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Quién Invento El Mambo
Quién Invento El Mambo
como en las pelculas mejicanas y hasta usa tacones. Dios nos ampare, a lo que est
llegando el mundo!
Y regresa al da siguiente acompaado de otro que, como l, parece extrado de una
cinta de celuloide y se empua la trompeta y se disculpa diez veces antes de entrar,
sin darse por aludido del malhumor de la duea de la casa que le recuerda al pianista
que su negocio es con uno solamente, ya totalmente arrepentida de su generosidad. El
hombrecito habla y gesticula rodando los ojos redondos en su cara redonda y termina
por convencerla una vez ms.
El vecindario est alerta pero no deja de sorprenderse del sonido de los dos
instrumentos que se disputan el ritmo con un desdoblamiento de acordes que acaba
por vencer la timidez de la gente que, en los balcones y el patio, baila sin importarles
el bochorno del medioda. La rosacruz del tres cierra las ventanas de su apartamento,
murmurando vagas amenazas en contra de los que as se atreven a perturbar la paz
del domingo dedicado a la bsqueda de vibraciones especiales de la psiquis.
Los giles dedos recorren el marfil y el pie acaricia el pedal; los labios gruesos del
trompetista soplan el metal, saturando el ambiente de notas y la avenida se llena de
gente que estira el pescuezo para ver a travs de las ventanas al rey de la armona y el
ritmo. En el apartamento de los Bermdez la gente se cuela por todas las puertas,
ansiosa de conocer a los artistas que se menean casi tanto como los bailarines.
O terminan pronto o los boto de aqu protesta el seor Camilo, sordo a la meloda
por su carcter agrio.
Le agradezco, seora, el favor que nos ha hecho. Completamos el trabajo y no
tenemos necesidad de regresar. Espero que no haya sido mucha molestia y quiero
verla con su familia en mi show. Si se identifica en la puerta tendr el placer de
ofrecerle una mesa en ringside el martes, da del estreno.
Muchas gracias seor Pradoff, le agradezco su invitacin, pero nos ser imposible
asistir. Esa noche hay un concierto en el Teatro Nacional de un pianista polaco que
interpretar los preludios de Rachmaninoff y como usted comprender...
Los ojos de la nia se humedecen de tristeza y sentada al piano, le dice adis al rey del
mambo con una temblorosa sonatina.