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Nada intuyeron aquella maana cuando la vieron cambiar los muebles de la casa
de un lugar a otro sin motivo aparente, cuando olvido que su trabajo quedaba
solo a una cuadra de la casa, cuando peleaba con el resto de la familia porque le
haban escondido sus cosas. Pocos meses despus llegaran las primeras
sospechas: hablaba sola, contaba dos, tres, cuatro veces las cosas dentro de la
casa, confunda el nombre de los nietos, que haba visto nacer y ayudaba a criar.
Los das, meses, aos peores sobrevendran despus cuando sus piernas se
negaron a caminar y el cuerpo comenz a engarrotarse. Tuvieron que aprender a
distinguir si tena hambre por los movimientos de la boca, si haba que acostarlo
porque el cuerpo entero se le entumeca de estar sentado, si le molestaba el
ventilador, si la intranquilidad anunciaba el cambio de ropa ya mojada.
En el intento por alargarle la vida, los hijos perdieron la fuerza de los brazos,
adelgazaron, acomodaron sus empleos y sus vidas a las de su madre, y aun
veinte aos despus de la aparicin de esos primeros sntomas, Alzheimer es
una palabra demasiado complicada para que sea mencionada por la familia.