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El Gran Viaje.
Querido Dacian:
Espero que tu viaje te haya sido tolerable y que no hayas tenido
problemas. Hay algo que olvide decirte, mas bien un favor que
quiero pedirte, aprovechando tu estancia el la casa de tu
tatarabuela. Tu sabes que tu madre se la ha pasado los ltimos
aos insistindome con que debo viajar y realizar algn
mantenimiento al lugar. Dentro de este mantenimiento se
encuentra la tarea de pintar la casa por completo, y debido a que
mi tiempo es escaso pens que seria una gran idea aprovechar tu
viaje para que dedicaras algn tiempo a la pintura. Te he enviado
los materiales por encomienda, as que deberan estar ah el da
despus de tu llegada. No olvides el exterior y el tico. Desde ya
muchas gracias. Se que hars un gran trabajo, Picasso.
Gracias
Genial. Simplemente genial. Estaba tan entusiasmado con el viaje
que no lo vi venir. Como todo en la vida de mi padre, su promesa
tenia una doble intencin, en este caso consista en esclavizarme
con el trabajo que el se haba esmerado tanto por evitar. Por favor,
lo olvide? Saba muy bien que si me lo deca antes de salir no
mordera el anzuelo, as que se lo trago hasta asegurarse que no
podra negarme. Tengo que reconocer algo, mi padre puede ser un
embustero, pero es uno realmente hbil, y como consecuencia
tendra que pasar un mes completo trabajando como pintor, pero
bien supongo que es un pequeo precio que debo pagar. Aun no
puedo creer que no lo vi venir. Deb de darme cuenta de que era
un ofrecimiento por dems generoso, y cuando la limosna es de
cuanta hasta el santo desconfa.
Pero bien, haba sido un da realmente largo y agotador, ya
tendra tiempo para pensar como me las arreglara para hacer el
trabajo, y mientras maldeca a mi padre y a todos sus antepasados
hasta la edad media, suba a buscar una habitacin. El da
siguiente prometa ser grande.
Creo que nunca dorm tan profundamente como en mi primera
noche en Witherspoon, a pesar de lo escalofriante de la habitacin
con todos sus muebles cubiertos de sabanas blancas, como en la
peor pelcula de terror barata. No obstante, y a pesar de mi
agotamiento por el viaje el amanecer me descubri en la puerta,
sentado en la reposera de cara al mar y al sol saliente, como
seguramente lo hacia mi tatarabuela, bebiendo el poco de caf
que sobro de la odisea en autobs y que haba logrado calentar