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UNIVERSIDAD DEL VALLE DE MÉXICO

Presenta:

Cruz Montijo Carlos Humberto

Encinas Guerrero Francisca Marielos

Moreno Torres Laura G

Profesora:

Carmen Alicia Munguía

“Las competencias y la filosofía de la educación basada en


competencias”

21 de noviembre de 2009
INTRODUCCIÓN

La Educación Basada en Competencias tiene sus orígenes en el ámbito


laboral, es por eso que algunos conceptos tales como normas de competencia
laboral, nivel de competencia o clasificación de competencias se cuelan en un
ensayo sobre educación.

El presente ensayo está dividido en dos secciones: la normalización de las


competencias y la evaluación de las mismas, donde su principal propósito es
definir conceptos claves como el de normalización de competencias y evaluación.

En la primera sección denominada “la normalización de competencias”, se


hablará en un principio del significado de dicho concepto, así como la cobertura y
proceso de normalización de las competencias. De igual manera, se habla de la
estructura y los atributos que posee una norma de competencia.

En la segunda parte hablaremos de la evaluación, donde primeramente se


comentará de los significados que se le han dado a este, así como de los tipos de
evaluación (diagnóstica, sumativa, formativa y autoevaluación). También se
mencionarán los criterios, métodos e instrumentos que se pueden utilizar para
evaluar las competencias requeridas en los alumnos y sobre todo la importancia
de evaluar.

Para finalizar con este ensayo, encontramos las conclusiones sobre los
temas aquí abordados.
La Normalización De Competencias

