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El buen criterio

como elemento
fundamental
del liderazgo
Chris DeRose
Profesor de la University of Michigan School of Business y socio
de la Global Leadership Partnership de esta misma institución.

Noel M. Tichy
Director de la Global Leadership Partnership de la University of
Michigan School of Business. Es autor, entre otros, de The Cycle
of Leadership: How Great Leaders Teach Their Companies to Win,
The Leadership Engine, Control Your Destiny or Someone Else Will
y Judgment: How Winning Leaders Make Great Calls, escrito junto
con Warren Bennis.

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El buen criterio como elemento fundamental del liderazgo

Tener buen criterio es una de esas cualidades inefables a las que todo el mundo
aspira y que, sin embargo, es difícil de definir.

E s evidente que usted no contrataría a alguien de


quien pensara que no tiene buen criterio, pero,
cuando pide a los consejeros delegados o a los líderes
en el que se toma la decisión, sino también de cómo
gestione el líder el proceso en su conjunto (véase el
cuadro 1).
de las organizaciones sin ánimo de lucro que definan lo Si se entiende la formación del criterio como un pro­
que entienden por buen criterio, normalmente se lo tie­ ceso, en lugar de como un instante épico, es posible des­
nen que pensar. componerlo en tres fases:
Creemos que, en última instancia, el buen criterio es
la esencia del liderazgo. A un líder se le juzga por el ren­ • Preparación. Es lo que ocurre antes de que el líder se
dimiento de su organización, y ese rendimiento depen­ forme su opinión. Es la fase en la que se detecta la
de de las decisiones que tome dicho líder. Algunas de necesidad de cambio, se recogen datos y se adopta
estas decisiones son de gran calado, como a quién ele­ una perspectiva del asunto clara y atractiva para las
gir para los puestos clave, mientras que otras son más partes implicadas.
livianas, como, por ejemplo, cómo gestionar la introduc­ • Decisión. Es lo que hace el líder cuando se forma una
ción de un producto al mercado o un cambio de políti­ opinión y el modo en el que trabaja con los demás
ca. Sea cual sea la relevancia de las decisiones, éstas exi­ para garantizar que sea la opinión adecuada.
gen que el líder haga uso de todos los datos que estén a • Ejecución. Es lo que el líder debe hacer para garanti­
su disposición para determinar cuándo y cómo actuar. zar que su criterio produce los resultados esperados.
En Handbook for Leadership Judgment distinguimos Incluye la evaluación continua, el aprendizaje y el
entre criterio y toma de decisiones (ese texto forma cambio de rumbo.
parte del libro Judgment: How Winning Leaders Make
Great Calls, de Noel Tichy y Warren Bennis). Muchas Si se entiende la formación del criterio como un pro­
de las publicaciones académicas y de la sabiduría po­ ceso, los líderes también pueden reconocer sus errores
pular sobre la toma de decisiones culminan en un mo­ e intentar corregirlos durante el proceso. Estas “vueltas
mento clave: el instante en el que el lí­
der toma su decisión. Nosotros, en
cambio, entendemos el buen criterio
como un proceso que se desarrolla en El proceso de formación del criterio
el tiempo y que incluye tres áreas: las se parece a una telenovela, con sus
personas, la estrategia y la crisis. Este
proceso o bien no ha sido analizado, lo argumentos, personajes y, a veces,
cual obliga a los líderes a escoger un acontecimientos inesperados
proceder de manera inconsciente, o ha
sido abordado de forma excesivamen­
te lineal. En nuestra experiencia, el proceso de forma­ atrás” les permiten retroceder a fases previas del proce­
ción del criterio se parece a una telenovela, con sus so para dar un nuevo enfoque a los asuntos o para in­
argumentos, personajes y, a veces, acontecimientos corporar a partes interesadas que no habían sido inclui­
inesperados. El éxito dependerá no sólo del momento das inicialmente. A un líder se le juzgará, en último tér­

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El buen criterio como elemento fundamental del liderazgo

