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Mancha
(India/Jaiselmer/1994)
llegar con brocha gorda nueva y paquete enorme de cal. El fin de semana se parecera al
apocalipsis. El da elegido mis demonios me despertaban temprano. Se corran los muebles
que podan moverse y los otros se cubran con sabanas viejas. Me colocaba en una esquina
de la habitacin, serio, sin palabras, cabeza vuelta arriba, nadie reparaba en m. Vea
azorado como pap avanzaba inexorable hacia la zona; el primer pincelazo solo cubra
levemente, el segundo un poco ms, luego otro poco. Lo terrible ocurra a medida que
pasaba el tiempo y se iba secando la cal; las manchas, como si fueran cadveres, eran
sepultadas bajo el manto blanco.
Pasaba la mano por mi mejilla y se mezclaban las lgrimas con un salpicn blanco. Esa
noche al acostarme cerraba los prpados con fuerza para resistir la tentacin de mirar. As
con los ojos cerrados, en la retina oscura mi memoria proyectaba las formas de mis
fantasas.
Han pasado muchos aos. Estoy volando de fiebre, adormecido entre sta y los
antibiticos; en un respiro de los clicos que me impulsan como resortes hacia el bao; no
tengo sed aunque debiera beber agua; no siento ni fro ni calor, igual me tapo hasta la
barbilla; trato de relajarme. Mi vista recorre la habitacin de este hotel, antes antigua posta
de camellos en pocas de las caravanas que cruzaban la ruta de la seda; las ltimas horas
de la tarde tien de lilas angustiados las sombras, entonces all las descubro!, en aqul
ngulo, enfrente a la izquierda de mi cama, all estn las recupero!. El placer que siento es
difcil de describir, como si hubieran reaparecido debajo de la cal, vencedoras. Siempre
vencan, se recuperaban y asomaban triunfantes, esplndidas, hasta que comenzaba a
formarse la nueva protesta de mam.
Hoy me acompaan, me ayudan, me sostienen; junto a ellas aparecen retazos de mi
infancia; por ellas me olvido como ayer del resfro y hoy de los clicos. Me hacen una
mueca divertida, esbozo una sonrisa; ante un ogro amenazante entrecierro los ojos jugando
a que se esfume. Un nuevo clico, ms agudo, casi me retuerce ellas no lo dejan. Extienden
sus velas para surcar los mares en el viaje que vendr. No tengo miedo. Me voy
adormeciendo mientras las sombras se hacen ms intensas. Soy muy feliz.
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