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SOBERBIA
GULA
AVARICIA
inventar el vil metal. El dinero permite generar un elemento que te da acceso a algo
que tiene otro y t quieres. De no existir, las variantes seran pocas: el trueque, pero
all necesitas que al otro le interese lo que t le ofreces, o lisa y llanamente sacrselo
por la fuerza, robarle o estrangularlo.
Pero el avaro es el que convierte este acuerdo social en una
idolatra, sin entender la utilidad del dinero, que es absolutamente
virtual. Si se tratase de cupones que dijeran: Vale por un
refrigerador o Vale por una merluza en salsa verde, tendra un
inters ms limitado, ya que si no te gusta la merluza no sabrs qu
hacer con ese vale. La gracia del dinero es que tiene un nmero y no
te dice qu puedes hacer con l.
IRA
La ira, esa pasin arrebatadora, esa furia que de vez en cuando nos
convierte en autnticas fieras. En apariencia somos personas como
las dems, y ante un pequeo estmulo, o una provocacin, nos
transformamos en autnticos salvajes.
El pecado de la ira es una cuestin de grados. Es un movimiento,
una reaccin que puede indicar simplemente que estamos vivos y,
por lo tanto, nos revelamos contra injusticias, amenazas o abusos.
Cuando el movimiento instintivo pasional de la ira se despierta, nos
ciega, nos estupidiza y nos convierte en una especie de bestias
obcecadas. Ese exceso es perjudicial, pero yo creo que un punto de
clera es necesario.
El escritor peruano Alfredo Bryce Echenique se reconoce admirador
de los iracundos cuando se ponen rabiosos ante una situacin
infame por la que callan los dems. El que se rebela, habla, grita y
muchas veces se juega el pellejo es muy distinto del que tiene un
colern porque le sirvieron la carne fuera de punto.
Como en muchas cosas de la vida, con los pecados primero hay que
tener la experiencia. Si eres una persona tan pacfica que nunca te
has enfadado, aunque te describan mucho la ira nunca la
entenders. Si eres justo, puedes sentirte arrebatado por la ira. Ah
nos topamos con el pecado.
LUJURIA
ENVIDIA