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Benvolgut Sr.

José Tello,

Me dirijo a Ud con el objetivo de hacerle llegar el interés de mi asociación de ayudarle a desatascar la situación que vive su sala. Nuestra
asociación puede serle muy útil a UD, siempre respetando los derechos legítimos de los vecinos del bloque, y por supuesto el objetivo comercial
de la propiedad. Entre ambos puntos hay un enorme margen de cooperación.

Nuestra asociación está en contacto permanente con otros propietarios de salas del Paralelo y hemos realizado actividades culturales conjuntas.
Le pudo hablar de Elvira Vázquez de Ocio Puro con quien tenemos una estrecha relación de trabajo sociocultural, también citarle a otros
empresarios como el propio SGAE o los gestores de la sala Apolo... En estos momentos estamos trabajando por la recuperación del Teatre Talia
y como Ud quizás ya sabe su actual propietario José Antonio Castro, accionista principal de la cadena de Hoteles Hesperia, lleva 22 años con el
solar en la situación actual y no quiere vender, a pesar de haberle presentado a un montón de compradores como VolRas o Guru Events. La
voluntad de Castro es una permuta de parcelas con el Ayuntamiento , no obstante el consitorio no parece estar por la labor.

Es una lástima que Castro no quiera ser un empresario del sector de ocio, óbviamente respetamos su voluntad y seguiremos trabajando en
positivo para buscar soluciones.

También mantenemos reuniones regulares con todo el tejido asociativo del Raval, Poble Sec y Sant Antoni. En breve Barcelona hablará del
Paralelo, una vez que acabe el tema de la Diagonal. Tuve la ocasión de hablar con Jordi Hereu, alcalde de barcelona y está muy clara su apuesta.

Sr Tello, el Palacio de la Salsa en otro tiempo fue el Salón de baile Amaya, el lugar predilecto de la juventud de Barcelona en los años 40. En la
década de los 50 se convirtió en los Estudios de Cine Iquino. ¿Por qué no explotar comercialmente ese pasado único?

Es posible volver al pasado. El Jazz está de moda. En Barcelona hacen falta locales de Jazz, también salas para monólogos, magia, circo en
pequeño formato etc... También cine... Son ideas sobre las que podemos trabajar. Permítanos este ejercicio de poder hacerle propuestas e
incluso colaborar en su desarrollo. Podemos sugerir horarios más conformes con el descanso de los vecinos como hacen muchos locales etc...
Somos una entidad sin ánimo de lucro y lo que queremos es que el Paralelo vuelva ser parte de lo que fue. Estamos ante el Broadway de Nova
York o el Soho de Londres.

Mi teléfono d e contacto en el trabajo es el 93 412 28 87 (mañanas) o bien en este correo electrónico. Nuestro blog es: http://teatretalia-
olympiabcn.blogspot.com/

Reciba un saludo cordial,

Toni Oller Castelló


President de l'Ass Talia Olympia (Paral·lel BCN)

.-.-.-.-.-.-.-.-.- Extracte bibliogràfic dels llibres de Jordi Pujol Baulenas, El Jazz en Barcelona 1920-1965 i de Miquel Bádenas i Rico, Història del
Paral·lel. i investigació als Arxius Municipals-.-.-

Salón Amaya, Royal Concert, Estudios de cine Iquino


El Salón de baile Amaya (Av Paral·lel 106-108) va estar el local més hot de Barcelona
als anys 40 (S. XX). El boogi-woggie posava en moviment a la joventut de tota la ciutat.
Els millors ballarins eren els gitanos que es reunien al bar del costat “La Cubana”. Es
feien campionats de swing cada cop més acrobàtics.
En el antiguo Salón Amaya estaban los Estudios de cine Iquino (también conocidos por
los Estudios del Paralelo.

RELACIÓ DE NOMS

Ferrusín 1900 Cine y espectáculos


de varietées
Cinematógrafo 1907 Cine y espectáculos
Maravilla de varietées
Café de Cádiz 1910 Café-concierto
Royal Concert 1912 Café-concierto

Casal Recreativo 1936 Café-concierto


Popular
Salón de 1940 Salón de Baile Pasó a manos de Antoni Astell,
BaileAmaya que también era el empresario de
El Molino
Estudios IFI 1948 Estudios Ignacio F. Iquino montó su
1970 cinematográficos particular versión hispana
del studio-system de Hollywood.
Starduz, Fannia y 1982 Siempre como sala de fiestas,
Barcelona de Noche cambió varias veces de
propietario y de nombre

La licencia de obras de reforma solicitada el 15 de setiembre de 1942 por José Trabal