3.1 Significado y proceso de normalización de competencias


Las normas de competencia laboral son la expresión estandarizada de una
descripción de competencias laborales identificadas previamente. La NCL está
conformada por los conocimientos, habilidades, destrezas, comprensión y
actitudes, que se identificaron en la etapa de análisis funcional, para un
desempeño competente en una determinada función productiva. En este sentido,
es un instrumento que permite la identificación de la competencia laboral requerida
en una cierta función productiva.
Se constituye en NCL cuando es aceptada como tal, es decir, como un
referente o estándar sobre una determinada ocupación. El ser un estándar permite
comparar un cierto desempeño observado contra dicho referente para establecer
si se adecua o no al mismo. De allí se deriva que la NCL es la base para la
evaluación de competencias. También lo es para la elaboración de programas de
formación ya que esencialmente la norma describe las competencias requeridas
para el desempeño.
Para CONOCER, una norma técnica de competencia laboral, usualmente incluye:
-Lo que una persona debe ser capaz de hacer.
-La forma en que puede juzgarse si lo que hizo está bien hecho.
-Las condiciones en que la persona debe demostrar su competencia.
-Los tipos de evidencia necesarios y suficientes para asegurar que lo que hizo se
realizó de manera consistente, con base en un conocimiento efectivo.
También, en cuanto a la competencia, la NCL permite describir:
-La capacidad para obtener resultados de calidad con el desempeño eficiente y
seguro de una actividad.
-La capacidad para resolver los problemas emergentes en el ejercicio de la función
productiva.
-La capacidad para transferir los conocimientos, habilidades y destrezas que ya
posee, a otros contextos laborales.
Una norma de competencia es la especificación de una capacidad laboral que
incluye:
• La descripción del logro laboral.
• Los criterios para juzgar la calidad de dicho logro.
• Las evidencias de que el desempeño se logró.
• Los conocimientos aplicados.
• El ámbito en el cual se llevó a cabo.
La especificación señalada es asumida por un determinado colectivo que incluye a
trabajadores, empleadores, instituciones educativas y, en el caso de los sistemas
nacionales normalizados, el sector gobierno.
El fin primordial de la normalización es reconocer que una competencia es
útil para hacer frente a determinadas situaciones y contextos; una vez
comprobado que en verdad se va a lograr algo con la utilización o desarrollo de
dicha competencia.
La norma de competencia especifica lo que el trabajador debe lograr
(unidades de competencia y realizaciones profesionales), la calidad con que lo
logra (criterios de desempeño) y la forma de evaluar si lo logró bien (evidencias de
desempeño).
El método que se utiliza para la identificación de competencias laborales
requeridas por una función productiva, es el análisis funcional, el cual, permite
identificar conocimientos, actitudes, aptitudes y comprensión necesarios para un
desempeño competente, considerando condiciones de calidad, seguridad y salud
en el trabajo.
La normalización de competencias tiene algunas ventajas como son:
• Para los trabajadores: la normalización les permite ver sus conocimientos y
sus capacidades, pues basándose en esos estándares establecidos tienen
un punto de donde partir para de alguna manera “medir” dichos
conocimientos. Además, les permite ver que es lo que el trabajo les “exige”
y tratar de cumplir con esos requerimientos.
• Para las entidades de formación: Mejora la calidad, pertinencia y flexibilidad
de su oferta; así como sus procedimientos hacia la orientación ocupacional.
Le permite también diseñar mecanismos de reconocimiento y certificación
de aprendizajes previos, con el fin de que las personas que son formadas
en dichas entidades sean parte importante del mercado laboral.
• Para las empresas: Mejora la gestión del personal, facilita la selección, pues
la empresa tiene un punto de donde partir con el fin de tener un área de
recursos humanos competentes; la normalización aumenta la efectividad de
la capacitación, mejora la competitividad y referencia el conocimiento de las
personas en relación con las necesidades de los empleos.
• Para la formulación de políticas públicas de formación: Genera un marco
coherente para el diseño de políticas activas de empleo y formación,
fortaleciendo las relaciones empleo/formación; apoya la conformación de
sistemas de educación y formación permanentes; facilita la conformación
de sistemas de formación y certificación de competencias laborales.
Con el fin de llevar a cabo la normalización de competencias es necesaria
la identificación de las competencias clave, pues con ella se analiza el trabajo de
las personas para determinar las habilidades, conocimientos, actitudes, etc., con
que cuenta, con el propósito de poder lograr los objetivos pretendidos por
determinado trabajo. Para realizar dicha identificación se realiza el análisis
ocupacional, es decir se examina que es lo que el trabajo requiere; dicho análisis
se lleva a cabo a cargo de diferentes grupos de trabajo, entre los que se pueden
mencionar: trabajadores, técnicos de la especialidad, metodólogos especializados
en competencias.

3.2 Concepto, atributos esenciales y estructura de una norma de


competencia.
Como vimos en el apartado anterior, la norma de competencia es un marco
de referencia que nos permite saber cuáles son las capacidades con las que
cuenta un empleado, o bien, si dicho individuo es competente para tal o cual tarea.
“La elaboración de la norma de competencia requiere definir los conocimientos,
habilidades, contexto y evidencias de desempeño que deberá demostrar el
trabajador, de acuerdo a los resultados que se esperan y que incluyen aspectos
de calidad, seguridad y eficiencia”. (El enfoque de competencia laboral.
Elaboración de las normas de competencia laboral)
Según CONOCER 1998 una norma indica lo que la persona debe ser capaz
de hacer, la forma en que puede juzgarse si lo que hizo está bien hecho, las
condiciones en que debe demostrar la competencia y las evidencias que
demostrarán las competencias.
Las normas de competencias están formadas por varios elementos como
son la unidad de competencia, los elementos de competencia, las evidencias de
desempeño, los criterios de desempeño, el campo de aplicación, las evidencias de
conocimiento y la guía para la evaluación.
La unidad de competencia es el título que se le da a la competencia el
nombre debe establecerse en términos de resultados, ser preciso y conciso. Los
elementos de competencia consisten en lo que el trabajador es capaza de lograr,
los resultados esperados. Las evidencias de desempeño se pueden realizar por
medio de la observación, simulación, pruebas de habilidades, informes y registros
utilizados, realización de un proyecto o tarea, etc.
Los criterios de desempeño son resultados y enunciados evaluativos que
demuestran el desempeño del trabajador y por lo tanto su competencia. El campo
de aplicación incluye el lugar de trabajo, materiales y ambiente organizacional,
debe ser los campos necesarios y suficientes para evaluar la competencia. Las
evidencias de conocimiento especifican los conocimientos que permiten al
trabajador lograr un desempeño competente. Por último, la guía para la evaluación
establece los métodos de evaluación de las evidencias de conocimiento y
desempeño. (El enfoque de competencia laboral. Elaboración de las normas de
competencia laboral)

