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Estudia y lograras ser alguien en la vida

Mi madre

Como poder no hablar de educación en pleno siglo XXI, el instrumento

fundamental de desarrollo es básicamente el conocimiento, las entidades

educativas agotan esfuerzos buscando la excelencia en el proceso educativo,

los resultados por más beneficiosos que parecen no suplen el macro deterioro

que existe en un país en busca de la excelencia académica.

La educación personal es un proceso que ha llevado miles de años, en la

antigüedad cientos de pensadores han intentado encontrar la fuente eterna del

conocimiento que refleje el verdadero sentido de vivir, más, lo vastos esfuerzos

que ellos realizaron sirven hasta hoy para considerar que el conocer nos lleva

al camino de la verdad, más por ello se han vertido miles de interrogantes

acerca del proceso educativo, imaginar a un Platón ambicionando crear su

Academia o simplemente a los maestros que antecedieron a los actuales, su

metodología de enseñanza ha variado sin duda, pero el objetivo primordial, no.

La educación es un proceso que no solamente conlleva el estar presente en un

aula de clase escuchando los inexactos o exactos discursos de personas que

al parecer saben más que uno. El educarse es un proceso integro de formación

personal que engloba los conceptos de ética y moral en su conjunto.

Considerar la frase de mi madre “Estudia y lograras ser alguien en la vida”, es

hablar de una misión sin cumplir jamás, la complejidad que caracteriza a un

verdadero proceso educativo hace que ese concepto sea hasta cierto momento

una “utopía”. Con eso no pretendo decir que la sociedad está llena de

ignorantes o analfabetos, al contrario pretendo señalar las falencias que existen

en el hablar de educarse para ser alguien en la vida.


Incluso el denotar las derivadas maneras que una persona tiene de educarse

hacen más compleja aún la situación, los avances tecnológicos de la época, se

considera como una ventaja abismal a las antiguas generaciones, la manera

como sin conciencia poseemos un medio apropiado o no de comunicación. En

las maneras de educar describiremos las dos más apropiadas de mencionarlas,

la educación tradicional, es decir la que casi todos hemos tenido, en la que “la

relación social y afectiva que el profesor establece con los alumnos tienen una

influencia central en el alto o bajo rendimiento de los alumnos, más que la

calidad de la institución”[1], hablamos allí de una relación intrínseca entre

maestro – alumnado, educación imprescindible en los primeros años de

formación de una persona, pero hasta hoy con imprecisiones en su

metodología, lo que genera a un corto o largo plazo un tipo de rezago en el

proceso educativo. “Los maestros tienden a realizar diagnósticos apresurados

sobre el aprendizaje de los niños, por lo que se recomienda que la formación

docente enfatice la sensibilidad e información sobre la problemática del niño

rezagado”[2].El proceso si así lo llamamos no encuentra punto preciso de

partida y tampoco encontrara punto final, los problemas que el educando posee

a lo largo de su vida estudiantil la refleja de una manera clara a lo largo de su

vida. De ahí que surge una solución contemplada desde siempre, la educación

no tradicional, que ha visto crecer a innumerables intelectuales de la más alta

casta, ilustres como Pedro Vicente Maldonado o el mismo García Moreno que

a través de la enseñanza sin tutele docente demostraron su intelecto nacido en

el seno de un hogar.

Ahora bien, notamos las distintas maneras de llegar al conocimiento, pero sin

embargo el deterioro socio-cultural que engloba a un continente entero, hacen

que de igual manera se deteriore el sistema educativo, si pensamos en la


educación que se imparte a nivel nacional podemos decir que se encuentra

completamente politizada en toda instancia, lo que genera otro tipo de

problema en el aprendizaje, la eternización de un grupo político al mando de la

educación pública que norma a sus ansias todo tipo de decisiones personales o

sindicalistas.

La enseñanza es la labor más digna y noble que puede existir de entre todas

las actividades humanas, es por ello que la conciencia de todo educador debe

estar llena de nobles pensamientos y deseos, deberían privarse de toda ansia

personal, no existe un modelo idóneo de docente, lo que debe existir es el

deseo homogéneo de anhelar una excelencia académica que involucre a todos

los sectores de la sociedad, desde el estado como ente regulador, los maestros

como reflejo para el alumnado, los educandos como beneficiarios íntegros del

cambio.

No quise poner en tela de duda los beneficios que trae consigo la educación

tradicional frente a la no tradicional, mi deseo es la reflexión de los miembros

de una sociedad que anhela progreso.

[1] FLIP, Cardemil y otros, 1984

[2] BRINKM, Morales, Figueroa, 1979

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