Cuadro 1

La toma de decisiones y el proceso de formación del criterio


Característica Enfoque tradicional Enfoque del proceso de formación del criterio
Tiempo Momento concreto, estático. Proceso dinámico con un desarrollo interno.
Proceso Racional, analítico. Reconocimiento de que el análisis
de pensamiento racional va unido al emocional y a las
vicisitudes humanas.
Variables Conocible, cuantificable. Las interacciones entre las variables pueden
dar lugar a resultados radicalmente nuevos.
Énfasis Individual: un líder heroico toma la difícil Organizativo: un proceso dirigido por el
decisión. líder, pero influido por muchas personas
y sus consiguientes decisiones.
Criterios de éxito Tomar la mejor decisión basándose en Capacidad para actuar y reaccionar
los datos conocidos. dentro de un proceso de toma de decisiones
que hace que los demás obtengan
resultados de éxito.
Protagonistas De arriba abajo; el líder toma las De arriba abajo y de nuevo arriba; la
decisiones clave. ejecución influye en cómo se revisan los
juicios.
Transparencia Sistema cerrado en el que quienes toman Proceso abierto en el que los errores se
las decisiones tienen la información; no comparten con los demás y el
se dan explicaciones de los motivos que aprendizaje sirve para introducir
conducen a las decisiones. reajustes.
Construcción Se produce de forma inconsciente por Se genera de forma deliberada a todos
de capacidad medio de la experiencia o la suerte; está los niveles.
reservada al líder principal.

No todos los criterios se deben formar mitaciones de la ejecución durante el


proceso de formación del criterio es tan
en el momento; de hecho, fundamental como contar con la clari­
las valoraciones apresuradas dad intelectual necesaria para abordar
una estrategia potencialmente revolu­
suelen llevar a resultados mediocres cionaria. De igual modo, las opiniones
sobre las personas se basarán en si aqué­
llas que tienen puestos de responsabili­
mino, por el impacto que sus principales decisiones ten­ dad son capaces de llevar a cabo su trabajo con integri­
gan en el bienestar de la organización. Puede cometer dad y valentía y de conseguir los resultados esperados.
errores y, aun así, es posible que el resultado constituya El cuadro 2 muestra el papel de estas tres dimensio­
un buen criterio si utiliza las “vueltas atrás” para corre­ nes en el proceso de formación del criterio.
girse a sí mismo constantemente.
El liderazgo pone a prueba la capacidad de adaptación El buen criterio en el liderazgo de Procter
del líder durante el proceso para llegar a un resultado
satisfactorio. No hay ninguna estrategia que sea buena
& Gamble
en teoría pero resulte desastrosa en la ejecución. El lí­ En nuestras investigaciones sobre la formación del cri­
der marca el rumbo de la organización basándose en la terio, complementamos nuestro análisis con entrevis­
premisa de que la conducirá al éxito. Reconocer las li­ tas a líderes como Jack Welch y Jeff Immelt, de Gene­

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Cuadro 2

El proceso de formación del criterio


Fase de
Fase de preparación Fase de ejecución
decisión
Buen líder • Recoge las • Reduce la • Identifica a • Toma una • Se mantiene • Pide
señales del complejidad las partes decisión involucrado información
entorno. para llegar implicadas clara en un durante la sobre el
• Ve el futuro a la esencia relevantes. sentido o ejecución. proceso
con fuerza y del asunto. • Consigue en otro. • Apoya a de forma
optimismo. • Establece involucrar y • Explica su las demás constante.
parámetros entusiasmar decisión personas • Escucha esa
claros. a las partes con detalle. implicadas. información.
• Presenta un implicadas. • Establece • Realiza
contexto e • Aprovecha hitos bien reajustes.
introduce las mejores definidos.
un lenguaje ideas,
común. vengan
de donde
vengan.