3.3 Normas de competencia y educación


Ya hemos hablado de lo que son las normas de competencias y que tan
útiles pueden llegar a ser en el sector empresarial pero ¿cómo pueden ayudar en
el ámbito educativo? Es sencillo, la educación está basada en programas o un
currículum y éste puede basarse en normas de competencia ya que éstas
permiten establecer cuáles son los objetivos hacia los que debe dirigirse el
aprendizaje, cuáles los contenidos de conocimientos a impartir, cuáles las
prácticas necesarias y cuáles los conocimientos que se precisan. (Irigoin &
Vargas)
Con las normas de competencia se simplifica también el trabajo de
evaluación el cual es uno de los más complicados y polémicos en todos los
ámbitos. Así pues, se evalúa específicamente y en base a estándares previamente
establecidos tal o cual competencia. Lo anterior deja de lado procesos obsoletos
de evaluación donde el maestro aplicaba una calificación según su criterio o
mediante un solo instrumento, por lo general un examen.
En resumen la norma de competencia es un instrumento utilizado
principalmente en el sector empresarial que sirve para identificar las capacidades
o mejor dicho, las competencias de sus empleados o aspirantes a serlo. Está
formada por varios elementos que incluyen evidencias de desempeño y de
conocimiento. El proceso de normalización de competencias inició en Europa y se
ha ido extendiendo en varios países de América latina. México por su parte ha
adoptado medidas importantes entre ellas la creación de CONOCER que se
encarga de certificar la calidad de las empresas.
Además nuestro país ha modificado el sistema educativo incurriendo en el
campo de la Educación Basada en Competencias el cual hoy en día abarca ya
todos los niveles educativos.

La evaluación de Competencias
El aprendizaje es un proceso individual, en el que cada persona es
responsable de sí mismo. A través del aprendizaje se construyen significados con
el fin de saber ser y hacer. Es de esta forma que las personas construimos nuestra
realidad, basados en lo que conocemos. Lo cual, nos hará tener un conocimiento
previo para adquirir nuevos conceptos y formas de ver la vida. Es por eso que el
aprendizaje es un proceso permanente y como docentes tenemos que tener la
capacidad de aprender, y enseñar a nuestros alumnos a ser responsables de su
propio aprendizaje y que ellos también aprender a aprender por el resto de su
vida.
El hecho de evaluar a nuestros alumnos nos permite conocer el avance o
las dificultades que presentan, dependiendo de los objetivos o el contenido visto
durante las clases. En la Educación Basada en Competencias no se lleva el
sistema de evaluación tradicional, sino que se hace una compilación de evidencias
que demuestren que el alumno es capaz de realizar y producir. Dicha recopilación
se lleva a cabo de forma sistemática y cualitativa lo que permite conocer
realmente si el alumno sabe los contenidos y los objetivos curriculares.
En la actualidad se trabaja por fomentar y hacer ver que el proceso de la
evaluación es el punto de partida y de llegada del proceso de enseñanza y de
aprendizaje; a manera que esta actividad puede percibirse como el medio para
identificar y lograr atender las dificultades y necesidades de los alumnos,
asimismo puede convertirse en el sustento para la propuesta del aprendizaje
donde el sujeto intervenga en la reconstrucción de los contenidos que deben
desarrollarse.
Ya que el enfoque que se tiene acerca del proceso de la evaluación son de
carácter cognitivo, estratégico y contextualizado. Estos caracteres orientan al
evaluador hacia el grado en que los estudiantes han logrado construir o elaborar
conocimientos y la forma en que los estudiantes son capaces de otorgar un
significado a los contenidos y cómo puede hacer uso de ellos. Estas
características exigen relacionar las actividades de enseñanza, de aprendizaje y
de evaluación.