Guilera para efectuar reforma en la finca. En la memoria descriptiva se dice que el
objeto es juntar las dos fincas para hacer el salón de baile, por lo que se tira la pared
medianera, haciendo los necesarios refuerzos y se explica que “se pensaba destinar a
teatro, pero las dificultades que ofrecen las ordenanzas municipales vigentes en materia
de edificación de interiores de manzana imposibilitan levantar la cubierta precisamente
en el escenario que es donde sería más conveniente”.
El resto de información de dos expedientes más es irrelevante, la de 1946 es para hacer
un altillo industrial donde poner WC y almacén y la de 1948 se trata de una multa por
pintar un rótulo en un toldo de 2,90 x 0.40 y no haber solicitado permiso.
Salón de Baile Amaya, el predilecte de la joventut als anys 40. Era conegut amb el
sobrenom “El Palacio de la Música Moderna”
Anteriorment van destacar cantanst lírics com Antoni Cabanes un treballador de
l’excorxador que va arribar a cantar al Liceu, passant pel Casal Recreatiu Popular, Una
altre nom Manuel Asensi
En el Amaya era donde se congregaban los “pollo-swing”: pelo abundante y untoso, chaqueta
de hilo, camisa de cuello largo, corbata a rayas, pantalón por encima del tobillo, zapatos de suela de
corcho... Y del brazo la Chica Swing: falda acampanada justo por debajo de la rodilla y zapatos modelo
“topolino”, con suela en plataforma de una sola pieza, de entre uno y dos centímetros de grosor en la
puntera y 8 o 9 en el extremo del tacón.

En el interior , la sala hervía como una caldera al ritmo de “Vuelve el bugui bugui” ...
del renovado Conjunto Virginia... mientras en los rincones dormitaban no pocas madres
que acompañaban a sus hijas al baile intentando evitar que fueran presa del fogoso
impetu de algún que otro “pollo swing”
Els gitanos sentien una gran afinitat pel flamenc, la rumba i el swing. On més swing es
respirava a Barcelona era al Saló Amaya.

“Allí se celebraron, aquel mes de diciembre de 1944, los primeros concursos de baile
swing por parejas. El ambiente del salón d e baile del Paralelo se estaba conviertiendo
en el equivalente del Savoy Ballroom de Harlem.” Pujol Baulenas
Com “Amaya” hi acudiren moltíssims gitanets del barri de la cera que demostraven
tenir una extraòrdinària qualitat de ballarins moderns. Ballaven tant bé que les altres
parelles deixaven de ballar per poder-los admirar. Astell (El mateix empresari del
Molino) arribà amb ells a un acord. Res de contractes escrits, els oferí entrada i
consumició gratis 35 pessetes per parella els dies feiners i 250 cada dijous i festius. (...)
Eren balladors de swing i de rock el Malla, el Sardineta, el Tau i el Polla (i les seves
acompanayns, lamento no poder dir els noms) i un paio de Poble Sec el quique Beltrán.
Van formar un grup “los locos del rock”
Bádenas i Rico
D’altres noms que ens dona Pujol Baulenas: són “El “Melenas”, el “Patillas” el
“Coqui” (es reunien al bar La Cubana, com ja hem dit) Gitanos vestidos según los
cánones del swuing: tupé retador, interminable cuello de camisa, chaqueta larga y
pantalón que apenas llegaba a los tobillos.
Entre los que no pertenecían a “la raza calé”, pero que formaban parte del grupo
estaban “Fredy”, el “Parra”, el “Sastre”, el Lleó. También entre sus parejas
femeninas hubo chicas que se hicieron muy populares, como “Blanca”, la “Bacilo” y
la “Queca”. En general a todos se les conocía con el apelativo genérico de los
“gitanos del swing” y eran los héroes de la casa. Para ellos iba la admiración del
público y los mejores aplausos. De las numerosas parejas existentes, la smejores eran
las formadas por Quiqu y Blanca y por Queca y Tau. Entre todos impusieron su forma
acrobática y excéntrica de bailar, que se conoció con el nombre de “estilo Amaya”,
una manera distinta, mucho más atrevida y con una intensidad rítmica que superaba
con mucho a como se bailaba el swing en otros locales de la ciudad. ... Barcelona
demostró que seguía estando a la vanguardia de las modernas tendencias musicales, y
en este sentido la popular revista “Ritmo y Melodia” se hacía eco de las palabras del
escritor Mariano Rofriguez de Rivas en uno de los periódicos de la capital española;
según él éramos el pueblo que mejor había adoptado los nuevos ritmos modernos y se
mostraba sorprendido, sobre todo por el desenfado con que los habían asimilado en el
Amaya, algo que en Madrid era impensable”
Las noches del Amaya llegaron a ser la atracción más trepidante de Barcelona. Toda la
ciudad estaba sometida al imperio del swing. Si los populares salones de baile Apolo,
Metropolitano y Rialto eran sus iglesias, el Amaya tenía honores de basílica, tanto por
las dimensiones de la sala como por el fervor que distinguía a su clientela.
El jueves 5 de abril (1945) tuvo lugar la final del campeonato por parejas de swing
“Trofeo Amaya”. Desdpués de las exhibiciones, que pusieron la sala al rojo vivo, llegó
el decisivo momento de conocer a los ganadores. Por unanimidad, el público
concedió el premio a la pareja Quique-Blanca (3 años bailando juntos) llegaron a
parecer en la película del director Juan de Orduña con música de Durán Alemany “Mi
enemigo el doctor”
En el Amaya, Ribalta y sus Muchacho y el conjunto Dochado-Ventas abrían el fuego de
una nueva y movida temporada en la que se reanudaban los campeonatos de “swing”
cada vez más acrobáticos y concurridos. Los gitanos, movido por su incotrolable deseo de bailar,
pusieron en práctica el “jitterbug” un estilo de baile que evolucionó en EEUU con la moda del boggie-
woogie en 1938. Era una libre interpretación copiada de las danzas negras; una exhibición de vigor
juvenil y de contorsionismo puramente atlético en el baile de parejas. El jitterbug requería un ritmo
endiablado y una sólida preparación gimnàstica: era todo un espectáculo coreográfico.

