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LAS CUEVAS.
Marius van Heiningen
más información: http://espeleogenesis.blogspot.com/
INTRODUCCIÓN.
La idea de este artículo fue a raíz de una consulta que me hizo Ricardo Tamayo,
miembro de la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas (A.A.E.S.), que ha
trabajado en la exploración de la Galería Tanzania , una zona nueva descubierta por
encima del sifón terminal (S1) en el Sistema del Republicano-Cabito (Villaluenga de
Rosario, Cádiz). La consulta se trataba de las posibles continuaciones del sistema, pero
también se ha abordado la curiosidad de una presencia de numerosos sifones.
Antes de seguir con este artículo, hay que definir que es un sifón. Un sifón se puede
describir como una masa de agua presente en una depresión dentro de una galería y que
la llena hasta el techo, haciéndolo imposible de pasarlo sin sumergirse.
Para algunos de nosotros un sifón es el punto de partida de una exploración muy
emocionante, pero para la mayoría de los espeleólogos un sifón solo es un obstáculo
desagradable y difícil de pasar.
Según la zona donde se encuentran se puede distinguir entre sifones colgados y sifones
freáticos. Y a estas dos clases se puede añadir los sifones que se encuentran en los ríos y
arroyos subterráneos, que pueden ser tanto colgados como freáticos.
La figura 1 muestra un sifón colgado que se ha formado en una depresión local. La sala
seca a la derecha es la prueba que no se trata de un sifón freático.
Donde se encuentran?
Dentro de las cuevas horizontales se puede encontrar un sifón en cualquier lugar donde
una galería desciende por debajo del nivel freático. Sin embargo, a grandes rasgos se
puede decir que muchos arroyos y ríos vadosos suelen terminar en un sifón río abajo
cuando se acercan a su nivel de base. Si la distancia hasta el río exterior no es grande, la
mayoría de estos sifones no son de gran interés. Por otro lado, muchas cuevas terminan
en un sifón en su punto más profundo, porque son interceptadas por la capa freática que
suele subir montaña adentro (figura 2).
Dentro de los grandes sistemas verticales un sifón freático marca el punto más bajo para
los espeleólogos no buceadores.
La figura 2 muestra un sifón A en las cercanías de un río y un sifón B mucho más
montaña adentro, donde el nivel freático suele ser más alto. El dibujo no está en escala.
La figura 3 muestra la sección de una galería con un río colector. La zona A es la zona
freática y la zona B es la zona vadosa. La apertura de las fisuras se ha exagerado.
En los arroyos y ríos puramente vadosos (los primeros), los sifones que se pueden haber
suelen ser de un origen freático, es decir que los arroyos han invadido galerías freáticas
fosilizadas. Si un arroyo es completamente de origen vadoso, su curso característico
suele ser una alternancia de (estrechos) meandros y pozos (cascadas) con pocas
posibilidades a encontrar un sifón. Por lo tanto, en estos ríos los sifones no son muy
frecuentes.
Los ríos colectores suelen ser bastante horizontal y al ras de la capa freática y cada vez
que el río se mete dentro de la zona freática, se forma un sifón. En este caso los sifones
son la regla (ver figura 4). Un río colector suele ser una alternancia de tramos vadosos y
tramos freáticos.
La figura 4 muestra el alzado de una galería con un río colector. Los sifones son
relativamente frecuentes porque el trayecto de la galería suele aprovechar las
estructuras que son preferentes para la disolución (fisuras, ciertas juntas de
estratificación, etc.) y se sumerge por debajo de la capa freática. La zona A es la zona
freática y la zona B es la zona vadosa.
Cuando se encuentra con un sifón sin arroyo, se debe de intentar averiguar si se trata de
un sifón colgado o freático, porque en el primer caso hay probabilidades de poderlo
vaciar o encontrarlo un día con mucho menos agua. Mientras en el segundo caso estas
probabilidades son prácticamente nulas.
Si el sifón esta situado en un sitio alto, es decir que hay galerías más bajas y secas en la
cercanía, o por el alzado (perfil) de la cueva se puede observar que el sifón está
claramente por encima de la zona freática, se trata de un sifón colgado.
Una prueba común es evacuar una pequeña parte del agua (con manguera o casco) para
ver lo que pasa con el nivel del agua. Si el nivel bajo algo, por poco que sea, se trata de
un sifón colgado. Si no se puede observar ninguna variación se puede tratar de un sifón
freático o de un sifón muy grande.
Otra prueba es volver varias veces para observar las variaciones en nivel. De un sifón
colgado se puede esperar que se llene rápido para luego vaciarse lentamente, pero más o
menos de manera continua. Por ejemplo, si cada fin de semana el nivel ha bajado 10 cm
es muy probable que se trate de un sifón colgado. Especialmente si después de una
lluvia el nivel se ha subido bastante. Los sifones freáticos pueden subir mucho y rápido
(por fluctuaciones en la zona epifreática) pero suelen volver rápidamente a su nivel
normal.
Si se bucea un sifón con un nivel constante y se descubre que este es muy profundo y
tiene ramificaciones, se puede estar seguro que es un sifón freático. Un sifón colgado
muy profundo y además con ramificaciones debe de perder agua por todos los lados y
nunca pudiera mantener un nivel constante.
Si se encuentran varios lagos y sifones y todos se encuentran a más o menos el mismo
nivel (diferencias de decímetros son inherente a nuestra manera de topografiarse), se
trata de la capa freática. Un ejemplo son los lagos y sifones de la Cueva del Yeso
(Baena, Córdoba) que se ha topografiado de un modo muy exacta por el G40 de Priego
de Córdoba.
Puede haber una situación un poco engañosa: Imaginase que se encuentra con un sifón
colgado, que por el otro lado es alimentado por un pequeño arroyo y que el agua se
pierde por una fisura en el sifón. El nivel de este sifón será muy constante y será muy
difícil de vaciarlo (figura 5), porque realmente se trata de un sifón presente en un
arroyo.
Figura 5: Desde la izquierda parece que se trata de un sifón colgado, pero en realidad
es un sifón dentro de un arroyo.
UN EJEMPLO.
El Sistema Republicano-Cabito:
Algunas preguntas acerca de este sistema han sido la motivación para escribir este
artículo Tengo que confesar que nunca he entrado en el sistema y que las conclusiones
se han sacado por la información que me han dado y por el alzado de la cueva.
En el alzado se puede observar que en prácticamente todas las depresiones topográficas
se han formado sifones o lagos (figuras 6 y 7). Cuando se descubrió la Galería
Tanzania, se sabían que todos eran sifones colgados, porque se encontraban claramente
por encima del sifón más bajo del sistema (Sifón Terminal). También se han observado
alguna vez que el agua del río se estancaba en la entrada de la cueva, lo que significa
que toda la cueva se había llenado, especialmente porque se trata de varias galerías que
se interconectan y no hay pasos muy estrechos que pudieron impedir el lleno total. Por
lo tanto se puede concluir que toda la cueva se encuentra en la zona epifreática, lo que
explica la gran cantidad de sifones.
El sifón terminal se ha buceado hasta 60 metros de profundidad y después de una
crecida el sifón siempre vuelve a la misma cota (-196 metros), lo que indica que se trata
de un sifón freático.
La figura 7 muestra la galería recién explorada: la Galería Tanzania con varios sifones
colgados, mientras que el sifón terminal es un sifón freático.