Desde una perspectiva constructivista una evaluación pertinente debe de


sustentarse en la idea de ubicar los conocimientos en el contexto, captando las
capacidades, la eficiencia mostrada por el sujeto en sus actividades tanto
educativas, como las manifestadas en sus diligencias laborales, priorizando la
actitud reflexiva.

Ta como lo menciona Ángeles (2003), “La información que aporta la


evaluación permite que el docente realice una observación continua y pueda tomar
decisiones en cuanto a los apoyos que requiere el estudiante. Se requiere, para
ello, de la elaboración de un conjunto de indicadores y criterios, formales e
informales, que den cuenta del avance en la competencia del alumno y sustenten
la toma de decisiones”.

La Educación Basada en Normas de Competencias es el sistema que


determina estándares de desempeño para asegurar la calidad en la educación.
Debido a esto, la evaluación se convierte en la médula espinal de la Educación
Basada en Competencias. La evaluación en la EBNC es un proceso sistemático
de recopilación de evidencias sobre lo que el alumno sabe, hace o produce y
resuelve. “La evaluación es el estímulo más importante para el aprendizaje. Cada
acto de evaluación da un mensaje a los estudiantes acerca de lo que deberían
estar aprendiendo y cómo deberían de hacerlo”.

4.1.- Los criterios de evaluación de competencias.