Sentido e → Fama y → Movilizar → Decidir → Hacer → Aprender


identidad nombre y alienar realidad y ajustar
la decisión
← ← ←
Vuelta atrás Vuelta atrás Vuelta atrás
Mal líder • No sabe • Aborda • No fija • Titubea a • Se aleja • No mide los
interpretar el tema expectativas la hora de cuando resultados.
el entorno. de forma claras. tomar una se hace el • No reacciona
• No reconoce incorrecta. • Elige a las decisión. llamamiento. ante la
la realidad. • No define personas • No consigue • No recoge oposición
• No se guía el objetivo equivocadas. entender información dentro de la
por sus último. • No corrige cómo se importante. organización.
intuiciones. • Está los errores entrelazan • No • Carece de
atascado en previos. los asuntos comprende mecanismos
un modelo y qué las operativos
antiguo. resultado exigencias para realizar
tendrá la de una cualquier
decisión. buena cambio
ejecución. necesario.

Fase de
Fase de preparación Fase de ejecución
decisión

ral Electric, David Novak, de YUM! Brands, y Jim McNer­ plo muy claro de cómo se desarrolla y aplica el buen
ney, de Boeing. Nuestros estudios abarcaron diversos criterio.
sectores y nos llevaron a analizar las fuerzas de opera­ Lafley fue nombrado consejero delegado de Procter &
ciones especiales de Estados Unidos, el sistema de en­ Gamble en junio del año 2000, en plena crisis de la em­
señanza pública de la ciudad de Nueva York y el siste­ presa. Su predecesor, Durk Jager, había sido destituido
ma sanitario judío de Long Island. Uno de estos líde­ por no haber logrado una serie de objetivos de benefi­
res, A.G. Lafley, de Procter & Gamble, ofrece un ejem­ cios y por no haber conseguido dar impulso a la compe­

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titividad de la empresa en mercados clave. El día del nom­ La experiencia de Lafley le permitió, tras convertirse
bramiento de Lafley, las acciones de la empresa cayeron en consejero delegado, afrontar la realidad, planificar
otros cuatro dólares. Para finales del año 2000, la capita­ con detalle, involucrar a sus colaboradores y emplear el
lización bursátil de la empresa había disminuido 85.000 tiempo en su propio beneficio. Cuando asumió las rien­
millones de dólares con respecto al año anterior. das de la empresa, llamó personalmente a cada uno de
Lafley estaba preparado para la formación del criterio los principales inversores. Junto con su equipo, revisó
y la toma de decisiones gracias a su experiencia previa. sistemáticamente las inversiones en nuevas tecnologías
Antes de ocupar el puesto de consejero delegado, se ha­ que Procter & Gamble había llevado a cabo en los cinco
bía enfrentado a desastres naturales, entre los que se años anteriores. Su planificación permitió llegar a la
contaba el devastador terremoto de Kobe de 1995. Aquel conclusión de que algunas prometedoras nuevas tecno­
seísmo, de magnitud 7,2 en la escala de Richter, destru­ logías, para alcanzar su potencial comercial completo,
yó más de 45.000 hogares, mató a más de 6.000 per­ requerían recursos de los que la empresa no disponía.
sonas y sumió a Japón de inmediato en una crisis. Lo Lafley apremió a sus unidades de negocio y al área de
