se estaría siendo co-
herente con la afirmación que sostiene que la práctica es la
fuente de conocimientos y el criterio de su verdad; no se estaría
verdaderamente teorizando, conforme lo hemos entendido, sino
especulando con conceptos vacíos y ajenos a la práctica.
Debemos distinguir y clarificar algo que ya fue señalado:
el proceso educativo no es siempre ni necesariamente sinó-
nimo de un evento educativo.
Cuando estamos hablando de una organización o grupo po-
pular, estamos partiendo del hecho de que ese grupo realiza
214 CARLOS NUÑEZ
Origen de la comunicación
La comunicación es una conquista de la naturaleza.1 Si ob-
servamos la evolución de la vida, desde sus formas más
primitivas veremos que aparecen diversos tipos de
interacciones. En un largo período evolutivo estas se basa-
ban exclusivamente en recursos biológicamente significati-
vos, unas sustancias emitidas por un individuo repelían a
otro de su especie (o de otra) por ser tóxicas o abrasivas;
otros inmovilizaban físicamente a otro individuo para lo-
grar la reproducción, o para comérselo, por ejemplo.
Sin embargo, en un momento del desarrollo filogenético
de ciertas especies aparece un nuevo tipo de interacción que
no se basaba en este principio sino en la producción, por
Comunicación y poder
En la actualidad se escribe mucho sobre la comunicación,
múltiples conceptos pueden ser encontrados en la abundante
literatura sobre el tema, pero todos esos conceptos pueden
218 JOSÉ R. VIDAL
2
José Ramón Vidal, Medios y públicos: un laberinto de relaciones y
mediaciones, Editorial Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 2002,
p. 13.
3
Es decir la complementación entre la prensa escrita, la radio, el cine,
la televisión y más tarde las redes digitales.
PENSEMOS EN LA COMUNICACIÓN 219
4
Se destacan especialmente la estética de la recepción, en primer tér-
mino la Escuela de Constanza, alemana (derivada de la hermenéuti-
ca literaria tradicional y representada por Wolfgang Iser y Hans Robert
Jauss), la semiótica interpretativa de Umberto Eco, el dialoguismo
del teórico ruso Mijail Bajtin y la gramática transformacional de Stanley
Fish.
220 JOSÉ R. VIDAL
5
Raymond Williams: Cultura: sociología de la comunicación y del arte,
Ediciones Paidós Ibérica, BuenosAires, 1981, p. 13.
6
José Ramón Vidal, op. cit., p. 58.
PENSEMOS EN LA COMUNICACIÓN 221
7
Roberto Grandi: Texto y contexto en los medios de comunicación, Bosh
Casa Editorial, Barcelona, 1995.
8
Stuart Hall, “Encoding and decoding in television discourse”, 1980.
222 JOSÉ R. VIDAL
9
Una mediación es la intervención de un elemento de un sistema en la
relación entre dos elementos de otro sistema.
PENSEMOS EN LA COMUNICACIÓN 223
10
La teoría de las mediaciones ha tenido su desarrollo principal en
América Latina a partir de la propuesta de Jesús Martín Barbero,
Guillermo Orozco y otros importantes investigadores de la comunica-
ción de nuestro continente. Ver Jesús Martín Barbero, De los medios
a las mediaciones: comunicación, cultura y hegemonía, Editorial Gus-
tavo Gili, México 1987 y Guillermo Orozco Gómez, “La audiencia frente
a la pantalla”, en Diálogos de la comunicación, no. 30, Lima, 1991.
PENSEMOS EN LA COMUNICACIÓN 225
Comunicación popular
Quienes se identifican con estos valores, necesitan entonces
trasformar su visión de la comunicación y pensar cómo van
a modificar sus prácticas comunicativas para que estas re-
sulten congruentes con sus propósitos. Ello no resulta fácil
porque somos portadores inconcientes de los modelos de
dominación,11 por lo que cambiar el modelo comunicativo es
una transformación de nosotros mismos.
Por otra parte, vivimos en un mundo donde hay un predo-
minio de los modelos y medios de comunicación al servicio
de la dominación. ¿Qué hacer desde los sectores populares
ante esta situación? La respuesta a esta pregunta debe ser el
resultado de una construcción colectiva, de una síntesis de
experiencias diversas. Los invitamos a todos y todas a su-
marse a esta reflexión.