Ecktein y Noha (1993) sostienen que la evaluación necesita ser pensada no
como una comparación entre individuos sino como un proceso de recolección de
evidencias y de formulación de juicios sobre la medida y la naturaleza del progreso
hacia los desempeños requeridos. A su vez, Hagar y Athanasou y Gonczi (1994),
definen la evaluación como “un proceso de recolección de evidencias y de
formulación de juicios sobre la medida y la naturaleza de progreso hacia los
desempeños requeridos, establecidos en un estándar o un resultado del
aprendizaje.”
Es también importante el Reconocimiento de Aprendizajes Previos (RAP),
el cual, es un proceso que permite acreditar aprendizajes obtenidos o
herramientas adquiridas fuera de las instituciones educativas formales. Esta
herramienta permite que los estudiantes puedan progresar más rápidamente y que
no se vean forzados a aprender cosas que ya saben. En el momento de una
evaluación ellos traen consigo la totalidad de sus experiencias de aprendizaje y
evaluación y esto, ciertamente, se extiende más allá de las materias a las que
concurren en ese momento.
Esto significa que la forma en que el estudiante se aproxima a la tarea de
aprendizaje dependerá de: las cualidades de la forma de evaluación que está
siendo usada, las maneras en que el evaluador traduce en un formato dado el
material a ser evaluado, y la selección de tareas de evaluación apropiadas para la
materia y para los objetivos de aprendizaje específicos. Lo más importante es
cómo el estudiante interpreta la tarea y el contexto de la evaluación.
Esta interpretación no solamente depende de la forma del proceso de
evaluación, sino también de cómo las tareas planteadas están encarnadas en el
contexto total de la materia y dentro de la experiencia total del curso y de la vida
del estudiante.
La evaluación diagnóstica o inicial cumple con la función de identificar la
situación en que se encuentran los alumnos, identificando si posee o no un
potencial intelectual, los conocimientos necesarios y las aptitudes requeridas para
llevar a cabo cierto tipo de actividades, con un nivel de eficiencia aceptable, así
también define las necesidades que posee el sujeto y las cuales deben ser
atendidas. Los resultados que se obtengan permitirán determinar el tipo de apoyo
que se les otorgará a los alumnos en el proceso de enseñanza y de aprendizaje.
La evaluación puede ser formativa o sumativa. La educación formativa tiene
como objetivo retroalimentar a los estudiantes, como parte del proceso de
aprendizaje. Por su parte, la evaluación sumativa refiere a acciones tales como la
calificación en las que el propósito es hacer un juicio sobre el desempeño del
estudiante.
Otra herramienta importante es la autoevaluación. Los estudiantes
aprenden más a través de sus propias reflexiones informales sobre su
desempeño. Sin embargo, es importante aclarar el concepto de criterio en
términos que sean familiares a los estudiantes, así como especificar los criterios
con suficiente detalle para que cada estudiante pueda juzgar la medida en que el
criterio ha sido satisfecho. Es importante que los criterios especifiquen el área a
ser evaluada, los objetivos del trabajo de evaluación, así como los estándares a
ser alcanzados. Es a su vez preciso efectuar acciones específicas con el fin de
apoyar los procesos de auto evaluación. Según Bound (1992), las dos estrategias
más comunes son el uso de guías escritas y de actividades grupales
estructuradas.
La retroalimentación es uno de los aspectos más importante en el proceso
de aprendizaje y evaluación que los estudiantes experimentan y en la Educación
Basada en Competencias es indispensable prestar atención al proceso, así como,
diseñar actividades de retroalimentación bien estructuradas.
Las áreas de competencia para evaluadores en un sistema basado en
competencia son: establecer las evidencias que se requieren y organizar la
evaluación, así como recoger la evidencia. Elaborar decisiones de evaluación,
revisar los resultados y revisar los procedimientos. La excelencia se determina por
la manera en que los individuos se desempeñan en relación con los otros.
Un enfoque de evaluación basado en competencias es apropiado para
asegurar que la enseñanza y la evaluación estén al servicio de los resultados
requeridos así como para facilitar el otorgamiento de créditos por la competencia
adquirida en otros lugares. Otra ventaja es que ayuda a los estudiantes a
comprender claramente lo que se espera de ellos si quieren tienen éxito en el
curso y para informar a los empleadores potenciales qué significa una calificación
particular.
La selección y el uso de herramientas de evaluación está relacionado con la
pregunta acerca de qué cuánta evidencia es suficiente para evaluar determinado
objetivo. Las características que deben reunir las herramientas de evaluación que
se usen dependerán de la precisión requerida o de la cantidad de riesgo que se
aceptaría.
Los principios básicos de la evaluación son validez, confiabilidad, flexibilidad e
imparcialidad. Basados en un sistema de evaluación centrado en competencias,
los evaluadores deben hacer juicios referentes a si un individuo satisface el
estándar o criterios establecidos y si existen evidencias para comprobarlo. Es
importante subrayar que la competencia no puede ser observada directamente,
pero puede ser inferida del desempeño de los alumnos, es por esto que se lleva
una evaluación cualitativa.
El proceso de evaluación consiste en “Definir requerimientos u objetivos de
la evaluación, recopilar evidencias y posteriormente formar juicios; y los métodos
que se recomienda utilizar son: la observación del rendimiento, pruebas de
habilidades, ejercicios de simulación, realización de un proyecto o tarea,
exámenes orales o escritos y muestra de trabajos o productos” (GUZMÁN, 1998)
Ahora bien, los beneficios que se obtienen de una evaluación es lograr la
certificación, el reconocimiento oficial de las competencias obtenidas y
demostradas por un sujeto en su desempeño profesional, además de garantizar la
calidad del servicio y de vida. Por lo tanto un factor esencial en el cambio hacia
nuevas formas de evaluación se encuentra en la resignificación de la misma por
parte de los profesores, estudiantes y las autoridades institucionales. Debido a que
si se mantiene la concepción tradicional de la evaluación, asociada
exclusivamente a la acreditación, difícilmente se logrará la transformación de las
prácticas educativas y evaluativas para hacerlas congruentes con los enfoques
centrados en el aprendizaje (SANTOS, 1992).

4.2.- Los procedimientos e instrumentos de evaluación de competencias.


