La leyenda de la Dama Tapada cuenta que hace más de doscientos años en Guayaquil, los transeúntes nocturnos avistaban a una mujer misteriosa cubierta con un velo. Según la leyenda, la Dama Tapada era una mujer de andar elegante que sorprendía a los hombres en las calles y les daba la tentación de seguirla. Si alguien la perseguía, ella se detenía y al levantar su velo mostraba un rostro de calavera, dejando al hombre paralizado del terror.
La leyenda de la Dama Tapada cuenta que hace más de doscientos años en Guayaquil, los transeúntes nocturnos avistaban a una mujer misteriosa cubierta con un velo. Según la leyenda, la Dama Tapada era una mujer de andar elegante que sorprendía a los hombres en las calles y les daba la tentación de seguirla. Si alguien la perseguía, ella se detenía y al levantar su velo mostraba un rostro de calavera, dejando al hombre paralizado del terror.
La leyenda de la Dama Tapada cuenta que hace más de doscientos años en Guayaquil, los transeúntes nocturnos avistaban a una mujer misteriosa cubierta con un velo. Según la leyenda, la Dama Tapada era una mujer de andar elegante que sorprendía a los hombres en las calles y les daba la tentación de seguirla. Si alguien la perseguía, ella se detenía y al levantar su velo mostraba un rostro de calavera, dejando al hombre paralizado del terror.
Hace ms de doscientos aos en las calles apartadas de Guayaquil,
los trasnochadores vean la Dama Tapada. Anoche vi a la Dama Tapada, contaba en una reunin de amigos, elFulanito.Son puros cuentos, responda el amigo con aires de valentn. Yonunca he tropezado con ella.Nunca se la ve antes de las 12 de la noche, ni despus de lascampanadas del alba, opinaba otro asistente a la reunin.Segn la leyenda, la Tapada era una dama de cuerpo esbelto y andar garboso, que asombraba en los vericuetos de la ciudad y se haca seguir por los hombres.Nunca se supo de dnde sala. Cubierta la cabeza con un velo,sorpresivamente la vean caminando a dos pasos de algn transente que regresaba a la casa despus de divertirse. Sus almidonadas enaguas y sus amplias polleras sonaban al andar y un exquisito perfume dejaba a su paso. Deba ser muy linda. Tentacin daba alcanzarla y decirle una galantera. Pero la dama caminaba y caminaba. Como hipnotizado,el perseguidor iba tras ella sin lograr alcanzarla.De repente se detena y, alzndose el velo se enfrentaba con el que la segua dicindole: Mreme como soy... Si ahora quiere seguirme, sgame...Una calavera asomaba por el rostro y un olor a cementerio reemplazaba el delicioso perfume.Paralizado de terror, loco o muerto quedaba el hombre que la habaperseguido. Si conservaba la facultad de hablar, poda contar luegoque haba visto a la Tapada.