Se nos ocurre para empezar que debemos aprender a ser
receptores críticos de los mensajes que recibimos desde el siste-
ma de medios masivos al servicio de los centros de poder. Pero
debemos tener presente que para generar un pensamiento críti-
co legítimo hacia los demás, hay que ejercerlo hacia uno mismo.
Hay que desmontar además, los mensajes mediáticos, fomentar
la práctica de contextualizar, en otras palabras, confrontar con
nuestra realidad, lo que nos dicen, desde cualquier parte.
Si nos detenemos a pensar, veremos que sólo podrían enga-
ñarnos acerca de aquello que está fuera de nuestras vivencias,
de nuestra práctica. Pero es que también, hoy podemos comu-
nicarnos muchas veces con los que viven otras realidades sin
necesidad de creer a pie juntillas lo que nos dicen los medios
de comunicación, que son intermediarios entre aquellos y
nosotros. Para eso pueden sernos útiles las redes digitales,
ya que pueden conectarnos directamente con redes huma-
nas similares a las que nosotros pertenecemos.
11
Esto ocurre no sólo con los modelos comunicativos sino también con
los con modelos pedagógicos y con las formas y mecanismos de ejer-
cicio del poder (ya sea en la sociedad, en las instituciones, grupos y
hasta en nuestras familias).
PENSEMOS EN LA COMUNICACIÓN 227
La actitud de comunicar
Todos podemos, pero no todos sabemos comunicarnos. Co-
municar es una actitud y es una capacidad que podemos y
debemos adquirir. Para ello no basta con saber qué quiero
decir, sino también a quién se lo quiero decir. Conocer al
destinatario, sus necesidades, sus intereses. Esto determi-
nará la forma de nuestro mensaje. Será un mensaje cerrado,
un monólogo que el destinatario recibe o un mensaje abierto,
que trata de establecer un diálogo.
Para esto es fundamental nuestra capacidad de empatía,
de ponernos en el lugar del otro, de “sintonizar” con él, formu-
lando nuestro mensaje a partir de sus experiencias, vivencias
y aspiraciones. Él está esperando que le hablemos de las co-
sas que le interesan a él y no de las que nos interesan a noso-
tros. La verdadera comunicación no comienza hablando sino
escuchando. La principal condición del buen comunicador es
saber escuchar.
Esta capacidad de empatía y comunicación es una capa-
cidad que podemos desarrollar con paciencia, cariño y res-
peto hacia el otro, cualquiera sea el nivel de inteligencia y de
conciencia en que se encuentre.
Algunas cosas pueden ayudarnos. Pensar en gente con-
creta que conocemos y que sea representativa de la gente a
la que nos dirigimos. Gente de carne y hueso, que aparezca
en nuestro mensaje, que dialoguemos con ellos.
La claridad
Parece evidente, pero no tanto. Debemos ser claros en las
palabras y en la expresión. Las reglas gramaticales y de re-
dacción tiene mucha importancia. Frases cortas y sencillas.
Los lenguajes
Hay un lenguaje escrito, un lenguaje oral, un lenguaje de los
olores, de los gestos, de la forma de vestirse. La música y el baile
son lenguajes. Es importante que no nos quedemos en la utiliza-
ción de uno o dos lenguajes (el escrito, el oral, por ejemplo).
Pero también tenemos que saber que cada lenguaje tiene
sus reglas. El lenguaje escrito no se puede usar como el oral.
Cuando hablamos hacemos gestos, subidas y caídas de la
voz, que en el papel desaparecen. El lenguaje gráfico o visual
de la historieta, por ejemplo, tiene sus reglas, no podemos
usarlo como un simple texto ilustrado.
Objetivos
Más que tratar de explicar en teoría lo que entiendo por “co-
municación popular”, lo que se me hace un poco difícil, pre-
fiero contar mi experiencia.
Formo parte de un grupo de comunicación popular del
barrio La Mata.
Como pasa casi siempre, el grupo ha ido cambiando de
gente. De los fundadores, de los que empezamos, quedamos
algunos.
Otros se retiraron a raíz de una crisis que hubo en el gru-
po; en cambio, entraron otros nuevos.
Pero no solo cambiaron las personas. A lo largo de todo
un proceso que hicimos, cambió también la manera, el estilo
de hacer comunicación.
