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Poemas de Luis Cernuda

De Donde habite el olvido (1932-1933)

Donde habite el olvido

Donde habite el olvido,


En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo slo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje


Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran regin donde el amor, ngel terrible,


No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia area mientras crece el tormento.

All donde termine este afn que exige un dueo a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin ms horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean ms que nombres,


Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de nio.

All, all lejos;


Donde habite el olvido.

De Con las horas contadas (1950-1956)

Poemas para un cuerpo


IV Sombra de m

Bien s yo que esta imagen


Fija siempre en la mente
No eres t, sino sombra
Del amor que en m existe
Antes que el tiempo acabe.

Mi amor as visible me pareces,


Por m dotado de esa gracia misma
Que me hace sufrir, llorar, desesperarme
De todo a veces, mientras otras
Me levanta hasta el cielo en nuestra vida,
Sintiendo las dulzuras que se guardan
Slo a los elegidos tras el mundo.

Y aunque conozco eso, luego pienso


Que sin ti, sin el raro
Pretexto que me diste,
Mi amor, que afuera est con su ternura,
All dentro de m hoy seguira
Dormido todava y a la espera
De alguien que, a su llamada,
Le hiciera al fin latir gozosamente.

Entonces te doy gracias y te digo:


Para esto vine al mundo, y a esperarte;
Para vivir por ti, como t vives
Por m, aunque no lo sepas,
Por este amor tan hondo que te tengo.

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