Además de los principios antes mencionados, es de suma importancia
resaltar que se deben usar los métodos de evaluación que son más adecuados
para evaluar la competencia de manera integrada. También, se deben seleccionar
métodos que sean más directos y relevantes para aquello que está siendo
evaluado, así como usar una amplia base de evidencias para inferir la
competencia. El enfoque de evaluación basada en competencias enfatiza el
desempeño, exige una mayor variedad de evidencia que la requerida por los
enfoques tradicionales y busca métodos de evaluación directa.
Existen una variedad de métodos que pueden ser usados por los evaluadores
con el fin de evidenciar si una persona tiene habilidades, además, se evidencia si
la persona comprende los contenidos para aprobar el curso. A continuación
mencionaremos algunos estos métodos y sus propósitos:
• Entrevistas: Clarificar temas planteados en la evidencia documental
presentada y revisar el alcance y profundidad del aprendizaje.
• Debate: Confirmar la capacidad para sostener un argumento demostrando
un conocimiento amplio y adecuado sobre la materia.
• Presentación: Chequear la habilidad para presentar información de manera
a la materia y a la audiencia.
• Evaluación del desempeño: Evaluar las aplicaciones de la teoría en un
contexto estructurado de manera correcta y segura.
• Examen: Evaluar los conceptos y habilidades básicas y aplicarlos usando
ejemplos prácticos.
• Examen oral: Chequear la profundidad de la compresión de temas
complejos y la habilidad para explicarlos en términos simples.
• Ensayo: Chequear la calidad y el estándar de escritura académica y el uso
de referencias, la habilidad para desarrollar un argumento coherente, y confirmar
la extensión, comprensión y transferencia de conocimiento y evaluación crítica de
ideas.
• Ejemplos de trabajo hecho, desempeñado o diseñado: Revisar la relevancia
para la acreditación busca y la autenticidad de la producción.
• Proyectos especiales: Puede ser usado para una variedad de propósitos-
para añadir más fluidez al conocimiento y a las habilidades, para completar
aprendizajes o para ampliar el aprendizaje previo.
• Revisión de bibliografía básica: Asegurar que el conocimiento y la
capacidad de análisis de la literatura pertinente se encuentran en un nivel
satisfactorio.
• Revisión comentada de la literatura: Para conocer el rango de lecturas
realizadas por el postulante y asegurar el rango apropiado de lecturas para los
requerimientos de la materia.
• Informes, críticas, artículos: Para indicar el nivel de conocimiento y evaluar
habilidades para el análisis y la escritura y temas de actualidad en un área.
• Portafolio: Para validar el aprendizaje de los postulados proveyendo una
colección de materiales que reflejan el aprendizaje anterior y los logros. El
portafolio identificará las conexiones pertinentes entre el aprendizaje y el crédito
específico o no especifico buscado.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA

1. ANGELES Gutierrez, O. (2003). El proceso educativo desde los enfoques


centrados en el aprendizaje.

2. ECKSTEIN Y NOHA (1993). En Nuevas Perspectivas sobre Evaluación

3. GUZMÁN, J. (1998, Marzo) Enfoques y Modelos Educativos Centrados en


el Aprendizaje. Recuperado el 18 de noviembre del 2009 de
http://laureate.ecollege.com/ec/courses/42455/CRS-C28master-
3730522/4.2.1.pdf

4. Diagnóstico, evaluación y certificación de competencias. (s.f.) Recuperado


el 18 de noviembre del 2009, de
http://laureate.ecollege.com/ec/courses/42455/CRS-C28master-
3730522/4.2.3.pdf

5. SANTOS, G. M. (1992). La Evaluación: un proceso de diálogo, comprensión


y mejora. España.

6. El enfoque de competencia laboral. Elaboración de las normas de


competencia laboral.

7. IRIGOIN, M., & VARGAS, F. Competencia laboral. Identificación y


normalización de competencias.

8. Normalización de competencias y normas de calidad.

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