¿Emisores o facilitadores?
Yo creo que lo que nos pasaba al principio es que, sin darnos
cuenta, teníamos demasiado metido dentro de nosotros ese
modelo, esa manera de “comunicar” de los medios masivos.
Nos parecía que esa era la única manera natural y posible.
Nosotros éramos los emisores y el pueblo el receptor.
A lo largo de un proceso, estamos tratando poco a poco de
liberarnos de ese modelo. Nosotros no tenemos que ser los
emisores. El emisor es la comunidad. En mi caso, la gente de
La Mata. Es la comunidad la que tiene que comunicar a tra-
vés nuestro. Nosotros somos los FACILITADORES, los OR-
GANIZADORES, los ANIMADORES de esa comunicación.
2
J. Díaz Bordenave, Participación y sociedad, Ed. Búsqueda, Buenos
Aires, 1985.
3
M. T. Sirvent, “Educación y formación del ciudadano”, en Educo, no. 6,
Buenos Aires, 1987.
4
N. Díaz Bordenave, op. cit., p. 68.
SOBRE EL USO DELAS TÉCNICAS DE PARTICIPACIÓN 249
- INVESTIGAR PROBLEMAS
- ESCUCHAR
- REFLEXIONAR
- TOLERAR DIVERGENCIAS
- ANTICIPAR CONSECUENCIAS
- RESPETAR OPINIONES
- ELABORAR Y VALORAR PROYECTOS
- RESOLVER CONFLICTOS
- USAR MÉTODOS Y TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN
- ACLARAR SENTIMIENTOS Y COMPORTAMIENTOS
DISTINGUIR:
- EFECTOS DE CAUSAS
- OBSERVACIONES DE INFERENCIAS
- HECHOS DE JUICIOS DE VALOR
- COORDINAR DEBATES
- POSTERGAR GRATIFICACIONES
IMPEDIR:
- MANIPULACIÓN
- AUTORITARISMO
- PATERNALISMO
- FORMALISMO
- BUROCRATISMO
RECHAZAR LO INADECUADO
SUPERAR LOS OBSTÁCULOS
RESPONSABILIZARSE
BUSCAR ALTERNATIVAS
ORGANIZAR TAREAS CONJUNTAS
Para finalizar, algunas recomendaciones prácticas para el
buen uso de las técnicas participativas:
• Todo curso debería comenzar por la presentación del pro-
fesor, el encuadre —explicación de las normas de funcio-
namiento, los objetivos, el temario y la bibliografía— y la
250 ALICIA MINUJIN ZMUD
1
Ese fue el nombre original del que ahora se denomina Programa de
educación popular y acompañamiento a experiencias locales.
EL DISEÑO: ¿HERRAMIENTA O VISIÓN? 255
2
El Programa Regional Coordinado de Educación Popular ALFORJA
articula el trabajo de siete ONG de Centroamérica y México: el Centro
de Estudios y Acción Social Panameño (CEASPA); el Centro de Estu-
dios y Publicaciones (CEP), de Costa Rica; el Centro de Documenta-
ción y Comunicación Popular (CANTERA), en Nicaragua; el Centro de
Documentación Popular de Honduras (CENCOPH); la Fundación
Promotora de Cooperativas (FUNPROCOOP), en El Salvador; Servi-
cios Jurídicos y Sociales (SERJUS), en Guatemala; y el Instituto Mexi-
cano para el Desarrollo Comunitario, A.C. (IMDEC).
EL DISEÑO: ¿HERRAMIENTA O VISIÓN? 257
3
Carlos Núñez Hurtado: Educar para transforma, transformar para edu-
car, Editorial IMDEC, 1992.
4
Consejo de Educación de Adultos de América Latina.
258 MARA LUZ MANZONI, CARLOS NÚÑEZ Y MARTHA ALEJANDRO
5
CEPIS: Centro de Educación Popular del Instituto Sedes Sapientiae,
de Sao Paulo, Brasil.
EL DISEÑO: ¿HERRAMIENTA O VISIÓN? 259
6
Celebrado del 30 de abril al 4 de mayo del 2004, en el CMMLK.
7
Se refiere a Esther Pérez, fundadora junto a Mara Manzoni del progra-
ma de educación popular del CMMLK.