primero que hizo Lafley, que por aquel entonces estaba I+D para que contrataran fuera de la empresa la mitad
al frente de la división de Procter & Gamble en Asia, fue de la innovación de Procter & Gamble –un enfoque lla­
asegurarse de que los empleados de la empresa estaban mado Connect and Develop–. Así es como empezó a cons­
bien y a continuación empezó a hacer balance de la si­ truir una cultura de innovación más abierta dentro de
tuación. Esta experiencia le sirvió para reafirmarse en la empresa. El detergente Clorox fue uno de los prime­
la importancia de hacer frente a la realidad y de la pla­ ros éxitos, pero es sólo un ejemplo de un cambio mu­
cho más amplio en la forma en la que
Procter & Gamble innova y comerciali­
Reconocer las limitaciones de la ejecución za las innovaciones. Como afirma Lafley,
“definimos la innovación en un sentido
durante el proceso de formación del amplio, haciendo referencia a qué es, de
criterio es tan fundamental como contar dónde viene, quién es el responsable y
cómo se comercializa”.
con la claridad intelectual necesaria para Lafley ha superado con creces la cri­
abordar una estrategia potencialmente sis de confianza inicial surgida a raíz de
su nombramiento como consejero dele­
revolucionaria gado de Procter & Gamble. Ha dado la
vuelta al rumbo de la empresa y a su de­
ficiente competitividad. Desde su llega­
nificación como formas de garantizar que en tiempos da al puesto, la capitalización bursátil de la empresa se
de crisis se emplean todos los recursos disponibles. ha más que duplicado, hasta alcanzar los 230.000 mi­
La reacción típica ante una crisis es actuar de forma llones de dólares, lo que convierte a Procter & Gamble
inmediata y Lafley recibió presiones de sus jefes para en la quinta empresa de más valor en Estados Unidos.
que hiciera algo. Sin embargo, lo que hizo fue alquilar
un antiguo edificio de telefonía para reunir a su equipo El buen criterio en la estrategia
en Japón y dedicar una semana a la planificación. Antes
de actuar, analizaron el impacto de la crisis en sus em­ de Procter & Gamble
pleados, en los clientes, en los canales de distribución y La segunda área de formación del criterio, la estrategia,
en las capacidades de fabricación. Repartieron los recur­ determina el rumbo que va a seguir la organización. Pa­
sos disponibles según las necesidades de cada uno y de­ ra Lafley, la formación del criterio relativo a la estrategia
cidieron quién dirigiría la respuesta a la crisis. comienza con el análisis del objetivo central de Procter
Lafley había aprendido una lección clave a la hora de & Gamble y se asienta sobre los valores de la empresa.
elaborar un criterio ante las crisis: los líderes pueden En una conferencia ante estudiantes de MBA, Lafley ex­
utilizar el tiempo en su propio beneficio. No todos los plicó lo que nosotros denominamos su “punto de vista
criterios se deben formar en el momento. De hecho, las enseñable”:
valoraciones apresuradas suelen llevar a resultados me­
diocres. En lugar de actuar sin información, Lafley optó • Ideas. El objetivo central de la empresa es, en pala­
deliberadamente por esperar. bras de Lafley, “mejorar la vida diaria de las mujeres

