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La epopeya de Belen

Ayer, una vez ms, distintas organizaciones sociales salimos a la


calle para romper con las lgicas polticas y patriarcales, que
nos condenan a ser desiguales, bajo la sospechosa afirmacin de
machistas tribunales, que lo que nos desiguala son nuestras
diferencias.

No rob, no mat, no viol, pero est presa.

Beln fue al hospital con dolores abdominales, y en el mismo momento


que le dieron el alta, qued privada de su libertad. No saba que estaba
embarazada, tuvo un aborto espontneo, y la acusaron de asesina.
Esperaba volver pronto a su casa con su familia, pero el equipo de la
salud pblica que la atendi la acus de homicida, y se cag en el
secreto profesional. Hubo un feto encontrado en un bao, un estudio de
ADN que nunca se realiz porque para el mdico, que actu de juez,
eran suficientes las coincidencias, y una mujer que sin saber qu
pasaba, ya tena sentencia dictada. Hubo hombres policas interviniendo
en sus partes ntimas, y un cura ofrecindole el arrepentimiento. Ella fue
vctima de un sin fin de violaciones a sus derechos, y hace dos aos est
presa, aunque nunca se hayan comprobado los hechos.

Por eso, miles de personas marcharon en Tucumn, en apoyo a Beln,


pidiendo liberacin inmediata y absolucin.

Soledad Deza, su abogada, expres: Beln est mucho ms fuerte por


el calor de la gente, y eso le hace bien.

El camino para que la causa de Beln resuene en todo el mundo,


despertando la esperanza de algn da encontrarla en cualquier plaza,
va dejando aprendizajes de organizacin paridos en la lucha. Para la
Mesa de Apoyo, esta marcha multitudinaria fue un gran logro. Es un
triunfo feminista, de todo el movimiento de mujeres, que hemos logrado
sobreponer una demanda social, a la mezquindad de la lgica de los
partidos polticos.

Su nombre suena fuerte, y sus palabras van directo al corazn:


Buscan culpables o buscan justicia? comienza la carta escrita por
Beln, que su abogada ley frente a la Casa de Gobierno, interpelando a
toda una sociedad, y particularmente a los responsables de impartir
justicia.
Por eso, para que dejen de persistir el miedo a ir al hospital pblico, a
ser pobre, y a ser mujer nos quedan las calles, nos queda la lucha.

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