260 MARA LUZ MANZONI, CARLOS NÚÑEZ Y MARTHA ALEJANDRO
8
Se refiere a los paneles de corcho.
262 MARA LUZ MANZONI, CARLOS NÚÑEZ Y MARTHA ALEJANDRO
ejemplo, decimos que hay que ser creativos para ser ame-
nos, hay que cantar, pero eso depende de las personas, de
nuestro objetivo, de nuestra intencionalidad política, del tema.
Todo lo diseñado debe estar integrado a lo que se hará du-
rante toda la actividad educativa, sea un encuentro o un
taller. Hay que cuidar siempre que no sean aspectos que
vayan por direcciones opuestas.
3
Para profundizar en el tema ver Ana P. Quiroga: El proceso de educa-
ción según Paulo Freire y Enrique Pichon-Riviêre, Ediciones Cinco,
Argentina, 2000.
LA COORDINACIÓN: UNA ÍNTIMA Y ESENCIAL PLURALIDAD 279
4
Cf. Magaly Muguercia: El escándalo de la actuación, Editorial Cami-
nos, La Habana, 1996.
LA COORDINACIÓN: UNA ÍNTIMA Y ESENCIAL PLURALIDAD 285
5
Para mayor información sobre la evaluación de los talleres básicos de
educación popular ver Martha Alejandro: “Una invitación al creci-
miento colectivo”, tesis de maestría, Intranet y Biblioteca del CMLK,
2002.
6
Martha Alejandro y Elena Socarrás: El trabajo grupal, Editorial Cami-
nos, La Habana, 1997, p. 51.
LA COORDINACIÓN: UNA ÍNTIMA Y ESENCIAL PLURALIDAD 287
1
Orlando Fals Borda, “Algunos ingredientes básicos” en Selección de
lecturas sobre Investigación-Acción Participativa, Asociación de peda-
gogos de Cuba, La Habana, 1999, p. 31.
DIAGNÓSTICO: UN ACERCAMIENTO AL TEMA 295
2
Gómez. M y L. Suárez, “Investigación-Acción participativa” en Metodo-
logía de la investigación cualitativa. Selección de textos, Editorial Ca-
minos, La Habana, 1999, p. 41.
296 MARÍA ISABEL ROMERO Y CARMEN NORA HERNÁNDEZ
2
María A. Tovar. “Psicología Social Comunitaria: Una alternativa teóri-
co metodológica desde la subjetividad”. Tesis de Doctorado, La Haba-
na, 1994.
APUNTES SOBRE EL TRABAJO COMUNITARIO 299
3
Ver “Nuevas estrategias educativas”, en personal2. redestb.es/rammax
tasoc.htm
4
Joao Viegas Fernández, “La relevancia de Paulo Freire para la educa-
ción popular a nivel mundial”, en La Intervención Comunitaria. Edito-
rial Espacio, Argentina, 2000.
APUNTES SOBRE EL TRABAJO COMUNITARIO 301
5
La crisis económica, conocida como Período especial, es responsable
en parte de ese proceso. Las soluciones diversas que las personas
“inventaban” para la solución de sus problemas, algunos de los cua-
les eran locales, del barrio, fue parte de ese desarrollo. De otra parte,
una relativa incidencia en este auge del protagonismo popular puede
vincularse con la inserción más amplia del país, y de las institucio-
nes, en la cooperación internacional, muchas de cuyas agencias de
alguna manera exigían más participación de los llamados “beneficia-
rios” en la toma de decisiones.
302 MARÍA ISABEL ROMERO
6
Me refiero aquí a los modelos pedagógicos caracterizados por la tras-
misión de conocimientos del educador o educadora hacia los
educandos, concibiéndolos como depósitos vacíos que deben ser lle-
nados.
APUNTES SOBRE EL TRABAJO COMUNITARIO 303
7
Nos referimos a la cultura como matriz generadora de valores, com-
portamientos sociales, formas de comunicación, actitudes, hábitos,
costumbres.
APUNTES SOBRE EL TRABAJO COMUNITARIO 305
8
Centro Memorial Dr. Martín Luther King, Jr.