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y las familias que utilizan las marcas y los productos dos los empleados de la organización. Lafley amplió la
de Procter & Gamble. Para eso nos levantamos cada definición de innovación en Procter & Gamble, se cen­
mañana. A eso es a lo que nos dedicamos todo el día. tró en el diseño, contrató talento de sectores externos y
Eso es lo que nos quita el sueño de vez en cuando: puso en marcha un proceso para llevar las ideas desde
intentar crear productos mejores, de más valor y con su concepción hasta su comercialización, incluso en el
un mejor rendimiento, que hagan que la vida diaria caso de las ideas que no surgían de los laboratorios.
sea un poco mejor”. Uno de los criterios más determinantes de Lafley fue,
• Valores. Integridad, confianza, liderazgo y titularidad de hecho, mantener una estructura que permitiera el
son las señas de identidad de los empleados de Proc­ trabajo conjunto entre diferentes partes de la organiza­
ter & Gamble. Como afirmó Lafley, “todos tienen res­ ción y que propiciara la colaboración que haría posible
ponsabilidades y sienten auténtica pasión por su tra­ esa innovación. En 1999, poco antes de que fuera nom­
bajo, por ofrecer lo mejor a los consumidores y a los brado consejero delegado, Procter & Gamble reorgani­
clientes minoristas y por superar a nuestros más fie­ zó radicalmente su estructura. Pasó de tener un centro
ros competidores”. geográfico a tener líneas de negocio globales. La nueva
• Energía emocional. Lafley anima a los nuevos emplea­ estructura redujo parte de las fricciones y los elemen­
dos de la empresa a que piensen en “lo que esperan tos redundantes entre las organizaciones, lo que per­
de la relación”. Declara abiertamente que Procter & mitió que los empleados se centraran más claramente
Gamble no es el sitio adecuado para los jugadores in­ en el cliente y en el mercado. Esto era algo importante
dividuales: “Somos una buena empresa si usted es porque, como dice Lafley, en Procter & Gamble hay una
un jugador de equipo, ya sea músico o atleta; lo im­ “cultura de debate y de discusión”, en la que todos es­
portante es que trabaje en equipo”. tán acostumbrados a dar su opinión. La nueva estruc­
tura sirvió para acelerar la velocidad de la toma de de­
Este “punto de vista enseñable” constituye la base de cisiones.
las opiniones de Lafley y también de sus decisiones es­ No obstante, cuando Lafley se hizo cargo de la em­
tratégicas. Él mismo habla del “poder de la estrategia” y presa, habría podido ganar muchos puntos si hubiera
del “poder de la ejecución” y señala que “una de las co­ desechado esa nueva estructura. Procter & Gamble ha­
sas más importantes que hicimos hace seis años fue to­ bía colocado a mucha gente en nuevos puestos con res­
mar algunas pequeñas decisiones sobre lo que íbamos ponsabilidades y derechos de decisión que no estaban
a hacer y lo que no, y eso exigió cambios en el liderazgo bien definidos, lo que generó un desorden que dio lu­
y el comportamiento de la organización”. gar a los problemas empresariales y financieros que, pa­
Una de esas decisiones fue la de convertirse en líde­ ra el año 2000, ya eran insostenibles. Lafley se enfren­
res de innovación en aquellas categorías en las que com­ tó a presiones tanto internas como externas para que
piten. Los costes son el principal caballo de batalla en la diera marcha atrás y recuperara la antigua estructura,
mayoría de estos sectores, de modo que hay que reali­ pero resistió esas presiones porque estaba convencido
de que era beneficiosa para la empresa
y acabaría siendo una fuente de ventaja
competitiva.
La segunda área de formación del criterio, Lafley se mantuvo fiel a la nueva es­
la estrategia, determina el rumbo tructura, gracias a la cual Procter &
Gamble ha conseguido sacar partido de
que va a seguir la organización la escala global de sus marcas y opera­
ciones, al tiempo que ha mantenido su
receptividad ante las necesidades de los
zar un esfuerzo implacable en innovación con el fin de clientes a escala local. Lafley sabía que esta estructura
diferenciar las marcas de Procter & Gamble y de evitar era la que convenía a la estrategia, gracias a sus propias
que las categorías se vuelvan cada vez menos diferen­ impresiones y a sus conversaciones con las partes im­
ciadas. Según Lafley, todos los años fracasan la inmen­ plicadas más relevantes.
sa mayoría de los nuevos productos que lanzan las em­ Había dedicado muchas horas a hablar por teléfono
presas de productos de consumo. Por tanto, una de las con muchos de los principales inversores de escala, in­
prioridades de Lafley era definir la innovación en térmi­ cluidos algunos que habían dejado a la empresa a un la­
nos amplios y hacer que formara parte del trabajo de to­ do antes del año 2000. Compartió con ellos sus puntos