Centenares de parejas enardecidas por la trompeta de Ribalta y el ardiente teclado del


piano de José Forroll, se libraban al swing más desenfrenado. “Téngase en cuenta-
escribió el popular periodista SEMPRONIO- que entre “swing” y “swing” sirven al
público dulzonas melodías que permiten secar las sudorosas frentes, cobrar alientos,
despojarse, a veces, de cuello y corbata, para al cabo de dos minutos volver a sumirse,
con nuevos ánimos, en el infierno hot.
En Barcelona, en 1946, el swing todavía sonaba con fuerza en los salones d e baile, pero
muy particularmente en el Amaya, donde las extravagantes evoluciones de los “gitanos
del swing” habían transcendido los límites del Paralelo. Al Amaya acudían parejas de
todos los barrios barceloneses con el ánimo de emular las exhibiciones que realizaban
en la pantalla los Nicholas Brothers y la entonces pareja d emoda en Hollywood;
Johnny Coy y Peggy Ryan.
Hi va haver nits que a la sortida del Liceu, l’Amaya s’omplia d’un públic de senyores
enjoiades i amb rigurosa etiqueta,
La alta sociedad alternaba en sus planes de diversión el nombre del Amaya con lo del
Ritz y el Rigat. Había noches en la que la asistencia era tanta que no quedaba a los snob
otro recuros que acomodarse en el suelo, lo que hacían con muy buen talante, orgullosos
de alternar con aquel excitante ambiente. En la pista, ellos con sus almidonadas
pecheras y ellas con sus enjoyados escotes, daban rienda suelta a su cuerpo en un vano
intento por seguir el desenfrenado ritmo y acrobacias de los gitanos. Era todo un
espectáculo, ¡eran las noches del Amaya!
Un promotor avispado se llevó a 8 d e l os bailarines del Amaya a Madrid. Fue la
Admiración y asombro del público madrileño.
1946-47Quintet d eGerge Johnsson (“Esto Jazz auténtico Alfredo Papo”)
1948 devaluado salón amaya
1949 tancament temporal a l’estiu la seva reapertura no va mantenir l’esplendor
d’abans
Del Salón Amaya a estudios de cine Iquino.

En 1950, el director y productor de cine Ignacio Ferrés Iquino, adquirió el Salón


Amaya,situado en la Avenida del Paralelo, 108. El Salón Amaya fue muy popular antes
de la guerra como sala de campeonatos de bailes de resistencia a base de tangos, valses
y foxtrots. Construyó en ellos unos estudios de cine, donde realizaría a lo largo de 20
años, entre 1950 a 1970, más de 130 largometrajes y cortometrajes. Debido a los
cambios que sufrió el cine español a finales de los 60, decidió venderlos, siendo
posteriormente derribados y construyéndose en su lugar los edificios actuales. En los
bajos de dichos edificios, se abriría la sala de fiestas Barbarroja, que no duraría mucho.
La nueva construcción de hoy data de 1973 y sabemos por la prensa que “El Palacio de
la Salsa” lleva más de dos años cerrado por ruidos a los vecinos.

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