9
Hasta la fecha se han capacitado a través de nuestro programa: do-
centes, investigadores, psicólogos, psicólogas, sociólogos, arquitec-
tos y arquitectas de la comunidad, médicos y médicas de la familia,
delegados del poder popular, líderes eclesiales, instructores en ins-
tructoras del partido, miembros de los talleres de transformación in-
tegral del barrio, extensionistas agrarios, promotores y promotoras
culturales, entre otros que realizan trabajos educativos que redun-
dan en beneficio colectivo.
10
María Clemencia Castro: La psicología, los procesos comunitarios y la
interdisciplinariedad, Universidad de Guadalajara, México DF, 1993,
p. 38.
306 MARÍA ISABEL ROMERO
11
Pueden ser líderes formales, informales, miembros fundadores de los
barrios, y en el caso de proyectos de colaboración extranjera, miem-
bros de la contraparte.
308 MARÍA ISABEL ROMERO
1
El término “patriarcado” se utiliza de distintas maneras para definir la
ideología y estructuras institucionales que mantienen la opresión de
las mujeres. Es un sistema que se origina en la familia dominada por
el padre, estructura reproducida en todo el orden social y mantenida
por el conjunto de instituciones de la sociedad política y civil. La es-
tructura patriarcal promueve un orden social, económico, cultural,
312 CARMEN NORA HERNÁNDEZ
2
Discriminación: es la denegación arbitraria de poder, privilegios o
estatus a los miembros de un grupo que posee iguales capacidades y
calificaciones que los del grupo dominante.
3
Prejuicio: Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca
de algo que se conoce mal. (Tomado del Diccionario de la Real Acade-
mia Española de la lengua. http://buscon.rae.es/diccionario).
314 CARMEN NORA HERNÁNDEZ
Componentes de análisis
En la literatura sobre el tema se reconocen siete componen-
tes básicos para el análisis de género, estos son:
1. La división sexual del trabajo. Es el punto de partida para
identificar las diferencias entre las actividades y los roles
EL GÉNERO EN EL TRABAJO COMUNITARIO 315
2
Formada por diferentes organismos de la sociedad civil que se incli-
nan por esta corriente de pensamiento, y cuyos educadores popula-
res (con proyectos de acción socionatural), CEAAL, en tanto red
regional, convoca en 1990 para construir un espacio de reflexión e
intercambio de experiencias sobre prácticas concretas. La REPEC ha
jugado un papel fundamental en la organización de talleres latinoa-
mericanos, la elaboración de materiales de divulgación y capacita-
ción. También coordinó esfuerzos internacionales para la elaboración,
aprobación y divulgación del Tratado de Educación para Sociedades
Sustentables y Responsabilidad Global, entre otros. Todo este traba-
jo dio a la luz, en 1994, al libro Educación Popular Ambiental en Amé-
rica Latina.
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 323
3
“América Latina y el Caribe representan la mayor biodiversidad del plane-
ta […]. Ahí se localizan no menos de 120 especies de plantas con flores.
El número total de especies vegetales rebasa sin duda las 180 mil. Es
oportuno destacar que el más pequeño y maltratado de los países de la
América continental, El Salvador, con una extensión semejante a la de
una comunidad autónoma española o a la de un lander alemán, presen-
ta una variedad de aves y mamíferos superior a la del continente europeo
en su conjunto. Fernando Tudela: “Diez tesis sobre medio ambiente y
desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe”, 1991.
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 325
4
Colectivo de autores: Educación Popular Ambiental en América Lati-
na. Síntesis de la problemática ambiental en América Latina, 1994,
pp.16-17.
326 JESÚS FIGUEREDO
5
Fernando Mires, en su libro El discurso de la naturaleza. Ecología y
política en América Latina, de 1990 planteaba: “El hecho de que la
ecología no hablara nos muestra simplemente que eran otras las for-
mas comunicativas que predominaban los ambientes de producción
cultural”. Su afirmación, sin duda, está fundamentada en la teoría
gramsciana sobre la confrontación de las ideas en la producción cul-
tural. En el propio libro se constata que, “[…] para decirlo en pala-
bras que podría haber usado Antonio Gramsci, cuando una
determinada concepción del mundo ha perdido su carácter hegemó-
nico, a partir de ese momento se abren inevitablemente, grietas a
través de las cuales penetran los “saberes reprimidos”, o simplemen-
te mantenidos al margen de los centros de poder decisional”.
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 327
6
Colectivo de autores: Educación popular ambiental en América Latina,
1994, pp. 20 y 22.