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de vista, pero también les pidió abiertamente su opinión pers y Luvs, pero todavía se resentía de un error estra­
sobre lo que no funcionaba en la empresa. También ha­ tégico cometido a mediados de los años ochenta que ha­
bló con todos y cada uno de los diez principales clientes bía permitido que la marca Huggies, de Kimberley
minoristas con los que contaba. Clark, se introdujera en el sector con una nueva forma
La relación personal de Lafley con los inversores, los del producto y se hiciera con más del 30% de la cuota
minoristas y los empleados le ayudó a abordar el asun­ de mercado.
to de la estructura. A pesar de las reticencias y las que­ Lafley conocía muy bien los entresijos del negocio.
jas internas surgidas a raíz de los malos resultados que Podía haber hecho frente a las dificultades de la división
se obtuvieron durante esta época, Lafley decidió que esa de bebés abordándolas como si fueran un problema de
estructura era la adecuada para permitir que, con el márketing o de tecnología, pero no cayó en esa tenta­
tiempo, Procter & Gamble saliera del atolladero en el ción. “Sabía que, técnicamente, éramos competentes en
que se encontraba. lo referente al cuidado del bebé –afirma Lafley–, pero
tenía la sensación de que estaba todo en manos de los
ingenieros y de la gente de las máquinas y las plantas.
Elegir a las personas adecuadas Y nuestro problema tenía que ver con los consumido­
La tercera área en la que los líderes ejercen su criterio res y el mercado”.
es, en nuestra opinión, la más importante: las personas. Lafley entendió que se trataba de un problema de for­
La elección de las personas que forman parte de su equi­ mación del criterio sobre las personas. Para cambiar el
po determina en último término la capacidad de una or­ modelo de negocio, la unidad de productos para bebés
ganización para ejecutar la estrategia y reaccionar ante necesitaba alguien que supiera crear un buen equipo,
una crisis. alinear a las personas en toda la organización, desarro­
En el caso de Lafley, las decisiones sobre las personas llar una nueva estrategia bien pensada y sacar a la uni­
comenzaron nada más asumir el cargo. Se enfrentó a dad de la crisis en la que estaba inmersa. Lafley consul­
decisiones difíciles sobre a quién debía incorporar a su tó el tema con su director de recursos humanos, Dick
equipo. No todos sus juicios fueron correctos. Alguien Antoine, y juntos analizaron una lista de candidatos; fi­
en quien confiaba acabó convenciéndolo de que eligie­ nalmente, se decantaron por Deb Henretta. Lafley afir­
ra a un directivo concreto para un puesto clave a pesar mó: “Su especialidad eran los productos de limpieza,
de que Lafley tenía ciertas reservas debido a su experien­ pero yo sabía que en realidad era una líder firme y con­
cia previa con esta persona. Le preocupaba que tuviera tundente. Tenía gran facilidad para entender a los con­
que llevar a cabo tareas de desarrollo de la estrategia y sumidores, para sacar adelante las marcas y para crear
trabajara demasiado, demasiado rápido y sin la super­ productos innovadores. Y eso era exactamente lo que
visión de nadie. Como contrapunto, Lafley introdujo una necesitábamos”.
serie de revisiones periódicas con este directivo. Estas No obstante, al prescindir de su equipo durante el
reuniones no aplacaron todas sus dudas sobre esta per­ proceso de selección, Lafley no consiguió movilizar y
sona, pero sí sirvieron para que se sin­
tiera más cómodo trabajando a su lado.
Con el tiempo, el criterio negativo que
Lafley se había formado sobre este indi­
La elección de las personas que forman
viduo acabó imponiéndose y tuvo que parte de su equipo determina en último
destituirlo. Como Lafley sospechaba, no
tenía la capacidad necesaria para traba­
término la capacidad de una
jar a ese nivel. organización para ejecutar la estrategia
Por el contrario, una decisión acerta­
da que Lafley tomó con respecto a las
y reaccionar ante una crisis
personas fue nombrar a Deb Henretta
directora de la división de productos para el cuidado del alinear a las personas que habrían de apoyar a Henretta
bebé. Estos productos constituían el segundo mayor ne­ en su nuevo cargo: “Anuncié el nombramiento de Deb
gocio de la empresa (por detrás de los detergentes de la­ en la reunión matinal de gestión. Fue antes de que se
vadora), pero habían experimentado un fuerte descenso hiciera el anuncio a toda la empresa. Se iba a llevar a ca­
en los años anteriores. Procter & Gamble tenía dos po­ bo uno o dos días después. Sin embargo, para las tres
derosas marcas en ese mercado con los pañales Pam­ de la tarde la revuelta ya había estallado. Todos los vice­