330 JESÚS FIGUEREDO
7
El proceso de institucionalización de la educación ambiental es con-
siderado a partir de que surge como mandato de las Naciones Uni-
das en la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Ambiente Humano. Ahí se definió la educación como uno de los fac-
tores más importantes para poder establecer relaciones sostenibles
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 331
10
Ver en Esther Pérez: “El Centro Memorial Dr. Martin Luther King,
Jr.”, en Freire entre nosotros, 2004, p. 23.
11
Se entiende como tal al conjunto de insumos agroquímicos, fertili-
zantes, insecticidas, pesticidas, herramientas, maquinarias y otros
materiales utilizados para la producción, investigación y desarrollo
de un sistema agrícola concreto, que dependen en general de energía
de origen fósil. Tales insumos subsidiados expresan dos costos ne-
gativos: su carestía en términos financieros y su impacto en el dete-
rioro de la naturaleza. Ambos son mucho más elevados que los niveles
de producción y desarrollo agrícola a que contribuyen.
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 335
12
Corriente industrialista, tecnológica aplicada al desarrollo agrícola,
que se caracterizó principalmente por la introducción en la produc-
ción agrícola de maquinarias, productos agroquímicos, planes de
manejo y cultivo de suelo que posibilitaran una mayor producción en
menor tiempo y con menor esfuerzo físico.
336 JESÚS FIGUEREDO
13
El nuevo concepto de desarrollo a que hago referencia es el asumido
en la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el ambiente
humano, celebrada en Estocolmo en 1972, durante la Declaración
sobre un Nuevo Orden Económico, que toma en consideración la sa-
tisfacción de necesidades espirituales y materiales de los seres hu-
manos, la pluralidad existente en las sociedades del planeta, y el
balance y armonía entre la sociedad y la naturaleza. A partir de ello,
y como mandato de la Conferencia, se sucede una serie de eventos
internacionales y regionales llamados a establecer los principios de
la educación ambiental y la elaboración de estrategias nacionales en
correspondencia con la dimensión de desarrollo antes expuesta.
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 337
14
Aurora Camacho y Liliana Ariosa: Diccionario de términos ambienta-
les, 2000. Según las autoras de este libro, el término está considera-
do como categoría de trabajo del área de política ambiental del país y
se define como: “Entorno geográfico, tanto superficial como subterrá-
neo, integrado por componentes naturales y complejos de diferente
rango taxonómico, formado bajo la influencia de los procesos natura-
les y de la actividad modificadora del hombre”.
338 JESÚS FIGUEREDO
Enfoque ecológico
Su esencia, en palabras de Fernando Mires,15 está dada por
el carácter “extrabiológico” de la ecología, es decir, por su
dimensión política. Me refiero con ello al tránsito del tema
ecológico desde las ciencias naturales al campo de lo político
y lo social.
Aunque de esta dimensión política una de las expresiones
más conocidas es la irrupción del partido de los verdes en
las campañas electorales de los países europeos, la politicidad
de la ecología va más allá de las luchas electorales. El enfo-
que ecológico se refiere a un paradigma, una cosmovisión
del mundo sobre lo ecológico.
Tal paradigma se origina en la crítica al desarrollo
industrialista de las sociedades capitalistas. Él se contrapo-
ne a las visiones de “progreso” que fomentan concepciones y
actitudes consumistas, reproducidas en el mundo por apa-
ratos de dominación hegemónica como el propio mercado
que hoy opera a nivel global.
Por lo tanto, no acepta aquellas visiones reduccionistas
que simplifican la interpretación de la problemática ambien-
tal al deterioro de los recursos naturales, con la consiguiente
15
Chileno. Doctor en Ciencias Económicas y Sociales. Es uno de los
más firmes adversarios de las ideologías de crecimiento económico
presentes en el paradigma del desarrollo industrialista. Es fiel expo-
nente de la corriente política del pensamiento ecológico en América
Latina.
340 JESÚS FIGUEREDO
16
Fernando Mires: El discurso de la naturaleza. Ecología y política en
América Latina, 1990, p. 12.
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 341
17
Categoría de investigación psicológica asumida como “[…] elemento
de la subjetividad que constituye una recreación del contexto
interaccional del sujeto, portadora del significado que, de forma más
o menos consciente, este atribuye a sus acciones. Sintetiza el senti-
do, las razones y fundamentos que el individuo asigna a sus actos.
M. Perera citado en La perspectiva metodológica en el estudio de las
percepciones socioambientales. La población cubana y comunidades
locales, 2006, p.6.
342 JESÚS FIGUEREDO
Enfoque marxista
Como hemos dicho, en América Latina y en otras partes del
mundo a finales de los ochentas y principios de los noventas
se fortalece el cuestionamiento a los paradigmas de desarro-
llo existentes, y especialmente al modelo capitalista de de-
sarrollo globalizado.
En esos cuestionamientos, las viejas, pero pertinentes y
vigentes categorías de análisis marxistas sobre el desarrollo
de las fuerzas productivas —el valor, las relaciones entre pro-
ducción, distribución y consumo, etc.— se hacen objeto de
crítica dentro del debate colectivo y la producción cultural,
sobre todo, desde diferentes tendencias y corrientes ecológicas.
Algunas tendencias descalificaban el marxismo desde un
superfluo análisis condicionado, entre otros factores, por las
pretensiones científicas del materialismo dialéctico stalinista,
por su relación con el fallido intento del socialismo real en la
ex Unión Soviética, y desde posiciones conocidas como de
“críticos verdes del marxismo”.18
18
James O´Connor: Causas naturales. Ensayos de marxismo ecológico,
2000, pp.16-18
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 343
19
James O´Connor, es director del Centro de Política ecológica en San-
ta Cruz, California. En la actualidad está retirado de de la enseñanza
de sociología, economía y estudios ambientales de la Universidad de
California.
344 JESÚS FIGUEREDO
Enfoque pedagógico
De estos tres enfoques, este quizás, sea uno de los más im-
portantes. Nos propone acercarnos aún más a las maneras
de concebir e implementar las posiciones y enfoques anterio-
res en nuestra práctica educativa, en coherencia con las de-
mandas de nuestros contextos.
Debe tenerse en cuenta que, al menos en el caso cubano,
el enfoque que pasaremos a fundamentar ha encontrado
20
Fernando Mires: El discurso de la naturaleza. Ecología y política en
América Latina, 1990, p.47.
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 345
21
Joaquín Esteva Peralta y Javier Reyes Ruiz: Educación popular am-
biental. Hacia una pedagogía de la apropiación del ambiente, 2000.
346 JESÚS FIGUEREDO
22
Francisco Larroyo: Historia general de la pedagogía, 1981.
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 347
23
Joaquín Esteva Peralta y Javier Reyes Ruiz: Educación popular am-
biental. Hacia una pedagogía de la apropiación del ambiente, 2000.
348 JESÚS FIGUEREDO
24
Desde la teoría ambiental, un sistema complejo se identifica con la
articulación de diferentes categorías sociales y naturales. Por ejem-
plo, la propia categoría de paisaje que utilicé antes.
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 349
A manera de cierre
La educación popular ambiental constituye una corriente de
la pedagogía ambiental que surge como propuesta educativa
del ambientalismo político latinoamericano. Se nutre de las
ideas educativas que asumen y promueven la función social
y política de la educación y está orientada a la aprehensión
del ambiente desde una visión crítica, participativa y com-
pleja de la realidad.
Su principal finalidad está en contribuir a que los sujetos
implicados en ella aprendan a aprender la complejidad am-
biental, a construir estrategias de gestión y manejo ambien-
tal coherentes con la multicausalidad, multidirecionalidad y
el carácter sistémico de los problemas ambientales. Solo de
esa forma se podrá incidir en entidades colectivas de deci-
sión, donde hagan valer sus propuestas de solución sobre
las problemáticas de sus realidades socionaturales.
Si queremos hacer educación popular ambiental debemos
concebir un proceso educativo consecuente con el carácter
biosicosocial del ser humano, que promueva el saber cono-
cer, saber ser y saber hacer desde y en el sistema sociedad-
naturaleza que somos y en el que actuamos.
Educar ambientalmente desde este enfoque debe signifi-
car, ante todo, asumir y concientizar el carácter político de
las acciones a favor del desarrollo sostenible en nuestras lo-
calidades, territorios, países, regiones y a nivel global.
LA EDUCACIÓN POPULAR AMBIENTAL, UNA RESPUESTA... 351
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