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El buen criterio como elemento fundamental del liderazgo

sabilidad mía. Para el centenar de directores generales


que dirigen los negocios o las secciones de cada país,
hemos llegado a un sistema, que a mí me gusta mucho,
según el cual la decisión recae sobre el vicepresidente y
los presidentes ejecutivos”.
Otra cosa igual de importante es que Procter & Gam­
ble ha establecido unos criterios de sucesión que inclu­
yen revisiones tanto de las experiencias como de los re­
sultados. En opinión de Lafley, cualquiera que a partir
de ahora sea nombrado presidente ejecutivo debe llevar
a cabo un período de servicio en un puesto de liderazgo
presidentes y presidentes de grupo se enfadaron, por­ en un país en vías de desarrollo. Los argumentos de La­
que cada uno tenía ya a su propio candidato listo para fley son muy sencillos: hasta que los líderes no se hayan
un ascenso”. encontrado con el tipo de oportunidades y desafíos que
A la vista de lo ocurrido, Lafley tuvo que repetir las fa­ surgen en un país en vías de desarrollo, no sabrán lo
ses de la decisión correspondientes a la movilización y a que es enfrentarse a las decisiones que lleva consigo el
la alineación. Aunque había tomado una decisión por su liderazgo de una gran multinacional. Como resumen,
cuenta, la energía negativa que se creó en su equipo le Lafley afirma que Procter & Gamble está intentando
obligó a dar un paso atrás, a escuchar y a mostrarse dis­ “impulsar un crecimiento desproporcionado desde los
puesto a modificar su elección. Los convocó a todos e in­ mercados en desarrollo. Nuestros ingresos procedentes
vitó a cada uno de ellos a presentar sus argumentos en de mercados en desarrollo han estado creciendo un 20%
contra del nombramiento de Henretta o a favor de otro y esperamos que estos mercados sigan impulsando un
candidato. Lafley recuerda que les dijo: “Quiero que pre­ gran crecimiento en los próximos años”.
sentéis vuestra lista y que expongáis todos los argumen­
tos que podáis para justificar que vuestro candidato o
candidatos son mejores que Deb. Así que fueron hablan­
La prueba de fuego
do uno por uno y yo los fui escuchando a uno tras otro, Desde el año 2000, Procter & Gamble ha llevado a cabo
públicamente, delante de todos. Luego dije: ‘De acuerdo, un cambio de rumbo fundamental como resultado de
ha habido un par de candidatos muy válidos, pero per­ numerosos procesos de decisión exitosos. Sin embargo,
mitidme que os cuente por qué elegí a Deb’”. la historia no termina ahí. Lafley y su equipo siguen tra­
Lafley sabía que, incluso si los poderosos vicepresi­ bajando en una de sus decisiones más importantes –la
dentes y los directores de negocio no quedaban conven­ adquisición de Gillette por parte de Procter & Gamble
cidos con Henretta, ya no tenían ninguna justificación en el año 2005– y se han propuesto que sea todo un éxi­
para oponerse abiertamente a su nombramiento. Lo im­ to. En el futuro se enfrentarán sin duda a nuevas deci­
portante es que no intentó imponer su decisión a la fuer­ siones sobre la estrategia y las personas y probablemen­
za. A pesar de que había cometido un error actuando te tendrán que hacer frente a más de una crisis.
por su cuenta cuando tendría que haberlo hecho en gru­ Como a todos los líderes, Lafley y su equipo serán juz­
po, hizo tiempo antes de pasar a preparar el camino pa­ gados por su historial de éxitos a la hora de formarse un
ra el éxito. Lafley también estuvo ahí durante la fase de criterio ante las grandes decisiones. El criterio es la prue­
ejecución, porque sabía que, al principio, Henretta se ba máxima por la que se mide el liderazgo. Reconocer
iba a encontrar con cierta oposición a sus esfuerzos de que el buen criterio para el liderazgo constituye un pro­
cambio. Lafley “estuvo apoyándola en todo momento”. ceso es el primer paso para tomar decisiones de éxito.
Estas experiencias han ayudado a Lafley a formarse
un criterio en otras situaciones. Por ejemplo, cualquie­
«El buen criterio como elemento fundamental del liderazgo». © Leader to
ra que pase a desempeñar un puesto clave, incluidos los Leader Institute. Este artículo ha sido publicado anteriormente en Leader
numerosos cargos presidenciales de Procter & Gamble, to Leader con el título “Leadership Judgment: Without It Nothing Else Ma­
debe recibir el visto bueno personal de Lafley. Él mismo tters”. Referencia n.O 3459.

lo apuntó en una entrevista: “Para los treinta y cinco


puestos más altos de la empresa, la decisión es exclusi­ Si desea más información relacionada
vamente mía. Los directores de los departamentos, los con este tema, introduzca el código 21122
en www.e-deusto.com/buscadorempresarial
presidentes y los vicepresidentes también son respon­

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